TFGterrorismoendogeno
TFGterrorismoendogeno
GRADO EN CRIMINOLOGÍA
Psicología Social
Curso 2019/2020
EL TERRORISMO ENDÓGENO: UN
PROGRAMA PARA LA
DESRADICALIZACIÓN DE LOS
EXTREMISTAS ISLÁMICOS EN
ESPAÑA.
EL TERRORISMO ENDÓGENO: UN
PROGRAMA PARA LA
DESRADICALIZACIÓN DE LOS
EXTREMISTAS ISLÁMICOS EN
ESPAÑA.
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RESUMEN
ABSTRACT
In this project, terrorism (its concept, evolution, and the current panorama) will be
briefly reviewed, as well as, the radicalisation processes along with the risk and
protective factors that characterize them. In addition, a small comparison of the
European and Spanish strategies to fight terrorism and radicalisation will be made, with
the aim of finally proposing a terrorist de-radicalisation program for those young
Spaniards known as second and third generation of immigrants. The intervention
includes the Dutch radicalisation risk assessment instrument "Violent Extremism Risk
Assessment, version 2-revised (VERA-2R)”.
3
A mis padres,
Por enseñarme el valor del esfuerzo,
por apoyarme siempre y a pesar de todo,
este gran logro se lo debo a ustedes.
A mi hermano,
Porque siempre podré contar contigo,
por ser mi inspiración diaria.
4
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 6
2.1 DESTINATARIOS............................................................................................... 28
2.2 OBJETIVOS ...................................................................................................... 28
2.3 CONTENIDO DE LA INTERVENCIÓN ................................................................... 29
2.3.1 Servicio de Apoyo Permanente (SAP) ........................................................ 29
2.3.2 FASE I: recepción del caso y evaluación inicial........................................ 30
2.3.3 FASE II: intervención individual y grupal. ................................................ 34
2.3.4 FASE III: evaluación final y seguimiento................................................... 38
2.4 CRONOGRAMA ................................................................................................. 39
3. CONCLUSIONES ................................................................................................ 41
4. REFERENCIAS.................................................................................................... 43
5
1. INTRODUCCIÓN
Barcelona y Cambrils, Charlie Hebdo, París, Niza, un concierto en Manchester, un
mercadillo navideño en Estrasburgo, todos ellos son lugares recordados no por sus
encantos sino por unos atentados yihadistas que cobraron muchas veces más de una vida.
El terrorismo es uno de esos delitos no tan frecuentes como otros, pero que cuando
desgraciadamente se producen tienen un impacto que logra superar las fronteras.
Desprende tal miedo e inseguridad que los gobiernos se ven en cierto modo obligados a
mitigar mediante respuestas rápidas y quizás no tan efectivas, respuestas como el Derecho
Penal. El fenómeno terrorista motiva y justifica así la aplicación del ya no tan excepcional
Derecho Penal del Enemigo, su ampliación y su endurecimiento. Pero ¿es esta clase de
intervenciones realmente efectiva?¿una norma, la amenaza de un castigo penal es
suficiente para detener a un terrorista que lleva años impregnándose de creencias,
actitudes e ideas tan radicales y extremas? ¿y para detener a una persona dispuesta a morir
por la causa? Las respuesta creo que es cada vez más clara, y es por ello por lo que se
desarrolla el presente trabajo.
El Derecho Penal en estos casos no es suficiente para lograr reducir las probabilidades de
futuros ataques terroristas y de la radicalización violenta hacia el yihadismo. Sin embargo
sí lo sería la prevención primaria, la sensibilización y reducción de riesgos antes de que
estos se lleguen a presentar, y lo sería también una intervención secundaria como la que
se desarrolla en este trabajo. Cuando la prevención primaria no logre sus objetivos nos
encontraremos nuevamente con jóvenes dispuestos a unirse a una organización,
dispuestos quizás a acabar con sus vidas para cumplir sus objetivos, y si no logramos
frenarlos a tiempo seguiremos conviviendo con los mismos riesgos, la misma inseguridad
y el mismo miedo. Quizás la solución políticamente más difundida es la encarcelación de
estos jóvenes, pero el entorno penitenciario también es un entorno de radicalización, y
aunque su incidencia sea menor que la de otros ámbito, esto debe ser tenido en
consideración (Reinares, García-Calvo, & Vicente, 2018). Es por todo ello por lo que se
propone aquí un programa de desradicalización terrorista, para reducir la radicalización
en España y para evitar la encarcelación de aquellos ciudadanos que aún tienen
posibilidades de integrarse en la sociedad, evitando también que su paso por instituciones
penitenciarias los convierta en futuros agentes de radicalización.
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Tras una breve revisión bibliográfica sobre el terrorismo, su conceptualización y su
evolución, se profundizará en el fenómeno endógeno del homegrown terrorism, en los
factores de riesgo que facilitan la adhesión a las organizaciones terroristas y en los
factores que consiguen detener o frenar este proceso. También se realizará una breve y
resumida contextualización tanto a nivel europeo como nacional, abordando algunas de
las iniciativas más innovadoras e inspiradoras en el ámbito de la desradicalización
yihadista. Todo ello con el fin de proponer una programa de desradicalización para
aquellos jóvenes extremistas islámicos en el contexto español, una prevención que sea
capaz de detener el proceso de aquellos individuos que, por distintas y variadas razones
y aún deseándolo, no han logrado por sí solos rehuir de la ideología y narrativas
terroristas.
Los intentos para trazar una descripción unánime del fenómeno a nivel internacional han
sido múltiples pero no han mostrado resultados, en vista de que seguimos careciendo de
una delimitación clara del concepto (Berdugo Gómez de la Torre, 2018). Las
explicaciones detrás de este déficit son muchas, entre ellas la incuestionable complejidad
de las organizaciones, tanto a nivel estructural como funcional, y los posibles intereses
políticos escondidos detrás de la falta de consenso, puesto que no tener unos limites
conceptuales fijados del fenómeno terrorista permiten que diferentes actores añadan,
7
resten o modifiquen comportamientos análogos al término a su beneficio (Damasso,
2016).
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iii. Oleada de la nueva izquierda. La tercera oleada surge en la década de 1960
como resultado de la lucha de Vietnam contra del neocolonialismo
norteamericano. En esta etapa, los medios de comunicación logran adquieren un
papel muy relevante puesto que llegaron a considerarse como esenciales para el
mantenimiento de dichos grupos (Peña Alonso, 2019).
iv. Oleada religiosa. Esta oleada se generó con la energía empleada por la revolución
islámica de Irán en el año 1979 y la invasión de Afganistán por la Unión de
Republicas Socialistas Soviéticas (URSS). La religión cobró de nuevo una gran
importancia en la lucha terrorista aunque las ideologías islamistas no fueron las
únicas involucradas. Un ejemplo paradigmático de esta oleada es el terrorismo
yihadista de un grupo mundialmente conocido: Al Qaeda (De Santiago Herrero &
Sánchez-Gil, 2018).
Esta última etapa ha cobrado especial importancia a partir del 11 de septiembre de 2001,
año en el que Al Qaeda llevó a cabo uno de los atentados más impactantes y lamentables
de la historia. Esta organización, junto a DÁESH, son los nuevos y actuales protagonistas
del terrorismo transnacional, aunque es especialmente este último grupo el que
paulatinamente ha adquirido mayor poder. En cualquier caso y sin lugar a duda, la
actividad de ambos ha transformado la concepción clásica del terrorismo y ha dibujado
nuevos perfiles, nuevas estructuras organizativas y nuevas tácticas ofensivas,
inaugurando también nuevos procesos de radicalización (Sanz Mulas, 2019).
La superioridad de DÁESH sobre los demás grupos es cada vez más evidente. Esta
organización, mediante el manejo de las nuevas tecnología y de las redes sociales, es
capaz de captar a muchos jóvenes pasando casi desapercibida, a través de la reproducción
audiovisual de ejecuciones y del miedo generado logra ejercer un importante control y
debido a sus métodos de gestión del patrimonio consigue que sus integrantes la apoyen
más que al gobierno (Sanz Mulas, 2019). En definitiva, Dáesh, también conocida por ISIS
(Islamic State of Irak and Syria) o por Estado Islámico, desde su origen en el año 2003 y
hasta la fecha, ha ido adquiriendo un gran poder. Por el momento, todo apunta a que lo
seguirá haciendo puesto que ni el salvajismo de sus atentados ni su expulsión como filial
de Al Queda en 2013, han servido como freno para ello (Sanz Mulas, 2019).
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1.1.2 Radicalización terrorista en Europa
Terrorismo y radicalismo son dos términos íntimamente relacionados, sin embargo
afirmar que la existencia de uno implica siempre la presencia del otro sería un error, ser
radical no se traduce en ser un terrorista (Moyano Pacheco, 2010). Entender las
diferencias sustanciales entre estos dos conceptos es esencial, así como distinguir el
radicalismo de otras terminologías tales como extremismo, activismo o fundamentalismo.
Para ello, y haciendo referencia a la propuesta de los servicios de inteligencia holandesa
(AIVD, 2004), Moyano Pacheco (2010) elabora la siguiente Tabla 1.
10
Persona que causa graves daños a la sociedad, alterando los
Terrorista procesos sociales y amenazando la vida de las personas. Todo ello,
en pos de un objetivo político, étnico o religioso que persigue
cambios sociales o, en su caso, influir en la toma de decisiones
políticas de un orden legal democrático.
Además de ello, es también necesario puntualizar que tampoco la violencia está siempre
asociada a la radicalización, puesto que podemos encontrarnos tanto con una
radicalización hacia la violencia como con una radicalización en contra de la misma
(Ibarra, 2019). Una de las más difundidas definiciones dadas al término violencia, la de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), aclara que el concepto se identifica con un
comportamiento voluntario y potencialmente dañino que incluye no solamente el uso de
la fuerza, sino también las expresiones verbales amenazantes destinadas a causar daños
leves o graves, muerte o cualquier otro menoscabo de la persona o colectivo que lo sufra
(Ibarra, 2019).
1
“El salafismo es una escuela de pensamiento dentro del islam suní que reclama el retorno de los creyentes
musulmanes a las prácticas auténticas como se ejercían en la era dorada islámica, es decir, la época del
Profeta y sus virtuosos Compañeros (al-salaf al-salih). Este movimiento enfatiza el monoteísmo (tawhid)
11
personas inmersas en él aceptan tales creencias y actitudes extremas haciéndolas
gradualmente propias y manifestándolas a través de sus comportamientos (Wiktorovicz,
2006).
En relación con los resultados expuestos, hay que destacar que estas características se
circunscriben a la actual tesitura española, puesto que si retrocedemos algunos años
podemos identificar características diferentes y elaborar un perfil opuesto. Ejemplo de
ello es la total ausencia de mujeres condenadas por delitos relacionados con el terrorismo
yihadista desde 1996 hasta 2012 y el radical cambio del lugar de nacimiento de los
terroristas desde entonces (García-Calvo, 2016). En aquella época el 80% de los
yihadistas condenados en nuestro país habían nacido fuera de España, el terrorismo era
esencialmente un fenómeno exógeno (García-Calvo, 2016). Sin embargo, hoy en día nos
y rechaza la innovación (bid’a). También insiste en una interpretación literal del Corán y la Sunna
(recopilación de los dichos y los hechos del Profeta) y en la implementación de la ley islámica (Sharia).
Además, pretende purificar el islam de todas las influencias extranjeras y culturales y rechaza
categóricamente cualquier idolatría (shirk) a santos o artefactos religiosos. Los salafistas tampoco creen en
las escuelas de jurisprudencia islámica (madhhabs), pues sólo reconocen la autoridad del Corán y la Sunna”
(Suárez Ballester, 2016, pág. 67).
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enfrentamos a un panorama radicalmente distinto, donde los terroristas atacan fronteras
adentro, prueba de ello son los datos arrojados por un estudio publicado en el año 2017:
de un total de 51 atentados yihadistas acontecidos en Europa Occidental y Norteamérica
desde junio de 2014 hasta junio de 2017, más del 70% de los terroristas protagonistas
eran nacionales del país donde se habían producidos los hechos (Vidino , Marone, &
Entenmann, 2017).
2
Cabe puntualizar que, a pesar del uso recurrente de esta terminología, dicha determinación es incorrecta
y potencialmente dañina puesto que puede llevar a confundir con facilidad la inmigración y el terrorismo,
con todas las perniciosas consecuencias que ello conlleva. Porque si bien es cierto que los procesos
migratorios fueron necesarios para que hoy estemos trabajando en esta tesitura, en la actualidad no “se están
colando” terroristas bajo la denominación de “refugiados” ni las comunidades musulmanas son las
responsables de la radicalización de un reducido número de sus integrantes. Un estudio del año 2017, ya
mencionado anteriormente, muestra que desde 2014 hasta 2017 solo un 5% de los atentados terroristas
sufridos en Europa Occidental y Norteamérica habían sido llevados a cabo por refugiados o solicitantes de
asilo (Vidino , Marone, & Entenmann, 2017).
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seguro y controlado, en el que persistían rasgos culturales del colectivo. Sin embargo,
superada dicha aclimatación, lo barrios debían servir como puentes de unión. Se esperaba
una integración plena en las generaciones futuras, pero hoy en día seguimos estancados
y estos ciudadanos españoles que residen ahí no están integrados en la sociedad, no se
sienten identificados con los valores, las creencias y la cultura occidental, sino que han
seguido y seguirán adoptando los hábitos y las costumbres más tradicionales de sus
antepasados (Sanz Mulas, 2019).
Esta escasa o nula integración de los jóvenes, así como el no sentirse identificados con
sus abuelos o sus padres, ha generado una situación de incertidumbre y de frustración en
las nuevas generaciones de inmigrantes, una situación que las organizaciones terroristas
han sabido aprovechar (Sanz Mulas, 2019). Aunque pueda parecer que estas
circunstancias no sean tan relevantes, hay estudios y años de investigaciones que ponen
de manifiesto lo importante que es pertenecer a un grupo. Tajfel (1981) ya señalaba, a
través de su renombrada Teoría de la Identidad Social, que la pertenencia a un grupo
social así como su comparación con los demás grupos, es esencial para que el individuo
desarrolle una imagen positiva de él mismo. Teniendo en cuenta dicha aportación, la
ausencia de un grupo de pertenencia, tanto para estos jóvenes como para muchos otros,
puede jugar un papel desfavorable en el desarrollo del autoconcepto y del autoestima de
la persona (Scandroglio, López Martínez, & San José Sebastián, 2008). Entendiendo la
importancia de todo ello, es comprensible que en ciertas sociedades paralelas como las
musulmanas, se hayan desarrollado e instaurado versiones muy conservadoras del Islam,
nacidas para contrarrestar esa perdida de identidad y para ser el nuevo y único referente
fuerte y estable para los jóvenes (Sanz Mulas, 2019).
Robert Agnew (1992) estudia la relación que guardan la frustración y la tensión así como
las emociones negativas generadas por ello en el desarrollo de las conductas delictivas.
14
Según el autor, determinadas situaciones, como por ejemplo el imposible logro de
objetivos personales u diversas situaciones adversas y negativas, pueden dar lugar a un
emociones igualmente negativas y a la frustración y tensión. En estos casos, la violencia
surgiría como un estrategia de afrontamiento para dicha tensión/frustración (Holguín
Polo, 2014). Esta explicación es la que el autor denomina posteriormente, en el año 2006,
como Teoría General de la Tensión.
Por otro lado, Ivo y Rosalind Feierabend, mediante la Teoría de la Frustración Sistémica,
afirman que son los cambios que rodean a los individuos el origen de los conflictos. Si
observamos por ejemplo la situación de los jóvenes inmigrantes de segunda y tercera
generación, podemos detectar diferencias significativas entre las cultura adquirida en la
sociedad occidental que los ha visto nacer y crecer y los rasgos culturales más
característicos de sus familias de origen. Estos cambios y estas discrepancias de roles,
comportamientos y relaciones pueden dar lugar a lo que los autores denominan
“frustración sistémica”. Esta frustración denota un descontento generalizado y
compartido por multitudes y es lo que los autores identifican como el origen de
comportamientos violentos, incluido el terrorismo (Holguín Polo, 2014).
Por último, otra teoría que explicaría la radicalización homegrown de estos ciudadanos,
es aquella postulada por Gurr: la Teoría de la Privación Relativa. En este caso, el autor
entiende que la realidad social y el constante y rápido cambio que esta sufre es lo que
determina la existencia de comportamientos violentos. Gurr entiende que estas rápidas
transformaciones en el contexto pueden generar un sentimiento de “privación relativa”,
esta privación se relaciona con la creación de nuevas aspiraciones, nuevas metas que son
cada vez más difíciles de alcanzar para estos jóvenes y que desencadenan frustración, ira
y rencor (Holgín Polo, 2015).
15
exponen brevemente los factores tratados por el autor que, bien de forma aislada o
confluyente, favorecen la implicación del sujeto en los procesos de radicalización
yihadista en Europa. Tras esta primera aproximación, se hará referencia a un estudio
realizado por Holguín Polo (2014) sobre los condiciones psicosociales que favorecen la
vulnerabilidad de la comunidad marroquí y conduce sus integrantes al radicalismo.
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De manera general existe una importante conexión entre
conductas delictivas y rasgos psicológicos del sujeto, así una
Psicológicos vulnerabilidad individual de naturaleza psicológica, que puede
verse favorecida por una situación de crisis personal, puede
facilitar la recepción a ideologías de carácter radical.
Según los datos analizados por Holguín Polo, el colectivo musulmán en España obtiene
de la religión un importante apoyo social. Las prácticas religiosas, en estos casos,
contrarrestan los posibles déficits emocionales del colectivo, de tal manera que se
configuran más como una fortaleza que como una amenaza ante el radicalismo. En lo
referente al estrés, se denota mayor percepción por parte del colectivo musulmán, así
como una alto grado de deseabilidad social, un sesgo común entre grupos inseguros. Por
ultimo, también la impulsividad es mayor entre el colectivo inmigrante aunque se ha
podido detectar solamente en ciertos ítems de control. Esto, según el autor, se debe a que
los participantes no se sienten cómodos identificándose a sí mismos como impulsivos.
Tras este breve análisis es necesario puntualizar que, debido a la gran carga bibliográfica
existente en esta materia, podemos encontrarnos algunas nuevas variables que no encajen
plenamente dentro de la clasificación realizada por Cano Paños o de los constructos
estudiados por Holguín Polo (2014). A pesar de ello, y dado que el análisis exhaustivo de
todas las publicaciones presentes es inviable y los resultados no mostrarían diferencias
significativas, este será el marco referencial sobre el cual se va a desarrollar el posterior
plan de intervención.
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tanto con las experiencias del individuo en actividades terroristas que lo alejarían de ella
(push factors), como con la influencias externas a la organización que atraen al sujeto
fuera del grupo (pull factors). Puesto que con el presente programa se pretende evitar la
implicación del sujeto con el terrorismo, actuando antes de que el individuo esté inmerso
en sus actividades, lo que resulta imprescindible destacar son los siguientes pull factors
(de Blas González, 2019):
i. La competición de lealtades: la desradicalización puede verse favorecida si surge
un nuevo grupo o una nueva causa de lealtad (religión, familia, etc.)
ii. Las interacciones o conexiones con individuos más moderados;
iii. Surgimiento de nuevas oportunidades laborales o educativas;
iv. Las demandas familiares o el deseo de construir una familia;
v. Incentivos financieros: le ofrecen al sujeto la posibilidad de alejarse de la
organización sin sufrir importantes repercusiones económicas;
vi. La amnistía: entendida como la posibilidad de que los integrantes de las
organizaciones terroristas abandonen el grupo sin el miedo a ser etiquetados como
terrorista y a ser encarcelados por ello
Tras esta breve exposición de los principales factores que por un lado movilizan la
radicalización yihadista y que por otro lado favorecen la desradicalización, se va a realizar
una breve, sencilla y resumida delimitación del contexto tanto europeo como local en el
que se va a desarrollar la intervención. Conocer las principales prácticas y proyectos
llevados a cabo por los países cercanos es fundamental para ofrecer una actuación lo más
completa posible, evitando caer en los mismos fallos que se hayan podido cometer en
esas primeras e innovadoras actuaciones. Antes de proceder, cabe destacar también que
los países que se citarán más adelante, con carácter general, han fundamentado sus
intervenciones en la literatura científica y en factores de riesgo idénticos o muy similares
a los anteriormente citados.
18
incrementando el castigo penal y amparándose en la legítima defensa. Han sido muchos
los gobiernos que han optado por la guerra, por el incesante empleo de la fuerza y del
derecho penal del enemigo, en principio un derecho excepcional pero que con el paso del
tiempo ha ido ganando cada vez más terreno (Pérez Cepeda, 2018). A pesar de ello y
afortunadamente esta no ha sido la única respuesta, con el pasar de los años más países
optaron por un enfoque más preventivo y menos coercitivo, véanse por ejemplo las
estrategias adoptadas en Reino Unido, Alemania, Francia y Dinamarca. Estos países con
carácter general luchan contra el terrorismo fomentando su prevención y frenando los
procesos de radicalización ya iniciados, centrado mucha de sus fuerzas en ayudar al
ciudadano vulnerable y no aislándolo y castigándolo por ello.
Las estrategias que adoptan para lograr esta prevención son muy diversas, Reino Unido
y Dinamarca optan por ejemplo por la participación activa de las autoridades policiales,
sobre todo en lo que se refiere a la detección y coordinación de la intervención. Sin
embargo, Alemania se muestra más proclive a la intervención con asociaciones
colaboradoras del gobierno y Francia se inclinó por un tiempo por la creación de centros
específicos destinados a la desradicalización (Cano Paños, 2018).
Reino unido, a través de “The Channel Programme” (HM Government, 2015), delega
la coordinación de las actuaciones y la recopilación de los datos del sujeto a las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del país. Estos son los encargados de analizar dicha información
y de realizar una primera evaluación del caso, posteriormente remiten los datos a distintos
profesionales que realizan una segunda evaluación más exhaustiva. Tras esta evaluación,
se decide que ayuda ofrecerle al sujeto en riesgo de radicalización, estas pueden incluir
servicios básicos y generales como la salud o la educación, o bien pueden centrarse en
ámbitos específicos mediante tutorías u servicios de orientación (Cano Paños, 2018). Una
vez finalizada la intervención se realiza una revisión a los seis meses y nuevamente a los
doce.
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Las estadísticas más recientes ponen de manifiesto que, desde abril de 2018 a marzo 2019
en Inglaterra y Gales, las personas propuestas para Channel Programme fueron 1320, de
todas ellas un total 561 entraron en el programa, el número más alto registrado hasta la
fecha. Cabe señalar que tales cifras guardan relación con la gran variedad de participantes
incluidos, puesto que Channel trabaja no solamente con la radicalización yihadista. Del
total de esos 561 casos, el 37% respondía a la radicalización islamista (210 individuos)
(Home Office, 2019).
Alemania, por otro lado, cuenta con la participación de asociaciones que colaboran
activamente con la Oficina De Asesoramiento Radicalización (en adelante OAR). Una
vez que la información es recibida por la OAR, esta realiza una primera evaluación de las
necesidades y ofrece unas primeras indicaciones, aunque posteriormente, y para un
intervención más en profundidad, remite el caso a una de las ocho asociaciones
colaboradoras (Cano Paños, 2018). Debido a la variedad de instituciones, nos
encontramos con una gama bastante amplia de programas y de ayudas ofrecidas. A modo
de ejemplo, el Centro de Cultura Democrática (ZDK, por sus siglas en alemán) desarrolla
3
InfoHouse es una de las iniciativas del modelo danés para luchar contra la radicalización. A través de ella
se recoge la información procedente de las notificaciones hechas por amigos, familiares, etc. y se analiza
con el fin de determinar la peligrosidad del caso (Bertelsen, 2015).
4
Programas destinados a combatientes retornados de zonas de conflicto que buscan reinsertase en la
sociedad y abandonar las organizaciones terroristas (Bertelsen, 2015).
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el proyecto HAYAT5. En él, los distintos profesionales implicados (en los que se incluyen
criminólogos) trabajan con el objetivo de crear una red de apoyo entorno al joven en
situación de riesgo y de potenciar los factores de protección (Cano Paños, 2018).
Los datos ofrecidos por Musharbash (2015) y traducidos por Cano Paños (2018), destacan
que HAYAT, desde el año 2012 hasta 2015, ha recibido 204 casos en sus dos oficinas
situadas en Berlín y en Bonn. 75 sujetos han finalizado el proyecto, 40 de ellos mostrando
resultados positivos, es decir, han terminado su relación con ambientes radicales, se han
estabilizado, trabajan o estudian y están socialmente integrados. Aunque los resultados
no son extraordinarios (40 casos de un total de 204), los números muestran que el
proyecto puede funcionar.
Según lo expuesto en el Informe del Senado francés (Benbassa & Troendlé, 2017), los
resultados del modelo fueron nulos y contraproducentes, el Centro de Pontourny (el único
que llegó a inaugurarse) había quedado vacío y ningún residente había logrado finalizar
el programa (nadie se quedó más de 5 meses a pesar de que el programa tenía una duración
de 10). Además de ello, algunos abandonaron el programa con ideas incluso más radicales
(Nabaskues Martínez de Eulate, 2017).
El informe concluye que los problemas del programa eran intrínsecos a su propio diseño.
El objetivo de estos centros de des-radicalización era la reintegración de la persona, sin
embargo su diseño logró el resultado contrario, sobre todo por la lejanía del centro con
los domicilios familiares y al carácter voluntario del programa. Asimismo, se logró una
5
Página web disponible en: https://www.hayat-deutschland.de
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