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TFGterrorismoendogeno

Este trabajo propone un programa de desradicalización para jóvenes extremistas islámicos en España. Revisa brevemente el concepto de terrorismo, la radicalización yihadista, y los factores de riesgo y protección. También compara estrategias europeas y españolas contra la radicalización. Finalmente, presenta un plan de intervención que incluye evaluación de riesgo y componentes individuales y grupales, con el objetivo de prevenir la radicalización.
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TFGterrorismoendogeno

Este trabajo propone un programa de desradicalización para jóvenes extremistas islámicos en España. Revisa brevemente el concepto de terrorismo, la radicalización yihadista, y los factores de riesgo y protección. También compara estrategias europeas y españolas contra la radicalización. Finalmente, presenta un plan de intervención que incluye evaluación de riesgo y componentes individuales y grupales, con el objetivo de prevenir la radicalización.
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TRABAJO FIN DE GRADO

GRADO EN CRIMINOLOGÍA

Psicología Social y Antropología

Psicología Social

Curso 2019/2020

EL TERRORISMO ENDÓGENO: UN
PROGRAMA PARA LA
DESRADICALIZACIÓN DE LOS
EXTREMISTAS ISLÁMICOS EN
ESPAÑA.

Nombre del/la estudiante: Luana Ailen Presti


Tutor / Ángel Sánchez Rodríguez
Mes Junio Año 2020
TRABAJO FIN DE GRADO
GRADO EN CRIMINOLOGÍA
Psicología Social y Antropología
Psicología Social

EL TERRORISMO ENDÓGENO: UN
PROGRAMA PARA LA
DESRADICALIZACIÓN DE LOS
EXTREMISTAS ISLÁMICOS EN
ESPAÑA.

THE HOMEGROWN TERRORISM: A


PROGRAM FOR THE
DERADICALISATION OF THE
ISLAMIC EXTREMISTS IN SPAIN.

Nombre del/la estudiante: Luana Ailen Presti


e-mail del/a estudiante: [email protected]

Tutor/a: Ángel Sánchez Rodríguez

2
RESUMEN

En el presente trabajo, se resumirá brevemente el fenómeno terrorista (su


conceptualización, evolución, y el actual panorama), así como los procesos de
radicalización y aquellos factores de riesgo y de protección lo caracterizan. De igual
manera, se realizará una pequeña comparación de las estrategias europeas y españolas
de lucha contra el terrorismo y la radicalización. Todo ello para finalmente proponer
un programa de desradicalización terrorista para aquellos jóvenes españoles conocidos
como inmigrantes de segunda y tercera generación. La intervención cuenta con la
inclusión del instrumento holandés de valoración del riesgo de radicalización “Violent
Extremism Risk Assessment, version 2-revised (VERA-2R)”.

PALABRAS CLAVE: homegrown terrorism; desradicalización; radicalización;


yihadismo; programa.

ABSTRACT

In this project, terrorism (its concept, evolution, and the current panorama) will be
briefly reviewed, as well as, the radicalisation processes along with the risk and
protective factors that characterize them. In addition, a small comparison of the
European and Spanish strategies to fight terrorism and radicalisation will be made, with
the aim of finally proposing a terrorist de-radicalisation program for those young
Spaniards known as second and third generation of immigrants. The intervention
includes the Dutch radicalisation risk assessment instrument "Violent Extremism Risk
Assessment, version 2-revised (VERA-2R)”.

KEYWORDS: homegrown terrorism; de-radicalisation; radicalisation; yihadismo;


program.

3
A mis padres,
Por enseñarme el valor del esfuerzo,
por apoyarme siempre y a pesar de todo,
este gran logro se lo debo a ustedes.

A mi hermano,
Porque siempre podré contar contigo,
por ser mi inspiración diaria.

4
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 6

1.1 REFERENTES CONCEPTUALES ................................................................. 7


1.1.1 Breve aproximación al concepto de terrorismo ........................................... 7
1.1.2 Radicalización terrorista en Europa .......................................................... 10
1.1.3 La radicalización violenta hacia el terrorismo yihadista .......................... 11
1.1.4 Homegrown terrorism ................................................................................ 13
1.1.5 Factores de riesgo y factores de desradicalización ................................... 15
1.2 ESTRATEGIAS EUROPEAS CONTRA LA RADICALIZACIÓN VIOLENTA ................. 18
1.2.1 Intervención en España .............................................................................. 23
1.2.1.1 La Política Antiterrorista ....................................................................... 23
1.2.1.2 El Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra la Radicalización
Violenta y otras estrategias. ................................................................................... 24
1.3 ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LA RADICALIZACIÓN YIHADISTA EN ESPAÑA. 26

2. PLAN DE INTERVENCIÓN .............................................................................. 27

2.1 DESTINATARIOS............................................................................................... 28
2.2 OBJETIVOS ...................................................................................................... 28
2.3 CONTENIDO DE LA INTERVENCIÓN ................................................................... 29
2.3.1 Servicio de Apoyo Permanente (SAP) ........................................................ 29
2.3.2 FASE I: recepción del caso y evaluación inicial........................................ 30
2.3.3 FASE II: intervención individual y grupal. ................................................ 34
2.3.4 FASE III: evaluación final y seguimiento................................................... 38
2.4 CRONOGRAMA ................................................................................................. 39

3. CONCLUSIONES ................................................................................................ 41

4. REFERENCIAS.................................................................................................... 43

5
1. INTRODUCCIÓN
Barcelona y Cambrils, Charlie Hebdo, París, Niza, un concierto en Manchester, un
mercadillo navideño en Estrasburgo, todos ellos son lugares recordados no por sus
encantos sino por unos atentados yihadistas que cobraron muchas veces más de una vida.
El terrorismo es uno de esos delitos no tan frecuentes como otros, pero que cuando
desgraciadamente se producen tienen un impacto que logra superar las fronteras.
Desprende tal miedo e inseguridad que los gobiernos se ven en cierto modo obligados a
mitigar mediante respuestas rápidas y quizás no tan efectivas, respuestas como el Derecho
Penal. El fenómeno terrorista motiva y justifica así la aplicación del ya no tan excepcional
Derecho Penal del Enemigo, su ampliación y su endurecimiento. Pero ¿es esta clase de
intervenciones realmente efectiva?¿una norma, la amenaza de un castigo penal es
suficiente para detener a un terrorista que lleva años impregnándose de creencias,
actitudes e ideas tan radicales y extremas? ¿y para detener a una persona dispuesta a morir
por la causa? Las respuesta creo que es cada vez más clara, y es por ello por lo que se
desarrolla el presente trabajo.

El Derecho Penal en estos casos no es suficiente para lograr reducir las probabilidades de
futuros ataques terroristas y de la radicalización violenta hacia el yihadismo. Sin embargo
sí lo sería la prevención primaria, la sensibilización y reducción de riesgos antes de que
estos se lleguen a presentar, y lo sería también una intervención secundaria como la que
se desarrolla en este trabajo. Cuando la prevención primaria no logre sus objetivos nos
encontraremos nuevamente con jóvenes dispuestos a unirse a una organización,
dispuestos quizás a acabar con sus vidas para cumplir sus objetivos, y si no logramos
frenarlos a tiempo seguiremos conviviendo con los mismos riesgos, la misma inseguridad
y el mismo miedo. Quizás la solución políticamente más difundida es la encarcelación de
estos jóvenes, pero el entorno penitenciario también es un entorno de radicalización, y
aunque su incidencia sea menor que la de otros ámbito, esto debe ser tenido en
consideración (Reinares, García-Calvo, & Vicente, 2018). Es por todo ello por lo que se
propone aquí un programa de desradicalización terrorista, para reducir la radicalización
en España y para evitar la encarcelación de aquellos ciudadanos que aún tienen
posibilidades de integrarse en la sociedad, evitando también que su paso por instituciones
penitenciarias los convierta en futuros agentes de radicalización.

6
Tras una breve revisión bibliográfica sobre el terrorismo, su conceptualización y su
evolución, se profundizará en el fenómeno endógeno del homegrown terrorism, en los
factores de riesgo que facilitan la adhesión a las organizaciones terroristas y en los
factores que consiguen detener o frenar este proceso. También se realizará una breve y
resumida contextualización tanto a nivel europeo como nacional, abordando algunas de
las iniciativas más innovadoras e inspiradoras en el ámbito de la desradicalización
yihadista. Todo ello con el fin de proponer una programa de desradicalización para
aquellos jóvenes extremistas islámicos en el contexto español, una prevención que sea
capaz de detener el proceso de aquellos individuos que, por distintas y variadas razones
y aún deseándolo, no han logrado por sí solos rehuir de la ideología y narrativas
terroristas.

1.1 REFERENTES CONCEPTUALES


1.1.1 Breve aproximación al concepto de terrorismo
El terrorismo no es un fenómeno reciente ni mucho menos desconocido, ya que a lo largo
de los años las actividades terroristas se han proyectado dentro y fuera de nuestras
fronteras en más de una ocasión, generando un fuerte sentimiento de desprotección que
se ha visto reflejado en políticas criminales intensas e implacables (Sanz Mulas, 2019).
Ahora bien, aunque seamos capaces de identificar algunas actividades terroristas de
forma casi automática, su definición no es una terea sencilla, y aunque el objetivo del
presente trabajo no es debatir sobre su conceptualización, es necesaria una breve
aproximación al término. Trabajar con su definición, así como entender su origen, su
trayectoria y su actual dimensión y alcance es fundamental para acercarse también al
entendimiento de los procesos de radicalización en este ámbito.

Los intentos para trazar una descripción unánime del fenómeno a nivel internacional han
sido múltiples pero no han mostrado resultados, en vista de que seguimos careciendo de
una delimitación clara del concepto (Berdugo Gómez de la Torre, 2018). Las
explicaciones detrás de este déficit son muchas, entre ellas la incuestionable complejidad
de las organizaciones, tanto a nivel estructural como funcional, y los posibles intereses
políticos escondidos detrás de la falta de consenso, puesto que no tener unos limites
conceptuales fijados del fenómeno terrorista permiten que diferentes actores añadan,

7
resten o modifiquen comportamientos análogos al término a su beneficio (Damasso,
2016).

Lo cierto es que, a pesar de la carencia material de una descripción clara y consensuada,


se pueden identificar ciertos elementos integradores comunes, entre ellos, y siguiendo las
palabras de Beatriz García Sánchez: “el hecho de que el terrorismo internacional debe
configurarse en torno sólo a las formas más graves de violencia”, “la finalidad política a
conseguir mediante el recurso de causar terror en la población” y la “pertenencia a una
organización terrorista del sujeto autor” (García Sánchez, 2018).

Una forma de abordar la conceptualización del terrorismo es haciendo referencia al origen


del término y su trayectoria. Los primeros hechos que podrían etiquetarse como
“terroristas” datan del siglo I d. C y son recogidos por el historiador judío Tito Flavio
Josefo haciendo referencia a la secta de sicarii, un grupo de judío zelotes que se opusieron
al control romano en tierras de Occidente Próximo (De Santiago Herrero & Sánchez-Gil,
2018, pág. 337). A pesar de esta temprana aparición del fenómeno no es hasta finales del
siglo XVIII, con la Revolución Francesa y la instauración del “Régimen del Terror”,
cuando se empieza a emplear el término “terrorismo”. La evolución de esta conducta
continúa y a partir de 1879 se comienza a hablar del “terrorismo moderno”, siendo
Rapoport (2002) uno los autores que lo analizan en profundidad, diferenciado en él cuatro
etapas u “oleadas” caracterizadas por la “revolución” en sus distintas expresiones:
i. Oleada anarquista. Es en los años 90 del siglo XIX cuando esta primera etapa
logra su alcanzar el mayor impacto. Esta década, conocida como la “era de oro”
de los asesinatos, se caracterizó por continuos asesinatos de poderosos miembros
de los gobiernos y monarcas (De Santiago Herrero & Sánchez-Gil, 2018).
ii. Oleada anti-colonialista. Surge como consecuencia del Tratado de Versalles y
del reconocimiento del principio de autodeterminación. Tras este acontecimiento
nacen movimientos que buscan la independencia de los colonos y que adquieren
características terroristas pero que no se definen como tales. Los grupos que son
considerados terroristas dentro de esta etapa, como por ejemplo el Irish Republic
Army (IRA), en Irlanda, o el Front de Libération Nationale (FLN) en Argelia,
catalogan de terrorista al gobierno contra el que dirigen su acción, concibiéndose
como unos luchadores por la libertad (De Santiago Herrero & Sánchez-Gil, 2018,
pág. 357).

8
iii. Oleada de la nueva izquierda. La tercera oleada surge en la década de 1960
como resultado de la lucha de Vietnam contra del neocolonialismo
norteamericano. En esta etapa, los medios de comunicación logran adquieren un
papel muy relevante puesto que llegaron a considerarse como esenciales para el
mantenimiento de dichos grupos (Peña Alonso, 2019).
iv. Oleada religiosa. Esta oleada se generó con la energía empleada por la revolución
islámica de Irán en el año 1979 y la invasión de Afganistán por la Unión de
Republicas Socialistas Soviéticas (URSS). La religión cobró de nuevo una gran
importancia en la lucha terrorista aunque las ideologías islamistas no fueron las
únicas involucradas. Un ejemplo paradigmático de esta oleada es el terrorismo
yihadista de un grupo mundialmente conocido: Al Qaeda (De Santiago Herrero &
Sánchez-Gil, 2018).

Esta última etapa ha cobrado especial importancia a partir del 11 de septiembre de 2001,
año en el que Al Qaeda llevó a cabo uno de los atentados más impactantes y lamentables
de la historia. Esta organización, junto a DÁESH, son los nuevos y actuales protagonistas
del terrorismo transnacional, aunque es especialmente este último grupo el que
paulatinamente ha adquirido mayor poder. En cualquier caso y sin lugar a duda, la
actividad de ambos ha transformado la concepción clásica del terrorismo y ha dibujado
nuevos perfiles, nuevas estructuras organizativas y nuevas tácticas ofensivas,
inaugurando también nuevos procesos de radicalización (Sanz Mulas, 2019).

La superioridad de DÁESH sobre los demás grupos es cada vez más evidente. Esta
organización, mediante el manejo de las nuevas tecnología y de las redes sociales, es
capaz de captar a muchos jóvenes pasando casi desapercibida, a través de la reproducción
audiovisual de ejecuciones y del miedo generado logra ejercer un importante control y
debido a sus métodos de gestión del patrimonio consigue que sus integrantes la apoyen
más que al gobierno (Sanz Mulas, 2019). En definitiva, Dáesh, también conocida por ISIS
(Islamic State of Irak and Syria) o por Estado Islámico, desde su origen en el año 2003 y
hasta la fecha, ha ido adquiriendo un gran poder. Por el momento, todo apunta a que lo
seguirá haciendo puesto que ni el salvajismo de sus atentados ni su expulsión como filial
de Al Queda en 2013, han servido como freno para ello (Sanz Mulas, 2019).

9
1.1.2 Radicalización terrorista en Europa
Terrorismo y radicalismo son dos términos íntimamente relacionados, sin embargo
afirmar que la existencia de uno implica siempre la presencia del otro sería un error, ser
radical no se traduce en ser un terrorista (Moyano Pacheco, 2010). Entender las
diferencias sustanciales entre estos dos conceptos es esencial, así como distinguir el
radicalismo de otras terminologías tales como extremismo, activismo o fundamentalismo.
Para ello, y haciendo referencia a la propuesta de los servicios de inteligencia holandesa
(AIVD, 2004), Moyano Pacheco (2010) elabora la siguiente Tabla 1.

Tabla 1. Conceptos relacionados con la radicalización (Moyano Pacheco, 2010)


Ultra Forma exagerada de implicación política
Apoyo activo a cambios sociales que pueden constituir un peligro
Radicalismo a la existencia y continuidad del orden legal democrático y, que
puede suponer el uso de métodos no-democráticos potencialmente
perjudiciales a la convivencia.
Se refiere a “ir al límite”. Engloba a grupos e individuos que
Extremo operan en el limite del espectro político existente .
Se refiere a “ir tan lejos como haga falta en pos de un objetivo:
Extremismo hasta las ultimas consecuencias”. Esto supondría la aceptación de
objetivos y medios que pueden llegar a la violencia, e incluso a la
muerte (de uno mismo o de los demás).
Seguidor o seguimiento estricto de una doctrina tradicional,
Ortodoxo generalmente religiosa.
Seguidor estricto de un movimiento ortodoxo y antiliberal,
Fundamentalista generalmente religioso, que dificulta plantear objeciones, criticas
o discrepancias: “no hay libertad para el debate, ni lugar para la
duda”.
Militante Término con una connotación militar que supone “combatir”
dentro de las fronteras de la ley.
Se pasa “de la palabra a la acción”. Las acciones no tienen por que
Activista suponer daños físico o a la propiedad, pero sí pueden generar
alteraciones al orden público.

10
Persona que causa graves daños a la sociedad, alterando los
Terrorista procesos sociales y amenazando la vida de las personas. Todo ello,
en pos de un objetivo político, étnico o religioso que persigue
cambios sociales o, en su caso, influir en la toma de decisiones
políticas de un orden legal democrático.

Teniendo en cuenta la presente clasificación y las diferencias terminológicas entre los


conceptos expuestos, debemos entender la radicalización como:
un proceso mediante el cual una persona o colectivo, evoluciona en su actitud,
mentalidad o conducta, de una posición compatible, flexible o coexistente con
otras diferentes o contrarias, hacia una dirección con una perspectiva que radica
en la incompatibilidad, rigidez y antagonismo con las anteriores (Ibarra, 2019,
págs. 55-56)

Además de ello, es también necesario puntualizar que tampoco la violencia está siempre
asociada a la radicalización, puesto que podemos encontrarnos tanto con una
radicalización hacia la violencia como con una radicalización en contra de la misma
(Ibarra, 2019). Una de las más difundidas definiciones dadas al término violencia, la de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), aclara que el concepto se identifica con un
comportamiento voluntario y potencialmente dañino que incluye no solamente el uso de
la fuerza, sino también las expresiones verbales amenazantes destinadas a causar daños
leves o graves, muerte o cualquier otro menoscabo de la persona o colectivo que lo sufra
(Ibarra, 2019).

1.1.3 La radicalización violenta hacia el terrorismo yihadista


Teniendo en cuenta lo recién expuesto, es decir, que la presencia de la radicalización no
implica la necesaria existencia de comportamientos violentos, sí que pueden darse casos
de convergencia entre estos y más conceptos ya mencionados. Ejemplo de ello son los
procesos de radicalización violenta hacia el terrorismo yihadista, en los que confluyen no
solo la violencia y el radicalismo, sino también el fundamentalismo y extremismo. En
dichos procesos dominan los fundamentalismos islámicos, el salafismo1, y aquellas

1
“El salafismo es una escuela de pensamiento dentro del islam suní que reclama el retorno de los creyentes
musulmanes a las prácticas auténticas como se ejercían en la era dorada islámica, es decir, la época del
Profeta y sus virtuosos Compañeros (al-salaf al-salih). Este movimiento enfatiza el monoteísmo (tawhid)

11
personas inmersas en él aceptan tales creencias y actitudes extremas haciéndolas
gradualmente propias y manifestándolas a través de sus comportamientos (Wiktorovicz,
2006).

En lo que se refiere al marco explicativo de dicho fenómeno, establecer una descripción


satisfactoria del proceso es, sin lugar a duda, una tarea compleja, puesto que los factores
y las variables que lo justifican no son escasos y dependen no solo del contexto en el que
se produce la radicalización sino también de las características individuales y sociales del
sujeto en concreto. Teniendo en cuenta esta aclaración nunca podremos hablar de un solo
proceso ni de un único y exclusivo perfil terrorista. A pesar de ello la mayoría de los
estudios en este ámbito coinciden en señalar dos características comunes (de la Corte
Ibáñez, 2019): i. El género masculino se muestra más proclive a la radicalización
yihadista, aunque con el paso de los años han incrementado las mujeres radicalizadas; ii.
La mayoría de las personas no suele radicalizarse después de los 35-40 años, siendo las
mujeres el colectivo más joven que emprende la radicalización. En este sentido, García-
Calvo (2016) afirma que los varones en proceso de radicalización tienden a aproximarse
a los 30 años, mientras que el sexo femenino ronda los 21 o 22. Este ultimo colectivo
también presenta un elevado numero de menores de 18 años (García-Calvo, 2016). Antes
de avanzar, cabe también puntualizar que de media tales procesos de radicalización tienen
una duración aproximada de dos años (De Santiago Herrero & Sánchez-Gil, 2018).

En relación con los resultados expuestos, hay que destacar que estas características se
circunscriben a la actual tesitura española, puesto que si retrocedemos algunos años
podemos identificar características diferentes y elaborar un perfil opuesto. Ejemplo de
ello es la total ausencia de mujeres condenadas por delitos relacionados con el terrorismo
yihadista desde 1996 hasta 2012 y el radical cambio del lugar de nacimiento de los
terroristas desde entonces (García-Calvo, 2016). En aquella época el 80% de los
yihadistas condenados en nuestro país habían nacido fuera de España, el terrorismo era
esencialmente un fenómeno exógeno (García-Calvo, 2016). Sin embargo, hoy en día nos

y rechaza la innovación (bid’a). También insiste en una interpretación literal del Corán y la Sunna
(recopilación de los dichos y los hechos del Profeta) y en la implementación de la ley islámica (Sharia).
Además, pretende purificar el islam de todas las influencias extranjeras y culturales y rechaza
categóricamente cualquier idolatría (shirk) a santos o artefactos religiosos. Los salafistas tampoco creen en
las escuelas de jurisprudencia islámica (madhhabs), pues sólo reconocen la autoridad del Corán y la Sunna”
(Suárez Ballester, 2016, pág. 67).

12
enfrentamos a un panorama radicalmente distinto, donde los terroristas atacan fronteras
adentro, prueba de ello son los datos arrojados por un estudio publicado en el año 2017:
de un total de 51 atentados yihadistas acontecidos en Europa Occidental y Norteamérica
desde junio de 2014 hasta junio de 2017, más del 70% de los terroristas protagonistas
eran nacionales del país donde se habían producidos los hechos (Vidino , Marone, &
Entenmann, 2017).

1.1.4 Homegrown terrorism


La nueva situación generada fundamentalmente por el cambio del lugar de nacimiento de
los terroristas ha dado origen el fenómeno conocido como homegrown terrorism,
elemento clave para entender y abordar los actuales procesos de radicalización en España.
Cano Paños (2010) afirma que el terrorismo homegrown se refiere a aquellas personas
que, habiendo nacido o vivido en las sociedades occidentales y habiéndose supuestamente
adaptados a ellas, se han radicalizado en el islamismo violento, presentando normas y
valores opuestos a los demás ciudadanos y actuando en contra de los que ellos consideran
los «enemigos del Islam». Con carácter general, estos individuos suelen ser inmigrantes
de segunda y tercera generación2, es decir, ciudadanos europeos de pleno derecho que
descienden de padres u abuelos extranjeros, ahora bien ¿Qué es lo que los conduce hacía
la radicalización? ¿Por qué se muestran contrarios a las normas y valores occidentales?
para dar una respuesta a estas pregunta es necesario abordar el fenómeno de las
“sociedades paralelas”.

Cuando las migraciones del siglo XX traspasaron las fronteras y se asentaron en


territorios europeos lo hicieron construyendo espacios culturalmente distintitos,
aislándose del resto de la comunidad. En principio, según Sanz Mulas (2019), estos
barrios aislados no suponían un riesgo para la integración del colectivo, sino todo lo
contrario. Estos espacios debían actuar como nexo entre culturas, en un primer momento
los inmigrantes iban a resolver los posibles problemas de aclimatación en este entorno

2
Cabe puntualizar que, a pesar del uso recurrente de esta terminología, dicha determinación es incorrecta
y potencialmente dañina puesto que puede llevar a confundir con facilidad la inmigración y el terrorismo,
con todas las perniciosas consecuencias que ello conlleva. Porque si bien es cierto que los procesos
migratorios fueron necesarios para que hoy estemos trabajando en esta tesitura, en la actualidad no “se están
colando” terroristas bajo la denominación de “refugiados” ni las comunidades musulmanas son las
responsables de la radicalización de un reducido número de sus integrantes. Un estudio del año 2017, ya
mencionado anteriormente, muestra que desde 2014 hasta 2017 solo un 5% de los atentados terroristas
sufridos en Europa Occidental y Norteamérica habían sido llevados a cabo por refugiados o solicitantes de
asilo (Vidino , Marone, & Entenmann, 2017).

13
seguro y controlado, en el que persistían rasgos culturales del colectivo. Sin embargo,
superada dicha aclimatación, lo barrios debían servir como puentes de unión. Se esperaba
una integración plena en las generaciones futuras, pero hoy en día seguimos estancados
y estos ciudadanos españoles que residen ahí no están integrados en la sociedad, no se
sienten identificados con los valores, las creencias y la cultura occidental, sino que han
seguido y seguirán adoptando los hábitos y las costumbres más tradicionales de sus
antepasados (Sanz Mulas, 2019).

Esta escasa o nula integración de los jóvenes, así como el no sentirse identificados con
sus abuelos o sus padres, ha generado una situación de incertidumbre y de frustración en
las nuevas generaciones de inmigrantes, una situación que las organizaciones terroristas
han sabido aprovechar (Sanz Mulas, 2019). Aunque pueda parecer que estas
circunstancias no sean tan relevantes, hay estudios y años de investigaciones que ponen
de manifiesto lo importante que es pertenecer a un grupo. Tajfel (1981) ya señalaba, a
través de su renombrada Teoría de la Identidad Social, que la pertenencia a un grupo
social así como su comparación con los demás grupos, es esencial para que el individuo
desarrolle una imagen positiva de él mismo. Teniendo en cuenta dicha aportación, la
ausencia de un grupo de pertenencia, tanto para estos jóvenes como para muchos otros,
puede jugar un papel desfavorable en el desarrollo del autoconcepto y del autoestima de
la persona (Scandroglio, López Martínez, & San José Sebastián, 2008). Entendiendo la
importancia de todo ello, es comprensible que en ciertas sociedades paralelas como las
musulmanas, se hayan desarrollado e instaurado versiones muy conservadoras del Islam,
nacidas para contrarrestar esa perdida de identidad y para ser el nuevo y único referente
fuerte y estable para los jóvenes (Sanz Mulas, 2019).

Llegados a este punto, es importante señalar que la Teoría de la Identidad Social


aisladamente no puede explicar el tan complejo fenómeno de la radicalización terrorista,
sin embargo, si a esta se le suman otras explicaciones teóricas sí que podemos
aproximarnos con mayor seguridad a esta realidad. Algunas de las teorías que mejor nos
acercan al origen de este fenómeno son aquellas desarrolladas por Agnew, Ivo y Rosalind
Feierabend o Ted Gurr, mencionadas brevemente a continuación.

Robert Agnew (1992) estudia la relación que guardan la frustración y la tensión así como
las emociones negativas generadas por ello en el desarrollo de las conductas delictivas.

14
Según el autor, determinadas situaciones, como por ejemplo el imposible logro de
objetivos personales u diversas situaciones adversas y negativas, pueden dar lugar a un
emociones igualmente negativas y a la frustración y tensión. En estos casos, la violencia
surgiría como un estrategia de afrontamiento para dicha tensión/frustración (Holguín
Polo, 2014). Esta explicación es la que el autor denomina posteriormente, en el año 2006,
como Teoría General de la Tensión.

Por otro lado, Ivo y Rosalind Feierabend, mediante la Teoría de la Frustración Sistémica,
afirman que son los cambios que rodean a los individuos el origen de los conflictos. Si
observamos por ejemplo la situación de los jóvenes inmigrantes de segunda y tercera
generación, podemos detectar diferencias significativas entre las cultura adquirida en la
sociedad occidental que los ha visto nacer y crecer y los rasgos culturales más
característicos de sus familias de origen. Estos cambios y estas discrepancias de roles,
comportamientos y relaciones pueden dar lugar a lo que los autores denominan
“frustración sistémica”. Esta frustración denota un descontento generalizado y
compartido por multitudes y es lo que los autores identifican como el origen de
comportamientos violentos, incluido el terrorismo (Holguín Polo, 2014).

Por último, otra teoría que explicaría la radicalización homegrown de estos ciudadanos,
es aquella postulada por Gurr: la Teoría de la Privación Relativa. En este caso, el autor
entiende que la realidad social y el constante y rápido cambio que esta sufre es lo que
determina la existencia de comportamientos violentos. Gurr entiende que estas rápidas
transformaciones en el contexto pueden generar un sentimiento de “privación relativa”,
esta privación se relaciona con la creación de nuevas aspiraciones, nuevas metas que son
cada vez más difíciles de alcanzar para estos jóvenes y que desencadenan frustración, ira
y rencor (Holgín Polo, 2015).

1.1.5 Factores de riesgo y factores de desradicalización


Tras haber delimitado este nuevo escenario así como su origen y las teorías que en parte
lo explican, es necesario abordad aquellos factores de riesgo de la radicalización en
territorio español, teniendo siempre presente que no podemos limitarnos a hablar de una
cuestión de género, de edad o una aislada falta de integración. Si bien es cierto que Cano
Paños (2016) incluye la “no integración” en uno de los cinco factores facilitadores de la
radicalización, este no es el único ni el más relevante en todos los casos. En la Tabla 2 se

15
exponen brevemente los factores tratados por el autor que, bien de forma aislada o
confluyente, favorecen la implicación del sujeto en los procesos de radicalización
yihadista en Europa. Tras esta primera aproximación, se hará referencia a un estudio
realizado por Holguín Polo (2014) sobre los condiciones psicosociales que favorecen la
vulnerabilidad de la comunidad marroquí y conduce sus integrantes al radicalismo.

Tabla 2. Causas que favorecen un proceso de radicalización (Cano Paños, 2016).


Son aquellos factores asociados a la falta de integración, los
descendientes de los inmigrantes no son reconocidos como
individuos autóctonos asimilados y el país de origen de sus
Etno-culturales padres/abuelos también los identifican como “diferentes”. No
desarrollan sentimientos de pertenencia hacia el país en de destino
y tampoco al de origen, el salafismo les ofrece el Islam como una
identidad sustitutiva ética y moralmente superior.
Factores asociados esencialmente a las escasas oportunidades de
los jóvenes musulmanes para la consecución de las expectativas
profesionales y sociales alimentadas por las sociedades europeas.
El fracaso en este proceso genera sentimientos de ira y frustración
Socioeconómicos de los que se benefician las organizaciones terroristas. La
situación es especialmente estresante cuando la formación de los
jóvenes es escasa, cuando se enfrentan a situaciones de fracaso
escolar, de precariedad, de discriminación y exclusión, así como
la carencia de buenas estrategias de resolución de conflictos.
Los conflictos internacionales entre combatientes musulmanes y
Políticos fuerzas armadas occidentales generan imágenes y mitos que son
empleados por las organizaciones para justificar su existencia.
Incluye las negativas narrativas sobre la percepción del Islam en
Occidente. El Islam, para los jóvenes inmigrantes de segunda y
tercera generación, es más que una religión, es el componente
Religiosos principal de su identidad por lo que la “islamofobia”, el rechazo y
los debates son un ataque directo contra el grupo y los yihadistaas
saben aprovecharlo para contratacar, véase la publicación de las
polémicas caricaturas del profeta Mahoma y su repercusión.

16
De manera general existe una importante conexión entre
conductas delictivas y rasgos psicológicos del sujeto, así una
Psicológicos vulnerabilidad individual de naturaleza psicológica, que puede
verse favorecida por una situación de crisis personal, puede
facilitar la recepción a ideologías de carácter radical.

Holguín Polo (2014), con el fin de establecer el grado de vulnerabilidad a la radicalización


de los inmigrantes marroquíes en España y a través de distintos cuestionarios (Escala de
Impulsividad de Barratt; Cuestionario de apoyo social -MOS-; Cuestionario de la Escala
de Estrés Percibido -EEP-), entrevistas, grupos de debate, observación participante e
información documental, concluye que existe una correlación entre estrés percibido,
apoyo social e impulsividad y la vulnerabilidad psicosocial al radicalismo.

Según los datos analizados por Holguín Polo, el colectivo musulmán en España obtiene
de la religión un importante apoyo social. Las prácticas religiosas, en estos casos,
contrarrestan los posibles déficits emocionales del colectivo, de tal manera que se
configuran más como una fortaleza que como una amenaza ante el radicalismo. En lo
referente al estrés, se denota mayor percepción por parte del colectivo musulmán, así
como una alto grado de deseabilidad social, un sesgo común entre grupos inseguros. Por
ultimo, también la impulsividad es mayor entre el colectivo inmigrante aunque se ha
podido detectar solamente en ciertos ítems de control. Esto, según el autor, se debe a que
los participantes no se sienten cómodos identificándose a sí mismos como impulsivos.

Tras este breve análisis es necesario puntualizar que, debido a la gran carga bibliográfica
existente en esta materia, podemos encontrarnos algunas nuevas variables que no encajen
plenamente dentro de la clasificación realizada por Cano Paños o de los constructos
estudiados por Holguín Polo (2014). A pesar de ello, y dado que el análisis exhaustivo de
todas las publicaciones presentes es inviable y los resultados no mostrarían diferencias
significativas, este será el marco referencial sobre el cual se va a desarrollar el posterior
plan de intervención.

En contraste con lo anteriormente expuesto, y siguiendo la Teoría de los factores de


atracción o empuje, o push and pull factors desarrollada por Bjørgo y Horgan (2009), la
desradicalización del sujeto puede verse favorecida por una serie de ítems relacionados

17
tanto con las experiencias del individuo en actividades terroristas que lo alejarían de ella
(push factors), como con la influencias externas a la organización que atraen al sujeto
fuera del grupo (pull factors). Puesto que con el presente programa se pretende evitar la
implicación del sujeto con el terrorismo, actuando antes de que el individuo esté inmerso
en sus actividades, lo que resulta imprescindible destacar son los siguientes pull factors
(de Blas González, 2019):
i. La competición de lealtades: la desradicalización puede verse favorecida si surge
un nuevo grupo o una nueva causa de lealtad (religión, familia, etc.)
ii. Las interacciones o conexiones con individuos más moderados;
iii. Surgimiento de nuevas oportunidades laborales o educativas;
iv. Las demandas familiares o el deseo de construir una familia;
v. Incentivos financieros: le ofrecen al sujeto la posibilidad de alejarse de la
organización sin sufrir importantes repercusiones económicas;
vi. La amnistía: entendida como la posibilidad de que los integrantes de las
organizaciones terroristas abandonen el grupo sin el miedo a ser etiquetados como
terrorista y a ser encarcelados por ello

Tras esta breve exposición de los principales factores que por un lado movilizan la
radicalización yihadista y que por otro lado favorecen la desradicalización, se va a realizar
una breve, sencilla y resumida delimitación del contexto tanto europeo como local en el
que se va a desarrollar la intervención. Conocer las principales prácticas y proyectos
llevados a cabo por los países cercanos es fundamental para ofrecer una actuación lo más
completa posible, evitando caer en los mismos fallos que se hayan podido cometer en
esas primeras e innovadoras actuaciones. Antes de proceder, cabe destacar también que
los países que se citarán más adelante, con carácter general, han fundamentado sus
intervenciones en la literatura científica y en factores de riesgo idénticos o muy similares
a los anteriormente citados.

1.2 Estrategias europeas contra la radicalización violenta


Tras los atentados del 11-S se ha producido un radical cambio del fenómeno terrorista, se
ha pasado de un terrorismo más tradicional y esencialmente anarquista o independentista
(véase grupos como IRA o ETA) a grupos que actúan más allá de sus fronteras, y que
adquieren un carácter transnacional que obliga a una intervención esencialmente distinta
(Cano Paños, 2009). Algunos países han respondido a este nuevo terrorismo

18
incrementando el castigo penal y amparándose en la legítima defensa. Han sido muchos
los gobiernos que han optado por la guerra, por el incesante empleo de la fuerza y del
derecho penal del enemigo, en principio un derecho excepcional pero que con el paso del
tiempo ha ido ganando cada vez más terreno (Pérez Cepeda, 2018). A pesar de ello y
afortunadamente esta no ha sido la única respuesta, con el pasar de los años más países
optaron por un enfoque más preventivo y menos coercitivo, véanse por ejemplo las
estrategias adoptadas en Reino Unido, Alemania, Francia y Dinamarca. Estos países con
carácter general luchan contra el terrorismo fomentando su prevención y frenando los
procesos de radicalización ya iniciados, centrado mucha de sus fuerzas en ayudar al
ciudadano vulnerable y no aislándolo y castigándolo por ello.

Las estrategias que adoptan para lograr esta prevención son muy diversas, Reino Unido
y Dinamarca optan por ejemplo por la participación activa de las autoridades policiales,
sobre todo en lo que se refiere a la detección y coordinación de la intervención. Sin
embargo, Alemania se muestra más proclive a la intervención con asociaciones
colaboradoras del gobierno y Francia se inclinó por un tiempo por la creación de centros
específicos destinados a la desradicalización (Cano Paños, 2018).

A continuación, y con el objetivo de establecer una breve comparación entre estas


estrategias europeas, se recogen algunos de los elementos esenciales de estas iniciativas
así como los resultados de las mismas.

Reino unido, a través de “The Channel Programme” (HM Government, 2015), delega
la coordinación de las actuaciones y la recopilación de los datos del sujeto a las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del país. Estos son los encargados de analizar dicha información
y de realizar una primera evaluación del caso, posteriormente remiten los datos a distintos
profesionales que realizan una segunda evaluación más exhaustiva. Tras esta evaluación,
se decide que ayuda ofrecerle al sujeto en riesgo de radicalización, estas pueden incluir
servicios básicos y generales como la salud o la educación, o bien pueden centrarse en
ámbitos específicos mediante tutorías u servicios de orientación (Cano Paños, 2018). Una
vez finalizada la intervención se realiza una revisión a los seis meses y nuevamente a los
doce.

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Las estadísticas más recientes ponen de manifiesto que, desde abril de 2018 a marzo 2019
en Inglaterra y Gales, las personas propuestas para Channel Programme fueron 1320, de
todas ellas un total 561 entraron en el programa, el número más alto registrado hasta la
fecha. Cabe señalar que tales cifras guardan relación con la gran variedad de participantes
incluidos, puesto que Channel trabaja no solamente con la radicalización yihadista. Del
total de esos 561 casos, el 37% respondía a la radicalización islamista (210 individuos)
(Home Office, 2019).

En Dinamarca, de forma muy similar, la policía es fundamental para la detección de


sujetos potencialmente vulnerables. Las autoridades policiales que participan el Modelo
Aarhus (Bertelsen, 2015) y que trabajan concretamente en InfoHouse3 son las encargadas
de recibir la información proveniente de familiares, profesores, trabajadores de centros
juveniles, trabajadores sociales , etc. y de realizar una primera investigación para verificar
y comprobar estos datos. Si el caso se considera de grave riesgo para la seguridad
ciudadana se informan las autoridades competentes, en caso contrario se deciden las
actuaciones posteriores. Las ayudas que se ofrecen en estos casos son muy variadas y
atienden a las circunstancias concretas de cada sujeto. Muchas de ellas proporcionan a
los individuos las habilidades necesarias para la autoayuda, como las iniciativas de
Mentoring, asesoramiento o los Exit programs4. Otras están más orientadas a establecer
una red de apoyo para el joven (Parentsnetwork) y a llevar una prevención esencialmente
primaria (Workshops).

Alemania, por otro lado, cuenta con la participación de asociaciones que colaboran
activamente con la Oficina De Asesoramiento Radicalización (en adelante OAR). Una
vez que la información es recibida por la OAR, esta realiza una primera evaluación de las
necesidades y ofrece unas primeras indicaciones, aunque posteriormente, y para un
intervención más en profundidad, remite el caso a una de las ocho asociaciones
colaboradoras (Cano Paños, 2018). Debido a la variedad de instituciones, nos
encontramos con una gama bastante amplia de programas y de ayudas ofrecidas. A modo
de ejemplo, el Centro de Cultura Democrática (ZDK, por sus siglas en alemán) desarrolla

3
InfoHouse es una de las iniciativas del modelo danés para luchar contra la radicalización. A través de ella
se recoge la información procedente de las notificaciones hechas por amigos, familiares, etc. y se analiza
con el fin de determinar la peligrosidad del caso (Bertelsen, 2015).
4
Programas destinados a combatientes retornados de zonas de conflicto que buscan reinsertase en la
sociedad y abandonar las organizaciones terroristas (Bertelsen, 2015).

20
el proyecto HAYAT5. En él, los distintos profesionales implicados (en los que se incluyen
criminólogos) trabajan con el objetivo de crear una red de apoyo entorno al joven en
situación de riesgo y de potenciar los factores de protección (Cano Paños, 2018).

Los datos ofrecidos por Musharbash (2015) y traducidos por Cano Paños (2018), destacan
que HAYAT, desde el año 2012 hasta 2015, ha recibido 204 casos en sus dos oficinas
situadas en Berlín y en Bonn. 75 sujetos han finalizado el proyecto, 40 de ellos mostrando
resultados positivos, es decir, han terminado su relación con ambientes radicales, se han
estabilizado, trabajan o estudian y están socialmente integrados. Aunque los resultados
no son extraordinarios (40 casos de un total de 204), los números muestran que el
proyecto puede funcionar.

Francia implantó programas preventivos de forma tardía en comparación con otros


países europeos, y las medidas que se han incluido en algunos de ellos no han dado los
resultados esperados (Nabaskues Martínez de Eulate, 2017). En el año 2016, en el Plan
De Acción Contra La Radicalización y el Terrorismo francés (Premier Ministre, 2016),
se incluía una medida controvertida: la creación de “centros de reinserción y ciudadanía”
destinados a aquellas personas radicalizadas o en vía de radicalización (medida número
52). En ellos trabajaban varios profesionales para lograr que los participantes
abandonasen sus ideales terroristas.

Según lo expuesto en el Informe del Senado francés (Benbassa & Troendlé, 2017), los
resultados del modelo fueron nulos y contraproducentes, el Centro de Pontourny (el único
que llegó a inaugurarse) había quedado vacío y ningún residente había logrado finalizar
el programa (nadie se quedó más de 5 meses a pesar de que el programa tenía una duración
de 10). Además de ello, algunos abandonaron el programa con ideas incluso más radicales
(Nabaskues Martínez de Eulate, 2017).

El informe concluye que los problemas del programa eran intrínsecos a su propio diseño.
El objetivo de estos centros de des-radicalización era la reintegración de la persona, sin
embargo su diseño logró el resultado contrario, sobre todo por la lejanía del centro con
los domicilios familiares y al carácter voluntario del programa. Asimismo, se logró una

5
Página web disponible en: https://www.hayat-deutschland.de

21

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