FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES DEL DERECHO FISCAL MEXICANO
1. PRINCIPIOS DE LA LEGALIDAD TRIBUTARIA
Este principio obedece a un doble significado o enunciado; el primero corresponde al fisco, en
tanto que el segundo se refiere a los particulares.
En el primer caso, se entiende que la autoridad hacendaria no puede llevar a cabo acto alguno o
realizar alguna función dentro del ámbito fiscal, sin que esté facultada para ello previamente y en
forma expresa en alguna ley que sea aplicable al caso concreto.
Por su parte, los contribuyentes sólo se encuentran obligados a cumplir con los deberes que
previa y expresamente les impongan la leyes que les sean aplicables y exclusivamente puedan
hacer valer ante el fisco, los derechos que esas mismas leyes les confieren.
El principio de legalidad se encuentra consagrado en la fracción IV del artículo 31 de la
constitución federal, que dispone que las contribuciones que se tiene obligación de pagar para los
gastos públicos de la Federación, de los Estados y de los municipios deben estar establecidas por
las leyes. Un reforzamiento de este mandato se encuentra en el párrafo segundo del artículo 14
Constitucional que garantiza que nadie puede ser privado de sus propiedades si no es conforme a
las leyes expedidas por el Congreso.
El principio de legalidad en materia tributaria puede enunciarse mediante el aforismo, adoptado
por analogía del derecho penal “nullum tributum sine lege”, es decir, no hay tributos si no hay
ley.
El principio de legalidad significa pues, que la ley que establece el tributo debe definir cuáles
son los elementos y supuestos de la obligación tributaria, es decir, los hechos imponibles, los
sujetos pasivos de la obligación que va a nacer, así como el objeto y la cantidad de la prestación;
por lo que todos esos elementos no deben quedar al arbitrio o
discreción de la autoridad administrativa. La ley debe también establecer las exenciones.
2. PRINCIPIO DE CONSTITUCIONALIDAD
La influencia de la Constitución en las múltiples ramas del ordenamiento jurídico es,
innegablemente trascendente. Dicha influencia parece ser, particularmente importante en el
Derecho Tributario y la imposición en general, toda vez que dicha rama del Derecho encuentra en
la Carta Magna regulación y apoyo fundamental de los principios que soportan las funciones que
en materia de tributación ejerce el Estado moderno en sus diversos ámbitos de gobierno.
Son principios generales tributarios constitucionales, los principios de igualdad, de legalidad,
de seguridad jurídica y los económicos. En tanto que, son principios específicos tributarios
constitucionales, el de progresividad y la capacidad contributiva en la tributación.
Asimismo, hay que considerar dentro de estos principios constitucionales de destino, el de
proporcionalidad y el de equidad que estatuye nuestra Carta Magna.
3. LIMITES CONSTITUCIONALES
El poder tributario que ejerce en México tanto la Federación como los Estados, a través del
Congreso General y de las legislaturas locales no es absoluto, sino que se encuentra sujeto a las
limitaciones establecidas en la Constitución General de la República.
Algunas de esas limitaciones establecidas en nuestra Carta Magna tienen el carácter de garantías
individuales, o lo que es lo mismo, de derechos subjetivos públicos y constituyen una parte de las
limitaciones al poder del Estado, en sus aspectos legislativo y ejecutivo, que hacen del Estado
Mexicano un Estado de derecho.
4 . PRINCIPIO DE IGUALDAD
Hablar del principio constitucional de igualdad implica, evidentemente, considerar que dicha
igualdad se debe dar siempre ante la ley. En ese orden de ideas, “lo que hace que un ordenamiento
jurídico, además de un conjunto de normas sea de Derecho, es que ese ordenamiento se aplique con
criterio de igualdad, en cuanto es posible identificar a éste con la idea de justicia”. Así, este
principio ha sido utilizado en dos sentidos: primero, como igualdad de tratamiento, con exclusión o
prohibición de cualquier privilegio o discriminación por razón de nacimiento, clase, religión o raza;
y en un segundo sentido, que en él “se habla del principio de igualdad como base del impuesto,
como medida de las obligaciones tributarias a soportar por los sujetos pasivos; lo que significa que
cada uno contribuirá con relación o proporción a su capacidad contributiva”.
5 . PRINCIPIO DE SEGURIDAD JURIDICA
El principio de seguridad es un valor preponderante en todo ordenamiento jurídico,
constituyéndose de esa manera, en el valor esencial del cumplimiento de valores de superior
jerarquía como lo es, sin duda, la justicia.
Así, de esta manera, objetivamente la seguridad jurídica se materializa por las garantías que la
sociedad le asegura a la persona en sus bienes y derechos; mientras que, subjetivamente, será la
convicción que tiene la persona, física o moral, de suponer un estado jurídico de confianza de saber
siempre a que atenerse.
En materia constitucional, el primero de los artículos correspondientes a dicho rubro lo es, sin
duda, el 14, mismo que es conocido de diversas formas: como el que establece el derecho a ser
oído y vencido en juicio, el derecho de audiencia. Establece este precepto la irretroactividad de la
norma fiscal, así como la privación de las propiedades, posesiones o derechos “sólo mediante juicio
seguido ante los tribunales previamente establecidos, en que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad”.
Otro artículo de este tipo, es el 16 Constitucional, mismo que para el ámbito fiscal establece los
denominados “actos de molestia”, como lo son los de fiscalización y revisión que, con motivo de la
comprobación del cumplimiento fiscal, realizan las autoridades fiscales, federales y locales. Por
eso, este artículo, en materia fiscal es básico y primordial.
6. PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
La capacidad contributiva, se puede afirmar, es una situación de carácter eminentemente
económico-financiero. En ese sentido. Este principio refleja la racionalidad del derecho, y se basa
en el hecho, la situación, la circunstancia, la actividad o el bien de que es causa o que da origen al
impuesto, por tanto, esta capacidad significará la posibilidad de aportar de un sujeto: de entregar
parte de su patrimonio particular para los fines públicos.
Esta viene a ser una facultad de los contribuyentes para afrontar las cargas tributarias, que se
mide en función de sus ingresos, de su riqueza, o inclusive de sus gastos, con total independencia
de los beneficios directos que pudieran derivar para éste, del ejercicio del gasto público.
En resumen, la proporcionalidad radica medularmente, en que los sujetos pasivos deben
contribuir a los gastos públicos en función de su respectiva capacidad contributiva, debiendo
aportar una parte justa y adecuada de sus ingresos, utilidades o rendimientos.
7 . PRINCIPIO DE EQUIDAD
Este principio radica, esencialmente, en la igualdad ante la misma ley tributaria de todos los
sujetos pasivos de un mismo tributo, los que en tales condiciones deben recibir un tratamiento
idéntico en lo concerniente a hipótesis de causación, acumulación de ingresos gravables,
deducciones permitidas, plazos de pago, etc., debiendo únicamente variar las tarifas tributarias
aplicables de acuerdo con la capacidad contributiva de cada contribuyente.