0% encontró este documento útil (0 votos)
38 vistas261 páginas

El Alfa Mas Fuerte Tomo

Este documento presenta sinopsis de dos tomos de una obra original. El Tomo 1 trata sobre un omega descarado llamado Haru que nunca había experimentado el celo hasta que conoce a un alfa especial llamado Kurose. El Tomo 2 continúa la historia enfocándose en la vida familiar de la pareja y nuevas amenazas contra ellos.

Cargado por

yekiitak89
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
38 vistas261 páginas

El Alfa Mas Fuerte Tomo

Este documento presenta sinopsis de dos tomos de una obra original. El Tomo 1 trata sobre un omega descarado llamado Haru que nunca había experimentado el celo hasta que conoce a un alfa especial llamado Kurose. El Tomo 2 continúa la historia enfocándose en la vida familiar de la pareja y nuevas amenazas contra ellos.

Cargado por

yekiitak89
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 261

El Alfa más fuerte Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada)

Posted originally on the Archive of Our Own at http://archiveofourown.org/works/37107691.

Rating: Not Rated


Archive Warning: Graphic Depictions Of Violence
Category: M/M
Fandom: Original Work
Stats: Published: 2022-02-14 Completed: 2022-06-11 Chapters: 62/62 Words:
91327

El Alfa más fuerte Tomo 1 y 2 (Traducción finalizada)


by SoyJewel

Summary

Sinopsis Tomo 1:

Haru Goshoku es un omega descarado al que nunca le ha llegado el celo.

"No estaré en celo jamás."

Pero tan pronto como lo pensó, conoció a un soldado de las fuerzas especiales llamado
Kurose y sí, ocurrió su primer ciclo de calor.

Kurose parece ser una existencia especial llamada "S Alfa". Alguien que puede manipular
libremente el celo de los Omega que están a su alrededor. Además, se dice que Goshoku es
el "S Omega" que buscaban los militares para completar su investigación de una raza más
avanzada.

Sinopsis Tomo 2:

"Soy el único que puede hacerte entrar en celo."

Kurose es un S-Alfa especial que puede manipular el celo de un Omega libremente. Y su


pareja, es un omega especial con una alta probabilidad de producir S Alfas. Kurose, quien
ahora está más preocupado por ser un buen esposo y padre, y Goshoku, quien se convirtió
en su enlace, están tan felices en su vida diaria que no tienen tiempo para pensar en eso. Sin
embargo, todavía hay Alfas por allí que apuntan a Goshoku para sus experimentos ¡Y ahora
incluso sus niños, quienes son Omega, están involucrados!

//Por favor, no traduzca la página al español para que la traducción no pierda sentido.//
Chapter 1

El mundo era impulsado por los Alfas.

Era sentido común y un hecho insustituible. Por supuesto, algunos podrían estar insatisfechos con
esto, sintiendo que era como si todos pensaran que no importaba lo que se escondiera debajo de la
imagen de los Alfas siempre y cuando pudiera cubrirse con una tapa perfecta de paz.

Y Goshiki Haru era uno de ellos.

Haru era un joven con párpado doble. El color de su pupila era muy claro así que la diferencia
entre esta parte y su iris pareció ser algo que podía verse con bastante claridad desde la distancia.
No eran ojos grandes, pero si provocativos. Y todos decían que era porque las esquinas exteriores
estaban levantadas como los de un gato. Algo que podía describirse como una "mirada de hielo".
Su nariz suave se adaptaba bien a la línea de su cara y sus labios parecían sanos y coloreados...
Incluso aunque no decían mucho. No había hablado tanto desde que era un niño. Más que nada
porque él era muy consciente de que, una vez que abriera la boca, solamente iban a salir un montón
de palabras descaradas de allí. Incluso si no tenía la intención de hacer eso, a veces parecía hacer
declaraciones que golpeaban los nervios de la otra persona hasta un punto en que le pedían que
solo se detuviera. El hábito era algo que salía aunque tuviera cuidado, posiblemente. Además, era
delgado en general, especialmente alrededor del cuello. El cabello negro se le esparcía alrededor de
las orejas y en su nuca así que, aunque cumplió 27 este año, la edad que aparentaba era de unos 5
menos. Podía ser una razón que la forma de su cara y la finura de las líneas en sus expresiones
fueran perfectas, pero también le decían que estaba influenciado por al hecho de que no era
sexualmente activo.

Goshoku era Omega, pero no tenía experiencia en el celo.

Fue alrededor de los seis años cuando se enteró de su segundo sexo por medio de un análisis de
sangre, que era obligatorio para todas las personas, y que funcionaba para saber si eran alfa,
omega o beta.

Los Alfa representaban solo alrededor del 20% de la población, tenían una excelente habilidad, un
alto coeficiente intelectual, capacidad atlética, temperamento y todo lo demás. La llamaban "élite
natural" y como tal, muchos eran políticos, médicos, abogados, investigadores, y cosas por el
estilo. Los siguientes eran los Beta, que eran aproximadamente el 70% de la población, pero que
no tenían nada de especial. Se podía decir que la clase media no tenía ventajas ni desventajas por el
segundo sexo. Y aunque el Omega era el más raro, tenían un gran problema físico llamado "celo".
Y era por eso que se decía, contrariamente a su rareza, que eran monstruos.

El celo de un Omega llegaba cada mes o cada tres meses. Era una cosa molesta que provocaba
seducir al alfa con feromonas y de esta manera, impulsar el tan famoso comportamiento
reproductivo.
El pobre Omega era atacado por una lujuria intensa, por lo que a veces no trabajaba y ni siquiera
tenía modo de estudiar. La situación actual estaba enfocada en trabajar en drogas que suprimieran
el celo hasta lograr que fuera o suficientemente débil como para llevar una vida social básicamente
tranquila.

Como resultado de la inspección, la etiqueta de identificación que obtuvo Goshoku decía


"Omega." Sin embargo, aunque el celo solía comenzar siempre alrededor de los 16, no hubo
signos de eso ni por un solo instante. Le dijeron que entonces le llegaría en la madurez, pero no
cambió incluso después de los 20 años. Y un Omega sin celo era excepcionalmente extraño, pero
no imposible. Algunas personas terminaban su vida sin celo después de todo. Por el momento, era
Omega, pero se veía muy similar a un Beta... Y la verdad era que estaba bastante satisfecho con eso
porque quería vivir un destino normal.

En ese momento, la puerta se abrió y un cliente entró en la tienda.

"Bienvenido".

Goshiki detuvo su mano y levantó la cara. Un joven de poco más de veinte años, con una cara
familiar, venía aquí una vez cada pocas semanas.

"Por favor..."

"Oh, un momento."

Luego sacó algunas botellas del estante trasero y las coloco en el mostrador de nogal. Los frascos
alineados estaban llenos de plantas secas. Era, después de todo, el trabajo de Goshoku formular
medicina herbaria china que controlara el celo de un Omega hasta casi suprimirlo.
Habían pasado cinco años desde que consiguió este trabajo y aunque era una farmacia
dispensadora, a primera vista parecía algo así como un bar porque el mostrador, los estantes y el
piso eran todos de madera natural. En la trastienda, había una estantería que llegaba hasta el techo
a lo largo de la pared, y una colección de libros bastante hermosa que hacía parecer al lugar como
una biblioteca. Allí tenían libros especializados, de medicina y hierbas de todo el mundo. Y tenía
que decir que en realidad le gustaba mucho este espacio donde flotaba el olor de la madera y del
papel. Algo como "el aroma del conocimiento".

"Señor Goshoku, ¿Conoce ese rumor sobre el S Alfa?"

"Escuché algo de eso. Debe ser una persona asquerosa, ¿No es así?"

El cliente se rió.

"Lo que escuché es que es una persona con una fuerte mutación. Es decir, parece que puede
controlar el celo de un Omega por su propia voluntad".

"Es asombroso".

"Si una persona así te busca, no hay nada que puedas hacer al respecto. Es por eso que está
liderando el equipo militar de búsqueda ahora. Parece que quiere... Ya sabes, un Omega".

"Ya veo, te interesa ser su pareja."

"Oh, no. Ese no es el caso…"

La vaga sonrisa le sugirió la angustia de no poder tener un romance libre. Si bien, era lógico que se
permitía el amor entre Alfas y Omegas, los militares manejaban más el matrimonio con
dominantes. Y este quería un S.

Un Omega siempre fue el objetivo para el sexo. Sin embargo, detrás de escena, era innegable que
uno de ellos, que podía ser embarazado incluso siendo un hombre, era visto como alguien que solo
tenía el propósito de producir una manada de alfas excelentes.

"Incluso si se utiliza un inhibidor, no funciona para la inducción intencional del S Alfa.


Parece que puedes suprimirlo instantáneamente con un fármaco químico muy fuerte, pero es
uno regulado. No está disponible para el público en general."

"Así es, parece imposible incluso con la medicina china".

Escuchó la historia de un Omega S que se negó a casarse con uno de esos Alfas e incluso llegó al
punto de querer escapar varias veces. Aunque vivió tranquilamente fingiendo ser un beta, lo
encontraron a la fuerza y lo llevaron de vuelta con él. En serio fue terrible.

"En fin. Lamento haberlo hecho esperar. Es un tratamiento para dos semanas. Si tiene
alguna pregunta, comuníquese conmigo".

"Sí. Nos vemos de nuevo".

Cuando el cliente se fue, comenzó a preparar la medicina que estaba destinada para ser entregada
por correo electrónico. Algunos clientes iban y venían constantemente hasta la hora de cierre, pero
hoy estaba relativamente tranquilo. Y cuando esto pasaba, Goshoku comenzaba a limpiar la tienda,
barría el piso y limpiaba el mostrador. Se le decía que aplicara cera regularmente, así que utilizaba
un trapito desechable en el borde. Acomodaba todo poco a poco a lo largo de la tabla del piso y
movía las sillas y las mesas también. El suelo, que había sido repintado muchas veces, adquirió un
color caramelo profundo y un brillo ligeramente tenue. No era solo un lugar con tablas, era como
una criatura que respiraba por su cuenta. En pocas palabras, pensaba que el local era algo hermoso
y digno de respeto. Le gustaba el leve chirrido de los zapatos cuando caminaba, sus clavos, las
ondulaciones ¿Por qué encontraba gustos tan bobos?

Cuando llegó el momento de cerrar la tienda, Goshoku atravesó el jardín hasta la clínica trasera.
Tenía el mismo ambiente que una farmacia así que podía decir que era un hogar, una clínica y una
pequeña tienda antigua al mismo tiempo.

"Señor Takeda, ya cerré la tienda".

"Muchas gracias. ¿Qué tal si juegas al ajedrez conmigo?"

"Está bien".

Era sólido y guapo así que dudaba de decir que era un anciano. Su columna vertebral era recta y se
sentía un poco como estar viendo a un antiguo luchador profesional. Sin embargo, al mirar de
cerca, podía ver que las arrugas profundas estaban bastante bien grabadas en su cara, lo que le daba
a Takeda la impresión de ser una persona como todas las demás.

"Por cierto, sensei, ¿Abrió el sobre que recibió esta mañana del ejército? Probablemente lo
tiró de nuevo".

Como Takeda no movió la cabeza verticalmente, pensó que posiblemente ese era el caso.

"¡Está dejando perder oportunidades! Tiene el coeficiente intelectual y unas habilidades


perfectas. ¡Es un médico y es un Alfa por Dios! Debería usarlo".

"El ejército no quiere mis habilidades."

Takeda fue a la trastienda y volvió con un cigarro. Estuvo 40 minutos fumando y luego se
quedaron jugando al ajedrez por otra media hora. Después de todo, había una mesa redonda allí,
sillas en la sala de estar, y Goshoku leyendo un pequeño manual para intentar no perder. La placa
superior del mueblecito tenía un patrón de tablero de ajedrez y un cajón que podía almacenar
piezas. Era una artesanía hecha especialmente para jugar.
"Recientemente, el ejército parece estar muy activo gracias a que tienen un S Alfa."

Las piezas estaban alineadas frente a Takeda, quien tenía un cigarro en la boca y el fuego de un
encendedor. Cuando estuvo listo, Goshoku agarró una pieza blanca y una negra con sus manos
derecha e izquierda y se las ofreció a su maestro diciendo: "Por favor, elige".

"Derecha".

Abrió su mano. Era negro.

"Soy el primer jugador".

Eligió un peón de sus piezas y lo movió en diagonal hacia la izquierda.

"Parece que el ejército envía con frecuencia equipos especiales para buscar al Omega que se
ha escapado. Dominante, posiblemente un S".

"Sí. Hablé con un cliente hoy".

"¿Hablaste con el cliente? ¿Qué dijo?"

Takeda también movió el peón. Goshoku sonrió.

"Pero no fue gran cosa."

Entonces, la "bola de masa" se frotó contra su tobillo. No era una bola de masa en realidad, sino un
gato que se llamaba así. Cuando lo acarició, dijo: "Ven aquí, bolita." Y lo puso en sus muslos
para permitir que -Bola de masa- se acomodara en la abolladura hecha por sus piernas. Cuando esto
pasaba era lógico que no pudiera moverse.

"Creo que hay muchas personas que se sentirían más que encantadas de tener algo que ver
con un Alfa S. Ya sabes, padres que quieren nietos excelentes. Las familias Alfas y Omegas
son de diferentes estatus. Las personas son criaturas que no pueden evitar clasificarse en
superiores o inferiores".

Takeda suspiró.

"Naaa, siento que es algo exagerado. Cada vez que un Alfa camina es como si a las mujeres se
les alborotara el útero".

Takeda se rió. Especialmente porque cuando hablaba de Alfas, comenzaban a surgir palabras duras
que se podían llamar más bien, ira hacia la clase privilegiada.

"Tienes razón en que la gente parece ignorar que los S Alfa son demonios."

Goshoku se detuvo. Cuando levantó la vista, notó que Takeda estaba sacando vagamente el humo
del cigarro de entre su boca. Igual a una araña que escupía un hilo para atrapar a su presa.

Aunque normalmente no le tomaba importancia, ahora fue como si salieran palabras muy
interesante de él.

"¿Qué quieres decir con "demonio"?"

"Precisamente eso. Un Alfa S solo está goteando oscuridad. Si te acercas a él sin darte cuenta,
te atrapará. Te hará llegar hasta el abismo. No, él es el abismo mismo".

"Yo no creo que..."

"El suave aroma que vendrá de él, hará que el tiempo se sienta corto. Es peligroso estar
fascinado por eso. Serás arrastrado."

¿De qué estaba hablando?

¿Qué quería decir con gotear oscuridad?

¿Qué tipo de persona podía ser un hombre que le había hecho decir a Takeda "el abismo mismo"?

Una vez intrigado, las preguntas salieron una tras otra sin que pudiera hacer algo para evitarlo. Un
Alfa especial, tan especial que podía soportar las capacidades de cualquier otro dominante y que
podía incluso estimular el celo de un Omega por su propia voluntad. Algo como Superman.

"Si estás interesado, puedo enviarte con un buen contacto."

"Para nada, no me interesan esas cosas en realidad ¡Jaque mate!"

Takeda tenía un coeficiente intelectual igual al de cualquier Alfa, pero por alguna razón era malo
con el ajedrez.
Chapter 2

Aunque deseara olvidar, todavía había fracciones del pasado que parecieron no querer marcharse.
Era lo mismo que la suciedad que no se quitaba por muchas veces que se limpiara o se sacudiera o
se raspara con una pala.

Si no podía borrarlo, pensó que al menos debería deshacerse de él pensando en otra cosa, pero era
un poco imposible cuando aparecía tan de la nada y de vez en cuando. En tal caso, se sintió como
si estuviera siendo expuesto al viento seco y al aire frío de un invierno constante.

"Este niño también es Omega."

El rostro de su madre, que no pudo ocultar su decepción, pareció ser de hace unos segundos que de
años.

"Oye, mamá. ¿Por qué no puedo jugar afuera?"

"No lo necesitas. Verás, tu piel es muy sensible y no basta con aplicar protector solar. Tienes que
ser perfecto para compensar los otros errores".

Pero solo pudo recordar sentirse acalambrado debido a todos los elementos prohibidos en su niñez,
como por ejemplo no quemarse con el sol o no perder la forma de su bonita apariencia. Por
supuesto, también le decían que no cruzara las piernas ni se sentara encogido.

"¿Por qué solo nacen Omegas en nuestra familia? Es una desgracia."

Cuando escuchaba eso, también se preguntaba por qué su madre tenía que poner una cara tan
triste. Sin embargo, a medida que los dos envejecieron, el significado se volvió muchísimo más
claro y fue como si comenzara a ser más consciente de que su existencia en si, era algo cruel.

"Puede que ahora si venga su celo."

"¡No puedo dejar que espere más!"

Los padres lo aguantaron durante mucho tiempo. Normalmente, no había cambios en la edad del
celo para los miembros de su familia pero, Goshoku, que había pospuesto su matrimonio con un
buen Alfa casi por un año entero, finalmente pareció comenzar a darse por vencido.

Aunque era Omega, no entró en celo.

Le habían dicho que era lo mismo que ser un beta, pero era peor que uno. En primer lugar había
una gran diferencia entre ser criado como un niño que podía tener a un Alfa desde el principio a ser
mantenido sin expectativas futuras. En particular, la familia de Goshoku pareció tener una alta
esperanza de tener un hijo Alfa por lo que se decepcionó cuando descubrió que era un Omega y se
decepcionaron muchísimo más cuando vieron que no estaba en celo.

La noche en que su hermano fue a hablar con el Alfa para disculparse con él, su padre habló de sus
verdaderas intenciones.

"¿Por qué tuvo que nacer alguien como Goshoku?"

La angustia se filtró con un suspiro y golpeó el corazón de Goshoku. Tal vez esa vez no reaccionó
terriblemente porque estaba influenciado por el sake pero, igual fue suficientemente shockeante
como para hacerlo llorar. Y Goshoku, quien escuchó los sentimientos de su papá, dejó su lugar y
salió de la casa en completo silencio. No había regresado con sus padres después de eso así que
frecuentemente se preguntaba ¿Qué hubiera pasado si Takeda no lo hubiera recogido y
prácticamente cargado con él?

"Odio ser..."

Pero se despertó con su voz y un techo oscuro apareció ante sus ojos.

Mirando el reloj, descubrió que era demasiado temprano para levantarse pero, cuando cerró los
párpados de nuevo y tal vez a causa de su sueño anterior, notó que las ganas de dormir
simplemente habían desaparecido por allí.

"Tuve un sueño extraño..."

Se levantó y fue a la cocina a beber un poquito de agua. El segundero del reloj se sincronizó con el
sonido de su corazón porque estaba increíblemente molesto por las palabras de su padre, incluso
aunque fuera solo en sueños. Es decir, cuando pasaba algo así, sentía que estaba cayendo
profundamente en un agujero muy oscuro y terrible.

"Si estás interesado, puedo mandarte con un buen contacto."

Recordó las palabras de Takeda.

"No me interesa."

Aunque nadie estaba escuchando, dijo esto en voz alta. Sabía que a menudo hacía eso cuando
intentaba ocultar sus verdaderos sentimientos.
Chapter 3

"Es peligroso".

Yanai apareció en la farmacia al día siguiente.

Seiji Yanai era un detective que tenía barba incipiente. El hombre era un Alfa, pero pareció estar
cansado del hecho de que algunos humanos tuvieran el suficiente poder como para mover el
mundo a expensas de otras personas. Por supuesto, exactamente por eso arrojaba información
sobre los militares a todos los que pudieran pagarla. Takeda y él a veces ayudaban a los Omega a
escapar de ellos.

"¿Qué quieres decir con peligroso?"

"El ejército está interviniendo profundamente en las casas de los Alfa y los Omega que estén
en el registro. Al parecer están buscando al Omega que se escapó."

Aunque era una organización separada del estado, si el perpetrador o la víctima del hecho era un
Alfa u Omega, entonces lógicamente estarían bajo la jurisdicción de los militares. Era un hecho
que Yanai había escuchado mucho sobre la arrogancia del ejército en los últimos días.

"¿Sabes qué tipo de hombre es el líder?"

Preguntó.

"El señor Takeda dijo que era lamentable".

No deseaba seguir escuchando de los S Alfa, pero tenía que admitir que era fascinante que hubiera
uno real liderando el ejército.

"Su padre estaba en la parte superior del ejército hace un tiempo, pero parece que su mamá
era simplemente una Omega que trabajaba en un lugar parecido a un barrio bajo. Al
parecer ellos dos, mamá e hijo, vivían muy felices hasta que descubrieron que era un
mutante."

Yanai distorsionó sus labios y se rió.

"¿No es una historia triste? Estuvo viviendo con normalidad hasta los seis años pero, tan
pronto como se enteraron de que era un S Alfa, lo separaron de ella y lo llevaron a la casa de
su padre. Fue como, un modo de entrenarlo".

Goshoku frunció el ceño. Yanai siguió hablando sobre la manera en la que vivía con su muy
estricto padre e incluso de que aparentemente tenía una madrastra.

"Tiene un medio hermano. Es el tipo que organizó el equipo de "Búsqueda Omega" del
ejército. No obstante, es un alfa normal."

"Ya."

"Pero yo no creo que tenga paz en su corazón después de ser casi tirado a un lado por alguien
que ni siquiera tiene su sangre. Ya sabes que los celos de un hombre son insidiosos."
"¿Usted cree?"

"Claro. Es extraño por donde lo mires. Además, el equipo de búsqueda no tiene ningún Beta.
Los Beta no sienten las feromonas de un Omega así que tal vez ellos podrían serles útiles ya
que están cazando a uno. Pero hay puros Alfa."

"¿No es ese medio hermano el hombre que dice Takeda que tiene "oscuridad" dentro de él o
algo por el estilo?"

"Ambos hermanos son oscuros. Mira, s e dice que los "S Alfa" y los "S Omega" son
realmente el resultado de una mutación accidental. Pero, a últimas fechas, se está haciendo
bastante conocido que cuando un "S Alfa" se reproduce, es más probable que su
descendencia también tenga la mutación. Además, también puede funcionar si se mezcla con
genes de Beta ¿Sabes lo que eso significa?"

"No en realidad..."

"¡Su esperma va a comenzar a venderse! Es lógico. Incluso se rumorea que la gente rica ya
está pagando por tener los genes del único "S Alfa" existente en la región militar.
Especialmente los de las familias de Omegas. Pero, es mucho trabajo ¿No? Extraer su semen
todo el tiempo."

"..."

"Imagínate que pasaría si encontraran a un "S Omega" como el que se escapó. Comprar un
cuerpo para follar y dar descendientes Alfas suena más rentable."

Goshoku abrió la boca otra vez:

"Los Alfa son horribles..."

"Creo que los Alfa también tenemos que vivir con nuestro propio instinto. Es como tener una
bestia. Hay una bestia en mí que no puede reprimirse frente al celo de un Omega. Es casi
como no tener voluntad. Quiero decir, incluso si no sé qué tipo de persona es... Quiero
sostenerlo."

Dijo que era abominable y luego comenzó a decir más cosas para justificarlos. Por ejemplo, habló
sobre la existencia de una conexión llamada "enlace" y comenzó a decir que eso también era uno
de los factores que provocaban que los Alfa tuvieran miedo. Sin embargo, desde el momento en
que un Alfa mordía el cuello de un Omega durante el sexo, estando en celo, las feromonas
comenzaban a transformarse en algo que solo funcionaba para su pareja. Además, la actividad
sexual con otros que no fueran el enlace se acompañaba de dolor intenso como el de cabeza o el de
pecho. Y aunque era posible eliminar esta unión, solo pasaba desde el lado alfa. Es decir, un
Omega experimentaría angustia física y mental y era, a todas luces, solo una desventaja para ellos
ya que quedaba un celo sin satisfacción.

¿Por qué tendría compasión por los Alfa en ese caso?

Sería bueno que la persona de la que te enamoraras fuera también tu enlace, pero la mayoría de las
veces era solo un matrimonio político. Es por eso que los Omega siempre escapaban o terminaban
suicidándose.
"En fin, el movimiento principal del ejército, es buscar al Omega que se escapó. Pero parece
que quieren conseguir más que al inicio."

En ese momento, entró un cliente. Uno de los chicos habituales que tenía una receta en la mano.
Cuando Yanai retrocedió unos pasos para abrir el mostrador, el joven se inclinó y finalmente
pareció poder mostrar una sonrisa:

"Hola. Es lo de siempre."

"Bienvenido. Bueno, es por diez días ¿Verdad?"

Mientras miraba la receta, sacó las botellas con hierbas del estante trasero y las alineó
cuidadosamente en el mostrador. Verificó el proceso dos veces y mientras lo mandaba a pesar, se
dio cuenta por fin de que estaba más interesado en la historia de Yanai de lo que había querido
aceptar.

(¿Cuál es el propósito de las fuerzas armadas?)

Por la expresión de Yanai, estaba claro que no era algo bueno. Además, era desgarrador, para
alguien nacido omega, pensar que tenía que haber más dolor para su género del que de por si ya les
habían asignado.
Por supuesto, aunque estaba preocupado por eso, se esforzó por actuar tan bien como de
costumbre... Hasta que de repente notó que la apariencia del cliente, que estaba sentado en el sofá
y esperando a Goshoku, se estaba volviendo particularmente extraña. Actuaba inquieto y no dejaba
de moverse de un lado para otro. También descubrió que su respiración se estaba volviendo muy
cortada.

Tomó la cuchara y salió del mostrador para ver qué era lo que estaba pasando.

"¿... Está bien?"

Al mismo tiempo que llamaba al cliente, Yanai se tambaleó detrás de él. Y cuando se dio la vuelta
y lo miró, notó que sus ojos eran completamente diferentes a los del inicio. Le tomó toda su
atención que se viera como un carnívoro hambriento mientras miraba al cliente.

Era desagradable, así que seguramente era el celo.

Goshoku rápidamente extendió sus manos y gritó: "¡Señor Yanai! Por favor, cálmese. ¡Uh...!"

Trató de detenerlo, pero fue empujado tan fácilmente que rodó hasta la esquina de la tienda. Las
cosas a su alrededor hicieron un ruido muy fuerte y se dispersaron por el suelo hasta casi romperse.

"Maldición..."

Nunca había pasado antes eso de ser víctima de un ataque tan repentino. En primer lugar porque
todos los Omegas tomaban la medicina china recetada por Takeda para suprimir el celo. Sin
embargo, el cliente estaba claramente entrando en calor y por eso Yanai estaba reaccionando.

"No... No... Espera..."

El cliente se arrastró por el suelo, a punto de salir corriendo. Sin embargo, Yanai lo cubrió con su
cuerpo y lo acostó muy fácilmente contra el suelo para comenzar a quitarle la ropa.

"No, no... Ah."


Pero mientras decía que no le gustaba, también era como si realmente quisiera que entrara dentro
de él. Abrió bien los muslos y miró la entrepierna de Yanai, que ya se estaba quitando el cinturón.

"¡Maestro! ¡Maestro! ¡El cliente...! ¡Por favor, ayúdeme!"

Saltó rápidamente del mostrador y comenzó a gritar, pensando que seguramente tenía que ir hacia
la clínica para traer al señor Takeda

Sin embargo, Takeda solo se quedó frente a él cuando entró.

"… ¿Qué significa esto?"

Cuando Takeda murmuró esta oración, la puerta de la tienda se abrió y entró un hombre en
uniforme militar que además vestía un abrigo completamente negro.

Su pecho se sintió lleno, como si su corazón fuera tragado por sus grandes manos.

Un gobernante. Eso fue lo primero que le vino a la mente. Un hombre con una autoconfianza
inquebrantable. Y sí, solo mirarlo hizo que se olvidara de como respirar.
Chapter 4

El hombre era alto, tenía una entrepierna bastante marcada y su uniforme militar azul oscuro le
quedaba un tanto ceñido. Su ropa tenía doble fila para los botones y el cuello lo llevaba
completamente cubierto con una corbata gruesa sobre una camisa blanca. Tenía bolsillos en el
pecho, con solapas que se podían abrochar con ayuda de unos pequeños botoncitos que hacían que
el diseño fuera más notorio, lo que a su vez le daba una buena impresión de solidez y delicadeza.
Por supuesto, era maravilloso porque tenía tanto la dignidad de un soldado orgulloso como la
dignidad de un aristócrata.

Y no era sólo la ropa lo que lo hacía ver maravilloso.

Sus ojos, los que se asomaban a través del gorro que llevaba en la cabeza, eran más profundos que
los de cualquier hombre que hubiese conocido en el pasado. Al mismo tiempo, lo hacía siento solo,
como si estuviera en el fondo mismo de la tierra. Eran unas iris de obsidiana que emitían una luz
profunda a los lados de una nariz recta y perfecta. E incluso su boca bien formada pareció indicar
la enorme fuerza de voluntad que tenía el hombre.

El sujeto se dirigió hacia Yanai, quien estaba apoyado contra el suelo con el cliente todavía debajo
de él.

"Detente."

La voz del hombre resonó desde el fondo mismo de su pecho, haciendo que Goshoku diera un paso
para atrás involuntariamente. Yanai estaba enojado por la intervención de un tercero así que, con
una cara tan desencajada como la de una bestia, gritó:

"¡No me molestes!"

El hombre entonces derribó a Yanai con uno solo de sus puños. Aunque estaba en celo, sintió que
fue sorprendente que lo hiciera tan rápido con un tipo corpulento y alto como lo era Yanai. Luego,
el sujeto sacó una jeringa de un pequeño estuche en su abrigo y la clavó alrededor del muslo del
cliente para administrar inmediatamente el líquido cristalino que estaba en el interior.

Después de eso, la apariencia del hombre cambió de un modo drástico.

"¿Estás bien?"

"Ah, ah, ah..."

El cliente recuperó gradualmente la compostura. Y junto con eso, la razón de Yanai pareció haber
regresado también. Sin embargo, un Alfa, quien perdía el control por culpa del celo de un Omega,
nunca podía calmarse a menos que eyaculara o tomara un supresor.

"Ponte esto."

Cuando el hombre arrojó el estuche en su dirección, Yanai lo recibió, sacó la jeringa y se la clavó
de inmediato en el muslo. Al parecer realmente había recuperado la compostura después de ese
mal trago, pero su expresión era indescifrable. Todavía no existía la cura para la frustración de
perder la razón y atacar a un hombre hasta casi violarlo.

Después de sacudirse el cabello despeinado, pateó el sofá de manera abominable.


"¡Maldita sea…! No sé que fue lo que..."

"No rompas mi tienda, muchachito."

Takeda le dio un zape en la cabeza. Aún así, pareció que era imposible hacer que Yanai saliera del
estado de excitación en el que lo habían metido, y hasta se notaba la manera tan desesperada en la
que estaba movilizando toda su razón para no cometer una tontería.

"Profesor, lo siento tanto".

"Este mueble es una antigüedad, fue hecha en Inglaterra hace casi 100 años. Si pateas los
muebles la próxima vez, juro que ya no voy a dejarte pasar".

"Lo sé. Hice algo realmente malo. Lo siento muchísimo."

Mientras tanto, Goshoku solamente podía mirar al hombre con uniforme.

Él era un S Alfa.

La posibilidad era increíblemente alta porque vestía un uniforme militar y tenía un fuerte inhibidor
químico en el bolsillo. Es decir, su corazón le dio la respuesta antes de que pudiera juzgar la
situación de un modo analítico. No podía explicar el por qué, solamente lo sabía.

"Me disculpo."

Y por supuesto, tan pronto como sus ojos se encontraron, incluso pareció cómo si olvidara la
manera correcta de respirar. Luego, apareció un dolorcito en su pecho y una fuente de calor en la
parte posterior de la garganta que le hizo casi sacar la lengua. Intentó calmarse para no quedarse
sin oxígeno, pero seguramente se vio justo como un perro con sed.

"Es mi culpa. No quise entrar en su tienda de esa manera".

Su cuerpo reaccionó a su voz.

"¿Eres ese S Alfa del que todos hablan?"

"Sí, lo siento mucho. Estaba buscando a alguien y... Sin querer hice que las cosas se salieran
de control."

"Sabía que un S Alfa podía provocar intencionalmente el celo de un Omega, pero no tenía
idea de que fuera tan intenso o de que funcionara con solo acercarse unos pasos a los demás".

Goshoku era un Omega que no tenía celo, pero por alguna razón pareció sentirse amenazado
gracias a esta situación. Le temblaban las rodillas mientras hablaba.

"De verdad tuve mucho miedo..."

"Lo repetiré si es necesario, lamento terriblemente las molestias y los daños en su tienda.
Esto de aquí es un medicamento muy fuerte. Si sienten que algo anda mal con su condición
física, comuníquense conmigo de inmediato porque me haré responsable de todo esto. La
información de contacto está escrita aquí".

Goshoku se quejó. Sin embargo, incluso si parecía desear que dejara este lugar para ya no tenerlo
de frente, su cuerpo no se movió ni un centímetro. No quería escuchar su voz, pero la estaba
repitiendo constantemente en su cabeza hasta que pareció no tener más remedio que taparse los
oídos.

Su corazón palpitaba más fuerte que nunca.

Tenía fuego en el estómago.

Estaba mareado. Tan, tan mareado...

"Oye, ¿Qué tienes?"

"Maestro, yo…"

Pero cuando extendió la mano en dirección a Takeda, Goshoku se puso completamente pálido. Su
campo de visión se oscureció en un segundo y su conciencia pareció desaparecer.

"Tiene fiebre. ¡Oye, Goshoku! ¡Goshoku!"

Lo último que escuchó fue la voz inusualmente aterrorizada de Takeda llamando su nombre.

***

La fiebre continuó durante mucho tiempo.

Aparentemente lo habían llevado al segundo piso de la farmacia después de colapsar frente a


Takeda y los otros, y cuando despertó, descubrió que estaba en su cama y completamente cubierto
con sus propias cobijas.

Se durmió y se despertó repetidas veces, y después de tres días, finalmente pudo levantarse lo
suficiente como para caminar. Sin embargo, incluso después de que había pasado una semana, la
condición de su cuerpo seguía siendo una locura y actuaba como si estuviera borracho.

"Lo siento, maestro. Parece que no voy a poder trabajar por unos días".

"No te preocupes. He pedido ayuda a alguien más mientras tanto. ¿Todavía te sientes muy
mal?"

"No me siento mal... Pero tengo fiebre todo el tiempo y parece como si mi cuerpo fuera más
lento".

Era extraño. La presencia de ese hombre había provocado que el pecho de Goshoku se sintiera
agitado y ondulante, de modo que era como si una pequeña gota de agua estuviera creando ondas
enormes en la superficie.
Aunque fue un contacto momentáneo, las ondas en su cuerpo se dispersaron hasta la orilla y se
hicieron más y más grandes con el tiempo. Se decía a si mismo que eventualmente disminuirían y
se calmarían, pero todavía no había señales de que eso fuera a ser posible.

Junto con una leve fiebre, la existencia del S Alfa estaba casi acentuada en cada parte de su ser. Le
había afectado no sólo al cuerpo sino también a la mente.

"Maestro, no sé si he entrado en la etapa de madurez sexual..."

"Todavía no lo sé. Lo siento, no puedo deshacerme de tu ansiedad. Yanai ya está


investigando más sobre esto pero, son puras cosas vacías"
El recuerdo del día en que llegó a la tienda de repente revivió en su cabeza. De pronto estaba allí,
diciendo que el movimiento militar era especialmente activo ese día y que estaba buscando al
Omega fugitivo. Aunque era sospechoso que fuera justo a su tienda e hiciera todo ese desastre solo
por algo así. Es decir, se sintió como si hubiera otro propósito con todo eso y pensó también que
estaba relacionado con el cambio que le había ocasionado en el cuerpo. Por supuesto, gracias a ese
estado fue como si su ansiedad se volviera aún mayor.

"Necesitas un poco más de descanso".

"Sí."

Se acostó en la cama, se despertó hasta en la tarde y llenó su estómago con alimentos como papilla
y gelatina que no cargaban mucho su estómago. Por la noche, escuchó que Yanai iba a llegar a la
clínica así que tomó fuerzas para bajar al primer piso.

Cuando entró por la puerta trasera, Yanai se estaba relajando en la sala de estar:

"Hola ¿Estás bien?"

"Estoy bien."

Yanai estaba jugando al ajedrez contra Takeda. Habían movido el tablero al alféizar de la ventana,
tenían alcohol y no dejaban de quemar puros y cigarrillos importados.

"Escuché que tienes información sobre el movimiento del ejército."

"Sí, pero creo que solo tengo la mitad."

"No importa."

Se sentó en el sofá que estaba a su lado y esperó pacientemente. Este mueble también era una
orgullosa antigüedad de Takeda así que tenía que moverse con cuidado.

Yanai movió su peón.

"Es más como la continuación de la historia de la última vez ..."

Mientras miraba el tablero de ajedrez, Yanai carraspeó la garganta. Cuando Takeda decidió mover
también a su peón, Yanai hizo avanzar inmediatamente su caballo y luego dejó de moverse de
nuevo:

"Se rumorea que... Pues, el S Alfa tiene un destinado. Otro S Omega".

"¿Cómo que un destinado?"

"Parece ser ultrasecreto. Como era de esperar, no tengo tanta información al respecto".

Goshoku se quejó.

"¿Qué opina el maestro? ¿Fue por eso que ocasionó un desastre la última vez que vino
aquí?"

"No lo sé, porque es algo que nunca había visto en mi vida. Pero es verdad que fue
escalofriante."
Él tampoco había sentido nada bueno viniendo de este tipo. Debido a que observó los cambios
entre el cliente y Yanai frente a él, el sentimiento de incomodidad y tensión se estaba haciendo aún
más incómodo cuando lo comenzaba a recordar. Y lamentaba haber tenido un encuentro así porque
incluso se sentía como si no pudiera dejar de tener miedo.

"Es cierto que el Omega destinado del Alfa está involucrado en su aparición frecuente por la
zona. Parece que está emitiendo feromonas aquí y allá para tratar de llamarlo".

Era deprimente. Un Omega debía esforzarse diariamente por controlar su celo de la mejor manera
posible. E incluso si manejaba su condición física con medicamentos, la existencia de ese S Alfa
hacía que esos esfuerzos fueran inútiles. ¡Lo había visto todo! ¡Fue cruel con el cliente!

"¿Cómo se llama ese S Alfa?"

"¿Por qué? ¿Te enamoraste?"

"No. Estoy preocupado y ya".

"Kurose. Reiji Kurose. Es el único S Alfa que existe en el ejército."

Goshoku sonrió. No importaba en qué circunstancias creciera ese hombre, era imperdonable usar
su poder innato solo para buscar a una persona. Es más, pensar en eso lo hacía sentir enfermo.

"Maestro, si se mueve para ese lugar va a perder".

La mano de Takeda, que tomó la pieza, comenzó a temblar ligeramente:

"Oh, es cierto".

"Oye, no lo ayudes".

"Está bien, el maestro es muy malo para estos juegos sin importar que sea un viejo."

Aunque Yanai se rió, Takeda tenía una cara bastante amarga debido a su comentario.

Sin embargo, incluso mientras tenían este pequeño momento de calma, Goshoku estaba pensando
constantemente en el hombre llamado Kurose. No quería volver a verlo. Era peligroso y su
instinto gritaba que era una persona a la que no se debía acercar. No solo por su habilidad tan
aterradora sino también por sus propios sentimientos. No obstante, al mismo tiempo, también era
un hecho que el abismo lo tentaba a echar un vistazo incluso aunque sabía que sería arrastrado a su
interior si se acercaba.

Y unos diez días después, Goshoku y Kurose finalmente volvieron a entrar en contacto.
Chapter 5

La luna llena dominaba el cielo.

Goshoku, que iba tarde, corrió a la estación con una bolsa de papel entre las manos. Tal vez su
tienda favorita estaba un poco alejada de casa pero, tenía que admitir que era el único lugar con un
ambiente lo suficientemente tranquilo como para adaptarse por completo a su gusto. Todo lo que
había allí lo era, desde los zapatos, hasta la ropa interior. Y gracias a eso, podía decir muy
orgullosamente que hoy había comprado dos camisas y dos pantalones de mezclilla increíblemente
preciosos. Sin embargo, cuando notó que había una multitud en la entrada del centro de la ciudad,
Goshoku se detuvo en seco y se puso en puntitas para poder ver. Pensó que era una pelea de
borrachos, pero había varios hombres y mujeres con uniforme militar, desfilando por la calle para
poder checar las identificaciones de las personas. Y por la voz fuerte que se escuchaba desde sus
gargantas, se podía entender que estaban tratando de encontrar al Omega que se escapó.

Había quince muchachos rodeados completamente por personal militar.

"¡Lo odio! ¡Quiero irme! ¡Ayuda!"

Gritaban desesperadamente a los militares que los rodeaban. ¿Pero de verdad pensaba que alguno
de los que estaban allí iban a rescatarlos?

"Eres un niño. ¿Crees que vas a poder salir de la ciudad tú solo?"

"¡Déjenme! ¡Puedo vivir solo porque soy un adulto!"

"Creo que te costará mucho poder vivir seguro ¿Cómo vas a ganar dinero para tus
medicamentos? ¿Te vas a vender?"

"¿Qué están diciendo? No sean estúpidos. Si mis padres no están preocupados para nada,
¿Por qué ustedes sí?"

Pero en lugar de parecer seguros, más se sintió como si estuvieran intentando persuadirlos de algo
imposible. .

Entendía lo que decían. El regulamiento de los Omega era un requisito absoluto para garantizar que
vivieran con la mayor "seguridad" posible. Incluso los que ya eran considerados adultos
necesitaban la protección de sus padres porque, al menos para ellos, era evidente que un Omega no
podría vivir solo jamás. El destino de uno, que se escapaba de casa o intentaba subsistir por su
cuenta, era ser atacado por un Alfa. Ya fuera porque no tenía medicina y había entrado en celo o
porque se vendía para conseguir esa misma medicación. Era como si, sin importar lo mucho que
lucharan, un Omega no pudiera escapar de la realidad que implicaba el sexo.

Al presenciar esta realidad, Goshoku inmediatamente se dio la vuelta.

No quería ver nada como esto así que evitó ese horrible escenario todo el tiempo que estuvo
moviéndose en dirección a su casa. Es decir, él también era un Omega incluso aunque nunca
hubiese entrado en su ciclo de calor. Podía empatizar con el dolor de todas esas personas así que
quería irse rápido y meterse entre las mantas que lo hacían sentir seguro. Era un lugar alquilado,
por supuesto, pero al menos era el único sitio donde podía tener tiempo para si mismo.

Sin embargo, su cuerpo se detuvo.


(¿Qué...?)

Su corazón y la parte posterior de su estómago estaban reaccionando a algo que no podía ver. Los
pies se le balancearon y pronto sus rodillas se vinieron abajo frente a la pared de un edificio
contiguo. Esto era lo mismo que había sentido cuando escuchó la voz del hombre con uniforme
militar. Ese S Alfa. En otras palabras, era como si su presencia estuviera actuando directamente
sobre su cuerpo incluso aunque no estaba allí.

"¿Qué es esto...?"

No podía respirar y le temblaban las manos. Además de eso, podía sentir que la temperatura
corporal le estaba aumentando lenta pero muy constantemente... Antes tenía solo un poquito de
fiebre, pero ahora era lava en su cabeza. Como si estuviera afectado por una enfermedad terminal,
no solo por fuera, sino en cada célula y particula dentro de él.

"Hmm... Profesor..."

Quería pedir ayuda, pero tampoco había alguien que pudiera hacerlo. Y le preocupaba que
realmente estuviera alcanzando la etapa de madurez sexual en un Omega. Si era así, entonces en
definitiva iba a atraer a un Alfa de la calle. ¡No sabía qué iba a hacer si sucedía! Es decir, tal vez un
desconocido viniera y lo atacara, como Yanai cuando intentó violar a un cliente en la farmacia. Y
entonces, eso iba a significar que, independientemente de su corazón, también iba a abrir las
piernas en busca de su cuerpo.

No, definitivamente no le gustaba eso.

"Si no huyo... Ah, entonces..."

Después de caminar unos pasos, se arrodilló en el suelo por segunda vez. "Bum, bum, bum" podía
escuchar su corazón en la parte inferior de su abdomen. Era... Como si pulsara y lo envolviera en
una masa de calor, todo al mismo maldito tiempo. Su piel estaba sensible y palpitante y podía decir
honestamente que estaba muy asustado de esto porque se trataba de su primera vez enfrentándolo
por su cuenta. Y cuanto más luchaba, entonces más podía darse cuenta de que estaba buscando a
alguien.

"Ah, ah..."

No servía de nada tambalearse o intentar correr. Las feromonas iban a delatarlo incluso si se
escondía.

Y en ese momento, sintió una extraña señal justo a sus espaldas.

Mirando hacia atrás, descubrió la silueta de un hombre alto, con uniforme militar, parado casi en la
entrada del callejón donde se había caído.

"¡...!"

Era Kurose. El S Alfa. Y ya que solo parecía motivado por la feromona de su destinado, significaba
que entonces podía confiar en él.

"Por favor, ayuda..."

Extendió la mano en su dirección porque tenía mucho miedo... Pero ese fue claramente el primer
error. El sonido de las botas resonando en el callejón no era tranquilo. Es más, podía decir
honestamente que sus pasos eran más rápidos que el latido de su corazón.

"Tú..."

La voz de Kurose hizo que su estómago doliera y, en el momento en que sus ojos se encontraron,
fue como si algo se rompiera muy dentro de él. Fue igual a si algo que estaba dormido en lo más
profundo de su cuerpo, solo... Se despertara. Igual a si de pronto quisiera combinarse
profundamente con el hombre que estaba frente a él aunque ni siquiera sabía qué tipo de persona
era.

"No me gusta esto..."

Lo había dicho, pero sus manos extendidas estaban envueltas ahora alrededor del cuello del Alfa,
como sosteniendo a Kurose.

"Hmm..."

Y cuando sus labios se tocaron, entonces la razón finalmente se le derrumbó a los pies.

La lengua de Kurose entró sin piedad en respuesta a la manera tan agitada en la que estaba
respirando. Era igual a estar en medio de una tormenta.

"Hmm, hmmm ..."

Su lengua fue atrapada y succionada con tanta fuerza que incluso la raíz comenzó a dolerle. Los
dientes les chocaban entre si y pronto sus salivas comenzaron a gotear como si fueran una sola.
Fue un acto tan bestial, tan desordenado, que inevitablemente comenzó a encender sus deseos.

"Aah... Ah, ah..." Su espalda y caderas se movieron para que no dejara de tocarlas. "Por favor,
solo... Ah, solo un momento..."

Goshoku, sin saberlo, abrió mucho las piernas y presionó su pene contra el de su oponente. Era
frustrante, doloroso y tan aterrador que deseaba que pudiera darle consuelo lo antes posible.

"Tú eres... Ah, tú eres mi..."

Podía ver que Kurose, quien era un S Alfa, también había entrado en celo.

En realidad, cada vez que escuchaba su voz, comenzaba a sentirse tan emocionado y tan
dulcemente aterrorizado, que le dolía. Era un hecho que la respiración feroz que se escuchaba en su
oído parecía promover el celo de Goshoku hasta un punto en el que ya ni siquiera podía ni hablar
de una forma coherente.

"Ah, yo... No...."

El gesto de quitarse rápidamente el cinturón del pantalón dejaba claro que él era el objeto principal
de su deseo. ¿Pero por qué? ¿No era el el raro S Alfa del que todos hablaban? ¿No habían dicho
que él podía controlar el celo de un Omega? ¿Y no habían dicho además que necesitaba a su
destinado para funcionar? Estaba confundido, pero como si su corazón estuviera partido por la
mitad, esa pequeña partecita deseaba que lo tomara sin importar todo lo que aparentemente
estuviera detrás.

"Por favor..."

En el momento en que vio lo que sacó de su ropa, respiró muy hondo. Los genitales del Alfa, que
estaba en celo, eran tan grandes que no parecían pertenecer a un humano. Se levantaban en lo alto
como si tuvieran vida propia, e incluso las gotas transparentes que se derramaban de la punta
parecieron ser extrañamente lascivas al escurrirse por entre sus venas. Pensaba que era un hecho
que su cuerpo se rompería debido a que tenía un tamaño demasiado impresionante, pero también
era como si el deseo del Alfa estuviera haciendo un trabajo estupendo en borrar su temor. Además,
descubrió que su cuerpo se estaba portando muy diferente a lo habitual porque había una gran
cantidad de secreciones que se desbordaban de sus nalgas, mojaban su ropa interior e incluso
manchaban sus pantalones.

Esto era de lo que se trataba ser un Omega.

Finalmente, finalmente le había llegado al celo.

Aunque estaba confundido por ese hecho, no pudo resistir el impulso de sentirse extrañamente feliz
ante un cuerpo que ya le estaba respondiendo.

"Um... Solo... Solo un poco..."

Le quitó los pantalones y le quitó también la ropa interior.

Kurose, que exhalaba ferozmente para este momento y parecía incapaz de decir alguna palabra
sensata, resultó ser una existencia completamente irrazonable para este momento. Incluso aunque
Goshoku pareció alegrarse por esto.

"Ah, por favor. Por favor. Un poco más..."

Se aferró a su cuello y comenzó a jadear mientras sentía como lo iba invadiendo.

Fue un shock.

Goshoku se tragó profundamente a Kurose hasta sentir que su pene estaba ya en la parte más baja
de su vientre. Y solo con esto, fue como si el placer se hubiese convertido en una gran ola que
estaba completamente dispuesta a llevárselo hasta el fondo.
Era un placer demasiado intenso, un cuerpo que se acalambraba de repente y unas nalgas que se
pegaban al pubis de Kurose en contra de su voluntad. Y aunque no sabía si era cosa suya o es que
acaso un Omega era siempre así de desagradable, si era cierto que incluso si le daba lo que pedía,
su cuerpo todavía tenía hambre de él.

"Ah, ah..."

Su cara fue observada desde su lugar en el suelo. Dios ¡Qué pupila de color más profundo! Podía
ver el motivo por el que Takeda lo había descrito como un abismo porque, sus ojos eran algo que
no se podía expresar con una sola palabra. Dentro había tristeza, ira, pasión, amor. Todo se
mezclaba y se retorcía en la oscuridad, capturando el corazón de Goshoku como para convencerlo
completamente de no dejarlo escapar jamás. ¿Por qué se sentía tan cautivado? Nunca había estado
tan interesado en una persona así que no podía juzgar si era simplemente el resultado de una
conexión física o algo que iba muchísimo más allá.

Mientras se miraban, se buscaban.

El pie derecho del Alfa, que apenas y tocaba el suelo, se puso de puntillas para sostener su rodilla
izquierda y empujarla para arriba.

"Um... um, um, um."


Era un animal.

Pero lejos de querer que disminuyera, el deseo por él se hizo aún mayor. De verdad quería que
fuera violento. Quería que lo penetrara muchas veces más con esa misma ferocidad heroica hasta
que finalmente lo destruyera. Quería que lo volviera un desastre y quería que lo dejara sin
respiración. Que se lo comiera.

"¿Qué me pasa…?"

Descubrió que Kurose había dicho eso como para reunir un poco de la razón que todavía le
quedaba. Sin embargo, esa fue la última vez que hizo una voz que pudiera entenderse como una
palabra.

"Ah, ah, ah... ¡ Hmm !"

Goshoku se empujaba para que sus cuerpos encajaran aún más profundamente y Kurose pareció
estarlo imitando pero multiplicado por cien. Después de todo, se decía que el sexo con un Alfa,
inspirado por el celo de un Omega, era bastante aterrador.

"Ah, ah, ah, siento.... Siento que voy a... A morir."

"No mueras, no mueras ahora que finalmente te tengo. No mueras."

Su frente y la frente del Alfa se tocaron incluso aunque el espasmo de sus cuerpos no disminuyó.

Las feroces llamas en la parte posterior de los ojos de Kurose, que lo miraban como si tuviera
mucha hambre, cautivaron a Goshoku de tal forma que incluso se permitió abrazarlo una vez más y
besarlo sobre la boca. Deseaba que siguiera entrando durante horas en su ano, tomados de las
manos y jadeando justo como ahora. Quería seguir conectado. Quería que lo matara, que lo tragara
así como lo estaba siendo él por sus propios deseos pervertidos.

Y luego, sintió como el pene de Kurose comenzaba a cambiar:

"¡ Hmm !"

La eyaculación de ese Alfa era mucho más larga de lo habitual. Además, su verga, con un globo en
la punta, se agrandaba para lograr que lo que había soltado no fuera a derramarse contra el suelo.

"¡Oh por Dios! Oh... ¡Ah!"

¿Esto significaba que iba a tener un hijo de un hombre al que ni siquiera conocía bien? No, nunca
había pensado en tener a un niño en su vientre. Y por algo ocurrido en la calle... ¡Era demasiado
abrupto para Goshoku porque ni siquiera había experimentado el celo hasta ahora! Sin embargo,
tal vez la sangre de Omega dentro de él estaba tratando de dejar descendencia porque era un hecho
evidente que se estaba tragando al hombre que estaba frente a él con más ganas que al inicio.
Pareció ser una expresión de la voluntad de su cuerpo para no desperdiciar ni una sola gota de su
semen.

"Ah, ah..."

Mientras apretaba el cuerpo, sintió que el semen de Kurose comenzaba a inflamarle la panza. Y
por alguna razón, incluso sintió felicidad por una eyaculación de la que no sabía exactamente
cuando iba a salir.

Quería hacer esto para siempre. Quería estar conectado para siempre, mirarlo para siempre y ser
suyo por toda la eternidad.

Al final, las manos estiradas del Alfa envolvieron las mejillas de Goshoku:

"Tú eres... Tú eres mi destinado. Eres mi S Omega..."

No pudo entender nada de eso.


Chapter 6

Murmullo.

Murmullo.

Estaba la voz de alguien.

Murmullo.

Risilla.

"Jajajaja."

Aparentemente algo era divertido en el cuarto.

Con una conciencia poco clara, Goshoku comenzó a despertarse al escuchar la voz de una especie
de "persona pequeña." Sin embargo, contrario a lo que pensó que iba a pasar, en realidad se
levantó de un modo bastante placentero. Como si hubiera estado flotando en agua tibia y ahora lo
estuviera abrazando una sensación de "curación" en lugar de una de estrés.

Abrió los ojos.

Y mientras movía la mirada, notó que en realidad estaba completamente rodeado de niños
pequeños que lo veían directo a la cara.

"¡...!"

Despertó de inmediato. En realidad, casi gritó.

Cuando se levantó, como un resorte, los niños corrieron como pequeñas arañitas, se escondieron
detrás de los muebles y de las cortinas también. Luego, comenzaron a asomarse de poquito en
poquito.

Un segundo.

Dos segundos.

Sus ojos se encontraron de nuevo, dijeron "Wow" y volvieron a ocultar sus rostros. Él había visto
ese tipo de cosas en un programa de animales en la televisión. En las suricatas. Es decir, salían de
la madriguera, vigilaban los alrededores, se escondían, volvían a mirar y volvían a esconderse.

Un, dos, tres, cuatro... Había un total de 6 personas. ¿Tenían entre cuatro o cinco años? No sabía
cómo afrontar esta situación, así que se sentó lentamente en la cama para no irritar a los niños y
luego observó una vez más el interior de la habitación: Cama con dosel, muebles blancos hechos a
mano. ¿Eran de Francia? Takeda era un coleccionista así que le gustaban mucho ese tipo de
muebles. Sabía cuanto tiempo y esfuerzo se necesitaba para conseguir estas cosas así que lo
primero que se le vino a la cabeza era que se trataba de alguien bastante rico o al menos lo
suficientemente acomodado. Sin embargo, la habitación era blanca. Pisos, techos, paredes, era
incómodo.

"Oye... ¿Eres su novio?"


¿Novio de quién? Quería negarlo con todas sus fuerzas, pero no dijo absolutamente nada aún así.
Luego miró alrededor del cuarto y recordó que el evento de anoche probablemente había sido todo
culpa de su celo.

Culpa del S Alfa.

Kurose no debería haberse visto afectado por el celo de un Omega, pero lo hizo. Además, escuchó
que la tasa de embarazo de un Omega durante el celo era casi del 100 por ciento así que, aunque
estaba enojado, miraba también su estómago todo el tiempo. Tal vez había un bebé allí, pero no
estaba seguro. Por el momento, tenía que salir de la habitación y levantarse de la cama para llamar
a Takeda. Pero sus pies solo se balancearon y se cayeron.

"¡Ah! ¡Está enfermo! ¡Está enfermo!"

"¡Es difícil caminar porque está enfermo!"

"¡Tal vez va a morir!"

"¡Tenemos que ayudar!"

Estaba rodeado de niños y de voces.

"Oye, ¿Estás bien?"

"¿Tienes hambre?"

"¿Quieres leche con chocolate?"

Los ojos redondos de los pequeños, brillaban y parecían extremadamente curiosos por él. Por
supuesto, eso solo lo estaba haciendo sentir abrumado por saber si realmente eran inocentes o se
trataba de una especie de trampa. Los niños eran buenos para fingir ¿No? Es decir, tal vez
trabajaban para los militares.

Con una mirada seria, respondió la única pregunta que recordaba:

"No, está bien. No necesito leche... Gracias."

"¿Conoces a nuestro papito?"

Una niña, con dos colitas de caballo en la cabeza y un osito de peluche enorme entre las manos, le
preguntó algo de su papá. Claro, ese no era el caso en absoluto. No era el conocido de su papá o de
alguien de su familia, pero lo que saltaba a los ojos de los niños era sin duda una fuerte llama de
"espectativa." Diablos, si decía que no, los iba a decepcionar. No era su intención nublar esos ojos
que parecían ser caniquitas brillantes.

"Si no conoces a papá, entonces tal vez te dejó aquí porque hiciste algo malo".

Dijo el niñito que parecía ser el más fuerte del lugar.

"Oh, no. Ese no es el caso."

Pero al pensar en cómo lidiar con estas pequeñas criaturas para los que definitivamente no era nada
paciente, sintió la señal de que había una persona afuera de la puerta. Se abrió, y entró Kurose con
el mismo uniforme militar de todos los días:
"¡Oh, papito!"

"¡Papá!"

"¡Bienvenido de nuevo, papá!"

Los niños corrieron todos a la vez. Uno estiraba las manos para pedir un abrazo y había un niño
que miraba con envidia al que estaba siendo besado en el cachete. Había varios pequeñitos que se
quejaban desesperadamente y otros que querían que los siguiera, pero Kurose caminó frente a
Goshoku como para ver si estaba bien.

"Buenos días."

"... ¿Dónde estoy?"

"En mi mansión. ¿Por qué estás sentado en el suelo?"

Esta vez, logró pararse correctamente en su lugar en vez de desplomarse.

"Oye, papá. ¿Este hombre es tu amigo?"

"No. Solo lo estoy protegiendo temporalmente".

"¿Cómo que protegiendo? Oye ¿Protegiendo de qué?"

Kurose resopló en cuanto notó que estaba más nervioso que al inicio

"No te pongas así ¿Bueno? Te di los anticonceptivos correctamente. No


Tienes que preocuparte por quedar embarazado o algo así."

Era de sentido común que se podía usar anticonceptivos después de las relaciones sexuales, pero no
lo recordaba. El Alfa estaba actuando como un hombre tranquilo que manejaba la situación
adecuadamente, pero igual no pudo evitar quejarse de lo que había dicho y de la forma en la que lo
dijo. Pensó que hasta le molestaba pensar en dejarlo embarazado.

"¿Por qué... Estoy aquí?"

"Oye, tengo hambre."

El niño gordo, con el cuerpo más grande, habló con Goshoku utilizando una voz bastante triste. Se
preguntaba por qué no le había dicho a su papá en lugar de a él, pero los ojos de los otros también
miraban en su dirección.

"¿Sabes cocinar?"

"... Para mí".

"Vengan niños, este chico cocinará de ahora en adelante".

Y gracias a las palabras de Kurose, todos los niños corrieron por la habitación con las manos en
alto y diciendo "¡Viva!".

"Oye, ¿Qué te pasa…? Son tus hijos ¿No? Hazlo tú."


"¡Yo quiero hot cakes!"

"¡Huevito!"

"Me gustan los sándwiches"

"Onigiri."

"¡Tortilla!"

"No voy a cocinar."

Sin embargo, él también tenía algo de hambre. No cenó porque tuvieron sexo ayer y aunque pensó
que tenía suficiente fuerza física como para seguir, terminó por pedirle que lo llevara a la cocina.
Chapter 7

El refrigerador estaba lleno de varios tipos de ingredientes. Realmente tenía de todo, desde
alimentos frescos hasta condimentos. Ingredientes como conservas enlatadas y duraznos en
almíbar, frijoles, todo alineado en los estantes.

Miró a su alrededor por segunda vez.

Mientras estaba allí, en realidad no se dio cuenta de que la gran mansión parecía un poco... Muy
seria.

"¿No tienes sirvientes?"

"La señorita que me ayudaba renunció la semana pasada. No importa, era una mujer
irresponsable en realidad. Tengo a alguien que viene para hacerse cargo de la limpieza y la
lavandería, pero no siempre aparece".

De alguna manera, pudo imaginarlo tan perfecto que resopló. Kurose no parecía alguien que
pudiera dedicarse por completo a las tareas del hogar.

"La comida de mi papá no sabe tan rica. Se quema".

"¡Papá hace huevos quemados los domingos!"

"Mamá ¿Puedes hacer huevos que sepan bien?"

Por supuesto, cuando lo llamaron "mamá", inmediatamente negó con la cabeza.

"No soy tu mamá, lo siento."

Al parecer, estaban en esa edad en la que pensaban que todo el mundo era su mamá. Eran como
pollitos cuando salían por primera vez del huevo y pensaban que lo primero que aparecía frente a
ellos eran sus padres.

"Pero, en un libro... En un libro vi que una persona que cocina al lado del papá es una
mamá".

"Así es. Es una mamá".

"Y la maestra dice que todos tenemos mamá y papá ¿Verdad?"

"Puede ser... Oye tú ¿A dónde vas? ¡No dejes a tus hijos así como si nada!"

"Solo voy a cambiarme de ropa. Regresaré pronto".

Aunque en realidad, pareció que el Alfa había buscado un tipo de "escape" de la situación. No
pareció ser del tipo de persona que podía explicar adecuadamente el concepto de "papá" y "mamá"
a un niño tan chiquito y preguntón. Sin embargo, con su actitud rara y todo, Goshoku todavía
pensaba que al menos debía dar comida para que las criaturas se calmaran y concentraran su mente
tan alterada en algo más divertido.

"Veamos..."
Los hotcakes fueron rechazados. Eran 6 y no tenía tiempo para hornear uno por uno. Los Onigiri
también. Los sándwiches también requerían una sorprendente cantidad de tiempo, y las tortillas
necesitaban esfuerzo debido a la masa, el aceite y todas esas cosas que no tenía a la mano. En
conclusión: Iba a hacer espaguetis a la napolitana. Los niños amaban el espagueti ¿No es verdad?
Y podía hacerlos con solo ketchup.

Goshoku sacó el jamón del refrigerador y buscó cebollas y pimientos. Encontró champiñones
enlatados, los sacó y luego comenzó con los fideos que estaban en el contenedor de comida seca.
De los varios tipos, tomó el que pareció ser el más grueso y buscó incluso el queso que estaba en el
refrigerador. Cuanto más gruesos fueran los fideos napolitanos, quedaría más ricos.

"¡Es sopita!"

"¡Quiero!"

Dos niños, que parecieron ser los más curiosos, entraron a la cocina para ver lo que estaba
haciendo Goshoku con la lumbre.

"¡ Wow !"

"Entiendo. Está bien mirar, pero tienes que recordar que es peligroso. No debes acercarte al
fuego ¿Está bien?"

Kurose, quien realmente se cambió de ropa, regresó para llevar a los niños directamente a la mesa
del comedor. Tenía algo así como un documento en su mano y había comenzado a llenar algunas
formas. Y, uff, si con uniforme militar se veía de maravilla, la simple apariencia de una camisa
blanca con cuello abierto y pantalones negros lo hacía ver sensacional. El hombre tenía un atractivo
sexual único y el encanto de un adulto que había adquirido inteligencia y cultura con los años...
Realmente no podía explicarlo bien. No pensó que fuera la misma persona que había tenido sexo
con él en un callejón por la noche.

Cuando lo analizó y recordó que estaba hundido entre sus piernas de una manera increíblemente
pervertida, levantó las cejas, sacudió la cabeza como un loco y comenzó a cortar el jamón.

Debería olvidarlo ahora.

Debería sacarlo de su cabeza porque no valía la pena para nada.

Goshoku sacó la olla más grande, le echó agua y la puso al fuego. Lo probó, le echó sal y después
sacó el sartén más grande y comenzó a engrasarlo. Mientras tanto, había comenzado a poner el
jamón, la cebolla y los pimientos y cuando la sartén se calentó lo suficiente, agregó todos los
champiñones. ¡Estaba haciendo un sonido delicioso!

"¡Que rico!"

"Es mejor que el que hace papá".

Lo importante aquí era cocinar bien y eliminar el agua. De esa manera, la dulzura de los tomates se
destacaría sin necesidad de poner sabores adicionales, como por ejemplo el vino. Ese era el secreto
para hacer una Napolitana en una cocina asiática, solo muchísima salsa de tomate y ajustar el sabor
con sal y pimienta para complementar la salsa. Luego puso los fideos y lo revolvió muy bien hasta
hacer una cantidad bastante pesada para las personas que estaban presentes.

"¡Vaya, se ve delicioso!"
"No solo se ve delicioso, huele delicioso".

"Huele rico, rico".

"Es verdad. Quiero comer."

Cuando se despertó, estaba tan cansado que se cayó al suelo. Pero ahora aparentemente era todo lo
contrario. Los ojos de los niños brillaban de un modo tan hermoso que se emocionó y deseó hacer
su mejor esfuerzo para hacerlos sentir bien. Es decir, por primera vez aprendió lo divertido que era
hacer comida para alguien más.

Sirvió la sopa en pequeños platitos y se los entregó:

"Tú también, ven a comer."

"¿Yo también?"

"Sí, por supuesto."

¿Sería una señal de rebeldía decir que no quería? Kurose aún no se había disculpado por lo de
anoche y de todos modos ¿¡Quería que fuera a comer y ya!?

Por supuesto que aceptó.

Eran seis niños y dos adultos en la mesa del comedor. Aun así, era lo suficientemente grande como
para que todos estuvieran reunidos para rezar y dar las gracias.

"¡Es delicioso!"

"Es realmente delicioso."

"Papi, papi, más."

El espagueti fue bien recibido.

Todo el mundo estaba comiendo con una sonrisa enorme mientras pintaban el área alrededor de sus
bocas de un color rojo brillante. Y mirándolos, se convenció de que había sido buena idea hacerlo
así.

¡Además no podía creer que Kurose estuviera probando también!

Lo penetró como un animal la noche pasada, pero ahora estaba comiendo tan educadamente que ni
siquiera podía recordar como se había visto en ese momento.

(Que guapo...) Luego se detuvo en seco (En qué estás pensando, idiota ¡Gobiernate!)

Las mejillas se le pusieron calientes así que se regañó a si mismo por ser tan descarado.

"Oh, oye. No es bueno si pones los codos en la mesa así. Vas a mancharte."

Cuando señaló al niño, que estaba sentado en diagonal, obtuvo una respuesta agradable de
inmediato. Sin embargo, cuando vio que otro niño no podía comer bien, inmediatamente se puso de
pie y fue a su lado.

"Vaya, veo que lo agarras todo con la mano izquierda. Eso está bien. Pero si lo haces así, vas
a llenarte los deditos con ketchup. Y no sorbas los espaguetis. Mira, te enseñaré a enrollarlos
".

"¿Es más fácil?"

"¡Sí! Si lo haces así, no te mancharás."

"Bueno..."

"¿Está delicioso?"

Cuando se lo preguntó, solamente sonrió en silencio. Goshoku hizo lo mismo.

"¿Sí?"

"Mucho."

Pero cuando pensó que podía ir finalmente a su lugar, un osito de peluche cayó contra el plato
haciendo un ruido como de "¡Splash!"

"Ay, mira lo que hiciste."

"¡Es porque está sosteniendo esa cosa todo el tiempo!"

"No es cosa, es Kuma-san ."

Y cuando vio en su dirección, descubrió que la camisa de color crema que usaba la niña de dos
colitas, se había llenado completamente de ketchup. Goshoku corrió hacia la mesa.

"Tienes razón. Kuma-san no es una cosa. Pero tengo que quitarlo de aquí para poder limpiar
tus mangas ¿Me dejas?"

"¡Sí!"

La comida se había derramado por completo sobre la mesa así que, entre esto y aquello, cuando
finalmente terminaron de comer, estaba más que exhausto. Sin embargo, era extraño que los niños
que deberían haberle parecido horribles, por alguna razón le conmovieran el corazón. Es decir, era
extraño que la individualidad de cada uno fuera clara a pesar de que todavía eran muy pequeñitos.
Por ejemplo:

Yuki era un chico descarado y fuerte que decía todo el tiempo que Goshoku era el esposo de su
papá.

Meg era una bebé que llevaba dos colitas de caballo en la cabeza. Además, todo el tiempo tenía
entre las manos un enorme osito de peluche.

La niña que parecía ser muy penosa, era Yo.

Al y Taki eran mellizos. Tenían los ojos un poquito rasgados, su cabello era claro, pero Taki lo
tenía recogido en una cola de caballo alta.

El gordito, de piel clara, era Maruo. El niño más cercano a Yo y un comensal perfecto.

Y gracias a todos, Goshoku había estado completamente ocupado alimentando a los niños como
para comer cualquier cosa. (Muy al contrario del señorito Kurose, quien terminó la comida como
si no hubiera pasado nada de nada)

Que molesto.

"Oye ¿Qué te pasa? Si no cuidas a los niños a la hora de comer, van a tener problemas
cuando crezcan. Se manchan toda la ropa ¿No viste?"

"Son niños, es normal mancharse. Además, la hora de comer era responsabilidad del
sirviente".

"Pero ya no hay uno. No es bueno dejar a tus niños solos".

"Pero ahora no estarán solos ¿No? Te... Te tengo a ti."

No le gustaba la línea que le hacía ver como si Goshoku fuera a quedarse allí en la casa para
siempre. Le hubiera gustado decir "No" y darle una patada en la cara. Pero no estaba dispuesto a
discutir.

"Después de todo, eres el esposo de papá ¿No?"

Siguiendo la línea de esa voz, descubrió que se trataba de Yuki. Aunque era pequeño,
aparentemente era de esos que decía lo que pensaba.

"Yuki, es suficiente. Lleva la vajilla al fregadero porque es tu turno de lavarlos hoy. No vayas
a romperlo y ten cuidado".

"Sí, papá."

Yuki llevó una silla al fregadero y se subió allí porque no podía alcanzar la tarja. Puso los platos de
todos y dejó abierta la llave mientras los comenzaba a enjabonar. Aunque era pequeño, ya estaba
demostrando un fuerte liderazgo.

"Deberías hacerlo tú, eres su padre".

"¿Y por ser su padre soy el nuevo sirviente o qué?"

"... No digo que seas su sirviente, digo que seas su familia."

"Somos familia, es lo que una familia hace."

Kurose llevó la vajilla al fregadero y no dijo nada más. Era normal que actuara así porque siempre
pareció del tipo idiota y arrogante.

"¿Sabes qué? Voy a lavarlo yo."

Después de todo, lo único que tenía que hacer era ponerlo en el lavavajillas y ya. ¡Pan comido!
Aunque nuevamente, como a la hora de comer, los niños se aferraron a sus piernas de tal manera
que pareció ser difícil de progresar.

"No puedo... No puedo moverme". Dijo "¿Pueden ir a otro lugar mientras yo...?"

"No. ¡Quiero estar con mi mamá!"


"¡La nueva mamá que papá secuestró para nosotros vivirá en casa!"

"Necesitamos un nuevo nombre para mami Goshoku."

"¿Mamita querida?"

"¡Goshokito!"

¿La razón por la que los niños estaban desesperados por una madre era porque el ama de llaves
los había dejado? Estaba seguro de que dejarían de llamarlo así cuando encontraran a una nueva
pero, era lamentable pensar que les estaba dando falsas ilusiones. Pasando tiempo con los hijos de
ese hombre, cocinando, lavando, en una mansión enorme, sin madre... Se sintió como estarle
llevando problemas.
Chapter 8

Cuando llegó el momento de tomar una siesta, Goshoku puso a dormir a todos los niños uno por
uno.

La espaciosa habitación infantil tenía seis camitas alineadas para que todos pudieran dormir juntos.
Sin embargo, aunque eso evitaba que se sintiera solitario, Yo no podía dormir. Siempre le
preocupaba que Goshoku fuera a irse. Y como pareció estar a punto de llorar, no podía marcharse
al baño o a otro salón ni decir algo al respecto. Además, irse a casa así sería un poco cruel y él
deseaba hacerlo después de decir al menos un adiós.

"¿Ya hiciste que durmieran?"

Al regresar de la habitación de los niños, se encontró con que Kurose estaba recostado en el sofá de
la sala mientras leía un libro sobre la "Guerra mundial".

"Lo hice... Aunque es algo extraño si lo piensas bien."

Mirando el reloj, descubrió que eran más de las 3:00 p.m. Lejos de un par de minutos, la verdad
era que nunca había llegado tarde al trabajo hasta ahora. Seguramente Takeda iba a estar muy
preocupado y enojado con él.

"¿Puedo preguntar por qué me trajiste a tu casa?"

"Ya te lo dije. Estoy cuidando de ti".

"¿Para qué?"

"Es hora del té."

No había entendido el significado de sus palabras por un momento, pero luego cayó en cuenta de
que le estaba pidiendo que preparara té. Hoy en día, ni siquiera las parejas más unidas decidían
conversar mientras tomaban algo caliente. Es decir, sonaba anticuado.

"¿Quieres que...?"

"Por favor, prepara té negro."

"... De acuerdo."

Era extraño, pero decidió ir a la cocina diciéndose internamente que si trataba de entender a este
hombre de un modo lógico, entonces iba a perder la cabeza. Originalmente le hubiera dicho que
era algo que él podía preparar por su cuenta, pero de hecho también quería beber un poquito de té.
Hirvió el agua, colocó las hojas en la olla y le arrojó agua hirviendo. La apariencia de las hojas de
té, bailando en el vidrio resistente al calor, se superpuso de inmediato con la de los niños
aferrándose a él durante todo el día. Fue absurdo.

"Por favor, hazlo tú mismo la próxima vez."

Kurose se levantó y alcanzó la taza.

Sus muñecas y sus huesos eran claramente visibles bajo la ropa, probablemente porque se había
desabotonado las mangas de la camisa mientras se ponía a leer. Sus venas y líneas internas eran
masculinas y llamativas y pensó que definitivamente debía ser de los que soltaban puñetazos
cuando se enfadaban. También estaba acostumbrado a mandar a otros y naturalmente, decía lo que
quería cuando lo quería.

"Por cierto, ¿Por qué un S Alfa como tú reaccionó a mi celo?"

Preguntó mientras disfrutaba del té. Todavía no había escuchado una sola palabra de disculpa así
que estaba dispuesto a sacárselo de la boca aunque fuera a la fuerza.

"... Porque no eres un omega ordinario."

La mano que llevaba la taza a su boca se detuvo.

"Te diré esto: Eres un S Omega. No voy a hacerlo público, pero el ejército ya sabe que existes
en la zona. Cuando tú estás en celo, todos... Todos se ponen en celo también ¿Entiendes?
Quiero decir, mucho más que con un Omega normal. En algunos casos, incluso las betas, que
no reaccionan, comienzan a actuar de manera extraña. Tienes una gran capacidad para
atraer a otros machos".

"... ¿Estás seguro de que soy un S Omega?"

" ¿Crees que podría mentir? Ya lo dijiste, soy un S Alfa y puedo controlar los ciclos de los
demás. Contigo no."

Anoche, Goshoku ciertamente comenzó a desear a Kurose tanto en mente como en cuerpo. Y
como resultado de seguir la voz de su instinto, se encontraron profundamente en un callejón y
comenzaron a tener sexo. De verdad que nunca había querido a alguien así. Nunca había...
Deseado a un hombre con tanta fuerza. Recordando lo que hicieron, su cuerpo se calentaba y
comenzaba a sentir como si algo se retorciera y burbujeara hasta la parte más escondida de su ser.
Su cuerpo estaba reaccionando, no su mente. Pero era difícil darse cuenta de esto cuando se sentía
como un enamoramiento infantil.

"Es solo que no puedes aceptar la realidad."

"Ese no es el caso".

"¿No?"

"No. Y más que eso, ¿Esos niños son tus hijos de verdad o no?"

"¿Por qué estás interesado en eso? ¿Son celos?"

"Todos tienen la misma edad, así que me parece curioso".

"Son de diferente madre, pero cada uno de ellos tiene mi sangre. Soy su padre real".

No debería haber ninguna razón para enfadarse con esto, pero estaba molesto. Respiró hondo e
intentó calmarse para que Kurose no se diera cuenta pero se sintió como estar haciendo todo lo
contrario. Por Dios, ¡No importaba cuántos Omegas tuviera este tipo!

"Fueron un experimento. Para ver si el gen S podía transmitirse."

"... Wow ¿Qué? ¿Experimentaron con Omegas solo por un maldito gen?"
"Eso es lo que los militares hacen."

Estaba intentando respirar porque, a todas luces, eso sonaba a una barbaridad. ¡Los Omega
deberían tener derechos humanos! Deberían ser libres y deberían poder elegir. Por eso los odiaba.
A los Alfa y al maldito ejército.

"Es algo muy complicado. Incluso si eres S Omega, las hormonas cambian dependiendo de
cada periodo de celo. Tú acabas de reaccionar a mi porque somos pareja".

"¿Por qué estás tan seguro?"

"Porque no tenías celo hasta que llegué. Conocí a un hombre llamado Takeda y escuché
sobre eso muy detenidamente".

"... Pues Takeda no tenía derecho a decirlo."

"Escucha. A un S Omega le lleva tiempo madurar. Y la tasa de embarazo es inferior al 30%


a diferencia de un Omega normal ".

"¿Puedo irme a casa? De verdad que esto es algo que no me importa y se siente como si ya
tuviera suficiente."

"No. No puedes irte".

"¡Yo también tengo una vida! Incluso trabajo."

"¿Vas a volver a casa después de lo que dije? No sé cuándo estarás en celo así que temo por
ti".

Su tono era tranquilo, pero eso solo alimentó esa extraña sensación de crisis dentro de él. Era
como tener una bomba en su pecho. De repente surgió la conciencia de que realmente podía ser
una existencia especial llamada "S Omega."

"Y por eso y porque hay muchas cosas que no se han aclarado todavía, es mejor que estés
aquí conmigo. Donde puedo verte y saber que todo está en orden".

Fue como si no hubiera lugar para la refutación. Tal vez... Tal vez debería hacer lo que decía este
tipo.

"¿Entiendes?"

"Entiendo..."

Dijo eso, pero no podía aceptar los hechos a los que se estaba enfrentando ahora. Era como si el
sofá en el que estaba sentado se hundiera en el suelo con cada respiración o como si las paredes se
cayeran. Sabía que era Omega, pero hasta ahora no había tenido que preocuparse por eso. Era
emocionalmente beta, sin relación con las diversas cosas que sucedían entre un Alfa y un Omega.
¡Sin relación con nada de ese mundo! No tenía nada especial y en cambio, vivió todo el tiempo
como alguien increíblemente mediocre y simple. Era un problema decir que era un Omega raro,
incluso entre los Omegas más raros del mundo. Fue igual a si le cambiaran el escenario de
repente.

"Tu maestro, Takeda... Puedes ir con él para procesar la información y tomar tus cosas. Ven
aquí mañana ¿De acuerdo? Te daré la medicina porque vas a estar en problemas si de
repente entras en celo sin mi. Si sientes algo mal en tu cuerpo, cualquier cosa, inyectate."

"Yo..."

"Es una medicina poderosa. Si la usas, asegúrate de informarme para que pueda manejarlo
después. No quiero sorpresas."

No importaba lo que dijera, seguía sonando arrogante. Aún así, Goshoku asintió en silencio.
Chapter 9

Al día siguiente y contrario a lo que había estado esperando, Takeda llegó a la mansión en lugar de
que fuera él quien saliera. Al parecer, el hombre no cumplió con la promesa y lo llamó cuando
Goshoku no estaba poniendo atención.

Y aunque él estaba enojado por eso, Takeda se rió de que el Alfa aparentara ser tan protector con
él.

"Y en pocas palabras, no puedo evitar que mi feromona ponga caliente a las personas. Sin
importar quién sea. Así es, estoy jodido".

"Bueno, no digas eso. Aún no conoces los detalles del todo ¿No? Tal vez no sea tan malo como
te lo estás imaginando."

Ciertamente, Goshoku mismo no se sentía diferente. Tampoco sentía que estuviera entrando en
celo. Si le hubieran dicho que era un sueño, asentiría obedientemente y diría "Sí, tienes razón." O
"Que tonto fui." Pero bueno, ahora mismo estaba tomando té con Takeda en la sala de estar, por
lo que podía ser esa la razón por la que estaba sintiéndose tan relajado.

"Pero es sorprendente que no te lleve al ejército".

"Dijo que el valor cambiaba dependiendo de mi frecuencia de celo. Quiere ocultarlo hasta
que sepa que... No sé, que puedo ser estable".

Pero esta actitud, en la que los del ejército no consideraban a las personas como personas, lo hacía
sentir un tanto preocupado.

"No parece que sea así."

Takeda, tenía la misma habilidad que un Alfa dominante, pero parecía ser mucho más analítico y
paciente que uno.

"Quiero decir, vino a mí y me preguntó mucho sobre ti y tus circunstancias. Y eso quiere
decir que tiene la información necesaria para analizarte ¿No? Quiero decir, me parece que
hay algo más por lo que no quiere presentarte a la milicia."

Takeda estaba seguro de eso, o es lo que aparentaba. Tomó un sorbo de té y tocó las galleta de
mantequilla que habían sacado de la alacena. Estas eran parte de los bocadillos habituales de los
niños, así que no dudó en preguntar por qué parecía haber tanta comida chatarra en lugar de fruta,
arroz o cosas así.

"No lo sé".

Dijo, alcanzando una galleta grande a la que le dio un enorme mordisco. El agradable aroma de la
mantequilla ya se había convertido en un hábito agradable para él aunque solo hubiera pasado un
día.

"Creo que ese Alfa es un pésimo padre. Me da miedo. Quiero decir, si se comporta tan
despreocupado con sus hijos ¿Qué me espera a mi? Siento que está buscando el momento
adecuado para darme una patada y sacarme de aquí."
"De nuevo, no creo que sea de ese tipo". Dijo Takeda, con una cara más extraña de lo que
esperaba. "Y seguro también lo piensas".

Takeda siempre había sido muy inteligente. Sin embargo, no tenía ganas de creer en las palabras de
Kurose cuando él era parte de una élite increíblemente superior. Era arrogante, y sin considerar que
siempre actuaba a su conveniencia, parecía del tipo que daba todo por sentado. Era imposible que
un hombre así captara los sentimientos de un Omega.

"Por cierto, esto es..."

Takeda miró a su alrededor. Los niños estaban jugando a "las traes."

"Oh, son de los que te hablaba. Los hijos de ese Alfa."

"Bueno, ¿Y por qué están en la casa? Pensé que los militares estaban muy metidos con esto
de la crianza de nuevos Alfas S dentro de sus instalaciones"

"¿Ya se puede saber si son Alfas u Omegas? Porque estos niños tienen menos de 6 años".

"Los análisis de sangre se pueden hacer antes de dar a luz. Cuando saben que son omegas,
algunos padres los abortan. Si ellos ya llegaron a los 5 años, entonces deben ser Alfas".

"Abortar..."

Pero en ese momento, Yuki y sus amigos se precipitaron a la sala como para acabar con la
atmósfera tan seria que habían creado alrededor.

"Abuelito..."

"Abuelo, ¿Juegas?"

"Abuelo, abuelo, abuelo, abuelo."

"¿Quieres comer chocolate?"

Los niños hablaron con Takeda, le estiraron las mangas y comenzaron a pegarle en el brazo como
para que les pusiera atención. Si no jugaban con ellos pronto, seguramente serían capaces de
destrozar la habitación en un segundo.

Y en realidad, en el momento en que lo pensó, escuchó algo romperse.

"¡Yuki rompió una botella!"

"¡No es cierto!"

"Dios bendito."

Yuki pareció a punto de llorar.

"¡No deberían correr por la habitación! Van a lastimarse si siguen así."

Goshoku recogió los vidrios rotos, los barrió con una escoba y los limpió con un trapo. Aspiró para
terminar y luego fue a poner todo a la basura. Durante ese tiempo, los niños estuvieron hablando
con Takeda porque les encantaba la idea de tener un abuelito. ¡Era como en la caricatura de
"Heidi"!

"Señor Takeda. Los dejaré jugar afuera así que, por favor salga conmigo".

"Vamos a jugar afuera, afuera, afuera."

"Ya... Ya veo."

"Oye, abuelo. ¿A qué quieres jugar?"

Aunque quería negarse, terminó por sonreírle a los niños.

"Pues ¿Qué quieren hacer?"

"¡Doña blanca!"

"¡La rueda de San Miguel!"

"¡A las escondidas!"

"Soy viejo. Por favor, perdonen si no corro bien".

"¡Está bien!"

"Cuenta ¡Cuenta!"

Cuando vio a Takeda, caminando mientras los niños lo jalaban del brazo, sintió algo
completamente extraño en el pecho. Era como si le gustara ser niñera o igual similar a si se sintiera
orgulloso de sus niños. Y en el momento en que salió de casa para ir al patio, Goshoku tomó un
respiro ante la vista tan IMPRESIONANTE que se extendía frente a él.

"Wow..."

El sitio era bastante grande.

Había árboles, hierbas de un bonito color verde y un montón de rosas plantadas a modo de
alfombra. Era como si hubieran decorado maravillosamente el jardín para darle la bienvenida a la
primavera y al otoño. El otro lado de la valla estaba rodeado de vegetación parecida al brócoli y
había fuentecitas en donde se escuchaba el canto de los pájaros. Había una brisa un poco fría pero
refrescante que levantaba su cabello y un cielo azul que se extendía eternamente. Se sintió como si
la forma en la que estaba fluyendo el tiempo fuera diferente a lo que sentía en la ciudad.

"¿Esto sigue siendo Japón?"

"Lo es. Pero está lejos del centro de la ciudad. Estamos a tres horas en coche de la tienda. A
unos pasos de las montañas".

Entonces definitivamente no había forma de salir de aquí. Estaba pensando en caminar a casa en
caso de emergencia, pero... Aparentemente era imposible.

"Oye ¿Puede prestarme algo de dinero?"

"No."
"¿Cómo que no?"

"Bueno, tenía dinero para ti pero, ese hombre me lo quitó todo antes de entrar."

Como era de esperar, el Alfa era un maldito. Sin embargo, según Takeda, en el camino de regreso,
la persona que lo había traído hasta aquí también lo enviaría a su casa y luego le devolvería su
monedero.

"No hay casas por aquí. Es todo muy cómodo dentro de la mansión, pero si sales, tendrás que
caminar sin parar por el camino de la montaña hasta encontrar una caseta. Definitivamente
es peligroso".

"... Me jodí."

Sintió que estaba bajo arresto domiciliario. Y cuando se dio cuenta de que no podía escapar de
aquí, pareció como si perdiera toda su fuerza. ¡Tal vez realmente quería comérselo! No había otra
razón para encerrarlo en la mansión sin dárselo al ejército.

"¿Qué me pasará a partir de ahora? ¿¡Me va a hacer daño!?"

Takeda vio a Goshoku un momento y después le golpeó la espalda.

"¿Por qué estás tan traumado con que te coman? ¿Es un fetiche?"

"Dicen que comer carne de Omega te hace inmortal."

"Tal vez va a comerte en un sentido diferente."

"..."

No podía encontrar las palabras de inmediato. Quería enfadarse con él pero a la vez tenía ganas de
decirle "Dios te oiga."

"Escuché lo que te pasó a ti y lo que le pasó al Alfa."

"Pues... Ahora que lo mencionas..."

Pero en ese momento, Yuki vino a llamarlos:

"¡Abue-chan! ¡ Goshiki ! ¿Qué están haciendo? ¡Juguemos piedra, papel o tijera porque
queremos ver quién de ustedes es el lobo!"

"¿No iban a jugar a las escondidas?"

"¡No! ¡Al lobo!"

Pensaba que era una broma, pero los niños estaban totalmente convencidos y de buen humor.
Takeda sonrió:

"¿Quieres jugar?"

"No se puede evitar"

Takeda simplemente dijo que quería ser el lobo. Abrió bien las piernas y comenzó a hacer
ejercicios de calentamiento. Cuando Goshoku dijo que estaban listos, todos comenzaron a jugar
piedra, papel o tijera.

Goshoku fue el lobo y contrario a lo que pensó, Takeda mostró una velocidad asombrosa y se
convirtió en el mejor jugador infantil de todos los tiempos.
Chapter 10

Kurose regresó del trabajo aproximadamente una hora después de que Takeda dejara la mansión.
En realidad, trabajaba en su estudio todo el tiempo. Incluso cuando era la hora de la cena, él no
salía y tampoco avisaba, sino que simplemente decía algo como: "No me molesten". Después de
todo, incluso lo dejó solo con sus niños toda la tarde. Pensó que era un hombre horrible que no se
preocupaba por su familia y estaba convencido de que era natural que Kurose tuviera tantos hijos
pero ninguna madre. Incluso si aseguraba que eran experimentos.

"¡Es hora del baño!"

Cuando los llamó, todos se reunieron en una línea recta frente a la habitación.

A cada niño le dio un cambio de ropa y una toalla, pero los pequeños solamente decidieron jugar
con el conjunto, colocando sus calzones en su cabeza y correteándose el uno al otro. Goshoku
suspiró. Era como si jugar al lobo no hubiera sido suficiente porque no había forma de quitarles la
energía.
Y cuando se fue a sentar al sofá y comenzó a pensar que era una completa perdida de tiempo,
entonces empezó a sentir unos pequeños deditos tirando de sus mangas.

"Oye..."

"¿Hmm?"

"Mamá. ¿Te quedarás aquí todo el tiempo? Quiero... Quiero bañarme contigo."

Yo, que era realmente la más tímida del grupo, habló con él sin soltarle la ropa. Estaba seguro de
que había tomado todo su coraje para hacer esto y estaba un poquito orgulloso de su
determinación. Claro que estaba pensando que los niños eran solo una molestia, pero eran lindos de
vez en cuando.

"No sé si tenga permiso de entrar al baño con ustedes. Soy casi un extraño."

No podía decir que era imposible, así que respondió de una manera bastante vaga.

"Pero... Ya te llevas bien con papá ¿No?"

Asintió con la cabeza, pero la verdad era que no tenía ganas de llevarse bien con ese hombre
arrogante nunca jamás. Yuki, el niñito que estaba fascinado con la idea de una relación entre
Goshoku y su padre, se acercó casi en puntitas y preguntó:

"¿Qué te gusta de papá?"

"¿Qué..."

Era algo muy directo, así que tuvo problemas para responder. No le gustaba nada, así que no había
una respuesta.

"Oye, ¿Qué es lo que te gusta de papá?"

"Hmm, que él si toma baños". Yuki tenía un ligero olor a sudor. No malo, el de un niño. "Tienes
que entrar a la tina ahora."
"Papá es un buen hombre, es alto y tiene cara bonita. A mí me gusta pasar el tiempo con él
cuando no está ocupado con la oficina".

La dura manera de "convencimiento" que tenía el niño era bastante extraña. Yuki era descarado,
pero al igual que Yo, parecía sentirse muy solito. Tenía cinco y estaba buscando una madre que se
quedará con él para siempre.

"Además, a veces canta".

"¿Cantó para tu mamá?"

Dios, que ridículo. No importaba con quién se hubiera acostado el hombre o si el experimento se
hizo de otra manera. ¿A él qué le importaba y por qué demonios preguntó?

"No, olvida eso."

"¿Por qué hablas de otras mamás?"

No hubo palabras para la pregunta.

"¿Estás celoso?"

Y sí, tampoco era de extrañar que un niño tan pequeño supiera esa oración si tomaba en cuenta
quien era el padre.

"No. No estoy celoso".

"¿Entonces?"

Iba a decir que sentía pena por su mamá, pero al final del día estaba tratando con un niño. No
sonaba bien y no sabía cómo explicarlo de una manera que no se viera dolorosa. Quería preguntar
por su mamá porque tenía mucha curiosidad por todo el proceso así que, tragando saliva, dijo que
solamente quería llevarse bien con ella. Y tal vez lo creyó, porque Yuki respondió inmediatamente
después de mirar hacia arriba para refrescar su memoria.

"Nunca he visto a mi mamá. Siempre estuve con papá."

"¿No sabes nada de ella?"

"No tengo una. Por eso, está bien que tú seas mi mamá. Haces espagueti y juegas conmigo.
¡Por eso está bien que tú seas mi mamá!"

Descubrió que era un niño que decía las cosas que le parecían importantes dos veces.

"De acuerdo."

Además, las palabras de Yuki, que parecían fuertes, le hicieron entrever las ganas que tenía de
encontrar a alguien que no se fuera. Ciertamente era descarado pero todavía un bebé. Tal vez, él
estaba realmente hambriento de amor. ¿Por qué las madres de estos niños aceptaron las palabras de
los militares y dejaron ir a sus hijos? Era lamentable pensarlo. Los niños eran... Como si fueran su
reflejo. Es decir, sus actitudes también eran las suyas cuando sus padres renunciaron a su amor
solo por ser un Omega que no estaba en celo. También quería un nuevo papá y una nueva mamá.
Deseaba a alguien que lo entendiera y que jugara con él. Que le dijera que no había hecho nada
malo ¿Estos niños también tenían sentimientos de vacío? ¿Pensaban que no eran necesarios? Al
menos, deseaba ser ese adulto que hiciera que olvidaran su soledad.

"Esta bien. Seré su mamá pero... Por tiempo limitado. Soy una mamá limitada ¿De acuerdo?
Así que aprovechen mientras estoy aquí y vamos a tomar un baño."

Cuando Meg lo escuchó, saltó hasta hacer rebotar sus coletitas.

"Vamos al baño. ¡Vamos juntos!"

Por el momento, tomó sus cosas de baño y se dirigió al cuarto con los niños. Quitó la ropa de cada
uno, se desabotonó lo que llevaba puesto y lo tiró todo en el cesto de la ropa sucia. Meg llevó a su
osito de peluche al baño, así que tuvo que colocarlo sobre una "tina instantánea" que había creado
con un montón de toallas.

"Primero hay que entrar en la bañera para que la mugre se despegue."

Pero cuando miró a su alrededor, no pudo ver a Taki ni a Al. Venían justo detrás de él pero,
aparentemente habían regresado a la habitación de nuevo. Goshoku estaba ya desnudo, por lo que
decidió que se ducharía con ellos primero y luego iría a buscar a los que faltaban para ayudarlos
también. Si lo pensaba bien, parecía difícil bañar a seis personas al mismo tiempo. Los niños
podían hacer cosas muy desordenada en pequeños espacios y estando todos juntos. Podían hasta
ahogarse...

Sudó frío.

"... Bueno, creo que voy a tener que hacer cambios aquí."

Llenó la tina y puso dos a la derecha y dos a la izquierda. Era tan grande como en un balneario de
aguas termales así que en realidad todos habían entrado a la perfección.

Pero en ese momento, una figura apareció detrás del vidrio esmerilado. No era un niño.

"¿Pero qué...?"

Al momento siguiente, vio entrar a Kurose con Taki y Al entre sus brazos.

"¡Trajimos a papi!"

Estaba desnudo, así que... Wow. Su belleza física era verdaderamente impresionante. Sus
músculos abdominales estaban bien definidos y la cintura la tenía apretada en los extremos. Sus
hombros eran anchos y los músculos de la parte superior de los brazos dibujaban unas hermosas
líneas aerodinámicas. Tanto así que hasta comenzó a recordar lo pobre que en realidad era su
cuerpo. Goshoku, quien además se veía cinco años más joven que su edad real, no tendría esa
apariencia ni de chiste.

"¿Por qué estás aquí?"

"Vine porque me lo pidieron, ¿Hay algún problema?"

Lo dijo tranquilamente, así que en realidad no pudo quejarse por ello. Era el padre y él... Él era el
extraño por ser tan consciente de ello.

Al y Taki se encogieron de hombros cuando miraron a Yuki y luego todos se rieron al mismo
tiempo. Al parecer, los chicos trabajaron en equipo para conseguirlo. Luego, incluso se acercaron y
comenzaron a hablarse al oído como en un secreto. Era obvio que estaban planeando algo más. No
lo supo por un tiempo, pero de repente comenzaron a trabajar en cumplirlo:

"Mamá, vamos todos juntos. ¡Ven papá!"

Los niños aparentemente la estaban guiando en la manera más adecuada para quedar bien
limpios. Y aunque Kurose les estaba haciendo caso en todo, todavía parecía imposible que pudiera
cambiar su expresión.

"Mira, mamá. Es aquí ¡Aquí es donde nos tallamos las espalditas!"

Como algo que aparentemente era una rutina, lo instaron a sentarse en una sillita frente a Kurose.
Sin embargo, en cuanto lo hizo y vio al hombre, que estaba haciendo burbujas con una esponja de
osito, pensó que era una locura.

"¿Por qué tengo que estar aquí?"

Y es que ¡Madre mía! Cuanto más lo veía, más perfecto era el hombre.

De todos modos, ya que era de una élite y una jerarquía diferente, iba a tomar todo su poder en
guardar sus sentimientos y enterrarlos en lo más profundo de su corazón. Es más, solo se iba a
preocupar por poner el jabón corporal en la pequeña espalda de Meg, que era quien estaba sentada
en frente suyo.

"¡Vamos a bañarnos como una familia!"

Junto con el grito de Al, comenzaron a escucharse un montón de voces al mismo tiempo: "Me
duele" o "Esa parte me da comezón."

"¡Hey! ¿Qué estás haciendo?"

Le hacía cosquillas cuando lo tocaba, así que Goshoku comenzó a retorcerse. Le dijeron que se
quedara quieto así que Meg se rió de él.

El baño estaba lleno de voces de niños, el olor a jabón y risas. No era algo a lo que Goshoku
estuviera acostumbrado.

"¡Papá está muy cochino!"

"Dices eso porque no has visto la espalda de Goshoku."

"¡Oye!"

Pero fue sorprendente que Kurose estuviera lavando su espalda mientras ponía esa voz tan infantil.
Parecía ridículo, pero en realidad se estaba comportando a la altura de un buen padre.

Volteó.

La misma expresión facial de siempre, como si estuviera realizando una misión, estaba en la cara
de Kurose.

"¿Qué? ¿Tengo jabón en la nariz?"

"No. N ada de nada".


Chapter 11

La vida en la mansión era sorprendentemente agradable.

Goshoku se estaba acostumbrando gradualmente a cuidar de los niños así que había empezado a
preguntarse si en realidad siempre fue adecuado para ser un padre. La habilidad de cocinar le
había mejorado gradualmente y la popularidad que había crecido en él gracias a los chiquillos
hacía que todo fuera muchísimo más divertido en la casa.

Sin embargo, la paz no duró tanto tiempo. ¡Había olvidado que estaba básicamente bajo arresto
domiciliario! Y había recordado la razón porque de pronto comenzó a sentir que algo andaba
terriblemente mal en su cuerpo.

Al despertarse por la mañana, tenía un poco de fiebre y estaba completamente cansado. Se calmó
antes del mediodía, pero el calor continuó durante mucho tiempo en el segundo y tercer día.
Finalmente, pareció convertirse en una señal de que estaba a punto de entrar en celo. Ya habían
pasado dos semanas desde que pasó por primera vez y ahora Goshoku estaba desconfiando de lo
que podría ocurrir. Además, aunque no estaba seguro de si era efectivo para un S-Omega, había
estado tomando la medicina china de Takeda desde que comenzó con la fiebre. Pero al tratarse de
un celo a gran escala, definitivamente no sabía qué iba a suceder.

"Mamá, ¿Estás bien?"

Cuando llegó el momento de tomar una siesta, le pidieron de favor que acostara a los niños. Pero
desde esta mañana le habían hecho la misma pregunta una y otra vez.

"Estoy bien. Parece que solo me resfrié."

"Mamá, ¿Vas a ir al médico?"

Yo, quien se acostó en la cama, se levantó de nuevo con una cara bastante ansiosa. La tímida Yo
siempre estuvo preocupada de que Goshoku desapareciera de la nada así que reaccionaba
inmediatamente incluso a las cosas más pequeñas. Y no era solo él. Incluso Yuki, el niño más
enérgico del mundo, parecía haber adivinado que algo malo estaba sucediendo con el hombre en
estos últimos días. Era tanto así, que cuando llegaron a la habitación, no se acostó de inmediato y
comenzó a mirarlo como si estuviera tratando de adivinar lo que estaba ocurriendo en él.

"Yuki, duerme. Estoy bien. Lo prometo."

"¿Papá va a llegar pronto para cuidarte?"

"Sí, lo va a hacer. Volverá muy pronto".

Era una mentira necesaria para tranquilizar a los niños. De hecho se había intentado comunicar
con él desde la mañana pero la llamada no se conectó así que se conformó con dejar un mensaje de
texto.

"Entonces, buenas noches a todos."

Cuando les dio un besito, uno por uno, todos cerraron los ojos igual a si estuvieran más aliviados
que al inicio. Y después de confirmar que se habían quedado bien dormidos, y que roncaban con
una respiración profunda, salió de la habitación y cerró la puerta.
Suspiró.

No había señales de recuperación así que decidió tomarse un descanso por un tiempo. Además, si
estaba a punto de entrar en celo, entonces podía ser una buena idea entrar en la habitación y
cerrarla con llave hasta que lograra calmarse. Sin embargo, cuando fue a la cocina a buscar agua,
algo sucedió de repente.

" Hah , ah, ah".

Sintió un aumento repentino en su temperatura corporal. Era como si hubiera una criatura en su
cuerpo, algo que parecía estar rogando por salir, que mostraba su apariencia original y que casi
deseaba querer actuar como mejor le conviniera. Probablemente era realmente el ciclo de celo. Tal
vez, la experiencia de buscarse el uno al otro en el pasado, impulsado por la existencia de Kurose,
hizo que lo que sentía en este momento simplemente comenzara a madurar hasta volverse así de
insoportable. Sacó el estuche que tenía la jeringa, pero su mano tembló así que lo dejó caer al
suelo.

"Ah..."

Se cayó involuntariamente debido al dolor que lo empujaba hacia arriba y terminó por pisar la
jeringa con sus rodillas. Por supuesto, quedó inutilizable gracias a esto.

Se las arregló para levantarse y comenzó a dirigirse entonces a la puerta.

Giró la perilla...

"Aaah".

Logró llegar a las escaleras, pero se quedó atascado allí. Era doloroso cada vez que daba un paso
así que pareció que no tenía otra alternativa más que sentarse. Además, podía escuchar la pisadas
de una persona caminando justo hacia donde él estaba.

"Carajo…"

Tenía que huir.

Consiguió mover su cuerpo en celo y subir las escaleras unos centímetros más. En cuanto a los
sirvientes que trabajaban en la mansión, solo había contratado personas omega por lo que no había
mucho problema con ellos. Pero no todos eran de fiar ya que la mayoría de los empleados que
entraban para llevar ingredientes a la mansión eran betas.

"Maldición."

Se sentó de nuevo cuando llegó al final de los escalones. Era como si su cuerpo ya no lo fuera
realmente

"Ah, ah, ah, no puedo... No puedo moverme."

"Por favor, espere. ¡No hay paso allí!"

Escuchó la voz de uno de los sirvientes que estaba encargado de limpiar la mansión. Por el grito
tan apresurado, podía entender que estaba intentando detener la invasión de aquellos que
definitivamente no debían entrar.

"¡Alto!"
Mirando hacia atrás, en dirección a la voz, se encontró con que un hombre desconocido estaba a
punto de correr escaleras arriba. Tenía mejor físico que Goshoku pero era más joven. Era
musculoso, probablemente porque trabajaba en algún lugar que le exigía utilizar el cuerpo,
antebrazos gruesos como un tronco, un rostro bronceado y unos ojos claros. No importaba cómo lo
mirara, era un oponente peligroso.

El hombre volvió sus ojos deslumbrantes hacia Goshoku.

Ah...

Tal vez debería rendirse de una vez porque ya había visto esta mirada muchas veces antes. Los ojos
de un Alfa, reaccionando el celo de un Omega. Ese tipo probablemente era un beta, pero como
sabía, el celo de un S Omega los afectaba también a ellos.

"Espera... Ah ¡ Suéltame …!"

El hombre agarró su brazo y lo jaló en su dirección. Pensó en Kurose, y en la manera en la que su


olor era completamente diferente a la sofocante de ese hombre.

"Por favor..."

"Quieres que te toque ¿No? De verdad lo deseas."

Fue golpeado con una mano plana y presionado contra el suelo. Estaba, definitivamente, a punto
de ser violado.

La humillación de ser conquistado por la fuerza pareció a punto de romperle el corazón, pero no lo
dijo. Esto era ser un Omega y un Omega vivía siempre este lado del peligro. ¿Y por qué? ¿Por qué
existía este género? Si había un dios, ¿Por qué sometería a los humanos a una prueba tan dura?
No había hecho nada malo y de todos modos la estaba pasando mal. Estaba resentido, arrepentido,
con picazón y su pecho estaba a punto de romperse.

Y era todavía peor que se sintiera como si su alma estuviera buscando a ese hombre.

Si no quería ser solo un trozo de carne, entonces debía intentar deshacerse de ese deseo. Tenía que
resistir las ganas de ser tocado, porque cualquier mano que se resbalara por su ropa iba a hacerle
sacudir las caderas. No importaba si lo disfrutaba o no.

"¡Ah…!"

Se desesperó al imaginarse devorando a un hombre desconocido, e incluso pensó que preferiría


morderse la lengua y morirse. Más aún porque en ese momento, Goshoku ciertamente comenzó a
sentir la presencia de Kurose. Es decir, no lo estaba viendo y definitivamente no estaba
escuchando su voz pero, aún así, sabía que estaba en las inmediaciones. Era... Igual a un
presentimiento, no lo sabía.

Y poco después, vio finalmente a Kurose en uniforme militar, subiendo las escaleras en silencio.
Se estaba dirigiendo hacia él mientras se tronaba los dedos de las manos...

Cuando las botas quedaron justamente en frente de su cara, la voz que desgarró la tierra como un
trueno resonó con un:

"¡ Piérdete !"

El hombre, que era de un tamaño más grande que el del Alfa, cayó hacia atrás con mucha facilidad.
Sin embargo, se levantó para atacar a Kurose con un rugido como el de una bestia. Es como un
macho compitiendo con otro por una hembra.

Al parecer, cuando lo salvaje era expuesto, podía matarte.

"¡Él es mi pareja!"

Goshoku no estaba seguro de lo que había pasado, pero podía ver al hombre tirado en el suelo
mientras sostenía el uniforme de Kurose con ambas manos. Kurose lo pateó, sujetó al tipo del
cuello y lo arrojó al pasillo con un solo y fuerte impulso. Sin embargo, todavía era muy temprano
para sentirse tranquilo. El celo de Goshoku se había vuelto aún más intenso en esos momentos y
no podía controlar la bestia superficial dentro de él.

Tenía miedo de la sensación de que cualquiera podía consolar este cuerpo.

Era un hambre fuerte que gritaba ansiosamente por un macho.

"Ah, ah, ah..."

Se retorció y miró a Kurose mientras dejaba escapar un suspiro caliente. Era consciente de que
estaba rogando por un consuelo de parte de él, pero no podía parar.

"Ayuda..."

Kurose, el S Alfa, que era impotente contra el celo de un S Omega, se rindió a la mitad y se acercó
mientras resentía su propia sexualidad.

"Yo... Um..."

Kurose, arrodillado frente a él, le robó los labios y comenzó a disfrutar del éxtasis y la
desesperación al mismo tiempo. Su lengua se deslizó entre su boca ligeramente abierta y entonces
devoró la carne que estaba empapada con saliva.

"Aaah..."

Luego, miró en su dirección.

"La medicina... Espera"

No entendió el significado de inmediato. Pero, siguiendo su mirada, descubrió que estaba buscando
su abrigo. Había varias jeringas alineadas en el estuche de su bolsillo.

El inhibidor.

"Va a doler un poco".

"Sí..."

La jeringa se introdujo en su muslo para poderle inyectar la droga. Frunció el ceño ante el dolor,
pero era evidente que la fiebre estaba disminuyendo. Había dicho que era una buena medicina pero
pareció un poco exagerado que el efecto fuera así de enorme y tan rápido. Y aunque finalmente
pudo volver a su estado habitual y ver la situación con calma, le sorprendió la siguiente acción que
tomó Kurose:

"¿Qué estás haciendo…?"


Kurose apuñaló su propio muslo con una jeringa. Y solo en ese momento descubrió que estaba en
el mismo estado que cuando se abrazaron en el callejón. Sin embargo, al contrario de Goshoku,
después de terminar la primera dosis, colocó la segunda, después de unos segundos, el tercero y
cuando puso el cuarto, respiró, se puso de pie y retrocedió. Estaba resoplando por la nariz.

"Tus feromonas son intensas."

Al parecer siguió golpeando poderosos inhibidores químicos hasta que la droga funcionó.
Anteriormente había dicho que era muy fuerte como para inyectarla en su cuerpo sin cuidado y
ahora se había puesto cuatro de ellos frente a él.

Miró la jeringuilla que estaba rodando y luego lo miró a la cara.

Cuando Kurose volteó para tranquilizar al sirviente que observaba la aterradora aparición desde el
pie de las escaleras, Yo gritó porque aparentemente la había despertado tanta conmoción.
Mirándolos desde su habitación, preguntó como de costumbre:

"Papá, ¿Qué pasa?"

"No te preocupes. Solo estoy un poco cansado. Ven aquí, ven".

El tono era el mismo que para Goshoku, así que se sentía frío, pero igual había un atisbo de
amabilidad en su comportamiento. ¿Era el hombre llamado Kurose una persona amorosa o una
persona fría que desempeñaba el papel de soldado incluso en casa?

Al final, cuando llevaron a la niña al dormitorio y la acostaron en la cama, Goshoku estaba tan
cansado por la medicina que lo atacó el sueño. Trató de decir algo, pero no resultó ser una palabra
y terminó por caerse.
Chapter 12

Ese día, Kurose rodeó a Goshoku mientras dormía todavía con los niños. Había pasado dos horas
desde entonces, pero aún no se había despertado y él no tenía ganas de ir a trabajar si eso
significaba dejarlo solo de nuevo. En realidad, informó que era probable que no regresara de nuevo
al cuartel en todo el día porque le había surgido una emergencia. Era esta también la primera vez
que mentía. Además, no arrestó al intruso con la condición de que no dijera nada sobre la
existencia de Goshoku a nadie. Y dado que desconocía todavía la existencia del hombre como un S
Omega, pensaba que ponerle un arma en la cabeza debía ser más que suficiente para endurecer la
boca de ese hombre.

"Oye, papá ¿Qué le pasó a mamá?"

Fue Yo quien preguntó esto porque estaba muy preocupada. A esta pequeña niña aparentemente no
le gustaba que pareciera como si Goshoku fuera a irse de la mansión en cualquier momento. Lo
había hecho sonreír cuando lo dijo la primera vez, pero después de un rato volvió a hacer la misma
pregunta.

"Está enfermo. Pero va a despertar pronto."

Cuando Yo sonrió, como si estuviera aliviada con esto, Meg estiró la espalda y acercó su boca al
oído del hombre para decirle en secreto:

"Recupérate pronto, mami."

Meg era la mejor de los seis niños.

"¡Recupérate mami!"

Yuki gritó, pero Maruo metió los dedos en la nariz de Goshoku para hacer que despertara. Al lo
controló, pero cuando Taki se subió a la cama y se acostó a su lado, el niño comenzó a hacerlo de
nuevo.

Kurose se rió un poco. Mirando los ojos de los niños, podía sentir que tenían un profundo amor
por Goshoku. Normalmente correrían por la habitación y buscarían sus juguetes o las hojas de
papel, pero hoy estaban muy tranquilos. Llevaban más de una hora observando al hombre en la
cama. En realidad, nunca había visto tanta concentración en ellos.

"Oye, ¿Por qué no te llevas bien con mamá?"

"¿Papá es odiado por mamá?"

"¡Vamos a ayudarles con eso!"

"Así es. Podemos hacer una cena romántica como en la dama y el vagabundo".

"El espagueti de Maruo es delicioso".

"Mentira, tú no sabes hacer eso."

Papá negó con la cabeza.


"No. Si nos llevamos bien. No se preocupen por eso".

En realidad, desde que tuvieron el celo se sintió como si la maldición de Omega y Alfa estuviera
entrelazada alrededor de los dos como, en una cadena de hierro.

"¿Papá va a casarse con mamá?"

"¡Me gustaría que mamá tuviera un bebé!"

"Meg ¿Por qué quieres un bebé?"

"Hmm. Porque sí."

Kurose le devolvió la sonrisa y luego ordenó:

"¡Eso es todo! Dejen a Goshoku dormir en paz".

Además, el hombre todavía debía ser presentado al ejército. La verdad era que hasta debería
llevarlo ahora mismo.

Pero... Se sentía como si lo estuviese guardando para él.

"Papi..."

Dijo Meg.

"Dime."

"Hay algo que no entiendo."

"¿Qué es lo que no entiendes?"

"¿Mamá va a quedarse aquí para siempre?"

"... Um, creo que no. No puede quedarse aquí porque hay un lugar que tiene que tomar en
otra parte."

Las caras de los niños se nublaron de inmediato pero era Yo quien pareció a punto de empezar a
llorar. Él continuó:

"Pero papá no va a llevarse a mamá todavía."

"¿Por qué?"

"Bueno, quiero mantenerlo en secreto."

Porque ya que había encontrado al S Omega, su medio hermano estaría feliz y lo ocuparía para
producir S Alfas. Y para un hombre que estaba celoso de Kurose, seguramente se sentiría como si
esta fuera una oportunidad para un gran cambio.

¿Pero era solo por eso? ¿Ocultaba la existencia de Goshoku por su hermano? Meg dijo algo
sorprendente:

"Papá quiere mantenerlo en secreto porque lo quiere mucho mucho. Es para que no lo vaya
a perder."
"... Tal vez."

Pero no encontraba la respuesta correcta. Todo lo que sabía es que ciertamente no deseaba poner a
Goshoku en manos de otras personas.

"¿Te gusta mucho mamá?"

"Me gusta. En el momento en que lo conocí, pensé que era hermoso."

La pequeña Meg miró en su dirección con una sonrisa:

"¡Yo te entiendo, papi!"

"¿Ajá?"

"Sí. ¡Porque mi juguete de peluche me gusta muchísimo! También pienso que es hermoso así
que no se lo daré a nadie nunca jamás".

En el momento en que lo escuchó, fue como si su corazón diera un vuelco espeluznante. Incluso si
se debía al celo, las emociones que surgieron después no se podían explicar por si mismas.
Pensaba: "No quiero mostrárselo a nadie." "No quiero que lo toquen." "No quiero que lo ocupen
para producir otros S Alfa."

"¿Verdad que sí?"

"Sí, tienes toda la razón."

Cuando le acarició la cabeza, la niña comenzó a reír.

S Alfa era una mutación, pero S Omega era una línea de sangre. En pocas palabras, existía una
enorme probabilidad de que tuviera un S Omega en lugar de un S Alfa así que eso significaba que
iban a intentarlo una vez y otra vez y otra vez hasta que lo lograran.

"No quiero que le hagan daño..."

Tan pronto como murmuró esto, casi inconscientemente, Meg lo miró a la cara y apeló seriamente:

"Así es, papi. No dejes que nadie lo haga".

Kurose rió y besó su frente.


Chapter 13

"La medicina..."

La figura de Kurose, quien había dicho eso hace unos segundos, se aferraba constantemente a su
cabeza. Al parecer, se había apresurado a tomar la medicina con anticipación para no ser afectado
por el celo de Goshoku, luego lo protegió de las manos de ese hombre que estaba enloquecido, y
después de ayudarle con su propio celo, se inyectó la medicina nuevamente. ¿Y podía decirse
entonces que el cuerpo del hombre estaba realmente bien? ¿No iba a sufrir de efectos secundarios
que le hicieran daño? Estaba preocupado así que lo observaba detenidamente cada vez que lo veía
caminar.

Después de que se le mostró la amabilidad de un hombre que pensó que era despiadado, se produjo
un pequeño cambio en Goshoku. Y gracias a eso, las emociones que le había hecho tener en el
primer encuentro ahora parecían subir por la parte más alta de su pecho hasta volverse en... Otra
cosa. Era algo cálido, aunque a veces parecía más bien una aguja afilada que no dejaba de
perforarlo. El Alfa cambió su apariencia, cambió su forma y estimuló constantemente a Goshoku.
Como plantas mecidas por el viento, su corazón también fue sacudido por la existencia de Kurose.
Grande, pequeño, violento, gradual. No sabía cómo captar los cambios que estaban ocurriendo
dentro de él.

Ese día, Goshoku estaba mirando fijamente la camisa de Kurose sobre la cama. Debería haber
estado en el cesto de la ropa sucia. Lavar era un trabajo de los sirvientes y no había posibilidad de
que Goshoku lo consiguiera, pero podía decirse que se lo llevó en secreto.

Goshoku entonces recordó cierto acto peculiar de un Omega: Anidar. Y eso se refería al hábito de
recolectar cosas que olían a la persona que se había convertido en su pareja hasta hacer un nido.

(No creo que ese sea el caso.)

Después de todo, sería un problema si alguien lo malinterpretara.

Antes de que pudieran encontrarlo, trató de devolver la ropa en el cesto... Pero cuando los niños
gritaron fuera de la puerta, Goshoku solo lo escondió rápidamente debajo de la almohada y fingió
que no había pasado nada para empezar. Kurose y los niños, que llevaban una bandeja de comida,
entraron sin llamar.

"Mamá, ¿Estás bien?"

"Hicimos avena con papá."

Pero pensar que este hombre estaba parado en la cocina, haciendo algo para él, le hizo sentir muy
extraño. Agradeció y le dio un mordisco.

"..."

No era avena, era pegamento.

Soportó las ganas de decirlo, se sacó la cuchara de la boca y luego repitió la misma acción un par
de veces. Pero pronto alcanzó el límite. Esto era definitivamente pegamento. No, tal vez era
cemento. Además, parecía estar quemado y olía a hollín, lo cual hacía más difícil la tarea de decir
algo de manera halagadora.
"¿Está rico, mami?"

"Es... Es pasable."

No quería decir que era un asco.

"¿O no te gustó?"

Meg sacudió sus coletitas mientras saltaba y miró hacia el recipiente de Goshoku.

"¿Me lo como yo?"

"¡Maruo! Es de mamá".

"Pero mamá está haciendo una mueca".

No iba a decirlo frente a Kurose o los pequeños así que solo sonrió.

Mientras comía avena con sabor a hollín, Meg se intercaló entre Al y Taki y Kurose se sentó a sus
pies para acomodar una pequeña botellita de paracetamol que aparentemente era para Goshoku.

"Papá, ¿Tienes trabajo hoy?"

"Hoy me voy a tomar un día libre".

"¿De verdad? ¿¡Puedo estar contigo todo el día entonces!?"

"Claro."

"¡Sí, sí, sí, sí!"

Todavía tenía una mirada irreverente, pero su comportamiento hacia sus hijos demostraba todo el
cariño del mundo. La camisa de Kurose, escondida debajo de la almohada, fue empujaba un poco
más atrás mientras que Yo llevaba la bandeja vacía de vuelta a la cocina.

"Mamá, por favor, duerme bien".

"Mejórate rápido, mamá".

Pero en lugar de salir, los niños se acostaron en la cama y comenzaron a decir sus oraciones.
Entonces, antes de medianoche, sus párpados cubrieron todos esos pequeños ojitos brillantes, como
si las luces de la ciudad se apagaran, y comenzaron a roncar casi al mismo tiempo. Kurose cargó a
los pequeños entre sus brazos, y los llevó a su habitación uno por uno.

"¿Por qué no duermes tú también?"

"Porque fue interesante verte ir y venir. Además, tengo que preparar la cena para los niños".

"Voy a hacerlo yo".

"..."

¿Más pegamento?

Como era de esperar, cuando corrió a la cocina para seguirlo, estaba a punto de lavar el arroz con
detergente en polvo.

"Oye… ¿Qué estás haciendo?"

"¿Lavando el arroz?"

"Nunca he visto a nadie lavar el arroz con detergente."

"¿No?"

Goshoku suspiró profundamente y se arremangó la playera. Era extraño que los niños no hubieran
tenido una intoxicación alimentaria hasta ahora.

"Entonces, ¿Qué más tenías planeado?"

Puso papas, cebollas y zanahorias en la mesa. Aparentemente quería curry.

"¿Es curry? ¿Tienes carne de cerdo en el congelador?"

"Duerme. Seguramente el celo todavía no se te quita".

"Está bien porque tú me diste medicamento ¿No? Además, no sé qué vas a hacer si te dejo
cocinar solito. Voy a ayudarte ¿Puedes lavar las verduras? No vayas a utilizar detergente."

"Bueno."

Kurose comenzó a lavar las verduras. Goshoku sacó el cerdo del congelador, lo descongeló en el
microondas y comenzó a preparar el arroz. Cortó la carne y la puso en una sartén grande mientras
le colocaba un poquito de ajo.

Goshoku se detuvo. Cuando vio en dirección a Kurose, notó que estaba lavando las papas bajo el
chorro de agua para intentar quitarles bien la tierra.

"Ah... También quita la piel".

"Ok".

No podía creer que estaban haciendo curry uno al lado del otro. Es más, cuando pensaba en él,
todavía le venía a la cabeza su voz diciendo "¿Y por ser su padre soy su sirviente?" Así que
obviamente era extraño que ahora estuviera luchando con las verduras, con un pelador en una
mano, y de acuerdo a las instrucciones de Goshoku.

"¿Qué?"

"Nada..."

"A veces está bien hacer este tipo de cosas ¿No crees?"

Habló como si leyera el corazón de Goshoku así que al final terminaron por sonreír. No pensaba
que fueran realmente las palabras de la persona que dirigía el equipo de búsqueda en el ejército.
Sin embargo, cuando miró su perfil, terminó por convencerse. Kurose... Solo estaba intentando ser
amable.

"¿Por qué te escapaste de casa?"


Pero la repentina pregunta rebotó en su corazón. Cuando miró a Kurose, finalmente bajó la mirada.

"Sé que... Saliste de casa cuando eras un jovencito. Goshoku es un seudónimo. En realidad,
hay una solicitud de búsqueda. Apareces como desaparecido desde hace un tiempo".

Sus manos temblaron. Era como si el pasado que debería haber sido desechado, lo atacara de
nuevo.

"No lo creo. Mis padres no me necesitan".

"Eso no es lo que parece. Además, según investigué, ellos descubrieron recientemente que su
hijo fugitivo podría ser un S Omega."

"¿No que la existencia de un S Omega era secreto?"

"Algunas familias Omega fueron informadas de la existencia de los S. Para ser más exacto, se
trata de personas que tienen un expediente en el hospital. Ya sabes que un S Omega tarda en
madurar así que buscan a los pacientes que nunca tuvieron celo. Los militares fueron a tu
casa."

Goshoku suspiró. En el momento en que escuchó que había una solicitud de búsqueda, comenzó a
sentir que tal vez... Tal vez si lo amaban. Quizá estaban preocupados.

"No has respondido a la pregunta. ¿Por qué te escapaste de casa?"

"Porque no era mi lugar..."

"Ya."

"¿Por qué no me entregas al ejército?"

"... Porque no estoy seguro de que seas útil para algo más que cocinar."

Empezó a preguntarse si había una regla que le impidiera patear sus testículos.

"... Tú nunca podrías entender los sentimientos de alguien como yo".

"¿De qué hablas?"

"Las personas como tú, Alfas, son excelentes y son bendecidas. Es normal que sientas que
todo lo que tiene que ver conmigo es una broma."

Naturalmente, eso pensaba. La línea de partida de un Alfa era diferente a la de los seres humanos
ordinarios. Nacían con algo que la mayoría de las personas tenían que complementar con esfuerzo.
Inteligencia, fuerza física y todo lo demás. ¿Cómo alguien cómo él sería útil para sus ojos?

"¿Sabes? Si lo haces conmigo, las posibilidades de que un S Alfa nazca aumentarán ¿No?
¿Eso... Me haría útil, verdad? Sé que para ti solo soy como un caballo reproductor".

Aunque estaba sonriendo, la verdad es que tenía muchas ganas de llorar. Era como si todos
hubieran olvidado que aunque era Omega, también era una persona con un corazón humano.

"Lo siento. No debí decir eso en este momento, ni siquiera como broma."
"No necesito tu simpatía. Yo tampoco simpatizo contigo."

"Lo sé... Pero tengo que decirte que... Eres mucho más importante y valioso de lo qué crees.
Mucho más valiente también."

"¿Intentas consolarme o algo?"

De verdad fue como si una parte del corazón de Kurose intentara fluir en su dirección . Era solo
que, se portaba demasiado torpe. Pero también era lindo así que tal vez por eso los niños lo amaban
tanto. Es decir, incluso si estaba ocupado con el trabajo, podía tomarse su tiempo para cocinar algo
para sus hijos, bañarlos y hacerlos dormir.

"Bueno, solo digo."

Y luego Kurose siguió con la papas. Mientras tanto, las cebollas y las zanahorias se agregaron una
tras otra a la sartén que ya tenía un montón de carne salteada y le agregó un poquito de hojas de
laurel.

"¿Se ve bien?"

"La verdad es que sí."

"A los niños va a gustarles mucho ."


Chapter 14

[Goshoku-chan, el S Omega.]

Ese día, Goshoku estaba frente a la tableta electrónica. Kurose se había ido a trabajar desde muy
temprano así que él se quedó hablando con Takeda desde hace ya un tiempo. Sin embargo, lo que
apareció en la pantalla fue una palabra odiosa y una arruga entre sus cejas.

"¿También vas a empezar con eso?"

[Lo siento. Es solo que es un tema que siempre sale a flote ¿No crees?]

[Es cierto.]

Yanai apareció junto a Takeda. Había pasado un tiempo considerable desde que lo vio por última
vez, pero era básicamente el mismo. El hombre lo regañó para que se quitara de en medio e
inmediatamente después desapareció de la pantalla.

[Lo importante es que te ves bien.]

"Sí, por el momento. Más que eso, maestro ¿Todo está bien? Lo veo un poco... Desesperado".

[Pensé en contarte la información que reuní.]

"¿Información?"

[Información sobre los S Omega.]

"Por favor, dime".

Entonces resopló y encendió un cigarrillo. No continuó de inmediato, pero después de mucha


impaciencia, escupió humo de entre sus labios y dijo:

[Eres "sangre de Dios."]

"¿Qué es eso?"

[Solo sé que los militares te necesitan para tener decencia.]

"Ya lo había escuchado."

[No lo malinterpretes. No quieren casarte con un Alfa, solo que tengas sexo con uno. Crudo.
Las veces que sean necesarias hasta que les des un Alfa.]

El estatus de un Omega era originalmente tan bajo que tendían a descuidar sus derechos humanos.
Pero, hasta ahora, esto parecía ser lo más bajo que había escuchado nunca. Es más, no pudo
sentirse bien desde el momento mismo en que escuchó la palabra "Sangre de Dios".

"Tal vez no se trata de eso. Quizá es un defecto genético o algo así."

[No lo creo. Te tratan como un omega especial, ¿Verdad? Es normal pensar que hay algo que
quieren sacarte. Supongo que, si un S Omega va con un S Alfa, aumentará muchísimo la
probabilidad de que otro S Alfa venga al mundo."

Sin embargo, Kurose dijo que la tasa de embarazo era inferior al 30%. Trató de decirlo, pero fue
interrumpido.

[Oh, y hay algo mejor. Descubrimos que los niños en su casa son todos omegas comunes. Un
Alfa S y un Omega daría como resultado un Alfa. En todos los casos. Y aunque un Alfa S
puede dar hijos Omega si se mezcla con un Omega S, entonces los pequeñitos serían S
también.]

[Entonces los niños no son hijos biológicos de Kurose.]

Yanai sonrió, pero Goshoku no dijo nada.

[¿No estás feliz de que no sean sus hijos?]

"No estoy particularmente feliz".

Era una mentira. Se sentía aliviado en algún lugar de su corazón al saber que Kurose no había
abusado de los Omegas por aquí y por allá, sin importar que fuera para un "experimento." Sin
embargo, que fuera así también lo ponía un poco triste.

"¿No es incorrecta la información? Él me dijo que tenían su sangre, aunque no eran de la


misma mamá. Dijo que era el padre real."

[Pues mintió.]

[Decir que tienen la misma sangre no es una prueba suficiente.]

Yanai sonrió como si fuera gracioso.

[Probablemente son los hijos de su medio hermano. Ha habido rumores de que tuvo un
montón de niños al azar para experimentar. Y como él no es dominante, por eso todos son
Omegas.]

Incluso después de escuchar tan poco, sabía qué tipo de persona era el hermano mayor de Kurose.
Estaba... Abrumado y enojado.

[Tuvo seis niños Omega y se rindió.]

"Pero, ¿Igual los hijos de un Alfa no son 70% Alfas?"

[Hay excepciones en todas partes, Goshoku. Tú deberías saberlo mejor que nadie.]

Goshoku se quedó en silencio otra vez.

"Si es verdad, es muy cruel..."

[Entonces, si te llevan al ejército... Es un hecho que te utilizarán como una herramienta. Y lo


más posible es que todo lo que hagas sea tener hijos de su hermano hasta que le des lo que
quiere.]

Por lo tanto, ¿Eso quería decir que Kurose no se ofrecería a si mismo? ¿Sabía lo qué le pasaría?
¿Por eso no quería llevarlo al ejército?
"¿Qué pasaría si se revelara que me está escondiendo?"

[Sería atrapado y encarcelado por traición.]

[¿No es esa una gran excusa para deshacerse de ti?]

Takeda sonrió como si quisiera insinuar lo hambriento de poder que estaba su hermano, lo
peligroso que era y la manera en la que de todos modos estaba mintiendo para protegerlo en su
casa. ¿Y por qué? ¿Cuál era la razón? ¿Cuáles eran los beneficios que tomaba Kurose de esto?

[Si estás tan preocupado, pregúntale directamente.]

"No creo que quiera saber la respuesta... Tal vez es algo doloroso."

[Eres terco. Pero por una vez, intenta pensar sabiamente para que no vayas a meterte en
problemas.]

Dicho esto, la llamada se cortó.

Se miró reflejado en la pantalla negra de la tableta electrónica y comenzó a buscar una respuesta
dentro de él. Y tal vez era porque estaba de mal humor o ansioso, pero comenzó a sentirse muy,
muy deprimido por esto.

"Oye, mamá, tengo hambre. Tengo hambre. ¿Qué hay de comer?"

En ese momento, Yuki se acercó y lo abrazó con fuerza por la cintura. Era el más enérgico y
descarado de los seis, pero a veces parecía un lindo gatito. Además, incluso si seguía pensando por
más tiempo, era evidente que no iba a lograr obtener una respuesta así que suspiró y terminó por
acariciar su pequeña cabecita.

"¿Qué te gustaría comer?"

"¡Una hamburguesa!"

"Sí. ¿Qué crees que quieran tus hermanos?"

"¡Una hamburguesa también!"

Y como si se hubieran puesto de acuerdo, cuando Taki y Al lo vieron, saltaron a la habitación y


juntos comenzaron a decir que querían una hamburguesa con muchísimo queso. Entonces Meg, que
los escuchó también, terminó dando vueltas y vueltas y al último, Maruo, volví la vista y corrió a
la cocina para gritar: "¡También quiero!"

"Espera... ¿Qué tienes en la mano, Yo?"

"Estaba en la cama de mi papá".

Parecía ser un suministro militar que además estaba grabado. Antes de darse cuenta, lo tomó
rápidamente de entre los deditos de Yo y lo llevó a centímetros de su nariz como para buscar su
rastro.

"Lo devolveré en cuanto termine de limpiarlo ¿Está bien? Aunque es un secreto para tu
papá".
"Bueno."

"¿Me ayudan a hacer la cena?"

Después de colocar el objeto en su bolsillo, comenzó a preparar la carne para las hamburguesa.
Hirvió el brócoli, cortó zanahoria, hizo un corte en las papas y mandó todo al microondas. Y como
de costumbre, la mesa del comedor, rodeada de un montón de niños inquietos y ruidosos, comenzó
a volverse muy divertida y animada.

Después de la cena, jugaron un poco, los bañó y los llevó de inmediato hasta el dormitorio
diciendo "Tienen que ir a la cama temprano hoy". Pero Meg igual pidió que leyera un libro.
Entre los muchos que encontró, tomó uno que su madre siempre le contaba cuando era más
chiquito. No importaba cuántas veces lo escuchara, nunca se cansaba de él y hasta pedía que lo
leyera más de dos veces al día. Fue antes de que resultara ser un chico defectuoso. Leyó en voz
alta las escenas que lo hacían feliz e hizo lo mismo con las partes tristes. Y justo después de que
todos se durmieran, regresó a su habitación y esperó a que volviera Kurose. Varios pensamientos
vinieron a su mente mientras tanto pero la mayoría de ellos eran de momentos de antes de ser un
Omega. Creía honestamente que sin un segundo género, la vida hubiera sido diferente.

"Es muy injusto..."

Las palabras que había repetido en muchas otras oportunidades llenaron su cabeza una vez y luego
otra antes de que escuchara movimiento afuera ¿Cuánto tiempo había pasado desde que comenzó a
esperarlo? Hubo un ruido y Goshoku se levantó.

"Bienvenido de nuevo"

Kurose, de pie frente a él, miró a Goshoku después de poner su abrigo en la percha. No hubo
respuesta. Se preguntó si podría preguntar incluso aunque se sintiera un tanto invasivo.

"¿Puedo preguntar algo?"

"Dime."

"... Los niños, no son tuyos ¿Verdad?"

"Son mis hijos."

"Estoy hablando de genes, no de cómo los sientas."

Kurose suspiró. Goshoku estaba convencido de que lo que había dicho su maestro era cierto así
que ¿Por qué Kurose tenía a los niños en su mansión mientras los criaba como si fueran suyos?

"Ninguno de ellos es un Alfa y tú eres uno dominante. Un S... No tiene sentido".

"¿Y a ti qué?"

Sorprendido de que le respondiera con un tono enojado, Goshoku retrocedió.

"No importa cuáles sean sus genes o si son Omegas o si todos dicen que son inútiles. Cada uno
de ellos es mi hijo. Los niños no son herramientas y yo... Desde que nacieron, son míos ¿Está
bien? Los amo. Y no dejaré que nadie diga lo contrario".

La afirmación de Kurose de que él era su padre lo golpeó de inmediato en el pecho. Se sorprendió,


se detuvo por un momento y luego lo vio moverse como si nada hubiera pasado para empezar.

"¿Está claro?"

Pero Goshoku no respondió. No podía pasar por alto la amabilidad que yacia en silencio detrás de
sus palabras. Incluso fue como si su corazón se destrozara por los sinceros sentimientos de Kurose
para con los niños porque... Se preguntaba el motivo por el que sus padres no habían actuado así.
Incluso si era un Omega que no estaba en celo o si era inútil, hubiera deseado que dijeran que igual
era su hijo y que lo amaban. Era lo único que quería. Que sus padres le dijeran que era importante.
Que no tenía que ser un Alfa. Si hubiera sido así, no se habría escapado de casa nunca.

"¿... Estás llorando?"

"¡...!"

Cuando se limpió las mejillas, el dorso de su mano se mojó. Dijo "No" y se limpió con la ropa esta
vez. Estaba sorprendido y avergonzado de llorar frente a Kurose. Y lo peor es que no podía
evitarlo.

"¿Qué comiste?"

"Um... Hamburguesas".

"¿Los niños estaban felices?"

"Estaban muy felices."

Gracias a que Kurose cambió el tema, fue evidente que comenzó a sentirse más relajado.

"¿Quieres comer?"

"Claro... Por cierto, ¿Quién te dijo eso de los niños?"

"¿Qué?"

"Por favor, Goshoku... No te metas tanto en ese tipo de temas. Es peligroso."

La realidad parecía precipitarse como un tsunami contra él. Podía ser que realmente todo
estuviera relacionado con lo que se llamaba "sangre de Dios".

"No te pongas triste. La situación cambiará si esperamos un poco más. Entonces te contaré
todo".

"¿Qué quieres decir?"

"Ya, ve a dormir".

Aparentemente no quería preocuparlo, así que terminaron con este tema obedientemente.
Chapter 15

Tres meses después, el ejército superior fue informado de la existencia de Goshoku. Fue Takeda
quien se lo dijo pero la información era directamente de Yanai.

Takeda, quien llegó a la mansión por primera vez después de mucho tiempo, esperó a que los niños
tomaran su siesta de la tarde antes de contar toda la historia. No entendía por qué era que todavía lo
estaba protegiendo dentro de la mansión, y honestamente estaba un tanto confundido por la manera
en la que se portaba. Si lo atrapaban por traición hasta podía ser condenado a muerte porque,
cuando se trataba de Omegas y Alfas, el país revelaba de inmediato un lado que no parecía ser nada
parecido a la democracia. Como si retrocedieran todos en el tiempo. Y por eso era impredecible lo
que sucedería a continuación.

Cuando Kurose regresó por la noche, Goshoku lo detuvo en el pasillo y preguntó por esto de una
manera un tanto desesperada:

"No te importa..."

"Me importa. La verdad es que está escrito que tienes que llevar al S Omega que atrapaste al
cuartel tan pronto como lo encuentres ¿No es verdad?"

"No es por ti, es por mis niños".

"¡Pero si no me entregas, te arrestarán!"

"... Es posible"

"¿Es posible? ¿Solamente eso vas a decir?"

Es decir ¡Era obvio que ya lo estaban culpando por ocultar el hecho de que había un S Omega en el
país!

"... Es más seguro estar conmigo".

Kurose vio en silencio a Goshoku. Su línea de visión aún parecía increíblemente fría pero, debajo
de su armadura de hierro, había un ser humano que evidentemente se preocupaba muchísimo por
él. Y la soledad de aquellos que nacieron como "seres especiales", los Alfa, ahora se podía ver
claramente reflejada en sus pupilas. Por supuesto, antes pensó que era imposible y era verdad que
Takeda lo había llamado un "demonio" y un "abismo". Sin embargo, se dio cuenta de que la
oscuridad no era lo único que había dentro de él. No podía describirlo a la perfección, pero
resultaba que había un pequeño trozo de luz en los pedazos donde no veía nada. Por lo tanto, hasta
había surgido en él unas extrañas ganas de protegerlo.

"Piensa en lo que les sucedería a tus hijos si te atrapan. ¿Quién va a cuidarlos? Estás
preocupándote por mi pero, ¿Qué hay de ellos? ¿No temes que les hagan daño?"

Era una palabra terrible. Sin embargo, el corazón de Kurose no se podía cambiar a menos que lo
dijera.

"Dijiste antes que no entendía nada ¿No es verdad? Pero, aunque sé que es algo que haces
para cuidarme, igual quiero enfrentarlo por mi cuenta. Quiero saber que puedo hacer,
entender por qué soy una existencia especial y también quiero... Ser fuerte".
Para transmitir que hablaba en serio, dirigió su mirada a la suya y la mantuvo completamente
inmóvil. No hubo una respuesta inmediata. Fuera de la ventana, había un pájaro cantando y una
noche que parecía particularmente calmada hasta que dijo:

"...Está bien. Te llevaré con ellos."

Así que Goshoku respiró lentamente.

Esto era lo que tenía que pasar para empezar y la verdad era que ya hasta se estaba preparando para
hacerle frente. Pero, cuando se hizo realidad, es decir, ahora que le había dicho que si lo llevaría,
un monstruo de miedo apareció de repente en la esquina de su corazón. ¿Cómo iba a luchar de tal
manera que saliera victorioso? Y sobre todo, más allá de los planes que comenzara a hacer, estaba
el sentimiento de que no quería irse de su lado. Como... Una pelea entre lo correcto y lo que
quería. Amaba mucho a los niños de la casa y la existencia de ese hombre solitario se había
quedado en su corazón como un pequeño anzuelo. Y ya que finalmente pudo vislumbrar un poco
de sus verdaderos sentimientos, ahora deseaba saber más. Ver por si mismo qué tipo de hombre era
Kurose y hasta donde podían llegar estando juntos.

Era sorprendente el tamaño de lo que estaba perdiendo, pero era necesario para no lastimarlo a él.

"Te llevaré mañana."

"Sí, por supuesto".

Estaba destinado a ser así.

Era lo que tenía que hacer.

Una y otra vez, pareció tratar de convencerse a si mismo para no arrepentirse de su propia sed por
salvarlo.

"¿Darás a luz a sus hijos si te lo piden?"

Preguntó Kurose, con odio. Por supuesto, no pensó que tuviera desprecio por la posibilidad de que
fuera a dar a luz a un Alfa. Más bien, era un enojo dirigido completamente en si mismo por no
poder hacer algo más.

"¿Y tú aprenderás a cocinar? Porque con tus habilidades definitivamente vas a matarlos"

"¿Por qué hablas así cuando irte es algo que estás eligiendo por tu cuenta?"

Sin embargo, incluso esta pequeña pelea pareció ser la prueba irrefutable de que Kurose lo
necesitaba... Y por eso, los sentimientos que había contenido hasta el momento se comenzaron a
desbordar. Es decir, no importaba cómo mantuviera presionado su corazón, se deslizaba entre sus
dedos y terminaba por caer justo al frente...

Los dos se miraron fijamente.

Y a medida que se acercaban, lo suficiente como para oler sus alientos, sus miradas se desplazaron
hacia sus labios.

"Um..."

Sintió a Kurose contra su boca así que Goshoku cerró los ojos. Su corazón lo deseaba, era como...
Un deseo carnal que no podía controlarse. Algo húmedo y caliente.
Sus labios hicieron un ruido, los abrió, los junto y luego el interior de su boca le dio la bienvenida
a su lengua. Era viscoso y violento y llenaba la boca de Goshoku con una arrogancia que no le
había conocido nunca.

"Ah..."

Su voz se ahogó contra la de Kurose después. Era igual a si finalmente pudiera ver todo lo que
había dentro de este hombre. Su pasión, su amor, su lujuria. Cosas que una vez que fuera entregado
al ejército serían imposibles de tener.

"Espera un momento..."

"No puedo esperar más."

Lo abrazó, sintió su temperatura corporal bajo los dedos, sus latidos, su respiración, y entonces se
apresuraron a entrar en el dormitorio de Goshoku. Cuando escuchó el golpeteo y el sonido de la
puerta cerrándose detrás de él, estaba tan extrañamente excitado que pensó que era como si esta
habitación fuera un espacio secreto solo para ellos dos. Algo que podían mantener en silencio por
el resto de sus vidas. Y aunque quizá tendría problemas para recordar este acto más tarde, ahora
tenía tanta prisa que las cosas que los bloqueaban terminaron en el suelo. Le quitó la chaqueta, le
quitó los botones y se recostó sobre la piel que iba quedando expuesta. E incitado por esto,
Goshoku también se quitó la camiseta y la arrojó.

Mientras escuchaba sus suspiros, convirtiéndose en los de una bestia, Goshoku pareció comenzar a
cerrar los ojos y dejarse llevar por él justo como si fuera un muñequito. Pero luego, en el momento
en que fue empujado hacia la cama, se sorprendió por lo que tocó:

"¿Qué es esto?"

Había una camisa, ropa interior, los calcetines, una pluma estilográfica y un cuaderno de Kurose.
Todo estaba escondido bajo su almohada. Pensó que tenía que devolverlo, pero no quería hacerlo
así que lo había acumulado.

"Pensé que lo había perdido, pero ¿Lo escondiste? Estás en problemas..."

"Sí... Parece que lo estoy."

Se dejó llevar por Kurose de nuevo, abrazándose con fuerza para que su cuerpo no quedara en ese
pequeño desnivel del colchón. Quería tanto ser uno con él que hizo todo lo posible por no separarse
de sus manos...

Quería que lo tocara más.

Quería que lo tomara de tal forma que pudiera dar a luz a su niño. Deseaba que supiera todo sobre
él y también quería saber todo sobre Kurose. Quería mantenerlo profundo en su cuerpo para que
nunca lo fuera a olvidar.

"¡Ah!"

Un suspiro caliente se escapó de entre los labios.

"Yo quiero..."

"¿Qué quieres, cariño?"


"Hazme el amor..."

Deseaba tragarse el pene de Kurose y sentir esa extraña punzada en la parte posterior de su vientre.
Deseaba que lo hiciera suyo durante toda la noche mientras le decía que lo amaba. Y como si
estuviera de acuerdo con los deseos de Kurose, se escuchó de inmediato él sonido de quitarse la
hebilla del cinturón y el momento en que se bajó el cierre.

"¿Lo quieres?"

Era la primera vez que lo tenía de esa manera desde que ese hombre lo retuvo en un callejón... Un
hombre que le había enseñado el sabor de la lujuria a un Goshoku que no conocía la piel de los
demás y que además recibió a ese monstruo molesto llamado placer dentro de su cuerpo.

"Lo quiero..."

Kurose era como un arma que lo volvía loco. Una existencia que le hacía querer ser dominado por
un salvajismo feroz y que le provocaba tener muchísima ansiedad todo el tiempo.

"Estás mojado..."

Dijo Kurose tan pronto como alcanzó su trasero. El lugar, que estaba maduro, húmedo y tenía
fiebre, parecía estar pidiendo por su pene lo antes posible. Suplicando a gritos.

"Kurose..."

Realmente lo amaba. Estaba fascinado por ese sabor a pecado que le quedaba en la lengua incluso
después de que se había dado cuenta de que estar juntos era un error. Caía profundo y más
profundo, como si estuvieran en la misma sintonía.

"No estás en celo, pero mira como goteas contra la cama..."

"Ah, ah, ah..."

Suavemente, pero con cierta urgencia, utilizó la cintura para intentar que se lo tragara sin
prepararlo primero con los dedos. Sin embargo, el dolor se desbordó desde el fondo de su garganta
y después, con un pequeño movimiento, cambió a un tono de muchísimo placer.

"Ah..."

Su voz era tan dulce que Goshoku se sintió sorprendido y tímido al mismo tiempo. Giró las
caderas para asegurarse de que todo estaba fluyendo bien y después, con suavidad, hicieron un
pequeño contacto visual.

Que ojos tan hermosos....

"Yo..."

Y mientras se miraban fijamente, sus caderas se apretaron y su pene pareció correr todo el camino
sin detenerse hacía el fondo.

"Um... ¡Um!"

Fue un placer delicioso estar conectado con él. Abrió los labios, sacó la lengua y chupó la boca del
hombre que estaba a centímetros de su rostro. Tal vez sus propios sentimientos románticos
promovieron el celo, porque gradualmente comenzó a sentir que la temperatura de sus cuerpos no
era para nada la que tendrían en un momento de sexo normal. Y cuando lo empujaron hacia arriba,
mientras lo miraba todavía directo a la cara, fue testigo de como el movimiento se hizo más
intenso, su pene más grande y el suspiro de Kurose tan pesado como el de un animal deseoso. En
realidad, le recordó a un carnívoro mordiendo a su presa. Exhalando el aroma de su sangre en la
oscuridad y agitando el aire de la noche con su aliento.

Era un león salvajemente puro y Goshoku un sacrificio voluntario.

Sintió que la bestia dentro de él era tan extraña que estaba encantado de que se la enseñara.

"Ah, ah, más... Un poco más."

"Está bien, porque voy a hacerlo muchas veces."

"Ah..."

Él lo quería, quería estar su lado eternamente así que dijo el primer pensamiento que se le ocurrió.
Uno ilógico pero que se sentía necesario:

"Te amo..."

"También te amo."

"Ah, ah..."

Sintió una oleada de calor en la parte posterior de su abdomen así que, cuando levantó un poco la
cabeza, notó que se había corrido dentro de él incluso aunque el clímax de Kurose continuó
después de eso:

"¡Ah!"

Goshoku estaba impotente frente al Alfa. Era como si sus nervios estuvieran expuestos y
vulnerables ante el más insignificante de sus estímulos.

Un ciervo bajo sus colmillos.

"Um..."

Su cuerpo se estremeció, y eyaculó ahora sobre su pecho. Colocaron los labios uno encima del otro
y continuaron con un beso fuerte que debió ser encantador pero que no pudieron sentir.

"Hmm..."

Goshoku tenía un montón de sentimientos por él que quería separar de la lujuria del celo. Después
de todo, probablemente era el último beso honesto entre los dos.

Fue terriblemente triste pensarlo.


Chapter 16

Los niños estaban llorando.

Justo antes de ser entregado al ejército, Goshoku les dijo a los pequeños que se iba a tener que ir de
la mansión por mucho tiempo. Sabía que no podría aliviarlos sin importar lo que dijera y también
sabía que la despedida era inevitable. Sin embargo, cuando comenzaron a llorar así se preguntó si
tal vez su elección había sido muy desconsiderada.

"No, no quiero que mamá se vaya."

"No, no me gusta eso."

"No te vayas."

"Meg, no llores".

"¡Entonces no vayas a ningún lado! Si mamá se va, ¿Quién va a hacer las coletitas de Meg?
¿Quién va a cambiar la ropa de mi osito?"

"¿Qué hay de mí? Mi cola de caballo es algo que solo sale bien con mamá".

"Quiero que estés conmigo. Es divertido comer con mamá".

"Gracias. También disfruté mucho de comer con todos".

Pero eso solo hizo que el llanto se encendiera aún más.

Los niños eran sensibles incluso a las más mínimas palabras del hombre porque era evidente que lo
amaban. Y eso solo hacía que Goshoku lamentara todavía más el hacerlos sufrir.

"No lloren, por favor. Dejen de llorar."

"¡No, Meg va con mamá!"

Pero era imposible. No importaba lo que dijera o lo mucho que tratara de ser paciente, ellos movían
la cabeza de un lado para otro y decían que NO.

Así que, escuchar las voces de los niños llorando justo sobre su pecho, provocó que la tristeza
pareciera fluir también muy dentro de él. Era como si las emociones envolvieran el entorno y
tiñeran de ese color todas las paredes de la casa.

"Yuki, ven aquí. Eres un chico inteligente y valiente así que sabes lo que tienes que hacer
ahora ¿Verdad?"

El pequeñito se sorbió la nariz y asintió un poco:

"Proteger la casa mientras no esté mamá"

"Bien hecho, bebé."

Y debido a que Yuki hizo eso, tan obedientemente, los otros niños se dieron por vencidos y lo
soltaron.
"Entonces, por aquí ..."

Guiado por un joven con uniforme militar, Goshoku se dirigió lentamente hacia el automóvil.
Cuando pensó que ese hombre tenía una cara muy conocida, recordó entonces que era ese tipo que
sostenía a los Omega en la ciudad para que no fueran a irse. La caza de omegas se llevaba a cabo
siempre en nombre de la protección general. No importaba lo despiadado que pudiera ser, era
como si todos pensaran que se trataba de algo tan natural como respirar.

El Alfa no rompió su actitud caballerosa.

Cinco autos estaban alineados frente a la mansión y había, por lo tanto, un ambiente
completamente sombrío por todas partes. Se preguntaba si un S Omega era tan raro como para
hacerle una guardia tan especializada de aquí a su cuartel así que no fue extraño que Goshoku
distorsionara un poco las cejas. Se sentó en el asiento trasero y esperó pacientemente el momento
en que dijeran:

"Vámonos."

Kurose se subió al lado izquierdo. Su perfil era el de un soldado cumpliendo con su deber, así que
se sintió igual a si los momentos que acababan de pasar en la cama, apenas un día antes, hubieran
sido una completa mentira.
En el automóvil que era llevado al cuartel militar, ninguno de los dos intercambió siquiera alguna
palabra. Seguramente entendían que una vez que abrieran la boca, lo que había sucedido y los
sentimientos que confesaron se derramarían entre sus labios hasta volverse en algo peligroso.
Después de todo, drogados con feromonas o no, destinados o no, ambos habían dicho que se
amaban.

El automóvil bajó y subió repetidamente por el camino de la montaña. Cuando se dio cuenta, el
paisaje familiar se había extendido por la ventana y las calles de Tokio, que hasta hace un tiempo
solían ser el hogar de Goshoku, aparecieron estancadas en aire, polvo, y el aliento congelado de
las personas. Y como si el cielo hubiera escuchado los pensamientos que añoraban un respiro, las
gotas de agua comenzaron a resbalar por las ventanas hasta desdibujar una ciudad resplandeciente
de neón en algo que hacía que pareciera una hermosa acuarela fuera del tiempo.

Miró a Kurose y él hizo lo mismo.

Intentaron hablar...

Sin embargo, su corazón todavía pareció completamente decidido a darse por vencido.

Al llegar al cuartel militar, un joven con uniforme abrió la puerta a Goshoku tal y como lo habían
hecho cuando se lo llevaron de casa. Tenían mucha vegetación, como en un campo, pero el
ambiente se sintió completamente diferente al de su casa o al de la mansión que compartía con los
niños.

Después de entrar al edificio y seguirlo por un rato, Kurose se detuvo frente a la habitación en la
parte de atrás y llamó a la puerta. Escuchó una voz que decía "Adelante" desde adentro y después,
la manera tan ruidosa en la que giraba la perilla. Empujó... Detrás de esta puerta estaba el medio
hermano de Kurose así que no pudo evitar sentirse excepcionalmente nervioso por esto.

"Ya estamos aquí."

"Hmm, es tarde."
Un hombre alto estaba de frente a su ventana. Había una lámpara de banquero en un escritorio de
nogal y colocaron un montón de documentos en folders de color manila. Tenía una silla de cuero
que parecía cómoda para sentarse y un monitor de computadora que emitía un color blanco y
negro. Su gafete decía "Toshiya Kaminuma." Y era el jefe del equipo militar de búsqueda de
Omegas, en una posición de poder muy por encima de Kurose. Lo había visto en la tele varias
veces antes de todo esto. Mientras apelaba por los derechos humanos de los Omegas detrás de la
pantalla, los buscaba para protegerse a si mismo en el mundo real. Su actitud caballerosa era la
misma que en la televisión pero tenía un rostro que le hacía recordar que en realidad era un hombre
que fácilmente podía matarlo si quería.

"¿Eres un S Omega?"

El sonido de sus botas resonó débilmente al mismo tiempo en que se acercaba a Goshoku. Él y
Kurose estaban conectados por la sangre pero eran claramente muy diferentes: Su pelo era rojizo y
el color de sus ojos también era del mismo tono, dando una impresión bastante noble.

"Muéstrame tu cara".

Su barbilla fue agarrada y levantada. La observó y cambió el ángulo de derecha e izquierda como
si estuviera analizando un producto.

"No estás nada mal."

Goshoku recordó a su madre. Antes de saber que no entraba en celo, lo miraba, decía: "No estás
nada mal." Y lo arreglaba para que su apariencia fuera impecable. Pero sus padres no estaban
interesados en lo que Goshoku quería o no hacer después de eso. Es más ¿Desde hace cuánto
tiempo se dio cuenta de que podía ser visto solamente como una herramienta?

"Parece que te haces llamar Goshoku. Tus padres estaban tristes sin ti".

"¿Están aquí mi... Padre y mi madre?"

"Parece que ellos están ocupados. Pero confían en mí completamente y creen que soy el
mejor para mantener intacta tu seguridad. Les dije que lo dejaran todo en mis manos así que
tú no te preocupes, Iida."

Cuando escuchó su verdadero nombre de su boca, no sintió ninguna emoción. Y no se lo esperaba


para ser honesto. No, puede que lo haya imaginado desde antes y que por eso estuviera preparado.

"Esta es una solicitud de búsqueda de tus padres y una solicitud de protección militar. Tus
derechos humanos están protegidos por ley así que prometo tomar todas las medidas
necesarias para evitar que corras peligro. No te preocupes."

Distorsionó los labios. En pocas palabras, Goshoku ahora estaba completamente bajo el control de
este hombre. No había libertad. Incluso eso de tener "derechos humanos" era sospechoso.

"¿Cuánto tiempo has estado en la mansión de Kurose?"

Sintió el movimiento de Kurose detrás de él, pero Kaminuma lo estaba ignorando. Al parecer,
nunca iba a poder admitir su existencia fácilmente porque le resultaba molesta.

"Tres meses."
"¿Tres meses? ¿Qué estabas haciendo en la mansión durante ese tiempo?"

"Cuidar de... Su casa y la limpieza."

No había nada que pudiera llamarse reacción, como si eso hubiera sido borrado de su sistema.

"Eres "sangre de Dios" ¿Sabes?"

Goshoku vio a Kaminuma un segundo y luego lo observó sacar los documentos del escritorio.

"¿Quieres saber el significado de eso?"

Quería saber, pero no deseaba decirlo. No era su intención depender de este tipo para cualquier
asunto trivial. Sin embargo, pareció que no tenía la intención de escuchar las opiniones de
Goshoku por lo que continuó de inmediato:

"Tú eres el único que puede dar a luz a un Alfa perfecto".

Fue bajo y silencioso, breve.

"Originalmente, alguien como tú no debería nacer. Pero, aquí estás. Y ya que estamos en
esto, tengo que ser muy sincero y decir que tu país espera que tengas muchos más
descendientes Alfa de ahora en adelante."

"Eso suena rudo."

"Solo estoy contando los hechos como son".

Entendía lo que Kaminuma quería decir. La disminución de los omega estaba asociada a la
supervivencia de la especie. Por lo tanto, Goshoku, que podía producir una raza perfecta, era
posiblemente "La sangre de Dios." Quien iba a arreglar todos los males.

"Tener más Alfas es parte de un excelente desarrollo nacional. Seguramente lo entiendes. Los
omegas son... Bueno, están haciendo que el país se destruya un poquito más cada día."

No dijo nada.

"Como sea, te mantendremos en el ejército para que no seas utilizado de mala manera. No
tienes que preocuparte".

"¿Es una forma de decir que estoy siendo encarcelado por y para ustedes?"

Intentó generar un disgusto en él, pero Kaminuma pareció no sentir el efecto de esto. Se
preguntaba si era tan orgulloso como para no estar interesado en las palabras de las personas
Omega.

"Tal vez... Pero soy benevolente. Hay un asunto importante que no te he contado."

"¿Qué asunto importante?"

"¿Qué dirías si tu pareja para pruebas fuera un S Alfa puro?"

Podía ver por sus palabras que estaba celoso de todos aquellos que parecieran mejores que él.
Hablaba con odio, como si hubiera ira en lo más profundo de su corazón. Por supuesto, esto habría
estado dirigido a Kurose, el hombre detrás de él y con el que actuaba como si no existiera. El único
S-Alfa en el ejército.

"Acostarte con uno aumentaría la probabilidad de que naciera un niño S Alfa 100% puro,
pero ¿Dónde está lo divertido en eso?"

Goshoku permaneció en silencio. Pareció que lo que quería era que se quedara atrapado en
emociones negativas.

"Naaa... Vamos a ver las posibles combinaciones posibles antes de llegar a esto ¿Te parece?"

Y también, la razón por la que veía a Kurose después de hablar era porque obviamente dudaba de
la relación entre los dos y quería aprovechar cualquier momento para desmantelar su teatrito. Por
supuesto, pareció que no estaba funcionando.

"Puedes bajar, Kurose."

Kurose se inclinó en silencio y salió de la habitación. Las manos de Kaminuma giraron alrededor
de los hombros de Goshoku mientras tanto.

"Vamos a guiarte a tu nueva casa. Haré que vivas allí por un tiempo largo".

El hombre se atrevió entonces a oler su cabello. Y si ya era así ¿Qué tipo de naturaleza expondría
esta persona en el futuro?

"Con el tiempo, sabrás a quién debes elegir."

Este tipo iba a tomarlo hasta que tuviera un hijo con el que estuviera satisfecho. Seguramente
pensaba violarlo tantas veces como quisiera hasta satisfacer sus sentimientos egoístas y, por
supuesto, la ansiedad de verse como una herramienta para dar a luz a un niño lo atacó de nuevo.
Sin embargo, más que eso, fue el sentimiento de pérdida lo que ocupó su corazón.
Chapter 17

La vida de Goshoku cambió por completo de un momento a otro. Escuchó que estaría bajo el
control de los militares, pero la residencia en la que se quedaría resultó ser la mansión de
Kaminuma. Había sirvientes, pero el número de personal se mantenía al mínimo en preparación
para el celo del Omega.

"Gracias por su arduo trabajo. Mi nombre es Kusumi y cuidaré de usted de ahora en


adelante."

Ese día, un hombre con un traje elegante apareció frente a Goshoku. Se decía que había llegado
especialmente a recogerlo después de ser entrevistado y examinado por el cirujano del ejército.

"Dado que también funciono como guardaespaldas, créame cuando le digo que lo protegeré
si alguien intenta atacarlo. Tengo un auto afuera esperando".

Kusumi era anticuado. El tipo de hombre que se veía muy pulcro siempre. Con el cabello hacía
atrás y las manos en la espalda en señal de defensa. Era todo lo contrario a Kurose, que revelaba
sus emociones con solo el estímulo correcto así que, la verdad es que hasta dudaba que pudiera
sentir.

"Además, yo también soy un Omega. Soy recesivo así que no me voy a ver afectado por tu
celo."

"Vaya..."

Si caminaban uno al lado del otro, podía ver que era muy alto. Sería más o menos del tamaño de
Kurose. En todo caso, era del tipo que parecía más bien un Alfa que un Omega de rango tan bajo.
Por supuesto, se decía que la diferencia entre un hombre y otro no tenía nada que ver con el
segundo sexo, pero muchos Omegas eran más... De un ambiente femenino. El efecto de un cuerpo
que podía dar a luz. Algo pequeño y delicado.

"¿Es muy sorprendente que yo sea Omega?"

"Lo siento. Tuve muchas oportunidades de interactuar con personas Omega en el trabajo y
nunca me topé con un tipo como tú. No es por ser grosero".

"Me lo dicen a menudo. Estoy acostumbrado a ese tipo de reacción. Pero bueno, lo
importante de esto es que si tienes alguna inquietud, cualquiera, harías bien en preguntarme
de inmediato".

"Haré eso, por supuesto".

Era amable, más de lo que parecía. Y además, era alentador tener tan cerca a un hombre como él
que fuera su consejero y su guardaespaldas. Había sirvientes Omega en la mansión de Kurose, pero
tuvo pocas oportunidades de interactuar con ellos. Por supuesto, los niños no eran buenos como
"guías". Quería saber... Como enfrentarse a un hombre como Kaminuma.

"En realidad..." Kuzumi se agachó y puso su boca cerca de su oído. "El señor Kurose dijo que
lo cuidara."
"¿Eh...?"

"Desde que se decidió asignarle un guardaespaldas, parece que comenzó a tomar varias
medidas especiales. Él me trajo. Me dijo que informara su situación pero que no lo hiciera
tan detallado con el señor Kaminuma".

Goshoku se sintió más y más tranquilo ahora que sabía que estaba conectado con Kurose desde
alguna parte.

"¿Sabes que quiere violarte solo para tener el control, no? Kaminuma ".

"... Obviamente."

"Kurose está preocupado por ti. No deja de decirlo."

"¿Eres cercano a él?"

"Me ha cuidado mucho. No abre su corazón a los demás, pero no es una mala persona. Me
dio una identificación falsa como Beta, eso ya es demasiado ¿No?"

"Sé que es una buena persona, no tienes que decírmelo."

Pero cuando eso salió de su boca se detuvo de inmediato. Parecía que estaban compitiendo entre
los dos.

"¿Estás celoso."

"No..."

"Está bien. No te preocupes porque no tenemos una relación así".

"Él me dijo que esperara".

"¿Esperar qué?"

"Sí. Le pregunté sobre esto una vez y... Recuerdo que Kurose dijo: "Si esperas un poco más,
la situación cambiará" ."

Fue el día en que supo que los niños eran en realidad hijos de Kaminuma. Y probablemente eso
significaba que tenía un plan ¿No es verdad? Dijo que tomaría alguna medida y que algo cambiaría
como resultado. Kurose estaba tratando de salvarlo y él confiaba lo suficiente en él como para
aceptar llegar al cuartel.

Hace un tiempo no habría pensado en esto. Tal vez ni siquiera hubiera recordado las palabras de
Kurose. Pero ahora era diferente. Pensaba que se trataba de un hombre torpe y realmente cariñoso.
Y creía muchísimo en él.
Chapter 18

El incidente ocurrió unas tres semanas después de que llegara a la mansión.

En ese momento, Kaminuma comenzaba a frustrarse porque el celo de Kurose no había


comenzado todavía a pesar de ser el famoso S Omega que había encontrado después de mucho
tiempo. Aunque ahora estaba en condiciones de manejar su estado, era como si el cuerpo de
Goshoku permaneciera dormido al igual que los capullos de rosa en el invierno. Igual a si hubiese
perdido su señal de floración.

"Por favor, no actúe impulsivamente señor."

Kusumi lo controló para evitar que regresaran a Goshoku al cirujano.

Y en ese momento, una persona que no debería estar allí comenzó a caminar por el pasillo de la
mansión. Era Kurose. Se había perdido por algunos días así que pensó que definitivamente había
ido a ver cómo estaban sus hijos ¿Y todo estaba en orden con los pequeñitos? ¿Comían
adecuadamente? Deseaba tener una conversación normal sobre ellos, pero ni siquiera podía
hacerlo. En realidad, verlo de lejos era lo único permitido ahora.

Kurose estaba diciendo algo extraño mientras Kaminuma caminaba frente a él. Parecía ser un
informe apresurado.

Sus oídos intentaban inconscientemente captar su voz y su cuerpo se movía inconscientemente


hacía él...

"Escuché que esta información sobre el S Omega no está comprobada. Posiblemente fue una
falsa alarma."

"¿Una falsa alarma?"

"Sí, solo es un Omega ordinario. Parece que dieron información falsa a cambio de dinero".

Kurose volteó a verlo e inmediatamente después, fue como si su corazón comenzara a rebotar.
Con solo una mirada, el pecho de Goshoku perdió la calma y el zumbido de sus latidos, que
parecían emocionados de estar frente a alguien a quien había añorado durante mucho tiempo,
creció gradualmente hasta sentir una furiosa tormenta de flores dentro de él. Era como si brotaran
todas a la vez en primavera.

"Hmm..."

Este sentimiento era igual al del día en que lo encontró por primera vez en el callejón. La
temperatura corporal le aumentó, el cuerpo le dolía y su ano comenzó a desbordar líquido en señal
de que quería a ese alfa. Kurose, quien fue el primero en notar el cambio en Goshoku, apretó el
supresor que tenía escondido en la chaqueta.

"¡Señor Kaminuma!"

Y cuando levantó la cara hacia la voz de Kusumi, descubrió que Kaminuma estaba a punto de
correr hacia él. Tenía ojos brillantes y respiración agitada. Era su celo. Su hermano estaba
completamente influenciado por las feromonas de Goshoku y según su instinto, no tendría más
remedio que comerse a su presa.
"No, alto."

"¡Quítate!"

"¡No, no me quitaré!"

Kusumi interrumpió entre los dos. Estaba tratando desesperadamente de detenerlo aunque
evidentemente tenía que agregar más fuerza bruta para hacerlo. Tomó la jeringa de manos de
Kurose y utilizó el medicamento para apuñalarle el muslo.

"... Tú, ¿Me dices qué hacer y qué no?"

Kurose respondió:

"Eres un alto ejecutivo del ejército. Si actúas como una bestia, tu apellido se dañará. Por
favor, no puedes atacar personas."

"No, si puedo. ¡Estoy a cargo de administrar a este Omega!"

"No, no es correcto. Se racional. No puedes atacarlo."

Sin saberlo, estaba repitiendo la misma respuesta. Pero al hablar, se estaba acelerando el celo del
Omega que quería a su Alfa. Su cuerpo comenzó a prepararse para aceptar su feromona y terminó
por sentir la manera tan asquerosa en que su ropa interior estaba mojándose.

"Hmm... Ah... Ayúdame. Ayúdame, Kurose."

Se hundió en el suelo y comenzó a soportar el intenso calor por su propia cuenta. Tenía que ponerle
el inhibidor lo antes posible antes de que se convirtiera en un desastre y se enteraran de que eran
compañeros. Kurose se acercó para responder a su voz, lo tocó y le dijo que respirara hondo. Sin
embargo, hubo una mano que lo detuvo.

"¿Qué vas a hacer?"

"... Le voy a poner un supresor antes de que vuelva locos a todos nuestros hombres."

Kaminuma recuperó la compostura y sonrió ante la jeringa utilizada por Kurose.

"Ya veo ¿Es lo que utilizaste con él mientras estaba en tu casa? ¿O lo dejaste entrar en celo
para ver cómo te sentías después? A ver, muéstrame."

"No. Si no lo hago ahora, esta persona seguirá sufriendo".

"No me des instrucciones. Yo decidiré".

Kaminuma fue hasta el otro extremo, haciendo ruido con sus zapatos.

"Kusumi. ¿Este es el celo completo del S Omega?"

"Existe una pequeña posibilidad de que lo sea. Debería llevarlo al médico del ejército antes
de tomar una decisión así que, yo también digo que necesita del inhibidor para..."

"¡No me des una opinión que no pedí!"


Cuando golpeó la mejilla de Kusumi con la palma completa de su mano, Kaminuma se rió. Ahora,
Goshoku estaba en medio de un hambre intensa y con el sentimiento de una tortura insoportable
dentro de él. No importaba quién fuera la otra persona ahora. Si lo empujaban hacia abajo, estaría
feliz de abrir su entrepierna y pedir por sexo. De hecho, hasta pareció estar a punto de hacer eso
mismo justo ahora.

"Ah... Ah, Ku..."

"Shhh."

No quería que su hermano escuchara esta voz pero Goshoku solo quería decir "Rápido." Era un
hecho que la bestia dentro de él se estaba haciendo cada vez más salvaje. Miró a Kurose una última
vez...

"¿Qué estás haciendo, Kurose? Regresa a tu misión ya. Vamos."

Kurose inclinó la cabeza de manera humorística y se puso de pie. Miró a Goshoku, pero fue por un
periodo de tiempo tan corto que ni siquiera podía decir que sus ojos se hubiesen encontrado. Se
sentía desesperado por saber si Kaminuma iba a tomarlo de verdad pero, tan pronto como salió por
la puerta...

"Ah..."

Como si la maldición se hubiera levantado, el celo se fue. Cuando Kurose se alejó un par de pasos,
pudo sentir que se estaba enfriando de nuevo. El calor se estaba enfriando porque su pareja ya no
estaba allí.

"Es peligroso que lo dejemos aquí. Ponlo bajo mi control. Llévalo a la habitación de
inmediato y que nadie entre."

Lo bueno es que Kaminuma aún no se había percatado del estado de Goshoku o de que su celo ya
no estaba allí. Pero Kusumi pareció haberse dado cuenta en el camino. Tan pronto como entraron
en la habitación, preguntó:

"Ya no estás en celo ¿Verdad?"

"No creo que haya llegado mi celo."

"¿Qué quieres decir?"

"He tenido la misma situación antes. Me pasó cuando vi a Kurose por primera vez en la
farmacia y cuando me abrazó en la ciudad... Que estuviera junto a mi debió haber sido el
desencadenante esta vez."

"Pero un S Alfa no puede controlar el celo de un S Omega..."

"Lo sé... Un S Omega está lleno de cosas que no entiendo".

Kusumi escuchó la historia de Goshoku antes de nublar su expresión. El color de la preocupación


estaba flotando profundamente alrededor de él.

"No te pongas así".

"Estoy preocupado por ti. Necesito sacarte de aquí antes de que esto empeore."
Pero en ese momento, la puerta de la habitación se abrió de repente y Kaminuma se acercó con un
gran impulso.

"Kusumi. ¿Qué quieres decir? ¿Vas a traicionarme?"

Agarró el cuello de Kusumi y lo presionó contra la pared para comenzar a hacer preguntas. Sin
embargo, aunque se detuvo un momento al ver como el hombre parecía estar sufriendo, el enojo
seguía completamente vivo en sus ojos. Kaminuma distorsionó la expresión cuando reparó en
Goshoku.

"¿Te estás burlando de mí?"

La mano que sostenía el cuello de Kusumi ahora se estiró en su dirección.

"¡...!"

Su garganta se apretó tanto que soltó un gemido. Era como si los dedos de Kaminuma lo
mordieran.

"Señor, espere señor."

Kusumi estaba tratando desesperadamente de detenerlo, pero Kaminuma no estaba intentando


controlar su ira.

"¿Mi hermano controla tu celo?"

"..."

Kaminuma se rió cuando se dio cuenta de que efectivamente había reaccionado a Kurose.

"Así es la cosa ¿Eh?"

Pero no sabía que eran destinados. Él solo conocía la habilidad de un S Alfa para estimular a un
Omega así que esa fue la respuesta a la que llegó. Estaba estimulando el complejo que tenía su
medio hermano muchísimo más hasta volverlo loco.

"¡Siempre hay que estar agradecido con los putos S Alfa!"

"Yo no quería que fuera así."

"Sí, sí. Un Omega es como una herramienta para darnos recursos humanos..."

El hombre salió de la habitación sin dejar de murmurar. Había sentido que un plan ridículo estaba
escondido en la sonrisa que mostró al final así que ¿Qué estaba tratando de hacer ahora? La
ansiedad se precipitó con solo imaginarlo.

"Goshoku sama..."

Kusumi estaba preocupado, pero ahora no podía darse el lujo de ser considerado con los demás. Le
pidió que saliera, diciendo que necesitaba un momento a solas, y se dedicó a contemplar la
habitación para comprobar la situación en la que se encontraba. Lo había estado usando como su
recámara durante mucho tiempo, pero este espacio seguía siendo completamente desconocido para
él. Se estaba sofocando en realidad. Se acercó a la ventana y miró hacia afuera, pero no podía
abrirla para respirar el aire exterior. Había gente que iba y venía de vez en cuando, pero el mundo
de aquí no era amable con Goshoku. Era como un pájaro en una cesta. No había libertad y todas
sus acciones eran monitoreadas.

"Um..."

Las esquinas internas de sus ojos se calentaron y la nariz se le congestionó. Había venido para
salvar a Kurose y terminar con todo este asunto, pero siempre quería regresar a casa. Extrañaba
cuando preparaba medicamentos con Takeda. Extrañaba jugar al ajedrez, acariciar al gato y que
Yanai se burlara de él. Deseaba recuperar esos días y sin embargo, también tenía algo más
importante que quería ver. Los niños pequeños que lo llamaban "mamá". Odiaba ese nombre al
inicio pero estaba bien, podían llamarle mamá si eso era lo que querían. Deseaba volver a la
mansión de nuevo. Y quería ver los ojos que Takeda describió como "oscuridad". A ese hombre
con una luz suave en el interior.
Debido a la capacidad de un S Alfa, siempre se sintió como si la gente que lo rodeaba lo hubiera
lastimado así que no quería dejarlo solo. Amaba a Kurose. Y la prueba fue que los artículos del
hombre habían sido recolectados todos los días desde que llegó a su casa. Pensaba que era un
estúpido porque no podía detener el acto de anidar, pero ahora se sentía fuerte como para aceptar
que lo hacía pensando en los dos y en su futuro como pareja.

"Te necesito..."
Chapter 19

Kaminuma tenía a Kurose, parado frente a él en su habitación del cuartel del ejército. Le había
pedido que informara todo sobre sus misiones anteriores y la verdad es que hasta parecía estar
bastante frustrado por su medio hermano, el que no movía las cejas sin importar el tipo de
tratamiento que recibiera por parte de él.

"Bueno, ¿Es una falsa alarma? Si me estás mintiendo, voy a saberlo".

"Creo que nosotros lo provocamos. Es una mala idea pagar por información..."

"¿No te gustan mis planes?"

Cuando levantó la cabeza y lo miró, encontró que sus ojos negros ya lo estaban mirando
directamente a él. Este chico nunca conoció la palabra "miedo".

"Ese no es el caso. Solo estoy dando una opinión basada en lo que he visto hasta ahora".

"Entonces ¿Tienes una mejor idea? ¿Crees que puedes encontrar un nuevo S Omega de
inmediato solo con preguntar?"

"Solo digo que deberíamos calmarnos un poco."

"¡Estoy calmado! ¿Sabes qué? Solo trabaja sin decir una mierda y obtén resultados que
puedas darme. Hasta creo que debería golpear tu descarada boca para recordarte quien
manda."

Kurose se inclinó en silencio y salió de la habitación cuando comenzó a hablarle de esa forma.
Aparentemente estaba más irritado de lo que quería aceptar.

El evento que había sucedido en la mansión durante el día, se balanceaba en la parte posterior de
su estómago para ese momento. Y todavía ahora, cada vez que miraba a Kurose, comenzaba a
existir en él una necesidad incontrolable de destruir las cosas con las que parecía sentirse más
cercano.
Apretó los dientes, como si fuera abominable, y miró a la puerta igual a si esta fuera su mismísimo
hermano.

"¿Hasta qué punto va a seguir burlándose de mí?"

Kaminuma estaba convencido de esto: Kurose y Goshoku eran destinados. Así llamaban a los
que se atraían entre si sin importar el celo. En el momento en que se encontraban a los ojos,
iniciaba un enamoramiento que no tenía limites. Era raro incluso entre S por lo que ni siquiera
Kaminuma conocía a alguien así. Como siempre, todo parecía estar ocurriendo alrededor de
Kurose así que el odio por él pareció estarse haciendo más y más grande.

En ese momento, llamaron a la puerta y entró un hombre. Cuando lo miró, dejó escapar una sonrisa
intrépida y dijo:

"Ya llegaste."

Con la palma hacia arriba, llamó a la otra persona utilizando los dedos.
"Necesito matarlo".

El número de personas que podían escuchar el plan era limitado. Después de todo, estaba
planeando la destrucción completa de Kurose. Y es que, aunque conocía sus debilidades, no era un
tonto como para no saber que era mejor tener cuidado alrededor de él. Kaminuma sonrió de nuevo
ante la historia que dibujó en su mente.

"Sé que tú no me vas a traicionar."

"Nunca".

Desde que era niño, no había pasado un solo día en que no lo compararan con Kurose. Y luego, de
repente el hermano menor le hirió su autoestima cuando se volvió un maldito Alfa S.

Kurose siempre tuvo las expectativas y el cariño de sus padres. ¿Qué había para él?

"Mírame, papá."

Las palabras se habrían repetido en su corazón muchas veces. Cientos de veces...

"Probaré que soy mejor."

Murmuró en voz baja, recordando la expresión de su padre cuando lo miraba.

Una mezcla de decepción y enfado.


Chapter 20

La noticia llegó diez días después:

"¿Por qué ordenaron arrestarlo? No es justo."

"Tal vez Kaminuma está tratando de derrotar al señor Kurose de alguna manera. Dice que
es porque no reportó la existencia del señor Goshoku al ejército y lo mantuvo en su mansión
".

"¡Me trajo aquí, por Dios!"

"Sí, estoy convencido de que todo es una tontería y no es culpable de absolutamente nada,
pero el otro día... Bueno, el odio que había estado acumulando hasta ahora solo explotó.
Además, llegaste y todo, pero es cierto que estuviste en la mansión de Kurose durante tres
meses. La situación es mala".

Entonces Kurose fue arrestado por su culpa.

"Una cosa más..."

"¿Hay algún otro problema?"

"Sí, en realidad sí..."

Cuando Kusumi dijo esto, con una cara áspera, el exterior de la ventana se volvió increíblemente
ruidoso. Mirando hacia el jardín, vio como un automóvil negro estaba estacionado frente al
edificio... Y entonces los niños salieron del interior.

"No..."

Cuando saltó de la habitación a toda prisa, bajó las escaleras y se dirigió a la entrada, pudo ver
como los pequeños niños eran llevados por una mujer en uniforme militar. Otros dos hombres
estaban parados frente a la puerta así que, cuando entró Kaminuma, todos hicieron una reverencia
y cerraron la puerta.

"¡Mamá! ¡Mamá!"

"Meg, Yo, Al, Taki."

Tan pronto como los vio, sus emociones se derramaron en palabras. Eran, después de todo, las
personitas que se habían vuelto realmente importantes para él.

"¡Goshoku!"

"¡Mami!"

"Yuki, ¿Cómo estás? Maruo …"

Goshoku se arrodilló en su lugar y abrazó a cada uno de los niños. Yo ya estaba llorando y su
rostro pareció completamente mojado por pequeñas lagrimitas.
"Aquí estoy, aquí estoy."

Después de abrazar y besar su frente muchas veces, finalmente se calmó.

"¿Qué vas a hacerles?"

"¿Qué voy a hacer? Hablas como si fuera el malo aquí. Kurose dejó a los niños. Yo solo los
protegí trayendo a todos aquí, eso es obvio".

Meg abrazó al oso de peluche con fuerza. Ya estaba llorando.

"¿Dónde está mi papá?"

"Yo soy tu papá. Es obvio por las pruebas de ADN".

Goshoku quería insultarlo por decir eso, pero sabía que no pasaría nada aunque lo hiciera. El poder
militar del Alfa era inmenso así que, si Kaminuma y el padre de Kaminuma, que era el jefe del
ejército, se volvían hacía ellos, no iban a poder ganarles.

"Demuéstrame tu respeto siendo testigo de que estuviste preso en su mansión. Además, si te


casas conmigo y aceptas ser parte de nuestro propósito, voy a olvidar todas tus ofensas y vas
a poder ser el padre de estos niños para siempre. ¿Qué tal ?"

Goshoku no respondió. Se negaba a ser ese tipo de hombre que aceptaba una cosa tan sucia solo
para salvarse la vida.

"Bueno, entonces no se puede evitar. No es mi intención desobedecer a una voluntad tan


fuerte."

Kaminuma dio una señal visual a sus subordinados. Luego, las tres personas caminaron y trataron
de llevarse a los niños.

"Mamá, no. ¡Meg quiere estar con mamá!"

"No me gusta ¡No! ¡Mamá!"

"¡Espera un minuto! ¡Solo son niños!"

Pero había sido una orden. Los militares decían que era una sociedad equitativa, pero era obvio que
ese sujeto podía llegar a ser despiadadamente cruel con los que iban en su contra.

"¡Enviaste a mi papá a algún lado! ¡Monstruo!"

El suave Maruo dijo algo inusual y agresivo. Tenía lagrimas en los ojos y estaba haciendo todo su
esfuerzo para no ser arrastrado.

"Vamos niño. Era solo un papá falso. Y los falsos no vuelven cuando se van."

"¡No es falso!"

Taki y Al se abrazaron y hablaron al mismo tiempo.

"Es la verdad. Es solo que ustedes son muy pequeños para entender sobre estas cosas. De
cualquier manera, la custodia de todos ya está en mi poder".
"¿Qué les estás diciendo a los niños? ¡Tú no tienes derecho a hablar de esto!"

Realmente le impresionó la frialdad del hombre, pero no era extraño considerando como subió a la
cima del ejército en primer lugar. Siempre estaba diciendo que usaría sus propias manos para
destruir lo que tuviera que destruir y esta vez, estaba utilizando a sus propios hijos para ganar.
Justo como su padre, que colocó a hermano contra hermano.

Sin embargo... Eso también significaba que mientras sintiera que tenía todo bajo control, entonces
no dañaría a los niños.

"Vengan aquí. Escuchen lo que dice y avancen."

Cuando los subordinados intentaron llevárselos de nuevo, el vestíbulo se llenó completamente del
llanto de los pequeños. Solo de escucharlo estaba a punto de ponerse a llorar.

"¡Por favor espera!"

Kaminuma se detuvo y miró hacia atrás a la llamada de Goshoku. Tenía una sonrisa triunfante. Era
lamentable que la situación estuviera andando como este hombre lo quería pero, no había más
remedio que seguir el juego.

"Haré cualquier cosa. Si me dices que de a luz a tu hijo, lo haré. Tendré a tantos hijos tuyos
como quieras. Es una promesa..."

"¿Aceptas casarte conmigo?"

Le dijo que quería casarse con él pero, era evidente que solo lo hacía para subir su propia
autoestima.

"Quiero dar a luz a tu hijo. Quiero hacer lo que me pidas."

Seguía sintiéndose horrible por las voces de los niños, llorando todos a la vez y gritando que
querían a su mamá. Solo Yuki estaba soportando las lágrimas y mirando en su dirección al mismo
tiempo.

Estaba preparado para hacer cualquier cosa con tal de proteger a los niños.

"Por favor, ven por mi. Quiero tener a tu hijo".

Kaminuma pareció satisfecho por su súplica.

"Entonces, bésame."

Respiró levemente y se acercó a Kaminuma. Se puso de puntillas y acomodó los labios, pero, justo
antes de eso, le dijeron fríamente que se pusiera de rodillas.

"Hazlo en mis pies".

¿Estaba tratando de hacerle jurar obediencia? Ahora tenía que hacer caso y arrodillarse para besar
sus botas.

"Se siente bien recibir tu amor."

¿Estaba satisfecho con esto? Soportó lo que quería decir y se levantó lentamente. Aun así, siguió
mirando hacia abajo debido a la enorme diferencia de altura que había entre los dos. Parecía como
si también con esto demostrara la diferencia de posición.

"Tu existencia es ultrasecreta. Anunciaré nuestro matrimonio diciendo que eres un Omega
ordinario ¿De acuerdo?"

Kaminuma entonces se fue, dejando todo eso atrás y la pregunta en el aire. Los niños fueron
soltados también.

"¡Mami!"

"¡Mami, mami!"

"¿Qué le pasará a mi papá?"

La voz de Maruo se escuchó con mucha claridad aún entre sus lágrimas así que extendió los brazos
para sostenerlos a todos contra él. Los niños se quedaron muy juntitos en el pecho de Goshoku.

"Está bien, todo está bien. No tienen que preocuparse por su papá".

"¿En serio esa persona va a ser nuestro papá ahora?"

"No. Para nada. Solo quería darles miedo."

Ahora solo podía abrazarlos. Sin embargo, cuando ellos le apretaron el brazo, sintió que lo estaban
animando a seguir.

Si hay algo que quieres proteger, puedes volverte más fuerte.


Chapter 21

La noticia del matrimonio entre Goshoku y Kaminuma se difundió en un abrir y cerrar de ojos.

Los preparativos para la boda avanzaron tan constantemente que pasaba todos los días esperando
que llegara el momento. Estaba con sus hijos, todavía en la mansión del Alfa.

Tuvo la oportunidad de volver a ver a sus padres una vez después de eso, pero fue como estar
frente a otras personas. En realidad, estaba preparado para volverse un poco más emocional pero
fue completamente horrible. Ninguno de los dos pudieron hacer contacto visual con Goshoku e
incluso si lo hicieron, inmediatamente se dieron la vuelta para evitar su cara. Por supuesto, casi no
hubo conversación o palabras amables y cuando vio que sus padres no podían ocultar su culpa,
sintió que nunca volverían a estar conectados como una familia otra vez.

Algunas relaciones padre-hijo no se pueden reparar después de todo.

Finalmente, la madre dijo en voz baja solo un pequeño "Felicidades por tu matrimonio". Algo
que le hacía pensar que estaba leyendo un telegrama de felicitación o algo por el estilo. Por
supuesto, Goshoku solo respondió con un caso imperceptible: "Gracias".

"Siempre haces que todo se vuelva complicado."

Ese día, Goshoku vio a Takeda con la condición de que fuera solo por esa única vez. Había llegado
porque planeaba recoger las pertenencias personales que dejó olvidadas.

"No te están vigilando."

"Porque están completamente seguros de que no me voy a escapar."

Fue enviado en un enorme auto que era propiedad del ejército, pero solo se quedó Kusumi con él.
Después de todo, los niños estaban en la mansión de Kaminuma y sabían que nunca los
abandonaría con ellos solo para salvarse. Eran el seguro.

"¿Ese es tu único aliado? Es un niño".

No era de extrañar que Takeda dijera eso cuando a todos a su alrededor los veía justo de la misma
forma. Kusumi se sentó en el sofá de la habitación, pero no hacía ningún movimiento y por
supuesto que tampoco emitía una señal.

"Es una buena persona, puedo contar con él.".

"¿De verdad te vas a casar?"

"Lo he decidido."

"Has crecido lo suficiente como para sacrificarte por alguien más..."

"Así es."

Bola de masa frotó su cuerpo contra su pierna así que él tocó la base de su cola para hacer que se
sintiera bien. Cuando lo pensaba, la verdad era que no estaba interesado en los gatos antes de
venir aquí. Creía que no era del tipo de persona que amaba a las mascotas, pero ahora parecía muy
feliz cuando estaba en su compañía. ¿Era normal cambiar poco a poco bajo la influencia de
alguien?

"¿De verdad está bien que no huyas? Vas a ser un pájaro en una jaula por el resto de tu
vida".

"Quiero proteger a los niños mientras no está su padre".

"Que miedo das. Antes tampoco te gustaban los niños".

Goshoku sonrió. Los recuerdos deberían ser divertidos, pero ahora solo podía asentir con la cabeza
y decir que "estaba bien".

"Maestro, muchas gracias. Me habría muerto si no lo hubiera tenido a usted en mi vida".

"Esa es una frase que nunca pensé escuchar de ti".

"¿Quiere jugar ajedrez una última vez?"

Movió la mesa con el tablero de ajedrez y colocó las piezas del juego justo como de costumbre.
Bola de masa estaba en su regazo y había comenzado a relajarse mientras amasaba su pierna con
las patitas de adelante:

"Oye, bola de masa a comido mucho últimamente ¿No? Es pesado".

"Si no estás allí, simplemente come para pasar el tiempo."

Disfrutó jugando al ajedrez, sintiéndose nostálgico y más relajado que de costumbre debido a la
conversación que había surgido como algo natural. Como decía Takeda, iba a estar en una jaula de
ahora en adelante y estos pequeños momentos de libertad simplemente... Se esfumarian para
siempre.

Pasó unas 2 horas con Takeda, verificó si todo estaba en orden con la clasificación de su equipaje y
luego fue directo a la cama. Era mucho más fea que las que tenía en la casa de Kurose y
Kaminuma, pero el olor que había estado percibiendo durante muchos años seguía justamente allí.
En realidad, estaba a punto de quedarse dormido cuando escuchó un ruido desde el pasillo. Al
parecer Kusumi estaba llamando tras de la puerta.

Abrió.

"¿Está todo bien?"

"Puedo llevarte con el señor Kurose. Te guiaré ahora mismo así que, por favor ven".

"¿Eh...?"

Y con esto, Kusumi logró quitarle la somnolencia. Sin embargo, aunque le dijo que podía verlo, no
fue algo que simplemente le entrara a la cabeza de una sola vez.

Kusumi tomó un pequeño trozo de papel y comenzó a hacer un pequeño mapa para él.

"Por favor, póngase mi ropa y espere en el segundo piso de esta tienda. Está bien. No va a
pasar nada porque tengo la confianza del señor Kaminuma conmigo".
Era una noche tranquila así que podía escuchar sus pasos a la perfección y la manera tan fuerte en
la que respiraba mientras caminaba en la oscuridad... El mapa lo llevaba directamente hasta una
pequeña tienda en el centro. En el camino, tomó un taxi y le dijo al chófer el destino exacto,
sintiendo como si lo golpearan en la parte posterior del pecho todo este tiempo.

Y cuando finalmente llegó a la tienda, entró con la llave que Kusumi le consiguió.

Era completamente negro, pero cuando logró acostumbrarse lo suficiente como para poder
moverse, encontró una escalera al lado del mostrador. Le dijo que tenía que ir hasta la última
puerta pero ¿Era realmente posible que se encontraran después de todo lo que acababa de pasar?

Entró.

Se sentó en la cama y comenzó a ver para todos lados. "Toku, Toku, Toku." Pasó el tiempo solo
escuchando el sonido de su propio corazón.

Habían pasado unos 15 minutos aproximadamente cuando escuchó un ruido fuera de la ventana así
que, cuando se levantó y lo desbloqueó para dejar entrar la luz, entonces finalmente entró
Kurose. Estaba vestido con una camisa negra de cuello abierto y pantalones del mismo color.

"Llegaste..."

"¿Cómo...?"

Pero incluso si intercambiaban palabras, no era realista. Había estado pensando sobre qué decirle
en caso de que su encuentro realmente se concretara pero, fue como si todo se fuera a la basura con
solo escuchar su voz. En realidad, solo lograba mirarlo y respirar igual a si hubiese corrido un
maratón para venir a verlo. Sus sentimientos por Kurose estaban haciendo que su pecho doliera y
apenas y podía dejar de temblar...

"No te preocupes. Escapé de él cuando pude y definitivamente te ayudaré a hacer lo mismo."

"Eso es realmente..."

"¿Crees que solo estuve trabajando pacíficamente con él todo este tiempo?"

Era extraño que las palabras de Kurose, que siempre eran dignas, ahora parecieran infinitamente
desesperadas. Se acercó un poco más a él:

"He estado reuniendo pruebas durante mucho tiempo. Si hago público lo que ha hecho, será
despedido. Hay gente en el ejército que me apoya. Por eso estoy aquí".

"Estoy más preocupado por los niños ahora..."

"Entiendo, vamos a recuperar a todos. Lo prometo. Te protegeré."

Y en ese momento, hubo nuevamente un cambio en el cuerpo de Goshoku. La parte de atrás de su


abdomen se calentó y pareció como si cada parte de su piel estuviera rodeada de llamas. Todo su
cuerpo estaba chamuscado pero nunca fue doloroso. Su temperatura corporal en aumento era, en
realidad, bastante cómoda. E incluso pensó que era delicioso que lo quemara así.

"Kurose..."

"¿Me deseas tanto como para ponerte así solo con verme? Que débil..."
"Cállate."

Kurose era así... A veces parecía molesto y odioso, pero no podía evitar amarlo con todo su
corazón. Además, inspirado por el celo de Goshoku, el hombre también tenía el color de la lujuria
en sus ojos y una respiración bestial que lo instaba a caer aún más en sus llamas.

"Um."

Mientras respondía a su gesto, giró su brazo alrededor de su cuello y abrió los labios para
comenzar con un beso sucio. La viscosa lengua invasora lamió y recorrió su boca como si estuviera
viva y también hizo lo mismo con la parte delantera y trasera de sus encías, los dientes y sus
pequeñas mejillas. Tragó la saliva que comenzaba a caer y en su lugar, dejó escapar una dulce voz
y un cálido suspiro:

"Ah... Kurose."

"Tu feromona es realmente… Intensa."

El celo se aceleró tanto que los dos se dirigieron a la cama mientras se quitaban todo lo que
llevaban puesto.

"Te amo, te amo tanto..."

"También te amo."

Goshoku sintió que podía soportar cualquier cosa con solo tener esta palabra en su corazón. Sin
embargo, cuando estaba a punto de besarlo de nuevo, el exterior de la puerta de repente se volvió
ruidoso. Hubo un golpe, el sonido de la madera siendo pateada y luego el sonido de los zapatos
rasgando el aire en una habitación llena del calor de los dos. El peso de Kurose desapareció
repentinamente de su lado y luego, hubo un ruido parecido a un gruñido terrible. No lo notaron de
inmediato, pero había una gran cantidad de personas con uniformes militares a su alrededor.

"Kuro..."

Mientras se perdía a si mismo debido al celo, notó como su preciosa pareja era arrojada al suelo en
un minuto. La desesperación se precipitó hacia su pecho cuando, además de eso, Kaminuma entró
en la habitación con un soldado que aparentemente era su guardaespaldas.

Se necesitaban cinco personas para controlar a Kurose al estar en celo porque parecía incluso una
bestia cuando estaba en una situación normal.

"¡Tómalo del cabello!"

"¡No lo dejes ir!"

"¡Pon tu peso encima!"

Las palabras de enojo se escucharon una tras otra. Y mientras exhalaba un aliento áspero, como el
de un animal, Kurose volvió su mirada llena de hostilidad hacia su hermano mayor.

"Ah..."

Goshoku, con el fuego en su cuerpo, no tenían forma de calmarse ni siquiera aunque sollozara
dolorosamente. Se preguntaba por qué estaba haciendo algo tan terrible.
"Después de todo, tenía razón."

Kaminuma miraba tranquilamente a Kurose, sin verse afectado por el celo de Goshoku.

"Fue un cebo maravilloso, tengo que felicitarme a mi mismo más tarde por el plan."

¿Todo esto de ir a casa fue parte de su plan desde el principio? No quería creerlo, pero fue una
realidad inconfundible que se estaba desplegando frente a él.

"Me preguntaba qué hacer con esta persona que no entra en celo conmigo, pero fue fácil
encontrar una solución. Voy a acostarme con él, mientras es afectado por las feromonas de su
pareja destinada ¿No crees que es una buena idea?"

"Ah..."

El hambre parecía acelerarse.

Ya no podía ver esta situación con calma y las voces que estaban alrededor también parecieron
volverse increíblemente confusas con el tiempo. Solo respiró, y comenzó a retorcerse en la cama
con la esperanza de que su Alfa le quitara el deseo. Sintió que su ropa interior se empapaba y
entonces se abrió de piernas entre la incomodidad y sus deseos desbocados.

"¿Sabes por qué los que están aquí no se ven afectados por tus feromonas?"

No le importaba esa historia, pero él habló de todos modos..

"Es por la fuerte feromona del S Alfa aquí presente. Como es tu pareja, los otros machos no
pueden tener su celo. Es como si todos fuéramos animales ¿No crees? Solo mírate. Mira lo
que te está haciendo hacer..."

El corazón de Goshoku estaba dividido. Rechazaba a Kaminuma pero necesitaba que alguien le
diera placer.

"Trabajaste duro, hermanito."

Kaminuma habló con Kurose en el mismo tono que antes de que se emitiera la orden de arresto.
Luego, le tomó de la la barbilla e instó a sus subordinados a tomar la siguiente acción:

"Amarren al Alfa."

Kurose, que fue esposado, tenía las piernas sujetas y atadas a las patas de la cama. Como ni
siquiera podía relajarse con eso, uno de sus subordinados sacó la jeringa y la clavó en su muslo de
una sola vez.

"Tú..."

Se podía ver que Kurose, quien fue golpeado por el supresor, se estaba despertando del estado de
celo. Aún así, el celo de Goshoku continuaba tan fuerte como antes porque incluso si habían
suprimido sus feromonas, la existencia misma de su compañero lo estaba estimulando.

"Ah, ah, ah..."

Los ojos de Kaminuma cambiaron a algo deslumbrante. La feromona del macho más fuerte ya no
se estaba liberando así que estaba tratando de despertar su propio celo.
"No... Por favor, no."

En el momento en que se acostó junto a él, Goshoku hizo todo lo posible para resistir con la razón
que apenas le quedaba. A este ritmo, terminaría teniendo sexo con Kaminuma frente a Kurose.

Él no quería eso.

Kaminuma, quien pudo relajarse frente a él, agarró un pene que había cambiado significativamente
debido a su olor y miró a Goshoku una última vez:

"Gracias hermanito, por darme el celo de esta persona como regalo. Parece que voy a poder
tener una buena descendencia por fin."

"¡Aléjate de él! ¡No toques a Goshoku!"

Kurose estaba moviéndose frenéticamente para liberar la restricción. Nunca había visto una figura
tan desesperada y aún así, pareció que no podía lograr zafarse.

"No me gusta. No me gusta. No me gusta. No me gusta... Ah..."

Aunque su corazón se negó, su cuerpo estaba listo. La desesperación erosionaba su pecho pero se
sintió como si fuera insuficiente.

"Hagamos que nazca mi hijo."

Las esposas hacían un ruido de traqueteo cada vez que Kurose se movía y se aventaba contra la
pared. Cuanto más intenso el sonido, más tristeza le daba y comenzaba a tener un cierto rencor
contra si mismo por ser un omega tan manipulable.

Ese día, Kaminuma se comió a Goshoku frente a Kurose.

El gobernante abrumador superó al débil y golpeó sus deseos por todas direcciones hasta que ya no
quedó nada.

No le importó el dolor que causara y tampoco le importó lo mucho que gritaran porque no pudo
escucharlos. Su cuerpo estaba lleno de fluidos corporales de Kaminuma y al final, incluso le
mordió la nuca.
Chapter 22

Fue horrible.

Cuando terminó el acto sexual, simplemente sacaron a Kurose de la habitación para que pudiera
quedarse a solas con Kaminuma.
Goshoku, acostado en la cama, estaba llorando porque básicamente acababa de ser violado frente a
su amada pareja. Es más, ni siquiera intentó mover los dedos, la cabeza o al menos pararse para
limpiarse entre las piernas. Estaba destrozado y tenía un intenso dolor en la base de la nuca. Esa era
una marca de enlace. No un testimonio de unión, sino una marca de obediencia.

"¿Cómo te sientes ahora que estás enlazado conmigo?"

Preguntó Kaminuma mientras comenzaba a buscar la ropa que se había quitado. Por supuesto, esa
palabra simplemente se deslizó a través de los oídos de Goshoku. Pensó: "La feromona fuerte de
un macho S provocó que los otros machos no tuvieran celo." Era lógico, pero nunca se había
dado cuenta de eso hasta hoy. Cuando Kurose le abrazó por primera vez, nadie excepto él notó que
estaba en celo. Se suponía que lo que sacaba era una feromona fuerte que podría alterar incluso a
los beta pero solo él fue quien respondió a esto. Y al final, como siempre, había quedado en medio
entre un conflicto familiar en el que deseaban ver que hermano era el más fuerte. Incluso sin que
les importara a quien humillaran en el proceso.

"¿Quieres saber quién es el traidor?" Goshoku miró a Kaminuma a los ojos, como si esperara
provocar una reacción en él que le hiciera despertar: "Porque sabes que alguien hablo conmigo
¿Verdad? ¿O pensaste que solo estaba esperando pacientemente a que te movieras?"

La vaga conciencia de Goshoku se aclaró. Tenía curiosidad por sus palabras pero también existía
ese miedo terrible por lo que descubriría a continuación. Es decir, no podía ser nada bueno.

"Adelante".

La puerta se abrió con las palabras de Kaminuma y de repente, entró un hombre.

"De ningún modo..."

Era Kusumi. Estaba mirando a Goshoku, incluso después de haber sido violado, sin cambiar la
expresión facial y sin moverse. Como no llevaba ropa, su trasero debería estar sucio con los fluidos
corporales filtrados por su agresor y sin embargo, no importaba lo feo que estuviera el asunto, solo
lo estaba mirando a los ojos.

Estaba completamente triste por esto.

Desde que lo llevaron a la mansión de Kaminuma, siempre lo había estado ayudando. Incluso
cuando Goshoku entró en celo la última vez. Al ver lo que estaba ocurriendo en la mansión, detuvo
el ataque de Kaminuma utilizando un supresor y lo ayudó en cada paso después de eso. Aunque no
cambiaba tanto su expresión facial, pensó que tenía un corazón bondadoso por el que podía apostar.

"No puedo creerlo..."

"Eso es lo bueno. Fue lo suficientemente talentoso como para hacerte creer que siempre
estuvo de tu lado. Se le llama actuación."
"¿Por qué...?

"¿Por qué? Porque yo amo a Kaminuma..."

Pensó que era un malentendido, pero Kusumi repitió:

"Somos pareja..."

Kusumi no cambió su expresión a pesar de que dijo sus sentimientos por Kaminuma y reveló que,
extrañamente, estaban en una relación. Kaminuma solo pareció estar complacido.

Eran pareja y de todos modos lo había ayudado a violar a un S Omega por el puro deseo de control
de un Alfa. ¿Qué tan obsesivo y estúpido era este tipo?

"Kurose es mucho mejor que yo en todo, así que siempre fue terriblemente molesto. Él
siempre estuvo a la altura de las expectativas de mi papá pero, hay una cosa en la que es
inferior a mí. ¿Sabes?" Kaminuma terminó de vestirse. "Es en la experiencia. Se negó a tener
relaciones sexuales con Omegas porque "no era correcto". Y no estuvo nunca interesado en
el romance o en el sexo. Por eso no se dio cuenta de nada y él básicamente se quedó sin
opciones que seguir. Kusumi me funcionó desde el principio ¿Y él creyó que podía hacer lo
mismo dándole cosas y haciéndole favores? Por favor".

Goshoku continuaba llorando.

"Estás equivocado. Es por eso que Kurose es mucho mejor que tú..."

"Bueno, él va a ser ejecutado mañana de todos modos. Ahora que estamos enlazados tú y yo,
él ya no es necesario." Sonrió y luego dijo: "Y escucha, si no quieres que los niños le hagan
compañía en la funeraria, entonces más vale que los bebés que me entregues no sean Omega.
Aunque bueno, igual vamos a seguir intentando hasta que logres hacerme feliz".

Nunca había odiado tanto a nadie, eso era seguro.

"..."

"Regresa a la mansión. Tus hijos están esperando."

Se levantó lentamente, como le dijo, pero fue solo porque era verdad que tenía todavía asuntos
por los que preocuparse. Kusumi intentó ayudarlo a cambiarse de ropa, pero le quitó la mano
dándole un golpe. Fue una resistencia torpe, pero fue la mejor que se le ocurrió.
Chapter 23

Cuando Goshoku fue llevado a la mansión de Kaminuma, se sintió increíblemente reconfortado al


ver las caras de los niños.

"¡Mamá! Bienvenida".

"Mami, mami".

Meg también fue corriendo hacía él para darle un abrazo enorme. Por supuesto, en cuanto olió su
aroma tan familiar y comenzó a sentir sus besitos en la mejilla, se calmó.

"Lo siento. ¿Se sintieron solitos?"

En la habitación infantil, que habían preparado para tener reunidos a los niños, los pequeñitos
parecieron estar esperando por el regreso de Goshoku desde el momento mismo en que se fue. Era
un lugar mucho más grande que la mansión de Kurose y habían puesto un montón de juguetes
nuevos para ellos, pero ninguno tenía evidencia de haber sido utilizado porque seguían en la
misma caja. Incluso los curiosos Taki y Al no parecían querer mirar.

"Taki, ¿Estás bien?"

"Estaba solo".

Y cuando además dijo: "Como una piedra." Finalmente se puso a reír.

"¿Qué hay de ti, pequeño? ¿Cómo estás?"

"No hay nada de comer."

"¿Enserio, Maruo ? Pobrecito."

"Pero, estoy bien."

Y ya que aparentemente era cierto que todos estaban a salvo, un suspiro gigantesco salió de su
boca.

"Gracias a Dios."

"Oye, mamá, ¿Qué va a pasarnos?"

"No te preocupes, todos vamos a protegernos entre nosotros para estar a salvo ¿De
acuerdo?"

Pero aunque dijo eso, la verdad era que no tenía ni la menor idea de qué hacer. La puerta estaba
cerrada por fuera y había barrotes para limitar la libertad. También estaba herido y se sentía
completamente preocupado por Kurose. Después de todo, si no hacía nada por él, sería ejecutado
como lo prometió.

"Oye, mami".

"¿Hmm?"
"Allí".

Yuki se subió la manga y señaló hacía la pared. En lo alto, había un respiradero. Que Goshoku
fuera era imposible, pero los niños podían pasar por allí a la perfección. Al parecer, mientras él se
estaba quejando por no poder salir, el pequeño niño estuvo asimilando la situación actual hasta
exprimir su sabiduría para ayudar a su padre. Esto se debía a que Kurose ciertamente les había
dado mucho amor y ellos habían crecido con la idea de retribuirle.

"Vamos a ir por allí, mami".

"Pero... Es peligroso. ¿Y si los encuentran?"

"Pero, ayer un guardia dijo que mi papá será asesinado. ¿No es así?"

Podía sentir que el ambiente se había puesto espeso. No importaba cuánto lo intentara, no podía
ocultar el aire perturbador en esta mansión.

"Mamá... ¿Papi va a morir?"

"Está en peligro, es verdad".

Era algo terrible para contarles pero, si ejecutaban a Kurose, también afectaría a los niños de
alguna manera.

"Pero no va a morir."

Podía tomar la decisión de mandarlos por el ducto porque la habitación de los niños estaba en el
primer piso y la distancia al exterior no era tan larga. Goshoku se pegó a la ventana y se asomó.
Difícilmente podía encontrar a alguien moviéndose porque el sitio era inmenso, pero siempre
estaban entrando y saliendo autos de reparto. Eran camiones con la imagen de unas verduras en la
parte derecha.

Goshoku buscó apresuradamente algo en el joyero. A pesar de que era una habitación para niños,
parecía estar preparada con vasos y licor occidental en un aparador. Había tesoros caros, joyas y
plumas así que tenía que hacerse con algo que no fuera ni muy pesado ni muy voluminoso y
finalmente, tomó un cortapapeles que estaba lleno de diamantes.

"¿Qué es eso?"

Él susurró:

"Es un artículo de agradecimiento. Se lo vas a dar al hombre de ese camión de verduras".

Buscó crayones, lápices de colores, papel de dibujo y comenzó a escribir una carta:

"Cuando llegues allí, le entregas al señor este papelito."

Junto con un memorándum con la dirección de Takeda, colocó el cortapapeles envuelto en papel de
dibujo en el bolsillo de la chaqueta de Yuki. No sabía si funcionaría, tal vez el hombre podía tomar
solo el oro y tirar la carta. Sin embargo, en la hoja había prometido que le daría una recompensa
mayor si lo cumplía.

"Yuki... Yuki, ¿Escuchaste lo que dije? No se lo des a nadie con uniforme militar. Dáselo al
conductor".
"Pero..."

"Haz lo que te digo. Quiero que trabajes conmigo para que podamos salvar a papá".

Se preguntaba si podía dejar que el niño se hiciera responsable de todo esto hasta el final, pero esta
era la única opción que le quedaba. Solo rezaba para que el adulto que se encontrara en su camino
fuera amable.

"¡Buena suerte, Yuki!"

"Por favor, Yuki. Haz tu mejor esfuerzo!"

Los otros niños dijeron eso y luego, vieron como su mamá lo ayudaba a desaparecer por el
respiradero. Cuando se mezcló por completo con la oscuridad, Goshoku miró por la ventana y
pidió a Dios todo este tiempo para que lo ayudara a llegar a salvo. Tenía que aparecer en algún
lugar del jardín así que, después de mirarlo por un rato, finalmente descubrió un pequeño objeto en
movimiento que salía de detrás del edificio.

"¡Yuki!"

Maruo habló en una voz animada.

Mientras todos contenían la respiración, Yuki se coló en la plantación y se metió en un auto de


reparto que estaba estacionado. Unos cinco minutos más tarde, una mujer con un jersey y un
comerciante con un overol, se subieron al vehículo y abandonaron el lugar sin dar explicaciones.
Se había olvidado de respirar debido a la tensión así que, después de que el auto se fuera a salvo,
se sentó en el piso porque descubrió que le estaba doliendo muchísimo el pecho.

"Oye, mamá. ¿Yuki va a estar bien?"

Meg estaba preocupada, así que se protegió en los brazos de Goshoku.

"Estará bien. Yuki es muy fuerte así que estará a salvo".

Cuando los niños asintieron, Goshoku entonces comenzó a mostrarles los juguetes para que se
pudieran distraer por un ratito. Y tal vez por la tranquilidad de saber que mamá estaba finalmente
con ellos, todo el mundo comenzó a enloquecer por los juguetes que ni siquiera habían mirado para
empezar. Minutos más tarde, Kaminuma entró a la habitación junto con Kusumi. Los niños se
escondieron detrás de su espalda porque tenían miedo.

"Um... Estabas muy callado".

Podía jurar que Kusumi estaba de pie junto a la puerta como todo un maldito traidor, pero eso no
afectaría el corazón del hombre en absoluto. Tenía que ser paciente. Además, ni siquiera iba a
notar que Yuki no estaba allí porque estaba completamente seguro de que Kaminuma ni siquiera
los había mirado con detenimiento. Puede que ni recordara cuántos hijos hizo nacer.

"Ven aquí. Anda."

Mientras los niños siguieran como rehenes, tenía que dar el testimonio que Kaminuma quería.
Salió de la habitación y volteó el cuerpo un poco para decirles a los niños:

"No tardaré".
Y mientras caminaba con Kaminuma y los demás, pensó en lo que debería hacer para evitar que su
plan fuera descubierto.

"¿Puedo cenar en la habitación de los niños? Todos están preocupados así que me sentiría
mejor estando allí a su lado."

"Si testificas correctamente, puedes hacerlo".

"Y... Me gustaría preparar la comida yo mismo. Es divertido cuando ellos me ayudan así que
pensé que esto también podía funcionar".

"Sí, también puedes hacer eso."

"Gracias."

Eso seguramente iba a ayudarle a tener algo más de tiempo.

"Solo porque estoy de buen humor. Anoche fue un momento significativo. Nunca me había
sentido tan satisfecho conmigo mismo".

Lo abrazó por el hombro y le tocó el estómago.

"Estabas en celo anoche así que es un hecho que mi hijo está aquí ahora. Es un hijo de un
Alfa y un Omega S así que puede ser S Alfa."

"..."

"Espero que sepas que no es solo tu cuerpo ahora y te preocupes por cuidarlo."

Aunque el embarazo en un S Omega tenía una tasa baja, el hombre estaba completamente seguro
de que había logrado lo que deseaba.

"Espero poder llevarme bien con el bebé..."

"¿Tú conciencia como padre finalmente se despertó?"

"Bueno... No me gustas, pero soy el padre de este niño así que es lo correcto".

Kaminuma estaba de buen humor. Quería tanto a un niño Alfa que ahora estaba metido en su
propia nube.

"Y me portaré aún mejor cuando nazca nuestro hijo así que, también tú portate bien".

"Trataré de hacer mi mejor esfuerzo".

"Le diré al consejo que mantenga la entrevista lo más breve posible".

"Sí, gracias. Voy a dar a luz a un niño sano para usted así que, por favor, ame a los otros
niños también. Todos son sus hijos y yo seré su esposo".

"Así es. Eso es verdad".

Pensó que debería hacerles creer que había movido su corazón de Kurose a Kaminuma.
Chapter 24

Su contacto de emergencia era Yanai, quien entró a la mansión vestido como un comerciante. Ya
sabía que algo estaba raro cuando un hombre con ropa de trabajo y sombrero lo llevó a un almacén
de alimentos con la excusa de un "Saco de papas perdido".

"¿Por qué cocinas?"

Parece que fue inesperado que Goshoku estuviera preparando comida para los niños estando en un
cuartel tan protegido por los militares.

"Cuido a todos los niños para que no se den cuenta de que Yuki no está allí".

"Ya pasaron dos días. Eso significa que todo está en orden."

"Puso dos camas tamaño king alineadas en la habitación. Todos dormimos, comemos juntos
y vamos a jugar también. Además, el hermano de Kurose es un bastardo que solo piensa en si
mismo. A Kaminuma no le importan sus hijos si son Omega y como ahora somos
compañeros, es como si de pronto me creyera seguro."

Ahora que era el compañero de Kaminuma, nunca podría tener otro Alfa. No tendría conexión con
nadie más que con él a partir de ahora y para siempre.

"¿Yuki no está herido?"

"No, ese chico está muy bien. Tiene demasiada energía como para destruir y construir la casa
él solito".

Aunque no había otra manera, envió solito a un niño de 5 años. Lo vio subirse al auto de reparto
pero, después de eso se culpó a si mismo muchas veces. Era un Omega y el mundo estaba lleno de
gente horrible.

"¿Sabes que soy el destinado de Kurose?"

"Eso parece...."

Yanai no sabía que decir además de eso, así que pasó a palmearle la espalda.

"Pero no te pongas así. Ya estoy aquí ¿O no? Todo va a estar bien, tienes que estar
tranquilo".

Apenas y pudo sonreír, pero de todas maneras no estaba seguro de estarlo haciendo bien.

"Más que eso, Yanai ¿Cuál es el propósito de que te cueles en el cuartel? Es peligroso."

"Me puse en contacto con el sector que tiene encarcelado a Kurose".

"¿Y...?"

"Parece ser un secreto que lo tienen como prisionero. Gracias a que me dijiste de la situación
usando a ese niño, me puse a investigar un poco más profundo para encontrar un punto de
partida. Nosotros en la policía estamos del lado de Kurose pero, todo el caso que tiene que ver
con él y los S fue robado por el ejército y manejados de acuerdo a su conveniencia".

"Ya..."

"Hasta ahora, el poder del ejército era demasiado fuerte como para poder controlarse, pero...
Al parecer, podemos hacer algo si la existencia de Goshoku se hace pública."

"¿Qué quieres decir?"

"Me gustaría que pudieras probar ante todos que eres un S Omega."

No lo entendió de inmediato, pero se le ocurrió una idea en la que había estado pensando
recientemente. Yanai sonrió.

"Así es. No hay ninguna ley que diga que deben tomarse medidas especiales contra un S
Omega. No hay legislación con respecto a los S Omega e incluso con un S Alfa, el desarrollo
está bastante retrasado. Los S deberían estar apoyados por el departamento médico, el
ejército no tendría que tener el mando. Es algo un tanto... Arriesgado, pero podemos
intentarlo. Además, parece que era lo que Kurose intentó desde el inicio."

Era intentar poner a Goshoku como la víctima y al ejército como el perpetrador. Kaminuma
estaba completamente involucrado en esto, pero no podía decir que atraparlo específicamente a él
fuera la prioridad.

"Pero, ¿Cómo puedo probar que soy S Omega? Los militares ni siquiera admiten que
existo".

"Oye, la policía y los seguidores de Kurose en el ejército cooperarán. Y tenemos que


apurarnos antes de que lo maten. Debe ser hoy, ahora mismo".

"Entonces..."

"Entonces, tenemos que tomar una prueba de tu sangre. Me enseñaron a sacar muestras hace
tiempo. Soy un aficionado, pero lo conseguiré".

Cuando Yanai extendió las herramientas que había traído, Goshoku descubrió su brazo y dejó que
le atara la parte superior con un tubo de goma. Al parecer era para levantarle los vasos
sanguíneos.

Pinchazo.

No le gustaban estas cosas pero, pensó que estaba bien si podían tomar esto como una carta de
triunfo para ayudar a Kurose.

"¿Pero está bien? Es impredecible lo que puede suceder si la existencia de un S Omega es


conocido por el mundo".

"Vamos, hombre ¿Puede ocurrir algo peor que esto?" Yanai se rió. Luego dijo: "Has sido
valiente durante mucho tiempo ¿Por qué estás dudando ahora? Bueno, ya está."

Sacó la aguja y después, Yanai la puso en su estuche y se la metió de nuevo en el bolsillo. Luego
abrió la puerta del almacén de alimentos y se asomó para ver si no había alguien afuera.
"Entonces me iré. Estaremos en contacto pero prometo que no te quedarás solo por mucho
tiempo."

"Por favor, no tardes."

"Déjelo a mí."

Yanai se puso un sombrero y se dirigió a la puerta trasera, por donde entraban y salían los
comerciantes. Goshoku respiró hondo y regresó a la cocina para reanudar la preparación de la
comida que le llevaría a los niños. Estaba revolviendo el contenido de la olla, pero su mente no
estaba aquí y sus manos se detuvieron un montón de veces. Pensaba: "Por favor llega a tiempo"
"Por favor ayúdame, ayuda a Kurose y a los niños."

"¿¡Dónde está!??"

Entonces, resonó la voz de Kaminuma del otro lado del pasillo. Cuando levantó la cara, encontró
que el hombre estaba caminando directamente hacia él así que, lo que le vino a la mente fue que
estaba completamente enojado.

"¿Dónde lo escondiste?"

"¿Qué?"

"No te hagas el imbécil. El número de niños no coincide."

No pudo responder. Pensó que no podía dejarse engañar para evitar caer en su juego, pero tenía
miedo. Kusumi estaba detrás de Kaminuma y miraba a Goshoku como si tuviera vergüenza de
hacerlo. Sus mejillas estaban rojas e hinchadas, tal vez porque fue golpeado al darse cuenta tarde.

"¿¡A dónde fue el niño!? ¿Qué estás planeando?"

"Nada. Ni siquiera sé de qué estás hablando."

Su brazo fue agarrado de tal forma que su cara se arrugó por el dolor. Tenía un poder asombroso
así que, aunque luchara por escapar, Kaminuma no se lo iba a permitir nunca.

"Si tienes ese tipo de actitud, no se puede evitar. Vamos a tener que adelantar su ejecución."

"Ah..."

Su cabello fue agarrado y levantado hacía atrás. El rostro de Kaminuma estaba en frente de él así
que comenzó a tener muchas ganas de escupirle. Sin embargo, la ira podía poner en peligro la
seguridad de los niños.

"Vas a lamentar tanto haber pensado en engañarme ¡Vengan!"

Con la voz de Kaminuma, varios soldados entraron en la cocina al mismo tiempo para tomarlo de
los brazos y taparle la boca.

"Seguro esto será suficiente."


Chapter 25

(El día de la ejecución de Kurose.)

Goshoku, junto con los niños, fue llevado a una instalación militar en una isla remota. Era un lugar
que albergaba condenados a muerte y matones de todo tipo así que también había una cámara
especial de ejecución.

Goshoku estaba haciendo todo lo posible para calmar sus nervios. Era inusual que pasara menos de
una semana antes de que se decidiera y ejecutara una pena de muerte. Sin embargo, para decirlo en
pocas palabras, también era la evidencia de que Kaminuma estaba impaciente por derrotar a su
medio hermano y quedarse con el reconocimiento de su padre. Era posible que notara que Kurose
se había estado moviendo detrás de escena todo este tiempo.

En ese momento, mientras lo pensaba, llamaron a la puerta y entonces Kusumi entró en la


habitación para darle órdenes. También estaba Kaminuma. Para protegerlos de los dos, Goshoku
escondió a los niños en su espalda.

"Ven. Quiero que su figura moribunda se clave perfectamente bien en tus ojos".

"Mamá... No te vayas. Yo... Quiero estar contigo".

"¿¡Qué estás esperando!?"

Tragó saliva. Kusumi suspiró.

"Yo cuidaré de los niños."

"No, mamá. Él da miedo".

Mientras abrazaba al osito de peluche con fuerza, Meg pidió que se quedara a su lado para que
pudiera protegerlos. En realidad, nadie quería separarse de él porque esa había sido la promesa
inicial.

"¿... Nada va a pasarles?"

"Por supuesto que no, los niños son un medio efectivo para atarte. Los necesitamos."

Goshoku le creyó.

"Todos, esperen por mi justo aquí. Regresaré pronto".

"¿En serio?"

"De verdad. No iré a ningún lado sin ustedes."

La ejecución de un delincuente grave en un caso que involucrara a un Alfa u Omega, se estipulaba


como fusilamiento. También estaban prohibidas las visitas a familiares y se notaba lo estricto que
era el trato con todos los que estaban allí.
En el momento en que entró, Goshoku respiró hondo y luego miró el reloj que tenía en la muñeca.
El lugar estaba rodeado por paredes en blanco, sin ventanas y un par de sillas negras. Parecía que
estaba mirando una foto en blanco y negro en lugar de un escenario real así que, para ser honesto,
empezó a sentir muchísimo miedo por lo que iba a pasar. Le dijeron que mostrara las manos y
después, lo guiaron a un espacio con escalones que daban directamente al lugar de la ejecución.

"¿Eres el S Omega?"

Tan pronto como vio a Goshoku, un hombre con uniforme militar le hizo una pregunta que podía
considerarse un tanto descarada. Lo conoció por primera vez en la ciudad, pero no sabía que
estaba en la parte superior del ejército. Y mucho menos que era el padre de Kaminuma y Kurose.
Tenía el cabello corto y un bigote chiquito. Un reloj de bolsillo y un cigarrillo paseando entre los
dedos constantemente. También había dos hombres mayores con uniforme militar que se reían y
platicaban como si hubiera venido a ver deportes.

"¿Va a ejecutarlo aunque es su hijo?"

"Es un criminal serio. No se puede evitar. También testificaste en su contra así que, no creo
que haya nada que puedas hacer o decir ahora para arreglarlo."

"Pero es un S-Alfa. Es un recurso humano valioso".

"La misión del ejército es aplastar las moléculas peligrosas. Especialmente si es un S-Alfa".

Era su padre, así que no entendía por qué no podía darle "afecto paternal" al hombre que
aparentemente compartía su sangre. Era justo como sus padres a decir verdad. Incluso volvió a
pensar que definitivamente muchos habrían vivido felices si no existiera una cosa como un
segundo sexo.

"Está a punto de comenzar."

Los verdugos, con rifles de alto calibre, entraron al patio... Y entonces, Kurose fue llevado al
medio como si las palabras de Kaminuma fueran una señal para empezar. Le vendaron los ojos
con un paño blanco y le ataron las manos a la espalda utilizando cuerda. El hombre parecía tener
una actitud digna, pero su pecho estaba subiendo y bajando continuamente porque estaba nervioso.

"Por favor, por favor tienen que detener la ejecución. Haré cualquier cosa."

"¡Esa es la ley de nuestra comunidad! Silencio."

Goshoku giró todo el cuerpo para mirar nuevamente a Kurose, quien sería asesinado en un par de
minutos.

"Por favor, por favor tengan piedad."

"Si no quieres perder a tus hijos, cállate. Es la última vez que lo digo."

Y tan pronto como Kurose se paró frente a la pared, cinco verdugos empuñaron sus armas en
dirección a su cabeza. Era demasiado rápido, todo estaba... Yendo tan deprisa que incluso parecía
que tenía un mal sueño.

"¡Preparados!"

Al momento siguiente, Goshoku golpeó la mano de Kaminuma para que lo dejara ir. Corrió con
todas sus fuerzas, pasó junto a los verdugos y se encaminó directamente hacia Kurose.
Definitivamente no iba a dejar que lo mataran.

"¿¡Qué estás haciendo!? ¡Alto!"


"Si lo va a matar, entonces hágalo conmigo también."

"¡Retírense! ¡Esperen!"

Goshoku se había parado frente a Kurose, con ambos brazos abiertos y la cara en alto. No sabía si
eso podía ayudar y sin embargo, era más bien algo que estaba haciendo para ganar un poco de
tiempo. Tal vez Yanai y sus amigos ya se estaban apresurando para llegar allí justo ahora. Un
minuto o un segundo ¿Quién sabe? Solo tenían que esperar. Sin embargo, la voz de Kurose resonó
en el sitio de ejecución para responder a los sentimientos de Goshoku:

"¿¡Está bien atacarme violentamente!? ¡Todavía hay cosas que no saben, estúpidos!"

A pesar de la situación abrumadoramente favorable para ellos, todos los que escucharon a Kurose
comenzaron a mostrar algo muy similar al miedo en su semblante. Era como si estuvieran
preparados para que algo malo sucediera a continuación.

"¿Qué? ¿Qué es lo que no sé? ¿Vas a comenzar a intentar algo estúpido incluso ahora?"

Kaminuma se comportó como de costumbre para intentar no ser tragado por él, pero Kurose tenía
una sonrisa en la boca.

A las personas que estaban del lado de Kaminuma les parecía espeluznante que incluso en su
estado, atado, con los hocicos de las armas apuntando a su cabeza y los ojos vendados, pudiera
permitirse comportarse así de arrogante. El aire en el campo de ejecución se tiñó gradualmente del
aroma de Kurose.

"¿Sabías... Que la tasa de implantación de un S Omega no es la misma que la de un Omega


normal?"

"¿Qué?"

La sorpresa y la confusión se extendieron por el campo de ejecución.

"El informe que leíste, lo alteré."

Kaminuma también cambió su cara. La verdad era que no lo sabía y gracias a eso, pensó que ya lo
había embarazado. ¿Cómo era que Kurose deliberadamente decía que no?

"La probabilidad de quedar embarazado es inferior al 30%".

"¿Qué dices? ¿Cómo...? ¿Cómo que un 30?"

"Jajaja y lo mejor es que solo puede quedar embarazado de otro S. ¿Sabes lo que significa?
Que igual me necesitas para tener más Alfas. ¡Todo el mundo me necesita para tener más
jodidos Alfas! Y de todos modos, Goshoku no es estable en su celo porque yo soy su
destinado. ¡Nunca va a entrar en celo sin mi!"

El padre de Kurose parecía sorprendido. Era posible que se estuvieran preguntando si esto debería
cancelarse o no. Tal vez, tenían que rectificar la información y llevar al Alfa y al Omega de vuelta
al cuartel. Después de todo, si era cierto, entonces toda su investigación iba a fracasar al perderlos
a los dos. Sin embargo, Kaminuma pensaba diferente. Caminó alrededor y le robó el rifle a uno de
los verdugos.

"¡Cállate! ¡Te mataré!"


"¡Por favor, detente!"

"¡ Suéltalo ! ¡El valioso S Omega está allí!"

Pero Kaminuma seguía sosteniendo el rifle. Al ver el cañón apuntando directo a Kurose, Goshoku
miró a su padre para ver si podía detenerlo. Estaba frunciendo el ceño ante la fuga de su hijo pero,
igual parecía que no tenía intención de hacer nada. Era, según él, una guerra interminable para ver
cuál era el Alfa más fuerte.

Sin embargo, al momento siguiente...

"¡A él!"

Múltiples miembros del personal militar se precipitaron hacia el lugar de la ejecución. También
había fuerzas especiales de policías y personas de sectores privados.

"¡Esta ejecución será suspendida!"

"¿Qué autoridad tienen para hacer eso?"

"Él no es un Omega normal, por lo que el ejército no tiene jurisdicción en este caso. Esto es
evidencia. Además, va a investigarse la violación de los derechos humanos por la acusación
interna de los militares".

Kaminuma se quedó atónito cuando vio a un hombre que sostenía lo que parecía ser una orden de
arresto. Por supuesto, gracias a esto hasta el rifle se le resbaló de las manos. Si era una orden
judicial, ni siquiera el ejército debería poder intervenir.

"Llegaron a tiempo."

Kurose de repente abrió la boca de nuevo. Un minuto, no, unos segundos más tarde y Kaminuma
habría disparado hasta volarle la cabeza. Era hasta gracioso que hablara como si no le importara
lo que pudo pasar con él.

Las fuerzas especiales de la policía se reunieron y eliminaron los cargos de Kurose. En el momento
en que le quitaron la venda de los ojos y le liberaron las manos, sus pupilas se encontraron con las
de Goshoku y finalmente, sintió que su corazón rebotó tan fuerte como lo hacía siempre que estaba
con él. Ya ni siquiera podía moverse.

"Goshoku-chan ¿Estás bien?"

Yanai con un chaleco antibalas, se acercó mientras mantenía todavía el arma en su funda.

"Señor Yanai..."

"Los niños están a salvo. Tienen a todos, incluso al pendejo de Kusumi".

Cuando Goshoku de dio la vuelta, vio cómo se llevaban al padre de Kaminuma, a un par de
guardias y a las personas que encadenaron a Kurose la primera vez. Finalmente se acabó. Sin
embargo, en el momento del relevo, un sonido desagradable y poderoso llenó el aire del lugar de
ejecución. Eran como... Disparos.

"¿Qué es eso?"
Cuando miró a su alrededor, mientras se tapaba los oídos, notó que el interior del edificio se volvió
increíblemente ruidoso de un momento para otro. Había voces que gritaban, que decían a
incoherencias o que simplemente comenzaban a maldecir. Tanto Kurose como Yanai escucharon la
situación y se pusieron en guardia. Algo acababa de suceder.

"¡El prisionero escapó!"

Dijo un policía desde algún lugar.

Los presos, que robaron las armas de los oficiales que habían golpeado, corrían al lugar de la
ejecución como si ese hubiera sido su plan desde un inicio. Así que, no era solo un escape.
Alguien liberó intencionalmente a los prisioneros para armar este escenario. Obviamente, le vino a
la mente la figura de un hombre con cabello rojizo como actor principal.

"Qué infierno. Maldita sea, la potencia de nuestras armas es débil, pero es mejor que nada.
¡Hey! Ten esto."

Yanai arrojó el arma que sacó de la funda de su pierna a Kurose así que Kurose lo recibió y apuntó
de inmediato a los prisioneros.

"¡Busca un lugar seguro! ¡Anda!"

Kurose tomó la mano de Goshoku y se lo llevó con él mientras defendía la parte de adelante. Sin
embargo, cuando se acercó a la puerta que daba directamente hacia el baño, notó que el Omega
había dejado de moverse. No podía pestañear, ni hablar... Porque tenía una cosa dura presionada
contra la parte posterior de la cabeza. Escuchó el sonido de un click y luego la manera en la que
Kurose tragaba saliva. Yanai, que los venía siguiendo, también se dio cuenta del incidente y miró
hacia atrás, mostrando la misma reacción que Kurose. La funda en la cintura de Kaminuma estaba
vacía y él tenía el arma hundida en su cabello.

"¡No se acerquen! Voy a llevarme a esta persona. ¡Si hacen algo extraño, apretaré el gatillo!"
Chapter 26

Goshoku fue arrastrado hasta la puerta.

Kurose estaba tratando de perseguirlos a los dos mientras sostenía todavía el arma entre las manos
pero, como era de esperar, realmente no podía hacer otro movimiento por miedo a lo que pudieran
hacerle estando como rehén.

"Gracias a Kurose, ahora entiendo que realmente eres una molestia. Todos los omegas
siempre son un maldito dolor en el trasero... ¿De verdad estás comenzando a sentirte especial,
no es verdad? Bueno, yo puedo arreglar eso."

Susurró a su oído, mientras le sonreía. Luego, su lengua se deslizó alrededor de su piel como para
presumirle a su hermano con quien estaba ahora. Kurose apretó los dientes.

"¡Vamos!"

"Ah..."

Goshoku solo observó la desaparición de Kurose detrás de la puerta.

"No te muevas o disparo. Piensa en tus hijos y portate como un niño bueno..."

Cuando salieron de las instalaciones, caminaron por las montañas un par de metros más. Estaba
moviendo las piernas mecánicamente mientras escuchaba su respiración áspera en la nuca hacer:
"Ah, ah, ah".
Por supuesto, estaba seguro de que Kurose los había estado persiguiendo más de la mitad del
camino, pero ahora no podía verlo en absoluto. Los disparos y las palabras de enojo se alejaron
gradualmente y mientras tanto, solo la vegetación pareció golpearle en la mejilla conforme se
adentraba más y más en el denso bosque.

"Todavía... Todavía voy a encontrar la manera de hacer que des a luz a mi hijo."

"¡Ah…!"

Fue empujado hacia abajo, en la hierba, y comenzó entonces a quitarle la ropa sin alejar la punta
de la pistola de su cabeza. Se resistió, pero fue golpeado con el mango tantas veces que terminó por
perder su energía. Aún así, habló:

"Déjame ir... Ya no hay nada que hacer. Fracasaste ¿¡Realmente vas a violarme aquí!?
¿¡Sabes qué la policía nos está siguiendo??"

"Deberías escucharlo."

Se escuchó la voz de Kurose a la distancia así que Goshoku lo miró de inmediato. Después de todo,
realmente sabía que era imposible que lo dejara solo.

"Eres un tipo muy persistente."

Cuando Kurose caminó en su dirección, todavía con el arma entre las manos, Kaminuma se puso
de pie lentamente y le sonrió. Pisó los dedos de Goshoku con los pies y apuntó el hocico en
dirección a su cabeza. Estaba tan loco que sabía que podía disparar sin dudarlo.
"¡No vengas más! ¿Qué vas a hacer? Esta persona ya no es tu pareja, es mía. No será tuya
cuando la rescates ni lo será nunca más sin importar lo que hagas. Lo sabes".

"Lo sé".

Respondió Kurose. No estaba vacilante, ni temeroso, pero era cierto que la esquina interior de sus
ojos se puso caliente.

"¿Vas a arriesgar tu vida por alguien que no te pertenece? ¿Por qué? Solamente quieres
joderme, como siempre..."

"... Lo estoy haciendo porque lo amo. Siempre voy a amarlo. Pero obviamente eso es algo que
tú no puedes sentir".

"Ja, ¿Y por eso ahora eres mejor que yo? ¿Por cursilerías como el amor?"

"Siempre he sido mejor que tú, hermano."

"¡No me llames hermano!"

La respiración de Kaminuma se estaba volviendo áspera por la ira. Era totalmente diferente de
Kurose, que mantenía la calma sin importar lo que dijera.

"Si no quieres que mate a este tipo, baja el arma".

"¡Kurose, no lo hagas! Si la bajas, él..."

Pero tan pronto como habló, descubrió que él había comenzado a poner todo el peso de su pierna
sobre la de por si muy herida mano de Goshoku. Kurose, que todavía sostenía el arma, tomó
lentamente una postura de atraco y se agachó para dejar el arma en el suelo. Finalmente, las
lágrimas se desbordaron. Pero no fueron las de Kurose sino las de su pareja. Estaba muy asustado
de que, si no se hacía nada, lo fueran a matar.

"Eres un estúpido... ¡Siempre has sido un estúpido a pesar de que naciste como un S Alfa!"

El objetivo de la pistola cambió.

"¡Kurose!"

Bang, bang, bang.

Exactamente tres disparos resonaron en el bosque.

Kurose había sido impactado, apenas un roce, pero de todas maneras dio un paso adelante y saltó
hacia Kaminuma antes de que pudiera hacerlo de nuevo.

"¡Tú! ¡Déjame!"

Los dos rodaron de manera enredada. A veces Kurose estaba arriba, luego abajo y después ambos
estaban golpeándose entre si. También hubo nuevos disparos y voces que sonaban un tanto
desordenadas.

El arma, colocada en el suelo, saltó a los ojos de Goshoku así que él la recogió y la cargó. Sin
embargo, el movimiento entre los hermanos era tan intenso que no podía apuntar a una sola
persona. Kurose había terminado por estar montado sobre Kaminuma.

"¡Kurose!"

Estaba asustado porque el arma que tenía Kaminuma apuntaba directamente al centro de la frente
de Kurose.

"¡Vete al infierno, Kurose!"

Goshoku cerró los ojos con fuerza y se dio la vuelta. Ni siquiera gritó o trató de ocultar el hecho de
que estaba llorando. Solo se endureció, esperando por el sonido de la bala perforando su cabeza.
Pero lo único que saltó a sus oídos fue el pequeño click. Cuando abrió los ojos y los miró, Kurose
estaba sonriendo.

"Está sin balas, estúpido. Si eres un soldado, deberías recordar cuántos disparos hiciste."

El puño que se balanceó hacia arriba impactó directamente en la cara de Kaminuma.

"Um..."

Y luego dejó de moverse después de hacer un gemido particularmente fuerte.

Goshoku no dijo nada, pero escuchó perfectamente como Kurose respiraba con mucha dificultad.
Después de retirarse de sobre el cuerpo de su hermano, llevó una mano a su cabeza y se acercó a su
pareja lentamente.

El pecho se le apretó.

No pasó mucho tiempo antes de que se abrazaran.

"¡...!"

"¿Estás bien? ¿No estás herido? Creí que te había disparado, idiota."

"… Lo siento. Estoy bien."

"¿Qué pasa con los niños?"

"Están a salvo."

Un suspiro de alivio se escuchó en su oído, y luego su cuerpo se debilitó gracias al aroma de


Kurose.

Su temperatura corporal era perfecta, sus manos se sentían familiares y sus ojos seguían
pareciéndole la cosa más bonita del mundo... Pero se preguntaba si podría amar a Kurose a la
perfección ahora que tenía la marca de otro hombre en la nuca. Sin embargo, dado que estaba a
punto de ser ejecutado, llegó a la conclusión de que primero tenía que estar agradecido por esto.
Incluso si lo suyo ya no podía darse.

"¿Qué pasa?"

"Todavía te amo..."

Kurose le tocó la nuca.


La marca de su hermano seguía estando allí.
Chapter 27

El ejército superior había ocultado información importante sobre los S Omega, y todos los días se
informaba sobre la fuga de Kaminuma, sobre Goshoku y los hijos de los Omegas que había
producido al azar. No había duda de que era un gran evento que iba a sacudir al mundo científico
así que era inevitable pensar que la confusión continuaría incluso después de un largo tiempo.
Además, a raíz del incidente de Goshoku, la atención se centró en las violaciones de derechos
humanos contra los Omegas. Algo que había llevado a cabo el alto ejército. Si bien, aparentemente
protegían a los Omegas, era una falta a sus valores con el propósito de producir alfas excelentes.

La evidencia que Kurose había recopilado hasta ahora era inexcusable, y las investigaciones
policiales parecieron ir en curso. El mundo, que intentaba convivir con la distorsión causada por el
segundo sexo, había comenzado a considerar el estado de las fuerzas armadas como un problema
mayúsculo y a revisar desde el fondo la estructura de control de un Alfa. Pero, aunque él era la
figura central que se movía para dar a conocer todos los horrores que habían hecho los militares,
Kurose, quien trabajó como el brazo derecho de Kaminuma, también era interrogado todos los
días. No sabían cuándo volvería a casa. En realidad, habían pasado más de 20 días desde entonces.

"Oye, mamá. ¿Papá aún no va a venir?"

Preguntó Meg, sosteniendo todavía a su osito de peluche contra su pecho. Goshoku se arrodilló y
sonrió cuando alineó entonces sus ojos con los de ella. Había regresado a la mansión de Kurose y
ahora estaba viviendo la misma vida que antes.

"Papá está muy ocupado. Así que, aguanta un poco más".

Dijo con una sonrisa.

"Yuki hizo lo mejor que pudo"

"Claro que sí. Estamos muy orgullosos de ti por eso. Ahora solo hay que tener paciencia."

"Maruo también es un buen niño. ¿Verdad?"

"Lo es. Podemos esperar juntos a papá si quieres".

"¡Sí! Pero, tengo hambre."

Hizo un pequeño puchero con la boca y miró a la cocina. Luego, en el momento exacto, Takeda
llegó con una olla impresionantemente inmensa entre las manos.

"Hola a todos ¿Qué creen? ¡Ya terminé!"

Los niños hicieron brillar sus pequeños ojitos y luego todos se sentaron alrededor de la mesa de
madera. Las tripas de todos comenzaron a hacer ruido.

"Oye, ¿Todo esto lo hizo Takeda?"

"Sí. Es una olla caliente de minestrone . Pueden comer todo lo que puedan".

"Tiene papas, salchichas y esta cosa roja de aquí."


"¿Qué es esto rojo? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto?"

Al y Taki, llenos de curiosidad, señalaban la olla mientras hacían un montón de preguntas sobre
esto y sobre aquello también. Takeda no parecía estar desesperado o enojado por esto, y felizmente
respondió que esto era calabacín y esto era algo llamado betabel. Después, justo frente a los ojos
de su atento público, la olla se dividió en pequeños platos individuales y él dijo: "para ustedes".

"Señor Takeda, lo siento. Cuidar niños es un poco..."

"No me importa. Me las arreglaré para ayudarte siempre que pueda. Además, quiero que
vengas a jugar ajedrez al menos una vez cada determinado tiempo. Puedes traerlos si quieres
para que no se queden solitos".

"Eso haré. Después de todo, soy su mamá".

"Jajaja ¿Eres su mamá? Vaya, los humanos realmente cambian. Estás hablando con mucha
más confianza que antes".

"Creo que tienes razón... ¡Taki! Así no. Vas a ensuciarte las mangas."

La olla caliente, con sabor a jitomate, era muy popular entre los niños. Las verduras
cuidadosamente cocidas a fuego lento eran tiernas y tenían un buen sabor, el apio y las zanahorias,
que solían ser rechazadas, fueron devoradas hasta el fondo, y cuando se le agregó arroz al caldito,
se hirvió un poco más y se agregó queso, los vítores aumentaron hasta parecer que estaban en
medio de una fiesta. Como estaban tan felices, Goshoku pensó que definitivamente le pediría la
receta a Takeda más tarde.

Alrededor del momento en que el sol estaba bajando, después de comer las manzanas con
caramelo que había como postre, Takeda dijo que ya había llegado el momento de irse a casa. Así
que, después de despedirse de todos, Goshoku los bañó, los puso a dormir uno por uno y volvió a
su propia habitación para tomarse un descanso.

Se sentó en la cama, estuvo pensando y de repente miró por la ventana como lo hacía siempre
antes de dormir. No sabía en qué dirección estaba el cuarto de interrogatorios en el que estaba
Kurose, pero por la noche, se había acostumbrado a mirar hacia afuera como para esperar que
viniera por él. Estaba tranquilo cuando se concentraba en cuidar a los niños, pero se sentía triste
cuando estaba solo. La información a veces venía desde Yanai, pero era muy pobre. No sabía si
podría volver en este mes, y no sabía si realmente podría estar a su lado de nuevo. Y como en otras
ocasiones, tocó los pliegues en la parte de atrás de su cuello y los repasó igual a si pensara en
arrancarlos. Nunca más... Nunca más podría ser la pareja de alguien. No iba a poder seguir el
ritmo de Kurose después de lo que ocurrió.

"Es horrible".

El sello de sus dientes no desaparecía. Era como un recordatorio de su violación y de lo que había
perdido y, aunque lo entendía en su cabeza, no podía aceptarlo y seguir adelante como si nada.
Además, pensó que era extraño que incluso con esto los artículos que había robado de Kurose
evidentemente fueran en aumento.

"Tengo que devolverlo…"

Todo estaba horriblemente amontonado. No solo ropa como camisas, sino también artículos
pequeños y sus enormes botas. Se sentía seguro al estar completamente rodeado por el aroma de
Kurose y sin embargo, siempre llevaba encima un montón de remordimientos.

"Por el momento, la ropa..."

Había diez camisas allí. Ocho piezas de ropa interior, pijamas, chaquetas y pañuelos. Era una
molestia contar cuántos pares de calcetines tenía y además, sin saberlo, descubrió que había
también un montón de cosas escondidas debajo de su almohada y debajo de las sábanas.

"¿Vas a planchar todo eso?"

La voz, que se escuchaba desde el otro lado de la habitación, hizo rebotar su corazón en un
segundo. Y cuando estiró el cuello y buscó al hombre que había hablado, finalmente sus ojos se
encontraron de nuevo. No podía creerlo así que casi se quedó sin aliento. Es decir, ¡Era un hombre
que no debería estar aquí para empezar!

"Estoy de vuelta".

—Estoy de vuelta.— Hasta pareció que no entendía el japonés.

"En serio ¿Qué es todo esto?"

Había visto su ropa en la cama. Trató de ocultarlo a toda prisa, pero esta cantidad era tan exagerada
que no fue posible.

"Um… ¿Por qué viniste?"

Según la información de Yanai, Kurose aún tendría que estar ocupado.

"Estoy aquí para visitar a Goshoku-chan, el S Omega del que todos hablan."

La voz del hombre llegó juguetonamente hasta sus oídos así que, al final, notó lo que sucedía. Ese
hombre quería darle una sorpresa.

Cuando conoció a Kurose, nunca pensó que pudiera ser el tipo de sujeto que hiciera algo como eso.
Y la verdad es que le había funcionado bien. Su corazón no estaba listo para recibirlo y aunque
apenas y pretendía estar tranquilo, estaba lleno de pánico.

"¿Y los niños?"

"Ya se durmieron."

No sabía de qué más hablar. Solo estaba viendo a Kurose, acercando la mano a la cama para
revisar sus propias cosas y mirando alrededor como si la habitación fuera nueva para él.

"¿No vas a decir más nada?"

"... Vete a tu habitación."

"¿Por qué?"

Se sentía avergonzado, así que su cara se estaba volviendo más y más caliente conforme pasaba el
tiempo. Después Kurose, que se sentó en la cama, golpeó las sábanas con un movimiento rápido de
su mano, dijo "Ven aquí" y estiró los brazos en su dirección como para abrazarlo. Respiró hondo
para que Kurose no se diera cuenta de su condición.
"El interrogatorio terminó".

"Sí. Puedo verlo..."

"¿Hiciste un nido y me esperaste mientras tanto?"

Kurose seguía siendo odioso. A veces le caía mal por la manera tan descarada en la que hablaba
con él pero, no podía evitar amarlo con todo su corazón de todas maneras.

Y cuando se volvió consciente de lo que estaba pasando con sus sentimientos, se topó entonces con
una realidad que parecía inmutable: El compañero de Goshoku era Kaminuma ahora. No
importaba cuánto pensara en construir un nido o lo mucho que lo extrañara, la relación con Kurose
no se podía resolver. No iban a estar conectados íntimamente jamás y Kurose también lo sabía.

"No, solo... Estaba jugando."

"¿A lavar?"

Si era un hombre malo. Obviamente sabía que era un nido ¿Por qué no solo lo dejaba de molestar y
cambiaba de tema?

"Lo siento, solo lo recogí inconscientemente… Estaba pensando en devolverlo después."

"¿Por qué te disculpas por eso?"

"¿Por qué…?"

En pocas palabras, porque tenía miedo de perderlo:

"Mi feromona ha cambiado. Solo funciona para Kaminuma ahora. Así que... Tal vez parezco
un idiota por buscarte a ti. No lo sé. Devolveré lo que traje. Lo siento, tendré cuidado de no
sacarlo sin permiso otra vez".

El silencio dolió.

Quería que dijera algo. Cualquier palabra estaba bien. Deseaba saber qué pensaba Kurose para no
sentirse tan idiota.

"Él... Creo que no apretó bien la parte de atrás de tu cuello."

"¿Lo viste?"

"Lo vi".

En el celo, abrió las piernas a Kaminuma frente a Kurose y comenzó a sentirse resentido por el
cuerpo que atraía a cualquier Alfa. No se sentía digno...

"Yo... ¿Qué debo hacer? Si puedo cuidar a los niños aquí, aunque sea eso, yo..."

"¿Qué quieres hacer?"

Quiero estar aquí contigo. Aunque estaba claro que no podía decirlo.

"Mi amor, tú no tienes la culpa de nada. En todo caso, es mi responsabilidad".


"Eso no es..."

"No me di cuenta de que Kusumi estaba de su lado desde el principio y yo utilice mi


feromona contra ti. No lo vi como una trampa y simplemente te tomé."

"No, no es tu culpa."

"Tal vez no debamos seguir con lo nuestro."

"..."

Se preguntaba qué decir ahora. Cuando lo miraba, solo había una increíble seriedad.

"Pero, no puedo pensar en otra persona que no seas tú. No me voy a acostar con nadie más
que tú mientras permanezca con vida. Incluso si nuestros cuerpos ya no embonan debido a la
marca de mi hermano..."

"Pero..."

"¿O ahora me odias? ¿Ya no sientes nada por mi?"

Su mano fue sostenida por la suya así que su corazón tembló con un dulce hormigueo.

"¿No está bien ni tomar mi mano?"

Kurose esperó hasta que pareció que también iba a hablar.

"No... Yo estaría bien simplemente haciendo esto para siempre."

"Es malo tener una pareja que solo haga eso."

Así que besó a Goshoku directo en la boca.

" Mmm ..."

Giró el brazo alrededor de su cuello y lo abrazó hasta que respondió de vuelta. Los labios se
hundieron cerca de sus orejas y la voz se filtró en un suspiro que pareció honestamente encantador.
Era algo dulce, lejos de producir algún tipo de dolor así que Kurose también estaba sorprendido
por eso. Después de todo, al estar él en unión con su hermano, responder a otro hombre debería
hacerle sentir repugnancía o hasta cierta incomodidad. Sin embargo, ninguno de los dos habló y
solo se miraron el uno al otro.

Entonces, se le ocurrió una posibilidad. Tal vez, no estaba pasando nada porque eran S. Él era un
alfa especial y su hermano... Alguien recesivo. En realidad, ahora que estaba mirando a los ojos de
Kurose, la temperatura de su cuerpo aumentó igual que siempre.

"¿Te sientes mal? ¿Hay dolor de cabeza? ¿Náuseas? "

"No, nada."

Sacudió la cabeza y tomó entonces los hombros del hombre. Estaba en celo, pero sus feromonas no
parecieron funcionar para Kurose. Después de todo, el enlace con Kaminuma aún estaba
establecido.
"Qué cara tienes. ¿Pasa algo malo?" Kurose estaba preocupado por él. "Aunque aún así, te ves
hermoso."

Los ojos de Kurose, que lo miraban fijamente, tenían una profunda oscuridad pero, había también
algo diferente durmiendo detrás de ellos. Lo que pensaba ahora, es que había una enorme pasión
por él. Amor...

"Todavía... Podemos ser destinados ¿Verdad?"

Estaba la esperanza en Goshoku de que pudieran borrar el testimonio del enlace con Kaminuma.
Deseaba tener una relación con su querido Alfa. Algo estable. Una familia.

"Dijiste que no me mordió bien..."

Kurose sonrió: "Vale la pena intentarlo."

En la cama donde estaban las pertenencias de Kurose, comenzó a disfrutar de la alegría de ser
atacado por ese hombre. Y pensando en la situación que le esperaba, Goshoku estaba más
entusiasmado que nunca.
Chapter 28

Goshoku estaba a punto de perderse en un hambre que nunca antes había sentido.

Kurose tenía habilidades que un Alfa ordinario no poseía, como hacer que el celo de un Omega
viniera de manera inesperada o, a su vez, de un modo terriblemente intenso. Tal vez, actuando así
podía sobrescribir la marca de enlace. Sin embargo, el deseo que brotaba de los dos era tan
poderoso que tuvo miedo de herirlo.

"Espera..."

Estaba completamente lleno de sus feromonas.

El fluido corporal que rebosaba en sus nalgas había mojado su ropa interior de tal manera, que ya
hasta estaban manchadas también las sábanas...

"¿Es doloroso, mi amor?"

Cuando preguntó, Goshoku negó con la cabeza en un segundo. El sexo con otro que no fuera su
enlace debía ser doloroso pero, ahora no se estaba produciendo náuseas ni dolores de cabeza ni
mucho menos unas terribles ganas de irse de allí. Por el contrario, era como si un profundo placer
sin precedentes estuviera envolviendo a Goshoku desde la cabeza. Incluso aunque a Kurose aún no
le llegaba el celo.

"Borra su marca... Por favor. Quítala de mí..."

Había estado esperando por esto durante mucho tiempo . Estaba buscando a Kurose en cada parte
porque quería, extrañaba y deseaba ser solamente de su Alfa. Estaba encantado de que lo abrazara
pero también se estaba preocupando de lo que podía pasar ahora que todavía era el enlace de
Kaminuma.

"¿Qué tal está?

"Bien, está bien..."

Su corazón tembló. Deseaba que se apurara porque de verdad quería tomar a Kurose dentro de él y
saborearlo en la parte posterior de su estómago. Era un requerimiento silencioso pero que Kurose
sabía tan perfectamente bien como si lo hubiese susurrado a su oído. Incluso comenzó a desnudarlo
sin pedir permiso.

"Ah... Espera, espera por favor."

El cuerpo de Goshoku pareció sexualmente inmaduro, se podía decir que hasta era como el de un
adolescente. Comparado con eso, el de Kurose era complejo.

Goshoku miró a Kurose desde abajo, observando la manera en la que montaba sobre él, y
recorriendo mientras tanto sus músculos abdominales con los dedos. Su torso tenía el encanto de
una persona madura y las líneas de sus músculos empezaban a hacerle sentir envidia de lo
artísticas que eran. Es decir, definitivamente había un encanto viviente que estimulaba la parte
animal que tenía dentro.

"Iida..."
"..."

Por primera vez, fue llamado por su nombre de pila. Goshoku se llevó la mano a la boca.

"¿Cómo...?"

No sabía que podía ponerse tan débil solo con escucharlo decirle así.

Después de eso, el área alrededor de su areola fue estimulada con las yemas de sus dedos hasta un
punto en que sus pezones se pusieron en alto. Y aunque todavía era su cuerpo, llegó un momento
en el que sintió que ciertamente ya no parecía hacerle caso. Kurose tenía el control y él
reaccionaba según su voluntad.

"Hmm... Ah..."

Sus dientes estaban clavados en su cuello y después, besó tras beso, descubrió que sus labios ahora
se estaban moviendo hasta detenerse en su clavícula. Sin embargo, en todo este tiempo, las
protuberancias irritadas de sus pezones estaban todavía bien sujetas por sus dedos.

" Hmm ..."

Cuando lo succionó, su espalda entonces dibujó un arco perfecto.

Ya le había dado lo que quería, pero su cuerpo estaba tan codicioso en ese momento que
simplemente deseaba más.

Quiero que toques, que me aprietes, que me penetres. Lo pensó, pero no lo dijo. Sin embargo,
Kurose acarició sus costillas como si hubiera adivinado lo que quería aunque no lo transformó en
una voz.

"¡Ah!"

Cuando lo mordió, entonces gritó con una voz que todavía no conocía. De verdad no podía creer
que tuviera una tono tan desesperado cuando le hacían el amor, pero era evidente que lo que
escuchó era una realidad. Trató de apretar su mano contra sus labios para no volver a hacerlo.

"Espera... Estoy avergonzado".

Kurose lo acostó y comenzó a acariciar la placa de su pecho con toda la palma de su mano. Luego,
mientras estaba acomodando las caderas entre sus piernas para comenzar con la penetración,
empezó a transmitir una majestuosidad que ni siquiera se sintió capaz de poder ver sin sonrojarse.
Además, ciertamente era bochornoso que cada reacción que mostraba su cuerpo pareciera expresar
sus sentimientos más honestamente de lo que lo haría al hablar.

"Ah..."

Al voltearlo, la lluvia de besos que cayó sobre su espalda hizo que su cuerpo se sacudiera otra vez.
Era muy probable que se estuviera perdiendo desde que comenzó y, aún así, si además lo
acariciaba y le besaba la nuca como si quisiera comérsela, comenzaba a sentir una fiebre que le
nublaba la visión.

Concentró su conciencia en él...

"Muerde mi nuca... Muérdeme , Kurose."


Su voz parecía suplicante.

La marca de la mordida comenzó a ser recorrida con la punta de sus labios...

"¡Ah! Ah, ah..."

"¿Quieres que lo haga, mi amor?"

"Hmmm..."

"¿Quieres que sea tu compañero?"

"¡Sí!"

Y entonces, sus dientes le pellizcaron el cuello con fuerza. El dolor fue tan intenso que sintió que
le había perforado la piel y que, en lugar de la dentadura que ya le conocía, tenía unos terribles
colmillos afilados de animal. Más aún cuando Kurose estaba gimiendo como una bestia.

"¡Ah, ah, ah, ah!"

Cuanto más iba estimulando su feromona, más podía ver el cambio que ocasionaba en el Alfa.

"Tu olor es... Intenso. Ah, joder. Es tan delicioso..."

Mirando hacia atrás, incluso notó que sus ojos se estaban pintando de rojo y que la saliva no dejaba
de gotearle por la cara. ¿Se sobrescribió la marca de enlace? No podía creerlo pero, solo podía
pensar que sí ahora que su feromona estaba actuando tan intensamente sobre su compañero. Lo
estaba haciendo atacar como un animal feroz, igual que cuando se abrazaron por primera vez en
plena calle.

"Ah..."

Un dulce suspiro salió de su boca. Como la perfecta combinación de tener alegría física y alegría
mental.

Ojalá fuera verdad y el enlace con Kaminuma ya estuviera resuelto. Sonaba imposible, pero lo
deseaba con cada una de sus ganas. En realidad, los dos estaban frustrados por esto, desesperados
por pertenecerse el uno al otro y acelerados por las feromonas que salían hasta perderse en el aire.
Tal vez, un S realmente era una existencia muy especial.

"Iida, ah, Iida..."

Kurose tomó su pene y lo frotó contra su muslo. Era más grande que cuando lo vio por primera vez,
estaba dura como una espada y goteaba de su punta como la saliva de un tigre frente a su presa. Por
supuesto que tanto la longitud como el grosor estaban más allá de la imaginación de Goshoku.

"Voy a entrar...."

Fue aterrador pensar que lo rompería. Sin embargo, al mismo tiempo que imaginaba eso...
Ciertamente deseaba que lo hiciera de una vez.

"Lo quiero, lo quiero, lo quiero, Kurose..."

Sus manos le tocaron la espalda. Hizo un ruido húmedo con la boca y luego, el trasero de Goshoku
se tragó un dedo de Kurose con mucha facilidad.
"Respira, solo respira mi amor..."

"Ah, Kurose... Más..."

"Es tan suave… Está caliente en todas partes."

Era aterrador. Pero incluso si este cuerpo se rompía con su pene, definitivamente deseaba que lo
pusiera dentro de él. Deseaba ser empujado y balanceado por dentro una vez y otra vez y, cuando
se dio cuenta de esto, pensó que también se había convertido en un animal.

"Rápido..."

Goshoku levantó su trasero y lo movió frente a él.

Su pene entró.

Y definitivamente no podía creer que estuviera sosteniendo algo tan grande con los músculos del
ano.

"¡Aaaaaah! ¡Ah, por...!"

Kurose era suyo. Su compañero. Su propio S alfa y su amante también. Suyo para siempre. Suyo
incluso a pesar del maldito de su hermano.

"Ah, ah. Es increíble. Ah, Kurose, Kurose..."

Fue abrazado y penetrado dentro de su nido. Y la bestia que lo empujaba hacia abajo era tan
querida por él, que hasta pareció no importarle que lo estuviera destruyendo todo.

¿Era este el celo completo de un S Omega?

Era tan bueno, que incluso pensó que Dios les arrojaría un rayo por disfrutar tan placenteramente
de un tipo de dicha que solo se volvía más intenso cada vez. Además, todo lo que podía escuchar
era la respiración áspera de Kurose y su voz diciendo: "Iida, Iida..."

"Aquí estoy... Ah, aquí estoy mi amor."

Y al momento siguiente, sintió una oleada terrible de calor en la espalda. No desapareció de


inmediato, sino que mojó el interior de Goshoku hasta desparramarse entre sus piernas.

"Ah, ah, ah, ah, ah..."

Kurose siguió vertiendo su semen mientras decía: "Te amo." Y al momento final, antes de
desmayarse, escuchó a Kurose gemir su nombre una última vez. Quería decirle que también lo
amaba, pero la palabra desapareció bajo los labios de Kurose antes de convertirse en una oración.
Chapter 29

Estaban rodeados de un increíble silencio.

Mientras permanecían acostados en la cama, abrazados el uno contra el otro, Goshoku miraba en
silencio las cosas que estaban todavía esparcidas a lo largo del colchón. La ropa que robó y los
artículos que coleccionó de Kurose mientras él estaba fuera todavía estaban dando vueltas por las
sábanas así que definitivamente no parecía un lugar adecuado para dormir. Además, su nuca se
sentía con la piel estirada, como una prueba de lo que habían hecho intentando borrar la marca
del enlace de su hermano, pero no tenía nada de dolor. Todo estaba bien, como si estuviera
conectado con la persona adecuada finalmente.

"Mi feromona funcionó contigo, ¿Verdad?"

"Sí, te lo dije. Fue intenso."

Tocó la parte de atrás de su cuello para sentir la marca dejada por Kurose.

La sensación al momento de remarcarla fue completamente diferente porque, los rasguños que
parecían haber sido formados a la fuerza se habían convertido ahora en algo con una silueta
increíblemente hermosa. No era un desgarre, sino, unos surcos perfectos. Y tener el perfil de sus
dientes en su piel, tan claros como para poder apreciarlos con los dedos, le hizo reír con la
impresión de que era real que lo había mordido.

"¿Qué pasa?"

"No... Es que me sentí como una manzana".

"Jajaja no lo había pensado así. Es la primera vez que dejo mi marca en alguien. También es
la primera vez que tengo sexo."

Goshoku levantó lentamente la cara y miró hacia atrás. Luego, dejó que lo abrazaran por la espalda
mientras sentía la temperatura de Kurose directamente en sus orejas. Era un momento tan tranquilo
que no podía ni creer que hace algunas semanas, otra persona lo hubiese tomado tan terriblemente
para violarlo. Era como si ya nada existiera más que ellos.

Goshoku recordó entonces cuando conoció a Kurose en la farmacia. En el momento en que lo vio,
se dio cuenta de que era un S porque sintió algo caliente en la parte posterior de su estómago. Sin
embargo, más que estar confundido, estaba profundamente atraído por el hombre desde alguna
parte. Y no quería volver a verlo porque tenía la sensación de que su tranquila vida diaria sería
destruida para siempre. Una vida cotidiana que no tenía nada que ver con el romance y en la que
acabaría como un abuelo jubilado según palabras de Yanai. Pensó que no lo necesitaba. Pero ahora,
la verdad era que se alegraba de no haber dudado en hablar con él porque... Lo sentía como una
existencia conmovedora. Quería agradecerle por estar allí.

"¿Sabes? Me sentí... Atraído por ti desde el principio".

"Somos una pareja destinada después de todo..."

Una pareja destinada era, como decía el nombre, cuando pensaban que estabas destinado a
enamorarte a primera vista de la otra persona. Una cosa rara. También se decía que era una
leyenda urbana que había sido modificada según la zona y otros la tachaban de una simple
"historia de amor".

En ese momento, de repente notó algo que había dicho. Quitó lentamente el brazo que estaba
alrededor de él, y entonces se levantó para mirar a Kurose. El hombre, desnudo y sudoroso, era
todavía más sexy que cuando vestía uniforme militar. Mil veces más. El flequillo que se le pegaba a
la frente era encantador y esa apariencia de estar agotado lo volvía loco.

Era un hombre perfecto...

"¿Qué? ¿Qué estás mirando? "

"No, nada. Es solo que... Tal vez te escuché mal."

Recordó que, cuando descubrió que Kusumi era un traidor, Kaminuma dijo algo sobre su hermano
que le llamó la atención: "No tiene la experiencia. Ha rechazado toda relación sexual con
Omegas. No está interesado en el romance o el sexo." Es decir, era algo muy claro pero, no lo
conectó en ese momento. No podía creer que Kurose fuera... Virgen.

"... Es probable que un niño tuyo... Quiero decir, si tenemos un bebé sería Alfa, ¿Verdad?"

"¿Quieres un hijo S-Alfa?"

Goshoku negó con la cabeza.

"Yo estaba pensando que... Que seguramente algunos padres vinieron a pedirte que tuvieras
a sus hijos ¿No? Por dinero."

"¿Qué dices? ¿Sexo con fines de reproducción? Yo no hago eso."

Goshoku sabía que no, pero sus palabras igual habían sido muy sorprendentes.

"Es que no puedo creer lo que dijiste. Esa vez... ¿Fue tu primera vez cuando estuviste en el
callejón allí conmigo?"

"Sí. ¿Es malo?"

Las palabras que vinieron a su mente negaron por completo la pregunta de Kurose. ¡Era super
vergonzoso otra vez!

"Era tu primera vez..."

Goshoku se rió del sex-appeal de Kurose. ¿Cómo alguien que actuaba así, QUE SE MOVÍA
ASÍ, podía decir tan libremente que era virgen?

"Es que no me lo creo..."

"Tú actúas muy torpe siempre que nos acostamos."

Se sonrojó. Si Kurose era virgen, entonces él era el rey.

"Pero está bien, mi amor. Es bueno ganar experiencia el uno con el otro. Además, la tasa de
embarazo es mala."

Goshoku puso la mano sobre su estómago y lo miró.


"Pero es posible ¿Verdad? Además, si los niños tienen un hermano o hermana menor, se
volverán completamente locos. Y ya sabes lo que dicen, los ayuda a tener una mayor
responsabilidad".

"Tienes razón."

"¿Qué te gustaría que fuera?"

"Alfa u Omega, puede ser cualquier cosa. Un Beta está bien para mí porque después de todo,
es mi hijo. No me importa."

"Kurose..."

Era esta palabra la que quería escuchar desde el principio.

Perdió su lugar y se escapó de casa debido a las palabras de sus padres... Pero ahora finalmente
había encontrado un sitio que se sentía seguro. Una familia.

"Vamos a dormir un poco más ¿Está bien?"

Sus brazos estaban estirados así que Goshoku saltó obedientemente entre ellos para ser abrazado y
envuelto en la temperatura corporal de Kurose. Sintió, por primera vez, la felicidad de estar
cansado.
Chapter 30

Estaban al aire libre.

Goshoku permanecía sentado en la hierba, observando las nubes que se movían lentamente en el
cielo, escuchando el canto de los pájaros y el susurro de los árboles que eran mecidos por el
viento.

"Mami. Oye, mami. ¿Puedo cargar a Aki -chan".

"No. Acaba de quedarse dormido. Esperemos un poquito más".

Meg miró dentro de la canasta, la que compraron para mantener a salvo al nuevo bebé cuando
estuvieran en el jardín. En el interior, el recién nacido e hijo de Kurose y Goshoku, estaba
durmiendo con la mano en su boquita.

"Es lindísimo. Mira, sus mejillas son tan, tan suaves".

"¡Yo también quiero tocar al bebé!"

"Está suavecito de verdad".

Los niños miraron en la canasta, tomando turnos y hablando sobre lo bonito que era, lo lindo que
olía y lo emocionados que estaban por tenerlo finalmente en la casa.

"¡Papá! ¿No quieres tocarlo también?"

Cuando Maruo hizo señas en su dirección, Kurose finalmente se inclinó hacia adelante. Entrecerró
los ojos y tocó suavemente las lindas mejillas de su niño. El cariño se transmitía claramente desde
sus manos.

"Es lindo. Recuerdo que ustedes estaban tan pequeñitos como él cuando nacieron."

"¿En serio?"

"Sí. Han crecido muchísimo. No lo hagan demasiado rápido porque todavía quiero vivir con
todos por un tiempo más".

"¡Quiero vivir con papi para siempre!"

Goshoku sonrió ante la apariencia de su esposo, abrazando a Meg y acariciando lentamente su


espaldita. Luego, los otros niños también abrazaron a Kurose uno tras otro hasta tenerlo todo
cubierto en una gran pirámide humana.

Se podía decir que el hombre había cambiado mucho en el último año. Sus emociones estaban un
poco más expuestas de lo que solían estar, especialmente cuando estaba con sus niños o
conviviendo con Goshoku. Ahora, colocaba una expresión suave cada vez que se ponía a hablar y
sonreía todo el tiempo. Lo único que no cambió, fue el evidente amor por su familia.
De hecho, ahora se habían casado y todos, Yuuki y sus hermanos, fueron adoptados oficialmente.
Parecía que habían luchado mucho para conseguir la custodia e incluso en el último mes, Kurose
estaba tan metido en esto que llegó tarde al momento de su parto. Aunque también estaba
relacionado con el hecho de que el juicio de Kaminuma aún continuaba, incluso un año después.
Los militares estaban reformando la organización internamente y Kurose estaba trabajando para
desarrollar una nueva ley mientras el gobierno consideraba enmendar sus faltas, diciendo que la
intervención militar con respecto a los Omega iba a revisarse a profundidad. Había pasado
alrededor de una semana desde que finalmente todo se calmó y el niño llegó del hospital.

"Oye, papi. Quiero más hermanos".

"Pregúntale a mamá. Papá está de acuerdo, pero convencer a mamá es mucho más difícil".

Las palabras atrajeron todos los ojos de los niños directo a Goshoku. Y si lo miraban, con las
caritas brillantes y llenas de expectativas, no podía decir que no.

"Yo digo que está bien, todavía hay espacio para crecer en esta casa".

Mientras observaba como los niños se volvían considerablemente más felices debido a su promesa,
Kurose acercó los labios a su oreja y susurró:

"¿Entonces está bien intentarlo de nuevo?"

Goshoku miró a Kurose antes de sonreír.

"¿Qué tal... Si tenemos solamente dos más?"

Después de todo, realmente deseaba volver a dar a luz a sus hijos. Cinco más si era posible. Y
mirando los labios que se acercaban hacía Goshoku de nuevo, pareció no tener más remedio que
cerrar los ojos y asentir.

"¿Qué dices?"

"Perfecto..."

"Hmm…"

Se filtró una dulce voz de sus labios. Y aunque los niños todavía estaban allí, encontró que el hecho
de que vieran el amor que se tenían ellos, como sus padres, también era estupendo para su crianza.
Era adecuado saber cuánto se amaban y cuánto amaban a sus pequeños también.

Se abrazaron, se rieron, y entonces "chu, chu" Comenzaron a intercambiar besos de piquito.

"Chu."

De repente, se dieron cuenta de que unas pequeñas manitas estaban jalando sus mangas hacía
abajo.

"¿Qué pasó?"

"Mamá quiere muchos hijos?"

"Si son tan lindos como ustedes, entonces por supuesto que sí."

Los niños, abrazándole uno tras otro, comenzaron a darle tantos besos mojados que Goshoku se rió
en voz alta.

El cielo, que se extendía frente a sus ojos, era tan hermoso que pensó que deseaba verlo para
siempre. Parecía implicar un futuro brillante para la familia, y por primera vez en mucho tiempo,
Goshoku se sintió lleno.

Final del tomo 1.


Nos vemos en el tomo 2.
Tomo 2.

Había luz y un hermoso color verde.

La risa de los niños estaba resonando mucho más que el sonido del viento y además, el canto de
los pájaros parecía hacer todo muchísimo más lindo y perfecto. Como si todo estuviera encajando
por fin.

"¡Oigan, escuchen chicos!"

Goshoku, con una manguera en la mano, estaba desesperado por perseguir a los niños que corrían
en pequeños circulitos por entre las flores. El jardín, que estaba lleno de risas, también estaba
cubierto de hierba exuberante y un montón de pequeños capullos verdes. El hombre tenía unos
pantalones cortos hasta las rodillas y camisetas de manga larga. De hecho, aunque tenía músculos
definidos, su cuerpo era lo suficientemente esbelto como para no verse tan apretado como el de su
esposo. La grasa originalmente baja se volvió menor porque estaba persiguiendo a los niños a
diario y las calorías se le estaban consumiendo sin importar si comía mucho o no. Ahora, podía
decir sin mentir que su cuerpo parecía más bien el de un adolescente que el de un hombre adulto.
Sin embargo, después de estar toda la noche ahogándose en sexo, ahora tenía un olor provocativo
que solo los mayores notaban. Algo muy parecido a la fruta madura, un leve olor dulce.

Y solo un hombre podía despertar fácilmente ese placer que dormía en su vientre.

"¡Maruo, si quieres comer, ayúdame con tus hermanos!"

"Sí. ¡Voy por todos!"

Goshoku, que seguía mojando a todos con su manguera, notó como Meg estaba mirando dentro de
la canasta del nuevo bebé. En realidad, no dejaba de presionar la boquita en su cabeza.

"¡Aki dice que también quiere jugar!"

"Pero Aki todavía no puede hablar."

"Si puede ¡Yo lo entiendo! ¡De verdad!"

"Mira nada más, tu peluche está todo mojado. Si no lo secas, lo atrapará un resfriado. "

Goshoku se sintió como un niño después de decir eso y se rió en voz alta.

"De acuerdo, mami."

"Y tú también estás empapada. Que horror."

"Chu", besó la parte superior de la cabeza de Meg. Del cabello que llevaba atado con dos colitas,
había un ligero olor a sudor particular en los niños. Nunca pensó que estaría tan feliz de oler esto
todos los días.

"¿Qué hay de Al y Taki?"

"¡Están allí!"
"¡Maruo! ¡Vamos a buscarlos juntos!"

"Sí, mamá. Vamos, vamos."

Los ojos de Goshoku, que estaban observando a sus dos niños, se estaban haciendo cada vez más
delgados debido al sol. Su mirada a menudo se describía como "de hielo" por los clientes de la
farmacia pero, las sonrisas inocentes de los pequeñitos y la presencia de su esposo, sacaron a
Goshoku de ese mundo del "cero absoluto".

"¡Aki dijo que yo soy el líder! Y el jefe dice que hay que recoger todos los juguetes."

La apariencia de responder con un pequeño balbuceo era muy tierna. Y Yuki, quien demostraba
su poder como el próximo "hombre de la casa' cuando asumía el liderazgo total de la situación,
llamó a Goshoku para que lo ayudara a controlarlos. Además, a él lo llamaba "La mujer de papá"
cuando lo conoció por primera vez por lo que podía decir que su parte descarada seguía estando
allí.

"¡Hay que meter a Aki a casa!"

"¡Vamos bebé! ¡Vamos bebé!"

Meg casi se metió a la canasta con su hermano. En particular, la niña parecía amar tanto al bebé
que verificaba su condición todo el tiempo.

"Papá ya va a llegar. ¡Adentro todos! Pueden jugar con Aki más tarde".

Goshoku persiguió a los niños, que seguían corriendo, cambió la ropa de todos y le dio leche a su
bebé, quien se quejó de que tenía hambre. Esto por si solo era lo suficientemente agotador como
para dejarlo muerto pero, después de eso, había otro gran trabajo que tenía que cumplir:

"¡Voy a hacer arroz para mis niños hambrientos!"

"¿Papá no ha vuelto todavía?"

"Bueno, posiblemente no ha terminado el trabajo. Pero ya casi. Ya es su hora de volver".

Ellos asintieron obedientemente.

"Voy a hacer tortillas de huevo."

La sala se llenó de voces alegres que decían "Sí" y "Me encanta la tortilla de huevo." Les
gustaba que le pusiera ketchup y que estuviera muy esponjoso y amarillo para poderlo morder.

"¡Mamá, Aki se hizo pipí!"

"Huele feo, ¡Tal vez sea popó!"

"¡Ya voy! Oye, Maruo... ¿Puedes traer un pañal de reemplazo. Meg, ve por una bolsa de
plástico por favor".

Todavía no encontraba el modo fácil de cuidar de seis niños y un bebé. Era como si el trabajo
viniera sin detenerse.

Y así, después de cambiar pañales, Kurose regresó:


"¡Oh, papá! ¡Bienvenido de nuevo!"

La voz de Meg se escuchó por toda la casa en el momento en que Kurose comenzaba a rodearse de
niños pequeños que le pedían que los cargara. Kurose tenía una cara dura, pero su actitud
últimamente estaba llena de cariño.

"Bienvenido de nuevo. ¿Cómo estuvo tu trabajo?"

"No fue la gran cosa."

Kurose, quien en realidad estaba de vacaciones, salió de la mansión debido a una repentina llamada
del ejército pasadas las cuatro de la mañana. Probablemente era una mentira que no fuera la gran
cosa, pero no se atrevía a preguntar.

"Papá, vamos a comer tortilla de huevo"

"Que rico. Es el favorito de Maruo ¿No?"

"¡Así es!"

"Que bueno que ya estás de buen humor otra vez. Parecías enojado".

La expresión facial de Kurose, que no había cambiado mucho, se volvió bastante legible cuando
estaba junto a él. Además, la relación entre los dos evolucionaba tanto que estaba completamente
seguro de lo profunda y fuerte que ya era. Tanto como para saber como estaban con solo un
vistazo.

Kurose miró al bebé, quien decía "Uh" y "Ah", mientras estaba todavía acostadito en la cuna que
le habían acomodado en la sala de estar. Sonrió y se acercó para darle un enorme beso:

"Ustedes me ponen de buen humor."

"Entonces cámbiate de ropa pronto. Tu uniforme se ensuciará".

"Eso haré. Te ayudaré en cuanto vuelva".

No fue sencillo decirlo porque le encantaba como se veía en su uniforme. Pero la verdad era que
lavar ese uniforme era difícil.

Goshoku, que nunca había experimentado un celo, conoció a Kurose y despertó la sangre del
Omega que estaba oculta dentro de él. Para ser más específicos, la sangre del raro S Omega.
Nunca olvidaría el susto de esa época, el hambre que experimentó por primera vez con él y la
vergüenza que estaba subiendo por su cuerpo al descubrir que podía aceptar a cualquier hombre
independientemente de su voluntad. Recientemente aprendió que las feromonas de Kurose le
llegaban a la cabeza más que al cuerpo. Algo que ni siquiera su hermano había logrado hacer.

Antes de que pudiera apartar la mirada de su esposo, su espalda desapareció más allá del pasillo.
Le sorprendió cuánto tiempo había estado perdido en él, pero no podía decir que se arrepintiera.

"Oye, mami, quiero tortilla."

En respuesta a la queja de Maruo, volvió a la realidad y fue directo al refrigerador. Ordenó los
ingredientes y comenzó a hacer un montón de tortillitas de huevo. Después de todo, eran 6 niños
más 2 adultos.
Al cortar el pollo, Kurose entró finalmente en la cocina. Llevaba una camisa blanca de cuello
abierto y un pantalón negro porque, de por si, la ropa de civil que siempre utilizaba era sencilla y
de un material muy suave. ¿Pero cuántas veces hizo que se le acelerara el corazón? Incluso ahora
que era su compañero, no cambiaba para nada.

"¿Qué debo hacer?"

El interior de sus brazos, visto desde las mangas que tenía enrolladas, era extrañamente masculino.
Se regañó a si mismo para dejar de ver.

"Entonces, corta la cebolla".

"¿Esta?"

Surgió su yo que era travieso y Kurose empujó la cebolla cerca de su nariz para verlo derramar
lágrimas. Goshoku se rió.

"¡No seas idiota!"

"Uy, esa es una mala palabra."

"Jajaja, Kurose."

Los niños se asomaron por detrás del respaldo del sillón como si fueran suricatas.

"¿Debería cortar todo esto?"

"Pero más pequeño."

La realidad era que Kurose era torpe en la cocina. Estaba mirando de reojo mientras cortaba el
pollo en trozos pequeños, pero luego las arrugas entre sus cejas se hicieron cada vez más
profundas. ¿Por qué tenía esa expresión tan complicada? Era cierto que la piel exterior de las
cebollas era fina y difícil de quitar, pero ¿Por qué parecía concentrarse tanto en eso?

Cuando la cebolla finalmente estuvo desnuda, comenzó a cortarla en pedazos, pero estaba mal.
Mientras lo observaba, se frustró tanto que terminó por extender la mano.

"No. Si lo aprietas, se deshará. Con el cuchillo... Así".

"Ya".

"Lo hiciste una vez antes ¿Por qué parece que lo olvidaste?"

Pero mientras le enseñaba los conceptos básicos de cortar, sus ojos se empaparon. ¿Por qué él
estaba llorando y Kurose estaba tranquilo? ¿Por qué no lloraba?

"No deberías llorar fuera de la cama."

Su voz estaba lejos de ser un dulce susurro, por el contrario, se hizo eco en toda la habitación.

"¿Por qué estás bien y yo lloro?"

"Tal vez es por mi constitución."

Ciertamente tenía una constitución envidiable. Un perfil varonil que parecía manejarlo todo a la
perfección. Especialmente la línea dura desde el hueso de su clavícula hasta su barbilla.
Mientras lo estaba mirando, se volvió extrañamente incómodo así que decidió olvidarse de eso
limpiando sus lágrimas con papel de cocina. Sin embargo, la cebolla seguía picando fuerte.

"¡Mamá, haz lo mejor que puedas!"

El apoyo de los niños era conmovedor, pero las lágrimas se desbordaron y no pudieron detenerse.

"Por favor, no llores. Mira, yo también lo cortaré."

Después de todo, era un trabajo de dos personas. Picó y picó y comenzó entonces a freír el
producto terminado en una sartén con mantequilla derretida. Agregó el pollo y cocinó de nuevo.
Luego puso pimientos picados y champiñones enlatados, y cuando lo revolvió, las lágrimas
finalmente se detuvieron. Sin embargo, ver a Kurose, serio, sin moquear, le hizo sentir rencor.
Aunque decía que no, parecía que era perfecto.

Maldito.

"¿Finalmente dejaste de llorar?"

"No lloré."

"¿Sigues llorando?"

"No lloré."

"Entonces no deberías tener los ojos rojos."

Ver a Kurose ponerse juguetón y bromista, era increíblemente bonito. Después de todo, el hombre
había crecido con una importante falta de afecto desde que era menor.

"Bueno, señor Kurose, vamos con esto."

Separó los ingredientes, agregó arroz frío y comenzó a freír cada uno por separado. Sin embargo,
una gran cantidad de granos de arroz parecieron quedar esparcidos alrededor de la sartén de
Kurose, quien decía constantemente que en definitiva no debería estar a cargo de eso.

"¡Mamá, no te olvides del elote!"

" Maruo , eso es cierto".

Agregó granitos de elote, abundante salsa de tomate y luego se hizo cargo del sartén de Kurose. No
sabía qué podía pasar si se lo dejaba por más tiempo.

Mientras observaba las manos de su esposo, agregó un poco de todas las especias y lo preparó
hasta hacer un arroz con pollo rojo. Lo único que tenía que hacer a continuación era ponerlo en un
plato, ponerle la tortilla hervida y presentarlo.

"Tú pones el arroz en un plato, yo hago el huevo."

"¿Este es el molde?"

"Sí, así es..."

Agregó un poco de leche al huevo batido y dejó que se resbalara en el bol. Puso el sartén con
mantequilla derretida y un huevo. Mezcló y moldeó la forma poco a poco. Estaba un poco
distorsionado, pero no le importan mucho los detalles. Pensaba que tales cosas se compensaban
con el agradable aroma y el sabor.

"¡Niños, está hecho!"

Cuando terminaron, llevaron la comida finalmente a la mesa.

El bebé estaba durmiendo con una cara muy tranquila, probablemente debido a la risa de sus
hermanos. Acomodaron a los pequeños en la mesa y unieron las manos diciendo "Gracias por la
comida". Miró alrededor de los niños porque estaba esperando una reacción.

"¡Mami escribió Meg en mi tortilla!"

"Aquí dice Maruo"

"¡Se ve muy rico!".

Los niños que pusieron el cuchillo en el huevo, tenían los ojitos completamente brillantes.
Abrieron la boca y empezaron a comer hasta que el comedor se llenó de sonrisas.

"Esto lo hizo papá."

"¿Cómo lo sabes?"

"Porque tiene una forma fea."

"Está bien. Si tienes hambre, todos son iguales".

Goshoku se rió.

A la cebolla y al ketchup se le añadió el dulzor de los granos de elote, convirtiéndolo todo en un


comida apta para los niños. Además, su esposo también estaba comiendo satisfactoriamente.

Kurose había hecho un desastre. La cocina estaba llena de arroz derramado, sartenes y tazones sin
lavar, pero el arroz con tortilla de huevo que todos comieron era lo suficientemente delicioso como
para olvidarse de eso.
Chapter 32

Como había tratado con niños durante todo el día, su fuerza física se había exprimido hasta llegar
al límite. Pensaba ponerse su pijama e irse a la cama de inmediato, pero fue evidente que Kurose
no lo iba a poner a dormir tan fácilmente aún así. Por supuesto, cansado y todo, Goshoku podía
decir que también tenía el mismo deseo en la parte posterior de su estómago. Había fingido estar
tranquilo, como si no se diera cuenta de lo excitado que estaba, pero sabía que era algo que se
revelaría de todos modos.

Goshoku confirmó que su pequeño estuviera durmiendo mediante el monitor de bebé y de


inmediato soltó un suspiro impresionante. Gracias a que sus seis hermanos hicieron todo lo posible
para entretenerlo, parecía que se le había ido la energía tanto como a él.

"Menos mal."

En ese momento, Kurose, vestido con una bata de baño, entró en la habitación para comenzar a
acomodarse. Vertió agua de su jarra en una taza de café y bebió aproximadamente la mitad de una
vez. Su manzana de Adán, que sobresalía en todo momento, se movió hacia arriba y hacia abajo
hasta hacerlo pensar que era obsceno. Era la primera vez que veía una garganta tan sexy.
Como era de esperar, ya no utilizaban honoríficos ahora que estaban casados, pero Goshoku, que
aún no sabía cómo llamarlo, solo le decía Kurose y ponía palabras muy sencillas en lugar de las
románticas que esperaba:

"¿Qué pasó en el ejército?"

"Pues... Estuvo un poco complicado."

No quería crear una atmósfera perturbadora frente a los niños, así que no le preguntó a la hora de
comer. Pero podía imaginar que no era bueno por su expresión.

"¿No me puedes decir?"

"Hay mucha incertidumbre."

Fue una palabra muy corta así que, para ser honesto, se sentía un poco inútil en momentos como
estos. Ya eran esposos así que deberían poder compartirlo todo. Y tal vez fuera por las reglas
militares o por su propia experiencia pero, cuando veía a Kurose sosteniendo todo el trabajo, se
daba cuenta de su impotencia. Era como si siguiera haciendo que su esposo, un S Alfa, continuara
como una existencia solitaria. ¿Solo era él quién deseaba ser un equipo?

"¿El niño?"

"Está bien, está durmiendo."

Kurose deslizó su cuerpo contra la cama y de repente presionó sus labios en la cabeza de Goshoku.
Con solo eso, su cuerpo pareció comenzar a dolerle.

Había un segundo sexo en este mundo. Se clasificaban en alfa, beta y omega, y tenían una
distribución poblacional tipo diamante. Un Beta representaba alrededor del 70% del mundo y un
Omega tenía solo alrededor del 10%. Sin embargo, a pesar de su rareza, tenían un estatus social
bajo y una gran desventaja para vivir una vida social. Además, llevaban un fenómeno fisiológico
llamado "celo" que ocurría una vez cada uno a tres meses y que provocaba seducir a un Alfa. Por
supuesto, era un comportamiento meramente reproductivo que a veces sacaba a relucir la violencia
de un Alfa. El propio Omega también sufría de una lujuria intensa, por lo que era necesario
suprimir el celo utilizando un cóctel de medicamentos. Claro, aunque también había cuestiones de
derechos humanos la gente era insensible a estos acontecimientos.

Se podía decir que la razón por la que varios problemas se habían acumulado hasta volverse tan
intensos se debía a que el número de omegas era abrumadoramente pequeño. El mundo era
básicamente un sistema hecho a la medida de la mayoría de las personas, y la minoría entonces
contaba con una estructura difícil para vivir. Sin embargo, aunque los Alfas también eran una
minoría, la ley no se aplicaba para ellos. Es más, hasta se decía que eran una élite natural. Eran
solo alrededor del 20% de la población, pero estaban bendecidos con excelentes habilidades en
coeficiente intelectual, ejercicio, temperamento y todo lo demás. Por ese motivo, muchos de ellos
eran médicos, abogados, políticos y también estaban demostrando su poderío en el campo de la
investigación. Había una realidad de que muchas de las personas que dieron un gran paso en la
sociedad, eran Alfas pero, entre ellos, un S Alfa era el más fuerte. Es decir, tenían especificaciones
que eran incomparables con los alfa ordinarios. Normalmente, un Alfa caía en un estado de "celo"
en respuesta al de un Omega, pero solo los S Alfa podían controlar este estado por su propia
voluntad. Además, parecía que provocaban intencionalmente el celo de los Omegas que tenían
cerca.

Kurose era un S Alfa, y hubo un tiempo en que estuvo a cargo de cazar a los Omega debido a su
habilidad especial. Además, en el comportamiento reproductivo, aunque la tasa de implantación
era más baja de lo habitual, había muchas personas que querían usarlos para dar a luz a excelentes
"crías". ¿Era una travesura de Dios que dos personas en posiciones completamente diferentes se
conocieran y se enamoraran sin importar su segundo sexo?

"Hay una nueva organización. "Supremacía Alfa" se llama."

"¿Eh...?"

"Se hacen llamar " AAsA ". Se reúnen en una base secreta y tienen la creencia de que los
Alfa son la existencia absoluta."

Estaba intrigado, pero le preocupaba la posición de Kurose en cuanto a si estaba bien hablar de eso
o no.

"Es un problema para el ejército. Esos tipos se esconden aquí y allá. Sigo sus movimientos,
pero es difícil encontrarlos".

El ejército gestionaba el matrimonio de Alfas y Omegas. Si ocurría un incidente, estaban en


posición de tomar la iniciativa para resolverlo pero, como en todo, había movimientos que todavía
se les estaban yendo de las manos. Como violaciones de derechos humanos contra Omegas de alto
nivel causados por las autoridades centralizadas. Kaminuma, por ejemplo, un ejecutivo militar y
medio hermano de Kurose, trató de apoderarse de Goshoku para su propio interés. También se
descubrió que los ejecutivos habían tenido matrimonios beneficiosos a cambio de dinero y poder.
Se creó una organización externa para monitorear a los militares con el fin de que no se
descontrolaran pero, parecía que era bastante difícil seleccionar un buen personal para eso. Era
además, complicado cambiar el sistema rápidamente así que los militares todavía tenían muchas
cosas que corregir en este proceso.

"¿Kaminuma era miembro de "AAsA"?"

"No, es algo bastante diferente. Incluso si "AAsA" es similar en estructura a los militares,
parece un poco más... Macabro . Dicen que están unidos a favor de la patria."

El interior de su muslo fue acariciado por su mano, pero se dio cuenta de que Kurose estaba
completamente en llamas. Parecía que estaba tratando de reprimir sus sentimientos tanto como le
fuera posible, pero resultaba que sus esfuerzos apenas y habían tenido éxito. El hecho de que las
reformas militares y la investigación de "AAsA" no avanzara como se esperaba, estaba
ocasionando una influencia negativa que lo ponía de un horrible mal humor. Y era extraño porque,
cuando hacía eso... La verdad era que le parecía muy sexy. Incluso se sentía un tanto encantado
con su parte decidida y mala.

"Ah..."

El pene de Goshoku ya estaba tenso dentro de su ropa interior... Y aparentemente esto también se
estaba transmitiendo a Kurose perfectamente. El hombre agarró la parte superior de su miembro.

"Lo siento. Lo siento."

"¿Estás a punto de entrar en celo?"

"Pero… La… La medicina china del señor Takeda… Yo la estoy bebiendo todos los días así
que..."

Goshoku nunca tuvo celo hasta que conoció a Kurose, y recientemente su ciclo le llegaba con
bastante regularidad. Una vez al mes, para ser exactos. Por supuesto, aunque estos síntomas eran
relativamente cortos todavía estaba intentando suprimir el celo con medicina china.

"Además me hice un examen médico, pero..."

"Entonces, si no puedes contra esto por tu cuenta, yo voy a calmarte ..."

El gesto de Kurose de quitarse la bata le hizo sentir excitado.

El olor de su macho, escondido bajo su uniforme militar, era normalmente tan austero que ahora
que estaba descubierto para él no podía soportarlo.

"Por favor, hazlo pronto..."

"Supremacía Alfa" Las palabras que alimentaron su ansiedad pudieron haber llevado a una
descompensación completa de su cuerpo.

"Hazme sentir mejor. Estoy asustado."


Chapter 33

Una vez estando piel con la piel, una tormentosa pasión comenzó a desbordarse entre los dos
cuerpos.

Goshoku pareció estar completamente cautivado por el olor que desprendía inconscientemente
Kurose, por sus dedos y los labios que se pegaban constantemente contra su piel. Pero aunque tenía
curiosidad por esa nueva organización, el tal "AAsA", igual quería olvidarlo todo por ahora. En
lugar de preocuparse por el peligro de lo que podría pasar, ahora deseaba sentir al hombre que se
había vuelto su esposo.

Mientras lo abrazaba por detrás, vertió un suspiro caliente sus oídos:

"Tus feromonas son tan fuertes como la primera vez."

"Um..."

Se podría decir que Goshoku, estimulado por la existencia completa de Kurose, ahora estaba en un
celo perfecto. Con solo escuchar su voz, pareció ser absorbido por un placer que definitivamente
no podía quitarse ni con mil frascos de medicina china.

"Ah, tócame. Tócame más..."

La temperatura de su cuerpo se le elevó al sentir como el pene de su compañero presionaba


constantemente contra sus nalgas. Sus mejillas estaban calientes y su mandíbula no dejaba de
temblar.

"Te voy a dar la vuelta, cariño. Espera."

"¡Ah!"

Cuando finalmente estuvo acostado boca arriba y su rostro quedó enterrado en su cuello, su cabello
negro y brillante comenzó entonces a hacerle un montón de cosquillitas en su piel. Y el pelo de
Kurose, que generalmente le picaba en la espalda durante el sexo, ahora parecía estar estimulando
al mismo tiempo que lo hacía su lengua.

"Voy a chuparte ¿Bueno?"

"¡ Hmm !"

"¿Está bien, mi amor?"

La protuberancia en su pecho fue pellizcada con las yemas de sus dedos de tal forma que un grito
se escapó de la parte posterior de su garganta. Incluso si trataba de soportarlo mordiéndose la
mano, era tocado tan directamente por su boca y sus dientes que todos sus esfuerzos parecieron ser
en vano.

" Hmm ... Ah."

Aunque no quería parecer tan desesperado, era difícil aparentar cuando estaba envuelto en una
lengua tan suave y cuando su cuerpo se le doblaba tan fácil para atrás. Sus pezones se pusieron
rojos y tal vez, gracias al aumento de su propia temperatura, la areola se le hinchó hasta ponerse
gordo.

"Ah, ah, ah..

"¡ Aaaah !"

Y cuando se dio cuenta, sus muñecas fueron agarradas y presionadas contra la cama. Hubo un
sonido sordo de saliva y entonces las mejillas finalmente se le aflojaron. La mano derecha de
repente quedó libre, pero la única acción que tomó Goshoku a continuación fue apretar la cabeza
de Kurose entre sus dedos.

" Hmm , hmm ..."

Cuando peinó su cabello con las manos, entonces descubrió que estaba increíblemente empapado
de sudor. No podía creer que él había provocado esto en él.

"¡Hah...!"

Lo pellizcó con tanta fuerza que fruncido el ceño por el dolor. Aunque esto también fue suficiente
para alimentarle la lujuria.

Sus labios descendieron y sus manos se acomodaron en las manos de Kurose. Luego, como para
burlarse de él, entrelazó los dedos y lo arrastró para que comenzara a jugar con sus propios
pezones. Cuando los pellizcó entre sus dedos, se sintió tan avergonzado que quiso llorar y decirle
que "se detuviera", pero la bestia que tenía adelante y que era más lujuriosa de lo que había
imaginado, trató de lamer cada gota de placer con su lengua.

"Um, um, um..."

De repente, capturó su pecho completamente dentro de su boca así que Goshoku comenzó a
temblar y a retorcerse. Sus labios estaban mojados, coloreados de rojo, y chupaban como si
quisiera ahogarse con su carne.

"Espera... ¡Ah, por favor espera!"

Negó con la cabeza inconscientemente.

Cuando el cabello de Kurose comenzó a ser casi jalado por sus dedos, su lengua lujuriosa se
arrastró ahora por el dorso completo de su mano. Aparentemente, los fluidos corporales de
Goshoku se estaban desbordando de su pene hasta mojarlo todo de una manera vergonzosa. Y
aunque ya eran esposos, todavía no tenía la suficiente confianza en si mismo como para decir que
lo necesitaba de una vez.

Y Goshoku, que solo podía esperar, simplemente dirigió sus ojos al centro de Kurose.

"Ah..."

Su pene se estaba deformando igual a si fuera un arma. Los genitales de un Alfa tenían un tamaño
incomparable con los de un Beta, pero el de Kurose, que era un S, tenía una forma aún más
exagerada y obscena. Su glande sobresalía mucho y sus vasos sanguíneos eran prominentes. Se
imaginó el momento en que finalmente arrojaría una gran cantidad de líquido corporal dentro de él
así que hasta comenzó a dolerle el estómago. Además, las imágenes que le venían a la mente
provocaron que sus dientes se clavaran en sus labios hasta volverlos mucho más rojizos que la
primera vez.
"¿Quieres esto?"

"Ah... Kurose."

Sus labios fueron robados tan pronto como supo la respuesta. Lo quería, claro que lo quería. El
hombre lo instó a ponerse de rodillas y le tomó nuevamente de la mano.

"... Te preguntaré de nuevo, ¿Lo quieres?"

Su pene, similar a una fruta antes de madurar, comenzó a buscar sus dedos antes siquiera de que
cerrara los ojos. Después de todo, la presión estaba haciendo que sus caderas se desmoronaran.

"Ah…"

¿Cuántas veces había estado gimiendo por culpa suya?

"Mi amor."

Kurose comenzó a prepararlo mientras colocaba ligeramente sus dientes sobre las protuberancias
de su pecho. Estaba resbaladizo y viscoso y aún así, sus manos comenzaron a empaparse aún más
cuando llegaron hasta el interior de sus muslos.

"Ah, ya no... Ya no puedo más. Ya no..."

Su pene estaba mucho más erguido que antes. La punta era como una gran serpiente, y el semen
que goteaba hasta las sábanas era igual a la saliva de una bestia que se lamía la boca frente a su
presa.

"Por favor..."

Goshuki abrió sus piernas de par en par con solo ser empujado ligeramente hacía adelante. Y luego,
en el momento en que exhaló, fue como si todo su cuerpo se paralizara por una alegría
indescriptible. Pero cuando pensó que iba a ser preparado por sus dedos, el hombre llenó su interior
de una sola vez.

"¡Ah! ¡Aaah!"

Lo que sintió, junto con la conmoción de ser desgarrado por su pene, fue un placer que le hizo
perder todos sus pensamientos.

"Está bien, está bien mi amor."

Estiró las piernas y levantó las caderas para que entrara más profundo dentro de él. Luego, la
escena violenta se llenó de voces similares a gritos y la cama comenzó a hacer un crujido aterrador
cómo para exponer la intensidad de sus embestidas.

"Ah, hueles riquísimo..."

Goshoku sabía que las feromonas que estaba emitiendo eran tan fuertes que Kurose no iba a poder
controlarse a si mismo. Ahora, por ejemplo, estaba pareciendo tan feroz que simplemente le colocó
los dientes encima y lo mordió como para devorarlo. Por supuesto, aunque estaba tratando de no
hacerle daño, aún así Goshoku estaba tan cautivado que hasta pensó que estaría bien si lo mataba
justo de esta forma. Su cintura fue agarrada por sus manos para intentar llegar más profundo dentro
de él.
"Un poco más, ah... Solo un poco más"

"¡Aaaaaaah!"

Su eyaculación era es larga y una vez que comenzaba, no terminaba fácilmente.

"Ah, ah,ah ..."

Su cuerpo estaba al límite, pero el pene de Kurose, todavía adentro de él, latía y temblaba aún más
violentamente que al inicio. Su conciencia se volvió tan borrosa que hasta se sintió mareado.

"Quédate con todo... No lo derrames".

Kurose hablaba como si realmente fuera un animal. Y con los ojos en su dirección, notó que las
cosas que aún se vertían de su pene se almacenaban en la parte posterior de su vientre hasta
inflarlo.

Goshoku lo aceptó.
Chapter 34

"Es un sitio realmente grande."

Dijo un hombre que se veía extrañamente atractivo bajo el sol, aunque era en un sentido diferente
al de Kurose. Yanai había llegado unos diez días después de que el ejército llamara repentinamente
a Kurose para entrar a su cuartel así que, desde entonces, había estado tan ocupado que le dijo
adiós a sus vacaciones.

Todos los días, Goshoku estaba completamente ocupado cuidando a los niños así que hoy los dejó
jugar en el agua. La mansión estaba llena de risas porque además, había hecho okonomiyaki
durante el día y tuvieron helado de todos los sabores para cenar. Por si fuera poco, todavía faltaba
una hora para la siesta.

"¿Estás tomando medicamentos?"

Yanai, quien miró la condición de Goshoku atentamente, aflojó la boca para preguntar algo así de
extraño. Era un tonto, pero no un mal tipo.

"Sí, todavía. No estoy en celo en este momento pero de todos modos tengo una inyección de
emergencia por si las dudas."

"El señor Takeda necesita arreglar las fórmulas de sus medicinas. Es tan anticuado como su
manera de jugar ajedrez."

"No lo intimides demasiado. Es el mejor hombre de la comunidad, todos lo dicen."

Takeda era el único médico de la zona. El hombre examinaba a los Omega gratis y tenía una
farmacia especializada en hierbas chinas justo en la parte de atrás. Era trabajo de Goshoku preparar
la medicina de acuerdo con la prescripción emitida por Takeda, guardarla y darla a cada uno de los
clientes. Después de todo, el hombre fue quien tomo a Goshoku, que no tenía a dónde ir, en su
cuidado y lo dejó vivir y trabajar en el segundo piso de la tienda.

"Por cierto ¿Esto es normal? Parece que tu casa se volvió más bien una guardería militar."

Había guardias en las puertas delantera y trasera de la mansión, y todas las personas que iban y
venían parecían completamente controladas. Además, si sucedía algo, la casa estaba estructurada
para poder salir de inmediato de allí.

"Me gustaría volver a mi vida normal".

"¿A esos momentos en los que eras una persona sin chiste?"

"... La verdad es que sí."

"Por cierto ¿Es amable el señor Kurose?¿Cómo es de pareja?"

"Sexy."

En realidad, siempre sentía una amabilidad exagerada viniendo de él pero no tenía intención alguna
de explicárselo. Él mostró una sonrisa significativa.
"No es la respuesta que quería."

"¿Estás aquí para preguntarme cómo estoy?"

"Bueno, algo como eso."

Yanai era un Alfa. Estaba en toda la posición de investigar los casos que involucraban a Alfas y
Omegas y por ello obtenía información desde varias partes. Públicas y privadas. Le gustaba decir
que era un policía, pero en realidad era más bien... Un detective muy famoso en el campo . Tanto
que hasta había obtenido un estatus social como miembro de la élite. Sin embargo, no le gustaba
hablar de esto. Probablemente por la misma razón por la que Takeda, que tenía la misma habilidad
que un Alfa dominante, continuaba rechazando invitaciones y prefería dirigir una clínica para
Omegas.

"¿Kurose sigue en el ejército?"

"Sí. Fue ascendido a coronel."

"Ha estado ocupado últimamente..."

Este tipo evidentemente disfrutaba de hablar deliberadamente para ver cómo reaccionaban.

"¿... Qué sabes de esto?"

"Sé que se encontró con un nuevo S Alfa."

Aunque quería saber, de repente la historia hizo que se quedara completamente inmóvil. La
expresión de Yanai era de una seriedad sin precedentes, y la boca, que a menudo no dejaba de
moverse para hablar, ahora estaba en una línea recta perfecta.

"¿En dónde está?"

"Parece que se escapó".

"¿Se escapó?"

"Estoy seguro de que está planeando algo".

A diferencia de un S Omega, cuya existencia se confirmó recientemente, los S Alfas nacidos en


Japón eran conocido por los militares desde hace ya algún tiempo. Escuchó que estaban bien
administrados y que sabían la ubican perfecta de cada uno. Se podría decir que era una existencia
peligrosa porque era posible para ellos provocar a los Omega libremente y por lógica, al utilizarse
esa habilidad, entonces la sociedad completa podía destruirse.

"¿Cómo descubrieron que existía otro S Alfa?"

"Parece que estuvo involucrado en el secuestro de un Omega".

Dado que los Omega eran vulnerable al daño sexual, los militares habían logrado contabilizarlos
en grupos dentro de la ciudad. Aunque el objetivo principal era la protección, las violaciones de
los derechos humanos que se llevaron a cabo entre bastidores se hicieron públicas y llevaron a la
derrota del padre y el medio hermano de Kurose, que tenían una gran autoridad en el ejército. Las
críticas a la "caza de omegas" comenzaron a aumentar y ahora rara vez se hacían. Sin embargo,
como resultado, irónicamente también era cierto que el tráfico de Omegas por parte de
organizaciones criminales se estaba popularizando. Un Omega, desprotegido por los militares, se
convertía en un buen objetivo para ellos. Como para demostrar que el entorno que rodeaba a los
Omega seguía siendo duro.

"... Supremacía alfa."

Las palabras que escuchó de Kurose se derramaron de su boca sin saberlo. Los ojos de Yanai se
volvieron agudos.

"¿Conoces sobre AAsA?"

"Gente que considera que los Alfa son una existencia absoluta".

"Exacto. Parece ser terrible".

"¿Cuántos son?"

"Muchísimos."

En realidad, no era un número optimista. Había médicos, abogados. Había grandes personalidades
de la élite. Por supuesto, también tenían políticos que deseaban aumentar el número de alfas para
elevar el poder nacional. La idea que tenían era "No hay país para el pueblo, sino pueblo para el
país." Un pensamiento peligroso que provocaba que su espalda se enfriara.

"Bueno... Mi esposo también es peligroso. Es un Alfa S muy fuerte que está tratando de
proteger los derechos humanos de los Omega. Él es la figura central que derrotó a
Kaminuma y a los demás así que... Creo en él."

El viento acarició suavemente el flequillo de Goshoku. Si respiraba con fuerza, entonces podía
sentir el aire fresco entrando a sus pulmones, pero también comenzaba a estar completamente
deprimido, como si una nube de lluvia con mucha agua se hubiera colado. Era igual a si la guerra
no terminara nunca. Las diversas cosas que rodeaban a los Omega parecían ir en la dirección de la
mejora y luego, daban un giro y las volvían a pisar. Ahora, incluso sintió que su muy amado
Kurose estaba en peligro. Recordó la expresión facial de Kurose cuando se abrazaron durante la
noche, y se dio cuenta una vez más de lo importante que era. No quería dejarlo ir, no deseaba que
le pasara nada. Pensó que era un Omega que no tenía celo y que podía vivir a la ligera. Estaba en
un lugar tranquilo y creyó por un momento que las cosas estaban bien justo como estaban. No
necesitaba ninguna pasión que lo sacudiera o un amor que lo gobernara. Sin embargo, cuando
conoció a Kurose, todo se volcó. Era como si antes estuviera atrapado en un carámbano. Y no fue
el intenso calor de la punta de un quemador o el filo de una vara hecha de hierro resistente lo que lo
liberó, sino la existencia de ese Alfa. Cuando puso sus manos en el pedazo de hielo, se derritió gota
a gota y dejó que el agua se filtrara hasta desaparecer. Eventualmente se convirtieron en uno. Igual
a si los corazones de los dos fluyeran mientras se reflejaban difusamente.

"Mami..."

En ese momento, la puerta se abrió y Maruo lo miró a la cara. Quizá estaba muy curioso después
de escuchar la conversación entre los dos.

"¡Ah, es nuestro tío!"

Al principio, parecía somnoliento, pero tan pronto como vio a Yanai, señaló en su dirección y abrió
los ojos como si se hubiera encontrado con un fantasma. El origen de la palabra "tío" era confusa.
Maruo fue el primero en llamarlo así y luego todos le siguieron el juego.

"¡Tío!"

Se escucharon voces de niños desde el otro lado del pasillo en respuesta a los gritos de Maruo.

"¡Es el tío!"

"Sí, monstruos, ¿Cómo están?"

"¡Vamos contra él!"

Yuki saltó en su dirección y golpeó a Yanai con un golpe de kárate. Sin embargo, fue retenido sin
piedad y puesto boca abajo.

"Niño, faltan un millón de años antes de que puedas desafiarme".

"¡Patéalo!"

Los niños se reían a carcajadas, corrían en círculo y comenzaban a hacer sus propios estrategias,
pero parecía que nada de esto llegaba a los oídos de Yo.

"Yo ¿El bebé todavía está durmiendo?"

"Um... Sí, estaba durmiendo cuando vine".

Parecía que tenía miedo de atacar.

Goshoku no pensaba que Yanai fuera tan estúpido como para atacar de un modo grosero a los
niños pero de todos modos, Yo temblaba de miedo.

"¡Yanai! ¡No juegues tan brusco."

"¡Pero si son ellos los que se portan mal!"

Goshoku suspiró.

"Oye, si ese tío malvado te ataca, patea su espinilla ¿De acuerdo?"

Y besó su melena brillante.

Goshoku se dirigió a la habitación de los niños y, justo en frente de la puerta, escuchó un llanto
proveniente de la cuna.

"Ya, ya estoy aquí. Te sentiste muy solito ¿Verdad? Sí, no llores. No llores".

Lo levantó y comenzó a palmear su espalda, pero no dejó de llorar. Probablemente por la


conmoción en la sala de estar. Después de todo, incluso aunque estaba hasta el fondo, podía
escuchar la voz de Yanai diciendo: "¡Ataque samurai!"

"¿Qué está haciendo ese hombre?"

Abrazó a su bebé y regresó a la sala de estar. Aparentemente tenía su pañal mojado. Pero cuando lo
acostó en la cuna y lo cambió, descubrió que el señor Yanai estaba mirando su mano muy
atentamente.
"¿Te gustaría intentarlo? Yanai debería practicar cambiando pañales en caso de que llegara
a casarse".

"Nunca jamás "

"Anda, no es difícil. Oh... ¿Puedo dejarte al niño mientras voy a tirar el pañal?"

"Sí, no te preocupes. Tengo muchas ganas de abrazarlo."

"Espera un minuto entonces."

Pero el bebé comenzó a llorar como si estuviera en llamas. Y aunque había estado jugando con los
niños y comportándose como un "Alfa independiente y fuerte" cuando sujetó al bebé, estaba
asustado como un corderito. Era obvio que parecía asustado y que comenzó a ponerse impaciente
cuando le dijeron que no debería hacerlo llorar. Cuando Goshoku regresó, obviamente comenzó a
reírse.

"Ven aquí, mi amor. Tu tío no es bueno para los abrazos".

"¡Es que no me quiere!"

"Es por eso que debes practicar. Cuando seas padre, va a ser muy triste que tu hijo no quiera
que lo toques".

"¿El bastardo de Kurose cambia pañales?"

"Lo hace todo el tiempo."

"Pues no me lo imagino."

En realidad, Kurose, que cambiaba los pañales del bebé, lo bañaba, lo alimentaba y lo ponía a
dormir, era un buen padre. Tan amoroso que deseo que viniera lo antes posible. Tal vez hasta lo
estaba esperando más que los niños.

"Entonces, regresaré cuando llegue nueva información ¿Qué dices?"

"Sí. Cuento contigo."

Goshoku levantó la mano para darle un apretón.


Chapter 35

Esa noche, Goshoku estaba solo en la cama del dormitorio.

Cuando los niños se durmieron, su cuerpo estaba tan cansado que se olvidó del S Alfa, e incluso de
que estuvo involucrado en el secuestro de un Omega. Sin embargo, ahora que estaba solo, varios
pensamientos extraños comenzaron a venir a su mente. Sentía cosas aterradoras acechando su
cuerpo, su casa y a sus hijos, y tenía miedo por el futuro que se les podía venir. Aún así, el
cansancio del día invitó a Goshoku a dormir así que simplemente lo aceptó como si quisiera
hundirse en el fondo de un lago tranquilo.

"Hmm..."

¿Cuánto tiempo estuvo dormido?

Cuando se despertó, estaba mucho más tranquilo que al inicio. Pero en el momento en que se
movió para ir al baño a darse una ducha, algo cayó de su cama y se quebró:

"¿Qué es esto?"

Había muchas pertenencias personales de Kurose sobre la cama. Ropa, como camisas, y muchas
plumas estilográficas con sus iniciales grabadas. Lo que cayó al suelo había sido la taza utilizada
por su esposo todas las mañanas para beber café así que solo se inclinó, y lo tomó para poder
mirarlo.

Estaba haciendo un nido otra vez.

Esto quería decir que, sin saberlo, había comenzado a recoger las pertenencias de su pareja hasta
construir un lugar en el que pudiera sentirse cómodo para tener a sus bebés. Era un hábito peculiar
visto en muchos Omega, pero que no encajaba del todo bien con su personalidad. Sobre todo,
porque lo hacía con más frecuencia en los días en que no podían reunirse. La semana pasada,
comenzó a reaccionar así porque le dijo que no regresaría por unos días.

"Ah, es terrible."

Era una molestia comenzar a ordenar todo lo que había hecho, así que fue a tomar una ducha y dejó
los artículos justo como estaban.

Después de un lavado rápido, colocó una toalla de baño sobre la almohada y volvió a meterse en la
cama sin secarse el cabello. Sus sábanas estaban llenas del rico olor de Kurose. No solo eso, se
estaba sintiendo como si su feromona estuviera allí con él así que sí, definitivamente le gustaba
esto del nido cuando lo hacía sentir así de cómodo.

"Hmm".

Suspiró y se dio la vuelta.

Recientemente, cuando pensaba en Kurose, descubría que el cuerpo entero comenzaba a dolerle.
Su ciclo de celo era estable, pero sus sentimientos siempre comenzaban a presionar un interruptor
que no debería estar allí para empezar. Su alma deseaba la de su marido y sus órganos
reproductivos casi lloraban por tener un nuevo hijo de Kurose creciendo dentro de él.

En ese momento, notó que en realidad había estado sosteniendo su libreta desde hace un buen rato.
Frotó su nariz justo en la tapa y luego la presionó contra sus mejillas un montón de veces. Pero
después de hacerlo por un tiempo considerable, hubo un sonido "vibrante" en la mesita de noche y
luego un tono predeterminado. Era una llamada telefónica de Kurose. Su corazón tembló ante la
idea de que podía oír su voz nuevamente así que, aunque quería aparentar que todo estaba bien
ahora que estaban separados, no pudo controlarse a si mismo cuando extendió la mano a toda
prisa.

"¿Estaba dormido? Perdón por despertarte."

Y como era de esperar, el sonido de su voz pareció despertar aún más el deseo que estaba
almacenado en su interior.

"Estaba despierto. Me duché después de acostar a los niños."

Era un hábito tratar de fingir estar tranquilo.

"¿El bebé?"

"Está bien."

"Menos mal..."

"¿Encontraste al S Alfa?"

De repente lo interrumpió, pero Kurose pareció no sorprenderse. Dijo: "Así es..." y dejó que
Goshoku continuara:

"¿De eso se trató la llamada de la última vez?"

"A estado todo bastante mal últimamente."

Fue inesperadamente directo, así que se preocupó. Era bastante problemático que un S Alfa,
alguien que podía manipular libremente el celo de un Omega, estuviera involucrado en un
secuestro.

"¿Por qué no me lo dijiste?"

"No quería preocuparte."

"No tienes que tratarme con pinzas. Saberlo me hubiera ayudado a no estar tan frustrado
como ahora. Eres tonto."

"Jajaja. Olvidé qué tipo de hombre es mi Iida."

Iida.

Algo en Goshoku reaccionó cuando llamó su nombre real. Incluso fue como si un pequeño fuego
ardiera dentro de él en un abrir y cerrar de ojos. Lo sabía porque ya lo había experimentado muchas
veces. De repente su esposo extendía el fuego y lo quemaba hasta convertirlo todo en un desastre.
Y una vez que comenzaba un incendio, se volvía enorme mientras absorbía el oxígeno que estaba
en sus pulmones. Estaba lo suficientemente impaciente ahora como para esperar más.

Goshoku, sin saberlo, agarró el cortapapeles que había traído de la oficina de su esposo hasta la
cama. Imaginó la mano de Kurose, usándolo al trazar la irregularidad de la superficie. Sus dedos
largos, sus puntas gruesas y sus uñas bien formadas. Siempre había pensado que tenía una mano
sensual, caliente y suave. Su imaginación se volvió más activa y comenzó entonces a pensar en
esos movimientos que lo volvían loco cuando le acariciaban la piel. O cuando se mojaba tanto que
solo penetraba su trasero...

"¿Por qué te quedaste en silencio por tanto rato?"

"Ah, yo solo..."

Respiró profundo. Era diferente de un celo físico porque ahora era su corazón el que tenía hambre.
Pensó en otra cosa para distraerse:

"¿Cómo es que estás siguiendo al Alfa? Pensé que era difícil."

"Si sabes cómo hacerlo, entonces no hay problema. Estoy siguiendo constantemente sus
pasos."

"¿Hasta dónde llegaste con eso?"

"Atrapé a uno de sus cómplices, pero murió por el veneno que tenía escondido entre las
muelas. Lo mordió durante el interrogatorio."

"Que horrible."

El pensamiento le hizo tener escalofríos.

"No debería hablar de esto, discúlpame".

"No, en realidad no pasa nada. Eres un soldado y entiendo que es parte del trabajo".

"No voy a poder ir a casa por un tiempo".

"Lo sé. Tampoco te preocupes por eso".

"Y tenemos que empezar a decidir a qué escuela van a ir nuestros niños. Ya van a cumplir
los 6."

El aire de repente se soltó. Le dijo que no había problema en que le contara esas cosas, pero al
parecer él seguía pensando que era demasiado feo para seguir.

"Hay escuelas con bastantes puntos buenos."

Mantuvieron a los niños en la mansión por su propia seguridad, pero no podían limitar su contacto
con el exterior para siempre. Eventualmente iban a tener que salir a la sociedad. Prometieron que
harían todo lo posible para proteger a sus pequeños, pero igual tenían que hacerlos desarrollar la
capacidad de pararse sobre sus propios pies en lugar de simplemente tenerlos a mano como
mascotas.

"Estoy pensando en ir a la escuela con Yuuki la próxima vez. Ya sabes, para mostrarle como
es el edificio, el salón, a los profesores..."

"Deja que termine con esto y vamos."

"No puedes hacerlo, tienes trabajo"


"¿Vas a ir solo?"

"Sí, no pasa nada. Solo voy a llevar a un niño, no a los 6".

"No puedo dejarte ir solo. Lo siento, pero vas a tener que cancelar la visita."

Aunque estaba distraído, reaccionó a la palabra "No" de inmediato. Además, cuando le decía que
"no podía hacer algo", con esa voz de mando tan impresionante de Kurose, comenzaba a ser
molesto porque recordaba las noches que habían estado juntos haciendo el amor. Aunque por
supuesto, no era tiempo de estar excitado.

"Creo que estás exagerando, Kurose."

"Por favor, no salgas solo. Espera hasta que regrese".

"Ni siquiera está lejos."

"Ya dije que no. Nos vemos mañana."

Y colgó. Era como su manera de dar por terminado el tema.

"Ese loco".

Cuando se acomodó, descubrió que debajo de la almohada estaban los calcetines de Kurose. Los
había traído con él en lugar de llevarlos a la lavandería. Además, si miraba debajo del colchón,
todo estaba lleno de sus boxers y sus pantalones así que recordaba que su esposo había dicho que la
cantidad de ropa que tenía había disminuido.

"El criminal soy yo..."

Desearía poder exhalar todo el calor ardiente de su cuerpo con un suspiro. Deseaba tanto estar
con su esposo y resultaba que tenía que pasar la noche durmiendo solo otra vez. Simplemente él y
su excitación.
Chapter 36

Kurose, que colgó el teléfono, estaba disfrutando del resplandor de la voz de su esposo.

Un S Alfa, quien podía controlar el celo de un Omega, era catalogado de inmediato como un
animal cruel y desalmado. Pero Kurose estaba convencido de que era diferente. No importaba cuán
violentamente lo tratara un Omega en celo o la manera en que esparciera sus feromonas sobre él,
nunca se vio afectado o se volvió violento con las personas. Y para variar, terminó por conocer a la
única persona que lo hacía perder la cabeza.

Recordaba bien esa época y recordaba también esa sensación. De la nada, encontró a Goshoku en
el callejón que llevaba a la farmacia y, cuando lo vio allí, sufriendo y retorciéndose delante de él,
descubrió que verdaderamente ya no estaba pensando en nada más que en ellos dos. Ya no tenía
mente, ni corazón o alma o cuerpo para alguien diferente. Y aunque ahora las feromonas no podían
llegar a través del teléfono, solo escuchar la voz del hombre que se había convertido en su esposo
perturbó su pecho hasta un nivel inimaginable. Así como un río, que hasta entonces había sido un
manso arroyo, se desbordaba después de la lluvia, Goshoku comenzó a salpicar sus sentimientos
sobre él hasta derramarse con violencia en el suelo. Además, su reacción conforme pasaban los
años era claramente diferente de cuando fue golpeado por primera vez por la feromona de
Goshoku. Era más problemático en realidad. Más fuerte.

Pero cuando era niño, una vez atrapó una mariposa en un callejón. No era un ambiente en donde
tener mariposas era algo común así que estaba feliz de traerla a casa. Y lamentablemente, la
verdad era que la había estado apretando de un modo inconsciente todo el tiempo. Cuando se dio
cuenta, las alas de la mariposa, que se había estado moviendo hasta hace un rato, se hicieron
jirones y se quedaron pegadas en sus palmas sudorosas. Recordaba estar aturdido. Y justo como en
ese momento, a veces tenía miedo de que sus sentimientos fueran demasiado fuertes como para
aplastar a Goshoku. Se podía decir que era su mariposa.

"¿Qué tal vamos?"

Kurose volvió en si cuando lo llamaron. Y mirando hacia atrás, se encontró con que había un
hombre vestido completamente con un uniforme militar.

"Teniente general Ai, buenas noches."

Ai era un militar de rango superior, alguien que ahora estaba organizando al ejército en nombre del
padre y el medio hermano de Kurose, que fueron capturados. También era un comandante secreto
que se centraba en la recopilación de pruebas de las violaciones de derechos humanos de los
Omegas, algo que había sido realizado por la alta dirección hasta ese momento. Bajo este hombre,
muchos de sus compañeros habían estado trabajando por los derechos humanos de los Omegas con
la premisa de hacer "Un mundo más organizado" y sin embargo, los que habían perdido sus
beneficios debido a la reorganización del ejército apuntaban al momento exacto en que pudieran
rebelarse contra él.

La existencia de "AAsA" era clara. Sin embargo, la razón por la que no actuaron abiertamente
hasta ahora debió ser porque compartían los mismos valores que los exmilitares. Mientras las
personas que consideraban a los Alfa como una clase privilegiada estuvieran a cargo del ejército,
entonces podía decirse que estaban a salvo. Y ahora que el suelo se estaba derrumbando debajo de
los pies de todos, no sabía lo que iba a pasar o como se comportarían todos los que estaban a su
alrededor.
"Todavía estoy fuera de sintonía. Me pregunto si tomará un poco más de tiempo del que
planeamos".

"Ten cuidado. El enemigo es completamente diferente al de antes".

"Lo sé. Pero últimamente he descubierto que hay personas en la policía en las que tal vez
podemos confiar. ¿Quiere que nos encontremos con ellos?"

"Posiblemente más adelante..." Luego suspiró. "Pero es enserio, amigo. No es tan simple como
la última vez. Y eso es decir mucho. Además, tu habilidad es demasiado atractiva para ellos".

"No dejaré que la utilicen".

"Espero que no sean personas tan testarudas como tú".

"Hay que esperar y ver. Ojalá tengamos suerte."

Kurose estaba trabajando con un equipo de investigación militar para desarrollar un "reactivo" que
pudiera acabar con ellos. Y era por eso que no había logrado volver a su casa últimamente. Sin
embargo, si el desarrollo era exitoso, entonces iba a lograr quitar un poco del miedo que tenía por
Goshoku, él y su familia.

"Descansa. Aunque es importante buscar a un S Alfa, morirás si sigues con este exceso de
trabajo".

"Estoy bien".

"Ya sabía que dirías eso. Pero para ser honesto, pienso que si sigues así vas a romperte."

"¿De qué estás hablando?"

"De que eres un idiota."

El S Alfa, Kurose era llamado "idiota" solo por Ai. Y con una sonrisa extraña, el hombre le
palmeó la espalda como si de todos modos se hubiera dado por vencido con él y con su plan de
mandarlo de vuelta a casa.

"¿Goshoku está bien?"

"Está bien."

"¿Sigues cuidando a los niños Omega que tu medio hermano abandonó? Te admiro por eso.
Pareces ser un padre perfecto."

"Ni tanto. Criar niños es más difícil de lo que esperaba".

"Entiendo."

Ai también tenía hijos, por lo que sus palabras no eran vacías.

"Hasta creo que intentar encontrar al Alfa es más fácil."

Ai asintió.
Los enemigos de Kurose eran peligrosos y tenían un par de ideas que no compartían en absoluto
con él. Sin embargo, entendía que todo esto era necesario para proteger a las personas que eran
importantes para él y para las personas de la organización. O eso era lo que se repetía todos los
días. Trabajar, iba a ayudar a que su tan hermosa familia creciera en paz y sin peligros.

Una vez, Kurose, a quien se le había pedido que mirara al bebé, estaba tan concentrado en sus
papeles que no notó que lo había puesto en peligro. El pequeñito tenía el capuchón de la pluma
estilográfica en la boca así que fue maldecido por Goshoku todo el día y parte del siguiente. Estaba
sobre sus piernas y no sabía que el bebé la había tomado. Además, bajó la guardia porque los niños
eran un poco más grandes cuando se hizo cargo de ellos y se los quitó al hermano. Goshoku
siempre los estaba protegiendo maravillosamente así que a veces él sentía como si este trabajo en
la milicia fuera su contribución.

"A veces quiero irme temprano a casa, pero siento que hago más aquí."

"No, te vas a tomar un descanso una vez que esto termine."

"Suena como si me estuvieras amenazando."

"Porque lo es." Con una risa, Ai se alejó diciendo: "Te estoy ayudando a que no te quedes sin
esposo".

Y mientras miraba su espalda, realmente comenzó a pensar en Goshoku. Tal vez debería terminar,
tomar sus cosas, ir a casa y llevarle un obsequio por aguantar tan maravillosamente sin él ¿Pero
que le gustaría? Goshoku no estaba obsesionado con las cosas materiales y estaba seguro de que
era así desde que lo conoció. Sin embargo, parecía muy feliz cuando estaba con sus niños e incluso
sonreía un montón al momento de cocinar uno al lado del otro. Al principio, básicamente lo obligó
a cuidar a sus hijos así que no sabía exactamente cuándo cambió ¿Cuándo comenzó a gozarlo? Se
rió de repente al pensarlo.

A menudo Ai decía que debía sonreír, pero eso siempre pasaba solo al estar o imaginarse a
Goshoku.

Entonces, recordó que Meg a menudo le aconsejaba sobre ideas románticas que había visto en las
caricaturas o sobre cosas que podían hacer todos juntos. Sería bueno ir y preguntarle.
Chapter 37

Los días de llevar las pertenencias personales de Kurose a la cama y devolverlas unas semanas
más tarde continuaron por un tiempo. Lo único que podía ser suprimido por la medicina era el
celo físico, así que no era posible controlar la mente. Por eso, la vida diaria de Goshoku pasó de
esta manera hasta que finalmente regresó su esposo.

Kurose llegó a casa al mediodía de un martes, cuando el cielo azul estaba empezando a ponerse
más brillante. Lamentablemente, era el momento en que los niños habían comenzado a tomar una
siesta.

"Bienvenido a casa."

"Sí, estoy en casa. Toma esto".

"¿Qué es?"

"Es un pastel."

Pareció ser un regalo para los niños pero no sabía si podía abrirlo de inmediato porque se le dijo
con una cara extraña, como una máscara sería en un uniforme militar. Sin embargo, sonrió sin
querer al imaginar la apariencia juguetona de todos sus hijos al ver lo que tenían para cenar. Era
gracioso que solo pensar en la apariencia feliz de todos ellos lo hiciera sentir animado también.

"¿Qué pasa?"

"Nada. Es un regalo bastante bonito".

"¿Comemos juntos cuando se despierten?"

"Claro que sí."

Sin embargo, la puerta sonó de nuevo antes de que pudieran hablar o planear algo sobre su día:

"Encantado de conocerlos. Mi nombre es Kaito Araki".

El hombre, con una voz suave, era un sujeto que parecía antropomorfizar la imagen de la
disciplina. Tenía gafas de montura plateada y un corte de cabello bastante prolijo, algo que le hacía
pensar que iba a una peluquería cara. Tenía un traje de color claro, limpio y con todos los botones
en su lugar, y según lo que le contó su esposo, era parte de una agencia externa que supervisaba a
los recién establecidos y que justo ahora se estaba embarcando en una investigación para resolver
un problema causado por el poder abrumador de los militares. Les mostró una identificación con
una foto, su orden de registro, un documento sellado por los altos mandos y luego se inclinó
ligeramente ante ellos:

"Lo que queremos lograr, son operaciones militares cada vez más discretas pero con
resultados. Verá, estoy a cargo de entrevistar a los Omega para ver si hubo alguna violación
de sus derechos humanos."

"En otras palabras, eres un Alfa, ¿Verdad?"

"No, soy Omega. Pero ya que estoy enlazado con un Alfa me pusieron a cargo de las
entrevistas. Además, como eres un S Omega, parece que pensaron que era el más adecuado
para esto."

Goshoku había escuchado sobre personas en la empresa que trabajaban con Alfas a pesar de que
eran Omega. Por supuesto, a él le pareció lo mismo que estar en la jaula de una bestia hambrienta.
Aunque el celo se controlara con medicamentos y fuera menor al tener una pareja, la carga mental
de trabajar con Alfas todo el tiempo parecía impresionante. Sin embargo, para decirlo en pocas
palabras, era posible que Araki estuviera muy confiado en si mismo como para tener miedo.

"¿Está bien si hablamos en la sala de estar?"

"Sí, lo haremos todos juntos primero. Luego realizaremos una entrevista individual.
También me gustaría indagar un poco alrededor de la mansión para buscar algo que pueda
parecer una violación."

"¿Cómo por ejemplo?"

"No lo sé. Eso voy a juzgarlo por mi cuenta".

Ambos esposos parecían un tanto preocupados por esto. Se podía decir que no había nada en casa
que estuviera afectando los derechos humanos de Goshoku o de sus pequeños niños, pero ya
dependía de lo que pensara este hombre.

"¿Existen estándares o indicadores?"

"¿Estándares o indicadores? No hay ningún estándar en realidad, es solo que..."

Pero antes de que pudiera seguir hablando, los tres vieron una pequeña sombra asomándose por la
brecha en la puerta.

"Mami..."

"¿Qué pasa, Yo?"

Una pequeña niña tímida, Yo, miró a Goshoku como si hubiera empezado a tener mucho miedo.
Después de todo, una persona desconocida había llegado a la mansión mientras estaba durmiendo,
había dicho que era del gobierno y comenzó a hacerles un montón de preguntas. Todavía era hora
de tomar una siesta, pero no estaba tranquila. Tal vez estaba siendo muy consciente del aire
perturbador que había estado fluyendo por la casa últimamente. Corrió hacia ellos y fue sostenido
por Kurose de inmediato. De hecho, tuvo que abrazarla y golpear su espaldita hasta que se calmara
un poco. Además, todo este tiempo estuvo mirando a Araki.

"Hola. Me llamo Araki ¿Cómo estás?"

"Bien."

"Yo también estoy bien ¿Cómo te llamas?"

Araki era bueno tratando con los niños. Bajaba la espalda, utilizaba una voz suave y acomodaba su
línea de visión para que estuviera al mismo nivel que la suya. Es decir, conocía el tratamiento
básico, pero la niña no era tan abierta como los demás así que evidentemente estaba muy alerta.

"Papá, mamá... Tengo miedo".


"No pasa nada. Todo va a estar bien porque vamos a cuidarte todo el tiempo ¿De acuerdo?"

Los dos respondieron a la encuesta con la ansiosa Yo descansando en el regazo de Kurose. Las
preguntas eran sobre su vida diaria, lo que hacían normalmente y si habían tenido algún
inconveniente o problema. Pero cuando se le preguntó si sus sentimientos por Kurose eran
genuinos, simplemente cerró la boca. Al parecer lo hicieron para ver si no estaba siendo obligado a
enlazarse con él, pero se sentía incómodo hablando de sus sentimientos frente a tantas personas.
Entonces la pregunta se trasladó a Kurose. Él dijo de inmediato que sus sentimientos por su esposo
eran genuinos, que lo amaba, que quería estar toda su vida junto a él y por supuesto, que deseaban
más niños. Esto fue suficiente para que su rostro se pusiera horriblemente caliente. Fue una tortura
para Goshoku pero fue bueno que Yo se calmara con la voz de su padre. Dado que su pequeño
cuerpecito estaba unido todo el tiempo a la placa pectoral de Kurose, sintió que la vibración de su
voz al hablar la estaba ayudando a ver que la situación estaba bajo control.

Luego, en la investigación de la mansión, Goshoku guió a Araki junto con Kurose y la pequeña
Yo, quien ahora estaba bien metida entre sus brazos.

"¿Hay sirvientes?"

"Sí. Ellos se encargan de la limpieza de la mansión a una hora fija para que no tengamos que
encontrarnos cara a cara. Por seguridad, ya sabe. ¿Necesita una lista de ellos?"

"Sí, por favor. Nuestra prioridad es proteger al señor Goshoku a fondo así que hay que
cubrir todos los huecos."

"Lo entiendo Hay muchas partes desconocidas para mí también al tener un S Omega como
mi esposo. Entiendo que se debe tener cuidado".

"Claro".

Araki parecía satisfecho con el trato en la mansión. Miró alrededor de toda la casa, excepto en la
habitación de los niños, y cuando volvió a la sala de estar, pareció que ya tenía preparada una lista
especial para Kurose.

"Parece que también está prestando atención a la selección de empleados..."

"Por supuesto."

"Muy bien."

Y para cuando la hora de la siesta de los niños terminó, la investigación de Araki se había
completado finalmente. Sin embargo, Yo se durmió de nuevo mientras Kurose la sostenía.

"Entonces, me gustaría contarle sobre los planes para el futuro".

Le mostró a Kurose una hoja de papel y comenzó a leerla en voz alta para que los dos pudieran
entender. Al parecer, hasta había establecido un horario en el que se contemplaba con mayor
cuidado su período de celo. Anotó los medicamentos que tenía que tomar, el trato a su cuerpo y
algo muy específico sobre su condición física. Era tan considerado que sintió la preocupación que
era exclusiva para un Omega. Sin embargo, comenzó a ponerse nervioso de nuevo cuando notó que
estaba colocando muchas especificaciones sobre el cuidado que tenía que tener al estar cerca de
Kurose. ¿Había alguna razón por la que estaba preguntando sin descanso sobre el momento en
que se conocieron? Ciertamente, Kurose atacó por primera vez a Goshoku en un callejón. Fue
devorado por su instinto pero él también quería estar con él. Sin embargo, era obvio que si se
indagaba demasiado en esos momentos, podía crearse un mal entendido. ¿¡Y si había una falla
como esa entonces iban a llevarse a Goshoku argumentando que era parte de su protección!?

"Entonces, es todo por hoy. Voy a transferir los datos de la lista a la computadora más
tarde."

Araki se despidió justo después de confirmar el horario de la próxima visita y Goshoku pareció
entonces concentrarse únicamente en ver a Yo, durmiendo mientras su esposo la mantenía entre
sus brazos. Aunque no pesaba tanto como Maruo, Yo era un poco incómoda de sostener.

¿Estás bien?"

"¿Qué?"

Lo había preguntado por su brazo, pero él solo dijo "¿Qué?" con una cara muy extraña. Comenzó a
reírse e imaginó como estaría su cuerpo escondido debajo del uniforme militar.

"Bueno, ya que se terminó ¿Quieres comer conmigo?"

"Claro que quiero. Pero primero la voy a poner en la cama ¿Bueno? Para decirles a los niños
que estoy aquí".
Chapter 38

Después de preparar el té, Kurose regresó de la habitación de los niños y se sentó al lado de su
esposo en el sofá de la sala de estar. Y cuando pensó que estaba a punto de hablar sobre lo que
acababa de pasar, descubrió que en realidad estaba oliendo su cabello.

"¿Qué pasa? ¿Qué estás oliendo?"

"Tu champú... Hace que tengas un olor delicioso." Kurose derramó un beso sobre el cabello
negro de Goshoku y luego susurró: "Oye, los niños siguen durmiendo..."

"Supongo que en unos treinta minutos volverán a ser tan ruidosos como siempre."

Se sintió como estar acorralado. Igual a si estuviera intentando instar su celo intencionalmente.

"¿Qué tienes en mente?"

"Algo que haga sentir bien a mi esposo.."

"¿Por qué ahora soy el esposo?"

"Porque te gusta cuando te llamo así".

"Eres un tonto."

Por supuesto, dejó de intentar preguntar si sabía lo que estaba haciendo.

"Anda... Solo unos 15 minutos. Es lo único que pido".

Era irresistiblemente vergonzoso pedirle que tuvieran sexo antes de que los niños despertaran, pero
la verdad era que ciertamente comenzó a desear decir que sí. Fue difícil esperar a Kurose, quien no
sabía cuándo volvería, con un montón de fiebre en el cuerpo y un nido de artículos en su colchón.

"Solo quince minutos."

"Perfecto."

La manera tan desesperada de decir que lo aceptaba resonó en las orejas de Goshoku.

"... Ah."

No tuvieron muchos juegos previos.

Kurose era solo una bestia tratando de quitarse la ropa mientras hacía lo mismo con la de su
esposo. Goshoku se mojó y aceptó con facilidad su pene, que estaba tenso y goteando de semen, y
sin embargo, era consciente de que si su voz se le escapaba tan solo un poco debido al placer, los
niños se despertarían y correrían a buscarlo como de costumbre. Se tapó la boca con ambas manos
y resistió.

Estaban desnudos y abrazados en el sofá, con los labios mordidos. No hacía falta decir que la
creatividad de su esposo para satisfacerlo discretamente en su sala de estar le pareció bastante
curiosa.
Ambos usaron sus caderas para expulsar el calor que habían acumulado en su interior y sin
embargo, aunque fuera rápido o corto, débil o en un sillón, igual su corazón y sus pechos se
llenaron hasta el límite.

El tiempo de eyaculación fue corto, probablemente porque omitió la preparación. Y aún así,
temblaron y se comieron con rudeza porque la capacidad de un S era más tremenda de lo que
podían imaginar.

Al final, pareció ser una muñeca disfrazada con un atuendo muy desordenado y feo. Sin embargo,
ni siquiera tenía la fuerza física para cambiarse de ropa por si mismo o tan siquiera para arreglarse.
Pero Kurose, quien rápidamente se limpió, se puso su uniforme militar y disipó su cansancio, dijo
que "Era lo que un hombre tenía que hacer."

"Te daré esto."

"¿Qué?"

Entonces le entregó un spray. No tenía una etiqueta.

"¿Qué es?"

"Es mi feromona, solo que generada artificialmente. No sé qué tan efectiva sea porque está
en la etapa experimental, pero funciona. No tiene el efecto de promover tu celo o el de otras
personas, por lo que puedes utilizarlo incluso si hay omegas cerca."

"¿Para qué es exactamente?"

"En el improbable caso de que estés en celo, puede ser un repelente frente a otras alfas y
betas."

"Eso es..."

Goshoku recordó cuando cayó en la trampa de Kaminuma y también pensó en el hecho de que "el
celo de un S Omega" era lo suficientemente poderoso como para engañar incluso a un beta. Sin
embargo, en ese momento la feromona de Kurose, quien entró en celo en respuesta a Goshoku,
mantuvo alejados a los otros alfa que estaban por allí. Es por eso que la fuerte feromona S-alfa
podía servirle como un control.

Goshoku de todas maneras negó con la cabeza.

"Si caigo en celo... Tú vas a estar allí."

"Claro. Es solamente por si las dudas."

Kurose, que se llevó una taza de café a la boca, pareció mantener completamente la calma. Aunque
igual su voz era un poco lamentable para ese momento. Miró el spray que recibió y volvió a
negarse.

"Esto es un mal augurio. Estoy lo suficientemente bien como estoy ahora".

"Si puedo ayudarte a vivir una vida un poco más fácil, yo estaré feliz".

"Si puedo ayudarte a vivir una vida más fácil". Esto era más emocional que una confesión
romántica convencional así que observó a Kurose como para burlarse de él. No obstante, su
expresión era la misma de siempre. Podía ser una existencia especial llamada S Alfa. ¿Pero por
qué Kurose, que tenía altas especificaciones, era torpe solo cuando hablaba de amor? Le dolía el
corazón cuando recordaba el motivo, pero también se sentía un poco mejor al pensar que ya podía
sentir el cariño que se transmitía a través de sus acciones a últimas fechas. Deseaba curar su
soledad. Quería hacer a Kurose lo suficientemente feliz como para que pudiera decir sus
sentimientos honestamente. En ese momento, escuchó a su bebé llorar desde la habitación de los
niños así que se levantaron a toda prisa. Sin embargo, Kurose lo sujetó.

"Yo lo veré. Acuéstate un poco más".

Cuando dejó su cuerpo en el sofá, le colocó en silencio la parte de arriba de su uniforme militar
para que pudiera cubrirse. No parecía una bestia para nada.
Chapter 39

No pasó mucho tiempo después de la visita de Araki, cuando algo comenzó a salir mal con su
cuerpo.

Durante la última semana más o menos, Goshoku había estado deambulando en un estado similar
al celo. Había sido completamente inspirado por la existencia de Kurose, pero no podía decir que
fuera algo bueno de mantener porque su esposo todavía estaba ausente la mayor parte del tiempo.
Por supuesto, había logrado suprimirlo tomando una gran cantidad de medicina china recetada por
Takeda, pero no fue una solución permanente así que Goshoku tenía ansiedad básicamente todo el
día.¿Su feromona solo funcionaba para Kurose o tenía el poder de invitar a alguien más como en el
pasado?

"Mamá, ¿Qué pasa?"

Le preguntó Yuki, y Goshoku, que se había quedado con el brazo extendido mientras le daba de
comer a su bebé, volvió entonces a la realidad. Cuando parpadeó, notó que los niños estaban
todavía comiendo todos juntos en la mesa del comedor. El almuerzo de hoy era espagueti a la
parrilla y sopa de huevo. Era muy buena para ellos porque tenía muchas verduras también.

"No, no me pasa nada. ¿Están todos comiendo bien?"

"¡Sí! Es realmente delicioso".

Maruo, quien respondió antes que Yuki, separó los labios y llevó una enorme cucharada de sopa a
su boca. Luego él hizo lo mismo con su pequeño hijo dentro de la silla de bebé.

"Sí, mi amor. Di "Ah"."

Cuando la pequeña y suave boca del pequeñito se abrió, empujó con cuidado un puré de calabaza
que le había preparado. El bebé movió la cabeza mientras se agitaba, miró a Meg y luego hizo lo
mismo con sus propias manos. Fue tan lindo que pudo sentir que estaba de excelente humor.
Luego, cuando le puso el puré de vuelta en la boca, volvió a ver a todos y gritó. Una sonrisa se
derramó sobre Goshoku, pero en lugar de decir algo, suspiró como si se sintiera bastante agotado.
Fue a la cocina, envolvió una bolsa de hielo en una toalla y la colocó debajo de su axila.

"Mamá, ¿Qué estás haciendo?"

"Nada importante. Meg ¿Está rico el espagueti?"

"¡Sí! ¿Cuándo podrá el bebé comer espagueti? ¡Para que lo hagamos juntos!"

"¡El espagueti de mamá es tan bueno que va a querer más!"

Goshoku regañó a Yuki, quien se paró en la silla mientras sostenía los palillos en la mano, y le dijo
que se quedara quieto porque eso era muy peligroso. Recientemente, Yuki se estaba volviendo
bastante difícil de tratar. Se transformaba inmediatamente en una criaturita enérgica e incluso un
pequeño acontecimiento parecía motivarlo a festejarlo en grande y moverse de aquí para allá.

"Está tan delicioso que cuando crezca, me casaré con alguien que cocine tan bien como
mamá."
"Maruo debería casarse con la comida mejor."

Taki se burló de él así que Maruo protestó con la cara completamente roja.

Antes hubiera dicho algo para defenderlo porque era divertido pasar tiempo comiendo y
conversando con los niños, pero ya no era así para nada. Después de todo, su cuerpo estaba
perezoso y completamente caliente. Y era horrible que fuera así porque mañana planeaba llevar al
bebé y a Yuki a una vista previa de su nuevo colegio. Primaria y guardería. Kurose le había dicho
que lo acompañaría pero no le era fácil salir del trabajo militar y el tiempo se le estaba pasando tan
rápido que pronto se perderían de la inscripción. Dejó que el bebé se las arreglara para comer por
su cuenta y entonces se tocó la frente. Parecía ser un síntoma temprano de un resfriado, pero se
sentía considerablemente diferente. Fue similar a cuando se encontró a Kurose por primera vez
cuando trabajaba en la farmacia. En ese momento, el hombre entró a la tienda para ayudar al
Omega que había entrado en celo gracias a él y los miró por debajo de la gorra militar que le
cubría la cara. Se podía decir que el encuentro con él despertó la sangre de S Omega que estaba
durmiendo dentro de su pecho.

Ahora, los sirvientes en la mansión eran todos Omega, pero igual no se sintió lo suficientemente
cómodo como para bajar la guardia. Una vez, un comerciante que entraba y salía de la mansión,
cayó en celo en respuesta al de Goshoku así que estaba intentando ser el extra de cuidadoso.
Rápidamente cambió los pañales del bebé en el dormitorio, abrió el armario y sacó la caja que
contenía la jeringa y la ampolla que había escondido en el estante. El inventario de inhibidores
preparado por Kurose era más que suficiente. Y cuando la medicina china recetada por Takeda no
funcionó más, no hubo más remedio que confiar en medicamentos fuertes.

"¿Esto es todo lo que necesito?"

No era muy saludable poner este tipo de medicina tan seguido para sentir alivio, pero era mejor
que nada. Se dijo eso a si mismo, tomó las inyecciones y volvió a colocar el resto en el estante.
Cargó la jeringa con una ampolla y la guardó cuidadosamente en un estuche especial junto con
cinco repuestos. Era suficiente por el momento. Sin embargo, incluso mientras hacía esto, los
síntomas febriles llegaban y venían sin parar así que opinó que tal vez hasta era mejor ver a Takeda
en persona.

Llamó a la clínica.

Quizá estaba ocupado porque escuchó el tono de llamada diez veces.

"Profesor."

[Ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo estás?]

Respondió que estaba bien, habló un poco sobre ajedrez y luego pasó al tema principal.

[Bueno, ¿Los síntomas no desaparecen por completo incluso si aumentas la cantidad?]

"No. ¿No hay una droga más fuerte?"

[Bueno, no hay un efecto inmediato en la medicina china. Pero se puede fortalecer. Puedo ir a
la mansión si quieres.]

"Me gustaría pedir un examen médico más detallado... Voy a ver un colegio mañana de todas
maneras así que pasaré a verlo de camino a casa".
Le dijo sobre la hora en que podía presentarse en la clínica y colgó sin decir nada más. Luego,
Goshoku sacó el spray que le dio Kurose y lo apretó con fuerza contra él. Era la feromona de
Kurose, la que estaba generada artificialmente. Dijo que podía ser un repelente pero solo
provocaba que su corazón se apretara con el sentimiento de no tenerlo junto a él.

Antes de irse, le dijo "Por favor, no te excedas tanto." Pero ahora pensaba que debió decírselo un
poco más fuerte o con más sentimiento. Aunque estaba seguro de que Kurose igual diría "No te
preocupes por eso." Y le daría la vuelta al asunto. De verdad esperaba que esto funcionara y
rezaba por que los esfuerzos de Kurose no fueran en vano.

"¿Piensas en papá?"

Meg que sostenía un osito de peluche contra su pecho, miró suavemente a través de la puerta de la
habitación. Goshoku entrecerró los ojos ante las palabras que eran típicas de Meg.

"¿Por qué dices eso?"

"Porque mi mamá se ve diferente cuando está pensando en mi papá"

"Tienes razón."

Cuando estiró los brazos hacía ella, corrió y saltó hasta hundirse contra él. La apretó en un abrazo
suave y después incluso le acarició la cabecita. Su pelo era suave, era delgado y de color claro. Se
pegaba a su piel cuando se mojaba y se volvía suave con solo secarlo un poco.

"¿Ya terminaste de comer?"

"Sí, todos terminaron."

"Que bueno"

"¿Vas a llamar a una niñera?"

"Así es."

"¿Lo sabe papá?"

"No. Meg, te has vuelto muy buena con las preguntas. Además, creí que te emocionaba estar
con la niñera ¿No te gusta jugar con ella al escondite?"

"¡Sí me gusta!"

Cuando acarició su cabeza de nuevo, Meg saltó hasta hacer sacudir las colitas de un lado para otro.

"¿Mañana vas a salir con Yuki?"

"Así es. Vamos a echarle un vistazo a una escuela así que, mañana Meg será la líder y
controlará a todos sus hermanos".

"¡Me gusta ser la líder!"

"Entonces ve con ellos y diles ¿Está bien, bebé? Estaré allí pronto".

Tomó un poco de medicina china así que los síntomas desaparecieron gradualmente. Además,
estaba un poco más tranquilo al pensar que, después de la visita a la escuela de los niños, podría
obtener una dosis mucho más fuerte y duradera. Deseaba un poco de alivio porque no podía dejar
de estar nervioso.

"Maldición..."

Un S Alfa podía eliminar un enlace. En el momento del caso de Kaminuma, después de verse
obligado a ser su pareja con una mordida, Kurose borró los rastros de su hermano para volverlo
completamente suyo. Originalmente, una vez que te volvías el enlace de alguien, el sexo con otros
humanos era doloroso y prácticamente imposible, pero con Kurose esa regla ni siquiera se cumplió.
La habilidad de Kurose salvó a Goshoku de la desesperación incluso aunque estaba preparado para
nunca volver a tocar a su compañero favorito. Y ahora que había noticias sobre un S Alfa que
estuvo involucrado en el secuestro de un Omega, ese hecho solo empujaba a Goshoku al peligro.
No sabía si incluso el enlace dejado por Kurose podía ser invalidado, pero se podía decir que había
posibilidad. La única salvación que tenía era que muy pocas personas sabían que era un S
Omega.

Tenía que ser firme.

Cuando volvió a la cocina, con la luz que por fin había encontrado dentro de su pecho, encontró
una escena que animó a Goshoku aún más.

"¿Que están haciendo, chicos?"

"¡Limpiamos, mamá!"

Los niños, que terminaron de comer, recogieron los platos y los llevaron directamente al fregadero.
Le preocupaba que algo se fuera a caer y romperse, pero respetaba la independencia de los niños.

"¡Mamá, terminamos!"

Meg pareció haber tomado el liderazgo desde ese momento. Le rodeó la carita con ambas manos y
la besó en la frente antes de pasar a hacerlo con los demás. Luego lo hizo con todos, los felicitó y
se mudó con ellos a la habitación para recordarles que ya era hora de tomar una siesta. Y tal vez
porque jugaron mucho y comieron hasta llenarse el estómago, todos se durmieron cuando llevaba
solamente dos páginas del libro ilustrado. Les deseó buenas noches y volvió al salón para no
despertarlos. Inmediatamente después de eso, un sirviente vino y dejó algo frente a la puerta. Lo
había hecho muy rápido para no verlo cara a cara.

Goshoku, que abrió la puerta, sonrió.

<Nos veremos muy pronto, mi amor.>

Recientemente, recibía rosas de Kurose casi todos los días. Al principio, las colocaba al lado de la
cama para que las encontrara al despertar o en el lavabo del baño. Debido a que estaba cansado de
cuidar a sus niños, a menudo se dormía primero incluso cuando regresaba Kurose y ya que a la
mañana siguiente iba a trabajar antes de que despertara, la única conversación que tenían era con
sus regalos. Hubiera estado bien si solo lo despertara, pero parecía que el deseo de Kurose por
dejarlo descansar era muchísimo mayor. Además, se sentía bien despertarse envuelto en un
agradable aroma a perfume. Hasta sentía su presencia aunque no hubiera visto su rostro por varios
días.

Los pétalos rojos se superpusieron tantas veces que el contraste con las hoja de su carta fue
hermoso. El arreglo tenía un rico olorcito a damasco que se le quedaba en los dedos con solo
sostenerlo un poco en la mano y además, mirando su apariencia tan fresca, podía darse cuenta de
por qué esta flor era tan amada en todo el mundo.

Goshoku se recostó en el sofá. Él no era el tipo de hombre que se sentía especialmente feliz al
recibir flores, pero estaba satisfecho con el truco de un esposo que era torpe cuando se trataba de
romance. Y después de disfrutar de esto por un rato, notó que la puerta estaba un poco abierta y
que unos pequeños ojitos estaban apuntando en su dirección.

"¿Qué pasa Meg? ¿Ya te levantaste tan pronto?"

Meg asintió y luego dirigió sus ojos a las rosas en las manos de Goshoku. Cuando le dijo que
viniera a su lado, corrió y acerco la nariz.

"Huele bien. ¿Son de papi?"

"Lo son. Si no puedes dormir, ¿Quieres hacerlo aquí conmigo?"

"¿Está bien?"

Meg, que sonrió y se sentó sobre sus rodillas, pegó las mejillas a su pecho y luego lo miró.

"Oye, mami. ¿Sabes el lenguaje de las rosas rojas? Papá me lo enseñó una vez."

Asintiendo, Goshoku murmuró: "Significa te amo."

"¿Mamá también quiere mucho a papá?"

Le preguntó de pronto, con la mirada clavada en la suya. Lo amaba, aunque normalmente no decía
palabras tan dulces como esas.

"Tienes que querer a papi apropiadamente."

"Así es."

Pero despertarlo con un "Te amo" todos los días... ¿Podía decir eso? Lo pensó, abrió la boca y al
final la dejó como estaba. Todavía no podía decirlo así que comenzó a reírse amargamente de si
mismo. Aunque, tal vez algún día...

Mientras sentía el peso de Meg, que se había quedado dormida, Goshoku juró en su corazón que lo
haría bien.
Chapter 40

Hacía un tiempo agradable desde la mañana. Los pájaros cantaban fuera de la ventana y el viento
acariciaba suavemente sus mejillas.

Ese día, Goshoku dejó a los niños con la niñera, puso a su bebé en la carriola y dejó la mansión de
la mano de Yuki. También había dos guardias militares con ellos, pero afortunadamente, estaban
cuidándolos a una distancia "considerable". Ya que había tenido que decirle sus planes a su esposo,
Kurose pudo ser lo suficientemente inteligente como para capturar sus sentimientos de "vivir lo
más normal posible."

"Mami, mami, rápido."

Yuki parecía estar ansioso por ir a la escuela por primera vez así que gritaba y jalaba la mano de
Goshoku para que corriera junto con él todo el tiempo.

"La escuela no se va a ir de allí, tranquilo".

En el colegio, recorrió el lugar con algunos otros visitantes. Yuki inmediatamente se hizo amigo de
los hijos de otros padres y demostró el liderazgo que llevaba innato. Estaba jugando con todos, con
sus ojos brillando ante los toboganes y columpios coloridos que no podía encontrar en la mansión.
El bebé empezó a llorar en el camino, pero solo cambió su pañal una vez y le dio de comer muy
poquito. Entonces, el recorrido terminó en aproximadamente una hora y con ningún contratiempo
que lamentar. Aunque por supuesto que Yuki quería quedarse un poco más que eso. Se despidió de
los niños de los que se había hecho amigo y dijo que esperaba verlos otra vez.

"¿Te la pasaste bien?"

"¡Sí! ¿Me voy a quedar aquí?"

"No he decidido todavía, pero si te gusta podemos decirle a papá".

¡Pareció completamente enloquecido debido a la gran cantidad de personas en la escuela! Yuki


nunca había visto más niños que a sus pequeños hermanos, así que decidió que estaba bien si
ambos se tomaban un respiro.

"Yuki, ¿No quieres algo dulce, bebé?"

"¿Está bien?"

"Claro ¿Qué se te antoja?"

Pero en ese momento, sin embargo, escucharon un fuerte tronido. Era un accidente de tráfico en
una intersección. Un coche que le había pegado a otro a mitad de la acera. Parecía que varias
personas estaban involucradas y la escena era terriblemente escandalosa.

"¡Mamá...!"

Al parecer, una madre y su hijo estaban involucrados. El conductor, que salió del auto, era un
hombre de mediana edad que se había quedado completamente atónito ante la escena. Escuchó una
voz que gritaba: "¡Échenme una mano!" Y luego vio a uno de los guardias de Kurose darle un
masaje cardíaco al pequeñito junto al auto accidentado. Había tantos mirones que no pudo
confirmar la situación de un modo correcto.

"Mamá, ¿Está herido?"

"Está bien, amor. Enseguida viene una ambulancia así que no te preocupes".

No supo lo que pasó después, pero su ritmo cardíaco aumentó gradualmente.

"¿Qué es esto?"

Tenía dificultad para respirar y estaba empezando a sentir que tenía muchísima fiebre de nuevo.
Era su celo. Pero incluso cuando miró a su alrededor, descubrió que la multitud no estaba
reaccionando a su aroma en lo más mínimo. Se sintió un poco aliviado, aunque igual no podía
saber cuánto tiempo duraría la buena suerte.

"Yu..."

Estaba tratando de evacuar a algún lugar junto con Yuki, pero su manita, la que intentaba tomar, se
escapó antes de tocarlo.

"Mamá ¿Ella está bien? ¿Está lastimada?"

Yuki señaló a una mujer, sentada al costado del camino y justo al lado de un hidrante. Quizá se
había sentido mal cuando vio la escena del accidente porque ciertamente estaba pálida como un
muerto. Trató de decir algo, pero no resultó ser una palabra y antes de darse cuenta, Yuki corrió de
nuevo. El pequeño cuerpo desaparecio entre la multitud

"... Yuki".

"..."

"¡Yuki! No hagas eso. Regresa. ¡Yuki!"

La señal de peligro parpadeaba en su cabeza. Escuchó un latido...

"Yuki. ¡¡Yuki!!"

Cuando logró alzar la voz por segunda vez, finalmente lo encontró.

"Mamá, ¿Qué pasa?"

Se sintió aliviado de tener de nuevo a su niño, pero su condición estaba empeorando


considerablemente. Su fiebre estaba tan fuerte y sus piernas tan cansadas que contactó con
urgencia a Kurose antes de que ya no pudiera ni hacer eso. Fue él quien se registró en su celular
para recibir un SOS con solo tocar un botón. También le mandó su posición por GPS.

"Ven aquí, bebé. Vamos."

Finalmente, pudo agarrar la mano de Yuki para entrar en un callejón impopular mientras empujaba
la carriola de su otro niño. Era peligroso tener el celo en pleno parque así que inmediatamente sacó
la jeringa y la colocó en su brazo.

"Mami, ¿Estás enfermo?"

Yuki frunció el ceño con ansiedad.


"Estoy bien. Estoy bien ¿De acuerdo? Ya llamé a papá para que venga."

El repelente que le dio Kurose también fue rociado por la zona para que no se acercara nadie. Hasta
se había ido a ese lugar porque lógicamente el spray funcionaba mejor en un área pequeña. En ese
momento, Kurose lo contactó también:

[Ya voy para allá. ¿Qué sucedió? ¿Estás herido?]

"No lo sé. Me siento mal. Ven pronto..."

[Ya voy. Estoy cerca. Terminé mi trabajo rápido porque Meg dijo que estaba nerviosa por
ti.]

"Ah... Es una niña muy buena."

De verdad estaba orgulloso de ella. Y no solo de Meg, sino también de Yuki, Maruo, Yo, Al y
Taki. Por supuesto que igual de su pequeño bebé. Aunque no tuvieran su sangre, al visualizar las
sonrisas de los niños y la manera en la que lo abrazaban y lo buscaban, pensaba que quería
protegerlos con su vida si fuera posible.

[¿Qué pasó con los guardias? Esos idiotas...]

"Hubo un accidente de tráfico... Y... Hay heridos..."

[No pasa nada. Tranquilo. Iré pronto. Llegaré pronto ¿Si mi amor? Así que espera.]

La tranquila voz de Kurose lo calmó un poco. Habían prometido proteger sus vidas diarias y las de
sus pequeños hijos así que era más que evidente que iban a salir de esta situación de la manera
que fuera. Se sentó al lado del carro del bebé, abrazó a Yuki y esperó en silencio a que llegara su
esposo, intentando mantener su conciencia despierta mientras escuchaba la voz del niño diciendo
que todo estaría bien.

Pero su corazón rebotó de nuevo.

Estaba... El signo de una persona...

(Es un S Alfa...)

Estaba convencido a pesar de que su conciencia era vaga debido a la fiebre. Podía sentirlo. Esto no
era solo el celo, estaba siendo incitado intencionalmente por él. Sin embargo, fue diferente a
cuando reaccionó ante la existencia de Kurose. Había un aire maligno.

"Mami ¿Qué te pasa?"

Entonces notó que estaba teniendo una hemorragia nasal. Yuki estaba muy asustado. Dijo "Está
bien, bebé" y lo limpió rápidamente con el dorso de su mano. Pensando en qué hacer con esto,
recordó cuando Kurose tomó un supresor para no atacarlo. Fue antes de que los corazones de los
dos se comunicaran entre si. Aún así, la influencia de la feromona no pudo ser suprimida y tuvo
que ponerse más inyecciones hasta que finalmente le hicieron efecto. Fueron un total de cinco.
Kurose lo amaba tanto que no le importaba hacer cualquier cosa para protegerlo a él y a sus hijos.
Incluso él lo amaba de tan manera que podía sacrificarse por conservar a su familia unida y sana.
Tanto Kurose como los niños lo necesitaban así que buscaría la manera de seguir. Era fuerte y
estaba feliz de poder pensar de esa forma.
En ese momento, sintió un aire fuerte y malvado que le hizo levantar la cara. Era tanto que incluso
el bebé comenzó a llorar. Deseaba que fuera su esposo, pero no era posible. No podía ser optimista
cuando se sentía tan mal. La sombra, que se veía en la entrada del callejón, era alta y ancha. Ni
siquiera tenía un uniforme militar. Además, estaba haciendo que algo le pasara al pequeño Yuki
porque sus mejillas estaban enrojecidas y parecía sufrir de dolor.

"Yuki, ¿Qué pasa, Yuki?"

"Mami..."

Cuando tocó su frente, descubrió que tenía mucha fiebre y síntomas como de un resfriado.
Normalmente el celo de un Omega pasaba a los 15 o 16 años pero ahora su niño parecía estarlo
teniendo. Estaba claramente influenciado por el S Alfa.

"¡Detente! Mi hijo tiene solo 5 años. ¡Detente! ¿¡¡No ves que lo estás haciendo sufrir!!?"

Le gritó al hombre que se acercaba, pero más bien parecía disfrutar de esta situación. Incluso
escuchó una voz rugiente salir de su garganta así que se preguntó cómo podría detenerlo. Si salía
del callejón iba a estar en peligro pero iba a ser mucho peor si se quedaba allí.

Pensó.

Pensó de nuevo.

El llanto del bebé continuó con fuerza. Era como el sonido de una sirena de policía que señalaba
el peligro. Y además de todo eso, el dolor de Yuki pareció aumentar cada vez. Rara vez lloraba,
pero ahora sus mejillas estaban empapadas de lágrimas. Además, había fuertes signos de celo. Era
horrible que le pasara a él.

"¿Cómo estás? ¿Es doloroso? Respira."

La hemorragia nasal tiñó el suelo de rojo. ¿Era solo anemia o se debía a que había utilizado una
gran dosis de supresores? Sin embargo, todavía podía seguir. Todavía estaba lo suficientemente
bien como para golpearlo.

"Hah, ah..."

Exhaló todo su calor y tocó el suelo para no perder la cabeza. Aunque el bebé seguía llorando y
Yuki se estaba aferrando a su cadera, podía ver que el hombre se acercaba cada vez más...

" Hmm , eres terco."

Los pies del Alfa aparecieron a la vista, eran tenis. Trató de mirarlo a la cara, pero sus ojos estaban
nublados y no podía verlo bien. Fue en ese momento que desde el otro lado del callejón, escuchó
una voz que gritaba:

"¡Iida!"

Kurose borró el aire desagradable.

"Ah ¡Aquí!"

Gritó. Estaba aliviado de sentirse a salvo pero, cuando estaba a punto de decir algo más, el hombre
le habló como si lo estuviera ridiculizando:
"Te mataré después".

"..."

Kurose se acercó al mismo tiempo en que se iba.

"¡Iida!"

"Se... Se escapó por allí. Tal vez es un S Alfa".

El sonido de los zapatos se podía escuchar justo a su lado pero, al mismo tiempo que experimentó
alivio, también perdió el poder completo de todo su cuerpo. La hemorragia nasal se paró, pero
siguió siendo doloroso.

"Dios..."

Kurose no pudo ocultar su sorpresa al ver a Goshoku tal mal. Tampoco pudo manejar la ira. Detrás
de sus ojos, que siempre tenían el color de un océano profundo, había una llama de completa ira.
Kurose revisó el interior de la carriola después de confirmar que Yuki estaba más tranquilo y
entonces... Los abrazó.

"¿Los tres están a salvo…? ¿Les hizo algo?"

"Todo está bien, no te preocupes."

"¿Te golpeó?"

"Esto es… Diferente."

"Te inyectaste ..."

Mirando al suelo por encima del hombro de Kurose, dijo: "Algo así." Porque después de todo, se
le habían caído varias ampolletas al suelo. Él obviamente sabía lo que había hecho. Lo abrazó más
fuerte, pero se sintió como si fuera triste. El corazón de Kurose, que no tenía más remedio que
hacer esto en silencio, estaba gritando.

"Tú lo hiciste por mí. Yo hice lo mismo".

"Sí, así es. Lo hiciste muy bien, mi amor".

Las palabras de Kurose llenaron su corazón. No lo culpó y no negó sus deseos de "querer
protegerlos". Además, cuantas menos palabras dijera, más sentimientos se podían transmitir
perfectamente en su dirección.

Al final, Kurose lo besó, cargó a Yuki entre sus brazos y ayudó a su esposo a hacer lo mismo con
el bebé.
Chapter 41

Cuando regresó a la mansión, el aire pareció estar un poco pesado. Goshoku estaba mirando el
rostro dormido de Yuki, repasando las líneas de su carita y dándole pequeños besitos de vez en
cuando.

"Pobrecito..."

Aunque todavía están pequeños, todos los niños eran Omega, excepto por su pequeño bebé. Y eso
solo significaba que tenían que llevar esta condición del celo a cuestas y vivir con esto durante toda
su vida. Nunca había experimentado el calor de sus feromonas hasta que conoció a Kurose, pero
estos niños eran diferentes y estaban destinados a afrontarlo desde la época de su adolescencia.
Dios, si tan solo pudiera, quería crear un mundo donde sus niños pudieran vivir cómodamente. Al
menos tanto como fuera posible.

"¿Todavía sigue durmiendo?"

Kurose entró en la habitación de los niños y miró alrededor de las camas, una por una.

"El medicamento que le recetó el doctor está funcionando. Va a estar durmiendo hasta la
mañana..."

"Estaba asustado. Espero que al menos tenga un sueño divertido".

Kurose acarició el flequillo de Yuki y besó su frente. Deseaba seguir viendo esta escena para
siempre, pero se sentía como una felicidad frágil que podía colapsar en cualquier momento.
Probablemente era por su forma de ser, pero se decía a si mismo que definitivamente podía
protegerlos a todos... Y con los eventos de hoy, la mente de Goshoku perdió estabilidad.

"No hay duda de que la información sobre ti y nuestros hijos se está filtrando hacia el
exterior." Suspiró. "No se puede evitar. Hasta que el S Alfa sea capturado, sería mejor para ti
quedarte aquí en la casa".

"Entré en celo..."

Y diciendo eso, se volvió más que evidente que salir de aquí era mala idea. Al menos, como dijo,
por un tiempo.

"No fue tu culpa. Además, pudiste actuar racionalmente incluso si su feromona te estaba
afectando. Lo hiciste muy bien".

"Lo siento. Te hice abandonar tus deberes a pesar de que estabas de guardia".

El accidente en la carretera fue provocado. Estaba claro que fue algo diseñado para exponer a
Goshoku y se decía que ya se estaba investigando la conexión entre el conductor y "AAsA".
No culpaba a sus guardias, porque le estaban dando un masaje al corazón a un niñito involucrado
en un accidente. Es más, se alegraba de que no lo abandonaran allí hasta que muriera.

"¿Salvaron al niño?"
"Sí. Parece que el trato fue bueno".

"Entonces, esa acción fue la respuesta correcta".

Se dio cuenta de la línea de visión de Kurose así que decidió seguir:

"En realidad, estuve en un estado constante de celo en estos días. Pensé que era un problema
de mi cuerpo pero, si el hombre de hoy me estuvo siguiendo desde algún lugar, podría haber
provocado este efecto".

Un S Alfa podía poner en celo a un Omega con solo estar cerca de él. Y aparentemente Goshoku
no fue una excepción.

"¿Por qué no me lo dijiste?"

"Porque estás ocupado. El trabajo militar es difícil así que pensé que podía lidiar con eso por
mi cuenta".

Además, deseaba ser el esposo más confiable del planeta tierra. Su apoyo y su mano derecha.

"Pero fue malo guardar silencio, lo entiendo."

"No te preocupes por eso ahora".

Pero los ojos de Kurose parecían enojados. Era como si solo intentara, soportar.

"Estás molesto..."

"Lo estoy... Pero creo que es más conmigo mismo."

Otra vez, estaba sintiendo lo mismo que cuando lo abrazó en el callejón. Esa sensación de que
podía mostrarle la profundidad de su corazón a su esposo. Es decir, obviamente sus sentimientos
eran correspondidos y comenzaba a sentir como si su alma estuviera fusionada. Como si hasta
compartieran la misma mente.

Los dedos de Kurose le sujetaron la barbilla.

"... Iida."

Luego, el hombre bajó la mano y con ella le sujetó suavemente la parte superior del brazo. Al
parecer era para poder sacarlo de la habitación de los niños. Era vergonzoso pero, no se resistió.

"Está bien. Ahora ya no necesitas la medicina..."

Y la verdad era que solo haciendo esto, solo hablándole así, la emoción se aceleró constantemente
hasta que comenzó a quemarlo en llamas.

"Lo aguantaste todo el tiempo, mi amor. Eso seguramente fue cansado..."

"Sí, así es..."

La cuestión aquí era que había llegado a su límite. Y la bestia que había dentro de Goshoku, la que
había sido suprimida con medicina y drogas, tenía tanta hambre que ahora se estaba quejando con
su dueño.
"Ya no tienes que hacerlo."

"Pero... Tomé medicina hace un..."

En el momento en que sus ojos se encontraron, todo desapareció.

" Hmm ..."

Lo besó, y luego puso sus brazos alrededor de su cuello. Por supuesto, con solo comportarse así
había provocado que su cuerpo se le encendiera de inmediato. La medicina no tenía efecto frente a
Kurose.

"¡Aaah...!"

Le quitó la chaqueta del uniforme militar y también comenzó a desabotonar su ropa. Ver su camisa
cayendo al suelo provocó que su ropa interior comenzara a mojarse con dulces expectativas.
Exageradamente además.

"¿Estás ansioso, mi amor?"

"Sí, estoy ansioso. Quiero... Quiero que me toques."

Ya no servía de nada ocultarlo. Una vez que la verdadera intención de su cuerpo se derramaba
frente a él, era como si todo se desbordara continuamente.

"Aunque sea tu pareja… Mi feromona… Ah, mi feromona ¿Afectará a alguien más…?"

"No lo sé..."

"Ese S... ¿Puede enlazarse conmigo así como lo hiciste tú?"

"No lo sé."

"¿Cuándo? ¿Cuándo... Podremos vivir con tranquilidad...?"

"No sé".

Kurose no tenía respuestas para esto. Y parecía honestamente frustrado por la situación también.

"Yo soy tu destinado, pero... Tan fácilmente... Mi celo... Él me hizo entrar en celo ¡No pude
hacer nada...!"

"No, tu mantuviste a salvo a nuestros dos bebés. Mi amor, tú hiciste que no les pasara nada."

"Si hay un S Alfa malicioso... Entonces nuestros hijos... ¿Qué va a pasarles? Todos son
Omegas."

"Nosotros los protegeremos ¿No es verdad? Ellos van a estar bien y nosotros vamos a estar
bien también. Te lo prometo."

Nacer como Omega no significaba que no pudieran ser felices. Es decir, Goshoku conoció a
Kurose al final ¿No era cierto? Estaba atado a un compañero que podría llamarse su destinado. Si
Yuki y sus otros niños podían conocer a una persona así, entonces seguramente serían muy felices.
Eso pensaba o... Debería haberlo pensado. La convicción y la ansiedad se precipitaron
alternativamente, tratando de colarse con los pensamientos de Goshoku.

"No dejaré que nadie les ponga una mano encima a nuestros bebés."

Solo quería escuchar esa palabra.

Mientras se cubrían con la respiración del otro, comenzaron a quitarse todo lo que todavía les
quedaba encima. Cuando se acostaron, ambos estaban completamente desnudos.

"Ah..."

De repente, su cuello fue golpeado por sus dientes de tal manera que sintió como si su barbilla se
elevara también en su dirección. Y la verdad era que deseaba que le doliera mucho más.

"Hmm... ¡Um!"

El cuerpo le tembló, encantado. Al mismo tiempo, la respiración de Kurose comenzó a cambiar en


señal bestial de que también estaba perdiendo el control.

"Iida..."

No podía apartar la mirada de él. El cabello que le acariciaba la espalda estaba desordenado y su
frente parecía completamente sudorosa. Algo así como una belleza violenta. Un abrumador
atractivo sexual que lo golpeaba igual a si fuera una marea.
Y cuando el celo, que apenas y fue suprimido por la droga, se volvió incontrolable, Kurose
también pareció contagiarse y entrar en calor. Empujó hacia arriba el cuerpo de su esposo y lo hizo
caer en un bucle en el que la existencia de cada uno hacia más estimulante el momento de su
encuentro. El calor comenzó a propagarse de manera constante y su cuerpo lo aceptó, volviéndose
suave como una fruta.

"Ah, ah, ah, allí... Justo allí."

Sus dedos largos lo penetraron. Estaba loco por la manera en que se balanceaba y por lo familiar
que se sentía. Lo estaba volviendo tan extraño que hasta tomó las sábanas con fuerza y sacudió la
cabeza para tratar de contenerse. Aunque obviamente fue en vano.

"Ah, ah, ah."

Sin embargo, su esposo estaba complacido con la existencia completa de Goshoku, que se había
convertido en una bestia superficial que devoraba el dulce castigo que le ofrecía igual a si fuera una
recompensa.

"Ah, es tan raro... Ah, es raro, Kurose... ¡Ah!"

El placer le brotaba de la parte posterior del cuerpo, como burbujas. Sus manos estaban temblando
y su espalda dolía por la expectativa de que comenzara a devorarlo.

"Ah, rápido..."

"Iida."

Un suspiro bestial se derramó en su oído, la saliva goteó y las respiraciones violentas se cruzaron
en esa habitación con las luces apagadas. Y cuando pensó que ya no podía soportarlo más, un
terrible dolor atravesó violentamente a Goshoku hasta que gritó:
"¡Aaaaaah!"

Fue como un choque que le rompió el núcleo del cuerpo.

Su pene, que era una prueba de que era un S Alfa, le llegaba hasta la parte posterior del estómago
para apretar todo lo que estaba en su interior. Era demasiado grande y feroz para que no le
molestara a Goshoku teniendo un cuerpo tan delgado.

"Ah..."

Su voz amortiguada sacudió el aire y su suspiro entonces se elevó hasta volverse un pequeño eco.

"Ah, ah, ah, ah..."

Era insoportable.

No conocía ningún otro placer como este ni un sonido tan húmedo como el que ocasionaban sus
cuerpos. El ano hinchado desbordaba semen y comenzaba a contraerse con fuerza como para tratar
de exprimir a Kurose a profundidad. Era indecente y codicioso y muy diferente de como se
comportaba todos los días.

"Ah, ah, ah."

Y tal vez fue porque inconscientemente estaba estirando las piernas que sintió un ligero calambre
alrededor del muslo.

"Hah, huh, Es-Espera..."

Pero la bestia, que estaba utilizando sus caderas y sus piernas para moverse, pareció no poder
detenerse de inmediato. Solo siguió devorando a Goshoku una vez y otra vez, con el pene que se le
había convertido en un arma.

"Espera solo un... ¡Umm!"

Pero el acto solo se hizo más intenso y se volvió un poco más difícil también. Sin embargo, el
dulce dolor que le estaba ofreciendo era justamente lo que Goshoku necesitaba. Y aunque se
quejaba y lloraba, también había una parte de él que estaba encantada y muriendo de placer.

Su esposo dobló su cuerpo para que encajara cómodamente en la placa de su pecho y vertió
palabras apasionadas en su oído que decían:

"¡Te amo! ¡Te amo, Iida...!"

Y cuanto más lo penetraba con fuerza y más lo abrazaba dulcemente, entonces más podía sentir la
fuerza de sus sentimientos. Lógicamente, entonces era atacado por una sensación de felicidad sin
precedentes.

"Ah... Ah, Iida... Iida."

Kurose parecía sufrir también.

"Ya no puedo... Ah, voy a... Voy a..."

"¡Iida!"
Comenzó la larga eyaculación de Kurose. Estaba temblando violentamente por dentro y
agrandando la base de los genitales para hacer una especie de tapón en su trasero. Era una función
de un Alfa para proporcionar una conexión firme y garantizar descendencia.

"¡Ah...!"

"Kurose... ¡Kurose!"

Dijo que Goshoku era su primera vez. Hasta este año no se había entregado a nadie y ahora el
hombre estaba sacudiendo violentamente su pene dentro de él. Tomándolo y diciendo que lo
quería.

"Iida, te amo."

"Yo también... Yo también te amo."

Al pedirle un beso, el hombre se lo ofreció mientras movía suavemente sus caderas para adelante.
Pero cuando los labios de Kurose bloquearon sus labios húmedos en otro beso, entonces dejó
escapar un rugido aterrador y su semen fluyó hasta mojar las colchas.

La eyaculación de Kurose duró una hora. Mientras tanto, Goshoku no tuvo más remedio que
aguantar todo este tiempo mientras se obligaba a si mismo a no desmayarse. Y como si fuera un
sacrificio, comenzó a temblar cuando los afilados colmillos de la bestia se clavaron nuevamente
sobre él.

"Quiero mantenerte oculto para siempre."

La voz de Kurose de repente fluyó, y el brazo alrededor de su espalda pareció aumentar de poder.

Mientras disfrutaba de la temperatura corporal que se transmitía directamente hacía él, tomó sus
mano y entrelazó sus dedos con los suyos para apretarlos con fuerza. Por supuesto, se sentía feliz
hasta con el simple acto de sostenerse.

"Iida... También llama mi nombre. Mi primer nombre."

Iba a decir "Kurose", pero negó con la cabeza de inmediato y habló:

"... Rei".

Sonrió y lo dijo de nuevo:

"Rei".

Se preguntaba si estaba más emocionado cuando lo llamaba así o es que solo era su imaginación.
Kurose, que había dejado su peso sobre el cuerpo de Goshoku, levantó la cara. Y mientras se
miraban el uno al otro, lo llamó otra vez:

"¡Rei... Ah ¡Rei!"

Sus labios fueron robados y sus palabras fueron tragadas por su boca. Ah, sintió como si estuviera
en llamas. Un hombre que siempre estaba vestido con uniforme militar y endurecido con una
armadura llamado "razón", cambiaba repentinamente solo para él.

"Iida, mi amor, quiero verter mi semen en ti mientras pronuncias mi nombre".


Y entonces lo empujó profundamente por detrás.

"¡Hmm…!"

Era una presencia impresionante. Tanto que había dejado de sentirse a si mismo para ahora solo
sentir el espesor de Kurose.

"Te amo, te amo, te deseo tanto."

Kurose, que estaba mostrando la sangre del S Alfa dentro de él, también era irresistiblemente
atractivo.

"Ven amor, acuéstate…"

Mientras Goshoku enterraba su rostro en la almohada, claramente comenzó a sentir los dientes de
Kurose por tercera vez entrando en su carne. Le recordaba a la época en que su hermano lo obligó
a enlazarse con él. En ese momento, Kurose se aferró a Goshoku, dejó un perfil dental en su nuca y
sobreescribió el destino para pertenecerse. Se supone que nunca más debió poder volver a abrazar a
Kurose y sin embargo, ahora podía disfrutar de su ser querido con todo su cuerpo y tanto como le
viniera en gana. Iba a aprovecharlo, por supuesto.

"Rei, Rei…Más… Más fuerte. Rei ¡Rei!"

Puso su nombre en sus labios una y otra vez hasta que Kurose, que suspiraba y gruñía, pareció
volver a enlazarse a su cuerpo.

Nadie podía sobrescribir esta marca. Incluso ese estúpido S Alfa no podía separarlos. Y a medida
que avanzaba la noche, se hundió en la alegría ser solamente suyo.
Chapter 42

Podía escuchar a su bebé llorando más allá de su conciencia.

Tengo que levantarme.

Tengo que levantarme y ver qué está haciendo mi bebé.

Dijo eso muchas veces, pero no pudo abrir los ojos y su cuerpo apenas y pudo moverse. Estaba tan
cansado que aunque ya se encontraba medio despierto, el sueño pareció no querer hacerlo salir de
la cama. Y justo cuando estaba pensando en eso, casi más lento de lo que deseaba, finalmente abrió
los párpados.

"Ya... Ya voy."

Intentó levantarse, pero su cuerpo no le siguió. Y cuando logró tener la suficiente fuerza de
voluntad para intentar salir de entre las sábanas, la puerta se abrió:

"¿Qué haces despierto? Ve a dormir."

"Pero nuestro bebé..."

"Estaba llorando, así que cambié su pañal y le di el biberón de leche. Está durmiendo
profundamente ahora".

El monitor de bebé le mostró que el niño estaba pasando una buena noche de sueño así que sintió
unas ganas todavía más profundas de volver a la cama. Pero aunque estaba cansado, también
descubrió que ahora era como si su corazón estuviera completamente lleno . Ayer se abrazaron
desde la noche hasta el amanecer. Y recordando a Kurose en celo, lo miró un momento como si
quisiera ver si realmente era la misma persona. La fiereza del mar embravecido desapareció, y la
tranquilidad de un lago tendido en el bosque lo hizo suspirar.

"Tenemos tiempo."

Kurose se coló en la cama después de confirmar la hora y naturalmente, abrazó a su esposo. Y


desde su cuerpo perfectamente superpuesto, comenzó a transmitirse la temperatura corporal del
otro, los latidos de su corazón e incluso su flujo sanguíneo. Goshoku, sin querer, recordó cuando
llegó Araki, una persona enviada por la organización, por primera vez hasta su casa. Yo, su hijita
más tímida, dijo: "Tengo miedo" y entonces Kurose la abrazó hasta hacer que se durmiera. Ahora
podía ver lo aliviada que debió estar en ese momento gracias a su papá. Teniendo su temperatura
corporal y los sonidos de su corazón en la orejas que mantenía pegadas en su pecho.

"Oye, Kurose... Estaremos bien. ¿Verdad?"

"Estaremos bien, mi amor. Porque haremos todo lo posible para proteger a nuestros bebés.
Ya lo dijimos".

Era una forma de decir que se sentía preparado para hacerlo. Y dentro de él pareció brotar el
coraje. Tokun, Tokun, el latido de su corazón fue transmitido perfectamente hacía él.

Estaba bien.
Estaban bien.

Era un momento de calma que no se imaginaba después de haberse amado con fiereza toda la
noche.

De repente, recordó cuando Meg le preguntó si amaba a su papá. Amor... En ese momento, pensó
que sería imposible decirlo honestamente, pero ahora estaba convencido de que podía hacerlo sin
tardar demasiado. Ahora era posible hablar sin la ayuda de celo o del calor provocado por el sexo.

"Kurose..."

"¿Qué?"

"Te..."

Pero aunque tenía la intención de decirlo y probablemente porque dejó pasar demasiado tiempo,
Goshoku fue secuestrado por el sueño antes de que lo que pensaba se convirtiera en una voz. Tal
vez estaba mentalmente estable al abrazar a Kurose y eso se mezcló con el estado de calma después
de su celo. Que Takeda le recetara un medicamento más fuerte también había tenido mucho que
ver así que fracasó. Sin embargo, estaba seguro de que habría otra oportunidad. Y cuando ese
momento llegara, decidió ser más honesto con sus sentimientos de lo que había sido alguna vez.

***

"Lo siento, maestro. Por no poder verlo antes".

"Creo que fue difícil para ti, más si siempre pareces tan preocupado por todo. Tranquilo,
hombre".

"Créame que lo estoy intentando."

Actualmente, los militares estaban vigilando el área alrededor de la mansión. No estaba claro
cuando llegaría el celo de Goshoku, por lo que lo mantenían a cierta distancia y las personas
sospechosas no tenían permiso de acercarse. Tomó tiempo confirmar la identidad de Takeda
porque llevaba en las manos varios tipos de medicina china.

"En fin... Me voy a ir de la mansión por un tiempo".

"Sí, es lo que dicen. Es difícil, pero seguramente es lo mejor para ti. ¿Vas a ir a una
instalación militar?"

"No. Iré un lugar preparado por una agencia externa".

"No se puede evitar, lo siento mucho".

Las violaciones de derechos humanos fueron cometidos por altos militares que ya habían sido
arrestados y reorganizados, pero ahora que se había establecido además una organización externa,
ya no era posible que los militares estuvieran tan comprometidos en los asuntos que tenían que ver
con los Omega. Es decir, ya que ya no eran confiables, aunque una vez se decidió proteger a
Goshoku en la instalación militar, ahora todo este plan se había retirado inmediatamente para
mandarse a manos de una instalación más secreta.

"Sí. Es una molestia. Pero parece que las visitas familiares están permitidas y si lo solicito
formalmente, entonces el maestro puede venir también. Les pediré que lo registren como
miembro de mi casa. Además, ya que estoy en celo, he estado bebiendo la medicina china del
maestro todo este tiempo. Definitivamente lo necesito".

"Así es. Además, voy a venir seguido porque necesito enseñarte como puedo ganarte en el
ajedrez. No quiero que le quites la diversión a este pobre anciano".

"¿Ganarme? ¿No perdiste contra Yanai la última vez?"

Takeda gimió "Um..." con una voz que era casi inaudible ante las agudas preguntas de Goshoku.
Él comenzó a reírse.

"Espere... Lo aprecio mucho pero ¿Qué hay de la tienda? Está ocupado, ¿No es verdad?"

"Contraté a un hombre nuevo. No lo hice oficialmente porque pensé que podrías volver, pero
parece que sería mejor olvidarlo."

"Lo siento mucho por eso ¿Cómo está bola de masa ?"

"Pues, es un gato gordo que come como de costumbre."

Goshoku suspiró. Extrañaba esos momentos en los que estaba preparando la medicina china de
acuerdo con la receta que le daban en la tienda de Takeda. El espacio rodeado de pisos de color
ámbar y muebles antiguos, que era tranquilo y que no tenía nada que ver con militares, Alfas u
Omegas. Además, le gustaba eso de pulir el piso constantemente y relajarse jugando al ajedrez
después.

"¿Qué te pasa? ¿Estabas pensando en algo feliz?"

"¿Eh?"

Estaba sonriendo, así que le sorprendió que tuviera esa cara rara. Sin embargo, solo dijo que no.

"No es nada especial."

Pero mientras decía eso, su cara naturalmente se agitó. Takeda sabía que era una mentira, pero no
quiso decirle nada más. Además, sin importar lo mucho que extrañara su antigua vida, era un
hecho claro que no cambiaría su existencia junto con su esposo ni aunque le obligaran a hacerlo.
Siempre decía que su familia era como una hermosa concha marina que un niño encontraba en una
playa de arena. Como una bellota recogida en el bosque. Y con pensarlos solo un momento,
empezaban a surgir cosas bastante cálidas y amables dentro de él. Algo que se extendía lentamente
y que envolvía todo su cuerpo hasta hacerlo sentir mejor. Y recordando la noche en que no solo su
cuerpo sino también su corazón pareció estar fuertemente conectado, hizo una cara que provocó
que Takeda repitiera:

"No sonrías".

"No lo hago".

"Ver tu felicidad me da envidia. Ya no hagas eso o no voy a visitarte otra vez".

E ignorando los evidentes sentimientos de soledad de Takeda, una pequeña vocecita se escuchó
desde la izquierda:

"Oye, abuelo ¡Vamos a jugar!"


Yuki, que había estado esperando desde hace un rato, salió de su escondite cuando comenzó a
sentirse adolorido. Además, detrás de la puerta, los niños esperaban por ellos uno al lado del otro.
Estaban emocionados de ver si mamá y Takeda finalmente armaban equipo.

"¿Ya juegas, Take-chan ?"

"Oh, pero tiene que tener cuidado. Estos niños traviesos no conocen los límites de su fuerza
física últimamente".

"Creo que podríamos tener un partido rápido."

"¡Sí!"

Se escuchó una voz bastante alegre. Luego, los niños le preguntaron si podían salir al jardín así
que no tuvo más remedio que darles su permiso. Todavía faltaban alrededor de dos horas antes de
que viniera Araki, de la organización externa, para verificar que todo estuviera en orden y llevarlo
a otra casa. Sin embargo, el bebé pareció comenzó a llorar antes de que pudiera organizar su
equipaje y preparar a su familia.

"¿Qué pasa, pequeño?"

Su pañal no estaba mojado así que lo abrazó con fuerza. La señal de sus hermanitos, que había
sentido a su lado hasta ese momento, desapareció debido al partido así que se quedó
completamente solo. Quería llevarlo con ellos, pero aún no parecía adecuado dejar la mansión.

"No llores. No llores, amor. Ellos van a jugar contigo más tarde."

Recordó la cara de Araki esperando por él así que se deprimió un poco. Aunque fiel al trabajo, ese
hombre parecía un poco... Sospecho. Incluso pudo sentirlo en la encuesta anterior. Era como si le
estuviera diciendo a gritos que su libertad estaría limitada por un tiempo.

"¿Qué pasa? ¿Estás de mal humor hoy?"

En ese momento, la persona a cargo del ejército, quien custodiaba la mansión, lo contactó. Araki
parecía estar allí, mucho antes de lo previsto. Y después de un tiempo, el hombre apareció frente a
él mientras mostraba su identificación.

"Es temprano..."

"Lo siento. Es por tu seguridad, así que es mejor llegar lo más temprano posible".

Entonces el bebé comenzó a llorar aún más violentamente. Lo besó, lo arrulló entre sus brazos,
pero no podía detenerse. Era raro que estuviera de ese humor hasta ahora.

"Me gustaría un momento más."

"Desafortunadamente, a mi me gustaría que pudiéramos irnos de inmediato".

"Mis niños están jugando, solo quiero darles un minuto más. Además es mi casa."

"Pueden jugar después. Creo que entiendes que esto es para tu protección y la de tus hijos
¿Verdad? ¿O no quiere lo mejor para ellos?"

Sintió que se lo había dicho como una amenaza. Contrariamente a su actitud o su tono todavía
demasiado amistoso, sentía que había una parte fría oculta en él.

"No... Lamento decir eso. Me prepararé rápidamente".

Goshoku inclinó la cabeza y se dirigió a la habitación con el pequeño bebé que no dejaba de llorar.
Revisó el interior de su maleta para ver si no quedaba algo y buscó en su celular el número de su
esposo. Antes no sería tan obediente, pero podía "portarse bien" si eso significaba que los niños
estarían a salvo.

Suspiró.
Chapter 43

Mientras Goshoku intentaba poner todo en orden con Araki, Kurose se preparaba para dirigirse a
una pequeña fábrica de procesamiento de alimentos que había cerrado recientemente. Esto después
de recibir un informe bastante detallado de sus subordinados. Aunque no fue revelado
públicamente, el caso del secuestro del Omega había arrojado más pistas recientemente así que
había muchas más dudas que respuestas con respecto a "AAsA".

El otro día se le informó que se mantenía el consumo de energía en una fábrica que no debería
estar en funcionamiento. Se sospechaba fuertemente de la relación entre el dueño de la instalación
y "AAsA" y estos a su vez, parecían estar relacionados con el secuestro del Omega.

"Como resultado del reconocimiento, podemos decir que nadie a entrado últimamente".

"Tal vez huyeron al darse cuenta de nosotros".

"Sí. Deberíamos tener cuidado en caso de que pusieran trampas."

"Tiene razón. Eso haremos."

Habían tres miembros del personal militar en la sala de mando además de Ai. Kurose estaba
sentado en una silla y frente a un monitor porque su trabajo se había vuelto considerablemente más
amplio. Hacía cosas como contactar a los miembros de la organización, mover al equipo y realizar
investigaciones especiales fuera y dentro del país. Además, después del incidente con Kaminuma,
había comenzado a compartir información con la policía por lo que buscaba diariamente de su
cooperación.

"Por cierto, hoy era el día en que tu esposo iba a mudarse a un refugio protegido ¿No es
cierto?"

"Sí, justamente es hoy."

Se organizó debido el accidente de tránsito en el que los guardias le quitaron los ojos de encima a
Goshoku. Aparentemente, descubrieron que el conductor era un hombre al que contrataron para
provocar una distracción pero, no había una verdadera conexión ideológica de él con "AAsA".

"Ojalá pudiera protegerlo en casa. Es una molestia pero, supongo que no se puede evitar.
Todo se complica cuando una organización externa comienza a meterse".

Cuando Goshoku fue atacado, Meg lo contactó y le dijo que su mamá parecía tener fiebre todo el
tiempo. No había notado ningún cambio en su condición física porque tenía trabajo así que se
marchó cuando todos dormían. Tuvo un mal presentimiento y por eso comenzó a poner manos a la
obra e identificó el paradero de Goshoku con ayuda de su GPS. Había un botón de SOS integrado
en su celular y eso estaba, a su vez, configurado para contactar a Kurose en cualquier momento.
Pidió apoyo del ejército, movió contactos y se apresuró a llegar hasta él. Pero cuando se acercó,
descubrió que él había estado protegiendo a sus niños mientras se inyectaba cantidades exageradas
de supresores.

"Se escapó por ahí. Tal vez es un S Alfa."

Y en ese momento, la frustración para consigo mismo pareció crecer hasta las alturas. Se decía
que un S Alfa era una existencia especial, la más poderosa del mundo, pero si no podía hacer nada
por su familia en los momentos cruciales, entonces pensaba que realmente no necesitaba serlo. No
necesitaba nada más que el poder para proteger a sus seres queridos incluso aunque muchas veces
parecía hasta imposible.

"Maldita sea..."

La irritación se derramó de su boca sin darse cuenta de que Ai lo estaba mirando.

"Oh, yo... Lo siento".

Ai sonrió en lugar de culparlo por tener una actitud grosera.

"No pasa nada. Me gustan los cambios que has tenido últimamente gracias a tu familia".

Cambios... ¿Realmente lo había hecho? Intentó pensar en eso, pero su cabeza estaba demasiado
revuelta como para concentrarse.

"Entonces iré primero, señor."

"Ten cuidado".

"Sí".

Kurose salió de la sala de control y ordenó un escuadrón de varios vehículos para que se dirigieran
junto con él a la fábrica abandonada. El sitio estaba rodeado de alambres de púas y tenía un cartel
con la palabra "Prohibida la entrada" en enormes letras de color negro. Kurose dio instrucciones
para rodear el sitio.

"Todo despejado."

Los subordinados lo contactaron de forma inalámbrica y le dijeron que podían entrar. Kurose
estaba viendo el video en la pantalla de su celular.

"Vamos."

Abrieron las puertas una tras otra y entraron, pero ni siquiera pudieron encontrar evidencia de que
alguien hubiera sido encarcelado allí. No había ni siquiera rastros del Omega secuestrado. Por
supuesto, esto también estaba dentro de lo esperado. Los subordinados que buscaban bajo tierra
volvieron a comunicarse:

"Coronel, por favor venga. Encontré un cadáver. "

"¿Quién es?"

"No tiene identificación. Estamos buscando en las listas de criminales y funcionarios del
gobierno."

"Voy enseguida."

Según la historia, estaba en el congelador por lo que el misterio del consumo de energía había sido
resuelto. Sin embargo, pareció un poco exagerado esconder el cadáver de una persona justo allí.

De camino al sitio, se informó de inmediato el resultado de su búsqueda. Las huellas dactilares


presentaron un problema importante pero... Todo indicaba que se trataba de Araki Kaito.
"¿Araki...?"

"Sí".

Kurose miró hacia arriba. ¡Lo acababa de conocer el otro día! Era el hombre que los había ido a
entrevistar en la mansión. Era muy inteligente así que trabajaba como un funcionario inflexible que
tenía que mantener cada dato y pequeña cosita del sistema bajo control... ¿Y ahora había sido
asesinado? ¿Por qué Araki había sido encontrado muerto en una instalación sospechosa de los
"AAsA"? Además, le preocupaba que sus huellas dactilares no hubieran funcionado correctamente
a pesar de que era un empleado del gobierno.

"¿Está seguro?"

"Sí. Lo confirmé dos veces."

Finalmente, Kurose llegó hasta el lugar en el que estaba el refrigerador. El interior estaba frío así
que su aliento comenzó a salir completamente blanco. Y por si fuera poco, el sonido del motor
resonó de una manera un tanto inquietante.

"Aquí está, señor."

Y mientras se dirigía a la parte de atrás, el cadáver del hombre apareció frente a él. Tenía escarcha
por todo su cuerpo y... La cara...

Su corazón se detuvo por un momento.

"¿Son correctos los datos?"

"Sí, es Araki. Un empleado de la organización externa."

Era un señor de mediana edad, regordete y casi sin pelo. Se puso morado, pero podía notar que sus
labios eran abultados, sus mejillas prominentes y su expresión bastante tranquila. No era guapo,
pero parecía una buena persona. Y no había duda de que se trataba de una persona completamente
diferente al Kaito Araki a quien conocía.

"¡Contacta con el equipo de guardias de mi casa! ¡Que no dejen entrar a nadie!"

"Pum, pum, pum". Su corazón estaba desbocado. Un accidente de tráfico estructurado, trampas
dobles, agentes encubiertos. El equipo de guardia se puso en contacto con él y le dijeron que en
realidad, ya habían entrado dos personas en la mansión. Uno era Takeda y el otro...

"¡Es un falso Araki! ¡Asegúralo de inmediato!"

Tomó el teléfono y marcó de inmediato él número de su esposo.

"Contesta, contesta. Por favor contesta."


Chapter 44

El teléfono temblaba sobre la mesa.

Goshoku, que había empacado su equipaje en una maleta que estaba descansando sobre la cama, se
detuvo y miró hacia atrás por un momento. La mesita de noche, con el teléfono, estaba detrás de
Araki así que no podía verlo bien.

"Por favor, date prisa".

"Pero el teléfono está..."

"Seguramente volverá a llamar más tarde. Tu seguridad y la de tus hijos es la prioridad".

Araki había llegado solo hace unos diez minutos, pero ya había sacado a Takeda de la casa y
acabado con la poca paciencia que tenía Goshoku. Sin embargo, obedeció en silencio porque no era
su intención ponerse a discutir frente a los niños. Cerró la maleta y metió los pañales de su bebé
dentro de la mochila. Todo lo que tenía que hacer a continuación era traer un poco de la leche que
había quedado en el refrigerador y ya.

"¿Estás listo?"

"Terminé."

Y cuando puso su teléfono en el bolsillo de su pantalón y salió de la habitación, descubrió que los
niños, que no pudieron jugar lo suficiente con Takeda, esperaban silenciosamente en la sala de
estar. Meg y Taki no dejaban de mirar dentro de la pequeña cunita y en realidad, hasta parecían un
poco asustados.

"Mami..."

"¿Qué pasa? ¿Qué tienes, Yo-chan?"

Pero incluso aunque hablaba con una voz increíblemente suave, el poder de Yo para aferrarse a la
pierna de Goshoku le hizo creer que era un asunto urgente. ¿Por qué estaban actuando así? Hasta
era raro que Yuki, quien era el más travieso de todos los niños, estuviera sentadito como si no
supiera para donde moverse.

"¿Y papá?"

"Él está bien, no se preocupen por eso. Papá nos prometió que vendría después de terminar
con su trabajo. Vamos a ir a una casa de seguridad y luego todos podremos reunirnos en
algunos días. Debemos ser muy pacientes hasta entonces ¿Esta bien?"

Y mientras acariciaba la cabeza de Yo, el teléfono celular volvió a sonar de repente. Lo miró un
momento y contestó:

"¿Hola?"

"Mi amor..."

Su corazón recuperó la calma cuando escuchó la voz de Kurose. ¿Desde cuándo había tenido ese
efecto en él? Intentó hacer memoria, pero no pudo recordarlo. Sin embargo, cuando estaba a punto
de hablar sobre esto, lo escuchó decir:

"No te espantes y escucha bien".

Resultó ser una mala noticia.

"¿Araki está a tu lado? Que no note que yo te estoy llamando. No digas nada."

El corazón se le hundió en un lago helado.

"¿Qué sucede, profesor Takeda? ¿Olvidó algo?"

Hubo un momento en el que no escuchó nada así que pudo imaginar cómo se veía Kurose en ese
momento.

"Es un impostor, no es una persona del gobierno. Se encontró el cadáver real de Araki hace
un momento así que probablemente sea un miembro de "AAsA". Es el S Alfa que escapó. Es
él".

"... Ya "

"Tomó la identificación de Araki y la reemplazó por una foto suya. Los datos de sus huellas
dactilares también fueron pirateados y reescritos . Por eso no sospechamos nada cuando
llegó".

"Bueno profesor, en serio no lo dejó en los cosas de los niños pero... Supongo que lo buscaré.
No se preocupe".

"Voy a ir de inmediato, mi amor ¿Escuchaste? Voy a ir por ti. No importa lo que pase."

Los latidos de su corazón se hicieron cada vez más rápidos y dolorosos, más aún porque ahora
parecía que solamente el podía proteger a sus niños. Dijo que iban a llegar algunos soldados de la
guardia pero hasta entonces, quedaban cinco minutos. Araki no debería enterarse de que ya conocía
su secreto.

Respiró y volteó el cuerpo para mostrar una expresión relajada. Sin embargo, lo que saltó a sus
ojos fue Araki hablando con Meg y sosteniendo su osito de peluche cerca de su cara. Meg estaba
feliz de ser elogiada por su muñeco favorito y sus coletitas si que se rió. Goshoku sintió que no
podía respirar.

"Entonces, voy a tratar de tener cuidado."

"No cuelgues, déjalo justo así."

"Entiendo. Lo haré así entonces. Nos vemos luego."

Manteniendo un tono ligero, fingió colgar y guardar el celular en su bolsillo de enfrente. Comprobó
la posición de los niños sin dejar de sonreír.

"¿Quién era?"

"Takeda. Parece que no estaba satisfecho por como lo trataron aquí. Y es peor porque olvidó
una de las llaves de la tienda".
"Es un poco descuidado por lo que veo".

"No se puede evitar. Ven aquí, cariño. Ven conmigo"

Primero, estaba intentando mantener a los niños alejados del hombre para asegurarse de que no
les fuera a pasar nada. Todo aquel que ingresaba a la mansión era revisado por lo que estaba
seguro de que no tenía armas.

"Meg, ven..."

"¿Está bien señor Goshoku?"

"Por supuesto. Ya terminé de empacar desde hace un rato."

"Entonces vámonos ya."

Maruo y Meg seguían fuera de su alcance. Como lo pensó, era completamente imposible proteger a
siete personas a la vez. Era frustrante ¿Y dónde estaban los malditos guardias? Ya deberían estar
allí.

"Meg, te dije que vinieras."

"¿Pero por qué? ¿No se supone que ya somos amigos?"

Entonces, el hombre sujetó a Meg entre sus brazos de tal forma que la niña gritó.

"¡Meg!"

"Incluso si no tengo un arma, puedo romperle el cuello a un niño con una sola de mis manos
¿Quieres ver?"

Goshoku tenía los dientes apretados.

"El celular, sácalo."

"Libera a Meg, ahora."

"¡No le hagas nada terrible a Meg!"

Al mismo tiempo que hablaban Maruo y Goshoku, Yuki decidió intervenir:

"¡No te perdonaré si le haces algo malo a mi hermana!"

"Jajaja, no puede ser. ¡Pero si todos ustedes son una bola de estúpidos Omega! ¿Qué van a
hacerme? ¿Algo como esto?"

Entonces, el hombre comenzó a dejar salir sus feromonas.

Yuki se dobló contra su propio abdomen y al instante siguiente, todos los niños parecieron
revolcarse del dolor. Incluso el bebé comenzó a llorar violentamente dentro de la cuna porque
sintió que la atmósfera estaba mal.

"¡Espera! Espera por favor.¡Mis niños no tienen la culpa! ¡Detente! Escucharé cualquier
cosa. Te seguiré en silencio, así que suelta a los niños. Te lo prometo. Lo prometo así que..."
"Pensé que sería más complicado. Ya sabes, no es fácil engañar a los militares. Solo, supongo
que estoy teniendo mucha suerte."

Al parecer, se hizo pasar por un oficial de una organización externa e identificó la mansión donde
se encontraba refugiado Goshoku. Estuvo trabajando por un tiempo para poder captar toda la
estructura y la seguridad que había en el interior y así, pudo planificar sus movimientos con
cuidado hasta este día.

"Te diré que quiero. Deseo fabricar un Alfa perfecto que pueda ayudar para el futuro de este
país. Una fábrica Alfa, por así decirlo. Por supuesto, para eso también necesitamos un útero
perfecto."

Fue una palabra muy desagradable. Pero eso era justo lo que "AAsA" representaba. Para ellos, un
Omega no necesitaba derechos humanos. Era solo una persona inútil que daba a luz a los niños que
querían. Y él tenía una alta probabilidad de dar a luz a un Alfa, incluso si la tasa de implantación
era baja.

"¿Entonces? ¿Necesito presionar un poco más?

"¡...!"

Metió la mano en su bolsillo y tomó su teléfono. Podía imaginar fácilmente a Kurose chasqueando
la lengua.

"Vamos, tómame. Llévame donde tengas que llevarme y haz lo que sea que tengas que hacer
conmigo pero... Déjalos ya."

Cuando le entregó el celular, como muestra de que hablaba enserio, le quitó la batería y luego lo
pisó. Por supuesto, la conexión con Kurose se cortó de inmediato en ese momento. Además, él
tomó los supresores que Goshoku tenía guardados en su maleta.

"También esto. Necesito que entres en celo con mi propia voluntad. ¡Mírate ahora! Eres un S
Omega pero pareces un Beta estando así. Eso no es divertido."

Goshoku respiró profundo.

"Los militares van a llegar pronto. ¿Crees que puedas escapar a eso?"

"Solo mírame".

Araki le sonrió y de inmediato le pregunto por cada una de las salidas que conociera dentro de la
casa.

"La seguridad de los niños es tu máxima prioridad, recuerda eso. Si haces lo que te digo, van
a estar bien".

Era frustrante, pero pareció lógico pensar que no había más remedio que obedecer. Por supuesto,
estaba más enojado que nunca en la vida y con una impotencia que creyó olvidada. Le dijo que se
metiera a la habitación del segundo piso y que hiciera que los niños guardaran silencio. Sin
embargo, en el momento en que ingresó al cuarto, pudo escuchar perfectamente un par de pasos
que cruzaban desde el pasillo principal. Abrió la puerta y saltó en la dirección de los hombres
mientras sostenía todavía a su bebé entre los brazos. Los militares corrieron.
"¡Encontré a Goshoku!"

"Señor, tengo a Goshoku."

Estaban contactando a alguien de forma inalámbrica así que se imaginó que era Ai. Lo sentía tanto.

"¡El falso Araki se escapó! ¡Parece que está bajando las escaleras en el lado norte hacia el
patio trasero!"

"Iremos enseguida."

Un grupo de militares fluyó en la dirección señalada por Goshoku.

"Venga con nosotros, joven Goshoku. ¿Qué hay de sus hijos?"

Era un joven soldado, lo podía imaginar por la insignia de rango que estaba en su pecho.

"... Aquí."

Cuando lo invitó a la habitación, Araki, que había estado escondido, se coló por detrás y lo hundió
en el suelo en un abrir y cerrar de ojos. Después de quitarle el uniforme militar, lo amarró, lo
amordazó y le robó su arma. Luego, simplemente lo metió en el armario y cerró la puerta.
Sorprendido por su destreza, Goshoku se quedó casi estático en su lugar. El Alfa se cambió al
uniforme militar y se puso incluso la gorra:

"Mamá morirá si hace algo estúpido."

Habló para despertarlo y para hacer que todos siguieran obedeciendo. Yuki pareció enojado pero
cuando vio a Meg, temblando en el suelo, solo dijo que "estaba bien" y se quedó muy quietecito. El
bebé no dejaba de gritar.

"Andando."

En el camino, pasó junto a algunos soldados pero nadie se dio cuenta de que Goshoku estaba
siendo secuestrado.

"Mami..."

Sus ojos se encontraron con los de Yo, que parecía inquieta, así que sonrió y dijo: "Todo va a
estar bien", antes de salir completamente del pasillo. Como dijo, no iba a pasar nada. Incluso lo
repitió para si mismo un montón de veces. Era un signo de la determinación que tenía por proteger
a los niños incluso aunque significara estar pasando por esto.

Cinco minutos después, el hombre tomó a Goshoku, salió por la puerta principal y lo subió al auto.
Chapter 45

El verdadero nombre del hombre que apareció frente a Goshoku, como sustituto de Araki, era
Nioka. Y fue completamente increíble que el tipo que siempre pensó que había sido enviado por
una organización externa, fuera en realidad una persona completamente diferente.

Nioka.

Nioka.

Lo repitió en su cabeza porque pensó que el verdadero Araki, que fue asesinado por él, no querría
que utilizaran su nombre para estos fines tan crueles. Se podía decir que era una rebelión discreta.

Treinta minutos después de salir de la mansión, cambiaron a Goshoku a otro auto y se lo llevaron a
una velocidad que parecía un poco exagerada para su gusto. Incluso si se trataba de un secuestro.
Además, unos hombres, quienes parecían ser miembros de "AAsA" iban bien metidos en los
asientos dispuestos junto a él. La persona que sostenía el volante era un hombre que tenía
características faciales lo suficientemente duras como para no poder mezclarse en cualquier lugar y
Nioka, el personaje principal, se había acomodado junto a él para darle las indicaciones del viaje.
Atrás, Goshoku sostenía a su pequeño bebé y al lado estaba Yuki. Meg y sus otros niños se
dividieron en otros autos porque aparentemente pensó que con esto iba a serle imposible escapar o
al menos, crear un plan certero.
Era la primera vez que sintió que realmente no podía hacer nada, pero se animó a seguir con
pensamientos positivos porque eso era lo que necesitaba su familia justo ahora. Los niños debían
ser protegidos y también, estaba el hecho de que Kurose lo estaba buscando. Es decir, él
seguramente llegaría y haría que todo estuviera bien muy pronto.

El automóvil bajó por la carretera, corrió durante otros 15 minutos y luego subió por el camino de
la montaña.

"Alto".

Las palabras de Nioka hicieron que el conductor lo mirara de una manera sospechosa.

"¿Está seguro?"

"Sí. Tenemos que esperar la caravana para poder seguir".

Entonces, el automóvil disminuyó gradualmente la velocidad y se detuvo en el arcén más cercano.


Después de esperar un rato, otros vehículos lo alcanzaron y comenzaron a orillarse a la derecha así
que, Nioka, un tanto preocupado, intentó contactar de forma inalámbrica con el vehículo que le
faltaba.

[¿Qué pasa? Están tardando mucho.]

[No... No hay ningún problema señor.]

[No llegues tarde entonces. ¿En qué estás pensando]

[Lo siento].

"¿Qué pasa con mis niños?"


Preguntó Goshoku. El pecho se le había apretado porque aparentemente el auto estaba perdido.

Mientras miraba en dirección a los autos, Nioka suspiró con fuerza y dijo a la radio:

[Ya ¿Kurose está ahí, verdad? Fue muy rápido.]

"¿Ku...?"

Fueron unas palabras completamente inesperadas. Había estado sintiendo una sensación bastante
desagradable durante mucho tiempo debido a esto pero, ahora, su corazón estaba latiendo con algo
de esperanza.

Un vehículo militar apareció lentamente detrás de sus autos.

[ Hmm , ya veo para donde vas.]

[Tenemos el control de este auto y básicamente estás rodeado desde todas direcciones.
Piénsalo. No te conviene seguir de esta manera así que suelta a mi familia.]

Con solo escuchar la voz de Kurose desde la radio, estuvo a punto de perder el poder de su cuerpo
y caer de rodillas. Meg y sus hermanitos, que estaban en el otro automóvil, ahora parecieron estar
protegidos de manera segura gracias a su papá. Todo lo que queda era su bebito y Yuki. Pero
aunque al parecer tenía un plan, igual estaba lleno de pensamientos un poco espeluznantes sobre
todo lo que podía ir mal.

[No fue una mala idea ponerte el uniforme militar y escapar. Sin embargo, eres muy
escandaloso y estúpido. Sabía lo que ibas a hacer tan pronto como descubrí tu identidad así
que inmediatamente envié a mis subordinados a seguirte].

[Bueno, tu esposo sigue siendo mi rehén ¿Sabes?]

[¿Crees que puedes escapar en esta situación?]

[Si te preocupas por tu familia, por supuesto.]

"¡Ah!"

Cuando el hombre sujetó el cabello de Goshoku para hacerle soltar un grito que pudiera escucharse
desde el otro lado, vieron otro coche entrar corriendo justo desde el frente. Este no era un vehículo
militar. En realidad, los hombres que bajaron estaban equipados con armas muy simples, pero que
apuntaban en su dirección.

"Estamos listos, señor."

Sin embargo, era completamente evidente que no podían hacer nada en presencia de Goshoku y de
sus niños. En pocas palabras, fue tomado muy fácilmente frente a los ojos de su esposo. Sonrió.

[Que pena por ti, el amor te volvió débil.]

[¿Crees que puedes escapar para siempre?]

[Mientras lo tenga a la mano.]

Nioka le dijo al conductor que volviera a ponerse en marcha. Después de todo, Kurose realmente
no podía hacer nada sin poner en juego la vida de su amada familia.

"Mamá…"

Yuki estaba ansioso, así que él sonrió y dijo: "Está bien, bebé". Y comenzó a preguntarse si había
algo en lo que pudiera ayudar a su esposo. Después de todo, quedarse de brazos cruzados no era
una opción.
Tuvo una idea, por supuesto... Pero no sabía si era lo suficientemente buena como para llevarla a
cabo. Era peligroso y no sabía si iba a funcionar. Tenía que decidir rápido y prepararse para
ponerlo en práctica o para quedarse justo así.

"Yuki, mi amor, papá vendrá pronto por nosotros así que no pongas esa cara. ¿Tienes
cinturón de seguridad? Siempre te he dicho que te lo pongas correctamente cuando te subas
al auto."

"Mami..."

"Toma al bebé. Toma al bebé y agárralo fuerte."

Ajustó la correa alrededor de sus cuerpos y, justo después de adherirlo firmemente, respiró
profundo, estiró las piernas y colocó el cuerpo un poco para adelante mientras veía como el auto
no dejaba de acelerar.

Era ahora o nunca.

"¡Ah!"

Cuando Nioka, que sostenía un arma en la mano derecha, fue golpeado en la espalda, disparó por
puro reflejo y ocasionó que la bala golpeara al conductor y que el automóvil perdiera el control
casi por completo. Serpenteó y luego, después de derrapar, golpeó un árbol y se detuvo
completamente en una trampa de arena. Nioka, que no llevaba puesto el cinturón de seguridad,
quedó estampado contra el tablero al igual que el resto de sus hombres así que, lógicamente,
estaban golpeados y bastante temblorosos.

"¡Yuki! Vamos, cariño. Vamos."

Goshoku escapó a las montañas con un niño bastante sorprendido y un bebé que no dejaba de
gritar.

"¡Corre! Eres bueno corriendo, vamos. Corre. Corre y no te detengas."

Lo animó a no tener miedo y le dijo que continuara tan lejos como pudiera. Sin embargo, los gritos
del bebé resonaron en la montaña de una forma tan potente que pensó que, si seguía así, iba a
seguir su voz hasta dar con él y finalmente los atraparían de nuevo.

Pero era lo mismo con Kurose.

Definitivamente iba a venir y definitivamente iba a encontrarlo. Hasta entonces, no tenía más
remedio que seguir.

"Mami..."

"¡Haz lo mejor que puedas, bebé! Corre"


Pero entonces, su corazón comenzó a palpitar como si estuviera loco . No podía respirar bien y su
cuerpo estaba increíblemente caliente.

"Ah, ah..."

"Mamá, ¿Qué pasa? ¿Mamá?"

Era lo mismo que cuando lo instaron a entrar en celo en el callejón de la ciudad. No podía
moverse y no tenía un supresor a la mano. Estaba increíblemente indefenso ante los ataques de un
S Alfa y ya que era un Omega muy extraño, incluso entraba en celo aunque ya tuviera un
compañero destinado. Aún así, tomó fuerzas y caminó unos pasitos más para poder llegar con sus
niños e incluso se las arregló para buscar una manera de salir de eso.

"Oye, no llores. ¡No llores porque mamá se siente mal!"

Cuando Yuki se quejó, el pequeño bebito dejó de llorar como si hubiera escuchado la voz de su
hermano.

"Mamá, ya no hace ruido."

"Sí, es porque su hermano mayor le dijo que no lo hiciera."

"¡Buen chico! ¡Vamos a jugar juntos cuando lleguemos a casa como recompensa!"

La esquina de sus ojos se puso increíblemente caliente cuando los vio juntos ¿Por qué no podían
vivir normalmente? ¿Por qué Dios fue tan cruel como para darles a los humanos algo tan atroz
como un segundo sexo? Incluso Goshoku, que no creía en su existencia, tenía ganas de detenerse,
mirar al cielo y hablar con él por todo lo que había causado en su vida.

Goshoku reconstruyó desesperadamente su corazón que estaba a punto de romperse.

"Mi amor, escucha... Llévate al bebé y corre."

"Mamá..."

Las feromonas del Alfa estaban viajando en su dirección pero Yuki aún no las había sentido. Si
tomaba al bebé y escapaban lejos, aprovechando que había dejado de llorar, entonces iban a
salvarse.

"Porque papá definitivamente vendrá por nosotros así que, primero ve y quédate con él. Dile
donde me dejaste."

Estaba muy seguro de que Kurose ya venía para acá. Creía tanto en él que si no fuera porque tenía
su cara en la mente ya se hubiera derrumbado.

"Entiendo mami..."

Yuki estaba sosteniendo pacientemente a su hermanito. Como su nombre lo indicaba, era un niño
increíblemente valiente. Incluso cuando fueron encarcelados por Kaminuma, este niño tuvo un
papel muy importante que desempeñar. No se habrían salvado si el pequeñito no hubiera ido a
pedir ayuda a través de un conducto de ventilación en el que apenas y cabía. Pensaba que era un
poco abusivo que le confiara toda su esperanza a un niño tan pequeño, pero ahora no tenía más
remedio que apostarlo todo por él.
"Ve Yuki".

"Sí".

Yuki entonces se fue a las montañas con su hermanito entre los brazos.

El sonido de alguien pisando el césped se acercaba desde atrás.

Nioka.

"¡No te sirve de nada huir!"

Dijo, mirando en dirección a Goshoku. Como era de esperar, tenía una mirada bastante lujuriosa
encima.

"Tus feromonas son hermosas. Hasta parece que incluso yo, que no soy tu destinado, estoy
empezando a sentir una enorme atracción por ti. Definitivamente serás muy útil para nuestra
investigación sobre los S."

Mientras decía eso, sacó una jeringa del bolsillo y la metió en su propio brazo para intentar
calmarse. Al parecer, no era un Alfa tan dominante porque solo una dosis fue suficiente para
detener el impulso de su cuerpo. Kurose se tenía que inyectar cinco.

"¿Dónde está tu niño?"

"¿Qué te importa? ¡Ah!"

Lo sujetó del cabello para hacerlo caminar pero el suelo estaba tan húmedo que pareció difícil
seguir el ritmo. Además, no podía mantenerse calmado porque ya estaba en celo.

La fiebre no se iba.

Quería tener sexo.

En ese momento, escuchó al bebé llorar desde las profundidades de la montaña.

"Entonces para allá van."

Y mientras escuchaba la terrible voz de Nioka, comenzó a hablar con Kurose en su mente diciendo
cosas como: "Por favor, por favor llega antes. Por favor rescata a los niños." Sin embargo, la
voz de su bebé comenzó a escucharse cada vez más y más cerca a medida que seguían adelante.
Hubo un ruido de traqueteo y entonces, después de una vuelta a la derecha, resultó que llegaron a
un lugar abierto donde Yuki se había detenido para intentar tranquilizar a su hermanito.

"... Yuki".

"Mamá... Lo siento mamá. Intenté correr más."

"No, no es tu culpa."

"¿Sabes que mamá morirá si no escuchas lo que te digo? Ven aquí, ahora."

"¡No Yuki!"

"Entonces, mamá morirá".


"No, mamá no lo hará. Te prometo que estaré bien."

Oh, por favor no.

Que no lastimen a Yuki.

Después de todo, Yuki todavía era muy pequeñito. Se dio cuenta de que fue demasiado imprudente
confiarle a un niño de 6 años la seguridad de un bebé. ¡Era estúpido! Ni siquiera podía detener su
celo o pensar de una manera inteligente para escaparse de allí. Apretó sus muelas.

"No se puede evitar. Un Omega es algo precioso para nosotros, pero este parece estar
causando problemas todo el tiempo. Es mejor hacerlo a un lado".

Y apuntó con el hocico de la pistola a su niño.

"¡Yuki…!"

El disparo resonó al mismo tiempo que su grito.

El llanto de un bebé.

Un sonido de portazo.

Y después, lo que vio delante de él, en medio de su brumoso campo de visión, fue un uniforme
militar completamente manchado de sangre. Era su esposo.

Kurose, que trató de proteger a Yuki, tenía una herida de bala en el abdomen y pareció estar a
punto de colapsar debido al dolor.

"¡Papá!"

"¡Kurose!"

El nombre por el que estuvo llamando todo este tiempo finalmente pudo ser pronunciado en voz
alta por su boca. Sin embargo, las lágrimas se estaban desbordando con mucha fuerza esta vez
¿Por qué no lo dejaban en paz? Tenía muchos enemigos, pero era increíblemente bueno. Un
hombre torpe, pero cariñoso, lo suficientemente gentil como para tratar a los hijos de su hermano
como suyos y tan amoroso con su bebé, que hasta pensó que en definitiva había nacido para ser
padre ¿Estaba mal querer que viviera con un poco de felicidad?

"Papi..."

Yuki, a quien le quitaron al bebé, se reflejó en la esquina de su campo de visión. Un niño al que
Kurose protegió sin importar salir herido. Alguien que también era importante para Goshoku
como lo era su esposo. Se sentía muy triste cuando escuchaba su vocecita llamándole "papi".

"Yuki... Yuki, todo va a estar bien. Mírame Yuki. Todo va a estar bien."

Sus ojos se encontraron. Aunque su rostro estaba rígido por el miedo, la voz de Goshoku pareció
llegar perfectamente a sus oídos.

Y entonces, Yuki comenzó a correr como si hubiera entendido lo que sus padres querían que
hiciera. Lamentó muchísimo la situación en la que tenía que irse solo a las montañas incluso ahora
que ya se estaba poniendo el sol pero, sin embargo, era mejor que verlo ser asesinado frente a él.
"Bueno, no hay ningún beneficio en quitarle la vida a un niño cuando ya los tengo a ustedes".

Fue un alivio que no estuviera tan obsesionado con Yuki como lo pensó.

"Bueno... En ese caso podemos comenzar a experimentar contigo, mamá."

"¡Déjalo en paz…!"

Kurose tenía miedo porque sabía que los S Alfa tenían el poder de invalidar la marca de enlace.

"Goshoku..."

Kurose estaba a punto de levantarse del suelo sin importar que estuviera terriblemente herido.
Pareció estar preocupado de que le robaran a Goshoku pero, igual le fue imposible avanzar más.

"Tú tendrás a mi bebé ¿Cierto, bonito?"

Lo agarró del cabello y le susurró al oído una palabra tan horrible como esta. Sintió que se
acercaba una desesperación abrumadora, algo igual a la pesadilla que tuvo que pasar cuando
estaba con Kaminuma.

"Kurose participará en actividades reproductivas para nosotros. Después de todo, un S-alfa


es una existencia preciosa. Hay que conservarlo."

"..."

"Y como yo también soy un S-alfa, es mi deber hacer que mis semillas dejen un país
bendecido."

En ese momento, un amigo se comunicó con la radio de Nioka. Aparentemente el ejército se estaba
acercando otra vez así que Goshoku escuchó que le ordenaron ir a la cima de la montaña.

"Desafortunadamente, parece que no tengo tiempo para sobrescribir la huella de Kurose con
la mía."

Y se escuchó también el sonido de la hélice de un helicóptero. No podía verlo, pero


definitivamente se estaba aproximando a ellos.

"¿Este fue tu plan desde el principio?"

A la pregunta de Kurose, Nioka se rió como burlándose de él.

"Naaa. Mi plan necesitaba a tus otros niños. Esto es algo incompleto."


Chapter 46

"Me pregunto por qué ese niño no está en celo todavía".

Esa era una voz que estaba acostumbrado a escuchar, pero que no había oído desde hace
muchísimo tiempo. Cuando hablaban de él, siempre utilizaban las mismas palabras:

"Se ha estado preparando desde que era un niño. Tiene una apariencia bendecida pero, el celo
nunca le viene".

Esa era su madre. Una mujer que parecía completamente preocupada de que su hijo no tuviera
celo. No, en realidad era su casa, no ella, la que siempre pareció cargar con todo ese peso. Después
de todo, casarse con un Alfa bien establecido determinaría si podían tener éxito en el mundo y eso,
a su vez, estabilizaría completamente su vida. Goshoku recordó el dolor de esos momentos y sintió
algo atorado en la parte posterior de su garganta. Era, para ponerlo en palabras simples, un
dolorcito nostálgico. Algo que le aplastaba el corazón todas las veces. Y es que, a medida que se
volvió más consciente de todos esos significados que no entendía cuando era niño, más comenzaba
a crecer la ansiedad y la terrible desesperación de un futuro que parecía desolado. Y cuando
comenzó a notar que el mecanismo innato del cuerpo de un Omega no funcionaba en él, la verdad
es que comenzó a sentir como si su vida no estuviera del todo arruinada como le habían hecho
creer. ¿Qué podía decir? Se sintió aliviado de que el problema no existiera y de que él fuera algo
así como un Beta. De esa manera no tendría celo, ni enlace, ni todas esas pequeñas cosas que le
habían comenzado a parecer terriblemente asquerosas. Y justamente por eso fue que el dolor que
sintió cuando supo que sus padres no sentían lo mismo que él casi le había provocado ponerse a
vomitar.

Lo siguiente que apareció frente a sus ojos, fue una vista increíblemente nostálgica. El aire pesado
se escapó y una luz tenue comenzó a brillar desde unas lamparitas puestas en el techo. Estaba en
un lugar con el suelo de color ámbar, muebles antiguos y un gato gordo en sus rodillas. Era una
vida en estabilidad. Un lugar de calma frecuente.

Pero no era suficiente.

Esto no era suficiente.

Y en el momento en que lo pensó con más cuidado, notó que una pequeña carita se asomaba detrás
de los muebles. Era un niñito jugando al escondite y riendo en voz alta. Oh, era cierto. Esta era la
felicidad que tanto amaba. Estar con Yuki, Meg, Maruo, Yo, Al, Taki y su pequeño y precioso
bebé. Amaba a todos tanto como lo hacía con Kurose. Y sí, el hombre también estaba allí en ese
escenario. Aunque no estaban festejando algo importante, utilizaba un uniforme militar con una
gorra. Estaba mirando a sus niños con una expresión gentil y tenía un brillo muy bonito en esos
ojos de color claro que le recordaban a un lago.

Y lo que estaba viendo reflejado en ellos no era soledad, sino una tranquilidad bastante agradable.

"Goshoku..."

Cuando fue atrapado en la línea de visión de Kurose, su pecho se apretó tanto que descubrió que se
había quedado sin voz. En realidad, intentó decir lo que pensaba y pedirle que se aproximara un
poquito más para poder sostenerlo entre sus brazos, pero no salió ni una pequeña palabra. No
obstante, era como si cada célula de su cuerpo se llenara de felicidad en un instante. Similar a
cuando respiraba muy hondo.
"Ojalá pueda verte sonreír todos los días".

Goshoku quería decir "Yo también." "Yo también espero que Kurose pueda vivir lo más
alegremente posible."

Kurose entrecerró los ojos, reunió a los niños y se dirigió al jardín. Allí, todos estaban corriendo
alegremente sobre la hierba. Riendo y sonriendo como cuando estaban en casa. Pero en ese
momento, encontró que había una cosa negra impresionante retorciéndose en la esquina de la
cerca. Al principio, pensó que era la sombra de un árbol o solamente las ramas de las flores, pero
comenzó a moverse sin importar la posición del sol y pareció acercarse a Kurose y a los demás
como si quisiera atacarlos.

"..."

No podía hablar para advertirles y Kurose aún no se había dado cuenta de lo que estaba pasando así
que, si no hacía nada, todos estarían en peligro.

No.

Por favor, no.

No me quites la felicidad que tengo.

Haré cualquier cosa, así que no me quites lo que es más importante para mí.

¡Por favor!

"¡Kurose!"

Así que se despertó con el sonido de su propia voz.

Su corazón palpitaba terriblemente y su cuerpo sudaba con bastante fuerza. Y al ver que arriba de
él había un techo completamente desconocido, se dio cuenta de que en realidad solo... Había
tenido un mal sueño. Algo que se sintió cierto pero que no lo era.
Suspiró y comenzó a despertar, pero se encontró con un ambiente que le hizo pensar que
definitivamente no había escapado de su pesadilla.

"¿Qué...?"

Estaba en una habitación parecida a una sala de aislamiento. Había una cama de tubos y un
escritorio muy sencillo a la derecha. Y más allá de la puerta corredera, que parecía ser un baño con
ducha, se encontró con un arco de madera que posiblemente era la salida y que estaba seguro de
que tenía puesta la llave. Entonces, cuando miró alrededor un poco más, notó que incluso tenían
una cámara de vigilancia en el techo por lo que eso significaba que alguien vendría pronto.

"Um..."

Le dolía tanto la cabeza que incluso frunció el ceño. Y entonces, el recuerdo de haber sido traído
hasta aquí revivió como si lo hubiese golpeado un rayo. Los amigos de Nioka los alcanzaron así
que fue llevado a la cima de la montaña junto con Kurose, quien fue detenido, y su pequeño bebé,
que lloraba como si lo estuvieran matando. Todo el movimiento de persecución estuvo bastante
fuera de lo común en realidad pero, afortunadamente, se consoló gracias a la información de que
Yuki estaba protegido y bien gracias a que se encontró a los compañeros de su esposo.

Recordaba que lo habían metido a un helicóptero y que inmediatamente después de eso le pusieron
una inyección en el cuello. Aunque todo estaba un poco borroso después de eso. Y para
demostrarlo, estaba el hecho de que el siguiente recuerdo que tuvo fue el de esta habitación.
Seguramente lo pusieron a dormir.

"…Maldita sea, ¿Qué mierda me inyectaron?"

Se levantó de la cama con un dolor de cabeza que pareció ser difícil de detener. Además ¿Kurose
estaba vivo? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que le dispararon? ¿Qué pasó con su bebito?
¿No estaba llorando? Había muchas cosas que quería comprobar y estaba frustrado de no poder
hacerlo rápidamente. Tenía que hacer algo. Cualquier cosa, pero ya. Sin embargo, su dolor de
cabeza era tan fuerte que no podía moverse de inmediato ni de la manera que quería hacerlo. Se
sentó en la cama y esperó un rato para poder recuperarse.

¿Iba a estar atrapado así para siempre?

¿Iban a criarlo como una herramienta para dar a luz a niños que no fueran los de Kurose?

¿Lo tendrían como material experimental?

En ese momento, sintió la señal de una persona frente a la puerta así que Goshoku se secó las
lágrimas y se sentó derechito. Era Nioka.

"¿Finalmente te despertaste?"

Miró en silencio al hombre. Estaba tan sonriente que podía hasta ser tomado como alguien
amistoso. Quería saltar en su dirección y golpearlo utilizando los puños pero, sin embargo, incluso
si hacía tal cosa, si lo instaba a entrar en celo utilizando sus feromonas entonces no tendría mucho
que hacer para defenderse. Respiró y se dijo a si mismo que no tenía que moverse en base a sus
emociones sino... Que tenía que utilizar la cabeza.

Goshoku lo repitió muchas veces.

"Mira, te voy a tranquilizar ¿Bueno? Kurose está a salvo. Además, mantengo a tu bebé bajo
control y lo protejo como si fuera mío".

"Regrésame a mi familia..."

"Creo que te convendría hacer una nueva familia aquí".

"... No seas idiota".

"No lo soy, es solo que no te queda de otra. Vas a tener que seguir mis ideas si quieres que
todo continúe estando tranquilo. Así que ven, primero que nada te voy a mostrar las
instalaciones".

El corredor era un espacio inorgánico, con piso de lino y paredes completamente blancas. Además,
había puertas aquí y allá y podía verse gente adentro de cada uno de los cuartos. Tenían una puerta
al final del pasillo, pero pareció que esa solo podía abrirse con una llave de tarjeta. Nioka miró a
Goshoku como si hubiese adivinado sus pensamientos.

"Ni se te ocurra buscar la llave. Bueno, a menos que quieras ver lo que va a sucederle a tu
importante familia."

Kurose y su bebé estaban en manos de esa horrible organización así que no tenía más remedio que
quedarse quieto y esperar.

"Debes acostumbrarte a la vida aquí."

Además de la habitación privada, también había un lugar que parecía una sala de entretenimiento.
Allí, tenían aproximadamente a unos quince niños y niñas, todos con los ojos muertos. No tenían
el brillo peculiar de un pequeñito así que simplemente se sentía como si fueran muñecos arrojados
al azar. Estaba claro que los trajeron aquí en contra de su voluntad.

"¿Qué demonios estás haciendo...?"

"No es nada. Son parte de un papel muy importante en nuestra organización... Es solo que no
han asumido su papel. Entiende que crecerán un poco más y serán perfectos".

"¿No es eso un lavado de cerebro?"

"Es una forma de ver las cosas".

Cuando salieron de la sala, entonces volvieron a encontrarse con un largo pasillo.

"Los Omegas aquí están viviendo una buena vida. Su salud se revisa cada día y todos
nuestros bebés están creciendo de una manera perfecta. La seguridad nacional está en
nuestras manos después de todo".

Había una gran ventana desde donde podía ver el patio. Allí, varios adultos estaban observando a
unos niñitos mientras jugaban con la pelota en una cancha improvisada de fútbol. Al igual que la
mansión de Kurose, estaba cubierto de césped y tenía mucha naturaleza. Pudo imaginar el canto de
los pájaros y la suave brisa del viento, pero no escuchaba el sonido exterior porque todo estaba
hecho de vidrio templado. Sin embargo, no importaba que estuvieran corriendo, el entusiasmo que
tenían sus niños en casa no se transmitía en absoluto justo aquí. Era como si fuera completamente
falso. Como una maqueta de papel maché que imitaba la felicidad.

"¿No crees que es un buen ambiente?"

Esta era una fábrica.

Una fábrica de Alfas.

"¿Qué de esto es un "buen ambiente"? ¿Crees que fabricar humanos realmente mejorará
este país?"

"Aún no lo entiendes".

"No quiero entenderlo. Matas gente... Me quitaste a mis niños..."

Pero cuando dijo eso ni siquiera cambió su expresión. En realidad, comenzó a hablar como si
estuviera orgulloso de sus logros.

"Él era la persona adecuada. Fue el único miembro Omega seleccionado en una agencia
externa recién organizada. Sabía que estaba a cargo de ti así que estuve al acecho desde el
principio".

Entonces no importaba lo duro que trabajara un Omega, era un Omega después de todo y eso era lo
único que le importaba a él.
"Ellos solo son una existencia que sirve para dar a luz".

¿De verdad estaba diciendo eso? Quería quejarse de sus palabras pero, estos eran los verdaderos
valores de este hombre. Por mucho que diera su opinión o le transmitiera sus ideas, no iba a
entenderlo ni iba a intentar cambiar.

Luego, fue guiado a la sección donde se encontraba un laboratorio químico. Allí había hombres
con batas blancas pero no quería ni pensar en lo que tenían sus tubos de ensayo.

"Quiero que hagas tu parte. Ya tuviste un hijo con Kurose así que el siguiente debe ser mío.
Solo tienes que concentrarte en dar a luz."

"Eres un idiota."

Ciertamente hubo un momento en que se sintió tan mal como ahora, era solo que había pasado
tanto tiempo estando en un ambiente tranquilo que lo olvidó.
Takeda recogió a Goshoku y le dio un trabajo. Había un gato gordo obstinado llamado "Bola de
masa" y Yanai venía a la tienda todos los días para preparar té. Su corazón había comenzado a
emitir un color tranquilo como el piso de la tienda que había sido recubierto con barniz muchas
veces hasta volverse ámbar. Y entonces, conoció a Kurose. Nunca iba a olvidar el momento en que
comenzó a sentirse una inmensa fascinación por los ojos oscuros de ese hombre. E incluso aunque
le tomó un tiempo considerable darse cuenta de su amabilidad, ahora pensaba que era hermoso. Su
esposo, su compañero más precioso. No quería ni pensar en perderlo.

En ese momento, sonó la alarma.

"Reporte de la situación"

Por la radio de Nioka, escuchó que Kurose se había vuelto loco otra vez. Los investigadores
estaban tratando de recopilar los datos de Kurose, como sangre y sus células pero aparentemente no
estaba respondiendo bien. Nioka apagó la radio después de decirle que iba para allá.

"Vamos a ver a tu esposo."

La última aparición de Kurose revivió en su mente.


Chapter 47

En unos minutos iban a llevarlo a ver a su esposo. Y mientras esperaba, no sabía cómo calmarse,
qué pensar e incluso había comenzado a sentir que su pecho estaba ardiendo con muchísima fuerza.
El corazón de Goshoku pareció temblar ante cualquier palabra que dijeran por teléfono y al final,
incluso sintió que había dejado de respirar por un par de minutos:

"Bueno, entonces eso es todo".

Su cuerpo se puso más inquieto ahora.

Quería confirmar la seguridad de Kurose por su cuenta así que no importaba lo que tuviera qué
hacer o a quién tuviera que obedecer justo ahora. Realmente necesitaba estar a su lado y decirle
que no iba a dejarlo solo. Después de todo, el uniforme militar, teñido de rojo, y la herida en su
abdomen provocaba por el arma de Nioka, estaba parpadeando en su mente tan constantemente que
hasta era imposible que lo pudiera olvidar.

"Andando."

Lo llevaron a un pasillo que estaba en otra ala de la casa, en un lugar que estaba bajo una
seguridad un poco más estricta. Y después de dar la vuelta y bajar por unas escaleras bastante
delgadas, se encontró con que había una habitación con una ventana inmensa desde donde se podía
ver para adentro.

Y un atuendo familiar saltó a sus ojos desde la pared:

"¡Kurose!

El hombre estaba con vida. Incluso con tanta sangre a su alrededor, todavía estaba allí, respirando.

Sus piernas se sintieron tan sueltas que casi se cayó al suelo y comenzó a decir "Gracias a Dios"
"Gracias a Dios." Mientras sentía que incluso podía ponerse a llorar.

Kurose estaba amarrado por un cinturón de cuero en algo parecido a un sofá reclinable y, por si
fuera poco, tenía un tubo intravenoso extendiéndose por todo el largo de su brazo. Entonces,
cuando Nioka dejó que la cerradura de la puerta leyera la tarjeta de acceso, Goshoku corrió a la
habitación de inmediato gritando su nombre:

"¡Kurose!"

Sus ojos se abrieron levemente. Apenas unos centímetros:

"Kurose, por favor Kurose. ¡Kurose!" Su tono era de llanto. "¿¡Qué le pasa!? ¿¡Por qué no me
responde!? Estoy aquí, Kurose ¡Kurose!"

"Es un tipo duro. Está lesionado y no puede moverse bien pero, igual parece un maldito
demente . Tuvimos que ponerle anestesia."

"Está... ¿Está muy mal?"

Le quitaron todos los botones de la chaqueta para poder vendarle el abdomen. La herida que
recibió pareció ser suturada muchas veces, pero igual estaba sangrando mucho. La gasa estaba
completamente teñida de rojo y había partes que incluso seguían goteando. Se mirara por donde se
mirara, eran unos primeros auxilios muy torpes.

"Go..."

Intentó hablar.

"Go... Goshoku..."

"Estoy aquí. Estoy aquí contigo."

"Si estuviera bien callado, podría recibir el tratamiento adecuado de una manera correcta así
que ¿Por qué se vuelve tan loco? Es un hombre difícil de entender."

"... ¿Por qué estás tratando de ayudarle?"

"Porque es un precioso S Alfa. No quiero que muera. No puede morir sin afectar todo mi
estudio."

Goshoku recordó las palabras de Nioka antes de que lo trajeran aquí. El propósito de la
organización era conseguirlos a los dos porque ambos eran una especie muy rara en el mundo. No
podía simplemente matarlos. En todo caso, sería el último recurso desesperado que podría tomar.
Además de todo, su bebito era un precioso niño nacido entre un S Alfa y un S Omega por lo que, al
ser S también, lo necesitaban un poco más de lo que necesitaba a sus otros hijos.

"Quiero que me ayudes, Kurose. Quiero que hagas más niños S para mí".

"A... Además de Goshoku... No tengo ganas de tener hijos con nadie más."

Pareció estar luchando con todas sus fuerzas para no gritar, por lo que era seguro que esta herida
era terriblemente dolorosa.

"No tienes derecho a elegir."

"Dicen que... Um... Que vas a recoger mi esperma ¿Eso significa que planeas una
fecundación in vitro ?"

"Creo que eres bastante inteligente."

"¿Cuál es la tasa de éxito de la fertilización in vitro ? ¿Lo has pensado?"

La voz de Kurose apenas y podía escucharse con claridad y sin embargo, Nioka, que había estado
hablando en una posición superior hasta ese momento, pareció verse bastante frustrado gracias a él.

"Bueno, es una procedimiento que está lleno de incógnitas. Pero supongo que lo haré hasta
que tenga éxito".

"Es imposible, entiende que la tasa de implantación es muy baja".

"¿Quieres provocarme? ¿Eh? ¿Quieres ver si podemos romper ese maldito margen?"

Nioka volvió sus repugnantes ojos hacia Goshoku y entonces "¡Pam!" El corazón pareció
comenzar a latirle como si estuviera experimentando una especie de ataque.
"Ah..."

Demonios, era esa sensación de nuevo.

La temperatura corporal le aumentó, la respiración se le volvió inquieta y el cuerpo comenzó a


dolerle.

"Espero que con esto ya puedas entender tu posición, Kurose".

Le sorprendió que le tomara del brazo mientras decía eso porque fue como si la pesadilla de su
antiguo abuso reviviera. ¿Iba a hacerle daño frente a Kurose? ¿Iba a intentar enlazarse frente a su
esposo como cuando estaba atrapado con Kaminuma? ¿Se quedaría con un nuevo perfil de dientes
dibujado en su piel? ¿Perdería a sus niños? ¿A su familia? En la desesperación, comenzó a gritar.
Chapter 48

"Pero ¿Qué es esto? Parece que no puedes hacerme entrar en celo."

Aparentemente, la feromona masculina de su esposo todavía lograba mantener al margen a los


otros machos. Era algo que los S podían hacer muy naturalmente y al parecer, esta ley se cumplía
incluso entre otros con las mismas características. Eso significaba que, aunque él le había hecho
entrar en celo por sus feromonas, no había signo de cambio alguno en Nioka. Por el contrario, solo
había afectado a Kurose.

"Es completamente interesante, aunque seguro que te duele porque tienes esa herida encima
¿Cierto, Kurose? No te preocupes, yo me encargaré de sus síntomas por ti ¿Qué te parece?"

Sacó una jeringa con supresor y la clavó de inmediato en el brazo de Kurose. El medicamento que
estaba en el interior se empujó hacia adentro en un segundo así que la respiración bestial del Alfa
se calmó lo suficiente como para que los ojos de Nioka comenzaran a brillar por la rápida reacción.

"No me gusta, no me gusta."

Pero mientras su corazón gritaba de esta manera, los brazos de Goshoku se extendieron hacia
Nioka sin siquiera darse cuenta de que lo estaba haciendo así. ¡Qué cruel era el instinto! ¿Cuántas
veces había pensado en esto desde que nació? Quería morderse la lengua con fuerza y morir antes
que tener sexo con otra persona, pero también estaba esa mentalidad de no querer dejar a sus niños
atrás.

"Kurose... Quiero... A Kurose."

Nioka abrió los ojos en el momento en el que escuchó una voz tan turbia como esa. Y además,
descubrió que Kurose seguía completamente fuera de control.

Nioka suspiró, arrastró el sillón de Kurose (que estaba todavía colocado en la esquina de la
habitación) y lo llevó a otro lado mientras decía una y otra vez que lo "arreglaría en un momento."
Luego, mientras lo escuchaba exhalar un aliento tan feroz como el de una bestia, Nioka miró a
Goshoku con los hombros en alto y abrió la boca para decir:

"Saldré primero. Buscaré un inhibidor para Omegas así que ten paciencia. Es obvio que no
vamos a poder llegar a nada aquí."

"¡Kurose!"

Estaba muy excitado. No podía ni caminar bien y sin embargo, ahora que Nioka pareció haberse
quedado sin opciones más inteligentes que seguir, pensó que era EVIDENTEMENTE una
oportunidad que tenían que tomar entre las manos.
Entonces, mientras intentaba calmar el cuerpo que pareció comenzar a gritar con solo un pequeño
toque de sus manos, caminó hasta que quedó justo frente a la habitación con la pared transparente
en la que habían metido a su esposo. Pero cuando los investigadores llegaron para intentar contener
la situación utilizando otra droga, ellos comenzaron a colapsar uno tras otro tan pronto como se
pararon junto al hombre Alfa. Es decir, no eran una gran amenaza para Kurose y además, no tenían
entrenamiento alguno para pelear contra un S que además estaba muy enojado. Es más, ni siquiera
necesitaba estar completamente desatado para hacerlo.

"Yo... Yo voy a hacer algo. Voy a hacer algo, tranquilo."


Kurose abrió la puerta con la tarjeta de identificación que robó de uno de los científicos y entró de
inmediato en una habitación conjunta que pareció ser algo así como una bodega. Se dirigió a una
computadora, pero cayó de rodillas antes de darse cuenta de lo que estaba pasando. Dios, ¡No podía
caminar más! Por eso Nioka no se había preocupado demasiado en ellos cuando salió. Sabía que no
tenían oportunidad alguna de escapar estando así de mal.

"Pero es demasiado pronto para rendirse".

Kurose comenzó a buscar en todos lados así que se escuchó el sonido evidente del vidrio
rompiéndose, de hojas y libros cayendo y después, el sonido de un par zapatos regresando.

"Encontré un supresor para Alfa... Ven aquí. Ven, mi amor..."

Y se lo clavó de inmediato en el brazo.

Poco a poco comenzó a calmarse lo suficiente como para respirar profundo y, justo después de
recuperarse hasta un punto en el que incluso logró comprender la situación en la que se
encontraban, Kurose lo dejó recargado en la pared y regresó para acceder al sistema y buscar el
paradero de su bebé.

"Toma todos los supresores... Ah, maldita sea. Toma todos los del estante B y llevátelos .
¡Todos los que puedas!"

Como dijo, fue hasta el estante casi a gatas y comenzó a meter todos los estuches con las ampollas
de medicamento para suprimir el celo en su bolsillo. Todavía tenía un ligero síntoma de excitación
y se sentía terriblemente cansado, pero estaba mucho más despierto que antes.

"¿Sabes dónde está el niño...?"

"Entré en el sistema. Estoy buscando un plano del edificio". Dijo rápidamente. "Seguro van a
hacerle un análisis de sangre. Como es un Alfa, él... ¡Argh!"

Mirando a Kurose, gimiendo dolorosamente frente a él, se apresuró a llegar a su lado para revisar
su uniforme militar. Su camisa estaba empapada de sangre.

"No dejas de sangrar..."

Se movió tanto que pareció natural que la herida se le abriera. Pero cuando buscó algo con lo que
pudiera curarlo o al menos intentar contenerlo, escuchó un ruido detrás de la puerta y "¡Bam!"
apareció Nioka con un montón de hombres armados.

"Se acabó la fiesta. Aléjate de la computadora."

Kurose extendió lentamente las manos y volteó el cuerpo. Sin embargo, incluso así, los tipos que
entraron en la habitación capturaron a Kurose de una manera un tanto agresiva.

"Espera. ¡Mi esposo está herido!"

"Eso fue algo que él mismo provocó".

"¡No lo trates tan violentamente, maldita sea! Kurose ¡Kurose...!"

"Jajaja ¡Por favor! ¿Realmente crees que voy a hacerte caso de nuevo? Ya intenté se amable
hace un rato ¿Recuerdas?"
Pero de todas maneras no podía escapar. Su bebé todavía estaba en manos de Nioka y sus
hombres y seguramente había hecho que la seguridad fuera más estricta ahora. Era posible que esta
hubiese sido su última oportunidad de lograr algo.

Y cuando sacaron a Kurose, casi arrastrando, se sentó en el suelo igual a si toda la energía se le
hubiera drenado de los pies. Estaba desesperado y completamente impotente. Lo que estaba frente
a él era demasiado malvado y poderoso y no tenía la capacidad mental de hacerle frente. Y si esto
ya era así ahora, solo significaba que la próxima vez intentaría quitarle el enlace.

En la habitación a la que lo regresaron, Goshoku se sentó en la cama para intentar pensar un poco
más activamente. No tenía muchas posibilidades de escapar así que la próxima vez que apareciera
Nioka, sería forzado a entrar en celo y le mordería la nuca. Sin darse cuenta, comenzó a apretar las
sábanas hasta que las manos le punzaron. Si ese hombre lo violaba... Era horrible sólo de pensar
en ello así que lo evitó, pero igual casi se había puesto a llorar.
Maldición. Solo quería vivir normalmente. Solo quería tener una familia bonita y pasar tiempo con
ellos en casa para verlos crecer. Sin embargo, recordó el uniforme militar manchado de sangre y
lamentó cada movimiento que los había hecho llegar hasta esto. La vida cotidiana que daba por
sentado era tan frágil que se había derramado de entre sus dedos en un abrir y cerrar de ojos y su
felicidad incluso había desaparecido también hasta que ya no quedaba un solo rastro.

No quiero perder a mi esposo.

No quiero dejarlo ir.

"También amas a papá ¿Verdad, mamá?"

Las palabras de Meg revivieron en su cabeza así que la esquina interna de sus ojos comenzó a
ponerse completamente caliente. Lo amaba muchísimo, pero nunca se lo había dicho. Más bien,
todavía no había sido capaz de confesarse correctamente. El hombre le daba rosas todos los días,
le llamaba "mi amor" y le dejaba palabras hermosas... Él nunca le devolvió nada. Y no era posible
volver el tiempo para arreglar su error.

"Um..."

Si no podía salir de aquí, nunca volvería a encontrarse con Kurose ni con sus pequeñitos.

"No digas eso, Goshoku. No digas eso, no digas eso."

Pero estaba realmente perdido. Se iría de su lado sin decirle que lo amaba.

Goshoku no pudo evitar volverse pesimista como nunca antes. Era igual a si la desesperación lo
hubiese erosionado hasta hacerle perder su energía. No era de extrañar que los Omegas alojados
aquí tuvieran ojos muertos y caras pálidas.

No había esperanza estando acá.

"Kurose..."

Sosteniendo su cabeza, lloró hasta que se hizo tarde. Y después de eso, pasó las horas siguientes
como si fuera no poco más que una simple muñeca. A merced de Nioka y los investigadores,
respondiendo a varias pruebas y dejando que le metieran cosas en el brazo que decían "eran parte
importante del proyecto final."

Goshoku estaba tan golpeado por la imagen de una vida sin su esposo que, pareció quedarse
vacío.
Chapter 49

"Te extraño."

En la oscuridad total, la luz ardiente de su deseo pareció comenzar a encenderse casi


involuntariamente.

"Quiero volver a verte, Kurose.


Y quiero decirte que te amo."

Había experimentado tanta desesperación en tan poco tiempo, que pensó que su corazón debería
haberse roto por completo. No obstante, en unos pocos días el espíritu de Goshoku había cambiado
nuevamente.

Estaba lo suficientemente deprimido.

Estaba lo suficientemente aplastado.

Pero como siempre, llegó a la conclusión de que todo lo que debía hacer era levantarse de nuevo y
caminar con su propio poder.

La ira de perder a la persona que tanto amaba le daba fuerza.

Además, si se rendía aquí, todo habría terminado. Se quedarían con su esposo, le harían tener hijos
y a su pequeño bebé le lavarían el cerebro. Y aunque todavía estaba preocupado por la situación,
al menos ahora era un hecho contundente que estaba recuperando la energía suficiente como para
avanzar.

"Maldita sea..."

Goshoku miró la habitación en la que estaba confinado. Solo había una cámara de vigilancia en la
pared y también una en el cuarto de baño. Sin embargo, como era de esperar, no estaba conectada
con el área del inodoro por lo que pensó que si quería hacer algo, ese era un buen lugar para
empezar. Y recordando a Kurose, que trató de ayudarle incluso mientras derramaba sangre, llegó a
la conclusión de que ahora era su turno de actuar.

A Goshoku le hacían controles y pruebas de salud periódicas para intentar descubrir la causa de la
baja tasa de fertilidad en un S Omega. En cualquier caso, podía decir que eran un tanto entusiastas
al respecto. Había estado sintiendo que no tenía oportunidad alguna de escapar pero, resultó que
nunca fue así. Si lo buscaba, si se concentraba solo un poco más en esto, entonces encontraría la
solución en alguna parte. Tenía esperanza, así que solo debía esperar por el momento adecuado.

No había reloj en la habitación y era un fastidio pasar el tiempo sin hacer nada. Pero pensó que no
era gran cosa comparado con el sufrimiento de perder a alguien importante. Se dijo a si mismo
muchas veces que todo esto lo tenía que hacer por su familia y finalmente, llegó el momento de la
verdad:

"¿Cómo estás?"

El que entró en la habitación era un investigador de bata blanca que además tenía un rostro con el
que ya se había familiarizado. Estar callado y llorando constantemente hizo que todos estuvieran
menos alerta con él, así que había estado esperando que viniera justo este sujeto. Eran muy
similares en altura después de todo.

"Pronto vas a tener que salir ¿Okay? Te va a ser difícil moverte después si sigues actuando
de esa manera. La falta de ejercicio no es buena para tu cuerpo".

"Ugh..."

"¿Qué pasa?"

"Tengo muchas ganas de vomitar..."

"¿Cómo? No pareces tener fiebre pero, si estás muy enfermo, te llevaré al consultorio del
médico de inmediato."

"Lo siento... No puedo soportarlo..."

Corrió al baño, se arrodilló y se metió el dedo muy profundo dentro de la boca para que el
investigador no pudiera sospechar nada. Luego, finalmente, vomitó todo lo que había comido.

El hombre, que vio el vómito en la taza del inodoro, entró apresuradamente y comenzó a frotar la
espalda de Goshoku en pequeños circulitos.

"Oye, ¿Qué pasa? ¿Cuándo comenzaste a sentirte...? ¡Ah!"

En un breve espacio de tiempo, se dio la vuelta y apretó la arteria carótida del hombre con el
brazo puesto firmemente alrededor de su cuello. Era algo que le había enseñado su esposo en una
de esas prácticas tontas de "defensa personal" que le daba muy de vez en cuando pero, esta era la
primera vez que lo intentaba de verdad. Pidió: "Por favor, cae." "Cae." Y continuó apretando con
toda su fuerza. Luego, notó que el investigador había comenzado a perder gradualmente su poder
y, justo después de confirmar que estaba quedándose inconsciente, lo colocó suavemente en el piso
y lo miró:

"Dios..."

Se tomó un respiro.

Teniendo en cuenta el tiempo utilizado para el control de salud, el límite que se le otorgaba a
Goshoku era de unos 20 minutos a partir de ahora. Rápidamente se quitó la ropa, le arrebató la
bata al investigador y la intercambió con la suya utilizando un movimiento un tanto desordenado.
Podía decirse que se trataba del mismo método que había utilizado Nioka para sacar a Goshoku de
la mansión aquella vez. Y después, trás pensar en el ángulo de la cámara de vigilancia instalada
cerca del techo, lo sostuvo de lado y lo llevó a la cama con mucho cuidado para que ni siquiera
pudieran verse sus pies.

Pero probablemente estaba siendo monitoreado desde la distancia porque le preguntaron si "Todo
estaba bien" utilizando la radio.

"No hay problema".

Respondió lo más breve posible para que no se dieran cuenta de que su voz era diferente. Luego, lo
acomodó boca abajo y lo cubrió completamente con un futón en un intento desesperado por lograr
que no vieran su cara.

Su corazón estaba rebotando en su cabeza.


"Ah, ah, ah..."

Al momento siguiente, un montón de hombres armados entraron corriendo por el pasillo que
estaba fuera de la habitación pero, nadie entró al lugar en el que él estaba. Intentó calmarse, respiró
hondo y salió tan lento como si fuera un niñito asustado. Primero que nada, decidió apuntar al sitio
donde tenían capturado a su esposo.

Puso la tarjeta de identificación en la puerta.

[Abierto.]

Comprobó la posición de la cámara de vigilancia por tercera vez y se deslizó suavemente por el
espacio de al lado.

Pero escuchó una voz.

Y no había donde esconderse.

¿Podrían cruzarse casualmente? ¿Tendría que correr? Pero aunque se vio obligado a tomar una
decisión rápida, pronto comenzó a sentir la señal inconfundible de alguien parado justo detrás de
su espalda.

"No te muevas"

"..."

El hocico de una pistola comenzó a presionarse contra su cintura.

Maldita sea. Un poco más, solo un poquito más y seguro que podría haber escapado. Hubiese
salvado a Kurose, buscado a su bebé y salido de esa maldita cárcel para ir a casa. Pero ahora, solo
le era posible apretar las muelas.

"Por favor, solo quiero..."

"¿¡Por qué no te callas, Goshoku-chan!? Maldito S Omega?"

"¿Goshoku chan? ¡Hmm!"

Entonces esa persona lo tomó de los hombros y lo hizo voltear.

Yanai estaba frente a él y ahora había decidido presionar el dedo índice contra sus labios.

"¡...!"

Luego, sus manos se separaron lentamente. Cuando subió la cara, notó que la cámara estaba
parada justo en un punto ciego.

"¿Por qué tú...? Dios, ¿Cómo? ¿Por qué llevas una bata de laboratorio? Yuki ¿Dónde está mi
niño? ¿Está protegido? Lo escuché en la radio militar, dijeron que lo encontraron ¿No es
cierto? ¿Está bien?"

"Ya, ya. No te preocupes. Un militar lo encontró tan pronto como se escapó. Está en casa
ahora".

"¿¡Por qué estás aquí!?"


"El bastardo de Kurose me ayudó a entrar como infiltrado".

"¿Kurose?"

"Sí. Creen que soy un miembro confiable de "AAsA." Parece que soy su amigo, ya ves."

"¿De verdad?"

Pareció ser una misión muy secreta.

"Estoy loco. Dilo. Soy un demente. ¿Por qué estoy en una misión suicida cuando tu maldito
esposo no me está pagando? ¿Vale la pena que me disparen en el trasero? ¿Qué pasa si
muero? Maldita sea, estoy jodido."

Se rió sin querer cuando Yanai comenzó a quejarse. Según su historia, los militares se estaban
preparando para enviar a algunas personas de la élite para aquí y atacar. Pareció que Yanai estaba
utilizando una identificación falsa de investigador para invadir primero el área de reconocimiento y
luego informar al personal militar sobre la situación en el interior.

"Pero es como una fortaleza aquí. ¿Cómo cree que vamos a ganar esto? El tipo es un tanto
imprudente si me lo preguntas."

Y mirando hacia atrás, incluso cuando Goshoku estuvo en celo por primera vez, se olvidó de
informar a los militares y lo mantuvo en la mansión durante mucho, mucho tiempo. Era
imprudente, un tanto torpe y comenzaba a actuar sin tener ningún tipo de plan en la cabeza. Sin
embargo, pensó que tal comportamiento era la esencia misma de Kurose.

"Es que es enserio. El sitio aquí es enorme. Además, hay muchos Omegas cautivos. Y a todos
pueden utilizarlos en nuestra contra. ¡Ya es hora de que la élite del ejército intervenga,
maldición! Que vengan aquí y traten de minimizar el sacrificio".

"Tenemos que escapar, Yanai."

"Definitivamente. Toma esto."

El estuche que recibió contenía cinco jeringas con cinco ampolletas de inhibidor. Ahora podía
estar un poco más protegido contra los ataques... O al menos por un tiempo.

"A ver que sale de todo esto. Supongo que es la hora de la fiesta".

Y la alarma sonó como si las palabras de Yanai hubieran dado una señal.
Chapter 50

Todos los hombres que estaban dentro de la instalación estaban completamente confundidos. La
alarma sonaba como una "contra incendios" y además, aparentemente había ocasionado que los
rociadores se encendieran también.

Los investigadores, empapados, salieron a toda prisa y atravesaron el pasillo que estaba justo en la
parte de la derecha. Goshoku y Yanai, con batas blancas de laboratorio, se movieron entre ellos
como para aparentar y luego se detuvieron para guiar a los Omegas lejos de allí. Algunos de ellos
parecieron tener la cabeza llena de las ideas de Nioka, pero la mayoría aceptaron su ayuda sin
pensarlo demasiado. Muchos Omegas apuntaban a la salida todos a la vez y, un poco más al fondo,
notaron que había un ejército de élite invadiendo las instalaciones. Sin embargo, al mismo tiempo,
los miembros de "AAsA", que estaban custodiando la puerta principal desde el principio, también
parecieron comenzar a aparecer uno tras otro.

"Señor Yanai, voy a buscar a mi bebé."

"Deberías esperar a los militares. Ellos..."

"No puedo hacer eso. Es mi niño. Van a tomarlo como una muestra valiosa para
experimentar. No voy a dejar que algo así pasé. Además, tengo que encontrar a mi esposo lo
antes posible. ¡Está gravemente herido! Le dispararon antes de que me trajeran aquí".

"... Entonces, yo me haré cargo de todos los Omegas que faltan."

"Gracias."

"Toma mi arma. Al menos te va a servir para amenazar a alguien. Quítale el seguro antes de
disparar. El gatillo es ligero, así que no falles. Utiliza el dedo índice y... Así, justo de esa
manera. Debes seguir el cuerpo de la pistola con la mano ¿De acuerdo?"

Goshoku entonces fue a la parte trasera de la instalación, en contra del flujo de personas asustadas
que iban directo a la salida. Todavía quedaban algunos investigadores dentro, pero ninguno notó
que estaba allí. Aparentemente estaban realizando un procesamiento de transferencia de datos y eso
significaba que tenía que ser algo muy preciso.

Cuando se acercó sigilosamente por detrás del guardia de seguridad de la puerta sur, tomó la
empuñadura de la pistola y la utilizó para pegarle al hombre en la parte posterior de la cabeza.
Luego, cuando finalmente se cayó, apuntó con el cañón al segundo sujeto y gritó:

"¡No te muevas!"

"..."

"¿Dónde está mi bebé?"

"No tenemos ningún..."

"¡Es un bebito! ¡Pequeño, de cabello negro, de ojos bonitos y ustedes lo tienen! Es el hijo de
un S Alfa y un S Omega, no puedes decirme que solo lo deshecharon."
Se le filtró una expresión asesina.

"¡No lo sé! Es verdad".

"Es mi hijo. Y si tengo que matar a una persona para protegerlo, entonces lo haré ¿Qué es
más importante? ¿Tu vida o tu trabajo?"

"..."

"Uno, dos..."

"Bueno, espera... Escuché que los miembros de "AAsA" iban a llevarlo al laboratorio de
ADN hoy."

"¿Dónde?"

"Hay una salida de emergencia al fondo." El hombre se acercó apresuradamente a la


computadora y mostró una pantalla de dibujo. "Ahora, es esta de aquí. En caso de emergencia
siempre utilizamos este pasaje. Ve derecho por este pasillo y llegarás a una especie de
helipuerto".

"Si no es verdad..."

"¡No te estoy mintiendo! Puedes confiar en mí con esto."

Y sin decir ninguna otra palabra, inmediatamente corrió hasta llegar justo al pasaje que conducía al
helipuerto. Había mucho ruido alrededor del edificio y podía incluso escuchar el ruido de otras
personas gritando y diciendo lo que tenían que hacer a continuación ¿Pero dónde estaba su esposo
y qué era exactamente lo que habían hecho con él? Y en el momento en que lo pensó, como si lo
estuviera invocando, vio un uniforme militar bastante conocido en la otra habitación. Era Kurose.
¡Se podía ver a través del cristal de la puerta!

"¡Kurose!"

Pero no pareció querer abrirse.

Golpeó el cristal, pero no funcionó. Lo llamó por su primer nombre:

"¡Rei, Rei!"

Kurose, que notó la existencia de Goshoku frente a él, rápidamente puso una expresión complicada
y comenzó a gritar. Sin embargo, debido al lugar en el que estaban, no había logrado escuchar
absolutamente nada de él. Su expresión pareció estar tratando de señalarle el peligro pero, por
supuesto, en el momento en que se dio cuenta de eso fue demasiado tarde.

"¡Ah...!"

De repente, su cabello fue tomado y arrastrado hacia atrás por un hombre que también tenía un
arma. Probablemente fuera el compañero de Nioka. La figura de Kurose, gritando frente a él,
desapareció cuando lo aventó contra el suelo.

"Quédate quieto."

"No puedo hacer eso..."


"¡Quieto!"

No se podía evitar. Si se resistía ahora, entonces todo lo que había hecho para llegar aquí sería
completamente en vano. Y en el momento en que corrió en su dirección y cuando pensó que
definitivamente iba a atacarlo... Hubo un disparo.

Los ojos del hombre se abrieron y cayó de lado sin decir nada más.

"Goshoku... Goshoku ¿Estás bien?"

"Rei".

Corrió otra vez, pero ahora para abrazarlo con toda su fuerza. Le tocó las mejillas y le besó varias
veces la cara mientras rectificaba que estuviera bien con cada movimiento que hacía en su
dirección. Era Kurose. Realmente era él. Y con ese pensamiento, su corazón estaba tan lleno de
felicidad que pareció no poder hablar de nuevo. Juntó los labios para poder besarlo.

"Nuestro bebé..."

"Nioka lo tiene".

"El investigador dijo que iban a llevarlo a un laboratorio. ¡Van a irse al helipuerto!"

"Vi el boceto del edificio. Voy a buscarlo."

"Voy a ir contigo."

Sabía que lo mejor para este tipo de misiones era dejarlo todo en sus manos pero, pareció que
ahora lo estaba sosteniendo con tanta fuerza que no podía ni desprenderse de él.

"De acuerdo... ¿Puedes tomar la radio de ese tipo?"

Él asintió.

"Entonces vamos."

Pero ya estaba siguiendo a Kurose incluso antes de que se lo dijera. Necesitaban encontrar a su
bebé así que sintió como si se hubiera puesto muy ansioso por eso. Lo persiguió desesperadamente
y llegó a un punto en que incluso sintió que sus piernas estaban a punto de enredarse. Y después de
un rato y un par de vueltas, al fin escuchó a un bebé llorar.

Era su niño.

Dieron la vuelta al final del pasillo y descubrieron que Nioka lo estaba sujetándo entre sus brazos.

"¡Nioka! Maldito hijo de perra."

Gritó Kurose. Nioka, que se detuvo a la mitad, se dio la vuelta lentamente y giró el cañón hacia los
dos.

"¡Goshoku!"

"¡Kurose!"

Pero inmediatamente después de escuchar el disparo, ambos ya estaban en el piso. Kurose hizo
todo lo posible por cubrirlo para que no se fuera a lastimar.

"¡Kurose!"

"Estoy bien. ¿Tú?"

"Sí, estoy bien. Pero el bebé..."

Aunque su hijo estaba a la vuelta de la esquina, no podían ir por él. Si salían al pasillo, aunque
fuera solo un poco, serían presas de una bala mortal. Nioka estaba sujetándo un arma y esperaba a
que salieran de detrás de la pared para matarlos.

"¿¡Crees que puedes escapar, Nioka!?"

"Ah, por supuesto que me escaparé. Mi carta de triunfo está justo aquí."

El niño gritó. Solo escucharlo hizo que sus pechos dolieran. ¡Les iba a quitar a su bebé! A este
ritmo, era posible que nunca se volvieran a encontrar de nuevo si no actuaban.

"Sal, Kurose. Tu precioso hijo está en mis manos ¿No vas a hacer nada?"

"El apoyo del ejército está llegando. Sé que hay un helipuerto aquí ¡El helicóptero del ejército
vendrá en unos minutos!"

"Jajaja ¿Esa es toda tu amenaza?"

Kurose intentó salir, pero fue recibido por otro cañonazo.

"¡Rei!"

Era imposible. Había un largo corredor antes de llegar hasta donde estaba Nioka y no había lugar
para esconderse. Sin embargo, Kurose decidió probar suerte y entonces, corrió:

"¡Nioka!"

Hubo más disparos. "Pan, pan, pan" tres en una rápida sucesión. Dos tiros más con desnivel y uno
a su cabeza. Sin embargo, Kurose se apresuró a dar pasos a izquierda y derecha para que no pudiera
enfocarse en él y entonces, tomó a Nioka por la espalda mientras parpadeaba e hizo que el brazo
que sostenía el arma se doblara con un golpe de su pierna hasta conseguir tomarle de la muñeca.
Hizo que el cañón presionara contra su frente.

"¡Dame a mi hijo, maldita sea!"

Golpeó a Nioka una última vez y logró sujetar a su niño antes de que lo dejara caer de lleno contra
el suelo. El pequeñito estaba llorando desesperadamente, pero, por lo que podía ver, no estaba
herido. Finalmente él también se desplomó en el suelo.

"Ah, ah, todo está bien. Está bien."

Ya estaba todo bien. Lo había recuperado sano y salvo así que ahora podía irse. Sin embargo, su
cuerpo seguía temblando.

"Piensa, Nioka. No hay forma de cazarnos ya que estamos en este punto. Soy más fuerte que
tú. Puedo moverme bien incluso con esta herida ¿No estás viendo?"
Eso era cierto. Kurose tenía una herida impresionante en el vientre. Todavía podía ver sangre
saliendo de debajo de su uniforme militar. Sin embargo, aunque había dicho eso, pareció haber
llegado al límite. Sus hombros estaban moviéndose para arriba y para abajo y era evidente que no
era solo porque había estado corriendo. Goshoku pateó el arma que había caído junto a Nioka y se
acercó a él.

"Aún así... Hay otros".

Se rió Nioka. Incluso en tal situación, los ojos que estaban apuntando a Goshoku eran los que
utilizaría un animal para ver a su presa.

"Todavía hay otros miembros de "AAsA" . ¡Hay más de una instalación! Si destruyes este
lugar, incluso así no vas a ganarnos. ¡Ni siquiera saben en donde se están metiendo!" Luego
Nioka se lamió los labios. "Lo siento, no pude sobrescribir tu enlace. Pero hay un destino del
que no puedes escapar ¿Entiendes? Mientras seas Omega, te seguiré. Siempre voy a
seguirte."

No podía discutir ese hecho así que lo único que hizo fue apretar los dientes.

Fue en ese momento:

"¡Ah!"

Kurose bajó su arma y golpeó con el puño la cara de Nioka "pam, pam, pam" lo hizo tantas veces
que el rostro de Nioka pronto comenzó a teñirse de rojo. Y mientras estaba gimiendo
dolorosamente, descubrió que había empezado a escupir sus dientes delanteros. Kurose estaba
respirando como un animal.

"Bueno, ¿¡Estás feliz ahora, desgraciado!?"

"Es... ¿Es lo único que vas a hacer?"

"Tal vez sea muy estúpido para ti, pero al menos así ya no vas a marcarlo."

"..."

Kurose era el enlace de Goshoku. Eso había pasado porque, durante el sexo, había mordido la nuca
de su Omega. Un S Alfa podía sobrescribir el enlace de otros alfas y sin embargo, las dentaduras
postizas y los implantes no servían para eso. Si perdía los dientes, nunca podría enlazarse con nadie
e incluso si era un S Alfa, no podría sobrescribirlo.

"..."

La línea de visión de Nioka se centró en la de Goshoku. Pareció que quería sacar sus feromonas,
pero no hubo ningún cambio en él.

"Algo que investigué, es que un S es increíblemente delicado. Si te falta aunque sea una parte
de ti, pierdes todas tus habilidades. Tal vez porque somos algo que no debería existir." Hizo
una pausa "¿Sabías eso? No, obviamente no. Pero supongo que esta es la caída de la élite."

Nioka estaba pálido ante ese hecho.

"Tú siempre decías que esto era por la patria y por tu maldita ideología. Decías que había
una justicia que necesitabas conseguir así que dime ¿Sigues pensando en la nación incluso si
te expulsan de la élite por la que abogaste ?"

"¡Mientes!"

"¡Ya perdiste, estúpido!"

Nioka se tocó el espacio donde faltaban sus dientes.

"Mentira, es mentira".

Luego, después de decir eso, salió corriendo en otra dirección así que, aunque trató de perseguirlo,
pareció imposible porque un par de pasos comenzaron a resonar desde el lado donde desapareció.
Escucharon una voz que ordenaba atrapar a Goshoku.

Al momento siguiente, en algún lugar, hubo una fuerte explosión.


Chapter 51

Había sangre en sus pies.

Cuando abrazó a Kurose, quien lentamente lo cubrió entre sus brazos, sintió como si lo hubieran
bañado con un balde de agua helada debido a la excesiva cantidad de sangre que estaba perdiendo.
Era posible que hubiese sido alcanzado cuando Nioka disparó.

"Rei, ¿Estás bien?"

El movimiento de Kurose siempre fue increíblemente ágil y hermoso, sin embargo, incluso antes
de que los trajeran aquí, el hombre había sido alcanzado por municiones y curado con unos
"primeros auxilios" bastante deprimentes. Esa herida no pareció querer curarse bien.

"Muéstrame. Vamos. Déjame ver..."

Cuando le abrió la chaqueta del uniforme militar, descubrió que la mayor parte de su camisa estaba
completamente manchada de rojo.

"Dios..."

Incluso notó que la temperatura corporal de Kurose estaba baja.

"Está bien. No pasa nada..."

Kurose apoyó su espalda contra la pared y resbaló lentamente en el suelo. Pareció estar muy
enfermo así que tal vez ya no tenía suficiente sangre. Tocó sus mejillas y confirmó lo heladas que
estaban. Casi se estaba desmayando frente a él y era evidente que no podía volver a ponerse de pie
ni aunque lo intentara. Sin embargo, el helipuerto estaba a la vuelta de la esquina. Si pasaban por
esta habitación y bajaban por el pasillo sur, entonces encontrarían una escalera al final y podrían
entrar a la azotea. ¡No era justo haber llegado tan lejos para terminar así!

"Supongo que no soy tan fuerte como me pintan."

"No digas eso. Yo... Ven, ponte de pie y apoyate en mis hombros. Haz lo mejor que puedas,
deja todo tu peso sobre mi y así..."

"Vete primero..."

"¡Rei, no!"

"Estoy bien... Ve. Voy a ganar más tiempo para ti."

Goshoku se estremeció. No le gustaba que dijera que él debía ir primero porque sabía lo que
significaba. No iba a permitir que se sacrificara por él y mucho menos que se rindiera. Tenían que
huir juntos. Tenían que quedarse lado a lado.

"No me gusta ese plan."

"Definitivamente volveremos a estar juntos. Confía en mí. Vamos..."

"No me gusta... ¡Absolutamente no me gusta!"


"¡Toma al bebé y vete! ¡Solo tú puedes protegerlo ahora!"

Si hubieran estado solos, definitivamente se hubieran quedado juntos hasta el final. Sin embargo,
si permanecía aquí, iban a lastimar a su bebé. En un tiroteo, podían alcanzarlos balas perdidas y
entonces, definitivamente ese cuerpo tan chiquito no sobreviviría. La única forma de proteger al
niño, la única forma absoluta, era dejar a Kurose.

"Rei... Rei, por favor..."

Las lágrimas que se desbordaban de sus ojos le mojaron las mejillas.

"Pronto romperán esa puerta así que... Solo vete."

Y entonces, asintió.

No solo era su bebé, también estaba Yuki y sus otros niños. Si actuaba de acuerdo con sus
emociones, sus hijos perderían a sus dos padres de una sola vez. Y era especialmente peligroso
porque todos eran Omega. Quería estar allí cuando les llegara el celo y quería protegerlos.

"Te amo, Goshoku". Dijo por primera vez en mucho tiempo. "Te amo demasiado."

En esos momentos, era la línea de un ser humano que iba a morir.

"Idiota. ¿Por qué...? ¿Por qué me dices eso precisamente ahora?"

Mientras lo decía, comenzó a llorar con más fuerza. Y justo como le dijo Meg que hiciera, decidió
hablar correctamente también:

"Te amo muchísimo, Kurose. Debería haberlo dicho más."

"Deberías decirlo de ahora en adelante".

"Sí. Lo haré. Cuando lleguemos a casa... Cuando lleguemos a casa no dejaré de hablar sobre
lo mucho que te amo ¿Bueno?"

Pareció ser difícil respirar.

"Vete primero. Si no luchas... No podrás cumplir tu promesa..."

"Está bien. Seguiré... Me escaparé con el bebé así que... Así que también haz lo mismo.
Definitivamente tienes que vivir. Tienes que llegar a casa".

"Lo prometo."

"Los niños están esperando por ti..."

"También esperan por ti. Asegúrate de verlos..."

" Hmm ."

Le besó y le hizo tragarse las palabras que quería decir: "Te amo." "No dejes que este sea el último
toque." "No dejes que esta sea la última conversación."

"Si rompes tu promesa, te golpearé..."


Y Goshoku corrió hacia la puerta que conducía al pasillo antes de que su mente le hiciera cambiar
de opinión.

"Por favor regresa conmigo." "No mueras en un lugar como este." "Déjame decirte que te
amo." Lo repitió una y otra vez hasta que la voz llorosa del bebé llegó a sus oídos.

"No llores, no llores. Pronto te sacaré de aquí. Te lo prometo."

Pero Goshoku también estaba llorando. La nariz le goteaba y el campo de su visión se le estaba
poniendo muy borroso. Dejó su corazón en Kurose y apuntó hacía el helipuerto.
Chapter 52

Cuando llegó a las escaleras que conducían al techo, miró hacia atrás solo una vez. Sin embargo,
Kurose ya había desaparecido detrás de la puerta y no podía verlo. Se regañó a si mismo por no
poder dejar de llorar y subió para llegar de inmediato a la puerta del helipuerto. Miró en su
dirección de nuevo, pero no había señales de que Kurose lo fuera a seguir ni siquiera aunque lo
intentara tanto.

Puso la identificación robada en la cerradura, pero la puerta solo se abrió a la mitad.

"Maldita sea..."

Goshoku colocó a su bebé en el suelo y utilizó entonces toda la fuerza de su cuerpo para poder
abrirla por completo. Un helicóptero estaba estacionado allí pero, no había gente dentro. En el
cielo, negro hasta el extremo, ni siquiera podía ver las estrellas y mucho menos la luna. Era igual a
si hubiera una nube espesa que estaba cubriendo todo el cielo. Seguramente hasta iba a comenzar a
llover.

El sitio en el que estaban era muy grande y estaba lleno de edificios bastante similares entre si.
Apenas y podía entender lo que había a su alrededor y tuvo que tener mucho cuidado para no
caerse al caminar. Sin embargo, en ese momento, se escuchó el sonido de una hélice directamente
en su cabeza, por lo que corrió a la esquina del techo para esperar el aterrizaje. Pensó que
posiblemente existía la posibilidad de encontrarse con los secuaces de Nioka, pero de todos modos,
ya no era como si tuviera muchos lugares a donde ocultarse de todos modos. Un joven soldado
salió del interior:

"¡Encontré al objetivo! ¡Realmente es él!"

Después de decir esto por la radio, se apresuró a Goshoku:

"Es el señor Goshoku, el esposo de Kurose".

"Rei... ¡Kurose está adentro!"

"Lo sé. Pero este helicóptero fue enviado para rescatarte así que primero debo protegerte a ti
y a tu hijo. Son las órdenes".

Goshoku miró en dirección al helicóptero. En primer lugar, no era lo suficientemente grande como
para que muchas personas subieran en él.

"¿No vamos a esperar a Kurose?"

"Otro helicóptero vendrá más tarde. Lo primordial es tu seguridad..."

Goshoku realmente quería volver para buscar a su esposo, pero pareció no tener más remedio que
tomar el helicóptero de rescate por seguridad de su bebé. Siguió al hombre, se sentó en el asiento
trasero y aseguró su cuerpo con un cinturón. Abrazó a su hijo y vió como comenzaban a alejarse en
completo silencio. La instalación se estaba volviendo cada vez más y más pequeña.

"Asegúrate de ir a casa, asegúrate de ver a los niños." Las palabras de Kurose se repetían muchas
veces en su cabeza.
"No te perdonaré si mueres."

Las explosiones se podían ver aquí y allá en la instalación.

"Rei, Rei por favor. Vuelve a salvo."

Solo podía rezar y repetir el nombre de su amado muchas veces. Y entonces, una explosión
particularmente fuerte sonó desde abajo.

"¡PAM!"

Al mismo tiempo que sintió la vibración, el avión comenzó a temblar violentamente. ¿Se debía a
la explosión o a algo que voló y golpeó directamente contra ellos? El piloto intentaba
desesperadamente recuperarse, pero la aeronave se caía mientras giraba y hacia ruido. Pensó que
iban a chocar en cualquier momento, así que sostuvo a su bebé firmemente y lo abrazó.

"No pasa nada, mi amor. No pasa nada. Cierra los ojos."

Cuando Kurose regresara, ¿Qué tan triste estaría si él y su bebé no estuvieran allí? No quería que
escuchara la noticia de que habían muerto a pesar de que se había arriesgado tanto para rescatarlos.

Sin embargo, ahora no tenía más remedio que entregarse a su destino.


Chapter 53

Podía escuchar el llanto del bebé.

Cuando finalmente Goshoku abrió los ojos, resultó que estaba en algún lugar de un bosque que no
conocía en absoluto. Estaba lloviendo en su cara. Tal vez no se encontraba muy lejos de las
instalaciones enemigas porque incluso descubrió que olía a quemado.

"Mi, mi bebé... ¿Dónde...?"

La voz apenas le salió.

Su cuerpo no se estaba moviendo bien y la cabeza se le estaba yendo de un lado hacia el otro según
donde se escuchara el llanto de su hijo. Era como si fuera una máquina que se estaba quedando sin
aceite. Había visto un paño familiar pero luego descubrió que era la mantita con la que había
envuelto el cuerpo de su bebé. Trató de llegar hasta él, pero era completamente inútil. Nada
funcionaba y realmente no estaba sintiendo ninguna clase de poder en sus articulaciones. Sin
embargo, si no hacía nada, su cuerpo se iba a enfriar y estaba preocupado porque su pequeño niño
era justamente eso, solo un bebé. Era posible que tuviera hipotermia antes que él.

Tenía que proteger a su hijo antes de que se mojara completamente bajo la lluvia.

La voz de la radio se filtró entre los restos del helicóptero. ¿Qué pasó con el piloto? ¿Qué pasó
con ese joven soldado que estaba atrás de él? Podía escuchar un gemido. Al menos uno estaba
vivo, podía asegurarlo. Trató de hacer una voz que los pudiera llamar pero no resultó bien. Solo se
estaban escuchando gemidos cortados.

La lluvia se estaba volviendo más fuerte.

El grito de su bebé.

Dios, el cuerpo del niño se estaba enfriando así que seguramente iba a morir. Trató de moverse
muchas veces y finalmente se dio cuenta de que era imposible. Tenía una mente un tanto apagada,
el sabor de la sangre en la boca y de todas formas, no podía permitirse estar frustrado por eso ahora
que tenía algo que proteger. Luego, escuchó la señal de una persona en la distancia.

"¡Está aquí!"

Escuchó los pasos de varios hombres y después, vio a un soldado acercándose a él. Aunque no
podía asegurar si estaba siendo secuestrado o protegido, tenía que decir que era una figura
bastante... Familiar.

"¡Oye! ¡Resiste! ¡Estoy justo aquí! ¡Estoy contigo, niño! ¡Vengan rápido!"

"... Yanai-san ."

Él estaba enfrente de todo el movimiento de ataque, pero aparentemente logró escapar con éxito.
Su rostro estaba negro y sucio de hollín, pero no pareció estar herido.

"Mi... Mi bebé..."

"Está bien, tranquilo. Solo está llorando porque quiere ver a su papá. Voy a llevarte al
equipo de rescate para que pueda revisarte ¿De acuerdo? Todo va a estar bien".
Se sintió tan aliviado que perdió la fuerza que le quedaba. Fue tanto así, que pensó que incluso iba
a desmayarse en cualquier momento. Sin embargo, había una cosa más que tenía que confirmar.

"Rei..."

Hubo un momento en que no pudo escucharlo, pero cuando su consciencia regresó de nuevo, Yanai
lo miró a los ojos y asintió firmemente.

"Lo sacamos".

"¿Dónde...?"

"Fue al hospital".

"¿Está bien...?"

"Lo están revisando."

Pero estaba muy lesionado, ¿No debieron operarlo de inmediato en lugar de hacerle un examen?
Quería hacer esa pregunta, pero fue interrumpido.

"Te llevaré conmigo. ¿Qué te duele? ¿Qué sientes? Todo va a estar bien, así que resiste.
Kurose está a salvo. Se encuentra vivo y bien y tu bebé también lo está. Es lo único que
importa. Ya no te preocupes y déjamelo todo a mi."

Sonrió suavemente ¿Alguna vez lo había cuidado así? Quería preguntar por qué tenía esa cara, pero
también tuvo miedo de escuchar que su condición fuera peor de lo que pensó.

"De... De acuerdo."

Habiendo dicho eso, cerró los ojos. La lluvia estaba inusualmente fría.
Chapter 54

Goshoku, quien regresó a la mansión, estaba jugando con sus niños en el jardín de la casa. Su risa
estaba haciendo eco en las paredes junto con la de sus niños y la verdad era que estaba muy feliz
de ver a sus pequeñitos saltando enérgicamente por aquí y por allá como si fueran conejitos.
Aunque eso solo significaba que nadie escuchaba lo que estaba diciendo "mamá". Es decir, ya era
hora de hidratarse, pero pareció difícil hacerse respetar cuando todo era tan divertido.

"Vamos, chicos, vengan aquí."

Y cuando los llamó en voz alta, en lugar de obedecerle, aparentemente fue hora de jugar a "las
traes". Por supuesto, Goshoku no tuvo más remedio que obedecer. Suspiró levemente y entonces,
comenzó a correr en la dirección que ellos querían.

"Ah, aquí estás ¡Te atrapé!"

Una risita alegre resonó con mucha fuerza en el jardín. Tomó a Meg y le dijo que fuera a beber
agua, luego atrapó a Al y a Taki, que estaban corriendo muy cerca el uno del otro, y los sostuvo
con ambas manos como si fueran un par de maletas de equipaje. Regresó al lugar que tenía sillitas
y sombrillas, y los dejó justo allí para dejarlos reposar un rato. Su pequeño bebito se estaba riendo
con muchísima fuerza cuando Maruo y Yo se abalanzaron contra mamá como en un tipo de
"emboscada juguetona" y entonces, Goshoku finalmente los agarró y comenzó a besarle sus
mejillitas una y otra vez hasta que ellos pidieron que parara. El único que quedaba, era Yuki.
Buscó por aquí y por allá y finalmente, lo encontró parado en un árbol enorme. En realidad, pareció
muy concentrado en su nueva forma de camuflaje.

"Yuki, ¿Qué haces, mi amor?"

"Quieres hacer que tomemos una siesta ¡Y no voy a dormir la siesta!"

"Jajaja, bebé. Piensa. Después de jugar, te da sueño. Y si comes, te va a dar sueño también.
Las siestas son buenas."

"¡No quiero!"

"¿No te gustan las bolas de arroz con salmón?"

"¡Me gustan!"

"¿Quieres comer?"

"¡Si quiero!"

Pero Goshoku comenzó a correr en otra dirección cuando él niño se fue hacia la fuente. Casi como
el líder de una organización malvada que estaba intentando ocultarse a como diera lugar. Sin
embargo, al contrario de la actitud que tenía hace un rato, ahora estaba riendo con toda su fuerza.

"¡Ven aquí! ¡Pequeño niño tramposo!"

Cuando finalmente regresó con su niño, les mostró el almuerzo que iban a compartir esa misma
tarde. Era un lujo hacer un picnic en el jardín de una manera tan pacifica como esa, así que pensó
que había valido completamente la pena levantarse tan temprano solo para hacer un bento.
"¡Yuki! Te tardaste mucho. Tengo hambre".

En respuesta a la queja de Maruo, Yuki se quitó los zapatos y se sentó en el tapete que estaba a su
lado.

"¿Todos se limpiaron bien las manos?"

Los pequeñitos respondieron con una voz alegre diciendo "¡Sí!" Así que de inmediato vinieron las
felicitaciones, las bolas de arroz y todos los otros bocadillos. También el espagueti a la
napolitana. En realidad no había un sentido de unidad en el menú de esa tarde, pero al menos había
hecho todo lo posible para hacerlos felices a cada uno de ellos.

"¡Yo quiero más bolas de arroz!

"¡Quiero espagueti!"

Luego, Goshoku también les mostró los onigiri con salmón, mayonesa y atún que había preparado
especialmente para ellos. Todo estaba ordenado en tres tipos, pero podían comer uno de cada uno
si les daban ganas. Y allí era donde entraba su pequeño Maruo. Él estaba moviendo su boquita de
un lado para otro diciendo "Todo está deliciosos ¿Qué hay de postre?"

"Jajajaja, tranquilo. Primero come esto y luego ya veremos".

"¡Hay sandwiches de jamón y queso!"

"¡Las albóndigas que hizo mamá también son deliciosas!"

En un pequeño platito, pusieron pollo frito, taki, salchichas y verduras frescas. Coliflores, brócoli,
zanahorias y curry.

"¿A todos les gusta el curry?"

"¡Sí!"

"La coliflor es muy rica".

"¡Lo amo mucho, mucho!"

"¡Quiero más albóndigas!"

"¡Yuki! ¡Quédate sentado y come por favor!"

Goshoku suspiró ante las acciones del niño travieso y luego, simplemente colocó la papilla de su
bebito en un tazón.

"Espero que pronto también pueda comer bolas de arroz."

"Tienen razón, es bonito comer juntos."

"¿Puedo darle de comer al bebé?"

"Claro."

Cuando vio a Meg, llevando suavemente una cuchara a la boca de su hermanito mientras decía
"Aaaaah", tuvo muchísimas ganas de tomar una fotografía para guardar este momento para
siempre.

"¡Meg es la nueva mamá!"

Yuki regresó y miró lo que estaba haciendo su hermanita. Tenía papilla en una cuchara con forma
de conejito, y tenía que decir que era muy divertido verlo mover la boca como si tuviera
muchísima hambre.

"¡Nuestro hermanito es lindo!"

"¡Se lo comió todo!"

"Así es. Meg es una estupenda hermana mayor".

"¡Sí!"

Era un momento pacífico, como una fotografía en un álbum colorido. Goshoku sonrió todo el
tiempo porque ciertamente eran una familia maravillosa de siete pequeñas sonrisas que estaban
bien alineadas frente a él. Por supuesto que pensó en lo mucho que quería protegerlos para
siempre.

Después de acomodar cada una de sus loncheras, todos limpiaron la mesa, recogieron la basura y
regresaron a la mansión tomados de la mano. Y al cabo de un par de horas, debido a que había
estado corriendo por aquí y por allá, ese niñito que había dicho que no quería tomar una siesta
"nunca jamás en la vida", fue precisamente el primero en dormir.

Pero cuando el interruptor de Yuki se apagó, los párpados de los otros niños cayeron uno tras otro
hasta quedar vueltos "bolita" en sus camas. Incluso pasó lo mismo con su bebé. Los arropó, los
besó en las cabecitas, y luego salió de la habitación lentamente para comenzar a limpiar la cocina.

Takeda visitó la casa:

"Hola maestro".

"Te ves muy bien".

"Sí, estoy bien. Siéntese, por favor".

Señaló el sofá de la sala y le preguntó si quería tomar un té, así que abrió la caja de hojas de
manzanilla que acababa de comprar en el mercado. El olor se esparció suavemente, así que ambos
sonrieron como si estuvieran muy sedientos por algo calientito.

"Oye, estás utilizando unas hojas de té muy buenas. El aroma es diferente hoy."

"Jajaja. Compré algo de lujo solo para el maestro".

"Gracias".

Pero cuando se sentó frente a Takeda, el sirviente dijo que había llegado "un paquete especial" y
que aparentemente lo habían dejado fuera de la puerta. Pareció dudar un momento y luego fue a
recogerlo trás tomarse su tiempo. Había rosas en el corredor.

"... ¿Cómo están los bebés?"


"Bien... Pero es difícil. Han estado corriendo y jugando todo el día así que no van a
levantarse por un buen tiempo." Miró su reloj y suspiró. "¿Aún no lo encuentran, verdad?"

"No, lo siento..."

Mientras Goshoku olfateaba sus rosas, comenzó a suspirar fuertemente otra vez. Era un regalo que
había estado sucediendo desde muchísimo tiempo antes que Kurose desapareciera del hospital. Él
siempre fue un esposo muy romántico así que dejarle rosas en la puerta fue un acto que comenzó
cuando Rei solía estar fuera debido al trabajo. Cuando llegaba en la tarde, traía un ramo entre los
brazos, y cuando se retrasaba o no podía volver, venían por paquetería. Era muy probable que
hubiera contratado a una florería para hacer esto religiosamente.

Incluso después de que perdieran el paradero de su esposo, las rosas llegaban todos los días. Casi
como una prueba de que Kurose estaba vivo...
Chapter 55

El helicóptero de Goshoku se estrelló en las montañas. Afortunadamente, el piloto no se dio por


vencido ni una sola vez, por lo que la aeronave se amortiguó por los árboles y la maleza y el
impacto se mantuvo al mínimo.

Dicho esto, seguía catalogado como un accidente terrible.

El piloto resultó gravemente herido y los soldados que iban a bordo con él también resultaron muy,
muy golpeados. Goshoku se rompió el brazo y sufrió una lesión grave en las costillas, pero al
menos su bebé salió completamente ileso.

Aparentemente habían sido golpeados por la lluvia durante aproximadamente 30 minutos después
del accidente, pero, aún así, el equipo militar de búsqueda fue tan excelente que logró rescatarlos
incluso en esa zona montañosa tan inaccesible y húmeda. No pareció ser solo una cuestión de
suerte que nadie muriera allí.

"¿Estás bien?"

Cuando se despertó en el hospital, fue la cara preocupada de Yanai la primera cosa que saltó a los
ojos de Goshoku. Intentó levantarse de inmediato para comenzar a hablar con él, pero sus costillas
parecieron crujir tanto que inmediatamente frunció el ceño y se quejó. Sin embargo, como todavía
había cosas de las que quería asegurarse, logró cambiar su postura para sentarse en la cama.

"Oye, no, necesitas descansar. Tienes huesos rotos no solo en los brazos sino también en las
costillas. Acuéstate."

"No... ¿Qué pasa con Rei?"

De hecho, Goshoku pareció estar desafiando a Yanai. Algo como decir: "Si Kurose está a salvo,
como dices, entonces déjame verlo." "Si lo que dijiste en la escena del accidente es verdad,
muéstrame la evidencia." Sin embargo, la reacción de Yanai a eso no fue lo que esperaba.

"... Goshoku-chan".

Frente a Yanai, quien pareció disculparse, sintió la manera tan terrible en la que la desesperación
comenzaba a erosionar su pecho. No quería ver una cara así. No podía soportar que tuviera una
cara tan seria. Quería ver a su esposo. Deseaba, necesitaba que le llevara a Kurose.

"Mira, entiendo que estás preocupado".

"No... Tú ¿Dijiste que estaba vivo, verdad?¿Dijiste eso?"

Goshoku estiró la mano y agarró su brazo. Yanai no intentó detenerlo.

"Está vivo, ¿Verdad? Escapó, ¿Verdad?"

Mientras fruncía el ceño, se dio cuenta de inmediato de que era mentira que Kurose estaba en el
hospital. Este tipo no mostraría una cara tan seria a menos que pasara algo malo.

"Está desaparecido. Esa es la realidad. No sabemos... No sabemos si está vivo o no".

Quería expulsar el aire que se había acumulado en sus pulmones, pero como pensaba, no podía ni
respirar. Su cabeza estaba palpitando y sus vasos sanguíneos parecieron comenzar a hacer un ruido
de traqueteo detrás de sus oídos.

"Eso no... ¡Eso no puede ser verdad! Por favor di que es mentira. Dime que estás jugando.
Por favor... Por favor."

"Oye, oye, no te muevas. Todavía estás herido."

"¿¡Por qué me dijiste que estaba a salvo entonces!? ¿¡Por qué!?"

"Lo siento muchísimo."

"¿Lo siento? ¡Lo siento no es algo que puedas decir así como si nada! No... No digas lo siento
después de esto."

Pero aunque llorar o gritar no cambiaba la realidad, no podía evitar hacerlo. ¿Era posible reprimir
la tristeza culpando a alguien?

"Yanai... Te odio. Te odio tanto..."

Su garganta sonó de una manera extraña. De hecho, le dolía muchísimo la parte de atrás de la
cabeza.

"¡Eres un mentiroso! ¡Eres un maldito mentiroso!"

Con un par de manos débiles, Goshoku agarró el pecho de Yanai como si lo necesitara para no
desmayarse.
Chapter 56

Y entonces, pasó medio año desde ese acontecimiento.

Fue gracias a los niños que pudo aceptar la realidad y... Sonreír justo como lo había hecho siempre.
Podía decirse incluso que la existencia de esos niños, a quienes quería proteger, fortaleció su
espíritu.

"Parece que la búsqueda de la instalación secreta casi ha terminado."

Pero Takeda pareció no tener mucho que decir al respecto. La verdad era que esta situación
parecía cada vez más y más terrible.

"Pero... No hemos encontrado su cadáver así que..."

"Entiendo."

"Sí."

Goshoku era muy, muy fuerte. Se encontraron muchos cadáveres no identificados cuando
ocurrieron los bombardeos en toda la instalación y aunque estaban cotejando el ADN de cada uno
de ellos, aún no era ni la mitad de lo que necesitaban. Siempre estaban allí para rezar para que no
hubiera ningún contacto que coincidiera con el ADN de Kurose pero, a veces, había momentos en
los que no podían hacer nada para evitar lo que estaba a punto de venir. Era frustrante y aterrador
y, especialmente cuando los niños comenzaban a dormir y lo dejaban solo, tenía unas ganas
impresionantes de gritar. No sabía si estaba asustado o triste y sin embargo, las emociones estaban
arremolinándose y alborotándose, matándolo aunque él estaba tratando a sus pequeñitos con una
sonrisa a la mañana siguiente. ¿Cuántas veces pensó que ya había llegado al límite? Sin embargo,
seguía estando de pie. Estaba vivo. Y eso significaba que tal vez podía seguir viviendo en el
futuro.

"¿No conoces la información privilegiada de "AAsA"? ¿No hablaron de eso en el ejército?"

"Sí, pero "AAsA" sigue siendo manejado como un concepto en si mismo así que realmente
no sé dónde se esconden".

"Entiendo..."

Gracias a este incidente, una gran cantidad de Omegas fueron resguardados y protegidos. Pero el
caso en el que Nioka reemplazó a un oficial de una organización externa, fue tan cauteloso que en
realidad no se consideró una "noticia de impacto". Además, después de eso, Goshoku fue puesto
nuevamente bajo el control de los militares y un equipo organizado que era muy unido a Kurose y
que aparentemente estaba entrenando para proteger su seguridad. Sin embargo, era muy realista y
sabía que esta vida tampoco iba a durar mucho ahora que su esposo ya no estaba allí a su lado. Tal
vez solo lo tendrían por algunos meses más, como para no sentirse mal con ellos mismos, y luego
lo mandarían a una institución un poco más cruel.

"Todavía hay muchos problemas que deben resolverse".

"Sí. En realidad, me gustaría crear un mundo donde un Omega pueda vivir cómodamente.
Me gustaría sacar a mis niños al mundo exterior para que puedan vivir como cualquier otra
persona".
Para cultivar la sociabilidad de su familia, debía apoyarlos y hacer que interactuaran con muchas
otras personas. Además, cuando les llegara el período de celo, seguramente sufrirían mucho,
tendrían mucho dolor y un montón de preguntas y miedos. Sin embargo, quería encender el fuego
de la esperanza para el futuro de los niños, alimentando sus corazones hasta volverlos tan fuertes
como para que no se dejaran vencer por nadie.

"Estoy aquí contigo. No estás solo. Si tienes un problema, por favor dime. No lo dudes".

"Sí, por eso me pone feliz que vengas".

"Estaré siempre".

Goshoku estaba programado para someterse a varias inspecciones más antes de cambiarlo a otra
instalación. También incluía cosas como ensayos clínicos, pruebas, entrevistas, y después de eso,
la próxima semana, tenía que dejar a sus bebés con una niñera para pasar la noche en un hospital
militar. Mientras tanto, se suponía que Takeda vendría a la mansión por las tardes y cuidaría a los
niños mientras encontraba a alguien más. Y lo hacía con la completa esperanza de que sería
momentáneo y que, cuando los niños crecieran, les daría un mundo en el que sería un poco más
fácil vivir. Eso era algo que Kurose le había dicho alguna vez a Goshoku.

"Si puedes vivir cómodamente aunque sea un poco, hazlo posible."

Al final, mientras pensaba en eso, notó que Yo, Meg y Maruo estaban asomándose detrás de la
puerta.

"Hola, pequeños."

"Hola, buenas tardes".

Takeda entrecerró los ojos ante las tres personitas que estaban repitiendo los saludos formales
enseñados por Goshoku. Después de todo, eran prácticamente sus nietos.

"Hola. Yo, Meg, Maruo. Ya saludan como todos unos niños grandes."

Meg notó las rosas que tenía Goshoku entre las manos, así que corrió en su dirección.

"¡Es un regalo de papá! Es como un ramo de novia".

Maruo y Yo también sonrieron cuando dijeron que era algo que olía muy, muy rico.

"¡Cuando regrese mi papá, hagamos un picnic más grande!"

Cuando regrese.

Las expectativas de los niños lo pusieron nervioso.

Cuando Kurose regresara...

Le dolía muchísimo el corazón cuando se daba cuenta de que tal vez el deseo de sus niños nunca se
haría realidad. ¿Y es que al menos llegaría un momento en que este dolor desaparecería al menos
un poco?
Chapter 57

Una semana después, Goshoku, quien dejó a los niños con Takeda y la niñera, salió de la mansión
y se dirigió a las instalaciones militares en donde lo habían citado con anterioridad. Decidió que
sería un día largo, así que pidió que lo llevaran en silencio y que todo fuera completamente
privado.

Hacía buen tiempo, como siempre, pero de repente se preguntó si esta vida sin Kurose se
convertiría en algo habitual. Tal vez lo pensó porque todo el tiempo había personas en uniforme
militar que le recordaban terriblemente a su esposo ¿Y por qué Kurose no era el joven soldado que
estaba sosteniendo el volante? ¿Por qué no era Kurose el hombre que estaba sosteniendo la
puerta?

¿Por qué Kurose no venía a su lado solo un momento y le decía que lo estaba haciendo bien?

"¿Te estás mareando?"

"No, estoy bien."

Aparentemente comenzó a levantar sospechas porque estuvo en silencio todo este tiempo. Además,
la tez que tenía no era nada buena y era evidente que estaba temblando. Cuidaba de sus hijos solo y
se ocupaba de la casa todos los días también, pero, de todas maneras, no podía decirse que esto
fuera una fatiga física sino... Más bien un cansancio espiritual. Por si fuera poco, tenía que apoyar
a sus niños para que pudieran estar solos y a la vez, protegerlos hasta que dejaran la casa y
formaran su propia familia. Había estado pensando sin parar en cómo cumplir con esa
responsabilidad y cómo parecer fuerte para que ellos también se sintieran así. Pero tal vez estaba
más cansado de lo que imaginó porque, cuando se dio cuenta, ya estaba dentro de unas
instalaciones militares que no había visto nunca. Tenía un instituto de investigación más adelante
así que era bien conocido que Goshoku sería inspeccionado allí por al menos una semana
completa. Sintió que había sido apenas ayer cuando le trajo un repelente para Alfa para que
Goshoku se sintiera más protegido estando sin él.

"Rei seguramente pasó aquí mucho tiempo para intentar hacerme sentir seguro."

"¿Perdón?"

"¿Qué? No, lo siento. Estaba pensando en tonterías."

Pero Kurose ya no estaba aquí, y él estaba terriblemente inquieto.

Era cierto que Kurose había estado aquí hace medio año así que imaginó que si retrocedía en el
tiempo y aterrizaba justo en este lugar, entonces lo encontraría de nuevo. Era una cosa sin sentido,
por supuesto, pero lo necesitaba tanto que simplemente se dejó llevar.

"Por favor, por aquí".

Lo guiaron al interior del edificio.

La apariencia del lugar en realidad no era tan diferente a la de un hospital de su pueblo y sin
embargo, a diferencia de los hospitales ordinarios, casi no había pacientes y la sala de espera
estaba completamente sumergida en un profundo silencio. Cruzaron el pasillo y tomaron el
ascensor hasta el último piso, luego caminaron derecho, dieron vuelta y se dejó guiar hasta el lugar
que sería su nueva habitación por este tiempo.

"Por favor, espere un momento."

Y entonces, el joven soldado que lo llevó hasta allí finalmente salió del cuarto.

"De acuerdo..."

Había un patio muy amplio fuera de la ventana. En un hospital normal, podría ver pacientes
internados y enfermeras caminando por aquí y por allá todo el tiempo, pero esto de ahora era
extrañamente tranquilo. El macizo de flores estaba lleno de rosas de colores y bonitas plantas
verdes pero, igual pareció solitario que no hubiera algún espectador.

Goshoku miró vagamente el paisaje exterior.

Se había encomendado al fluir del tiempo, algo que era muy diferente de la vida cotidiana que
llevaba antes de esto y que era incluso demasiado rápida. Iba a la deriva en realidad, sin hacer
nada, balanceándose y balanceándose como una rama en el viento. Lo único que le venía a la
mente de vez en cuando era la aparición de Kurose y su propia voz diciendo "Por favor, mantente
vivo." Por supuesto que al ordenar los hechos que ya conocía, se dio cuenta de que ahora pareció
ser un deseo completamente imposible. Casi no había posibilidades de que estuviera vivo y sin
embargo, todavía pareció completamente incapaz de perder la esperanza de verlo regresar para
sujetarlo entre sus brazos. Aunque eso no significaba que no hubiera dolor. En realidad, el dolor
solo había aumentado.

Goshoku golpeó la ventana con la frente.

"¿Dónde estás, mi amor...?"

Pero no fueron solo las palabras las que se derramaron, sino también las lágrimas. De inmediato, se
limpió la mejilla con el dorso de la mano y suspiró profundamente. Si no podía poner la evidencia
de la muerte frente a sus ojos, entonces definitivamente no iba a poder rendirse y no iba a poner un
descanso a su corazón.

Si al menos saliera su cadáver...

Pero en ese momento, su corazón rebotó a lo grande. La piel se le puso de gallina y abrazó su
cuerpo sin querer. Pensó que era el miedo de imaginarlo muerto, pero luego cayó en cuenta de que
esto en realidad era el celo.

Tan pronto como pudo darle un nombre a lo que estaba experimentando, notó que la temperatura
de su cuerpo había comenzado a elevarse rápidamente, que le temblaban las piernas y que no podía
dejar de jadear como un demente. Buscó la causa de esto mientras se daba la vuelta por todo el
cubículo y luego pensó: "De ninguna manera, ¿Hay alguien de " AAsA" aquí? ¿¡El S Alfa llegó
hasta aquí!?" Porque, al igual que con su esposo, el cadáver de Nioka aún no había sido
encontrado.

"Hah..."

Se puso de pie y se dirigió de inmediato a la puerta. No había nadie en el pasillo y tampoco nadie
junto a él. Además, notó de inmediato que este "celo" era completamente diferente a cuando lo
obligaron a tenerlo en la ciudad. Lo que sintió en ese momento fue malo, desagradable y asqueroso.
Sin embargo, ahora era claramente muy diferente. Casi brotaba de forma natural de cada rincón de
su cuerpo y aunque era una sensación muy fuerte, no estaba sintiendo algo extraño o
experimentando náuseas. Más bien, la sensación pareció encajar perfectamente en su cuerpo hasta
hacerlo respirar cómodamente y pensar que quería dejarse llevar por el calor...

"Rei..."

Las palabras salieron inconscientemente de la boca de Goshoku. ¡Esta era la feromona de Kurose!
¡Estaba completamente seguro de que era él!

"Rei."

Claro que habían muchas otras cosas que pudo pasar por alto. Quizá las pertenencias de Kurose,
que llegaron hace más de medio año, estaban estimulando esta reacción sin que se diera cuenta o
tal vez hasta era un estado mental alimentado por su desesperación. Sin embargo, algo que no
podía explicar con palabras normales hizo que Goshoku se convenciera de que Kurose estaba aquí.

"¡Rei...! Rei. ¡¡Rei!!"

¿Estaba equivocado?
¿Desesperado?
¿Era culpa de que su corazón estuviera roto y él enloquecido por la tristeza?

Pero mientras se preguntaba todo esto, casi inconscientemente, fue guiado por una fuerte atracción
e impulsado a mover las piernas sin darse cuenta de que lo había hecho para empezar.

Luego:

"Iida..."

Escuchó la voz de Kurose llamarle por su nombre real.

"Iida."

"Rei... ¡Rei! ¿Dónde estás...? ¿¡Dónde...!?"

Cuando ya no pudo caminar más, se arrodilló en el suelo y se llevó una mano al pecho para
intentar contener todo el nerviosismo que había comenzado a llegarle hasta la garganta. Se quejó, y
al mismo tiempo, fue testigo de la manera en que un uniforme militar saltaba finalmente a su vista.
Es decir, había unas puntas de botas frente a él y unos pantalones completamente rectos. Tenía que
levantar la cara, pero era difícil cuando sus mejillas estaban temblando tanto.

A los pocos segundos, sus ojos y un par de ojos profundos se encontraron.

"¿De verdad entraste en celo en un lugar como este?"

Era Kurose ¡Definitivamente era Kurose! Tenía la mirada borrosa y además pareció
completamente imposible que estuviera frente a él después de todo lo que había pasado, pero la
reacción violenta causada por sus feromonas solo podía ser debido a él. Fue... Exactamente lo
mismo que cuando estuvo en celo por primera vez. Exactamente igual que cuando lo conoció.

"... Ven, cariño."

Extendió la mano y tocó el uniforme militar.

"Estás... Estás vivo. Ah, ah... De verdad estás vivo."


"Sí..."

Definitivamente era la voz de Kurose. Olía a Kurose y también era la temperatura corporal que
había sentido tantas veces en casa. Lo sostuvo firmemente:

"Kurose..."

"Por favor, dame solo dos horas con él. Ya hice todo hasta aquí... Necesito estar con mi
esposo en su celo."

Escuchó que el tono de su voz era como si estuviera contactando a alguien. ¿Dijo que solo
necesitaba dos horas? ¿¡Habló con un hombre que no conocía sobre lo mucho que quería tener
sexo con él!? Fue irresistiblemente vergonzoso. Como algo de animales. Sin embargo, el hecho de
que no hubiera utilizado el supresor en esta situación era evidencia de que Kurose también tenía
los mismos sentimientos que él y las mismas ganas. Y Goshoku necesitaba probar tanto que
estuviera realmente allí que se estaba volviendo loco.

"¿Por qué…?"

No había nadie en la habitación a donde lo empujó. Solo... Algo así como un estante de
medicamentos a lo largo de la pared y tres asientos alineados uno frente al otro, cada una con su
computadora personal en frente. Tenía un montón de preguntas al respecto pero, ignorando la voz
en su cabeza, Goshoku se apresuró a quitarle el uniforme militar a Kurose para que comenzara a
hacerle el amor y el hombre también empezó a tomarlo entre sus manos para llevarlo justo a donde
tanto quería. Además, esos cálidos suspiros vertidos en sus oídos eran evidentemente obra de
Kurose, quien estaba dejando ir toda su razón.

Una respiración de bestia.

"Por favor... Ah, por favor dime que eres tú."

"Mi amor... Quería verte..."

"¿En serio…? ¿En serio querías verme…?"

"Sí, sí quería. Es... Es máximo secreto. Era por el bien de la misión así que, así que por eso...
Yo no podía..."

"Ah..."

Obviamente estaba enojado de que no le hubiera dicho ni una sola vez, ni por equivocación, que
estaba vivo y que definitivamente volvería a estar con él. Deseaba matarlo...

Pero supuso que era algo para más tarde.

"Rei... Rei."

Goshoku solo quería que llenara las horas de su larga ausencia.


Chapter 58

Una vez que dejó ir su razón, fue llevado a un instinto en el que estaba siendo completamente
arrastrado por una corriente fangosa.

Ahora mismo estaban chocando, yendo al fondo de la habitación y apartando lo que cada uno
llevaba encima. Luego, casi sin querer, ambos fueron bloqueados por un escritorio así que
parecieron dejar de caminar muy abruptamente. Una mano subió por la espalda del hombre que lo
devoraba y un brazo se enredó alrededor del cuello de Kurose. Su cabello estaba descansando entre
sus dedos y sin embargo, más que una caricia, pareció ser algo así como un toque desesperado y
alimentado por lo que estaba a punto de pasar.

Goshoku se quejó y notó que su cuerpo estaba siendo más sensible que de costumbre ante el beso
que le había dejado detrás de la oreja. Además, fue como si cada uno de los lugares que estaba
tocando Kurose se calentaran al máximo sin darle siquiera tiempo alguno de detenerlo.

"Ah, ah, espera ¡Um!"

Los labios se movieron desde detrás de las orejas de Goshoku hasta su nuca, arrastrándose por las
partes más débiles y jugando con la sensibilidad y el hambre del Omega. Cuando comenzaba a
jadear gracias a eso, su cuerpo se inclinaba tanto que hasta pareció que su manzana de Adán se
había vuelto más prominente.

"Aaah, más ¡Más!"

Sosteniendo la cabeza de Kurose, Goshoku pidió por más mientras notaba la manera en que su
abdomen se estaba apretando.

"¡Ah!"

El dolor y el placer lo golpearon al mismo tiempo. Le había comenzado a doler la mitad inferior
del cuerpo y no lograba soportar el hecho de que estaba doblando las piernas tan descaradamente.
Luego, impulsado por su propia voz chillona, puso una mano sobre el escritorio y otra alrededor de
la espalda de Kurose para poder abrazarlo según su propio entusiasmo. Cuando las cosas que
estaban encima de la madera se esparcieron debido al impulso de su deseo, Kurose lo tomó de tal
manera que terminó por sentarlo en el suelo. Se acomodó y, en un abrir y cerrar de ojos, le quitó
todo lo que lleva puesto en la parte inferior del cuerpo.

La forma violenta en que lo hizo excitó a Goshoku.

"Ah, Rei ¡Rei! ¡Rei!"

¿Existía un hombre que le pareciera tan odioso y a la vez tan querido? Todo hasta ese punto, había
ocasionado una tormenta tan grande que no sabía cómo sentirse al respecto. Estaba vivo. Maldito.
¡Que injusto fue él como para hacerlo sufrir de esta forma por meses! Por supuesto que las
lágrimas se desbordaron de inmediato cuando lo recordó.

"¡Ah...!"

"Mi amor..."

Y quizá estaba satisfecho con la reacción que era demasiado fácil de entender, pero Kurose volvió
a besar a su esposo. Luego lo hizo más profundo y lo succionó tanto y tanto que comenzó a dolerle
hasta la raíz de la lengua.

" Hmm , hmm , hmmm ..."

Abrió los ojos:

"¿Me esperaste todo este tiempo...?"

"Sí. Yo esperé. He estado esperando... Ah, he estado esperando por ti... Umm, um..."

"¿Qué estuviste esperando?"

"Que me... Tocaras ."

"Eres tan sexy, cariño."

Una palma caliente se coló debajo de su camiseta e inmediatamente después, sintió un par de
palmaditas en su flanco derecho. Luego, un suspiro tan increíblemente dulce como todos los
anteriores se escapó de entre sus labios:

"¡Aaah...!"

"Estás mucho más delgado."

"Estuve comiendo... Correctamente."

"¿También lo haces correctamente por aquí?"

Estimuló las partes débiles de su trasero y lo tocó hasta matar todos los esfuerzos de Goshoku por
ahogar su voz. Y justo después, el cuerpo que pareció volverse más débil debido al éxtasis, fue
llevado a un lugar que estaba más allá de toda su voluntad.

"... Yo, traté de estar bien solo por ti."

Los largos dedos de Kurose buscaron el calor de su piel hasta que llegó a su límite. Puso su frente
contra la suya y comenzó a bajar las manos hasta llegar dentro de sus nalgas. Goshoku abrió los
labios:

"Ah, ah, ah.... Espera."

Los dedos se apretaron en las profundidades de Goshoku solo por la satisfacción de disfrutar de la
reacción de su esposo y de la forma lenta y frustrantemente suave de su cuerpo.

"¡¡Ah!!"

Los largos dedos del hombre estaban revelando un cuerpo que había estado desatendido durante
meses. De hecho, hasta descubrió que se estaba comenzando a quejar de esto como si no fuera
suficiente.

"Rei..."

Kurose, que debería haber entrado en celo de la misma manera que él, en realidad pareció ser el
único cuerdo entre los dos. Sin embargo, lo que se reflejó en los ojos de Goshoku, que estaban
completamente puestos en su dirección, fue la figura de un hombre que no podía aguantar ni
siquiera un segundo más. Lo estaba mirando con tanta urgencia que no era exageración decir que
se asustó.

"¿Vas a arruinar mis esfuerzos de ser un hombre decente con mi esposo?"

El gesto de Kurose, intentando calmarse frente a él, se sintió terriblemente sensual. Además,
mirando hacia abajo, el pene del hombre le estaba contando con exactitud sobre los días en que no
pudieron encontrarse. Se preguntaba si eso podía caber dentro de él y al mismo tiempo, le
impulsaba el deseo de ser uno a su lado.

"¡Date prisa... ¡Ah! ¡Por favor date prisa!"

Tan pronto como le rogó, un bulto de calor se precipitó dentro de él.

"No sé que hacer... Me gustaría ir lento pero..."

"Ah, ah ¡Dios!"

"¿Es doloroso?"

"Es doloroso... Pero no quiero que te detengas ¡No quiero! ¡Ah!"

La fiebre de Kurose estaba desgarrando su cuerpo. Era pesado y palpitante, como un bajo profundo
y rugiente dentro de su ano.

"¡Aaaaaaaah!"

No sabía si era Kurose o él, pero cada movimiento del escritorio pareció ser caliente y
completamente loco.

"Ah... Mmm. ¡ Mmm !"

Mientras lo besaba, sacó las caderas y pidió un poco más que al principio. Era algo profundo y
superficial. Una cosa que le hacía sentir obsesionado con el vaivén de la cintura de Kurose y con la
forma de sus piernas, que de vez en cuando se volvían tan fuertes como para jugar un poco con la
desesperación de Goshoku. Hizo coincidir sus frentes entre si y luego lo miró a los ojos igual a si
quisiera asegurarse de que estaban en la misma sintonía.

"¿Estás bien?"

Asintiendo, pidió que se moviera más rápido y al mismo tiempo se encargó de poner su fuerza en
los dedos que había llevado directamente a los hombros de Kurose.

"¿Lo quieres en tu culo?"

'Lo quiero ¡Ah! ¡Lo quiero!"

No podía creer que pudiera emocionarse más de lo que ya lo estaba, pero el calor se precipitó
profundamente en su estómago hasta que el encuentro sexual se sintió voluminoso y mucho más
fuerte de lo que esperaba. Le hizo darse cuenta de lo mucho que lo deseaba en realidad.

"¡Ah!"

De repente, sus piernas estaban abiertas de par en par, a izquierda y a derecha, mientras que él
miraba completamente para abajo como si no supiera que hacer.
"Esta posición..."

"Quiero ver todo tu cuerpo. Necesito verte."

Pero aunque él intentó hacer lo mismo, la realidad era que Kurose estaba tan sexy como siempre.
No pareció infinitamente desordenado como él.

"Rei..."

"Necesito saber que sigues siendo mío..."

Goshoku se llenó de una alegría indescriptible con solo reflejarse en sus ojos. Era lo mismo de
cuando se encontraron por primera vez. Desde el momento en que quedó atrapado en la línea de su
visión, debajo de la gorra del ejército que ocultaba lo profundo de sus ojos, el corazón de Goshoku
fue capturado por completo hasta amoldarse en sus manos.

"¡Ah!"

Mientras desbordaba una dulce voz de entre sus labios, deseó fervientemente que lo empujara con
más fuerza. Deseaba que temblara más, que lo rompiera más. Que lo asfixiara hasta el desmayo.
Ser retenido e invadido hasta la locura, justo como un monstruo incontrolable. Un hombre con una
codicia insondable que lo miraba directo a la cara.

Kurose se erigió más y más hasta que el globo, en la parte de la punta de su pene y que era algo
particular en los Alfa, se agrandó tanto que, en el momento de pulsar, escuchó incluso sus
pequeños gemidos descontrolados.

"¡Ummm!"

Tembló.

La eyaculación de un S Alfa era increíblemente larga.

El placer adormecedor continuó manteniendo su punto máximo y el impulso no disminuyó en un


tiempo considerable, convirtiéndose en un oleaje que golpeaba profundamente a Goshoku desde
todas las direcciones posibles.

"¡Ah! ¡Ah! Espera... ¡Um!"

Kurose dobló lentamente sus rodillas y se acomodó en el suelo. Goshoku, que se arrodilló a
horcajadas sobre él, no pudo evitar llegar la penetración más profunda que se pudo imaginar
debido a que, para empezar, sus piernas no eran precisamente fuertes.

"Ah ... Ah ..."

Cambió la posición rápidamente hasta que, Kurose, con la espalda recargada contra el escritorio, le
agarró ambas muñecas y le hizo sostenerse del borde de la madera. Fue un poco más fácil cuando
puso la fuerza en sus brazos pero, Goshoku igual pensó que de no tener cuidado, sus rodillas no se
sostendrían más y terminaría por apretar y apretar su verga hasta ser muy incómodo.

"... Rei... Ah. Ah. No puedo... No puedo..."

"Pero si no hemos terminado todavía, mi amor."

Colocó ambas manos en su cintura y lo instó a moverse por su cuenta. La parte más baja de su ano
estaba increíblemente hinchada pero no tenía la sensación de dolor. Solo encontró placer, una
increíble sensación de placer. Goshoku se mordió los labios mientras buscaba un buen lugar por si
mismo.

"Está bien, muévete como quieras..."

"Ah".

Llevó sus manos hasta su pecho, dobló las caderas y apretó con muchísima fuerza. Casi como si
tuviera miedo de sacar ese pene del interior de su culo. Luego, se balanceó para adelante y para
atrás estimulado por la lengua hirviendo de su esposo.

"¡Aaaaah!"

La areola la tenía hinchada y abultada y la protuberancia que estaba en el centro pareció roja y
muy afilada. También estaba muchísimo más sensible que antes. Aunque estaba avergonzado de
que su cuerpo se hubiera transformado en una figura obscena, estaba a merced de un montón de
deseos pecaminosos que le permitían encontrar placer incluso con pequeños estímulos. No sabía si
dolía o se sentía bien. Además, era estimulado por un lado por un dedo mojado con saliva y
provocado por un pene enorme hasta que su cuerpo rebotó. No puedo reprimir un cuerpo que era
más expresivo que su boca.

"Eres hermoso..."

"Rei..."

"Eres hermoso, Iida ... Tú siempre has sido completamente maravilloso."

Una sensación aterradora recorrió todo su cuerpo, dándole una sensación de hormigueo que pareció
mezclarse con el placer.

"Ah, ah, ah, ah..."

Descubrió que Kurose, quien lo llenaba desde abajo, se había vuelto aún más voluminoso y más
caliente. Pensó que ya habían llegado el límite, así que se quejó al descubrir que no era verdad.

"Um..."

Era imposible pensar correctamente y sin embargo, también estaba ese deseo de ser completamente
empujado hacia arriba y devorado por él. Mientras tanto, la mano de Kurose comenzó a buscar
cada una de sus protuberancias sensibles, apretando y acariciando igual si tuviera miedo de que se
fuera a escapar de allí.
Y mientras se inclinaba, sacaba la placa del pecho en su dirección y lo disfrutaba, Goshoku pareció
increíblemente consciente de una cosa: Este encuentro aún no había terminado y en realidad,
estaba muy lejos de hacerlo.
Chapter 59

"Por favor, dame dos horas con mi esposo."

La voz de Kurose, que escuchó hace unos minutos, permaneció en sus oídos incluso ahora.

El hombre fue completamente sensual todo este tiempo, como una bestia en respuesta al celo tan
aterrador de Goshoku. Pero al parecer, eso solo significaba que ya habían pasado las dos horas que
pidió.

Miró la cama a la que lo había llevado y entonces se dio cuenta de lo mucho que llevaban
hambrientos por el cuerpo del otro. Ya lo había dicho antes, la eyaculación del hombre, que era un
S, era larga. Pero después de verter todo su semen dentro de él, Kurose, que volvió a encenderse
desde cero, no intentó liberarlo ni siquiera después de dos largas horas. No importaba cuántas
veces pidiera que se detuviera o las veces que jadeara para recuperar el aire, no podía dejar de
sentir hambre por él o un deseo que no podía desacelerarse. ¿Cuántas veces se desmayó entre sus
brazos antes de despertar aquí? Porque cuando se dio cuenta, ya lo habían llevado a la habitación
principal y cubierto con una manta afelpada para que no perdiera su calor. Entonces escuchó:

"¿Te levantaste ya?"

"… ¿Cuántas horas pasaron?"

"Algunas."

Su cuerpo no se estaba moviendo correctamente, casi como si la gravedad hubiera aumentado


decenas de veces en la habitación. Dejó de intentar levantarse y en su lugar, buscó el brazo de
Kurose con los dedos.

"Escuché que ibas a irte de nuevo..."

"La inspección fue cancelada".

La somnolencia aún no había desaparecido por completo de su cuerpo, así que no podía saber si lo
que estaba diciendo era la realidad o no.

"El horario cambió. Más bien, me dijeron que estaba bien mover el día porque saben lo
difícil que es el celo de un Omega".

Fue vergonzoso que otras personas supieran lo que estaban haciendo en ese cuarto. Se preguntó
incluso qué tipo de cara debería tener la próxima vez que se encontrara con sus compañeros o con
el médico que lo había citado para una inspección. No estaba tan seguro de poder actuar tan fresco
como el hombre que tenía delante.

"¿Podemos... Ir a casa juntos después?"

"Desafortunadamente es imposible, mi amor. Necesito seguir así por un tiempo".

"Los niños te extrañan tanto".

Según la historia de su esposo, en el último minuto, una unidad de apoyo del ejército abordó el
lugar y lo ayudó a completar el siguiente movimiento. Por supuesto, los primeros auxilios y la
respuesta posterior fueron ideales para el éxito de la operación y Kurose se despertó en un hospital
militar y mostró una recuperación bastante sorprendente. Inmediatamente después trató de
contactar a Goshoku, pero se le asignó una nueva misión justo allí.

"Me dijeron que me mantuviera en calidad de desaparecido y fuera encubierto para


averiguar si quedaban miembros de "AAsA" dentro del ejército. Soy un buen cebo. Se
esparcieron rumores de mi muerte y comenzó a filtrarse información sobre mi y lo triste que
estaba mi familia. Una operación encubierta perfecta".

"¿Encontraste algo?"

"Sí. Actualmente estoy interrogando. Es peligroso porque no hemos encontrado el cadáver


de Nioka. Debe haberse escapado y estoy seguro de que me está buscando tambien para
investigar que tan cierto es que estoy muerto. No fue suficiente que le rompiera los dientes."

"Me sorprendió muchísimo que hicieras eso."

Nioka, que no podía sobrescribir su marca al no tener dientes, seguramente regresaría a la


organización y planearía otra operación contra ellos. Kurose también dijo que era un S Alfa muy
dedicado y todavía se desconocía qué tipo de amenaza iba a implementar.

"Estoy seguro de que no va a darse por vencido tan fácilmente."

"¿Crees que pueda encontrar otra manera de entrar al ejército?"

"Es posible. No sé qué vamos a hacer, pero definitivamente lo atraparé . Tengo a mi familia
como motivación para eso".

No sería tan fácil de resolver, pero estaba seguro de que él era ese tipo de hombre que podía hacer
cambiar al mundo.

"Por cierto, ¿Te llegaron las rosas?"

"... Todos los días."

"Esperaba que fuera un mensaje para ti. Algo para que vieras que estaba vivo. Incluso
cambié el color intencionalmente."

Y ya que finalmente se dio cuenta de lo que significaba, se río de si mismo hasta que se sintió
ridículo. Goshoku pensó que había sido algo que arregló antes de todo este problema. Antes de
morir.

"Pero, ¿Por qué con rosas?"

Kurose pareció nostálgico.

"Cuando era niño, atrapé una mariposa. Vivía en la ciudad en ese tiempo".

Tal vez fue porque tenía los oídos en la placa de su pecho, pero su voz baja y brillante resonó
suavemente a través de todo su cuerpo hasta hacerlo estremecer. Poco a poco, la somnolencia bajó
y le permitió escuchar la historia de su esposo.

"La sostuve entre mis manos y la llevé de vuelta al jardín. Estaba feliz por eso... Pero creo
que inconscientemente la apreté con mucha fuerza y cuando me di cuenta, sus alas estaban
destruidas y aplastadas".

Suspiró.

"Estuve a punto de destruirte muchas veces"

"¿Qué es eso? ¿Soy una mariposa?"

"No quiero apretarte pensando que te protejo. Por eso prefiero regalarte flores. Algo como...
Una prueba de que, aunque lo hago a la distancia, estoy aquí. No quiero que te hagas daño
pero también quiero que seas libre"

"Tonto."

"¿Mi corazón es tonto para ti?"

Cuando vio a Kurose fingir ser dramático, comenzó a reírse con muchas ganas.

"Es que... Mi amor. Es solo un mal recuerdo de atrapar un insecto. Los niños hacen lo
mismo. Yuki y los demás a menudo persiguen mariposas. También hacen lo mismo con
luciérnagas". Recordando cosas nostálgicas en su mente, finalmente dijo con orgullo: "Lo llevan
a casa sin aplastarlos. Así que tú también puedes, Rei."

Estaba convencido. Kurose podía llevarlo a casa sin aplastarlo y definitivamente podía proteger las
cosas que eran importantes para él. Kurose dijo:

"Sí, tienes razón..."

Y puso fuerza en el brazo que rodeaba a Goshoku. De esta manera, el latido de su corazón se
transmitió aún mejor hasta propinarle un sueño confortable.
Chapter 60

El buen olor de la cocina hizo chillar la barriga de los niños.

Los pequeños, que escucharon que papá regresaba a casa después de mucho tiempo de ausencia,
estuvieron con Goshoku todo el día para poder organizarle un bonito regalo especial. Después de
todo, realmente iban a verlo por primera vez después de un año.

Como era de esperar, no pudo escuchar cada una de las solicitudes tan entusiastas de sus hijos, pero
había estado luchando desde la mañana para enfocarse en las comidas que más los volvieran locos.

"¡Huele super rico!"

Maruo saltaba de aquí para allá con las mejillas completamente rojas. Había camarones gratinados
y un montón de macarrones con queso. Tenían carne que habían preparado desde ayer y una
ensalada de verduras con curry. Goshoku acomodó zanahorias y un montón de manzanitas
picadas con limón y sal. Todo se trataba de las comidas favoritas de los niños, pero estaba seguro
de que Kurose igual debería sentirse muy bienvenido con todo esto. Sabía que las sonrisas de sus
hijos hacían feliz a su esposo, por encima de cualquier comida y de cualquier sorpresa que se
pudiera imaginar.

En ese momento, la puerta se abrió bruscamente y vino una voz que decía:

"¡Compré helado!"

Yanai entró con bolsas de compras en ambas manos porque evidentemente escuchó la solicitud de
Al y Taki de hacer un postre frío. No podía creer que este hombre les diera tanto dulce y fuera tan
consentidor, incluso estando él allí en frente suyo.

"¿Estás seguro de que dejarte hacer el postre está bien?"

"¿Por qué preguntas eso?"

"Creo que lo que quieres cocinarles lleva mucha crema."

"Tengo la suficiente."

Yanai sacó con orgullo un bote enorme de crema batida de su bolsa. También había salsa de
chocolate y muchos otros tipos de helado que tenían que ir de inmediato al congelador. Incluso
llevó pan esponja de cacao para comenzar a hacer un pastel.

"Si mezclamos esto y esto, se va a absorber toda el agua que tenga la crema batida para que
el pastel de chocolate quede riquísimo".

"Jajaja ¿Cómo sabes eso? Normalmente no comes dulces."

"Estuve leyendo mucho."

Al ver a Yanai lamiendo la crema de sus dedos, fue evidente que los niños también quisieron
probar.

"¡Ah, mamá! ¡¡Yo quiero un poquito!!" Gritó Yuki. "¡Mamá!"


Maruo se apresuró, tomando el dobladillo de su ropa de un modo un tanto desesperado. Luego Yo,
Meg y sus hermanos se reunieron y abrieron la boca como pollitos hambrientos.

"Un poco nada más".

La crema batida se repartió entre cada uno de los niños. Después de todo, compartir con ellos era la
verdadera emoción de cocinar.

"¿Qué están comiendo tan deliciosamente?"

"¡Abuelo!"

Takeda regresó a casa con un montón de artículos para la fiesta. Eran galletas, serpentinas y
cañones de confeti. Supuestamente se trataban de cositas para darle la bienvenida a Kurose pero, al
fin y al cabo, siempre pareció que los niños eran el punto principal.

"¡Me gustan mucho de estas!"

Yuki se tragó una gran galleta de chocolate y luego, sus hermanitos comenzaron a saltar porque
también querían una de esas.

Goshoku estaba repleto de amor cuando vio este lugar lleno de risas y emoción. Era como si todo
lo malo del pasado ahora hubiera desaparecido para darle paso a algo muchísimo mejor. Y
entonces, cuando Kurose volviera, sería más que perfecto.

"¿Cuándo viene nuestro invitado principal?"

"No debe tardar mucho."

Goshoku se había reunido con Kurose un mes antes de esto. Aparentemente identificó a la persona
que estaba filtrando información interna del ejército y en base a todo lo obtenido de ella, comenzó a
investigarse la manera en que se movía el grupo de "AAsA" internamente. Entonces, al eliminar a
los infiltrados y tomar medidas para evitar que se siguiera la misma rutina, la operación que hizo
que la vida de Kurose tuviera que mantenerse en secreto finalmente se terminó.

"Por cierto, al hombre de aquí lo invitaron a quedarse en el ejército permanentemente".

"¿Qué? Yanai ¿Es verdad?"

"Bueno. Eso es lo que pasa cuando eres muy bueno".

Kurose pedía su cooperación para básicamente cualquier cosa. Además, se decía que cada uno de
sus logros y estrategias fueron evaluados por la alta dirección hasta que se consideró prudente
invitarlo a ser parte de ellos de una forma permanente. Yanai era un Alfa dominante y por eso
mismo estaba en condiciones de investigar cada escena con el cuartel especial. Además, el salario
era más que suficiente para ayudar en la tienda.

"¿Cuándo aceptaste?"

"Todavía no lo he hecho en realidad. No sé si quiero dejar de ser policía."

"¿Estás hablando en serio? ¡No seas imbecil!"

"¿Qué me recomendarías tú entonces?"


"Bueno, es que... Si pudieras ayudar a Rei aunque sea un poco, siento que estaría muchísimo
más tranquilo. Entonces me gustaría que te unieras al ejército y trabajaras a su lado."

Estaba sonriendo tanto que los dos adultos miraron a Goshoku como si esta nueva actitud suya
fuera honestamente aterradora. Maldición. ¡Se sintió tan relajado de que Kurose estuviera
volviendo a casa que olvidó guardar las apariencias!

Y fue entonces cuando:

"¡Papá!"

La voz de Meg provocó que los rostros de sus niños se iluminaran. Goshoku también reaccionó sin
querer e inmediatamente después fue rumbo a la puerta. Allí, había un uniforme militar bastante
familiar y un hombre maravilloso rodeado de chiquillos.

"Estoy en casa".

Aunque era una voz que escuchó muchas veces en el pasado, aunque era una sola palabra, su
pecho se apretó tanto que no pudo evitar lagrimear. Era Kurose. Había vuelto. Finalmente se sintió
como si la vida cotidiana que les habían arrebatado estuviera caminando con lentitud a la
normalidad.

"¡¡Papi!! ¡Hicimos una fiesta de bienvenida para ti!"

Dijo Meg mientras sacudía sus coletitas de un lado para otro cada vez que saltaba. Maruo
felizmente le informó qué tipo de menú habían preparado y luego Yo se tomó el tiempo de
explicarle todo lo que habían hecho mientras no estaba allí. Al y Taki hablaban de los postres para
después de la comida y Yuki, que estaba parado del otro lado, se transformó en un aliado suyo y
comenzó a decir que protegió a mamá mientras estaba ausente. La expresión de Kurose era de una
calma sin precedentes ante las vocesitas de todos. Sin embargo, todos notaron que estaba
escondiendo algo en su espalda.

"Entonces déjenme ir con mamá. Todavía no lo he besado".

Aunque Yanai y Takeda estaban en frente suyo, no le importó expresar sus sentimientos más
honestos y sonreír en su dirección.

Cuando lo conocieron por primera vez, tenía una oscuridad impresionante en los ojos, pero hoy
había una luz preciosa que pareció ser capaz de iluminarlo todo. Algo que de seguro brillaría en el
lugar más desolado del planeta. Y es que mirando a Kurose, comenzaba a sentirse fuerte y también
muchísimo más ligero. Quería continuar a su lado y ser esa presencia que iluminaba la oscuridad de
Kurose incluso cuando todo se viera más difícil.

Y entonces, Goshoku finalmente caminó en dirección a él:

"Bienvenido de nuevo..."

"Sí, estoy en casa".

Era un saludo aburrido, pero estaba feliz de poder escucharlo de su boca.

"... Iida."

Y tras poner las manos detrás de su cuello, lo atrajo fuertemente y lo besó.


"Hmm..."

Estaba lejos de ser un beso discreto, pero respondió obedientemente aún así. Además era
apasionado y caliente pero estaba muy lejos de ser sexual. No le importaba la línea de visión de
Yanai y Takeda pero, cuando abrió los ojos, apareció un rojo brillante en sus mejillas que
incrementó de volumen al notar que tenía un ramo hermoso entre las manos. Eran esas rosas
blancas que siempre se entregaron en su puerta y que hoy estaba tomando directamente de él. Y por
supuesto que recibió todos los sentimientos contenidos en eso.

No iba a aplastarlo como a una mariposa, así que pronto todo debería estar bien entre los dos. Él
creía completamente en Kurose después de todo. En cada parte y palabra y pensaba que era un
hombre que no podía arruinar o maltratar las cosas que considerable importantes. Y entonces
Goshoku, que estaba extrañamente convencido de la naturaleza de ese hombre, dijo de nuevo:

"Bienvenido." Y también "Te amo."

//Fin. Comienzan los extras//


Extra 1.

"No me gusta. Absolutamente no me gusta".

Aki, quien antes era un bebito, ahora estaba haciendo un escándalo gigantesco en la habitación.
Entre lágrimas, pensó sobre lo que había escuchado de sus padres hace un momento y sacudió la
cabeza una y otra vez mientras decía:

"¡No quiero irme!"

Se sintió como si de repente le hubieran arrojado un balde de agua fría en la cabeza.

"¿Por qué soy el único que se va a ir a un internado?"

"Vamos, tranquilo."

La voz de Yuki se escuchó desde el otro lado de la puerta y relajó la actitud obstinada de Aki.
Ellos siempre fueron los hermanos más unidos de la casa. Iban al cine, comían juntos y jugaban
fútbol también. Siempre estaban pegados como uña y mugre.

"¿Por qué sólo yo tengo que irme…?"

Aunque en realidad lo sabía muy bien: Era porque se trataba de un S alfa. Todos sus hermanos
habían llegado a la edad del celo y estaban siendo controlados por la medicina china recetada por
Takeda. Pero él, quien en realidad era el único hijo sanguíneo de Kurose y Goshoku, era peligroso
para ellos.

"Todavía no es un hecho."

“Pero si crezco, todos entraran en celo por mi culpa ¿Verdad?"

"...Existe una posibilidad."

Yuki no lo escondió. Lo dijo claramente incluso aunque sabía que no le iba a gustar. Sin embargo,
la realidad con la que fue golpeado evidentemente era dolorosa para él. No quería dejar a su
familia y tampoco lastimarlos.

"Soy un estorbo."

"No digas algo así de estúpido".

"No me gusta lastimar a mis hermanos..."

La parte posterior de su nariz hormigueó en un instante y luego las lágrimas se desbordaron por sus
mejillas hasta hacer un desastre. En internet descubrió que un S Alfa podía estimular el celo de un
Omega con solo estar allí parado. Todavía no tenía su propio teléfono celular, pero se lo pidió
prestado a uno de sus hermanos para averiguar sobre los S. Y lamentablemente, descubrió que un S
Alfa era escrito como una existencia peligrosa para un Omega. Su padre y su madre eran Alfa y
Omega de rango S. Y ya que eran seres especiales, el personal militar solía venir a la mansión todo
el tiempo. Y eso honestamente lo asustó.

"Está bien. Nosotros igual seguiremos siendo hermanos. Ya sea que vayas a un internado,
tengas un amante o te cases, nuestra relación no cambiará nunca."

No pudo decir nada. No es que no le creyera y sin embargo, comenzó a preguntarse qué era la
neblina que estaba en su corazón.

"Te gusta mucho el fútbol, ¿No es verdad?"

El internado que buscaron sus padres tenía un club de fútbol fuerte y una educación bastante sólida.
Además, hicieron una verificación exhaustiva de los antecedentes del personal, por lo que era
completamente seguro para él.

"Sí..."

Él era un alfa privilegiado así que algunas personas podían tener ideas peligrosas e involucrarlo en
actividades un tanto radicales. Aunque el segundo sexo no se iba a hacer público en la escuela,
algunos niños podrían intimidarlo por rumores o por su apariencia o al descubrir de que casa
provenía. Además, Aki quien creció siendo amado por seis hermanos Omega, sintió que no iba a
poder soportar si alguien de allí abusaba de su poder o si él mismo los lastimaba por algo que no
podía controlar.

"Desearía que mis hermanos pudieran ir allí también."

"A mí me gustaría estar contigo todo el tiempo. No me hagas sentir mal."

Aunque era un hermano mayor, Yuki siempre actuaba así de lindo con él.

"Pero, vas a estar muy bien ¿De acuerdo? El internado está pensado para tu futuro. No es
porque seas un estorbo o no te queramos aquí."

Lo sabía sin que se lo dijera. Sus padres trataban a todos los niños por igual y a cada uno le decían
un "Te amo" bastante sincero. Siempre crecieron todos juntos y así fue como superaron cada uno
de los problemas familiares que les fueron llegando. Entendía que para este internado, sus padres
no le obligarían a aceptar si dijera que "no" y sin embargo, igual pensó que harían lo posible para
protegerlos a todos. Incluso si eso significaba decir "Adiós" por un momento.

"Me gustaría crear un mundo donde mis hermanos puedan vivir cómodamente. Ser un
Omega es... Muy difícil."

"Eres amable."

Cuando veía a sus hermanos, que bebían regularmente su medicina china, se inyectaban
inhibidores y tenían dolores de celo cada mes, comenzó a querer cambiar algo en el lugar donde
vivían para hacérselos más fácil. Pero en esa pelea, sintió que en realidad no era lo suficientemente
fuerte. Y se necesitaba de poder para proteger algo.

"Quiero ser como mi papá."

"Lo sé. Pero no creo que tú quieras ir al ejército porque amas el fútbol. ¡Puedes darle un
balonazo a los que nos molesten!"

La risa volvió de nuevo. Pensaba que eran bastante infantiles a veces.

"Pero mira, tan pronto como te conviertas en un estudiante de secundaria, te compraré un


celular ¿Qué opinas? ¿No estaría bien que podamos chatear todo el tiempo? Pondré mi
información de contacto primero en tu agenda"

"¿En serio?"

"Claro. Porque eres mi hermanito lindo."

Pero cuando se abrió la puerta, Yuki se paró de la cama con una cara bastante avergonzada. No
pareció que le gustara que los otros lo escucharan hablar así.

"Si no te gusta, no tienes que ir a un internado."

"Sí, podemos encontrar otra solución."

"Pero ahora, tenemos que comer. Ya es tarde."

La voz de Meg salió desde atrás. Yo, Al y Taki estaban asomándose y además, sus otros hermanos
también se escuchaban desde la cocina y con ellos, incluso estaba la voz de sus padres llamándole.

"Tengo hambre ¿Vamos?"

"Claro."

Sintiendo tanto cariño de sus padres y hermanos, el niño finalmente se rindió.


Chapter 62

Yuki celebró su cumpleaños 16 de la peor manera posible.

Había logrado hacer amigos en la preparatoria, era excelente en sus calificaciones y estaba
llevando una vida bastante plena. Sin embargo, recientemente el corazón de Yuki estaba
completamente pesado. Casi como si estuviera lleno de plomo. Desde hace un tiempo se fue
colocando un granito y un granito y un granito, pero ganó peso hasta volverse insoportable el día
de hoy.

Cuando abrió los ojos esta vez, notó que faltaba mucho para las 7 de la mañana. Trató de dormir
de nuevo, pero entonces escuchó que la puerta había comenzado a abrirse muy suavemente y que
alguien estaba acercándose de una manera un tanto sigilosa.

Pasito.

Pasito.

"... Hermano".

La voz era la de Aki.

"¿Ya te levantaste?"

"..."

"Oye, hermano. ¿Estás despierto?"

"No estoy despierto".

"Mentira, ¡Estás despierto! ¿Quieres que juguemos?".

"No inventes, es muy temprano. Todavía tengo sueño".

"Un poco y ya. ¡Un poco y ya!"

Aki dijo esto y comenzó a sacudir a Yuki de atrás para adelante. Había decidido ignorarlo por un
rato, pero era tan ruidoso que se levantó.

"¡Ah, eres ruidoso!"

Lo presionó para abajo y comenzó a hacerle un montón de cosquillitas en las axilas. El niño era
débil en esa parte así que incluso si lo tocaba por un momento pequeño, torcería su cuerpo y se
pondría a gritar una y otra vez. La risa le siguió a eso:

"¡Ríndete, hermano, ríndete!"

"¡Ya! Jajajajaja ¡Ya, lo siento! ¡Lo siento! ¡Espera! Jajajaja."

Después de eso, lo soltó como si ya lo hubiera perdonado y volvió a cerrar los ojos. Dejó a su
hermano contra el colchón y volvió entonces a ponerse la manta hasta cubrirse la cabeza. Pero el
niño travieso, que se recuperó en un abrir y cerrar de ojos, lo miró a la cara otra vez y dijo:
"Oye, hermano".

Esta vez, era una voz muchísimo más tranquila.

"Hmm, ¿Quieres que te haga cosquillas otra vez?"

"No, ya no. ¡Comamos juntos y juguemos fútbol en el jardín!"

"Más tarde".

"¿Cuánto tiempo debo esperar?"

"Una hora".

"Es muchísimo."

Fue un susurro, pero fue evidente que estaba bastante molesto por esto. Giró su brazo alrededor del
cuello del niño y tiró de él en su dirección para sujetarlo firmemente con ambas manos y pies y
enterrarlo en el edredón. Entonces Aki, que estaba envuelto en un ataque poderoso, se rió de
nuevo.

"¡Jajaja! Espera".

"Eres ruidoso. Quiero dormir ¡Tú también deberías hacerlo!"

Cuando puso su peso sobre él, Aki, que se quedó atascado, comenzó a luchar otro poquito más. Se
quejó por un momento y se movió pero, después de un rato y trás cerrar los ojos, la resistencia
desapareció completamente.

"Bueno pero... Jugaremos más tarde".

La voz que apenas era audible, fue medio ahogada por el edredón. Le respondió con un: "sí", pero
no sabía si había logrado hacerse escuchar. Después de eso, dormir con su hermanito fue un
momento de lujo para Yuki, que había tenido malas noches últimamente.

"Yuki, ¿Por qué sigues dormido?"

Cuando se despertó por segunda vez y gracias a la voz de Meg, descubrió que el exterior ya estaba
completamente iluminado y que no estaba el hermanito que había sido enrollado en la cama como
un taco. Cuando le preguntó a Meg dónde estaba Aki, ella dijo que salió al jardín con una pelota
después de desayunar con mamá y con papá.

"Ya todos comimos en realidad. ¿Por qué tú sigues durmiendo?"

"¿Qué tiene de malo Meg? Está bien, son vacaciones. Y es mi cumpleaños".

"Si te vuelves tan descuidado, tus calificaciones volverán a bajar".

No quería poner excusas, pero no fue por ser flojo que estaba teniendo un mal rendimiento
escolar. En realidad, se estaba sintiendo horriblemente mal a últimas fechas. Su temperatura
corporal no estaba siendo estable y en ocasiones tenía una fiebre leve. En este momento, por
ejemplo, su cuerpo estaba lento y tenía muchísimo sueño. No importaba cuanto durmiera. Al
parecer, era posible que ya estuviera experimento lo que era el celo.
Se levantó y se sentó en la cama.

"Entonces Aki es un S Alfa".

"Sí. Pero todavía es muy pequeño como para destaparse".

"Maldito."

"¿Qué estás diciendo tan de repente?"

Tampoco él sabía lo que estaba tratando de decir. Sin embargo, a veces comenzaba a sentir mucha
envidia de su hermano. Después de todo, Aki, que no era un Omega, no iba a tener que sufrir de
esta maldita ansiedad por el resto de su vida y no tendría que sobrepensar las cosas cada bendito
día. Aunque por supuesto que lo amaba lo suficiente como para estar feliz de verlo fuerte.

"Oye, ¿Estás bien? ¿Tú estás...?"

"Estoy bien. No le digas a nadie sobre esto ¿De acuerdo? Vas a hacer que todos se
preocupen."

Era desafortunado que Meg fuera tan consciente de la causa de su cambio. Sus padres siempre le
dijeron que el período de celo no era algo para estar avergonzado, pero igual estaba completamente
deprimido porque había visto en primera fila lo que era ser un Omega en celo. Fue testigo de cómo
se perturbaban y como... Dejaban de ser ellos mismos.

Todo empezó en el momento en que fue a casa de su mejor amigo, hace como un año. Por la
noche, comenzaron a meterse a un sitio extraño de videos en Internet y mientras curioseaban por
aquí y por allá, hubo una página que tenía escenas de sexo entre Alfa y Omega. No fue mucho, pero
lo que alcanzó a ver fue completamente impactante. No emocionante, sino enfermizo. Múltiples
Alfas comenzaron a sentirse cautivados por el celo de una Omega hasta tal punto que se convirtió
en una orgía. Sus amigos estaban atentos porque eran Betas, pero para Yuki, todo esto era solo un
recordatorio del peligro que aguardaba en su futuro. La aparición de una jovencita que lloraba
mientras decía que no le gustaba, se superpuso con su cara hasta hacerle tener un montón de
malestar e ira que no podía ni describir con palabras. Cuando pensó que la sangre que fluía en él,
era Omega, quiso drenarla de todo su cuerpo.

"¿Por qué nacimos Omega? Es que no es justo."

"Yuki…"

El segundo sexo nunca se hacía público. En la escuela, los Alfa, Omega y Beta recibían el mismo
trato. Sin embargo, todos pensaban que los estudiantes con notas excelentes eran, de alguna
manera, Alfa. Y si su condición física se hacía delgada y delicada, entonces se darían cuenta de que
eran omega. Era mucho peor cuando llegaba el período de celo. Y podía ser que sus amigos ya lo
sospecharan al ver su reciente pérdida de concentración.

"¿Qué pasa si... Me está llegando el celo?"

"Está bien. Se puede suprimir con medicamentos antes de que entre."

Como le dijo Meg, lo mejor era obtener una receta para el medicamento chino que más le
conviniera a su tipo de cuerpo. Pero aunque lo sabía, no podía consultarlo con alguien porque
quería creer que no era el celo. No todavía. Además, cuando lo tuviera ¿Realmente invitaría a un
alfa a que lo follara? ¿Tendría ese extraño fluido corporal en su trasero? ¿Desearía ser violado?
¿Estaría dispuesto a abrir las piernas y aceptar incluso si había múltiples hombres deseando
agarrarlo? Sus ojos se pusieron calientes.

"Meg, tú tuviste el celo antes ¿No? ¿Estás...? ¿Estás bien? ¿Es muy horrible?"

"No llores. Vamos. Me controlo bien con los medicamentos de Takeda. Y también tengo
siempre ese repelente que inventó papá. Además, desde que se convirtió en jefe de la mesa de
laboratorio, el desarrollo del medicamento ha ido avanzando cada vez más. Es mucho mejor
ahora".

"Pero si no es un lugar pequeño, el efecto disminuye ¿Verdad? No sirve si voy en la calle o..."

Y es que no era en el efecto del repelente en lo que no creía. Era en si mismo. En su mente. Si
estuviera en celo, ¿Podría utilizar el repelente con su propia voluntad? ¿Y si tiraba el repelente y
pedía por un alfa? No estaba seguro de tener una fuerte voluntad para resistir el segundo sexo con
el que nació.

"¿Tienes miedo?"

Estaba aterrado.

Tenía miedo de pensar que podía haber una bestia dentro de él que quisiera comportarse de manera
provocativa.

"Meg... Es que tú eres muy fuerte".

"¿Sí? ¿Yuki es débil?" Sonrió un momento y luego dijo: "¿Hablamos con mamá? Él es S
Omega así que todo lo que se puede sentir en el celo, se multiplica en él. Ahora está con papá,
pero antes de eso, debió haber tenido mucho miedo también ¿No crees?"

Ya fueran Alfas u Omegas, sus padres siempre tuvieron un vínculo increíblemente fuerte. Su padre
era un militar, solía estar ausente por días y a veces no regresaba hasta después de algunos meses,
pero jamás se sintieron solos porque nunca fue el caso en realidad. Fueron muy felices desde que
eran niños, con mucho amor y muchas atenciones, sin embargo, no siempre fue algo pacífico.
Incluso solo recordando, se encontró con que habían tenido crisis familiares varias veces en cada
año que pasaba. Había momentos en que temía miedo y momentos en los que pensó que podría
morir. Sin embargo, ellos siempre los protegieron por encima de todo.

"No estoy solo".

"¿Finalmente te diste cuenta? Yuki es estúpido".

Meg dijo: "No te tardes" y salió de la habitación sin decir otra palabra. Cuando miro la hora en el
reloj de su mesita de noche, suspiró con fuerza y entonces hundió los pies en sus pantuflas. Y al
bajar al primer piso, encontró que había un olor bastante agradable viniendo de todas partes así que
pensó que probablemente habían preparado la tortita de huevo con arroz que era su favorita. Creyó
que era algo infantil, pero todavía llenaban el corazón y el estómago de Yuki con recuerdos
bastante dulces.

"Buenos días, mamá"

"Buenos días. Es tarde. ¿Todo está bien?"


Tal vez lo notó. Después de todo, siempre fue increíblemente intuitivo.

"Ven, siéntate aquí."

Maruo todavía tenía como cinco tortitas de huevo en su plato. Después de todo, seguía siendo el
hermano que más comía entre los siete.

"Sí, gracias." Y ya sentado, juntó las manos delante de su cara y dijo "perdón por llegar tarde."

Tomó una cuchara y agarró un bocado del arroz. Era delicioso. El huevo era esponjoso y tenía que
decir que le gustaba que le pusieran ketchup, pollo y cebolla. Los pimientos, que no le gustaban
para nada cuando era niño, le encantaban tanto ahora que le puso dos.

"¿Está rico?"

"Sí, mucho. Me alegro de que Maruo no se haya terminado todo".

Apoyó los codos sobre la mesa y lo miró atentamente. Aunque era su madre, sintió que igual le
estaba atravesando el corazón con una mirada bastante aguda. Además, la sonrisa en su boca decía
que sabía más o menos lo que estaba pasando. Era mucho más problemático que ser presionado
por una cara aterradora.

"¿De verdad todo está bien, Yuki?"

"Uh, pues... En realidad, me siento un poco... Últimamente... Me siento un poco..."

"¿Tienes fiebre?"

"Sí..."

"¿Estás preocupado?"

Asintió.

"Está bien. No va a pasar nada malo. No tienes que avergonzarte de ti mismo o de lo que
eres."

"Madre..."

Después de todo, él de verdad lo sabía. Fue descubierto.

"Solo quiero que seas muy, muy feliz. Haré todo lo posible por eso. ¿Entendiste? No dejaré
que te pase nada malo y definitivamente tu padre tampoco."

Le preguntó sobre sus preocupaciones así que habló de todo. Fue vergonzoso confesar que vio un
video para adultos con un amigo, pero gracias a eso, mamá fue todavía más comprensivo que al
inicio.

"Todo va a estar bien, bebé ¿Bueno?" Le acarició la cabeza ligeramente y entonces le sonrió.
"Mira, termina de comer y le hablaré a Takeda para que nos traiga un poco de medicina
para ti ¿Cuándo empezó tu fiebre?"

"Una semana".
"Entonces estamos a tiempo. Déjamelo a mí".

***
Después de eso, salió al jardín.

Aunque aparentemente había pasado mucho tiempo, Aki todavía estaba allí haciendo
levantamiento de pesas él solito. Entonces, cuando notó a Yuki, de repente cambió su expresión y
corrió en su dirección como si hubieran encendido la luz dentro de él.

"¡Hermano! ¡Llegas tarde!"

"Lo siento, estaba comiendo."

"Oye, ¿Viste lo que hice? Soy bueno haciendo ejercicio ¿Verdad? Digo, soy más fuerte que la
última vez."

Aki le mostró que ciertamente había practicado mucho con eso de las pesas y que de verdad era
mucho mejor que antes. Hace unos meses cargaba 10, ahora superó las 13 y pensaba que no
tardaría mucho en hacerlo con 15 kilos.

"Sí lo vi. Es increíble. Yo no puedo con tanto".

"¿En serio?"

"En serio. Entonces estoy muriendo por ver tu partido el fin de semana".

"¡Sí, haré lo mejor que pueda!"

"Entonces ponte a practicar ¡Anda!"

Tras decir eso, se fueron corriendo por el jardín mientras pasaban por delante de los ojos atentos de
Goshoku. Aki levantó la pelota alto y disparó directo a la pared.

"¡Sí, es un gol! ¿Lo viste?"

"Lo vi. Fue genial".

"Me encanta jugar al fútbol con mi hermano".

La sonrisa feliz de Aki le hizo olvidar un poco toda esa ansiedad que tenía debido a eso del celo. El
niño era increíblemente talentoso y estaba muy orgulloso de él, incluso si no sabía cuánto tiempo
iban a poder estar juntos ahora. ¿Cuánto tiempo podían vivir juntos un Omega y un S Alfa? Se
decía que un S podía promover el celo de un Omega con solo estar allí sin hacer nada así que, la
verdad era que estaba un poco preocupado al respecto. Sin embargo, todavía faltaba mucho por
delante y estaba seguro de que, como siempre, la familia encontraría una solución para esto por lo
que, mientras tanto, solo quería disfrutar de su hermanito con todas sus fuerzas. Y lo mismo era
cierto para sus otros hermanos Meg, Maruo, Yo, Al y Taki. Posiblemente sería de otra manera
algún día, pero ahora tenían que aprovechar que estaban todos juntos como una familia.

Y ya que mamá y papá, S Alfa y S Omega, habían protegido a sus niños muchas veces antes, ahora
también podían ayudarlos con esto.

"Hermano. ¡Oye, hermano! ¡Esta vez soy yo quien va a hacer un gol!"


Cuando dijo eso, la voz feliz de su pequeño hermanito se escuchó por todos lados. Yuki miró al
cielo con una sensación refrescante por primera vez en mucho tiempo.

Fin.

Please drop by the archive and comment to let the author know if you enjoyed their work!

También podría gustarte