SAETAS DE FUEGO
MINISTERIO SAETAS DE FUEGO
Este ministerio nace de un sentir que mi Padre celestial puso en lo más profundo
de mi corazón; cuando entregue un ayuno de 21 días, que había ofrecido a él
pidiendo que los altares fueran removidos, cambiados y transformados para que allí
se levantara una generación que lo adorara en espíritu y en verdad.
Desafortunadamente hoy muchas iglesias han profanado el altar, permitiendo que
los ministerios de danza y alabanza suban al altar en pecado, en desobediencia, y
sin santidad; haciendo de la adoración un show más. Aún muchos no han entendido
el verdadero significado de lo que es adorar al padre. El pide adoradores genuinos
que le adoren en espíritu y en verdad, si tan solo entendieran y comprendieran que
a través de la danza y alabanza hay libertad, sanidad, restauración, guerra espiritual
y victoria. Cambiarían por completo su forma de adorar al Padre.
En esos 21 días de ayuno mi amado Padre me enseñó que su pueblo perece por
falta de conocimiento y que aún hay un pueblo con un corazón dispuesto que quiere
adorarle, exaltarle y honrarle de la forma que Él nos pide,(en espíritu y en verdad),
pero que necesitan ser capacitados y preparados con entendimiento de su palabra.
En ese instante me recordó una promesa especial que me dio el día que le dije:
AMADO PADRE TE ACEPTO EN MI VIDA Y CORAZÓN COMO MI ÚNICO SEÑOR
Y SUFICIENTE SALVADOR.
Y es esta promesa: Isaías 49:1-7
Israel, siervo de Jehová
49 Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre,
desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.
2
Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me
puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba;
3
y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré.
4
Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis
fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.
5
Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para
hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los
ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza);
6
dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y
para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones,
para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.
7
Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma,
al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán
príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.
Entonces comprendí y entendí que soy una de sus saetas y por lo tanto debía
levantar otras saetas…
¿Qué es una saeta y para qué sirve?
Una saeta es un proyectil que se dispara con el arco. Las saetas o flechas antiguas
consistían de:
1. Una punta o cabeza, hecha en tiempos primitivos de pedernal, más tarde de
bronce y en tiempos romanos de hierro.
2. Una vara larga, mayormente de caña, ocasionalmente de madera pulida.
3. Unas plumas en su extremo para mantenerla en un curso rectilíneo.
A veces, la cabeza de la flecha o saeta se insertaba en un extremo de la caña o
tenía un tubo para recibirla. Las puntas primitivas fueron planas, pero más tarde
mostraron secciones triangulares.
Los asirios inventaron las flechas barbadas, que eran difíciles de remover de las
heridas. Los soldados usaban aljabas de cuero para llevarlas. Algunas veces se
embebían en veneno (Job 6:4). También se usaban flechas incendiarias para
prender fuego los equipos de guerra, el campo o la ciudad del enemigo. Se han
encontrado puntas de estas saetas, que muestran los orificios por donde se
atravesaban pedazos de estopa saturadas con aceite.
Las naciones de la tierra están necesitadas de hombres y mujeres que sean
capaces de cambiar el destino de las mismas, que puedan impactar poderosamente
la vida de muchos que están sumidos en desesperanza, esclavitud, enfermedad,
drogadicción, dolor, etc.
Como hijos de Dios estamos llamados a hacer SAETAS útiles de Dios y acertar en
el centro de la necesidad, vacío y conflicto de cada persona.
En la biblia encontramos un claro ejemplo de lo que es y hace una verdadera
SAETA. Esdras 7:1-28
Esdras provenía de una familia de sacerdotes al ser descendiente de Aarón. En el
versículo 2 podemos ver una característica importantísima de que los cristianos de
hoy día parecen estar pasando por alto: La diligencia. Esdras procuraba siempre
hacer lo que él sabía que debía hacer sin que nadie se lo recordara, porque su amor
por Dios lo impulsaba. ¿Cuántos de nosotros sabemos lo que debemos hacer y por
dar paso a nuestra razón lo hacemos cuando consideramos que es pertinente?,
¿cuántos creemos que es en nuestro tiempo?
1. Esdras preparó su corazón para buscar la revelación de Dios. Él sabía que la
única forma de conocer lo que Dios tenia para su vida debía ser en la intimidad, en
pasar jornadas especiales con su amado, con el que le daría el talento y el poder
para actual; para que su vida fuera tan desafiante que rompiera con todos los
esquemas y paradigmas de ese tiempo.
2. Esdras preparó su corazón para cumplir la ley de Dios, se preocupó porque sus
sentidos estuvieran agudizados para lo que Dios había dispuesto para sus hijos. No
dio paso a su opinión o a sus buenas intenciones, sino que se ciñó fielmente a la
palabra de Dios.
3. Esdras enseñó al pueblo a vivir conforme al corazón de Dios, no hizo otra cosa
más que evangelizar, llevar un mensaje que cambiara la vana manera de vivir de
un pueblo que si bien conocía quien era JEHOVÁ, su corazón estaba lejos de él.
Uno de nuestros grandes errores es idealizar a los líderes que Dios utiliza.
Creer que deben reunir tales y cuales características especiales. Las cosas con Dios
son diferentes; Él obra de manera soberana, sobrenatural, espontánea y es su deseo
que permitamos ser usados como saeta.
Dios conoce nuestras potencialidades y las utiliza, conoce nuestras limitaciones y
se glorifica en ellas, sabe hasta dónde podemos llegar en sus manos y lo hace, si
lo permitimos.
Así ocurrió con Esdras, quien se convirtió en un líder a quien Dios utilizó
poderosamente para dirigir el regreso a Jerusalén y el restablecimiento del culto en
el templo.
Una saeta útil es reconocida como líder, como ministro de Dios, es respaldado con
sus propósitos, porque la mano de Dios está con él. Recibe protección y sobre todo
lleva a otros a que reconozcan la grandeza de Dios. Esto no es otra cosa más que
el buen testimonio que impacta sobrenaturalmente donde te encuentres.
Dios está dispuesto para lanzar sus flechas contra la enfermedad, ruina,
desesperanza, depresión, ansiedad, y contra el enemigo mismo; pero sólo utiliza a
los que como Esdras están listos para ser lanzados, para ir y reconstruir lo que está
en ruinas o hacer volver sus corazones a él otra vez.
El arco de Dios no necesita ser ajustado, el sabe ejercer la presión, sabe la distancia
y la dirección a la que nos dirige, el conoce bien cuál es el viento propicio para que
llegue más lejos. Donde pone su amor pone la saeta.
Él no falla por tanto no debemos temer a ser lanzados, porque a diferencia de las
otras saeta esta no genera muerte, genera vida que salta a la eternidad.
ACEPTA TÚ ASIGNACIÓN
Acepta quien eres y tu propósito en las manos de Dios, porque somos hechura de
Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de
antemano a fin de que la pongamos en práctica.(Efesios 2:10).
Fuiste puesta en la tierra para aportar algo y es servir a Dios. Siempre que sirves a
otros de cualquier manera, verdaderamente estás sirviendo a Dios y cumpliendo
con uno de tus propósito.
Lo que Dios le dijo a Jeremías también es válido para ti: “antes de formarte en el
vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado”. Amada
Dios depositó en ti una asignación especial.
Dios te redimió para que hicieras su “obra santa”. Tú no eres salvo por buenas obras,
sino para hacer buenas obras.
En el reino de Dios, tienes un lugar, un propósito, un rol y una función a cumplir.
Esto le da a tu vida un gran significado y valor. El cual costó la sangre de Jesús para
comprar tú salvación. La biblia nos recuerda que fuimos comprados a un alto precio.
No servimos a Dios por miedo, por culpa o por obligación, sino por amor, con gozo
y profunda gratitud por lo que hizo, hace y por lo que hará.
A Él debemos nuestras vidas, gracias a su salvación nuestros pecados han sido
perdonados, nuestro presente tiene significado y nuestro futuro está asegurado. A
la luz de esos beneficios increíbles, Pablo concluyó: “…tomando en cuenta la
misericordia de Dios… ofrezcan sus vidas como sacrificio vivo, dedicado a su
servicio”.
El apóstol Juan enseñó que nuestro servicio a otros en amor muestra que
verdaderamente fuimos salvados. Él dijo: “nosotros sabemos que hemos pasado de
la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos”. Si no amo a los demás
ni deseo servirles, y si sólo estoy concentrado en mis necesidades; debería
preguntarme si Cristo está realmente en mi vida. Un corazón salvado es un corazón
que verdaderamente ama.
Fuimos sanados para ayudar a otros, fuimos bendecidos para ser de bendición,
fuimos salvados para servir, no para sentarnos y esperar el cielo.
¿Alguna vez te has preguntado porque Dios no nos llevó de inmediato al cielo en el
momento que aceptamos su gracia? ¿Por qué nos deja en un mundo caído? Él nos
puso aquí para cumplir sus propósitos. Una vez que has sido salvado, Dios intenta
usarte en sus planes. Él te tiene un ministerio en su templo y una misión en el
mundo. En el momento en que uses las habilidades que Dios te dio para ayudar a
otros, estas cumpliendo con tú llamado.
La Biblia afirma: “Ahora perteneces a Él… de manera que puedas ser usado para
el servicio de Dios”. ¿Cuánto de tu tiempo estás usando para servir a Dios? Cada
uno de nosotros tenemos un papel que desempeñar en el cuerpo de Cristo; cada
papel es importante. En ningún sentido hay servicio pequeño para Dios. Tampoco
hay ministerios insignificantes en la iglesia. Algunos son visibles y otros se
desarrollan detrás del escenario, pero todos son valiosos. Los ministerios, pequeños
o escondidos, a veces hacen una inmensa diferencia.
Servir y dar es uno de los propósitos de Dios para tu vida.
No es suficiente seguir aprendiendo más y más. Debemos poner en acción lo que
conocemos y poner en práctica lo que proclamamos creer. (Impresión sin expresión
causa depresión).
El estudio sin servicio conlleva aún estancamiento espiritual; por eso es necesario
servir en lo que se pueda para ejercitar los “músculos espirituales”. Muchos se han
acostumbrado en buscar una iglesia que supla sus necesidades y les sea de
bendición”, en vez de decir: “busco un lugar para servir y ser de bendición”. Dios
quiere usarte para marcar una diferencia en el mundo. Él quiere trabajar a través
de ti.
No importa la duración de tú vida sino la donación de la misma. No cuanto tiempo
viviste, sino como lo hiciste.
Si no estás involucrado en ningún servicio o ministerio de tú iglesia, ¿qué excusa
has estado usando? Abraham era viejo, Jacob inseguro, Lea sin atractivo, José fue
abusado, Moisés tartamudeaba, Gedeón era pobre, Sansón codependiente, Rahab
una inmoral, David tuvo una amante y todo tipo de problemas familiares, Jeremías
estaba deprimido, Jonás era rebelde, Noemí una viuda, Juan el Bautista
un excéntrico, Pedro impulsivo, Marta preocupada por todo, la samaritana fracasada
en varios matrimonios, Zacarías era impopular, Tomás tuvo dudas, Pablo tuvo una
salud muy pobre y Timoteo era tímido.
Esto es una prueba de que ninguno de ellos se adaptaba muy bien al ambiente,
pero Dios los usó a cada uno de ellos para su servicio. También te usará a ti si dejas
de dar excusas; fuiste formada para servir a Dios.(Job 10:8; Isaías 43:21)
Dios formó a cada uno de sus hijos y los dotó con dones, habilidades y talentos
especiales. Cada una de nosotras fue diseñada de manera única. Antes de que Dios
te hiciera, decidió qué rol quería que jugaras en la tierra. Él planeó con exactitud
cómo quería que le sirvieras, y te formó para esa tarea. Eres un diseño hecho a la
medida, una pieza original. Dios no sólo te formó antes que nacieras, sino que
planeó cada día de tú vida para apoyar su proceso para formarte.
Nada de lo que pasa en tú vida es irrelevante. Dios usa todo eso para formarte para
que ministres a otros y te forma para servirlo a él. Dios no desperdicia nada, él no
te daría habilidades, intereses, talentos, dones, personalidad y experiencias a
menos que tenga la intención de usarlos para su gloria. Si identificas y entiendes
esos factores, puedes descubrir la voluntad de Dios para ti.
CÓMO TE FORMA DIOS PARA TÚ MINISTERIO
Siempre que Dios nos da una asignación, nos equipa con lo que necesitamos para
cumplirla.
1. FORMACION ESPIRITUAL
Dios le da a cada creyente dones espirituales para usarlos en el ministerio. Son
habilidades especiales dadas por Dios a los creyentes para servirle. La Biblia dice:
“El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios” 1Corintios
2:14a.
No puedes obtener los dones espirituales o merecerlos, ya que son regalos del
Espíritu Santo. Estos son una expresión de la gracia de Dios para ti. “Cristo ha
repartido generosamente sus dones en nosotras”, Dios es quien los determina.
Tus dones espirituales no se te dieron para tu propio beneficio sino para el de otros,
así como los de ellos son para tu beneficio; ya que Dios a cada una le da una
manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. Dios lo planeó así
para que tuviéramos necesidad unos de otros. Cuando usamos nuestros dones
juntos, todos nos beneficiamos. Si otros no los usan, no los disfrutas, y si no usas
los tuyos, ellos tampoco se benefician. Ese es el motivo por el cual se nos manda a
descubrir y desarrollar nuestros dones espirituales. ¿Has invertido tiempo en
descubrir cuáles son tus dones espirituales? Un don sin descubrir no vale nada.
Olvidar esas verdades básicas acerca de los dones, siempre causan conflicto en la
iglesia. Dos problemas comunes son los “dones de envidia” y los “dones de
imitación”. El primero ocurre cuando comparamos nuestros dones con los de otros;
nos sentimos insatisfechos con lo que Dios nos dio, y empezamos a resentirnos y a
sentir celos de la manera que Dios usa a otros. El segundo problema sucede cuando
esperamos que los demás tengan nuestro mismo don, realicen la misma labor que
fuimos llamados a hacer y sientan la misma pasión que sentimos nosotros al
hacerla.
Algunas veces los dones espirituales se enfatizan tanto que descuidamos otros
factores que Dios usa al formarnos para su servicio. Tus dones revelan la llave para
descubrir la voluntad de Dios para tu ministerio, pero ellos no lo son todo.
Tu corazón es la fuente de todas tus motivaciones, lo que amas hacer y lo que más
cuidas.
En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona, tu corazón revela
lo real de ti, lo que eres verdaderamente, no lo que otros piensan de ti o lo que las
circunstancias te impulsan a ser. Tu corazón representa la fuente de tus
motivaciones, porque actúas en la forma en que lo haces.
EL PODER DE DIOS EN TÚ DEBILIDAD
“Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues
también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios
para con vosotros”. (2Corintios 13:4).
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
Por tanto de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose
sobre mí el poder de Cristo”. (2 Corintios 12:9).
Todos tenemos debilidades, pero solemos negarlas, defenderlas, ocultarlas y
excusarlas. Hacer esto impide que Dios las use de la manera que desea hacerlo.
Dios tiene una perspectiva diferente de tus debilidades; Jehová dijo: “Porque mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”. “
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. (Isaías
55:8-9). Esto nos confirma que Dios actúa de maneras muy distintas a lo que
usualmente pensamos. Esperamos que Dios sólo quiera usar nuestras fortalezas,
pero también quiere usar nuestras debilidades para su gloria.
“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que
nadie se jacte en su presencia”. (1 Corintios 1:27-28).
Tus debilidades no son un accidente. Dios las permitió en tu vida con el propósito
de demostrar su poder a través de ti. La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios
ama y usa a los imperfectos, a las personas ordinarias para hacer cosas
extraordinarias a pesar de sus debilidades. Si Dios usara sólo personas perfectas,
nada seria hecho, porque ninguno de nosotros es perfecto. Que Dios use a los
imperfectos es muy alentador para todos nosotros.
Una debilidad, o “aguijón” como Pablo lo llamó, no es un pecado, vicio o defecto que
puedas cambiar fácilmente. Ten siempre presente que a Dios no lo detienen
nuestras limitaciones de hecho, Él disfruta poner su poder en envases comunes.
Pero es importante reconocer y admitir tus imperfecciones.
Deja de pretender que tienes todo bajo control y se honesta contigo misma. En vez
de vivir negando o dando excusas, toma tiempo para identificar tus debilidades
personales.
ALÉGRATE CON TUS DEBILIDADES
Dios trabaja mejor cuando admito mi debilidad. “pero el Señor me ha dicho: «Mi
amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la
debilidad.» Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el
poder de Cristo.” 2 Corintios 12:9 ¿De qué forma quiero continuar viviendo la vida,
impresionando o inspirando a los demás?
A Dios le gusta usar personas con debilidades e imperfecciones. Todos tenemos
debilidades. De hecho, tú tienes una lista de defectos e imperfecciones físicas,
emocionales, intelectuales y espirituales. Es probable que sean algunas
circunstancias incontrolables que lo debiliten, tales como limitaciones financieras o
relacionales. Usualmente las usamos para victimizarnos, excusarnos,
menospreciarnos, para no esforzarnos, para poder sentirnos mal. Dios tiene una
perspectiva diferente de nuestras debilidades.
Como ya lo mencionamos, pensamos que Dios sólo quiere usar nuestras fortalezas,
pero Él también quiere usar nuestras debilidades para su gloria. La Biblia dice, “Dios
escogió deliberadamente... lo que el mundo considera débil, para avergonzar a los
fuertes.” 1Corintios 1:27. A Él lo atraen personas que reconocen su debilidad, que
lo admiten y lo buscan. Jesús consideró este reconocimiento de nuestra necesidad,
como ser “pobre en espíritu.” Mateo 5:3. Esta es la actitud número uno que Dios
bendice.
La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios se deleita en usar a personas
imperfectas y ordinarias para hacer cosas extraordinarias a pesar de sus
debilidades. Una debilidad es cualquier limitación que heredaste o que no tienes
poder para cambiar. Puede ser una limitación física, como un impedimento, una
enfermedad crónica, o una discapacidad. Puede ser una limitación emocional, tal
como la cicatriz de un trauma, una memoria dolorosa, un miedo, una manera
inapropiada de reaccionar ante la presión. O puede ser una limitación intelectual, en
la memoria, en la capacidad de confrontar o argumentar o la no aceptación de
talentos. No somos brillantes en todo.
Cuando piensas en la limitación en tu vida, quizás te sientas tentado a desistir, y
piensas “Dios nunca podría usarme.” Pero Dios jamás es limitado por nuestras
limitaciones. La biblia dice, “Somos como vasos de barro en los que este tesoro ha
sido puesto. El poder verdadero viene de Dios y no de nosotros.” 2 Corintios 4:7.
Como vasos de barro, somos frágiles, defectuosos y nos quebramos fácilmente.
Pero Dios nos usará si le permitimos que sea nuestro alfarero.
Pide al Espíritu Santo, que te ayude a ver, y aceptar tus debilidades con amor,
compréndete, ten paciencia contigo misma. No pretendas ser Dios para que puedas
depender de Él, ser humilde, menos arrogante, más amorosa con los demás y
tendrás empatía para ministrar. Así te permitirás recibir y dar verdadera ayuda.
Exponer nuestras debilidades crean comunidad, exhibir nuestras fortalezas crean
competencia.
Dios tocó la fuerza de Jacob (el músculo del muslo es el más fuerte del cuerpo) y lo
convirtió en una debilidad. Lo forzó a depender de Él le gustara o no. Si quieres que
Dios te bendiga y te use grandemente, tienes que estar dispuesto a caminar
aceptando tu cojera y la de los otros, porque Dios usa a personas con debilidades.
TALLER REFLEXIVO
Piensa en los distintos escenarios en que se desarrolla tu vida y las personas con
las que te relacionas en ellos. La familia, amigos, escuela, universidad, trabajo,
iglesia, vecinos, en la calle ¿Crees que podrías ser mejor persona, más diligente y
amorosa? Recuerda que eres un instrumento sagrado en las manos de Dios, eres
una saeta de fuego. Señor amado, que seas tú en cada ejercicio puliéndome,
ayudándome a reconocerme, aceptarme y amarme tal y como tú lo haces. Amén.
1. Evalúa tu capacidad de servicio, teniendo en cuenta tu disposición, si ayudas a
otros sin que te manden, los sentimientos que te provocan servir, tu actitud al
hacerlo, si lo haces con excelencia (de la mejor manera posible para ti), sirves
a cualquiera que te pida ayuda?
Describe brevemente como ves tu capacidad de servir con tu familia, en tu
iglesia, en tu lugar de estudio o trabajo, y qué podrías mejorar.
2. ¿A quién o quienes te cuesta más trabajo obedecer? Describe lo que sientes
con cada persona. Plantea una primera acción que tomas para mejorar en la
actitud en cada situación.
3. ¿Qué de las cosas que tú haces, piensas o dices, y que desagradan a Dios
puedes empezar a cambiar hoy mismo? Con qué acción concreta?
4. Piensa en las personas que tu amas, cercanas o lejanas, las que fueron parte
de tu vida hace mucho, aquellas que sabes que te aprecian pero que tu no le
dedicas casi tiempo o una palabra de afecto, de gratitud, de amor, aquellas
que te han corregido o enseñado, aquellas personas aisladas o rechazadas
en los grupos. Elige cinco de estas personas y comunícate con ellas,
exprésales amor, gratitud, si son cercanas diles lo que te gusta de ellas, o
compárteles un versículo de la biblia, saca unos minutos para hacer que se
sientan amados y aceptados por Dios, de la manera que tu elijas. Registra
solo sus nombres, tu relación con ellos y cuando lo harás. Tienes máximo 15
días para hacerlo.
5. Vas a reflexionar acerca de las personas a las que envidias. ¿Que deseas
para ti de lo que otros tienen o son? Ve a lo profundo de tu corazón. Si te
apresuras a decir que no, o nada, piénsalo más detenidamente por favor. Tal
vez hay algo que no puedes ver. Ahora vas a pensar en lo que tú tienes, en
todo lo que Dios te ha dado y en lo que ha hecho por ti. Vas a ir a solas y de
rodillas vasa pedir perdón al Señor, y vas a dar gracias por lo que tu tienes y
por lo que esa personas es o tiene, bendícela alégrate por ella y pide al
Espíritu Santo que te guie y que te revele que necesitas hacer para aceptarte
y disfrutar ser quien eres y lo que tienes. Déjate abrazar por el amor de Dios
tu Padre.
6. Vas a orar pidiendo al Espíritu Santo que abra tus oídos espirituales y tu
corazón para recibir con amor y comprensión el ejercicio que harás a
continuación. Vas a preguntar a las personas con las que convives o con las
más cercanas y que pasas buen tiempo a su lado, que es lo mejor de ti
(fortalezas) y qué es lo peor de vivir o estar contigo (debilidades).
Lo vas a apuntar, sin interrumpir, o justificarte, solo escuchas y agradeces.
Si alguien no es capaz de decírtelo lo puede poner por escrito en una hoja
que tú le facilites. Sería ideal que ese momento sea a solas para que no se
“copien” lo que dirán de ti. Pídeles que sean honestos y que en verdad
necesitas saberlo.
Recuerda que lo que vas a escuchar es la percepción o la imagen que tiene
otro de ti, no es necesariamente la verdad de ti, pero tampoco debes
menospreciarlo, sino darte el permiso de examinar qué haces para ser
percibida de esa manera. Y si es algo que quieres mantener o transformar.
Tú complementas esa lista de fortaleza y debilidades, analízalas, reflexiona,
ora al Señor para que puedas poner a su servicio tus fortalezas y para que
se glorifique en tus debilidades. Decide que acciones tomarás de la mano del
Padre.
Este ejercicio es solo entre tú y Dios.
Dios te ama, te escucha y te bendice.