La madera es uno de los materiales más utilizados para construir
muebles y edificaciones. En casi todas las casas hay un elemento que
está hecho con madera, sea una puerta, una cama o un armario. Sin
embargo, estos elementos que lucen tanto en nuestros hogares
necesitan de un cuidado especial para que podamos presumir de ellos
muchos años. Este curso gratis, le ofrece algunas técnicas básicas
para mantener la madera en perfecto estado.
Índice
1. Materiales necesarios
2. Los enemigos de la madera
3. La pobredumbre de la madera
4. Productos para la protección de la madera
5. La madera nueva
6. La madera pintada
7. El lijado
8. El techo y las paredes
9. Las puertas
10. Las ventanas
11. Los zócalos
12. Los parqués
13. Las escaleras
14. Los muebles
15. El mantenimiento del material
1. Materiales necesarios
Veamos algunos de los materiales que utilizaremos para proteger la
madera.
Los pinceles y la brocha
Los rodillos
Cubeta
La pistola de pintar
El decapante térmico
La lijadora excéntrica
Las rasquetas
La cinta protectora
La espátula
La mascarilla, guantes y gafas
2. Los enemigos de la madera
La madera es un material que luce mucho en nuestros muebles pero
también tiene muchos enemigos que pueden estropearla.
La luz solar: todas las maderas que estén en el exterior orientadas
hacia el sol (al sur o al oeste) y no tengan ningún tratamiento de
protección se irán descoloriendo y acabarán de un color grisaceo.
Para evitarlo les tendremos que aplicar un tratamiento de protección
tintada cuyos pigmentos harán de filtro solar.
Mohos y hongos: los hongos y el moho son bacterias que aparecen en la
superficie de la madera. Para evitar su crecimiento y profileración
aplicaremos un tratamiento fungicida. La bacteria más conocida es el
merlurio.
Los insectos: la madera sirve como lugar de refugio para insectos que
se reproducen en ella ya que las larvas encuentran los nutrientes y
la protección ideal. Para elimnarlos existen diversos productos
preventivos o curativos contra los gusanos de la madera.
Las rendijas: las uniones de la madera con la albañilería deben
sellarse evitando que se introduzca la suciedad y la humedad en su
interior. En caso contrario con el paso del tiempo la madera se vería
gravemente perjudicada. Para tapar las rendijas utilizaremos una
masilla elástica de poliuretano (PU).
La humedad: el agua y la humedad es un factor muy negativo para la
madera tanto provenga del exterior (lluvia, niebla o nieve) como del
interior (condensación).
3. La pobredumbre de la madera
Veamos qué es la podredumbre de la madera.
El origen de la podredumbre: los lugares más comunes para que se nos
empiecen a pudrir son: en las uniones de la madera con la albañilería
que no estén selladas, en maderas no tratadas, ensamblajes que no
ajusten a la perfección y sobre superficies serradas transversalmente.
Eliminar la podredumbre: el proceso para combatir la podredumbre
consiste en eliminar la madera podrida y parte de la sana con un
formón. De esta manera garantizaremos una perfecta adherencia de la
nueva pieza que colocaremos.
El encofrado: para tapar el agujero dejado al eliminar la parte
podrida, realizaremos un encofrado. Es decir, una construcción de
tablas o una escuadra metálica.
La resina de epoxi: para rellenar el agujero utilizaremos resina de
epoxi. Este producto se prepara con dos componentes que mezclaremos
de forma homogénea justo antes de la aplicación. Para su preparación
y aplicación necesitaremos de unos guantes como medida de protección.
El acabado: la aplicación de la pasta la realizaremos con una
rasqueta. Una vez se haya endurecido desmontaremos el encofrado y
lijaremos la superficie hasta que quede bien lisa y uniforme.
4. Productos para la protección de la madera
En primer lugar hablaremos de aquellos productos que podemos aplicar
para proteger la madera.
La capa de imprimación: a las maderas nuevas les aplicaremos una capa
de imprimación, aunque también puede ser que el propio fabricante ya
se la haya dado. condensación).
El alquitrán de hulla: el alquitrán de hulla solo se utiliza en
superficies muy expuestas a la humedad y en las que el aspecto no
tiene un fin decorativo, por ejemplo: el pie de las piquetas de
jardín. Por su fuerte olor sólo lo utilizaremos en exteriores.
La pintura: sobre superficies visibles podremos aplicar pinturas,
barnices o protectores. Lo que sí hemos de tener en cuenta es que han
de ser productos microporosos para dejar respirar a la madera. Si no
fuese así, la madera se nos hincharía y se escamaría. Si nos
decantamos por pinturas, podremos escoger entre una gran variedad de
colores pero teniendo en cuenta que nos taparan las vetas de la
madera, en cambio, los barnices y los protectores son totalmente
transparentes.
El barniz: podemos escoger entre un barniz mate o brillante pero
tanto uno como el otro forman una película totalmente transparente
muy resistente y totalmente impermeable. En su mayoría se suele
aplicar sobre muebles de interior.
Los tratamientos protectores: los protectores de la madera los
podemos encontrar en mate o satinado y en diversos tonos. Pero son
totalmente transparentes y dejan ver el vetado de la madera.
5. La madera nueva
En esta lección hablaremos sobre los cuidados de la madera nueva.
La resina: para eliminar la resina que haya sobre una madera nueva,
la cortaremos con un cuchillo caliente o la rascaremos. La debemos
eliminar ya que sino, los productos químicos que componen el
tratamiento de protección que aplicaremos posteriormente harán que se
escurra después de algún tiempo.
Desengrasar y preparar la madera: para desengrasar una madera
utilizaremos un paño humedecido con algún disolvente sintético o una
solución de amoníaco. Luego la limpiaremos y la secaremos. A algunas
maderas exóticas les tendremos que aplicar un tratamiento para tapar
los poros y que proteja las capas que aplicaremos posteriormente.
La capa de fondo: antes de aplicar la pintura es recomendable que le
demos a la pieza una capa de fondo, que puede ser tintada o
transparente en el caso de utilizar un barniz o algún otro producto
de imprimación.
El pulido: una vez se haya secado por completo la capa de fondo
veremos que las fibras de la madera se han levantado ligeramente. Con
un papel de lija de grano fino (220-280) y en el mismo sentido de las
vetas de la madera dejaremos la superficie totalmente lisa. Después
quitaremos el polvo.
El enlucido: en el caso de localizar algún agujero o grieta, la
taparemos con pasta de madera de la misma tonalidad que el mueble y
una vez seca la lijaremos dejándola completamente lisa y regular.
6. La madera pintada
En esta lección hablaremos sobre los cuidados de la madera pintada.
La limpieza: si queremos mantener una pieza de madera tratada en
perfecto estado debemos quitarle el polvo y desengrasarla de vez en
cuando (con una solución de amoniaco al 3%). Nunca le quitaremos las
capas antiguas que garantizan una buena protección.
Eliminar la pintura: en el caso de pinturas en muy mal estado, que
queramos aplicar un producto transparente e incoloro o simplemente,
una nueva capa de pintura, podremos utilizar diversos sistemas. Un
quemador, una lijadora o productos decapantes.
Con el soplete: primero limpiaremos bien la superficie a decapar y
con un soplete la calentaremos moviendo lentamente la llama (a unos
20 cm.) pero con cuidado de no dañar la madera. El fin es fundir la
pintura para eliminarla con una rasqueta.
Con el decapador eléctrico: el decapador eléctrico funciona soplando
aire muy caliente. Hemos de prestar mucha atención a no utilizarlo
justo al lado de cristales porque se podrían agrietar o romper. Al
igual que el soplete lo debemos utilizar a unos 20 cm. de distancia
de la superficie moviéndolo ligeramente para no quemar la madera y
con una rasqueta ir eliminando la pintura reblandecida.
Los decapantes químicos: los decapantes químicos son altamente
tóxicos y corrosivos. Se recomienda que utilicemos unos guantes de
goma y unas gafas protectoras. Su aplicación será con un pincel. Y si
podemos, giraremos la pieza a decapar para que nos quede totalmente
plana y poder trabajar mejor.
La acción de los decapantes: los decapantes químicos reblandecen la
pintura para quitarla con facilidad pero tienen el inconveniente que
se depositan en las hendiduras de las maderas viejas de donde es muy
complicado eliminarlas.
7. El lijado
El lijado de la pintura es muy útil para eliminar cualquier
imperfección. Veamos cómo hacerlo.
Las lijadoras: para eliminar los tratamientos protectores, barnices o
pinturas a la perfección utilizaremos una lijadora excéntrica o
vibratoria. Realizaremos unos movimientos regulares y con una ligera
presión constante sobre la superficie. Debemos tener en cuenta que
haremos mucho polvo por lo que deberemos proveernos de unas gafas y
una mascarilla. De vez en cuando deberemos limpiar el papel de lija
dándole unos ligeros golpes.
Lijar con una taladradora: acoplando un disco o un tambor de láminas
(se debe montar sobre un soporte para lijar) a una taladradora
podremos acceder a rincones o a lugares de difícil acceso con una
lijadora. Debemos utilizarlo dándole un ángulo de 15º respecto a la
superficie a lijar.
El lijado manual: una vez hayamos lijado la superficie con alguna
máquina, el acabado final lo haremos a mano para que quede
perfectamente liso y uniforme. Según el acabado que queramos darle
utilizaremos un papel de lija con un grano más abrasivo o menos.
La granulometría: en función del proceso de restauración en que nos
encontremos deberemos utilizar un determinado papel de lija. El grano
gordo (30-60) lo utilizaremos para el pre-lijado de superficies no
cepilladas, así como en la eliminación de pinturas antiguas. El papel
de grano media (80-100) es para la eliminación de pinturas a pistola.
Para lijar a mano deberemos utilizar un bloque de plástico o corcho
al que sujetar el papel de lija. De esta manera ejerceremos una
presión constante sobre la superficie y así evitaremos hacer
hendiduras.
Limpieza: después de cada lijado y de la aplicación de pinturas o
barnices deberemos limpiar totalmente la superficie de polvo para
garantizar la buena adherencia de la siguiente capa. Para ello
utilizaremos una escobilla suave y seca.
8. El techo y las paredes
En esta lección veremos cómo cuidar la madera del techo y las paredes.
Los barnices y tratamientos protectores: los barnices y tratamientos
de la madera se deben aplicar en dos capas (siempre que sea una
madera nueva) sobre la capa de fondo. Después de cada capa debemos
lijar suavemente y siempre en el mismo sentido de las vetas, al igual
que el pintado que también debe ser en el mismo sentido que el
veteado.
El mantenimiento: las superficies a las que hayamos aplicado algún
producto de tratamiento incoloro las debemos conservar dándoles una
nueva capa cada dos o tres años antes que la madera se nos dañe.
El artesonado: para paredes o techos con trabajos de artesanía que
queramos barnizar utilizaremos un pincel largo y plano que cogeremos
de lado para poder llegar a todos los recovecos.
Las lamas: la mayoría de cabañas y cobertizos están recubiertas de
tablas. Para pintar o barnizar las lamas utilizaremos un pincel plano
o brocha del ancho de la tabla. Procederemos primero pintando un
metro del canto inferior y después la cara de la tabla de una sola
pasada.
La pistola eléctrica: la pistola eléctrica sin aire es la opción más
rápida y profesional para aplicar productos de protección en el
exterior. La aguantaremos perpendicularmente a la superficie
manteniendo una distancia constante haciendo pasadas en sentido
opuesto unas de otras y sobreponiéndose ligeramente entre sí.
Las contraventanas fijas: las contraventanas exteriores fijas las
debemos tratar con un producto microporoso tanto en la cara interior
como en la exterior. De esta manera conseguiremos que la humedad de
la pared se escape hacia el exterior sin dañar la madera.
9. Las puertas
En esta lección veremos cómo cuidar la madera de las puertas.
Circulación de la humedad: a través de los marcos de madera de las
puertas también pasará la humedad producida por la condensación y la
evaporización hacia el exterior. Es por ello que deberemos aplicar
primero un producto impermeable en la cara interior y después uno
microporoso sobre la cara exterior.
El bajo de las puertas: para evitar que los bajos de las puertas
absorban la humedad y acaben hinchándose y haciendo saltar la pintura,
las desmontaremos del marco y le aplicaremos al bajo un tratamiento a
tal efecto.
Las caras de la puerta: dividiremos una cara de la puerta en cuartos
que pintaremos primero verticalmente con un pincel y acto seguido
horizontalmente con el rodillo. Sin recargar el rodillo daremos una
pasada vertical para estirar la pintura y que quede totalmente lisa.
El canto: el canto lo pintaremos con el rodillo pero en el caso que
hayamos pintado los dos lados de la puerta de colores distintos,
podremos dudar del color correcto. En estos casos pintaremos el canto
del mismo color que el de la parte visible cuando esté abierta.
Los productos de imprimación: para aplicar la capa de imprimación
utilizaremos un pincel redondo o plano empezando por las molduras o
ranuras y después seguiremos por las grandes superficies. No debemos
escatimar en el momento de aplicar la imprimación ya que debe
penetrar bien en todos los poros de la madera.
10. Las ventanas
Ahora veremos cómo cuidar la madera de las pinturas.
El lijado: en el caso de ventanas con los cristales colocados no
utilizaremos nunca una pistola térmica para eliminar la vieja pintura
ya que podríamos romperlos. Para grandes superficies utilizaremos un
decapante químico aunque después tendremos que lijar a mano las
pequeñas molduras y ángulos.
La pasta de madera: con la pasta de madera taparemos todos los
agujeros o las zonas podridas. En éste último caso, eliminaremos las
partes maltrechas y las volveremos a tapar con la pasta de madera. En
el caso que sean grandes agujeros confeccionaremos un encofrado. Para
aplicar la pasta utilizaremos una espátula y una vez esté bien seca
la lijaremos.
La masilla: antes de pintar la ventana comprobaremos el estado de la
masilla para ver que no este agrietada o que no se desprenda. En tal
caso, la eliminaremos con un formón y aplicaremos una de nueva en
cartucho que pude ser elástica o no. Una vez bien seca la podremos
pintar.
La cinta de carrocero: para pintar con toda tranquilidad la ventana
sin peligro de manchar los cristales, colocaremos una cinta de
adhesiva especial por todo el contorno de los cristales. Una vez
hayamos acabado de pintar, la despegaremos antes de que la pintura se
seque ya que podríamos arrancarla al mismo tiempo.
La protección de la madera: en las partes que dan al exterior
dejaremos que el producto sobresalga de uno a dos mm sobre el cristal,
de esta forma evitaremos que la humedad se infiltre entre la masilla
y el cristal. Empezaremos por las partes horizontales y concretamente,
por el travesaño inferior y después el superior y los verticales.
11. Los zócalos
Ahora nos centraremos en la madera de los zócalos.
La lijadora vibratoria: para restaurar los zócalos podemos optar por
separarlos de la pared y lijarlos cómodamente sobre un banco de
trabajo, pero esta operación nos puede ser más complicada que
lijarlos directamente con una lijadora orbital. Aunque el borde
superior lo deberemos lijar a mano.
Eliminación del polvo: los zócalos serán la última pieza a pintar y a
limpiar de una habitación ya que están muy expuestos al polvo y a la
suciedad mientras duren los trabajos.
La protección: para pintar los zócalos sin peligro de manchar las
paredes ni el suelo, colocaremos una cinta adhesiva en la pared justo
por encima del zócalo, o sujetaremos una pantalla de protección con
la mano que nos queda libre. El suelo lo cubriremos con una lona o
plástico.
El lijado: una vez aplicada la capa de imprimación deberemos lijar
los zócalos al igual que con todas las superficies de madera.
Comprobaremos que las esquinas y demás ángulos coinciden
perfectamente y en caso contrario, taparemos los huecos con pasta
para madera.
Pintura o barniz: los zócalos están continuamente expuestos a golpes
y rayadas (al pasar la aspiradora). Es por ello que deberemos escoger
una pintura brillante o un barniz muy resistente aplicándolo con una
brocha.
12. Los parqués
La madera que se coloca en el suelo, conocido como parqué, también
requiere de unos cuidados especiales.
El lijado: lo ideal es utilizar una lijadora específica para parqués.
Después esperaremos a que el polvo se deposite en el suelo y lo
quitaremos con cuidado de no hacer movimientos bruscos para no volver
a levantarlo, ya que es muy fino. Finalmente pasaremos un disolvente
para desengrasar la madera.
Las juntas: las juntas de las lamas y las marcas de los clavos las
debemos tapar con un producto especifico a tal efecto. Estos
productos los podemos encontrar en cartucho y en diversos colores.
Una vez hechas las reparaciones y seca la pasta, lijaremos de nuevo
el suelo hasta dejar toda la superficie totalmente lisa y regular.
El tapa poros: los productos tapa poros impermeabilizan completamente
la madera. Lo debemos aplicar en dos capas con un rodillo de barnizar
o con un pincel. El proceso será empezar desde el extremo opuesto a
la puerta e ir hacia ella. Después de cada capa lijaremos suavemente
la superficie.
Los barnices: la última capa de protección será la de barniz que debe
ser muy resistente, a base de poliuretano, o un vitrificador. Éstos
productos están pensados para ser aplicados con una cuchilla de
barnizar o con un pincel. Tendremos que aplicar dos capas y la
primera la lijaremos suavemente una vez este bien seca.
La cera: para encerar los suelos de parqué utilizaremos un trapo que
para más comodidad, lo fijaremos un mango largo. Los parqués ya
encerados sólo los tendremos que mantener aplicando periódicamente
una cera protectora y limpiadora.
13. Las escaleras
El decapaje: para decapar escaleras utilizaremos un decapador
eléctrico en las superficies lisas, como por ejemplo: los escalones.
En cambio, para los barrotes y zonas de difícil acceso nos será más
cómodo la utilización de un decapante químico y una rasqueta.
El lijado: en las zonas planas y lisas podremos utilizar una lijadora
eléctrica pero en los barrotes y zonas curvas tendremos que recurrir
a un papel de lija que enrollaremos a su alrededor.
La protección: para los escalones de la escalera, al ser una parte
que sufre mucho desgaste, tendremos que aplicar una laca de
obturación y una vez seca, un barniz de poliuretano o vitrificador.
Los barrotes: para acceder hasta el último recoveco de los barrotes
utilizaremos un pincel pequeño. El orden para tratar las partes de
una escalera son: los barrotes, los zócalos, los contra-peldaños y
por último los escalones.
Los escalones: en los escalones lo más cómodo y práctico es la
utilización de un pincel plano con el que podremos hacer tanto las
grandes superficies como los cantos. El sistema de trabajo será ir
alternando los escalones para así poder movernos a lo largo de la
escalera. Una vez se hayan secado los primeros podremos empezar con
los siguientes.
14. Los muebles
Veamos cómo cuidar la madera de los muebles.
La capa de cera: muchos de los muebles antiguos están protegidos por
una capa de cera que hace imposible cualquier aplicación posterior de
barniz o pintura. Si queremos eliminarla por completo utilizaremos
una solución de sosa cáustica con agua que aplicaremos y luego
rascaremos. El paso final será lijar el mueble.
Desengrasar la pieza: una vez hayamos lijado el mueble por completo,
lo tendremos que desengrasar con una solución de amoníaco o con un
disolvente. Finalmente lo aclararemos con agua y lo dejaremos secar
bien.
El tapa-poros y la pasta de madera: una vez tenemos el mueble
totalmente limpio nos dedicaremos a igualar al máximo la superficie
tapando todas las grietas, agujeros o arañazos. Para ello podemos
utilizar un tapa-poros o pasta de madera, con la ventaja que ésta
última está hecha de verdadera madera y en diferentes tonos.
La aplicación de la pintura: una vez tengamos el mueble totalmente
desengrasado y con los agujeros tapados, aplicaremos una capa de
fondo que lijaremos una vez este bien seca. En el caso de tratarse de
una mesa, la capa de acabado final será con algún barniz de
poliuretano ya que es muy resistente a los ácidos, al amoniaco, al
alcohol o a los productos de casa. En el mobiliario de dormitorio,
juguetes u objetos para niños aplicaremos una pintura o un barniz
acrílico que tiene la ventaja de no ser tóxico.
La pintura en spray: para pintar piezas que tengan partes con
relieves, barrotes, etc... nos será muy practica la utilización de
una pintura en spray. La única recomendación es que la hagamos servir
en algún sitio bien ventilado y que tengamos la precaución de tapar
lo que haya por alrededor para no mancharlo.
15. El mantenimiento del material
Después de aplicar los barnices, lijar, entre otras cosas, veamos
cómo cuidar el material utilizado para posteriores ocasiones.
Antes de la utilización: si utilizamos pinceles nuevos de seda
deberemos tenerlos suspendidos durante 24 horas en aceite de linaza
para que se aprieten sus cerdas. Pasadas las 24 horas los lavaremos
con agua tibia y jabón y después los aclaremos con abundantemente. En
el caso de brochas de nylon solo las tendremos que remojar en agua.
En ambos casos dejaremos que se sequen sin apoyar ni retorcer las
cerdas.
La limpieza: cuando hayamos acabado con los pinceles y brochas
eliminaremos lo más gordo con un papel de periódico. Después
limpiaremos las brochas, pinceles, rodillos, recipientes y rejillas
con un disolvente.
El secado: una vez hayamos limpiado los pinceles y el rodillo con
agua caliente y un poco de detergente, los dejaremos suspendidos o
planos prestando especial atención a que las cerdas de los pinceles
no se apoyen en ningún lugar.
Conservación de la pintura: los potes de pintura los debemos guardar
en un lugar seco y no demasiado caliente. Si hemos utilizado un pote
y no lo hemos gastado lo guardaremos cerrado herméticamente y del
revés.