Las locuras de Cardenio: Pichou y su obra
Las locuras de Cardenio: Pichou y su obra
Las locuras
de Cardenio
Introducción, traducción y notas
Emmanuel Marigno
El Quijote y sus
interpretaciones
oviedo 2023
Colección El Quijote y sus
interpretaciones, n.o 12
directores:
Emilio Martínez Mata
y María Fernández Ferreiro
http://grec.grupos.uniovi.es/
© de la introducción,
traducción y notas:
Emmanuel Marigno
título original:
Les Folies de Cardenio
edita:
Luna de Abajo
https://www.lunadeabajo.com/
diseño:
Pandiella y Ocio
Introducción 11
Presentación 11
La recepción de Don Quijote de la Mancha
por el público francés. El papel de las traducciones 14
La recepción de Don Quijote de la Mancha
por Pichou: los modos de adaptación 17
Cuestiones de género 17
Cuestiones de horizonte de expectativas 19
Cuestiones ideológicas 21
La herencia de Pichou 27
Criterios editoriales 28
Consideraciones previas acerca de la traducción
transcultural, transgenérica y transhistórica 28
Modernizar en la traducción la versión francesa
de Jean-Pierre Leroy 29
Acompañar la lectura: aparato hermenéutico
y traductológico 30
Bibliografía citada 31
prefacio de la empresa
colabor ador a
—9—
pichou
— 10 —
las locuras de cardenio
introducción
Presentación
Nada se sabe, o muy poco, acerca del autor de Les folies de Car-
denio (Pichou 1630-1629). Los escasos datos biográficos de que
disponemos se ubican en las veintitrés páginas sin numerar del
prefacio que le dedica Isnard a La Filis de Scire (Pichou 1631),
una publicación póstuma de Pichou, editada en la ciudad de
Dijon, en una fecha desconocida. Según pretende Isnard, parece
que Pichou falleció «a la edad de unos treinta y cinco años» («à
l’âge d’environ trente-cinq ans»), lo cual permite deducir que
Pichou habría nacido en 1595, aunque Louis-C de La Vallière
parece optar por 1596 o, incluso, 1597 (La Vallière 1768).
Dando muestras muy tempranas de su interés por la lite-
ratura, según el propósito de Isnard, se matricula en el colegio
jesuita de Dijon en el que sobresale en francés y latín. Poeta
obvio, y excelente, le dedica a su protector Enrique II de Borbón,
príncipe de Condé, un poemario del que no se ha conservado
desdichadamente el menor verso. Con todo, sabemos gracias
a la Réponse aux calomnies du Sieur Pichou, poète prétendu,
escrita por Gabriel Magdelenet, que Pichou provoca polémicas
mayores. En efecto, Magdelenet da cuenta de criticas feroces
dirigidas por Pichou a poetas tan encumbrados como son Ber-
taut o Ronsard, entre otros. Además, Pichou lleva una vida
relativamente desenvuelta, libre y, en todo caso, transgresiva
respecto a los cánones morales de la época, por lo menos, según
lo pinta Magdelenet en sus versos:
— 11 —
pichou | las locuras de cardenio
Fig. 0. Tapa de la edición príncipe, 1630, Pichou, Les folies de Cardenio, tragi-
comédie (ed. 1630), Hachette/BNF/Gallica, París/Torrazza Piemonte, 2023.
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introducción
introducción
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introducción
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introducción
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introducción
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introducción
cuestiones ideológicas
Pichou, un libertino como ya se ha podido señalar, expresa
determinada ideología en esta reescritura que implica, además
de las señaladas reescrituras poéticas, una serie de alteraciones
políticas que también presuponen reivindicaciones de corte
sociocultural, e incluso, de sociedad, en cuanto a hermenéu-
tica se refiere. Para ello, y pensando Pichou que el espectador
francés conocía lo suficientemente la novela de Cervantes, se
aleja del palimpsesto llegando a apartar la menor problemática
vinculada con la España inquisitorial de Cervantes.
En efecto, la Luscinda de Pichou se rebela en contra de la
moral tradicional de su padre, que encarna códigos morales
caducos que pretende derribar el personaje femenino:
Luscinda (sola)
Inhumano, pues tan tímido mi respeto imaginas
que para contentarte pérfida me vuelva
y que sufrir tenga esas leyes tiranas, 335
porque contraria es tu avaricia a mi voluntad.
Tirano que quiere mi pérdida tras haberme hecho nacer,
de una hija enemigo y de un traidor partidario,
no creas que jamás tu corazón desnaturalizado
termine lo que contra mí ha conjurado. 340
Antes de que mi amor ceda a la tiranía,
antes de que consienta traicionar a Cardenio,
un legítimo esfuerzo, una noble muerte
acabará con los tormentos de mi desdichado destino.
— 21 —
pichou | las locuras de cardenio
Cardenio
Usted es quien merece tan ajustado reproche,
indigno con solo aproximarse.
Don Fernando
Ya que su deber no lo quiere consentir, 1955
crea usted ahora en seguro arrepentir.
Cardenio
Su mentira es temible y no su espada,
tirano de mi dama tan cobardemente engañada.
Don Fernando
Mi valor siempre confirmó mis palabras:
aquí tiene con qué sofocar de sus amores las esperanzas. 1960
Cardenio
Justo es lo que pido.
Luscinda
¡Ay! ¿qué quieren hacer?
Cardenio
Sacar nuestro descanso de una necesaria desgracia.
— 22 —
introducción
Don Fernando
Dos poderosos extremos, el amor y el deber,
mi mente atormentan con antagónico poder:
uno puede fácilmente excusar mi ofensa,
¿pero cómo puedo contra el otro tener alguna defensa?
¡Ay, dioses!, ¡cuánto puede la inocencia en el dolor, 1995
qué culpable me siento viendo mi infortunio!
(Las armas le caen de las manos).
Don Félix
Extraño cambio, sus manos dejan las armas
tan pronto como sus ojos vertieron lágrimas.
Don Fernando
Al final verá la razón triunfar:
pequeña llama quedaba que acabo de sofocar. 2000
Belleza, digno incentivo de mi primera llama,
no recuerde ya la frialdad de mi alma.
Esos besos, esos placeres, tanto tiempo aplazados,
castigan con razón el error de mis inconstantes fuegos.
Luscinda, lo consiento, ame a Cardenio. 2005
Su compartido amor ser reunido debe.
— 23 —
pichou | las locuras de cardenio
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introducción
Licenciado
Creo que un buen consejo del juicio recibido
podría brindarle un feliz cambio.
Aunque un contrario destino ejerce en su imperio,
la virtud no quiere que solo se suspire,
y que en la desdicha nuestras combatidas mentes 1445
aparezcan cobardes bajo su fuerza vencidas.
— 25 —
pichou | las locuras de cardenio
Cardenio
Por supuesto, si todo eso me curase con seguridad.
Dejando la vida la esperanza, morir nos queda.
Licenciado
Con todo, a esos furores se les suele condenar, 1455
que a su gusto cortan el hilo de los años.
El término de nuestros días no está entre nuestras manos,
y el cielo nos obliga a sus leyes respetar.
Cardenio
Coacción inútil: es preciso, pues, para cumplirlas
que nos dé manera de vivir y esperar... 1460
¡Pero qué triste le resulta a mis ojos este pastor hermoso,
quien viene secretamente a suspirar en este lugar!
Fíjese cómo lo intenso de su dolor tapado
ha marchitado las rosas de su rostro pálido.
— 26 —
introducción
la herencia de pichou
Las locuras de Cardenio, como se ha podido apreciar, gozó de
una acogida particularmente favorable en el momento de su
estreno, y esto se pudo constatar tanto en el escenario como
en las librerías. La huella que dejó Pichou en el teatro francés
puede medirse según la influencia que tuvo en los demás dra-
maturgos. Así es como Dom Quixote de la Manche de Guyon
Guérin de Bouscal, una comedia quijotesca francesa bien co-
nocida del año 1639, se inspira de modo muy apreciable en la
tragicomedia de Pichou. Lo mismo podemos decir del ballet
heroico cómico de Charles-Antoine Coypel —libreto— y de
Dalalande —partitura— igualmente titulado Las locuras de
Cardenio.
Bien se ve, el legado de Pichou es considerable en las ar-
tes escénicas francesas, tanto por la cantidad de obras como
por su calidad. Franqueó Don Quijote de Cervantes barreras
culturales, genéricas y lingüísticas, pasando de la novela al
teatro, y luego del teatro al ballet. Dicha huella pasó también
a Portugal, según lo demuestra Claude-Henri Frèches, quien
dejó claro que Pichou fue una fuente francesa de la ópera Vida
do grande D. Quijote de la Mancha e do gordo Sancho Panza
de Antonio José da Silva (Frèches 1959-1960).
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criterios editoriales
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criterios editoriales
criterios editoriales
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las locuras de cardenio
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pichou
LAS LOCURAS2
DE CARDENIO
Tragicomedia dedicada al señor
de Sainct Simon
•
En París,
Por Francois Targa,
en el primer pilar de la gran sala
del palacio, ante las consultas
M. DC. XXX.
2
El término plantea distintas orientaciones y perspectivas posibles
para la traducción. Se decidió aquí mantener el de locura, en singular,
igual que en el texto de Pichou. En efecto, abarca locura las declina-
ciones semánticas de vocablos colindantes que, además, figuran en la
obra: delirios, desvaríos, extravíos, entre muchos más. Nótese incluso
que, en antiguo francés, resverie (‘ensueño’) puede igualmente cobrar
el sentido de ‘delirio’ o de ‘locura’.
— 33 —
las locuras de cardenio
al señor
señor de sainct
simon, primer escudero
del rey y primer gentilhombre
de su cámara, jefe lobero
de Francia y capitán de Sainct
Germain en Laye3
señor,
No tengo la suficiente vanidad como para presumir que esta obra que le
presento sea digna de que la reciba usted. Pero tengo bastante juicio como
para reconocer que mi elección es legítima y que nadie en el mundo podía
merecerla más que usted. Todos aquellos que conocen su condición y que
conocen su buen linaje ponen el honor que tiene usted en que le ame el rey
en el conjunto de sus más justas acciones. Y, por cierto, lo que para cualquier
otro llamásemos fortuna es para usted reconocimiento que todos los hombres
le deben a la virtud. Ese gran monarca, que le da leyes a toda Francia y que
merece imponerlas a todo el universo, nos prescribe en los favores que le hace
a usted una secreta necesidad de que le consideremos a usted por encima de
los demás hombres. Pero no es más poderosa en mí que la inclinación de la
que siempre quise darle testimonio,
señor,
de que soy
3
Precisa Jean-Pierre Leroy (Pichou 1989: 2, nota infrapaginal s. n.) que
Claude de Rouvroy (nacido en 1607), duque de Saint-Simon, padre del
moralista, fue paje de la cámara y luego privado de Luis XIII tras la
caída de Barradas en diciembre de 1626. Recibió, el 5 de marzo de 1627,
el cargo de primer caballerizo de la Pequeña caballeriza y Capitanería
del castillo y de los cotos de Saint-Germain-en-Laye y fue jefe lobero
de Francia el 28 de febrero de 1628. Su privanza no dejó de crecer hasta
caer en desgracia en 1636. Según Tallemant, no era «nada recomenda-
ble» (citado según Leroy, Pichou 1989: 2, nota infrapaginal s. n.).
— 35 —
las locuras de cardenio
argumento
— 37 —
las locuras de cardenio
con privilegio
— 39 —
las locuras de cardenio
los actores 4
Don Fernando
Cardenio
Luscinda
Dorotea
El Padre de Luscinda
La Nodriza
Amérita, familiar de Luscinda
Don Félix, escudero de don Fernando
Don Guzmán, su amigo
Don Quijote de la Mancha
Sancho Panza, su escudero
El Licenciado del pueblo de don Quijote
El Barbero del mismo lugar
4
Se mantienen las formas abreviadas de apellidos y nombres cuando
así figuran en la versión de Pichou.
— 41 —
pichou
las locuras
de cardenio
Tragicomedia
•
acto primero
escena i
Don Fernando
5
Mouvement: ‘apego’, ‘sentimiento amoroso’ (vv. 9, 60, 115, 164, 486, 678,
831, 1028, 1754).
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pichou
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las locuras de cardenio
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pichou
escena ii
Dorotea, Don Fernando
Dorotea
No disimule, ve mi mente lo suficiente
que tiene usted para mí estos arrebatos forzados. 60
Confiese con valor, sin usar esas artimañas,
que una molestia soy para sus secretas quejas,
que enoja mi encuentro a un amante que de mí huye,
tras tantos juramentos cuyo fruto esperaba yo,
y que a sus nuevos ardores algún agradable ser 65
infeliz me hizo haciéndole culpable.
Bien sé que el amor a otros lugares su mente lleva,
y que el goce ese desprecio causó.
Mis ojos antaño tenían más vivo el ardor
cuando un destello de belleza hizo su cautiva alma. 70
Hoy desagradables estos atractivos le resultan
cuyo primer fulgor encantó sus primerizos años.
El exceso de mi amor solo para mi pena sirvió,
y mi dicha9 dependía de aparentar inhumana.
Don Fernando
Usted vitupera sin tema un virtuoso amor, 75
cuyos cuidados usted respetuosos reconoce.
9
Bien: ‘dicha’, ‘felicidad’ (vv. 74, 268, 358, 498, 531, 650, 877, 1017, 1213, 1548, 1588).
— 46 —
las locuras de cardenio
Dorotea
¡Ay!, cómo me halaga con frívolas promesas,
¡y cómo desmienten su designio sus palabras!
¿Se atreve a ocultarme este repentino cambio? 95
Aquí a mi juicio cede mi pasión,
veo en sus ojos de mi pérdida el aparejo,
y asoma su cobardía lo suficiente descubierta.
Don Fernando
Incrédula belleza, ¿qué juramentos quiere
que sus sentidos liberen de una tan celosa sospecha? 100
Dorotea
Tanta seguridad en un espíritu de perjurio
no haría sino ensalzar su crimen y mi injuria.
No, no, siga el cambio y más feliz viva
10
Encens: ‘alabanzas’, ‘elogios’ (vv. 80, 1242).
— 47 —
pichou
Don Fernando
Alma mía, asegúrate concebir otra salida
para una lealtad que no has concebido.
Te guardaré tan santos sentimientos 115
que el perfecto amante me llamarás.
Pero en este humor extraño no persistas
y no temas que cambie mi pasión.
11
Gloire: ‘conquista amorosa’ (vv. 125, 692, 711).
12
Sort: ‘estatus social’ (vv. 127, 139).
— 48 —
las locuras de cardenio
Cardenio
Es verdad que mi alma estos hermosos ojos todavía ama 155
que me hicieron en este lugar los primeros suspirar,
y que el dulce esfuerzo de mi preocupación
disfruta atrayéndome en la soledad.
13
Rigoureux: ‘penoso’.
— 49 —
pichou
Don Fernando
Sabe usted que su tormento puedo juzgar,
pues semejante sentir hube de sufrir.
Los ojos de Dorotea siempre tienen sobre mi alma 165
un imperio absoluto de respeto y llama,
aunque su amor a mis deseos favorable
ahora me concede los placeres que deseo.
Cardenio
¡Ay, qué lejos estoy de estas queridas delicias!
A diario el rigor mis tormentos establece, 170
y para nosotros es tan cruel la fortuna
que con nada nuestros mutuos deseos favorece.
Don Fernando
¿Qué dificultad le parece a usted más urgente
contra la justa esperanza de un amor inocente?
Cardenio
Un anciano, insensible a mis sagrados calores, 175
no quiere que el amor produzca flores,
y Luscinda por las leyes de un avaro padre frenada
no puede recompensar una pasión tan rara.
Don Fernando
Creo que mis discursos son lo suficiente
como para forzar el estado de ánimo que a la vejez14
se une. 180
14
Ans: ‘vejez’, ‘persona de edad’ (vv. 180, 609).
— 50 —
las locuras de cardenio
Cardenio
Señor, usted manda en mi obediencia;
por usted sufriría una eterna ausencia 190
y me alegra cumplir sus deseos
cuando bien le parece ocupar mis ocios.
Don Fernando
Una palabra que a mi hermano dirijo queda por escribir,
y que un interés cercano no sufre que pospongamos.
Cardenio (solo)
¡Desafortunado mandamiento el de abandonar
esta estancia 195
donde luce el único amor que me ilumina!
¡Ay dioses!, ¡cuán tiene mi deber leyes contrarias
a la fidelidad de mis deseos ordinarios,
cuántos tormentos15 mi paciencia sufrirá,
y que en tan pocos días noches he de sufrir! 200
¿La manera de alejarme un rato de esta hermosa
sin mil veces traicionar el amor que experimento por ella
y mi alma condenar a los peores rigores
cuya melancolía nuestra languidez mantiene?
Injurioso respeto que a mi salida obliga, 205
15
Ennuy: ‘pena’, ‘tormento’ (vv. 199, 344, 518, 699, 730, 871, 1254, 1482, 1798),
o agotamiento, cansancio (v. 1886).
— 51 —
pichou
Luscinda
¿Por qué, ay dioses, tanto me aflige? 225
¿Puede así mi firmeza17 resistir?
¿Y cómo cree mi dolor suavizar
¿Con el resentimiento de esta nueva desgracia?
Cardenio
Deje usted estos débiles cuidados, mi mente le asegura
de un remedio tan eficaz como la misma herida. 230
16
Divertie: ‘aniquilada’, ‘desviada’ (vv. 206, 663, 724, 847, 1319).
17
Constance: ‘firmeza’, ‘valor’ (vv. 226, 443, 660, 686, 807, 872, 1449, 1602).
— 52 —
las locuras de cardenio
Luscinda
Por cierto, si viera firme su expectativa,
mil placeres esta separación me procuraría.
Pero de cuánto este favor sospechan mis sentidos,
del cual aliviar desea nuestros languidecientes destinos,
¡y cuán a menudo el cielo los quejidos tristes oye 245
de aquellos a quienes los semejantes con artimañas
embaucaron!
Cardenio
Su virtud, con todo, no tiene resplandor tan falso
como a esas cobardes tachas entregarse,
y su afecto es tan santo y sincero19
que no puedo dudarlo después de conocerlo. 250
Luscinda
Quiera Dios que el destino mejor aún disponga
que de la bondad de los cielos usted lo espera.
Cardenio
Quiera Dios que pronto nuestras voluntades unidas
reciban recompensa de nuestras concluidas penas.
18
Alléger: ‘aliviar’ (vv. 239, 381, 436, 606, 1236, 1294).
19
Nu: ‘sincero’.
— 53 —
pichou
Luscinda
Por mi parte le prometo que, cuando todo el universo 255
hiciera contra mi fe mil designios adversos,20
su odio solo materia feliz será
para la fidelidad que entera le mantengo.
Cardenio
Y juro por sus ojos que del óbito el horror
no me podría impedir sus encantos venerar. 260
Luscinda
Así, que el cielo sea rudo o favorable,
seguros estamos de un amor durable.
Cardenio
Adiós, que un suave beso nuestras mentes uniendo
haga que consientan la decisión que he tomado.
¡Ay!, inocentes arrebatos que mi alma raptaron, 265
¡qué hechizo en sus encantos me ha guardado la vida!
¡Alejaos, preocupaciones importunas que mi tormento
ocasionan!
En tan encantadora dicha ahora os dejo.
Luscinda
Adiós, retirémonos, que nadie sorprenda
los dulces arrebatos de una amorosa pena, 270
y, si desea a mi amor inclinar,
haga que poco languidezca con la esperanza del regreso.
20
Divers: ‘contrarios’, ‘opuestos’.
— 54 —
las locuras de cardenio
escena iii
Don Fernando, padre de Luscinda
Don Fernando
Vea por fin el propósito de una pasión fundada
en la misma virtud que siempre la guio,
y que no aparenta21 esos desordenados amores 275
cuyo vicio mantiene cegadas tantas mentes.
Padre
Señor, el dulce consentimiento de semejante himeneo
colma de tantos bienes mi afortunada casa
que si, ahora, mis viejos días la Parca atacara,
sin reparo contemplaría yo su fluir agotarse. 280
Don Fernando
Y yo más valoro esta dichosa conquista
que concede su benevolencia a mi petición,
que una corona conseguida entre peligros,
que llevaría mi gloria a comarcas extranjeras.
Creo que tiene usted el suficiente conocimiento 285
al que pueda aspirar el honor de mi nacimiento,
y no ignora que en mi estatuto22
mucho amor tengo y poca ambición.
Pudiera en otro lugar feliz conducta23 seguir,
mi petición24 igualando de mi raza la grandeza. 290
Pero los ojos de Luscinda tienen tan dulces encantos
que debe la razón ceder a sus resplandores más mínimos,
que a su primer esfuerzo mi libertad25 entregada
se halló al final felizmente extraviada,
21
Ressentir: ‘dar impresión’, ‘dar señas de’.
22
Condition: ‘estatuto social’.
23
Trace: ‘comportamiento’, ‘conducta’.
24
Recherche: ‘petición de mano’ (vv. 290, 318).
25
Franchise: ‘libertad’ (vv. 1, 293, 991, 1921).
— 55 —
pichou
Padre
Así es como parece fiel un amor
cuando nada representan con respecto a ella nuestros
intereses,
como no puede la desigualdad los lazos romper
y como desdeñosa no hace una mente. 300
Hallará así voluptuosidades perfectas,
ya que el único amor de su elección resulta.
Si de Luscinda los ojos su mente han encantado,
conservarán sus cuidados el tesoro que se llevaron.
Pero esta compartida dicha que el cielo nos envía 305
quiere que participe ella de mi nueva alegría.
Luscinda
Es cierto que tiene usted sobre mí total poder,
y, sin parecerle ingrata al bien de mi nacimiento,
no puedo negarle al menor de sus discursos 315
el poder decidir de la suerte de mi destino.
Padre
Quiero que mañana esta dichosa alianza
termine su petición y mi impaciencia.
No, ya no tengo motivos para seguir dudoso:
una tácita voluntad concluye ese respeto vergonzoso. 320
— 56 —
las locuras de cardenio
Don Fernando
Adorable belleza, dulce tema de mi penar,
haga con una sola mirada dichosa mi victoria,
acepte mi cortejo26 y deje esta frialdad
que solo atiza mis fieles ardores.
Luscinda
Mi mente no puede la obligación ocultar 325
ni en el amor donde domina el temor pensar.
Don Fernando
Mala, ¿dónde ve usted que mis afectos
sus intenciones apremian?
Padre
¡Ah!, ¡pronto perderá ese indócil humor,
y una sola noche dócil se la volverá! 330
Dejémosla que se resuelva a esta decisión,
un momento le pondrá su amor en el corazón.
Luscinda (sola)
Inhumano, pues tan tímido mi respeto imaginas
que para contentarte pérfida me haga
y que sufrir deba esas leyes tiranas, 335
porque contraria es tu avaricia a mi voluntad.
Tirano que quiere mi pérdida tras haberme hecho nacer,
de una hija enemigo y de un traidor partidario,
no creas que jamás tu corazón desnaturalizado
termine lo que contra mí ha conjurado. 340
Antes de que mi amor ceda a la tiranía,
antes de que consienta en traicionar a Cardenio,
un legítimo esfuerzo, una noble27 muerte
26
Servir, Service: ‘cortejar’ (vv. 323, 559, 758, 1152, 1152, 1337).
27
Genereux: ‘noble’, ‘valiente’ (vv. 343, 439, 461, 683, 945, 1101, 1329, 1516,
1589, 1866, 2007, 2068, 2091, 2101).
— 57 —
pichou
— 58 —
las locuras de cardenio
acto segundo
escena i
Cardenio
28
Fabuleux: ‘imaginario’, ‘que no existe’.
29
Merveilleux: ‘asombroso’, ‘extraordinario’ (vv. 376, 1690, 1792).
30
Effet: ‘acto’, ‘hazaña’, ‘hecho’ (vv. 376, 441, 1101).
— 59 —
pichou
Carta de Luscinda
A Cardenio
31
Outrage: ‘daño’, ‘injusticia’, ‘violencia’ (vv. 403, 448, 599, 610, 651, 703, 735,
804, 979, 1021, 1230, 1400, 1448, 1475, 1527, 1621, 1706, 2015, 2055, 2088).
— 60 —
las locuras de cardenio
— 61 —
pichou
escena ii
Luscinda, Cardenio
Cardenio
Luscinda, ve a ese amante desdichado
que igualmente sufre un riguroso destino, 430
¿Qué leyes ahora me ordena que siga
contra todos los asaltos que la injuria nos asedia?
32
Courage: ‘el corazón’, ‘lugar donde se alojan las emociones’ (vv. 425, 652,
1000, 1327, 1622).
— 62 —
las locuras de cardenio
Luscinda
¡Ay, grata presencia, delicioso amor,
que mi mente seduce y mis ojos agrada!
¡Ay!, cuánto aprecia verte mi alma afligida, 435
y cuán pronto aliviarás mi dolor.
Cardenio
Virtuosa belleza, de ti sola
depende mi desdicha o satisfacción,
me devolverá la vida un noble rechazo
que tu consentimiento pronto me habrá quitado. 440
Luscinda
No temas, querido amante, verás hechos
capaces de dejar satisfecho tu corazón.33
Si acaso tuvo la firmeza favorable éxito,
salvando la libertad de las coacciones de un padre,
y que todos los esfuerzos de un espíritu sobornador 445
solo fueron para él asuntos de honor,
verás hoy estallar esa audacia
entre traición, injusticia y amenaza.
La fuerza del respeto perderá todo su poder
pidiéndome que traicione mi deber, 450
y la deslealtad, viendo que la superamos,
perderá palidez, y de vergüenza se ruborizará.
Cardenio
Si tu fidelidad resulta de tal modo
que no te espanta ese débil aparato,
luego, haga lo que haga el destino para dañarnos, 455
nuestro amor es tan fuerte que no puede destruirlo.
Pero cuídate también de conceder al miedo
el fruto de mis obras que desea un embustero.
33
Esprit: ‘corazón’ (vv. 442, 494, 670, 768, 902, 1294, 1501, 1542, 1992).
— 63 —
pichou
Luscinda
Alma mía, asegúrate de que un noble rechazo
sorprenderá y confundirá a nuestros enemigos.
Adiós, me temo que alguien por aquí nos vigile,
y ya me está llegando un ruido al oído.
Cardenio (solo)
¡Cómo ahora estoy entre dos pasiones, 465
turbadamente34 conmovido por sus emociones!
Me alegra la esperanza y me hiere el miedo,
en su amor espero y su debilidad temo.
La mujer es una caña que ondula al primer viento,
imagen de una mar y una arena movediza. 470
Debería para vencer contra nadie luchar,
la halaga el cambio, y la asombra el respecto.
Sin embargo, de ahí mis amorosos sentidos
esperan el propicio o riguroso destino.
Tengo que adentrarme sigilosamente en la sala 475
donde se pronunciará mi fatal sentencia.
escena iii
Dorotea
34
Diversement: ‘de modo contradictorio’.
— 64 —
las locuras de cardenio
— 65 —
pichou
escena iv
Sacrificador, padre de Luscinda, Luscinda,
don Fernando, Cardenio, Nodriza
Sacrificador
Miren, amantes felices, a qué dicha deseable
los lleva la unión de un favorable matrimonio.36
Es entre sus favores donde nuestros sentidos satisfechos
reciben placeres inocentes y perfectos,
y donde el cielo, propicio a nuestras largas expectativas, 535
asegura el descanso de dos felices almas.
Antaño, este santo lazo hizo salir del bosque
a los mortales atraídos por lo suave de sus leyes,
y nuestros primeros padres, inciviles y ariscos,
no se suavizaron sino en sus apacibles tálamos. 540
Pero es preciso que el amor con tales acuerdos
igualmente reúna los espíritus y los cuerpos,
35
Fureur: ‘locura’ (vv. 526, 909, 1150, 1207, 1280, 1287, 1397, 1430, 1622).
36
Hymen: ‘el matrimonio’ (vv. 532, 550, 1514).
— 66 —
las locuras de cardenio
Don Fernando
Aquí es donde mis deseos siempre han aspirado,
conocer la dulzura de un deseado matrimonio. 550
Sacrificador
Luscinda, ¿reconoce su inocente petición?
Espero de su voz que su alma lo consienta.
Parece que un rechazo la voz le aprieta,
y que esta unión sea contraria a su elección.
Padre de Luscinda
Necia, pero quieres que este humor me ofenda. 555
No puedo sufrir tu tímida defensa.
Sacrificador
Ya que conoce usted su amor fiel,
¿No desea de su mitad el nombre?
Luscinda
Sí.
Cardenio
¡Ay!, deslealtad que traicionas mis cortejos,
¡cómo una sola palabra me condena a extraños suplicios! 560
— 67 —
pichou
Don Fernando
¡Cómo este consentimiento me colma de placeres!
Dama mía, una palabra ha limitado mis deseos.
¿Pero qué accidente repentino así la faz le muda?
Se desmaya, muere y en hielo se cambia.
Luscinda, alma querida, abre esos hermosos ojos
de nuevo 565
que mi amor prefiere a las luces del cielo.
Padre de Luscinda
¡Qué repentino daño!
Sacrificador
¡Qué pálida se pone su tez,
testimonio seguro de debilidad extrema!
Padre de Luscinda
Nodriza, en esta necesidad alivie su languidez.
Nodriza
Señora, ¡ay dioses!, no tiene el menor vigor, 570
todos sus sentidos turbados están, y su débil fuerza
casi le puso el alma en el último soplo.
Pero miren lo que encontré en su seno:
este hierro y este papel confiesan algún designio.
Don Fernando
Hay que ver en esa carta lo que escribió. 575
Padre de Luscinda
Mi asustada mente no puede recuperarse.
— 68 —
las locuras de cardenio
Don Fernando
Esperaba pues la ingrata exponerse a la muerte
en lugar de consentir la felicidad de mi destino.
Al final, es demasiado enojar un amor legítimo
y halagar el deseo de un ser querido.37
Malvada, no esperes de una mente irritada 585
sino severa38 recompensa por tu temeridad.
No volveré a verte, mi trastornada razón
no sabría sufrir tu fría obstinación.
Padre de Luscinda
¡Ay, padre desafortunado!, único motivo de la desdicha,
¡hasta qué punto ahora te condena el dolor! 590
Sacrificador
Consuélese, señor, ocurra lo que ocurra,
oponga la esperanza al mal que le llaga.
Padre de Luscinda
¿La manera de esperar, después de tanto rigor
que ejerce el destino sobre tan poco vigor?
Nodriza
¡Ánimo!, vuelve en sí, su desmayo pasado 595
le devuelve color a su rostro apagado.
37
Estimer: ‘sentir amor por alguien’.
38
Triste: ‘rigurosa’, ‘severa’.
— 69 —
pichou
Luscinda
Desgraciada, ¿aún es el sol lo que te luce?
¿No estás en el horror de la eterna noche?
¿Es un último asalto que la injusticia te impone,
de ahora a vivir querer obligarte? 600
No, destinos enemigos, no lo podéis.
Siempre el dolor de la muerte dispuso,
y aquellos que fuerzan a prolongar su curso
saben para detenerlo tragar llama.
¡Ánimo!, ¡que un hierro compasivo a mis días afligidos 605
deje con solo un esfuerzo cuantos males aliviados!
Pero el funesto destino aún este remedio me quita.
No hallo en mi dolor ningún poder que me ayude.
Padre de Luscinda
Cruel, ¿quieres concluir mis muchos años
bajo los presentes daños anonadados? 610
¿Debo en ti hallar el motivo de mi desdicha?
¡Cuán feliz sería si padre no fuera,
pues tus deseos tienen tanta aversión
por los mejores sentimientos de mi afección!
Luscinda
¡Cómo le alegraría verme criminal, 615
traicionando un amor que debe ser eterno
y acariciando solo los nuevos deseos
de ese pérfido autor de todos mis disgustos!
Pero este santo ardor no puede ser borrado
con el consentimiento de mi boca obligada, 620
y forzar al respeto mi mente asombrada
es quitarme el día que usted me dio.
Padre de Luscinda
El poder absoluto que tengo sobre tus años
debe someter bajo mis leyes tus tercas pasiones.
— 70 —
las locuras de cardenio
Luscinda
Verdad es que consigue sobre mí un poder, 625
excepto el de mi fidelidad disponer.
Padre de Luscinda
No puedes comprometerla sin una ofensa cometer,
ni yo sufrirla de un juicio infantil.
Luscinda
Tan justo es mi amor es y tan perfecto mi juicio
que condenar sería preciso la virtud que lo hizo. 630
Padre de Luscinda
No sigue la virtud un ansia cegada,
que deja el respeto que la ordenaba.
Luscinda
¡Ay!, ¡cómo ese respeto vano, de mis días ese tirano,
a menudo le disculpa y siempre me ofende!
Basta con que una vez su injusta potencia 635
sometiera mi amor a su autoridad.39
Condena mi mente una palabra que pronuncié,
y nunca más mi resentimiento ocultaré.
Padre de Luscinda
Con todo, tienes que aceptar
que sea mi voluntad en la tuya absoluta, 640
acoger a Fernando en su próximo regreso
y su amor aumentar con tu arrepentimiento.
Deja ya a Cardenio y rechaza su recuerdo
inútil para tu alma y a tu honra40 contrario.
Ustedes, fieles testigos de un mal tan riguroso, 645
acompañen aún a un desdichado anciano.
39
Obeïssance: ‘autoridad’.
40
Gloire: ‘honor’, reputatio.
— 71 —
pichou
Luscinda (sola)
Vete pues, padre insensible a mis legítimos rezos,
a buscar para mis suspiros nuevos motivos.
Vete, cruel, a reunir mil esfuerzos enemigos
para obligarme a dejar una dicha que prometí. 650
Arma la traición, la avaricia y la injusticia
contra la firmeza de mi joven corazón.
Ya no temo tus cuidados infieles,
tu rigor es el mal que menos me afecta.
¡Ay dioses!, ¡cómo mi espíritu siente nueva ofensa, 655
viendo por todas partes mi esperanza apagada,
y que a quien amo, de mis ojos alejado,
sin duda desesperado se aleja de estos lugares,
habiendo visto que tan poca resistencia opuse
cuando el respeto chocó mi firmeza! 660
Perdón, amante fiel, me faltó el valor,
pero no el amor que han acosado.
Vuelve a apartar el dolor que me toca,
ven a ver cómo mi alma desdice mi boca.
Ven de nuevo a escuchar mi razón 665
y no me acuses tan rápido de traición.
Pero ¡qué palabras tan inútiles pronuncio aquí,
y cuánto mis deseos todos son confusos y frívolos!
No volveré a verlo, estos confesados suspiros
no pueden contener su corazón ofendido, 670
Y tanto temo de mi padre el regreso
que este despiadado pensamiento ya me desespera.
Hay que resolverse pues a dejar esta vida
en que mi aflicción no puede sufrir el día.
Un próximo monasterio elegido para mi asilo 675
a mi justo susto ofrece fácil acceso.
Allí será donde en lo extremo de mis libres pesares
mi llama alentará sus secretos sentimientos,
y donde el recuerdo de mi querido Cardenio
para mantener bastará mi infinita queja. 680
— 72 —
las locuras de cardenio
41
Constant: ‘fiel’ (vv. 684, 1983).
— 73 —
pichou
— 74 —
las locuras de cardenio
acto tercero
escena i
Cardenio (en el yermo)
42
Resverie: ‘pensares’.
43
Se monstrer: ‘ser’.
— 75 —
pichou
— 76 —
las locuras de cardenio
44
Aguet: ‘trampa’.
— 77 —
pichou
— 78 —
las locuras de cardenio
escena ii
Luscinda (en el monasterio)45
45
Se mantiene en esta traducción del parlamento de Luscinda la disposi-
ción estrófica del texto original galo del xvii.
— 79 —
pichou
escena iii
Amérita, Luscinda
— 80 —
las locuras de cardenio
Luscinda
Mi mente con todo solo puede suspirar
desde que perdió recursos para esperar.
En tales circunstancias tiene el dolor que estallar;
nos hiere el silencio, y nos alivia47 el quejar.
Amérita
Al contrario, solo hay que hacer uso de razón, 865
cuyo sabio consejo a sanar ayuda
y le prohíbe al espíritu alimentar tristeza,
sea cual sea el resentimiento que desgracia nos deja.
Luscinda
Mientras que la razón así de nosotros dispone,
insensible es la mente, o el mal es muy suave. 870
No puedo gobernar mis tormentos de tal manera:
la firmeza me abandona, y el arrepentimiento me lleva.
Amérita
Aunque hubiera recibido todos los golpes de la desdicha,
el descanso debe al final concluir el dolor.
Luscinda
¿Qué puede aún el destino en mi vida? 875
¿Qué aflicción todavía la sigue?
46
El alción (o halcyon) es un ave fabulosa.
47
Flatter: además del sentido obvio en demás versos, también significa
‘aliviar’, ‘apaciguar’ (vv. 864, 920).
— 81 —
pichou
Amérita
Debe con todo esperar aún del tiempo
una dicha que hará felices todos sus deseos:
se ve en un momento la fortuna cambiada,
la desdicha suavizada y la injuria vengada.
Luscinda
Para mi suerte creo que estos beneficios quedan ocultos, 885
que los dioses contra mí siempre permanecerán enojados,
y que un astro maligno preside mis años,
cuyos rigores obstinados no puedo vencer.
Amérita
Siga esperando sin embargo y piense solo
en echar de su alma tan desagradable tormento. 890
Siempre me verá, con discreta amistad,
ocultarle a sus padres este feliz retiro.
escena iv
Fernando, don Félix (su escudero)
Fernando
Deja de molestarme con esos apocados discursos
que a mi socorro aporta tu afecto.
Cualquier sabio designio que me aconseja tu fe, 895
la mente me choca y el oído ofende.
Inútil es tu dolor para mi recuperación.
No puedo resolverme a salir de prisión,
y, aunque el rigor me abrió las puertas,
— 82 —
las locuras de cardenio
Don Félix
Cuando en la locura manda el juicio,
fácilmente reprime ese amoroso extravío. 910
A esa tiranía hay que oponerlo,
y pronto verá usted apartada su coacción.
Fernando
¡Ay!, ¡cuán fácil es de ese modo aconsejar
cuando semejante tristeza no padece uno,
y cuán quien culpa un enfermizo juicio 915
solo desconoce de una ojeada el poder!
¡Ay!, si supieras lo que sufre un amante
entre las crueldades de un triste alejamiento,
en lugar de acusarme cuando suspiro,
mejor te preocuparías por aliviar mi martirio. 920
Don Félix
Sí, si fuera yo un traidor, un amigo malo,
que disfrazar quisiera ese mal pernicioso
y no condenar una ciega locura,
que mantiene su alma en errores sepultada.
Fernando
¿Un ardiente amor llamas locura 925
que enciende la belleza de una querida mitad?
— 83 —
pichou
Don Félix
Admito49 que nada le falta a su perfección
que limite de sus sentimientos la elección,
que no se la pueda ver sin venerar sus méritos,
y que sea más hermosa aún de lo que dice usted.
Confiese sin embargo que un espíritu bondadoso 945
no debe sufrir su menosprecio riguroso,
y que tras tan cobarde y culpable rechazo
le brinda usted inmerecido deseo.
Fernando
Cierto es, confieso a tu fidelidad
que jamás a amante tan mal se le trató. 950
Pero con tanto atractivo...
Don Félix
Fácil es despreciar
el menor recuerdo de su alma reacia.
48
Blessée: ‘abatida’ o ‘turbada por el amor’ (vv. 927, 1036, 1278, 1395, 1965).
49
Vouloir: ‘aceptar’, ‘admitir’.
— 84 —
las locuras de cardenio
Fernando
No, déjalo ya, ni el desprecio ni el olvido
derribar no podrían el imperio que fundó.
Ayúdame solo con tu sabia conducta 955
para averiguar en qué asilo concluyó su huida.
Emplea en su búsqueda un extraordinario50 empeño
para cerciorarme de dónde destella este hermoso sol.
Entonces será cuando obligará tu servicio a mi alma,
en lugar de oponerte al ardor que me abrasa, 960
ya que sin este amor todas las teas del cielo
a mis ojos les ofrecen envidioso brillo.
escena v
Don Quijote, Sancho Panza
Don Quijote
Fiel compañero y testigo de mis armas,
que no me dejas en el espanto de las arremetidas,51
generoso escudero por quien los Amadís 965
despreciarían la elección que antaño hicieron,
entre tantas proezas y diversas penas
que enaltecer pueden mis desdichadas hazañas,
sabes que los peligros mis placeres fueron.
Desde que buscó mi valor los desafíos, 970
mi estima grabé en el corazón de la fama52
y vacié de laureles los altares de la gloria.
Que los afamados valientes en los siglos pasados
ya no representan sus retratos borrados:
mi fama sola contiene a los más orgullosos,53 975
50
Nompareil: ‘extremo’, ‘extraordinario’ (vv. 957, 1574, 1935).
51
Allarme: ‘temor al ataque del enemigo’ (vv. 964, 2101).
52
Memoire: ‘fama’.
53
Fier: ‘arrogante’, ‘orgulloso’.
— 85 —
pichou
Sancho
¿Qué?, ¿alguna hazaña nueva le da dificultad?
¡En adelante, a quien me suceda busque!
Si hay que seguir luchando, helado mi corazón está. 1000
54
Alcides o Alceo, ‘divinidad mitológica del amor, de la constancia y de la
fuerza’.
55
Eclat: ‘gloria’.
56
Personaje del Orlando furioso de Ludovico Ariosto, donde se retoma la
leyenda de Carlomagno bajo la forma de una poema heroico. Rodamonte
o Rodomonte, rey de la argelina ciudad de Sarza, lanza su ejército de sarra-
cenos contra Carlomagno, en París. Tras un primer éxito, es rechazado de
la ciudad por el emperador francés gracias al valor de todos los parisinos.
— 86 —
las locuras de cardenio
Don Quijote
Siempre tu ignorancia acompaña tu miedo
y toma seguro bien por un engañoso ensueño. 1010
¿Sabes que puedo darte un imperio
en el menor designio que mi conquista desea?
¿Que la punta de mi lanza tiene principados,
y que la suerte actúa según mis deseos?
¿Basta con un reino tan grande como China? 1015
Es la menor felicidad que este brazo te destina.
Sancho
¿Pero por qué pospone ahora usted esta dicha
que puede enriquecerme sin que le cueste nada,
mientras ve usted el trabajo que sufro
caminando todo el día y durmiendo en lo duro, 1020
ser de mil tropiezos a menudo golpeado
y, no habiendo comido nada, cenar57 solo viento?
Don Quijote
Aunque este favor no puede aún verse,
espera la ocasión que el cielo ha de crear.
Dudas de una dicha que no te puede faltar, 1025
igual que mi habilidad para vencer y atacar.
¡Pero cuán mal conoces el motivo de mi queja
al primer sentir de un dolor amoroso!
57
Souper: ‘cenar’.
— 87 —
pichou
Sancho
¿Enamorado está?, Dios mío, ¿desde cuándo
resolvió usted hacer ahora58 la corte? 1030
Dígame, por favor, y ¿quién es la princesa
a la que su afecto eligió como amada?
Don Quijote
Dulcinea es el motivo de mis hazañas59 guerreras,
a quien mi gloria entera le consagró sus laureles.
Dulcinea es el altar al que dirijo mi quejar 1035
para buscar de mi alma herida el curar.
Sancho
Ama usted a Dulcinea, ¡qué asombrosa60 opción!
¡Cuánto me gusta su talle, cuánto admiro su voz!
¡Ay!, ¡lo bien que baila! Nadie rivaliza
con lo airoso que sobresale en grecorromana lucha. 1040
Conoce usted a Jacquet, el lacayo de Thibaut:
honores le rinde en la carrera y el salto.
¿Creería usted que se bordea los ojos con escarlata,
y que su cutis es suave como el cuero de un zapato?
Ella va sin zapatos, y aborrece el afeite 1045
y jamás mezcló la naturaleza y el arte.
En fin, morirme acepto si todos en el pueblo
de amor no suspirasen ante tan hermoso rostro.
Don Quijote
Sacrílego,61 ¿a ofender ante mis ojos te atreves
sus encantos venerados por dioses y mortales? 1050
¿No temes tener siempre cielo contrario
tras proclamar propósito tan temerario?
58
Icy: ‘ahora’ (vv. 1030, 1328, 1331, 1543, 1578, 1866, 1956).
59
Gestes: ‘hazañas’ (vv. 1033, 2100).
60
Admirable: ‘asombroso’, ‘desconcertante’.
61
Prophane: ‘sacrílego’.
— 88 —
las locuras de cardenio
— 89 —
pichou
Sancho
Reconsidere, por favor, ese frívolo decreto:
si me matase, me moriría de pena.
Recompensa es esta la de un fiel servicio,
que verdad dice sin ningún artificio. 1060
Don Quijote
¿Verdad le llamas a esa proclamada blasfemia,
que a la tierra hiere y a los cielos enoja?
Poco falta para que este brazo castigue una ofensa
que de nada disculpas en tu débil defensa.
Solo tu voz ahora controla. 1065
¿Pero qué peregrino ruido del fondo de este bosque asoma?
Temo de los magos el hechizo ordinario:
¡mi lanza, mi yelmo!, ¡ay, qué hermosa hazaña!
escena vi
Cardenio, don Quijote, Sancho
62
Generosité: ‘valor’.
— 90 —
las locuras de cardenio
Don Quijote
Guerrero, seas quien seas, concluye aquí tu discurso
y mira en qué ayudarte puedo.
¿Es preciso asaltar de Zirfea el castillo,
alzando sobre su pérdida un ilustre trofeo? 1080
¿Tendría el traidor Arcaláus63 la audacia
de aceptar mi desafio, tras haberte ofendido?
Dispón libremente del poder de mis armas;
no temo ni peligros, ni prodigios, ni encantos,
y, si estoy a favor tuyo, el universo conjurado 1085
no podría derrumbar tu segura felicidad.
No tiene esta enemigos que tema tu debilidad,
que no desprecie mi corazón, y que no apremie mi brazo.
Basta con mostrármelos.
Cardenio
¿Qué?, ¿no divisas
un mundo de enemigos que me pisan los talones, 1090
que a acometerme viene?
Sancho
Nada veo llegar
y lo creo al menos tan loco como mi amo.
Cardenio
¡Ay dioses!, ¡cómo aumenta en poco tiempo su número!
Retumba este yermo por sus estrepitosos gritos.
Por Dios, ¡que sin temer sus tiránicos designios, 1095
me abra yo camino a través de esas picas,
que me apresure a pesar de mi sangre
entre mil puñales que el costado me abrirán,
63
Sabio encantador y perverso en el Amadís de Gaula. Se le califica aquí
de “traídor” por unirse, en el Amadís, junto con el caballero Barsinán,
con la meta de derribar al rey Lisuarte, a quien encarcelan con Oriana,
antes de que Amadís los libere.
— 91 —
pichou
Cardenio
Rival que injuria el honor de mi destino,
¿quieres pues quitarme la gloria en este esfuerzo? 1110
Huye de aquí, atrevido, un suplicio riguroso
debe tu audacia detener y a tu cómplice castigar.
Sancho
¡Socorro!, muerto estoy. Invencible guerrero,
perdone a Sancho, el fiel escudero.
Don Quijote
¿Acaso engañó el pérfido mi valentía, 1115
sin poder a placer desenvainar la espada?
Detente, desleal.
Sancho
¡No grite tan alto
para que no asalte de nuevo ese demonio rabioso!
Estoy de golpes molido, me atormenta el dolor:
jamás a Gandalín así se trató. 1120
— 92 —
las locuras de cardenio
Sancho
De verdad, con razón renuncia usted
cuando es factible la pérdida y ya no evitable.
¿Por qué antaño no tuvo en el pecho ese valor?
Don Quijote
¿Y quién sospecharía tan cobarde designio? 1130
¿Quién temería, fuera del agua, el furor de un corsario
y, cuando en paz se está, el esfuerzo de un adversario?
Mientras yo trataba de forzar su desdicha,
su ingrata maldad mi valor sorprendió.
¡Pero que no crea escapar de esta forma! 1135
Por el yelmo de Membrín que llevo puesto juro
que estos bosques no son lo suficiente oscuros
para dar a su temeridad refugio.
— 93 —
las locuras de cardenio
acto cuarto
escena i
Licenciado y Barbero del pueblo de don Quijote
Licenciado
Tras un largo recorrido que concluye este yermo,
estamos aquí junto al lugar donde mora don Quijote: 1140
es entre los espantos de este apartado bosque
donde condena sus ojos a alejarse de la luz.
Añade ahora a su conocida desdicha
el amor de una belleza del todo soñada
y le brinda a su alma un embustero fantasma, 1145
para quien su pasión de engaños64 se alimenta.
Barbero
Su mal no tiene igual. Jamás el frenesí
tanto poder tuvo sobre la fantasía.
¡Ay dioses!, ¡a qué extremo el error nos lleva
desde que la razón cedió paso a la locura! 1150
Licenciado
Mire con qué empeño se vanagloria este insensato
de cortejar en este bosque al quimérico amor:
a las rocas da queja, el amor le da odio
y los pájaros del alrededor huyen de horror.
Espantoso es su rostro, su martirio excesivo 1155
de andante caballero en sátiro lo convirtió.
Dice que su dama es un ángel mortal,
a quien su pasión quiere erigir altar,
que este yermo jamás verá su salida
mientras su suave ojo apacigue su llama. 1160
Dice que conmovidas están las rocas por sus gritos,
64
Vapeur: ‘engaño’, ‘falsa visión’.
— 95 —
pichou
Barbero
¡Qué delirio65 anormal, eh!, el pobre cegado 1165
no puede moderar su cerebro desordenado.
Licenciado
Sin embargo, espero que una feliz conducta
pueda acabar con la desdicha de su reducida vida,
siempre y cuando usted quiera con rescate similar
conmigo procurarle descanso a sus días. 1170
Barbero
Revelado este designio y su magnitud conocida,
lo que de mí dependa a tal empresa lo brindo.
Licenciado
Verá usted qué remedio tan fácil y tan suave...
¿Pero qué hombre desconocido así a nosotros se acerca?
Esa deshecha cara y arisca mirada 1175
me atemorizan el alma y me clavan la boca.
escena ii
Cardenio, Licenciado, Barbero
Cardenio (enloquecido)
¡Ay dioses!, ¿qué he vislumbrado?, ¿qué cosas tan espantosas
repentinamente hacia mí acudieron?
Cierto es que jamás semejante aventura
desde el caos la naturaleza ha asombrado, 1180
65
Resverie: ‘delirio’, ‘locura’ (vv. 1165, 1613, 2114).
— 96 —
las locuras de cardenio
Licenciado
¡Ay!, ¡qué descomunal locura!
Barbero
¡Ay dioses!, ¡pero qué caricia!
El pobre extravagante por su dama me toma.
66
Retirer: ‘librar’, ‘salvar’.
— 97 —
pichou
Cardenio
¿Astro hermoso, vienes pues a visitar estos bosques,
que solo tu luz ha penetrado con sus rayos? 1210
Espera, tímido, y deja que mis ojos
perciban todos los encantos que tu rostro engalanan.
No me quites la dicha de aquí hablarte
y solo con una mirada suaviza mi martirio.
Permíteme un beso. 1215
Barbero
¡Ay!, ¡cerebro loco!
Señor, barbero soy, que no doncella.
Cardenio
Luscinda, ¿atrévese a desmentir mis sentidos todos
entre tantas bellezas y encantadores incentivos?
No, no pudiera el olvido borrar su imagen
en un corazón que a diario le rinde un santo homenaje. 1220
Barbero
¡Desgraciado encuentro!, ¿pero a quién me he dirigido?
Buscando a un loco, con un insensato me topo.
Cardenio
Por fin entre mis brazos la tendré, mala,
de mil voluptuosidades a mi gusto disfrutando.
Sus hermosos ojos brillarán para mí solo 1225
y vendrán al final a aliviar mi tormento.
Se unirán nuestras mentes en el umbral de nuestros labios,
mil amores volarán alrededor de nuestro lecho
y derramando cuantos encantos en nuestros enlazados cuerpos,
nos compensarán67 los daños pasados. 1230
67
Recompenser: ‘compensar daños’, ‘ofrecer compensación’ (vv. 1230, 2016,
2023).
— 98 —
las locuras de cardenio
Barbero
¿Qué quiere de mí, que nunca le vi? 1250
Cardenio
¡Ah!, ya lo veo claro: quiere, inhumana,
que jamás mi descanso suceda a mi pena.
Pues aguantaré hasta que la muerte
termine mis tormentos concluyendo mi destino,
y, cuando sufrido haya este rigor extremo, 1255
no me quejaré en la diáfana ribera.
Mis manes a culparle no se atreverán
que en lugar de humano corazón lleve un peñón.
Conmigo mi amor allá bajar querrá,
y siempre llama alguna mi ceniza alentará: 1260
vea cuánto le quiero.
— 99 —
pichou
Barbero
¡Ay!, ¡inhumano destino!
¿De sus manos todavía no me he fugado?
Licenciado
Demasiado se engaña usted, contemple este rostro:
que me muera si no es del pueblo barbero.
Cardenio
¡Ay!, traidor, ¿eres tú quien rompes este coloquio, 1265
Fernando infiel, dueño de mi bien?
Inútil es tu huida, y segura es tu muerte.
Culpable confidente, único autor de mi pena,
no te dejaré hasta que vengado esté.
Barbero
¡Dios!, ¡qué placer librándome me procuró! 1270
Licenciado
¡Socorro, que me matan!
Cardenio
¡Ay!, raptor infame,
¡jamás te vanaglories de traicionar mi llama!
Barbero
Pues, ¿y qué dice usted? ahora de verdad,
no tiene motivo para tomarme el pelo.
Licenciado
¡Que se vaya al demonio que es adonde su ira lo lleva! 1275
Jamás hombre fue vapuleado de esa manera.
— 100 —
las locuras de cardenio
Barbero
Sin duda su locura no tiene comparación.
Amor alguno debe de así turbar su razón,
y la menor visión, su imaginación perturbando,
de despertar la insania que controla su alma. 1280
Licenciado
Lo creo igual que usted: este peligroso veneno
lleva al extremo su infeliz destino.
Barbero
Sigámoslo solo para conocer su retiro
con meta de aliviar su secreta pasión,
y temiendo que al final busque sepulcro 1285
en el hueco de roca alguna o del agua en el seno.
Licenciado
Pero si en este espíritu persiste la locura,
habremos vuelto a caer en la misma desdicha.
Barbero
No, no, no se preocupe: estos violentos arrebatos
no siempre causan semejantes ímpetus. 1290
Licenciado
Vamos, ya que lo dice, y por gracia me complace
que camine usted ante mí. Le seguiré el paso.
— 101 —
pichou
Fig. 5. Ricardo de los Ríos, Don Quijote bendice a Sancho antes de llevar la
carta a Dulcinea, 1881, aguafuerte y punta seca, 136 × 101 mm. [http://bdh.bne.
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lse&exact=on&textH=&completeText=&text=quijote+dulcinea&pageSize=1&
pageSizeAbrv=30&pageNumber=7]
— 102 —
las locuras de cardenio
escena iii
Don Fernando, don Félix, su escudero,
y don Guzmán, su amigo
Don Fernando
Amigos, no reprehendan la decisión que definí,
pues del todo mi corazón puede aliviar.
En otro lugar podrían condenar mi licencia, 1295
aquí tiene mi pasión mucha inocencia.
Estamos cerca del lugar que quise elegir
para mi justo deseo cumplir.
Saben que halló Luscinda asilo
en este cercano convento que a la vista tenemos. 1300
Mientras el sol este día quiere despedir,
los valles no tienen ni calor ni resplandor,
mientras alza la noche sus oscuras velas,
y un poco de claridad resiste aún a las sombras,
acude sola por estos hermosos paseos 1305
quejándose a favor de las negras umbrías
y con sus gritos turbando a las temerosas driadas,
que buscan cada noche el frescor de estas orillas.
Entonces es cuando encubiertos en bosque y noche,
fácilmente podemos, lejos del mundo y del ruido, 1310
cumplir el propósito de mi justo designio
y gozar del efecto de una dichosa sorpresa.
Don Guzmán
Cierto es que sin temor a ningún impedimento
que pueda oponerse a su contento,
podemos, con el fin de puntuar sus desgracias, 1315
caminar seguros sobre estas nítidas huellas.
Y cuando a nuestros pasos se ofrezcan mil muertes,
cuando para seguirle haya que enfrentar la muerte,
nada desviará nuestras fieles envidias,
y le serviremos en detrimento de nuestras vidas. 1320
— 103 —
pichou
Don Fernando
No, solo quiero de ustedes una buena acción así de leve:
solo así es como se me puede colmar.
Les invita la piedad, y el amor les suplica
que hagan con este servicio cumplida mi expectativa.
Secundan mi cortejo y sigan un momento 1325
mi firme esperanza de concluir mi tormento.
Don Félix
Nuestros corazones no necesitan estos hálitos.
Una franca amistad duplica ahora su vigor
y les da a nuestras mentes noble anhelo
para mantener de sus amorosos días el sosiego. 1330
Don Fernando
Creo que la máscara es ahora necesaria
por miedo a que me reconozca mi hermosa adversaria.
Adentrémonos en el bosque, rápido decae el día:
esta es la hora para tal esfuerzo más adecuada.68
Los campesinos agotados dejaron el campo, 1335
solo luce el sol en la cima de los peñascos
y quiere dejarle el lugar al amor al que cortejo,
quien viene en su ausencia a iluminar estos yermos.
escena iv
Cardenio (enloquecido)
68
Propre: ‘adecuado’, ‘apropiado’, ‘conveniente’ (vv. 1334, 1636).
— 104 —
las locuras de cardenio
69
Viste: ‘rápido’, ‘veloz’.
70
Indiscret: ‘falto de control’, ‘descomedido’ (vv. 1349, 1638).
— 105 —
pichou
escena v
Licenciado, Barbero, Cardenio
Barbero
No puede estar lejos ya, el sonido de su voz
nos ha alcanzado desde el medio de este bosque.
Licenciado
¡Ay dioses!, lo vislumbro, me espanta encontrarlo, 1375
igual que serpiente surgiendo de un seto.
Cardenio
Amigos, no huyan, ¿qué temen tanto?
No he venido para hacerles daño.
Pero si dolor alguno puede hacerles sensibles
a la compasión de desdichas visibles, 1380
y si la naturaleza aún le concede a la piedad
los mejores sentimientos de la humana amistad,
den alivio71 alguno al mal que me posee.
Su discurso podrá valerle de remedio,
pueden ustedes con acción buena forzar mi tormento, 1385
que me rehúsa el destino con su alejamiento.
Estos bosques ya, cansados de tanto suspiro,
se quejan de que mi voz desgarró su sosiego,
y los ecos, agotados de mi superfluo grito,
no me escuchan ya, ni me hablan. 1390
¡Dioses!, ¡qué placer tan grato para el mártir
encontrar a veces los recursos para decirlo!
Barbero
No le parezca anormal un justo asombro
que solo su voz desvanece de pronto:
al principio creíamos que su turbado espíritu 1395
igual estaría que cuando lo dejamos.
71
Allegeance, allegement: ‘alivio’ (vv. 1383, 1485, 1624).
— 106 —
las locuras de cardenio
Cardenio
¿Han ustedes conocido pues esa ciega locura
que erróneamente mi resentimiento expresa?
Perdonen los transportes de una mente que la rabia...
Licenciado
No, no, no hablemos de injusticia tan leve.
1400
Mire solo lo que de nosotros depende
para poner su suerte en más suave estado.
Basta con solo un momento para llevar la victoria
del centro de la desdicha a la cima de la gloria;
cualquier clase de mal con el tiempo se cura, 1405
y los más infelices al final satisfechos están.
Cardenio
No es que yo espere en esta soledad
moderar el exceso de mi inquietud
y que aquí venga fuera de propósito buscando,
en medio del tormento, lo suave del descanso. 1410
A diario, contra mí la muerte solicitada
permanece inexorable escuchando mi queja,
y del destino el rigor me reduce al punto
de no poder morir ni vivir tampoco.
Barbero
La muerte, sin enojarla, bastante vuela sobre nuestras
cabezas 1415
e incluso horrenda es al parecer de las bestias:
debe usted al contrario sofocar ese designio
que pálida desesperación enciende en su pecho
y concluir su estancia en estas desiertas riberas
tras tantas languideces e injurias sufridas. 1420
— 107 —
pichou
Cardenio
Estos tormentos, de mis días ya conocidos,
no me espantan ya en su penoso fluir.
Concluida mi pérdida y detenida mi pena,
claramente veo mi vida aquí parada,
y no se sienten ofendidos mis ojos 1425
por el horror de estas rocas sobre mi cabeza erguidas.
Dijéronme pastores algunos, mientras la locura
sigue los muchos errores de mi melancolía,
que, en medio de este bosque, corriendo con paso leve,
con locura persigo a un zagal tímido 1430
y que con este ardor las orillas cruzo
de los torrentes derramados por estas salvajes landas;
que, inclinado a veces en la orilla de un arroyo,
insensato me quejo del suave ruido de su agua
y, pensando detener su carrera vagabunda, 1435
con piedras ofendo la belleza de su manantial;
que, queriendo saber del ser de mis cuidados,
solo les respondía con pies y puños;
que me disculpen, sin embargo, haga lo que haga,
y me dejen de qué comer por donde paso. 1440
Licenciado
Creo que un buen consejo del juicio recibido
podría brindarle a usted un feliz cambio.
Aunque un contrario destino ejerce en su imperio,
la virtud no quiere que solo se suspire,
y que en la desdicha nuestras combatidas mentes 1445
parezcan cobardes bajo su fuerza vencidas.
Para el sosiego alcanzar, hay que vencer la tormenta
y oponerle siempre el menosprecio a la injusticia.
Use usted firmeza en sus aflicciones:
un apacible descanso sucederá a sus acciones, 1450
verá sin miedo el filo del precipicio
y obligará al destino a serle propicio.
— 108 —
las locuras de cardenio
Cardenio
Por supuesto, si todo eso me curase con seguridad.
Dejando la vida la esperanza, morir nos queda.
Licenciado
Con todo, a esos furores se les suela condenar, 1455
que a su gusto cortan el hilo de los años.
El término de nuestros días no está entre nuestras manos,
y el cielo nos obliga a sus leyes respetar.
Cardenio
Coacción inútil: es preciso, pues, para cumplirlas
que nos dé manera de vivir y esperar... 1460
¡Pero cuán triste les parece a mis ojos este zagal hermoso,
quien viene secretamente a suspirar en este lugar!
Fíjese cómo lo intenso de su dolor tapado
ha marchitado las rosas de su rostro pálido.
Barbero
Parece sin embargo que su resentimiento 1465
a quejarse se dispone.
Licenciado
Escuchemos por lo menos.
escena vi
Dorotea, Cardenio, Licenciado, Barbero
Queja de Dorotea
Tristes lugares de mi soledad,
sombríos retiros de estos bosques,
a los que he contado tantas veces
el exceso de mi preocupación, 1470
amplios yermos, funesta estancia,
— 109 —
pichou
— 110 —
las locuras de cardenio
72
Respirer: ‘desear’.
— 111 —
pichou
Vislumbra a Cardenio.
Cardenio
¡Ay dioses, cuántas maravillas
conmovieron mi mente y encantaron mis oídos!
Luscinda ahora nombrada y Fernando acusado
por este joven milagroso de zagal disfrazado:
¡cuán encantados están mis sentidos! 1545
Dorotea
¿Qué?, debo, descubierta,
tan pronto parar el relato de mi pérdida?
Cardenio
Deja, Dorotea, y no temas nada.
Tu desgracia compadezco y tu dicha deseo.
Dorotea
¡Ay dioses!, hasta por aquí se sabe de mi desgracia.
¡Qué sorprendida está mi alma de tan pronta llegada! 1550
Cardenio
¿Te asombra ver a ese amante lánguido
que Luscinda y Fernando infeliz hicieron?
— 112 —
las locuras de cardenio
Dorotea
¡Por desgracia!, ¿es posible? ¿Es usted, Cardenio,
quien suma su pesar a mi dolor infinito?
Cardenio
¡Ay!, ¡qué fácil es saber quién soy 1555
viendo la desdicha a que mis días están reducidos!
Ojalá la muerte me hubiera quitado la vida
que un riguroso destino siempre ha perseguido,
para contentar a esa ingrata belleza,
que de su deslealtad me hizo testigo. 1560
Dorotea
Pues ¿no sabe usted que tras haber sido forzada
a abandonar su llama al poder de su temor,
mientras que ante usted un riguroso respeto
forzó la libertad de su amorosa elección,
se vio a ese hermoso sol a quien adora su alma 1565
caer entre los brazos de su avaro de padre,
y que Fernando, afectado por tremendo enojo
tras enterarse del amor que por usted siente,
desprecio manifestó y la asamblea dejó,
a quien el mal de Luscinda ya había turbado?73 1570
Cardenio
¿Es, por desgracia, lo que dices seguro?
¿No estás engañando mi mal desesperado?
Dorotea
Jamás nada más cierto a sus oídos ha llegado.
Cardenio
¡Ay mansa noticia!, ¡ay, extrema dulzura!
73
Se añaden en la traducción los puntos interrogativos, que no figuran en
la versión de Pichou, a pesar de ser una pregunta.
— 113 —
pichou
Dorotea
Ojalá: esperémoslo, noble Cardenio,
ya que mi destino al suyo está unido. 1590
Ya no temo, con igual apoyo,
del destino el rigor que me llaga hoy
y de ahora en adelante les pisaré los talones,
esperando que el destino tenga solapado el odio.
Cardenio
No, no, no dude de que los sosegados cielos 1595
no estén en lo sucesivo a nuestros deseos dispuestos.
Usted que acaba de ver extrema desesperación
pintar solo la muerte en mi pálido rostro
mientras me resistía a sus palabras sabias,
ya ve qué remedio descanso me brinda. 1600
Cualquier otro me ofendía en su vana asistencia,
desprovisto de razón y firmeza.
— 114 —
las locuras de cardenio
Barbero
¡Qué contentos estamos de verle tan feliz
sentir tras el invierno la dulzura de la primavera!
¡Ojalá el cielo siga ampliando su alegría 1605
entre tantos placeres que su favor envía!
Adiós, propósito importante y apresurado
nos llama al camino que hemos dejado.
Cardenio
Por Dios, díganme qué tema les incita
a venir hasta aquí para dedicar su pena. 1610
Licenciado
Le salvará de semejante cuidado una palabra:
un pobre caballero a dos pasos de aquí está,
cuya perdida mente su delirio alimenta
con fantásticas hazañas de la caballería
y cree que su destino ha glorificado 1615
imitando los amores de Orlando furioso.
Sin embargo, hemos inventado engaño alguno
para disipar el error que su alma contaminó.
Cardenio
Creo haber visto, durante un día o dos,
a ese nuevo caballero enjuto y horroroso, 1620
a quien recuerdo haber dañado
cuando la locura dominaba mi corazón.
Pero ¿cómo puedo ayudarles? Dispongan libremente
de un espíritu que desea aliviarse.
Licenciado
Si la oración sobre el tema no pareciera temeraria, 1625
tan necesario bien a usted imploraría:
esta joven maravilla tiene poderosos encantos
para sacar de este bosque sus espíritus abatidos.
— 115 —
pichou
Cardenio
¿Consentimos, Dorotea, participar en el artificio
y prestarle a su desdicha favorable servicio?74 1630
Dorotea
Son sus deseos leyes que siempre cumplo,
trabe cualquier dificultad su cumplimiento,
y estimaré lo bastante recompensada mi pena
tras la recuperación de esa alma insensata.
Licenciado
Les diré de qué se trata. Antes de abordarlo, 1635
busquemos algún lugar adecuado para acomodarnos.
escena vii
Don Quijote, Sancho, don Fernando, don Félix,
don Guzmán, Luscinda
Don Quijote
Sepas que elegí este horrendo retiro
para ocultar mejor mi descomedido ardor
e intentar suavizar este amoroso sol,
cuya crueldad infeliz me ha hecho. 1640
No puedes de mi alma sacar este designio:
mi valor debe ahora a mi llama ceder.
Basta con que consientas salir de este bosque
para ver este hermoso sujeto que me tiene bajo sus leyes,
llévale esta carta a mi hermosa inhumana, 1645
en que con una palabra trazo su rigor y mi pena.
Espero toda mi felicidad de un fiel retorno.
Pero escucha primero la voz de mi amor:
74
Office: ‘servicio’, ‘prestar servicio’.
— 116 —
las locuras de cardenio
Galimatías
El incomparable resplandor de sus celestiales encantos,
habiendo domado mi corazón, mis armas no venció. 1650
Si sus perfecciones superaron75 mi razón,
nunca otro poder conseguirá mi curación.
Más hermosos son sus cabellos que de Oriana el pecho,
y para admirarle, reverencio a Diana.
Los astros iluminaron por lo tanto su belleza 1655
para que mi amor solo su crueldad viera.
Sancho
¡Qué palabras más sensatas,76 qué voces más divinas,
en las que usted puso todo el saber de las escuelas!
¡Ay, me dormiría usted si lo terminase del todo!
Amo, está bien, no lea hasta el último verso. 1660
Don Quijote
Ahora, querido amigo, tu diestra77 mediación
dispone de mi alma entregada en tus manos.
Juzga si a primera vista mi destino,
me deja esperar naufragio o puerto;
mira con qué ojos esta misiva abierta 1665
asegurará mi vida o concluirá mi pérdida.
Pues, te suplico, añade a mis escritos
que conmovidos estos bosques están por mis atormentados gritos,
que jamás Amadís tantas locuras hizo,
y que más débiles ímpetus tenía Orlando, 1670
que es ella el único Astolfo,78 cuyos arrebatos siento,
que pueda hoy devolverme la razón.
75
Forcer: además de los sentidos de ‘violar’ o ‘entrar con arrebato en algún
lugar’, también significa ‘superar’ (vv. 1651, 1868).
76
Sententieux: ‘que conlleva hondo sentido’, ‘sensato’.
77
Discret: ‘diestro’, ‘hábil’, ‘ducho’.
78
Personaje del Orlando furioso. Astolfo, duque de Inglaterra, había sido
metamorfoseado en un mirto por Melisa, antes de que le devolviera
forma humana.
— 117 —
pichou
Sancho
Inventaré más de lo que usted podría decir.
Don Quijote
Después, asegúrate de un ducado, de un imperio. 1675
Te haré tan grande...
Sancho
Adiós, amo. Tengo que cumplir mi viaje.
Don Quijote
No, quiero que seas testigo de mi coraje.
Luscinda
¿Adónde me llevan, asesinos inhumanos?
Don Félix
No tema, señora, está en nuestras manos. 1680
Don Quijote
¡Dios mío!, es Sacripante a Angélica79 arrebatando.
Deja, rey infiel, este tiránico designio.
Soy respaldo del bueno y miedo del perverso,
don Quijote de la Mancha, honor del universo.
79
Orlando sufre el amor no correspondido por Angélica, quien, tal y como
lo alude aquí Pichou, también es cortejada por Sacripante, rey de Circa-
sia, a quien jura haber salvado su virginidad.
— 118 —
las locuras de cardenio
Don Fernando
Quítate de mi vista, insensato temerario, 1685
y proclama en otro lugar tu gloria imaginaria.
Don Quijote
Si tu deslealtad en ese empeño persiste,
espera solo de mi valor vergüenza o muerte.
Don Fernando
Y tú, toma de mi mano el fruto de tu amenaza,
Sancho
Señor, disculpe, no lo conozco.
Don Fernando
¡Ay!, justo80 es igual tratarle.
Hay que participar en esta felicidad extrema,
de sobra se lo merece. 1695
Sancho
¡Muerto estoy, socorro!
Que se vayan al demonio el amo y sus locos amoríos.
Don Fernando
Ese viejo fantasma armado, así huyendo,
debiera oponerse a mi justo cortejo:
¡cuánta cobardía tras la soberbia frente
acabo de descubrir en ese extravagante! 1700
80
Raison (c’est la): ‘ser justo’.
— 119 —
pichou
Don Félix
Vamos, señora, vamos. 1705
Luscinda
Quítenme la vida
antes que violentar mi esclava debilidad.
— 120 —
las locuras de cardenio
acto quinto
escena i
Don Quijote, Sancho Panza
Don Quijote
Por fin, querido confidente de mi afecto,
¿Has servido fielmente a mi pasión?
No me disfraces nada, ¿qué debo esperar?
Dime si el destino me es favorable o contrario, 1710
deja de atormentar mi mente.
Sancho
Le aseguro que mi viaje fue todo un éxito.
Don Quijote
¿Qué acogida te dio esta ilustre princesa,
por la que me consumo y suspiro sin cesar?
¿No ofendiste con mi carta a tantos reyes, 1715
quienes ahora sufren el rigor de sus leyes?
Dime si mi fortuna en algo ha mejorado
y si consta para mis sentidos morada real suya.
Sancho
¡Ay qué residencia más inusual, qué casa más excelente,
cuyo techo de paja es y de césped la pared! 1720
Don Quijote
Sé que fácilmente se engaña tu mirada,
entretenida a diario por quehaceres burdos,
y que un magnífico palacio en sus dorados artesonados
establo no más parece a tus cegados sentidos.
Por lo tanto, ese discurso absurdo no me preocupa. 1725
¿Qué hiciste cuando te aproximaste a mi reina?
¿No me confesarás, tras ver sus encantos,
— 121 —
pichou
Fig. 6. Jérôme David, Dom Quixot a l’imitation de Roland le furieux fait des
folies dans la Sierra Morena en la presence de son Escuyer partant pour porter
une lettre a Dulcinée du toboso, 1650-1652 (?), buril, 200 × 174 mm
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— 122 —
las locuras de cardenio
Sancho
Vi cosas muy distintas, y nada de eso 1735
mientras allí estuve a mis ojos se presentó.
Don Quijote
Por lo menos de engaño no me puedes acusar
cuando digo que su boca está pintada de cinabrio,
y que lanza su rostro destello resplandeciente,
que a mortales hiere y a dioses cautiva, 1740
que el hijo de Cipris81 ya no toma armas
sino en el parecido globo de sus ojos llenos de encantos,
y que en su tez se ve tan fresco esmalte
como en ese ameno lugar donde jamás invierno reside.
Sancho
¡Ay!, ¡el débil discurso en que se divierte su mente! 1745
En una palabra, es ella hermosa siendo bizca y chata,
estrecha de frente, de párpados caídos,
negra de tez, de pelos ásperos y de ojos hundidos.
Don Quijote
Si cualquier otro esas palabras me dijera,
que frívolas parecen por temeridad tuya, 1750
¡con qué severidad ese desacato yo castigaría!
Agrada pues a mi ardor hablando como se debe.
81
Cipris o Cipria, por su origen geográfico, también llamada Afrodita.
— 123 —
pichou
Sancho
La veía alegre y con cara buena,
lánguidamente sentada en costal de harina.
Me dijo: Sancho, este ilustre señor,
aunque no me lo merezco, mucho me honra. 1760
Si quisiera mi madre, estaría casada
con nuestro mozo de labranza que se lo había rogado.
Pero más me gusta tan perfecto guerrero.
Nada puede igualar semejante favor que me hace,
y, como bien sé los propósitos que emplea, 1765
hay que desgarrar su carta para que no se lea:
de amor me habla...
Don Quijote
¡Ay celestiales armonías
entre las gracias del espíritu y las maravillas del cuerpo!
Prosigue, por Dios.
Sancho
Basta, prosiguió,
con saber que tu amo tiene semejante intención. 1770
Si puedo ver al criado del párroco,
respuesta le daré, se lo aseguro;
y si vuelves a verlo, acuérdate de decirle
que ya no me escriba, que no sé leer.
Después de todo eso, viéndome del camino agotado,82 1775
me dio de almorzar83 algo de cuajada,
82
Travaillé: ‘agotado’, ‘cansado’.
83
Disner: ‘comer al mediodía’.
— 124 —
las locuras de cardenio
Don Quijote
No le dijiste pues en qué extremo
vivía yo en el horror de este retirado bosque, 1780
y es posible que hoy ese sol al que adoro
no derrame lágrimas por el tormento que desconoce.
Sancho
Me olvidé decirlo: se rió mil veces
mientras comía queso y nueces.
Don Quijote
¡Ay!, dama cruel, tras tanto cortejo 1785
aún se mofa de mis crueles suplicios.
¿Pero qué otro evento aún se nos presenta?
escena ii
Don Quijote, Sancho, Barbero, Dorotea de infanta,
Licenciado y Cardenio disfrazado
Barbero
Este es el gran guerrero, señora, acérquese.
Dorotea
Valiente restaurador de la andante caballería,
que a su moribunda gloria devuelves vida, 1790
respaldo de afligidos, espanto de soberbios,
que con tus hechos descomunales colmas el universo,
ves a tus rodillas a una exiliada infanta,
a quien tantos azotes del destino han arrasado,
a una pobre huérfana, fruto de la desgracia, 1795
que desde la otra parte del mundo a implorar tu valor acude.
— 125 —
pichou
Don Quijote
Levántese osadamente, sin par princesa,
es superable cualquier tormento que le hiera.
Aunque mi pasión al amor prometió
no dejar nunca esta funesta estancia, 1800
ya que su desgracia en otro lugar llama mis armas,
dedico mi vida al motivo de sus lágrimas.
Adonde usted quiera vayamos, ¡que la tierra y las aguas
den materia a mis hazañas nuevas!
Verá mi valor tan dispuesto como mis palabras. 1805
Barbero
¡Ay, agradable respuesta a la preocupación que nos afecta!
Don Quijote
Basta con que me diga de dónde proceden sus males,
serán solo motivo de mis proezas menores.
Dorotea
Después de tanto favor, cien veces te beso,
guerrero más temido que el dios de Tracia. 1810
¿Pero es preciso ahora despertar mis dolores
y pintar mis tormentos con los primeros colores?
(Finge estar llorando).
¡Si morirme pudiera abriéndome la herida,
aunque la esperanza me agrada y tu voz me tranquiliza!
Cardenio
El ingenioso engaño con este comienzo 1815
sin duda logrará su contento.
Licenciado
Igual que usted, hábilmente concebido me parece
y creo que nuestros deseos conseguirán feliz salida.
— 126 —
las locuras de cardenio
Dorotea
Estando reducido mi padre al final de sus días,
con agonizante voz me dijo estas palabras: 1820
hija, me dijo, ya ves que la naturaleza
me apresura para que concluya mi última aventura.
No puedo evitar el rigor del destino,
a quien mi real destino debe servir de botín.
No debieras tú nacer o ya no debiera yo vivir 1825
para que la desdicha te dejara de seguir,
pues, en cuanto mi alma haya dejado este cuerpo
para reunirse con tu madre en el valle de los muertos,
un peligroso vecino de estas fértiles riberas
declarará la guerra a tus ociosas tropas. 1830
Un infame despiadado84 del infierno abortado
pondrá todas sus fuerzas para atarte en sus grilletes,
tomará tus ciudades, y su mano carnívora
con la sangre de tus súbditos el polvo enrojecerá.
No esperes el furor de un tirano peligroso, 1835
cuyo primer asalto es siempre riguroso.
Tu salvación debe venir de un guerrero de España,
a quien favorece el cielo y acompaña la gloria.
Lo encontrarás en el triste retiro
de un espantoso desierto, donde el amor lo redujo. 1840
Implora su favor, es el único Alcides
que de ese monstruo homicida puede librarte
y devolverte, al cabo de glorioso combate,
el cetro de tus valientes antepasados poseído.
Adiós, no dudes de estos éxitos trágicos: 1845
te digo el relato de mis libros mágicos.
Con esto, su espíritu se fue más contento
por haberme enseñado lo que me importa tanto.
84
Corsaire: ‘persona sin piedad’ (vv. 1831, 2064, 2088).
— 127 —
pichou
Don Quijote
Pues, ¿encontró usted proezas de lo anunciado?
Dorotea
Te describe mi voz la sombra de mi dolor. 1850
Apenas este buen príncipe los ojos había cerrado,
cuando ese traidor arrojado como un rayo del cielo
sobre mi débil destino tremendo se volvió
e hizo de mis súbditos increíble matanza.
Don Quijote
¡Ay!, ¡cómo no estaba para darle la muerte, 1855
imprescindible vengador de tamaño daño!
¿Y por qué ahora alguna Urganda desconocida
no viene a ponerme en las nubes un momento
para detener de sopetón a ese ladrón
y con su castigo señalar mi valor? 1860
Barbero
Lleve el propósito hasta su gloria suprema,
y es el premio del trabajo hermosa diadema.
Sancho
Son de estos condados algunos para mí de verdad,
que recompensarán mi servicio y fe.
No tarde, amo, en hacer este viaje, 1865
se necesita ahora noble valentía.
Don Quijote
¡Como si mi valor necesitase aguijones,
aun cuando debiera enfrentarse con cien batallones!
No, no, no dudes de que su cabeza cortada
deba algún día aparecer en la punta de esta espada. 1870
Vamos, señora, adelantemos su muerte.
Nada debe temer caminando en mis pasos.
— 128 —
las locuras de cardenio
Dorotea
Venga, valiente guerrero, a aumentar su gloria
y cosechar los frutos de una dichosa victoria.
Sancho
Señora, tras la muerte de ese tirano malo, 1875
ya que le sirve Amadís, lo mismo hace Gandales.85
Yo siempre me conformaré con la isla en firme.
Dorotea
Entonces será cuando mis desgracias hayan terminado.
Don Quijote
Grosero, ¿no ves que en una misma dicha
igualmente se hallan la fortuna y la honra? 1880
Entremos en este castillo.
(Entra en una taberna).
Cardenio
Mire cómo es fácil
llevar por mal camino esa mente débil.86
Dorotea
¡Qué pobre extravagante!
Cardenio
Esto no es todo,
hay que favorecer ese propósito hasta su término.
85
En el Amadis de Gaula, el caballero Gandales es quien recoge y cría al
huérfano que abandonaron en una barca el rey Perión de Gaula y de la
princesa Elisena de Bretaña.
86
Imbecile: ‘débil’.
— 129 —
pichou
escena iii
Don Fernando, Luscinda,
don Félix, don Guzmán
Don Fernando
Ahora que el día nos muestra un retiro 1885
para aliviar el cansancio de tan largo recorrido,
no tema ya, Luscinda, y contemple a esos ladrones
cuyo inocente esfuerzo causó su dolor.
Se desenmascaran.
Luscinda
¡Ay dioses!, ¡qué espanto, a qué dura desdicha
me obliga el destino tanto tiempo riguroso!
Pobre Luscinda, ¡vaya dolor! ¿qué espectáculo más funesto
pudiera suscitar enemistad del cielo?
¿Qué quieren de mí, inhumanos raptores? 1895
Don Fernando
Que su afecto suceda a sus desdenes,
y que usted conceda a mi impaciencia
el descanso y el fruto de una feliz alianza.
Luscinda
Cruel, ya no vuelva a aumentar mi tormento.
Concédame la muerte o el alejamiento. 1900
— 130 —
las locuras de cardenio
Don Fernando
Luscinda, ¿de veras se atreve, con tantos incentivos provista,
aconsejarles a mis ojos que abandonen su vista?
¿Cree que puedo su amor olvidar
y preferir la noche a las delicias del día?
Su amable belleza hace mi deseo avaro 1905
por poseer algo tan escaso,
y, cuando yo perdiera la celestial antorcha,
solo quisiera la visión de una cara tan hermosa.
Luscinda
No puede conseguir lo que otro merece.
Su lealtad más me exaspera, 1910
y, ya que este rechazo puede depender de mí,
me quedaré sin vida en cuanto pierda la fidelidad.
Don Fernando
¿En absoluto el santo nudo que nos une usted respeta,
por el que cualquier otra pasión debe ser sepultada,
por el que debe dejar esas preocupaciones criminales 1915
y ajustar sus votos a los deseos paternales?
Luscinda
¿Qué leyes pueden ordenarle a mi llama,
puesto que un primer amor manda en mi alma?
Don Fernando
¿Puede eso quitarme el poder de un esposo
que en público sobre usted he conseguido? 1920
Luscinda
Otro tiene antes de usted mi libertad domada,
al que no puedo dejar sin también perder la vida.
— 131 —
pichou
Don Fernando
¿Qué le debe usted a su afección
que no consiga yo con su elección?
Luscinda
Mi alma habiendo desmentido siempre mi boca, 1925
¿Ese sentimiento forzado no le conmueve en nada?
Don Fernando
Sean el temor o el amor los autores de este bien,
ya que lo poseo, siempre mío será.
Luscinda
¡Ay!, ¡inhumano respeto que mi suplicio causaste
e hiciste de mi desgracia mi cómplice flaqueza! 1930
Fiel Cardenio, ¡ay!, si pudieras
una vez más escuchar el tono de mi voz...
escena iv
Cardenio, Dorotea, Luscinda, don Fernando,
don Félix, don Guzmán
Salen de la taberna.
Cardenio
¡Ay dioses!, ¿qué he oído?
Don Fernando
Toda la desdicha, parece,
que podía acontecerme aquí concurre.
Dorotea
¡Ay, maravilla increíble! 1935
— 132 —
las locuras de cardenio
Cardenio
¡Ay, extraordinaria dicha!
¿Aún se me permite que mi sol de nuevo vea?
¿Eres tú, Luscinda mía?
Luscinda
¿Eres tú, Cardenio?
Cardenio
¡Ay, agradable encuentro!
Luscinda
¡Ay, infinita dulzura!
Cardenio
¡Que cien veces bese yo esta boca y estos ojos!
Luscinda
Ya no tengo, viéndote, motivo para culpar a los cielos. 1940
Cardenio
¡Cuán encantados están mis sentidos con un dulce goce de alegría
en la dicha que el cielo nos envía!
Luscinda
Cruel sería el destino que nos separó,
si placeres iguales no nos hubiera preparado.
Cardenio
Hermosos ojos, cuya inocente dulzura yo culpaba, 1945
¡cuán poderosas me resultan hoy sus maravillas!
Luscinda
¡Cuánto en tu lejanía mi alma sufrió,
y cómo cualquier otro amor en vano me conmovió!
— 133 —
pichou
Don Fernando
¡Y debería yo callarme mientras ellos conversan!
Sálgase de aquí, estas gracias me pertenecen. 1950
Basta ya con que mi silencio demasiado permitió
el insolente ardor de su fuego adversario.
Cardenio
Usted es quien merece tan ajustado reproche,
indigno con solo aproximarse.
Don Fernando
Ya que su deber no lo quiere consentir, 1955
encuentre usted ahora repentina penitencia.
Cardenio
Su mentira es temible y no su espada,
tirano de mi dama tan cobardemente engañada.
Don Fernando
Mi valor siempre confirmó mis palabras:
aquí tiene con qué sofocar de sus amores las esperanzas. 1960
Cardenio
Justo es lo que pido.
Luscinda
¡Ay! ¿qué quieren hacer?
Cardenio
Sacar nuestro descanso de una necesaria desgracia.
Don Fernando
Conseguiré que hasta ese punto no llegues.
— 134 —
las locuras de cardenio
Dorotea
Déjenme que me muera y no luchen.
Don Félix
Dejen ese furor que les trastorna el alma. 1965
Don Guzmán
¿Qué, ya no piensan en el amor pasado?
Don Fernando
No, no, debemos dedicarnos a este último esfuerzo.
Dorotea
Empiece pues usted primero dándome la muerte
o considere qué licencia injusta
le hace tirano del amor y la inocencia. 1970
¿Cómo?, huye de mí, y todos sus apagados fuegos
hacen con ese desprecio seguros mis suplicios.
Vea si la inocente luz de mi mirada
conserva su poder y su gracia primera,
y si la dama que le conmovió el corazón 1975
sigue ejerciendo aquí su poder vencedor.
¿Es esta la recompensa de un amor fiel
que me devuelve el hielo de su alma cruel?
Don Fernando
Ya que el afecto hacia otra compromete mi fidelidad,
¿qué más de mí debe usted esperar todavía? 1980
Dorotea
¿Qué puedo, inhumano, esperar de mis penas?
¿Acaso no dio usted más que promesas vanas?
¡Ay!, Fernando, considere87 mi fiel amor,
87
Regarder: ‘considerar’, ‘tomar en cuenta’.
— 135 —
pichou
Don Fernando
Dos poderosos extremos, el amor y el deber,
mi mente atormentan con antagónico poder:
uno puede fácilmente excusar mi ofensa,
¿pero cómo puedo contra el otro tener alguna defensa?
¡Ay dioses!, ¡cuánto puede la inocencia en el dolor, 1995
qué culpable me siento viendo su infortunio!
(Las armas le caen de las manos).
Don Félix
Extraño cambio, sus manos dejan las armas
tan pronto como sus ojos vertieron lágrimas.
Don Fernando
Al final verá la razón triunfar:
pequeña llama quedaba que acabo de sofocar. 2000
Belleza, digno incentivo de mi primera llama,
no recuerde ya la frialdad de mi alma.
Esos besos, esos placeres, tanto tiempo aplazados,
castigan con razón el error de mis inconstantes fuegos.
Luscinda, lo consiento, ame a Cardenio. 2005
Su compartido amor ser reunido debe.
Luscinda
¡Ay, alabadas palabras de mente noble!
— 136 —
las locuras de cardenio
Dorotea
¡Qué felices hace usted nuestros destinos con una sola palabra!
Cardenio
Tras este favor, mil vidas yo perdería
y para usted raptadas felizmente las creería. 2010
Don Fernando
Solo este punto deseo: quiérame solamente
y siempre ame a Luscinda igualmente.
Ya que dificulté su amor legítimo,
salvará mi crimen un eterno servicio.
Cardenio
Dejemos ya el recuerdo de daños pasados, 2015
creo que mis males están bien compensados.
Luscinda, por fin a favor se declaró el cielo
de la legítima esperanza de duradero vínculo.
Luscinda
Sí, ojalá aquellos que de nosotros disponen
más suave ahora rostro nos muestren. 2020
Don Fernando
Entregue solo esta tarea a mi conducta.
Espero suavizar su petición adversa
y, para compensar sus amores desafortunados,
preparar a la paz sus espíritus ofendidos.
Regresemos a la ciudad. 2025
Cardenio
Vamos. Bajo sus auspicios
hallaremos a los dioses y a los hombres propicios.
— 137 —
pichou
Dorotea
También estimaría yo nuestros placeres imperfectos
si fuéramos felices sin verlos satisfechos.
Sancho (a Dorotea)
¡Qué!, ¿ya no es usted esa infanta exiliada,
que de un tirano la voluntad hacía tan desalmada? 2030
¡Qué falsa tu esperanza!, Sancho mísero,
¿dónde están tantos ducados prometidos por tu servicio?
Don Fernando
¿Qué quiere ese caballero con esas vanas quejas?
Dorotea
Es un pobre idiota al que abusaron nuestros engaños,
que de todos los amantes sirve al más divertido, 2035
a quien hemos salvado de un riguroso retiro.
Don Fernando
Reconozco ahora al criado y al amo:
ayer, su loco desvarío bastante a ver se dio
en este cercano yermo.
Dorotea
Escuche solo
cómo halagaré su débil juicio. 2040
Sancho, en absoluto crea frívolas mis promesas,
una firme actuación siempre sigue mis palabras.
En cuanto vuelva a mis pueblos...
¿Pero qué peregrino ruido me asombra los sentidos?
— 138 —
las locuras de cardenio
escena última
Don Quijote, Dorotea, Barbero, Sancho,
Licenciado, don Fernando, Cardenio, Luscinda,
don Félix, don Guzmán
dorotea
¡Dioses!, ¿será posible? ¿superó usted
a ese inhumano bárbaro, a ese salvaje indomable?
88
En la antigua Roma, designaba las nobles almas dignamente sepultadas.
89
Lo mismo que Hércules, divinidad de la fuerza y del valor.
90
El encargado de hacer cruzar a las almas la laguna Estigia.
91
Protagonista de Orlando enamorado de Matteo Maria Boiardo, y Or-
lando furioso de Ludovico Ariosto.
— 139 —
pichou
— 140 —
las locuras de cardenio
Don Quijote
No hay que dudarlo ya. 2065
Licenciado
Es verdad, hermosa infante,
que debe usted alabar su valor triunfante.
Barbero
Su alma vi surgir de borbotones de sangre,
que noble hazaña sacó de su pecho.
Sancho
¡Qué gracia me hace, qué mentira tan divertida!
Si esto sueño no es, ¡que me muera! 2070
¿Aparenta todo esto haberse hecho,
sin nadie ver ni de aquí moverse?
Don Quijote
¡Qué!, presenciaron estas maravillas mortales tantos
¿y tú el único te quedaste sin ojos ni oídos?
He luchado contra este gigante tanto, 2075
¿y el retumbar de mis golpes no te despertó,
mientras el deseo de una dichosa conquista
mi valor comprometía a expensas de su cabeza?
Vente a ver cuánta sangre...
Sancho
Ya verá al final
que de un barril de vino esta derramada sangre brota. 2080
Don Quijote
¡Ay!, el más falso de los escuderos que viven,
indigno del sol y de los bienes que lo siguen,
resuélvete a dejar tantos falsos sentimientos,
o llagarán tu insolencia castigos.
— 141 —
pichou
Dorotea
Ya está bien, guerrero magno, creemos en su derrota. 2085
Háganos solo la victoria perfecta,
pues no basta con que esfuerzo valioso
a la tumba mandara a ese malvado despiadado.
Algún traidor puede emprender todavía
avivar ese fuego que muere bajo ceniza: 2090
venga, pues, a sofocar, como noble león,
el último furor de la rebelión.
Asegure mi corona.
Don Quijote
Vamos, valiente princesa,
la haré por todo lugar absoluta dueña.
Dorotea
Ve usted a algunos de mis mejores súbditos, 2095
capaces de servir sus justos propósitos.
Don Quijote
Valientes aventureros, educados en la guerra,
cuya fuerza se conoce en los dos extremos de la tierra,
vengan conmigo a cosechar laureles
y compartir el honor de mis guerreras hazañas. 2100
Cardenio
Noble caballero formado92 en las enemigas embestidas,
nada tememos bajo respaldo de sus armas.
Don Quijote
Pues velozmente cumplamos dicho designio
que laudable ardor en su pecho alojó.
Llévenos, gran reina, adonde llama la honra, 2105
a edificar los cimientos de una paz eterna.
92
Nourry: ‘educado’, ‘formado’.
— 142 —
las locuras de cardenio
FIN
— 143 —
las locuras de cardenio
Lista de imágenes
Fig. 0. [p. 12] Tapa de la edición príncipe, 1630, Pichou, Les folies de Carde-
nio, tragi-comédie (Ed. 1630), Hachette/BNF/Gallica, París/Torrazza
Piemonte, 2023.
Fig. 1. [p. 45] Página del «Acto primero» en la edición príncipe, 1630,
Pichou, Les folies de Cardenio, tragi-comédie (Ed. 1630), Hachette/
BNF/Gallica, París/Torrazza Piemonte, 2023, p. 1.
Fig. 2. [p. 61] Página de la «Carte de Luscinda a Cardenio» en la edición
príncipe, 1630, Pichou, Les folies de Cardenio, tragi-comédie (Ed.
1630), Hachette/BNF/Gallica, París/Torrazza Piemonte, 2023, p. 23.
Fig. 3. [p. 74] Jacob Savery, Súplicas de Dorotea a don Fernando en la
venta en presencia de Luscinda y Cardenio, 1682, aguafuerte y buril,
166 × 95 mm[http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.do?sho
wYearItems=&field=todos&advanced=false&exact=on&textH=&
completeText=&text=cardenio&pageSize=1&pageSizeAbrv=30&p
ageNumber=29]
Fig. 4. [p. 89] Célestin Nanteuil, Dulcinea del Toboso, 1855, cromolitogra-
fía, 438 × 320 mm. [http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.
do?showYearItems=&field=todos&advanced=false&exact=on&te
xtH=&completeText=&text=dulcinea&pageSize=1&pageSizeAbrv
=30&pageNumber=22]
Fig. 5. [p. 102] Ricardo de los Ríos, Don Quijote bendice a Sancho antes de
llevar la carta a Dulcinea, 1881, aguafuerte y punta seca, 136 × 101
mm. [http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.do?showYear
Items=&field=todos&advanced=false&exact=on&textH=&comp
leteText=&text=quijote+dulcinea&pageSize=1&pageSizeAbrv=3
0&pageNumber=7]
Fig. 6. [p. 122] Jérôme David, Dom Quixot a l’imitation de Roland le furieux
fait des folies dans la Sierra Morena en la presence de son Escuyer
partant pour porter une lettre a Dulcinée du toboso, 1650 y 1652 (?),
buril, 200 × 174 mm. [http://bdh.bne.es/bnesearch/CompleteSearch.
do?showYearItems=&field=todos&advanced=false&exact
Fig. 7. [p. 140] Página de la «Scène dernière» de la edición príncipe, 1630,
Pichou, Les folies de Cardenio, tragi-comédie (Ed. 1630), Hachette/
BNF/Gallica, París/Torrazza Piemonte, 2023, p. 120.
— 145 —
Las locuras de Cardenio se preparó
para su publicación en el estudio de Pandiella
y Ocio (Oviedo, España) y se compuso con
las tipografías Minion Pro (Adobe) en la tripa
y Kiperman (Harbor Type) en la cubierta.
EL QUIJOTE Y SUS INTERPRETACIONES • 12
9 788486 375713
www.lunadeabajo.com