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Unidad2 Misiografia e Historia de La Mision

El documento trata sobre la historia de la misión desde los primeros cuatro siglos de la Iglesia hasta la época moderna y contemporánea. Se dividen los temas en los primeros pasos de la Iglesia en misión, la evangelización en la Edad Media y la evangelización en época Moderna y Contemporánea.
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Unidad2 Misiografia e Historia de La Mision

El documento trata sobre la historia de la misión desde los primeros cuatro siglos de la Iglesia hasta la época moderna y contemporánea. Se dividen los temas en los primeros pasos de la Iglesia en misión, la evangelización en la Edad Media y la evangelización en época Moderna y Contemporánea.
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Nombre del curso Misiografía e Historia de la Misión

Programa Virtual de Formación


Programa
Misionera
Obras Misionales Pontificias de
Facultad
Colombia

Unidad 2: Historia de la misión


Conocer los aspectos fundamentales de la historia de la misión desde los
primeros cuatro siglos de Iglesia, teniendo en cuenta las características
que ofrece el proceso evangelizador.

Temas

Tema 1: Los primeros pasos de la Iglesia en misión

Tema 2: La evangelización en la Edad Media

Tema 3: Evangelización en época Moderna y Contemporánea

Horas AD: 12

Horas TI: 36

AD: trabajo con acompañamiento docente. TI: trabajo independiente del estudiante.

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Objetivos específicos
• Reconocer los acontecimientos importantes de los inicios de la
Iglesia hasta los inicios de la Edad Media.
• Identificar los aspectos misioneros y evangelizadores presentados
durante los siglos V al XV.
• Conocer los momentos de la misión presentados durante la época
del Renacimiento, la reforma protestante y la contrarreforma
católica, todos los limitantes y los esfuerzos misioneros de la Iglesia
y sus representantes.

Introducción

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Tema 1: Los primeros pasos de la iglesia en
misión
La siguiente imagen ilustra un campo sembrado similar a como es la
evangelización y la misión en la Iglesia, pues se ha considerado a la
Iglesia como el campo donde se siembra la semilla y donde hay trigo
abundante para recoger la cosecha, es decir, donde hay hombre que
conquistar para Dios.

Figura 6

Ministerio Crecer

Nota. elaboración propia.

¿Cuándo comenzó la misión?


Los primeros pasos de la misión en la Iglesia implican la vivencia de los
primeros apóstoles de Jesús, en torno del paso del Antiguo Testamento al
nuevo. De acuerdo con lo anterior, es importante analizar los siguientes
apartados en los que se muestra como estas dos partes se complementan.

La vocación de Israel incluye una misión, que en el Antiguo


Testamento está apenas esbozada, incoada, (embrionaria), aunque

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presente y viva, pero que se desarrollará en su plenitud, en la misión
neotestamentaria de la Iglesia, después del nacimiento de la Nueva
Alianza por la muerte y resurrección de Cristo. Él se creará un pueblo
nuevo para enviarlo hasta los confines de la tierra para que todo el
universo se someta al Padre... No es descartado el modelo
veterotestamentario del pueblo elegido, sino transformado: la llamada de
Israel desemboca en la convocación de la Iglesia, la misión antigua cede
el paso a la nueva. Además, muchos eclesiólogos dicen que “la historia
de la Iglesia comenzó en el Nuevo Testamento, como supone, a su vez,
el Antiguo Testamento” (Gilli, s.f. p. 603).

Adicionalmente, toda la Iglesia del Antiguo Testamento es como una


“Preparación Evangélica” (Pablo VI, 1964, No. 16). La auténtica misión
que se inaugura con la Encarnación del que es ungido como enviado de
Salvación, Jesucristo.

Con estos dos enunciados contenidos en los anteriores párrafos, se


puede dar cuenta de que ambos testamentos se complementan, y que la
misión que el Padre Dios ha querido en la humanidad viene dada desde
los comienzos. Jesucristo viene a darle sentido a la obra creadora y a
darle plenitud, toda vez que se comprenda que el Padre Crea, el Hijo
Redime y el Espíritu Santo conduce, guía y orienta desde la santificación
y su luz.

A continuación, se presenta más información sobre la misión de


Iglesia, especialmente en América Latina.

• Chumpitaz, A (19 de abril de 2016). Una Iglesia en Misión.


www.view.genial.ly

Juan Pablo II (1990) escribió sobre la permanente validez del


mensaje misionero de la iglesia en el mundo, además invitó a la iglesia a

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vivir en misión permanente teniendo como ejemplo a Jesús y los
apóstoles. Lo que se hizo al principio del cristianismo para la misión
universal también, sigue siendo válido y urgente hoy (No. 63).

A Jesús se le dio todo el poder en el cielo y en la Tierra con el fin de


que enseñara a sus discípulos sobre como anunciar el evangelio y
bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para
obedecer todo lo que Dios les ha mandado (Mt 28: 18). De acuerdo con
lo anterior, se podría decir que la Iglesia es la misión encarnada, ya que
se nutre y vive de su palabra. Después llegaría la fiesta de Pentecostés,
es decir, el momento del Espíritu Santo, como había llegado la “Hora” de
Jesús Con este término se hace referencia al “día natalicio de la Iglesia”.

Los eclesiólogos, actualmente, indican que Pentecostés no señala el


nacimiento de la Iglesia, sino la venida al mundo como se dice de un bebé,
que después de haber estado formado en el seno materno, viene al
mundo cuando aparece a la luz y comienza a vivir la existencia humana.
La Iglesia que nace del viernes Santo, y que recibe del Espíritu en
Pentecostés el empuje, es enviada a una constante misión en el mundo
hasta la segunda venida de Jesucristo.

Así mismo, San Juan Pablo II (1990) decía que la misión de la


Iglesia, al igual que la de Jesús, es obra o, como dice a menudo Lucas,
obra del Espíritu, que después de la Resurrección y Ascensión de Jesús,
los apóstoles viven una profunda experiencia que los transforma: a esto
se le conoce como Pentecostés, venida del Espíritu Santo que los
convierte en testigos o Profetas (Hch 1: 8; 2: 17-18), infundiéndoles una
serena audacia que les impulsa a transmitir a los demás su experiencia
de Jesús y la esperanza que los anima (No. 24).

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Figura 7

El Espíritu Santo y la Iglesia

Nota. Tomado de www.aciprensa.com

La Iglesia primitiva siguió la metodología misionera o caminos de


evangelización, fundamentalmente esos caminos o vías de evangelización
son: primero el testimonio de vida, luego el anuncio Kerigmático, después
la conversión, enseguida el Bautismo y finalmente la formación de la
Iglesia Particular.

Se debe apreciar cómo la Comunidad eclesial de Jerusalén primero


experimentó la realidad de su fe y luego salió a dar testimonio de ella,
porque es necesaria una radical conversión de la mentalidad para hacerse
misioneros, y esto vale tanto para las personas, como para las
comunidades.

Un primer caso de la misión Ad gentes (1965) se presentó con uno


de los llamados “Temerosos de Dios”, es decir, aquellos paganos que
buscaban de buena voluntad a Dios, pero que no se sometían a la ley de
Moisés en aquello de la circuncisión. Fue el caso de Felipe con el
funcionario de etíope que se narra en (Hch 8: 26-40).

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Mientras tanto, apóstoles como Pedro, afirmaba que “a un judío su
religión le prohíbe tener tratos con extranjeros, o entrar en sus casas”
(Hch 10: 28); y hasta continuaban estrictamente ceñidos a la ley
veterotestamentaria, es decir, la del Antiguo Testamento (cfr. Levítico
11), considerando profano lo que Dios ya ha purificado.

Pedro y los Once apóstoles aún no habían pasado las barreras


prepascuales para lanzarse a una misión pospascual sin fronteras, como
es la del resucitado. Los apóstoles todavía estaban siguiendo las
estructuras de una misión preparatoria (Mt 1: 5), con la cual el Maestro
había querido dar cumplimiento a las promesas del Antiguo Testamento.
Los apóstoles no acababan de entender que la misión de la Nueva Alianza
a la que ellos habían sido enviados en Pentecostés era universal, para
todos los hombres y en todas partes.

Los siguientes recursos de profundización le permiten ampliar los


horizontes de comprensión del tema tratado anteriormente.

Recursos de Profundización
Con el siguiente texto podrá profundizar sobre la misión de la Iglesia y
nuestra misión, las cuales se fundamentan en la comunión y participación
de la verdad.

• PONTIFICIUM OPUS A SANCTA INFANTIA. (s.f.). La misión de la


iglesia y nuestra misión. www.vatican.va

En el siguiente enlace encontrarán un concepto claro y conciso de porqué


el Espíritu Santo es el Señor de nuestros tiempos, guía y luz en el caminar
misionero.

• Aciprensa. (s.f.). El espíritu santo y la iglesia. www.aciprensa.com

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Tema 2: La evangelización en la Edad Media
Figura 8

Evangelización edad media

Nota. Tomado de www.historiaevangelizacion.com

Le Edad Media, también llamado Medioevo, hace referencia a un periodo


histórico comprendido más o menos entre los siglos V y XV de la era
cristiana, que está enmarcado por las dos grandes civilizaciones, la
antigua y la moderna.

Originalmente el término “Medioevo” fue empleado por los


alemanes para hablar de un periodo bien definido de la historia concreta
europea, pero más adelante el término ha venido a ser de uso común
entre todos los que hablan de historia en general.

En la Edad Media, el esfuerzo y dinamismo misionero decayó


comparado con el entusiasmo vibrante de la iglesia primitiva. Sin
embargo, antes de emitir cualquier juicio, es importante resaltar que, en
la iglesia primitiva la novedad misma del cristianismo favoreció su

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propagación, mientras que en el Medioevo se implementó toda la
consolidación doctrinal de las estructuras, un trabajo serio de
evangelización, pero de menos ostentación.

Adicionalmente, si es cierto que en la iglesia primitiva florecieron


muchas comunidades eclesiales, también es de reconocer que en la Edad
Media vibró la vida monacal y nacieron las grandes Órdenes Mendicantes,
las cuales eran órdenes religiosas caracterizadas por vivir de la limosna
de los demás y que está conformada por hermanos llamados frailes,
hermanas llamadas sores y terciarios antiguamente llamados hermanos
de penitencia.

Como se presentó en la primera unidad la iglesia primitiva trabajó


intensamente, tanto en la actividad de la primera evangelización como en
la pastoral, pero a pesar del arduo trabajo no se finalizó toda la labor de
evangelización.

De acuerdo con lo anterior, conocer los horizontes y las


posibilidades de la misión, permite que los cristianos estén atendo al
llamado de Dios y la valentía apostólica. En este sentido, la Iglesia debe
afrontar diversos desafíos, proyectándose hacia nuevas fronteras, tanto
en la Primera Misión Ad Gentes, como en la nueva evangelización de
pueblos que han recibido ya el anuncio de Cristo (Juan Pablo II, 1990, No.
30).

En la Edad Media se puede constatar cómo es cierto que en la


evangelización algunas actividades eclesiales están unidas con una real y
creciente interdependencia, cada una fluye en la otra, la estimula y la
ayuda (Juan Pablo II, 1990, No. 34), de tal modo que cuando se
intensifica la Misión, se multiplica la urgencia de la atención Pastoral, y
viceversa.

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Una experiencia que se debe contar
Tal vez lo único que se pueda afirmar, como juicio, es que la Actividad
Misionera Específica del Medioevo estuvo caracterizada por ser “trabajo
disperso”, es decir, sin una coordinación general que uniera los recursos
humanos y los métodos de acción. Pudo haber sido las dificultades de
comunicación, la falta de medios, las distancias casi insalvables o la
diversidad de las culturas lo que determinó que todos esos maravillosos
trabajos misioneros Ad gentes aparezcan hoy como iniciativas
individuales o congregacionales, no como indicativo de una Iglesia
Universal comprometida en su labor misionera (Hertling, 1989, p. 320).

Precisamente, para salvar esa dispersión misionera el Papa Juan


Pablo II (1990) dijo que “un aspecto positivo de la situación religiosa
actual es la llamada vuelta o repatriación de las Misiones a la Misión de la
Iglesia” (No. 32) y se busca que toda Actividad Específica de Misión Ad
gentes sea tenida como iniciativa de la Iglesia Universal, desde y hacia
las Iglesias Particulares. Adicionalmente, Juan Pablo II (1990) decía que
las fuerzas misioneras provenientes de otras Iglesias y países deben
actuar en comunión con las Iglesias locales (particulares) para el
desarrollo de la comunidad cristiana. En particular, concierne a ellas
siguiendo siempre las directrices de los obispos y en colaboración con los
responsables del lugar- promover la difusión de la fe y la expansión de la
Iglesia en los ambientes y grupos no cristianos (No. 49).

Es por eso por lo que hoy se insiste mucho en que los auténticos y
genuinos misioneros son “los enviados por la autoridad legítima, que se
dirigen por la fe y obediencia a los que están alejados de Cristo porque
han sido segregados para la obra a que han sido llamados, como ministros
del evangelio” (Juan Pablo II, 1990, No. 66).

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La actividad pastoral en el Medioevo
La Iglesia comenzó con gran entusiasmo a lucir la paz constantiniana,
como una época de prosperidad Pastoral. Veamos a continuación cada
una de las siguientes características que permitió la formación pastoral.

Libertad política y acción pastoral


Figura 9

Constantino, primer emperador cristiano

Nota. Tomado de www.cristianotas.com

Constantino hizo devolver a los cristianos todos los bienes que les habían
sido confiscados, regaló a los papas el palacio de Letrán, construyó las
Basílicas de San Pedro en el Vaticano y la de San Lorenzo, fuera de los
muros de Roma, libertó el Clero de todos los servicios municipales,
estableció el descanso dominical, declaró válida la emancipación de

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esclavos hecha ante la Iglesia, consolidó el fuero eclesiástico o episcopal,
otorgó a los obispos poderes judiciales sobre los eclesiásticos, hizo
desaparecer los signos paganos de las monedas, y en su lugar mandó
cincelar el monograma de Cristo; finalmente, emprendió con especial
energía una batalla positiva contra el paganismo.

Más aún, a finales del siglo IV, el Emperador Teodosio el Grande,


para cristianizar el imperio, llega a declarar fuera de la ley a los paganos.
Pero, definitivamente, no es con leyes ni con espadas, sino con la justicia,
la verdad y el amor como se implanta la Iglesia de Jesucristo, que es la
comunidad de los esforzados, pero no de los violentos. Cada vez la
historia nos da la lección de que es cierto lo que afirma San Pablo: “Todos
los que aspiran a vivir piadosamente sufrirán persecuciones” (2 Tim 3:
12); por eso mismo esa paz política fue efímera.

Los territorios diocesanos


Para organizar su gobierno, el Emperador Constantino dividió su imperio
en cuatro prefecturas: Oriente, Ilírico, Italia y Galia, con catorce diócesis
y 116 provincias. Estas diócesis y provincias fueron luego la base de las
divisiones de las provincias diócesis eclesiales (Rossi, s.f., p. 734). En el
Vaticano II se cuestionó mucho la denominación “diócesis” para señalar
da porción del Pueblo de Dios, en la que se encuentra y opera
verdaderamente la Iglesia de Cristo, y se dijo que esa denominación tenía
un sentido netamente político, y se optó por la denominación Iglesia
particular, que tiene sentido estrictamente teológico.

En los comienzos de la Edad Media había numerosas Diócesis o


Iglesias Particulares, y algunas de ellas muy insignes, como Capadocia
con San Basilio, Milán con San Ambrosio, Constantinopla con San Juan

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Crisóstomo, Roma con San Hilario, Tours con San Martín, Jerusalén con
San Cirilo, etc.

¿Qué son los concilios?


Son signos de la vitalidad y dinamismo pastoral que tenía la Iglesia del
Medioevo, eran Ecuménicos si estaban convocados para regir sobre la
Iglesia Universal, generales si eran de índole nacional, provinciales,
cuando eran de carácter provincial. A continuación, se describen los
veintiún concilios ecuménicos de la época.

Nicea I en 325 (asistieron 300 Obispos)


• Primer Concilio de Nisea: El concilio de Nicea duró dos meses y
doce días. Contó con la asistencia de trescientos
dieciocho obispos. Hosio, obispo de Córdoba, asistió
como legado del Papa San Silvestre I. El
emperador Constantino también estaba presente. A este concilio le
debemos el Credo (Symbolum) de Nicea, que definió
contra Arrio la verdadera divinidad del Hijo de Dios (homoousion),
así como la fijación de la fecha para celebrar la
Pascua de Resurrección (contra los cuartodecimanos) (Enciclopedia
Católica Online, 2019, párr. 1).

Constantinopla I en 381 (asistieron 150 Obispos)


• Segundo Concilio Ecuménico: Primer Concilio Ecuménico de
Constantinopla (381). A este concilio, bajo el Papa Dámaso y el
emperador Teodosio I, asistieron 150 obispos. Se dirigía contra
los macedonios, los cuales impugnaban la divinidad del Espíritu
Santo. Añadió al Credo de Nicea las cláusulas que se refieren al

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Espíritu Santo (qui simul adoratur) y todo lo que sigue hasta el final
(Enciclopedia Católica Online, 2019 párr. 2).

Éfeso en 431 (con 198 Obispos)


• Tercer Concilio Ecuménico: El Concilio de Éfeso (431), con más
de doscientos obispos, fue presidido por San Cirilo de
Alejandría representando al Papa San Celestino I, definió la
verdadera unidad personal de Jesucristo, declaró a María la Madre
de Dios (theotokos) contra Nestorio, obispo de Constantinopla y
renovó la condena de Pelagio (Enciclopedia Católica Online, 2019,
párr. 3)

Calcedonia en 451 (con 500 Obispos)


• Cuarto Concilio Ecuménico: en el Concilio de Calcedonia (451)
doscientos cincuenta obispos, bajo el Papa San León I Magno y el
emperador Marciano, definió las dos naturalezas (Divina y humana)
en Cristo contra Eutiques, quien fue excomulgado (Enciclopedia
Católica Online, 2019, párr. 4).

Constantinopla II en 553 (con 164 Obispos)


• Quinto Concilio Ecuménico: el Segundo Concilio Ecuménico de
Constantinopla (553), de 615 obispos bajo el Papa Virgilio y el
emperador Justiniano I, condenó los errores de Orígenes y ciertos
escritos (los Tres Capítulos) de Teodoreto, de Teodoreto, obispo
de Mopsuestia y de Ibas, obispo de Edesa. Confirmó los cuatro
primeros concilios generales, especialmente el de Calcedonia, cuya
autorizad era discutida por algunos herejes (Enciclopedia Católica
Online, 2019, párr. 5).

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Constantinopla III en 680 (con 174 Obispos)
• Sexto Concilio Ecuménico: al Tercer Concilio Ecuménico de
Constantinopla (680-681), bajo el Papa Agatón y el emperador
Constantino Pogonato, asistieron los patriarcas de Constantinopla y
Antioquía, 174 obispos y el emperador. Puso fin
al monotelismo definiendo las dos voluntades en Cristo, la divina y
la humana, como dos principios distintos de
operación. Anatematizó a Sergio, Pirro, Pablo, Macario y a todos sus
seguidores (Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 6).

Nicea II en 787 (con 330 Obispos)


• Séptimo Concilio Ecuménico: Nicea II (787). El Segundo Concilio
de Nicea (787) fue convocado por el emperador Constantino VI y
su madre Irene, bajo el Papa Adriano I; presidido por los legados
del Papa Adriano; reguló la veneración de imágenes sagradas.
Asistieron entre 300 y 367 obispos (Enciclopedia Católica Online,
2019, párr. 7).

Constantinopla IV en 869 (con 103 Obispos)


• Octavo Concilio Ecuménico: IV (869). El Cuarto Concilio
Ecuménico de Constantinopla (869), bajo el Papa Adriano II y el
emperador Basilio, contó 102 obispos, 3 legados Papales y 4
patriarcas, arrojó a las llamas las Actas de un concilio irregular
(conciliabulum) reunido por Focio contra el Papa San Nicolás I e
Ignacio, el patriarca legítimo de Constantinopla. Condenó a Focio,
que se había apoderado ilegalmente de la dignidad patriarcal. El
cisma de Focio, sin embargo, triunfó en la Iglesia Griega y ya no
volvió a celebrarse en Oriente ningún otro concilio general
(Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 8)

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Lateranense I en 1123 (con 300 Obispos)
• Noveno Concilio Ecuménico: el Primer Concilio de Letrán (1123),
el primero celebrado en Roma, se reunió bajo el Papa Calixto II.
Asistieron alrededor de 900 obispos y abades. Abolió el derecho que
reclamaban los príncipes laicos de la investidura con un anillo y
báculo de los beneficios eclesiásticos y trató de la disciplina de la
Iglesia y de la recuperación de Tierra Santa de manos de los infieles
(Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 9).

Lateranense II en 1139 (con 500 Obispos)


• Décimo Concilio Ecuménico: el Segundo Concilio de Letrán
(1139) se celebró en Roma bajo el Papa Inocencio II, con la
asistencia de unos mil prelados y el emperador Conrado. Su objetivo
fue poner fin a los errores de Arnoldo de Brescia (Enciclopedia
Católica Online, 2019, párr. 10).

Lateranense III en 1179 (con 300 Obispos)


• Undécimo Concilio Ecuménico: el Tercer Concilio de Letrán
(1179) se efectuó bajo el Papa Alejandro III y el emperador
Federico I. Hubo trescientos dos obispos presentes. Condenó a los
albigenses y valdenses y emitió numerosos decretos para la reforma
de la moral (Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 11).

Lateranense IV en 1215 (con 412 Obispos)


• Duodécimo Concilio Ecuménico: el Cuarto Concilio de Letrán
(1215) se realizó bajo el pontificado del Papa Inocencio III.
Estuvieron presentes los patriarcas de Constantinopla y Jerusalén,
71 arzobispos, 412 obispos y 800 abades, el primado de los

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maronitas y Santo Domingo Guzmán. Emitió un credo ampliado
(símbolo) contra los albigenses (Firmiter credimus), condenó los
errores trinitarios del abad Joaquín y publicó setenta importantes
decretos reformatorios. Es el más importante concilio de la Edad
Media y marca el punto culminante de la vida eclesiástica y del
poder Papal. (Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 12).

Lión I en 1245 (con 150 Obispos)


• Décimo Tercer Concilio Ecuménico: el Primer Concilio General
de Lyons (1245) fue presidido por el Papa Inocencio IV, los
patriarcas de Constantinopla, Antioquía y Aquilea (Venecia), 140
obispos, el emperador de oriente Balduino II. Asistió San Luis rey
de Francia. Excomulgó y depuso al emperador Federico II y dirigió
una nueva cruzada, bajo el mando de San Luis contra los sarracenos
y mongoles (Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 13).

Lión II en 1274 (con 200 Obispos)


• Decimocuarto Concilio Ecuménico: el Segundo Concilio General
de Lyons (1274) fue realizado por el Papa Gregorio X, los patriarcas
de Constantinopla y Antioquía, 15 cardenales, 500 obispos y más
de 1000 otros dignatarios. Logró una reunión temporal de la Iglesia
Griega con Roma. Se añadió al símbolo de Constantinopla la palabra
Filioque y se intentó encontrar medios para recuperar Palestina de
los turcos. Se establecieron reglas para las elecciones Papales.
Viena en 1311 (con 130 Obispos) (Enciclopedia Católica Online,
2019, párr. 14).

• Decimoquinto Concilio Ecuménico: El Concilio de Vienne (1311-


1313) fue celebrado en esa ciudad francesa por orden del Papa

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Clemente V, el primero de los Papas de Aviñón. Asistieron los
patriarcas de Alejandría y Antioquía, 300 obispos (114 según
algunas autoridades) y 3 reyes: Felipe IV de Francia, Eduardo II de
Inglaterra y Jaime II de Aragón. El sínodo trató sobre los crímenes
y errores atribuidos a los Caballeros Templarios, los Fraticelli y los
begardos y las beguinas, proyectando una nueva cruzada, la
reforma del clero y la enseñanza de idiomas orientales en las
universidades (Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 15).

• Decimosexto Concilio Ecuménico: el Concilio de


Constanza (1414-1418) se celebró durante el Gran Cisma de
Occidente con el objeto de terminar con las divisiones dentro de la
Iglesia. Solamente se convirtió en legítimo cuando el Papa Gregorio
XI lo convocó formalmente, y por ello logró poner fin
al cisma eligiendo al Papa Martín V, lo que el Concilio de Pisa (1403)
no había logrado conseguir por su ilegalidad. El papa legítimo
confirmó los decretos anteriores del sínodo contra John Wyclif y Jan
Hus. Así pues, este concilio es ecuménico sólo en sus últimas
sesiones (XLII - XLV inclusive) y respecto a los decretos de las
sesiones anteriores aprobados por Martín V. (Enciclopedia Católica
Online, 2019, párr. 16).

• Decimoséptimo Concilio Ecuménico: Basilea-Ferrara-Florencia


(1431-1439). El Concilio de Basilea se reunió primero en esa
ciudad, siendo bajo el pontificado de Eugenio IV y Segismundo
emperador del Sacro Imperio Romano. Su objetivo fue lograr la
pacificación religiosa de Bohemia. Surgieron dificultades con el Papa
y el concilio se trasladó primero a Ferrara (1438), y después a
Florencia (1439), donde se logró una unión breve con la Iglesia
Griega, habiendo aceptado los griegos las definiciones de los puntos

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controvertidos del concilio El Concilio de Basilea es sólo ecuménico
hasta el final de la vigésimo quinta sesión y de sus decretos,
Eugenio IV aprobó solamente los que trataban de la extirpación de
la herejía, la paz en la cristiandad y la reforma de la Iglesia y los
que al mismo tiempo no derogaban los derechos de la Santa Sede
(Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 18).

• Decimoctavo Concilio Ecuménico: (1512-1517). El Quinto


Concilio de Letrán (1512–1517), bajo los Papas Julio II y León X,
siendo emperador Maximiliano I. Asistieron 15 cardenales y
alrededor de 80 arzobispos y obispos. Sus decretos son
principalmente disciplinarios. Se planteó también una nueva
cruzada contra los turcos, que quedó en nada, debido al cataclismo
religioso en Alemania causado por Martín Lutero (Enciclopedia
Católica Online, 2019, párr. 18).

• Decimonoveno Concilio Ecuménico: el Concilio de Trento duró


18 años (1545-1563), bajo cinco Papas, Paulo III, Julio III, Marcelo
II, Paulo IV y Pío IV, y bajo los emperadores Carlos V y Fernando.
Estuvieron presentes 5 cardenales legados de la Santa Sede, 3
patriarcas, 33 arzobispos, 235 obispos, 7 abades, 7 generales de
órdenes monásticas y 160 doctores en teología. Se convocó para
examinar y condenar los errores promulgados por Lutero y
otros reformadores y para reformar la disciplina eclesiástica. Es el
concilio de más larga duración, publicó la mayor cantidad de
decretos dogmáticos y reformatorios y produjo los resultados más
benéficos (Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 19).

• Vigésimo Concilio Ecuménico: el Concilio Vaticano I (1869-


1870) fue convocado por el Papa Pío IX. Se reunió el 8 de diciembre

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de 1869 y duró hasta el 18 de julio de 1870, y no terminó, sino que
fue interrumpido por la invasión de los Estados Pontificios por las
tropas piamontesas. El 20 de octubre el Papa publicó la bula
“Postquam Dei muner”, la cual prorrogaba el concilio
indefinidamente. Estaban presentes 49 cardenales, 11 patriarcas,
680 arzobispos y obispos, 28 abades, 29 generales de órdenes
religiosas; 803 en total. Además de importantes cánones sobre
la fe y la constitución de la Iglesia, el concilio decretó
la infalibilidad del Papa cuando habla ex cátedra, es decir, cuando
como pastor y maestro de todos los cristianos define
una doctrina sobre la fe o moral que ha de observar toda la Iglesia
(Enciclopedia Católica Online, 2019, párr. 20).

• Vigésimo Primer Concilio Ecuménico: Concilio Vaticano


II (1962-1965). (N. del T.). El artículo es de principios del siglo XX,
por lo que añado provisionalmente una breve nota sobre este
concilio: fue convocado por el Papa Juan XXIII, tuvo cuatro
sesiones; la primera la presidió en 1962, Juan XXIII que murió el 3
de junio de 1963. Las otras tres etapas fueron convocadas y
presididas por su sucesor, Papa Paulo VI, hasta su clausura en
1965. Ha sido el concilio más representativo de todos; asistieron
alrededor de mil padres conciliares de todo el mundo y miembros
de otras confesiones cristianas. La finalidad del concilio fue el
"aggiornamento" o puesta al día de la Iglesia, renovando lo viejo,
revisando el fondo y la forma de su acción, en un diálogo con el
mundo moderno. No hubo definiciones dogmáticas (Enciclopedia
Católica Online, 2019, párr. 21).

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Solamente en España, en 122 años, entre la Conversión de Recaredo (año
589 d.C.) y la caída del reino visigodo (año 711 d.C.) hubo 26 Concilios,
once de los cuales fueron generales y 18 realizados en Toledo. También
los hubo muy significativos en Francia (3 en París, 1 en Orleans, etc.) y
en Italia (en Roma y Milán).

Algo de lo cual estuvo muy atenta la Iglesia Universal en toda la


Edad Media fue de la primacía del Pontífice Romano, como sucesor del
Apóstol Pedro, muerto en Roma crucificado hacía el 67 o 68 d.C., donde
había llegado hacia el año 42 d.C.

¿Cómo se instauraron las primeras parroquias?


Las primeras parroquias se instauraron con la organización de la
estructura eclesial, es decir, asignando un sacerdote como párroco
(recordar que en la cristiandad primitiva no se conocían las parroquias).
Cada comunidad tenía un obispo. Cuando se formaba otra comunidad en
otro lugar, recibía igualmente su Obispo propio. A partir de los siglos V y
VI no se establecieron más sedes episcopales en los lugares de poca
importancia, las comunidades menores eran regidas por sacerdotes que
dependían del Obispo de la localidad principal. El título de Párroco
apareció hasta el siglo XVI.

Órdenes mendicantes
El tiempo de las Órdenes Mendicantes, cuyos miembros practicaban la
cura de almas, no valiéndose de unos derechos, sino en virtud de una
confianza mutua. Los hombres no tenían que ir a ellos, sino que eran ellos
los que iban a los hombres, su propósito no es forzar, convencer,
enseñar... se aproximan a los campesinos, a los niños, soldados, a los

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presos, a los herejes y paganos. De este modo, empieza con ellos un
capítulo totalmente nuevo en la historia del ministerio pastoral.

Entre las Órdenes Mendicantes están los Franciscanos, los


Carmelitas, los Agustinos, quienes para contemporizar la nueva cultura
organizan su respectiva orden en tres grados: primera orden para
Sacerdotes, segunda orden para Religiosas, tercera orden para laicos o
seculares.

Como conclusión, se pueden inferir que la actividad pastoral que la


Iglesia desarrolló en esa época se mantuvo fiel a su misión para llegar a
todos los pueblos, llevando de forma oportuna la buena nueva del
evangelio.

El siguiente recurso de profundización le permite ampliar los horizontes


de comprensión del tema tratado anteriormente.

Recursos de Profundización
El siguiente texto permite comprender sobre la relación Iglesia-Estado en
la Edad Media, adicionalmente, la política, el cesaropapismo y la teoría de
las dos espadas.

• De Porras, A. (s.f.). El Laberinto y el Hilo de Ariadna. La relación


Iglesia-Estado en la Edad Media. www.filex.es

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Tema 3: La evangelización en la edad moderna y
contemporánea
Figura 10

El Renacimiento

Nota. Tomado de www.enciclopediadehistoria.com

Después de la etapa medieval, sobrevino una época que convulsionó las


tendencias y actitudes de la ciencia, la religión y la sociedad. Fue como
un brusco despertar de la humanidad, un desperezarse del tedioso
acontecimiento de la Edad Media, para lanzarse por nuevos horizontes en
la búsqueda de soluciones humanas a los interrogantes existenciales.

La primera tendencia fue el Renacimiento o Humanismo, que


buscaba encontrar la esencia del hombre que debía oponerse al
“Bárbaro”. La convivencia obligada con aquellos hombres de culturas tan
ajenas al tipo y latino había cuestionado las bases mismas de la cultura
tradicional, y había que encontrar la manera de relacionar de nuevo al
hombre con la naturaleza, con la sociedad y con Dios.

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Seguro que esta manera de pensar y de resolver las situaciones no
había aparecido de improviso ni brotado de la nada, sino que era el
resultado lógico de una metodología escolástica que analizaba, y luego
deducía.

Efectos de la reforma
Se puede afirmar que con la Reforma Protestante la Iglesia Católica, como
en el siglo XI con el Cisma de Oriente, padeció un estancamiento de sus
fuerzas en el dinamismo misionero y pastoral.

Divisiones dolorosas
Durante 75 años (desde 1305 cuando el papa Clemente V se hizo
consagrar en Lión y estableció su residencia en Aviñón, hasta Urbano VI
que le elegido por el primer Conclave tenido en el Vaticano) los papas no
vivieron en Roma, sino en Aviñón (Francia) y dieron la impresión de ser
más conductores políticos que Jefes Espirituales y Guías Morales del
Pueblo de Dios.

Cuando ya los Pontífices estaban en Roma sobrevino entonces el


doloroso Cisma de Occidente que duró 39 años (1378-1417), que, si no
fue tan desastroso como el de Oriente, sí desmoralizó mucho a los
creyentes y debilitó de sobremanera el dinamismo misionero.

Cristianos por millones


Por esta época, siglos XIII y siguientes, la Iglesia Católica podría contar
con más de treinta millones de fieles. En comparación con la Antigüedad,
el territorio de la Iglesia se ha empequeñecido, pero ha crecido en cambio
su cohesión, su unidad y su energía interior. El número de Diócesis en el
siglo XIII serían unas quinientas, teniendo en cuenta que había unas de

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ellas que procedían de la época romano-bizantina que más bien parecían
parroquias. Más adelante, en el siglo XX, vamos a ver cómo en Italia se
da el caso de fundir hasta cinco de esas antiguas sedes episcopales en
una sola Diócesis.

La peste negra
A mediados del siglo XIV acaeció en Europa la más grave de las epidemias
conocidas en la historia como la «Peste negra», que muchos consideraron
como un visible castigo de Dios para una humanidad que lo pretendía
relegar en el olvido. La peste sirvió, sí, para que muchos cristianos
relajados volvieran a buscar a Dios en los Sacramentos de la Iglesia.

El monje Martín Lutero


En este clima de debilitamiento en la fe cristiana, por la crisis del
crecimiento renacentista, aparece en la escena el monje Agustino Martín
Lutero (1483-1546), quien se aprovechó del desconcierto espiritual para
dar a conocer al público inquieto una nueva doctrina sobre la justificación
por la sola fe, sin necesidad de obras. Al relajamiento moral que existía,
sonó muy bien aquello de “peca, pero cree fuertemente y te salvarás” que
predicaba el monje Lutero.

No hubo un pontífice ni un concilio que, con decisión y prontitud,


proclamara la doctrina explícita para responder y contrarrestar las
noventa y cinco tesis que presentaba Lutero en su plataforma teológica.

La reforma protestante
En 1526, mientras se reunía un Concilio general, se reconoció a los
príncipes seguidores de Lutero el derecho de “reformar” la religión, es
decir, que cada príncipe podía introducir o conservar en sus dominios la

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forma de religión que mejor le pareciera. Así comenzó la Reforma; cuando
a los tres años (1529) se pretendió acabar con esa «reforma», vino la
protesta, y así se concretó la Reforma Protestante.

La religión según la del príncipe


Más que los Pontífices León X (1513-1521), Adriano VI (1522-1523),
Clemente VII (1523-1534) y Paulo III (1534-1549), fue el Emperador
Carlos V quien luchó contra la Reforma Protestante, aunque finalmente,
en 1555, se le reconoció al protestantismo la igualdad de derechos con la
fe católica, y a los príncipes el derecho de decidir cuál religión debía
prevalecer en cada territorio. Esta es la ley protestante “Cuíus regío eíus
religío” de tal región tal religión, que tantos problemas ha puesto a la
evangelización

Definitivamente, la Iglesia Católica había perdido un buen partido


en la historia de la evangelización y, de ahora en adelante, habrá de
redoblar sus esfuerzos para no perder terreno en su misión salvífica,
enfrentada a un nuevo enemigo.

Protestantes y política
Motivados por la Reforma Protestante, rápidamente los gobiernos de
Suiza, Ginebra, Inglaterra, Alemania, Suecia, Noruega y Dinamarca se
adhirieron a Lutero y a sus inmediatos colaboradores, Zuinglio y Calvino.
Uno de los casos más infortunados fue el de Enrique VIII, Rey de
Inglaterra. Cuando apareció Lutero con su tesis, Enrique VIII escribió un
libro contra él y contra sus teorías religiosas, lo que le valió al Rey que el
Papa León X le concediera el título de «Defensor de la Fe», título que aún
hoy ostentan los reyes de Inglaterra. Más adelante, Enrique VIII pretendió
repudiar a su legítima esposa Catalina, hija de los Reyes Católicos de

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España Fernando e Isabel, para casarse con Ana Bolena. Como el Papa
Clemente VII no le declaró nulo su matrimonio con Catalina, Enrique VIII
en 1534 se alió con Tomás Cranmer, arzobispo protestante de
Canterbury, y “declaró que la Iglesia Inglesa quedaba separada de la
Romana y substituyó la jurisdicción Papal por la supremacía del Rey”

El resultado fue tan fatal que, a mediados del siglo XVI, una gran
parte de Europa se había separado de la Iglesia Católica, hasta el punto
de que totalmente fieles no continuaban siéndolo sino Italia y España.

La contrarreforma católica
Al papa Paulo III (1534-1549) hay que reconocerle que buscó
decididamente darle un rumbo nuevo a la vida de la Iglesia,
emprendiendo desde la Sede de San Pedro lo que se ha llamado
Contrarreforma o, más acertadamente “Restauración católica”. El papa
comenzó la restauración de la vida cristiana con la reforma de esta Santa
Sede y del Colegio Cardenalicio, moralizando la vida misma de los
pastores, luego promoviendo una reforma litúrgica y haciendo luego una
revisión doctrinal de las tesis del protestantismo.

Desafortunadamente, Paulo III no pudo sofocar las llamas del incendio


protestante, pero ya se había encendido de nuevo el dinamismo cristiano
para la actividad pastoral y la Misión Ad gentes, que los pontífices
siguientes habrían de secundar.

Nueva primavera católica


Comenzó así, a mitad del siglo XVI, una nueva primavera de esperanza
eclesial. De nuevo hubo sacerdotes que se entregaron de lleno, y con
alegría, a la cura de almas, sin estar sometidos a las normas monacales,

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los llamados “Clérigos reformados” o “Clérigos regulares”, que son el
inicio del actual “Presbiterio Diocesano”.

También estaban ya los padres Teatinos, los Barnabitas, los


Capuchinos, pero fue precisamente Paulo III, en 1540, quien aprobó la
Compañía de Jesús de San Ignacio de Loyola, para que los Jesuitas fueran
los Clérigos regulares que, reformados y reformadores, se encargaran de
promover, en el momento eclesial, una nueva vida de evangelización,
dando así por superada esta época crítica de la Iglesia y de prueba para
la obra de la evangelización.

Los siguientes recursos de profundización le permite ampliar los


horizontes de comprensión del tema tratado anteriormente.

Recursos de Profundización
En el siguiente recurso, encontrará una visión más amplia con la historia
de la Iglesia que ha marcado de manera significativa la evangelización.

• Reyes, A. (s.f.). Historia de la Iglesia Moderna y Contemporánea.


www.slideplayer.es

En el siguiente texto, encontrará más información sobre aspectos de la


Iglesia en la Edad Media, las situaciones más destacadas en su
organización, el clero, los debates de fe y de jerarquía. Las decisiones
tomadas por los jerarcas y los reyes. En fin, momentos muy relevantes
que aclaran todo lo sucedido en esta época del Medievo tan convulsionada
por tantos cambios que hubo y por tanta actividad misionera.

• Historia Universal. (s.f.). La Iglesia en la Edad Media.


www.mihistoriauniversal.com

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Referencias
Enciclopedia Católica Online. (21 de septiembre de 2019). Los 21
concilios ecuménicos. www.ec.aciprensa.com

Gilli, A. (s.f.). Misteri pagani, en P. CHIOCCHETTA (diretto da).


Dizionario Storico religioso.

Hertling, L. (1989). Historia de la Iglesia. Ed Herder. www.epdf.pub

Juan Pablo II (Sumo Pontífice). (1990). Redemptoris Missio. Sobre la


permanente validez del mensaje misionero en la Iglesia.
www.vatican.va

Pablo VI. (1965). Carta encíclica Ecclessiam Suam. www.vatican.va

Rossi Sabatini, G. (s.f.). Patronatus, en P. CHIOCCHETTA.

San Pablo. (s.f). Biblia Latinoamericana. www.sanpablo.es

Bibliografía complementaria
Católico.org. (s.f.). Diccionario Teológico. www.catolico.org

CONCILIO VAT. II. (28 de noviembre 1965). Decreto Apostolicam


Actuositatem, sobre el apostolado de los seglares. www.vatican.va

CONCILIO VAT. II. (28 de octubre 1965). Decreto Christus Dominus,


sobre el oficio pastoral de los Obispos. www.vatican.va

Chumpitaz, A. (19 de abril de 2016). Una Iglesia en Misión.


www.prezi.com

De Porras, A. (s.f.). El Laberinto y el Hilo de Ariadna. La relación Iglesia-


Estado en la Edad Media. www.filex.es

Página 29 de 30
Historia Universal. (s.f.). La Iglesia en la edad Media. Imagen.
www.mihistoriauniversal.com

Juan Pablo II (Sumo Pontífice). (30 Diciembre 1988). Exhortación


Apostólica Christifideles Laici, sobre la vocación y misión de los
Laicos en la Iglesia y en el mundo. www.vatican.va

Pablo IV (Sumo Pontífice). (1965). Decreto Ad Gentes sobre la Actividad


Misionera. www.vatican.va

Pontificium Opus a Sancta Infantia. (s.f.). La misión de la iglesia y


nuestra misión. www.vatican.va

Uribe, E. (1992). Actividad Misionera Específica, en Curso de Formación


Misionera a distancia. OMP.

Reyes, A. (s.f.). Historia de la Iglesia Moderna y Contemporánea.


Diapositivas (50). www.slideplayer.es

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