Dominame (Terminada, Primer Libro)
Dominame (Terminada, Primer Libro)
Damon.
Me gustan los retos, me llama la atención lo que es difícil de comprender. Me gusta el trabajo
duro para conseguir algo.
Pero no cualquier cosa. Tiene que ser algo que realmente valga la pena, o de lo contrario, sería
mucho esfuerzo por nada.
A mis veinte años todo lo he tenido es gracias a mi propio mérito, nada se me ha regalado, a
pesar del legado de mi familia he tenido que luchar para conseguir todo lo que tengo ahora.
¿Y qué es?
Dinero.
Poder.
Aún no soy de los más grandes en la ciudad, pero lo seré. Y cuando lo sea, esta maldita ciudad
será completamente mía.
Akira.
No solamente en mi vida, sino en general. Creo que es por eso que me he inscrito en un club
nocturno. Pero no es cualquier club, es uno de BDSM.
Mi lista de perdedores que he intentado tener una buena noche es larga. Esa lista surgió justo
antes de adentrarme en este mundo...
Esa regla la pienso seguir hasta que no quede nada de mí en este mundo.
1
Damon.
Tengo que recordarme a cada rato la razón por al que sigo aguantando esto. Y es eso lo que me
hace querer seguir.
No es una chica con la que me gustaría hablar, es cierto que es linda, pero nada más.
No me interesa.
Su voz se ve opacada por una chica, al parecer ha llegado atrasada y el profesor no la quiere
dejar entrar.
Patética.
-¡Señorita!-El profesor golpea la mesa-Sabe que a mi clase se entra a tiempo o no se entra, eso ya
lo sabe, así que retírese.
-Ahora no Edgar.
-Es que es algo nuevo... te lo prometo no te vas a arrepentir.
Mierda.
Le dedico una mirada mortal a Edgar y me paro sin la intención de discutir con el viejo.
Tengo libre, así que tal vez debería hacerle caso al idiota de Edgar. Quien ahora se encuentra
atrás de mí, siguiendo mis pasos.
-Estúpido, no es esa clase de club, es uno de sexo... o algo así, créeme que te gustará, ayer fui y
dios, es lo mejor.-suela un gemido fingido.
-No es necesario follar, hay muchas opciones que te pueden hacer sentir maravillas.
-Bien, llévame a esa mierda, pero si no me gusta, te tendré como sirviente por tres días.-contesto.
Esoo bye:)
2
Akira.
Maldito viejo.
Estuve a punto de exponerlo ante toda la clase que es de los clientes más frecuentes en el club, es
de los clientes que pide cosas que a uno no se le ha imaginado.
Pero no puedo.
Más que ser un club sexual, es donde las personas son libres, liberan con extraños sus más sucios
deseos, y se los cumplen.
Desde que entré acá, no he tenido sexo con ningún cliente. Eso lo sabe cada persona que quiere
mis servicios.
Aprendí que tener sexo no es la única manera de sentir placer, eso se puede sentir haciendo
distintas cosas, por ejemplo, a mí me da placer amarrar a hombres.
Hacerlos suplicar.
Me encanta todo lo que tiene que ver con administrar, contabilidad y todas esas cosas. Que
puedo decir, soy fan de los números, y eso es especialmente porque me gusta el dinero.
Y no el de cualquiera.
Me gusta mi dinero.
Ganar dinero, y gastarlo sabiendo que es solo mío, que yo me esfuerce por él, se podría decir que
me da placer.
Algo tan mundano como trabajar para conseguir mis cosas me satisface.
Porque si ocupo el dinero de alguien más, como de mis padres, no sería lo mismo, porque no
podría tener control sobre él. Ya que, de una u otra manera encontrarían la forma de hacer que
siga sus órdenes.
Bueno, este tema es muy profundo, tiene varias cosas, que por ahora no puedo ni pensar en ellas.
Porque después de que el profesor me echara de su clase, me vine a arreglar para presentarme en
el club, y ahora, bueno, ahora mismo espero a los clientes.
Me he pintado el cabello negro, a veces con la peluca no lo muestro, pero hay ocasiones donde
los clientes pagan demasiado y quieren verme sin peluca, ni antifaz, excepto de que yo no me
quito en antifaz ante cualquiera, lo puedo hacer, pero obviamente por privacidad me niego
siempre.
Es muy fácil conseguir que los clientes desistan de su decisión, ya que, la mayoría son sumisos, y
con una orden, ya están a mis pies.
—Y... me acaban de informar que viene acompañado. Al parecer se trajo al amigo, y dios, nena,
se ven de buena situación.
—Fátima, sabes que no trabajo de a dos, tomo uno a la vez, es muy peligroso para mí estar en
una habitación con dos hombres, y más encima uno no es cliente frecuente.
—Para eso tienes guarda espaldas.—Se encoge de hombros.—Si quieres, yo me quedo con el
nuevo...—muestra a unos tipos que están en el pasillo.
—Está bien, pero tú le irás a informar eso.—Señalo a los tipos—Y si te dicen "somos los dos o
nada" los mandas a la mierda.
—Bien nena.
Es hora de trabajar.
3
Damon
Al llegar acá me sorprendí, pensé que habrían mujeres semi desnudas por todos lados. Pero no.
Aún no se que mierda es este lugar, pero aprovechando que estamos acá creo intentaré disfrutar.
Edgar pasó unas entradas y nos hicieron pasar al instante. Al parecer Edgar suele venir seguido
porque varias mujeres lo han saludado.
Mi mirada se centra en dos mujeres, que están a unos metros de nosotros. Una es pelirroja,
antifaz plateado. Es agradable, pero no de mi gusto.
En cambio, la chica de piernas largas me cautiva, tiene un traje pegado al cuerpo, esta toda de
negro, incluyendo su cabello menos sus labios. Que están pintados de un color rojo.
—Damon,tú ve con la pelinegra, es tu primera vez aquí, y ella te dará una experiencia
fenomenal.
Es mentira.
Si quiero tener sexo, pero con la chica de negro. Tiene un cuerpo que cualquier hombre desearía
tocar.
La chica pelirroja, no esta nada mal, pero los labios rojos son mi debilidad.
—Ella tampoco, créeme. Es cachonda, pero no tiene sexo con sus clientes.
Este se acerca a ella y le susurra algo al oído. No sé que le dice, pero ella parece algo desanimada
por la idea.
—Lo siento, pero ella no le gusta estar con personas nuevas. Ya sabes por lo de la...—Empieza a
hablar, pero su compañera la interrumpe.
—No, nunca.
—Bien, sígueme.
...
Llegamos a una habitación oscura, el ambiente es frío, el aroma es hipnotizante. Este lugar tiene
unos utensilios que me hacen pensar que me van a secuestrar y matar.
La chica ni siquiera me ha mirado ni hablado desde que llegamos acá, está a un rincón buscando
algo.
Joder.
—Bien, antes que nada tendrás que aceptar condiciones. Tengo que saber que es lo que estás
dispuesto a hacer.—Habla con voz ronca.
Su consentimiento tiene que darlo al firmar, si quiere detener cualquiera de estas actividades
debe hablarlo con la dominante, en su caso, su ama o señora. Para detener algo tiene que tener
una palabra segura.
Antes de empezar tiene que expresar verbalmente todo lo que quiere o no quiere hacer, en el caso
de que el o la dominante no obedezca a parar cuando se le pide, por favor solicite hablar con un
superior e informe el problema.
¿Qué es esto?
Joder.
Nunca antes creí en las mujeres dominantes. Siento que no tienen lo que se necesita para
dominar.
—Puedes decir que no, ahí tu eliges lo que quieres que te hagan. Yo únicamente obedezco a lo
que está en el papel.—suelta un pequeño suspiro.—En el caso de que no quieras hacer nada de
eso, puedes solicitar a otra persona para que se adapte al tipo del rol que prefieres.
—No, yo exclusivamente ejerzo dominación. Por eso te recomiendo que busques a alguien más.
Nota: muchos en tiktok me deben estar odiando por no responder los comentarioss,pero
quiero dejar bien adelantado el libro antes de colocar el nombree.
4
Akira.
Ojeo la hoja, veo que él ha, puesto que si a casi todo, menos a ocupar tampones anales y ciertas
cosas así.
Me sorprende.
—Puedes elegir un apodo, usualmente todos eligen uno, para mayor confidencialidad.—Explico.
—¿Cómo te llamas?
En sus ojos se ve algo oscuro a pesar de ser de un color entre gris y celestes, logro ver algo más
en ellos...
Suerte que tengo guarda espaldas afuera, atentos a todo lo que pase aquí. Este hombre parece
peligroso, si las miradas mataran, yo ya estaría tres metros bajo tierra.
—Quiero tu nombre, el verdadero.—Dice sin siquiera apartar la mirada de mí. He visto como me
devora con la mirada.
—Supones bien.
—No.
—¿Quieres seguir?
—Sí.
—¿Si, que?
—Si, mi señora.—Él me hace caso y se empieza a arrodillar sin despegar su mirada de mí.
Él tiene toda la vibra de un hombre dominante. Lástima que la que mande aquí soy yo.
Hoy, por su primera vez, no seré dura, no quiero que se lleve la impresión equivocada de este
mundo.
—Me siento... excitado.—Dice en un susurro.—Es raro, jamás me pasó esto antes, estoy tan
ansioso por...
Él carraspea la garganta.
—A veces... necesito que sigan mis órdenes para poder excitarme. Pero ahora, siguiendo
órdenes, me causa mejores sensaciones que siempre estar al mando.
Nota: holaas espero que esten bienn, jajajs ya no me mateenn ya puse el nombere en tiktokss.
Aun no respondo a todos porque hay muchos comentarios,y me quedan por aprobar mas.
Damon.
Mierda.
Podre parecer ridículo, pero nunca antes obedecí a una mujer, ni siquiera a mi propia madre.
Cuando llego a su lado, ella me da alaga, diciéndome que soy un buen chico.
Ella se para de inmediato, ignorándome por completo pasa por mi lado y va a la puerta.
Mierda.
¿Qué hago?
—¿Estás bien?
—Sí.—se acerca a buscar un abrigo que tiene colgado.—Lo lamento demasiado, me tengo que ir.
¿Qué?
—No.—contesta.
—No soy una prostituta.—Se suelta de mi agarre y sin mirar atrás se va.
Mierda.
Nota: estoy apurandome lo más que puedo para llegar a la parte de tiktok
Estoy ansiosaa djdndn
6
Damon.
Me fui de ahí sin ganas de nada. Frustrado. Creí que si accedía a hacer algo del papel, ella
vendría conmigo, pero me equivoqué. Se fue corriendo sin siquiera darme su jodido número de
celular.
No me gusta ella, su cuerpo sí... joder. No le pude ni ver la cara por el maldito antifaz que
llevaba.
Pregunté su podían ayudarme a encontrarla. O siquiera saber su maldito verdadero nombre. Pero
nada.
Llegué a clases sin ánimo de hacer nada. Necesito sacarme del sistema a Wendy. Creo que es
donde nunca he probado ser sumiso ante nadie, tal vez, me gustó la forma en que me mandó,
solo eso.
No creo que sea difícil encontrar a alguien que sea igual que ella.
Edgar no vino a clases hoy, me comentó que la chica con la que se metió la noche anterior lo
dejó exhausto.
El maldito profesor está más fastidioso que nunca. Es un jodido grano en el culo.
Aparte, la chica que tuvo un pleito con él, llegó acá y se fue, desde ahí que se puso de mal genio.
Akira.
No me puedo permitir estudiar, no cuando mi hermano se está muriendo poco a poco. Joder.
Aún recuerdo cuando me lo dijo. Tuve que abandonar mi trabajo por esa llamada...
Él no responde.
Me ve con lástima.
—Akira...
—Doctor dígame que está bien... Dígame que mi hermano está bien por favor...
—Sabes que los aprecio. Usualmente, no llamo a mis pacientes en medio de la noche pero...
Necesito que lo sepas.—Habla lentamente.
—¿Q-que tiene?
—Le encontramos un problema en su sangre. Con el examen pudimos ver cómo algunas células
sanguíneas sufren mutaciones. Que ocasionan la división de estas mismas. Provocando que se
dividan, de manera...
Mi corazón se detiene...
Sé lo que me dirá.
—Akira...
—Doctor.
—No. No la tiene.
Apenas tiene diez años, no ha comenzado a vivir si vida como tal, y ya se nos va.
Según el doctor, le quedan de tres a cinco años de vida. Y por eso decidí cumplir con sus deseos,
con sus sueños.
Él quiere salir del país, recorrer el mundo, conocer nuevas partes, probar comidas de otros
países. Él quiere ser un alma libre...
Y daré hasta mi último aliento para cumplirle su sueño. No tengo mucho dinero, pero cada
centavo que tenga lo usaré para hacerlo feliz. Le cumpliré su sueño.
Y sé que lo más prudente es dejarlo aquí, con cuidado médico, pero anoche me dijo que antes de
volar, quiere conocer el lugar de la pizza. No fue mucho trabajo darme cuenta de que hablaba de
Italia.
Es tan pequeño y ya tiene aceptada su muerte es tan maduro para su edad. Dice que está bien.
Pero conozco a mi hermano, prácticamente lo crié. Se que tiene miedo pero lo oculta. Lo admiro
por eso, tiene una fuerza que jamás podré tener yo.
Me iré.
Dinero tengo guardado, aparte con la pensión que nos da nuestro "padre" nos bastará para
recorrer lo más que se pueda.
Nunca crecimos con nuestros padres, mamá falleció hace mucho, y bueno, apenas ella falleció él
se mandó a cambiar. Y yo en mi mayoría de edad me hice cargo de mi hermano legalmente.
Nota: holii aquí les dejo otro cap si alcanzo subiré otro cap más hoy día.
Se que las enfermedades no son un juego por eso pido perdón si me equivoco y por favor
corrijan mis errores.
No soy experta en enfermedades por eso pido perdón por traerles información así.
7
Akira.
Italia.
Oliver se quedó dormido, así que lo cargué hasta el hotel. Le pedí a una amiga cercana que nos
acompañara. No puedo hacer esto sola.
Damon.
Y la siguiente.
Y la siguiente.
Pero no estaba, es como si se la hubiese tragado la tierra. Es como si nunca hubiera existido.
Se esfumó.
12/02/2013.
01/11/2023.
Damon.
Soy toda la mierda que me dijeron que jamás iba a lograr. Hice cada jodida persona se tragará
sus sucias en inservibles palabras.
Diez años me tarde en ganarme el respeto, estatus y sobre todo el jodido poder.
Ese idiota ha sido la persona más leal, me acompaña en todo. Y gracias a eso ahora mismo es mi
mano derecha en el "trono" si se puede llamar asi.
Mentiría si dijera que no seguí frecuentando ese club, porque lo hice, pero siempre me iba
descontento. Ella no ha vuelto.
No volvió...
En diez jodidos años no me la saqué de la cabeza. Puede que quede con ella en mi cabeza porque
estaba recién saliendo de lo que se puede decir pubertad. Tal vez ella se quedó en mi mente
porque nunca antes había hecho eso.
No lo sé.
Pero desearía no pensar más en esa chica, es una perdida de tiempo, una distracción.
Aunque...
Pensándolo bien, si yo llegase a comprar ese club, podría de alguna manera acceder a los
archivos, si es que tienen, y averiguar el nombre.
Así podría contactarla y llegar a un acuerdo para que deje de ser una maldita distracción.
Me demoré todo este tiempo porque en los años que frecuentaba este lugar a diario. Siempre me
salia algo que hacer...
No es solo ella...
Tiene unos ojos hermosos. Que me hacen pensar en unos que conocí cuando era adolescente...
Nota: siempre lo digo en mis libros siempre habrán saltos de tiempoo, así me manejo mejor y
no le caliento la cabeza poniendo tanto rellenoo.
Akira.
Hace diez años decidí mostrarle el mundo, pero solo logró estar tres años más conmigo. Y este
año se cumplirán siete años desde su partida.
El tiempo con él se me hizo corto, no lo puedo superar y creo que no lo podré superar jamás. Era
una parte fundamental en mi vida, mi pilar, la única persona que me quedaba, la única persona
que genuinamente me ha querido de verdad...
Y esa persona se fue. Dejándo solamente recuerdos que me hacen extrañarlo aun más.
A él le encantaba llamarme Kira, siempre me decía que la "A" del principio era innecesaria, y
que sonaba mejor sin ella.
Mierda.
Nunca podre volver a ser la misma mujer que era antes, "Kira" murió con Oliver... "Kira" la
mujer que era feliz murió el dieciséis de abril, del año dos mil dieciséis.
Solo trece.
Mi padre ni es inmutó cuando le conté lo que pasó. Es un maldito ser inhumano sin sentimientos.
Tener que volver a esta ciudad sin mi hermano fue una tortura. Mi amiga me aconsejó que
asistiera a un psicólogo, pero me negué.
Las cenizas de mi hermano me acompañan a todos lados. Incluso las llevé cuando me tatúe el
nombre de mi hermano, ese es el primer tatuaje que tuve de él. Ahora tengo siete. Un tatuaje por
cada año que me hace falta. Están en partes ocultas, el único más visible es el que tengo en el
pecho, donde va mi corazón, y solo se me ve cuando uso algo escotado.
Nota: holaa, este cap es para narrar lo que anteriormente se vio, con el tema del cancer del
hermanito de la prota. A nuestra prota le ha tocado sufrir demasiado...
Otra cosita, lamento los capitulos cortitoss, pero así son en la mayoría de mis libros. Decidí
hacerlos así desde que me di cuenta que al escribir mucho en un solo cap, mis libros eran
mucho mas cortitos, tengo unos en borradores que nisiquiera pasan los 5 capss. No se si es un
problema mío o que cosa, pero así los hagoo:(
No me mateen pliss.
Damon.
Le comenté que quería comprar el club, y desde ahí empezó a joder buscando una razón para
comprarlo.
Pregunto tanta mierda, hasta que dio en el clavo. Por una chica.
—Estás mal de la cabeza hombre. ¿Todo esto por una chica?—habla detrás de mi siguiéndome el
paso.—Dime quien es, puede ser cualquiera de aquí...—Reflexiona para el mismo—por eso has
venido tan seguido, te gusta una jodida chica de acá—Comenta como si hubiese descubierto un
país entero.
Sigo avanzando y en la esquina veo que se encuentra Fátima, decido acercarme para hablar con
ella, pero cuando lo estoy haciendo, su conversación me llama la atención y me detengo, para no
interrumpirla y así poder oír todo.
—Ella está fatal.—Comenta triste.—Desde esa noche jamás volvió a ser la misma.—Suspira.
¿Será Wendy?
—Tengo mucho miedo... ya no sé que hacer. En lo que va de año, ya ha intentado matarse dos
veces...
¿Qué?
—Sí... sé que debería hablar para que la internen, pero no puedo, cada vez que lo hace, me ruega
que no dejen que se la lleve y promete que no lo volverá a hacer y yo le creo.—Su voz se
quiebra.—Soy la única persona que le queda... no la puedo dejar sola. Me necesita.
Mierda.
Todo esto, me resulta tan familiar. Me entra la necesidad de saber con quién está hablando y
hacer algo al respecto. No soy un héroe, no me incumbe, pero sé lo que es estar nadando en tu
propia mierda...
—Lo sé, sé que tengo que hacerlo, pero le daré una última oportunidad de salir adelante sola, sin
ayuda médica, intentaré de que vuelva al trabajo, solo una vez más... solo una, y si no logra
hacerlo, haré que se la lleven, la quiero demasiado, y no puedo esperar a que se ahogue en sus
lamentos.
—Hola, caballeros, ¿qué se les ofrece tan temprano?—Pregunta limpiándose las lágrimas.
¿Será que Edgar y ella son algo más fuera del club?
¿Ella?
¿Quién?
Fátima asiente.
Él sabe algo...
Puede que sea la chica que se quiere matar, o puede que sea Wendy. Pero sé que algo sabe...
Por un momento me entra la ilusión de que sea de Wendy de quien habla, pero a la vez no.
Nota: les dejo este cap acáaaa espero que estén bnn!
10
Damon.
Pregunto.
—¿Por qué tu amiga parece tenerme miedo?—Inquirí— ¿Acaso le has dicho algo de lo que
hacemos...?
—¿De verdad crees que yo divulgaría ese tipo de información a cualquiera? Por favor, se supone
que me conoces.—Suelta una risa sarcástica.—No es mi culpa que tengas apariencia de matón.
Es fácil temerte si siempre tienes cara de que quieres matar a todo el mundo.
—¡AMIGA!
El grito de Fátima me desconcentra. Doy vuelta la cabeza y me doy cuenta de que se encuentra
corriendo hacia una chica que viene ingresando. No le puedo ver la cara.
La chica esta no le contesta y le da un fuerte abrazo. Puedo distinguir que se dicen algo que las
hace reír.
Akira.
Fingir.
Dicen que si finges tanto, se volverá real. Si finjo ser feliz, lo seré. O eso espero.
Me di cuenta del mucho daño que le estaba haciendo a mi amiga, lo mucho que le afectaba
verme así. Fui una carga para ella, tal vez todavía lo soy, pero ya no quiero serlo.
Quiero volver a reanudar mi vida. Aunque me falte una gran parte de mí, tendré que seguir. A
Oliver no le gustaría verme de este modo.
Si es que el cielo es real, y me ve de allá, espero que me perdone lo mediocre que he sido desde
que se fue. Quiero que vea que seguí adelante. Quiero que vea, que lo llevaré siempre presente
en lo que me quede de vida. Sé que algún día me tocará irme, y espero encontrarme con él en la
eternidad. Y vivir juntos, mamá, Oliver, y yo.
Espero que ella lo cuide allá. Y que ambos me den fuerza para continuar esta mierda de vida.
—Gracias...—Susurra mi amiga.
—No. Gracias a ti. Gracias por estar ahí.—Le limpio una lágrima que cae por su mejilla.—
Gracias por ser la hermana mayor que nunca tuve y la madre que me faltó.—Suspiro y la atraigo
a mí para abrazarla.—Gracias por aguantarme... y lo siento por los malos ratos...
Seguimos en el abrazo. Intento de no dejar que mis emociones me dominen o me iré a la mierda.
—¿No nos presentarás a tu amiga Fátima?—la voz ronca de un hombre llega a mis oídos.
—Damon.—Pronuncia Fátima.
Ese nombre...
Damon.
No lo sé.
11
Damon.
Dios.
Mi mirada está conectada con la suya. La mía debe reflejar todo lo que he reprimido por años. Y
la de ella no refleja nada más que confusión.
—Edgar, ¿por qué no le cuentas a Fátima lo que tenemos en mente?—Le hablo buscando quedar
a solas con ella.
Fátima no quiso hablar sobre su amiga, desde que pregunté todos se quedaron en silencio. Pero
no me hace faltan confirmaciones, estoy cien porciento seguro que ella es la chica de negro.
Ella es Wendy.
—Pero...—Fátima empieza a alegar, pero con una mirada mía se calla.—Si le haces algo, te juro
que te arrancaré los huevos.—Habla ella resignada.
Edgar contempló todo en silencio, obedeció a mis órdenes, pero sé que después me llenará de
preguntas.
Una vez que ellos desaparecen de mi campo de visión. Me acerco a ella. Pero retrocede.
¿Es en serio?
Han pasado diez jodidos años y yo la he tenido grabada en mi mente cada segundo como para
que no se acuerde de mí.
Me gusta su voz.
No me conoce del todo. Bueno, en realidad no me conoce nada, pero al menos esperaba que me
recordara, fui su cliente...
Aunque pensándolo bien, debe tener muchos clientes. No debe acordarse de todos.
—Entonces eres amigo de Edgar.—Contesta más para ella que para mí.—Nunca escuché hablar
de ti, lo siento.
¿Eh?
—Bueno... tal vez no soy tan amigo de Edgar como para que no me mencionara con sus otras
amistades.—Le comento, mientras planeo en mi mente reclamarle sobre esto a Edgar.
—Wendy.—La llamo—Soy el chico al que dejaste arrodillado y tú te fuiste corriendo. Hace diez
años.
Ella se da vuelta lentamente, y la detallo mejor, lleva un leggings ajustado, que resalta su divina
figura, y una polera un poco holgada, que no muestra mucho de su cuerpo, pero de igual manera
se le marca bastante su busto y caderas.
—Y-yo lo siento, era una emergencia.—Sus ojos se vuelven vidriosos.—Yo... me tengo que ir.
Jamás esta mierda del semáforo de cruce de peatones se demoró tanto como ahora.
—¡Wendy!—Llamo.
Pero esta vez mis gritos se ven opacados por el chirrido de los frenos de un auto.
Esta mierda es tan rápido, que para cuando me doy cuenta, ella ya está tendida en el suelo.
Damon.
Todo pasó demasiado rápido. No soy de las personas que se sienten culpables, pero del alguna
manera siento que esto es mi culpa.
Akira...
Se llama Akira.
Me comentaron que ella está bien, se encuentra un poco conmocionada por el gran impacto, pero
nada más grave.
Por obvias razones no me dejaron verla, tampoco tenía mucho tiempo, ya que, me llego la
notificación que la mercancía que nos iba a llegar, no nos llegó.
Edgar se quedó en el hospital, y yo me largué. Antes de irme le pedí que me mantenga informado
de cualquier cosa que pase y le encargué que pagara todo lo que se requiera.
A penas me desocupé iré a ver como está. Puede que este inconveniente me haya impedido
conseguir sacarla de mi sistema. Pero no me rindo fácilmente. Me voy a entretener... aunque me
desconcentre un poco de mi trabajo. Creo que vale la pena.
Ahora que la chica que me roba el sueño tiene nombre, no voy a descansar hasta que ella acceda
a mis deseos...
Akira.
Pero no.
Solo quiero que me den el alta para descansar como se debe en mi casa.
No quiero pensar en los problemas. Ni mucho menos en las deudas. Solo quiero dormir
profundamente y olvidarme un poco de todo y todos.
Uno:no se si me gustaria que mis libros fueran de paga a menos que sea en físico. Ya que
como autora con que lean mis libros y me apoyen es un gran pago, estoy pensando todo esto,
la verdad no estoy segura.
Damon.
Arregle toda la mierda que hicieron. No sé cómo tengo a gente tan incompetente trabajando para
mí.
Son idiotas.
Pensé que nos habían robado la mercancía, pero no, solo fue incompetencia de ellos. Y yo
pensando que podía haber algún traidor.
Ahora mismo voy camino a ver a Fátima y Akira. Gracias a Edgar supe que están viviendo
juntas. Quiero ir a expresar mis disculpas y para poder hablar con Akira.
Necesito saber a lo que está dispuesta o no... sé que no es un buen momento pero estoy
desesperado.
Akira.
Iba a volver a trabajar pero dada las circunstancias se me hizo imposible volver altiro.
Pero creo que ya puedo hacer lo básico. Mi amiga me dijo que sería bueno que vuelva a estudiar.
Y también me comento que debería empezar a conocer a personas y salir.
En conocer a más personas no estoy de acuerdo. No necesito a nadie más. Mientras más personas
tenga en mi vida, más fácil es que se vayan y me dejen con un gran vacío.
Estoy cerrando la puerta del apartamento. Cuando una voz me hace saltar y maldecir por el dolor
de mis costillas.
—Está bien.—Lo interrumpo—Ya pasó, no hay que darle más vuelta al asunto.
—Pero...
Me arrepiento al instante de haberle contestado así. No debería ser así de idiota con él... se está
disculpando...
—¿Qué?
—Trabaja para mí, te pagaré bien. Solamente tienes que hacer lo que hacías antes, pero
exclusivamente conmigo. Te puedo pagar el triple de tu sueldo anterior.—Comenta
completamente serio.
¿Habla en serio?
Digo, a muchos hombres les gusta como trabajo, pero ninguno llegó a este nivel.
—Mira, si quieres puedo atenderte como cualquier otro cliente, pero trabajar solamente para ti es
otra cosa, a la que no sé si estoy dispuesta.—Explico esperando que entienda.
¿Miedo?
Bien, es un tipo imponente con un aura fuerte. Pero miedo no me da, al menos no él en sí, sino, a
lo que creo que se dedica...
—No es eso. Mira, siéndote sincera, te veo, y no veo nada de un ser sumiso, te veo y veo
oscuridad. Sin intenciones de ofender. Con tan solo verte cualquier persona puede intuir a lo que
te dedicas, y déjame decirte, no es nada bueno...—Explico.—No deseo involucrarme en nada
malo...
—No puedo decirte nada más que si trabajas para mí, no tendrás motivos para temerme a mí o a
mi mundo.—abro la boca para hablae pero me interrumpe— Conoces a Edgar, y él ha estado
toda su vida conmigo, y jamás dejé que algo malo le pasara, y jamás dejaré que algo malo le
pase.—Carraspea la garganta.—Tendrás tus razones para no aceptar por ahora, pero déjame
decirte, no me rindo fácil, y cuando quiero algo o alguien lo tengo.
Akira.
Damon ha estado apareciéndose cada día por aquí. Me insiste que trabaje para él, y como
siempre lo rechazo, vuelve a aparecer al otro día.
Siempre que salgo de mi casa está él, voy de compras. Está él.
Ahora tengo que salir a buscar un nuevo trabajo, ya que, me enteré de que él se ha vuelto
propietario del club en el que trabajaba antes.
No quiero trabajar para él, no cuando sé que me pedirá que trabaje exclusivamente para él.
Damon.
No me rendiré.
Las palabras no la convence, pero puede que cosas materiales sí. Tal vez, ella busca que yo sea
atento.
O...
Puede que tenga que cambiar mi apariencia y tal vez debería dejar de estar enojado la mayor
parte del día. Si consigo eso. Lo demás será fácil...
...
Omnisciente.
Damon se encuentra esperando a Akira fuera de su apartamento, con un par de regalos en las
manos. Piensa que si le da cosas puede aceptar. Para él es irreal la necesidad de ella y lo tiene
desesperado. Y no porque le guste precisamente, si no, porque ella lo desconcentra de su trabajo,
y sabe que si no hace lo que quiere, no podrá estar en paz...
Por eso ahora está con un ramo de amapolas... sus flores favoritas...
Damon no quería entrar al ámbito sentimental, porque no le gusta jugar con los sentimientos de
los demás. Pero cree que valdrá la pena.
Nota: jsjdj muchas me van a odiar o quizas no, pero haré lo mas rapido que pueda estos caps,
probablemnte no lo saben pero soy sagitario, y como buena sagitariana me gusta que sea todo
ahora o si no que no se haga. Por eso les aviso que podran encotrar rapido como desarrollé el
libro, pero lo siento, asi se me acomodó yyyy no puedo esperar por subir el cap del videooo.
Akira.
Cada día es más pesado que otro. Gracias a mi amiga ahora estoy en terapia. Justo hoy me toca ir
con mi psicólogo.
Sé que no lo olvidaré jamás, pero tendré que aprender a vivir con el dolor. Él era mi mundo, y se
fue. Pero tengo que seguir adelante.
Todo esto ha sido muy rápido, en la primera sesión me desahogué en el psicólogo y me dijo que
por mucho que amara a una persona no me puedo aferrar a ella.
Porque las personas nunca estarán para siempre contigo, se van, por elección propia o no. Se
terminan esfumando de tu vida.
Las personas son pasajeras, incluso tu familia, a lo único que te puedes aferrar en el momento en
el que te encuentres solo es en ti misma...
Obviamente, tus amigos estarán... si son reales se quedarán, pero no para siempre.
Ellos ya tienen sus propios problemas en los que tiene que lidiar como para estar pendiente de
los tuyos. En algún momento se irán.
Completamente sola.
Damon.
La seguí, ella ha llegado a una clínica o un consultorio, la verdad es que no lo sé. La seguí sin
siquiera mirar bien la entrada.
Cuando entre, me di cuenta de que ella entró de inmediato a una habitación. Una habitación con
un hombre.
Un hombre...
¿Será un cliente?
¿Por él?
Si así fuera el caso, de que ella no acepta por él, encontraría la manera de alejarlos..., ya que, él
es el único que se interpone en mi camino... o eso creo.
—¿Señor, tiene hora con el doctor Wilson?—Pregunta una chica que está sentada detrás de un
escritorio.
—¿Doctor?
—Sí... supongo que está aquí por eso, por el psicólogo Wilson... a no ser que desee ver a otro que
también se especializa en psicología general.—Dice gentilmente.
Psicólogo...
Menos mal.
16
Akira.
Llegue a casa, a pesar de las escasas sesiones, siento que he progresado mucho.
Creo, que he dejado de ser yo, y me gusta. Estoy cambiando. Para bien...
—Pero...
—No.
—Te pago lo que quieras. Mira, yo no soy de rogar, pero de verdad necesitó esto. No es
solamente un capricho... yo quiero esto porque me interesa aprender. Quiero aprender de ti.—Su
voz es casi desesperada.
—Porque eres la única que me llama la atención para experimentar—Abro la boca para hablar,
pero me interrumpe.—Y porque me sentí seguro, jamás antes me pasó. A pesar de lo nuevo y
humillante que fue eso para mí, en el fondo supe que no te reirías de mí ni me sacarías en cara lo
que hice... no pareció intimidarte mi aspecto, y seguiste dándome órdenes como si fueras dueña
de todo el puto mundo... y eso. Eso me gustó.
—Seguramente sabes perfectamente a lo que me dedico, y sabes que tengo poder... utilizaría ese
poder para protegerte mientras estés trabajando para mí.
—Pero...
—Una semana. Quédate conmigo, tu amiga también puede ir si eso te hace sentir más segura,
concédeme una semana...
—Apenas te conozco.
—El dinero que te daré valdrá el riesgo. Te pagaré cada hora que estés ahí, no importa el monto.
Te pagaré lo que sea.
¿Qué?
No soy una mujer muy interesada en el dinero, pero mentiría si digiera que no me vendría bien
algo más de dinero.
Si voy podría empezar a juntar nuevamente dinero para una casa propia y así dejar a mi amiga en
su lugar en paz. Le pago arriendo, pero no es lo mismo que tener una casa propia.
No sería un estorbo.
—Está bien, pero pondré límites. Si estoy aceptando esto tienes que prometer que mi seguridad
no se pondrá en peligro.—contesto aún media dudosa.
A la mierda.
Tengo que salir de mi zona de confort. Estaré ganando dinero mientras lo hago...
Otra cosaa, yo ya aclaré en los comentarios que no pondré mis historias en "venta" ya
expliqué mis razones, gracias por leer♡
Damon.
Ella ha aceptado.
Joder...
Bien.
—No hay tiempo que perder.—Añado.—Pediré que te compren lo que necesites, mientras tanto
tienes que venir conmigo para que mis hombres te conozcan, y sepan que serás una invitada y no
piensen que eres una intrusa.—Contesto motivado.
—¿Y?—pregunto extrañado.
—No puedo... tiene que ser ahora o nunca, que la semana empiece a correr de hoy, ya que, la
próxima semana me voy de viaje y se me hará imposible—Explico.
—Pero...
—Vamos, mi auto está afuera.—le digo.—en el camino me dices los límites y me comentas lo
que deseas.—Cuando termino de hablar salgo sin siquiera esperarla.
Nota: a mi, al igual que ustedes me urge llegar a suceso del videooo del tiktokk Kdnd
Akira.
Es un trabajo.
Solo trabajo.
Le envié un mensaje a Fátima, para explicarle todo y aproveché de preguntar si deseaba quedarse
conmigo donde este extraño...
Abro la boca para protestar, pero decido cerrarla y ahorrarme las palabras.
Yo acepté esto...
...
Mi vista se aclara y logro apreciar que llegamos a lo que parece ser una finca o un rancho, no lo
sé, está todo oscuro, solo puedo apreciar la casa y las personas vestidas de negro que están
alrededor.
Ahora mismo, él es la única persona de este lugar que conozco, no me puedo separar de él o
temo que mi vida se podría ver el riesgo.
Hay hombres armados por todos lados. Y aunque nunca he visto una pistola real en mi vida,
dudo que la que traen ellos sean falsas.
—Les presento a Akira.—Se mueve a un lado, para que sus hombres me vean.—Ella estará acá
al menos una semana, trátenla con respeto. O de lo contrario saben lo que les puede pasar.—Dice
en modo de amenaza.—No es una rehén, es una dama, y trátenla como tal.
Seguido de eso, le da un par de instrucciones a sus hombres y esta vez me espera y empieza a
caminar. Cuando llego a su lado me sorprendo ser tomada de la mano.
Dios...
Su casa es realmente hermosa. Tiene cuadros antiguos, parece un castillo. Tiene un estilo
vintage, y me agrada.
¿Jefe?
19
Damon.
Tengo que disfrutarla... no me sorprendería que ella abriera la boca, aunque no me lo espero de
ella...
Pero si ella habla. Está claro que tendré que ejecutarla, no quiero hacerlo, pero no me puedo
arriesgar más de lo que me arriesgo ahora al traerla hasta acá.
Tengo que ver el tema de su celular, tendré que pasarle uno desechable.
...
Primera noche.
Ella ya se ha arreglado. Se acomodó en una habitación de invitados y pedí que le trajeran todo lo
que necesitaba, ella me dijo que no es necesario, que con traer las cosas de su apartamento está
bien. Pero no le hice caso. Le pedí a una de mis empleadas que a su criterio, comprara todo lo
que puede necesitar una mujer.
También le encargué un traje similar al que la vi la primera vez. Uno negro, de látex.
Sin antifaz.
Quiero verla.
Arreglé una habitación para los dos, una habitación exclusivamente para que ella tome dominio
de mí.
Me vale mierda si esto es rápido, lo quiero así. Y aunque para ella es solo trabajo, para mí no.
Apenas la puerta se abre la veo, tal y como la soñé por años... no ha cambiado.
—Akira...—Suspiro.
—Wendy. Aquí soy Wendy para ti.—comenta con voz autoritaria.
Me acuesto y veo como ella saca algo de un maletín negro. El maletín que le compré con el traje,
para que lo usara en mí...
Akira.
Lo veo acostado.
Sé que sigue cada movimiento mío, pero eso se acaba ahora, con una tela negra, me acerco a él,
y me subo a él, me sostengo en mis rodillas, no me siento en él.
Él lo hace al instante. Pero mientras le tapo los ojos, siento como sus manos me tocan y tira de
mi cadera haciendo que quede completamente sentada en su regazo, también me hace sentir su
erección.
—Joder...—Susurra.
Jamás les permito que me toquen, o tener contactos así. Esto es lo más que he llegado con algún
cliente.
—Pero...
Él saca sus manos de mí, me levanto de él, y escucho como suelta un gemido de frustración.
Me levanto a buscar unas esposas que encontré en el maletín. Hay dos pares, perfecto para
inmovilizar sus manos.
Me voy hasta donde se encuentra Damon, y tomo una de sus grandes manos. Coloco la esposa
alrededor de su muñeca y la ajusto al respaldar de la cama. Hago lo mismo con la otra mano.
—Dime tu palabra segura.—Exijo mientras halo un poco de su cabello como una leve
advertencia a que debe cumplir con lo que se le pide.
—R-rojo.
—Perfecto.
...
20
Damon.
Tuve un sueño. Uno del que no quería despertar y me asusté por eso.
Se repiten.
Ella.
Yo.
En el campo.
Estaba embarazada.
Me sentí tan bien en el sueño. Sentí que estaba en casa. Un sentimiento que jamás he tenido. Me
sentí cómodo con ella.
Me sentí como un hombre totalmente ordinario. Y me gustó sentirme así, pero también me
asusto bastante.
Los otros sueños que tuve fueron un poco más de lo mismo. Pero algo más estaba ahí.
Ese niño. Sentí que lo quería. Lo sentí como si fuera mío. Mi hijo.
Nunca he planeado tener una familia, mucho menos una mujer. Pero definitivamente estos
sueños removieron algo en mi pecho. Algo que me da miedo de descubrir.
Noche cuatro.
Me encanta.
Me emocioné cuando sacó una cosa afilada con la que rompió mi ropa. Fue ruda.
También mi cuerpo quedó encantado con su tacto, cuando la pude tener sobre mí. La ropa nos
separaba...
La maldita ropa...
Quiero más de ella, anoche no fue suficiente. No sé si tendré suficiente. Hace dos noches
tampoco lo fue, cada día me deja estar un poco más cerca de ella, y me gusta.
Pero hoy quiero experimentar algo distinto. He visto sus movimientos, su actitud. Creo que estoy
un poco capacitado para emular sus acciones.
Me gustaría intentarlo.
Me gusta que me domine, pero me gustaría dominarla, quiero ver si se sentirá igual que las
demás cuando tengo sexo convencional... ¿O será diferente?
La necesito desesperadamente como sea. Encima de mí, debajo. Donde sea. Pero necesito de su
cuerpo.
Que genial sería quitar ese traje pegado para ver la escultura de su cuerpo.
La deseo. Anoche me dejó mal de la cabeza, no dejo de pensar como sería follarla duro, hasta
que los dos nos desvanezcamos.
En un gran cambio de tema, nos llevamos bien... somos lo más parecidos a amigos. Le conté a
donde iría de supuestas vacaciones, pero en realidad es por trabajo. Le comenté gran parte de mi
vida, la verdad jamás tuve una amiga. Nunca. Siempre las mujeres para mí eran para el sexo,
pero no pensé que me fuera a comprender tan bien. Me agrada, me siento cómodo cerca de ella.
Se podría decir que hasta confío en ella. Una persona a la que apenas conozco.
Me cae bien.
Es guapa...
Y confiable, le conté parte de mi infancia, como lo que viví con mis padres, con mi madre en
especial... y ella me escuchó sin juzgar.
Y ella me contó algo de la suya. Fue muy poco lo que comentó, pero fue algo.
También mencionó que a Edgar lo conoció por Fátima, ya que, él siempre ha sido cliente de ella.
Y hablando de ellos...
Les comentamos que se vinieran a quedar, pero Fátima no pudo, Edgar sí.
...
—Si, mi señora...
Esto esposado nuevamente, y estoy casi desnudo, solamente llevo ropa interior.
Quiero sentirla de nuevo. Como en mis sueños... como cuando la senté en mi regazo.
Akira.
Saco un látigo pequeño, hace demasiado tiempo no utilizaba uno de esto, en el club casi lo
prohibieron porque un cliente puso un reclamo por una compañera.
No a todos les gusta ser golpeado con un látigo, pero tengo el consentimiento de Damon,
pregunte al menos unas cinco veces antes de sacarlo.
—¿Preparado?
—Si, mi señora.
Empiezo.
—Uno...
Bien. Sigo dando latigazos mientras él cuenta en voz alta. Pierdo la cuenta de cuanto llevo
porque su piel está roja, está demasiado roja. No me di cuenta de que él dejó de contar. Sus
abdominales están de un color rojo vivo, y la marca del látigo es como un gran rasguño...
Se han roto.
Las ha roto.
—¿Damon?
Él se para a una velocidad inhumana y arremete contra mí. Su cuerpo me presiona contra la
pared más cercana, su venda de los ojos desapareció.
¿Está enojado?
—¿Estás bien...?—Antes de terminar de hablar su boca está sobre la mía devorándome como si
fuera un animal. Como si fuera un animal con hambre...
Suelto un gemido cuando sus labios me muerden. Sus manos toman mi trasero y me levantan
haciéndome enrollar mis piernas al rededor de su cintura. Puedo sentir lo erecto que esta. Su
respiración agitada me deja ver que tan desesperado está.
Está hambriento.
Yo me dejo...
Dios.
No.
Es mi cliente.
Nunca tengo sexo con mis clientes.
A la mierda.
—Damon...—Susurro su nombre.
Mierda.
Akira.
Me despierto y está todo oscuro, a penas abro los ojos recuerdo todo lo que pasó anoche con
Damon...
Dios.
Damon no está a mi lado. Debe estar trabajando. O quizá se fue a dormir a otra habitación.
Me siento en la cama y agarro el celular que me ha pasado. Tengo el número de Fátima, quien no
pudo venir, y Edgar.
No sé cómo el señor que se hace llamar mi padre tiene mi número. Me ha escrito. Y preguntó por
Oliver...
Estoy a punto de escribirle un testamento cuando la puerta se abre de un golpe fuerte. Y tres
hombres armados pasan.
Grito esperando de su ayuda. Repito su nombre una y otra vez. Esperando que aparezca.
Pero no lo hace. Me sacan con solo ropa interior. El frío me hace temblar, el miedo también.
Sigo pataleando.
Se suponía que estaría protegida. Se suponía que Damon no dejaría que me dañaran...
El miedo me congela.
Me tiran al suelo como un saco de papas, caigo en la tierra, y al levantar la vista veo a Damon.
Me paro rápidamente y corro hasta él, pero antes de que pueda llegar a abrazarlo, me vuelven a
tomar unos hombres.
—¿Te creías que no sabría que eres una perra de los rusos?—dice con una sonrisa burlona—
Fuiste muy estúpida al creer que podrías jugar conmigo y salir con vida.
—Te daré una oportunidad.—su mirada recorre mi cuerpo semi desnudo, veo un poco de
sorpresa ante mis tatuajes.—¿Oliver? ¿Es el perro ruso con el que vendes mi información?—
Pregunta secamente—¿Te folla mejor que yo?
— Te daré una oportunidad. Vas a correr... si te llego a ver, te mato... si logras sobrevivir
esquivando las balas y escondiéndote te dejaré ir, pero si no... ya sabes lo que pasará.
—Corre.
—Pero...
—Uno...
Empieza a contar.
Mierda.
—Dos...
Mis piernas se empiezan a mover, para cuando llegue a quince, estaré acabada. Tiene un gran
equipo armado atrás. Si no soy lo suficientemente rápida, moriré...
Pienso en Oliver. En mi madre, en todo lo que esta vida me ha quitado. Es injusto, pero no puedo
hacer nada. Voy a morir...
Jamás me esperé que me traicionara. Y me duele, me duele que ella me haya traicionado, me
duele porque ella llegó a ser tan importante para mí como respirar, yo confíe en ella. Y eso duele.
—¿Si?
—Lo sé, ya me estoy encargando de ella. No hacen falta más pruebas —Hablo mientras la veo
correr, veo como una bala le logra dar en el hombro, haciéndola tropezar...
—No, señor. Hubo una confusión... El traidor es alguien muy cercano a usted, pero no es ella...
—Suspira—Es Edgar, lo encontramos... ahora le enviaré las fotos de él con los rusos.
Ninguno me escucha.
Joder.
Mierda.
¿Qué he hecho?
—¡PAREN, JODER PAREN!—llamo la atención de los chicos y se detienen— ¡ABAJO
ARMAS!
Mierda.
Testimonio falso.
Ella...
Está en el suelo.
Tiene sangre.
Mucha sangre.
Mi mente se nubla.
No...
No se mueve.
No...
Es Yuri...
Ella.
Ella es...
Joder.
No.
Joder.
No respira...
—¡TRAIGAN A FIERRO!
—Vamos hermosa... resiste.—toco una de sus heridas de balas—Lo siento tanto Yuri.
Damon.
Mierda.
La trasladaron a la enfermería que está en la casa, Fierro, mi doctor de confianza me pidió que
saliera de la habitación. Cosa que me negué, pero el insistió tanto que tuve que hacerle caso.
Mi pecho se me aprieta.
Joder.
Mierda.
Por un momento estúpido pensé que podría hacer mis sueños realidad. Pero ella no me lo
perdonará lo que le acabo de hacer.
Jamás...
Si ella sobrevive.
Joder. No.
Mi mejor amigo me clavo el puñal por la espalda. Lo esperaba de cualquiera menos de él.
Pero las pruebas son concretas. Me han mandado la foto de él con los rusos. Está todo claro.
Ahora, por culpa de la rata traidora. Ella está mal... grave.
Por culpa de él. Toda esperanza de ser normal una vez en mi vida están a punto de desaparecer.
Nunca antes lo quise.
Cuando la puerta de la habitación se abre. Me levanto del suelo como si estuviera desesperado.
Oh, esperen... si lo estoy.
—¿Cómo está?—Pregunto.
—Ella...
Mi respiración se relaja.
—Pero no fuera de riesgo. Lamentablemente, los impactos de balas son profundos. Y aunque no
se ha detectado algún órgano roto. No descarto una hemorragia, que eso es igual de peligroso
dadas las circunstancias. Necesita muchos cuidados. Es un milagro que ella aún siga viva.
—No.—Respondo sinceramente.
—Ella está viva, bueno, está respirando gracias a la máquina. Pero debido a los daños. Hay una
alta posibilidad de que ella no vuelva a despertar.—comenta antes de dejarme solo.
Sintiéndome aún más culpable y dolido. Salgo de aquí para poder concentrarme en un plan para
hacer caer a Edgar.
Nota:
Holaa, primero que nada muchas gracias por leer. Lamento la demora.
Queria pasar a pedirles un favorr... por favor no dejen comentarios negativos, obviamente
criticas constructivas siempre aceptaré.
Cada libro mío es un proceso para mi, uno del que aprendo de mis errores y me ayuda a ser
mejor. Obviamente mis libros no son perfectos pero espero mejorar.
No olviden que coloqué un por así decir extra, que antes no estaba y tiene que ver con los
sueños de Damon.
23
Damon.
—No me traigan a Edgar, déjenlo así. Jugaremos a mi modo ahora.—Le informo a uno de mis
hombres por celular
Ya está decidido.
¡Zas!
Me sorprende todo esto. Se supone que él con ella se conocen hace tiempo... no creo que Fátima
apruebe esto. Si le cuento le irá mal.
Esas mierditas son cercanos, diría que más cercanos a lo que era conmigo. Ya que yo fui el
traicionado, se da a entender que le valgo mierda.
Le haré creer que creo que Akira es la traidora. Le diré que la estoy intentando salvar para
hacerla sufrir.
Lo haré sufrir por horas. Le haré pagar cada segundo traicionero que pasó a mi lado mientras
actuaba a mis espaldas para joderme.
Ahora mismo me dirijo a la farmacia. Sé que podría encargar todo esto por internet. Pero quiero
hacerlo... tengo que salir de esta casa.
Compraré analgésicos. Vitaminas. Todo tipo de vitaminas, ya que ella perdió mucha sangre. Y
las necesitará para cuando despierte.
Nunca me he rendido.
Damon
Desde vendas hasta cremas cicatrizantes. Obviamente las vitaminas y unos relajantes musculares.
También compré maquillaje. Nunca lo había hecho antes. Joder. Ni sé por qué lo hice. Pero sé
que ella se maquillaba. Y pensé que cuando despierte será un poco más fácil perdonarme.
Si es que lo hace...
Si es que despierta.
Intento no hacer ruido, porque una parte tonta de mí, cree que ella está durmiendo... es tonto. Lo
sé.
La última vez antes de esto que la vi durmiendo fue en mis brazos. Cuando por fin accedió a
entregarse a mí.
Ella estaba tan relajada. La observé toda la noche hasta... bueno. Hasta que me dieron la
información equivocada de la persona equivocada.
Verla conectada a una máquina para mantener aunque sea su respiración me deja inestable.
¿Por qué tanto dolor por una persona que apenas la estaba conociendo?
Me siento a su lado en silencio. Sin tener que ofrecer más palabras que "Lo siento".
De que sirve tener tanto dinero si no se puede usar para que alguien se mejore levante de la puta
camilla.
¿Su esposo?
Mierda.
Me estremezco. No debería pensar así. No tengo derecho sobre ella. Sé que no debería pero me
molesta. Saber que cualquier otro tipo la tiene para él, me hace enfurecer. No es mía para cuidar.
Joder, pero aun así lo hago. Lo más loco es que no sé casi nada de esta chica. Y aun así me
preocupa más que la mierda.
Me hace sentirme fatal. Joder ese sentimiento es tan familiar en estos días.
Pobre Akira... ¿quieren un cap de lo que piensa ella mientras está en coma?
25
Akira.
Siento dolor.
¿Así es morir?
Si estoy muerta...
Mierda.
¿Qué tanto mal he hecho? Por qué ni en la muerte puedo ver a mi hermano...
—Sí.—Dice esta vez una voz que definitivamente conozco.—Por algo te pago. Para que estés a
mi disposición y ahora te necesito.
En coma.
No estoy muerta.
Estoy en coma...
El dolor físico no es más que un recuerdo de lo que me pasó. Porque ya no siento nada.
Joder.
Debería haberme matado. Si tanto me odia ese hijo de puta por algo que ni yo sé que hice,
debería haberme dejado morir en un callejón, hubiese preferido mil veces que me dispararan en
la cabeza.
Todo lo bueno se ha ido. ¿Qué caso tiene seguir viviendo en un mundo si no tienes nada por qué
luchar?
—Jefe, ¿Es necesario dejar que usted me maquille? Puedo traer a una mujer para esto. Yo soy
hombre, si los chicos me ven así dirán que soy un marica.
—Con o sin maquillaje ya dicen eso de ti, así que deja de joder. ¿O tendré que utilizar mi arma
para que cierres la puta boca?—Amenaza.
—Cállate.—Dice tajante.
Luego de eso nuevamente mi mente me transporta a cuando estaba tirada en el suelo. Pude ver
por un segundo antes de cerrar los ojos, a mi hermano... mi pequeño niño...
Recuerdo cuando él murió. Lo revivo una y otra vez en mi mente. Es como estar reviviendo una
pesadilla una y otra vez. El infierno.
Nota: oh no:(
No sé que mas decir, así que esoo dkdk ojala su navidad haya sido buena y espero que
disfrutaran. Gracias por leer. Bye♡
26
Damon.
No me han dejado pasar nuevamente. Luego de que Fierro entró, llegaron dos personas más.
Él los llamó.
...
Llevo dos putas horas en la oficina esperando que me traigan noticias de ella. Y nada.
En el sistema solo me apareció registro de cuando ella estuvo en el hospital, varias veces por
intentos de quitarse la vida...
Mierda.
No soy profesional en esto. Por esa razón decidí hablarle a un amigo que sabe investigar más a
fondo.
Ya sé quien es.
Con el solo hecho de no llamarme jefe al entrar, me deja en claro, quien es...
Tengo que poner toda la fuerza de voluntad para no romperle la cabeza contra el suelo.
Es un traidor…
Es lo que se merece.
—Sí... bueno, cada traidor merece su paga. Sin importar si es hombre o mujer, se merece lo peor.
—Pronuncio mientras no le quito la mirada.—Por suerte, te tengo a ti. Tú jamás serías capaz de
traicionarme, ¿cierto?
—Claro que no, hermano. ¿Acaso no me conoces? Sabes que sería incapaz de hacerte algo así.
Eres como mi familia.
—Lo sé.
Familia.
Ja.
—Supe que aún estaba viva. ¿Por qué la salvaste?—Va directo al grano mientras de acomoda en
el asiento.
—La muerte sería un regalo para ella. Merece retorcerse, sufrir, rogar por piedad, y cuando al fin
esté a punto de morir, por todas las torturas que habré ocasionado en ella, le daré el último
respiro mientras aplasto su cabeza con mi pie.—Comento imaginando que es Edgar quien se
retuerce bajo mi pie.
Jamás le haría eso a ella. No puedo pensar en hacerla sufrir más de lo que ya lo hice.
—Me vale mierda. Bien sabes que cuando de traición se trata no me dejo llevar por los
sentimientos. Créeme, que si fueras tú el que me traiciona, te haría lo mismo, incluso peor.—
Digo para ver su reacción.
Está tenso.
—Claro. Sería incapaz.—Se aclara con la garganta y se para.—Bien, hermano, tengo que irme,
ya sabes, planes con Fátima.
Maldita rata.
Te tengo.
Sien editar.
Damon.
Mierda.
Y lo único que me han dicho. Es que ella parece tener actividad cerebral, por lo que pronto
podrían desconectarla para ver si logra respirar por sí misma.
Joder.
He estado furioso. Y con el que me he descargado es Nelson. El hombre que trabaja para mí.
Quien es el que se deja arruinar la cara.
Bueno.
No se deja. Lo obligo. Pero trabaja para mí. Eso significa hacer sacrificios.
Joder.
Esto que hago es tan estúpido. Muy estúpido. Pero, he estado practicando en él para luego
arreglar a Akira.
Es hermosa. No me malinterpreten.
Pero se ve sin vida. Sus labios están pálidos. Tiene un aspecto de cadáver. Y eso me asusta.
Y sé que podría contratar a alguien que la maquille. Pero, no confío en nadie para que se
encargue de ella. Y tampoco puedo permitir que me preocupo de más por ella. No puedo dejar
ver eso, porque Edgar lo utilizará en mi contra.
Lo sé.
Siempre estoy al borde de la risa al hacer esto con él. Es inevitable. Se ve ridículo.
—Joder. Por fin.—Susurra rodando los ojos.—Recuérdame, ¿Por qué sigo haciendo esto?
La observo.
Damon.
Hoy me toca irme de viaje. No sé cuanto tiempo estaré allá. Pero planeo acortarlo lo más posible.
No quiero dejar a Akira sola, pero no puedo traerla. Cualquier cosa. Podría empeorar su estado.
Lo que si haré, es monitorear su habitación. Hay una cámara. Y podré ver lo que hace por mi
celular.
...
Mañana temprano tengo que juntarme con unos compradores. Acordamos en un lugar público
para evitar pleitos.
Claramente no vine solo. No soy suicida como para hacerlo. Pedí que me acompañara Tyron y
Edgar.
Decidí traer a Edgar, porque mientras más cerca de mí esté. Menos puede planear a mis espaldas.
Nada cambia.
Ella.
En esa camilla.
...
Akira.
Volví a despertarme en la oscuridad. Ya no escucho nada.
Nada más.
No creo que sea Damon, él no ha venido en un buen tiempo. Y me alegro. Sinceramente. Siento
un gran alivio.
Lo detesto.
—Hola niña.—Dice una voz de un tipo mayor.—Otro día sin despertar ¿eh?
¿Qué?
¿Acaso es su padre...?
—Él, ha salido igual que su padre, un verdadero monstruo. Y me da miedo de que haga algo de
lo que sé que se arrepentirá.—Suspira nuevamente.—Probablemente esté arriesgando mi vida al
no decirle que estás mejor. Pero no puedo. No puedo permitir que la historia se repita...
¿Qué?
¿Qué historia?
¿Tendrá que ver con su hija y Damon?
Damon.
Hoy mismo me avisaron que debía quedarme una semana más. Solo una semana...
Joder.
Que tortura.
Si no fuera porque no tengo más en quien confiar, uno de mis hombres ya estaría acá. Estaría
reemplazándome.
Si no supiera nada de la traición, dejaría que Edgar se encargara de esto, cosa que después me
hubiese arrepentido, pero al menos me ahorraría toda esta mierda.
Necesito ver como está Akira. Hace días que no reviso. Pues no he tenido tiempo, pero si he
estado en contacto con fierro. Él me dice que no hay novedades.
Acostada.
Inconsciente.
—¿Qué?
—Tienes que tomar una decisión rápida, si no la desconectas ahora, será peor para ella. Sufrirá
más. Merece descansar.—Dice con voz afligida.
—Me importa una mierda. Te estoy pagando para que la mantengas con vida. Si ella muere
puedes esperar lo mismo para ti.—Gruño enojado y cuelgo.
Joder.
Mierda.
Presiono rápido la aplicación y la veo...
Se a que se refiere.
Está sufriendo...
Él...
El también ve el parecido.
Por eso creo que quiere lo mejor para ella. Y él cree que lo mejor es la muerte.
No subo cap hasta proximo año sks bromi lo subire mañana temprano creoo
30
Akira.
Al día siguiente.
—Akira.—Dice la voz de mi hermano.—Abre los ojos. Akira tienes que abrir los ojos...
¡Despierta!
Siento como sube y baja mi pecho, un hormigueo en cada parte de mí. Todo es más real ahora.
Cuando me doy cuenta, veo blanco. Solo blanco, no soy capaz de moverme aún.
—Akira, es hora de...—se acerca el hombre que me revisa.—Oh Dios mío, estas despierta.
—¿Puedes hablar?—inquiere.
—Soy Fierro. Bueno, así me dicen. En realidad me llamo Lincon.—Comenta con ánimo.—
Trabajo aquí.
—No soy uno de los perros de Damon. Si lo fuera. No estaría intentando sacarte de aquí.—Se va
hasta el suero y le inyecta algo.
—Sí. Yo te ayudaré. Pero ahora, tienes que dormir, porque estamos siendo vigilados. Gracias a
Dios la cámara no tiene sonido. Y desde la posición que está la cámara no te puede ver hablar.
—Duerme. Prometo que cuando despiertes, no estarás aquí.—Dice con voz suave.
¿Quién es él realmente?
Nota: ups se me paso muy rapido el tiempoo, lo sientoo. Feliz año nuevo espero que lo hayan
pasado genial, espero que este año consigan todo lo que se propongan. Mucha suertee.☆
Damon.
Suena una.
Dos.
Fierro
(Lincon)
Logre sacarla de la casa, por una parte, trasera. Gracias a dios solo me tope con una mucama y le
invente que Damon me había dado permiso para llevarla al hospital.
Pero no puedo permitir que siga ahí. No, cuando sé que se está transformando en el mismo
monstruo que su padre, que mató a mi familia.
Soy viejo. Soltero.
Más bien viudo. Estoy solo en la vida. Sé que de mí se espera lealtad a esta familia. Pero no
puedo brindarles lealtad si ellos fueron la causa de mi soledad actual.
Él la mató.
Él las mató.
Y jamás lo voy a perdonar, por eso si muero. Será protegiendo todo lo que quede en memoria a
mi familia.
Por eso, mientras conduzco en media carretera. Sabiendo que probablemente ya me deben estar
buscando para matarme, estoy tranquilo.
Coloco música en volumen moderado. Para disfrutar el viaje. Será una hora larga. Estoy seguro
de que mis amigos que me quedaban en casa de Damon, están haciendo hasta lo imposible lara
retrasar mi búsqueda. Ellos son leales a mí. Solo a mí...
Al fin y al cabo. El que se cree con mayor poder es el que más traidores desleales como yo
mantiene bajo su techo. Mientras que un simple doctor, hace de las suyas aún siendo la mierda
más simple. Pero con más compañeros leales que él.
De la nada los sonidos de balas aparecen. Escucho bocinas de autos, disparos. Las llantas de
otros autos.
Apretando el acelerador, intento adelantar a algunos autos. Pero no logro hacerlo porque las
balas han dado en las ruedas.
—Mierda.—Susurro.
La ignoro.
Joder.
Aunque ya da lo mismo.
Ya me atraparon.
Nos atraparon. Si Damon sabe que estamos aquí y que ella está despierta. Es porque va a cobrar
venganza. Para ambos.
Estamos muertos.
No recuerdo si Fierro seguirá narrando(si es que sobrevive) . Está por versee djdjd
Bye.
32
Damon.
Llegue a la casa.
Toco la puerta para ver si es que esta Fierro con ella pero nada me recibe.
Pero no.
No esta.
Jodidamente no está.
JODER.
Akira.
Estamos detenidos.
Creí que este hombre me iba a proteger. No sé por qué lo desee siquiera.
Por un momento olvidé mis ganas continuas de morir. Me sentía como una niña siendo protegida
por su padre.
Pero a la mierda.
Yo no tengo padre ni familia. Jamás se me dio el lujo de que alguien me protegiera. Siempre era
yo la que lo hacía.
—Niña... lo siento tanto.—Habla Fierro con resignación.—Tenía una hija. Y la mataron. Era
igual que tú. Mismos ojos. Cabellos. Nariz. Todo... creí que si te salvaba a ti, compensaría lo que
no pude hacer por ella... no pude sacarla de sus garras a tiempo y él la mató.—Solloza.
Aparece un hombre. La luz del sol me ciega cosa que me deja viendo borroso por varios
segundos.
La voz por alguna razón es conocida. Pero no es Damon. Levanto la vista, veo como baja la
pistola. Pero no es eso lo que me impacta.
La familiar Silueta...
Su odioso rostro me hace querer coger una pistola y dispararle. Maldito desgraciado.
Damon.
No esta.
Jodidamente no están.
Y sangre.
Maldito idiota.
Se la llevo.
Su camilla está acá...
No permitiré que me la arrebate. Ella es un recuerdo vivo de lo que ame antes. Es un recuerdo
vivo a mi tortura de día a día.
Es venganza...
Si no me la devuelve.
Akira.
Me trajo a su casa.
Maldito imbécil.
Si tuviera las suficientes fuerzas le hubiese mandado un buen golpe en su gran boca presumida.
Fierro esta sentado a mi lado. El señor que dice ser mi padre no deja de caminar de un lado a otro
mientras le exige a Fierro una explicación de todo.
—¿Y Oliver?
—Hijo de puta...
No te importó cuando murió tu hijo. Y te importa tu hija huérfana.—Hablo llena de odio.
Lo odio.
Se lo merece
No Oliver.
—Oliver...
—¿Qué otro hijo tenías?—Me burlo.—Lo siento. Se me olvidaba que tenías otra familia
mientras mi hermano moría poco a poco.
—El respeto se gana. Tú no lo mereces. Hijo de puta. No hiciste nada para ganarte lo que pides
ahora. Respeto—Digo marcando cada palabra.—Lo dejaste morir. Tu propia sangre agonizaba
sin una madre ni un padre presente. En lo que mi respecta tú no eres un padre. Solo un maldito
donador de esperma.
—Lo hice. Durante el primer año. Te mandé mensaje tras mensaje. ¿Y tú? Ni siquiera te
dignabas a responder solamente dejabas el leído.
—No recibí nada... Intenté contactarlos, pero no pude hacerlo. Mi mundo es complicado te lo
juro que si hubiera sabido...
—Hija...
—No soy tu hija. No eres mi padre. Estás muerto para mí. ¿Escuchaste? Muerto.
—¿Dónde lo sepultaste...?
—Vete a la mierda.—Intento levantarme, pero una punzada en una de mis cicatrices me detiene.
—Mierda...
Caigo al sofá.
34
Akira.
Al parecer una herida no ha cicatrizado del todo. O quizá se me infectó. Porque manche la ropa
que traía.
Joder.
Me arde demasiado.
Lo llamaré... Mierda.
Así.
Su nuevo nombre.
—Akira... El otro día. Cuando te hice un examen de sangre salió algo. Que probablemente no te
guste.
—Dilo de una vez—Aprieto los dientes mientras él pasa un algodón con alcohol en la herida.
—Vas a ser mamá.
—Es verdad lo que te digo. No puedes dejar que nadie sepa esto. Te podría en peligro. Incluso tu
padre...
—Esa mierda no es mi padre. ¿Sabes lo que hizo?—Pregunto y no espero que responda— Nos
abandonó. A mi hermano y a mí. Nos dejó solos. Sin madre y sin padre... ¿Sabes que es lo peor?
Mi hermano murió.—Una amargura se atasca en mi garganta.—Murió por su culpa. Es su
maldita culpa. Porque no hubo suficiente dinero para su tratamiento al principio. Y cuando pude
trabajar para darle lo necesario... Se murió. Y eso no es todo.—Continuo—Él lo sabía. Lo llamé.
Mande mensaje. Y nada. Mi hermano murió con el dolor de tener un padre que nunca lo amó.
Murió sin familia. Era lo único que le quedaba.—Lágrimas corren por mis mejillas.— Era lo
único que me quedaba a mí... Y no perdonaré jamás a ese señor por todo lo que vivimos.
Lo recuerdo porque lo amo. Y no puedo hacer nada para borrarlo de mi mente. No a menos de
que milagrosamente me dé amnesia y vuelva a vivir siendo una persona normal.
—No quiero estar más acá Fierro... Por favor vamos a cualquier otro lado. No nos quedemos acá.
Te lo ruego.—Cierro los ojos para controlar mis lágrimas.
—Hija...
—Será mejor que nos dejes un momento a solas.—Le habla Fierro a la mierda.
—Es mi hija.—Discute.
—No te quiere ver. Le haces mal. Apenas se estabilice nos vamos. Podrás hacer como si nunca
hubiéramos venido acá.
—No haré eso. Se irán sobre mi cadáver.—Escucho su voz cada vez más lejos.—Es mi hija
Lincon. Y ni tú ni nadie podrá arrebatármela.
35
Damon.
Nunca he deseado tanto tener un rastreador en cada persona de la casa como lo hago ahora.
Estoy haciendo lo posible para que todo sea rápido. El caso se abrirá nuevamente y ahora
implante pruebas nuevas. Donde apunta a Fierro. Usaré eso. No dejaré que ella se vaya. No
cometeré el mismo error dos veces...
No con ella.
No.
El pagará. Y si no vuelve a mi me le voy a unir a la tumba. Hay una con mi nombre... Justo al
lado de la de ella.
—Damon... Por favor no. Te lo ruego. Déjame ir. No diré nada...—Suplica entre llanto.
Le he dado todo...
—No saldrás de acá hasta que me lo digas. No saldrás hasta que aprendas a amarme.—Sin otra
palabra salí ajustando mi traje.
Joder...
Fue un accidente.
Y no es la autora jsjsj.
Adivinen el personaje.
Akira.
Cada vez que todo se vuelve oscuro. Deseo que pronto esa oscuridad se vuelva definitiva.
Me levanto con un dolor en todo el cuerpo. Veo a Lincon con una herida en la frente.
Embarazada.
No.
No puedo...
No puedo.
No solo por el hecho de que el padre casi me mata. Si no que no me siento preparada. Le puede
pasar lo que le pasó a Oliver. No lo puedo permitir. No puedo ni conmigo misma.
—Tranquila... Haremos lo que quieras pero por favor. Hazme caso. Tu padre está durmiendo
ahora. Si no salimos de acá ahora mismo no podremos hacerlo después.—Explica.
Tengo una venda alrededor del abdomen. La cual me rozo cuando me coloco la polera.
—Esta sin seguro. Ten cuidado. Si pasa algo solo tienes que presionar el gatillo.—toma mi mano
y me guía lo que asumo es una puerta trasera.
El arma pesa en mi mano libre. Nunca he usado una pistola. Y espero no hacerlo.
Un cálido sentimiento invadió mi pecho. ¿Cuándo fue la última vez que se preocuparon por mí?
—Te lo dije antes. Me recuerdas mucho a mi hija. Es como si la estuviera cuidando a ella de
cierto modo —Dice sin siquiera mirarme.
—Si, pero ¿por qué traicionar a Damon? Pensé que sus hombres eran leales.—Añado y lo veo
tensarse.
—Lo son. En su mayoría... Pero ha hecho cosas malas.—Se aclara la garganta —A su propia
gente. Eso le ha hecho perder la lealtad de sus hombres y su confianza.Del modo que lo
traicionan. Cómo Edgar y...
Se tensa nuevamente.
Lo oigo tragar. Sus manos se aprietan alrededor del arma. Se queda en silencio por un largo
momento. Cómo si estuviera recordando algo trágico. Algo le hizo. Algo que ha hecho que este
hombre traicione a un mounstro. Debe ser grave. Para luchar contra alguien que tiene tan mala
reputación sin miedo a la muerte. Es porque le ha quitado todo...
—Mató a mi hija.
37
Akira.
Su hija.
Muerta...
Mierda.
Él la mato.
Por eso dijo que no quería que la historia se repitiera hace un tiempo. Es porque quería hacer lo
mismo conmigo.
Dios mío.
¿Dónde me he metido?
Lincon deja el arma en su cinturón. Y saca su billetera. De ahí lo veo sacar una foto pequeña...
Dios.
Me parezco a ella...
Ella tiene el cabello naranja. Y unos cuantos piercings. Eso es lo único que es diferente.
Estoy impactada.
Todo esto ha Sido muy loco. Jamás me imaginé que algo así pasaría en mi vida...
Avanzamos en silencio. Él parece saber cada escondite de esta casa. Puesto que salimos sin
mayor problema. Estamos afuera. Libres. Y no ocupamos el arma. Me guío atrevés de una
especie de túnel pequeño que nos llevó a la salida. Y nadie nos vio... Joder. Sí.
Escuchamos como unos pasos se acercan de manera rápida a nosotros. Me doy vuelta. Y puedo
jurar que mi alma se fue de mi cuerpo.
Está aquí.
No es mi padre.
Es Damon.
Dios.
Hace mucho tiempo aprendí que la vida es injusta con las personas buenas y extremadamente
justas con las malas...
Desearía ser una mala persona. Tal vez así. Algo en mi vida sería bueno. O justo
—¿A donde vas... Cariño?—Su voz me hace agarrar el arma con fuerza.
38
Damon.
Los vieron. Me informaron al instante donde estaban. Joder. Ni lo dude en venir altiro.
Joder.
Dios...
—Damon. Déjala ir. Es inocente no merece lo que le haces. Ella no es mi hija.—habla el idiota
que se atrevió a llevársela.
Lo haré pagar...
Está en medio. Bajo inmediatamente la pistola. Jamás me atrevería a levantar armas contra ella...
Nunca más.
—Déjalo ir. Déjanos ir. No haremos nada en tu contra. Por favor... No soy Yuri. Soy Akira. No
me merezco esto.—Dice bajando la mirada.
—No vuelvas a decir su nombre.—La tomo de la barbilla. Haciendo que sus ojos vuelvan a los
míos.—Estoy consciente de que no eres ella. Pero...
Lo ignoro y la atraigo hacia mí. Ella se resiste. Pero no dejo de usar mi fuerza hasta que está
contra mi pecho.
—Suéltame...—Dice.—Déjame ir.
—Eres mía.—pongo mi cara entre su cuello e inhalo su aroma.—Eres mía Akira. Nadie cambiará
eso.
Mía.
Solo mía...
—No lo soy. No me conoces. No soy ella. Por más que me parezca. No lo soy...—Dice con voz
suplicante mientras sigue forcejeando.—Esto no es sano. Estás obsesionado.
Joder.
No le dispare a ella. Nunca lo haría nuevamente. Solamente lo usé como una distracción para que
se detenga.
No dice nada no responde. Intento acortar la distancia nuevamente pero su voz me detiene.
Su mirada se ha vuelto totalmente fría. No hay sentimientos. No la puedo leer. Es como una hoja
en blanco.
Me callo.
Mierda.
No me importa que me apunte con un arma. Me acerco igual a ella. No creo que me dispare. Y si
lo hace no me importa. Camino decidido hasta que siento algo frío en mi nuca.
—Ni se te ocurra acercarte a mi hija—Habla una jodida voz conocida.—Un paso más y te vuelo
la cabeza. Estás en territorio enemigo. No me harán nada si te mato ahora mismo.
Me detengo.
Maldita sea.
39
Akira
—Te estás metiendo con la Bartva.—Dice enojado. Y con un golpe por detrás de las rodillas lo
hace quedar hincado.—Me enteré lo que le hiciste a mi hija. Y pagarás por eso.
Damon.
Maldito viejo.
—¿Su padre?—Pregunto con tono burlón.—¿Desde cuándo tienes una hija? Estás seguro de que
es tu hija o es una de tus mujeres de la noche. No me sorprendería que empezarás a delirar por tu
edad. Pero soy tan bueno que ayudo a los de la tercera edad. Tu familia te abandono—Digo para
enfadarlo.
Tiene razón.
—Busca a Fierro y a mi hija. Me los traes. No deben estar demasiado lejos.—habla al teléfono
sin despegar su mirada de mí.
—No sabía que era tu hija.—Digo excusándome.—Pero si lo hubiese sabido de igual manera me
la llevaría a la casa y me la follaría nuevamente sin parar.—Digo para molestarlo.—Tienes una
hija deliciosa.
En los eventos siempre anda solo. Solamente supe que tuvo hijos con una mujer. Los cuales lo
abandonaron. Su mujer y sus hijos se fueron de su propia casa. Y se dice en lenguas ajenas que
se marcharon por miedo...
—haremos una cosa.—Tira el arma a un lado.—Le dirás a tus hombres que se vayan.—Dice.
Se supone que esos idiotas tendrían que estar escondidos. Malditos idiotas.
Hace tiempo que no peleó cuerpo a cuerpo. Pero no me preocupo. Puedo derribar a este imbécil
fácilmente.
—Chicos, esperen más lejos, vayan a por comida. Si no aparezco en una hora y media. Atacan.
—Comunico a mi gente.
—No confundas la cobardía con saber pensar. Si de cobarde hablamos. ¿Por qué no te
nombramos a ti? ¿Una hija aparece de la nada?—Pregunto burlón— Cualquiera diría que la
escondiste porque no la podías proteger. No hay peor cobarde que el que es incapaz de intentar
luchar por su familia o peor aún... ¿Acaso la abandonaste? Eso sí es de cobardes.
—¿Qué sabes tú de familia? Nunca nadie te ha querido lo suficiente como para quedarse a tu
lado... ¿O acaso no sabes que hasta tu propia mano derecha te traiciona con mis socios?
Habla de Edgar.
Sin que se lo espere me lanzo contra él. El que se mueve primero no siempre gana. Pero si tiene
algo de ventaja. Algunos lo ven como un acto idiota. Y otros como yo. Pensamos que mientras
más distraído se mantenga al enemigo. Más tiempo se gana para atacar por las espaldas.
Mi gente ya se dirige hacia acá. Les di una señal. Más bien una palabra. Comida...
Suena muy estúpida tal vez lo es. Pero me ha funcionado antes. No veo porque me podría fallar
ahora.
Somos hombres malos. No se puede esperar nada bueno. No le debo lealtad ni confianza a mi
enemigo es por eso que no dudo en atacar por la espalda.
Está noche. Uno de los dos saldrá muerto. Y presiento que no seré yo.
Damon.
Es la única forma de tenerlo distraído. Su teléfono ha sonado varias veces. Deben ser sus
soldados avisándole que mis hombres están acá.
Akira debería estar cerca... no fue hace mucho que se fue. Y si los hombres de Alan los encontró.
Para mi será fácil robarla de su padre.
Es obvio que no quiere estar acá. El problema es que tampoco quiere estar conmigo. Pero eso
puedo manejarlo.
En la mansión estará mejor que aquí. Lo único que sé. Es que no la dejaré ir.
Cuando se escucha el primer balazo me saco a Alan de encima y saco mi arma que tenía
escondida.
—Lo mismo digo Alan.—Sonrío y cuando escucho la voz de Edgar la sonrisa se me va.
<<Amigo mío>>
Tal vez es hora de matar a dos pájaros de un tiro. Pero sería demasiado rápido. Muy sencillo para
él...
—No lo sé.—Se encoge de hombros como si nada importara.—Es viejo. Ya está empezando a
delirar
—¿Escuchaste eso Alan?—Pregunto con una sonrisa sínica—Estás delirando. Mis hombres son
leales a mí. Si no lo fueran los despellejaría en vida mientras ruegan para que los mate.
Asiente levemente.
En cualquier mafia el traidor merece la peor de las muertes. Eso se respeta. Sin importar de que
parte sean.
—No te metas con mis enemigos.—Presiono mi arma en su cabeza.—No tienes ese poder. Si
este hijo de puta muere. Será por mi mano. No por la tuya.—Siseo con rabia.
Los hombres de Alan han llegado poco a poco. Pero no hacen nada. Bueno no alcanzan a hacer
nada porque mi gente le perfora la frente antes de que siquiera alcancen a alzar el arma contra
mí.
Alan se recompone y justo cuando estoy a pasos de él. Aparece un hombre. Con Akira...
Su perro faldero le hace caso. Sale corriendo con ella. Dejan a fierro atrás pero los sigue.
—No...—Levanto el arma y le disparo en la pierna.—Es para que no nos sigas. Hoy me voy con
lo que es mío, te guste o no. Tu hija es mía.—Me guardo el arma.— No te mato por respeto a
ella. Pero volveré.—Prometo—Y el que no la volverá a ver serás tu hijo de puta.
Hoy me la llevo.
Hoy me encargo de Edgar y fierro.
Nota: Мой друг (Se pronuncia moy drug y en ruso significa amigo mío). Les dejo acá una
imagen de como sería Damon. Denle las gracias a @Carlinda11 por la ayuda y la
imaginación (no sé cómo etiquetar aquí lo siento)
Akira.
Nos encontraron cerca. Pensamos que nos dejarían ir pero nos equivocamos. No tenía planeado
dejarme ir. Planeaba darme la esperanza de hacerlo y luego arrebatármela como si nada.
—Déjame ir. Te aseguro que a tu jefe ni siquiera le importo. Me abandono por años. Tal vez solo
quiere quedar bien con los demás o que sé yo.—Ruego.
Me pusieron una venda en los ojos. Me pone nerviosa no poder ver a dónde voy.
—No lo fue por años. Y no lo será ahora. Por mucho que él intenté cambiar eso. El daño ya está
hecho.—Digo.—Ya crecí sin un padre. No le importo saber que una niña andaba sin padre y
madre por ahí. ¿Por qué le importaría ahora que estoy grande?
—Usted es importante. Puedes que ahora no lo vea porque está resentida. Pero si padre la ha
protegido desde siempre.—Habla tan calmado que me da rabia.
¿Resentida?
Puede ser.
Lo odio.
Lo seguiré odiando.
Dios...
Odio ese sonido.
A pesar de no ver cierro los ojos. No por miedo. Si no de una forma para pensar en algo más. En
alguien más. Cualquier cosa. Que me saque de la realidad.
Damon.
—¿Crees que no investigo a mis enemigos?—Hago una pausa—¿Crees que no sé que tiene dos
hijas Una de once y otra de nueve años? ¿Que estudian en casa para que no les pase nada?
Él levanta su arma hacia mí. Fierro se pone a mi lado y levanta el arma hacia él. Es bueno saber
que algo nos une. Ese alguien mejor dicho, es Akira. Pero eso no lo salvará de la muerte dolorosa
que le daré.
—Tu eliges. O la sueltas y mueres rápido o mato a tus hijas frente de ti y tú te les unes.—
ofrezco.
—Jódete.—Aprieta el gatillo.
Akira.
Mierda.
Ya nada me sostiene.
Lo mataron.
Con el pecho agitado me saco la venda de los ojos y antes de ver de quién se trata. Corro.
Mierda.
—¿A dónde vas cariño?—Pregunta pronunciando lo último con tono de burla.—Se acabó la
persecución.
Akira
—No.—Contesto secamente.
— Akira Genovés Belinsky suena bien para nuestro futuro.—Habla ignorando lo que le dije.
Me tenso.
Mierda.
No puede saber...
—Jódete.
Me pongo más a la orilla para evitar estar cerca de él. Está cubierto de sangre. Recibió una puta
bala en el hombro y al maldito psicópata ni siquiera le importa.
Estoy enojada. Furiosa. Todo lo negativo que haga referencia al odio lo estoy.
—Ponte el cinturón.—Ordena.
Siento su mirada. Está esperando que haga lo que dice. Pero se quedará esperando porque no lo
haré.
Se acerca a mí y sigo ignorando su presencia.
Sus labios tapan los míos y forcejeo para que no me bese. Muevo la cara, pero él con una mano
sostiene mi cara.
Me besa mientras yo no hago nada, mi boca no le corresponde. Intento mover mi pierna para
pegarle pero me atrapa.
Mierda...
Ya sé.
Hago como que me dejó llevar y presionó con mi dedo pulgar la herida.
No me detengo, ejerzo más fuerza y él muerde más fuerte mi labio. Siento como mi dedo se
cubre de sangre. Ocupo toda mi fuerza hasta que por fin se separa de mí con expresión de dolor.
Cuando está a centímetros de mí le doy una cachetada. Cosa que hace que su cabeza sé dé vuelta
por la fuerza.
Hijo de puta.
—Joder mujer.—Se queja mientras toca su hombro como si eso fuera a aliviar su dolor.
—No soy Yuri. Te lo repito porque parece que en tu estúpido cerebro no entra. No soy ella. Si
crees que me puedes besar o tocar te equivocas.—llevo un dedo a su pecho.—Que te quede
claro. No cederé a ti. Jamás. Ya intentaste matarme una vez y no lo lograste. Que no te sorprenda
si un día el que termine muerto serás tú. Porque te mataré. Y luego veré qué hacer con tu
asqueroso cuerpo. Pero conmigo no vas a jugar nunca.—Hablo exasperada.
—Tengo una gran idea de lo que puedes hacer con mi cuerpo.—Habla con una sonrisa irritante.
—Idiota.
—Si quieres matarme. Adelante. Te dejo intentarlo. Pero, cariño te advierto, muchas personas lo
han intentado y ahora están retorciéndose en el infierno. Te aconsejo que pienses mejor lo que
harás.
—Si, bueno. Tu padre es el que se está desangrando ahora mismo. No esperes tanto de él.
—¡No soy una puta propiedad!—Grito— Maldito psicópata déjame ir de una vez o mátame
como lo intentaste hacer esa noche. Cualquier opción es mejor que estar a tu lado.
—Lo siento por eso, cariño. Se me salió de las manos. En mi mundo el traidor merece ese tipo de
castigo.—suaviza la voz.
—Te odio.—Intento golpearlo, pero atrapa mi mano y me atrae para rodearme con sus brazos.
—Shh... Tranquila.
—Te odio
—Lo sé. Joder lo sé. Y no hay día en que no me arrepienta de haber dado esa orden.—Susurra
sin soltarme.—Haré lo que sea para que me perdones.
—Me sirve de una mierda tu arrepentimiento. La única forma en que puedo perdonarte es que te
mates o me dejes ir.—Digo con voz dura.
—Akira.
—Muérete.
Damon.
Tuve que dejarla encerrada en una habitación. Iré con ella cuando me encargue de mi herida y de
Edgar.
Akira.
—Joder—Digo desesperada.
¿Qué se cree?
—Maldito idiota.—susurro.
Tal vez...
Si rompo algo. O me hago alguna herida. Me lleven al hospital. Podría escapar fácilmente. De
seguro me deja con guardias y cuando ellos estén durmiendo. Yo escaparé.
Tengo que hacer algo con el bebé. Me niego a traer a este mundo a un bebé para hacerlo infeliz.
Porque en este mundo de mierda lo será. Su padre es un maldito loco. Que seguramente le va a
enseñar a matar en vez de andar en bicicleta.
No puedo hacerlo...
Aunque me duela.
Si algún día tengo un hijo tiene que ser de una persona que pueda darle todo lo que se merece.
Veo la habitación.
No hay nada puntiagudo para hacerme daño. Solamente veo un jarrón con unas flores amarillas...
Lanzo el jarro con toda mi fuerza hacia el piso. Y rápidamente recojo un pedazo de vidrio.
Esto servirá.
Damon.
Tuve que desinfectar y suturar mi herida yo solo. Es algo que antes hacia Fierro. Pero
considerando su traición tengo que hacerlo solo.
Volviendo a los viejos tiempos. No es la primera herida que tengo a causa de una bala. He tenido
bastantes.
Joder.
¿Qué ha hecho?
Corro hacia la habitación. No sé cómo subo las escaleras tan rápido pero lo hago.
Está adentro.
O eso parece.
—Akira...—Hablo, pero me veo interrumpido por un cuerpo que choca contra mí.
Mierda.
Es ella. Lo sé por su puto aroma que es inolvidable. Está en mi espalda como si de un mono se
tratará.
Me río.
Perfectamente, podría sacarla de encima de mí y quitarle lo que sea que tiene en la mano. Pero la
dejo.
Dios.
—Te doy la oportunidad de matarme. Serás libre una vez acabes con mi vida.—Miento.
—Bien. Dile a tus hombres que no me hagan nada. O que te matarás. Inventa algo para poder
salir de aquí.—Habla como si realmente pensara que la dejaré ir.
—Si quieres ser una sobreviviente tienes que luchar como una. Si puedes matarme a mí te
aseguro que será más fácil matar a mis hombres.
—Entonces piénsalo dos veces antes de amenazar a muerte a alguien si no eres capaz de luchar
contra él.—Hablo mientras muevo una mano para sacarla de mi espalda. Intento tomarle una
mano para bajarla, pero mi mano toca su boca.
Maldita mujer.
No se da por vencida.
Baja corriendo por las escaleras. Casi se cae al hacerlo, pero me mira siguiéndola y sigue.
Corro detrás de ella. Cuando llega a la puerta se detiene. Dos de mis hombres están en la puerta.
Me miran esperando una orden y niego.
Se detiene.
Presiento el porqué.
Debe tener miedo...
Mis hombres. La mayoría que le dispararon fueron ellos. También los que la sacaron de la
habitación.
Los amenaza.
—Nada jefe. Le decíamos a la chica que no puede salir eso es todo.—Response uno.
—¿Y se lo dicen entre risas?—Encaro una ceja.—¿Desde cuándo entrené a unos payasos?
—Desde hoy no le hablan. No la miran más de lo necesario y bajo ningún motivo que no sea
para protegerla la tocan, ¿Quedó claro?—Hablo fríamente.
Nunca he dejado que me hablen en voz alta. Mucho menos que me insulten. Y mis hombres lo
saben.
Me giro hacia Akira. Quien está de brazos cruzados. Todavía tiene un pedazo de vidrio en la
mano. Cómo algo de defensa. Ni que le fuera a servir.
—Y tú. Dejarás de escapar de una vez. Harás que te maten.—La tomo como un saco de papas.
Me importa una mierda que mis hombres vean esto.
No la bajaré.
Mierda.
Realmente la subestimé.
Aguanto el dolor mientras subo a la escalera. El escozor del hombro por el balazo vuelve a
aparecer.
Maldita sea.
—Deja eso. Maldita sea.—Gruño de dolor.—Cállate un momento mujer. Haces que me duela la
cabeza.
—Me alegro. Seguiré hablando hasta que te revienten los oídos. O hasta que te veas obligado a
dejarme ir.
Está vez me aseguro que nada que pueda usar en mi contra quede en la habitación. Aunque
viendo cómo es. Sería capaz de hacerme daño hasta con cepillo de dientes.
A este paso terminaré muerto si bajo la guardia con ella. No lo creía. Pero es capaz de matarme
hasta cuando duermo.
Akira.
No dormí nada.
—Adelante.—Digo relajada.
Me siento cansada.
—Señora...
Ella asiente.
—Lo lamento. Señorita Belinsky... El señor me pidió que viniera a buscarla para el desayuno.
—Dijo que no aceptaría un no como respuesta. También menciono que si no baja la vendrá a
buscar el mismo. Lo siento señorita. Palabras de él no mías.
Damon.
Siempre es lo mismo.
A mi lado.
—Pedí tocino con huevo. Pensé que te gustaría. Pero si no te gusta puedo pedir algo más.—Digo.
Ella niega.
¿Qué le pasó?
Es raro.
—Akira. Con la comida no se juega. Si no quieres. Ya te dije. Puedo pedir que te preparen algo
más.
¿Otra vez?
La miro fijamente hasta que se dispone a comer un poco. Cuando da el segundo bocado frunce el
ceño.
—¿Qué te pasa...?
Veo como se levanta rápido de la mesa con una mano puesta en la boca.
Me levanto y antes de seguirla pruebo su plato. Nada sabe mal. Ni está muy salado.
¿Será vegetariana?
Tendré que pedir que saquen todo tipo de carne de la casa. Si eso le hace esto. Me encargaré de
que jamás vuelva siquiera a oler la carne.
—Señor...
—U-usted señor.
¿Embarazada?
Embarazada...
¿Akira?
¿Desde cuándo?
Mierda.
—Akira.
—Vet...
Frunzo el ceño.
—Ándate.—Dice apenas.
—Si o no.—Insisto.
Joder.
Es mentira.
Pero primero tengo que arreglar mis asuntos con las malditas ratas que tengo en el sótano.
Damon.
Pedí que los dejarán en la misma celda. Al fin y al cabo ambos morirán.
—Damon. Amigo mío pensé que me querías para cuidar a este idiota.—Señala a Fierro.—Pero
tus hombres se confundieron y me ataron.
—Claro que lo sabe estúpido. Si ni siquiera tuviste cuidado haciéndolo. Imbécil.—Habla Fierro.
—¿Tienes miedo?—Me río al ver a su barbilla temblar.—Eres tan estúpido al meterte en la boca
del diablo sin saber cómo salir... ¿Acaso creías que tenías oportunidad contra mí?
—Al menos logré joderte. Por un buen tiempo.—Dice fingiendo que no tiene miedo.
Sé del lenguaje corporal. Y estoy seguro de que está a punto de cagarse encima.
—¿Y? ¿No vas a preguntarme?—pregunta al ver cómo me dirijo directamente al piso. Donde
hay armas de tortura.
Cuchillo.
Arma.
Necesita sufrir.
Tengo una cierra de mano.
Bien. Sí.
—Pero...
—Te daré tres opciones... No. No son opciones. Te contaré lo que te haré.—Sonrío con el
cuchillo en mano.—¿O es mejor que sea un secreto? Tal vez es mejor que sea sorpresa. ¿Qué
opinas amigo? ¿Una última sorpresa antes de morir?
—Joder Damon. No puedes llevarme a otra celda. No quiero ver la sangre de este idiota.—Habla
Fierro pero lo ignoro.
Lo interrumpo cuando rompo la tela con mi cuchillo. Sé lo que tengo que hacer.
Conozco las mejores técnicas de tortura para hacer que mis enemigos se arrepientan hasta de
haber nacido.
—¿Por qué no? Mis mejores torturas para mis mejores hombres.—Me burlo.—Sabes que la
traición de familia se paga más caro que la traición de una persona ajena.
—Pero...
Clavo el cuchillo en su abdomen. Algo meramente superficial. Lo necesito vivo. Tiene que estar
vivo para lo que planeo.
—Me sorprendes amigo. Creí que tenías más resistencia. Nos entrenaron juntos. ¿Recuerdas?—
Me rio.
Con mis dedos cubiertos de sangre Meto mi cuchillo un poco. Cortando en horizontal sacando
una leve capa de piel. No la corto toda. La necesito para tomarla.
Lo ignoro.
Lo despellejo vivo...
Mis manos quedan adoloridas de tanto tirar de su piel. Sus músculos quedan expuestos. Con un
rojo vivo.
Es suficiente.
—Dile a los demás que me esperen afuera. Con armas recargadas. Es hora de exterminar.
Akira.
Balazos...
Jodidos balazos y son tan jodidamente conocidos. Sientan tal cual aquella. Noche.
Joder.
Le está haciendo lo mismo que a mí... Otra persona. Otra chica tal vez. Está sufriendo lo mismo
que yo.
Maldita sea.
Me estremezco.
No puedo apartar la mirada de la ventana. Es imposible hacerlo. Ahora Damon está unido con
sus hombres disparando.
Este hijo de puta está loco. Jamás conocí a un ser tan despiadado como él. ¿Qué no le basto con
hacérmelo a mí?
—Joder...—Susurro desesperada.
Se escucha un grito.
No es una chica.
Es un hombre...
Damon.
—¡Paren tiene que estar respirando para lo que planeo!—Apenas hablo ellos paran.
—¡Que esto quede de ejemplo! ¡Los dejaré peor a ustedes si se atreven a siquiera pensar en
traicionar mi confianza!—Señalo a Edgar.—¿Entendido?
—¡IDIOTA!—Escucho un grito.
Oh no.
Joder.
No.
—Akira.
—Lo volviste a hacer. ¿Quién es esta vez?—Pregunta enojada y mira a quien está a mi espalda.
—Akira...
Ella intenta correr hacia él, pero la detengo agarrándola por la cintura.
—¿Qué?
—Él te entregó. Nos hizo creer a mí y a mis hombres que tú eras la puta rata traidora... Cuando
era él. No le importó que fueras su jodida amiga. Te entregó. Acéptalo y deja de llorar.—Hablo
fríamente.
Para que las palabras queden en su cabeza tengo que ser así. Frío.
—No quieras culpar a los demás por tus errores. Por tu culpa me dispararon. Tú lo ordenaste.—
Dice con la misma frialdad.
—Akira...
—Di una orden. A ella la protegen. Y apuntarle con las pistolas no es proteger ¡Maldita sea!—
Grito.—Es sangre, maricas—Susurro— No me estoy muriendo.
Está temblando.
Es de rabia.
—Lleven a Edgar al calabozo. Que fierro lo mantenga con vida. Denle todo lo que pida de
medicamento o cualquier mierda. Pero lo quiero vivo.—Ordeno.
—Creo que tienes un serio problema con apuñalar a las personas.—Agrego para romper el
silencio.
—No.—Respondo rotundamente.
—Damon. Si no me dejas verlo por las buenas... te cortaré el puto cuello. Y está vez lo cumpliré.
—Empieza a patalear.—No importa. Descubriré dónde lo tienes. Y me iré de aquí con él.
No la dejaré ir.
—No te incumbe.
—Akira.
Me ignora.
Puta madre.
¿Cómo escapó?
Es como sí...
Mierda.
Edgar se va a morir. Y no puedo dejar que se muera así nada más. Aún falta algo.
Después me encargaré de ella y de esa horrible camiseta que lleva. Que no es mía. Pero es de un
hombre...
Damon.
Me saqué el cristal incrustado cuando venía caminando hasta acá. No fue grande, pero si saco
demasiada sangre. Al menos sé que está mejor. No está vomitando ni ignorándome. Ahora
pelea...
Paso sin hacer ruido al cerrar la puerta. Una vez adentro puedo divisar a Fierro limpiando las
heridas a Edgar.
—Maldito idiota. Si no lo hubieras traicionado ella no hubiese sufrido todo eso.—Lo escucho
susurra.
Por suerte ninguna bala le dio en la cabeza y el enfoque principal eran sus piernas para que no
muriera tan rápido.
—Morirás. Eso está claro. Pero primero nos queda algo pendiente.—Susurro.—Fierro. Pásame la
cierra.
—P-por favor...
—Damon...
—Es hora. Edgar.
...
Está listo.
Se ha ido.
Se fue el traidor.
Una diminuta parte de mí se siente mal. La parte que aún veía a Edgar como su mejor amigo.
Que bueno que esa diminuta parte no me controle. O seguramente estaría muerto por estúpido.
—Damon...—Habla Fierro.
—No. Voy a suplicar por ella.—Dice y agacha la cabeza.—Por favor. Niño. Recapacita... Ella
merece ser feliz.
—Te voy a hacer una pregunta. Y espero que la respondas con sinceridad.
—Adelante.—Asiente.
—¿Akira está embarazada?—Pregunto y busco alguna expresión en su rostro. Pero nada cambia.
No sé mueve. No habla. Apenas se nota que respira.
—¿No hablarás?—Inquiero.
Él niega.
—Es increíble. Una mujer. A quien conoces desde hace poco, le entregas la lealtad que tanto
buscaba de ti.—Suspiro.—De verdad te consideraba un padre.
—Hijo mío. Sabes que te fui leal... Pero destrozaste esa lealtad cuando la mataste. Me la
arrebataste.
—No es lo mismo. Dios. No lo es. Akira es... Ella realmente me hace sentir algo más. Algo que
lamentablemente Yuri jamás me dio. Ni con su indiferencia...—Explico.
No lo haré.
—Una última vez.—Trago una cosa amarga que se instaló en mi garganta.—No lo hago por ti.
Es por ella.—Miento.
Es por ambos.
Akira.
¿Lo ha matado?
Joder.
Pero este dolor puede valer la pena. Se supone que no hay médico en casa. Y sí... Y si Fierro ya
no está.
Un zapato.
Bien.
Uno...
Gira la Manilla.
Dos...
La puerta se abre.
Tres...
La silueta aparece.
—Fierro.—Susurro y lo veo.
Es él.
Está vivo.
—Oh dios mío.—Corro a abrazarlo.—Estás bien... Pensé que Damon te había hecho algo.
—Idiota.
—No pasa nada. Me alegra que te defiendas.—Dice y mira a Damon.—¿Nos puedes dejar unos
minutos solos?
—Solamente hablaremos.—Insiste.
—Damon. Vete.—Digo.
—No. Akira.
—¿Te perdonó? ¿Cómo es que estás aquí? ¿Volverás a trabajar para él? ¿Estás en peligro?—lo
inundó de preguntas.
—Cálmate muchacha.—Se ríe.—Veo que el único que corre peligro aquí no eres tú. Es el.—
Cambia de tema.
—Lincon...
—Tienes que cuidarte. Pase lo que pase cuídate.—Toma mis manos ensangrentadas—Tengo que
arreglar esto.
—¿Qué...?—Pregunto confundida.
Ahí lo entiendo.
La garganta se me cierra.
Él es el único con el que he sentido algún lazo paternal. Nunca antes lo sentí. Y se siente bien...
Pero me lo va a arrebatar.
Damon lo va a matar.
—No puede hacerlo. No puede Fierro. Él... Hay que buscar una manera. De evitar que él lo haga.
Puedo...
—No hay manera niña. Construí mi propia tumba cuando te saque de aquí.—Veo como se le
escapa una lágrima.—Lamento que todo esto no sirviera me nada... No te pude sacar de aquí.
—Aún puedes. Puedes hacerlo. Quédate por favor. No dejes que él te mate. Lucha.—ruego entre
lágrimas.
Se lo va a llevar.
Lo va a matar...
—Si le haces algo te juro por dios que jamás me volverás a ver. Damon. Te lo prometo. Lo matas
y te vas a arrepentir de por vida.—Amenazo con rabia.
Se acabó...
Fierro. Él no volverá.
Damon.
Él niega.
Es experto en eso.
—¿De verdad me odias?—Pregunto con voz suave. Recordando los momentos dónde él me
acompaño.
—No. Y eso es por lo que más me odio. A pesar de saber lo que has hecho. No puedo... No
puedo llegar a odiarte. Ni mucho menos a quererte muerto. Tengo rabia. Porque no la salve de ti.
Pero no puedo odiarte. Porque cada vez que te veo. Veo al niño pequeño que venía llorando por
las noches a mi habitación. Veo al niño que críe. Al que le enseñe como andar en bicicleta y
muchas otras cosas.—Niega y se aclara la garganta.—No te puedo odiar. Por mucho que quiera
hacerlo.
—Lo siento tanto... Si te dejo vivir mis hombres se sentirán en libertad de...
—No tienes que explicarme. Lo sé.—Pone una mano en mi hombro y me da una sonrisa
comprensiva..—¿Le darías un último abrazo a este viejo?
Akira.
Una hora.
No sé nada.
Damon no aparece.
No.
Sé que es Damon.
—Akira...
Damon.
—¡NO!—grita desconsoladamente.—LINCON...
Su llanto me rompe el corazón.
—Me has quitado todo... Mi libertad. La oportunidad de tener un padre.—Habla entre sollozo.
—Te lo dije.—Se aclara la garganta.—Te dije que si lo hacías nunca más me ibas a ver...
—Déjame ir.
—Déjame ir... Déjame ir o te juro que me mato. Damon déjame libre. Te lo ruego. No quiero
estar contigo. No te quiero... —Escucho como algo se quiebra.
El espejo...
No.
No.
Maldita sea.
¿Qué ha hecho?
No...
No joder.
Es un flashback.
Yuri...
Ella.
Yo la Vi.
Nada.
Fue mi culpa.
Yo la mate.
—No, no por favor no lo hagas.—Ruego sin poder detener mis lágrimas.—No lo hagas. Tú no
por favor... Tú no me dejes.
—Déjame ir...
—¿Por qué? ¿Por qué no me amas...? ¿Por qué nadie es capaz de hacerlo.?—Susurro.—¿Tan
malo soy Akira?—Se me quiebra la voz.
—No sabes amar, Damon. Ese es el problema. Quieres una propiedad a quien manipular a
alguien que cumpla tus caprichos sexuales. No a una pareja.—Dice entre lágrimas.— Y m-
mataste a Fierro... El hombre que te crío. ¡Lo mataste! Eres un monstruo.
—No es así. Si quiero una pareja. Te quiero a ti. ¿No es suficiente todo lo que te doy?—Susurro.
—Y fierro él...
La mujer que quiero está a punto de quitarse la vida con tal de no estar conmigo...
—Ábreme.
Silencio.
—¡Akira!
No.
No.
—¡MIERDA!
50
Damon.
Me costó hacerlo. No he parado desde matar a dos personas ser apuñalado constantemente...
Todo eso me dejo cansado.
—Akira...—Susurro.
Está en el suelo.
Hay sangre.
Mucha sangre.
Maldita sea.
—No. No. No...—Palmeo su cara para ver si reacciona.— ¿Me escuchas?—toco su pulso. Aún
hay pulso.—Yu... Akira. Maldita mujer terca. Despierta ahora mismo.—Susurro al borde del
colapso.—No me hagas esto...
Rompo mi camisa con las manos, hago dos tiras. Acelerado tomo con cuidado su muñeca.
Envolviendo con la tela blanca sus muñecas.
Hay tiempo.
—Si te muere. Juro que te seguiré. A donde sea que vayas. Cariño.—Deposito un beso en su
frente y la cargo.
Se empiezan a mover. Todos hacen algo. Unos se encargan de sacar dos autos. Uno para que
vaya adelante de dónde vamos a ir nosotros y el otro para que nos siga por atrás.
Me traen un auto rápido. Mientras que yo me desvanezco. Cada segundo que pasa ella se va
debilitando más.
Nunca.
—Vamos. Cariño. Resiste. Te prometo que te daré libertad... Te dejaré elegir, pero para eso
tienes que sobrevivir ¿si?—Toco su cara. Dejando una mancha de sangre.
Joder.
Mi vida había empezado a ser divertida cuando llegó ella a mi vida. Empecé a reír.
Ella me devolvió una pequeña parte de mí que creí muerta cuando pequeño.
Algo de humanidad.
Queda tiempo...
51
Damon.
La ingresaron de urgencia.
Joder.
Sin familia.
Sin amigos.
Sin Akira...
¿Alan?
Él se acerca cojeando.
—Señor.—Se acerca el médico que se la llevó para adentro.—La señorita necesita una
transfusión de sangre. Urgente.
—Es AB- —Habla Alan.—Igual que yo.—Le dice al médico.—¿Dónde tengo que ir?
—Sígame por favor.—Empieza a caminar, pero se detiene y me mira.—Tiene suerte que su hijo
esté vivo. Puede relajarse ahora. Todo está bien.
Joder.
Yo lo ignoro.
Mierda.
Si está embarazada...
¿Será mío?
Mierda.
Desde hace cuánto que lo está... ¿Acaso estuvo embarazada cuando le dispararon?
No.
—¡Mierda!
Maldita sea.
Nota:Cap corto...
Akira.
Oh joder...
No lo logré.
—Vete.—Digo tajante.
—Te puedo llevar ahora mismo si quieres. Solo tienes que decírmelo y me encargaré.
Mierda.
Joder.
—Nunca te sentí como tal. ¿Por qué será?—Pregunto con ironía.—ah, es cierto. Nunca te
importo estar presente para tus hijos.
—Nunca olvidaré el pasado. Porque me hizo daño. Y nunca olvido quien me ha hecho daño.
Alan. Ten eso en cuenta.—Levanto la mirada y la mantengo con la de él.
—¿Te duele?—Pregunto.—¿Duele saber que tu hija no te quiere?—Me río sin humor.— Espero
que te duela porque es tu culpa. Es tu culpa que tu hija sea mala contigo. Es tu culpa. Todo es tu
culpa.
—Akira...
—¿Sabes? Fue mejor padre un desconocido que mi propia sangre. Fierro. Al que lo conocí hace
prácticamente meses se comportó más como padre que el propio idiota que dono esperma.—
Susurro.—El muerto hoy debería ser otro. No él.
—Alan. Vete. Ahora.—Él me mira con los ojos rojos. Y luego le hace caso. Cosa que me
sorprende. Pero lo ignoro.
—Escucho.—Me acomodo con las sábanas de la camilla para intentar dormir. A pesar de
despertar recién. Tengo sueño.
Está nervioso.
Me encojo de hombros.
He puesto en duda eso. No sé si tenerlo o no. Por un lado. Si quisiera tenerlo. Podría decir que lo
aborte y me escapo.
—Entonces es mío.—Se ríe sin gracia.—Si no fuera mío estoy seguro de que lo traerías a la vida.
—Haremos un trato.—Ofrece.
—Aja.—Resoplo interrumpiendo.
—Y después de eso. Te podrás ir. Me dejas al bebé a mí y te vas. Desapareces. Serás libre.—
Añade.
—Iras a un internado por tus intentos de suicidios que según sé son muchos. Y cuando tengas al
bebé me lo robo. Así de sencillo. Tú eliges. Por las buenas o por las malas. Yo salgo ganando
con ambas.—Se encoge de hombros despreocupados.
—Que bueno que por fin dejas ver tu verdadera cara Damon.—Sonrío maliciosamente.
—Elegiría la primera. Si el niño fuera tuyo.—Miento.—Solo supusiste que era tuyo. No es que
realmente lo sea.—Me encojo de hombros intentando parecer despreocupada.
—No estuviste conmigo cuando estuve con Fierro.—Digo lentamente esperando que se me
ocurran más cosas.—Habían muchos chicos en la casa de Alan. Mucha carne fresca para probar.
Lo siento. No pude resistirme.—Me burlo.
—Mientes.
—Espero que estés mintiendo. De verdad lo espero si no quieres una puta guerra contra tu papito
y sus perros falderos.—Tensa la mandíbula.
Está enojado.
Se ha creído algo...
Eso es bueno.
—Me da lo mismo. Después de todo ya mataste a quien quería. Puedes matar a Alan si quieres.
Que esté vivo o muerto no suma nada a mi vida.—Finjo un bostezo.
—Ahora si me permites. Tengo sueño.—Me acomodo ignorando su presencia y cierro los ojos.
Les dejo como imagino a Akira. Recuerden son libres de imaginar cómo deseen.
La tercera es la más parecida:)
Damon.
Está embarazada.
Joder.
Necesito algo de licor. Toda esta mierda está pasando tan rápido...
Temo cerrar los ojos un segundo porque cualquier mierda puede pasar.
Akira.
No pasaron ni dos minutos desde que salió Damon y ya pasó nuevamente Alan.
—Salió enfurecido. Pensé que te había hecho algo.—Se sienta.—Escuche lo que hablaron.
Es cosa de horas para que Damon descubra que le mentí. Tengo que desaparecer. Si lo hago
podré escapar.
—Acepto.—Digo.
—¿Qué?—pregunta confundido.
—Acepto irme contigo. Pero tiene que ser ahora. Y no viviré contigo. Si escuchaste lo que dijo
Damon. Sabrás que me buscará. Y no puedo estar en el país para cuando sepa que me fui.
Lo único que se es que tengo que salir de aquí ahora. No me importa irme con Alan. Por mucho
que lo odie es mi única salida.
—No te arrepentirás—Toma mis manos y me quejo.—Lo siento... De verdad. Por todo. Pero te
juro que haré de todo para compensar lo que he hecho.
Yo solo meneo la cabeza.
Solo espero. Por una vez en mi vida que algo salga bien. Solamente quiero paz.
—Está bien.
Damon.
No bebí mucho...
No lo sé.
Lo único que deseo ahora mismo es verla. No me importa si está embarazada o no. O si el hijo es
mío o no. Nada más me importa ella.
—Lo siento señor... No hay registro de ninguna señorita con apodo Genovès.—Dice.
— Está bien, aquí está.—Habla lentamente —La señorita Belinsky acaba de ser retirada hace
unos instantes por el señor Belinsky.
Mi pecho se acelera.
Se ha ido.
Se fue...
Mi celular vibra.
De la nada me siento sobrio de nuevo. Es como si un balde de agua fría me hubiese caído.
—¿Si?—Contesto.
—Señor, La señorita Akira y Alan Se están yendo.—Informa— ¿Quiere que los detenga o los
siga?
—No hagas nada.—Digo con pesar—Déjala ir.—Hablo mientras siento como dejo ir un pedazo
de mí.
Se lo prometí.
Ahora lo es.
No importa cuánto me duela... Si no lo hacía ella iba a morir. De una u otra manera encontraría la
manera de matarse.
Me llevo la mano al pecho. Intentando recuperar el aliento. Siento como algo me falta y sé
exactamente que es.
Akira.
—¿Estás bien?
Dios estoy cansada de esa pregunta. Agradezco que se preocupe o finja hacerlo pero me cansa.
De verdad.
—Sí.—Contesto incómoda.
—¿Necesitas algo?—Pregunta.
—Necesito ir a mi casa. Tengo que sacar unas cosas...—Le digo y luego doy la dirección.
Se queda congelado.
—¿Podemos hablar de eso?—Habla con suavidad. Bueno. Con tanta suavidad que pueda hablar
un hombre de este mundo.
¿Significa algo?
—¿Es verdad?—Pregunta.—¿Abortarás?
—Sí.—Miento.
Nunca hay que confiar mucho en alguien. A veces es bueno tener la clase de secretos que solo
uno sabe. Y así se quedará.
—Sé que esto no cambiara nada...—Cambia de tema.
—Pero realmente lamento haberte abandonado con tu hermano. Estaban solos... Desprotegidos.
—Continúa—Lamento todo lo que ha pasado. Juro que de haber podido jamás me hubiese ido.
—Déjame explicarte.—Asiento y continúa—Estaba metido con gente mala. Muy mala. Que era
capaz de matar a mujeres embarazadas imagínate lo que le hubiesen hecho a ustedes... Tuve que
sacrificar todo lo que me importaba para llegar hasta donde estoy. Estuve mucho tiempo
escondido. Es cierto. Tuve una nueva familia. Pero me abandonaron en cuanto encontraron como
obtener más dinero. Y se fueron...
—Todo ese tiempo que no estuve con ustedes. Estaba trabajando. Para tener algo que ofrecerles.
Algo más que una pocilga, pero...
—No. Jamás. Cuando pude tener lo que quería empecé a tener problemas con los italianos. Se
formó una guerra. Una maldita guerra dónde estaba involucrado Damon. Temía que si iba a
ustedes él les hiciera algo.—Explica.
Él niega.
—No. Por un tiempo tuve que estar prácticamente incomunicado. Solo ocupaba radio
transmisores que eran más difíciles de rastrear.—Baja la mirada.—Si hubiera sabido que Oliver
estaba tan mal... Habría quemado el mundo para salvarlo.
—¿En todo ese tiempo nunca pensaste si teníamos para comer siquiera?—Inquirí.—Gracias a
dios fueron pocos los días que nos quedamos sin comida.—Suspiro entrecortadamente.—Con la
pensión que dabas no fue suficiente. Entre el alquiler, la escuela. Los útiles... No nos alcanzaba.
Aún duele acordarse de eso. Pero gracias a eso salí adelante. Trabaje.
Cuide de él.
Me río.
—Esa gente ni siquiera nos conoce.—Niego.—Pero ya no importa. Nada devolverá el tiempo.
Nada me lo traerá de vuelta.
El auto se detiene.
No protesto.
Damon.
Solo me sé los nombres de unos pocos que son los que han estado hace tiempo conmigo.
—Para nada... Pero lleva bebiendo desde que la señorita Belinsky se fue.—Apunta la botella de
Tequila.
—¿Acaso tengo que darle explicaciones a la servidumbre cuando quiero beber?—Encaro una
ceja.
—Akira...
Él asiente.
Llevo mi puño que está envolviendo el arma y lo golpeó sangre sale disparada en el aire y el
idiota se queja.
—Para que aprendas a bajar la mirada cuando tu superior habla. Tú estás para obedecer no para
protestar.—Le recuerdo.—Avísales a los demás. En esta casa nadie la nombrará y el que lo haga.
Se le esperará un destino peor al de Edgar.
—Vete.
Sale rápido.
—Deberías parar.—Menciona.
Lo ignoro.
—Lo digo en serio. Volverás tu vida una mierda si te vuelves un patético borracho.—Dice
marcando las últimas palabras.
—Ten cuidado por como me hablas...—Me dirijo a sentarme nuevamente.—No olvides quien
soy ni tu lugar. A mí nadie me da órdenes.
—Cierra la boca.
—¿Acaso olvidas que ella te tenía como su perrito faldero? Hacías lo que ella quería. Yo fui
testigo de eso, y muchos de tus hombres también.
Tequila puro.
—Pues lo que no olvido es que debería estarlo. ¿O acaso olvidas que también le hiciste caso en
eso? Admítelo Damon. Ella te dominaba a ti. Y tú dejabas que lo hiciera...
—Tienes razón. Le hacía caso a ella. Pero ella ya no está.—Susurro enojado.— Ya nada me
impide matarte. Y joder. Debería matarte ahora mismo porque por tu culpa ella se ha ido.
Él se ríe y niega. Dejando caer la capucha negra que tiene para ocultarse.
—No me culpes. Ella no te quiere. Jodidamente acéptalo. Por eso se fue. Y si se intentó matar no
fue solo por mí. Fue por ti. No aguantaba seguir aquí. La tenías contra su voluntad.
Ni por ella.
No pensé que ella reaccionaria así. Este viejo se supone que se iría para desaparecer. Pero las
cosas se complicaron y aquí está.
—En el fondo sabes. Que aunque no estés con ella. Sigues bajo su control. Por eso no me matas
ni lo harás.
Niego.
—Es una nueva oportunidad. Damon. Puedes hacer las cosas bien. Buscar a alguien que te
quiera. Sigue adelante y déjala en paz.—Dice de manera fría.
Si él supiera...
Si supiera lo que siento.
Si supiera que nadie más podría llenar este vacío. Que aunque parezca de película... Siento que
jamás podré avanzar.
¿Por qué?
Damon.
La música está fuerte. Pero no tanto como para que duela la cabeza. Aunque con o sin música el
dolor persiste y lo hará.
Estoy cansado.
Patético.
Akira no se pondría tímida ni miraría hacia abajo. Ella mantendría la mirada para desafiarme.
Vuelvo la mirada a un punto fijo. Pensando en cualquier mierda que no sea Akira.
La ignoro.
No me interesa.
Akira.
Dios mío.
Damon.
Me muevo en la cama.
Joder.
Pero no puedo...
Joder.
No me importaba si ese hijo era mío o no. Joder. Me valía mierda. Podría ser el padre.
Un padre...
Eso ya no importa.
Ella ya debió haber abortado.
Joder
¿Qué mierda?
Una mujer.
Desnuda.
En mi jodida cama.
Nota:
Damon: no me interesa...
A la mañana siguiente :
57
Damon.
Joder.
En mi puta cama.
Seriamente, creo que me tendré que cambiar de habitación. Odio ocupar la misma habitación
donde me follo a putas.
—Pero...
Ni siquiera lo disfrute.
Ni con una puta puedo sacarme a Akira de mi sistema. Nada es suficiente. Nada me gusta.
Para poder siquiera tener una erección tuve que cerrar mis ojos e imaginarme a Akira.
Joder.
Maldita mujer.
Cuánto la extraño...
Perdí la cuenta de los días desde que se fue. Desde ahí no tengo noción del tiempo. Me importa
una mierda dormir o no. A veces ni como.
Le hice caso a Lincon. Intenté avanzar. Con una puta. Y no funcionó. Esto es lo que necesitaba.
Necesitaba saber si Akira era reemplazable.
Y jodidamente no lo es.
Akira.
—Él es Rick —Señala Alan a un rubio—Y él es Bryan.—Señala a un pelinegro que parece más
delincuente que guarda espalda.
—Con mi vida.—Asiente.
—¿Seguro? No es por discriminar, pero Bryan parece que me asaltara no que me va a proteger.
Y Rick parece un muñequito de porcelana dudo que sepa pelear.—Hablo fuerte. Sin importar que
ellos escuchen.
—Akira. Deja de buscarle la quinta pata al gato. Sé que no quieres que te vigilen. Pero te
protegerán. Confío en ellos.
Akira.
Me estoy adaptando bastante bien con ellos. Aunque ahora no hablan mucho. Son agradables.
Pensé en hacer muchas cosas para que se fueran de mi lado. Pero ninguna funcionaria. Es por mi
bien. Sin ellos estaría completamente desprotegida.
Aparte ellos me sirven para no estar tan sola. ¿Como unos amigos?
No lo sé.
—Necesito comprar algo de comer. Odio la comida "saludable" que hay aquí.—hago comillas
con los dedos.
...
Decidí cocinarles.
Estaba aburrida.
Y ellos la probarán.
Se llevan un bocado a la boca. Luego de masticar comparten una mirada. En sus caras no se ve
reflejado nada. Eso es fastidioso.
—Muy bueno.—Habla Rick.
—Delicioso.—Dice Bryan.
—Exquisito...
—¿De verdad?—Encaro una ceja. No parecen muy convencidos.—Saben que no les haré nada si
me dicen la verdad. No los voy a matar ni nada por el estilo. Si me van a proteger lo mínimo que
les pido es confianza.—Me cruzo de brazos.
—Les voy a preguntar otra vez. Espero que sean sinceros.—Los miro seria—¿Qué tal está la
comida?
—Asquerosa.—Habla Bryan.
—Incomible.
—Vomitiva.
Digo frustrada pero a la vez sorprendida. Si así reaccionaron mejor ni pruebo lo que hice. No le
hará bien al bebé.
—Idiotas.
Meses después.
Joder.
Jamás pensé que seguir adelante con esto sería tan molesto.
—Tiene que tener cuidado.—Dice ignorando lo que dije recién.—Su estado es delicado...
—¿Qué cosa?
—Es mejor de lo que pensé.—Se encoge de hombros y me ayuda a terminar de bajar las
escaleras.—Fui entrenado para matar y proteger y aunque no haya acción acá... estar aquí
definitivamente es una buena manera de ganar dinero, a mi madre le gustaría.—Comenta—
Aparte no eres tan fastidiosa en tus días buenos.
—Idiota.—Sonrío.
No quise saber cuál es su sexo en los controles. Quiero que sea sorpresa. Aunque todos creen que
será niña.
Camino unos pasos pero me detengo. Siento como el bebé se mueve y me aferró a la mano de
Rick.
Oh no...
No...
¿Tan pronto?
Esto no puede estar bien. Faltan semanas aún. Una o dos. Joder no lo sé no llevo la cuenta tan
bien.
—Wow... Ninguna mujer se ha mojado tanto por mí.—Habla en tono de broma y niega con la
cabeza.—Si querías orinar tenías que decirl...
—¡Idiota!—Grito histérica.—Rompí fuente...
—Joder...
59
Damon.
El puto tiempo pasa jodidamente lento cuando no hay nada bueno en tu vida.
...
—Aun ni sabemos el por qué... pero vimos a Alan por estos lados. No precisamente acá... pero
pudo haber estado vigilando...
Mierda.
Ese idiota...
Imbécil...
—Sí. Cuando lo tengan me avisan y me mandan la ubicación. Él y yo nos debemos una charla.—
Digo y cuelgo.
Lo abro...
Encuentro ropa que no es mía.
Es la de ella.
Desde ahí esa habitación es de invitados... Pero aún no cambio todas mis cosas.
Tomo una de sus prendas y me la llevo a la nariz. Viendo si aún sigue su aroma...
—Habla.
—Jefe. Lo vamos siguiendo desde hace unos minutos y se detuvo en una tienda infantil... Ya
salió de ahí y... Ahora va hacia el aeropuerto. Parece que se va del país...
Joder.
Mierda.
—Mándenme la dirección.—Cuelgo.
La deje ir.
Jsjs esoo gracias por leer cuidense por favor y tomen agua.
60
Damon.
Es un jodido presentimiento.
Es mío.
Les pedí a mis hombres que investigarán hacia donde se dirige Alan.
La deje ir.
Joder.
Akira.
Mierda...
No lo puedo creer.
Vi tan lejano ser madre que ahora no me lo puedo creer que dentro de poco tendré a mi bebé en
mis brazos.
Le hago caso.
Pero joder.
No puedo pronunciar alguna palabra. Siento como si todos mis huesos se estuvieran partiendo a
la mitad.
Soy tolerante al dolor, pero esto me sobrepasa. Siento como si un camión con una gran carga me
pasara por encima una y otra vez.
Siento...
Damon.
En Italia.
...
No fue tanto trabajo averiguar dónde estaba. En realidad fue fácil. Es una de las ventajas que hay
al ser hijo del mayor hijo de puta de Italia. Algo bueno que dejó mi padre aparte de mí, claro
está.
Eso es todo.
—Hola señor. ¿En qué lo podemos ayudar? A quien busca?—Me habla un tipo.
Lo miro fijamente.
—Busco a mi esposa.—Siseo.—Se llama Akira Belinsky me informaron que la han traído acá.
—¿Si es su esposa porque no tiene anillo?—Señala mi mano.—Y porque no vino con ella si se
supone que están casados...
—¿Acaso me estás diciendo mentiroso?—Me ajusto mi ropa dejando ver mi arma. Él se percata
de eso y su cara se vuelve pálida.—No es que sea de tu interés pero estamos peleados. Es esa la
razón por la que no llegamos juntos y por qué no llevamos anillos.—Me arremango la camisa y
levanto el brazo. Mostrándole mi mano sin anillo pero a la vez mis tatuajes.
Uno en específico.
Está asustado.
Bien.
Debería estarlo.
—Lamento mucho todo esto. Por favor lo llevaré dónde está la señora...—Hace una especie de
reverencia rápida y empieza a caminar.
—Espero que no abras la boca con nadie de esto.—Digo seriamente.—Yo no estuve aquí. Ni en
el hospital ni en el país.
Lo ignoro.
—Es aquí.—dice cuando estamos afuera de una habitación.—La señora está durmiendo. Tuvo un
parto prolongado.
Solo espero no encontrarme a nadie dentro de la habitación porque se lo harán saber a Alan...
Al entrar la veo.
Durmiendo.
Relajada...
Me siento bien...
Joder.
Paseo la mirada por la habitación. En busca de aquella criatura que ha dado a luz. Pero no está.
Con lo que le hice. Sobrevivió y en vez de tenerme miedo. Siguió luchando por lo que quería. Y
ahora esto.
Es madre...
Sigo acercándome a ella hasta que nuestras caras están a solo centímetros.
—Vuelve a mí.—Susurro algo que es muy improbable que se cumpla. Al menos. Dudo que
vuelva voluntariamente.
Pero. Joder...
Vale la pena.
Poso mis labios sobre los suyos. Sin presionar demasiado para no despertarla. Muevo lentamente
mis labios sobre los suyos queriendo que jamás se acabe este momento. Está mal. Si fuera un
buen hombre me importaría.
Ojalá pudiera retroceder. Si no hubiese sido tan imbécil... Esta historia sería diferente.
Mierda.
El baño.
Eso es.
Corro hacia el baño. Siendo cauteloso. En teoría no puede entrar quien sea que está afuera
porque puse seguro... Pero más vale prevenir que lamentar.
62
Damon.
Me encerré en el baño.
Joder...
No es Alan.
Dudo que sea alguno de los hombres de Alan. Porque la llama por su nombre.
Joder...
De la que me salve.
Akira.
—Pero sí yo no...
—Mira...
Es un niño.
Siempre lo supe.
Lo presentía.
Joder.
¿Qué mierda?
La verdad no me importa lo que piensen los demás. Lo único importante es la criatura que tengo
en mis brazos.
Damon.
Felicidades, señor...
Joder.
Me niego.
No puede ser...
Pero.
Joder.
No lo es.
Porque es verdad.
Nunca quise admitirlo, pero la primera vez que la Vi. Me imaginé a Yuri.
Pero dios.
Pero es imposible.
Aparte Yuri me gustó.
Su personalidad.
Joder todo.
Joder.
—Vete. Bryan.
Bryan.
Podría salir ahora y verla a ella y al bebé. Podría llevármela... Puedo hacerlo. Sería demasiado
fácil.
...
Akira.
Me cambiaron de habitación a una mucho más cómoda y días después me dieron el alta.
La verdad pensé que quedaría mucho más agotada de lo que quede del parto. Fue doloroso. Muy
doloroso.
¿Cómo reaccionaria?
Es loco. No es mi padre...
Pero me hubiese encantado que mi hijo tuviera el privilegio de tener un abuelo como él.
64
Akira.
De verdad uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde. Antes podía dormir tranquila. En la
noche. Al menos más de dos horas seguidas.
Porque tengo que salir a ver a alguien. Y no es seguro llevarlo. Es muy pequeño. Podría agarrar
cualquier enfermedad por ahí.
Salgo de casa sola. Sin Rick ni Bryan. Hay unos hombres en la salida, pero ya sé cómo evadirlos.
Damon.
Estoy en Italia.
No me he ido.
Fierro se me unió hoy. Me dijo que necesitaba venir. Pues le comenté por error que ella está
aquí. Y cree que es más seguro si él está cerca de mí.
—Tengo que salir.—Se levanta cambiando de tema.—Volveré dentro de una o dos horas.
Lamento si no estoy tan activa, pero debido a lo que está pasando últimamente en mi país la
preocupación es inevitable.
Damon.
Estoy en mi casa. Hace mucho que no venía por acá. Le pagué a unas personas para que
mantuvieran la casa en pie.
—No llegó...
—¿Qué?—Pregunto confundido—¿Quién?
—Akira... Encontré su número y la llamé. Dios. Estaba tan feliz... Y hoy nos íbamos a juntar. En
una cafetería. Hace dos horas debería haber estado ahí...—Dice con melancolía.
—Pero no lo hizo. Me mando un mensaje de que venía saliendo y después no respondió más...—
continúa.
Se iban a juntar y no tenía ni puta idea. Joder, sabía que no tenia que volver a confiar en el.
Niega.
—Quedamos en que seríamos los dos nada más. Dijo que nadie tenía que saber que nos íbamos a
juntar.—Agacha la cabeza.
Joder...
Joder.
Saco mi celular y llamo a Alan. Al segundo timbre él contesta.
—¿Dónde está?—Pregunto
—¿Qué?
—Akira.
—Déjate de joder. Se que están en Italia. Dime dónde está ella ahora mismo.
—Ella... Salió con los chicos.—Se queda en silencio.—Creo que ya llegó porque los chicos están
acá...
Lo escucho decir.
—Creí que estaba con usted. Nos pidió que fuéramos a comprarle algo.—Responde este tal Rick.
Mierda.
Ya me estoy preocupado.
—Se iba a juntar con Lincon y nunca llegó. No responde mensajes ni nada. Dime. ¿Salió con el
niño?
Joder.
—Más te vale que esté bien. Porque si no lo está. Me encargaré de que jamás la vuelvas a ver.
Cuelgo furioso.
—Ahora.
Ella asiente sin reclamar más. Minutos después aparece ella misma con una caja en las manos.
Joder.
Akira.
Antes de desmayarme vi como me seguían, pero como la autopista es libre no le tome mucha
importancia.
Joder.
Un tipo vino hace un rato. A preguntar unas cuantas mierdas de las que no tengo ni idea. Y luego
se fue.
—Vamos. Si no colaboras cortaré tu fino y delgado cuello provocando que toda esa sangre que
tienes se drene para que mueras lentamente mientras mis hombres ocupan tu cuerpo. —
Amenaza.
—Buena suerte intentando matarme. Ya lo han hecho antes y nunca ha funcionado. Al parecer ni
el diablo me quiere en su infierno.—Digo intentando parecer tranquila.
—¿Qué pasa? ¿Acaso una mujer te rechazó y por eso vienes acá a desquitar tu rabia conmigo?—
Me burlo.
—Akira Belinsky...—Sisea mi nombre.—Hija del puto ruso y mujer del maldito italiano.
Sacamos la lotería contigo parece.
Idiota.
—No te creo.—se pone a mi altura.—Saliste más dura de lo que pensaba... Probaremos otro
método.
—Buena suerte con eso. Muchas de ellas me dispararon y mírame aquí. Todavía viva.—Digo
mientras trago saliva nerviosa. Sé que debería callarme.
Pero no puedo.
Hijo de puta...
Solo espero que me suelte. Si lo hace sé que podría hacer algo... Quizá quitarle el arma o
cualquier otra cosa. Pero primero lo primero.
67
Damon.
Quedamos con que nos juntaríamos con Alan. Apenas recibí la caja lo contacté.
Es urgente. La tienen...
Está con vida ahora, pero no sé por cuánto tiempo más lo estará.
Es grave.
Algo tiene que servir para encontrarla. Algo nos tiene que ayudar...
Me bajo del auto y Lincon lo hace conmigo, una vez abajo saco mi celular y marco al primero en
la lista de contactos.
Me sorprendió cuando me dijo que nos juntemos en su casa. Pero aquí estoy. Dude en venir en
caso de que fuera una trampa. Pero descarte esa idea cuando recordé de quienes estábamos
hablando.
A ninguno de los dos nos conviene una pelea ahora. No cuando Akira está desaparecida.
—Ya voy.
Aunque no sería difícil deducir que probablemente ahora estén en busca de algún rastro de Akira
o más bien del auto.
—De Akira. O lo era, ya que, sabes su ubicación, tendrá que ir a otro lado.—Dice.
—La dejé ir. Créeme si no lo hubiera hecho ella estaría conmigo y no estaría a manos del
enemigo.—Digo y él se tensa.
—Eso no lo sabes...
—La tiene la Tríada.—Comienzo.—Te conté que me mandaron una caja. En ella venía una
fotografía, una prenda y una carta.
—La tenemos con nosotros, si la quieres volver a ver viva tendrás que aceptar nuestras
condiciones...—Me salto la parte que no es necesaria—De lo contrario la próxima caja que
recibas será su cabeza.
Miro a Alan quien me está observando a mí. Él lleva la mirada hacia las escaleras.
Joder.
Damon.
Quiero verlo.
Joder.
Veo a un hombre rubio sosteniendo al bebé. Este hombre me mira y luego mira a mis espaldas.
Me mira por unos segundos y acomoda al bebé en un brazo. Yo no puedo apartar la mirada de él.
Tiene los ojos cerrados. Se parece a Akira. Demasiado
No me lo esperaba.
Me agarró desprevenido.
—Considera eso por parte de Akira.—va a levantar de nuevo el puño pero habla Alan.
—¿Puedo?—Trago nervioso.
—No...—Mira a Lincon que en algún momento se puso al lado mío —Si, pero con cuidado.—
Accede a regañadientes.
Nilo...
Sostengo a Nilo con un brazo. Él abre los ojos. El llanto que resonaba en la habitación se ha
disuelto.
Este niño me mira con sus ojos grandes e inocentes. Luego esboza una sonrisa sin dientes.
Estoy nervioso...
No sé qué hacer.
Joder.
Llevo mi dedo índice para tocar su nariz, pero Nilo atrapa mi dedo con su diminuta mano. Dios.
Apenas logra envolver mi dedo.
Me río.
Nilo toma mi dedo con su otra mano también e intenta llevarlo a la boca.
—No. No. No.—Intento quitar el dedo cuidadosamente.—Lincon está cosa me quiere morder.—
Miro a Lincon quien solo se ríe y Nilo también.
Apenas vi sus ojos lo supe. Son los mismos que los míos. Sé que probablemente Lincon también
lo piensa. Pero es idéntico a una foto que tengo de cuando era un bebé.
Un mocoso...
Nosotros.
Entonces lo sabe.
Joder.
No sé de qué me sorprendo.
Fui tan ciego.
Estúpido...
Ahora que lo pienso, Akira no pudo haber tenido sexo cuando Lincon se la llevó. Estaba débil...
Joder.
Me arrepiento de haberla dejado ir. Me hubiera encantado haber estado con ella cuando lo tuvo...
Al bebé.
Mi bebé.
Mi hijo...
Mi pecho se infla de la felicidad. Pero esa felicidad baja rápidamente cuando recuerdo las
circunstancias.
Joder.
Akira...
—Te traeré a mami.—Le susurro.—Te lo prometo. Mami estará pronto contigo pequeño...
69
Akira.
Empiezo a pensar que no me tienen aquí para interrogarme. Si no para algo más...
No puedo ver con claridad. Mis ojos están hinchados por los golpes que me han dado. Que cabe
aclarar que no son pocos...
Por su tan mala pronunciación adivino altiro su origen. Debe ser de un país asiático...
Todo lo malo me ha pasado a mi. Joder. Cuando apenas tengo una esperanza... Cuando me enteré
de que Lincon estuvo vivo todo este tiempo. Justo ahí me pasa esto.
No puedo verla.
—¿Eso crees?
—De eso estoy segura. No sé nada. Y creo que ustedes también lo saben. Si esto fuera por
información, ya estaría muerta...—Hago una pausa para tragar.—Les sirvo. No sé para qué. Pero
me necesitan. Déjenme decirles que si me tienen mucho tiempo acá no podré servirles de nada
muerta.
—A lo mejor es eso lo que queremos... Puede que nos sirvas más muerta que viva.—Susurra
para ella misma.
Me irrita su pronunciación.
—Mátenme de una vez. O al menos intenten hacerlo. No creo que les funcione.—Me encojo de
hombros.
Tengo que descubrir para qué me necesitan. Si lo hago podría usarlo para poder salir... O al
menos intentarlo.
—No entiendo cómo le puedes gustar a un hombre como Damon... Si eres tan poca cosa.—Habla
la china asiática. Cómo se diga.
La chica. Mujer. Vieja... No sé lo que es. Pero sé que es mujer. O parece serlo por su voz...
Y lo siguiente que siento es como algo duro golpea mi cabeza. Un fuerte dolor me tira a un lado
del piso. Mi cabeza se vuelve a golpear con el piso cuando caigo.
Lo último que escucho antes de que todo se vuelva negro son palabras en coreano...
70
Damon.
—Tienes que soltarlo en algún momento. Hay que ir a hablar de que es lo que haremos.—Habla
Lincon.
—No dejaré que nadie les haga daño.—Suspiro.—Haré lo que tuve que hacer desde el principio.
No hay otra alternativa rápida. De hacer algo se demorará y no hay tiempo que perder.
Quien hace un rato había salido. Pero ahora ha vuelto con un biberón.
Niego.
—Y yo su padre. Estoy seguro de que has tenido más tiempo con el que yo. Así que deja de
joder.
—Maldito italiano.—Gruñe.
Le puse el biberón en la boca y lo agarro rápido. Con sus pequeñas manos intenta afirmarlo, pero
es demasiado pesado para él. Por eso le ayudo.
—Quieren una alianza.—Miro a Lincon ignorando al otro idiota.—Les daré lo que quieren y la
liberarán.
Lincon me conoce.
—Es lo que hay. Vamos. Es la vida de Akira que está en riesgo, sabes que haría cualquier cosa
por ella, y a mí no me pasará nada.—digo sin estar completamente seguro de que estaré a Salvo.
Pero sinceramente me vale mierda en estos momentos.
Nilo en mis brazos suelta el biberón de su boca. Su cara se comienza a poner colorada.
Miro a Nilo...
Joder.
Lincon y yo nos escapamos de la habitación. Una vez afuera podemos respirar bien.
Joder.
Por fin.
—Pero no esto. La quiero mucho. Pero no lo puedes hacer. No te puedes casar. Encontraremos
una manera rápida para sacarla...
—Lo he pensado. Y no hay manera más rápida que esta.—Me encojo de hombros intentando
parecer despreocupado, pero en el fondo yo tampoco quiero casarme.
Nada de esto lo he planeado con otra persona que no sea ella. Ni quiero hacerlo.
71
Damon.
Joder.
En aquella carta que me mandaron me dejaron un contacto. Al que mandé el mensaje diciendo
que estaba de acuerdo con lo que pedían.
Y eso me preocupa...
Me han invadido los peores pensamientos, como que Akira desobedeció algo y la dañaron...
Incluso en el peor de los casos, que ya la hayan matado...
No.
Joder no.
Suena una.
Dos.
Tres veces.
Y nada.
Joder.
Lo vuelvo a intentar.
Si soy rápido.
Podría rastrear la llamada.
—Ella está bien.—Habla un hombre.—En unos minutos te mandaré la ubicación donde nos
reuniremos. Ven solo.
Y cuelgan.
Más les vale que esté bien. Porque si no lo está habrá una masacre. Aunque sea la última cosa
que haga.
Nota: mini cap. En un rato les subiré otro y si no alcanzo hoy. Mañana temprano
72
Damon.
Apenas me mandaron la ubicación me puse en marcha. Obviamente no vine solo. Pero eso es
algo que ellos no sabrán.
Veo una camioneta negra estacionarse. Yo estoy abajo. Esperando algún rastro de Akira.
—Gregor.
Me estremezco.
—Eso para otro día. Negociamos algo y tienes que cumplir con tu parte.—Siseo.
No hay gritos.
Pero nada...
Se baja del auto una chica. Con medias blancas y largas. Una falda negra con una blusa rosa.
Tiene dos coletas y sus ojos son rasgados.
—Tiene veinte.—Dice.
—No lo eres en absoluto. Es espeluznante. Es más, me da asco. No soy un puto pedófilo. Y eso
lo sabes Gregor.—Miro al viejo.
—Sí.—Respondo sinceramente.
—Damon.—Advierte Gregor.
—No.
Joder.
En el puto maletero.
Esperaba ver a una Akira corriendo por ser libre. Alegando. Peleando...
No sé mueve...
Joder.
—Te dije que la quería viva.—Saco mi arma. Y le apunto a la loca que se viste de niña.
Los hombres que se encuentran aquí sacan sus armas y me apuntan. A la mierda.
—Y lo está.—Dice y les ordena que bajen sus armas.—Es muy inquieta. Había que calmarla de
algún modo.
—¿No se te ocurrió ocupar algún sedante? Idiota.—Digo apretando los dientes de la rabia.
—No. ¿Donde estaría la diversión en eso?—Se encoge de hombros.—Te sugiero que bajes el
arma y te ocupes de la chica. Su pulso apenas se notaba la última vez...
Hijo de puta.
Joder.
Mierda.
No responde.
Joder.
No llegarán...
Me doy vuelta con Akira en mis brazos. Tenía planeado un atentado de parte de mis hombres, así
podrían matar a estos engendros y así evitar el matrimonio. Pero los hijos de puta no llegaron...
Joder.
—¿A dónde vas?—Chilla la puta anormal con complejo de niña.—¡Tenemos que hablar!
Me doy vuelta.
—¿Cómo quieres que se vaya?—Señalo mis brazos—Me pidieron que viniera solo. ¿Recuerdan?
Si me querían por más tiempo tenían que dejar que alguien viniera conmigo.
—Es tu culpa, estúpida niña. Si no la hubieses golpeado con el palo. Ahora ella, podría estar
consciente y podría volver sola.—Susurra jurando que no escuché.
Pero escuche.
Jodidamente escuché.
Damon.
Joder.
Tiene que...
¿Salvarla?
Joder.
Esta mujer pasa en peligro. Temo un día cerrar los ojos y no volver a verla más
La puse en el asiento delantero conmigo. Para poder observarla mejor. Tire el asiento para atrás.
Para que así quede recostada y más cómoda.
Joder.
No hay tiempo para hablarlo a qué me abra. Por eso toco la bocina.
Tocó hasta que el puto Porto. Eléctrico se abre. Estuve a punto de echar atrás el auto para agarrar
vuelo y derribar el portón.
Lincon está acá. De acá iban a salir hasta el paradero. Pero los idiotas nunca aparecieron...
Primero sale Alan de la casa. Cuando me ve bajando a Akira corre hacia nosotros.
—Les envié mensaje. A ambos les dije la hora. Y que me siguieron. Nunca aparecieron par de
idiotas.—Gruño.—Necesita ayuda...
(...)
Alan le consiguió todo lo que Lincon necesitaba para revisarla en cuestión de minutos.
No ha salido.
Y no quiero entrar.
La puerta se abre.
Y aparece Lincon.
—Gracias a dios son heridas superficiales. No hay ningún hueso roto. Solo hematomas y cara
hinchada. Se le pasará en unas semanas.—Dice sacándose los guantes, aliviado.—Por suerte. No
tiene signos de abuso sexual. Ni rastro de que alguien la agredió sexualmente.
—Solamente le hará falta suero mientras duerme. Luego de que se despierte hay que darle mucha
agua para que se hidrate.—Suspira cansado.—Puedes pasar a verla. Pero no intentes despertarla.
Necesita descansar.
—Está bien. Encárgate del suero. Es mejor que sobre a que falte.—Le ordeno.
Se refiere al matrimonio.
Joder.
—¿Sabes? Puede ser una nueva oportunidad. Digo. Nunca se sabe, con el pasar el tiempo te
puedes enamorar...
—Nunca.—Niego.—Si algo sentiré por esa mujer es odio. Por lo que le hizo a Akira. Y por lo
que me obligará a hacer a mí.
—Esa mujer, es la encargada de que Akira esté así. ¿Y tú quiere que me enamore de ella? Estás
loco.—Digo incrédulo.
Empiezo a creer que esta mujer es inmortal. Si yo hubiese pasado por lo que ella ha pasado
estaría muerto.
—Te prometí que te dejaría ir. Lo hice. Pero joder. No sabes lo duro que ha sido este tiempo sin
ti.—Tomo su mano cuidadosamente.—Te metiste bajo mi piel en cuestión de segundos. Y desde
ahí no te pude sacar de mi sistema.—Susurro.—¿Cómo lo hiciste?
(...)
—Pensé que te gustaría pasar tiempo con él.—Me dice mientras me lo pasa.
—Gracias.—Respondo.
Recibo al niño en mis brazos. El pequeño está dormido y verlo así me da tanta tranquilidad.
Akira, mi hijo...
Akira.
¿Dónde estoy?
¿Qué me pasó?
¿Qué...?
Me siento en la cama.
Veo a un hombre a unos metros de mí. Él tiene el cabello negro. Piel blanca, en su mayoría
cubierta de tatuajes... y está durmiendo con un bebé en brazos.
Ambos duermen...
Mi mano está conectada a suero. Lentamente me lo saco. Dejando un pequeño agujero por donde
sale un poco de sangre.
Saco las sábanas con las que estaba tapada. Lentamente, intento bajarme sin hacer ruido.
No sé quienes son. Ni el porqué están aquí. Tampoco sé por qué estoy aquí...
Me detengo.
Mierda.
¿Qué hago?
—¿Qué pasó estás bien?—Está centímetros de mí.—Sé que no me quieres ver, pero necesitaba
estar aquí. Si quieres me voy para dejarte descansar más.
No respondo.
¿Qué hago?
—¿Por qué no hablas? Me estás asustando... Si no me quieres hablar está bien. Pero creo que
Nilo necesita amamantar.—Intenta entregarme al niño.
Él me mira extrañado.
Joder.
Yo asiento.
Sin embargo, el que carga al bebé en brazos no mucho. ¿Pero qué podría hacerme él con un bebé
en brazos?
Damon.
No me recuerda.
No nos recuerda.
Ni a mí. Tampoco a nuestro hijo... Mucho menos a Lincon, Alan vino a verla hace un rato. Y
tampoco lo reconoció. Él salió afectado de aquí.
—Tranquila. Esto puede ser debido a un golpe o algún trauma...—Habla Lincon. Quien logra
acercarse a ella. Y ella lo deja.
La guía a la camilla.
Voy a protestas cuando recuerdo que tengo a mi hijo en brazos. Seguramente debe tener hambre.
Así que por esta vez. Solamente está vez.
Le obedezco.
(...)
Nilo está con Alan. Quien nos espera en la sala para hablar de Akira.
—Todo parece apuntar que tiene algún tipo de amnesia. No recuerda nada debido a algún
trauma. Que dadas las circunstancias en las que estuvo, es muy probable que un trauma sea el
que ocasionó esto.—Suspira—No estoy seguro pero puede que sea amnesia disociativa.—
Comenta.—Si ese llegará a ser el caso. Puede recuperar la memoria en horas, días. Semanas o
peor aún. En años.
Joder...
Llegamos abajo. Y ahí está Alan con el bebé en brazos. Cuando nos ve llegar le pide al tipo que
me golpeó que sostenga al bebé.
—Aquí estamos. ¿Para qué nos querías?—Pregunto para dome firme.
—Damon...—Advierte Lincon.
—Es la primera vez que no veo ese dolor en sus ojos...—Reflexiona Alan.— Es la jodida
primera vez que ella no se culpa por el pasado con su hermano, Oliver...—Se aclara la garganta
—Y lo dejaremos así. No necesita seguir sufriendo con eso.
¿Lo de su hermano?
¿Que pasó?
Joder.
Oliver.
Y si no me odia.
Joder.
—No lo haré. Pero pido algo a cambio.—Comento decidido. Es una nueva oportunidad.
—Quiero que todos nos pongamos de acuerdo. Y digamos que ella y yo estamos juntos.—Veo
sus caras de incredulidad.
Es una oportunidad para formar la familia que quiero. Al lado de ella. Con mi hijo...
—No sobra agregar que conmigo está más segura. O lo estará. Teniendo en cuenta que no tiene
sus recuerdos.—Añado.
—Damon...
—Por favor. Ella podrá elegir. Si me quiere. Me quedaré. De lo contrario me voy y vendré solo a
ver a mi hijo.—Pido ocultando mi desesperación.
—¿Qué?—Dice Alan.
—De eso me encargo yo. La única mujer con la que me casaré oficialmente será ella...
—La veo llorando. Y te mato.—Amenaza Alan.—Y ni se te ocurra casarte mientras estas con
ella. Una Belinsky jamás será la segunda en nada. Si lo haces... Te juro que te mato. No me
importará que mi nieto se quede sin su padre.—Amenaza.
Joder.
Pero.
Damon.
Él nos ofreció quedarnos ahí. Al menos por un día. Ya que, él tenía que salir. A ver unos asuntos.
Hoy llega. No me dijo la hora. Pero no pienso moverme de aquí hasta que él llegue. No dejaré a
Akira desprotegida.
—Adelante.—Escucho su voz.
Está sentada en la cama. Con un pijama blanco. Su cabello cae por sus hombros y aunque tiene
moretones en su rostro. Para mí. Aún se ve hermosa.
—Hola.—Sonrío.
Al menos, estamos hablando civilizadamente. Cosa que antes era casi imposible hacer.
—No es tu culpa que no puedas recordar. Es mía. No pude protegerte de ellos...—Hablo con
culpa.—Yo debería disculparme.
Si tenemos un hijo. Pero de cercanía... No hubo más que esa noche. Cuando todo se fue a la
mierda.
¿Amigos?
Joder.
No.
Nunca...
—Se podría llamar así...—Asiento a regañadientes. Prefiero morir a ser considerado su amigo.
Suspiro y tomo su mano. Está vez no se aparta. Solo observa nuestras manos juntas. Me aclaro la
garganta. Nervioso. Jamás he sido mucho de expresar nada. Y mucho menos con una mujer.
—Espero que avances. Que avancemos juntos. Con nuestro hijo. Cómo familia.—Levanto su
mano y la llevo a mis labios. Dejando un leve beso ahí. Deleitando mis labios con el tacto de su
piel.—Espero que me dejes conquistarte y ganarme tu corazón... Quiero con ganas que algún día.
Tú y yo formemos una familia numerosa.—Suspiro.—Quiero que seas mi mujer...
—No me importará. Porque te tendré a mi lado. Akira. Y eso será suficiente. Para ambos. Y para
nuestro hijo.
—Puedes decirme cómo era antes contigo. Puedo actuar como si te quisiera.
Mierda.
—No quiero nada falso.—Suelto su mano ofendido.—Quiero que esto sea real.
—Entonces tendrás que esforzarte. Porque con tu solo atractivo no me enamorarás ni nada. Eso
es solo superficial.—Habla sin mostrar alguna emoción ni en su voz ni en su cara.—Hasta ahora
solo eres un extraño para mí. No te recuerdo. Y aunque fue muy bueno el discurso. Son las
acciones que cuentan.
—Haré de todo para que veas que mis palabras no son en vano.—Me levanto de la cama.
Creo que es algo que viene con ella desde el nacimiento. Y nada ni nadie podrá borrarle eso.
Salgo de la habitación.
Para pensar...
Akira.
Deseo ver al niño. Pero no sé dónde está. Tampoco he visto al señor de cabello blanco. Él es
amable y sé que me ayudaría a verlo.
Damon...
Ese hombre es guapo. Muy guapo, para ser sincera. Comprendo a mí yo del pasado al meterse
con tal hombre.
Mierda.
No puedo borrar esta sensación. No puedo dejar de sentirme extraña en mi propio cuerpo.
Damon.
Joder.
Poder.
Eso buscan. Ya que, su mafia ha perdido poder con los años. Se quieren aliar a la mía para
intentar recuperarlo.
Pero solo por un breve momento. Cuando los encuentre volando bajo. Atacaré...
—Damon. Esto tiene que ser rápido.—Habla Gregor.—Mañana se hará una fiesta. Invitaremos a
muchas personas de poder. Y frente a sus ojos. Anunciaremos su matrimonio.
Según lo que sé. Naomi está al cuidado de su tío porque sus padres murieron en un accidente. Es
por eso que Gregor organizará todo.
Es el que se hace cargo de ella. Y será el quién organizara esto. Yo no pienso mover ni un dedo.
—La boda se espera lo antes posible. Si tenemos suerte en uno o dos meses deberían estar
casados.—Suspira y mira a Naomi.
—Totalmente. Al otro día de la boda. Se expondrán las sábanas ante la organización, para
demostrar que se consumó el matrimonio como es debido.
Joder.
—Bien. Si no queda nada más que hablar. Me retiro. Tengo cosas que hacer.—Me levanto, pero
Gregor me detiene.
—Queda una cosa más.—Mete la mano a su bolsillo y saca una caja de terciopelo.—Los anillos.
Joder
78
Akira.
Es una gran sorpresa encontrarme con Damon afuera de mi puerta. Quien estaba a punto de
entrar.
—¿Qué?—Dice confundido.
—Tu anillo—Señalo.—No estaba ahí antes. Lo que quiere decir que fuiste a ver a tu esposa
mientras yo me quedaba aquí...
Dios.
¿Qué estúpida?
—Idiota. Casi te creí todo lo que dijiste antes.—Me río.—Ni se te ocurra tocarme.—Digo al ver
sus intenciones.
—Déjame explicarte. No es lo que tú crees.—Esta vez logra tomar mi mano pero lo aparto.
No sé en qué habitación está exactamente. Pero hay una que está entre abierta. Escucho la voz de
Alan.
¿Celosa?
¿Yo?
No lo conozco.
Y no lo recuerdo.
Hablar con mentirosos hace que me duela la cabeza. Y recordar el hecho que yo acepte ser
amante antes de perder la memoria hace que quiera explotar.
79
Damon.
Me está ignorando.
Joder.
Pero si no se la digo.
Cuando lo descubra.
Me va a odiar.
Joder.
Lincon se vino a las horas después. Insistió en que tenía que hacerle observaciones a Akira.
Mierda.
Han pasado dos días desde que me fui de ahí y Lincon no está.
Ahora mismo. Lincon fue a ver a Akira. Yo no fui porque, primero. No me quiere ver... y
segundo porque sé que no me recuerda. Pero sigue siendo ella. Y temo salir apuñalado o con
algo enterrado en mi cuerpo.
Joder.
Joder.
Sigue igual.
Joder.
Lo que faltaba.
—Gregor...—Advierto.
Joder.
—Me gusta poder hablar contigo en mi idioma natal.—La veo como se sonroja.
—A mí no.—Digo.
Joder.
—Damon te traje una sorpresa fue difícil convencerla, pero...—Dice Lincon mientras las puertas
se abren. Dejando ver a Akira y mi hijo.—Mierda no sabía que tenías visita...
Fantástico.
Genial.
A esta mujer...
A mi futura esposa.
80
Akira.
Es ella.
Joder.
A mi familia.
—Ten a Nilo por mí, por favor—Le entrego mi hijo a Lincon.—Llevalo a dar un paseo por el
patio. Por favor.—El asiente y sin decir nada más. Saca a mi hijo.
Está perra...
Y no se quedará así.
Damon.
Lincon tomó al niño y se fue. Yo solo me quedo analizando a Akira. Quien solo mira fijamente a
Naomi.
Pero me ignora.
—Ay dios mío no me hagas reír.—Suelta una carcajada.—Quédate con él. Yo solo vengo a traer
a mi hijo para que esté con su padre.—Se ríe.
Y todo pasa tan rápido. Antes de siquiera poder procesar lo que dijo. Akira va hasta donde ella y
la agarra del pelo.
—Que tenga un hijo contigo no quiere decir que te quiera. Seguramente fue un error.—Sisea
mientras agarra dónde Akira tiene agarrado su pelo.
—Tú la provocaste.
—¿Escuchaste eso?—Le dice con burla a Naomi. Quién esta colorada de la rabia.
Akira camina hacia mí. Y yo solo puedo admirarla. Mis ojos son incapaces de dejar de verla...
Llega hasta mí y su aroma me invade. Coloca sus brazos en mis hombros haciendo que
quedemos en una peligrosa distancia. Coloco mis manos en su cadera. Haciendo que quedemos
más cerca.
—No. Un hijo contigo jamás sería un error.—Respondo mirando sus labios que están a
centímetros de los míos.
—¡Aléjate de él, perra!—Grita Naomi.
—Sabes. Jamás me imaginé siendo amante. Es caer muy bajo para una mujer... Pero no estoy
segura... ¿De verdad soy yo la amante cuando este hombre está enamorado de mí?—Habla Akira
sin siquiera mirarla a ella.
—Tienes razón. Tendrías que haberme matado. Porque mientras yo viva. Este hombre jamás te
va a amar.—Dice y luego se gira hacia mí. Me da una mirada que jamás ví antes en sus ojos.
Mi pecho empieza a latir con fuerza. Ante la esperanza de que algo cambie dentro de ella...
Y sin haberlo visto venir junta sus labios con los míos.
Joder...
81
Akira.
Unos pasos se escuchan en las escaleras. Es ahí cuando me doy cuenta de que la tal Naomi se ha
ido.
Separo nuestros labios. Damon intenta atrapar nuevamente a los míos, pero muevo la cara.
Su agarre es firme en mi cuerpo. Aún siento una de sus grandes manos en mi trasero y otra en mi
cintura. Obligando a nuestros cuerpos a permanecer juntos.
—¿Qué te pasó?
—No te separes de mí. Nunca.—Abre sus ojos dejándome ver necesidad. Deseo. Tristeza...
—Pero...
Con ambas manos hace que de un brinco para envolver mis piernas en su cintura. Yo lo hago
solo para no caerme.
En el beso atrapo su labio inferior. Mordiendo fuerte hasta que se separa de mí y veo sangre en
su labio.
—Akira. Mírame.—Exige.
Desvío nuevamente la mirada hacia la puerta. Hay algo divertido en fastidiar a este idiota.
Es extraño...
—Akira.—Con una mano me sostiene y con la otra toma mi mentón para que lo mire.
—¿Qué quieres?
—He cometido errores. Muchos jodidos errores contigo. Akira. Lo siento... Mucho.—Pone su
cara en mi cuello.—Lo siento mucho.—Susurra con voz quebrada.—Tal vez no te gusto así. Pero
cambiaré. Puedo hacerlo. Quiero hacerlo...—Siento como una gota cae en mi cuello.—Pero t-te
necesito.
Está llorando.
—Ayúdame a cambiar. Por favor... Te lo suplico. Me mata sentir lo que siento por ti y no tenerte
cerca. Por favor...—Llora.
¿Qué me hizo?
—Me dueles. Akira.—Levanta la cara y puedo ver sus ojos hinchados.—Quiero sacarte de mi
pecho. Conseguir alguien más pero no puedo. Joder. Akira no puedo sacarte de mi sistema.
—Yo... Tengo que ir a ver a Nilo.—Me suelto de su agarre aprovechando que está en un estado
de debilidad.
Me bajé de él y no logro avanzar más de tres pasos y una mano me tira hacia él.
Y me deja ir.
Todo es...
Extraño.
82
Damon.
Estoy en mi habitación. Apegado a la gran ventana. Observando como ella y Nilo juegan...
Me sorprende que a pesar de no recordar a Nilo. Ella lo trata como si lo conociera desde siempre.
Tocan la puerta.
Lincon, Akira están afuera. Mis hombres cuando tocan me preguntan si pueden pasar y bueno.
Naomi fue quien no dijo nada.
—¿Qué quieres?
—Tienes que alejarte de ella.—Se pone a mi lado. Observando lo mismo que yo.—No es una
amenaza, pero si mi tío se entera... Podría causarle muchos problemas a ella. Y al niño también.
—Quiero que me mires como la miras a ella.—Pone una mano en mi brazo.—Quiero que me
quieras...
Joder.
No es una pregunta.
—Te puedo conceder no verla más.—Hablo lentamente y me giro para verla.—Pero a mi hijo.
Jamás permitiré que me lo prohíban. Ni tú ni nadie. Eso no es negociable.
Joder...
Tal vez me tendré que resignar con ella. Será mi forma de pagar todo lo malo que he hecho.
—Me conformo con eso.—Sonríe y me contengo de hacer una mueca.—Pero ella no volverá a
pisar está casa...
—Naomi. No olvides con quién hablas. Puede que acepte tu mierda, pero jamás intentes darme
una orden.—Digo fríamente.—Nunca. ¿Me escuchaste?
—L-lo siento...
—A tu habitación. Y no salgas de ahí hasta que alguien te vaya a buscar.—Ordeno sin sentido.
Bueno. No es del todo sin sentido. Si cumple al pie de la letra mi orden sabré que tan fácil es de
manipular.
83
Damon.
No sé que me quería decir. O para que vino exactamente, pero me tendré que quedar con la duda.
Logré retrasar un poco más las cosas. Si o si el casamiento se llevará al cabo dentro de cinco
meses, Naomi vivirá conmigo todo este tiempo.
Es obvio que ella y su tío tomaron esa decisión para beneficio personal.
Akira.
Me dirijo hacia la puerta. Al abrir lo único que veo es un gran ramo de rosas. Y unas piernas.
¿Qué mierda?
—No lo sé. Parecen flores ¿no?—Comenta con sarcasmo mientras las deja en la cama.
—No lo sé. Solo dijeron que era para ti. Y por si tienes la duda. No tenía ningún explosivo, ya lo
revisamos.
—Tienes que tener cuidado. Ese tipo. Damon te quiere recuperar y parece bien decidido a qué lo
logrará.—Saca su celular.—Este ramo no es el único. Deberías ver el jardín. Así que deberías
darme las gracias a mí y a Rick por revisar cada maldito ramo.
Me muestra su celular.
Joder.
—Muchas gracias por hacer sus trabajos. Se los voy a compensar después. Ahora necesito que
me lleven a la casa de Damon.—Suspiro cansada.
—¿Con el niño?
Damon.
—Roco. Naomi quiere ir de compras. La vas a acompañar y cómprale todo lo que pida.—Le
paso mi tarjeta.—Tú ocupa la tarjeta. Confío en ti. No se la pases a ella.
Roco. Uno de mis hombres se encargará de ella. La idea principal de ella era ir a comprar
conmigo. Pero yo no estoy para esas mierdas.
—Pero...
—Si pero...
—Pide lo que quieras. Roco cubrirá los gastos.—Hablo intentando hacer que se vaya.
—¿Y Nilo?—Pregunto.
—Ayer te estabas besando conmigo y me decías que te utilizará y que cambiarias por mí. ¿Y
ahora juegas a la parejita feliz con ella?—Pregunta cruzando los brazos.
—¿Estás loco?—Pregunta.—Me llenaste la casa con flores. ¿Tu prometida sabe eso?
—No. Pero...
No sentir nada.
Me prometí eso.
Ya no más.
—Me voy, idiota. Pero no porque me lo digas. Si no porque no soporto verte la cara.—Se da la
vuelta y empieza a caminar.
—Detente. Tenemos que hablar de algo.—la detengo y ella se da vuelta para mirarme.
—No hace falta que vengas más para acá. Acordaré con Lincon para que traiga a mi hijo ciertos
días de la semana.—La ignoro nuevamente.
—Esa perra...
—Los problemas que tengas con ella, procura arreglarlos solo con ella. A mí no me metas. Y si
ya no tienes nada más que decir. Te agradecería que te fueras.—Hablo secamente.
—Tenías razón. En otro universo hubiéramos Sido una gran pareja, pero no estamos en otro
universo. Así que deje de perder mi tiempo.—Me encojo de hombros.
Damon...
No puedes.
Ya no más...
—Idiota.
Akira.
Maldito idiota.
¿Quién fue?
Joder.
Mi cabeza va a explotar.
Después veo a Damon besando a Naomi. La mujer que me dejó sin memoria.
—¿Y Nilo?—Pregunto.
—Bien...
—Claro que el arma.—Se ríe y saca su pistola.—Vamos al patio. Si mal no recuerdo hay en
dónde practicar tiros.
Damon.
Bajo al sótano.
Joder.
Aquí pase mucho tiempo cuando Yuri se suicidó. Y fue por mi culpa.
Joder.
Y aunque no la mate literalmente. Hice cosas que la mataba poco a poco y lentamente.
Eso ya lo acepté.
Joder.
Si la mujer es fastidiosa.
Joder. Es que fui un estúpido al pensar que en mi mundo había espacio para sentimientos. No los
hay. No para mí. Todo es por conveniencia.
Además, con Naomi tendré más gente. Ya que su mierda de mafia no tiene poder. Tendrán que
obedecer al que si lo tiene. Y ese soy yo.
Aunque la mitad de esa persona terminen muertas porque obviamente les haré la prueba que le
he hecho a todos mis hombres.
Akira.
Se llevó a Nilo.
Y joder.
Estoy en con los nervios de punta. No confío en la mujer que vive con Damon.
Tal vez es paranoico, pero le pedí que pusiera una cámara exclusiva en la habitación del niño.
Que según Lincon. Está al lado de la de Damon.
Juro que si veo a Naomi entrando ahí... Si siquiera lo toca, iré y lo traeré a casa. Si Damon quiere
ver a su hijo puede venir o estar con él en un lado donde no esté esa mujer.
Damon.
—Lincon. ¿Podrías dejarme solo con mi hijo?—Le pregunto cuando veo que me quiere seguir a
la habitación.—Es mi hijo. No corre peligro conmigo.—Le recuerdo.
—No es eso... No te ves bien. ¿Lo sabes? Si estás cansado puedo pasar yo tiempo con él y
puedes ir a dormir...—ofrece.
—No. Quiero estar con mi hijo.—Cuando abre la boca para protestar le cierro la puerta en la
cara.
—Es un hombre fastidioso.—Le digo a Nilo quien está en mis brazos. Mirándome con unos ojos
grandes.
—Sé que te agrada. Pero no me mires así. Quería privarte del tiempo con tu amado padre.—Me
excuso cuando siento que estoy siendo juzgado por sus ojos.
Joder.
Lo amo.
Nilo tiene una obsesión por mis dedos. Le encanta aprisionarlos con sus diminutas manos.
Le di el biberón hace un rato. Así que lo más probable es que dentro de un rato su pañal tenga
una sorpresa.
A pesar de que odio el llanto de los bebés. Su llanto es mucho más soportable que otros que he
escuchado por ahí.
La paternidad.
—Espero que no cometas los mismos errores que tu padre...—Susurro cuando veo que sus ojos
empiezan a cerrarse lentamente.—Quiero que seas feliz.
Me gusta hablar con él. Sé que no me entiende. Y que se está quedando dormido, pero es
agradable desahogarme con él...
Joder.
—Lamento no poder darte una familia como te la mereces.—limpio su barbilla que tiene un poco
de su propia baba—Ahora me casaré con una mujer que no amo. Es una tortura, pero creo que lo
merezco...
—¿Sabes? Yo amo mucho a tu mamá.—Me quedé en silencio sorprendido, jamás lo había dicho
—Y ti también pequeño... Eres lo único que tengo ahora, mi niño.—Susurro esas palabras
dándome cuenta los reales que son. Él es mi única familia...
—Vas a crecer y vas a ser fuerte. Tan fuerte...—Hago una pausa—Tienes que prometerme de
que serás fuerte, y que cuidaras a tu mamá. No dudo de que se pueda cuidar sola... Sé que puede
hacerlo. Pero necesito tener la seguridad de que la vas a proteger... Porque ya no podré hacerlo.
Al menos no para siempre.
Damon.
Se quedará conmigo por hoy... No sé que hizo Lincon o como ha convencido a Akira para eso,
pero se lo agradezco.
...
Veo como Akira camina a mí. Con unos tacones negros... Labios rojos.
Joder.
Vestida de negro.
Cómo la conocí.
No tiene el antifaz.
Sonríe coquetamente.
Me veo yo.
Lo único que veo es mi bóxer con una gran erección. Seguramente dolorosa...
—¿Me deseas?—Detiene sus pasos y se agacha entre mis piernas.—¿Deseas mi boca sobre tu
polla?
Joder.
—Deseo todo de ti. Tu odio tu pasión. Tu amor... Joder y tu cuerpo. Todo lo que estés dispuesta
a darme, lo quiero.—Digo y suelto un jadeo.
Ella me sonríe y en respuesta pone una mano en mi erección y la aprieta. Haciendo que mis ojos
se pongan blando.
Era un sueño.
Joder.
Probablemente, fue algún temblor o simplemente es mi cuerpo el que ha estado mucho tiempo
tranquilo y busca algún indicio de movimiento, pero sea lo que sea me saco de mi gran sueño.
Joder.
Mantengo los ojos cerrados intentando recuperar el sueño para volver a soñar.
No puedo.
Joder.
Joder.
—Vamos... Se ve que necesitas ayuda. Sé que soñabas conmigo por eso estás así.
Casi me río.
Joder.
—Vete.—Ordeno.
—Pero...
—Ahora.
—No. Estamos comprometidos. Vamos, sabemos que esas reglas de la boda son estúpidas.
Podemos romperlas... Quiero hacerlo. Contigo. Quiero que seas mi primer hombre.—Susurra.
Joder.
Yo no quiero serlo.
Jamás.
—Damon...
Salgo de la habitación tan rápido como puedo. Tendré que darme una ducha bien fría y buscar
una habitación donde dormir.
88
Akira.
Lo escuché.
Joder.
No lo sé.
Pero...
Si él me ama.
No me gusta que me anden rogando. Pero dijo que me amaba. Y antes había dicho que cambiaría
por mí...
Y sobre todo.
Si me ama.
Mis pensamientos.
Lo que siento.
Mi vida en general.
Ese raro sentimiento como si él algo hubiese hecho. Y me da rabia no saber el que.
Pero.
Mierda no lo sé.
Me levanto de mi cama y me voy hasta el escritorio donde está la computadora. Necesito ver a
mi hijo. Saber que está bien.
Me siento a observar.
Si es tan malo...
—Aunque jamás podría dejarte solo.—Lo veo tocar su mejilla.—Espero que cuando me toque
morir. Haberlos visto a ti y a tu madre siendo felices. Es todo lo que pido.
Mierda.
Maldita sea.
No lo sé.
Damon.
Solo él y yo.
Y es más lamentable que Lincon no pueda ir a dejarlo. Tendré que hacerlo yo.
No será tan lamentable porque la veré a ella. Pero no me quiero despedir de mi hijo.
Jamás pensé que disfrutaría tanto la compañía de un niño. Antes siempre me parecieron
innecesarios y odiosos.
Son las diez de la mañana. Y ya tengo todo listo para salir. Todo listo para evitar a Naomi.
...
Akira.
Rick está parado detrás de mí. Sosteniendo el arma que yo misma tengo en las manos.
—Antes de aprender a disparar bien, tienes que entender. Un arma jamás se saca a menos que no
vayas a disparar. No para asustar. Ni para amenazar. Si la sacas disparas y no dejas testigo.—
Dice en mi oído.
Su voz es dura.
—Está bien.—Asiento nerviosa.
Para colocarse a un lado y apuntar hacia donde hay unos muñecos de cartón que están más allá...
A los que tengo que disparar, pero no he logrado darle a ninguno en la cabeza.
Controlo mi respiración.
Uno...
Dos...
Tres.
Disparo.
Es Nilo.
Ahí esta.
Ahí están.
Mi hijo y...
Damon.
90
Damon
—Lo siento... No sabía que estabas aquí mi amor.—Le dice a Nilo. Y luego me mira a mí.
Joder.
Me sonríe.
A mí.
Me ha sonreído.
—Nos vemos campeón, te quiero —Me despido de mi hijo dándole un beso en la frente y se lo
paso.
El niño ha dejado de llorar en cuanto apareció su madre. Al parecer no soy la única persona a la
que le calma su presencia.
...
—Está bien, Akira.—Dice al hombre y luego toma al niño de sus brazos.—Vamos chico. Es hora
de jugar con tío Bryan.
—¿Confías en él?—Le pregunto viendo cómo se lleva a mi hijo.
Asiento en silencio.
Tiene un punto.
—Sigues siendo idiota.—Rueda los ojos.—No se para qué me desgasto hablando contigo. Oh sí.
Porque tenemos un hijo.—exclama—No quiero que lo apartes de mí y te lo lleves a tu casa. No
con esa loca dando vueltas por ahí.
—Yo no confío en los hombres con los que te rodeas. Y aquí me ves entregando a mi hijo en tus
brazos, sin ningún problema.
—¿Segura?—Pregunto encarando una ceja —Hemos estado en guerra con tu padre por un buen
tiempo, antes de que aparecieras tú. Y te aseguro que muchos de los que son ahora tus hombres
han intentado matarme. Akira.
—Pero no por mí. Y no le harían nada a mi hijo. Ellos no son como tu futura esposa. No son tan
estúpidos como para dañar a un niño inocente. A mi hijo.
—Aquí. Hay suficientes habitaciones como para que te quedes y veas a tu hijo. Nosotros no
tenemos ni que toparnos. La casa es grande. O...
—Ni se te ocurra proponer no verlo más.—la interrumpo—Es mi hijo. Tengo derecho a verlo.
—Imbécil. ¿Por quién me tomas? Por muy idiota que sea el padre de mi hijo no se lo prohibiría.
—Parece enojada—Iba a decir que podrías ver una casa o arrendar que sé yo. El caso es que no
esté ella cerca de mi hijo. Eso sí. Siempre y cuando tenga información las veinticuatro horas del
día sobre él. Llámame paranoica o lo que quieras, pero a mi hijo me lo mantienes seguro.
—Bien. Veremos qué hacer.
—Quiero que la próxima vez que veas a mi hijo esa mujer no esté de por medio.—Lo dice en
modo de advertencia.
—¿O si no que?
Estoy con la mierda hirviendo por el mensaje que recibí cuando venía hacia acá.
—Tómalo como quieras. Damon. Yo amo a ese niño con mi vida, y si algo o alguien amenaza su
seguridad me encargaré de eliminar a quien sea. No me importa ir a prisión o ser una puta
asesina.—La determinación en su voz podría asustar a cualquiera.
Si todo lo del mensaje es real el tiempo no sería solo el problema. Si no que también el lugar.
—Saber por qué eres tan cambiante. Dices una cosa, pero tus acciones demuestran todo lo
contrario.
—Te dejé en paz... Lo que tanto has pedido.—Digo recordando nuestros encuentros previos al
accidente.
—Tiempo. Eso falta... Aclarar mi mente y que puedas aclarar la tuya. Tú me dijiste que...
—Con tiempo. Podríamos conocernos. Bueno. Técnicamente volver a conocernos. O tal vez
incluso recordar.
—No hay tiempo, Akira. ¡Eso es lo que más me falta!—Grito y Akira no mueve ni un músculo.
Maldita sea.
Necesito calmarme...
—¿Por qué?—Pregunta y veo algo cambiar en sus ojos.—Da lo mismo. Lo ofrecí una vez. No
rogaré por nada.
—Pues no te cases.—Dice como si fuera tan simple.—Pero veo que quieres casarte con esa
mujer. Por alguna razón...—Reflexiona— Ya da igual. Me rindo. Sé feliz con ella y tengan
muchos hijos.—Se da vuelta para marcharse.
—No lo entiendes... No lo entiendes Akira. Si me caso no es por amor. Menos por elección.—
Niego—Lo hice para protegerte. Para que pudieras salir de esa mierda de lugar...—pongo la
mano en su mejilla, acariciándola—Y lo haré para protegerlos. Si no me caso ustedes corren
peligro...
—Te sorprendería la habilidad que tengo de aceptar las cosas. Si un hombre no me quiere
consigo a otro y ya está.—Se encoge de hombros.
Me tenso.
—Claro... como el tipo que te estaba enseñando a disparar allá afuera. ¿Cómo se llama? ¿Rick?
—Digo intentando controlar los celos que siento.—Disfrútalo, mientras te dure.
—Elige bien el mando Damon. ¿Me odias o me amas? —Empieza cambiando de tema— Porque
si un día demuestras que me odias y al otro que me amas. Eso confunde a cualquiera.
—¿Sabes que? Te lo dejaré claro para que no te confundas y no me molestes más. Si, te odio.—
Hablo analizando su cara, y nada. Es como un lienzo en blanco.
—Bueno. Si así es. Entonces yo te odio más.—Eleva un poco la voz.
—Te odio. Te odio mucho Akira.—Alzo de igual manera la voz mirándola a los ojos. Estamos
con una gran distancia entre nosotros. Pero la elimino mientras hablo.—Te odio por tenerme así.
Te jodidamente odio por no quererme. Te odio por ser malditamente hermosa y terca a la vez...
Pero sobre todo, te odio porque me haces sentir, Akira. Tú me haces sentir cosas que hace unos
años consideraría asquerosas. Y eso lo odio...—Termino de hablar a centímetros de su boca. Y
como esperaba. No se hace para atrás.
No retrocede.
Ante nadie.
Sin poder evitarlo como el encuentro pasado está vez hago yo que nuestros labios se junten en un
beso.
—Te odio demasiado Damon. Ojalá algún día te desgarren el culo por idiota—Susurra para
luego volver a besarme.
Akira.
—¿Me deseas, Akira?—Pregunta mientras escabulle una mano por mi falda llegando a mis
bragas.—Tan mojada para mí...
Me toma de la cintura como si fuera una muñeca de trapo. Cómo si no pesara nada y me deja
sentada en la cama.
—Te vas a entregar a mi hoy... Toda para mí.—Susurra más para el que para mí
—No apartes tus ojos de mí... Por favor—Apenas es audible lo último que dice.
Baja mis bragas por las piernas y levanta mis pies para arrancarlas por completo de mí. En vez de
lanzarla a un lado. Las sostiene con ambas manos y se las lleva a la nariz.
—¿Qué paso? La tienes tan chica que tienes que utilizar tu boca para...—Me veo interrumpida
por mi propio gemido.
Su cálida lengua cae sobre mi núcleo, juro por dios que se me va el aire.
Empieza a lamer. Succionar, joder. Ya no sé que mierda más hace, pero lo hace tan bien.
Introduce uno de sus grandes dedos en mí. Mierda eso me desespera más.
—Jódete Damon. ¿Qué esperas? Saca tu maldita polla y hazlo ya.—Digo frustrada al borde de la
histeria.—Si no me follas ahora. Iré con Rick...—Amenazo.
—¿Qué te crees?—Jadeo cuando introduce un segundo dedo en mí.—A puesto que tu polla es
minúscula y te da vergüenza. No me vengas con esa mierda de que no quiero lastimarte.
Veo como desesperado rompe su camisa, haciendo más rápido en proceso de quedar desnudo.
—Te tendrás que ir con las pelotas al aire si rompes toda tu ropa.—Advierto y él me mira.
Se saca los pantalones casi tan rápido como lo hizo con la camisa. Y en el proceso casi se cae.
Está solo con bóxer. Tiene toda una tienda de campaña ahí montada.
—Damon...
—No. No. No... No vas a meter eso en mí.—Me reincorporo de la cama.—Prefiero morir de
abstinencia de sexo a morir perforada por un pene.
Damon suelta una carcajada ronca, luego escupe su mano y la lleva a su amigo.
Eso debería tener nombre, una casa. Hasta vehiculo personal debería tener.
—¿Si?—Pregunto aturdida.
—No te pasará nada malo. Ya estuve dentro de ti... ¿Cómo crees que existe Nilo?—Escucho
desesperación en su voz.
Caigo a la cama.
Rendida.
Aparte.
—¿Tienes un condón?
—Joder. No.—Dice maldiciendo.—Me puedo correr fuera. Y bueno. En mis últimos chequeos
médicos no había ninguna enfermedad. Además, siempre uso condón.
—Damon. Naomi debe tener sida y quieres que este contigo sin condón.—Bufo.
Damon.
—Cállate Damon.—Baja una mano hasta nosotros. Y antes de que me pueda dar cuenta ella
introduce mi polla en su coño.
Es increíble.
—D-damon no te contengas.—Pide.
Joder.
Si pudiera sacarnos una foto lo haría, y la colocaría en mi oficina como cuadro, como fondo de
pantalla.
Joder.
—Joder... n-no hagas esa mierda. Akira. Ya es suficiente estrecho como para que hagas eso.—La
regaño.—¿Me quieres cortar la polla?
—Damon... joder. Eres un idiota, pero tu puta polla me da la gloria.—Dice poniendo los ojos en
blanco.
Intentando de ir lo más rápido que puedo. No puedo parar. No quiero...
—Eres mía.—le digo y sin que se lo espere con ambas manos rasgo su blusa dejando sus tetas al
aire.—Y nadie me priva de lo que es mío.—Ahueco una de sus tetas en una de mis manos y me
la llevo a la boca.
—Me tendrás que comprar una nuev... oh mierda Damon...—Con la mano libre masajeo su
clítoris.—Damon... estoy. Yo... joder idiota creo que me voy a venir.—Jadea desesperada.
—No. Aún no vida mía. Aún no... hasta que yo te lo diga.—Muerdo mi labio tragándome un
gemido.
Soy un puto débil con esta mujer. Si no fuera por el hambre que veo en sus ojos. Ya estaría
acabando en sus tetas.
Sonrío.
Nos doy vuelta a ambos haciendo que ella quede encima de mí. Como le gusta a ella.
Mis palabras se ven interrumpidas cuando se empieza a mover rápido. Joder. Ella realmente es
buena en esto. Mueve sus caderas sobre mí. Moliendo mi polla... joder.
Me siento en ka cama, sin dejar que ella deje de montarme. Así puedo llevarme nuevamente uno
de sus senos a mi boca.
Hay algo de lo que ella no se ha dado cuenta... y no sé por qué me resulta tan excitante... tan
intimo.
Ella amamanta a Nilo. Por lo que cada vez que succiono sus pezones. Me robo la comida de mi
hijo...
Joder.
Estoy acabado.
Su cuerpo tiembla.
He estado a nada de venirme desde que la vi con un arma. Desde que la bese...
Cuando veo que se muerde el labio y frota su clítoris en busca de su próxima liberación.
...
Cuando me tomo el tiempo de analizarla bien. Me doy cuenta de que todo ha sido real.
Jodidamente real...
Mierda.
《¡Esta conmigo!》
—No lo sé.—Respondo.
Ella no dice nada más. Así que para despertarla me muevo. Dejándola sin nadie al lado y me
coloco arriba de ella, apoyado en mis rodillas y manos para no cargarla con mi peso.
Llevo mis labios a su cuello. Procurando succionar fuerte para dejar marcas en su piel.
《Es mía》
—No. Mírame.—Ordeno.
—Quiero más.—Comento.
—No ahora, aunque también era una opción.—Explico.—Quiero más siempre. Día noche.
Donde sea... joder mujer. Lo quiero todo.
—Pero no puedes. Te vas a casar y cuando lo hagas te tienes que olvidar de mí en el sentido
sexual. Si es que puedes—Sonríe— Esto es algo de una vez... a menos de que no tuvieras esposa.
Podría ser todos los días.—Bosteza.
—Joder...—Me hago a un lado y me acuesto.—Me encargaré de eso... retrasaré lo más que pueda
la boda. Bueno ya lo intenté y no me funcionó bien pero...
—Ya decía yo que eras idiota.—Susurra.—Te lo explicaré. Cuando si quieras toques a otra
mujer... a esa mujer Damon. Que me hizo daño. Tú y yo no habremos existido. Nos olvidaremos
que esto pasó.—Hace una pausa—Ella te tocará. Y a ti después de pasar por esas asquerosas
manos...
—No me tocará. No si puedo evitarlo. Créeme soy el que más desea que esa mujer ni tenga
manos para tocarme.
Se queda callada.
Jamás.
Esto me ayudó de motivación para escapar la vida de casado. No quiero casarme con ella.
Un terrible accidente.
—Bien, que se mantenga así. La amenaza para él es la siguiente. Si no quiere perder la puta vida.
Que no te toque ni un pelo.
—Espero que cumplas y no la dejes tocarte. Si quieres seguir teniendo el privilegio de tocarme.
Tiene que haber exclusividad de ambas partes.
Jamás.
—Bueno. Si casarse da ese privilegio entonces también me voy a casar. Con Rick. Y podrá
tocarme cuando quiera y en dónde quiera.
—¡No!—Grito enojado.—Él no te va a tocar. Nadie más que tú me tocará. Nadie más que yo te
tocará...—jadeo.—Promételo que no te va a tocar... No puede.
Damon.
—Me iré a bañar. Y no sé... tal vez me encuentre algún hombre que esté dispuesto a ser mi
esposo. Digo. Para que nivelemos la cancha ¿No?—Coge una toalla y se la hecha al hombro.
—Mi padre no esta. Así que ¿para qué?—Me lanza una última mirada y sale de la habitación.
Joder.
Salió desnuda. Exponiéndose a los cabrones que trabajan en esta puta casa.
Desnuda.
Tranquila.
Tomándose su tiempo...
Joder.
Me ignora.
—¿Dónde coño te vas a bañar?—Pregunto bajando las escaleras. Ella jodidamente ya ha llegado
abajo.
Joder.
Llego hasta donde esta ella. Y antes de que pueda tomarla. Se acerca a él y le pregunta:
—Para nada. Pero si iban a hacer un desfile nudista me hubiesen avisado.—Se ríe.—¿Necesitas
algo Akira?—La mira de pies a cabeza.
—Buena suerte, Amigo... espero que tengas a un médico de confianza a la mano porque la
intoxicación que tendrás...—Suelta una carcajada y empieza a caminar como Akira se lo ordenó.
Si esta fuera mi puta casa. Mandaría a quitarle los ojos a cada hijo de puta que se atreva a
mirarla.
Esta mujer esta loca. Se expone ante un puto hombre. Totalmente desnuda.
Puede que su memoria regrese en cualquier momento. Con eso debo tener cuidado...
—Según lo que me dijo mi padre y Lincon son en memoria de un hermano que falleció en el
estómago de mi madre. No lo conocí o es lo que me han dicho... Lo que no entiendo es como
tengo su nombre tatuado en casi todo mi cuerpo.—Reflexiona.— Digo... ¿Si no lo conocí por
qué tanto el cariño?
—Mmm...—Digo pensativo.
—¿Tú sabes algo sobre eso?—Pregunta dándole una mordida a su tostada recién preparada.
—No tenía ni idea. Antes jamás me hablaste de él.—Digo con honestidad.
Es verdad.
Cuando intentábamos hablar. Ella siempre buscaba algo con que apuñalarme.
93
Damon.
—¿Eso importa?
—Naomi. Soy un hombre de negocios. Si no te gusta que no llegue a casa. No te cases conmigo
y ya.—Digo mientras paso por su lado.
Su voz se quiebra.
Pero la ignoro.
—¡Damon!
Por primera vez en mucho tiempo las cosas con Akira están regularmente bien.
Akira.
—Ira conmigo.—Ofrece.
—No. No...
No.
Joder.
No.
La voz de Alan preguntándome que me pasa hace que mi cabeza duela más.
Damon.
Sé que en el fondo los chinos no se fían de mí. Por eso traeré a mi hijo. Para que no sospechen
que haré algo.
¿No?
Lo único que me mantiene bien es ir a ver a mi hijo y poder estar con Akira.
Que probablemente ahora debe estar odiándome por no invitarla a la boda. Pero es necesario que
ella falte.
—Hola, muy buenas tardes, señor Genovés... ¿En qué podemos servirle?—Atienden apenas
llamo.
—No me importa lo que tengas que hacer. Sabes que mi propina es buena. Consíguela te doy tres
horas. Iré por ellas al local.—Digo fríamente.
Iré a ver a Akira para explicarle todo y evitar malentendidos. Solo espero que no me esté
odiando... Al menos no tanto como para enterrarme algo.
...
Por suerte no hubo ningún problema. Tenía las flores que le pedí.
¿Acaso salió?
Tocó nuevamente la puerta, y un sonido me confirma que hay gente en casa. El llanto de Nilo.
Es ahí que la puerta se abre dejándome ver a Rick, quien se opone en mi camino cuando intento
pasar.
—¿Qué...?—Pregunto.
—¡Akira!—Grito.
Corro por las escaleras dejando que el ramo se caiga de mis manos. Eso no es importante ahora
mismo.
Bingo.
Aquí está...
Trago la saliva que se ha acumulado en mi boca y la miro. Está vez a los ojos.
Oh no...
No.
No.
Joder.
No.
La conozco bien.
Joder.
Damon.
Miro a Akira tratando de buscar algún mayor indicio en su cara. Algo que me lo confirme y en el
mejor de los casos lo desmienta.
Puede que esté enojada por qué no la invite a la boda. Y puede que lo esté porque recordó...
Joder.
—No hay nada que no haya visto, Akira. No creo que sea algo tabú verte alimentar a mi hijo.—
respondo.—y si mi hijo me deja algo. Podrías alimentarme a mi también...
Le veo levantarse y caminar hacia la cuna de Nilo. Y después de darle un beso en la cabeza me
mira a mí. Mientras se acomoda la ropa.
—Especifica.—Pido nervioso.
—Lo sé todo. Maldito idiota.—La veo revisar la habitación.
—No te recomiendo apuñalarme, Nilo podría quedar con traumas.—Mis palabras la detienen.
Parece que suelta lo que alcanzo a tomar. Y se gira hacia mí. Empieza a caminar lentamente.
Está cerca de mí. Se acercó demasiado. Cuando me fijo en sus manos veo que tiene algo
melánico en la mano. Que parece tener filo. Alcanzo a reaccionar y tomo sus manos. Las aprieto
un poco haciendo que esa cosa caiga al suelo.
—No lo soy. Joder... —Empiezo—Si cometí un gran puto error. Sí. Mierda y me arrepiento cada
día por eso. Pero no sé hasta donde llegara tu puto odio hacia mi Akira.—Aprisiono sus manos
por encima de su cabeza.—Quieres tanto verme como un monstruo... que te daré el gusto.
¿Quieres que te retenga de por vida a mi lado? Lo haré. Serás mía. Akira. Y como soy un
monstruo cuando no quieras hacer algo te aprisionaré y amarraré. Te obligaré a estar conmigo, y
te forzaré a ser mía. ¿Sabes por qué Akira?—Pregunto mirándola a los ojos.—Porque me
convertiré en el puto monstruo que quieres creer que soy... y si te atreves a escapar te encontraré.
A ti... y a mi hijo. No los dejaré libre. Nunca. ¿Sabes por qué? Porque eso haría el monstruo que
tanto te empeñas a creer que soy.—Gruño.
—No te atreverías.—Frunce el ceño—¿Sabes por qué no lo harás? Porque sabes que te odiaría...
—¿Acaso no lo haces ya?—Me burlo.—Si así lo quieres soy un puto monstruo. Soy TU puto
monstruo Akira. Soy el monstruo que mata por ti... el que está dispuesto a todo por ti. Y eso
incluye casarme con una puta loca. ¿Y sabes por qué? —Hago una pausa—Jodidamente por ti.
Akira. Me entregué a ella para salvarte...
Se queda en silencio.
No me mira mi.
Desvía sus ojos.
Joder.
—Te dejé ir. Dos veces. La primera en el hospital... la segunda fue en mi casa. Pero fuiste a
reclamar por las flores... Y parece que no quieres ser libre de mí... Esa vez iba a ser definitiva, lo
juro, pero luego me buscaste y fue inevitable, no me pude controlar.—Suspiro—No pienso
dejarte ir una tercera vez...
—Tendrías que haberme dejado ir hace mucho tiempo. Cuando ordenaste que dispararan...
debiste matarme ese día así no pasaría esto...
—Esa mierda otra vez no.—Me quejo.—No puedo cambiar el pasado ni el motivo por el que me
fije en ti... Hay algo que no entiendes... Yuri a mí me gusto. Fue la primera mujer que realmente
me gusto y me planifique la primera que me demostró que podía estar con alguien más de una
vez. Pero tú... Joder, Akira tú fuiste la primera mujer de la que me enamore. La primera mujer a
la que amé y amo aun. ¿No lo entiendes? ¿Realmente piensas que si fueras un capricho estaría
dispuesto a morir por ti?
—El problema aquí Damon. Es que no te creo... Si Yuri te gustaba tanto... ¿Por qué la mataste?
Si ella te gustaba cuando lo hiciste. ¿Qué me espera a mí? Que supuestamente me amas.
—Akira... e-es difícil de explicar.—Niego con la cabeza—Hay una cosa que es segura. Me
mataría antes de volver a dañarte.
La escucho suspirar.
—Te vas a casar. Con una mujer que es igual de obsesiva que tú. Tal vez sean buena pareja. Y
así me podrás dejar en paz.
—No es a quien amo. No es a quien quiero. Akira. Sé que te importo en el fondo. Sé que sientes
algo por mí.—Digo convencido.
—Porque te quedaste con nuestro hijo. Si me odiaras como dices. No soportarías ver a una
pequeña versión de mí.—Sonrío.—Es mi fotocopia sin tatuajes.
96
Akira.
¿Qué mierda?
Hoy es su gran puto día. Mi hijo tiene su mini traje de terno. Y lo llevará Lincon.
Es un puto caos.
Conmigo misma.
Bajo las escaleras rápido. Necesito un café y pensar más las cosas...
Aclarar mi mente. Han pasado muchos días desde que recordé y no puedo aclarar mi mente ni
mis sentimientos.
Me voy acercando a la cocina cuando escucho un ruido raro que proviene del cuarto de aseo.
Me toco la cintura donde tengo un arma que me regaló Rick. Es pequeña y fácil de llevar a todos
lados. Después de lo que pasó no pienso andar desprotegida. Mucho menos sabiendo que hay
una loca que desearía verme muerta con tal de que Damon se olvide de mí.
Abro rápidamente y mi arma cae al suelo por la imagen que estoy viendo.
Bryan y Rick.
Ellos...
—¿Chicos?—Pregunto asombrada.
Wow...
Es...
No me lo vi venir la verdad.
Bueno.
Asustados.
—¿Qué hay que explicar?—Me cruzo de brazos intentando parecer enfadada.—Son unos
asquerosos de mierda.—Veo su expresión por mis palabras—¿Cómo lo hacen en el cuarto de
aseo? Chicos. Si lo llevan haciendo hace tiempo aquí, puede que sus fluidos estén en todos los
productos.—Niego y sonrío—Hay habitaciones de sobra aquí. Donde estoy segura de que no
serían interrumpidos.
Bryan me mira.
—¿Qué quieren que les diga? ¿Qué usen condón? Vamos son lo suficientemente mayores como
para saber eso.—Añado—Salgan de ahí y manden a limpiar este lugar, no quiero rastro de semen
por aquí. Desde ahora nada más de sexo aquí. Utilicen sus habitaciones.
Es Bryan.
—Deja tu mierda Bryan. Ustedes saben lo que hacen, ¿Por qué me molestaría si ambos son
hombres? ¿Acaso porque ambos tienen polla no cuenta sus sentimientos?—Me río—Solo
asegúrate de no hacerlo en lugares donde se utilicen diariamente.
—No soy homofóbica, Bryan. Estamos en pleno siglo veintiuno. Lo que si me molesta, es que no
se sintieran en confianza para decírmelo. ¿Se siente en confianza para criticar mi comida y no
para decirme que son pareja? Eso sí que es molesto.
—Alejate hombre. No soy homofóbica, pero eso no quiere decir que quiera que me beses cuando
literalmente hace unos segundos tenías la polla de Rick en la boca.—retrocedo.—Los quiero,
pero no me gusta compartir fluidos.
—Pensé que estarías de mal humor—Ahora me dice a mí—Digo, por lo de la boda y todo eso...
Me enteré de que no te invitaron.
Damon.
¿Cómo puede?
Y sí. Es irónico que yo lo diga considerando el pasado y que me casaré con ella. Pero no lo hago
por querer es por el bien estar de Akira y él lo sabe.
Tenía planeado otra cosa, pero decidí que es mejor terminar la boda. Será mi esposa por unos
minutos y cuando vayamos en la limusina.
Ella muere.
Su gente muere.
Mi hijo iba a venir con Alan, pero Alan no pudo presentarse y por eso vino con Lincon. No sé en
qué ande metido ese hombre, pero estoy seguro de que no es nada bueno.
...
Es hora.
—No gracias.
—Ajá.
Todos los asientos están llenos de personas que no conozco. Me pidieron que vistiera de blanco.
Pero por ningún motivo hice caso.
Como en luto.
Gregor se va de mi lado y va a la entrada. Todos pensarían que él iba a llegar con la novia. Pero
no fue así. No llego con ella para asegurarse de que no haga algo.
Yo ahora mismo únicamente puedo pensar en lo lindo que sería una boda con akira... ella
entrando acompañada de Alan. Y yo esperándola en el altar con nuestro hijo en brazos...
Así que me dedico a mirar a mi hijo quien me hace señas con sus pequeñas manos.
—Queridos hermanos hoy estamos aquí reunidos para presenciar la unión de estas dos
personas...—Empieza a hablar el cura.
Yo no le presto atención.
—Yo empiezo...
Me paralizo.
No.
No...
Joder.
Joder.
Una mujer.
Mi mujer...
Viene caminando con un vestido largo. Con una arma en una mano apuntando hacia el techo. De
inmediato la gente de Gregor empieza a ponerse en posición para atacar.
—¡NO DISPAREN!—Grito a los tipos que apuntan hacia ella. Los tipos me miran y asienten
pero no dejan de apuntarla...
Akira.
No dejaré que esa loca lo haga sufrir. Ese es mi papel por cumplir. No el de ella.
Si hay una mujer que torturará hasta en los sueños a Damon Genovés... seré yo.
Nadie más.
Gracias a los chicos pudimos encontrar las armas. Bueno. Ellos las encontraron.
Resulta ser que hay un cuarto lleno de todos tipos de armas. No me sorprende la verdad. Pero me
di cuenta de que hay lugares donde todavía no voy en mi propia casa. No me sorprendería ver un
cementerio por ahí.
Me puse un vestido largo. Color burdeo. Me queda pegado al cuerpo. Y a pesar de estar
disparando. La atención de Damon está en mi cuerpo...
—Tú, ve por el viejo. Rick tú evacuaras a las personas y te encargaras de sacar a cualquier
hombre armado de acá dentro. No más disparos hasta que mi hijo se vaya. ¿Entendido?—
Pregunto.
—Si, señora—Hacen un gesto militar que me hace soltar una leve risa y se van a hacer lo que les
ordené.
La entiendo. Yo también me odiaría si fuera ella. Porque estoy a punto de acabar con su
asquerosa vida y quedarme con el hombre que ama.
Por eso, traje una daga. La encontré con las armas también. Y es del tamaño perfecto para traer
por ahí...
—Akira...
Lincon.
Y Damon y yo.
—Acércate. Arreglemos las cosas como mujeres de verdad a mano limpia y no haciendo
berrinches como una puta niña pequeña.—Gruño.
—¡TÍO!—Grita Naomi.
—Ups... Cambie de opinión. No vale la pena gastar mi energía peleando contigo... ya sabes.
Tengo que tener energía para mi marido.—Apunto a Damon.
Ella me mira con los ojos como platos. Su boca está abierta en busca de oxígeno y sus manos
están en donde he enterrado el objeto. Sus manos al igual que su vestido se llenan de sangre. Casi
me siento mal por ese pedazo de mierda.
No soy asesina. O no lo era... pero hay veces que una persona se lo busca. Metiéndose contigo o
con tu familia.
Maldita puta.
Joder.
Yo solo desvío mi cabeza para ver a mi hijo y me doy cuenta de que ya está calmado. Incluso
duerme en los brazos de Lincon quien está aun sentado.
—Si te casas. Lo harás conmigo. Ya me has hecho sufrir bastante como para dejarte libre con
cualquiera por ahí. No esperes que sea un cuento de hadas. Porque no lo será. Te haré sufrir. Te
torturaré. Haré lo posible para vengarme... y el día que me aburra, te pediré el divorcio. Y saldré
a vivir mi vida con millones de hombres. Uno diferente cada noche...
Damon.
—L-lincon no lo lastimes... es un niño no tiene nada que ver en esto. Es inocente...—Dice Akira
desesperada a mi lado, al ver como saca una pistola.
—Este niño es igual a él...—Se queja— Saldrá un monstruo igual que su padre... Y no lo voy a
permitir.—Levanta el arma para...
—Tal vez... Deba dejar a este bastardo huérfano y luego matarlos a todos.—Dice para el mismo.
Esta loco.
Es un lunatico...
Veo como va a apretar el gatillo en dirección de Akira y me interpongo sin pensarlo dos veces.
—¡DAMON!
—Dije...—Hago una mueca por el dolor intenso—Dije que estaría dispuesto a morir por ti.
Akira... y e-era verdad...—Trago saliva adolorido.
El dolor no tardó en llegar. No es la primera vez que recibo un impacto de bala. Pero sin duda es
la más dolorosa.
Por primera vez me arrepiento de no haberlo matado cuando puede. El debería estar muerto. Al
igual aue Edgar.
—Dale mi nieto a mi hija o te vuelo la cabeza aquí mismo.—Amenaza Alan colocando la pistola
en su nuca.
Lincon suelta al niño. Pasándoselo a Akira. Y yo solo puedo ver. Akira con mi hijo en brazos se
acerca a mi.
—Damon... Dios mio.—Susurra.—Ni se te ocurra cerrar los ojos. ¿Me oíste? No te duermas.
Habla desesperada.
Siento el espeso liquído caer de mi. Creo que ahora mismo tengo un charco formado.
Pero yo solo puedo apoyar un brazo en el piso. No se cuanto tiempo más podré sostener mi
cuerpo en este estado.
—Cometiste un grave error Lincon. No nos engañas más con tu papel de viejo bueno. Siempre
has sido un puto lobo disfrazado de oveja.—Escucho que dice Alan—Y la pobre Yuri...—Niega
con la cabeza.—Ella te descubrió. Siempre supo que eras una persona de mierda. Y la dejaste tan
mal de la cabeza que la pobre se mató. Y no encontraste a nadie más que culpar que al idiota de
Damon. Quien estaba vuelto loco por ella—Se ríe—Eres un hijo de puta. Le hiciste creer a todos
que Damon tenía la culpa. Pero fuiste tú. Siempre fuiste tú... y ahora quieres controlar a mi hija.
Como lo hiciste con la tuya.—Le pega con el arma en la nuca y Lincon cae al suelo.—No lo
lograras... por mucho que se parezcan mi hija tiene algo que jamás lo tuvo tu hija. Y eso es
coraje. Valentía...
—No tienes como...
—No hables.—Le pega una patada.—Ya no más. Cada palabra que sale de ti es veneno.
Distorsionaste la mente de Damon por años. Le metiste recuerdos falsos. Falsos escenarios... te
aprovechaste de su mente debil por el duelo... Me sorprende como un Genovés pudo ser tan
estúpido para caer en las garras de un simple sirviente.
—Testigos... De como tratabas a tu hija. Amigas de ella que confesaron como aparecía de la
nada con golpes y… —Mete la mano a su bolsillo—Esto.—Muestra un pendrive.— Lo encontré
en un cuarto que tenías arrendado en la puta ciudad. Había mucha mierda para meterte a la
cárcel... Pero es mejor tomar las cosas por mano propia.—Se encoge de hombros—Lástima que
no vivirás para ver lo que contiene. Aunque ya lo sabes... ¿No?
Se ríe.
Akira.
—¡DAMON!
No...
La angustia me invade como si fuera un balde de agua fría. Es como... como si mi corazón se
quisiera salir de mi pecho.
Joder...
Llega Bryan rápidamente. Tomando a Nilo y permitiendo que pueda ir con Damon...
—Si lo matas. Hazlo afuera. Ni mi hijo ni yo necesitamos ver eso.—Encuentro la fuerza para
hablar un poco más calmada.
Inmóvil.
No.
Joder.
No.
No.
No.
Damon...
Justo ahora.
Las putas ambulancias empiezan a sonar, pero para ese entonces todas mis esperanzas se han
desvanecido.
Me empeñé tanto tiempo en odiarlo que jamás me di cuenta de que había otros sentimientos. No
sé en que momento surgieron pero están ahí. Y ahora que él se me va.
Akira
—Señora no puede pasar. Lo lamento.—Me detienen cuando quiero entrar a la habitación que lo
meten.
Me quedo afuera de la habitación. No han salido. Y eso me tiene nerviosa. Alan, Bryan y Rick
han venido. Pero les dejé claro que quería estar sola.
Al menos tengo más posibilidades de sobrevivir, ya que, parece que ni el infierno me quiere.
Yo podría...
Y si me tocara morir lo haría tranquila. Porque tendría la certeza de que Damon lo cuidaría.
Él está ahí...
—Señora.
—Al parecer la bala solamente rozo un órgano interno pero logramos estabilizarlo. Solo fue un
roce... sin embargo, ha perdido mucha sangre cosa que lo hace estar débil. Tenemos pendiente
una transfusión de sangre, pero lo haremos a penas nos traigan la sangre del laboratorio.
—¿Puedo pasar a verlo?
Me acerco a él.
—Eres un idiota Damon... si esto es una broma no es graciosa... si es una puta broma te juro que
esta vez me voy y para siempre—Amenazo para que se levante y me detenga.
Damon...
—¿C-con quien voy a discutir?—Me atraganto con mi saliva.—Te amo Damon. Nilo y yo te
amamos...
No.
Me arrastran hacia afuera tan rápido que no me doy cuenta. La policía está acá. Por el impacto de
bala. Pero me vale mierda.
Pasan minutos. Pero parece como si hubiesen pasado horas desde que me sacaron.
Damon. Al hombre que odie por tanto tiempo. El que me hizo sentir dolor, pero también me dio
una buena distracción. Aunque suene irónico. O raro.
Pude salir de mi depresión por la muerte de mi hermano. Aún duele, nunca dejó de doler pero me
centré tanto en el odio que le tenía a Damon. Que me ayudo a ser todo más llevadero. Mi hizo
alejarme del dolor aunque después me causara más.
¿No?
Aunque una parte de mi quería seguir odiándolo. Pero no pude ni puedo seguir haciéndolo.
Me duele.
Paso.
No...
Él...
M-muerto...
Gritar.
Romper todo.
—Sé que lo sabes aunque nunca lo dije bien...—Trago el nudo de mi garganta—Te amo Damon.
Y no estoy lista para aceptar que te fuiste.
Lo miro a él.
Y luego a la máquina.
Tiene latidos.
Él...
Joder.
Esto es un milagro.
...
El murío.
Pero un milagro. Si es que se le puede llamar así me dio la oportunidad de volver a verlo.
Abrazarlo.
Sentirlo.
La muerte de Lincon sirvió para cubrir el disparo de Damon. Ayudo a mi padre y a Damon. Ya
que, se dijo que él le disparo a Damon y después estaba a punto de dispararle a Alan.
Pensé que estaría inquieto por dejar todo en mis manos. Pero parecía satisfecho verme
haciéndolo.
Y por supuesto.
Damon.
Todos aquí.
Damon.
No entendía nada.
La muerte de Gregor que según se lo mataron días después para intentar sacar información.
Debido a que cuando lo noquearon y cayó al piso él pasó a segundo plano.
Ahora.
Con mi mujer.
La amo.
A ella y a mi hijo.
Son lo más importante de mi vida. Y si tengo que dar la vida por ellos jamás dudaría ni un
segundo en hacerlo.
Cuando la conocí vi a Yuri. Alguien a quien creía que sería fácil de conquistar. Pero cuando
pude entrar en su vida.
Es mi mujer.
Todo lo que siempre quise. Y lo que voy a querer hasta el día que me muera.
La amo.
Dejo de escuchar al hombre cuando quedo hipnotizado con sus ojos. Que me observan
detalladamente. Me transmiten tantas cosas, entre una de ellas. Deseo. Pero a la vez hay algo
suave en su mirada.
—Yo, Damon Genovés te recibo como esposa y prometo amarte fielmente hasta el resto de mi
vida.—Sonrío al verla.
Sigue hablando el viejo cuando mis ojos se van a sus labios rojos.
Rojos...
—Yo, Akira Belinsky acepto a Damon Genovés como mi esposo. Para fastidiarlo y no respetarlo
hasta que la muerte nos separe—Me da una sonrisa pícara.
Maldita mujer...
Me encanta.
—Señora, es una falta de respeto, así no se pueden unir dos personas ante los ojos de dios...
—Tú cállate no eres nadie para corregir a mi mujer.—Digo fríamente sin prestarle atención.
Ansioso por lo que viene después.
FIN
2do libro
Extra 1
Damon.
Han pasado catorce meses desde que nos casamos. Jamás esperé tener una vida de casado. Pero
me gusta.
Ahora soy torturado entre mi mujer y mi hijo. Pero mentiría si dijera que no es una tortura que
disfruto.
Mi hijo este año cumple tres añitos. Es increíble lo rápido que pasa el tiempo.
Mi niño ya sabe hablar, o intenta. Aunque la mayoría de las veces no le entiendo mucho, pero
tengo a su madre que no sé como, le entiende todo lo que balbucea.
Salgo de mi oficina y me apuro al subir las escaleras saltándome unos cuantos escalones.
—¿Me puedes explicar que es esto?—Pregunta señalando la pared blanca. Que ahora está
decorada con dibujos raros...
—¿Qué? Yo no fui...
—Hay testigos.—Mira a Nilo.—Mi amor. ¿Me puedes decir quién dibujó en la pared?
—Papá...—Me mira y me encuentra observando sus manos. Que están pintadas. Mi pequeño
hombre astuto esconde las manos atrás de la espalda.—Fue papá mami.—Balbucea.
Miro a Akira quien me sonríe por un segundo y luego se pone totalmente sería.
—No me mientas Damon... ¿Sabes lo que te pasará si mientes? Te va a crecer la nariz.—Me mira
y luego mira de reojo a nuestro hijo quien se toca la nariz asustado.
—Pero...
—Tendré que castigarte por mentir.—Sentencia.—Las mentiras son malas te estás volviendo
muy malo Damon. Muy malo.—Hace como que me regaña y niega con la cabeza.—Vas a tener
que dejar de jugar por las tardes hasta que pienses mejor lo que has hecho.
Busca hacer que Nilo confiese que él fue el culpable de eso. La pared no importa. Lo que si
importa es que mienta.
—Nilo... No defiendas a tu padre solo para que juegue contigo en las tardes.
—¡Mami pol favol fui yo mami papá no fue, no lo legañes!—Grita mientras me abraza las
piernas, buscando protegerme.
—Así que fuiste tú...—Comento mientras lo tomo en brazos y planto un beso en la frente.
—Tu padre no está enojado bebé... Ven mi amor. Tenemos que hablar del porqué mentir es
malo.—Me lo quita de los brazos no sin antes alcanzar a darle un beso a mi mujer.
...
Yo le sigo dando besos en su cuello. Encargándome de dejar marcas visibles para cualquier
hombre que se atreva a mirarla con otros ojos.
—Estoy cansada—Suspira.
—Déjame trabajar a mi.—Susurro en su oído y llevo una mano bajando por su estómago.
Llegando a sus bragas.—Vamos, mujer. Hace tiempo no podemos hacerlo como se debe...—Le
hago sentir mi erección en su trasero.
—Mhmm...—Mueve su trasero contra mi erección.
Lleva una mano hacia atrás tomándome en sus manos. Apretándome fuerte la polla.
—Akira...
—Tal vez lo consideres si me dejas hacerte lo mismo a ti.—Se ríe.—Tendrás que darme tus
medidas exactas para mandar a hacer algo de tu magnitud. Si tú lo aguantas. No veo por qué yo
no.
Ella toma acción y con un movimiento rápido se da vuelta. Y queda sobre mí.
—Claro...—Me acerco a su boca para besarla y aprovecho de golpear con mi mano su nalga.
Provocando un perfecto sonido en el ambiente. Y haciendo que Akira jadee.
—Maldito idiota.—Se separa un poco y recibo una cachetada de vuelta, para luego sobar mi cara
que presiento que está colorada.—Hazlo de nuevo. Me gustó.—Se muerde el labio—Pero no te
acostumbres.—Advierte.
Antes de seguir sus órdenes. Meto las manos entre nosotros. Liberando mi polla.
Ella hace sus bragas a un lado y me toma en su mano. Presionando mi pene en su entrada.
Ella me sonríe y me deja sentirla completamente. Juro que siento mis ojos rodarse.
Joder.
Joder.
Pongo mis manos en su cintura e intento moverla. Pero de inmediato las quita de un golpecito.
Se que no es el Damon que mostré hace tiempo Pero por alguna razón no salió igual sjsjs.
Damon.
Y no aquí.
Aburrido.
La verdad, la idea que proponen para atacar es absurda. No es probable que funcione. Para nada.
—¿Quién te asegura que su gente no vendrá por nosotros?—Habla Akira.—Me parece un acto
arriesgado y estúpido. Si realmente quieres acabar con ellos. Tienes que atacar su economía.
Desde adentro. Poco a poco hasta que estén vulnerable económicamente. Así cuando llegue el
momento de atacar directamente, no puedan ofrecerle nada a su gente. Muy pocos se quedarán
por lealtad, los demás se irán tan rápido como llegaron.—Concluye Akira encogiendo sus
hombros.
Hijo de puta...
¿Qué se cree?
—Perra entrometida. Primero. ¿Qué hace aquí? Es mujer. No tiene nada que hacer aquí. Ellas
sirven para la cama y la cocina...
Me levanto y al dar unos pasos llego a él. Quién está parado cerca de su jefe.
Nadie.
No lo pienso mucho. Y rápidamente llevo mi mano para sacar mi arma y apuntarle en la cabeza.
—No te escuche. Más fuerte—Le saco el seguro a la pistola.—Ah, y ruega por su perdón. De
ella depende si vives o no.—Ordeno.
Es mi mujer.
Akira Genovés.
Veo al tipo suspirar relajado e intentando pararse. Pero soy más rápido.
Aun así no logra llegar muy lejos. Porque presiono el gatillo. Dejando una mancha de sangre en
la pared.
Hijo de perra.
—Esto es un aviso. Cualquiera que se atreva a mencionar siquiera una sola palabra mala sobre
mi esposa, terminarán igual o peor que él. Depende si decido hacerlo yo. O dejar que mi mujer lo
haga. ¿Entendido?
—Sí.—Contestan al unísono.
—¿Qué pasó?—Susurro.
—Pensaría que su padre es genial por hacer que respeten a su madre.—Comento intentando
sonar despreocupado.—¿A qué viene todo esto?
—Tengo miedo.—Confiesa.—No quiero no ser suficiente para nuestro hijo. Estoy aterrada de
verlo crecer y que en algún momento nos odie por lo que hacemos.
—Si—Asiente.—No te recrimino nada Damon. Es solo... Dios. Estos días he sobre pensado
demasiado sobre todo. No sé que hacer—Dice cansada.—Necesito una buena siesta después de
esto.
Ella toma mi mano y la saca de su muslo. En cambio, coloca la de ella en mí entre pierna.
Haciendo que me acomode en la silla al sentirla.
Joder.
—Estoy totalmente segura ahora que dormir es una de las últimas cosas que quiero hacer hoy.—
Comenta con una sonrisa hermosa. Sus labios rojos. Su cuerpo, joder. Toda ella me producen
sensaciones increíbles.
Jamás me cansaré de decir que la amo. Y definitivamente jamás me cansaré de tenerla a mi lado
y de tener un hijo juntos. Tampoco nunca dejaré que alguien le falte el respeto o le haga algo
malo.
Si fuera solo por mí. Tendría una jungla de niños. Pero es su cuerpo. No quiero compartirlo. Y
no creo que quiera tener otro niño... O niña. La verdad nunca lo hemos hablado a profundidad.
Notaa: este extra no fue planeadoo está interconectado con inferno (cap 10) lamento si este
extra no es lo que esperabann lo hice rapidooo buscando hablar con ustedes por aquí.
Djjdjd
Estaba pensando en seguirlo aquí mismo. Porque les llegaría a todos los que les gustó el libro
de la notificación de los capítulos. Sin embargo siento que sería muy demasiado largo este
libro y desanimaría a leer.
«-Damon...-Gruño enojada.
Pero él me ignora.
Idiota.
Siempre es lo mismo.
-Pues... Yo te gano. Es mi mamá, me prefiere a mí antes que a ti.-Le saca la lengua a su padre.
Muchas gracias a todas por su apoyo y por sus consejos del anterior extra. Espero que este
libro les guste tanto como el primero.
Las quierooo.
https://www.wattpad.com/story/367578916?
utm_source=android&utm_medium=link&utm_content=share_reading&wp_page=reading&wp_uname=rominal