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La Compuerta N 12

El texto describe la llegada de Pablo y su padre a la mina, donde el capataz nota que Pablo es demasiado débil para el trabajo a los 8 años y sugiere enviarlo a la escuela.

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El texto describe la llegada de Pablo y su padre a la mina, donde el capataz nota que Pablo es demasiado débil para el trabajo a los 8 años y sugiere enviarlo a la escuela.

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La compuerta n° 12 – Baldomero Lillo

Pablo se aferró instintivamente a las piernas de su padre. Zumbábanle los oídos y el piso
que huía debajo de sus pies le producía una extraña sensación de angustia. Creíase precipitado en
aquel agujero, cuya negra abertura había entrevisto al penetrar en la jaula, y sus grandes ojos
miraban con espanto las lóbregas paredes del pozo en el que se hundían con vertiginosa 2 rapidez.
En aquel silencioso descenso sin trepidación ni más ruido que el del agua goteando sobre la
techumbre de hierro, las luces de las lámparas parecían prontas a extinguirse y a sus débiles
destellos se delineaban vagamente en la penumbra las hendiduras y partes salientes de la roca: una
serie interminable de negras sombras que volaban como saetas hacia lo alto.
Pasado un minuto, la velocidad disminuyó bruscamente, los pies asentáronse con más
solidez en el piso fugitivo y el pesado armazón de hierro, con un áspero rechinar de goznes y de
cadenas, quedó inmóvil a la entrada de la galería.
El viejo tomó de la mano al pequeño y juntos se internaron en el negro túnel. Eran de los
primeros en llegar y el movimiento de la mina no empezaba aún. De la galería, bastante alta para
permitir al minero erguir su elevada talla, solo se distinguía parte de la techumbre cruzada por
gruesos maderos. Las paredes laterales permanecían invisibles en la oscuridad profunda que llenaba
la vasta y lóbrega excavación.
A cuarenta metros del pique, se detuvieron ante una especie de gruta excavada en la roca.
Del techo agrietado, de color de hollín, colgaba un candil de hoja de lata, cuyo macilento resplandor
daba a la estancia la apariencia de una cripta enlutada y llena de sombras. En el fondo, sentado
delante de una mesa, un hombre pequeño, ya entrado en años, hacía anotaciones en un enorme
registro. Su negro traje hacía resaltar la palidez del rostro surcado por profundas arrugas. Al ruido
de pasos, levantó la cabeza y fijó una mirada interrogadora en el viejo minero, quien avanzó con
timidez, diciendo con voz llena de sumisión y de respeto:
–Señor, aquí traigo al chico.
Los ojos penetrantes del capataz abarcaron de una ojeada el cuerpecillo endeble del
muchacho. Sus delgados miembros y la infantil inconsciencia del moreno rostro en el que brillaban
dos ojos muy abiertos como de medrosa bestezuela, lo impresionaron desfavorablemente y su
corazón, endurecido por el espectáculo diario de tantas miserias, experimentó una piadosa sacudida
a la vista de aquel pequeñuelo arrancado de sus juegos infantiles y condenado, como tantas infelices
criaturas, a languidecer miserablemente en las humildes galerías, junto a las puertas de ventilación.
Las duras líneas de su rostro se suavizaron y con fingida aspereza le dijo al viejo que, muy inquieto
por aquel examen, fijaba en él una ansiosa mirada:
–¡Hombre! Este muchacho es todavía muy débil para el trabajo. ¿Es hijo tuyo?
–Sí, señor.
–Pues debías tener lástima de sus pocos años y antes de enterrarlo aquí, enviarlo a la
escuela por algún tiempo.
–Señor –balbuceó la voz ruda del minero en la que vibraba un acento de dolorosa súplica–.
Somos seis en casa y uno solo el que trabaja, Pablo cumplió ya los ocho años y debe ganar el pan
que come y, como hijo de mineros, su oficio será el de sus mayores, que no tuvieron nunca otra
escuela que la mina.

Preguntas:
1.- ¿A quién se aferró instintivamente Pablo?
a) A su madre
b) A su padre
c) Al capataz
d) A su hermano

2.- ¿Qué sensación le produjo a Pablo el piso que huía debajo de sus pies?
a) Alegría
b) Indiferencia
c) Angustia
d) Confusión

3.- ¿Qué ruido se escuchaba durante el descenso en la jaula?


a) El canto de los pájaros
b) El agua goteando sobre la techumbre de hierro
c) El sonido del viento
d) El murmullo de la gente

4.- ¿Qué hacía el hombre pequeño, ya entrado en años, sentado delante de una mesa?
a) Jugaba a las cartas
b) Leía un libro
c) Hacía anotaciones en un enorme registro
d) Comía su almuerzo

5.- ¿Qué edad tenía Pablo según el texto?


a) Cinco años
b) Siete años
c) Diez años
d) Ocho años

6.- ¿Qué le sugirió el capataz al viejo minero respecto a Pablo?


a) Llevarlo a otro trabajo
b) Enviarlo a la escuela por algún tiempo
c) Dejarlo jugar más
d) Cambiar de oficio

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