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Bioética Personalista y Derecho

Este documento trata sobre la bioética personalista y su relación con el derecho. Discuten la necesidad de fundamentar la bioética en la persona humana y no solo en las ciencias. También analizan el surgimiento de la bioética y la importancia de centrarla en la dignidad de cada persona.
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Este documento trata sobre la bioética personalista y su relación con el derecho. Discuten la necesidad de fundamentar la bioética en la persona humana y no solo en las ciencias. También analizan el surgimiento de la bioética y la importancia de centrarla en la dignidad de cada persona.
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Bioética Personalista

y Derecho
Dr. Rafael Santa María D´Angelo*
Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo

Introducción
La relación entre la Bioética y el Derecho guarda cada vez más una
relación necesaria e indesligable. Sin embargo, frente a los desafíos
actuales de la ciencia y de la técnica, presenta el riesgo de convertirse en
disciplinas que se alejen de su centro principal: la persona humana.
El presente artículo presenta la complementariedad existente entre la
Bioética, en especial la Bioética Personalista y el Derecho.

I. Algunas reflexiones sobre la Bioética Personalista


1.1. El surgimiento de la Bioética
Cuando en el año 1970 el bioquímico Van Renselaer Potter acuñó el
término bioética en los Estados Unidos, no imaginó la repercusión que
ésta iba a desarrollar en los años sucesivos.
Ciertamente, él lograría encuadrar en esta nueva disciplina la combinación
del conocimiento biológico con el conocimiento de los valores humanos,
llamándola ciencia de la supervivencia, dada la urgencia de un nuevo saber
no finalizado sólo a conocer los fenómenos naturales, sino también a
descubrir el modo en que se podría usar sabiamente los conocimientos
1
técnico- científico para favorecer la supervivencia de la especie humana.
Así nos dirá Potter: “ La Bioética ha aparecido como una nueva materia de estudio
que enlaza el conocimiento biológico con el conocimiento de los sistemas de valores

* Doctor en Derecho por la Pontificia Universidad Lateranense. Master en Bioética por la Pontificia
Universidad Regina Apostolorum en Roma. Profesor Ordinario de Protección Jurídica de los
Derechos Humanos y Miembro del Centro de Investigación en Bioética de la Universidad Católica
Santo Toribio de Mogrovejo.

1 Cfr. SGRECCIA ELIO, Manuale di Bioetica. Vita e Pensiero. Terza Edizione. Milano, Pp. 3-4.

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humanos… He escogido bio para indicar el conocimiento biológico, la ciencia sobre los
sistemas vivos, y he elegido ética para indicar el conocimiento sobre los sistemas de
2
valores humanos”
Este puente entre las ciencias experimentales y la ética, como también se
le conocía a la bioética se proyectó inicialmente como una reductio ad unum
para nuestros tiempos, dada su interdisciplinariedad y los principios que
3
la inspiran.
Sin embargo, vemos que de cara al pluralismo y al relativismo imperante
en el contexto actual, no resulta sencillo expresar el fundamento de la
bioética. De ahí la necesidad de referirnos a cuestiones más propias de la
persona humana.
Según Mons. Sgreccia: “ … las discusiones sobre el estatuto del embrión; sobre la
naturaleza propia y el carácter específico del acto de la procreación en relación con los
temas de procreación asistida; la definición de la muerte o la concepción del ecosistema
y la bioecología, requieren una concepción antropológica y una fundamentación del
juicio ético centradas en la persona y en la propia naturaleza íntima del hombre… ” 4
El surgimiento de la Bioética, pues, nos muestra la necesidad de una
reflexión que logre al avance de la ciencia médica y técnica e integrarle la
reflexión ética centrada y fundada en la persona humana.

2 RUSSO GIOVANNI. Bioetica fondamentale e generale. SEI. Torino 1995. P. 29 cit. POTTER V.R., Humility with
Responsability- A bioethics for Oncologist: President Adress, en “ Cancer Research” 35 (1975), 2297, 2299. Según
Potter la Bioética no debía focalizarse sólo sobre el hombre, sino debía ampliar su mirada a la biosfera en conjunto, es
decir a toda intervención científica del hombre sobre la vida en general, de allí que el concepto de bioética resulte más
amplio que el de ética médica.
3 Este principio de la reductio ad unum es explicado por el profesor italiano Francesco Calasso: “ … Como se observa,
una idea esta al centro de esta concepción: el principio de unidad, o como los filósofos desearon, de la reductio ad
unum. ¿En que consistía este principio, que fue una de las expresiones más típicas del pensamiento medieval?
Observamos ante todo que esto no nace del mundo del derecho, sino viene copiado de la especulación pura, sobre la
base del pensamiento aristotélico, que regresaba en honores por la aventura en aquel mismo siglo del revivir los
textos justinianos genuinos. En torno a la obra del filósofo griego se había abierto un intenso trabajo de pensamiento,
que con el instrumento de la
exégesis buscaba resolver el grande problema de adaptar a la civilidad cristiana este edificio colosal heredado del
mundo pagano… en el pensamiento aristotélico, el axioma de la reductio ad unum representaba un principio de
orden universal, que del mundo de la naturaleza se reflexiona sobre el cuerpo social: todo el universo es gobernado
de un orden, que es Dios; y Dios es unidad, en la cual la multiplicidad se disuelve. La especulación medieval si
apropia el principio, y de él hace el perno de su filosofía política… ” CALASSO FRANCESCO, Medioevo del Diritto.
I- Le fonti. Giuffrè Editore. Milano 1954. Pp. 371- 372 (traducción personal)
4 SGRECCIA ELIO, Manual de Bioética. Editorial Diana. México 1996. Pp- 1- 2

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1.2. Reflexión sobre el personalismo ontológicamente fundado


Referirnos al personalismo ontológicamente fundado es adentrarnos al
punto de la Bioética personalista. Interesa en esta ocasión referirme a dos
presupuestos básicos: la persona como fundamento de la bioética y la
sinonimia existente entre ser humano y persona humana.

La persona como fundamento de la Bioética


Un aspecto inicial que resulta importante comprender es que referirnos al
fundamento personalista de la Bioética, es ahondar una seria reflexión
racional sobre la realidad que constituye el centro de la actividad
biomédica, la persona humana.
Ciertamente, encontramos situaciones planteadas por la biomedicina con
tensiones, desacuerdos radicales, posturas profundamente divergentes y
hasta contrarias. No obstante, sostenemos la necesidad de encontrar una
plataforma de pensamiento ético válida y sólida, un fondo donde pueda
anclar nuestra razón ética, y evitar así caminar a la deriva.
Frente a este caminar sin ninguna referencia a la verdad, dice el Papa
Benedicto XVI: “ poner en el centro el tema de la verdad no es un acto meramente
especulativo, restringido a un pequeño círculo de pensadores; al contrario, es una cuestión
vital para dar profunda identidad a la vida personal y suscitar la responsabilidad en las
relaciones sociales. De hecho, si no se plantea el interrogante sobre la verdad y no se admite
que cada persona tiene la posibilidad concreta de alcanzarla, la vida acaba por reducirse
a un abanico de hipótesis sin referencias ciertas” 5
La interrogante: ¿por qué fundar la bioética en la persona?, no lleva una simple
respuesta, sino, más bien, acompaña una seria reflexión racional sobre la
realidad que constituye el centro de la actividad biomédica, a la vez sujeto
y objeto de la misma: la persona humana.
En este sentido, es necesario enfatizar dos aspectos: primero fundar la
Bioética en una comprensión de la realidad que, por su propio peso, se

5 BENEDICTO XVI, Discurso en la visita del Santo Padre a la Pontificia Universidad Lateranense, 21 de Octubre
del 2006.

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impone a nuestra subjetividad ética. Y luego, no se trata de una realidad


abstracta, sino de esa persona concreta que somos cada uno de nosotros,
de esa persona que se trata médicamente como paciente, o de esa otra
persona que tiene que pronunciarse como médico. Habrá que reflexionar
sobre el significado profundo de esa realidad que llamamos “ persona” .
Para lograr una argumentación racional capaz de ser una “ plataforma” de
pensamiento ético ante las divergentes posiciones, se plantea que habría
cuatro modos posibles de lograr resolver las controversias: el uso de la
fuerza, la conversión de una parte a la concepción de la otra, una argumentación
sólida o procedimientos concordados.
De todas ellas, la conclusión más clara y contundente es la encontrar un
camino de solución, a través del acuerdo. Estamos, pues, ante una
expresión de la llamada “ ética contractualista” , que no se compromete ni
relaciona con ninguna visión ética concreta.
Sin embargo, si se analiza mejor esta tesis, lo que se plantea de modo
determinante como valor fundamental es la tolerancia y la convivencia
pacífica. Surge la interrogante: ¿quién ha dicho que todos tengan que estar de
acuerdo con el principio de la tolerancia y del respeto mutuo? Pensemos en aquellos que
optan por el uso de la fuerza ¿cómo se les puede convencer de que deben aceptar el
consenso? ¿También por la fuerza?6
Se vuelve a la necesidad de reconocer la capacidad de la razón humana de
encontrar y exponer razones válidas que justifiquen una determinada
opción ética. De alguna manera, todos actuamos y razonamos sobre la
base de esa convicción, aún cuando la neguemos, detrás de algunos de los
juicios morales se esconde una concreta comprensión de la realidad como
criterio determinante y normativo, lo que algunos llaman precomprensión
7
orientadora.

6 Curiosamente los sostenedores de esta tesis admiten el uso de la fuerza contra quienes violen la autonomía de los
demás al no aceptar la ética del consenso. Claramente, este razonamiento se vuelve contra la misma tesis, pues si
alguien utiliza la fuerza contra quien la utilizó porque rechazó el principio del no uso de la fuerza, está él mismo
rechazando ese principio y podría ser él mismo tratado con la fuerza.

7 Cfr. LUCAS LUCAS RAMON, El hombre, espíritu encarnado. Compendio de Filosofía del hombre. Ediciones
Sígueme. Salamanca 2005. Pp. 16-17. Cualquier pregunta se realiza desde un cierto saber ya. En el caso del hombre
para poder formular esta interrogante: ¿por donde comenzar el conocimiento del hombre?, el que pregunta antes
debe tener una idea de si mismo, aunque sea una idea vaga e indeterminada. Una precomprensión orientadora

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El mismo argumento se repite cuando se refiere a la autonomía. Cuando se


refiere a respetar la autonomía de cualquier persona, esto supone la
comprensión de la persona como ser autónomo, libre; supone una visión
antropológica, una antropología normativa, para saber cuál es el verdadero
bien del paciente, es preciso tener una comprensión de la realidad del ser
humano.
Resulta preciso así distinguir entre la capacidad del ser humano de
comprender al ser, lo ontológico como veremos adelante, y el deber ser, es decir el
bien o mal moral8. El comprender el ser se realiza solamente en la apertura al
ser de las cosas no en el consenso. Esto se orienta necesariamente hacia la
búsqueda de lo que es. Algo similar sucede en el conocer el deber ser, que se debe
razonar conforme a la apertura del ser para comprender el deber ser. No basta
el mero consentimiento, o la formulación de un juicio sobre bases puramente
formales. La conciencia ética se realiza plenamente como tal cuando se abre
intencionalmente alserde lascosas, buscandolaverdadmoral.
Esto último nos lleva a entender que no es posible pretender lograr una
comprensión personal que coincida total y perfectamente con la realidad y
menos aún que la agote. De otra parte, tampoco se puede renunciar a la
capacidad de buscar la verdad y de alcanzar cierta comprensión verdadera de
lo real, aunque no sea nunca perfecta o absoluta. Esto se entiende mejor ante el
hecho que todo hombre nace con la rectitud necesaria de razón para conocer
infaliblemente losprimerosprincipios, comohacerelbien yevitarelmal.
Lo anteriormente mencionado muestra la necesaria atención a la
realidad, la cual debe caracterizar toda reflexión ética y se especifica de
modo singular en la realidad concreta de la persona humana.

Ser humano y persona humana como sinónimos


El sentido común y el lenguaje ordinario sugieren la similitud de los
términos “ persona” y “ ser humano” , acompañada de una reflexión habituada
a concebir la persona como caracterización apropiada de lo humano. En
nuestros días, por los recientes avances científicos a nivel de la
biomedicina y el bioderecho, no es muy sencillo identificar o asociar el
significado de estos términos.

8 Lo que los escolásticos llamaron “ razón especulativa” y “ razón práctica” respectivamente

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Para no pocos, en la actualidad, decir o referirse a la “ persona” no significa


decir o referirse al “ ser humano” y viceversa.
Esta no es la primera vez que la reflexión racional y la experiencia concreta
muestran la separación entre persona y ser humano. Bastaría hacer referencia a
la esclavitud, el racismo, a la persecución judía, por mencionar algunas en las
cuales no era negada la pertenencia biogenética a la especie humana, sino el
reconocimientoontológicode persona, ycomotalsu relevanciaéticayjurídica.
Separada de sus raíces, la noción de persona asume hoy nuevos roles que
ponen en peligro su propio valor, intuitivo y originario. Luego de los
fenómenos discriminatorios referidos, nos enfrentamos ahora a una
nueva forma de exclusión humana más sutil, por el grado de desarrollo
físico, psíquico y social del ser humano, que específicamente ataca los
casos confines: la discriminación contra los embriones, los fetos, los niños,
los discapacitados, los ancianos, los enfermos incurables.
Este dualismo presentado en la actualidad no resulta un conflicto social más,
sino que atañe a toda la humanidad la cual no queda reconocida, sino más
bien seleccionada, y seleccionada ¿ante los ojos de quién?, ¿a título de qué?; un
9
nuevo eugenismo se proyecta discriminando con ello al mismo ser humano.
Un aspecto que resulta importante distinguir en el ser humano es el nivel
ontológico y el nivel operativo, es decir, el plano del ser y el del actuar. Si
primero es el ser, y de ahí deriva el actuar, habrá que tener en cuenta cuál
es el ser, la ontología de una realidad para calificar su realidad. Puede
darse que un ser no esté actuando por determinadas causas, por ejemplo,
el sueño, y no por eso deja de tener unas características ontológicas. “ El
valor del ser humano no queda condicionado por la adquisición de determinados
10
atributos, pues a quien hay que defender es al hombre sin atributos” .

9 Cfr. PALAZZANI LAURA, Il concetto di persona tra bioetica e diritto, G. Giappichelli, Torino 1996. Pp. 31 -38.
“ … De acuerdo con una concepción bien fundada filosóficamente desde el punto de vista de la tradición, es persona
todo ser de una especie cuyos miembros poseen la capacidad de alcanzar la autoconciencia y la racionalidad. Por
tanto, si sólo fueran personas aquellos seres que, en efecto, poseen dichas cualidades en acto, en ese caso a cualquier
hombre dormido podría serle impedido despertar vivo, pues mientras duerme, claramente no es persona. El deber
de proteger su vida -cuando se queda dormido sin el temor de no volver a despertar ya nunca- cesa, en todo caso,
según nuestros deseos… ” SPAEMANN ROBERT, ¿Son todos los hombres personas? Cuadernos de Bioética 31, 3º
Grupo de Investigación en Bioética. Santiago de Compostela 1997, Pp. 1030-1033
10 SANTA MARIA D'ANGELO RAFAEL, El Diagnostico prenatal de los discapacitados y la tutela de los derechos
fundamentales. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 116. Editorial Gaceta Jurídica. Lima 2008. Pp. 172

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Cuando se abandona el punto de partida indiscutible de la nueva vida, es decir,


la concepción, todo se vuelve impreciso, y una fuerte carga de arbitrariedad se
impone. Cada científico pretende construir una teoría sobre el inicio de la vida
junto a la definición de persona que más le acomoda, que le permita realizar el
tipode investigacionesymanipulacionesque desee realizarcon losembriones.
Es evidente que muchos de los conceptos y categorías de “ persona” son
estipulados por convención, por consenso, obviando la naturaleza misma
de la persona. Se revela externamente la posesión o capacidad de poseer
ciertas funciones que son consideradas relevantes, y así puede ser más o
menos persona, se puede llegar a ser persona adquiriendo en un momento
determinado o gradualmente algunas características sea la sensibilidad, la
racionalidad o la voluntad.
Es por ello que para algunos “ ser humano” es un término biológico que
indica pertenencia a la especie “ homo sapiens” , mientras que persona es un
término moral que implica que el organismo tiene derechos de tipo moral.
Entonces el concepto queda reducido a una de sus propiedades, tal como
11
la capacidad intelectual.
A este funcionalismo, se puede responder que la presencia de una función pre-
supone la existencia de un sujeto, con una naturaleza determinada que hace po-
sible el ejercicio de aquella función, y que es la capacidad de tener esta función y
no su ejercicio, aquello que constituye al ser y la natura de un sujeto. Las fun-
cionesnoson elsujetosinuncarevelan alsujetoysu naturaleza, lamanifiestan.
Si la persona se redujese a un conjunto de características o funciones que
aparecen y desaparecen en los diversos individuos y en diversas situaciones,
12
tendríamos para reconocer a una persona que valorar caso por caso.
Serán estos “ reduccionismos” que acentúan las funciones del hombre, los
que buscarán una definición de la persona rica, por ejemplo, la
responsabilidad moral, la capacidad de relación, pero serán estas
definiciones, ricas, bellas, aquellas que no sirven para comprender a todos,

11 Cfr. BALLESTEROS JESUS, Exigencias de la dignidad humana en Biojurídica. BALLERSTEROS J.-APARISI


A. (Eds.), Biotecnología, dignidad y derecho: bases para un diálogo. EUNSA. Pamplona 2004. Pp. 43-55
12 Cfr. PALAZZANI LAURA, Persona, Bioetica e Biogiuridica. Medicina e Morale. Rivista Internazionale di
Bioetica. Centro di Bioetica. Facoltà di Medicina e Chirurgia Agostino Gemelli.Università Cattolica del Sacro Cuore.
Roma. 2004/2. Pp. 312

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también a aquellos que no manifiestan la capacidad de comportamiento


moral o racionalidad.
De lo hasta aquí expuesto, podemos decir que todo “ ser humano” , en cuanto ser li-bre
y espiritual, es “ persona” , así como que no existe “ persona” alguna que no sea un “ ser
13
humano” .

1.3. El método triangular de la Bioética Personalista


Siguiendo el método propuesto por Mons. Elio Sgreccia, quisiera hacer
referencia al método triangular de la Bioética Personalista, como él nos
14
enseña . Pienso que su reflexión nos ayudará luego cuando abordemos la
incidencia de la Bioética a la Biojurídica.
Un aspecto inicial que resulta importante mencionar es la cohesión de sus
tres lados. Primeramente, el de acudir al acto biomédico en su
consistencia científica (se piensa por ejemplo en el ADN).
Luego de este examen, se reflexionará hondamente en el significado
antropológico y los valores relacionados a la vida y la integridad de la
dignidad humana. En esta síntesis filosófica, se permitirá evaluar y
determinar qué valores tutelar y qué normas deben ser previstas de acción,
tanto a nivel individual, como social. En otras palabras, del valor-persona,
se establece una jerarquía: vida, salud, responsabilidad personal, etc.
La solución de tales problemas éticos deberá ser buscada en relación a los
conceptos y a los valores de fondo de la persona humana, y esto reclama el
entero de la filosofía del hombre. Esto sería el último lado del triangulo.
Explica Mons. Sgreccia: “ … Se impone el confronte con la antropología de
referencia, de manera dinámica y constante: continuamente los descubrimientos
científicos y las aplicaciones tecnológicas abren nuevas posibilidades y nuevas
conquistas, continuamente estas evoluciones repercuten en el desarrollo social y en la
adecuación jurídica de la sociedad… .” 15 Añade luego: “ … Es obvio que de este diálogo

13 Esta afirmación que equipara al ser humano con la persona evita toda forma de discriminación, de modo especial
aquellos desprotegidos como son el concebido, el enfermo terminal, el discapacitado.
14 Cfr. SGRECCIA ELIO, Manuale di Bioetica, Op. Cit. Pp. 63- 64
15 Ibidem. (traducción personal)

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“ triangular” (biología-antropología-ética), la antropología misma queda enriquecida,


sin embargo es igualmente necesario que ella ponga los criterios y valores que no puedan
ser superados, porque representan el motivo mismo de la teleología del progreso
científico y de la sociedad… ” 16
Esto evidencia que “ ...la cuestión bioética, en efecto, antes de ser una cuestión
axiológica, es esencialmente una cuestión antropológica: comprende en primer lugar no
la imagen que queremos construir (o que queremos defender) del hombre, sino la defensa
de su identidad misma. Una defensa que comprende naturalmente, y en profundidad,
también nuestro ethos pero que no puede ser reducida a una cuestión específicamente
moral, es decir de mera orientación axiológica de la conciencia...” 17
Ciertamente, los valores fundamentales que se logra con esta síntesis
requieren de una regulación especial, y aquí su vínculo directo con el
Derecho. Relación que no resulta del cumplimiento de un procedimiento
más, sino que guarda armonía con una consideración clara de la persona
humana y de su inherente dignidad.

II. De la Bioética a la Biojurídica


2.1. Necesidad de una interdisciplinariedad
El método de la Bioética comprende un enfoque multidisciplinar e
interdisciplinario. “ La simple aportación de disciplinas diferentes asegura solo el
aspecto multidisciplinar; y para hablar de la existencia del aspecto interdisciplinar; es
necesaria también una relación ordenada y orgánica de las diferentes disciplinas” . 18
Este rasgo propio de la Bioética es reconocido en la Declaración Universal
de Bioética y Derechos Humanos al señalar entre sus objetivos el de
“ fomentar un diálogo multidisciplinario y pluralista sobre las cuestiones de bioética
entre todas las partes interesadas y dentro de la sociedad en su conjunto” .19

17 D'AGOSTINO FRANCESCO, Dalla bioetica alla biogiuridica. SALVINO BIOLO (a cura) Nascita e Morte
dell'uomo. Problemi filosofici e scientifici della bioetica. Editrice Marietti. Genova 1993. Pp. 137- 147 (traducción
personal)
18 CICCONE LINO, Bioética. Historia, Principios, Cuestiones. Palabra. Madrid 2005. Pp. 27
19 Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, Artículo 2º Inciso e.

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Vemos, pues, que el diálogo de cada disciplina en torno a la Bioética exige


la necesaria apertura del Derecho a otras disciplinas, tanto desde una
dimensión externa como interna.
Desde una dimensión externa, pues el avance biomédico revela cada vez más
datos que resultan relevantes para el Derecho, y sin ellos él mismo no podría
brindar una certera respuesta. Se piensa en la fecundación in vitro y en su
incidencia para determinar la filiación en el Derecho de familia; la muerte
cerebral, como indicador para establecer la muerte de una persona.
En una dimensión interna, vemos que los problemas bioéticos guardan
relevancia en el Derecho Constitucional (como son los derechos
fundamentales de la persona), en el Derecho Civil (en el derecho de
personas y en el derecho de familia especialmente), en el Derecho Penal
(con las consideraciones de tipo panal a delitos contra la vida o la salud)
Ahora bien, creemos que este fructífero diálogo interdisciplinario lleva a
un encuentro inevitable para el Derecho, diría más bien reencuentro: la
Ética. En efecto, es la misma Declaración Universal antes mencionada que
“ reconoce la interrelación existente entre la ética y los derechos humanos en el terreno
20
concreto de la bioética.”
De cara a lo anteriormente expuesto, vemos que la Bioética resulta en una
“ magnífica ocasión” para devolverle su fundamento al Derecho, y si este
encuentro se alimenta de los presupuestos de la Bioética Personalista, nos
encaminamos a una consideración jurídica de todo ser humano, de toda
persona humana como sujeto de derecho.

2.2. Devolver al derecho su fundamento ético


En un contexto actual como el nuestro, donde la globalización, el pluralismo y
el relativismo inciden fuertemente en la consideración del derecho, es común
referirse a la “ amoralidad” del derecho, posición que conduce finalmente a un
derechoque prescinde de cualquiercriteriode justiciayde bien común.”

20 Ibidem Prefacio

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De este modo, aquello que es considerado sólo como derecho, es el producido


en modo autoritativo por una fuente humana, conforme a ciertas formalidades
con total independencia del aspecto ético de sus contenidos normativos. La
propuesta de esta corriente comprende el desarrollo de un concepto del
derecho y del Estado que no deje ningún lugar a la justicia, excluir a ésta de las
consideracionesque se conceptúacomoestrictamente jurídicas.
En este sentido, para algunos autores, ante la imposibilidad de un cono-
cimiento objetivo del bien humano en sentido individual o colectivo, que
permitan un contenido y fundamento a los derechos humanos, proponen
una determinación ya no por la razón, sino más bien por los sentimientos.
Esa es la posición del filósofo americano Richard Rorty, quien sostiene: “ Para
superar esta idea en sentido peculiar de obligación moral, sería útil dejar de preguntar
“ qué nos hace diferentes de los otros animales” y dejar de decir que la diferencia radica en
que nosotros podemos pensar mientras que ellos tan sólo pueden sentir. Deberíamos pensar
más bien que nosotros podemos sentir los unos por los otros mucho más que ellos. Esto nos
permitiría separar la idea cristiana de que el amor importa más que el conocimiento y la
idea neoplatónica de que el conocimiento de la verdad nos hará libres. Pues en tanto
pensemos que hay un poder ahistórico que tiende a lo justo, un poder llamado verdad o
racionalidad, no podremos superar el fundacionalismo… Es el resultado de lo que he
venido llamando “ educación sentimental” … Ahora estamos en condiciones de hacer a un
lado los últimos vestigios de la idea de que los seres humanos se distinguen por su
capacidad para la razón en lugar de por su capacidad para la amistad y el mestizaje, por
la racionalidad rigurosa en lugar de por la sentimentalidad flexible… Estos dos siglos se
entienden mejor no como un período de comprensión profunda de la naturaleza de la
moralidad o de la racionalidad, sino más bien como una etapa en la que ha ocurrido un
progreso sorprendentemente rápido de los sentimientos y se ha vuelto mucho más fácil para
21
nosotros movernos a actuar gracias a las historias tristes y sentimentales..·”
Haciendo mención a Rorty, el Card. Joseph Ratzinger señala que, en la
actualidad, se propaga un nihilismo banal, con resultados muy peligrosos.
Señala, además: “ … El ideal de Rorty es una sociedad liberal en la que no existan valores ni

21 RORTY RICHARD, Derechos Humanos, Racionalidad y Sentimentalidad. Shute Stephen- Hurley Susan, De los
derechos humanos- Las conferencias Oxford Amnesty de 1993. Editorial Trotta. Madrid 1998. Pp. 58

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criterios absolutos. El bienestar será lo único a lo que merezca la pena aspirar… La convicción
mayoritaria difundida entre los ciudadanos es para Rorty el único criterio que se ha de seguir
22
paracrear elderecho. Lademocracianoposeeotrafilosofíani otrafuentedelderecho… ”
Posteriormente, añade el Card. Ratzinger: “ … es indiscutible que la mayoría no es
infalible y que sus errores no afectan sólo a asuntos periféricos, sino que ponen en cuestión
bienes fundamentales que dejan sin garantía la dignidad humana y los derechos del hombre,
es decir, se derrumba la finalidad de la libertad, pues ni la esencia de los derechos humanos ni
la de la libertad es evidente siempre para la mayoría. La historia de nuestro siglo ha
demostrado dramáticamente que la mayoría es manipulable y fácil de seducir y que la
libertad puede ser destruida en nombre de la libertad. En Kelsen hemos visto, además que el
relativismo encierra su propio dogmatismo: está tan seguro de sí mismo que debe ser impuesto
a los que no lo comparten. Con una actitud así, al final resulta inevitable el cinismo, que en
Kelsen y Rorty se percibe ya de forma clara. Si la mayoría tiene razón – como ocurre en el caso
de Pilatos -, el derecho tendrá que ser pisoteado. Entonces lo único que cuenta, a fin de cuentas,
es elpoder delmásfuerte, quelamayoríasabedisponer asu favor… ” . 23
Un aspecto que se desprende del positivismo jurídico, es el consenso, es decir, el
acuerdo mayoritario que crea el derecho. Al respecto, aclara el Card. Ratzinger:
“ ...El “ fin de la metafísica” , que en amplios sectores de la filosofía moderna viene
presupuesta como un hecho irreversible, ha llevado al positivismo jurídico que hoy ha asumido
sobre todo la forma de la teoría del consenso: como fuente de derecho, si la razón no está en
grado de encontrar el camino hacia la metafísica, hay para el Estado sólo las comunes
convicciones sobre los valores de los ciudadanos, convicciones que se reflejan en el consenso
24
democrático. Elconsensonocrealaverdad...”
Sobre esta ausencia ética, en especial de la justicia, por parte del derecho
positivo, el profesor Massini, citando a Robert Spaemann, sostiene: “ … los
hombres distinguen acciones justas e injustas. Y el criterio último de esta distinción no
es la adecuación de las acciones a las leyes positivas existentes, pues estos mismos
hombres distinguen también leyes justas e injustas, sentencias justas e injustas (...). Si
no hubiera nada justo por naturaleza, la discusión misma sobre temas relacionados

22 RATZINGER JOSEPH, Verdad, Valores, Poder. Piedras de toque de la sociedad pluralista. Rialp. Segunda
Edición. Madrid 1998. Pp. 32- 33, 93.
23 Ibidem. Pp. 94- 95
24 RATZINGER CARD. JOSEPH, Lectio Doctoralis. LUMSA, Per il diritto, omaggio a Joseph Ratzinger e Sergio
Cotta. G.Giappichelli Editore. Torino 2000. Pp 11. (traducción personal)

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25
con la justicia carecería de sentido...”
A esta situación, podemos afirmar que resulta imposible sustentar una
teoría de los derechos humanos sobre la base de un ordenamiento jurídico
que propugne una neutralidad del ordenamiento frente a los valores.
Pues, analizando los conflictos que eventualmente pueden surgir entre los
derechos humanos al concurrir en un caso concreto, la única forma de
solucionarnos y de mantener la coherencia del derecho interno consiste en
romper esa neutralidad frente a los valores, ya que los conflictos para su
solución requieren acudir a un juicio valorativo a cargo de una autoridad
(un órgano jurisdiccional por ejemplo), sobre la base de los valores. Esto
evidencia que el ordenamiento jurídico no puede ser concebido desde un
punto de vista exclusivamente formal, es decir, como un conjunto
únicamente normativo.
Esto nos recuerda que “ las reglas jurídicas no pueden ser consideradas el mero
producto de una voluntad (aquella del legislador), sino deben ser consideradas como un
dictado de la razón en el confronte de la cual la voluntad legislativa debería,
dócilmente, adecuarse poniendo normas pues el carácter generalísimo de la
26
racionalidad es absolutamente irrenunciable. ” En otras palabras, “ La vía más
directa para demostrar la obligatoriedad de una regla es aquella de mostrar de ella su
27
conformidad a un valor” .
Resulta evidente que cada ordenamiento jurídico nacional encuentra su
fundamento en una Constitución, y puede decirse que forma parte del
bien común político. Pero para comprender el derecho, por consiguiente,
no debemos mirarlo desde la óptica de la política, del uso que ésta hace de
él, sino desde la óptica del mismo derecho.
El profesor D'Agostino, al referirse a la relación entre política y derecho,
considera lo siguiente: “ ...la política tiende a la creación de grupos sociales dotados

25 MASSINI CORREA CARLOS, Positivismo, Ética y Derecho. Aportaciones al Debate Actual entre
Iuspositivsmo e Iusnaturalismo. Revista Humanitas. Biblioteca Electrónica de la Pontificia Universidad Católica de
Chile: http://humanitas.cl/biblioteca/articulos/d0337/ (fecha de revisión: 18/04/2007) cit. SPAEMANN, R., “ La
actualidad del derecho natural” , en Crítica de las utopías políticas, Pamplona, EUNSA, 1980, pp. 315-16.
26 D'AGOSTINO FRANCESCO, Filosofia del Diritto. G. Giappichelli Editore. Terza Edizione. Torino. Pp. 16- 18
(traducción personal)
27 COTTA SERGIO, Il diritto nell'esistenza. Linee di ontofenomenologia giuridica. Giuffré. Milano 1991. Pp. 194

Revista de Bioética 2009 /1:119-136 131


Dr. Rafael Santa María D´Angelo

de específica identidad y por tanto cerrados, tanto más compactos más cerrados;
mientras el derecho ofrece la posibilidad a los hombres de una sociabilidad universal,
más allá de la singular comunidad política… el derecho, como estructura abierta, es
universalmente pacíficante, porque no conoce obstáculos de fronteras, lengua, raza o
cultura; no hay otra concepción a la que se pueda abrir una relación jurídica que
aquella del reconocimiento del otro como otro, es decir como hombre..” 28
Esto nos lleva a reconocer dos aspectos. El primero que la vida jurídica no
se agota ni se limita en las relaciones reguladas por ordenamientos
jurídicos nacionales, más bien, las supera. En segundo lugar, aunque es
verdad que las normas de los ordenamientos jurídicos divergen en forma y
contenido, mantienen una estructura idéntica (la estructura imperativo-
retributiva, como el caso de los acuerdos y pactos estipulados en
aplicación del principio pacta sunt servanda, independientemente de la
pertenencia al mismo ordenamiento jurídico)
La actividad jurídica pues, permite que todo aquel que se adapte a la regla,
entre como cualquier otro, en una relación de sociabilidad abierta,
ampliamente y potencialmente ilimitada. Esto nos permite considerar que
si bien las normas varían en la práctica de ordenamiento nacional a
ordenamiento nacional, no prohíbe, en principio crear una
reglamentación universal. Ninguna razón jurídica la impide; antes bien, la
exigiría esa misma razón.
No obstante se puede decir que esto resulta muy ideal o abstracto, que en
la actualidad no existe un derecho universal. A esto corresponde decir que,
en el terreno de los principios, el concepto de regla, por sí mismo, no
implica ninguna limitación territorial o ideológica, sino que es de una
extensión ilimitada. En realidad, las reglas están circunscritas a esferas
particulares de validez sólo de hecho, no por principio. Si el mundo de los
hombres no estuviese dividido en entidades políticas separadas, caería la
barrera de hecho y la regla podría desplegar toda su potencialidad
universalista.
Una regla podrá ser universal siempre que se refiera sólo a aspectos
elementales comunes a todos. La condición para que una regla sea

28 D'AGOSTINO FRANCESCO, Op. Cit., Pp. 19

132 Revista de Bioética 2009 /1:119-136


Bioética Personalista y Derecho

universalmente válida en el pensamiento, tanto como en la realidad, es la


justicia.
La justicia exige tratar igual a los iguales y, de un modo adecuadamente
distinto, a los desiguales. No se limita a exigir que los hombres sean
tratados igualmente en lo que tienen de iguales, sino que además exige que
se les trate de un modo convenientemente distinto en lo que tienen de
desiguales. Y si el derecho encuentra en la regla su principio constitutivo,
ésta, a su vez, encuentra su posibilidad de manifestarse en la justicia, que
no es tal, si no se extiende a todos los hombres. La justicia, pues, da al
modo de vida jurídico la posibilidad de constituirse y al mismo tiempo su
29
valor intrínseco.
En su mensaje a las Naciones Unidas, el Papa Juan Pablo II señalaba: “ … . si
nos esforzamos en valorar las cosas con objetividad, podemos ver que, más allá de todas las
diferencias que caracterizan a los individuos y los pueblos, hay una fundamental
dimensión común, ya que las varias culturas no son en realidad sino modos diversos de
afrontar la cuestión del significado de la existencia personal. Precisamente aquí podemos
identificar una fuente del respeto que es debido a cada cultura y a cada nación: toda
cultura es un esfuerzo de reflexión sobre el misterio del mundo y, en particular, del hombre:
es un modo de expresar la dimensión trascendente de la vida humana...” 30
Añade luego: “ En este sentido, es motivo de seria preocupación el hecho de que hoy
algunos nieguen la universalidad de los derechos humanos, así como niegan que haya
una naturaleza humana común a todos. Ciertamente, no hay un único modelo de
organización política y económica de la libertad humana, ya que culturas diferentes y
experiencias históricas diversas dan origen, en una sociedad libre y responsable, a
diferentes formas institucionales. Pero una cosa es afirmar un legítimo pluralismo de
"formas de libertad", y otra cosa es negar el carácter universal o inteligible de la
naturaleza del hombre o de la experiencia humana. Esta segunda perspectiva hace
muy difícil, o incluso imposible, una política internacional de persuasión” . 31

29 COTTA SERGIO, ¿Qué es el derecho? RIALP. Madrid. 2000. Pp. 97- 99.
30 JUAN PABLO II, Discurso a la Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas.
31 Ibidem

Revista de Bioética 2009 /1:119-136 133


Dr. Rafael Santa María D´Angelo

Universalidad de los derechos humanos y pluralidad de las culturas


no son, pues, dos términos opuestos. Indican, más bien, dos polos en
torno a los cuales se debe desarrollar una dinámica positiva: por un
lado la constante y progresiva búsqueda en torno al núcleo
fundamental y determinante de la dignidad humana; y de otra
parte, la riqueza y la actualidad de su traducción en el específico y
variado contexto histórico. En este sentido, estos términos se
reclaman, se enriquecen, y muestran al derecho su real fundamento.

2.3. Bioética, Persona humana y Derecho


El nacimiento de la Bioética presenta el gran desafío a la ciencia y a la
técnica, el de volver su atención a la centralidad de la persona humana.
Una reflexión en Bioética y en Bioderecho que no considere este
presupuesto estará mostrando una ética alejada de la realidad del ser
humano. “ … Porque el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y
32
debe ser la persona humana… ”
En nuestro tiempo, vemos que “ ... cada concepción reduccionista y
mortificante de la persona humana no depende de la praxis de los
derechos, sino de los prejuicios de los intérpretes… la problemática del
fundamento es esencial por cuanto se relaciona con la identificación de la
33
concepción de persona humana que defendamos...”
Por ello, para preservar esta unidad bio-sico-espiritual, es necesario
considerar con claridad que todo ser humano es persona. No existe persona alguna
que no sea un ser humano. El ser humano, hombre o mujer, es una persona.
Existe un primado de la naturaleza sobre la función; no existe una
gradualidad en la persona. La persona humana vale por el mero hecho de
ser persona y no por ésta o aquélla de sus características accidentales. Es la
misma desde la concepción hasta la muerte natural.

32 CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes, Nº 25


33 VIOLA FRANCESCO, Etica e metaetica dei diritti umani, Op. Cit. Pp. 31,189- 190.

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Bioética Personalista y Derecho

Desde el Derecho, la reflexión sobre la persona humana muestra la


dimensión existencial del derecho. Su correspondencia con las exigencias
propias de la existencia humana” , su estructura dual proporciona al
hombre conciencia de su imperfecta condición y, en consecuencia, la
necesidad de ayuda recíproca. De esta situación, nace la necesidad de
establecer un orden en las relaciones personales mediante comunes
principios rectores, reglas de conducta o normas. La persona humana es
un ser “ en relación” . Esta socialidad fundamental del hombre conlleva otra
característica inherente: la juridicidad.
El concepto ontológico de persona humana, si bien es diferente al
concepto jurídico de persona, pero no por esto resulta que sean realidades
diversas, pues se refieren al mismo ser humano.
La persona es considerada por el Derecho como sujeto de derecho, al cual el
ordenamiento jurídico le reconoce “ situaciones jurídicas subjetivas” . Sin
embargo, la condición de sujeto de derecho no depende de la sociedad ni
de la cultura, sino de la misma naturaleza humana. Por ello, es necesario
que la definición del ser humano no sea dejada al Derecho, sino que se
reconozca aquello que ya tiene en la realidad preexistencia.
Todo lo anteriormente expresado, mantiene una armonía medular con el
principio de la dignidad de la persona humana, que destaca la centralidad de la
persona humana, otorgándole una consideración única en su valor. La
dignidad de la persona humana es el fundamento de los derechos del
hombre, no es un derecho, es criterio determinante de su titularidad.34

34 La dignidad de la persona tiene repercusiones jurídicas en lo atinente a cuestiones relativas a la titularidad de los
derechos fundamentales. Al respecto señala el jurista Carlo Casini: “ ... Una cultura della vita per essere solida ed
efficace deve dare risposte precise ad una triplice domanda. La prima: qual è il “ titolo” della dignità umana? Quale,
cioè, il presupposto di essa? Credo che la nostra risposta debba essere: l'unico titolo necessario e sufficiente è
l'appartenenza biologica alla specie umana... a chiunque è biologicamente uomo debba essere riconosciuta la dignità
umana. Non è il biologo che indica il contenuto della dignità o che la può riconoscere. Ma il biologico determina la
condizione della dignità. La seconda: qual è il contenuto essenziale della dignità? È la vita. Essere riconosciuti
“ degni” significa che la propria esistenza (la “ vita” ) va considerata un valore sempre, indipendentemente dalle
circostanze. Il diritto alla vita appare perciò la primordiale estrinsecazione concreta della dignità umana. .La terza: la
dignità umana è graduabile oppure no? Possono esservi gradini di dignità, nel senso che qualcuno “ vale” di più e
altri di meno? La contrapposizione tra vita e qualità della vita...” CASINI CARLO, La dignità umana: dalla
banalizzazione al recupero dei suoi contenuti. DONATI P. (a cura) La cultura della vita. Franco Angeli. Milano Italy.
1989. Pp. 234- 242

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Dr. Rafael Santa María D´Angelo

Conclusión
Resulta necesario recuperar ante todo la verdad del derecho, por la que el
derecho no es un medio para imponer una ética entre las tantas. El
derecho, en cambio, tiene la función de imponer una ética que es propia
del derecho. El derecho es derecho, es decir, expresión de justicia en la
medida en que tutela al débil en la relación con los otros sujetos, reconoce
a cada uno aquello que es debido, piensa en las relaciones interpersonales
sobre el plano de la paridad, reconoce la centralidad y la dignidad de la
persona y, por tanto, la igualdad de todos los seres humanos. El derecho,
como vemos, tiene una ética y, si no se la respeta, viene disminuido,
propiamente como derecho.
Precisamente, la Bioética, en especial la Bioética Personalista, aquella
fundada por Mons. Elio Sgreccia, brinda en su método la maravillosa
oportunidad no sólo de devolverle al derecho ese necesario fundamento
ético, sino también de centrar su atención en la persona y en su dignidad
intrínseca. La Bioética Personalista de Mons. Elio Sgreccia resulta, pues,
una Bioética para nuestro tiempo. A él mi más profundo y sincero
agradecimiento.

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Cuadernos de Bioética
ISSN: 1132-1989
bioé[email protected]
Asociación Española de Bioética y Ética
Médica
España

Sgreccia, Elio
PERSONA HUMANA Y PERSONALISMO
Cuadernos de Bioética, vol. XXIV, núm. 1, enero-abril, 2013, pp. 115-123
Asociación Española de Bioética y Ética Médica
Murcia, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87527461012

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Elio Sgreccia Persona humana y personalismohuman person and personalism
Cuadernos de Bioética XXIV 2013/1ª
Copyright Cuadernos de Bioética

PERSONA HUMANA Y PERSONALISMO1

HUMAN PERSON AND PERSONALISM

ELIO SGRECCIA
Università Cattolica del Sacro Cuore
Facoltà di Medicina e Chirurgia
Istituto di Bioetica
Largo Francesco Vito, 1
00168 Roma – Italia
Fax: +39 063051149
E-mail: [email protected]

RESUMEN
Palabras clave: En la primera parte del artículo se analiza la evolución histórico-filosófica del concepto de persona
persona, personalismo, humana, desde la antigüedad hasta el pensamiento contemporáneo, enunciando las ideas más relevantes
personalismo al respecto. En la segunda parte se realiza un análisis crítico de las posiciones reduccionistas o empiristas,
ontológico. en particular de las de Engelhardt y el utilitarismo, analizando algunas de sus consecuencias prácticas en
Recibido: 5/11/2012 bioética. El autor concluye enunciando lo que serían los principios fundamentales de la bioética persona-

Aceptado: 12/01/2013 lista, su fundamentación ontológica, así como el posible desarrollo contemporáneo de la intuición inicial,
enunciada por vez primera por Sgreccia en los ochenta.

ABSTRACT
Keywords: The first part of this article is an analysis of the historical and philosophical evolution of the concept of
person, personalism, human person, from antiquity to present times, including an outline of its major developments. The second
ontological part deals critically with reductionist and empiricist positions –particularly Engelhardt’s and of utilitaria-
personalism. nism– exposing some of its practical implications in the realm of Bioethics. Finally the author concludes
with an enunciation of what would constitute a conceptual basis for the ontological foundation of Perso-
nal Bioethics derived from the initial framework of intuitive ideas first outlined by Sgreccia in the eighties.

1 La conferencia titulada “Persona y Personalismo” fue pronunciada por el Profesor Elio Sgreccia en la Universidad Católica de Santo
Toribio de Mogrovejo con ocasión de su nombramiento como Doctor Honoris Causa en octubre de 2008. El autor ha cedido expresamente
este texto para que sea publicado en el número de Cuadernos de Bioética dedicado a la Bioética Personalista. El Prof. Sgreccia fue la primera
persona que comenzó a hablar de “Bioética Personalista” en los años 80. Acuñó esta expresión entendiendo por ella una nueva corriente
dentro de la Bioética (hasta aquellos momentos solo se hablaba de Bioética Principialista, utilitarista, Bioética liberal y casuística) que incluía
tanto la perspectiva clásica, ontológica, sobre la persona, así como su posterior desarrollo contemporáneo de cuño fenomenológico. Sgreccia
ha dedicado 30 años de su vida al desarrollo y difusión de este modelo bioético que cuenta ya con alumnos y centros de inspiración perso-
nalista en los cinco continentes.

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Elio Sgreccia Persona humana y personalismohuman person and personalism

1. Introducción filosóficamente extraño a la primera reflexión cosmoló-

La reflexión sobre el hombre en la cultura contempo- gica naturalista griega (no madura en el mismo pensa-

ránea se caracteriza por una doble polarización. Por un miento postsocrático que puso al hombre en el centro

lado, el desarrollo de las ciencias sobre el hombre tiende del universo), fue profundizado en la patrística con las

cada vez más a la especialización en el estudio de la na- disputas trinitarias: se discutía si el término persona, usa-

turaleza humana, de los mecanismos neurofisiológicos, do para indicar las tres “hipóstasis” del Dios cristiano,

genéticos, y en el estudio de la estructuración, conscien- significara también relacionalidad no sustancial (a saber,

te e inconsciente, de la psique humana. Por otro lado, la accidental), o la sustancialidad misma. La aportación del

filosofía advierte en el plano teorético que el concepto cristianismo fue determinante para la atribución de una

de persona se hace cada vez más inasible, complejo, consistencia ontológica al significado del término que

incierto y difícil de reconducir hacia una compresión ex- vino así a ser caracterizado en sus orígenes por una

haustiva y unitaria del mismo. La especialización sobre fuerte connotación teológica.

el hombre en el plano científico va acompañada por la En el ámbito de la misma filosofía, es con Severino
atomización del concepto en el plano teórico-filosófico Boecio, y por lo tanto con la filosofía escolástica, con
por parte de algunas corrientes del pensamiento feno- quien se ofrece por primera vez una definición secu-
menístico que, reduciendo al hombre a su dimensión larizada del concepto de persona que será retomada
inmanente y materialista, no captan el núcleo ontoló- posteriormente por Tomás de Aquino: “persona est ra-
gico-metafísico que constituye la clave última, que fun- tionalis naturae individua substantia”. Esta definición
damenta y unifica, al ser humano en cuanto tal. En este pone en evidencia tres categorías filosóficas esenciales
contexto, en el que la reflexión sobre el hombre está en el concepto de persona humana: la sustancialidad,
desorientada, cada vez se hace más necesaria una inves- la individuación y la naturaleza racional. Es importante
tigación sistemática de la antropología filosófica sobre profundizar en estas categorías porque han dado un
la naturaleza y la esencia de la persona humana. impulso muy fuerte al debate bioético. Por lo tanto, per-
sona es un ente real (una sustancia primera en lengua-
je aristotélico), una subsistencia particular del género
2. Historia del término y del concepto
universal y abstracto de la esencia (sustancia segunda),
Para comprender el significado del término “persona
concretizada en el individuo concreto. La subsistencia
humana” es útil trazar unas líneas de referencia sobre la
indica el existir en sí y para sí, en virtud exclusiva de su
evolución y la reflexión filosófica del concepto. En esta
mismo acto de ser (que, en última instancia, en la filo-
sede delimitaremos la investigación al significado filosó-
sofía tomista coincide con el efecto del acto creativo) e
fico, distinto del psicológico (personalidad) y del jurídico
independientemente de la existencia de otra sustancia o
(sujeto de derecho).
de sus cualidades. En la realidad humana esto significa
El término “persona” fue introducido en el lenguaje
que las funciones y los actos que cumple el hombre no
filosófico por el estoicismo popular con el significado de
existen en sí, son funciones y actos de una sustancia, de
máscara (per-sonare, resonar de la voz), en el sentido de
un individuo humano sustancial; son funciones “de” la
rol del actor en un contexto dramatúrgico que indicaba
persona, no son “la” persona. De una sustancia entendi-
metafóricamente la tarea y la parte que el hombre “re-
da de esta manera se puede predicar la inmutabilidad y
presentaba” en su vida. En su origen, la etimología no
la permanencia (en el espacio y el tiempo) y por lo tanto,
indicaba los rasgos esenciales del rostro, sino el escon-
también la identidad. La individuación se refiere a la
derse del rostro del actor, la estaticidad (el rol fijo del
unicidad y al carácter irrepetible de la persona humana.
personaje en el drama) y no anulaba la singularidad en
Ésta se distingue de las otras personas gracias a la corpo-
cuanto que la forma de la máscara condicionaba el mis-
reidad (hoy diríamos, al código genético) que consiente
mo resonar de la voz de actor. El concepto de persona,
la materialización de la forma, la existencia concreta de

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Elio Sgreccia Persona humana y personalismohuman person and personalism

la esencia y la encarnación del espíritu. La corporeidad identifica la persona con la autorelación del yo, es de-
es el principio de individuación y de diferenciación de la cir, con el yo que se pone en relación consigo mismo
sustancia que se manifiesta según coordinadas espacio- mediante la conciencia y el conocimiento de sí. La iden-
temporales: es el simple existir como cuerpo (espiritua- tificación de la persona con la conciencia y el cogito la
lizado) que determina el valor/significado del ser hu- ha expresado de manera radical en el sistema filosófico
mano, no su “devenir”, que representa sólo un aspecto hegeliano que exalta la autoconciencia como el vértice
secundario y no relevante. de la Fenomenología del Espíritu, que desde el momen-
La especificación ulterior de la persona humana en to subjetivo y a través del momento objetivo culmina
el contexto ontológico tomista es la “naturaleza racio- en el reconocimiento de sí mismo como Absoluto (la
nal”, a saber, el ser dotado de razón, entendida como la Idea que retorna en sí y para sí). La doctrina hegeliana
facultad intelectual que permite abstraer, universalizar, idealista e inmanentista reduce la persona a “modo” de
razonar y dar significado a las cosas. La atribución de la sustancia espiritual infinita, más en concreto, en de-
la racionalidad a la persona humana ha dado origen terminación empírico-historicista del Espíritu Absoluto,
a muchas ambigüedades. Nos preguntamos: ¿la racio- renegando del carácter de “inseidad” personal y singu-
nalidad debe ser entendida como capacidad de ejerci- laridad concreta del yo reivindicado por el existencialis-
cio actual de la misma o como atributo que connota la mo kierkegaardiano.
sustancialidad de la persona? En la primera hipótesis En contraposición con el racionalismo cartesiano y
se excluye del reconocimiento de la dignidad personal el idealismo, el empirismo socava la consistencia onto-
de todo sujeto que no ejercite actualmente el racioci- lógica de la persona humana identificando el Yo con
nio: no serían personas los que duermen, los ebrios, ni la experiencia psíquico-perceptiva. En Hume la persona
tampoco los embriones, los discapacitados mentales, los humana se identifica con la mente (mind), que coincide
ancianos, los individuos en coma, con el resultado de con el haz de impresiones e ideas, de percepciones dis-
una interpretación restrictiva del concepto de persona tintas (sentimientos, emociones y estados afectivos) que
respecto al de ser humano basada en la consideración se suceden en un flujo continuo. La mente no es ni el
de simples “accidentes” (funciones) de la sustancia. Si, lugar de recogida y asociación de las percepciones, ni
por el contrario, la razón indica el atributo que perte- el acto con el que el sujeto elabora su concepción del
nece a la naturaleza humana, todo sujeto que tenga mundo asociando de manera coordinada las impresiones
esta naturaleza, aunque no ejercite actualmente la fun- y las ideas que permanecen como entidades psíquicas
cionalidad cerebral neurológico-sináptica, es persona en separadas. Para el empirismo, la persona humana no es
cuanto sustancia individual dotada por naturaleza de una identidad distinta, se identifica con la misma expe-
racionalidad. Esta fundamentación ontológica del con- riencia subjetivo perceptiva y la sucesión de ideas. Se
cepto de persona consiente el reconocimiento de una niega la sustancialidad del Yo: el Yo es una creencia re-
trascendencia que garantiza el respeto del ser humano construible gracias a la imaginación y a la memoria que
en todas las manifestaciones de la vida física contra toda garantiza la conexión entre las percepciones sucesivas.
tentativa filosófico-antropológica reduccionista que in- La reflexión filosófica contemporánea sobre el con-
tente discriminar al hombre. cepto de persona, sobre todo en el ámbito fenomenoló-
En el ámbito de la filosofía moderna, el reconoci- gico y existencialista-hermenéutico, recupera el signifi-
miento ontológico del carácter sustancial de la persona cado de la relación, pero no en el sentido de auto-rela-
se debilita hasta ser negado por las corrientes de pen- ción sino de hetero-relación, y en particular, de relación
samiento racionalista y empirista. En una línea raciona- con el mundo y con los demás. La relación intersubjetiva
lista se orienta la aportación de Descartes que, en un deviene el elemento constitutivo y fundamento del ser
contexto filosófico mecanicista que separa radicalmente personal. E. Husserl identifica el Yo con el polo de la vida
el pensamiento (res cogitans) del cuerpo (res extensa), intencional, donde por intencionalidad se entiende la

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relación “con” lo otro. Para Husserl, la conciencia es el predicable de estados de conciencia y de características
trascendental que “da sentido al mundo” (Besinnung), corporales; R. Rorty considera a la persona como encar-
es una conciencia mundana, dirigida al mundo y no a sí nación de los vocabularios. Pero el concepto de persona
misma; es conciencia “de”. retomado también por filosofías de inspiración religiosa
M. Scheler, negando en su pensamiento maduro el (como aquella de E. Lévinas) y no religiosas (pensemos
carácter sustancial de la persona, la definió como “re- por ejemplo en la ética comunicativa de K. O. Apel y J.
lación con el mundo”. El Yo, el individuo concreto, se Habermas, o en cierta parte de la filosofía analítica que
constituye originariamente en su relación con el mundo ha afrontado el tema de la identidad en base a las cate-
externo, la sociedad y el ambiente, es más, el mundo gorías aristotélicas de sustancia y naturaleza).
no es más que el “correlato objetivo” de la persona, el
dominio de la posibilidad de obrar (“el poder hacer”) de 3. Las concepciones contemporáneas
la persona que se expresa a sí misma. reduccionistas de la persona humana y el
Es la línea de pensamiento que se vuelve a manifes- personalismo filosófico
tar en el existencialismo ontológico de M. Heidegger. El racionalismo por una parte, reforzado por la am-
Ésta gira alrededor del concepto de persona como “ser- bigua interpretación de la definición boeciana, y el em-
aquí” (Da-sein) y como relación con el mundo (in-der- pirismo por otro, están en los orígenes de las concepcio-
Welt-sein). También se manifiesta en el existencialismo nes antropológicas que reducen el concepto de persona
nihilista y ateo de J. P. Sartre donde la fenomenología humana. La absolutización de la razón y de la autocon-
deviene “ontología de la nada”, nulificando y vaciando ciencia individual exalta la subjetividad entendida como
el sentido del hombre en el mundo. entidad autónoma, capacidad de autodeterminación y
El significado de la subjetividad se recupera en la de ejercicio intelectual. Anteriormente se han apuntado
hermenéutica de H. G. Gadamer que considera el Yo las razones por las que estas perspectivas marginan y
como apertura a la experiencia histórica concreta, como reducen la vida humana. Esta orientación antropológica
conciencia finita estructurada existencialmente que está hoy presente de manera evidente en la corriente
comprende e interpreta la “historia de los efectos”. La del no-cognitivismo decisionista, en el utilitarismo, el
comprensión e interpretación de la historia es entendida liberalismo radical y el contractualismo.
en el sentido de encuentro del hombre con el mundo El no-cognitivismo, no reconociendo la posibilidad
gracias al lenguaje. de “conocer” y de distinguir en ámbito moral entre el
También la filosofía analítica angloamericana pone bien y el mal, atribuye al sujeto la fuente última de la
en primer plano el lenguaje. Esta corriente de pensa- moral. En la perspectiva neopositivista, donde el único
miento se basa en dos puntos importantes: la negación criterio de verdad es la verificación empírica, todas las
de la metafísica y la necesidad de la verificación fac- proposiciones morales normativas que emiten juicios de
tual por la atribución de sensatez e insensatez de las valor, no siendo empíricamente verificables, son conside-
proposiciones. En este contexto el concepto de persona radas como planteadas arbitrariamente por el sujeto. La
pierde su consistencia trascendente y se reduce a objeto autodeterminación y la autonomía son por lo tanto atri-
de análisis clarificador del lenguaje del único discurso butos fundamentales en la definición de persona: quien
significativo desde el punto de vista cognitivo, es decir, no tiene la capacidad de expresión de estas funciones no
el discurso científico. El Yo es un fenómeno lingüístico, y se le considera “sujeto de derecho”.
por lo tanto una entidad que mediante la emisión de los El contractualismo, poniendo como origen de la re-
términos “yo”, “mí”, “mío”, se refiere exclusivamente a lación interpersonal el contrato, es decir, el acuerdo en-
sí mismo. R. Nozick habla del Yo como capacidad de auto tre individuos para crear normas y procedimientos que
referencia; en P. F. Strawson la persona es una entidad puedan ser compartidos intersubjetivamente, atribuye

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Elio Sgreccia Persona humana y personalismohuman person and personalism

la posibilidad de pertenecer a una “comunidad moral” criterio neurológico el que define los límites del respeto
sólo a aquel ser humano dotado de capacidad de auto- de la persona humana. Fundamentándose en estas teo-
conciencia, de ejercicio racional y de sentido moral. Asi- rías, el reconocimiento de la dignidad de la persona hu-
mismo, en el utilitarismo y la corriente liberal radical es mana excluye a aquel que todavía no haya desarrollado
reconocido como persona solo aquel individuo que tiene la capacidad neurológica de probar placer y dolor, entre
“estatus moral de persona”, es decir, que tiene capaci- ellos, al embrión en sus primeros estadios de formación.
dad de situarse éticamente en la comunidad, aquel que Desde esta perspectiva, no es lícito experimentar sobre
es consciente y autónomo. H. T. Engelhardt, uno de los los babuinos (en esta óptica “extensiva”, éstos serían per-
autores más conocidos de esta corriente de pensamien- sonas), y en cambio sí lo es experimentar con embriones,
to, fundamenta la distinción entre “seres humanos” y con fetos, con niños con espina bífida y anencéfalos; es
“personas”, entre “vida humana biológica” y “vida hu- lícita la supresión de fetos deformes cuya vida sería sólo
mana personal”: las “personas en sentido estricto” son sufrimiento y “no merecedora de ser vivida”.
los agentes morales a los cuales se les pueden atribuir En oposición a todas las corrientes de pensamiento
todos los derechos, mientras que los seres humanos no que reducen el valor y el significado del hombre, el per-
personas o “potenciales personas” tienen derechos en sonalismo más reciente y contemporáneo recupera en
una escala gradual. En concreto, tienen más derechos los un plano filosófico la centralidad de la necesidad de un
niños y recién nacidos (“personas 2 y 3”) en cuanto que replanteamiento del concepto de persona.
tienen una alta probabilidad de devenir personas; son El personalismo es un movimiento cultural de am-
menores los derechos atribuidos a aquellos que fueron plio respiro que en el plano filosófico se diferencia en
personas pero ya no lo son (los ancianos, los enfermos distintas perspectivas. En el pensamiento de E. Mounier
mentales y los individuos en coma, reconocidas como y L. Stefanini emerge la exigencia de fundir la instan-
“personas 4”); por último, están aquellos que no fueron cia personalista y aquella comunitaria. Se traduce en la
nunca personas y no lo serán nunca (los disminuidos consideración del concepto de persona en su dimensión
graves o “personas 5”). Se trata de una teoría con acen- reflexiva (apertura al propio ser), en su dimensión comu-
tuado carácter evolucionista y discriminatorio, en cuanto nitaria (apertura al cosmos, a la sociedad y a la historia),
que se considera que el ser humano deviene gradual- y en la dimensión participativa (apertura a la metafísi-
mente persona en la medida en que adquiere ciertas ca). La estructura relacional de la persona emerge en
capacidades y funciones. el personalismo dialógico de M. Buber que identifica la
Si el racionalismo ha influido en la concepción antro- persona en la relación fundamental “entre” (zwischen)
pológica reduccionista del no-cognitivismo y del contrac- el Yo y la alteridad reconocida como un Tú en el en-
tualismo, el empirismo humeano ha influido con fuerza cuentro (Begegnung). La instancia personalista se funde
en la concepción reduccionista de la antropología sen- con el espiritualismo en el pensamiento de J. Lacroix,
sista que fundamenta el utilitarismo. El reconocimiento M. Blondel y C. Renouvier, que exaltan el componente
de la persona humana se identifica con el momento del espiritual del ser humano. Encontramos una fundamen-
inicio de la actividad perceptiva: persona es el sujeto que tación existencialista y fenomenológica en la filosofía
percibe, o que al menos, percibe el placer y el dolor, las de N.A. Berdjaev, G. Marcel y M. Merleau-Ponty, que
preferencias y los sufrimientos. Los autores que adhieren retoman la polémica kierkegaardiana contra Hegel en
al utilitarismo (la utilidad se obtiene del cálculo entre la nombre de la individualidad de la existencia humana.
maximización del placer y la minimización del desagra- Un personalismo de impronta hermenéutico-simbólica y
do) consideran que hasta que la vida humana no ma- trascendental se encuentra en P. Ricoeur que considera
nifieste su estructuración fisiológico-neurológica, y por la persona humana como una “síntesis proyectada” que
tanto la posibilidad de “percibir” del sujeto, ésta no se se capta a sí misma en la representación de una tarea,
debe respetar. Ya no es el criterio de la razón cuanto el de un proyecto.

Cuadernos de Bioética XXIV 2013/1ª


119
Elio Sgreccia Persona humana y personalismohuman person and personalism

Ciertamente no pretendo agotar el complejo pano- tenecientes a su naturaleza) sin agotarse en ellas, de
rama del personalismo, nos hemos limitado sólo a algu- la misma manera que los actos libres no se identifican
nos elementos del mismo con la finalidad de poner en tout court con la libertad, ni los actos concretos de la
evidencia el filón del personalismo que consideramos inteligencia con la inteligencia misma. Las facultades no
digno de este nombre y más adecuado para una fun- están siempre activas y por ello no expresan totalmente
damentación de la bioética que salvaguarde la persona su fuente, los actos son mutables y contingentes e indi-
en su integridad físico-psíquica y espiritual. Se trata del can la fuente del ser personal permanente e inmutable
personalismo fundamentado ontológicamente en la lí- que explica la actuación, y al mismo tiempo es más rica
nea de Tomás y de J. J. Maritain. Desde esta perspectiva que la misma manifestación fenoménica. El principio
la persona es el substrato subsistente que no se agota clásico “operari sequitur esse” expresa la exigencia de
en la manifestación fenoménica, más bien, trasciende una fundamentación ontológica del sujeto. Además, la
su misma manifestación en la riqueza inagotable del ser concepción subjetivista y relacional de la persona sería
espiritual. Con esto no se pretende negar la aportación reduccionista porque prescindiría de la intrínseca unita-
de las otras corrientes de pensamiento, sino integrarlas riedad del cuerpo con el yo espiritual. La persona huma-
en el reconocimiento prioritario de la sustancialidad del na es un Yo encarnado, es un ser espiritual que unifica
ser humano. La persona es auto-relación (presencia de la corporeidad, la cual a su vez es invadida por el Yo y
sí a sí) y hetero-relación (relación con el mundo y con por ello espiritualizada.
los demás), pero no se agota en la estructura relacional. La concepción personalista fundamentada antológi-
Es más, la persona es manifestación fenoménica y expe- camente ve en la singularidad de toda persona su glo-
riencia perceptiva pero también principio viviente que balidad y unidad, la corporeidad llena de trascendencia,
unifica la totalidad de la experiencia distinguiéndose de la subjetividad fundada sobre una ontología espiritual.
los contenidos de la experiencia misma y no resolvién- Aplicar a la medicina y a las ciencias biomédicas en ge-
dose en estos. La persona es prioridad ontológica real neral una concepción subjetivista significaría exponer
que trasciende las múltiples determinaciones empíricas; la corporeidad a la extraneidad objetivizante y, en la
es “ser más allá del aparecer”; es el núcleo sustancial práctica, calificar como persona en sentido pleno sólo
unificador del ser. En definitiva, en la reflexión sobre la a aquellos sujetos con capacidad de expresarse desde el
persona no nos podemos limitar a captar el aspecto sub- punto de vista subjetivo y consciente. La bioética exige
jetivo-relacional, propio de la espiritualidad consciente, como fundamentación y punto de referencia un perso-
ya que tal aspecto no agota la persona, sobre este aspec- nalismo en sentido fuerte, en el que la subjetividad no
to se fundamentan concepciones antropológicas que no se descuide en sus actos de conciencia, autoconciencia,
justifican plenamente el concepto de persona, es más lo libertad y responsabilidad, sino que venga adecuada-
reducen y no expresan su plenitud. mente explicada y fundada en la raíz ontológica del
El aspecto subjetivo-relacional no justifica plenamen- ser personal; todo ello, sin menoscabo del personalis-
te el concepto de persona humana porque la subjeti- mo fenomenológico y relacional contemporáneo, que
vidad, para poder expresarse, necesita de una fuente, ofrece elementos relevantes y una reflexión sumamente
un ser que unifique y vivifique la multiplicidad de las interesante que completa y amplia el cuadro de lo que
expresiones y de los actos. La subjetividad supone un es la persona humana, de su irreductibilidad a objeto, su
ser subjetivo, a no ser que se quiera fundamentar la dimensión social, dialógica y relacional.
actividad subjetiva sobre la nada o agotarla en un acto
único. El ser, capaz de facultad intelectual, de concien- 4. Nuevas perspectivas del personalismo
cia y libertad es, en última instancia, un ser espiritual, ontológico
una fuente activa de naturaleza espiritual, inmaterial, Los desafíos planteados por el desarrollo de las cien-
que fundamenta y explica las facultades operativas (per- cias biológicas y las cuestiones actuales de la bioética

Cuadernos de Bioética XXIV 2013/1ª


120
Elio Sgreccia Persona humana y personalismohuman person and personalism

pueden dar al personalismo un empuje hacia una ulte- una acción es ética cuando expresa una elección de la
rior profundización teorética y una apertura hacia nue- persona. También en sentido objetivo, en cuanto que la
vos horizontes. En la definición de la persona humana persona es fundamento, medida y término de la acción
de Boecio y Tomás se dio un acento especial a la estruc- moral. En otras palabras, una acción es ética si respeta la
tura sustancial singular (individualizada) de la persona; plena dignidad de la persona humana y los valores que
en el personalismo más reciente, fundamentado anto- están intrínsecamente inscritos en su naturaleza. Es lícita
lógicamente, de J. Maritain, E. Mounier y E. Gilson, se y moralmente buena aquella acción que, procediendo
pone el acento en la apertura comunitaria y social de la de una elección consciente, respeta a la persona y la
persona humana en su dinámica de desarrollo. perfecciona en su ser y en su crecimiento.
En el momento cultural actual, el pensamiento filo- Somos conscientes de que afirmando lo anterior to-
sófico sobre la persona está llamado a atender también mamos posición frente a aquellos que sostienen el subje-
la instancia ecológico-ambiental, es decir, la responsa- tivismo irracional de las elecciones morales (emotivistas,
bilidad respecto a los animales y el ecosistema tanto decisionistas, cultores de la moral de la situación) y nos
en sentido sincrónico como diacrónico, mirando hacia distanciamos también de aquellos que fundamentan la
la proyección futura. Se trata de elaborar una especie moral en el contractualismo y utilitarismo social que de-
de “personalismo de la biosfera” que amplifique e in- riva del balance entre valoraciones y juicios de la sensi-
cremente la responsabilidad en sentido “total”, com- bilidad social. La persona humana tiene una naturaleza
prendiendo la necesidad de un reconocimiento de los corpóreo-espiritual y está dotada de una razón abierta
deberes para con todos los seres vivientes (plantas, ani- al conocimiento y al reconocimiento de su propia digni-
males y tierra). Un personalismo que no atenúe su fun- dad en sentido pleno (inscrita en la misma naturaleza),
damentación realista y ontológica y que se abra a nue- de los valores que debe realizar y de las normas para
vas provocaciones planteadas por el progreso científico obtenerlos. Es el juicio práctico de la razón el que cons-
y tecnológico. tituye la conciencia moral. La estructura de la persona,
La persona humana es artífice de la sociedad y de la o la naturaleza humana personalizada, mediante la re-
biosfera, es artífice del ambiente ecológico y social, por flexión racional consigue la conciencia de sí y la con-
el cual es a su vez condicionada y estimulada. La “éti- ciencia de la urgencia moral de seguir su propio bien y
ca de la responsabilidad” de la que habla Hans Jonas, de buscar en sus acciones la realización del bien propio
concebida no sólo como responsabilidad individual, se y de toda persona. Desde una perspectiva creacionista y
debe enraizar en una concepción fuerte de la persona cristiana tal exigencia se explicita como el fin deseado
humana. por el Creador y una ley moral que la creación ha ins-
crito en la existencia humana; en la reflexión filosófica

5. La persona humana como fundamento de la tal exigencia moral se sitúa en la persona misma y en

ética aquello que la conduce a su perfeccionamiento moral.


El camino para el descubrimiento del verdadero bien
La centralidad de la persona emerge en el universo,
de la persona, así como de todo bien, puede ser largo y
en la sociedad y en la historia ya que la persona humana
costoso, caracterizado por la falta de certeza, de errores
resume y da significado al ser del mundo, es el centro de
y confusiones; la conciencia del bien y del mal puede
la sociedad (que está hecha por las personas y para las
estar obstaculizado por el error y la duda, pero queda
personas), y por último, es artífice de la historia que tie-
siempre la tensión y el estímulo a buscar la perfección
ne en las personas concretas, en sus relaciones y en sus
del propio ser y la realización del bien, que coincide con
acciones, toda fuente de la explicación. Pero también la
la elección de la verdad y el camino del progreso verda-
persona humana es fundamento y criterio ético. La per-
deramente humano y la civilización. Todavía más costoso
sona es criterio ético en sentido subjetivo, en cuanto que

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121
Elio Sgreccia Persona humana y personalismohuman person and personalism

y frágil se demuestra el esfuerzo por poner en acto el Referencias Bibliográficas


bien una vez conocido, pero la dignidad del hombre Abbagnano N., Dizionario di filosofia. Torino: Utet,
está en esta capacidad de trascendencia de su propia 1985.
caducidad. La llamada “ley de Hume”, que afirma la
Boezio S., De duabus naturis et una persona Christi.
imposibilidad de pasar del ser al plano de los valores,
Campanile D., Problemi di antropologia filosofica. Pado-
del ser al deber ser, es verdadera si se refiere a com-
va: La Garangola, 1975.
portamientos fácticos e históricos (si se refiere a la ética
Engelhardt T. H. jr., Foundations of Bioethics. New York:
descriptiva); en cambio, no es verdadera si se mueve
Oxford University Press, 1986 (trad. It. Manuale di
desde la reflexión racional y es consciente de la esencia
Bioetica. Milano: Saggiatore, 1991).
y de las exigencias intrínsecas de una naturaleza abierta,
Frattallo R., Persona e atto umanoi. En: Compagnoni F.,
que contiene dentro de sí algo dado y algo por deter-
Piana G., Privitera S. (a cura di), Nuovo dizionario
minar, una serie de virtualidades implícitas por realizar
di teologia morale. Cinisello Balsamo: Paoline, 1990.
a través de la libertad. La naturaleza es normativa en
cuanto a lo dado, está abierta a través de la racionalidad Gevaert J., Il problema dell’uomo. Torino: ElleDiCi, 1981.

y la libertad. Realizar todo el hombre en cada hombre Gilson E., L’esprit de la philosophie medieval. Parigi: Au-
queda como una meta para una lectura profunda de la bier, 1932.
esencia y de la verdad total sobre la persona. A partir Gilson E., Les variations de Boece sur la persone. Revue
de este fundamento se pueden derivar los principios des sciences religieuses, 1995; 29:201-238.
orientadores de la bioética personalista radicados en la Jaspers K., Il medico nell’età della tecnica. Milano: Ra-
concepción de la corporeidad entendida como encarna- ffaello Cortina editore, 1991.
ción coesencial de la persona, y que son los siguientes: el Jonas H., Il principio responsabilità. Torino: Einaudi,
respeto de la vida física desde la concepción como valor 1990.
fundamental e imprescindible de la persona; la justifica- Lombardi Vallari L., Abitare pleromaticamente la terra.
ción de toda intervención terapéutica como reintegra- En: Lombardi Vallari L. (a cura di), Il meritevole di
ción de la corporeidad y el respeto de la dignidad de la tutela. Milano: Giuffrè, 1990.
persona; la exigencia irrenunciable en el ámbito de la Maritain J., Nove lezioni sulle prime nozioni della filoso-
medicina del principio del consentimiento que implica la fia morale. Milano: Vita e Pensiero 1979.
libertad y responsabilidad ya sea del paciente ya sea del
Maritain J., Umanesimo integrale. Roma: Borla, 1980.
personal sanitario; y las implicaciones en el plano social
Melchiorre V., Essere e parola. Idee per una antropolo-
y de la justicia social en la asignación de recursos y en la
gia metafisica. Milano: Vita e Pensiero, 1982.
organización de las políticas sanitarias.
Mondin B., L’uomo: chi è? Elementi di antropologia filo-
Estos serían en síntesis algunos de los aspectos cen-
sofica. Milano: Massimo, 1989.
trales y nucleares que constituyen el Personalismo on-
Mounier E., Che cosa è il personalismo. Torino: Einaudi,
tológico en bioética, seguramente queda mucho por
1948.
ampliar, desarrollar, profundizar y enriquecer con ele-
Mounier E., Rivoluzione personalista e comunitaria. Mi-
mentos de filosofía contemporánea que muestren la
lano: ed. di Comunità, 1949.
modernidad del concepto de persona, su raíz ontológica
y su realización fenomenológica y relacional, para alcan- Palazzani L., I significati del concetto filosofico di per-

zar una Bioética personalista acorde a los tiempos pero sona e implicazioni nel dibattito bioetico e biogiu-

que al mismo tiempo tutele la dignidad y la integridad ridico attuale sullo statuto dell’embrione umano.

vital del ser personal. In: Pontificia Accademia Pro Vita, Identità e statuto
dell’embrione umano. Città del Vaticano: Libreria
Editrice Vaticana, 1998.

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122
Elio Sgreccia Persona humana y personalismohuman person and personalism

Pavan A., Milano A. (a cura di), Persona e personalismi. Sgreccia E., La persona umana. In: C. Romano, G. Grass-
Napoli: Dehoniane, 1987. ani (a cura di), Bioetica. Torino: Utet, 1995.
Penzo G., Jaspers. Esistenza e trascendenza. Roma: Stu- Sgreccia E., Manuale di Bioetica I. Fondamenti di etica
dium 1985. biomedica. Milano: Vita e Pensiero, 1999.
Rigobello A. (a cura di), Il personalismo. Roma: Città Stefanini L., Persona. In: Enciclopedia filosofica, Centro
Nuova, 1978. di Studi di Gallarate. Roma: Epidem, 1979.
Rigobello A. (a cura di), Lessico della persona umana. Tommaso D’Aquino, Summa Teologica, pt. I, q. 29, a. 3-5.
Roma: Studium, 1986. Vanni Rovighi S., Elementi di filosofia. Brescia: La Scuola,
Scarpelli U., La bioetica. Alla ricerca dei principi. Biblio- 1964, Vol. II.
teca della Libertà, 1987; 99:7-2. Vanni Rovighi S., L’antropologia filosofica di S. Tommaso
Seifert J., Essere e persona. Verso una fondazione feno- D’Aquino, Vita e Pensiero, Milano, 1965.
menologia di una metafisica classica e personalista. Zamboni G., La persona umana. Milano: Vita e Pensiero,
Milano: Vita e Pensiero, 1989. 1983.

Cuadernos de Bioética XXIV 2013/1ª


123
SOCIEDAD Y CRISIS DE VALORES:
INTERROGANTES Y RESPUESTAS DESDE
LA BIOÉTICA Y LA BIOJURÍDICA

Ronald Cárdenas Krenz*

Presentado: 16.07.2014
Aprobado: 08.08.2014

Resumen

El artículo constituye una reflexión respecto al mundo actual desde la perspectiva de la Bioética y el Derecho, teniendo
en cuenta la importancia de una aproximación ética, frente a la cosificación de la vida humana, diversas situaciones
nuevas vinculadas con el desarrollo tecnológico y la crisis de valores de nuestro tiempo, poniendo énfasis en la necesi-
dad de una visión humanista para enfrentarlos.

Palabras clave

Bioética – Autonomía – Tecnociencia - Biojurídica

Abstract

The article is a reflection on the current world from the perspective of Bioethics and Law, taking into account the
importance of an ethical approach considering the commodification of human life, several new technology-related
developments, and value crisis of our times, emphasizing on the need for a humanistic approach to address them.

Key Words

Bioethics - Autonomy – Techno-science - Biolaw

1. Introducción tud científica como la preocupa- Podemos definirla diciendo


ción social; la reflexión intelec- que: “La bioética supone un
La Bioética constituye, sin duda, tual como la innovación tecnoló- intento de conseguir un enfo-
uno de los temas fundamentales gica1; lo ético como lo jurídico, que secular, interdisciplinario,
de nuestro tiempo. En sus pre- lo individual como lo colectivo, prospectivo, global y sistemá-
dios convergen tanto la inquie- lo reflexivo como lo práctico. tico, de todas las cuestiones

*
Abogado y Magister en Derecho Civil y Comercial. Profesor de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, Universidad
de Lima y ESAN. Profesor invitado de la Universidad César Vallejo (Trujillo) y de la Maestría en Bioética y Biojurídica de
la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo. Miembro de la Academia de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba. Past De-
cano de la Facultad de Derecho de la UNIFE. Ha sido Superintendente Nacional de la SUNARP, Presidente del Consejo del
Notariado y Miembro del Comité de Bioética de la Facultad de Biología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Co-fundador en el Perú de la Cátedra UNESCO de Bioética y Biojurídica. Considerado por UNESCO en su relación de exper-
tos en ética a nivel mundial: Global Ethics Observatory: Who´s Who in Ethics.
1
Así, para Garza-Garza: “La bioética se centra en el estudio de los problemas éticos, que plantea el desarrollo de las diferen-
tes ciencias y tecnologías que pueden aplicarse, incluir o modificar la vida humana”. (Garza-Garza, R. Bioética. “La toma de
decisiones en situaciones difíciles”. México: Editorial Trillas. Citado por Fajardo Dolci, Germán E. y Héctor Aguirre Gas, 2000.
Preceptos éticos y legales de la práctica médica. México: Corporativo Intermédica, S.A. de C.V., p. IX).

31
LUMEN, Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón

éticas que conciernen a la in- La Bioética está lejos de ser un vuelto un producto más del mer-
vestigación sobre el ser huma- mero ejercicio teórico o filosó- cado, como lo evidencia, por
no y, en especial, a la biología, fico; al contrario, es una disci- ejemplo, el hecho de asomar-
la medicina y la atención en plina eminentemente práctica nos cada vez más a los límites
salud”2. y, por ello, es importante el del genismo, jóvenes mujeres
estudio de casos para cualquier que subastan su virginidad por
Frente al frenesí con que nos so- debate sobre la materia para, internet, o personas capaces de
lemos entregar a las novedades a partir de allí, poder hacer un venderse a sí mismas, a niños o
y a las tentaciones de la tecno- análisis reflexivo más completo. hasta a sus propios hijos5.
logía y de la investigación cien-
tífica, es importante asumir una 2. La cosificación de la vida Todo este panorama se agrava
actitud fronética que nos haga humana cuando vemos que, como dice
detenernos a pensar en qué es Serrano, “la tendencia es a pre-
lo que estamos haciendo, qué Esta necesidad reflexiva se tor- sentar los valores como tabúes
es lo que queremos hacer y si na más importante si tenemos y las exigencias de la dignidad
estamos siguiendo el camino co- en cuenta que vivimos hoy en humana como afirmaciones opi-
rrecto para alcanzarlo. día, como dice Julián Marías, nables y fundamentalmente in-
una renuncia a entender, que dividuales, esto es, sin trascen-
Es cierto que el derecho va por ha hecho que el hombre deje dencia social objetiva”6.
lo general detrás de las nuevas de hacerse preguntas, generan-
circunstancias pero es que, jus- do con ello el que asuma una Deslizados hacia la cosificación
tamente, detrás de nuestros ím- actitud en que no se ve como de la vida humana, como seña-
petus efervescentes, debe venir persona responsable, con du- la María Cruz Díaz de Terán Ve-
siempre la razón para hacernos das, problemas, fines, deberes4. lasco7, esto se expresa en casos
medir con cautela nuestros ac- Peor todavía, el ser humano pa- como el tráfico de órganos, el
tos, tomar conciencia de ellos rece no sólo que ha perdido sus denominado “turismo sexual”,
e intentar adoptar las mejores valores, sino que también se ha la existencia de páginas web
decisiones3. puesto precio a sí mismo, se ha en las que se subastan óvulos y

2
León Francisco (2011). La promoción de la dignidad de la persona en el ámbito biomédico. Madrid: Ediciones Palabra, p.
13.
3
“Cierto es que algunas de las acusaciones recibidas por el Derecho son francamente rechazables. Me detendré en la
primera obviedad que hay que soportar en cualquier congreso médico. La respuesta jurídica es siempre posterior, incluso
retrasada respecto a la realidad y muchas veces con normas viejas. En este punto quizás conviniera recordar que este
actuar sobre una realidad ya producida es una característica del propio Derecho y que las alternativas no son ni mucho
menos mejores. Por otro lado, la readaptación de las leyes y de los viejos conceptos es una vieja tradición del Derecho
con inmejorables resultados (…). En este punto, sería deseable que unos no hiciéramos puntualizaciones infundadas
sobre elementos científicos, si otros no hiciesen simplificaciones jurídicas”. (Serrano Ruiz-Calderón, José Miguel, 2004,
“Bioética, genética y derecho”. En: Genética y Derecho. Cuadernos de Derecho Judicial VI-2004. Madrid: Consejo General
del Poder Judicial, p. 33).
4
Marías, Julián (1993). Razón de la Filosofía. Madrid: Alianza Editorial, p. 46-47. A ello se agrega “la atomización de la vida,
la pérdida de sus formas, el aturdimiento. Una desorientación acaso más profunda que ninguna otra, porque el hombre
que la padece no sabe que está desorientado. Se deja llevar, y ni siquiera se da cuenta que está perdido” (Ibid., p. 52).
5
Una noticia en octubre del 2013, daba cuenta, por ejemplo, de una pareja de desempleados en Shangai (China) que vendió
a su tercera hija por internet para comprar un iPhone y otros objetos de lujo (http://www.tecnoxplora.com/internet/
pareja-china-vende-hija-internet-comprar-iphone_2013102000049.html); en enero del 2012, se conoció la noticia de un
hombre en Arabia Saudita que ponía a la venta a su hijo en Facebook al mejor postor por US$20 millones, alegando
que lo hacía para ofrecer “una vida digna a su madre y su hermana en lugar de vivir en la pobreza” (http://peru21.
pe/2012/01/09/mundo/pone-venta-su-hijo-facebook-2006742); en octubre del 2014, en Salta (Argentina) fue detenido
un individuo que por medio de Facebook había publicado la foto de una menor de edad ofreciendo en venta sus “servicios”
para realizar servicios sexuales (http://www.larepublica.pe/29-10-2014/anuncio-en-facebook-de-nina-en-venta-causa-
indignacion-en-argentina); por la misma fecha, se difundió el caso de una muchacha de 19 años –Ju Peng- anunciando
sus servicios sexuales para costear su viaje por distintos lugares de su país (http://www.larepublica.pe/28-10-2014/
facebook-joven-china-ofrece-sus-servicios-sexuales-para-financiar-su-excursion).
6
Serrano Ruiz-Calderón, José Miguel (2004). Op. cit., p. 29.
7
Díaz de Terán Velasco, María Cruz (2005). Derecho y nueva eugenesia. Un estudio desde la ley 35/88 de 22 de noviembre
de Técnicas de Reproducción Asistida. Pamplona: Ediciones Universidad de Navarra S.A., p. 79.

32
Sociedad y crisis de valores:
Interrogantes y respuestas desde la bioética y la biojurídica Ronald Cárdenas Krenz

embriones al mejor postor8, el lización del cuerpo humano, re- de si debe haber una edad para
tráfico de niños9 o a que, como ducido a un objeto de mercado la “jubilación” materna y el de-
parte de esta tendencia des- destinado a su progresivo me- bate entre un supuesto derecho
humanizadora, a los recién na- joramiento industrial. Como lo reproductivo y el principio del
cidos producto de abortos que dijera el profesor español Nico- interés superior del niño.
llegaron a sobrevivir, se les deje lás Jouve en el XVIII “Congreso
morir al amparo de la ley en Internacional de Ciencia, Huma- Sobre este último tema, es in-
España, alegando simplemente nismo y Posthumanismos”, orga- teresante mencionar también el
que “no son viables”10. nizado por la Universidad Libre caso de Susan Tollefsen, quien
Internacional de las Américas, en el 2008, a los 57 años de
Todo ello sin contar con casos en julio del 2013, el transhuma- edad, fuera una de las mamás
más anecdóticos en los que el nismo supone una deshumaniza- primerizas de mayor edad en
cuerpo puede terminar reducido ción que hará que por medio de Gran Bretaña, no pasando mu-
a la condición de un panel publi- la tecnología se capacite a unos cho tiempo para que reconocie-
citario, como en el caso de Karl cuantos seres seleccionados en ra que habían tenido razón los
Smith, en Salt Lake City (EE.UU), función de criterios espurios en que la criticaron y proponer que
quien en junio de 2.005, aceptó detrimento del resto de la hu- debería ponerse un límite de 50
llevar en la frente un tatuaje manidad, creando castas que años para las mujeres que de-
con el nombre de “GoldenPa- lleven a separar unos seres hu- seen recurrir a una fecundación
lace.com”, con letras de un manos de otros con criterios eu- in vitro para poder convertirse
tamaño de 2.5 cms., a cambio genésicos. en madre.
de la suma de 10.000 dólares, la
misma que -según dijo- utilizaría 3. Algunas cuestiones vincula- Otro caso es el de Carmen Bou-
para darle educación privada a das con la reproducción asis- sada de Lara, que fue mamá
su hijo de 11 años11. tida y otros temas vinculados de un par de gemelos a los 67
con la vida misma años en España, gracias a la fe-
Ya antes Julián Marías hablaba cundación in vitro, en el 2006,
de un mundo caracterizado por En materia de reproducción siendo tildada por muchos como
la invasión de las cosas12, y su asistida, nos encontramos hoy egoísta. Los niños terminaron
derivación en la cosificación de por hoy con infinidad de casos quedando huérfanos tan solo
nuestra propia existencia, ma- polémicos, que llevan a diversas 3 años después, a causa de un
nifestada, por ejemplo, en el reflexiones éticas, jurídicas y cáncer que acabó con la vida de
tráfico ilícito de drogas, el tra- existenciales respecto a nuestra ella.
tamiento del suicidio o la per- propia entidad y diversas cues-
misividad del aborto, tema este tiones sociales, incluyendo el de Al lado de estos temas nuevos
último en el que la vida del feto, mujeres que dan a luz a su pro- para el Derecho, existen viejos
sorprendentemente, llega a ser pio nieto (como Elizabeth Sales debates que se han renovado,
reconocida por algunos apenas que dio a luz a su nieta en julio como los referentes no solo al
como un “cuasiderecho”13. de 2004); o el de Adriana Iliescu aborto sino también a la euta-
que, habiendo dado a luz una nasia, en los que, como dice
Todo esto sin contar con las ame- niña a los 67 años en enero del Dworkin, “las discusiones nun-
nazas para la humanidad que 2005 en Rumanía, se convirtió ca han sido tan apasionadas y
asoman bajo el “transhumanis- en la madre de mayor edad en abiertas, las opiniones nunca
mo”, que revela una mercanti- el mundo14, reanudando el tema tan divididas y la controversia

8
Sobre subasta de óvulos y espermatozoides, véase, por ejemplo la página en internet: www.ronharris.com.
9
Por ejemplo, en julio de 2004, diversos medios daban cuenta de la noticia de una red en París que los vendía a 5,000 ó
6,000 euros según fuera niño o niña.
10
Vila Coro, María Dolores (2003). La bioética en la encrucijada. Madrid: Dykinson, p. 35.
11
Diario El Comercio, Lima: edición del 01.07.05, p. A14.
12
Marías, Julián (1993). Op. cit., p. 45 y sgtes.
13
Vásquez, Rodolfo (2004). Del aborto a la clonación. Principios de una bioética liberal. México: Fondo de Cultura Económica,
p. 56.
14
Diario La República, Lima: edición del 17.01.05, p. 27.

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LUMEN, Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón

sobre una de estas elecciones como es que los avances biomé- gui18 - ofrece un método para
nunca ha estado tan íntimamen- dicos afectan a cuestiones so- el análisis y la resolución de los
te relacionada con la controver- ciales de primer nivel –relación conflictos éticos que surgen en
sia sobre la otra, como ocurre de parentesco y filiación, usos la práctica sanitaria (y no sólo
en estos momentos en Estados del cuerpo, tiempo del nacer en ella), de modo que sus re-
Unidos y Europa”15. y del morir-, que venían regu- sultados puedan traducirse en
ladas jurídicamente y que, tras actos morales. En ese sentido,
4. Sobre la relación entre esos avances, resulta necesario un objetivo prioritario de una
Bioética y Derecho volver a regular y revisar postu- metodología en bioética, más
ras tradicionales del derecho, que la decisión a tomar, es el
Para abordar estos y otros pro- forzando la promulgación de mecanismo para llegar a la mis-
blemas fundamentales, que vin- nuevas normas jurídicas o a la ma, entendiendo el conflicto –
culan al Derecho y a la Bioé- revisión de las ya existentes”17. siguiendo a Diego Gracia- como
tica, es importante profundizar un dilema respecto al cual hay
en sus contenidos, a efectos de No obstante que el término una respuesta correcta que es
poder resolver muchas de las in- “bioética” fuera introducido en universal y absoluta, que aspi-
terrogantes que hoy se presen- el debate intelectual hace rela- ramos alcanzar19.
tan, que pronto se formularán tivamente poco tiempo, a ini-
o que deberíamos estarnos ya cios de los 70, por Van Renselaer Para el tratamiento de
planteando. Empero, antes que Potter, profesor de oncología de los temas que se mencionan y,
esperar encontrar en la Bioética la Universidad de Wisconsin, a en general, los que tienen que
una respuesta concreta a cada través de un artículo y luego a ver con la bioética, se pone de
una de las cuestiones que aflo- través del libro “Bioética: Un relieve el papel de la moral, la
ran, debe dejarse constancia y puente hacia el futuro”, hoy, cual, como señala con acierto
valorarse su naturaleza dialógi- apenas unas décadas después, María Dolores Vila-Coro:
ca16. ha tomado una relevancia nota-
ble y acaso sea la disciplina que “... no solo sirve de cimien-
Puede decirse aquí que la im- más rápidamente se ha desarro- to a las leyes sino que presta
portancia de la relación entre llado en los últimos tiempos. el gran servicio que supone
bioética y derecho: “radica clarificar las normas que el
también en un elemento funda- La Bioética –como señala Ma- Derecho no alcanza a definir.
mental, de carácter universal, ría Jesús Goikoetxea Iturre- Así, en los ordenamientos ju-

15
Señala Dworkin que: “La discusión sobre la eutanasia ha saltado de pronto a las primeras páginas de los periódicos. Los
médicos empiezan ahora a admitir abiertamente lo que la profesión mantuvo antes en secreto: que los médicos a veces
matan a los pacientes que piden morir o que les ayudan a que se quiten la vida”. (Dworkin, Ronald, 1998. El Dominio de
la Vida. Una discusión acerca del aborto, la eutanasia y la libertad individual. Barcelona: Editorial Ariel, p. 9).
16
“… si realmente creemos en la Bioética, debemos aceptar que estamos inmersos en un proceso de discernimiento y
descubrimiento respecto a todo aquello que no aceptamos de la opinión ajena, y que requiere mucho más aún de la
escucha mutua, no condenatoria sino abierta al diálogo, desde la humildad intelectual” (Abel i Fabre, Francesc, 2012, “La
Bioética actual: Problemas y Perspectivas”. En: Feito Grande, Lyvia y Tomás Domingo Moratalia (editores). Investigación
en Bioética. Madrid: Universidad Rey Juan Carlos – Dykinson, p. 33).
17
Terribas I Sala, Núria (2012). “Bioética y Derecho”. En: Feito Grande, Lydia y Tomás Domigo-Moratalia (Editores). Op. cit.,
p. 219.
18
Goikoetxea Iturregui, María Jesús. Las decisiones éticas en situaciones sanitarias conflictivas (2003). En: Vélez, Juan, S.J.
Bioéticas para el siglo XXI. 30 años de Bioética (1970-2000). Op. cit., p. 173.
19
Sobre los métodos aplicables en Bioética, Goikoetxea, menciona los siguientes:
Métodos principalistas o deontológicos: Entienden que hay una serie de principios morales y absolutos que deben cumplirse
siempre. Carácter deductivo; consideran que existen acciones intrínsecamente malas.
Métodos consecuencialistas o teleológicos: Vinculados con el utilitarismo, consideran que la solución o respuesta
moralmente más aceptable es aquella que maximiza las consecuencias positivas para los sujetos implicados en la decisión.
No consideran que el proceso o los medios sean lo que determine la bondad o corrección moral del fin, sino que es el fin
el que en todo caso podrá justificar moralmente los medios o procedimientos.
Métodos o procedimientos mixtos: Consideran que hay un nivel en el razonamiento moral que enuncia las responsabilidades
generales y que por tanto puede materializarse en principios exigibles prima facie a cualquier sujeto, y otro nivel que
responde a las obligaciones individuales en cada circunstancia particular que puede justificar excepciones a los principios
generales.
(Goikoetxea Iturregui, María Jesús. (2003). Op. cit., p. 173).

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Sociedad y crisis de valores:
Interrogantes y respuestas desde la bioética y la biojurídica Ronald Cárdenas Krenz

rídicos de nuestra área occi- blemente nuestra libertad; sin obligatorio que las mujeres que
dental nos encontramos con embargo, como muestra de los vayan a abortar escuchen una
estándares como el honrado obstáculos que deben sortearse descripción detallada del feto
comerciante, la diligencia en este propósito, nos encon- hecha por un médico y esperen
del buen padre de familia, el tramos con decisiones sorpren- luego 24 horas para someterse
arbitrio del hombre bueno... dentes como la de la Corte Su- al aborto; la descripción médi-
Las apelaciones directas a la prema de los Estados Unidos en ca no es obligatoria en el caso
moral en los Códigos civiles 1993, en el proceso de un cen- de víctimas de violación, a las
son constantes: al declarar tro de salud reproductiva contra menores y a aquellas madres
la nulidad de los contratos el municipio de Akron Ohio, que cuyo feto tenga alguna malfor-
contrarios a la moral no es consideró que “mostrarle a una mación. En Oklahoma, en cam-
preciso explicar demasiado mujer que solicita un aborto bio, en una ley similar dada en
lo que esto significa. La bue- una fotografía de un embrión, el 2010, se estableció expresa-
na fe está en la base y es el de la edad del que ella quería mente que no habría excepcio-
fundamento de nuestro or- destruir, era no sólo un medio nes en caso de incesto o viola-
den jurídico, especialmente ilegítimo de ofrecer informa- ción23.
del derecho mercantil y civil ción para el consentimiento al
¿cómo sería posible el tráfi- aborto, sino que constituía un 5. Humanidad, tecnología y
co jurídico si no es sobre la atentado a la libertad; equiva- cuestiones pendientes
base de la buena fe y de que lía a un desfile de atrocidades,
se va a obrar de acuerdo con una muestra de tortura ideoló- Por otro lado, volviendo a las
la moral? Imagine el lector si gica”22. implicancias del desarrollo de
hubiera que preguntar a cada las nuevas tecnologías, no debe
ciudadano cuando alquila un Conforme a ese fallo (que en el dejarse de tener presente que
piso, compra un coche a pla- fondo reconoce al aborto como la cuestión ética se torna más
zos, o recibe un préstamo, a un desfile de atrocidades), la compleja por el hecho de que
qué moral o ética se encuen- verdad puede torturar y ser pe- las biotecnologías ya no operan
tra adscrito. Esta aceptación ligrosa para la libertad, cuando únicamente sobre el mundo ex-
de hecho de una moral co- lo cierto es que la libertad, en terior, sino sobre el propio ser
mún es una prueba más de la tanto implica la posibilidad de humano, lo que le otorga a la
objetividad y universalidad tomar decisiones, requiere de biología una trascendencia e
de la ley moral”20. la verdad y de la información impacto jamás alcanzado; hoy,
como condiciones esenciales a través de un microscopio, es-
En adición a ello, como dice para su adecuado ejercicio. Si tudiando los genes, podemos
Roberto Andorno, la bioética en un país el aborto está lega- conocer mejor de nosotros mis-
no puede quedar en el ámbito lizado -independientemente de mos que a través de un telesco-
individual, pues se volvería una que estemos o no de acuerdo pio hurgando los astros.
simple casuística21. con ello-, será licito que una clí-
nica lo permita, pero su obliga- No es inusual advertir que, a lo
Así, resulta evidente que debe ción mínima es informarle al pa- largo de la historia, como aho-
protegerse el derecho a la au- ciente en qué consiste el aborto ra (aunque no tanto a un ritmo
tonomía, el derecho al consen- al que quiere someterse, a fin tan rápido) los avances de la
timiento informado, el derecho de que la mujer interesada pue- tecnología hayan despertado no
a saber respecto a hechos que da prestar su consentimiento solo satisfacción sino también
conciernen a uno mismo, los en forma informada, tal como preocupación, pero se ha dicho
cuales son importantes para po- se aprobara en Texas en donde, atinadamente que la ciencia es
der ejercer correcta y responsa- en el 2011, se estableció como neutra, no es ni buena ni mala,

20
Vila-Coro, María Dolores (2003). Op. cit., p. 35.
21
Andorno, Roberto (1998). Bioética y dignidad de la persona. Madrid: Editorial Tecnos, p. 34.
22
Herranz, G. (1991). “Aspectos médico-farmacéuticos del embrión humano”. En: El inicio de la Vida, B.A.C. Madrid, 1991,
p. 191, citado por Vila-Coro, María Dolores (2003), Op. cit., p. 146.
23
Diario El País, edición digital. Madrid: edición del 11.05.2011.

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LUMEN, Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón

ya que lo importante es el uso tos morales y políticos25, a los La realidad descrita va apare-
que se haga de ella. Empero, que -en nuestra opinión- habría jada con otra característica
dados los niveles alcanzados por que agregar la consideración de que define a nuestro tiempo:
la tecnología actual, el asunto aspectos sociales y jurídicos. la existencia de una actitud
es más delicado, a tal punto hedonista e irresponsable28, en
que, como señala Juan Ramón La preocupación por estos te- cuyo contexto la satisfacción
Capella, “es ingenuo suponer mas no constituye mera espe- personal tiene primacía aun
que la peligrosidad del instru- culación, sino que está vincu- cuando ella implique ejercer
mental tecnocientífico depende lada con una ética de carácter un uso instrumental del otro.
de los sujetos en cuyas manos preventivo, siendo conveniente Ejemplo de ello29 es el caso de
esté, o, lo que es lo mismo, que adoptar acciones de este tipo una francesa, de 62 años, que,
la ciencia actual sólo es peligro- antes que medidas que evadan u en el 2000, fue al médico por-
sa en función de las intenciones oculten los problemas de fondo, que quería tener un hijo por
de los sujetos que la usan. Las o que aborden los efectos mas fecundación in vitro, utilizando
intenciones de los sujetos han no las causas. Así como frente a semen y óvulos donados; aun-
sido potencialmente peligrosas la obesidad infantil la solución que ella no le contó el detalle
desde la invención del garrote, no es mandar a hacer tallas de al médico, de que el esperma
pero ahora nos hallamos ante un ropa más grande para los meno- era nada menos que de su her-
problema distinto”24. res, tampoco puede plantearse mano. El galeno rechazó tratar-
como política frente al embara- le, en gran parte porque tenía
Existe entonces una peligrosidad zo adolescente el simplemente sospechas acerca de su estado
ontológica, de la tecnociencia repartir preservativos o regalar psicológico. Entonces, la mujer
contemporánea, teniendo en bonos en hoteles26. y su hermano se fueron a Los
cuenta que el riesgo ya no solo Ángeles, en donde, ocultando
se trata de la amenaza a una En la misma línea de una ac- también el hecho que el donan-
persona o grupo de personas, titud phronética que plantea- te era su hermano, obtuvo el
sino a la humanidad como tal. mos, es importante mantener tratamiento de la fecundación
una racionalidad adecuada en la in vitro y dio a luz a un niño.
Claro que, como afirma el mis- experimentación y tratamiento Simultáneamente, como una
mo Capella, obviamente no se científico; diversas situaciones especie de salvaguarda, una
puede renunciar a la ciencia, que se vienen dando27 nos lle- madre sustituta, la donante del
pero probablemente el amparo van a enfatizar la necesidad, de óvulo, fue inseminada con el
frente a su peligrosidad no ven- un racionalismo humanista, aun semen del hermano y dio tam-
drá de ella misma (recuérdese cuando la expresión pueda ser bién a luz a un bebé, en este
a Heráclito: “Haber aprendido redundante, pero que resulta caso una niña. El caso provocó
muchas cosas no ayuda a tener útil para resaltar la imprescindi- que en Francia se hablara con
entendimiento”); por lo que bilidad de una visión humanista escándalo de un “incesto so-
debe tenerse en cuenta aspec- al tratar estos temas. cial”30.

24
Capella, Juan Ramón (2004). Elementos de análisis jurídico. 3ª. Edición. Madrid: Editorial Trotta, S.A., p. 41.
25
Ibid., p. 43.
26
Refiere Vila-Coro que, en España, como parte de una campaña del Ministerio de Sanidad y el Consejo de la Juventud
consistente en el uso del preservativo para la prevención del SIDA, se incluyeron dinámicas grupales de carácter lúdico
que incluyeron en pasadas ediciones la degustación de preservativos de sabor para niños y niños de doce años en clases
de colegios públicos (Vila-Coro, María Dolores, 2003, Op. cit., p. 68).
27
Jacques Testart señala que en los casos de fertilización asistida, en promedio se obtienen diez óvulos por mujer, habiendo
visto casos en que se ha producido hasta ochenta (Testart, Jacques y Christian Godin, 2002, El racismo del gen. Buenos
Aires: Fondo de Cultura Económica, p. 18).
28
Afirma Christian Godin: “El eugenismo se sustenta en una ilusión terriblemente peligrosa, una ilusión que también ve-
hiculiza: la de creer que el bienestar (no hablemos de la felicidad) reside solamente en la salud física. Como afirma el
psicólogo Ehremberg, una sociedad cuyo horizonte es el “mejor estar” sólo puede ser una sociedad del malestar” (Testart,
Jacques y Christian Godin. Op. cit., p. 55).
29
Citado por Warnock, Mary. (2004). Fabricando bebés. ¿Existe un derecho a tener hijos? Barcelona: Editorial Gedisa, p.
57-58.
30
Agrega la mencionada autora que “En cualquier caso, en Francia es ilegal dar asistencia para la reproducción a una mujer
posmenopáusica, al estar basada la ley en el concepto del bien del niño, así como en un sentimiento ampliamente com-
partido expresado en la declaración de que “hay un tiempo para ser madres y un tiempo para ser abuela”, y en que este

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Sociedad y crisis de valores:
Interrogantes y respuestas desde la bioética y la biojurídica Ronald Cárdenas Krenz

En este tipo de casos, siguien- intrínsecamente malas. “El bien cionado con otros principios de
do a Andorno31, nos encontra- no es construido, sino recono- la misma -como los de la pruden-
mos ante un conflicto entre cido. La razón humana es juz- cia, el respeto a la dignidad, la
una ética relativista (o subje- gada capaz de distinguir lo que justicia, la beneficencia, etc.-,
tivista) y una ética objetivista contribuye al bien de la persona posibilitan para el Derecho un
(o personalista). Para la pri- de aquello que puede dañarla”; tratamiento más adecuado a
mera, los principios éticos no la persona es el fin de todas las fin de abordar cuestiones tan
son verdaderos ni falsos, sino instituciones sociales, políticas, delicadas como las planteadas
simple resultado del acuerdo económicas, etc. en el presente artículo.
o la elección arbitraria, no ha-
biendo acción intrínsecamente No cabe duda, por tanto, de la Los tiempos actuales demandan
mala. Para la segunda, en cam- necesidad de poner de relieve una revisión de los fundamentos
bio, es posible acceder al co- la trascendencia de la bioética, mismos de nuestra propia exis-
nocimiento del bien por medio en cuyo contenido, “El punto tencia, a partir de una reflexión
de la razón. común de los nuevos interro- ética ciertamente, cuyas con-
gantes es el valor del hombre clusiones deben trascender en
Dentro del relativismo –agre- en su corporeidad frente a los propuestas jurídicas concretas.
ga el mencionado autor-, el no desarrollos biomédicos. Por Se trata de una tarea urgente,
cognotivismo parte de la impo- ello, puede afirmarse, en una compleja pero necesaria, a la
sibilidad de trascender lo pura- primera aproximación, que la que sin duda debemos llegar,
mente fenoménico y rechaza la reflexión bioética no hace más apurados por el avance tecno-
capacidad de la razón para ac- que retomar el cuestionamien- lógico y la demanda social; la
ceder a la verdad en lo moral; la to eterno del hombre sobre sí duda más bien es saber si po-
elección ética no tiene que ver mismo y su dignidad, adaptado dremos llegar a esa reflexión a
con ella por no ser verificable a las circunstancias actuales”. tiempo.
empíricamente; este escepticis- En este contexto, por su misma
mo hace que Hume atribuya al complejidad y alcances, la bioé- Referencias bibliográficas
sentimiento y no a la razón el tica supone “... una aproxima-
papel de determinar la bondad ción interdisciplinaria, prospec- Abel i Fabre, Francesc. (2012).
de las acciones humanas. Por su tiva, global y sistemática a los La Bioética actual: Proble-
lado, el neoutilitarismo busca nuevos dilemas”32. mas y Perspectivas. En: Feito
maximizar el placer y minimizar Grande, Lyvia y Tomás Do-
el dolor; el cálculo del coste so- La libertad no tiene como lími- mingo Moratalia (editores).
cial es la regla moral válida para te tan solo la libertad del otro, Investigación en Bioética.
todos. A su vez, el neocontrac- sino también nuestra propia Madrid: Universidad Rey
tualismo hace coincidir el bien humanidad, a la que no po- Juan Carlos – Dykinson.
moral con el acuerdo entre los demos renunciar, pues sin esa
sujetos, se trata de una decisión consideración la libertad –que Andorno, Roberto (1998). Bioé-
colectiva, sin una sustancia pre- no es mero arbitrio- no tendría tica y dignidad de la perso-
determinada y más bien con un sentido. na. Madrid: Editorial Tecnos.
contenido variable.
El desarrollo de la bioética per- Capella, Juan Ramón (2004).
Frente a ello –continúa Andor- mite ponderar mejor los alcan- Elementos de análisis jurídi-
no-, el pensamiento objetivista ces del principio jurídico de la co. 3ª. Edición. Madrid: Edi-
estima que el bien no es resul- autonomía de la voluntad; su torial Trotta, S.A.
tado de una elección arbitraria relación con el principio de au-
del hombre, sea individual o tonomía, desarrollado amplia- Dworkin, Ronald (1998). El Do-
colectiva; hay acciones que son mente en la Bioética, interrela- minio de la Vida. Una dis-

tipo de nacimientos tardíos contravienen la ley del sentido común. En este caso particular originado en Francia, había una
historia de espantosas discordias familiares sobre la herencia de una propiedad, y parece que el motivo de haber tenido
los dos bebés fue que la herencia no se repartiese con sus familiares cercanos” (Ibid., p. 58).
31
Andorno, Roberto (1998). Op. cit., p. 28 - 30.
32
Ibid., p. 12 – 13.

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LUMEN, Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón

cusión acerca del aborto, la 30 años de Bioética (1970- Domigo-Moratalia (Editores).


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