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Deitos Ambientales

Este documento analiza los delitos ambientales en el Perú y su tratamiento legal. Explica la modificación del Título XIII del Código Penal respecto a los delitos ambientales y la creación de fiscalías especializadas en esta materia. También discute conceptos como la autoría, responsabilidad y reparación civil en este contexto.

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Deitos Ambientales

Este documento analiza los delitos ambientales en el Perú y su tratamiento legal. Explica la modificación del Título XIII del Código Penal respecto a los delitos ambientales y la creación de fiscalías especializadas en esta materia. También discute conceptos como la autoría, responsabilidad y reparación civil en este contexto.

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UNIVERSIDAD CATOLICA DE SANTA MARIA

ESCUELA DE POSTGRADO
MAESTRIA EN DERECHO PENAL
ALUMNO SANTIAGO IBAÑEZ ROMERO
AREQUIPA - 2024
DELITOS AMBIENTALES, AUTORIA Y LA EXPANSION DEL DERECHO PENAL
Introducción
Los Delitos Ambientales en el Perú, han tenido una tratativa muy particular
a lo largo del tiempo, en vista de ello, se busca analizar el peso
constitucional y su relación con el derecho penal en merito al ius
puniendi.
Nuestro país tiene en su normativa constitucional el precepto de que
toda persona tiene el derecho fundamental "a gozar de un ambiente
equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida" (inciso 22, artículo 2 de
la Constitución Política del Perú). El Tribunal Constitucional, máxime
intérprete de nuestra Constitución ha dejado sentado que este derecho
fundamental exige a todos los órganos del aparato estatal la obligación
ineludible de proteger el medio ambiente y sus componentes, en las
condiciones adecuadas para garantizar la existencia de la persona en
un ambiente sano, ya que el fin supremo de la sociedad y del Estado es
la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad (artículo 1
de la Constitución Política del Perú). En ese sentido, el Derecho Penal no
es ajeno al cumplimiento de tal obligación, como es sabido, es un
instrumento de control y represión social, el Estado haciendo uso de su
potestad punitiva, "ius puniendi", evita conductas antisociales que
puedan afectar o amenazar la convivencia social y la paz social. Así
pues, partiendo de que el Derecho Penal tiene una naturaleza
secundaria porque interviene como "última ratio legis", entonces se
presenta como última alternativa ante el fracaso de otros procedimientos
e instancias de control social cuya función es proteger bienes y valores
jurídicos necesarios para que la persona se autorealice y desarrolle en
sociedad. Por ello, el Derecho Penal no puede estar ajeno a lo que hoy
en día cobra mayor relevancia como es a protección del "medio
ambiente'; bien jurídico protegido por esta rama del Derecho. Asimismo,
a pesar de las posibles deficiencias, vacíos o complejidades que pueda
presentar los tipos penales del Titulo XIII del libro segundo del Código
Penal, denominados Delitos Ambientales (en adelante titulo XIII) conviene
exaltar la intención del legislador para tipificar algunas conductas que
atentan este bien jurídico, pues el medio ambiente y sus componentes
están siendo tutelados ante posibles amenazas o riesgos creados por la
actividad humana que puedan alterarla o dañarla.
Delitos Ambientales Modificados según la Ley N° 29263
Debido a problemas de orden técnico, imprecisiones y vaguedades de
la tipificación del titulo XIII que impidieron cumplir con la finalidad de la
política criminal de su creación, el 02 de octubre de 2008, mediante Ley
No 29263 se modifica el titulo XIII, dividiéndola en cuatro capítulos, con
catorce (14) artículos, algunos subdivididos en numerales, esta
modificación incluye nuevos tipos penales, tal como se puede observar
a continuación. Capítulo 1: Delitos de Contaminación (Art. 304 al 307)
Capítulo 11: Delitos contra los Recursos Naturales (Art. 308al313) Capítulo
111: Responsabilidad Funcional e Información falsa(Art.314ai314B)
Capítulo IV: Medidas Cautelares y Exclusión o Reducción de Penas (Art.
314 C, 314 D) El primer capítulo tipifica el delito de contaminación y sus
formas agravadas. Este tipo penal ha sido totalmente modificado, pero
al igual que el anterior considera la responsabilidad penal por culpa
incluye un nuevo delito como es el incumplimiento de normas relativas al
manejo de los residuos sólidos, pero mantiene el tipo penal para aquellos
que contraviniendo leyes, reglamentos o disposiciones establecidas
utiliza los desechos sólidos para la alimentación de animales destinados
al consumo humano, finalmente modifica el texto del delito por tráfico
ilegal de residuos peligrosos.
Asimismo, el "medio ambiente" como bien jurídico protegido por el
Derecho Penal, esta ampliamente relacionado con otros bienes jurídicos
como la vida, la salud, por ello podría darse el caso que una misma
acción genere diversos delitos, estaríamos ante un concurso de delitos.
Puede darse el caso que un delito ambiental pueda ocasionar otro tipo
de delitos como lesiones, homicidio o contra la salud publica, este último
tipificado en el capitulo 111 del titulo XII del libro segundo del Código
Penal. En cuanto a la responsabilidad penal esta recae sobre el sujeto
activo, siendo persona natural o persona jurídica y el sujeto pasivo es
quien se ha visto perjudicado por la comisión del delito ambiental; puede
ser un número determinado de personas o un número indeterminado de
personas, es decir la colectividad, ambos están debidamente
representados por el Ministerio Público quien tiene la tarea de defender
la legalidad y los intereses de la sociedad, como es el medio ambiente.
Al directamente perjudicado le corresponde constituirse en parte civil en
el proceso penal y exigir la reparación civil fijada en la sentencia, pero
¿qué sucede si la colectividad es la perjudicada? ¿Quién se constituirá
en actor civil? Podría ser la autoridad competente siempre y cuando este
legitimado para reclamar la reparación y se encuentre regulada en la
legislación, sería interesante que en este caso los fondos recaudados por
la reparación civil se destinen a la restitución del bien ambiental o a volver
a su estado anterior a la comisión del delito ambiental.
Por otro lado, es interesante y novedoso la inclusión del articulo 314-A
dentro del titulo XIII respecto a los representantes legales de las personas
jurídicas que cometan los delitos previstos en el presente titulo serán
responsables penal mente, cuando actúan como órgano de
representación autorizado de una persona jurídica o como socio
representante autorizado de una sociedad y realiza el tipo penal del
delito es responsable como autor, autor mediato o coautor aunque los
elementos especiales que fundamentan la penalidad de este tipo no
concurran en él, pero sí en la representada (artículo 23 y 27 del Código
Penal). En esta misma línea es importante tener en consideración lo
establecido en la Ley General de Sociedades, así el artículo 12 dice que
los socios o administradores, según sea el caso, responden frente a la
sociedad por los daños y perjuicios que ésta haya experimentado como
consecuencia de acuerdos adoptados con su voto y en virtud de los
cuales se pudiera haber autorizado la celebración de actos que
extralimitan su objeto social y que la obligan frente a co-contratantes y
terceros de buena fe, sin perjuicio de la responsabilidad penal que
pudiese corresponderles. Finalmente respecto al Principio del Non Bis In
ídem, el artículo 111 del título preliminar del Nuevo Código Procesal Penal
señala que nadie podrá ser procesado, ni sancionado más de una vez
por un mismo hecho, siempre que se trate del mismo sujeto y fundamento.
Este principio rige para las sanciones penales y administrativas. El Derecho
Penal tiene preeminencia sobre el Derecho Administrativo; sin embargo
el artículo 138 de la Ley General del Ambiente- Ley 28611, dice que la
responsabilidad administrativa establecida dentro del procedimiento
correspondiente es independiente de la responsabilidad civil o penal que
pudiera derivarse por los mismos hechos. Ello porque cada una protege
bienes jurídicos distintos, por lo que la vía administrativa es independiente
de la penal y civil y viceversa, no existiendo vulneración a dicho principio
si un mismo hecho por el mismo sujeto acarrea la vulneración a ilícitos
administrativos y la configuración de delito ambiental a la vez.
Por citar un ejemplo, respecto al delito de contaminación del ambiente
una empresa minera descarga sus efluentes en un río sobrepasando los
límites máximos permisibles para la descarga de efluentes líquidos de
Actividades Minero- Metalúrgicas (D.S. Nro. 010-1 0-MINAM), estamos en
el primer presupuesto del delito de contaminación (Art. 304). Respecto al
segundo presupuesto, esta descarga causa o pueda causar perjuicio,
alteración o daño grave al ambiente, a la calidad ambiental o a la salud
ambiental; pero ¿quién determina esto?, la autoridad ambiental; y
¿cómo lo hace?, a través de las normas reglamentarias, para ello es
indispensable contar con normas claras y suficientes que regulen, en este
caso, el daño ambiental, que no se presten a interpretaciones
antojadizas, restringiendo de esta manera la efectividad de la punición
de los delitos ambientales por cuanto entraría en conflictos con algunos
principios del Derecho Penal y Proceso Penal, como el de legalidad y la
prohibición de analogía, salvo que favorezca al reo.
En el 2008 se crearon las Fiscalías Especializadas en Materia Ambiental
(FEMA). En la actualidad contamos con 15 fiscalías a nivel nacional. Con
fecha 14 de marzo de 2008, mediante Resolución de Junta de Fiscales
Supremos N° 038-2008-MP-FN-JFS (modificada por la Resolución de Junta
de Fiscales Supremos No 054-2008-MP-FN-JFS) se crearon diez fiscalías
Especializadas en Materia Ambiental, en las siguientes jurisdicciones:
Piura, Loreto, Amazonas (dos sedes), Ucayali, Junín, Arequipa, Cusco,
Puno, Ayacucho, Lima. Más adelante se crearon en las jurisdicciones de
Paseo, Cajamarca, San Martín y Madre de Dios. El citado dispositivo
indica que en los distritos judiciales donde no se haya designado fiscal
especializado en materia ambiental serán competentes las fiscalías
provinciales de prevención del delito. Las FEMA cuentan con su
Reglamento, el mismo que fue aprobado por Resolución de Fiscalía de la
Nación N° 1067-2008-MP-FN. Y además a nivel nacional son coordinados
por un fiscal del Ministerio Público, que ostenta el cargo de coordinador
de las FEMA.
El Ministerio Público - Fiscalía de la Nación, ante las múltiples denuncias
interpuestas por delitos ambientales a nivel nacional, tipificadas en el
Título XIII del Código Penal - Delitos Ambientales, como son: Los Delitos de
Contaminación - Capítulo I, Contra los Recursos Naturales - Capítulo II,
Responsabilidad Funcional e Información Falsa - Capítulo III, tuvo la
imperiosa necesidad de crear Fiscalías Especializadas en Materia
Ambiental que contribuyan a fortalecer la política institucional orientada
al cumplimiento de la normativa ambiental, prevenir y perseguir los delitos
ambientales; en ese sentido, mediante Resolución de Fiscalía de Junta de
Fiscales Supremos N° 038-2008-MP-FN de fecha 13 de marzo de 2008, crea
las Fiscalías Especializadas en Materia Ambiental y, con Resolución de
Junta de Fiscales Supremos Nº 054-2008-MP-FN de fecha 25 de se Julio del
2008, se amplia la competencia a las Fiscalías Provinciales Especializadas
de Prevención del Delito de los distritos judicial donde no se hayan
creado Fiscalías Especializadas en Materia Ambiental.
Respecto a la Jurisprudencia y autoría
Casacion 1113-2019-ica
∞ Cuando las conductas contaminantes provengan de empresas, como
en el presente caso, es de rigor identificar dentro de la estructura
empresarial a las personas naturales en cuyo ambito de organización se
gestó el riesgo penalmente prohibido para el medio ambiente. No se
puede imputar directamente responsabilidad penal en el directivo o el
gerente por ser tal, sino que es menester, según lo ya expuesto, identificar
a los que les corresponde asegurar los riesgos de contaminación de los
procesos productivos esta es el lineamiento que se fijó en la Sentencia
Casatoria 455-2017/Pasco de diecinueve de junio de dos mil dieciocho.
Para imputar a los directores y gerentes se requiere establecer si existe un
encargado del área ambiental, si éste cumplió con sus obligaciones de
información de los estandares ambientales y si se le supervisó
debidamente [cfr.: GARCIA CAVERO, PERCY: Derecho Penal Económico
- Parte Especial II, 2da.
Edición, Ediciones Instituto Pacífico, Lima, 2015, pp. 856-857]. Por tanto, la
atribución de responsabilidad al administrador (gerente) por delitos
comunes cometidos desde la empresa que gestiona no es una tarea
automática, sino que también está sujeta a las reglas generales de
imputación de responsabilidad penal [SILVA SÁNCHEZ, JESÚS-MARÍA:
Fundamentos del Derecho penal de la empresa, 2da. Edición, Editorial
BdeF, Buenos Aires, 2016, p. 86].
Desde esta perspectiva jurídico penal debe examinarse el artículo 314-A
del CP. Ser representante legal de una persona jurídica, en sí mismo y sin
ninguna otra consideración, no convierte a quien ostenta tal cargo en
responsable penal -el artículo 27 del CP, actuar en lugar de otro, por lo
demás, es propio de los delitos especiales, no de un delito común como
el delito ambiental, y siempre se focaliza en aquellos sujetos que, desde
las esferas más altas de la organización, dirigen o gestionan la actividad
empresarial-. La representación de la empresa frente a terceros es solo
una de las competencias básicas de los administradores, al igual que el
gobierno, la gestión general o estratégica de la empresa [SILVA SÁNCHEZ,
JESÚS-MARÍA: Ibidem, p. 88]. La noción de competencia es esencial -no
es el dato del dominio, siendo el círculo de deberes concretamente
asumido por un sujeto el que determina la existencia o no de
responsabilidad penal; y, son los que están situados en la escala
jerárquica de la empresa y se identifican sus posiciones de deber
caracterizadas por la obligación de mantener libre de determinados
riesgos el ámbito en cuestión (posición de garante), los que deben
responder penalmente, siempre claro está dentro de las exigencias de
riesgo permitido. Es posible, asimismo, que al directivo o gerente se le
pueda hacer responsable de los delitos de sus subordinados si no los evita
pudiendo hacerlo, dado que se halla en posición de garante ésta deriva
de haber asumido un ámbito de competencia de cuya organización
interna debe responder incluso si es un subordinado quien dentro de él
ejecuta el delito. Tendrá que disponer, en este último caso, de datos
suficientes para saber que la conducta de sus subordinados -en este caso
del jefe del área ambiental-, ejecutada en el ámbito de sus funciones es
delictiva y ésta se encuentra en el marco de su poder de dirección
[ROBLES PLANAS, RICARDO: Imputación del delito económico a personas
físicas (I) Tipo objetivo. En: AA.VV: Lecciones de Derecho penal
económico y de la empresa, Ediciones Atelier, Barcelona, 2020, pp. 130-
133].
Casacion 455-2017-pasco
1.4. Al respecto, debe indicarse que, conforme se desprende del artículo
trescientos cuatro del Código Penal, el sujeto activo de este delito puede
ser cualquier persona, es decir, la autoría no requiere cualidad especial
alguna en el agente, pues se trata de un delito común.
1.5. Empero, de un análisis más exhaustivo de la norma penal, se advierte
que la comisión de este delito está contextualizada para los supuestos en
los que la contaminación es causada por empresas cuyo campo de
acción se encuentra vinculado directamente con el del medioambiente
-para el presente caso, las compañías mineras-.
1.6. En lo que respecta al supuesto típico de "causar o posibilidad de
causar un perjuicio, alteración o daño grave al ambiente o sus
componentes", las máximas de la experiencia dictan que dicho perjuicio
es generado por agentes organizados que se orientan por un fin
económico, supuesto que claramente se opone a la contaminación del
ambiente ocasionada por un agente particular.
1.7. En ese sentido, la delimitación de la autoría y la participación para
los delitos de contaminación del ambiente especialmente se circunscribe
al ámbito de las personas jurídicas, en las que los agentes que participan
en aquellas se desempeñan conforme a una función previamente
estipulada de manera normativa, es decir, el rol que cada agente
desenvuelve dentro de dichas empresas viene exigido por el deber
asignado normativa y previamente por estas.
1.11. (…) y Herrera Távara, consideró que: i) el delito de contaminación
ambiental es un delito omisivo y por ello, conforme a los hechos descritos
en la acusación fiscal, sería atribuible a los mencionados imputados en la
medida en que no habrían intervenido para controlar dicho acto
contaminante, el cual se encontraba en el ámbito de sus dominios; y ii)
ello se refuerza aún más si por los cargos que desempeñaban tenían el
deber de evitar que se produzca el resultado prohibido.
1.12. Sin embargo, no deja de advertirse que la decisión del Ad quem no
precisó cómo no habrían intervenido -forma y modo de acusación
fáctica y su calificación normativa- los imputados para controlar el acto
contaminante, es decir, no se delimitó el nexo causal entre el rol
desempeñado por los procesados y el resultado imputado.
A modo de conclusión
El debate doctrinario sobre la tipificación de este delito, se traslada a la
practica, ya que , muchas veces se necesita las armas de los
procedimientos administrativos para poder continuar con la acción
penal.
La expansión del derecho penal, se ha dado en cierta manera en cuanto
a estos delitos, sin embargo, considero que se debe realizar mayor y mejor
capacitación para las FEMAS, a fin que se pueda lograr mejores
resultados.

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