Ingredientes:
400 gramos de harina de trigo (preferiblemente harina de fuerza o tipo 00)
200 ml de agua tibia
2 cucharadas de aceite de oliva
15 gramos de levadura fresca o 7 gramos de levadura seca
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azúcar (opcional, para ayudar a la levadura)
Preparación:
1. Activar la levadura: En un recipiente pequeño, mezcla el agua tibia con el azúcar
(si lo usas) y la levadura. Deja reposar durante unos 10 minutos, hasta que se forme
una espuma en la superficie. Si usas levadura seca, puedes saltarte este paso y
mezclarla directamente con la harina.
2. Mezclar los ingredientes: En un bol grande, mezcla la harina y la sal. Haz un
hueco en el centro y vierte la mezcla de levadura, el aceite de oliva y el agua
restante.
3. Amasar: Mezcla los ingredientes con una cuchara de madera hasta que se integren.
Luego, pasa la masa a una superficie enharinada y amasa durante unos 10 minutos,
hasta que quede suave y elástica. Si la masa está muy pegajosa, añade un poco más
de harina.
4. Primera fermentación: Forma una bola con la masa y colócala en un bol
ligeramente engrasado. Cubre el bol con un paño húmedo y deja reposar en un lugar
cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que la masa haya doblado su
tamaño.
5. Segunda fermentación (opcional): Una vez que la masa haya levado, puedes
dividirla en porciones más pequeñas (para pizzas individuales) y darles forma.
Colócalas en una bandeja de horno enharinada, cúbrelas con un paño y deja reposar
durante otros 30 minutos.
6. Hornear: Precalienta el horno a 220-250°C. Hornea la pizza durante 10-15
minutos, o hasta que la masa esté dorada y crujiente.
Consejos:
Si no tienes levadura fresca, puedes usar levadura seca. La proporción es de 1
gramo de levadura seca por cada 3 gramos de levadura fresca.
Puedes añadir hierbas aromáticas (orégano, albahaca, etc.) a la masa para darle más
sabor.
Para una masa más crujiente, precalienta una piedra para pizza en el horno.