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La Conjetura de Collatz. Viaje Hacia Un Bucle Dialéctico

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La conjetura de Collatz.

Viaje
hacia un bucle dialéctico
Por David García Colín Carrillo enero 28, 2024 Tiempo de lectura: 14 mins read 0 AA

La conjetura de Collatz es un interesante enigma matemático que ha desafiado


cualquier solución durante décadas y que esconde asombrosos patrones
fractales con implicaciones dialécticas entre comportamientos azarosos y
deterministas. El comportamiento de estos números tiene vinculación con la
teoría del caos -que estudia la vinculación entre el orden y fenómenos
aparentemente aleatorios- y otra teoría de la física, la teoría ergódica, que
estudia el comportamiento promedio de fenómenos dinámicos que inicialmente
parecen tener un comportamiento aleatorio pero terminan, a largo plazo, en un
comportamiento previamente experimentado y determinado.

El problema consiste en elegir cualquier número natural y aplicar de forma


reiterada la siguiente operación: “si se toma un número par, este es dividido
entre dos; si el número es impar, este es multiplicado por tres y se le agrega 1
al resultado. Este proceso se realiza, de forma iterada, con los números
obtenidos tras cada paso” [1] .La conjetura establece que sin importar el número
natural por el que se comience el resultado final será siempre 1. “De hecho,
tras llegar a 1 este al iterarlo se convierte en 4, luego a 2 y nuevamente llegará
a 1, estableciéndose un bucle”[2]. 4,2,1 se repite en un circuito infinito.

Por ejemplo, empezando por 9, encontramos como resultado de las iteraciones


la siguiente serie: 28, 14, 7, 22, 11, 34, 17, 52, 26, 13, 40, 20, 10, 5, 16, 8, 4, 2,
1. “La conjetura de Collatz presenta un comportamiento caótico, no es posible
determinar si la cantidad de pasos necesarios para que el número llegue a 1
obedece a si el número es grande o pequeño” [3]. Vimos que para el número 9
se requieren 19 iteraciones para llegar al 1 y comenzar el bucle infinito; para el
27 se requieren 111 pasos, mientras que para el 8192 se requieren apenas 13
iteraciones. O sea que la conjetura de Collatz combina los siguientes
elementos: la aleatoriedad en el comportamiento de los primeros números que
aparecen en las iteraciones, la determinación absoluta que implica que todos
terminan en 1, y la existencia de un círculo infinito de 4,2,1 si seguimos la
iteración a partir del final; aleatoriedad, determinación y un ciclo cerrado.

La Conjetura de Collatz es un problema que cualquier persona con


conocimientos elementales de aritmética puede entender, pero que, en
contraste con su prístina sencillez, no es claro si existe demostración posible o
no. Fue compuesto por el matemático alemán Lothar Collatz en 1932 y circuló
por primera vez entre sus colegas en 1950. Asombroso que a más de cinco
décadas de ser enunciada, no pueda demostrarse la conjetura de una simple
operación aritmética.

Se trata de “una conjetura, una de esas pesadillas que atormenta el


entendimiento de los matemáticos, que perturba la conciencia y no permite
dormir” [4]. “¿Por qué se trata de un problema tan difícil a pesar de que es muy
fácil de enunciar? […] Por un lado, los iterados tienen un comportamiento
«pseudoaleatorio», es decir, aunque estén perfectamente definidos, parecen
comportarse aleatoriamente”[5]. En el 2020 las supercomputadoras demostraron
que la conjetura es válida para todas las secuencias de números menores a 2
elevado a la 68 -hablamos de más de 295 trillones-. Un número increíblemente
grande pero que está lejos de ser una demostración para la cantidad infinita de
números naturales.

En los pasillos de las universidades se decía que dicho problema no era más
que un complot urdido por los soviéticos para entretener a los matemáticos
americanos en tareas inútiles. el matemático Alex Kontorovich afirmó que
«entre los matemáticos profesionales, la conjetura de Collatz no es famosa,
sino infame. Si alguien admite en público que está trabajando en ella, eso
significa que algo malo pasa con ese matemático»[6]. Por su parte, el
matemático Paul Erdös afirmó al respecto: «las matemáticas, a día de hoy, no
están lo suficientemente maduras para tales preguntas»[7]. El desafío es tal
que existe un premio de 1.085.000 dólares- el monto más alto por un problema
matemático no resuelto- a quien logre alguna demostración.

Pero grandes revoluciones en el pensamiento científico han partido de


“excentricidades” que contradecían el “sentido común” dominante, de
aparentes “monstruosidades” que desafiaban los dogmas establecidos. Los
números irracionales -por ejemplo- trastornaron la mente cerrada de los viejos
pitagóricos quienes intentaron ocultar su existencia, las estructuras fractales
parecían meras curiosidades hasta mostrarse como una forma fundamental de
la naturaleza -mucho más presentes que las rígidas figuras geométricas
euclideanas- y hasta el descubrimiento de que el espacio se dobla de partió del
estudio de la órbita excéntrica de mercurio.

No necesariamente la conjetura de Collatz contiene el germen de


descubrimientos revolucionarios como esos. Por el momento los “números
granizo” -que resultan de la conjetura, como veremos más adelante- se utilizan
en programas para generar música y en el desarrollo de software que
profundizan en patrones estadísticos, mismos programas que tienen el
potencial de utilizarse en otros campos. Collatz mismo era un defensor de que
las matemáticas deben aplicarse al mundo real. Pero por más que para
muchos este problema sea sinónimo de una tarea inútil y sin objetivo alguno,
esconde patrones muy interesantes que demuestran orden debajo del caos y la
aleatoriedad. Al menos desde un punto de vista filosófico muestran la
vinculación entre el azar y la necesidad, de patrones que se ocultan debajo de
la superficie, incluso de patrones fractales de una infinita complejidad. Si bien
hasta el momento no se ha podido encontrar ningún patrón que resuelva si es
verdadera o no.

Bucles de diferente tipo y el infinito

La conjetura implica, de cierta manera, la unidad entre lo aleatorio y la


determinación más cerrada y absoluta. Pero podría objetarse que a pesar de
su aleatoriedad, finalmente el proceso termina en un bucle cerrado. Un bucle
es lo contrario a un movimiento dialéctico que implica un proceso abierto y
progresivo, una espiral. Más bien estaríamos ante un ejemplo del “eterno
retorno de lo mismo”, una imagen estoica que impresionó poéticamente a
Nietzsche. Pero la dialéctica es siempre concreta y se manifiesta de manera
determinada en cada nivel de la realidad y través de un proceso contradictorio
en sí mismo. El pensamiento dialéctico no impone nada a los procesos, sino
que, al contrario, éstos tienden a reforzar la idea de movimiento y desarrollo
contradictorio, de forma en sí misma contradictoria. Para aterrizar esto veremos
que nuevos patrones pueden emerger si cambiamos cuantitativamente la
fórmula.

La conjetura sería parte integrante de una serie de fórmulas del mismo tipo que
contienen comportamientos diferentes. Así, los bucles serían parte integrante
de una serie de patrones más variados y complejos que los contienen, tanto
como a series que se disparan al infinito. El comportamiento dialéctico es
mucho más claro considerando al fenómeno desde una escala precisa. Por
ejemplo: la conjetura 3n+1 termina siempre, o eso parece, en el ciclo 4,2,1.
Pero si como “n” tomamos enteros negativos y aplicamos las mismas reglas (si
es par lo dividimos entre 2 y si es impar aplicamos 3n+1), entonces se
producen ciclos diferentes que termina y comienza siempre con el número con
el que se inicia la operación. Ya no tenemos un movimiento aleatorio que
termina en un bucle, sino directamente un bucle que comienza y termina por el
mismo punto. Heráclito había señalado que “el principio y el fin de la
circunferencia es el mismo”. Esto significa que un cambio cuantitativo puede
generar un ciclo cualitativamente diferente. Por ejemplo con -17:
[8]

¿Pero ante este tipo de iteraciones con encontramos siempre ante bucles?.
Parece que no siempre. Una fórmula del mismo tipo que la de Collatz pero
ahora 5n+1 resulta, por ejemplo, para el número 1 en un ciclo de 5 números
que comienza y termina por el 1 -o sea un círculo cerrado-, pero con el 7 los
números se disparan aparentemente de forma indefinida, hasta el infinito. O
por lo menos eso parece. Parece ser que estamos ante una trayectoria no
acotada, que se dispara sin fin para ciertos números. Aunque tampoco existe
manera de probar, hasta ahora, que para esos números que divergen y se
disparan al infinito, no existe -a su vez- algún punto -por grande que sea-
donde decaigan.

Con estos elementos se podría especular que la fórmula de Collatz forma parte
de una serie formulas del mismo tipo, algunas de las cuales resultan en ciclos
acotados: ya sea que comiencen por series aleatorias que terminan por decaer
hasta un pequeño bucle, otras fórmulas que impliquen círculos desde un
comienzo, o en fórmulas que incluyan números que se disparan sin fin. La
diferencia entre esas fórmulas de una misma clase es simplemente
cuantitativa, es decir, que esos pequeños cambios resultan en procesos
cualitativamente distintos: bucles diferentes, unidos o no a series inicialmente
aleatorias, y en procesos sin fin. Pero por ahora no hay manera de probar que
en cada una de esas iteraciones no existan o no trayectorias divergentes.
Patrones y leyes subyacentes

Y parece ser que cada fórmula contiene, a su vez, patrones subyacentes. Por
lo menos es así con la fórmula clásica 3n+1. Nos encontramos con nuevos
patrones implícitos si consideramos a una gran cantidad de números y lo
sometemos a la misma operación. Incluso dentro de un proceso que termina en
un bucle cerrado, si observamos desde una perspectiva adecuada, los
procesos dialécticos emergen.

Encontramos patrones en la forma en que los números rebotan en la gráfica


antes de llegar al uno. Vimos, por ejemplo, que el número 27 rebota 111 veces
antes de llegar al ciclo 4,2,1; el resultado más alto que alcanza en esas 111
veces es el 9232. Si fuera en metros hablaríamos de que el 27 parte de 27
metros para llegar más alto que el monte Everest. Al 26, en contraste, apenas
le toma 10 pasos llegar al 1 y su altura máxima es de apenas 40. Por la forma
en que los números rebotan rebotan antes de caer al suelo -como el granizo
que rebota en una nube antes de caer de forma definitiva- son conocidos como
“números granizo”. Resulta sorprendente que a partir de un comportamiento
desordenado y caótico surja, en un momento dado, un comportamiento
perfectamente predeterminado. Debido a este comportamiento se ha
relacionado a la conjetura de Collatz con la teoría del caos, pues ésta estudia
fenómenos en donde los cambios cuantitativos en un comportamiento caótico -
como una tormenta tropical- generan estructuras organizadas -como un
huracán- en un punto determinado. Vemos aquí una serie de puntos críticos en
los cuales el comportamiento caótico de los números encuentra un pico (una
cota), luego los números comienzan a decaer, hasta que -al parecer-
indefectiblemente terminan en uno, o mejor dicho, en un pequeño bucle.

El comportamiento aleatorio de estos números es similar a la gráfica del


mercado de valores, pues ambos movimientos son ejemplo del movimiento
geométrico browniano, patrón que dibuja un fractal infinitamente quebrado,
aunque en el primer caso lleve una tendencia descendente. Marx, por su parte,
descubrió que debajo del comportamiento aleatorio y anárquico del mercado
existen leyes deterministas que explican su comportamiento y crisis.
[9]

De hecho, a medida que obtenemos un mayor número de secuencias aparecen


más patrones deterministas. Por ejemplo, aparecen regularidades estadísticas
en la frecuencia en que aparecen, en el primer dígito de las secuencias de
números en cada iteración, los números del 1 al 9. Resulta que si se
representa la frecuencia de estos números en un histograma, para el primer
millón de millones de secuencias aparece un patrón estable: el 30% de la
secuencias comienzan con 1, el 17.5% comienzan por 2, el 13% con
3,etcétera; de acuerdo a la siguiente tabla:
[10]

Este patrón de distribución obedece a la ley de Benford, y se utiliza para


descubrir fraudes, pues si un comportamiento aparentemente aleatorio -por
ejemplo el comportamiento de los votos de una elección- no obedece a esta
ley, es muy probable que exista manipulación. Este patrón estadístico lo
encontramos en gran cantidad de fenómenos: en la dinámica de las
poblaciones, las cotizaciones de la bolsa, en las constantes físicas y en la
sucesión de Fibonacci[11] .La leyes de probabilidad se imponen de una forma
particular a través de la aleatoriedad y el accidente. Ya decía Hegel que la
necesidad hace uso del accidente, las leyes que rigen la realidad se
manifiestan por una serie de casualidades.

Si graficamos para cada número natural -por ejemplo del 1 hasta el 9999- el
número de iteraciones que requiere para decaer hasta el 1 obtenemos una
imagen que tiende a mostrar un peculiar patrón entretejido:
Mismo patrón que aumenta en densidad a medida en que se incrementan los
números graficados, por ejemplo del 1 al 10 millones:

Fractales ocultos

Otro patrón interesante resulta si graficamos la forma en que diversos números


naturales confluyen todos hacia el bucle 4,2,1; resulta esto en una gráfica de
árbol direccionada. Hasta ahora no se ha encontrado ningún número que esté
desconectado de ese gran árbol, es decir, ningún número natural que al
aplicarle la operación de Collatz no termine en 1. Como vimos, las
supercomputadoras han comprobado que la conjetura de Collatz es válida al
menos para una cifra de más de 295 trillones.

La direccionalidad que parecen tener los números naturales hacia el bucle


4,2,1 recuerda la atracción gravitacional que ejerce un agujero negro
supermasivo a cuya fuerza ni siquiera la luz puede escapar “pues cualquiera
sea el número del cual se parta, conduce siempre al mismo resultado, es decir,
ningún número puede escapar del vórtice final de la sucesión de Collatz”[12]. La
gráfica direccionada de la que hemos hablado puede representarse en forma
de vórtice (en la imagen vemos la representación de los números del 1 al 10
0009). ¿Existirá algún número superior al 2 elevado a la 68 que no confluya, ya
sea porque -por alguna razón- se dispara al infinito o porque termina en un
bucle diferente a 4,2,1? Hasta la fecha no se ha encontrado algún
contraejemplo que refute la conjetura.
[13]

El matemático Terence Tao, de la universidad de California, es quien


probablemente se ha acercado a la confirmación de la conjetura. Con estudios
de probabilidad, publicados en el 2019, demostró que la conjetura es válida
para “casi todo número”, aunque tampoco nadie ha encontrado nunca alguna
excepción. O sea que la conjetura parece ser “casi cierta”. Tao escribe:
“estamos ante una situación en donde parece haber una gran brecha entre
«casi todos» y «todos» los resultados»”[14]. Aparentemente toda ley tiene sus
excepciones pero no sabemos si la conjetura de Collatz es una excepción a la
excepción, si existe algún número extraordinario que no confluya, alguna
trayectoria excepcional, algún ciclo excéntrico que no termine en 4,2,1. ¿Qué
implicaciones matemáticas tendrían la existencia de esos números?
Recordemos que la función 5n+1 sí muestra números que divergen hasta el
infinito; por otra parte, la conjetura de Poyla parecía ser válida desde que fue
enunciada en 1919 y no fue sino hasta 1958 que se encontró un contraejemplo
que mostró su falsedad. Pero la conjetura de Collatz parece ser mucho más
escurridiza.

Podemos encontrar más patrones si a este árbol le asignamos un cierto grado


de inclinación diferente a los números pares o impares, el resultado es un
asombroso patrón fractal que crece a medida que añadimos más números, y
que asemeja al crecimiento orgánico de algas y corales. ¡Infinitos filamentos y
ramas ocultos en una simple operación!

[15]

Desde un punto de vista matemático los fractales se generan por un proceso


de iteración, es decir, por la repetición continua de la misma operación a los
resultados, una y otra vez; justo el tipo de operaciones implícitas en la
conjetura de Collatz. Uno de los fractales más asombrosos y conocidos es el
fractal de Mandelbrot. Es una imagen autosimilar (como todo fractal) cuya
peculiaridad está en que no es un fractal lineal -que repita simplemente la
misma estructura- sino que además de repetir la estructura principal, incluye
infinitos patrones en diferentes niveles. Hemos explicado en otros artículos que
este tipo de fractales constituyen una expresión gráfica de la ley dialéctica de la
“negación de la negación”[16] -además de la unidad de contrarios que implica lo
finito e infinito- que, en pocas palabras, establece que en todo proceso las
etapas que la componen niegan a las anteriores, las superan, pero
conservándolas al mismo tiempo. Un fractal parecido al de Mandelbrot aparece
en la conjetura de Collatz si, bajo ciertas condiciones, la graficamos en el plano
complejo -es decir, incluyendo números complejos-: “Es decir, calculamos la
órbita de cada número complejo bajo la función y representamos de negro los
puntos cuya órbita sea convergente. Nos queda la siguiente representación,
denominada fractal de Collatz:”[17] Asignando colores y observando a escala,
nos encontramos con un universo infinito:

[18]

“Pero, ¿es un fractal en el sentido del conjunto de Mandelbrot? Pues eso


parece. Analizando la imagen anterior vemos que tiene ciertas similitudes al
fractal de Mandelbrot, pero además si hacemos zoom en varias partes
(principalmente en las cercanas al borde del conjunto)
encontraremos autosimilitud como se encuentra en el conjunto. Por ejemplo,
aquí tenemos una imagen después de hacer zoom cerca del borde del conjunto
central”[19] “este fractal de Collatz, como la mayoría de los fractales de su tipo,
es un mundo donde a cada paso nos encontramos con algo nuevo a la vez que
conocido”[20].
Una metáfora dialéctica del universo

Los fractales no lineales son una expresión gráfica de la infinita complejidad del
universo mismo. Hablamos de un conjunto que contiene infinitos patrones a
diferentes niveles, cada uno de los cuales es nuevo pero contiene y repite, de
cierta forma, patrones de niveles aparentemente dejados atrás; en lo micro
aparecen patrones que existen en la totalidad y a la inversa. El universo parece
ser así: super cúmulos de galaxias, galaxias, sistemas planetarios, planetas,
continentes, cuerpos diversos, moléculas, átomos, partículas subatómicas…
cada nivel tiene sus propios patrones y leyes pero, de cierta forma, los
elementos -por poner un ejemplo- parecen repetir la estructura de un sistema
planetario y ser inagotables en sí mismos, pues hasta la fecha cada partícula
supuestamente elemental ha demostrado descomponerse en otras partículas
más evanescentes, en un proceso sin fin a la vista. El universo en sí mismo se
ha mostrado, sucesivamente, como un conjunto infinito, inagotable y
profundamente dialéctico.

En conclusión, la conjetura de Collatz esconde asombrosos patrones


dialécticos. Su comportamiento es un ejemplo más de la forma concreta y
determinada en que se manifiestan las leyes más generales del materialismo
dialéctico en diversos campos, en este caso, las matemáticas. Así mismo,
como sostuvo Hegel, la primera ley de la dialéctica es que la verdad es siempre
concreta o una síntesis de múltiples determinaciones: el movimiento dialéctico
se manifiesta de forma concreta en diferentes niveles en que existe la realidad:
la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. No basta con enunciar las tres
leyes de la dialéctica a la manera de los viejos manuales soviéticos -que
convirtieron al materialismo dialéctico en una serie de ideas abstractas sin vida-
sino mostrar esas leyes en sus manifestaciones concretas y a partir del avance
de la ciencia misma, de tal forma que el pensamiento dialéctico se demuestre
como un instrumento necesario para interpretar la realidad e intervenir en
ella [21].

[1]: “Sobre la conjetura de collatz monografía de trabajo de grado para optar


por el título de matemático proyecto curricular de matemáticas” Ana María
Guauque Pardo, Bogotá, Octubre de 2021.

[2]: Ibid.

[3]: Ibid.

[4]: Ibid.

[5]:Alejandro Gil AsensI, “La Conjetura de Collatz”, en:


file:///Users/macair/Downloads/2022-p65.pdf, p.79.

[6]: Citado en: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2022-10-


11/conjetura-de-collatz-problema insolucionable_3502484/

[7]: Ibid.

[8]: https://images.math.cnrs.fr/El-problema-3n-1-elemental-pero-temible-I.html?
lang=fr

[9]: Gráfica de Collatz para el número 27.


[10]: Imagen tomada de: https://es.quora.com/Cu%C3%A1les-son-algunos-
hechos-matem%C3%A1ticos-sorprendentes

[11]: Datos tomados de: https://www.youtube.com/watch?v=q_dvxXc7d2Y

[12]: https://steemit.com/stem-espanol/@hugobohor/un-agujero-negro-
matematico-si-la-conjetura-de-collatz-o-conjetura-3n-1

[13]: Ibid.

[14]: Citado en: https://www.unocero.com/ciencia/conjetura-collatz-terence-tao/

[15]: https://www.technologyreview.es/s/13526/estan-los-ordenadores-listos-
para-resolver-este-problema-matematico

[16]: https://www.marxist.com/dialectica-en-caos-fracgtales-y-razon.htm

[17]: https://www.gaussianos.com/la-representacion-fractal-de-la-conjetura-de-
collatz/

[18]: Ibid.

[19]: Ibid.

[20]: Ibid.

[21]: https://www.gaussianos.com/la-representacion-fractal-de-la-conjetura-de-
collatz/

Temas: Ciencia Dialéctica Filosofía marxista Fractales

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