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Holocausto

y dibujos:
la
caricatura
como
resistencia

Kurt Herdan. 2015, fotografia (detalhe).

Gonzalo Leiva Quijada


Doutor em História e Civilização pela École des Hautes Études en Sciences Sociales
(Ehess) de Paris/França. Professor do Instituto de Estética da Pontificia Universidad
Católica de Chile (PUC-Chile), de Santiago. Autor, entre outros livros, de Multitudes en
sombras: la AFI. Santiago de Chile: Ocho Libros/Ograma, 2008. [email protected]
Holocausto y dibujos: la caricatura como resistencia
Holocaust and drawings: the cartoon as resistance

Gonzalo Leiva Quijada

resumen abstract
El articulo establece una relación The article establishes a link between the
entre la memoria del dibujo y los memory of the drawing and the historical
acontecimientos históricos del ho- events of the holocaust. This relationship
locausto, ejemplificado en la figura is exemplified in the figure of the artista
del artista Kurt Herdan, u vida, sus Kurt Herdan, his biography, his motives
motivos y su imaginario del dibujo and the concepts in his drawings and co-
y la caricatura. En todos ellos, hay mics. In all of them, we encounter traces
trazas de una memoria que establece of a memory that construct san artistic
una resistencia artística frente a los resistance against the ravages of power.
embates del poder.
palabras clave: holocausto; caricatu- keywords: holocaust; caricature; resis-
ra; resistencia. tance.


El arte como experiencia es a menudo un frente de denuncia y de
resistencia frente a situaciones históricas vivenciadas. Los creadores con
su sensibilidad realizan una labor de enfrentarse, cuando no directa-
mente, por medio de sus expresiones.1 Al respecto, tenemos numerosos
ejemplos de cómo los artistas desafiaron a cuenta de su propia vida los
efectos del trauma histórico vivenciado por millones de persona tras
1
Ver DIDI-HUBERMAN, Geor-
la imposición de la ideología Nacional Socialista en Alemania y del
ges. Imagen, malgré tout. Paris: estalinismo en la URSS.2
Editions du Minuit, 2003, y En este artículo revisaremos el trabajo de un sobreviviente de la
idem, Imágenes pese a todo: me-
moria visual de holocausto. Shoah en su Austria natal, pero también del estalinismo comunista en su
Barcelona: Paidós, 2011. Rumania de adopción, tras estos duros momentos históricos personales
2
Ver CORNELSEN, Elcio, y familiares se avecindó en Chile. La vida de Kurt Herdan se unió a nu-
AMORIN, Elisa e SELLIG- merosos compatriotas disidentes y judíos que fueron sobrevivientes de
MANN-SILVA, Marcio (orgs.).
Imagem e memória. Belo Hori- este espanto, muchos artistas vivieron la turbación de los campos concen-
zonte: Editora UFMG, 2012. tracionales, no pocos fueron masacrados en los campos de exterminios,
3
Ver LEIVA QUIJADA, Gonza- es decir la fuerza del padecimiento traumático del Holocausto.3 Algunos
lo, SHATS, Samuel, GLEISNER,
artistas, resistieron con escasos materiales dejando testimonio de su dolor
Daniel y LARREA, Vicente. Tes-
timonios Kurt Herdan. Santiago: y el de sus camaradas.4 En consideración a sus circunstancias de sujetos a
Testimonio, 2018. la deriva, náufragos en el tiempo, sin pasado aparente, sus bosquejos cons-
4
Ver BLANCHOT, Maurice. tituyen obras frágiles, recogidas en algunos dibujos, pinturas, partituras,
L’écriture du desastre. Paris:
Gallimard, 1980.
fotografías, etc. todos son parte de una memoriabilia ética insoslayable en
nuestra contemporaneidad: hubo resistencia cultural a la bestialidad desde
5
Ver LYOTARD, Jean-François.
Les inmateriaux. Paris: Centro la insistencia creativa.5
Georges Pompidou, 1979.

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El testimonio artístico del holocausto: algunas ejemplificaciones

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El testimonio visual de estos campos de concentración tiene variadas
escenas trazadas en bosquejos.6 Entre ellas, los dibujos de Joseph Richter,
quién realiza 18 esbozos expresionistas descriptivos recogidas del campo
de exterminio de Sobibor. Cuerpos crispados, rostros angustiados, una
delicada traza artística en estos lugares de tanta carga dramática mortuoria.
Por otro lado, tenemos los 100 bocetos en pedazos de telas del campo de
concentración de Dachau realizado por el pintor serbio Zoran Music. El
autor usando su propia sangre y lápices primarios, dibujaba con la intención
de decirle al mundo: “no somos los últimos”, ampliando el cuestionamiento
de la conciencia sensible ante la barbarie.
Por su parte, debemos reconocer el testimonio en dibujos realizado
por Adolf Feder, quién realiza croquis del campo de internación en Drancy.
Las instalaciones que el proyecta en sus esquicios son parte del paisaje
circundante, nada hace proveer el sitio de turbación en que se constituyó.
En efecto, desde Drancy, cerca de París, los judíos franceses allí detenidos
eran enviados a campos de concentración y de exterminio. Podemos hoy
saber que, desde junio de 1942 a julio de 1944, 64 transportes ferroviarios
con 64.700 judíos franceses, polacos y alemanes partieron de este lugar.
Así también, son testimoniales los dibujos de Lázaro Bertrand en el
campo de concentración de Neuegamme cerca de Hamburgo realizados en
1944. Sus dibujos presentan vistas generales e interiores de los pabellones
de prisioneros. Muestra los trabajos realizados por los prisioneros exigi-
dos en extremas condiciones de temperatura y precaria nutrición. Otras
personas con formación en Bellas Artes realizan dibujos como es el caso
de Eliane Jeannin-Garreau, o bien Jeanette L´Herminier ambas internadas
en el campo de mujeres de Ravensbrück.7 Mientras que la primera explora
el naturalismo de las expresiones de las internadas, la segunda configura
cuerpos sin rostros. Con eficacia simbólica del mismo campo están los
trabajos de Violette Rougier-Lecoq quién logra sacar tras su liberación en
1945, sus bocetos que después publica con 36 dibujos a pluma. En este
trabajo podemos observar con fina ironía y mucha descripción el sistema
impuesto, con las duras condiciones de vida y trabajo. Además, logra con
finos dibujos demostrar acciones de compañerismo y solidaridad entre
las internadas.
En el campo de concentración de Dachau, que fue el primero en
instalarse dentro de la red concentracional organizada por el Nacismo,
ubicado cerca de Munich, el Compagnon Gaston Quitaud realiza retratos
de miradas muy tristes de sus compañeros. El mismo método de dibujo
de perfil es el que concentra la atención de la representación realizado por
France Andoul con un retrato de Simone Saint Clair ya en 1944. En ambos
casos sus dibujos tienen la intención de testimoniar la identificación de 6
Ver MANDELBAUM, Henryk.
Vengo del crematorio de Aus-
algunos de sus camaradas, en particular en esos lugares donde se perdía
chwitz. Cracovia: Museo Estatal
la identidad. de Auschwitz-Birkenau, 2013.
Un caso excepcional constituye el trabajo realizado por Rene Baumier 7
Ver HELM, Sarah. Ravens-
quién dibuja en cuadrados rectangulares de pequeños formatos a 39 com- brück: life and death in Hitler’s
concentration camp for wo-
pañeros del campo de concentración de Stricken y Bergen Belsen. Todos men. New York: Bantam Dell,
rostros de perfil con sus marcas concentracionarias en gorros y ropas. Pero, 1990, y JEANNIN-GARREAU,
además, presenta en dibujos las escenas de la vida del campo, los convoyes Eliane. Les cris de la mémoi-
re: Ravensbrück-Holleischen,
hacia la muerte de los campos de exterminio y la crudeza de un lugar que 1943-1945. Paris: E. Jeannin-
no contaba con remedios básicos y por lo mismo los enviados morían al -Garreau, 1994.

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8
Ver DIDI-HUBERMAN, Ge- poco tiempo. En estos dibujos conmovedores, la muerte aparece de una
orges. La emoción no dice
“yo”: diez fragmentos sobre manera directa y explícita. Estos campos en particular reunieron la mayor
la libertad estética. In: DIDI- cantidad de judíos y en este sentido hasta su funcionamiento se aplicó de
-HUBERMAN, Georges et al.
manera implacable la aniquilación de los prisioneros a través del agobio,
Alfredo Jaar: la política de las
imágenes. Santiago: Metales la enfermedad o el hambre.
Pesados, 2008. Muchos de estos croquis dibujados en que me he detenido fueron
9
BUBER, Martin. Acerca de la realizados en condiciones y con medios precarios, por lo mismo su des-
idea nacional: sionismo y uni-
versalidad. 2. ed. Buenos Aires:
tacado valor como arte de resistencia ante la intolerancia, el arte fue un
Departamento de Cultura da motor de esperanza y de creación incluso en medio de este universo de
Amia, 1978, p. 8. vulnerabilidad y humillaciones institucionalizadas.8
10
Ver HIRSH, Marianne. Family
frames: photography, narrative,
and postmemory. Boston: Har-
La microhistoria del dibujante Kurt Herdan
vard University Press, 1997,
y BRAUNSTEIN, Néstor. La Con el corazón en el tiempo, la producción de Kurt Herdan no fue
memoria del uno y la memoria
del otro: inconsciente e historia. realizada en los campos de concentración fue realizada tiempo después
México: Siglo XXI, 2012. a partir de su experiencia vivencial. Su dibujo fue indagando desde un
trazo sintético a una caricatura más compleja, que se propone como diario
personal, bajo notas de una actividad recubierta de mantos de tradición y
que va develando en sus dibujos diversos ejercicios expurgatorios de sus
propios fantasmas, del ángel de la historia de Walter Benjamin.
Al respecto, debemos reconocer que los orígenes de Kurt Herdan
están anclados a la comunidad judía de Viena. En medio de arrullos del
alemán como lengua ambiental, en el barrio de Leopoldstadt, un espacio
inmenso que se extiende a través del extremo noroeste de la ciudad, se
festeja el nacimiento de Kurt Lucían Herdan Soefer un 29 de diciembre de
1923. Su alegre y adusto padre se llamaba Carl Ludwig, durante muchos
años fue funcionario estatal y su madre Augusta Soefer, quién se dedicaba
a las labores de la casa y al cuidado de los hijos; pues ya había nacido Rita
Lily, la hermana mayor solo 18 meses antes que Kurt.
Eran momentos inciertos políticamente junto con una ebullición
cultural renovadora. A las marcas en arquitectura, muebles, editoriales
que había establecido el movimiento modernista Jugendstil se ampliaron
los limites creativos hacia una sensibilidad urbana establecida por músi-
cos, escritores y filósofos que hicieron del Café un espacio de tertulia y de
discusión. El café Landtmann, por ejemplo, estará fuertemente ligado al
padre del psicoanálisis, el austriaco Sigmund Freud y al compositor Richard
Strauss. Entre la música y la inminente psicología; además sobresalía la
filosofía de Wittgenstein enunciando los no límites del juicio equilibrado
entre la producción artística y el pensamiento crítico. Es en este universo
de aperturas culturales que conformaron un ideario humanista donde se
fueron nutriendo los primeros años de Kurt Herdan.
Las familias judías enraizaban sus sentimientos a las lenguas com-
partidas y también, a lo que el filósofo vienes Martin Buber, denominará
el “nacionalismo de la sangre”9 que le daban sus tradiciones ancestrales
acogiendo con verdadero deleite estas nuevas aventuras del pensamiento
con una cohesión que unía trasversalmente a una multiplicidad de familias
de estratos y condiciones diferentes.10
Sin embargo, por razones de trabajo gubernamental, la familia Her-
dan Soefer fue enviada a Chernivtsi, ciudad que originalmente había per-
tenecido al Imperio austrohúngaro y que pasaba a Rumania. Su padre era
el funcionario estatal que debía preocuparse de entregar oficinas y sanear
todos los asuntos legales que esta nueva situación de fronteras definía. Aho-

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ra bien, la ciudad de Chernivtsi era sin duda uno de los centros culturales

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del oeste de Ucrania, denominada “pequeña Viena” que se caracterizaba
por tener un 25% de población judía. Es en esta ciudad, capital del otrora
ducado de Bucovina, donde ocurre un vuelco fundamental en la vida fa-
miliar que viene acontecida con la invasión rusa del 28 de junio de 1940.
En efecto, la desgracia histórica había sido el Pacto Ribbentrop-
-Mólotov, secreto acuerdo de no agresión establecido entre los líderes del
eje. Stalin había pactado con Hitler y la compensación era la anexión de
zonas territoriales en Polonia y los países bálticos. En junio de 1940 agregó
las zonas de Bukovina y Besarabia en la actual Ucrania. En los nuevos
territorios, los judíos pasaron a ser parte del “chivo expiatorio” de estas
ordenanzas. De este modo, en agosto de 1941, el dictador rumano Ion An-
tonescu estableció un ghetto en la parte baja de la ciudad de Chernivtsi,
donde fueron hacinados cincuenta mil judíos, sufriendo tanto más bajo
los soviets que bajo los nazis. A pesar de ser funcionarios oficiales del
Gobierno de Austria, la familia Herdan Soefer fue trasladada al ghetto el
10 de octubre de 1941.
Kurt era un joven fornido y a los 18 años es separado de sus padres
y trasladado a campos de trabajo donde milagrosamente logra salvarse de
un fusilamiento. Siendo deportado posteriormente para tapar trincheras
de alemanes, prontamente se lo llevaron a una cantera de piedra al sur de
Besarabia situada entre los ríos Dniéster y el Pruth. Como Kurt era alto y
enérgico, su labor se circunscribía a quebrar la piedra con instrumentos
eléctricos hasta que le ocurrió un accidente que lo dejara sin dentadura en
la parte superior. A pesar de este hecho continúa trabajando. En este trabajo
forzado, con maltrato, raciones básicas y durmiendo en excavaciones bajo
la tierra permanece Kurt hasta el 28 de agosto 1944, sorprendentemente
recuerda la fecha con especial regocijo: fue su “primera liberación”. De su
familia en este intertanto nada supo, habían sido trasladados a la U.R.S.S.
posiblemente fue en Siberia su confinamiento por los recuerdos familiares.
Su infancia y su primera juventud quedó olvidada tras las penurias
causadas por el avance de las fuerzas de Stalin y las de Hitler, estos per-
sonajes estarán en el centro de sus dibujos pues siendo las antípodas de
las ideologías, al final se parecen por un pacto y por la crueldad: no les
importa la humanidad sino solo los principios ideológicos que se imponen
uniformemente con violencia y escarnio.
Pese a todo lo que le toca vivir, Kurt sobrevive y tras su emancipaci-
ón se traslada a Bucarest luego se fue a un internado judío. Permanece en
Bucarest hasta 1950 y estudia en la Escuela de Bellas Artes de Rumania que
se llamaba en esos tiempos: Instituto de Bellas Artes Nicolae Grigorescu.
En Rumania se sentía inestable y perseguido por los comandos soviets
que lo dejaron marcado por su maltrato y asedio constante. Kurt decide tras
estas duras experiencias que “no tiene nacionalidad y que para él solo hay
un mundo y humanidad”; mensaje contrapuesto al orgulloso nacionalismo
hitleriano y soviético. Por lo mismo, emigra y huye del comunismo y se
refugia en Israel. Es en esta nación donde posteriormente realizó estudios
de Postgrado en el taller del profesor Jacobo Eisenscheer en la Escuela de
Bellas Artes de Jerusalén. Había llegado diplomado en pintura, pero sin
duda con una formación precaria, al respecto un comentario de su profesor
de Estética en Bucarest evidenciaba los prejuicios sobre las vanguardias LEIVA QUIJADA, Gonzalo,
11

SHATS, Samuel, GLEISNER,


históricas: “en Occidente se conoce solo dos pintores, uno loco que es Daniel y LARREA, Vicente, op.
Salvador Dalí y el otro Pablo Picasso que hace mujeres con tres narices”.11 cit, p. 27.

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12
Ver HUYSSEN, Andreas. Grande fue su sorpresa al reconocer en Israel un libro del impresio-
Después de la gran división: mo-
dernismo, cultura de masas, nismo francés, le abrió asombrado un arte que se había hecho y que había
posmodernismo. Buenos Aires: sido despreciado por la imposición del “estilo realista/socialista”. Por esto,
Adriana Hidalgo, 2006.
la experiencia de investigación de postgrado le significa a Kurt no solo
13
LEIVA QUIJADA, Gonzalo; tomar contacto con sus raíces judías en Jerusalén; sino también, ampliar
SHATS, Samuel; GLEISNER,
Daniel; LARREA, Vicente, op. sus obras artísticamente a tantos lenguajes artísticos que hasta entonces
cit., p. 29. desconocía.12 Tras trabajar en el Ministerio por hecho violentos que vivenció,
14
Idem. toma la decisión de abandonar Israel y viaja a Europa, en particular Italia.

Los años chilenos de Kurt Herdan

Es en 1953 donde la Cruz Roja Internacional con la Ayuda Americana


logra contactarse con sus padres que se habían refugiado en Chile. Los
organismos internacionales le entregan un pasaje y visa para venir al país
por seis meses. Llegó al puerto de Valparaíso después de un largo peri-
plo, se trasladó a Santiago quedando sorprendido con los únicos edificios
altos que vio en la Plaza Italia. No pensó quedarse en Chile. Sin embargo,
conoció a Tótila Albert un gran artista y señor, que lo motivó para trabajar
en conjunto desde el año 1954 hasta 1968. Kurt tiene con Tótila una deuda
intelectual hasta hoy día, lo recuerda emocionadamente como una persona
culta, inteligente, sensible y admirable creador.
Por esta profunda amistad, Kurt durante catorce años fue profesor
de dibujo y pintura en la Academia de Arte Libre dirigida por el maestro
Tótila Albert donde hablaban alemán entre los profesores. En esos tiem-
pos, además entre los años 1956 hasta el año 1959, Kurt realiza diversas
escenografías para el teatro Maru que bajo la dirección de Américo Vargas
se había trasformado en la referencia de la comedia junto a su esposa Pury
Durante. Dado el fenómeno de éxito de taquilla, algunas funciones fueron
dadas en un escenario más grande como el Teatro Municipal de Santiago
de Chile. En estos mismos años su pasión por el dibujo lo lleva a ser pro-
fesor de esta asignatura en el Instituto Hebreo, donde motivó la vocación
y sensibilidad artística entre los jóvenes.
El año 1958 expone Kurt junto a un amigo Uwe Grumann en la sala
Previsión de Santiago. El crítico artístico de El Mercurio dice sobre su obra
“en los esquemas y apuntes se anotan aciertos en una caligrafía nerviosa
en la que estalla a la vez la pompa y la pulpa de unas formas plenas”.13
En Chile conoce a su esposa en el año 1960 en una exposición de pin-
turas de Kurt. Ella fue la destacada escultora Alicia Blanche Sepúlveda, de
la Universidad de Chile donde había sido alumna de Julio Antonio Vásquez
y Marta Colvin. Ella dictó clases como profesora de la escuela de Artes
Gráficas y luego en la propia escuela de Artes en su especialidad. Con voz
emocionada, Kurt recuerda que fue su encuentro fundamental en Chile,
una nueva liberación; pues fue Alicia quien le “enseña a vivir de nuevo”.
Kurt ingresa al Movimiento Forma y Espacio en los años sesenta,
cohorte del arte geométrico en Chile. En esa vertiente campean las com-
posiciones con rectas en libres tratados del cuadrado y el rectángulo. A
pesar de la aparente frialdad de la abstracción, la temprana obra pictórica
de Kurt está traspuesta de una fuerte emocionalidad: “sabes cómo son las
cosas en mi pintura: tengo que vivirla, primeramente, y luego por medio
de los recuerdos, comenzar a pintar. Así ha sido siempre. También mis
bocetos a lápiz de nada sirven si no tengo antes la idea bien fija. Lo que en
realidad tengo impregnado de mí mismo es el color”.14

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El colectivo Forma y Espacio aglutinó a artistas bien variados como

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Adolfo Berchenko, Miguel Cosgrove, Gustavo Poblete, Carmen Piamonte,
Elsa Bolívar, Gabriela Chellew, Kurt Herdan y Robinson Mora, entre otros.
Su actividad se mantuvo hasta la década de los años setenta. Este grupo
fue continuador de la “abstracción geométrica” que sustentó el Grupo de
Arte Moderno Rectángulo a partir del año 1955. Al respecto Kurt dice “Es
una importante etapa experimental en que uno se somete a un rigor y se
abandona al factor del azar”.15
Entre las aventuras intelectuales sorprendentes le correspondió a
Kurt participar en la revista Adán, tanto en el diseño de portada como el
de viñetas interiores, todo formulado con ilustraciones humorísticas. Adán
fue una revista chilena de carácter satírico, publicada por la editorial Zig-
-Zag entre 1966 y el 4 de mayo de 1967. La publicación fue fundada por
Mercedes Valdivieso con la idea de ironizar sobre el pensamiento masculino
imperante en aquella época y participan variados y destacados literatos
y artistas.
En 1968 lo eligieron para mostrar pintura chilena por el entonces
decano de Bellas Artes de la Universidad de Chile para esto le consigue la
nacionalidad chilena. Debía ya como chileno representar al país en la Bienal
de Sao Paulo, que por desgracia se postergó y ese año no se realizó. Sin
embargo, Kurt siguió mostrando con el “grupo rectángulo” en el instituto
alemán, donde el crítico señala “Herdan está intentando la integración de
volúmenes con una pila de módulos que, con buen gusto, conjugan un
motivo (es precisamente aquel del circulo dentro del cuadrado) que puede
combinarse en mil maneras”.16
En ese mismo año inicia la docencia, como ayudante de Composición
en la Escuela de Artes Aplicadas de la Facultad de Bellas Artes y, luego,
Profesor de Composición en la Escuela de Diseño de la Facultad de Ar-
quitectura y Urbanismo, ambas de la Universidad de Chile. Se destaca un
envío al salón Craw de 1974, donde la obra de Kurt se describe: “una tela
donde la razón y las tensiones plásticas del abstraccionismo geométrico se
concilian con especial armonía”. Sin duda, que su obra se había consolidado
entre las dos tensiones emocionales y racionalizante.
A Kurt le corresponde la dura misión de reorganizar como decano
la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile entre los años 1976
y el año 1981. Tras la gestión administrativa fue continuando su docen-
cia hasta el año 2006, con sus clases predilectas de composición y figura
humana. Tras su integración de lleno al movimiento cultural chileno, se
inscribe en la APECH.17 Sin embargo, un hecho le hace cambiar la visión
de la escena artística chilena. En el año 1986, la sala de exposiciones don-
de mostraba su trabajo pictórico sufre un atentado explosivo. La galería
situada en General Holley 109 en la comuna de Providencia era también
la sede de la Fundación Nacional de la Cultura. Eran 34 oleos, pasteles y
collages, exposición que el artista definió como “expresionista y ante todo
15
Idem.
auto semántica”
Tras la explosión y destrucción de la exposición, no hubo ninguna Idem.
16

llamada telefónica, ni preocupación por su vida o por su obra, se sintió 17


LEIVA QUIJADA, Gonzalo.
Historicismo fotográfico: corte
defraudado de los artistas a quienes había ayudado y formado. Su obra era y confección de la visualidad
ya reconocida pues había circulado por los principales centros expositivos modernista chilena. Artelogie,
del país desde los años sesenta. Su producción se encuentra en Museos n. 7, s./l., 2015. Disponível en
<http://journals.openedition.
y colecciones particulares de Alemania, Israel, Mónaco, España y en las org/artelogie/1129>. Acesso en
colecciones de museo chilenos. 15 jan. 2019.

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El contexto chileno del dibujo caricaturesco de Kurt Herdan

Sus dibujos son la memoria gráfica con un fino sentido del humor y
su modo comunicacional más original. La ironía un ejercicio de sobrevi-
vencia, que con el trazado de la caricatura constituye la crónica cotidiana
de una mente lúcida, reflexiva, laboriosa y con fuerte coraje. La caricatura
surgida en Italia en 1646 establecía en su sentido filológico originario su
relación con el cambio y la exageración. Con su fascinación por lo grotesco
quedará tempranamente unida al humor y también a contenidos políticos
contingentes. Este será un claro sello de la obra de Kurt, su cercanía con la
caricatura política. Al respecto, este género representacional ha contado con
connotados cultores en Chile desde el siglo XIX como Antonio Smith para
constituir en viñetas de periódicos y diarios ilustrados del nuevo siglo XX
con la figura de Pedro Subercaseaux (Lustig), Edmundo Searle (Mundo),
Julio Bozo (Moustache), entre otros.
La historieta de Herdan sigue el enunciado de Von Pilsener, el pri-
mer personaje de este género en Chile. En lo esencial no hay uso de textos,
globos u onomatopeya, solo la viñeta dibujada como un chiste visual. Su
comicidad está dada por este grado de ironía o verosimilitud sobre acon-
tecimientos contingentes o personajes del quehacer público. La diferencia
es que el dibujo de Herdan no presenta secuencias como se hacía en la
prensa inglesa o anglosajona, sino que es una sola imagen como síntesis
argumental, continuando la tradición europea.
En Chile un momento de gloria y desarrollo de este tipo de humor con
raigambre política se constituirá con el proyecto de la revista Sucesos, con su
aguda visión de la realidad nacional. Sin embargo, es con la revista Topaze
(1931-1970) donde se logra reunir a una pléyade de creadores que fueron
dando vuelta el tema gubernativo. Destacando en la cabeza argumental la
figura de Jorge Délano (Coke). Así la idea de transmitir por medio de un
dibujo un mensaje o una idea sobre una cuestión contingente determinada,
se constituyó en un ejercicio mayor en el humor gráfico donde Kurt transitó
proporcionando además informaciones aledañas de aspectos culturales,
estilísticos y sociopolíticos que le motivaban y le continúan preocupando.
En todos estos dibujos testimoniales vislumbramos una resurrección
metonímica que busca establecer series visuales, no son cuerpos reducidos
sino un vasto corpus. En general, presentan escaso o ausente texto, es decir
el mensaje está dado por la caricatura misma y la búsqueda de sentido se
transforma en un ejercicio intelectual y en una sonrisa fácil.
Desde el punto de vista creativo, sus propuestas denotan una traza
que, organizada en un micro espacio organizado por un dibujo atingente,
indica con sutileza la incubación de un malestar cultural. Cual sea el ingreso,
esta escritura del dibujo nos permite ver los grandes temas y preocupacio-
nes autobiográficas que atraviesan su producción de caricaturas. Donde el
tema político siempre vuelve a los dictadores Hitler y Stalin que afectaron
su vida y círculo familiar. Estos dos autócratas están hechos y puestos con
la misma pasta, su ideología se impone ante cualquier afán libertario.
Otras series exploran temas más creativos y en algunos pasajes hay un
denodado interés por la individualidad de los políticos chilenos actuales.
También asoman, realidades cotidianas, algunos rasgos patéticos del géne-
ro humano y todo un mundo de viñetas de cuerpo entrelazados. Su línea
es sintética con una gracia económica y directa para establecer contrastes
entre la verosimilitud de los dibujados con socorridos trazos hiperbólicos.

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La exageración es matizada por pequeños condimentos contextuales. Los

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limes del paisaje desaparecen para dejar solo la línea del representado
como un retrato plasmado.
Ahora bien, no podemos olvidar que la memoria inconformista de
Kurt Herdan involucra una vida que ha sufrido en carne propia los rigores
de la modernidad y el padecimiento en una historia convulsa. Por lo mismo,
sus dibujos no son acompasados, sino más bien inconformistas, del crítico
que desde la constelación emocional solicita coherencia, transparencia y
lucidez a los que toman el poder, a los seres anónimos. En otras palabras,
sus propuestas dejan entrever un mensaje simbólico que hay un deber ético
traspuesta en estos bosquejos, desde su sutil ironía nos interpelan a ser más
críticos y más sabios. Dado que la producción simbólica va recogiendo
fragmentos y enrostrando por medio de formas, mensaje y líneas de dibujo
ciertas insistencias y variantes. El uso del alemán para conceptualizar desde
su lengua materna como acto de nominalización.
Llama la atención su mundo plástico donde se repiten algunas estruc-
turas corporales y donde el rostro es ejemplificado en un ejercicio purista
de tipificación. Dentro de estos ejercicios encontramos una suerte de esbo-
zos dobles, como el adverso y el reverso que continúan en línea continua.
Son una clara muestra de su habilidad para crear mundos continuos en la
perspectiva que de cada mundo se abren de inmediato otros mundos y así
sucesivamente sus réplicas ad- infinitus como los planteamientos de Hecher.
Hay momentos que el dibujo de Herdan se transforma en un ejerci-
cio gráfico purista lo que denota su formación de artista clásico, pero en
particular su ejercicio constante y lucido del dibujo dado sus largos años
de profesor universitario. Sus dibujos han circulado por diversos lugares,
en algunas revistas y en el momento de gloria de los diarios donde la ilus-
tración era un lenguaje narrativo con alcance social.
Trasformado en testimonio y memoria visual, los dibujos de Kurt
Herdan conforman hoy un espacio muy privado de libertad y de coherencia
crítica. De este modo, sus “monos”, como se dicen en Chile a los dibujos
y caricaturas, conforman una sensibilidad desplegada en la contingencia
como ejercicios y esbozos de una confraternidad entre imagen e historia.
No obstante, a pesar de su naturaleza inconformista y crítica, no podemos
desconocer que la acción creativa evidencia aquellas instancias históricas
donde lo humano se ve tergiversado, malogrado, superado.
Claro está que para Kurt sus caricaturas son opiniones conjuradas con
una raya sinuosa de finura humorística además de un acabado y elegante
trazado lineal. Hoy sus dibujos de humor silencioso mantienen su lozanía
y sus juicios son gritos mordaces frente a la indiferencia, la frivolidad y
el extravío cultural. En este sentido sus certeras palabras en una de sus
publicaciones editada por la Universidad de Chile reseña claramente su
posición artística que es también su propuesta artística: “Todos queremos
y respetamos el arte, y todos sabemos que la creación, siendo un fenómeno
visible, tangible, resulta y se concreta desde y a partir de posiciones intimas
y personales que nacen de lo más recóndito de cada uno de nosotros”.18 Su
resistencia cultural a toda ideología totalitarista ha sido su sello del dibujo
que lo emparenta con una fuerte tradición cultural de la propia caricatura
como género artístico de la modernidad.
18
LEIVA QUIJADA, Gonzalo,
SHATS, Samuel, GLEISNER,
Artigo recebido em 14 de junho de 2019. Aprovado em 13 de agosto de 2019. Daniel y LARREA, Vicente, op.
cit., p. 32.

ArtCultura Uberlândia, v. 21, n. 39, p. 89-97, jul.-dez. 2019 97

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