“Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la
conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho”.
INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICO
PÚBLICO-CAÑETE
PROGRAMA DE ESTUDIO DE CONTABILIDAD
UNIDAD DIDACTICA : MATEMÁTICA FINANCIERA
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: CONCEPTOS DE MATEMÁTICAS FINANCIERAS,
PORCENTAJES, INTERÉS
PROFESOR : VICTOR LAURA CASTILLON
ALUMNO : RENZO HUAMAN PEREZ
CICLO : III
TURNO : NOCTURNO
FECHA DE ENTREGA : 17/04/2024
CAÑETE-PERÚ
2024
MATEMÁTICAS FINANCIERAS
CONCEPTO:
La Matemática Financiera es una derivación de la matemática aplicada que estudia el valor del
dinero en el tiempo, combinando el capital, la tasa y el tiempo para obtener un rendimiento o
interés, a través de métodos de evaluación que permiten tomar decisiones de inversión. Llamada
también análisis de inversiones, administración de inversiones o ingeniería económica.
Se relaciona multidisciplinariamente, con la contabilidad, por cuanto suministra en momentos
precisos o determinados, información razonada, en base a registros técnicos, de las operaciones
realizadas por un ente privado o público, que permiten tomar la decisión más acertada en el
momento de realizar una inversión.
PARA QUÉ SIRVEN LAS MATEMÁTICAS FINANCIERAS
Las matemáticas financieras tienen una enorme utilidad práctica, ya que, entre otras
aplicaciones, permiten llevar a cabo un análisis cuantitativo sobre la viabilidad económica de
los proyectos de inversión o financiación, ya sea a nivel individual, empresarial e incluso
gubernamental. De esta forma, permiten conocer el riesgo asociado a tales proyectos, ayudando
así a tomar las decisiones más correctas al respecto.
Pero además de para evaluar proyectos, las matemáticas financieras son también muy útiles en
otros cometidos, tales como:
• Control de los gastos. Permiten analizar los ingresos y gastos habituales, por lo que proporcionan
una visión clara de cuáles de estos últimos resultarían prescindibles y cuáles no. Dicho de otro
modo: ayudan a optimizar el presupuesto.
• Proyección a futuro. Favorecen una visión a largo plazo en el comportamiento del dinero,
proyectando la evolución de una determinada cantidad económica para determinar su
equivalencia en dispares momentos de tiempo. Esta utilidad permite, por ejemplo, prever gastos
repentinos que pudiesen sobrevenir en el futuro.
• Elaboración de cuadros de amortización de créditos. Se trata de una información muy valiosa
para, por ejemplo, planificar el ahorro.
• Análisis de la inflación. Habida cuenta que el objetivo básico de estas matemáticas es conocer el
valor real del dinero en diferentes momentos de tiempo, constituyen una herramienta básica
para el estudio del comportamiento de la inflación.
Interés: qué es y cómo calcularlo
En economía y finanzas, el concepto de interés se define como el índice que se utiliza en las
operaciones financieras para medir la rentabilidad de una transacción económica que bien puede
ser de ahorro o de inversión, al igual que el costo de los créditos con cualquier tipo de entidad de
financiamiento.
“El concepto de interés puede resumirse como el costo que se paga o se recibe por el uso del dinero
a través del tiempo; costo de oportunidad.”
El interés representa el costo de operar recursos en un contexto determinado, de manera que
responden por lo general a la cantidad de dinero y el plazo o término determinado para su uso o
devolución. Así pues, el concepto de interés puede resumirse como el costo que se paga o se recibe
por el uso del dinero a través del tiempo; costo de oportunidad. Esta definición podría representarse
gráficamente como se indica a continuación; en todo caso, pensar en el diseño de una tasa de interés
requiere preguntarse, si se presta X pesos, ¿cuánto se esperaría recibir al final del tiempo pactado?
Según su forma de aplicación, el interés puede dividirse en dos tipos, el simple y el compuesto.
¿Qué es interés simple?
El interés simple es aquel que se aplica sobre un capital específico y puede ser pagado o cobrado
en diferentes períodos de tiempo, mensual, trimestral, semestral o anual.
Para terminar de entender cuál es el interés simple, será necesario repasar sus características:
1. No es un interés acumulativo.
2. Siempre se aplica la misma tasa. Por ejemplo, si se trata de un préstamo a pagar en 12 cuotas, se
pagará mes a mes la misma tasa de interés.
3. La tasa de interés que se paga se calcula de acuerdo al capital inicial.
¿Para qué sirve el interés simple?
Dada su naturaleza y funcionamiento, generalmente este tipo de interés se usa en el ámbito
financiero. Sirve entre otras cosas para:
• Fijar y calcular la ganancia que va a generar un préstamo.
• Calcular el costo mensual de un préstamo o cuánto dinero se destina a pagar por un capital.
Elementos de cálculo del interés simple
Los elementos de cálculo del interés simple son:
1. El monto del préstamo: es la cantidad de dinero que se presta. Es el monto que conforma el
capital que se va a utilizar y sobre el cual se va a calcular el interés.
2. El tipo de interés: es la tasa porcentual que se cobra por el préstamo y se expresa como una tasa
anual.
3. El tiempo: es el número de períodos en los que se divide el préstamo; por ejemplo, si el plazo del
préstamo es de tres años, entonces tiene 36 períodos de un mes cada uno.
También se necesitan otros elementos para calcular el interés, como el pago de los intereses
anualmente o mensualmente y la forma en que se cobrará el préstamo.
Por ejemplo, si se cobra una vez al año, entonces se deben calcular los intereses sobre el saldo
pendiente cada año; sin embargo, si se cobra mensualmente, entonces se deben calcular los
intereses sobre el saldo pendiente al final de cada mes.
¿Qué es el interés compuesto?
La manera más sencilla de entender el interés compuesto es teniendo en cuenta el capital inicial
y los intereses acumulados período tras período. En otras palabras, es lo que se conoce como “interés
sobre interés».
Sus principales características son:
1. Genera un mayor rendimiento.
2. Va incrementando el capital.
3. Es variable, ya que cada período cuenta con su propio cobro.
Al igual que el simple, es uno de los más usados en el ámbito financiero. Sin embargo, y teniendo en
cuenta el concepto de interés compuesto, es más conveniente usarlo para inversiones y no para
créditos.
¿Cuáles son sus principales diferencias?
Al tener claro qué es el interés simple y compuesto, es más sencillo entender sus diferencias y
podrás identificar cuándo están bien aplicados o cómo usarlos a tu favor.
Elementos de cálculo de interés compuesto
Ahora que conoces la diferencia entre el interés simple y el compuesto, te preguntarás
cómo calcular el interés compuesto. Afortunadamente, hay algunos elementos clave para ayudarte
a hacerlo. Estos son:
1. Capital: este es el monto original del préstamo o depósito inicial que recibe el interés.
2. Interés: esta es la cantidad de dinero a pagar sobre el capital. Normalmente, se expresa como un
porcentaje anual.
3. Tiempo: esta es la cantidad de tiempo para que se acumule interés sobre el capital. Muchos
préstamos en efectivo enumeran sus términos en meses; otros, como los depósitos bancarios, lo
hacen en años.
4. Monto final: este es el monto pagado después de un período de tiempo. Se calcula multiplicando
el capital inicial por el factor de intereses compuestos.
La fórmula general del cálculo del interés compuesto es:
A = P (1 + i) ^ n, donde:
P = Principal
A = Monto final (capital + intereses)
i = Tasa de intereses
n = Número de periodos.
Cómo se calculan
Para entender con claridad cómo se calculan ambos tipos de intereses, utilizaremos dos sencillos
ejemplos.
Por un lado, el interés simple del dinero es lo que nos va a rentar la imposición de un depósito.
Lógicamente va a depender de tres variables: la cuantía que depositamos (C capital), el tiempo que
vamos a tardar en retirarlo (t tiempo) y el tipo de interés que nos han ofertado (r %).
Así, el cálculo del interés simple, o rentabilidad que nos van a ingresar anualmente va a ser:
i= C*r*t
Ejemplos de cálculo de interés simple
Si hacemos una imposición de 1.000 euros, para devolver en 4 años y a un tipo del 3%, nos van a
rentar unos ingresos de:
• Año 1 = 1.000 € *0,03 * 1 = 30 €
• Año 2 = 1.000 € *0,03 * 1 = 30 €
• Año 3 = 1.000 € *0,03 * 1 = 30 €
• Año 4 = 1.000 € *0,03 * 1 = 30 €
Total al final de los 4 años:
Tendremos de intereses i = 120 = 1.000*0,03*4
Y el total de la imposición será de 1.120 € (1.000 €+ 120 € de intereses)
Ejemplos de cálculo de interés compuesto
Pero si no retiramos los ingresos percibidos por periodo y vamos dejando que se acumulen a la
cuantía inicial, la rentabilidad sería la del interés compuesto:
• Año 1 = 1.000,00 € *0,03 * 1 = 30,00 €
• Año 2 = 1.030,00 € *0,03 * 1 = 30,90 €
• Año 3 = 1.060,90 € *0,03 * 1 = 31,82 €
• Año 4 = 1.092,72 € *0,03 * 1 = 32,78 €
Es decir, que al final de los 4 años de interés compuesto tendremos:
Intereses acumulados: 125,50 €
i = 1.000*(1+0,03)4 – 1.000 = 125,5 €
i = C*(1+r) -C4
Y el total de la imposición será de 1.025,5 € (1.000 € + 125,5 € de intereses)
Por otro lado, el cálculo del interés compuesto resulta más útil cuando lo que se quiere calcular es el
capital que queremos acumular al final del periodo. Principalmente cuando estamos calculando cuál
sería un montante ahorrado en unos años.
Capital Final = C*(1+r)t
En nuestro ejemplo anterior 1.025,5 € = 1.000 (1+0,03)4
PORCENTAJES
CONCEPTO:
El porcentaje es una fracción o una parte de 100, denominándose también como tanto por ciento, y
se indica con el símbolo %.
Una forma fácil de interpretar un porcentaje es como una cantidad determinada de cada 100
unidades.
Por ejemplo, 42% significa 42 de cada 100 unidades, y es equivalente a 42/100 y a 0,42. Es decir,
puede expresarse como una división o como el cociente de ésta.
Otra forma de interpretar el porcentaje es como el factor 0,01, por el cual se multiplica el número
que le antecede. Es decir, 55% es igual a 55*0,01, y, a su vez, 0,01 es equivalente a 1/100.
Una forma adicional de entender el porcentaje es como el rendimiento que poseen 100 unidades de
algo en determinadas situaciones.
¿Cómo calcular el porcentaje?
Para calcular el porcentaje de un número debemos tomar dicha cifra y multiplicarla por el tanto por
ciento respectivo y dividirlo entre 100.
Por ejemplo, si tenemos 130 alumnos en una entidad educativa y queremos calcular el 12% de ese
grupo debemos multiplicar 130*12/100=15,6.
La fórmula puede resumirse como:
a% de N= axN/100
Por otro lado, si buscamos calcular el porcentaje entre dos cifras, debemos dividir la menor entre la
mayor y multiplicar por cien. Es decir, si tenemos 200 personas y queremos saber a qué porcentaje
es equivalente una muestra de 30 personas de dicho grupo, debemos proceder de la siguiente forma:
30/200*100=15%. Así, concluimos que la muestra es el 15% de las 200 personas.
La fórmula sería la siguiente, donde n es la cifra menor y m, la mayor:
%n/m*100
Ejemplo de porcentajes
Los porcentajes son de utilidad en la vida cotidiana, por ejemplo, para el cálculo de los impuestos.
Supongamos que el impuesto al valor añadido es equivalente al 18% y el valor de venta es 420 euros.
Entonces, el monto del tributo a pagar sería:
420*18/100=75,6 euros
De igual modo, las ofertas, descuentos o promociones que vemos en las tiendas suelen estar
expresados en porcentajes.
Otra utilidad de los porcentajes es la comparación.
Por ejemplo, si queremos evaluar el nivel de analfabetismo en un país no basta solo con calcular el
valor absoluto, sino el porcentaje respecto a la población total y hacer un paralelo frente a otras
naciones.
No es lo mismo que existan 300 mil analfabetos en un país de 10 millones de habitantes, que en un
país donde viven 30 millones de personas.
En el primer caso, el analfabetismo sería del 3% (300.000/10.000.0000*100), mientras que en el
segundo caso sería del 1% (300.000/30.000.000*100).