0% encontró este documento útil (0 votos)
61 vistas8 páginas

Sacerdocio en la Iglesia: Tipos y Funciones

Pastoral
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
61 vistas8 páginas

Sacerdocio en la Iglesia: Tipos y Funciones

Pastoral
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 8

Lección No. 34.

- MINISTERIO Y SERVICIO ECLESIAL


Cristo otorga la vida cristiana por la Jerarquía.

Una sociedad instituida por Cristo, que llamarnos Iglesia, des


tinada a imprimir en todas las cosas el signo de la santidad, es
to es, de su relación con el Santo de los santos, con Dios, nec~
sariamente esa sociedad debe ser por esencia sacerdotal.
El sacerdocio ,(del latín: sacer = sagrado; dos = don, modo de
ser) es una cualidad espiritual inherente (que se adhiere) a la
criatura inteligente y corporea, para conseguir que sus actos se
an capaces de dedicar los seres y las cosas a la divinidad.
Ya hemos dicho que es una cualidad, por cuanto no es algo que
pertenezca a su propio ser, sino que le es añadido, pero no sola
rneDte como sobrepuesto como un vestido, sino de tal modo asumido
por él, que viene a formar en adelante un todo con él.
Es espiritual en cuanto que ni es material, ni depende de o;r
cunstancias materiales su posesión y su ejercicio, ni se obtiene
por vía de la materia, sino que todo en él pertenece al campo de
la vida espiritual. Por tanto está dentro del_Misterio.
Por el mismo hecho de ser espiritual, pero realizable en el
mundo, sólo puede ser concedido al hombre: las criaturas no inte
ligentes no están capacitadas para ello por cuanto es espiritual,
y los ángeles, criaturas inteligentes,no pueden obtenerlo debido
a que están fuera del campo del mundo, de lo que tiene cuerpo.
Y es el objeto del sacerdocio prec~samente consagrar, dar sen
tido de propiedad divina, de apartado para la divinidad, a las
criaturas del mundo, personas, animales y cosas, de manera que
por medio de la acción sacerdotal del hombre, toda la naturaleza
rinda honor y pleitesía a su Creador.
En una forma amplia podemos distinguir el sacerdocio en tres
niveles:
* EL SACERDOCIO NATURAL: es el que heredamos de nuestros prime-
ros padres, Adán y Eva, y al que por naturaleza todos los hom-
bres estamos llamados a ejercer. Es la altísima dignidad ~n que
Dios colocó al hombre desde el principio sobre todas las criatu
ras para dominarlas y de este. modo encauzarlas a todas para que
formaran un coro de alabanza a Dios. En este sentido, cuando el
hombre se sirve de las criatura$,incluso para su alimentación y
provecho, está ejerciendo su sacerdocio natural, siempre que en
este aprovechamiento y utilización él tenga como meta final a su
Creador.
* EL SACERDOCIO BAUTISMAL: es el derivado del Sacramento del Bau
tismo concedido al cristiano que es incorporado al Pueblo san:-
to de Dios, Pueblo de Reyes, Asamblea Santa, Pueblo Sacerdotal,
como lo definió San PedÍ>o: "Pero vosotros sois linaje elegi-
do, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anun-
ciar las alabanzas de Aquél que os ha llamado de las tinieblas a ~
su admirable luz, vosotros que en un tiempo no erais pueblo, y;!;
que ahora sois el Pueblo de Dios, de los que antes no se tuvo
compasión, pero ahora son compadecidos." (1 Pe.2,9-10)
Alude aquí San Pedro a la profesía de Oseas (1,6-9) en que Ya
veh, indignado por la infidelidad de Isra;l caído en la más pro-=-
funda idolatría le llama con los duros epitetos de 'No-hay-compa
sión' y 'No-mi-pueblo'. Por eso el Príncipe de los Apóstoles de:-
nomina a los cristianos 'no erais pueblo', 'no se tuvo compasión'
"pero ahora, dice, son compadecidos".
El Sacerdocio Bautismal, aunque tiene por objeto la espiritu2,
lización del mundo creado para darle sentido sagrado a lo que n2.
turalmente es material, los animales y las cosas, en forma seme-
jante al Sacerdocio Natural, dista de éste por cuanto añade a la
actividad del hombre el hecho real de que éste ha sido consagra-
do él mismo por medio de un sacramento, el Bautismo, e incorpora
do al Cuerpo Místico de Cristo, con lo que la vida divina corre
ya por su propio ser. Concretamente~ si el objeto de consagra-
ción, el mundo universo, es el mismo en ambos casos, la consagra
ción misma dista mucho del primero al segundo modo de ser reali:-
zada, por cuanto antes el hombre no era y después ya es instru-
mento divino de consagración por la presencia divina dentro de
él por la inhabitación de la Santísima Trinidad.
* EL SACERDOCIO MINISTERIAL: obtenido por el cristiano debido a
la recepción de un Sacramento más:el ORDEN. Este Sacramento e
fectúa en el hombre una nueva formación: le habilita para consa-=-
grarse al servicio del Pueblo de Dios. Es decir, le permite dedi
carse a este servicio dentro de un compromiso voluntario y total
de santo ministerio (recordar: ministerio = servicio).

EL CONCILIO VATICANO II NOS HABLA SOBRE EL SACERDOCIO.


En la disertación que hace el Vaticano II sobre el Pueblo 6e
Dios, principia (L.G. 10) por recordarnos aquello -del Apo~alip­
sis (1-6): "Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de entre
los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra ... nos ama.
nos ha lavado con su sangre nuestros pecados y ha hecho de noso-
tros un Reino de Sacerdotes para su Dios y Padre ••• " y con base
en este pasaje continúa el Concilio: "Los bautizados, en efectc,,
son consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu San
to como casa espiritual y sacerdocio santo, para que, por medio
de toda obra del hombre cris~iano, ofrezcan sacrificios espiri-
tuales y anuncien el poder de Aquél que los llamó de las tinie-
blas a su admirable luz ( 1 Pe. 2, 4-10) . "
Ahora nos habla el Concilio de cómo, en primer término, es a
nosotros mismos a quienes debemos convertir en ofrenda1"Pozi ello
todos los discípulos de C_risto, perseveranio en la · oración y ala
~bando juntos a Dios, ofrézcanse a si mismos como hostia viva,sap_
~ta y grata a Dios y den testimonio por doquiera de Cristo, y a
quienes lo pidan, den también razón de la esperanza de la vida ~
terna que hay en ellos."
Y.en apoyo de esta doctrina acude a San Pablo: (Rom.12,1) "Os
exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a que o-
frezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agrada
ble a Dios: tal será vuestro culto espiritual."
Terminando con aquello de San Pedro: " ••• dad culto al Señor,
Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respues-
ta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza."(l Pe.3,15)

EL SACERDOCIO BAUTISMAL Y EL SACERDOCIO MINISTERIAL NO SON UNO,


SINO DIFERENTES SACERDOCIOS:
Nos'instruye en seguida el Concilio: "El sacerdocio común de
los fieles (bautismal) y el sacerdocio ministerial o jerárquico,
aunque diferentes esencialmente y no sólo de grado, se ordenan,
sin embargo, el uno al otro, pues ambos participan a su manera
del único sacerdocio de Cristo." Nótese que el Vaticano II hace
la aclaración de que la diferencia de estos sacerdocios no es ú-
nicamente "cuestión de grado", como pudiera. ser en el _,e jército u
otra corporación cualquiera, en que simplemente de oficial de me
nor grado se pasa a mayor graduación: no, quien por el Bautismo
ya tiene el primer sacerdocio, requiere de un nuevo Sacramento,
el del Orden, para convertirse en sacerdote ministerial, y quien
no reciba este último Sacramento, _permanecerá por siempre con el
sacerdocio bautismal.
Para mayor claridad el Concilio enseña en seguida en qué con-
sisten el uno y el otro sacerdocios: "El sacerdocio ministerial,
por la potestad sagrada de que goza, forma y dirige el pu~blo
sacerdotal, confecciona el sacrificio eucarístico en la Persona
de Cristo y lo ofrece en nombre de todo el pueblo a Dios.Los fie
les, en cambio, en virtud de su sacerdocio regio, concurren a la
ofrenda de la Eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sa-
cramentos, en la oración y acción de gracias, mediante el testi-
monio de una vida santa, en la abnegación y caridad operante."
Más adelante (L.G. 62), El Vaticano II insiste en la partici-
pación que los diversos miembros del Pueblo de Dios tienen en el
sacerdocio de Cristo: "Jamás podrá compararse criatura alguna
con el Verbo Encarnado y Redentor; pero así como el sacerdocio
de Cristo es participado tanto por los ministros sagrados cuanto
por el pueblo fiel de formas diversas, y como la bondad de Dios
se difunde de distintas maneras sobre las criaturas, así también
la mediación única del Redentor no excluye, sino que suscita en
las criaturas diversas clases de cooperación, participada de la
única fuente (Cristo)."
DE LOS MINISTERIOS SAGRADOS.
Un aspecto distinto del servicio a la comunidad eclesial, ~pareE_ ~
temente nuevo, en realidad tan antiguo como la .Iglesia misma, ya~
que desde los primeros días de su historia lo menciona el Nuevo
Testamento, son los "Ministerios Sagrados".
Consisten éstos en la dedicació.n plena de algunos laicos, con
carismas y vocación particulares, al desempeño de quehaceres que
los acercan de manera especial a colaborar con la Jerarquía sin
que ellos mismos pierdan su carácter de laicos.
Vamos a dejar que a este respecto nos instruya el Papa Juan
Pablo II, quien en su homilía desde la Catedral de Oaxaca, y con
motivo de haber conferido estos cargos a algunos cristianos, nos
dejó plena instrucción:
* La Jerarquía llama a algunos seglares a colaborar con los pro-
pios pastores en el servicio de la comunidad eclesial, para su
mayor crecimiento y vitalidad (Evangelii Nuntiandi, 73)."
* Estos ministerios no transforman al laico en clérigo, sino que
permanecen en el laicado como antes.
* Aunque laicos, cooperan cómo suplentes o ayudantes con los mi-
nistros sagrados; ante todo son colaboradores de Dios que se
vale de ellos para salvar a todos los hombres.
* Por su compromiso deliberado con el designio salvífico de Dios,
han de convertirse en ejemplo de la participación que todos· te
nemos en la tarea de salvación de la humanidad toda.
El Papa Paulo VI en su Evangelii Nuntiandi los llama "Ministe
rios Diversificados" y los define como producto de gracias y ca-:
ri~mas a propósito, aptos para asegurar los servicios de la Igle ·
sia, la cual, por medio de ellos se ayuda a consolidarse , crecer
y extenderse en el mundo.
Estos ministerios sagrados o diversificados habrán de permane
cer bajo la autoridad pastoral del Obispo, responsable y artífi-:
. ce único de la Pastoral en l~ Iglesia Local.
Las labores específicas que estos ministros laicos pueden lle
var a cabo son: catequistas, animadores de la, oración y el canto,
cons.a grados al servicio de la Palabra, asistentes a necesitados,
jefes, líderes o dir.igentes de pequeñas comurÜdades, responsable
de Movimientos Apostólicos, responsable de otras responsabilida-
des, encargados de plantar, hacer vivir y creber estas comunida-
des, lo que permitirá a la Iglesia irradiarse en su derredor,así
como hacia los que aún se hallan lejos de ella.
En suma, los ministros de ministerios sagrados o diversifica-
dos son los Agentes de la Evangelización. ·
DE LOS DIACONOS PERMANENTES.
El Diaconado (del griego "diakonos" = asistente) es el minis-
terio dentro del Sacramento del Orden que concede el poder de a-
uan o risto e prometia a sus discípulos: enid conmigo, y os haré
pescadores de hombres." (Mt4, 19) no sospechaban ellos que por cum-
plir con esta vocación habrían de llevar la Buena Nueva del Evangelio
hasta el fin del mundo como Son Pablo uí habla a los de Atenas ,
nunciar la Palabra, bautizar, asistir al sacerdote en el altar y '°
llevar y distribuir la Eucaristía, y administrar los auxilios m~~
teriales de la Iglesia. Es una institución de los Apóstoles se-
gún se narra en los Hechos de los Apóstoles, 6, 1-6.
-
Este mismo Diaconado hoy ha sido puesto en práctica por la I-
glesia consagrando a cristianos que de manera permanente quieren
prestar su servicio consagrándose a ello para sie~pre en el Di~
conado. Dentro del Sacramento del Orden, el Diaconado es el gra-
do inferior.

DEL ORDEN DEL PRESBITERADO.


El presbítero (del latín "présbiter" = anciano) hace alusión
a la costumbre antigua por la cual los ancianos dirigían las co-
munidades y les imprimían las directivas o normas de conducta.El
presbítero en la Iglesia, comunmente le decimos "sacerdote", ocu
pa el grado intermedio en el Sacramento del Orden, teniendo so::
bre el diácono la potestad de perdonar los pecados, celebrar la
Eucaristía y administrar los demás sacramentos. El presbiterado,
conocido comunmente como "sacerdocio", es el ministerio que des-
empeñan los miembros de la Jerarquía más en contacto con el Pue-
blo de Dios en la Pastoral: párrocos, vicarios y capellanes.
· Por la palabra "presbierio" se conoce al colegio de conjunto
de todos los sacerdotes que, bajo la dirección del obispo admi-
nistran la diócesis.

DEL ORDEN DEL EPISCOPADO. ·


El Obispo (del griego "episkopos"= vigilante) es el sacerdote
pleno, con potestad total, que gobierna una Iglesia local o par-
ticular en comunión con el Papa. El obispo en la diócesis ocupa
el centro de la Iglesia Local,con autoridad máxima en materia de
magisterio, santificación y gobierno. Sucesor de los Apóstoles y
por tanto con autoridad apostólica, el obispo tiene la responsa-
bilidad de la Pastoral de la Diócesis.

EL SACRAMENTO DEL ORDEN.


El Sacramento del Orden, o de la Sagrada Ordenación, es el Sacra
mento instituido por Jesucristo para constituir en la Iglesia a
los ministros necesarios para su servicio comunitario: obispos,
presbíteros y diáconos, cada cual con su potestad y gracia, por
lo · que se les denomina "grados" en el Sacramento del Orden.
Estos grados no son iguales entre sí, sino que existe diferen
cia de potestad y gracia en forma gradual, lo que constituye la
"jerarquía sagrada'' del Sacramento del Orden.
Este sacramento fué instituido por Cristo cuando dió a los A-
póstoles, y a sus sucesores en el sacerdocio, la potestad ~ o-
frecer el Sacrificio Eucarístico y de perdonar los pecados para
"Señor, tú sabes todo; tú sabes que te quiero." - "Apacienta mis ove·
¡as."(Jn 21, 1.7). ~'A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos ..." (Mt
16. l9). Sólo el amor efectivo puede sostener v recompensar al apóstol.
servicio de la comunidad de la Iglesia. (Mat.18,18; Lc.22,19, ~
..;t
Jn.20,23, 1 Cor.11,23-25). C')

La dignidad que imprime el Sacramento del Orden es máxima, en


cuanto hace del cristiano así consagrado otro Cristo, ministro y
dispensador de los misterios de Dios, mediador eptre Dios y los
hombres, con poder incluso sobre el Cuerpo de Cristo en lo real
y en lo místico.
La materia del Sacramento es la imposición de las manos acom-
pañada simbólicamente con la entrega. de determinados objetos del
culto.
La .forma del Sacramento es constituida por las palabras que el
ministro pronuncia mientras impone las manos y entrega los obje-
tos del culto.
Existe una correspondencia de derechos y obligaciones de par-
te del ordenado y de parte del Pueblo de Dios: el primero deberá
dedicarse al servicio del segundo en materia de magisterio, san-
tificación y gobierno; el Pueblo en cambio, deberá prestar. obe-
diencia, honor y reverencia · para con el ministro de Dios que le
sirve, ayudarle en su ministerio, rezar por él, y pedir al Señor
que proporcione a su Iglesia dignos y santos sacerdotes.
El ministro del Sacramento del Orden es el obispo.
Para proveer ministros al Pueblo de Dios debe mirarse a la fa
milia como almácigo de vocaciones sacerdotales, por lo que preci
samente a los padres de familia compete la obligación de promo-:-
ver en sus hijos esta vocación, acompañando sus oraciones a fin
de que Dios se digne elegir de entre ellos a sus ministros.

RESUMIENDO:
El Pueblo de Dios necesita buenos y santos ministros para su ser
vicio, gobierno y-santificación.
Quienes sirven al Pueblo de Dios son: dentro del Sacramento del
Orden, el obispo, el presbítero y el diácono; el diácono perma-
nente que nuevamente ha sido instalado; fuera del Sacramento del
Orden, muy útiles, los ministros sagrados o diversificados.
Todos ellos han de salir de entre los hijos de las familias cris
tianas, por lo que los padres han de cultivar las vocaciones. -

REFLEXIONES PERSONALES:
lHas mirado con la debida importancia la necesidad de sacerdotes?
Como padre de familia lte has afanado en sembrar y cultivar entre
tus hijos las vocaciones sacerdotales?
Como hijo de familia lte has examinado para indagar si el Señor
te está llamando al sacerdocio o a algún ministerio?
Como miembro del Pueblo de Dios lrezas para pedir santas vocacio-
nes, la santificación de los que se preparan, la perseverancia y
santificación de los que te sirven?

También podría gustarte