INTELIGENCIA EMOCIONAL
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer y expresar los sentimientos
propios y ajenos, de motivarnos, de comprender la emoción y el conocimiento
emocional, y de regular las emociones para promover el crecimiento personal y
profesional. La inteligencia emocional se aprende durante la vida y facilita el pensamiento
y las decisiones. La emoción es la expresión física de nuestra mente y nunca miente . 1
La inteligencia emocional en los actuales momentos lo es todo. Se trata de una
adaptación humana y el desarrollo de una capacidad que facilita el comportamiento
interpersonal. El concepto apareció por primera vez en la bibliografía científica en los años
60. Pero no fue hasta la década de 1990 cuando comenzó un apogeo sobre el control
emocional.
La Inteligencia Emocional es uno de los conceptos clave para comprender el rumbo que ha
tomado la psicología en las últimas décadas. Por eso, comprender en qué consiste ser una persona
emocionalmente inteligente es fundamental en muchos aspectos de la vida.
Y no, esto no tiene nada que ver con el famoso modelo de las Inteligencias Múltiples. Y de hecho,
se basa en mucha más evidencia científica: la Inteligencia Emocional es una realidad que puede
ser estudiada tanto desde la Psicología como desde la Neuropsicología.
Profundiza en las bases teóricas y sus aplicaciones clínicas, educativas y laborales.
De un modelo preocupado fundamentalmente en los trastornos mentales, por un lado, y por las
capacidades de razonamiento por el otro, se ha pasado a otro en el que se considera que las
emociones son algo intrínseco a nuestro comportamiento y actividad mental no patológica... Y
que, por consiguiente, son algo que debe ser estudiado para comprender cómo somos.
Así pues, la Inteligencia Emocional es un constructo que nos ayuda a entender de qué manera
podemos influir de un modo adaptativo e inteligente tanto sobre nuestras emociones como en
nuestra interpretación de los estados emocionales de los demás. Este aspecto de la dimensión
psicológicca humana tiene un papel fundamental tanto en nuestra manera de socializar como en
las estrategias de adaptación al medio que seguimos.
¿en donde surgio la inteligencia emocional ?
El concepto de inteligencia emocional fue propuesto en 1995 por el psicólogo, periodista y
profesor estadounidense Daniel Goleman en su libro “Inteligencia emocional”, en el que explicó su
estudio sobre este tipo de inteligencia y sus alcances y beneficios en el campo de la administración
de las empresas.
Elementos de la Inteligencia Emocional
El principal divulgador de la Inteligencia Emocional, el psicólogo estadounidense Daniel Goleman,
señala que los principales componentes que integran la Inteligencia Emocional son los siguientes.
1. Autoconocimiento emocional (o autoconciencia emocional)
Se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos y emociones y cómo nos influyen. Es
importante reconocer la manera en que nuestro estado anímico afecta a nuestro
comportamiento, cuáles son nuestras capacidades y cuáles son nuestros puntos débiles. Mucha
gente se sorprende de lo poco que se conocen a ellos mismos.
Por ejemplo, este aspecto nos puede ayudar a no tomar decisiones cuando estamos en un estado
psicológico poco equilibrado. Tanto si nos encontramos demasiado alegres y excitados, como si
estamos tristes y melancólicos, las decisiones que tomemos estarán mediadas por la poca
racionalidad. Así pues, lo mejor será esperar unas horas, o días, hasta que volvamos a tener un
estado mental relajado y sereno, con el que será más sencillo poder valorar la situación y tomar
decisiones mucho más racionales.
2. Autocontrol emocional (o autorregulación)
El autocontrol emocional nos permite reflexionar y dominar nuestros sentimientos o emociones,
para no dejarnos llevar por ellos ciegamente. Consiste en saber detectar las dinámicas
emocionales, saber cuáles son efímeras y cuáles son duraderas, así como en ser conscientes de
qué aspectos de una emoción podemos aprovechar y de qué manera podemos relacionarnos con
el entorno para restarle poder a otra que nos daña más de lo que nos beneficia.
Por poner un ejemplo, no es raro que nos enfademos con nuestra pareja, pero si fuéramos
esclavos de la emoción del momento estaríamos continuamente actuando de forma irresponsable
o impulsiva, y luego nos arrepentiríamos. En cierto sentido, buena parte de la regulación de las
emociones consiste en saber gestionar nuestro foco de atención, de manera que no se vuelva
contra nosotros y nos sabotee.
Se ha observado que la capacidad de autocontrol está muy ligada a la habilidad a la hora de utilizar
el lenguaje: en muchos aspectos, saber gestionar adecuadamente las propias emociones depende
de encontrar narrativas que nos permitan priorizar más unos objetivos a largo plazo que otros que
tienen que ver con ceder a los impulsos de lo inmediato. Esto encaja con el hecho de que la
Inteligencia Emocional comparte tiene mucho en común con la Inteligencia Verbal; tal y como se
ha visto al analizar las puntuaciones en pruebas de inteligencia de muchos individuos, ambos
constructos psicológicos se solapan mucho.
3. Automotivación
Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la motivación y establecer
nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos. En este factor es imprescindible cierto
grado de optimismo e iniciativa, de modo que tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con
tesón y de forma positiva ante los imprevistos.
Gracias a la capacidad de motivarnos a nosotros mismos para llegar a las metas que racionalmente
sabemos que nos benefician, podemos dejar atrás aquellos obstáculos que solo se fundamentan
en la costumbre o el miedo injustificado a lo que puede pasar.
Además, la Inteligencia Emocional incluye nuestra habilidad a la hora de no ceder a las metas a
corto plazo que pueden llegar a eclipsar los objetivos a largo plazo, a pesar de que los segundos
fuesen mucho más importantes que los primeros si nos fueran ofrecidos también a corto plazo
(proyectos ambiciosos, planes de ganar mucha experiencia, etc.).
4. Reconocimiento de emociones en los demás (o empatía)
Las relaciones interpersonales se fundamentan en la correcta interpretación de las señales que los
demás expresan de forma inconsciente, y que a menudo emiten de forma no verbal. La detección
de estas emociones ajenas y sus sentimientos que pueden expresar mediante signos no
estrictamente lingüísticos (un gesto, una reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a
establecer vínculos más estrechos y duraderos con las personas con que nos relacionamos.
Además, el reconocer las emociones y sentimientos de los demás es el primer paso para
comprender e identificarnos con las personas que los expresan. Las personas empáticas son las
que, en general, tienen mayores habilidades y competencias relacionadas con la IE.
5. Relaciones interpersonales (o habilidades sociales)
Una buena relación con los demás es una fuente imprescindible para nuestra felicidad personal e
incluso, en muchos casos, para un buen desempeño laboral. Y esto pasa por saber tratar y
comunicarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con
personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones; una de las claves de la Inteligencia
Emocional.
Y es que este tipo de inteligencia está muy relacionado con la Inteligencia Verbal, de manera que,
en parte, se solapan entre sí. Esto puede ser debido a que parte del modo en el que
experimentamos las emociones está mediado por nuestras relaciones sociales, y por nuestra
manera de comprender lo que dicen los demás.
Así, gracias a la Inteligencia Emocional vamos más allá de pensar en cómo nos hacen sentirnos los
demás, y tenemos en cuenta, además, que cualquier interacción entre seres humanos se lleva a
cabo en un contexto determinado: quizás si alguien ha hecho un comentario despectivo sobre
nosotros es porque siente envidia, o porque simplemente necesita basar su influencia social en
este tipo de comportamientos. En definitiva, la Inteligencia Emocional nos ayuda a pensar en las
causas que han desencadenado que otros se comporten de un modo que nos hace sentirnos de un
modo determinado, en vez de empezar pensando en cómo nos sentimos y a partir de ahí decidir
cómo reaccionaremos ante lo que otros digan o hagan.
1. Inteligencia Personal
Esta inteligencia hace referencia a la capacidad que tenemos para comprendernos
emocionalmente a nosotros mismos. Ser conscientes de cómo nos sentimos y así poder actuar
acorde a este conocimiento propio para lograr un mejor estado.
Esta clase de inteligencia se relaciona con tres elementos o capacidades: la autoconciencia, la
capacidad de ser consciente de uno mismo, de saber en qué estado nos encontramos y cómo nos
sentimos; la autorregulación que se refiere a la capacidad de controlar nuestras propias
emociones o lo que sentimos, no dejarnos llevar por ello; y automotivación, vinculada con la
capacidad de mantenerse activo y con fuerza para seguir adelante y poder lograr así nuestras
metas.
2. Inteligencia interpersonal
En este caso, la inteligencia interpersonal hace referencia a cómo las personas comprendemos a
los demás y los entendemos, como nos relacionamos con ellos, Influyen dos tipos de factores que
son esenciales para que tenga lugar este tipo de inteligencia: la empatía, como dijimos, es la
capacidad de entender las emociones de los demás y hacerlas propias, ponernos en su lugar; y las
habilidades sociales, que nos permiten relacionarnos con las otras personas de manera adecuada,
desde el respeto propio y a los demás, siendo asertivos.
Inteligencia Emocional según Reuven Bar-On
Otro autor destacable en el ámbito de la Psicología Emocional es Reuven Bar-On. Este psicólogo
plantea la Inteligencia Emocional como la capacidad de comprendernos a nosotros mismos, de
relacionarnos de manera correcta con los demás y poder adaptarnos a los distintos sucesos,
superar adversidades. Asimismo, distingue 5 tipos de Inteligencia Emocional.
1. Habilidades intrapersonales
Las habilidades intrapersonales son la capacidad de regular y manejar nuestras propias
emociones. La manera como identificamos nuestras emociones, las comprendemos, las regulamos
y las expresamos. Así, este tipo de inteligencia, propuesta por Bar-On, la podemos relacionar con
la personalidad definida por Goleman.
2. Habilidad interpersonal
Las habilidades interpersonales nos permiten relacionarnos de modo adecuado con los
demás, expresarnos de manera correcta, siendo asertivos y comprendiendo cómo se sienten. Se
vincularía pues con la inteligencia interpersonal propuesta por Goleman.
3. La Gestión del estrés
El estrés, entendido como una reacción que nos genera tensión, manteniéndonos activos
físicamente, produce gran malestar en los sujetos que lo padecen. Por este motivo es importante
aprender a regular y controlarlo. Como ya hemos apuntado, la autorregulación emocional es muy
importante para mantener un buen estado emocional. Así pues, podríamos definir este tipo de
Inteligencia Emocional como la que nos permite regular y gestionar nuestro nivel de estrés, muy
útil por ejemplo en el ámbito laboral.
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4. Habilidades de adaptación
Otro tipo de Inteligencia Emocional según Bar-On se relaciona con la capacidad de adaptarnos a
las distintas situaciones que acontecen en nuestra vida. Una de las habilidades claves para poder
adaptarse es la flexibilidad, poder actuar de distinto modo según la situación. Como ya vimos, la
Inteligencia Emocional nos permite ser conscientes de nuestras emociones y las de los demás y así
actuar acordes a ellas, adaptándonos.
5. Estado de ánimo positivo
El estado de ánimo positivo se relaciona con una mayor estabilidad emocional y mantenimiento si
lo comparamos con las emociones. Este estado nos permite actuar de mejor modo y mostrar
mayor predisposición a realizar las distintas actividades. Relacionándose así también con un tipo
de Inteligencia Emocional.
CARACTERISTICAS
Las características de la inteligencia emocional son12:
La conciencia emocional. Es la autoconciencia y la comprensión de las propias emociones.
El manejo de las emociones. Es la habilidad para controlar los impulsos y la expresión de
las emociones.
La motivación. Es la habilidad para canalizar y orientar las emociones para incentivar un
accionar positivo en el individuo.
La empatía. Es la habilidad para ponerse en el lugar de los demás y entender sus
emociones y perspectivas.
Las relaciones interpersonales. Es la habilidad para comunicarse, cooperar y resolver
conflictos con los demás.
PILARES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Los pilares de la inteligencia emocional son12:
Autoconocimiento: Es la capacidad de reconocer y comprender los propios sentimientos y
emociones, y cómo estos influyen en el comportamiento.
Autocontrol: Es la capacidad de reflexionar y dominar los sentimientos o emociones para
ser consciente de las acciones en todo momento.
Automotivación: Es la capacidad de generar y mantener el entusiasmo y la energía para
lograr los objetivos personales y profesionales.
Empatía: Es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus emociones y
necesidades.
Habilidades sociales: Son las capacidades de comunicarse, relacionarse y cooperar con los
demás de forma efectiva y positiva
Los cinco atributos de la inteligencia emocional de Daniel
Goleman
Goleman identificó cinco habilidades clave dentro de la
inteligencia emocional o IE:
1. Autoconocimiento: La habilidad para comprender tus propias
emociones. Tener autoconocimiento significa entender tus
fortalezas personales, debilidades, valores, metas y el impacto
en los demás.
2. Autorregulación: La habilidad de regular tus emociones. En lugar de
actuar impulsivamente, los líderes con una alta autorregulación
son capaces de detenerse y examinar sus emociones antes de
reaccionar.
3. Motivación: Las razones por las que quieres tener éxito. Reconocer
tu motivación te ayuda a adaptar tu comprensión empática.
4. Empatía: La habilidad de conectar con la forma en que otras
personas se sienten. La empatía a menudo se considera la
piedra angular de la inteligencia emocional, ya que es una base
importante para otros estados emocionales.
5. Habilidad social: La habilidad para comunicarse y colaborar con
otros. Goleman compara las habilidades sociales con la
habilidad para guiar a otros para promover tus ideas.
IMPORTANCIA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Esta habilidad es fundamental porque afecta cómo nos comportamos, cómo
interactuamos en nuestras relaciones y cómo tomamos decisiones. La importancia de la
inteligencia emocional radica en su capacidad para ayudarnos a navegar por el complejo
mundo de las interacciones humanas, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Los beneficios de un coeficiente emocional alto
Los estudios han demostrado que la inteligencia emocional es
igual de importante, o a veces más importante, que la
inteligencia tradicional. Según un estudio de 2016, una inteligencia
emocional alta es más significativa para un excelente trabajo en
equipo que un coeficiente intelectual alto. Estudios adicionales
han demostrado que la inteligencia emocional alta da lugar a
un desempeño laboral y liderazgo mejores.
La inteligencia emocional se trata de entender tus propias
emociones y las emociones de los demás. Una inteligencia
emocional alta te ayuda a:
Colaborar de manera efectiva con los miembros de tu equipo
Pensar antes de actuar o reaccionar
Reducir tus reacciones viscerales o impulsos
Superar problemas, tanto en casa como en el lugar de trabajo
Atender conflictos
Comunicarte en el lugar de trabajo
Resolver problemas
Forjar relaciones más sólidas
Conectar con tus emociones
Empatizar con los demás
Desarrollar sinergia entre tú y tus compañeros
Como entrenar y potenciar la Inteligencia Emocional
Aunque hay personas que muestran mayor Inteligencia Emocional que otras, esta capacidad se
puede entrenar y potenciar. Existen algunas actividades que podemos realizar en nuestro día a día
que nos pueden ser útiles.
1. Escribe las cosas positivas que te han ocurrido
A veces no somos conscientes de lo bueno que nos sucede, ya que nos centramos solo en
nuestras preocupaciones. Para reconocer con más facilidad los sucesos positivos, puede ayudarnos
a dedicar unos minutos al día a escribir las cosas buenas que nos han acontecido.
2. Realiza escucha activa y empática
Cuando hablamos con alguien no basta con oír lo que nos dice, es necesario escuchar y hacerlo de
manera activa, que quiere decir ir más allá de lo que nos comunica, intentando comprender las
emociones y pensamientos que se relacionan detrás de su discurso.
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3. Expresa las cosas positivas
En la sociedad actual nos cuesta menos expresar lo que no nos gusta de alguien, que decirle lo que
sí nos gusta. Es importante comunicar también lo que nos agrada de la otra persona, de este modo
favorecemos una mejor relación y un mejor estado del otro sujeto y propio.
4. Dedícate tiempo a ti
Un elemento importante de la Inteligencia Emocional es la autoconciencia, conocerse uno mismo.
Para lograr tal propósito es fundamental que nos dediquemos tiempo a nosotros mismo para
poder conocernos. Es básico para saber cómo nos encontramos y poder reflexionar porqué nos
sentimos así.
5. Mantente motivado
La motivación también es necesaria para el desarrollo de la Inteligencia Emocional. Plantéate los
objetivos, metas, que quieres alcanzar para así mantenerte activo.