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Evolución del Gobierno en México

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Formas de gobierno que se han implementado en México desde su

conformación como estado soberano.

“Un país o nación se define como soberana cuando tiene la capacidad o el


derecho para autogobernarse; es decir, cuando tiene plena libertad e
independencia para adoptar la forma de gobierno que más le convenga, sin
intromisión de algún otro pueblo o mandatario; cuando es capaz de controlar
y defender la integridad de su territorio; y cuando puede establecer y ejercer
leyes fundamentales para ordenar su vida colectiva.” (Speckman, A. Ávila, F.
Ávila y Pani, 2021, p. 17).

Así México como nación independiente asume su soberanía en 1821, había dos
grupos los que estaban a favor de establecer una monarquía y los que optaban
por una república, es decir un gobierno elegido por los ciudadanos. Triunfaron los
que estaban a favor de la monarquía y así Agustín de Iturbide ocupó el trono de
México como primer emperador en mayo de 1822. Su cargo duró 10 meses debido
al levantamiento de Antonio López de Santa Anna que había proclamado el Plan
de Casa Mata mediante el cual se retoman los principios de la soberanía nacional.

A la caída del imperio, los políticos no sabían que forma de gobierno


tendría el nuevo país. Lo único claro era que deberían respetarse los
derechos de autogobierno de los estados. Algunos querían que cada
estado fuera independiente, otros que no. Por un lado, se encontraban
aquellos interesados en formar una República de corte centralista, es decir,
el poder se encontraba en un solo centro de autoridad que gobernaría de
manera unitaria todo el territorio; por otro lado, se encontraban aquellos
que buscaban una República federalista, donde el territorio se dividiría en
estados y cada uno elegiría democráticamente a los representantes de los
tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) a nivel regional (Speckman et
al., 2021, p.28).

La opción de un gobierno republicano se fortaleció, y en 1824 se proclamó la


primera Constitución ocupando la presidencia Guadalupe Victoria. De 1835 a 1846
se gobernó de manera centralista, ello sirvió de pretexto para que Texas
proclamara su independencia y en 1845 se anexó a los Estados Unidos de
América.

En 1846 se estableció en México el sistema federalista.

En el México independiente se formaron dos bandos: el liberal, que promovía el


comercio sin restricciones, el derecho de las personas, así como el gobierno en
una república, es decir, que los ciudadanos eligieran a sus autoridades; y el
conservador, a favor de que se protegiera la economía nacional y que sólo un
grupo limitado de ciudadanos eligieran a sus autoridades, además de establecer
un gobierno monárquico, ello en el afán de la estabilidad del país. En este sentido,
Vargas, Herrera, Mireles y Lira (2021), comentan que “entre 1846 y 1853, hubo doce
cambios en el Poder Ejecutivo; José Joaquín de Herrera fue el presidente que
permaneció más tiempo (dos años siete meses) y Antonio López de Santa Anna,
el que menos (apenas doce días)” (p. 29).

Por otro lado, Speckman et al. (2021) definen las ideologías de los liberales y los
conservadores:

Las ideas liberales surgen como una respuesta ante las distintas formas de
conservadurismo que existían en México: el conservadurismo radical que
definía a la monarquía absoluta, en la cual no existe una Constitución que
rija los destinos de la nación, tampoco división de poderes, elecciones o
representación; el pueblo no elige autoridades ni participa, ni siquiera por
medio de representantes, en la elaboración de las leyes.

Por su parte, los liberales apostaban por una república federal, en la cual
las entidades que la integraban tuvieran más autonomía y pudieran
expedir las leyes para regirse, aunque respetando lo señalado por la
constitución federal. Por otra parte, creían necesario terminar con las
corporaciones y crear una sociedad de individuos iguales ante la ley.
Consideraban que la principal tarea de los gobiernos era garantizar sus
derechos (entre ellos, seguridad, vida y propiedad), además de sus
libertades (expresión, asociación, trabajo y, para algunos, religión) (p.59).

En este sentido, en 1854 Juan Álvarez, inició un movimiento contra Santa Anna
mediante el Plan de Ayutla; con su triunfo llegaron al poder liberales como Benito
Juárez quién estaba convencido de que la única forma de lograr un progreso era
quitando privilegios a la Iglesia, así el 5 de febrero de 1857 se establece una nueva
Constitución federalista y liberal.

En respuesta a lo anterior, entre 1857 y 1860, el partido conservador inició


mediante el Plan de Tacubaya una nueva guerra civil en México (la Guerra de
Reforma) que también se conoció como Guerra de Tres años.

Al respecto, las Leyes de Reforma no favorecían a la Iglesia, pues promovían la


nacionalización de sus bienes. Dichas leyes pretendían separar las funciones de
la Iglesia y el Estado, a ello se le llama secularización. Al respecto, la Guerra de
Reforma fue ganada al final por los liberales.

A consecuencia de los conflictos internos, el gobierno mexicano estaba en


bancarrota, endeudado y no recibía impuestos de los estados ni de las aduanas.
Ante la imposibilidad de pagar sus deudas externas se declaró la moratoria, es
decir que se aplazó el pago. De esta manera los principales acreedores Inglaterra,
Francia y España convinieron en bloquear puertos mexicanos del golfo para
interrumpir el comercio y ejercer presión en el gobierno. México tuvo que
negociar y España e Inglaterra se retiraron, no así Francia. Por este motivo, entre
1862 y 1867, Francia con el apoyo de los conservadores invadió a México e impuso
en 1864, un gobierno monárquico a través de Maximiliano de Habsburgo,
príncipe austriaco al que le habían ofrecido la corona.
Speckman et al., 2021. Figura 1.14 Sitio de Puebla, 1863, Palacio de Versalles. p.32

Maximiliano compartía algunas ideas con los liberales y empleó en su gobierno a


algunos políticos liberales mexicanos, además estaba a favor de abolir los
privilegios del clero y nacionalizar sus bienes. Por ello, los conservadores dejaron
de apoyar al nuevo emperador, ello coincidió en que Francia retiró sus tropas del
país pues tenía que ir a combatir a Europa; así en 1867 el emperador fue
derrotado y se instaló la etapa conocida como República restaurada (1867-1876)
en dónde Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada impulsaron varios cambios
como la creación de la Escuela Nacional Preparatoria y la inauguración de la
primera línea férrea que comunicaba a la Ciudad de México con el puerto de
Veracruz.

En 1876 mediante el Plan de la Noria, surge un levantamiento armado fallido,


cinco años después mediante el Plan de Tuxtepec, Porfirio Díaz llega al poder. En
este periodo, conocido como Porfiriato, se estimuló la inversión de empresas
extranjeras; además, la agricultura, ganadería, comercio y minería fueron
reactivados; asimismo comenzó el desarrollo de la industria y la banca; de esta
forma, se inició un proyecto nacionalista. Sin embargo, se instaló una profunda
desigualdad social; por un lado, estaban los grandes hacendados que tenían a los
campesinos y peones laborando en condiciones casi de esclavitud, y por otro en
la ciudad, los dueños de los medios de producción ejercían una explotación
laboral sobre los trabajadores que sobrevivían con un sueldo miserable en
condiciones de insalubridad y sin horarios específicos. En las haciendas a los
peones no se les pagaba con dinero se les entregaban vales que debían utilizar
en la tienda del patrón o tienda de raya, en donde las mercancías eran muy caras
y sus vales no les alcanzaban para subsistir por lo que tenían que recurrir a
préstamos y así quedaban endeudados de por vida con su patrón, heredando sus
hijos la deuda.

Todo ese ambiente de injusticia y presión propicia el estallamiento de la


Revolución el 20 de noviembre de 1910 mediante el Plan de San Luis encabezado
por Francisco I. Madero.

Porfirio Díaz renuncia el 25 de mayo de 1911 y asume la presidencia Francisco I.


Madero como primer gobernante democrático del siglo XX.
Speckman et al., 2021, El porfiriato., p.70

Debido a diferencias que hubo entre fuerzas revolucionarias y decisiones


tomadas por el gobierno de Francisco I. Madero, en 1913 se da un golpe de estado
a su gobierno, imponiéndose así el general Victoriano Huerta como presidente y
estableciendo entonces una dictadura militar que puso en su contra a varios
grupos revolucionarios. El 26 de marzo de 1913 Venustiano Carranza mediante el
Plan de Guadalupe derroca a Victoriano Huerta creando el Constitucionalismo
concretado mediante la Constitución de 1917 que actualmente nos rige.

En 1920 mediante el Plan de Agua Prieta, el general Plutarco Elías Calles


desconoce el gobierno de Carranza, sublevación que terminaría con el asesinato
de Carranza; tras su muerte, fue electo presidente Álvaro Obregón para el periodo
1920-1924, le continuó el gobierno de Plutarco Elías Calles comenzando la
institucionalización económica del país. Al periodo de 1928 a 1934 se le conoció
como Maximato dado que la presidencia fue ocupada por tres mandatarios bajo
la influencia del general Calles conocido como “Jefe Máximo de la Revolución”.
En 1934 fue electo presidente el general Lázaro Cárdenas, a partir de aquí el
periodo presidencial comienza a ser de seis años en lugar de cuatro. Se dio la
expropiación petrolera en 1938. El sexenio de Manuel Ávila Camacho de 1940 a
1946, fue el último gobernado por un militar.

En 1946, el PRM se transformó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el


cuál respaldó los gobiernos de Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines,
Adolfo López Mateos quien nacionalizó la industria eléctrica, Gustavo Díaz Ordaz
(1964), Luis Echeverría (1970) y José López Portillo (1976).

Fuentes de información:

Vargas Maximiliano, Herrera Verónica Guadalupe, Mireles Ángel, Lira Holguer,


Orijel Ivette. (2021). Historia de México 3 Secundaria. Ciudad de México, México:
Editorial Santillana, S.A. de C.V.

Speckman Elisa, Ávila Alfredo, Ávila Felipe, Pani Érika. (2021). Historia 3. Ciudad de
México, México: Ediciones Castillo, S. A. de C.V.

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