INFILTRACIÓN
ARTICULAR EN
ATENCIÓN
PRIMARIA
Silvia Armangué Sanz
Rubén Medina Muñoz
18 de Marzo de 2004
1. NOCIONES BÁSICAS
¿Qué es infiltrar?
La infiltración articular o de partes blandas consiste en la aplicación local de sustancias
analgésicas y antiinflamatorias para que actúen allí dónde se produce el proceso doloroso o
inflamatorio. Es importante matizar que no es un tratamiento etiológico sino sintomático.
¿Es factible en Atención Primaria?
La realización de algunas infiltraciones en Atención Primaria es factible siempre que se
tengan en cuenta las siguientes premisas:
• Lo más importante es saber llegar a un diagnóstico correcto de la patología, por lo que es
obligatoria una formación adecuada en el abordaje de procesos del aparato
locomotor.
• También es necesario conocer las diferentes opciones terapéuticas disponibles de la
patología a tratar y saber elegir la más adecuada a cada tipo de paciente.
• Para poder infiltrar también es fundamental tener un conocimiento básico de la anatomía
articular y haber realizado un aprendizaje y entrenamiento de la técnica.
¿Es útil en Atención Primaria?
Numerosos estudios apoyan su utilidad a corto plazo en casi todas las patologías que
habitualmente se infiltran.
A largo plazo, aunque hay pocos estudios que superen el año de seguimiento, no parece que
haya diferencias con relación a las distintas opciones terapéuticas que se elijan.
¿Qué patologías podemos infiltrar?
Dentro de los procesos articulares y de partes blandas que se ven con cierta frecuencia en la
consulta de Atención Primaria, las patologías que se pueden infiltrar por orden de mayor a menor
complejidad y por menor riesgo de efectos secundarios son:
• Tendinitis anserina.
• Epicondilitis.
• Patología del manguito de los rotadores.
• Síndrome acromioclavicular.
• Neuroma de Morton.
• Bursitis trocanterea.
• Fascitis plantar.
• Artrosis trapeciometacarpiana.
• Síndrome del túnel carpiano.
• Epitrocleítis.
• Tendinitis de Dequervain.
¿Qué cuidados debemos tener?
Para evitar reacciones graves, en la anamnesis siempre se debe interrogar por posibles
alergias, sobretodo a anestésicos.
Se han de tomar medidas básicas de asepsia y antisepsia para evitar la infección, tales como
lavado de manos, utilización de guantes estériles, aplicación de povidona yodada o similar en la
zona a infiltrar,...
¿Qué riesgos tienen?
Las infiltraciones producen muy frecuentemente tenosinovitis y aumento del dolor en las
primeras 48 horas que suelen resolverse espontáneamente.
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También se pueden producir alteraciones en la piel, tales como atrofia o alteraciones en la
pigmentación. En la mayoría de las ocasiones se debe a que la infiltración se realiza muy
superficialmente aunque teóricamente también puede suceder aunque las infiltraciones se hayan
hecho correctamente. Para evitar estas alteraciones cutáneas hay que asegurarse de aplicar la
infiltración en el lugar adecuado.
Existe también riesgo de infección de la propia articulación o de las estructuras adyacentes.
Pueden producirse lesiones nerviosas, por ejemplo en la infiltración del síndrome del túnel
del carpo y epitrocleitis, y tendinosas, como en la tendinitis bicipital o en la tendinitis de
Dequervain.
Por último, pueden aparecer reacciones adversas a medicamentos, fundamentalmente a los
anestésicos, pudiendo incluso producirse de forma excepcional shock anafiláctico.
¿Qué seguimiento hay que hacer?
Es muy importante revisar la zona en un plazo de 3 a 4 días después de la infiltración para
vigilar signos de infección.
Para poder valorar la respuesta clínica a la infiltración hay que esperar de 2 a 3 semanas,
aunque puede haber mejoría en los primeros días.
¿Cuándo no debemos infiltrar?
No está indicado infiltrar si existe riesgo de infección, bien porque haya una situación
séptica en la zona a infiltrar, o bien por la presencia de una septicemia.
La infiltración esta contraindicada en caso de existir enfermedades concomitantes que por si
mismas contienen riesgo de complicaciones, como por ejemplo los enfermos anticoagulados,
diabéticos, inmunodeprimidos, etc.
Así mismo no se deben realizar cuando han fracasado infiltraciones en el mismo sitio o se
han producido reacciones alérgicas previas a cualquiera de las sustancias que se van a infiltrar.
¿Cuántas infiltraciones se pueden hacer?
Aunque se establecen 3 como el número máximo de infiltraciones a realizar en una misma
articulación no hay un numero claro de infiltraciones periarticulares que son las que más
frecuentemente se van a realizar en Atención Primaria. A pesar de ello parece que lo más prudente
es admitir un máximo de 3.
El plazo entre cada una de ellas debe ser inferior a 3 ó 4 semanas, que es el tiempo de vida
media del corticoide depot. Tras este periodo se puede valorar el efecto terapéutico máximo de la
infiltración.
2. TÉCNICAS DE INFILTRACIÓN
2.1.Técnicas de infiltración en patología del hombro
El objetivo de la infiltración con corticoides es suprimir localmente la inflamación con
objeto de disminuir el dolor y acelerar la recuperación del hombro.
Material:
• Aguja de 0,8 x 40 mm (verde, intramuscular).
• Jeringas de 5 ml.
• Corticoide depot: 2 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 2 ml.
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Vías de acceso:
• Vías posterior:
La interlinea articular se localiza 1cm por debajo del borde externo de la espina de la
escápula en la cara posterior y se dirige de forma perpendicular al plano cutáneo en dirección a la
apófisis coracoides.
• Vía anterior:
Con el paciente colocado en posición neutra se puede localizar la articulación gleno-humeral
colocando uno de los dedos entre la apófisis coracoides y la cabeza humeral. A medida que el brazo
se desplaza en rotación interna, puede apreciarse que la cabeza humeral gira hacia dentro
identificándose el espacio articular en forma de un surco inmediatamente por fuera de la coracoides.
El abordaje anterior tiene la dificultad de que hay que evitar la arteria acromio-torácica que
transcurre por la cara interna de la coracoides y el nervio circunflejo, por lo que se suele preferir la
vía posterior.
• Vía lateral:
El punto de entrada se localiza en el espacio entre el acrómion y la cabeza humeral, con la
aguja perpendicular al plano cutáneo.
En el caso de la tendinitis del manguito de los rotadores y en la bursitis subacromial se usará
principalmente la vía lateral.
En el caso de una capsulitis adhesiva o de una artritis gleno-humeral se utilizará la vía
posterior o anterior.
Articulación acromioclavicular:
Con el brazo en posición neutra se localiza la interlínea articular mediante la palpación de
los bordes articulares.
Material:
• Aguja de 0,5 x 16 mm (Naranja, subcutánea).
• Jeringas de 2 ó de 5 ml.
• Corticoide depot: 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 1 ml.
Tendinitis Bicipital
Con el brazo en abducción y ligera rotación externa se localiza el tendón en la corredera
bicipital.
Material:
• Aguja de 0,5 x 16 mm (Naranja, subcutánea).
• Jeringas de 2 ó de 5 ml.
• Corticoide depot: 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 1 ml.
2.2. Técnica de infiltración del codo
Epicondilitis y Epitrocleitis
La posición del brazo es con el codo apoyado sobre una superficie dura y en ángulo recto.
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Material:
• Aguja de 0,5 x 16 mm (Naranja, subcutánea).
• Jeringas de 2 ó de 5 ml.
• Corticoide depot: 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico
Bursitis olecraniana
Posición: Codo suspendido, sujetado con la otra mano.
Acceso: El abordaje deberá ser lateral y posterior. Se introduce la aguja por la zona
lateroposterior dirigida hacia el centro de la bolsa.
Evacuar el contenido completamente, rompiendo tabiques por presión o con movimiento de
la aguja.
Cambiar la jeringa e inyectar 2 ml de la mezcla del corticoide y del anestésico.
Inmovilizar la bolsa con vendaje compresivo durante las primeras 24 horas.
Material:
• Aguja de 0,8 x 40 mm (verde, intramuscular)
• Jeringas de 10 ml.
• Corticoide depot: 1-2 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 1 ml.
2.3. Técnica de infiltración de la mano
Sd, de Dequervain
La posición: mano en pronosupinación media del antebrazo, sujetando el pulgar.
Localización de los tendones afectados realizando extensión y abducción resistida del pulgar.
Palpación del punto de máximo dolor.
Punto de entrada: en la zona de mayor dolor en el trayecto de los músculos abductor largo
y extensor corto del pulgar.
La dirección de la aguja casi paralela al plano cutáneo, en dirección al antebrazo. Si tenemos
dudas acerca de la exactitud del lugar de inyección, separar la jeringa de la aguja y pedirle al
paciente que mueva el pulgar. Si la punta de la aguja está demasiado hundida en el tendón se
desplazará con los movimientos del pulgar.
Cuidado con la arteria radial.
Se emplea aguja naranja (subcutánea) inyectando una cantidad aproximada de 1-2 ml.
Material:
• Aguja de 0,5 x 16 mm (naranja, subcutánea).
• Jeringas de 2 ó 5 ml.
• Corticoide depot: 0.5 a 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 0.5 a 1 ml.
Si la evolución de la tenosinovitis es de más de 6 meses suele ser rebelde a las infiltraciones
locales y requiere una solución quirúrgica.
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Túnel carpiano
La posición: mano en semiflexión dorsal con la palma hacia arriba. Localizar el músculo
palmar mayor en la línea media de la muñeca. Localizar las dos líneas cutáneas de flexión de la
muñeca.
Punto de entrada: se introduce la aguja entre las dos líneas, aproximadamente a 1 cm del
pliegue distal de flexión de la muñeca, en el lado cubital del tendón del palmar mayor, en dirección
oblicua hacia la palma (45-60º). Introducción de la aguja de aproximadamente 1 cm.
Se emplea aguja naranja (subcutánea) inyectando una cantidad aproximada de 1-2 ml.
Material:
• Aguja de 0,5 x 16 mm (naranja, subcutánea).
• Jeringas de 2 ó 5 ml.
• Corticoide depot: 0.5 a 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 0.5 a 1 ml.
Cuidado con las parestesias. El efecto secundario más frecuente es el entumecimiento
pasajero del pulgar, el índice y la mitad del anular. Es pasajero y no tiene ninguna gravedad (aunque
debemos de informar al paciente).
Rizartrosis
La posición: mano en pronosupinación media del antebrazo traccionando el pulgar.
Punto de entrada: se localiza en el punto de máxima sensibilidad dolorosa en la zona del
vértice que forman la estiloides radial y el tendón extensor largo del pulgar, en la tabaquera
anatómica.
La dirección de la aguja es ligeramente oblícua y medial, hasta encontrar la interlínea
Aguja naranja, subcutánea (16/5).
Material:
• Aguja de 0,5 x 16 mm (Naranja, subcutánea).
• Jeringas de 2 ó 5 ml.
• Corticoide depot: 0.5 a 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 0.5 a 1 ml
Otras articulaciones que se pueden infiltrar:
La articulación radiocarpiana (afectada mas frecuentemente por la artritis reumatoide). El
sitio de infiltración es el hueco en forma de T entre la extremidad radial, el semilunar y el
escafoides. Infiltración en ángulo de 60 grados dirigida hacia el radio con aguja subcutánea
(naranja). Aplicar férula durante 24 horas para limitar los movimientos de la muñeca.
La articulación radiocubital distal (afectación mas frecuente, la artritis reumatoide).
Las pequeñas articulaciones de los dedos. Suele ser necesaria la infiltración en las
poliartritis reumatoides con mala respuesta a tratamientos convencionales. La técnica de
infiltración es similar para todas las articulaciones, se flexiona la mano, a 45 grados, se localiza la
línea interarticular, con la otra mano se separa el dedo del paciente y con la otra se pondrá la
inyección a lo largo de la línea articular, tangencialmente a la articulación. Posteriormente utilizar
una férula para inmovilizar la articulación durante 24 horas. No aplicar demasiadas inyecciones de
una sola vez. Se utiliza una aguja subcutánea (naranja).
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2.4. Técnicas de infiltración de la rodilla
Técnica intraarticular. Artrocentesis
La extracción de líquido articular podemos hacerla con fines diagnósticos, terapéuticos o
ambos. La punción se hará en decúbito supino y extensión y en condiciones de asepsia. El abordaje
se puede hacer desde diferentes puntos o vías, debiendo utilizarse aquel con el que el clínico se
encuentre más familiarizado, cómodo y seguro. El paciente en decúbito supino con rodilla en
extensión.
Vía suprapatelar lateral: el punto de abordaje resulta de la intersección de dos líneas; una
perpendicular al eje del muslo y situada a 1 cm. del polo superior de la rótula y la otra paralela al
borde externo de la rótula separada de este también por 1 cm. de distancia. Marcado el punto de
cruce de ambas líneas introducimos la aguja (40/8 verde) perpendicular a la piel y paralela al plano
de la camilla. Con esta vía accedemos al receso o bolsa suprapatelar, sin posibilidad de impactar
contra la rótula.
Vía lateral subrotuliana: se empuja la rótula hacia la cara externa de la rodilla, al tiempo
que se presiona la bolsa suprarotuliana. El punto de entrada se localiza por debajo del alerón
externo de la rótula a nivel de la interlinea femorotibial, siendo la dirección de la aguja
perpendicular a la piel y paralela a la rótula e introduciéndola en su totalidad.
Vía medial subrotuliana: el punto de entrada se localiza por debajo del alerón interno de la
rotula a nivel de la unión de los dos tercios inferior con el tercio superior de la misma. La dirección
de la aguja es perpendicular a la piel y paralela a la cara posterior de la rótula. La presión sobre el
receso suprapatelar facilitará la extracción del liquido.
Aprovechando esta punción y, una vez evacuado el derrame, podemos administrar de 1 a 2
ml de corticoide y 2 ml de anestésico, sin retirar la aguja con la que estemos haciendo una
infiltración intraaticular.
Material:
• Aguja de 0,8 x 40 mm (verde, intramuscular).
• Jeringas de 2 ó de 5 ml.
• Corticoide depot: 1 ó 2 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 2 ml.
Técnicas de infiltración extrarticular
• Bursitis prepatelar: Decúbito supino, extensión, asepsia. Abordaje: cara anterior
rótula, porción externa por fuera del tendón del cuadriceps, con la aguja ligeramente oblicua al
plano cutáneo y en sentido medial. Aguja 16/5 (naranja o verde corta). 1ml de anestésico y 1 ml de
corticoide. Infiltrar en abanico ya que tiende a tabicarse.
• Bursitis anserina: Decúbito supino, flexión 60º, asepsia. Abordaje: cara
superointerna extremo próximal de tibia, punto tumefacto y doloroso, con la aguja perpendicular a
la piel y en abanico. Aguja naranja o verde corta. 1ml de anestésico y 1 ml de corticoide.
Material:
• Aguja de 0,5 x 16 mm (Naranja, subcutánea).
• Jeringas de 2 ó de 5 ml.
• Corticoide depot: 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 1 ml.
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2.5. Técnica de infiltración del pie
Neurinoma de Morton
La posición: Paciente en decúbito supino con la rodilla flexionada y el pie en flexión y
apoyo plantar.
Punto de entrada: a través del 3º espacio intermetatarsiano.
Se emplea aguja naranja, introduciéndose perpendicular al plano cutáneo hasta encontrar el
punto de parestesia (calambrazo), retirándose entonces unos mm. e inyectando una cantidad
aproximada de 1 ml.
Material:
• Aguja de 0,5 x 16 mm (Naranja, subcutánea).
• Jeringas de 2 ó 5 ml.
• Corticoide depot: 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína
Espolón y fascitis plantar
La posición: Paciente en decúbito supino, con el pie a infiltrar cruzado sobre la otra pierna.
También se puede poner al paciente en decúbito prono y con la rodilla a 90º, lo que ofrece toda la
planta del pie relajada y paralela a la camilla.
Punto de entrada: borde anterointerno del talón próximo a la zona de apoyo, sobre la piel
fina. Como referencia práctica se puede utilizar el ancho del talón. Dicha medida se aplica sobre el
borde posteroinferior del pie y nos ofrece la línea, que en sentido proximal, por el borde
anterointerno del talón, será el punto de inyección, una vez llegados a la piel fina.
La dirección de la aguja es paralela al plano de apoyo hasta el centro del talón, en ángulo
aproximado de 45° respecto al borde interno del pie.
Infiltrar lentamente para no producir dolor al distender la inserción de la aponeurosis.
Se emplea aguja verde (i.m.) inyectando una cantidad aproximada de 1-2 ml.
Material:
• Aguja de 0,8 x 40 mm (verde, intramuscular).
• Jeringas de 2 ó 5 ml.
• Corticoide depot: 1 ml.
o Parametasona 40 mg/2 ml (Cortidene depot®)
o Triancinolona 40 mg/1 ml (Trigon depot®)
o Betametasona 12 mg/2 ml (Celestone Cronodose®)
• Anestésico local, Mepivacaína 1% ó 2% sin vasoconstrictor: 1 ml.
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Consentimiento informado para infiltración
En .............................., a ....... de ......................... de 20....
Yo ________________________________________ (nombre del tutor, si es el caso), he sido
informado por el Dr. _____________________________ de que padezco ________________ Para
tratar dicha dolencia se puede aplicar una infiltración, aunque también conozco otras posibilidades
terapéuticas en caso de rechazar este tratamiento.
He sido informado de los posibles efectos adversos de dicho tratamiento, como el dolor
postinyección, la infección, alteraciones en la coloración de la piel o atrofia. Excepcionalmente en
casos de alergia a anestésicos, podría producirse shock anafiláctico que puede ocasionar incluso la
muerte.
También se me ha informado de si existe algún riesgo añadido según mis antecedentes médicos, así
como del seguimiento y cuidados a tener después.
Una vez valoradas todas las circunstancias, y tras responderme a las preguntas que he planteado,
autorizo al Dr. ___________________ a proceder a la infiltración el día _____ del mes _____a las
_____
Fdo: ………………………………… Fdo:
………………………………………
(Nombre del paciente o tutor) (Nombre del testigo si lo hubiera)
Fdo: ………………………………………
Nombre y nº colegiado del médico ......................................................................
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INFORMACIÓN AL PACIENTE
¿En qué consiste la infiltración?
Con la infiltración su médico pretende aliviarle el dolor y recuperar, si es el caso, la movilidad de la
articulación. Para ello, le inyectará en la zona afectada una sustancia anestésica y antiinflamatoria.
En ocasiones, hay que esperar al menos dos o tres semanas para ver el efecto definitivo de la
infiltración. En caso de no mejorar del todo, podría ser necesario infiltrar otra vez. No es
aconsejable realizar más de tres infiltraciones sobre la misma articulación en un mismo año.
Dentro de los posibles efectos secundarios, aunque son poco frecuentes, figuran el dolor
postinyección, la infección, alteraciones en la coloración de la piel o atrofia. Excepcionalmente,
puede producirse shock anafiláctico en casos de alergia a anestésicos, que puede ocasionar la
muerte. Por este motivo, es de vital importancia avisar a su médico de posibles antecedentes
alérgicos a medicamentos.
Después de la infiltración deberá tener la articulación en reposo durante 48 o 72 horas con el fin de
que sea más efectiva y para evitar el dolor postinyección. También es necesaria la revisión de la
zona infiltrada a los dos o tres días.
DÍA DE LA INFILTRACIÓN: HORA: SALA:
DÍA DE LA REVISIÓN: HORA: SALA:
Si le queda cualquier duda, consulte con su médico antes de proceder a la infiltración.
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BIBLIOGRAFÍA
www.fisterra.com/material/tecnicas/infiltracio
-Murciano Antón M.A., Palacín de Miguel L. Técnicas básicas de infiltración para Atención
Primaria;CD-ROM
-St John A, Graber J. Técnicas de infiltración articular. Barcelona: Termis; 1989.
-Palomino B, Peña A. Eficacia de la infiltración con corticoide y anestésicos en la epicondilitis.
Rheuma 2000; 4: 44-47.
-Frank H. Netter,M.D. Huesos y articulaciones del hombro y brazo. En: Russell T, Woodburne MA,
Edmund S, Crelin PhD, Frederick S, Kaplan MD. Sistema musculoesquelético Tomo VIII. New
Barcelona: Salvat ;1990: p.30-34.
-Vidal J, Tornero J. Terapia intraarticular. En: Gabriel Herrero-Beaumont, Emilio Martín, José Luis
Riestra, Jesús Tornero. Manual de enfermedades reumaticas. Madrid: Doyma; 1992: p.21-127.
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