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(Ficha de la catedra “Psicología Evolutiva I”)

LA ADOLESCENCIA: Etapa de transición y de transacción

Como ya lo sabemos la psicología evolutiva se ocupa de los cambios psicológicos


que ocurren durante la vida. Como tal, aborda las etapas por las que el ser humano pasa
hasta alcanzar la edad adulta. La adolescencia se considera una etapa de tránsito entre
la infancia y la madurez.
Este paso de la infancia a la edad adulta adquiere características diferenciales,
según la época y la cultura en que se desarrolla. El ciclo vital de la adolescencia no es
reconocido como estadio diferenciado en otras culturas. Algunos investigadores
consideran que es un invento creado por las sociedades industrializadas, que exigen mayor
preparación antes de asumir los roles de adulto. En los países occidentales, la formación
del adolescente para integrarse en la vida adulta se basa en la instrucción escolar. Se
valora el rendimiento cognitivo, pero a veces se olvidan otras tareas, como la búsqueda
de la identidad o la construcción de una personalidad madura.
El sentido de la adolescencia es dar un paso a la madurez, por ello el adolescente
sufre una serie de transformaciones que afectan prácticamente a todos los aspectos de
su personalidad: a su vertiente biológica (cambios corporales), a su estructura intelectual,
a su mundo afectivo (el adolescente se ve sometido a “inestabilidades” y “vaivenes”
emocionales que se expresan en su conducta), a su imagen del mundo y del sentido de la
existencia. Durante esta etapa, el individuo experimenta una metamorfosis física y
cognitiva y lucha por encontrar su identidad (se pregunta quién es y qué llegará a ser)
ante cambios tan drásticos.

PERSPECTIVAS SOBRE LA ADOLESCENCIA


Hay visiones contrapuestas en torno a naturaleza de la experiencia adolescente:
G. Stanley may fue el primer psicólogo que investigó este período de la vida a comienzos
del siglo XX. Declaró que los cambios físicos influían en los cambios psicológicos. Los
esfuerzos que realizan los jóvenes por adaptarse a ellos provocaba un período de tormenta
y estrés (Términos tomados del Romanticismo alemán Strurm und Drang)
Este autor describía al adolescente como un animal desarrollado, pero dentro de una
jaula, que no sabe cuándo alcanzará la libertad y cómo se manejará en las nuevas
situaciones. El adolescente es presa de fuertes “crisis y tensiones”, un ser confundido y
perturbado por la sociedad.
En cambio la antropóloga Margared Mead, que realizó estudios sobre la adolescencia en
Samoa (1928), y en Nueva Guinea (1953), destacó la importancia de los factores culturales
(Ficha de la catedra “Psicología Evolutiva I”)

en el desarrollo de la adolescencia, ya que en varias sociedades era una etapa placentera


de la vida y no se caracterizaba por crisis y tensiones. Los niños de Samoa eran educados
de manera responsable y asistían a sucesos fundamentales de la vida, como el nacimiento
o la muerte.
Desde la perspectiva constructivista se contempla la adolescencia como un proceso de
desarrollo de las propias potencialidades o recursos psicológicos ante las diferentes
posibilidades presentes en la vida, proceso que debe permitir la consecución de la
autonomía personal y social.
Entre las potencialidades que marcan la transición adolescente y los cambios y retos que
todo adolescente debe afrontar, destacan los siguientes:
 Apropiación de una científica del mundo. Permite el análisis de las variables
implicadas en un fenómeno y el dominio del pensamiento hipotético,
deductivo e inductivo. La adquisición del pensamiento abstracto posibilita
trabajar mentalmente, no sólo con lo real, sino también con datos hipotéticos
o posibles.
 Construir y revisar la propia identidad personal: La imagen (autoconcepto y
autoestima) que uno tiene de sí mismo, las expectativas y proyectos futuros.
Esto supone la aceptación de las transformaciones físicas de la pubertad y
alcanzar la independencia emocional, previa redefinición de la relación
familiar.
 Otras facetas que deben desarrollar son la adquisición de una moral
autónoma, basada en la reciprocidad y cooperación, y nuevas relaciones
interpersonales y sociales; por ejemplo el inicio de una relación de pareja y el
desempeño de un rol estudiantil o laboral.
CAMBIOS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS
Para llegar a ser adulto no sólo se necesita tener madurez física, también son necesarios
cambios en la forma de razonar, en el pensamiento moral y ajustes de la personalidad y
del comportamiento afectivo y sexual. Comenzaremos por los cambios físicos y
psicológicos.
 Cambios físicos en la pubertad
La transformación física del cuerpo y la maduración sexual durante esta etapa marcan el
comienzo de la adolescencia o la transición entre la infancia y la vida adulta. En un tiempo
breve, los adolescentes experimentan cambios físicos muy acusados: el crecimiento
(Ficha de la catedra “Psicología Evolutiva I”)

acelerado en peso y altura, el desarrollo de las características sexuales secundarias y la


adquisición de la capacidad reproductiva.
La pubertad comienza con secreciones hormonales, desencadenantes, un rápido
crecimiento, que en las chicas comienza aproximadamente a partir de los 11 años y en los
varones a los 12. Durante este proceso se desarrollan los caracteres sexuales primarios,
maduración de los órganos reproductores, ovarios y testículos y los caracteres sexuales
secundarios (rasgos no reproductores). En ambos casos aparece el vello pubiano y axilar,
en las chicas se produce un aumento de los pechos, agrandamiento de las caderas y en
los chicos aparece el vello facial y la voz más grave.
La pubertad puede determinarse con señales objetivas: en las chicas aparece la
menstruación, que indica la maduración sexual de la mujer, y en los chicos la aparición del
vello púbico y la capacidad de eyaculación. La fecha de la menarquía no depende
solamente de factores madurativos. Se ha comprobado que, en general, se adelanta en
las ciudades y en los países más cálidos, mientras que se retrasa en los países fríos.
 Cambios psicológicos
La adolescencia sigue a la pubertad, y se sitúa en torno a los 13-18 años, cuando el
desarrollo físico ha terminado. El final de la adolescencia es difícil de precisar, porque
depende de factores psicológicos y sociales (como por ejemplo la independencia
económica, acceder al mundo laboral o elegir una carrera universitaria).
La adolescencia es una fase de reafirmación del Yo; el individuo toma conciencia de sí
mismo y adquiere mayor control emocional. Los problemas relacionados con el proceso
de crecimiento, el desarrollo de los órganos genitales, y las consecuencias derivadas de
los caracteres sexuales secundario hacen del adolescente un ser diferente, ambivalente a
veces, acomplejado y en lucha permanente con su imagen corporal.
En esta etapa se produce un gran afán de independencia y libertad. El adolescente
quiere mayor autonomía y busca nuevas experiencias, pierde la confianza básica en la
familia, lo que hace que se sienta extraño y angustiado en un mundo con el que no se
siente plenamente identificado.
A los padres les cuesta comprender que su hijo ya no es un niño y que para su crecimiento
personal necesita mayor autonomía. El adolescente no tiene una actitud de huida, sino de
búsqueda. No quiere marcharse de casa, sino vivir en ella de otra manera. El adolescente,
por otra parte, necesita romper el apego materno y liberarse de la imposición autoritaria
del padre. Si la madre se empeña por retener afectivamente al hijo/a o el padre intenta
imponer su autoridad, con ello impiden la autonomía de sus hijos. Esta situación conflictiva
(Ficha de la catedra “Psicología Evolutiva I”)

origina que el adolescente tenga un comportamiento susceptible, arrogante y crítico, no


sólo con los padres, sino con todas las figuras de autoridad.
No en vano, cada adolescente mira a su interior y contempla un mundo psíquico rico en
posibilidades. Reconoce la madurez de su pensamiento, conoce su inteligencia práctica
y creativa, es consciente de su capacidad de tomar decisiones y de ser responsable con
la consecuencia de sus actos y posee una sexualidad que le equipara a los adultos.
A veces, el retraimiento interior se interpreta desde afuera como un excesivo egocentrismo,
sobrevaloración personal y disconformidad con quienes le rodean, pero es necesario este
proceso para que el adolescente afiance su personalidad y adquiera un pensamiento
racional y unos valores acordes con su realidad circundante.
Este período introspectivo trae consigo una reorganización de los sentimientos, mostrando
la necesidad de compartir y solidarizarse con el entorno social, lugar donde él desplegará
su forma de ser y estar, para desarrollar una vida lo más coherente posible.
Todo adolescente necesita saber quién es, pues necesita sentirse respetado y amado,
como todo ser humano, y para ello necesita saber quién es. El niño prepúber se identifica
a través de sus padres o los adultos de su entorno, pero el adolescente necesita desarrollar
su propia identidad y ser el mismo. Erik Erikson (1902-1994) es uno de los autores que más ha
escrito sobre el desarrollo de la identidad desde la infancia hasta la vejez, con especial
énfasis en la adolescencia, a través de un enfoque psicoanalítico. A lo largo de los estadios
del ciclo vital aborda diferentes aspectos, siendo los más relevantes las crisis psicosociales,
el radio de relaciones significativas y las fuerzas básicas. Según Erikson el desarrollo humano
sólo se puede entender en el contexto de la sociedad a la cual uno pertenece.
La adolescencia corresponde al estadio V del ciclo vital de Erikson, cuando la crisis
psicosocial es la Identidad (resolución favorable) en contraposición a confusión de roles o
de identidad (resolución desfavorable). La fuerza básica es la Fidelidad y las relaciones
significativas serán los pares y modelos de liderazgo. Para llegar a la crisis psicosocial de la
identidad de la adolescencia hay que haber superado las cuatro etapas previas, siendo
lo ideal que haya sido de forma favorable. Por tanto, en el estadio denominado infancia,
haber logrado Confianza; en la niñez temprana, Autonomía; en la edad del juego,
Iniciativa; y en la edad escolar, Laboriosidad y Competencia.

Referencias y textos complementarios:


-BALARDINI, S. (2010) Adolescencia y modelos de identificación Entre la globalización y el nuevo siglo.
-URIBARRI, R (1990): Adolescencia, duelo y a –posteriori.
-VEGA,M., BARRIONUEVO,J. Y VEGA V, (2007) Algunas teorías acerca de la adolescencia. Recorrido
histórico- conceptual.

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