Salud Enfermedad. EPS. Programas de Salud.
Salud Enfermedad. EPS. Programas de Salud.
PROGRAMAS DE SALUD.
Concepto de salud y enfermedad.
Tradicionalmente la salud ha sido un concepto negativo, en el sentido de ausencia de enfermedad.
Hay, no obstante, un acuerdo en aceptar que la salud no es sólo el antónimo de enfermedad, sino que
también es un factor positivo que contribuye al bienestar.
A través del tiempo el concepto del proceso salud-enfermedad ha sufrido cambios importantes:
El concepto primitivo de dicho proceso, veía en la enfermedad un origen demoníaco, cuya
única solución dependía del hechicero de la tribu, no teniendo en cuenta para nada al
individuo.
El concepto clásico ve como origen de la ruptura del binomio salud-enfermedad una
disfunción orgánica, basando su solución en la observación de los casos y el cúmulo de
experiencia sobre sí mismo.
El concepto medieval del proceso está muy influenciado por el carácter religioso de la época,
destacando los exorcismos.
La concepción biologista-burguesa, basada en considerar a la persona como un ser individual
y sus respuestas al entorno.
La concepción biologista-unicausal establece que cada enfermedad tiene una única causa
específica.
La concepción biologista-multicausal considera multitud de factores en el desarrollo de una
enfermedad.
El concepto ecológico busca integrar la salud física y mental de las personas con la salud del
medio ambiente que les rodea.
Existen diversas concepciones de lo que es Salud, ya sea dentro del mundo del trabajo o fuera de él.
Factores sociales, económicos, culturales y políticos influyen en lo que es el concepto de salud.
Según Ricardo Moragas es posible considerar unas concepciones médicas, unas concepciones
sociales y una concepción ideal de la salud.
1. Concepciones médicas de la salud.
Se basan en el punto de vista de la medicina como actividad profesional y pueden dividirse
en salud somático-fisiológica, psíquica y sanitaria.
La concepción somático-fisiológica define la salud como la ausencia de enfermedad,
como el bienestar del cuerpo. No tiene en cuenta la existencia de enfermedades no
somáticas.
La concepción psíquica se basa en la estrecha interrelación entre el cuerpo y el
espíritu. Hoy en día, en las sociedades industrializadas se asiste a un proceso de
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creciente relevancia de los procesos psíquicos.
La concepción sanitaria de la salud trata de preservar, mantener o recuperar la salud
colectiva. Se basa en un enfoque positivo de los problemas, basado en la prevención.
2. Concepciones sociales de la salud.
Al convertirse la salud en un asunto colectivo, se hace posible la aparición de las
concepciones sociales de la salud.
La concepción político-social parte del principio de que la salud es un derecho de
toda la población, con la correspondiente obligación reconocida por todos los códigos
penales, que identifican los actos que atentan contra ellos como delitos. Esta
intervención estatal se ha producido a raíz de la concienciación social de la salud
como bien colectivo.
La concepción económica. La salud del trabajador determina la productividad del
mismo. Los gobiernos han de proteger al trabajador y garantizarle un adecuado nivel
de salud para asegurar una adecuada productividad.
La concepción sociológica parte del hecho de que la salud y enfermedad no son
acontecimientos individuales, sino sociales. Cada sociedad valora lo que sea estar
sano o enfermo. La salud queda condicionada por una situación global de desarrollo
económico, educativo y político. Cada grupo social posee una definición de la salud
de acuerdo con lo que considera normal.
3. Concepción ideal de la salud.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) se fundó el año 1948 con la idea fundamental
de unificar criterios y estrategias en materia de salud.
La OMS definió en 1946 la salud como “el estado completo de bienestar físico, mental y
social, y no sólo la ausencia de enfermedades o invalideces” dando a este equilibrio el
carácter de inestable en dirección a la concepción ideal de nuestra salud que ha de constituir
nuestra meta, pero sin olvidar en ningún momento la necesidad de estudiarla en interacción
con una serie de aspectos sociales relevantes, como la política y la economía.
La definición de salud es anterior a la fundación de la OMS porque aparece en el preámbulo
de constitución del organismo.
Hay que destacar el aspecto positivo al hablar de estado de bienestar y hay que destacar el
aspecto integral de físico, mental y social de la salud.
La definición de la OMS confiere a la salud un carácter estático ya que se refiere a ella
como un estado.
Uno de los objetivos perfilados por la OMS dentro de su estrategia llamada “salud para
todos en el siglo XXI”, se encuentra la reducción de las desigualdades de salud mediante la
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solidaridad y la equidad sanitaria.
Travis creó el concepto “continuo salud-enfermedad” considerando a la salud como un
continuo con dos extremos (en uno estaría el estado de completo bienestar y en el opuesto se
encontraría la muerte).
En la actualidad la idea de salud se centra en un modelo dinámico-ecológico. Se relaciona
con la ecología que, según Haeckel es “la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos
entre sí con el medio que les rodea”.
M. Terris considera la definición de la OMS como imprecisa, subjetiva y exagerada. Define
la salud como “el logro del más alto nivel de bienestar físico, mental y social y de capacidad
de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y
la colectividad” y no únicamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
R. Dubos define la salud como el estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar
en las mejores condiciones en este medio. Esta definición ecológica tiene el mérito de no
oponer salud a enfermedad.
Algunos países del Tercer Mundo, especialmente los africanos, han propuesto la “definición
estratégica de la salud” que establece que el mejor estado de salud de la población de un país
corresponde al mejor estado de equilibrio entre los riesgos que afectan la salud de cada
individuo y de la población y los medios existentes en la colectividad para controlar estos
riesgos, teniendo en cuenta la cooperación activa de la población.
La Conferencia de salud de 1998 en Copenhague estableció como metas de salud para el siglo XXI
la solidaridad y equidad sanitaria, mejorar los hábitos saludables, la salud mental, juvenil y de los
ancianos, reducir las enfermedades contagiosas y no contagiosas, así como las de origen violento,
mejorar el entorno físico aplicando gestión y recursos apropiados y necesarios.
Se debe pensar en la salud como un proceso de desarrollo y no como algo estático. Algo que
depende de la voluntad de las personas y de las condiciones en que se desarrollan.
La salud es un derecho humano. No se vende. Invertir en actividades preventivas es rentable.
Dentro del contexto de la promoción de la salud, la salud ha sido considerada no como un estado
abstracto, sino como un medio para llegar a un fin, como un recurso que permite a las personas
llevar una vida individual, social y económicamente productiva.
La salud es un recurso para la vida diaria, no el objetivo de la vida. Se trata de un concepto positivo
que acentúa los recursos sociales y personales, así como las aptitudes físicas.
Actualmente se habla de salud como un proceso, puesto que se entiende como un concepto en
cambio y evolución continuos.
Si durante siglos la salud se medía utilizando el criterio de enfermedad como única medida, en la
actualidad las personas refieren parámetros diferentes, atendiendo a los aspectos objetivos y
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subjetivos del proceso salud-enfermedad, como una percepción muy individualizada.
El indicador de salud ideal debe reunir según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las
características de validez, fiabilidad, sensibilidad y especificidad.
Las personas equiparan la salud a:
Poder ejercer una vida productiva y creativa.
No presentar síntomas molestos de enfermedad y dolor.
Carecer de lesiones que impidan el funcionamiento normal.
Encontrarse a gusto consigo mismo y con el entorno.
Se puede decir que cada persona tiene su propia definición de salud y que esta definición condiciona
las conductas personales en relación con el proceso salud-enfermedad.
En la actualidad se tiende a una concepción individual de la salud y adaptación al medio que le
permite a la persona consagrarse a sus proyectos. Introduce el término “calidad de vida” y no solo
cantidad de vida.
Blum define la salud como la capacidad del individuo para mantener un estado de equilibrio
apropiado a su edad y a sus necesidades sociales, en el que este individuo está razonablemente
indemne de profundas incomodidades, insatisfacciones, enfermedad o incapacidad y de comportarse
de tal forma que asegure la supervivencia de su especie tan bien como su propia realización
personal.
Bonnevie establece que la salud resulta de la capacidad de comportarse ante los elementos
biológicos y sociales, para cumplir las funciones fundamentales que sólo pueden serlo por un
proceso de adaptación.
Hernán San Martín define la salud como el equilibrio dinámico positivo entre las capacidades y
potencialidades biológicas, psicológicas y sociales de los individuos y las condiciones ambientales
en que se desenvuelven.
Concepto de enfermedad.
La enfermedad se puede definir como un desequilibrio biológico-ecológico o como una falta en los
mecanismos de adaptación del organismo y una falta de reacción a los estímulos exteriores a los que
está expuesto. Este proceso termina por producir una perturbación en la fisiología y/o anatomía del
individuo.
Es un desequilibrio físico, mental y social, con manifestaciones objetivas y subjetivas, que
disminuye o anula la capacidad de la persona para llevar a cabo las tareas habituales de su proyecto
personal, obligándole a solicitar la ayuda de los servicios profesionales de salud.
El proceso de enfermar.
Se entiende por patología toda alteración, tanto en la forma normal como de la función de alguna de
las partes de nuestro organismo, es decir, aquellas modificaciones anormales de la anatomía o de la
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fisiología.
Si se analiza la historia natural de una enfermedad, destacan los siguientes conceptos:
Etiología. Estudio de las causas de la enfermedad.
Patogenia o fisiopatología. Conjunto de mecanismos por los cuales, el agente causal de la
enfermedad es capaz de producir lesiones o trastornos en el funcionamiento de las diversas
estructuras corporales.
Clínica, sintomatología o semiología. Conjunto de manifestaciones que origina la
enfermedad. Se distinguen los síntomas (manifestaciones de una alteración orgánica o
funcional sólo percibida por el paciente) y los signos (manifestaciones reconocidas por el
profesional). El síndrome se define como el conjunto de signos y síntomas que se producen
en un tiempo determinado en una enfermedad.
Diagnóstico. Identifica el trastorno del paciente.
Patocronia. Estudio, evolución y desarrollo en el tiempo de la enfermedad.
Pronóstico. Juicio que se establece sobre el futuro de la enfermedad.
Tratamiento. Conjunto de medidas encaminadas a curar la enfermedad o paliar sus efectos.
Nosología. Ciencia que describe y clasifica las enfermedades conocidas
Historia natural de la enfermedad.
Es el proceso que sigue cualquier enfermedad si dejamos que evolucione por sí misma.
Hay tres factores que inciden en la historia natural de las enfermedades, que son el agente, el medio
y el hombre. Su interacción determina la historia natural de la enfermedad, distinguiéndose los
siguientes periodos:
1. Periodo prepatogénico.
En este periodo hay un cierto equilibrio dinámico entre los tres factores que inciden en la
historia natural (agente, medio, hombre).
Comprende el periodo durante el cual actúan factores exógenos y endógenos que permitirán
facilitar que se desarrolle la enfermedad. Son los factores de riesgo.
Para evitar que la enfermedad progrese, en este periodo es fundamental el fomento y la
promoción de la salud, la protección específica e inespecífica, el control del medio ambiente,
etc. Todo ello configura dos tipos de prevención, la prevención inespecífica, orientada a
promover la salud sin pensar en ninguna enfermedad determinada (mejora de hábitos
higiénicos) y la prevención específica orientada hacia une enfermedad determinada
(vacunación). Todo ello se conoce como prevención primaria.
2. Periodo patogénico.
Si el equilibrio ecológico de relación dinámica entre los tres factores se rompe, se inicia un
proceso de desequilibrio, entrando en el periodo patogénico.
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En este periodo se distinguen tres fases diferenciadas:
Fase subclínica.
Estado subjetivo y variable de cierto malestar que se puede detectar utilizando
técnicas de diagnóstico precoz y que se conoce como prevención secundaria. Su fin
es evitar que la enfermedad progrese hacia fases más avanzadas. Esta fase en las
enfermedades infecciosas se conoce como periodo prodrómico.
Fase clínica o de estado.
Esta fase es plenamente identificable y el individuo tiene conciencia de enfermedad
acudiendo a solicitar asistencia si tiene alteraciones graves en su normal
funcionamiento. En esta fase se desarrolla el proceso patológico de forma evidente.
En esta fase se impone la prevención terciaria, en la que se pretende evitar la
cronicidad, las secuelas y volver el proceso hacia la salud.
Fase de resolución, crisis o convalecencia.
Se observa el resultado final del proceso (curación, cronicidad o muerte). Si el
resultado es la cronicidad, la prevención terciaria tiene un papel primordial mediante
actividades de rehabilitación y reinserción social, persiguiendo la máxima autonomía
del paciente para posibilitar una buena adaptación ante su nueva situación personal
respecto a la enfermedad.
Secuelas en el proceso de curación.
Se dice que la curación es incompleta cuando quedan secuelas o invalideces, distinguiendo:
Deficiencias.
Pérdida o anomalía de la estructura o de las funciones psicológicas, fisiológicas o
anatómicas. Sus principales clases son: intelectuales, psicológicas, del lenguaje, auditivas,
oculares, viscerales, del esqueleto, generalizadas, sensoriales.
Discapacidad.
Refleja las consecuencias de la deficiencia en cuanto a la capacidad funcional y actividad. Se
define como “toda restricción o ausencia de la capacidad para desarrollar una actividad de
manera normal o dentro de los límites considerados normales para el ser humano.” Puede
representar un trastorno en el comportamiento, en la comunicación, los cuidados personales,
la locomoción, la disposición corporal, la destreza o situaciones específicas.
Minusvalía.
Refleja la interacción con el medio ambiente que rodea a la persona y su adaptación a éste y
representa la socialización de una experiencia morbosa. Supone una limitación de la
actividad y una falta de adaptación de la persona a su medio. Se define como “los
inconvenientes que padece la persona como resultado de la deficiencia o de la discapacidad
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que limitan o impiden el desempeño de una función que es normal para esa persona, en
relación con su edad, sexo y factores sociales y culturales.” La OMS define al minusválido
como “un sujeto en el que la integridad física o mental está pasajera o definitivamente
disminuida, ya sea congénitamente, ya sea por la edad o por una enfermedad o accidente,
de forma que su autonomía, su aptitud para ir a la escuela o para ocupar un empleo se
encuentra comprometida.”
Concepto de rehabilitación.
La OMS la define como “conjunto de medidas médicas, sociales, educativas y profesionales,
destinadas a restituir al paciente minusválido y de patología diversa la mayor capacidad posible e
independencia.”
El proceso de rehabilitación debe ser integral, es decir, dirigido a desarrollar las capacidades
psicológicas y funcionales de la persona y, si es necesario, sus mecanismos compensadores, para
hacerle capaz de alcanzar su propia independencia y permitirle una vida social activa.
La rehabilitación tiende al desarrollo de la persona en su sentido más amplio: físico, psicológico,
social, vocacional, lúdico y educacional, relacionados todos ellos con la situación o nivel de
discapacidad del paciente y sus limitaciones ambientales.
Para llevar a cabo el proceso de rehabilitación es precisa la estrecha colaboración de un equipo
multidisciplinar que integre médico rehabilitador, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, técnico
ortopédico, psicólogo, asistente social, logopeda y pedagogo entre otros.
La rehabilitación consta de las siguientes fases:
Rehabilitación médico-funcional.
Su objeto es la prestación de los servicios que, no teniendo por finalidad únicamente el
tratamiento de la afección como tal, se dirijan a evitar el proceso degenerativo que podría
derivar en una disminución o a conseguir la recuperación física, psíquica o sensorial de la
persona disminuida, desarrollando sus capacidades residuales. Utiliza la fisioterapia, terapia
ocupacional, terapia del lenguaje, medicina ortopédica y psicoterapia.
Recuperación profesional.
Terminado el tratamiento pueden haber quedado secuelas, siendo necesario hacer una
valoración mediante un examen psicotécnico y medir su capacidad intelectual, funcional y
laboral. Según esta valoración nos podemos encontrar:
1. Conserva la capacidad laboral, pero le falta capacidad física. Pueden volver a su
oficio, previa fase de reentrenamiento laboral.
2. Pérdida de la capacidad física para el trabajo que desempeñaba, pero
conservándola para otros trabajos. Se hará un reentrenamiento laboral y aprendizaje
de un nuevo oficio aprovechando los conocimientos y experiencias anteriores.
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3. Pérdida de la capacidad física y laboral en grado intenso, siendo imposible desarrollar
un trabajo productivo. Está indicado el trabajo en talleres protegidos o en su propia
casa.
4. Grandes inválidos. Si tienen formación intelectual pueden desempeñar un papel
activo en la vida social, pero si no la tienen se intentará buscar una ocupación
mediante terapia recreativa.
Readaptación social.
Es el objetivo fundamental de la rehabilitación. Se puede hablar de integración cuando la
persona con minusvalía se adapta y es admitido en la sociedad.
La integración comprende la integración educativa, laboral, ecológica y social.
1. La legislación española contempla la integración del minusválido en el sistema
ordinario de educación general y que la educación especial sea impartida transitoria o
definitivamente a las personas que, por su deficiencia, les sea imposible la
integración en el sistema educativo ordinario.
2. El eslabón final de la rehabilitación es el reempleo del discapacitado. La legislación
dispone que será primordial en la política de empleo de los trabajadores
minusválidos, su integración en el sistema ordinario de trabajo o, en su defecto, su
incorporación al sistema productivo mediante la fórmula especial de trabajo
protegido.
3. La integración ecológica comprende la eliminación de las barreras arquitectónicas y
de transporte que dificultan la movilidad y el acceso de los minusválidos a los
diferentes hábitats.
4. Las medidas de integración social tienden a lograr la mayor autonomía posible de la
persona con disminución, a mejorar su capacidad de desplazamiento o a facilitar las
relaciones de aquélla con su entorno, cuando por el grado de deficiencia lo precise.
Dichas medidas comprenden prestaciones sociales y económicas (asistencia sanitaria
y farmacéutica, subsidio por ayuda de terceras personas, subsidio de movilidad y
compensación para gastos de transporte), prestaciones de carácter técnico de
entrenamiento o reentrenamiento de la vida cotidiana (transportes públicos
colectivos, actividades deportivas, etc.)
Clasificación de las enfermedades.
Se pueden clasificar por distintos criterios:
1. Criterio patocrónico.
Considera el curso de la evolución de la enfermedad. Distingue:
Enfermedades agudas. Aparecen de forma brusca y evolucionan de forma rápida. El
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paciente la siente como un paréntesis en su vida habitual y no la incorpora a sus
hábitos biográficos.
Enfermedades crónicas. Trastorno orgánico o funcional que obliga a una modificación
del modo de vida del paciente y que es probable que persista durante largo tiempo (más
de seis meses) dando lugar a una importante limitación en la calidad de vida y estado
funcional. Son enfermedades permanentes, con incapacidad residual, causadas por
alteraciones patológicas irreversibles y que requieren adiestramiento especial del pacien-
te para la rehabilitación.
A diferencia de las enfermedades agudas, habitualmente con una única causa y que
evolucionan a la curación, las enfermedades crónicas tienen varias causas. Los estilos de
vida juegan un papel importante en su génesis y evolución, no suelen ser transmisibles y
frecuentemente son invalidantes.
Se denomina persona con pluripatología o paciente crónico complejo a la persona
que presenta simultáneamente varias enfermedades crónicas.
2. Criterio anatomopatológico.
Considera la localización orgánica de la enfermedad. Distingue:
Enfermedades de los aparatos (circulatorio, digestivo, etc.)
Enfermedades de los sistemas y enfermedades sistémicas: las que se desarrollan en
estructuras de constitución homogénea (enfermedades orgánicas del sistema
nervioso, del endocrino, del conjuntivo, de la sangre, etc.)
3. Criterio etiopatogénico.
Considera la causa inmediata del proceso morboso. Distingue:
Enfermedades inflamatorias. Se caracterizan por la inflamación (bronquitis, cistitis,
apendicitis, etc.) pudiendo ser infecciosas (por bacterias, virus, hongos, parásitos) o
asépticas (por tóxicos o agentes físicos).
Enfermedades por alteración en el número y volumen de las células. Pueden ser
hipertróficas (aumento del tamaño de un órgano o tejido, por incremento del
volumen de sus células), atróficas (reducción generalizada o circunscrita de un
órgano condicionada por la desaparición de una sustancia presente hasta el
momento), tumorales o neoplásicas (por crecimiento o neoformación de tejido de
manera incontrolada y de carácter progresivo).
Enfermedades degenerativas. Por deterioro de las características anatómicas y
funcionales de los tejidos.
Enfermedades constitucionales. Hereditarias (se transmiten a la descendencia) o
adventicias (accidentales o adquiridas)
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Enfermedades metabólicas. Del metabolismo de las grasas, de las proteínas o de los
hidratos de carbono.
Enfermedades alérgicas. Producidas por reacciones de hipersensibilidad.
Enfermedades neuróticas o neurosis. Trastornos mentales sin base orgánica
demostrable. La conducta está afectada sin estar la personalidad desorganizada.
Neurosis de angustia, neurosis fóbica, neurosis obsesivo-compulsiva y otros tipos.
Factores determinantes de la salud.
Determinante de salud o factor condicionante de salud es cualquier situación o circunstancia que
influya o determine la aparición o el mantenimiento de un problema de salud. Estos determinantes
actúan sobre el complejo salud-enfermedad de una forma positiva o negativa, desviándolo hacia un
polo u otro.
Una vez que se plantea el concepto de salud, conviene valorar los aspectos determinantes que
condicionan la salud en el individuo, grupos y población en general, debiéndose analizar los
problemas prevalentes de salud y los factores causales.
La evolución de los países occidentales, fundamentalmente debida a los avances tecnológicos,
sociales y económicos, ha determinado una forma de vida que, como consecuencia de ello, produce
enfermedades crónicas y accidentes.
En 1974, el concepto de los factores determinantes de la salud fue expuesto en Canadá por el
Ministro de Sanidad (Marc Lalonde), lo que se ha conocido como informe Lalonde o “Modelo
Global de Salud”, y que ha supuesto un modelo considerado clásico dentro del análisis de la salud.
Según Lalonde se puede cuantificar el nivel de salud de una población mediante los factores
determinantes de salud, que, según este modelo mundialmente reconocido, se compone de cuatro
variables que son:
Factores biológicos o endógenos (factores intrínsecos). Adaptación entre el potencial
hereditario y el ambiente en que se desenvuelve. Es el determinante que menos se puede
influir.
El medio ambiente o entorno (factores extrínsecos naturales). Ambiente físico-químico y
biológico que influye en el crecimiento y maduración del individuo.
Estilos de vida o conductas de salud (factores extrínsecos sociales). La adaptación al medio
social (adquisición de hábitos, aficiones, valores, intereses, etc.) cuya disarmonía puede
alterar la biología y psicología del individuo. Es el determinante que más influye en el nivel
de salud.
El sistema sanitario de salud (factores extrínsecos sociales). Tiene efectos beneficiosos,
pero también tiene efectos yatrogénicos. Mahler afirmaba que la parte principal y más
costosa de la tecnología médica parece aplicarse más para dar satisfacción a los profesionales
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sanitarios que en provecho de los consumidores de los servicios de salud. Es el determinante
en que se gasta más presupuesto.
Estos factores determinantes representan un porcentaje variable en la influencia en la salud del
individuo y de la población.
De los cuatro determinantes, la biología humana es apenas modificable. Los otros tres son
modificables y hacia ellos se deben encaminar de forma prioritaria las acciones de salud pública. Sin
embargo, todas estas variables están muy condicionadas por factores sociales que deben ser tenidos
en cuenta. Sin el cambio y promoción social y el control de los factores sociales negativos es muy
difícil que el sistema de salud pública de un país pueda modificar de forma positiva el nivel de salud
de la comunidad.
1. Biología humana o factores endógenos.
El factor biológico humano viene determinado por la carga genética del individuo, que da
lugar a una serie de condicionantes de salud, así como el envejecimiento determinado por las
estructuras genéticas que marcan el “reloj de la vida”, es decir, la herencia transmitida.
Este rasgo biológico determinará el grado de salud, la predisposición a ciertas enfermedades,
la resistencia e inmunidad a otras, el nivel de salud biológico.
Estos rasgos biológicos determinan algunas enfermedades características de ciertas razas, así
como por el sexo, determinando el llamado factor de riesgo.
2. Medio ambiente o entorno.
Según la OMS, salud ambiental es aquella disciplina que comprende los aspectos de la salud,
incluida la calidad de vida y el bienestar social, que son determinados por factores
ambientales físicos, químicos, biológicos, sociales y psico-sociales.
La salud ambiental estudia los factores del ambiente y del entorno que afectan a la salud. Se
entiende como el proceso por el cual se evalúa, corrige y controla aquellos factores
ambientales que pueden influir negativamente en la salud de las personas.
La aparición del modelo ecológico de salud y las teorías que definen la ecología humana y su
relación directa con la salud ha dado lugar a una importancia progresiva de este factor.
Hay una serie de factores que influyen decididamente en la relación del individuo con su
entorno y su proceso de salud, destacando:
Agentes o factores físicos. Radiaciones, escapes radioactivos, etc.
Agentes o factores químicos. Sustancias químicas, destacando las enfermedades
respiratorias.
Agentes o factores biológicos. Con enfermedades endémicas de carácter infeccioso
en países subdesarrollados principalmente.
Agentes o factores psicosociales y culturales. El ritmo de vida acelerado, los
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problemas sociales por la distribución poco equitativa de la riqueza.
Riesgo ambiental. Probabilidad de que ocurra un evento o catástrofe en el medio ambiente;
bien sea, por un fenómeno propio de la naturaleza o por la acción del hombre que lo genere.
Por su origen: Naturales (riesgos relacionados con fenómenos geológicos, como por ejemplo
los terremotos o las erupciones volcánicas) o antrópicos (por acción humana).
3. Estilos de vida (conductas de salud).
Es el primer factor del nivel de salud de los países desarrollados (OMS año 2000), siendo el
factor más determinante del nivel de salud de una población.
Destaca el nivel de ingresos de la familia y los usos que este nivel permite adquirir, como la
vivienda, alimentos, ropa, educación, cuidados de la salud, etc. Así mismo se deben
considerar las decisiones personales que influyen en el modo de vida individual o familiar,
independientemente del nivel de ingresos (obesidad, colesterol, hipertensión, etc.)
El desarrollo de la educación para la salud, fundamentalmente a raíz de la conferencia de
Alma Ata y de la Carta de Ottawa (promoción de la salud), ha originado una búsqueda de
concienciación social, de participación comunitaria y de desarrollo de los autocuidados de la
salud positiva del usuario y de la comunidad.
La relación entre la educación para la salud, el sistema sanitario y la implantación de la
política sanitaria en el proceso de salud es el elemento fundamental para adoptar medidas de
políticas de estilos de vida saludables.
4. Sistema sanitario de salud.
Los factores dependientes del sistema sanitario son la calidad, la cobertura y la gratuidad.
El sistema sanitario debe ajustarse a las necesidades de salud de la población y responder
adecuadamente a las exigencias de los usuarios, teniendo en cuenta los principios de
universalidad, equidad y eficiencia, recogidos en nuestra normativa legal y que son clave
para el desarrollo pleno de la salud de la población.
A partir de Alma Ata los gobiernos han ido tomando conciencia de la importancia del
fomento y promoción de la salud como elemento clave para lograr una salud deseable en la
población.
Los esfuerzos por políticas de actuación dirigidas a potenciar la educación e implicación en
la salud por parte de los usuarios han ido cobrando mayor importancia.
Entre 1989 y 1999, Tarlov clasificó los determinantes de salud en 5 niveles. Excluye la atención
sanitaria como determinante de salud, considerándola como estrategia reparadora. Los niveles
propuestos por Tarlov son:
Nivel 1. Determinantes biológicos, físicos y psíquicos.
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Nivel 2. Determinantes de estilo de vida.
Nivel 3. Determinantes ambientales y comunitarios.
Nivel 4. Determinantes del ambiente físico, climático y contaminación ambiental.
Nivel 5. Determinantes de la estructura macrosocial, política y percepciones poblacionales.
Posteriormente, en 1999, Tarlov describió un esquema de determinantes de salud más próximo al de
Lalonde, distinguiendo los siguientes factores: genética y biología, comportamientos de salud,
características sociales y de la sociedad, ecología en su conjunto y cuidados médicos.
Factores que influyen en la salud según las diferentes etapas de la vida.
Se pueden establecer cuatro etapas biológicas diferenciadas en la evolución postnatal del ser
humano:
1. Infancia. De 0 a 13 años. Se puede dividir en:
Primara infancia. De 0 a 2 años.
Segunda infancia o preescolar. De 3 a 5 años.
Tercera infancia o escolar. De 6 a 13 años.
Su periodo más crítico es el parto y postparto. Tras la primera semana de vida las anomalías
congénitas son la principal causa de muerte.
Durante el primer año de vida y en los posteriores, los riesgos más frecuentes a los que está
sometido el niño son las enfermedades propias de la infancia, infecciones digestivas y
respiratorias, deficiencias alimentarias, accidentes y agresiones físicas.
2. Adolescencia. De 14 a 18 años.
3. Adulto. De 19 a 65 años, subdividido en:
Adulto joven. De 19 a 44 años.
La principal causa de muerte en adolescentes y adultos jóvenes son las muertes
violentas, accidentes y suicidios. Otra afección importante son las enfermedades
mentales, incluida la drogadicción y el alcoholismo. En esta etapa aparecen las
enfermedades de transmisión sexual, ocupando el primer lugar la gonorrea, seguida de
la sífilis, herpes y SIDA. Enfermedades importantes son las cardiopatías, obesidad y el
cáncer.
Edad madura. De 45 a 65 años.
La causa principal de muerte e incapacidad son las enfermedades crónicas,
destacando las cardiopatías. Otras enfermedades son el cáncer, cirrosis hepática y
enfermedades respiratorias crónicas. Las enfermedades mentales y accidentes están
entre las principales causas de hospitalización. También destacan las enfermedades de
la reproducción, sistema nervioso, diabetes, etc.
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4. Ancianidad. A partir de los 65 años.
Destacan los trastornos crónicos y degenerativos destacando las afecciones cardiacas,
accidentes cerebrovasculares y el cáncer. Los accidentes son la causa más frecuente de
enfermedades agudas. Problemas psíquicos y sociales por la desvinculación laboral y
familiar.
Indicadores de salud por edad y sexo.
Los indicadores de salud son parámetros tanto cuantitativos como cualitativos para medir el estado
de salud o enfermedad y se utilizan para plasmar la distribución, asignación de los recursos
sanitarios disponibles y para la implantación de un programa de salud.
Son universales, válidos y fáciles de calcular.
La OMS los define como variables que sirven para medir los cambios.
Su objetivo final es la planificación y programación en Salud Pública para predecir las tendencias de
la población a la hora de invertir recursos frente a problemas y mejorar las medidas preventivas
comunitarias.
Se han diseñado dos tipos de indicadores sanitarios, los indicadores positivos o de salud global y
los indicadores negativos o de salud negativa. Estos últimos están relacionados con la mortalidad
y la morbilidad.
Atendiendo a la forma de obtenerlos pueden ser directos o indirectos. Los primeros se calculan a
través de datos de mortalidad o morbilidad y los segundos se hallan con un interés medioambiental,
social, demográfico o económico, como las tasas de natalidad o fecundidad.
A nivel económico se pueden utilizar indicadores como inversiones sociales, consumo de alimentos,
renta per cápita, etc. y a nivel sociocultural la tasa de analfabetismo, población laboral, paro, gastos
de salud, número de médicos y enfermeras en la comunidad (la OMS recomienda 1 médico por cada
650 habitantes y 10 camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes).
Los indicadores más importantes son:
Tasa de mortalidad.
Es el indicador directo más utilizado para medir el nivel de salud.
Nº de muertes (1 año) x 1000
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2. Periodo actual.
Las definiciones actuales incluyen entre sus objetivos la actuación sobre los factores que
influyen en el medio ambiente social, tratando de que resulten favorables para conseguir el
concepto actual y dinámico de salud.
El IV Grupo de Trabajo de la National Conference on Preventive Medicine de
EEUU establece en 1975 que la EPS debe ser un proceso que informa, motiva y
ayuda a la población a adoptar y mantener prácticas y estilos de vida saludables,
propugna los cambios ambientales necesarios para facilitar estos objetivos y dirige la
formación profesional y la investigación hacia estos mismos objetivos.
La OMS definió la EPS en 1985 como cualquier combinación de actividades de
información y educación que lleve a una situación en que la gente desee estar sana,
sepa cómo alcanzar la salud, haga lo que pueda individual y colectivamente para
mantener la salud y busque ayuda cuando lo necesite.
La carta de Ottawa de 1986 la definió como un instrumento, no sólo en las acciones
sociales y comunitarias, sino también en la promoción de la salud de cada individuo.
Modelos de educación para la salud.
Tienen su base en la psicología social, la sociología, la antropología, la política económica de la
comunicación, etc. intentando demostrar los mecanismos por los que se puede modificar el
comportamiento humano en sentido de una salud favorable.
Pueden encontrarse modelos tradicionales, donde se hace responsable al individuo de la conducta
que ha adoptado o modelos críticos, donde el responsable no es únicamente el individuo sino el
medio ambiente social.
En ambos tipos de modelos se definen dos conceptos básicos:
Actitud. Es una predisposición mental adquirida y duradera que incita a comportarse de una
forma determinada frente a un problema concreto de salud. El cambio de actitud implica la
aceptación de la información por parte del individuo, en el sentido de que es relevante y
positiva para él.
Motivación. Proceso interno por el que se pone en marcha la conducta específica, que es
una conducta direccional y dirigida a la consecución den una meta.
Una de las teorías más difundidas sobre la motivación humana es la teoría dinámica de
Maslow, que establece una jerarquía de las necesidades motivacionales humanas,
representada por una pirámide, en cuya base se encuentran las necesidades fisiológicas más
elementales, en segundo nivel las de seguridad, en tercer nivel las de afiliación, amor y
pertenencia, en cuarto nivel las de reconocimiento y autoestima y en la cúspide las
necesidades de autorrealización.
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1. Modelos tradicionales.
Modelo biomédico asistencial o tradicional.
Los responsables son generalmente médicos, aunque el trabajo de campo pueda
realizarse por diversos profesionales distintos. Los problemas se sitúan a nivel
individual, dirigiéndose las actividades hacia el individuo En este modelo la EPS no
necesita preocuparse de medidas de integración social ya que los problemas son
médicos, siendo del individuo.
Modelo conviccional o de creencias de salud.
Acentúa el papel de las creencias y convicciones como principales factores
motivadores. Trata de explicar las decisiones de los individuos en relación con
acciones preventivas recomendadas. Este modelo no tiene en cuenta el medio
ambiente físico y social en que vive el individuo y que influye sobre las diferentes
conductas de salud.
Modelo informativo.
Acentúa el concepto higienista al impartir conocimientos sobre salud a aquellos que
se supone que son pobres en ideas sobre el modo de evitar o combatir la enfermedad.
No estimula ni el razonamiento ni la conciencia de la problemática de salud ni al
individuo ni a la comunidad por lo que la información, aunque es un instrumento
valioso en el proceso educativo, no es un modelo a introducir en un programa de EPS.
Modelo educativo.
Implica que, aceptando el modelo informativo, debe asegurar que la información dada
es comprendida. La evaluación de la efectividad de este modelo implica la
demostración de que el individuo ha comprendido la situación. No obstante, tanto la
información como la comprensión son dos etapas obligadas en todo proceso
educativo, pero no garantizan cambios de conducta.
Modelo persuasivo-motivacional (modelo K.A.P.) o preventivo.
En este modelo, también llamado modelo preventivo actitudinal, un profesional se
dirige a una población diana y le transmite la información a estudio con los mejores
medios disponibles, con la finalidad de cambiar actitudes que se traduciría en la
consecución de unos hábitos determinados como sanos. Sin embargo, los cambios de
actitudes, aunque es una condición necesaria y previa en el proceso educativo no es
suficiente para conseguir un cambio de conducta. Por ello, para influenciar en la
conducta de un individuo, no sólo se debe intervenir en los factores personales sino
también sobre el proceso de integración del individuo en los grupos sociales que
condicionan su medio ambiente social como la familia, el medio laboral, la escuela,
23
etc.
2. Modelo político-económico. Ecológico.
Modelo crítico, denominado también modelo radical o ambientalista, basado en que el nivel
de salud depende en gran medida del nivel económico de los grupos de población,
existiendo desigualdad entre ellos. Abogan por las clases más desfavorecidas ya que la
pobreza es un gran condicionante de la enfermedad. Los educadores sanitarios deben
dedicar sus esfuerzos no sólo a modificar la conducta del individuo, sino también a estudiar
la manera de controlar la creciente potencia de ciertos grupos industriales que tienen una
gran influencia sobre la salud de la población. Las actitudes educativas deben dirigirse no
sólo al individuo y medio ambiente inmediato (familia, amigos), sino también al medio
ambiente social, es decir influenciar a la opinión pública, los políticos, el medio laboral y
escolar, etc. con el fin de conseguir la corrección de los factores del medio ambiente que
influyen en la salud de la comunidad.
3. Nuevos modelos.
Modelo de desarrollo personal.
Consiste en facilitar al individuo el tipo de elección debidamente informada, que
previamente habremos considerado como uno de nuestros objetivos. Para ello se
establecen estrategias para promover creencias y actitudes favorables a diferir la
recompensa inmediata a cambio de un beneficio en un futuro no muy lejano (dejar el
tabaco para tener una vida más larga y saludable).
Se refuerza mediante estrategias que potencien el amor propio individual.
Modelo de participación y compromiso o comunitario.
Recoge los elementos considerados como positivos en anteriores modelos, con un
enfoque comunitario del proceso educativo de la EPS. Más que un modelo educativo
es un método a seguir en el proceso educativo, cuya clave metodológica estriba en la
participación y el diálogo entre el individuo, el profesional educador sanitario y los
diferentes miembros de la comunidad.
Modelo pragmático.
Es el más aceptado por la mayoría de los educadores sanitarios. Su estrategia de
intervención debe ir dirigida al individuo mediante comunicaciones persuasivas y
motivadoras, al tiempo que debe incidir, mediante leyes, sobre el medio ambiente
social, con el fin de convertirlo en favorable al cambio de conducta que deseamos.
Modelo integrador.
Defiende la existencia de un equipo multidisciplinar e interdisciplinar activo y
participativo. En cuanto a la modificación de conducta, como objetivo prioritario se
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debe tener en cuenta el nivel social de creencias y convicciones de los individuos que
conforman nuestra población diana, potenciando el fomento de autocuidado, la
prevención y el cumplimiento terapéutico.
Objetivos de la educación para la salud.
Los modelos y definiciones marcan los objetivos que debe alcanzar la EPS.
Ya en 1954, la OMS establecía 3 objetivos generales:
1. La EPS debe conseguir que la salud se inserte en los valores reconocidos por la Comunidad.
2. La EPS debe ofrecer a la población conocimientos suficientes y capacidad práctica para
resolver los problemas de salud.
3. La EPS debe favorecer el desarrollo de los servicios sanitarios.
De los objetivos generales se desprenden los siguientes objetivos específicos establecidos en 1990:
1. Hacer de la salud un valor a conservar por los individuos, grupos y comunidad.
2. Modificar los comportamientos negativos de la salud.
3. Promover nuevas conductas favorables a la salud.
4. Promover los cambios ambientales necesarios para que las nuevas conductas puedan
obtenerse y mantenerse.
5. Capacitar a los individuos, grupos y comunidad para que puedan participar activamente en
las instituciones, procesos y actividades que influyan sobre la salud.
El objetivo último de las actividades de EPS es modificar los comportamientos de la población en
sentido favorable a la salud.
Agentes y campos de la educación para la salud.
Se entiende por Agentes de la Educación Sanitaria todas las personas de la comunidad que
contribuyen a que los individuos y grupos adopten conductas positivas de salud.
Entre ellos destaca el papel de los profesionales sanitarios, los profesionales de la enseñanza y los
profesionales de los medios de comunicación.
El campo de acción de la educación sanitaria lo constituyen los individuos, los grupos y, en
definitiva, toda la colectividad.
Pueden hacerse varias clasificaciones sobre los campos de acción de la EPS, ya sea atendiendo al
estado de salud o a las etapas del ciclo vital.
1. Según el estado de salud.
Educación para la salud de la población sana.
Es uno de los objetivos de la EPS. Su principal misión es reconocer los factores
externos de riesgo y conseguir su corrección.
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La entrevista.
Consiste en la conversación entre el educador sanitario y el paciente, previamente
programada. Es la técnica de elección, según la OMS, para la educación sanitaria
individual.
La clase.
La clase teórica se basa en la exposición y explicación oral de un tema
determinado. Impulsa más la obtención de conocimientos teóricos que la
modificación de conductas. No debe ser extensa (no más de 30-40 minutos) y
debe complementarse con medios audiovisuales, acabando con un resumen y
conclusiones que potencien la participación de los asistentes estableciendo un
coloquio.
La charla.
Es el medio más utilizado para dirigirse a grupos. Debe tener en cuenta los
siguientes puntos para que sea eficaz:
- Debe ser promovida por el propio grupo social.
- El orador elegido debe ser un conocedor del tema y gozar de reconocido
prestigio.
- El tema debe responder a los deseos, necesidades e intereses del auditorio.
- Las condiciones del local deben ser óptimas.
Debe ser breve (no mayor de 30-40 minutos), estructurada, comenzando con una
introducción que despierte interés, mensaje motivador, atractivo y persuasivo. Es
importante dar instrucciones sobre cómo hacer, citar experiencias, anécdotas y
ayudarse con medios audiovisuales, siendo imprescindible el coloquio final.
La conferencia.
Es lo mismo que la charla, con la diferencia de que la charla va dirigida a
individuos no especializados en un tema y la conferencia sí. La persona encargada
de comunicar la conferencia es el orador.
Discusión en grupo o dinámica grupal.
Reunión de no más de 15 personas para tratar un tema monográfico del que es
preciso tener una información previa y con un moderador bien preparado que
conduzca la discusión. El número ideal de participantes oscila entre 10 y 12. Los
grupos más pequeños adolecen de poca riqueza de experiencias y los mayores
pueden bloquear la participación de algunas personas y alargar en exceso el
tiempo de discusión y comentarios.
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Otros métodos directos pueden ser:
Técnicas en las que intervienen expertos: Simposio, Mesa redonda, Panel de
expertos, Diálogo o debate público, Entrevista o consulta pública, Entrevista
colectiva.
Técnicas en las que interviene activamente todo el grupo.
- Brainstorming o tormenta de ideas.
Técnica de grupo que tiene como objetivo facilitar la producción de un
elevado número de ideas nuevas relacionadas con un problema.
- Philips 6.6.
Desde un grupo numeroso se crean subgrupos de 6 personas que discuten
un tema específico durante 6 minutos, llegando a unas conclusiones que
posteriormente presentarán al grupo original.
- Técnica del cuchicheo.
Teniendo en cuenta que cuchichear es hablar en voz baja a otra persona, de
modo que otros no se enteren, esta técnica consiste en dividir un grupo en
parejas tratando de un tema determinado la máxima participación por falta
de inhibición de los miembros, obteniéndose una opinión compartida sobre
una pregunta formulada al grupo en su totalidad.
- Técnica del rumor.
Consiste en demostrar vivencialmente algunos de los aspectos de la
creación del rumor, concretamente, cómo a través de sucesivas versiones
sobre un mismo hecho, se va modificando la realidad en los testimonios de
los transmisores.
- Método caso-incidente.
Consiste en la presentación de un caso al grupo, intentándose, mediante
preguntas al expositor, la búsqueda de soluciones consensuadas entre todos.
- Método del psicodrama o Rol-Playing.
Grupo de 20-30 individuos, más o menos del mismo nivel sociocultural,
involucrados en un problema común donde se busca la motivación por el
aprendizaje o la adquisición de nuevos conocimientos sobre el mismo.
2. Métodos indirectos o unidireccionales.
Hay una distancia en el tiempo y/o el espacio entre el educador y el educando. Se puede
utilizar la palabra escrita o hablada o la imagen, acompañadas de la utilización de
recursos técnicos. Son los denominados medios de comunicación de masas.
Entre sus ventajas destacan que pueden llegar a un gran número de personas, al tener
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gran cobertura poblacional, su coste es relativamente bajo, refuerzan actitudes y, en algún
caso, pueden favorecer cambios de conducta, y pueden contribuir a crear una cultura de
salud positiva.
Carteles.
Son los más utilizados. Atraen la atención de modo intenso y rápido. Deben
exponer una idea clara, concisa e incisa, tener color llamativo y ser colocados en
lugares estratégicos.
Folletos.
Son publicaciones sencillas que tratan un tema específico. Entre las ventajas
destaca su versatilidad, la permanencia del mensaje, bajo coste por sus grandes
tiradas. Entre sus inconvenientes destaca que la distribución es difícil y costosa.
Es precisa la claridad en la exposición, diseño adecuado (tríptico) y distribución
a colectivos interesados.
Cartas circulares.
Es el método indirecto más selectivo y personalizado. Es muy eficaz a pesar de
su elevado coste.
Prensa.
Es de los medios más influyentes en la comunidad. Ofrece una buena
comprensión y retención y la posibilidad de repetición diaria o periódica. Tiene
el inconveniente de que, si la información no está bien elaborada y es
sensacionalista, puede producir efectos contrarios al deseado.
Radio.
Es el medio de mayor cobertura y no requiere una capacidad especial para
recibir y asimilar el mensaje. Puede incluir cuñas radiofónicas (mensajes breves
e incisos), charlas breves (8-10 minutos) con lenguaje sencillo o programas
dialogados.
Televisión.
Es el mejor de los medios de comunicación. Los mensajes se pueden transmitir
mediante spots, entrevistas, coloquios, películas documentales y programas
específicos de divulgación sanitaria.
Cine y vídeo.
Su ventaja consiste en presentar los hechos con gran sensación de realidad. Las
películas pueden ser documentales o argumentales, siendo muy útiles al
dramatizar situaciones cotidianas. El vídeo es útil como apoyo a charlas y
coloquios.
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Planificación de la Educación para la Salud.
La EPS debe estar planificada y organizada sistemáticamente (los métodos utilizados deben ser
evaluados para poder garantizar la eficacia de las actividades).
En el marco actual de la EPS debe ocuparse tanto de los comportamientos de las personas
relacionadas con el problema como con el entorno donde se desarrollan.
Las etapas de la planificación son:
1. Análisis del problema.
Identificación del problema. Surge el análisis de las necesidades de la población y
su objetivo es conocer “dónde”, “cómo”, “por qué” se generan los problemas de
salud. A la hora de seleccionar un problema sobre el que se va a actuar desde la EPS
interesa conocer cuáles son los comportamientos de los individuos, grupos o
comunidad, implicados en los problemas, de forma que a través de una acción
educativa puedan modificarse, produciendo una mejora del problema.
Identificación de los factores de riesgo. Se pueden clasificar en:
- Relacionados con los comportamientos de las personas.
- Relacionados con el entorno y que están fuera del control de la persona.
Identificación del grupo diana sobre el que se va a actuar.
Identificación de los determinantes cognitivos. Actitudes e influencias sociales tal y
como las percibe el individuo y sus expectativas de autoeficiencia (capacidades
personales).
2. Programación de las actividades educativas.
El diseño de las actividades educativas según el problema identificado (a quién, qué, cómo,
cuándo y dónde) debe ser flexible de forma que permita una metodología participativa de
los ciudadanos en el proceso de modificación de sus comportamientos.
¿A quién van dirigidas las actividades educativas?
¿Qué vamos a hacer? Lo que se quiere conseguir en relación con los conocimientos,
actitudes y habilidades, destrezas de la persona, de forma que se pueda evaluar el
progreso y a dónde se quiere llegar.
¿Cómo lo vamos a hacer? Métodos y medios educativos a emplear.
¿Cuándo y dónde lo vamos a hacer?
¿Quién se responsabiliza de cada actividad?
Recursos materiales y financieros necesarios para desarrollar el programa
educativo.
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3. Evaluación.
Los criterios de evaluación de un programa de EPS deben figurar desde el principio.
Siguiendo a Donabedian, en la evaluación de un programa se distingue:
Evaluación de la estructura. Se evalúa el diseño del programa (análisis del
problema, objetivos educativos, metodología y medios a emplear, recursos
financieros y humanos y criterios de evaluación).
Evaluación del proceso. Se centra en la evaluación de las personas implicadas en el
desarrollo del programa y en el cumplimiento de las actividades, tanto educativas
como de apoyo.
Evaluación de los resultados. Se evalúa el impacto del programa sobre las
personas, el grupo al que iba dirigido y sobre los factores ambientales.
Finalmente se evaluará la mejora de los indicadores de salud y el beneficio social
consiguiente.
Programas de Salud.
En términos generales un programa es un conjunto de actividades organizadas y coordinadas cuya
finalidad es conseguir un objetivo definido en una población determinada con unos recursos dados.
Un programa consta de tres elementos, los objetivos, las actividades y los recursos, siendo un
requisito imprescindible en todo programa la evaluación de estos tres elementos.
Por objetivo en salud de un programa se entiende aquellos cambios en el estado de salud que se
pretenden alcanzar en la población a la que va dirigido el programa. Se suelen expresar en términos
de descenso de la morbilidad y en algunos casos en términos de aumento de calidad de vida.
Las metas en salud son la cuantificación de los objetivos en cantidad y tiempo.
Las actividades de un programa son aquellas que se establece que han de realizarse para el logro de
los objetivos y dirigidas a la población diana. Todo programa de salud debe contemplar actividades
de promoción, prevención y de curación y rehabilitación, así como de participación comunitaria.
Se habla de programa de salud cuando al plantearnos estos elementos se toma como punto de partida
el estado de salud de la población y como fin la consecución de un objetivo en salud.
Un programa es integral, ya que aúna actividades de promoción, curación, rehabilitación y
participación comunitaria.
El grupo de población al que va dirigido el Programa de Salud se denomina población diana.
El manual de procedimientos de una actividad que define quién, a quién, cómo, cuántas veces,
dónde y con qué recursos se debe hacer, corresponde a la definición de protocolo.
Tipos de Programas de Salud.
Programa específico o subprograma.
Programa cuyas actividades están encaminadas a la solución de un problema específico o de
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una necesidad muy concreta. Ejemplo, el subprograma de hipertensión arterial, subprograma
de planificación familiar, de la gripe, etc.
Programa integrado de salud.
Programa que coordina una serie de programas específicos para lograr un objetivo de salud
común a todos ellos. Ejemplo, programa integrado de la mujer formado por el subprograma
de atención al embarazo, parto y puerperio, subprograma del cáncer genital femenino,
subprograma de planificación familiar, etc.
Plan de Salud.
Es la suma e integración de todos los programas de salud con el propósito de lograr un
objetivo global. El Plan de Salud de una comunidad engloba los programas del lactante,
escolar, adolescente, mujer, adulto, anciano, medio ambiente, etc. con un objetivo final que
es aumentar el nivel de salud de dicha comunidad.
Niveles de programación.
Se pueden diferenciar dos niveles:
Nivel central. Administración.
Es la planificación realizada por la Administración (institucional). Los programas están
encaminados a la provisión de servicios y recursos y a la delimitación de las grandes líneas
de actuación en una comunidad y más concretamente en un área sanitaria.
Nivel periférico. Centro de Salud.
Se realiza por el Equipo de Atención Primaria, siendo una planificación funcional, donde
tanto los recursos físicos como los humanos ya existen. La fase de programación debe
dirigirse al diseño y ejecución de actividades para conseguir los objetivos en salud planeados
mediante una racional organización de los recursos ya existentes. La programación debe
orientarse a optimizar-rentabilizar los recursos.
Etapas de la planificación por programas.
1. Primera etapa. Elección de programas prioritarios.
Identificación y análisis de los problemas.
Los métodos empleados son fundamentalmente tres:
- Identificación mediante el procedimiento por indicadores.
- Identificación mediante encuesta a la población.
- Identificación mediante métodos de consenso.
De esta fase se extrae un listado de problemas y/o necesidades de la comunidad.
Establecimiento de prioridades.
Es recomendable la elección de un método sencillo, de fácil aplicación y con criterios
claros. Entre los métodos más sencillos destaca el basado en la valoración de cinco
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criterios: extensión, gravedad, vulnerabilidad, repercusión local y tendencia en el
tiempo. A cada criterio se le asigna una puntuación de cero a diez, según su
importancia en esa comunidad y respecto a los restantes problemas.
La extensión valora el número de personas afectadas por el problema. Se suele medir
mediante las tasas de morbilidad (incidencia y prevalencia).
La gravedad se define por la tasa de letalidad de ese problema, aunque también por el
número de años perdidos y por la pérdida de calidad de vida.
La vulnerabilidad se refiere a la resolubilidad del problema, expresando la eficacia de
una intervención.
La repercusión local se refiere al impacto que un problema tiene sobre la opinión de
la población, mediante encuestas a la población.
La tendencia en el tiempo valora la probable evolución de un problema en una
comunidad sin una actuación sanitaria.
Análisis sistematizado de los problemas prioritarios.
Los componentes del problema que deben ser estudiados son:
- Los factores condicionantes del problema o signos de riesgo. Son los factores
ligados al inicio o mantenimiento de un problema.
- Las consecuencias para la salud del problema. Se refieren a las repercusiones
en el nivel de salud que origina una enfermedad o problema.
- Las consecuencias socio-sanitarias del problema. Valoran la pérdida
socioeconómica para el individuo, la familia y la comunidad y la repercusión
en los distintos niveles del sistema sanitario.
- Las actitudes observadas en la población con respecto al problema planteado.
Valora el grado de conocimiento de la población respecto al problema, cuál es
su grado de preocupación y su comportamiento frente al mismo.
Agrupación de problemas prioritarios con factores condicionantes comunes.
Se procederá a la agrupación de problemas con factores condicionantes comunes en
un único programa.
2. Segunda etapa. Elaboración del programa.
Justificación del programa.
Está basada en la información recogida en la fase de priorización y valoración
(gravedad, extensión, vulnerabilidad, repercusión local, actitudes de la población
frente a él, tendencia en el tiempo y consecuencias socio-sanitarias).
Definición de objetivos y metas en salud. Determinación de la población diana.
- Objetivos en salud. Son los cambios en el estado de salud que pretendemos
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alcanzar en la población a la que va dirigido el programa.
- Metas en salud.
Son los objetivos en salud cuantificados en cantidad y tiempo.
- Población diana.
Población a la que va dirigido el programa. Se determinará el tamaño de la
población y la cobertura del programa.
Determinación de los bloques de actividad.
Cualquier programa debe contener los siguientes bloques de actividades:
- Bloque 1. Actividades de promoción de la salud y prevención de la
enfermedad.
- Bloque 2. Actividades de curación y rehabilitación.
- Bloque 3. Actividades de participación y autorresponsabilización comunitaria.
Valoración de los recursos y corrección de las actividades previstas.
Establecimiento de rendimientos y metas de las actividades previstas.
3. Tercera etapa. Ejecución del programa.
Organización del trabajo.
Iniciar y desarrollar el programa.
Evaluación.
El concepto de evaluación implica cinco pasos ordenados:
- Establecer objetivos y metas verificables.
- Determinar las condiciones que definen la calidad de la práctica, en relación al
contenido del programa que se evalúa (criterios).
- Establecer el nivel óptimo deseable de las variables del programa que se evalúa
(estándares).
- Medir los cambios que se han producido a través de unidades de medidas
operativas (indicadores).
- Analizar y comparar la situación real con la situación esperada (índice) e
interpretar los resultados, adoptando las medidas correctoras oportunas.
Los componentes de cualquier programa son: los recursos, las actividades, los
objetivos y la población diana.
- Evaluación de la estructura. Incluye los recursos (humanos, físicos y
financieros).
- Evaluación del proceso. Incluye las actividades realizadas.
- Evaluación del resultado. Incluye los objetivos y la población diana.
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