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TRIBUNAL SEGUNDO DE SENTENCIA EN LO PENAL DEL DISTRITO JUDICIAL DE PANDO.

DENTRO DEL CASO IANUS.9011992015013, FISPAN15015 SEGUIDO POR EL MINISTERIO


PUBLICO CONTRA HONORIO RAMIREZ PEREZ POR EL DELITO DE ABUSO SEXUAL.

SENTENCIA

El Tribunal Segundo de Sentencia en lo Penal de la Capital, conformado por:

Ruth Karina Suzaño Cortez

Daniel Tito Atahuichi Alvarez

Diego Valdir Roca Saucedo (Presidente).

Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Publico, representado por:

Fiscal: Berthy Vaca

A denuncia de: Defensoría de la Niñez y Adolescencia.

Contra: HONORIO RAMIREZ PEREZ

Lugar y fecha de nacimiento: Nicolás Suarez-Pando, 21 de diciembre de 1954.

Cedula de identidad: 1748595 Pdo.

Residencia actual: Calle Gonzalo Moreno No.000 Barrio Villa Cruz.

Estado Civil: Concubino

Nacionalidad: boliviano.

ABOGADO DEFENSOR: Federico Aguilar y Carlos Acosta Quispe

Domicilio Procesal: Calle Cívica lado de la FELCC.

En nombre del Estado Plurinacional de Bolivia, y en virtud a la jurisdicción que por ella ejerce,
pronuncia la siguiente sentencia:

RESULTANDO

En mérito al debate realizado en audiencia oral, en el Salón de audiencia del Tribunal


Departamental de Justicia de Pando, en el caso seguido por el Ministerio Publico contra
HONORIO RAMIREZ PEREZ, se tiene lo siguiente:

I. RELACIÓN DEL HECHO Y CIRCUNSTANCIAS OBJETO DE JUICIO.-

Del relato de la acusación presentada se puede obtener los siguientes hechos:

1. En fecha 30 de octubre de 2015 a horas 18:40 la madre de la menor víctima en el presente


caso, se demora en recoger a su hija de la Unidad Educativa en Villa Cruz, observando de
manera extraña que la mismas al llegar a casa se va inmediatamente a su cama y se tapa
con una colcha, y al día siguiente no quería ir a la escuela, pensando los padres de que
existiría algún conflicto con alguna compañera, pero les llega a contar que un señor mayor
que vende a las afueras del colegio, le había abusado sexualmente habiéndola lastimado
mucho, señalando en su entrevista psicológica que cuando estaba anocheciendo ella
había ido a tomar a agua al baño y en ese momento es que el acusado la habría jalado y
tapado la boca, llevándola al baño de niñas para introducir su miembro viril, según la
relata la menor.

2. Que, habiéndose realizado la etapa preparatoria respetiva en el presente caso, el Ministerio


Público presenta la acusación formal, indicando que el acusado es responsable penalmente de
la comisión del delito de Abuso Sexual, conforme a lo previsto en el art.308 bis con relación al
312 del Código Penal, por lo que ofreciendo prueba documental y testifical, solicita se dicte
sentencia condenatoria en contra del mismo. Por lo que radicándose ante este Tribunal de
Sentencia, y luego de las actuaciones preparatorias pertinentes y radicada la causa, conforme
a la ley 586 de 31 de octubre de 2014, se constituye Tribunal y se dispone el señalamiento de
audiencia para la celebración del correspondiente juicio oral.

CUESTIONES INCIDENTALES.

No se presentan cuestiones incidentales para resolver en sentencia.

CONSIDERANDO I. FUNDAMENTACION PROBATORIA DESCRIPTIVA.

Conforme a los datos y registro del juicio oral, luego de la producción de los medios de
prueba ofrecidos por las partes, no habiéndose planteado ninguna excusión probatoria, se
introducen los siguientes medios de prueba documental por su lectura, conforme a la
siguiente descripción:

PRUEBAS DE CARGO (Ministerio Público)

a) Prueba Documental de cargo:

MP1. Consistente en la denuncia escrita realizado por la Defensoría de la Niñez y Adolescencia


de Cobija en fecha 11 de noviembre de 2015 ante el Ministerio Publico en donde se detalla el
relato de hechos narrados por el padre de la menor arrimándose otra documentación relativa
al mismo; prueba MP2, consistente en informe médico forense de la valoración realizada al
menor victima en el presente caso y en donde en sus conclusiones pertinentes establece que
existen traumas a nivel genital, caracterizado por quimosis (equimosis) y cicatriz blanquecina,
en base a la data de la lesión no menor a 5 días, ocasionados probablemente por maniobras
sexuales no descartándose otros mecanismos. Señala que existe himen integro, otorgando
tres días de impedimento legal, se arriman resultado de pruebas realizadas a la menor; prueba
MP3 consistente en informe psicológico y entrevista a la menor en donde la misma hace un
relato de los hechos sucedidos y de la agresión sufrida, indicando que se presume alteración
de desarrollo biopsicosocial actual y futuro de la menor, siendo un factor de riesgo para su
salud mental en la edad adulta.; prueba MP4 consistente en informe del investigador asignado
al caso referente a elementos de la investigación y otros aspectos; prueba MP5 consistente en
resolución de aprehensión y acta de aprehensión del acusado; prueba MP6 consistente en
informe conclusivo de la investigación en donde se establece la responsabilidad penal del
acusado en el presente hecho por parte del investigador del caso; prueba MP7 consistente
en acta de inspección ocular y reconstrucción del hecho adjuntándose muestrario fotográfico
del lugar donde se hubo suscitado el hecho; prueba MP8, consistente en informe pericial
psicológico realizado por el IDIF a la víctima, en el cual se concluye de que en cuanto a la
credibilidad del relato de la menor, establece que la misma podría ser válida pero insuficiente
para determinar la misma, estableciéndose además que la víctima presenta sintomatología
clínica significativa, asociada a una trastorno por estrés postraumático, sugiriéndose futuras
evaluaciones.

b) Testifical de cargo:

Se tiene que tanto el Ministerio Publico ha presentado la siguiente prueba testifical:

1. NOELIA MONTERO PIZARRO.- madre de la menor y quien relata los hechos al momento de
que ella se constituyó al colegio a recoger a la menor, y la hubo encontrado afuera sentada en
la plaza de al frete de la unidad educativa llorando al lado de su dos hermanos. Indica que la
llegar a su domicilio la menor no quiso hablar con nadie y se fue a su cama y se tapó, llorando,
indicando que la misma trataba de pedirle que le indicara que había pasado, durante eso, la
menor le hubo manifestado entre llanto que un viejito que vende afuérala había hechos daño,
y ella reviso a su hijo y noto una pequeña mancha de sangre en sus partes íntimas. Manifiesta
también que la menor cuando vio al acusado que estaba por la calle entro en pánico, por lo
que indica que la conducta de su hija ha cambiado mucho. Indica saber de qué fue el acusado
el que cometió el hecho porque su hija lo reconoce y porque adema el siempre pasaba por el
colegio ya que su esposa vende en la esquina del mismo, empanadas y refrescos. Relata que
su hija le había manifestado que el acusado tenía aliento a cerveza

2. ROLANDO MAMANI, padre de la menor, ratifica el relato hechos por la mama


anteriormente.

3. RODRIGO BUITRON ALIAGA, médico forense del Ministerio Público quien ratificó muchos
de los aspectos establecidos en el informe médico forense, además de indicar que había una
pequeña herida en la parte genital de la menor, que pudo ocasionar un pequeño sangrado.

PRUEBAS DE DESCARGO

El acusado hubo presentado en audiencia los siguientes medios de prueba:

a) Prueba testifical.-

ORLANDO ARAMAYO NOSSA, indica conocer al acusado de toda la vida, y que lo hubo
contratado el día de los hechos, es decir el 30 de octubre, para que realizara limpieza en el
cementerio indicando que verifico que él estaba trabajando, y además señala que le acusado
no consume bebidas alcohólicas. Así mismo añade que el visitó el cementerio a eso de las 5 a
5:30 de la tarde y converso con el acusado hasta las 17:45 aproximadamente, de allí en más
no se sabe otra cosa sobre el hecho.

PABLO LIMA, vecino del lugar quine manifiesta conocer del hecho según los que escuchó, no
aportando más detalles.

CARMEN HURTADO RAMIREZ, administradora del cementerio desde el año 2016 hasta
febrero de 2017, quine indica que ese día ella había visto al acusado haciendo limpieza a eso
de las 17:30, y que luego lo volvió a ver a eso de las 19:30 pm.

Con relación a las demás declaración testificales ofrecidas, la defensa del acusado renuncia a
las mismas.

b) Inspección Judicial.

Así mismo, la defensa del acusado hubo realizado la inspección del lugar del hecho, en el cual
se pudo apreciar las características del lugar, más propiamente una unidad educativa, en
donde se tiene amplio acceso a través de dos puertas de entradas que dan a dos calles
distintas, así mismo se pudo apreciar que el lugar donde la niña indico en su entrevista
psicológica se detuvo a tomar agua, está cercano al baño donde hubo sucedido el hecho
ilícito, a escaso metros, no variando en nada el estado actual de las cosas con relación a lo que
se puede apreciar de la inspección judicial practicadas por el Ministerio Publico, a pesar de
que el acusado manifestó que antes no habían ciertas construcciones.

Así también se pudo apreciar el lugar donde se encontraba la venta de la esposa del acusado,
en una esquina de la calle Gonzalo Moreno, por donde el acusado tiene su domicilio y por el
cual habitualmente pasa todos los días, dicha tienda está cercano a una de las puertas de
ingreso al colegio.

II. FUNDAMENTACIÓN ANALÍTICA O INTELECTIVA

Realizando una valoración de las pruebas tal como lo prevén los artículos 123, 124, 171 y 173
del Código de Procedimiento Penal, y conforme los lineamentos emitidos por la Sala Penal
Segunda en el A.S.248/2012 de 10 de octubre, se tiene las siguientes conclusiones:

1. Del desfile de los medios de prueba ofrecidos, este Tribunal concluye que la agresión sexual
a la víctima menor de edad, se tiene plenamente demostrada con la prueba consisten en la
MP3, en donde la menor relata en forma consistente y clara los hechos suscitados, y
posteriormente ratifica dicha declaración en la entrevista pericial psicológica realizada en
fecha 10 de diciembre de 2015,, asi mismo la menor mantiene la declaración de los hechos y
establece con mayor claridad la identidad del acusado a quien reconoce también y describe
como la persona que tiene una venta asentada en la esquina del colegio sobre la acera junto
con su esposa y que siempre lo veía por allí, aspecto que hubo sido verificado en la inspección
judicial solicitada, en donde se pudo apreciar el lugar donde habitualmente se asentaba dicha
venta, la cual está a escasos metros de una de las puertas de entrada al colegio; además se
pudo verificar el lugar donde la menor hubo tomado agua y de donde el acusado la habría
interceptado y llevado al baño, el cual está a unos metro del lugar, tal cual la menor relata, y
que también es verificable con la prueba MP7 en el cual se tiene el acta de inspección y el
muestrario fotográfico, en donde se tiene que incluso el lugar donde la menor tomaba agua
queda al frente de una oficina del colegio, pero que en ese momento no había nadie, como
señala la misma víctima, aspecto que tampoco hubo sido negado por la parte acusada,
concluyendo además este informe pericial que si bien no se puede establecer la veracidad del
testimonio, el mismo es válido y además de consistente en todo el mismo. Estos extremos
también son coherentes con lo relatado por la madre de la menor, quien también sostiene el
hecho de que el acusado conocía del lugar donde sucedieron los hechos, porque su esposa
vende en la esquina del mismo, y su casa queda sobre esa misma calle, y no sería la primera
vez que lo hubiera visto por el colegio,así se pudo incluso apreciar en la inspección judicial
donde se constató el lugar donde el acusado tendría su domicilio que dista a una cuadra
aproximadamente del colegio, por ello es que la declaración de la misma es veraz dado que el
relato de la misma es coherente con lo que se apreciado en la audiencia de inspección, y no se
ha demostrado por parte de la defensa del acusado que existiera algún tipo de interés que
permita sostener que la misma busca algún beneficio o ventaja ilícita con relación al acusado a
raíz del presente proceso.
2. Por otra parte, el examen médico legal presentado como MP2, en el cual se establece que
la menor tendría contusiones o lesiones a nivel genital en la base de la membrana himenal, la
cual se encuentra integra, permite establecer que sobre la menor hubieron maniobras que
buscaba un fin sexual por parte del acusado, y aunque si bien la menor indica que el acusado
le habría “metido su cosa” como ella señala y que le habría “hecho doler y sangrar”, de lo
relatado por el médico forense en audiencia ofrecido como testigo, Dr. Rodrigo Buitrón, el
mismo establece que las lesiones encontradas en la menor pudieron ocasionar un pequeño
sangrado, lo cual corrobora lo que la menor manifiesta en torno al sangrado, descartando que
hubiera penetración, sin embargo es entendible que en una menor de edad hubiera
ocasionado dolor más aun en un zona sensible de su cuerpo, aspecto que la madre de la
víctima incluso llega a indicar cuando señaló que vio pequeñas manchas de sangre en la ropa
interior de la niña. De allí que no existe contradicción entre lo que se indica y lo que en ciertas
partes de la declaración de la menor ante los psicólogos, ante la Defensoría de la Niñez como
del Instituto de Investigaciones Forense del Ministerio Público, dado de que esos elemento de
prueba deben considerarse como instrumentos de apoyo y no como base para establecer la
credibilidad de la menor, más aun cuando los demás elementos de prueba son veraces,
coherentes y consistentes en identificar al acusado como autor del hecho.

3. La declaración testifical de descargo consistente en los testigos Orlando Aramayo Nossa y


Carmen Hurtado Ramírez, están enfocada en cierta medida a establecer que el acusado en la
hora y lugar donde se indica hubo sucedido el hecho, se encontraba realizando trabajos de
limpieza en el cementerio de la ciudad, aspectos que si bien pueden coincidir en ambas
declaraciones, ya que el señor Orlando sería quien hubo contratado al acusado para la
limpieza, y la señora Carmen seria administradora del cementerio, de ambas declaraciones se
tiene que no existe consistencia al momento de indicar que el acusado se hubiera encontrado
en el cementerio a la hora de salida del colegio donde la menor estudiaba que generalmente
es de 18:00 a 18:30 pm, ya que ambos son coincidentes en haber visto al acusado entre las
17:00 y 17:30 pm, y luego de las 19:30 pm, este último horario lo indica la testigo Carmen
Hurtado, por ello es que existe un lapso de tiempo considerable entre un lugar y otro, más
aun cuando entendemos que las distancias en la ciudad de Cobija, y más concretamente entre
el Cementerio y la Unidad Educativa de Villa Cruz, no dista a más de 3 minutos en moto taxi,
medio de transporte habitual en esta ciudad, de lo que se puede sostener que no existe
motivo alguno para dudar de que el acusado hubo estado en ese lapso de tiempo en la Unidad
Educativa y luego haber retornado al cementerio. De allí que exista inconsistencia en dichas
declaraciones. Aunque el acusado niega el hecho en su declaración ante este Tribunal, no
obstante, ello resulta descartado, ante los medios de prueba presentados y ya considerados
anteriormente, los cuales permiten destruir el principio de presunción de inocencia en la
conducta del acusado, no haciendo creíble lo aseverado por el mismo.

4. Referente a la documental arrimada como prueba MP4 y MP6, las misma constituyen
informes policiales sobre hechos ya establecidos a través de los demás elementos de 49
prueba presentados, por lo que son intrascendentes al igual que la prueba MP5 consistente en
el acta y resolución de aprehensión del acusado, aspectos netamente procesales que no están
en discusión dentro del objeto de juicio. El mismo criterio también se aplica con relación a la
testifical de cargo producida referente al padre de la víctima Rolando Mamani, quien al
margen de haber realizado al denuncia el presente hecho, conforme consta en la prueba MP1,
no detalla mayores elementos que lo que su esposa y madre de la víctima describe con mayor
amplitud. Por su parte, la declaración del testigo Pablo Lima no aporta ningún elemento de
análisis al hecho, ya que solo conoce el hecho por referencia de terceros, de allí que la
declaración del mismo sea intrascendente.

III. FUNDAMENTACION FACTICA. HECHOS PROBADOS

En mérito al análisis y valoración antes realizados, este Tribunal concluye en la existencia de


los siguientes hechos probados:

1. Es un hecho demostrado que el acusado Honorio Ramírez Pérez, en fecha 30 de octubre


de 2015, hubo sido quien hubo agredido sexualmente a la menor de edad, tapándole la
boca en el momento en que la misma se encontraba bebiendo agua dentro de la Unidad
Educativa Villa Cruz donde la misma estudiaba y se encontraba esperando a que su madre
venga a recogerla, llevándola al interior del baño de dicha unidad educativa el cual se
ubica a pocos metros de donde se encontraba inicialmente y procede a cometer el ilicito
2. Así mismo, se tiene presente que el acusado se encontraba presente en el lugar y hora
cuando se suscitaron los hechos, ya que si bien se establece que el mismo se encontraba
realizando labores de limpieza en el cementerio de la ciudad, no obstante de ello, el lapso
de tiempo entre el momento en que fue visto por los testigos de descargo, permite
establecer con lógica razón que el acusado no se encontraba en el cementerio a la hora en
que hubo suscitado el hecho, en el horario de salida, la cual es de conocimiento público en
todas la unidades fiscales, entre las 18:00 pm y 18:30 pm.

IV. FUNDAMENTACION JURIDICA

Establecidos los hechos probados en el presente caso, donde se hubo demostrado la partición
del acusado en el presente hecho, corresponde el siguiente análisis jurídico a la luz de todo lo
ya valorado anteriormente.

TIPICIDAD

Entendida la tipicidad, tal cual se menciona por el reconocido penalista boliviano Dr.
Fernando Villamor Lucia en su libro “Teoría del delito”, pag.66, citando a Enrique Cury Urzúa, “
la tipicidad es la cualidad del hecho concreto de conformarse a la descripción abstracta
trazada por el legislador”, en otras palabras, parafraseando al mismo autor, resulta necesario
establecer la tipicidad a fin de establecer si en el hecho acusado se presentan todos los
presupuestos o elementos establecidos por el legislador para el delito de Abuso Sexual, lo que
se conoce como la subsunción o adecuación del hecho al tipo penal imputado al acusado, lo
que conlleva también el análisis mismo de la acción, como elemento concurrente en la
tipicidad. Con dicha introducción, es importante establecer aquellos elementos que permitan
analizar el presente caso a la luz de los instrumentos internacionales, nacionales y la
perspectiva de género se pueda apreciar.

a) Identificación del problema jurídico a resolver.


En primer lugar, es necesario identificar al grupo social vulnerable donde pertenece la
víctima y sobre la cual hubo recaído el presente hecho; es así que la víctima es una niña
menor de edad, de ocho años de edad al momento de ocurridos los hechos, la cual se
encontraba saliendo de la Unidad Educativa a la cual pertenecía, siendo abordada por el
acusado, quien como se tiene demostrado, hubo interceptado a la víctima, tapándole la
boca y llevándola al interior del baño del colegio, en el horario donde no había nadie más,
llegando a realizar actos ilícitos con ella. Conforme lo establecen los arts. 60 de la
Constitución Política del Estado y 19.I de la Convención sobre los Derechos del Niños que
indica que los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas,
sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o
abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el
abuso sexual. Así también la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Véliz
Franco y otros vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia del 19 de mayo 2014, párrafo 134 estableció: “De lo anterior se colige que,
conforme el marco normativo expuesto, en relación con la violencia contra la mujer, el
deber de garantía adquiere especial intensidad en relación con niñas. Esto es así debido a
que la vulnerabilidad consustancial a la niñez puede verse enmarcada y potenciada debido
a la condición de ser mujer. En ese sentido, debe advertirse que las niñas son como se ha
aseverado “particularmente vulnerables” a la violencia.

b) Identificación de las normas jurídicas aplicables y análisis.

El tipo penal de Abuso Sexual, tal cual lo solicita el Ministerio Publico en su acusación,
previsto en el art. 312 del Código Penal modificado por la ley 348: “Artículo 312. (ABUSO
SEXUAL). Cuando en las mismas circunstancias y por los medios señalados en los Artículos 308
y 308 bis se realizaran actos sexuales no constitutivos de penetración o acceso carnal, la pena
será de seis (6) a diez (10) años de privación de libertad. Se aplicarán las agravantes previstas
en el Artículo 310, y si la víctima es niña, niño o adolescente la pena privativa de libertad será
de diez (10) a quince (15) años.” En ese sentido, el tipo penal acusado hace una remisión
directa a los elementos constituciones del tipo penal para el delito de Violación, entre los
cuales se establece la intimidación, violencia física o psicológica realice con persona de uno u
otro sexo, además de tener fines libidinosos aunque no mediara violencia física o intimidación,
aprovechando algún grado de incapacidad de la víctima o que ésta estuviera incapacitada por
cualquier otra causa para resistir; por otra parte, se establece además el aumento en la pena
cuando la víctima es Niño Niña o adolescente. El antecedente directo del Abuso Sexual como
hoy se lo conoce, se encuentra en el delito de Abuso Deshonesto, como anteriormente se lo
denominaba, conocido en las doctrina lega como Delitos de Silencio, y bajo la cual se
sancionaba todo acto no constitutivo de acceso carnal, que tuvieren un fin libidinoso en el
sujeto activo. Lo llamativo es que el carácter que se imponía en dicha norma penal, la cual si
bien se encontraba dentro del capítulo de protección a la libertad sexual de las personas, no
obstante, su incidencia directa era entendido con relación a la afectación en cuanto a la
honestidad de la víctima, de allí en más que el reproche punitivo sobre el mismo, era de 1 a 4
años de reclusión con agravación de la pena en caso de menores de 14 años. Las modificación
introducidas a través de la ley 348, indudablemente cambiaron el entendimiento de lo que
implica el Abuso Deshonesto, al establecer que el abuso es considerado un capítulo de la
violencia sexual, que a su vez es parte de un fenómeno más global: el de la violencia como
expresión de la dominación, que se expresa de distintas maneras. En este sentido, la doctrina
ha categorizado las distintas clases de abusos sexuales que pueden existir, sea según si existe
o no contacto físico, según la víctima o según la personalidad de los abusadores, entre los que
se encuentra la vejación sexual, entendida como una conducta sexual con un menor cuando
tal contacto incorpora estimulación o gratificación de las necesidades o deseos sexuales de
otra persona, lo que incluye el tocamiento intencionado de los genitales o partes íntimas,
incluyendo los pechos, área genital, lado interno de los muslos o nalgas, o las ropas que
cubren estas zonas, por parte del perpetrador hacia el niño. En este sentido, el alcance de
protección de este penal va más allá de simple honorabilidad de la víctima, sino que hoy se
tutela en toda su cabal entendimiento la libertad sexual de la persona, más aun tratándose de
la niñez y adolescencia, impidiendo un pena mínima y una máxima, al margen de las
agravantes en cuanto a la pena a imponerse de acuerdo a las características del sujeto pasivo.

Los hechos probados han dado por ciertos los hechos narrados por la menor victima en el
presente caso, la cual desde el primer momento hubo mantenido un relato preciso y conciso
en torno a lo acontecido. En este punto, se torna importante establecer a la luz de lo que
establece los parámetros constitucionales que implican ponderar el Principio de Presunción de
Inocencia que atañe al acusado, y la Presunción de Veracidad de la declaración de la menor de
edad en el presente hecho. El art. 116.I de la Constitución Política del Estado, establece: “Se
garantiza la presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso de duda sobre la norma
aplicable, regirá la más favorable al imputado o procesado”; por su parte, el art. 6 del CPP,
determina: “Todo imputado será considerado inocente y tratado como tal en todo momento,
mientras no se declare su culpabilidad en sentencia ejecutoriada. No se podrá obligar al
imputado a declarar en contra de sí mismo y su silencio no será utilizado en su perjuicio. La
carga de la prueba corresponde a los acusadores y se prohíbe toda presunción de
culpabilidad. En el caso del rebelde, se publicarán únicamente los datos indispensables para su
aprehensión”. El A.S.055/2012-RRC de 04 de abril establece que esta garantía, es la que
inspira al proceso penal de un Estado democrático de derecho, por ello el imputado no se
encuentra obligado a probar su inocencia, ya que por el contrario, es el Estado el que tiene la
responsabilidad de probar la comisión del delito y la responsabilidad del imputado en un
proceso seguido de acuerdo a los principios de la ley procesal, oportunidad en la que se hará
cesar esta presunción a través de las pruebas. Sin embargo, corresponde analizar la situación
del presente caso, donde una menor de edad es víctima de un hecho que implica violencia
sexual que como se tiene establecido, obligan al Estado a extremar medidas de prevención; y
es allí donde también se presenta el hecho de que la declaración de la misma víctima se
constituya en el principal elemento de prueba para atribuir el hecho delictivo al acusado .
Dadas la circunstancias en las que este tipo de hechos suceden, en donde solo se tiene la
versión de la niña y la del acusado, corresponde aplicar ciertos estándares internacionales que
permiten establecer la necesidad de la revalorización del testimonio de las víctimas de
agresión sexual, más aun tratándose de menores, cuyo testimonio goza de la presunción de
verdad, que tiene como norte fundamental evitar su re victimización, reconocida en
instrumentos internacionales como la Convención Sobre los Derechos del Niño, indicando
además que son el grupo de personas más vulnerables, así lo ha entendido el A.S.129/2016-
RRC de 17 de febrero emitido por la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia. Por ello,
tenemos precedentes internacionales en la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
como el caso Fernández Ortega y otros vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010, párrafo 100, establece que la violencia sexual es
una forma de agresión y que se debe tomar la declaración de la víctima como una prueba
fundamental, “dada la naturaleza de esta forma de violencia, no se puede esperar la
existencia de pruebas gráficas o documentales y, por ello, la declaración de la víctima
constituye una prueba fundamental sobre el hecho”. Así mismo, el caso Rosendo Cantú y otra
vs. México, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de
2010, referente a las imprecisiones en el relato de las víctimas, párrafo 91 establece que: “La
Corte considera que no es inusual que el recuento de hechos de esta naturaleza contenga
algunos aspectos que puedan ser considerados, a priori, inconsistencias en el relato. Al
respecto, el Tribunal toma en cuenta que los hechos referidos por la señora Rosendo Cantú se
relacionan a un momento traumático sufrido por ella, cuyo impacto puede derivar en
determinadas imprecisiones al rememorarlos. Dichos relatos, además, fueron rendidos en
diferentes momentos desde 2002 a 2010. Adicionalmente, la Corte tiene en cuenta en el
presente caso que al momento de ocurridos los hechos la señora Rosendo Cantú era una
niña”.

c) Determinación de los hechos al tipo penal.

Con todo lo expuesto, tenemos a una niña menor de edad, protegida dentro del ámbito de lo
que establece el tipo penal por el cual se acusa, la cual indudablemente se encontraba
incapacitada para resistir el accionar ilícito del acusado, para evitar que la misma grite o pida
auxilio, llevándola a un lugar cerrado a fin de consumar el hecho, que si bien no implicó acceso
carnal, sin embargo tuvo un fin libidinoso para el acusado

Estos precedentes permiten establecer el porqué de la mayor preponderancia a la declaración


de la víctima, la cual si viene es cierto no ha sido tomada en audiencia, ello no puede sin
embargo disminuir el contenido de lo que la misma ya hubo manifestado en forma legal ante
las instancias establecidos por ley durante la fase preparatoria del proceso, lo cual también
evita la re-victimización de la misma, por lo que su declaración ante el tribunal no resulta
obligatoria para narrar nuevamente los hechos que significaron una gran afectación
psicológica y social, como se puede apreciar en los informes psicológicos, inspección judicial,
declaraciones testificales que permiten sustentar y corroborar la versión de la menor en
cuanto a los hechos, destruyendo así la presunción de inocencia del acusado.

Si bien se establece por el principio de inmediación y de oralidad como garantías procesales en


materia penal, la presencia de testigos en juicio para corroborar las declaraciones en
audiencia, en el presente caso pesa más el interés superior del menor como bien tutelado de
mayor prevalencia constitucional. Evidentemente que el accionar del acusado se encuadra en
el marco del dolo, siendo su accionar es consciente y voluntario, sabiendo y queriendo el
resultado. Por ello es insuficiente pretender desacreditar la credibilidad del testimonio de la
menor y de la madre, sobre la cual la defensa del acusado hubo planteado la posibilidad de
que estos hechos se hubiera suscitado o denunciado por intereses ilícitos por parte de la
madre de la menor, que pretende descreditar la versión de la menor victima por el hecho de
haber esperado más de 10 días para realizar la denuncia, o de que sería una práctica común en
la madre de la víctima este tipo de denuncias, como se sostuvo en parte de los debates en
juicio, cuando en los hechos conforme al principio de verdad material, no se tiene ningún
elemento que permita concluir ese extremo, aun teniendo el acusado el tiempo suficiente para
presentar dichos elementos que consideraba pertinentes a su defensa, tomando en cuenta
que ello no afecta el principio acusatorio, ya que se basa en el principio de “quien invoca algo
que rompe el estado de normalidad, debe probarlo”, establecido en el Auto Supremo
211/2013, de 22 de julio de 2013 emitido por la Sala Penal I del Tribunal Supremo de Justicia.
Exigir una reacción inmediata a las víctimas de violencia sexual como en el presente caso, y
más aun de menores, no condice con la realidad de este tipo de hechos y es un estereotipo
que debe ser erradicado de la administración de justicia, así lo entiende Dictamen del caso
Karen Tayag Vertido vs. Filipinas del Comité CEDAW. CEDAW/C/46/D/18/2008.

ANTIJURICIDAD Y CULPABILIDAD

Así mismo, se establece por el principio de inmediación, que no concurren en el acusado


ninguna causal de justificación que invalide la antijurícidad de la conducta del acusado; ni
tampoco causal algún de inimputabilidad que imposibilite la culpabilidad por la conducta
realizada.

V. FUNDAMENTACION DE LA PENA.

En merito a lo expuesto en la última parte del art.359 del Código de Procedimiento Penal, se
ha considerado lo dispuesto por los arts.37, 38 y 40 del Código Penal, por lo que se tiene,
conforme lo establece el Auto Supremo No.038/2013.RRC de 18 de febrero emitida por la Sala
Penal Segunda del Tribunal Supremo de Justicia, lo siguiente:

1. El tipo penal para el hecho por el cual se condena al acusado, conlleva la mínima de diez (10)
y una máxima de quince (15) años de presidio, agravándose según las circunstancias que
describe el tipo penal, conforme al art.310 del Código Penal, aspecto que sin embargo no hubo
sido concurrente en la presente, por lo que la pena a considerar esta dentro de los 10 a los 15
años de presidio

2. Evidentemente el hecho se hubo consumado en la medida de que el acusado es consciente


de su accionar doloso, por lo cual la autoría de la misma es directa.

3. No concurren atenuantes especiales ni generales en el presente caso.

4. Con relación a la personalidad de la autor y circunstancias del hecho, se tiene lo previsto en


el numeral 1 del art.38 del CPP, dado que se ha podido constatar que el acusado es una
persona adulta mayor, pero con la condición física necesaria para realizar trabajos de limpieza,
es decir, con una salud física que en apariencia en buena, y por ende le permite tener ciertas
destrezas aun para poder trabajar, no común en otras personas de su edad, no acreditándose
otro tipo de estudios; es evidente también que el acusado no presenta antecedentes penales
por ningún otro hecho delictivo, no lo ha demostrado así el Ministerio Público en esta
audiencia. Por otra parte, entre las condiciones especiales del hecho, se tiene que el mismo
hubo aprovechado que el mismo frecuentaba por el lugar, más propiamente, la Unidad
Educativa, ya que vive por la misma calle y su esposa vendía en la esquina de la misma, y
cuando la menor ingreso a tomar, el mismo aprovechó que no había nadie para realzar el
hecho, aprovechando su condición física respecto a una niña de 8 años, lo cual hubo
ocasionado un cierto grado de afectación al normal desarrollo de la vida de la menor, llevando
inclusive a que la misma abandone sus estudios en dicho centro educativo, al igual que sus
hermanos.

Estos aspecto, conlleva para el Tribunal, el de establecer evidentemente la responsabilidad


penal del acusado, pero que con relación al minino y máximo de la pena establecida, son
considera los agravantes, pero también considerando la edad del acusado, la cual en cierta
medida influye al momento de establecer los fines de la pena a imponerse por el hecho
realizado, conllevan a que este tribunal por mayora de sus miembros, fije la misma en diez (16)
años, de presidio.

POR TANTO, el Tribunal Segundo de Sentencia en lo Penal de la Capital del Distrito Judicial de
Pando, en nombre del Estado Plurinacional de Bolivia y en virtud de la jurisdicción que por ley
ejerce, RESUELVE:
1. Imponer SENTENCIA CONDENATORIA en contra de acusado HONORIO RAMIREZ PEREZ,
conforme al art. 365 del CPP, declarando culpable al mismo de la comisión del delito de ABUSO
SEXUAL previsto y sancionado en el art. 312 del Código Penal, imponiéndole la pena de
DIECISEIS (16) años de presidio a cumplirse en el penal de Villa Busch de esta ciudad. Con la
disidencia del Juez Daniel Tito Atahuichi en cuanto a la pena.

2. Así mismo se impone las medidas de preventivas y de protección previstas en el art. 149 de
la ley 548, en su inc. b)consistente en tratamiento psicológico o psiquiátrico al acusado, una
vez ejecutoriada la presente sentencia, debiendo hacerse conocer el mimo a las instancias
correspondientes, durante el tipo que los especialista estimen conveniente y aun el imputado
se encuentra el libertad; y c) la prohibición al acusado de acercarse, vivir o trabajar cerca
Unidades Educativas, parques o lugares donde concurran niños, niñas y adolescentes, una vez
cumplida la sanción penal.

3. Así mismo, en cumplimiento a los fines de precautelar el interese superior de los menores, y
lo que establece el artículos 2 y 5 de CEDAW y 7 de la Convención Belém do Pará, se dispone
que la víctima y sus hermanos en el presente caso, así como el entorno familiar, reciban de los
programas establecidos por las instancias respectivas, el apoyo de profesionales en psicología
capacitados, conforme a lo establecido en la ley 548, a tal fin ofíciese al SEDEGES.

4. Multas y Costas procesales averiguables en ejecución de sentencia.

NORMAS APLICADAS.-

Artículo 116-I de la Constitución Política del Estado.

Artículos 6,13, 171, 172 y 365 del Código de Procedimiento Penal.

Artículo 312 del Código Penal.

Art.149 inc. b) y c) de la ley 548

POSIBILIDAD DE RECURSO

En cumplimiento al art. 123 del CPP, se indica a esta sentencia en recurrible por las partes y
por la victima aunque no se hubiese constituido en querellante, a través del recurso de
apelación restringida, en el plazo de quince días a partir de su notificación.

Ejecutoriada que sea la presente sentencia, expídase mandamiento de condena, y remítase


copia al Registro Judicial De Antecedentes Penales y Juzgado de Ejecución Penal.

REGISTRESE Y TOMESE RAZON.

Daniel Tito Atahuichi Alvarez Ruth Karina Suzaño C.


Juez Juez,

Diego Valdir Roca Saucedo


Juez Presidente

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