Sentencia A Impugnar
Sentencia A Impugnar
SENTENCIA
Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Publico, representado por:
Nacionalidad: boliviano.
En nombre del Estado Plurinacional de Bolivia, y en virtud a la jurisdicción que por ella ejerce,
pronuncia la siguiente sentencia:
RESULTANDO
CUESTIONES INCIDENTALES.
Conforme a los datos y registro del juicio oral, luego de la producción de los medios de
prueba ofrecidos por las partes, no habiéndose planteado ninguna excusión probatoria, se
introducen los siguientes medios de prueba documental por su lectura, conforme a la
siguiente descripción:
b) Testifical de cargo:
1. NOELIA MONTERO PIZARRO.- madre de la menor y quien relata los hechos al momento de
que ella se constituyó al colegio a recoger a la menor, y la hubo encontrado afuera sentada en
la plaza de al frete de la unidad educativa llorando al lado de su dos hermanos. Indica que la
llegar a su domicilio la menor no quiso hablar con nadie y se fue a su cama y se tapó, llorando,
indicando que la misma trataba de pedirle que le indicara que había pasado, durante eso, la
menor le hubo manifestado entre llanto que un viejito que vende afuérala había hechos daño,
y ella reviso a su hijo y noto una pequeña mancha de sangre en sus partes íntimas. Manifiesta
también que la menor cuando vio al acusado que estaba por la calle entro en pánico, por lo
que indica que la conducta de su hija ha cambiado mucho. Indica saber de qué fue el acusado
el que cometió el hecho porque su hija lo reconoce y porque adema el siempre pasaba por el
colegio ya que su esposa vende en la esquina del mismo, empanadas y refrescos. Relata que
su hija le había manifestado que el acusado tenía aliento a cerveza
3. RODRIGO BUITRON ALIAGA, médico forense del Ministerio Público quien ratificó muchos
de los aspectos establecidos en el informe médico forense, además de indicar que había una
pequeña herida en la parte genital de la menor, que pudo ocasionar un pequeño sangrado.
PRUEBAS DE DESCARGO
a) Prueba testifical.-
ORLANDO ARAMAYO NOSSA, indica conocer al acusado de toda la vida, y que lo hubo
contratado el día de los hechos, es decir el 30 de octubre, para que realizara limpieza en el
cementerio indicando que verifico que él estaba trabajando, y además señala que le acusado
no consume bebidas alcohólicas. Así mismo añade que el visitó el cementerio a eso de las 5 a
5:30 de la tarde y converso con el acusado hasta las 17:45 aproximadamente, de allí en más
no se sabe otra cosa sobre el hecho.
PABLO LIMA, vecino del lugar quine manifiesta conocer del hecho según los que escuchó, no
aportando más detalles.
CARMEN HURTADO RAMIREZ, administradora del cementerio desde el año 2016 hasta
febrero de 2017, quine indica que ese día ella había visto al acusado haciendo limpieza a eso
de las 17:30, y que luego lo volvió a ver a eso de las 19:30 pm.
Con relación a las demás declaración testificales ofrecidas, la defensa del acusado renuncia a
las mismas.
b) Inspección Judicial.
Así mismo, la defensa del acusado hubo realizado la inspección del lugar del hecho, en el cual
se pudo apreciar las características del lugar, más propiamente una unidad educativa, en
donde se tiene amplio acceso a través de dos puertas de entradas que dan a dos calles
distintas, así mismo se pudo apreciar que el lugar donde la niña indico en su entrevista
psicológica se detuvo a tomar agua, está cercano al baño donde hubo sucedido el hecho
ilícito, a escaso metros, no variando en nada el estado actual de las cosas con relación a lo que
se puede apreciar de la inspección judicial practicadas por el Ministerio Publico, a pesar de
que el acusado manifestó que antes no habían ciertas construcciones.
Así también se pudo apreciar el lugar donde se encontraba la venta de la esposa del acusado,
en una esquina de la calle Gonzalo Moreno, por donde el acusado tiene su domicilio y por el
cual habitualmente pasa todos los días, dicha tienda está cercano a una de las puertas de
ingreso al colegio.
Realizando una valoración de las pruebas tal como lo prevén los artículos 123, 124, 171 y 173
del Código de Procedimiento Penal, y conforme los lineamentos emitidos por la Sala Penal
Segunda en el A.S.248/2012 de 10 de octubre, se tiene las siguientes conclusiones:
1. Del desfile de los medios de prueba ofrecidos, este Tribunal concluye que la agresión sexual
a la víctima menor de edad, se tiene plenamente demostrada con la prueba consisten en la
MP3, en donde la menor relata en forma consistente y clara los hechos suscitados, y
posteriormente ratifica dicha declaración en la entrevista pericial psicológica realizada en
fecha 10 de diciembre de 2015,, asi mismo la menor mantiene la declaración de los hechos y
establece con mayor claridad la identidad del acusado a quien reconoce también y describe
como la persona que tiene una venta asentada en la esquina del colegio sobre la acera junto
con su esposa y que siempre lo veía por allí, aspecto que hubo sido verificado en la inspección
judicial solicitada, en donde se pudo apreciar el lugar donde habitualmente se asentaba dicha
venta, la cual está a escasos metros de una de las puertas de entrada al colegio; además se
pudo verificar el lugar donde la menor hubo tomado agua y de donde el acusado la habría
interceptado y llevado al baño, el cual está a unos metro del lugar, tal cual la menor relata, y
que también es verificable con la prueba MP7 en el cual se tiene el acta de inspección y el
muestrario fotográfico, en donde se tiene que incluso el lugar donde la menor tomaba agua
queda al frente de una oficina del colegio, pero que en ese momento no había nadie, como
señala la misma víctima, aspecto que tampoco hubo sido negado por la parte acusada,
concluyendo además este informe pericial que si bien no se puede establecer la veracidad del
testimonio, el mismo es válido y además de consistente en todo el mismo. Estos extremos
también son coherentes con lo relatado por la madre de la menor, quien también sostiene el
hecho de que el acusado conocía del lugar donde sucedieron los hechos, porque su esposa
vende en la esquina del mismo, y su casa queda sobre esa misma calle, y no sería la primera
vez que lo hubiera visto por el colegio,así se pudo incluso apreciar en la inspección judicial
donde se constató el lugar donde el acusado tendría su domicilio que dista a una cuadra
aproximadamente del colegio, por ello es que la declaración de la misma es veraz dado que el
relato de la misma es coherente con lo que se apreciado en la audiencia de inspección, y no se
ha demostrado por parte de la defensa del acusado que existiera algún tipo de interés que
permita sostener que la misma busca algún beneficio o ventaja ilícita con relación al acusado a
raíz del presente proceso.
2. Por otra parte, el examen médico legal presentado como MP2, en el cual se establece que
la menor tendría contusiones o lesiones a nivel genital en la base de la membrana himenal, la
cual se encuentra integra, permite establecer que sobre la menor hubieron maniobras que
buscaba un fin sexual por parte del acusado, y aunque si bien la menor indica que el acusado
le habría “metido su cosa” como ella señala y que le habría “hecho doler y sangrar”, de lo
relatado por el médico forense en audiencia ofrecido como testigo, Dr. Rodrigo Buitrón, el
mismo establece que las lesiones encontradas en la menor pudieron ocasionar un pequeño
sangrado, lo cual corrobora lo que la menor manifiesta en torno al sangrado, descartando que
hubiera penetración, sin embargo es entendible que en una menor de edad hubiera
ocasionado dolor más aun en un zona sensible de su cuerpo, aspecto que la madre de la
víctima incluso llega a indicar cuando señaló que vio pequeñas manchas de sangre en la ropa
interior de la niña. De allí que no existe contradicción entre lo que se indica y lo que en ciertas
partes de la declaración de la menor ante los psicólogos, ante la Defensoría de la Niñez como
del Instituto de Investigaciones Forense del Ministerio Público, dado de que esos elemento de
prueba deben considerarse como instrumentos de apoyo y no como base para establecer la
credibilidad de la menor, más aun cuando los demás elementos de prueba son veraces,
coherentes y consistentes en identificar al acusado como autor del hecho.
4. Referente a la documental arrimada como prueba MP4 y MP6, las misma constituyen
informes policiales sobre hechos ya establecidos a través de los demás elementos de 49
prueba presentados, por lo que son intrascendentes al igual que la prueba MP5 consistente en
el acta y resolución de aprehensión del acusado, aspectos netamente procesales que no están
en discusión dentro del objeto de juicio. El mismo criterio también se aplica con relación a la
testifical de cargo producida referente al padre de la víctima Rolando Mamani, quien al
margen de haber realizado al denuncia el presente hecho, conforme consta en la prueba MP1,
no detalla mayores elementos que lo que su esposa y madre de la víctima describe con mayor
amplitud. Por su parte, la declaración del testigo Pablo Lima no aporta ningún elemento de
análisis al hecho, ya que solo conoce el hecho por referencia de terceros, de allí que la
declaración del mismo sea intrascendente.
Establecidos los hechos probados en el presente caso, donde se hubo demostrado la partición
del acusado en el presente hecho, corresponde el siguiente análisis jurídico a la luz de todo lo
ya valorado anteriormente.
TIPICIDAD
Entendida la tipicidad, tal cual se menciona por el reconocido penalista boliviano Dr.
Fernando Villamor Lucia en su libro “Teoría del delito”, pag.66, citando a Enrique Cury Urzúa, “
la tipicidad es la cualidad del hecho concreto de conformarse a la descripción abstracta
trazada por el legislador”, en otras palabras, parafraseando al mismo autor, resulta necesario
establecer la tipicidad a fin de establecer si en el hecho acusado se presentan todos los
presupuestos o elementos establecidos por el legislador para el delito de Abuso Sexual, lo que
se conoce como la subsunción o adecuación del hecho al tipo penal imputado al acusado, lo
que conlleva también el análisis mismo de la acción, como elemento concurrente en la
tipicidad. Con dicha introducción, es importante establecer aquellos elementos que permitan
analizar el presente caso a la luz de los instrumentos internacionales, nacionales y la
perspectiva de género se pueda apreciar.
El tipo penal de Abuso Sexual, tal cual lo solicita el Ministerio Publico en su acusación,
previsto en el art. 312 del Código Penal modificado por la ley 348: “Artículo 312. (ABUSO
SEXUAL). Cuando en las mismas circunstancias y por los medios señalados en los Artículos 308
y 308 bis se realizaran actos sexuales no constitutivos de penetración o acceso carnal, la pena
será de seis (6) a diez (10) años de privación de libertad. Se aplicarán las agravantes previstas
en el Artículo 310, y si la víctima es niña, niño o adolescente la pena privativa de libertad será
de diez (10) a quince (15) años.” En ese sentido, el tipo penal acusado hace una remisión
directa a los elementos constituciones del tipo penal para el delito de Violación, entre los
cuales se establece la intimidación, violencia física o psicológica realice con persona de uno u
otro sexo, además de tener fines libidinosos aunque no mediara violencia física o intimidación,
aprovechando algún grado de incapacidad de la víctima o que ésta estuviera incapacitada por
cualquier otra causa para resistir; por otra parte, se establece además el aumento en la pena
cuando la víctima es Niño Niña o adolescente. El antecedente directo del Abuso Sexual como
hoy se lo conoce, se encuentra en el delito de Abuso Deshonesto, como anteriormente se lo
denominaba, conocido en las doctrina lega como Delitos de Silencio, y bajo la cual se
sancionaba todo acto no constitutivo de acceso carnal, que tuvieren un fin libidinoso en el
sujeto activo. Lo llamativo es que el carácter que se imponía en dicha norma penal, la cual si
bien se encontraba dentro del capítulo de protección a la libertad sexual de las personas, no
obstante, su incidencia directa era entendido con relación a la afectación en cuanto a la
honestidad de la víctima, de allí en más que el reproche punitivo sobre el mismo, era de 1 a 4
años de reclusión con agravación de la pena en caso de menores de 14 años. Las modificación
introducidas a través de la ley 348, indudablemente cambiaron el entendimiento de lo que
implica el Abuso Deshonesto, al establecer que el abuso es considerado un capítulo de la
violencia sexual, que a su vez es parte de un fenómeno más global: el de la violencia como
expresión de la dominación, que se expresa de distintas maneras. En este sentido, la doctrina
ha categorizado las distintas clases de abusos sexuales que pueden existir, sea según si existe
o no contacto físico, según la víctima o según la personalidad de los abusadores, entre los que
se encuentra la vejación sexual, entendida como una conducta sexual con un menor cuando
tal contacto incorpora estimulación o gratificación de las necesidades o deseos sexuales de
otra persona, lo que incluye el tocamiento intencionado de los genitales o partes íntimas,
incluyendo los pechos, área genital, lado interno de los muslos o nalgas, o las ropas que
cubren estas zonas, por parte del perpetrador hacia el niño. En este sentido, el alcance de
protección de este penal va más allá de simple honorabilidad de la víctima, sino que hoy se
tutela en toda su cabal entendimiento la libertad sexual de la persona, más aun tratándose de
la niñez y adolescencia, impidiendo un pena mínima y una máxima, al margen de las
agravantes en cuanto a la pena a imponerse de acuerdo a las características del sujeto pasivo.
Los hechos probados han dado por ciertos los hechos narrados por la menor victima en el
presente caso, la cual desde el primer momento hubo mantenido un relato preciso y conciso
en torno a lo acontecido. En este punto, se torna importante establecer a la luz de lo que
establece los parámetros constitucionales que implican ponderar el Principio de Presunción de
Inocencia que atañe al acusado, y la Presunción de Veracidad de la declaración de la menor de
edad en el presente hecho. El art. 116.I de la Constitución Política del Estado, establece: “Se
garantiza la presunción de inocencia. Durante el proceso, en caso de duda sobre la norma
aplicable, regirá la más favorable al imputado o procesado”; por su parte, el art. 6 del CPP,
determina: “Todo imputado será considerado inocente y tratado como tal en todo momento,
mientras no se declare su culpabilidad en sentencia ejecutoriada. No se podrá obligar al
imputado a declarar en contra de sí mismo y su silencio no será utilizado en su perjuicio. La
carga de la prueba corresponde a los acusadores y se prohíbe toda presunción de
culpabilidad. En el caso del rebelde, se publicarán únicamente los datos indispensables para su
aprehensión”. El A.S.055/2012-RRC de 04 de abril establece que esta garantía, es la que
inspira al proceso penal de un Estado democrático de derecho, por ello el imputado no se
encuentra obligado a probar su inocencia, ya que por el contrario, es el Estado el que tiene la
responsabilidad de probar la comisión del delito y la responsabilidad del imputado en un
proceso seguido de acuerdo a los principios de la ley procesal, oportunidad en la que se hará
cesar esta presunción a través de las pruebas. Sin embargo, corresponde analizar la situación
del presente caso, donde una menor de edad es víctima de un hecho que implica violencia
sexual que como se tiene establecido, obligan al Estado a extremar medidas de prevención; y
es allí donde también se presenta el hecho de que la declaración de la misma víctima se
constituya en el principal elemento de prueba para atribuir el hecho delictivo al acusado .
Dadas la circunstancias en las que este tipo de hechos suceden, en donde solo se tiene la
versión de la niña y la del acusado, corresponde aplicar ciertos estándares internacionales que
permiten establecer la necesidad de la revalorización del testimonio de las víctimas de
agresión sexual, más aun tratándose de menores, cuyo testimonio goza de la presunción de
verdad, que tiene como norte fundamental evitar su re victimización, reconocida en
instrumentos internacionales como la Convención Sobre los Derechos del Niño, indicando
además que son el grupo de personas más vulnerables, así lo ha entendido el A.S.129/2016-
RRC de 17 de febrero emitido por la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia. Por ello,
tenemos precedentes internacionales en la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
como el caso Fernández Ortega y otros vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 30 de agosto de 2010, párrafo 100, establece que la violencia sexual es
una forma de agresión y que se debe tomar la declaración de la víctima como una prueba
fundamental, “dada la naturaleza de esta forma de violencia, no se puede esperar la
existencia de pruebas gráficas o documentales y, por ello, la declaración de la víctima
constituye una prueba fundamental sobre el hecho”. Así mismo, el caso Rosendo Cantú y otra
vs. México, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de
2010, referente a las imprecisiones en el relato de las víctimas, párrafo 91 establece que: “La
Corte considera que no es inusual que el recuento de hechos de esta naturaleza contenga
algunos aspectos que puedan ser considerados, a priori, inconsistencias en el relato. Al
respecto, el Tribunal toma en cuenta que los hechos referidos por la señora Rosendo Cantú se
relacionan a un momento traumático sufrido por ella, cuyo impacto puede derivar en
determinadas imprecisiones al rememorarlos. Dichos relatos, además, fueron rendidos en
diferentes momentos desde 2002 a 2010. Adicionalmente, la Corte tiene en cuenta en el
presente caso que al momento de ocurridos los hechos la señora Rosendo Cantú era una
niña”.
Con todo lo expuesto, tenemos a una niña menor de edad, protegida dentro del ámbito de lo
que establece el tipo penal por el cual se acusa, la cual indudablemente se encontraba
incapacitada para resistir el accionar ilícito del acusado, para evitar que la misma grite o pida
auxilio, llevándola a un lugar cerrado a fin de consumar el hecho, que si bien no implicó acceso
carnal, sin embargo tuvo un fin libidinoso para el acusado
ANTIJURICIDAD Y CULPABILIDAD
V. FUNDAMENTACION DE LA PENA.
En merito a lo expuesto en la última parte del art.359 del Código de Procedimiento Penal, se
ha considerado lo dispuesto por los arts.37, 38 y 40 del Código Penal, por lo que se tiene,
conforme lo establece el Auto Supremo No.038/2013.RRC de 18 de febrero emitida por la Sala
Penal Segunda del Tribunal Supremo de Justicia, lo siguiente:
1. El tipo penal para el hecho por el cual se condena al acusado, conlleva la mínima de diez (10)
y una máxima de quince (15) años de presidio, agravándose según las circunstancias que
describe el tipo penal, conforme al art.310 del Código Penal, aspecto que sin embargo no hubo
sido concurrente en la presente, por lo que la pena a considerar esta dentro de los 10 a los 15
años de presidio
POR TANTO, el Tribunal Segundo de Sentencia en lo Penal de la Capital del Distrito Judicial de
Pando, en nombre del Estado Plurinacional de Bolivia y en virtud de la jurisdicción que por ley
ejerce, RESUELVE:
1. Imponer SENTENCIA CONDENATORIA en contra de acusado HONORIO RAMIREZ PEREZ,
conforme al art. 365 del CPP, declarando culpable al mismo de la comisión del delito de ABUSO
SEXUAL previsto y sancionado en el art. 312 del Código Penal, imponiéndole la pena de
DIECISEIS (16) años de presidio a cumplirse en el penal de Villa Busch de esta ciudad. Con la
disidencia del Juez Daniel Tito Atahuichi en cuanto a la pena.
2. Así mismo se impone las medidas de preventivas y de protección previstas en el art. 149 de
la ley 548, en su inc. b)consistente en tratamiento psicológico o psiquiátrico al acusado, una
vez ejecutoriada la presente sentencia, debiendo hacerse conocer el mimo a las instancias
correspondientes, durante el tipo que los especialista estimen conveniente y aun el imputado
se encuentra el libertad; y c) la prohibición al acusado de acercarse, vivir o trabajar cerca
Unidades Educativas, parques o lugares donde concurran niños, niñas y adolescentes, una vez
cumplida la sanción penal.
3. Así mismo, en cumplimiento a los fines de precautelar el interese superior de los menores, y
lo que establece el artículos 2 y 5 de CEDAW y 7 de la Convención Belém do Pará, se dispone
que la víctima y sus hermanos en el presente caso, así como el entorno familiar, reciban de los
programas establecidos por las instancias respectivas, el apoyo de profesionales en psicología
capacitados, conforme a lo establecido en la ley 548, a tal fin ofíciese al SEDEGES.
NORMAS APLICADAS.-
POSIBILIDAD DE RECURSO
En cumplimiento al art. 123 del CPP, se indica a esta sentencia en recurrible por las partes y
por la victima aunque no se hubiese constituido en querellante, a través del recurso de
apelación restringida, en el plazo de quince días a partir de su notificación.