Las dos voces
(Basado en Lucas 12:16-21)
El primer mensajero, la primera voz, el hombre habla dijo y pensó: tengo
posesiones, tengo abundancia, tengo mucho, estoy feliz y contento. Creceré
más y guardaré más. En la realidad actual el hombre dice y piensa: tengo
estudios, viajo, tengo dinero, tengo poder disfruto la vida estoy feliz. Y
además dice y piensa; estudiaré más, viajaré más, adquiriré más poder quiero
más dinero. Que bien estoy, estoy mucho, mucho más feliz con todo lo que
tengo.
Segundo mensajero, segunda voz: Dios y dice: Necio, es decir, insensato,
tonto HOY, ahora, en este momento, ya VIENEN POR TU ALMA. Dios el
eterno Santo glorioso quiere nuestra alma. Nada de lo que tiene dice Dios
te sirve, Dice Dios ¿qué me darás por tu alma? (Mateo 16: 26).
Dios no quiere nuestras posesiones, poder, fama, reconocimiento, dinero o
cualquier cosa que piensas que tenemos todo controlado. Él quiere nuestra
alma, nos quiere a nosotros.
Seas quién seas, seas quién seas quien escucha Dios viene en un segundo, en
un día, en un mes, en un año o en un tiempo que no sabemos a buscar tu
alma. Sí la tuya y la mía. Es decir te vas a morir y nada de lo que tuvimos en
la vida nos excusará del juicio de Dios.
Pero, puedes tener el gozo de recibir ese momento cuando vienen por tu
alma con gozo, con gozo de tener una vida eterna en la presencia de la
morada de Dios. ¿Cómo puedes tener ese gozo?
La Biblia, la Palabra de Dios dice cree en el Señor Jesucristo y serás salvo
(Hechos 16:31): Juan 3:15 para que todo aquel que en él cree no se pierda,
mas tenga vida eterna.
Romanos 10_13 dice: porque todo aquel que invoque el nombre del Señor
será salvo.
Hechos 4:12: Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos
En Jesús solo hay salvación.
Si escuchaste y pensaste bien lo que dije: te gustaría recibir al Señor
Jesucristo como tu Señor y Salvador ahora mismo: te acompañaré en una
oración:
Bendito Dios eterno y Santo creador del universo ante ti me humillo, me
arrepiento de todos mis pecados cometidos en mi vida y creo en el Señor
Jesucristo como mi Señor y Salvador. Gracias por su sacrificio por mí.
Permíteme Señor vivir desde ahora una vida que te glorifique, en el nombre
de tu hijo el Señor Jesucristo pido esto amén.
Si usted realizó la oración y confesó con fe en su corazón la palabra dice que
usted ingresó a la familia de Dios y tiene vida eterna. Lo invito a leer la
Palabra: puede comenzar con los Proverbios, uno diario o comenzar a leer el
nuevo Testamento o el Antiguo. Que sea una vida de gozo en el Señor.