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Paradigma Socio-Critico Luis Aguilar

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Paradigma Socio-critico

Evolución
El paradigma crítico denominado también, sociocrítico, racionalidad emancipadora o
ciencia crítica de la educación, introduce la ideología de forma explícita y la
autorreflexión crítica en los procesos del conocimiento, surge como respuesta a las
tradiciones positivistas e interpretativas y pretende despuntar el reduccionismo de la
primera y el conservadurismo de la segunda, admitiendo la posibilidad de una ciencia
social que no sea ni puramente empírica ni solo interpretativa. Toma postulados de la
segunda generación de la Escuela de Frankfurt a través de los estudios de Adorno,
Horkheimer y Marcuse.En la actualidad toma los aportes de los teóricos críticos, entre
los que destacan Arnal y Habermas quienes han desarrollado la Teoría Crítica (el
primero) y la Teoría de la Acción Comunicativa (el segundo).

De igual forma destacan las aportaciones desde el campo de la etnografía


crítica neomarxista, la investigación feminista y la investigación
participante. Es por eso que a su valor científico se suma su utilidad social,
ya que su fin último es el desarrollo del conocimiento científico y la
contribución a la transformación de las desigualdades sociales.
Según Alvarado y García (2008), este paradigma se fundamenta en la
crítica social con un marcado carácter socio-reflexivo, pues considera que
el conocimiento siempre se construye desde los intereses que parten de las
necesidades de grupos sociales, busca la autonomía liberadora mediante
procesos de autoreflexión y concientización, que conlleva a los sujetos a
los fines de alcanzar su participación y transformación social.

Latorre (2007), concretamente en el contexto educativo sobre este


paradigma, afirma:
La reflexión en la acción se constituye, pues en un proceso que capacita a
las personas a desarrollar una mejor comprensión del conocimiento en la
acción, ampliando la competencia profesional de los prácticos, pues la
reflexión de la acción a los profesionales para comprender mejor las
situaciones problemáticas, y les reconoce la habilidad para examinar y
explorar las zonas indeterminadas de la práctica. Reorganiza la forma de
pensar sobre la práctica profesional y la relación entre teoría y práctica. La
práctica adquiere un nuevo estatus en relación con la teoría. (p.19).
Por eso, la fuente del conocimiento en esta visión del mundo de lo social
tiene una marcada orientación al racionamiento dialéctico, pues los
problemas sociales no se asumen como un agregado de individuos
únicamente, o viceversa, los problemas individuales como una
determinación social; en tanto pues se procura “desenredar” las
interrelaciones dinámicas, interactivas, mutuamente constitutivas entre la
vida del individuo y la vida social. Al respecto Guillen, et.al. (2014)
validan esta postura al precisar respecto a este tipo de paradigma en su
propia investigación:

Nos adherimos a la idea de que el propósito de la investigación social no


solo es la producción de conocimiento, sino la transferencia de éste desde
una perspectiva colectiva que incluye la participación de los investigadores
junto a los agentes sociales (en este caso los niños y niñas) frente a sus
realidades para promover (y hacer posible) escenarios sociales
cualitativamente diferentes las realidades de su entorno. De ahí que la
experiencia de investigación a que nos referimos, se apegue a una forma de
investigar que articula el análisis de la realidad con la acción social. (p. 4).

Uno de los elementos más característicos e innovadores de la metodología


usada bajo este paradigma lo constituye la participación de las personas
colaboradoras o actores sociales en todo el proceso investigador y en la
reflexión conjunta mediante el diálogo igualitario, por eso podemos
apreciar la inclusión las voces de las minorías étnicas, de los marginados,
de las comunidades locales y de grupos educativos trabajando en equipos
de investigación multicultural en diálogo igualitario entre investigadores y
grupos investigados.

La dimensión ontológica de este paradigma a través de lo planteado por Guba citado en Gómez,et.al.
(2006) al manifestar que la concepción socio crítica parte de un realismo histórico, al asumir que la
realidad es aprehendida (entendida) y constituida por estructuras que están situadas históricamente,
que son limitadas y que se consideran “reales”; ante la ausencia de compresiones más
transformadoras, están cristalizadas como estructuras naturales e inmutables. En consecuencia, dada
su apuesta política e ideológica y su naturaleza dialéctica el paradigma sociocrítico se orienta a
liberar e identificar el potencial de cambio partiendo de la interrelación entre sujeto y objeto de
investigación, y de que las relaciones están influidas por un fuerte compromiso social (Gómez, et.al,
2006, p. 20).
Cabe considerar, por otra parte, los presupuestos más importantes del
paradigma sociocrítico para caracterizar este nuevo modo de acercarse a la
realidad:
 Asume una visión global y dialéctica de la realidad.
 Toma una perspectiva democrática y participativa ante la
investigación.
 Conoce y comprende la realidad como praxis (construcción de
teorías emancipadoras).
 Asume una visión transformadora de la realidad.
 Une la teoría y la práctica (conocimiento, acción y valores).
 Orienta el conocimiento a emancipar y liberar al hombre.
 Implica a los actores sociales y al investigador a partir de la
autorreflexión.
Los presupuestos nombrados anteriormente guían al investigador y
configuran su postura filosófica ante la realidad que estudia,
proporcionándole el camino de los métodos a seguir, entre los que destaca
la investigación acción y la investigación evaluativa. Por tanto, aunque toda
la comunidad se puede considerar el escenario del trabajo investigativo
porque se asume que en ella ocurre la dinámica de la participación, el
investigador reconfigura su papel tradicional y llega a formar parte de esa
comunidad en una forma crítica, mediando los espacios de reflexión-
acción-reflexión que conlleve a una transformación concreta de situaciones
reales.
En tal sentido, precisa una teoría del cambio que vincule a investigadores y
actores sociales en una tarea mancomunada que trascienda la dualidad de
los roles de la investigación y la práctica.
Entre los teóricos que un investigador socio crítico ha de revisar para
alinear su ejercicio científico, completamente alejado del pensamiento
tradicional a esta nueva vigilancia epistemológica pueden mencionarse:
Michael Appel, Theodor Adorno, Marx Horkheimer, Hebert Marcuse, Erich
Fromm, así como Jürgen Habermas, Pablo Freire y Gustavo Leyva.

REFERENCIA:
Texto Extraído de:
Piñero, M. L.; Rivera, M. E. & Esteban, E. (2020) El proceder del
investigador cualitativo. Precisiones Para el proceso de Investigación.
Capítulo 2. 2da edición. Lima-Barquisimeto, coedición UNHEVAL-UPEL-
IPB.
Link: https://doi.org/10.46498/upelipb.lib.0001
Posibilidades del paradigma como acción metodológica en la
investigación jurídica.
Thomas Kuhn, un “filosofo de la ciencia”, se refiere al paradigma como
“realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto
tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad
científica”1.

En su planteamiento considera que la ciencia es un proceso que evoluciona


en el que se debe buscar soluciones a los problemas que se plantean durante
el avance del mismo. Por eso establece la relación entre el paradigma para
entender el proceso de cambio de las ciencias.

Kuhn expone la estructura de las revoluciones científicas de la siguiente


manera: primero existe una ciencia normal, que rige las investigaciones
durante determinado período de tiempo. Esta ata el desarrollo de las
investigaciones y crea escenarios de investigación de los cuales no se puede
salir. En todo proceso de investigación se da prioridad al paradigma que
prevalece en ese momento histórico.

Luego, como todo proceso histórico, se puede llegar a una situación de


crisis del paradigma, que son los avances de la investigación en torno a
ciertos aspectos que el paradigma anterior no podía resolver, o resolvía de
manera insuficiente. Esto, junto con el uso de nuevas herramientas
metodológicas o de interpretación genera la necesidad de reubicar el
paradigma para satisfacer las necesidades que surgen.
Aquí, se crea la revolución científica, que es una solución a la crisis que
vive el anterior paradigma. A su alrededor se desarrolla una nueva
comunidad científica, que comienza a identificarse con este nuevo
paradigma, reiniciando el ciclo de ciencia normal y una posible crisis del
paradigma.
PARADIGMA CRÍTICO
Finalmente nos encontramos ante el último paradigma de la teoría jurídica.
Sin embargo, ¿cómo puedo hablar del paradigma crítico en la teoría
jurídica, si lo que aparecen como autores dentro de este tienen otros
intereses, tales como estudios sociales o argumentativos, que no tienen
relación con el dilema de la validez, el cual viene a ser el fundamento de la
teoría del derecho?

El paradigma crítico se carácteriza porque él no busca estudiar la validez


del sistema jurídico: es a través de diversos autores que trata de encontrar
respuesta a la pregunta sobre por qué el derecho. Para tratar de resolver esta
inquietud vemos que se presentan diversos puntos de vista como la
negación del derecho, la existencia de un infraderecho; que dentro de una
misma sociedad se presenten diferentes formas jurídicas, o que el derecho
necesite siempre una forma de argumentación para poder solucionar los
casos de acuerdo a la ley.

En primer lugar nos encontramos con Paschukanis quien es considerado el


más importante teórico marxista del derecho33. Él pretendía realizar una
crítica al derecho burgués neokantiano34, analizando los presupuestos
formales del derecho junto con una crítica a la ideología burguesa35. Él
considera que el derecho es un problema de regulación de las relaciones
sociales. Además, considera que el derecho es efectivo ya que
efectivamente impacta en las relaciones humanas favoreciendo al statu quo,
lo que impide que sea una herramienta para el cambio social. Para
Paschukanis el derecho es un fenómeno contingente, objetivo, que favorece
el statu quo, lo que le hizo pensar que era necesario abandonar el derecho
en general36, al existir una negación de la validez37 que define el derecho.
Su objetivo final es la superación del derecho como fetiche, del mismo
modo en que se puede superar el fetiche de las mercancías
En este caso Paschukanis desconoce otros enfoques del derecho como
justicia comunitaria38 , que es el tipo de “derecho” que tienen diversas
comunidades como las indígenas o las raizales. Allí existe el derecho,
debido a que contribuye a mantener las relaciones sociales y evitar que se
presenten conflictos dentro de la sociedad.

Otro autor dentro del paradigma crítico es Michel Foucault, quien propone
el concepto de infraderecho39, el cual se presenta a través de dispositivos
disciplinarios, siendo el producto de una ideología40. El infraderecho no
tiene pretensiones igualitaristas; crea diferencias y produce una serie de
sujetos adaptados a ciertas funciones. Esto es el ideal de la existencia de los
dispositivos disciplinarios41. Foucault se pregunta cuál es el oficio del
derecho, y desde su perspectiva vemos que se busca mantener el papel de
las instituciones por parte del poder político, que es el poder ejercido por el
Estado, siendo uno de sus propósitos el control de la colectividad. Los
ciudadanos son formados en abstracto gracias al ejercicio de un poder
disciplinario que tiene lugar en zonas determinadas42. Esto da como
resultado que la noción de soberanía debe ser entendida como el control
político que se ejerce sobre la sociedad
Cuando Foucault estudia el derecho estatal expresa que este es la
continuación de la guerra43, la cual proviene de las hipótesis de Nietzsche.
Para él la normalización social se realiza a través de dispositivos ajenos al
Derecho (el infraderecho) dejando atrás el papel del derecho como
normalizador social.

Otro teó”ico en este paradigma es Duncan Kennedy. Él fundamenta la base


de su estudio del derecho en la investigación sicológica (gestalt)44 con el
fin de evidenciar la complejidad de la realidad. Para él las restricciones
presentan, además de su carácter normativo, un carácter institucional; no se
puede plantear la diferencia entre casos fáciles y difíciles como se
planteaba dentro de las autores de paradigma interpretativo: todos los casos
son difíciles y debe tratar de llegarse a la sentencia correcta, teniendo en
cuenta los aspectos objetivos y subjetivos relevantes para decidir. Aún así,
debemos tener en cuenta que a mayor rigidez de la ley el juez tendrá una
menor posibilidad de argumentar, y esto es lo que realmente se tiene en
cuenta dentro de los planteamientos de este autor: no hay una verdadera
construcción de una teoría jurídica al dedicarse a trabajar los procesos de
argumentación e interpretación jurídica del derecho. Inclusive llega a la
relación con los tribunales constitucionales, quienes al tener la última
palabra sobre la decisión del derecho, se encuentran más libres de los
controles institucionales, controles que siempre se presentan generando
fenómenos de politicidad al momento de expedir los fallos judiciales45

Finalmente Boaventura de Souza propone un fenómeno explicativo de


otros fenómenos que pueden llamarse derecho, aun cuando no haga parte la
interpretación judicial institucional46. Para él los derechos están
caracterizados en primer lugar porque presentan una carga retórica, además
de presentarse una institucionalización encargada de aplicar este derecho.
Asimismo, la constitución de este derecho se presenta a través de la
violencia; es la forma como se interrelacionan estos elementos lo que
genera la pluralidad de derechos. También plantea la existencia de una
transnacionalización económica del derecho, especialmente del derecho
privado a través de la lex mercatoria o derecho mercantil47. Esto reduce los
espacios democráticos pues se pierde la toma de decisiones por
consenso48.

Para el estudio de estos fenómenos jurídicos Souza propone el estudio de la


Cartografía Simbólica de los Derechos, el cual se convierte en un método
por excelencia para la comprensión del derecho. Considera que “las varias
formas de derecho tienen en común el hecho de ser mapas sociales y, tal
como los mapas cartográficos, recurrir a los mecanismos de la escala, de la
proyección o de la simbolización para representar y distorsionar la
realidad”49. Sin embargo este autor no considera la negación absoluta del
derecho, ya que es de los pocos que les ha dado garantías a los sectores
marginados.

Entonces, el paradigma crítico se caracteriza por la búsqueda de fórmulas


que busquen el cambio del funcionamiento actual del derecho, negando que
deban existir conceptos de validez, ya sea a través de conceptos jurídicos
básicos, como los sujetos jurídicos que interactúan, problemas políticos,
problemas de interpretación o descripción general del derecho, tanto del
sistema jurídico como de los derechos alternativos. Esto sin olvidar que
todavía se mantiene la pregunta ¿por qué el derecho?

REFERENCIA:
Bárcenas, O. (2011) Los paradigmas en la teoría jurídica.
Transformaciones acerca de la interpretación sobre qué es el derecho
https://www.revistamisionjuridica.com/los-paradigmas-en-la-teoria-
juridica-transformaciones-acerca-de-la-interpretacion-sobre-que-es-el-
derecho/

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