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1,5. Lucky

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aquellas regiones de habla hispana en las cuales son escasas o nulas las
publicaciones, cabe destacar que dicho documento fue elaborado sin fines
de lucro, así que se le agradece a todas las colaboradoras que aportaron su
esfuerzo, dedicación y admiración para con el libro original para sacar
adelante este proyecto.
Traducción:
Ivi04 & Lore

Revisión:
Francatemartu

Diseño
Ivi04
Créditos

Sinopsis

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Epílogo

Sobre el autor
Ahora que Lucky finalmente tiene a su hombre, ¿Conseguirá su "felices
para siempre"? ¿O dejará que los miedos del pasado se interpongan en el
camino del futuro que siempre quiso?
Detrás de puertas cerradas.

Traducido por Lore

—¿Q
ué quieres Noah? — le pregunté, rogando en
silencio que no lo hiciera más difícil de lo que ya
era. Leer mi mente había sido algo en lo que él
era bueno, pero ya no.

—Te quiero —dijo en voz baja, pero sonando muy firme en su posición.
Incapaz y poco dispuesta a permitirme creer en las palabras que salían de
su boca, empecé a divagar.

—No, no es así. Tú quieres que las cosas sean como antes. Era cómodo
para ti y lo quieres de vuelta. Lo entiendo, pero... — Antes de que pudiera
terminar de argumentar, Noah me cortó.

—¿Puedes callarte por dos segundos? Tengo algo que decirte.

Sus manos se alzaron y agarraron mis brazos. Estaba de pie a menos de


un metro de distancia de mí. Podía oler su colonia mezclada con jabón y el
débil pero claro aroma a humo de cigarrillo que le seguía a todas partes
que iba, gracias a todas las horas que pasaba en el bar.
Más que eso, podía sentir la energía que su cuerpo estaba descargando.
Un tipo de calor que encontré a la vez reconfortante y desconcertante
porque estaba derritiendo fácilmente todas mis defensas.

—Ok — contesté, sin ver otra salida a su agarre, más que dejarlo decir su
parte. Noah suspiró. Luego tomó una respiración profunda y mientras
exhalaba, todas las palabras que había estado conteniendo durante los
últimos siete años, empezaron a salir.

—Lucky... cuando te conocí, fue como un sentimiento instantáneo, como si


supiera que serías diferente a cualquier otra chica que hubiera conocido.
Y tenía razón, pero eso no viene al caso. De todos modos, quería invitarte a
salir, pero me sentía intimidado.

—Oh, por favor. — No pude dejar de poner los ojos en blanco. La mera
sugerencia de que había intimidado a Noah, el mujeriego, era ridícula. Sólo
que Noah no se reía. De hecho, más bien parecía severo conmigo, y espetó:

—¡No he terminado! — Entonces, suavizando su tono de nuevo, continuó—


: Así que pensé que si llegábamos a conocernos, si nos hacíamos amigos,
tal vez me daría algún tipo de ventaja o algo y yo así podría tenerte — si, al
principio fue como una conquista, pero luego un plan de amistad, que fue
como un tiro por la culata, porque tu acabaste con esa ventaja, porque
viste a través de toda mi mierda, me acusaste y supe que jamás saldrías
conmigo. Quiero decir, las chicas como tú no salen con tipos como yo.

Y de nuevo lo interrumpí.

— ¿Te refieres a mujeres como yo? ¿Mujeres dignas e inteligentes como yo?

Esta vez Noah sólo sonrió.

—Claro, gritonas, que siempre tienen algo que decir sobre todo, dignas e
inteligentes mujeres como tú. Ellas no salen con tipos como yo, porque,
bueno sería estúpido.
—¿Cuál es tu punto de todo esto? — Me estaba poniendo impaciente.
Noah aún no me había dejado ir, y yo había aprendido largo tiempo atrás a
no pasar mucho tiempo cerca suyo durante mucho tiempo. No estaba
hecha para él. Yo era una mujer fuerte, pero era demasiado, ni siquiera
podía resistirlo.

—Mi punto es... esa noche en que te dije que estaba enamorado de ti lo
dije en serio. — Su voz era ronca, tan baja. Me estaba mirando
directamente a los ojos. Lo miré a los suyos, me sorprendí al ver dolor y
algo que pensé que podría ser arrepentimiento. Y entonces recordé.

—¿Entonces por qué luego te comportaste como un culo?

Noah repente rompió su agarre sobre mí. Mirando hacia abajo se alejó de
mí, llevándose su aroma y energía con él. Parecía enojado, pero esta vez no
conmigo.

—Porque después me sentí como un idiota. Odié la manera en que lo hice,


y mucho más odié todo lo que hice desde que…. – y entonces alzó la
cabeza y volvió a mirarme a la cara—. Pero estoy intentando hacerlo bien.
Te amo, Lucky, y sé que tú también tienes sentimientos por mí. Así que
por favor, regresa y danos una oportunidad.

Una vez más, sentí los nervios crecer, esta vez burbujeando hasta
convertirse en verdadero pánico. ¿Cómo era posible que la cosa que más
quería era la cosa a la que más le temía? Incapaz de enfrentarme a mis
miedos y frustrada por la manera incontrolable en la que Noah me hacía
sentir, hice cambiar de giro la conversación.

—¿Realmente se trata de esto? no puedo simplemente regresar, Noha.


Tengo una vida allí, una nueva vida. Y realmente me gusta… y he conocido
a alguien – dije sin siquiera pensar. Al momento en que la mentira salio de
mis labios, me arrepentí de la mentira. El rostro de Noah calló. Él no se
esperaba ese giro de acontecimientos.
—¿Lo has hecho?

Una vez que lo puse allí, sentí que no tenía más opción que continuar, así
que mentí de nuevo.

—Sí, es un profesor en mi escuela. Su nombre es Josh, es realmente


agradable y… — me estaba quedando sin que decir, pero no importaba.
Noah no quería escuchar nada más.

—Sí, no necesito saber los detalles – sacudió una mano, señalándome que
me detuviera.

—lo siento – realmente. Aunque no estaba del todo segura de qué me


disculpaba. ¿Por mentirle o por el hecho de que estaba destruyendo el
momento que podría haber cambiado nuestra relación, posiblemente
nuestras vidas?

—No lo hagas. Me alegra que seas feliz – dijo Noah, y forzó una pequeña
sonrisa. Luego se inclinó hacia adelante para darme un abrazo antes de
marcharse. Mientras lo veía alejarse, mi corazón comenzó a correr dentro
de mi pecho. La voz dentro de mi cabeza hablaba a mil por hora, saltando
por todos lados, regañándome, confirmándome que había hecho lo
correcto, gritándome que detuviera a Noah y le suplicara que se quedara.
Justo cuando abrí la boca para decir algo, lo vi darse la vuelta. Regresó
mucho más rápido de lo que se había alejado, con mucha más decisión y
un objetivo.

A medio camino de mí, dijo:

—De hecho, no terminé.

Luego, antes de saber que estaba sucediendo, se detuvo delante de mí,


acercándome a si y apoyando sus labios en los míos. Mis ojos se cerraron y
sentí cada parte de mi rendirse a los sentimientos con los que había
luchado durante tanto tiempo. Luego de un momento que podría haber
durado tres segundos o tres horas, Noha se retiró.

—Ahora si he terminado – dijo con aquella voz profunda y rasposa


nuevamente y sin aviso, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia su
auto. Permanecí allí, vulnerable y expuesta a pesar de todo, estupefacta.

—¿Simplemente te alejaras? – dije. Noah se detuvo y giró la cabeza en mi


dirección.

—Eso es lo que quieres, ¿no?

—¡Por supuesto que no! – le grité, frustrada por el hecho de que iba a
admitirlo, no solo para mí, sino para el también.

Una sonrisa apareció en su rostro mientras Noah corría de regreso hacia


donde yo permanecía petrificada en el lugar.

Me empujó hacia él, rodeándome con sus brazos y presionando mi cuerpo


contra el suyo. Luego, se apoyó un poco más.

—¿Qué quieres?

—Creo que lo conseguí.

Cerré mis ojos de nuevo y esperé a que sus labios tocaran los míos. Al
menos ambos habíamos sorteado los obstáculos que habíamos colocado
tan estúpidamente en nuestros caminos. Nada podría deshacer lo que
habíamos hecho. Mañana no podríamos despertar y fingir que ese día no
había sucedido y esas palabras nunca dichas. Eso era todo. Estábamos en
el mismo lugar, y era mejor que cualquier cosa que pudiera haber
imaginado.

Estaba besando el costado de su cuello y respirando su aroma, cuando lo


escuché murmurar:
—Así que sobre ese tatuaje…

Tiré mi cabeza hacia atrás y lo miré.

—¿Qué tatuaje? – no tenía idea de que estaba hablando, pero Noah no se


lo tragó.

—Oh, vamos, Gabe me contó sobre tu tatuaje.

En ese momento todo se aclaró. Sonreí.

—Gabe te estaba tomando el pelo. No tengo ningún tatuaje. – después de


todo es tiempo, Gabe se anotó una con Noah. Hice una nota mental para
recordarle como jugar.

—¿No tienes? Qué mal – suspiró mientras comenzaba a a empujarme


contra él de nuevo.

Justo antes de que se inclinara a besarme, murmuré:

—Aunque si tengo un piercing… — una sonrisa maliciosa cruzó mi rostro.


Un momento después, sus labios estaban presionando los míos una vez
más. Como si siete años de reprimir sus sentimientos comenzaran a
desatarse, sus besos fueron incrementando, más profundos y más
apasionados. Completamente atrapada en el torbellino de emociones, sentí
mi cuerpo comenzar a moldearse al suyo, pangándome a su cuerpo como
una sobra de cada uno de sus movimientos. El mundo a mi alrededor
parecía haber dejado de existir, y todo lo que pude hace fue sostenerme
apretadamente a él, mientras Noah me levantaba del suelo, rodeando su
cintura con mis piernas, y llevándome al sendero de la puerta principal.
Dada la cantidad de años de experiencia, no tuvo que hurgar con la traba
por un segundo hasta que estuvimos dentro, mi espalda pegada a la pared
del vestíbulo, con el peso de su cuerpo empujándome y manteniéndome en
el lugar.
Pude sentir las hábiles manos de Noah moviéndose sobre mí, con la
experiencia de un suave gigolo que ha hecho el mismo movimiento mil
veces antes, mientras tiraba de mi camiseta por encima de mi cabeza con
una mano, y sosteniéndome firmemente con la otra. Un involuntario juego
de escondite sucedió cuando la tela de mi top escondió mi cara de su vista.
Cuando nuestros ojos volvieron a encontrase, vi una mirada de miedo
precipitarse sobre él. Instantáneamente dejo de hacer lo que estaba
haciendo y dio un paso hacia atrás, dejándome deslizarme suavemente de
la pared, hasta que mis pies tocaron el suelo de nuevo.

—Deberíamos detenernos. Estamos yendo muy rápido – dijo Noah. Dio


varios pasos más lejos de mí, incrementando la distancia entre ambos,
hasta que se sintió a salvo.

—¿Qué? — ¿Estaba bromeando? Entrecerré los ojos y apreté los puños,


con una frustrante incredulidad por lo que estaba escuchando—. ¿Cómo
que estamos yendo demasiado rápido? Hemos tenido siete años de
preliminares, ¡si podemos pasar a la historia, será como la pareja que más
demoró en acostarse en la historia!

Noah se pasó los dedos por la cara, en un momento de confusión.

—No lo sé bien, solo sé que quiero hacerlo correctamente.

La expresión en su rostro no tenía precio. Era como mirar a un adorable


cachorrito triste, quien en su súper excitado estado de complacer,
accidentalmente e hizo pis en el suelo. Una pequeña sonrisa reptó por mis
labios mientras lentamente me acercaba a él, de pie en medio de la sala de
estar. Ahuequé su rostro con mis manos y lo miré directamente a los ojos.

—¿Quieres hacerlo bien? ¡Entonces no te detengas!

Y por lo que fue, probablemente la primera vez en mi vida, me convertí en


el agresor mientras empujaba la boca de Noah hacia la mía, mientras
embutía mi lengua de una manera que pude asegurarme que supiera que
iba en serio. Después de eso, no intentó detenerme de nuevo.
Atrapados.
Traducido por Ivi04

A
la mañana siguiente desperté envuelta en los brazos de Noah.
Habíamos conseguido movernos por la casa con bastante eficacia
durante la noche anterior y, finalmente nos quedamos dormidos
en la pequeña habitación al lado de la cocina. Nos habíamos hecho un
ovillo en el pequeño sillón empotrado de la mesa, porque era la única cosa
que se parecía a un mueve en la casa vacía. Naturalmente, Noah era
demasiado grande para caber en él, por lo que optó por apoyar su espalda
contra la pared, con una pierna levantada mientras que la otra colgaba
extendida a lo largo del costado del banco. Si estaba completamente
incómodo en esta posición, nunca dijo una palabra. Yo, por otra parte, no
podría haber estado más relajada mientras yacía acurrucada en su regazo,
con las rodillas hasta mi estómago y la cabeza apoyada en su pecho.

Sus brazos permanecieron a mí alrededor mientras dormía, creando un


adorable efecto de capullo del que no tenía prisa por salir. Sin querer
moverme mucho, lentamente pùse mi cabeza en el cuello de la camisa de
Noah como una tortuga, e inhalé. Un gemido satisfecho salió de mis labios
mientras apreciaba mentalmente la situación. Allí estaba, el recientemente
prostituto domado y coronado. No solo Noah me había ofrecido su camisa
para dormir ante nuestra falta de ropa de cama, sino que me había
mantenido calentita con su cuerpo durante toda la noche. Y no en una
manera sexual… está bien, no solo en una manera sexual. Sin embargo,
supe a ciencia cierta, que antes de la noche pasada, Noah nunca había
hecho cucharita.

Seguía empapada en la dicha de mi inesperada anotación cuando le oí


refunfuñar:

—¿Estás despierta?

Tiré mi cabeza hacia atrás y lo observé. Aun lucia medio dormido, pero eso
no impidió que sonriera cuando bajó la barbilla y me besó en la frente.

—Recien desperté. Pensé en dejarte dormir – respondí. Era extraño cuan


extraño no era. Quiero decir, seguro, toda la cosa tenía una calidad
surrealista, pero más allá de eso, no había nada extraño o incomodo en
ello. Al menos no lo hubo hasta que la puerta de entrada se abrió, seguida
por distintas voces y tacones resonando contra el suelo mientras se
movían en el vestíbulo.

Noah estaba tan aterrorizado por todo, prácticamente me arrojó de su


regazo y saltó buscando sus pantalones. De alguna manera yo estaba
menos alterada por la situación. Pero entonces su camisa cubría más de
mi cuerpo que varios de mis vestidos, así que no me sentía tan expuesta
como probablemente él lo estaba, ya que no tenía puesto nada más que un
par de apretados boxers que no dejaban mucho a la imaginación. No es
que tuviera que confiar más en la mía. El solo pensamiento fue suficiente
para hacerme sonrojar como una niña de doce años. Y si eso no hubiera
sido suficiente, también comencé a reír.

—¿Qué es lo divertido de esto? — Noah dejó lo que estaba haciendo, con


los pantalones descansando en sus caderas, esperando ser cerrados. Me
tapé la boca para amortiguar el sonido de mi risa y también, para
contenerme de explicarle que era lo que tanto me divertía. En realidad él
no tenía por qué saber que cuando se trataba de penes, yo tenía la
madurez mental de una estudiante de instituto.

En vez de decir cualquier cosa que me incriminara, hice un gesto para


que terminara de cerrarse la cremallera en el momento en que mi agente
de bienes raíces, Shelley, entró caminando a la cocina. Justo detrás de ella
estaba el agente que Noah había contactado para hacer una oferta por la
casa de la abuela Pearl. Las dos mujeres hicieron un alto al vernos. Allí
estábamos, a pocos metros delante de ellas, con poca ropa y el cabello
despeinado y todo. Sin vacilar me escondí detrás de Noah a sabiendas de
que su cuerpo alto y de hombros anchos me ocultarían por completo. Por
supuesto, Noah seguía siendo Noah y el haberme profesado su amor sólo
unas horas antes no lo había cambiado, y así, fiel a su estilo, dio dos
pasos al costado asegurándose de que yo quedaba tan expuesta como él.

Dejé salir un siseo de disgusto, pero el simplemente sonrió satisfecho en


respuesta.

—¡Oh Dios mío! – exclamó Shelley. Mientras tanto, la bienes raíces de


Noah evitó sus ojos inmediatamente, y rápidamente comenzó a dar pasos
fuera de la habitación.

Tirando de los bordes de la camisa de Noah y empujándola tan abajo como


podía ir para cubrir mis piernas desnudas, me mantuve de puntillas sobre
el frío suelo para saludarla.

—Hola, Shelley – dije intentando sonar como un adulto responsable


teniendo sexo en mi propia casa y no como alguna ridícula adolescente
siendo atrapada en la parte trasera del auto de su novio.

Lógicamente sabía que no era lo segundo y sin embargo, en ese momento,


recuerdos vergonzosos del pasado vinieron corriendo hacia mí, trayendo
con ellos todos de los mismos mortificante y vergonzosos sentimientos que
iban unidos a ellos.
—Buen día, Lucky – dijo Shelley, fijando su vista en sus manos en lugar de
mí. No es que pudiera culparla. Ella alzó la vista brevemente sin pensar,
pero rápidamente bajó la mirada de nuevo antes de continuar con un tono
de disculpa:

—No sabía que estarías aquí. Pensé que habíamos acordado reunirnos esta
tarde en la oficina para firmar.

Finalmente Noah elevó la voz:

—¡Oh, sí! En realidad, es conveniente que ambas estén aquí. Miren, no


habrá ninguna firma.

Apenas pronunció las palabras su agente de bienes raíces regresó


corriendo a la habitación. Bueno, dada su corta estatuara, realmente fue
más como el paso de un pato; aunque uno rápido.

—¿Qué quieres decir? – preguntó, todavía algo ruborizada. Sin darse


cuenta de que Noah había hecho la oferta, Shelley parecía de repente muy
confusa. Sin molestarse en fingir que no podía ver la escena en frente
suyo, ahora estaba ocupada moviendo sus ojos entre Noah y su agente. A
pesar de que se demoraba más en Noah y sus abdominales esculpidos, que
en estudiar a la Pasos de pato.

Sentí una punzada de celos inesperado mientras mi cara se trababa en la


suya para ver si se había dado cuenta y lo más importante, reaccionaba,
pero su rostro no dió ninguna indicación de que era ni remotamente
consciente del interés de Shelley o incluso de su aspecto. Mi momento
Lucky—la—loca—novia — posesiva pasó y se desvaneció en un segundo
plano mientras la Lucky—su —mejor —amiga se arrastró hacia adelante,
con una sonrisa, porque sabía a ciencia cierta que él la había comprobado.
Con sus largas piernas, vestido corto y tacones altos, sabía que era su tipo
de chica y sólo porque yo solo porque no lo vi suceder no significaba que
no hubiera sucedido. Pero no me importaba. Ya fuera que la encontraba
atractiva o no, no era la cuestión. Tanto si actuaba o no, y no lo había
hecho. Lo cual era precisamente la razón por la cual los labios de Shelley
ahora estaban asentados en una mueca confusa mientras sus ojos iban y
venían entre él y yo, probablemente preguntándose cómo me las había
arreglado para hacerle sentar cabeza, en primer lugar, cuando apenas si
parecía verla.

Mientras estaba ocupada estudiando a Shelley estudiando a Noah, el


estaba ocupado explicándole a su agente que ya no estaba interesado en
comprar mi casa y que retiraría la oferta. No le tomo mucho tiempo
entenderlo y dejar la casa enojada. Shelley, sin embargo, lo encontró
inexplicable, solo prolongando la incómoda situación en la que estábamos,
haciéndolo durar más de lo que nos hubiera gustado.

—Asi que, entonces supongo que regresará al tablero de dibujo, Lucky –


dijo dando una palmada para mostrar su motivación.

Sacudí la cabeza.

—Oh, eso no será necesario. Decidí, después de todo, no vender la casa.

—Pero Lucky, ¿estas segura de que eso es lo mejor? Quiero decir, ¿Cómo
harás para arreglártelas con este lugar estando en Idaho? – sus ojos

Sus ojos se clavaron en mí como si yo estuviera dispuesta a confirmarle


que estaba planeando mi regreso al estado de la papa, mientras ella
deliberadamente arqueaba la espalda y elevaba el pecho en caso de que su
doble D1 hubiera pasado inadvertido hasta entonces. Al mismo tiempo,
sentía los ojos de Noah sobre mí con la misma intensidad que los de
Shelley mientras esperaba oír mi respuesta. No habíamos hablado nada la
noche anterior en hacer oficial la situación.

—No iré a vivir a Idaho. Me mudaré de regreso aquí, a esta casa.

1
D: Copa de tamaño doble D, es una de las tallas de sujetadores más amplias.
La decepción destrozó la expresión esperanzada de Shelley.

—¿Estas segura?

Sentí la mano de Noah buscar la mía mientras asentía.

—Estoy segura.

Viendo ninguna razón para quedarse luego de haber sido rechazada por
ambos, Noah y yo, Shelley se dio la vuelta y se marchó sin decir mucho
más. En el segundo en que escuchamos la puerta principal azotarse, arrojé
mis brazos al cuello de Noah y lo besé. No llevó mucho tiempo hasta que
sus pantalones regresaron al suelo, seguidos de la camisa que yo tenía
puesta.

Cuando finalmente salimos a tomar aire de nuevo, eran las once. Los
ruidos de mi estómago rompieron el confortable silencio que nos rodeaba.

—Suena como que alguien tiene hambre – dijo Noah.

—¿Puedes culparme? No he estado tan activa físicamente en… en… bueno,


¡quizás nunca! Estoy súper hambrienta— posé mis manos sobre mi
estómago mientras este lanzaba un grito ahogado de hambre.

Noah rió.

—Mejor hacemos algo antes de que sea lo que sea que haya allí, salga y
nos ataque – señaló mi estómago, aun riendo. Luego se puso de pie y me
ayudó a hacer lo mismo. Lo observé mientras juntaba su ropa del suelo y
comenzaba a vestirse. Estaba casi vestido cuando se dio cuenta que yo
permanecía allí, completamente perdida en mis pensamientos y con la
mirada perdida en su dirección.

—¿Disfrutando del show? – preguntó riendo —. Sabes, generalmente estoy


mejor cuando la ropa no está puesta.
Bromando, lo empujé por el pecho a pesar de mi misma.

—Eres un idiota – murmuré mientras su expresión se volvía seria y me


empujó para pasar sus labios contra los míos. No pasó mucho hasta que
mi estómago volvió a gruñir y Noah me libero.

—Okay, en serio necesitamos comida. Esos ruidos de terror de tu


estomago comienzan a asustarme.

—¡Estoy a favor de eso! Sólo hay un problema — dije, todavía de pie


delante de él completamente desnuda.

—¿Cuál?— preguntó mientras terminaba de abotonarse la camisa. Había


hecho casi todo el camino hasta la parte superior mientras se esforzaba
por encontrar el siguiente botón. No fue hasta que él bajó la mirada y
recordó el incidente que resultó en la pérdida de tres botones hasta que se
rindió y dejó el resto de la camisa sin hacer. Una sonrisa maliciosa se
había detenido en su boca, sin duda debido al reciente viaje por el "carril
del recuerdo del sexo". Solo incrementaba a medida que sus ojos viajaron
de nuevo a mí y sobrevinieron pensamientos más sucios.

Tan tentada como estaba en ponerlo en marcha, las imágenes de las


crepes y batidos de fresa habían empezado a multiplicarse en mi mente,
cortesía de mi hambre, por lo que encontrar alimentos tendría que tener
prioridad sólo por esta vez.

—¿No puedes decir cuál es el problema? ¿No notas una pequeñita


diferencia entre ambos?

Se encogió de hombros.

—Sólo la parte en la que todavía estás desnuda, pero difícilmente puedo


clasificarlo como un problema. — Pude oír literalmente sus calientes
pensamientos mientras arrastraban a mi cuerpo a través de lo más bajo
haciendo Dios sabe qué. Sintiéndome se ponerme roja, rápidamente miré
hacia otro lado fingiendo buscar mi ropa. Solo había una cosa, no estaba a
la vista.

—Lo digo en serio. ¿Dónde está mi ropa? — pregunté, tratando de traerlo


de nuevo al tema.

—En momentos como estos me parece que lo mejor es volver sobre


nuestros pasos — dijo rebosante de un falso sentido de sabiduría.

Nos detuvimos por un momento y pensamos. Luego, al mismo tiempo,


recordamos. Ambos apuntamos hacia el frente de la casa y dijimos:

—El vestíbulo.

Pasamos los próximos quince minutos en una búsqueda del tesoro


mientras buscábamos por la casa entera el resto de mi ropa. Mi sujetador
había sido el más difícil de localizar. Casi había renunciado a todo y
dispuesta a salir sin él, cuando Noah finalmente lo vio colgando en la
ducha del baño. Ni siquiera entraré en cómo terminó allí...

Entonces, por fin, estuvimos listos para ir a buscar algo para desayunar.
2
Idaho? No…you da ho.
Traducido por Ivi04

C
uando llegó el momento del desayuno, la elección era obvia. Sólo
había una cafetería para nosotros y ni siquiera me importó que se
necesitaran treinta minutos en auto para llegar allí. Solo el olor en
ese lugar valdría la pena. Como no quería ocuparse de encontrar un lugar
de estacionamiento en el centro cuando la hora del almuerzo se acercaba
rápidamente, Noah metió su auto en el estacionamiento casi desierto de
discoteca de D. donde trabajaba. De allí solo eran unos pocos minutos a
pie. O por lo menos lo hubiera sido, si no nos hubiéramos detenido en
cinco ocasiones para besarnos espontáneamente en cinco ocasiones.

Noah abrió la puerta para mí y entré, agachando la cabeza mientras


pasaba bajo su brazo extendido. Él había hecho aquel gesto por mí
innumerables veces a lo largo de los años, pero de alguna manera, ahora
significaba más de lo que nunca antes lo hecho. No éramos sólo dos
amigos caminando en la misma cafetería a la que habíamos entrado en
una y mil veces en los últimos siete años, ahora estábamos juntos. Yo era
suya. Él era mío. Supe que el momento en que los pensamientos cruzaron
por mi mente que luego, más tarde, tendría que repetírmelo en voz alta a

2
Idaho? No…you da ho: la expresión no tiene traducción como tal. Se utiliza para tratar de tonto a alguien, en una
conversación o discusión.
mí misma, a solas delante del espejo del baño en el que pudiera mirarme a
los ojos mientras lo decía. Tal vez de esa manera podría creerlo realmente.

Terry estaba saliendo de la cocina cuando nos vio a Noah y a mí. Me


pregunté si se daría cuenta de que había algo diferente en nosotros. Luego,
cuando Noah tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos mientras lo
hacía, pensé que no quedaba nada que preguntarse. Miré hacia abajo en
nuestras manos, sonriendo para mis adentros y luego levanté la vista para
saludar a la mujer que había sido la camarera desde la primera vez que
había entrado en este lugar. Terry no dijo una palabra mientras agarraba
dos menús y volvió a caminar hacia las cabinas secundarias y nuestra
mesa. Automáticamente, la seguimos. No fue hasta que estuvimos lejos de
la creciente multitud que le oí decir:

—Les tomó el tiempo suficiente.

Luego se volvió hacia atrás y nos guiñó un ojo antes de dejar los menús
sobre la mesa y yéndose a buscar nuestras bebidas. Noah y yo nos
deslizamos en los extremos opuestos de la cabina en forma de media luna
que siempre usábamos. Sólo que esta vez, seguimos pasando rápidamente
a través de los asientos de vinilo hasta que nos encontramos otra vez en el
centro.

No pasó mucho tiempo antes de que Terry apareciera de nuevo con dos tés
dulces y una canasta de galletas frescas, junto con un poco de su manteca
y miel especial.

—Aquí vamos —dijo Terry dejando todo sobre la mesa —. ¿Saben que
pedirán, chicos?

Noah me miró, aun con la nariz clavada en el menú.

—¿Encontraste ahí algo que no hayas probado antes? — preguntó con


sarcasmo.
Bajé el menú, triunfante.

—Como cuestión de hecho, sí. Terry, me encantaría probar las tostadas


francesas de chocolate, por favor.

Noah alzó las cejas, claramente impresionado con la nueva adición al


menú. Cuando Terry se volvió hacia él, tomó su menú cerrado y dijo:

—Uh, tal vez mejor exploro esto sólo para estar seguro. ¿Dónde
encontraste las tostadas francesas de chocolate?

Sonreí y le señalé a la última página.

Había una nueva selección de tostadas y panqueque de sabores franceses,


llegando a un total de once nuevas razones para venir a la cafetería con
más frecuencia. Noah se decidió rápidamente por las tortitas de nueces y
plátano y le entregó el menú a Terry. En el momento en que lo hizo, ella
voló de regreso a la cocina para pedir nuestra orden. Me había visto a
inhalar todas las galletas en un tiempo récord y probablemente había
llegado a la conclusión que lo mejor era mantener la comida circulando.

Había pasado a tomar mi té dulce, cuando de repente Noah preguntó:

—Entonces, este hombre que mencionaste en Idaho… ¿cuán serio era?

El sorbete aún colgaba de mis labios cuando respondí:

—¿Qué hombre en Idaho?

Me miró inquisitivamente. Entonces, cuando la realidad lo golpeó, poco a


poco se apoyó en el respaldo de su asiento y dijo:

—No había hombre en Idaho. ¡Simplemente lo inventaste!

Me encogí de hombros y tomé otro sorbo de té.

—Sip. Claro que sí.


—¿Por qué?

—No sé... tal vez me sentí como que necesitaba mantener el ritmo contigo
y el carrusel de mujeres que siempre has tenido. — Me reí con mi propia
broma y vi como Noah se frotaba los labios con dos dedos. Siempre lo
hacía cuando estaba tratando de ocultar algo. Creo, que en esta ocasión en
particular, era una sonrisa que él no quería que tuviera la satisfacción de
ver.

—Estoy hablando en serio. ¿Estaba ocupado abriéndote mi corazón y tú te


inventaste a un imbécil llamado Josh, que ni siquiera existe?

—De hecho, Josh es real y creo que también vale la pena mencionar que
no es un idiota... nuestra relación, sin embargo era falsa. En parte debido
al hecho de que yo estaba demasiado atado a ti como para pensar en
cualquier otro chico y en parte debido al hecho de que Josh es gay. — Esa
información pareció apaciguar un poco a Noah. Tuve el presentimiento de
que fue lo de que me sentía atada a él lo que lo hizo sentir particularmente
cálido y difuso en ese momento. Estoy segura de que tampoco hizo daño
que el chico que usé como mi juguete, tuviera su propio chico de juguete.

Sin embargo, sentía que le debía una explicación. Después de todo, la


honestidad siempre ha sido nuestra política. Incluso cuando la verdad no
era tan atractiva e incluía una serie de grandes rubias tetonas llamadas
Stacie, o Bambi... o Candy o — oh ¿a quién engaño? esto podría continuar
durante días – ya han entendido el punto.

—A decir verdad, todo el asunto de Josh s salió volando de mi boca antes


de que pudiera detenerlo. Estabas diciendo todas estas cosas y,
básicamente, asustándome como la mierda. Me entró el pánico.

Noah se enderezó de nuevo y se volvió hacia mí como mejor que pudo


mientras se está sentado en la cabina de al lado.
—Está bien, tienes algunos graves problemas con el compromiso y creo
que es el momento en que nos ocupemos de ellos. No puedes simplemente
irte corriendo o inventar un tipo cada vez que te asustes. Esto es de
verdad. Tú y yo, vamos a hacerlo y no estoy dispuesto a permitir que
metas la pata.

Casi me atraganté con mi dulce té.

—¿Yo soy quien tiene problemas de compromiso? ¿Estás hablando en


serio?

—¡Sí! — Noah asintió, además de la expresión ya excesivamente exagerada


en su rostro. Luego continuó—. No puedo creer que no puedas admitirlo.
Tienes que ser consciente de ello.

Negué con la cabeza, indignada por sus acusaciones.

—¿En qué estás basando esto? — Mi sorbete casi salió volando de mi vaso
de la velocidad en la que tiré mi boca de ella. Casualmente intenté
deslizarla de nuevo hacia abajo en el hielo como si no acabara de enviar
una gran cantidad de gotas a la cara de Noah. Él a su vez me dio una
mirada más bien sucia, que en ese momento podría haber sido fácilmente
debido a la ducha de té helado, o por mi rechazo total y absoluto.

—Bueno, vamos a ver. No has tenido una relación real con un chico en
años. Y antes de empezar a intentar culpar a Andrew, no te molestes.
Recuerda, yo sé todo acerca de lo que pasó entre ustedes dos y lo entiendo.
Estabas asustada, pero has tenido tiempo suficiente para recuperarte y
reparar tu corazón roto. Además, en realidad no cuenta el hecho de que en
los seis años que he vivido contigo, has pintado la sala de estar ocho veces
diferentes , en colores que van desde un amarillo mostaza a un violeta
brillante . O el hecho de que cambias de auto cada vez que puedes, por lo
general echándole la culpa a algo tan estúpido como la necesidad de
neumáticos nuevos. Y no olvides que tienes por lo menos cinco libros a
medio terminar que vuelan alrededor de tu dormitorio en un momento
dado y cambias compañías de teléfonos con más frecuencia que la mayoría
de las personas a cambiar su ropa interior.

Hice una mueca.

—Ewww. En algún momento tenemos que hablar sobre la gente con la que
has salido.

Noah frunció el ceño y se negó a responder.

—Bien, bien, ¡tengo problemas con el compromiso! Pero, ¿qué hay de ti? —
le exigí.

Él se encogió de hombros.

—He tenido la misma compañía de teléfono desde hace años.

Le golpeé en el hombro mientras Terry hacía su camino de regreso a


nuestra mesa con una bandeja llena de comida. La dejó sobre una mesa
cercana y nos dio una mirada de desaprobación.

—Ustedes dos, niños, ¿ya están peleando? Noah, no estás haciéndole


pasar un momento difícil a tu chica, ¿verdad? — preguntó colocando
ambas manos en las caderas e inclinando de la cabeza hacia un lado.

—No, señora — dijo Noah. Él todavía estaba frotando la parte de su brazo


y yo tenía la sensación de que estaría haciéndolo por un tiempo. Aunque
estaría en apuros para encontrar alguna evidencia de mi asalto, ya que no
le había dejado ni una marca.

—¿Estás seguro? — Terry volvió su atención hacia mí y me sonrió.

—No que no pueda manejar — le dije.

—Oh, no lo dudo. Si alguien puede manear a este chico, esa eres tú— dijo
Terry. Luego comenzó a colocar los platos en frente nuestro, junto con
múltiples caras de jarabe y mantequilla extra. Ella me conocía bien... así
como Noah.

—¿Necesitan algo más? — preguntó con la bandeja vacía bajo el brazo.

—Creo que estamos listos. Gracias Terry — respondió Noah. Ya que no


había perdido el tiempo y me había metido un gran pedazo de las tostadas
de chocolate en la boca y no pude responder, sólo sonreí y le di un pulgar
hacia arriba.

Durante un tiempo, la mesa quedó en silencio mientras Noah y yo


comimos. No pasó mucho tiempo antes de que me hubiera devorado hasta
el último bocado en mi plato y fui a por el de Noah.

—¿Qué crees que estás haciendo? — preguntó mientras sacaba sus


tortitas de nuez de plátano fuera de mi alcance. El shock se apoderó de mi
cara mientras mi tenedor colgaba sobre la mesa en el aire.

—Solo quería una probadita — le dije mientras fruncía los labios en lo que
esperaba fuera un puchero encantadoramente patético.

Noah me dio una media sonrisa y apartó el plato de nuevo en mi dirección


ligeramente. Aunque no estaba muy bien situado, al menos estaba a mi
alcance. Me las arreglé para tener dos bocados antes de que Noah doblara
el panqueque restante, abrió la boca tan ancha como pudo y lo colocó en el
interior, el jarabe chorreándole por la barbilla.

Igual estaba bien, realmente, ya que mi velocidad para comer había


comenzado a ponerse al día conmigo. Un poco más de la dulce y
esponjosa delicia y probablemente no habría sido capaz de moverme. Así
eran las cosas, estaba luchando para mantenerse en pie. Nada suena
mejor después de una buena comida que una larga siesta larga y en ese
momento, no me sentía demasiado exigente. La cabina serviría
perfectamente.
—¿Estás bien? — preguntó Noah, sonriendo mientras se fijó en mis ojos
vidriosos y la expresión de satisfacción.

—Ohhhh siiiiiiiiii — suspiré mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.

—No piensas quedarte dormida aquí ¿verdad? — preguntó. Me di cuenta


por su tono de voz que estaba a punto de reírse de mí, pero no me
importaba

—Tal vez — le dije.

Noah asintió y se echó hacia atrás para estar más cómodos.

—Oh, bueno. Tenía miedo de que te gustara continuar nuestra


conversación anterior. Ya estaba preparado para oír que me llamas de todo
aparte de prostituto, pero si estás demasiado cansada, está bien. Mejor, de
hecho.

Me había olvidado. Quiero decir, estaba segura de que se habría deslizado


nuevamente dentro de mi conciencia, tarde o temprano, pero entre las
tostadas y tortitas francesas y el increíble nivel de azúcar por el que estaba
navegando en ese momento, todos los recuerdos de conversaciones sobre
temas de compromiso y promiscuidad se habían quedado de lado para
percepciones más interesantes; como la genialidad de preparar el
desayuno con pastel de chocolate batido y radiestesia en el dulce jarabe de
fresa y azúcar en polvo.

De mala gana, me senté en mi asiento y rompí el contacto entre mi rostro y


el sorprendentemente cómodo hombro de Noah—

—Muy bien, vamos a hacer esto y de una vez. Tuviste tu discurso, ahora
supongo que tengo que tener el mío.

—No necesariamente — dijo Noah.


—¿Cómo lo sabes?

Noah pasó a su brazo alrededor de mi cintura y me llevó junto a él y le


dijo:

—Bueno, ¿realmente vas a decir algo que ya no te haya oído decir mil
veces antes?

Pensé en eso por un segundo. El hombre tenía un punto. Mientras que su


declaración con respecto a mi incapacidad para comprometerse había sido
una primicia, yo le había lanzado tiros sobre su infidelidad más veces de
las que podía recordar en los últimos años. De hecho, cuanto más pensaba
en ello, más recordaba, e inevitablemente tuve que empezar a preguntarme
si no hubiera tenido un punto muy válido todo el tiempo. Quiero decir, ¿no
me había hecho el argumento de un millón de veces en contra de
involucrarme con Noah? ¿Y no había estado él — todo menos verbalmente
— de acuerdo conmigo cada vez? ¿Qué demonios estaba haciendo?

Como si pudiera leer las palabras desplazándose a través de las bolas de


mis ojos, se inclinó y susurró:

—Basta. Te ves como si estuvieras a punto de inventar un falso novio gay


otra vez.

Levanté la vista hacia él, mordiendo mi labio inferior mientras analizaba la


situación y en silencio alcé el caso en mi contra. No servía de nada. Noah
iba a tener que llegar a su propia defensa y ser el desempate.

—Lo siento. Estoy al borde de la locura... Creo que la verdadera pregunta


es, ¿dirás algo que ya no te haya oído decir mil veces... a otras miles de
chicas?

Noah exhaló con fuerza y siguió con la "pausa para el efecto” más larga en
la historia de las conversaciones antes de que finalmente dijera:
—La verdad es que no importa lo que diga. Ya te dije que te amo — algo
que los dos sabemos que solo lo he dicho alguna vez a otra chica, y eso no
fue suficiente para aliviar tu mente. Podría decirte que me di cuenta de
que me he equivocado al acostarme por ahí y que lo lamento, pero también
sé que estaría mintiéndote porque no me arrepiento. ¿Alguna he luchado
por ser hijo de mi padre y tener diez hijos con tres mujeres diferentes,
descuidando y despidiendo a cualquier otra mujer que cuidó de mí en él?
No... ¿Creí que tal vez era un hecho, que iba a terminar igual que él? Sí,
después de lo que pasó con Natasha, supongo que las maneras de mi
padre me resultaron muy atractivas. ¿Pero estoy diciéndote nada que no
sepamos ya? No. No puedo. No queda nada dentro de mí que no hayas
sabido a lo largo de los años. No puedo ocultarme de ti; Nunca he sido
capaz de hacerlo. Siempre has visto exactamente quién soy y después de
que superé el hecho de que me asustaba como la mierda, lo acepté... y al
final incluso lo aprecié. Por lo tanto, ¿soy el peor novio del mundo? Sí. Los
dos sabemos que lo soy. No puedo hacer ningún argumento que demuestre
lo contrario.

Me habría echado a llorar por su confesión y el hecho de que era evidente


que ya había aceptado que estábamos destinados a fracasar como pareja si
no hubiera estado tan pasmada por el tono casual que usaba para
pronunciar su discurso de condena definitiva.

—¿Eso es todo? ¿Eso es lo mejor que puedes hacer? No es exactamente un


enfoque estelar para aliviar mis temores, ¡eres un asno!

Él se agachó cuando la servilleta salió volando hacia su cabeza. No es que


pesara lo suficiente para derribar cualquier sentido en caso de que lo
golpeara, pero fue lo primero que tomé cuando el impulso de arrojarle algo
me atacó.

Está bien, está bien. Antes de decidas tomar algo un poco más peligroso
para tu siguiente lanzamiento, tengo una solución que eliminaría por
completo todo este asunto. Pero, estoy bastante seguro de que no te tirarás
de cabeza por ello.

Solté el salero que estaba sosteniendo y le dije:

—Ah, ¿sí? Intenta.

Él me devolvió la mirada, la siempre presente chispa de picardía que ardía


en sus ojos.

—Podrías casarte conmigo.

—¿Estás loco? — Estaba tan perpleja por su declaración que no sabía qué
pensar ni qué decir. De repente, la perspectiva de lanzarle algo a él no
pareció ser tan atractiva como la idea de empujarlo fuera de la cabina y de
mí en la medida de lo posible. Y ahí estaba otra vez, mi fobia al
compromiso alzando su fea cabeza por algo tan ridículo como una falsa
propuesta de matrimonio dicha en broma y no por otra razón sino que
obtener un argumento de mi parte. Por desgracia, ya había caído en su
broma. En un intento de salvar mi movimiento a partir de un punto de
vista estrictamente emocional, tranquilamente crucé los brazos sobre la
mesa y casualmente agregué – Fue buena.

—¿Qué quieres decir? — preguntó, haciendo coincidir imitando mi tono y


tomando un sorbo de su vaso casi vacío.

—Quiero decir, me atrapaste... sólo por un momento, pero caí, sin


embargo. Fue estupendo y realmente, proponer matrimonio. ¡Qué manera
infalible para cubrirte el culo! Sabía muy bien cómo iba a reaccionar a eso
y por lo que es de aquí hasta la eternidad, no importa qué problemas
tenemos, siempre podrás decir que fuiste tú quien estaba a punto de
comprometerse y yo no. Siempre serás el tipo sólido en nuestra relación,
mientras que bien podría marcarme a mí misma con una gran F 3 de color
rojo por ser la frívola.

Noah sonrió mientras mordía el sorbete. Luego, sus dientes se aflojaron su


agarre sobre ella, dejando que se deslizara fuera de su boca.

—Tienes razón, eso habría sido brillante. Lástima que no puedo tomar el
crédito por ser el genio que evidentemente piensas que soy. La verdad es
que no estaba bromeando. Realmente creo que deberíamos casarnos.

Lo miré como si de alguna manera eso me permitiera ver más allá de la


superficie y ver el funcionamiento de su mente. Cuando no tuve éxito,
negué con la cabeza y dije:

— No lo dices en serio. — A pesar de que las palabras estaban rodando


sobre mis labios, supe que estaba diciéndolas más para mí que para él,
como si necesitaba recordarme a mí misma que era sólo una broma. Tenía
que ser una broma, porque si no lo fuera... bueno, eso no importaba
porque era sin duda una broma.

—Lucky, mírame. — Noah me tocó el codo con la mano y repitió—:


Mírame.

De mala gana, levanté mis ojos de la seguridad de la parte superior de


mesa en que se habían asentado y me encontré con su mirada. No
necesitaba decir nada más porque la expresión de su cara lo decía todo. Lo
cierto era que su propuesta improvisada era real y lejos de ser un asunto
de risa.

—Noah...

Me dio una sonrisa débil y tranquilamente dijo:

—Te lo dije, no te tirarías de cabeza.

3
F: en el sistema de calificación norteamericano, F significa reprobado.
—No es eso, es sólo… — Me detuve, incapaz de evocar las palabras que
me ayudarían a explicarnos lo que sentía.

—Relájate, realmente no esperaba que dijeras que sí. Por ahora, vamos a
centrarnos en el momento sin volvernos locos por el futuro, ¿de acuerdo?

Asentí en silencio. La decepción corrió a través de mí como si hubiera


experimentado una pérdida imprevista. Naturalmente, solo se añadía a mi
estado general de confusión.

Noah metió la mano en el bolsillo para recuperar su billetera. Mientras


pasaba por los billetes buscando unos veintes, continuó:

—Así que, ya que has decidido regresar — una decisión muy acertada, por
cierto — , supongo que debemos ir a Idaho para buscar tus cosas y... si en
el camino de regreso decidimos tomar un desvío a una capilla de bodas en
Las Vegas, ¿Quién sabe que podría suceder?

Dejó el dinero en el centro de la mesa, y luego me miró y me guiñó un ojo.


Inmediatamente, el sentimiento de pérdida de oportunidades desapareció.
Al mismo tiempo, la imperiosa necesidad de gritar “Sí, quiero casarme
contigo” cortar a través de mí con tal fuerza que sentí una sensación
ardiente en la garganta mientras tragaba las palabras en un trago pesado.

De vez en cuando, jugar un poco duro, daba buenos resultados con Noah,
dado a que él no había experimentado un gran desafío con ninguna de las
mujeres de su pasado.
El mundo viaja rápido.
Traducido por Ivi04

T
omó cerca de dos segundos para que Noah y yo nos propagáramos
como un incendio forestal en la ciudad. Al parecer, apenas nos
dimos cuenta que D. había entrado en la cafetería para su dosis
diaria de café y pastel de miga en su camino hacia el bar. La forma en que
lo escuché, Terry llegó hacia él, bamboleando su bolsa con su pedido y le
preguntó casualmente que pensaba sobre Noah y yo finalmente juntos.
Obviamente eso sorprendió a D, quien le pidió que le contara todo
inmediatamente.

Al momento en que abandonó el comedor, estaba hablando por teléfono


con su esposa para darle la noticia. A partir de ahí la noticia fue dando
saltitos hasta llegar a Tara, quien se le dijo a Jason, que a su vez se lo dijo
Gabe, quien, con el fin de cerrar el círculo, me llamó.

Estaba sentada en el escritorio de Noah, ocupados tratando de hacer los


arreglos para que pudiéramos viajar a Idaho juntos, cuando mi teléfono
sonó. Estaba a punto de decir “hola” cuando oí la voz de Gabe
prácticamente saltando hacia mí a través del auricular.

—¡Es cuestión de maldito tiempo!

—Hola Gabe. Que amable por tu parte que llamaras. ¿Te importaría
explicarte con más detalle? — le pregunté mientras inclinaba la cabeza
hacia abajo para calzar mi teléfono entre la barbilla y el hombro para
poder mantener las manos libres para continuar escribiendo.

—Oh, ¡por favor! Sabes exactamente de lo que estoy hablando. Y yo no sé


ustedes, pero creo que un “gracias” estaría bien — dijo Gabe en el otro
extremo.

Casi se me cayó el teléfono.

—¿Por qué?

Oí un fuerte bufido de Gabe antes de que respondiera:

—¡Por lograr su felices para siempre!

Sin dejar de apretar el teléfono a la oreja utilizando sólo mi hombro, volví


la cabeza en dirección a Noah y le dije:

—Oye, ¿por qué Gabe piensa que tiene algo que ver con nosotros?

Noah sacó lentamente su enfoque del programa que estaba mirando


mientras estaba tumbado en su sofá y dijo:

—Umm... ¿qué ahora?

Con el teléfono en un ligero ángulo para que Gabe pudiera oír la


conversación, le dije:

—Gabe está sugiriendo que le debo un gracias. ¿Tengo que hacerlo?

Noah sonrió mientras volvía a mirar la tele y dijo:

—Probablemente no, desde que acabaste conmigo en el trato, pero


probablemente yo debería enviarle una tarjeta o un regalo o algo...
preguntarle qué le parece algo de dinero.

Observé Noah comienza a navegar por los canales y decidí esperar hasta
una cita más tarde para profundizar en el tema. Además, Gabe tenía que
darme la versión más jugosa de todos modos. Sin embargo, en algún
momento tendría que insistir en escuchar la versión de Noah, pero por
ahora, Gabe serviría perfectamente.

—Noah quiere saber si aceptarías dinero en efectivo — le dije mientras giré


mi silla hacia atrás en torno a la mesa. Gabe se echó a reír.

—Claro, dile que me permita saber en números cuán grande es su


gratitud.

Negué con la cabeza. Cuanto más pensaba acerca del pedido de Gabe, más
me preguntaba a mí misma a cuánto podría ascender el número. Por mi
propio bien, esperaba que fuera alto.

—Así que, ¿vas a decirme lo que pasó entre ustedes, chicos, mientras yo
no estaba o qué?

Gabe se aclaró la garganta y luego empezó a decir:

—Fue así: Jason y yo estábamos pasando el rato en el Burger and Brew


cuando Noah llamó. Jason le dijo que viniera, y por eso, a los pocos
minutos llegó. — Hizo una pausa para tomar un respiro y luego
prosiguió—. Después de que tuvimos la oportunidad de ponernos al día...
y después que Noah se tomara el tiempo para sacar todos aquellos insultos
de su sistema, comenzó a preguntar sobre ti. Una cosa llevó a otra, y en
poco tiempo convencí al hombre de que hiciera su movimiento... y
claramente lo hizo.

Esperé un momento para ver si iba a añadir algo más. Obviamente había
algunos agujeros en la historia. Cuando Gabe decidió no abordarlos,
pregunté:

—Um, ¿exactamente qué tipo de cambios sucedieron entre ustedes que


convirtieron un simple "Hola, ¿cómo estás Lucky?” a “chico, realmente
tienes que ser un hombre y moverte” ? Sé que puedo ser un poco lenta en
entender cuando se trata de chicos, también soy consciente de que parece
que ustedes necesitan palabras mucho menos reales que las mujeres,
pero aun así... se siente como que falta algo en la historia... algo vital... ya
sabes, ¡algo como la trama!

Pude oír a Gabe exhalando fuertemente y me imaginaba sus fosas nasales


dilatadas de la manera que siempre lo hacían cuando estaba frustrado.

—Realmente no veo qué más hay que contarte.

—¿No lo sabes? Qué tal, ¿qué fue lo que te hizo pensar que Noah aún
sentía algo por mí...? O mejor aún, ¿qué te hizo pensar que yo
correspondía a esos sentimientos?

—¡Oh, por favor! ¡Todo el mundo sabía que los dos estaban calientes el
uno por el otro!

—Gabe.

—Está bien, ¡está bien! Estábamos hablando de cómo las chicas que
conocíamos siempre asumieron que salíamos contigo. A partir de ahí,
Noah y Jason comenzaron a adivinar con cuál de todos te habrías quedado
si te hubieras quedado, sólo esos dos idiotas son un poco lentos, así que
tuve que aclararle las cosas y decirles que estabas enamorada de Noah.

Arrugué la frente, confundida por la confianza en su declaración.

—¿Cómo… — Cuando me di cuenta de que estaba gritando, bajé la voz y


amortigüé mis palabras al poner mi mano sobre mi boca como terminé —
… sabias que estaba enamorada de Noah?

—Mira, ahora. Aquí es donde las cosas se ponen un poco pegajosas para
mí. Leí una de tus cartas para Pearl. ¡Fue totalmente por accidente!

—Gabe — estaba gritando de nuevo. Esta vez incluso Noah levantó la


vista de la televisión para ver lo que estaba pasando. Al parecer, no le llevó
mucho tiempo para averiguar de lo que estábamos hablando, porque se rió
en voz alta y volvió su atención a la pantalla. Traté de decirme a mí misma
que realmente le había hecho gracia la película que estaba viendo, pero no
podía negar que sabía que no era esa la causa.

Le lancé una mirada asesina a pesar de que sabía que ya no estaba


prestando atención y no lo vería. Luego bajé la voz y continué:

— Gabe, ¿cómo es exactamente qué has leído por accidente una carta que
estaba doblada dentro de un sobre y dirigida a otra persona?

—¡Estaba dirigida a una mujer muerta! Menciona a una persona que no lo


encontraría curioso.

—¡Esa carta era privada!

—¡Lo sé! ¡Es por eso que nunca le dije a nadie acerca de ello!

—¡Se lo dijiste a Jason y Noah!

—¡Sólo para hacer un punto! Y todo lo que dije fue que escribiste que
estabas enamorado de Noah. No es como que les recité la carta completa
palara por palabra… y podría haberlo hecho. Chica, ¡esa carta era
explícita! ¿De verdad hablabas con tu abuela de esa manera?

Ya no podía decir si el calor de mis mejillas era de rabia o vergüenza.

— Teníamos una relación muy abierta... ¡Ey! no soy quien debe explicarse.

—Tienes razón, pero ya que los dos sabemos que no tengo excusa válida
que no sea el hecho de que soy una persona entrometida ¿te gustaría oír
lo que pasó después con Jason y Noah? ¿O continuamos hablando de la
carta y lo que he leído?
Me quedé mirando la pantalla del ordenador obstinadamente, dando a
Gabe la ley de hielo. Sólo que a través del teléfono, el efecto le pasó
desapercibido.

—¿Sigues ahí? ¿Te has perdido?

Apreté los labios desafiantemente un minuto más. Le extendí hasta que


pensé que podría Gabe cortar la llamada, y finalmente dije:

—¡Muy bien! Hablemos sobre lo que ocurrió luego de que les hablaras
sobre la carta.

Incluso sin verlo, pude sentir la sonrisa satisfecha en su rostro porque


ahora me tenía enganchada.

—Está bien, así que al principio los dos pensaban que estaba loco... Noah
estaba completamente negativo sobre todo el asunto, hasta que Jason hizo
encajar a todo.

—¿Qué quieres decir? ¿Qué hizo encajar Jason? ¿No me diga que también
leyó la carta? — ya estaba inclinada hacia el ordenador mientras mis
dedos volaban sobre el teclado buscando la dirección de correo electrónico
de Jason. Estaba haciendo mil cosas al mismo tiempo. Afortunadamente
Gabe me interrumpió antes de llegar demasiado lejos en mi perorata a
través de Gmail.

—No, no. En realidad, resulta que él era el único que no sabía acerca de
las catas. Es por eso que no entendía nada. Recordó la papelería que Noah
te dio en tu cumpleaños — una clara indicación de que estaba enamorado
de ti — porque permítenos ser sinceros, un hombre no pone tanta
dedicación en un regalo para cualquier chica chica. Por supuesto, lo que
realmente selló el acuerdo fue cuando Jason nos dijo que Tara te dijo que
le dijiste a Tara que Noah te dijo que estaba enamorado de ti.
—Tara – siseé, medio debatiendo sí o no su quebrantadura de confianza
justificaba el mismo mensaje que había planeado inicialmente para Jason.
Prácticamente ya había escrito todo esto en mi cabeza de todos modos, y
sería una vergüenza desperdiciarlo teniendo en cuenta mi gusto por el uso
dramático de las palabras y mi talento para colocarlas de tal manera que
crearan el máximo impacto al ser leído por el destinatario.

Como si Gabe supiera lo que estaba pensando, dijo:

—Sí, yo realmente no le recriminaría anda. Quiero decir, después de eso,


Noah prácticamente admitió que era verdad. Que estaba enamorado de ti.

Suspiré y asentí de mala gana a pesar de que sabía que el gesto no


llamaría la atención de Gabe. Entonces dije:

—Así que, básicamente, Noah te debe porque no puedes ocuparte de tus


propios asuntos y tienes cero respeto por las pertenencias de los demás.

—Maldita chica. No, ¡la razón por la que me debe es porque soy quien lo
empujó a hacer un movimiento y dejar de perder el tiempo!

Finalmente me empujé hacia atrás de la mesa y me recosté en los


almohadones de la silla.

—Supongo que fue un buen consejo, de todos modos.

—¡Sí que lo fue! Sobre todo en comparación con los consejos que me diste
respecto a Janette. “Sólo tienes que ir por ella, Gabe. Mudarte a Nueva
York y dar vuelta tu vida por una chica que sólo va a terminar pisoteando
tu corazón en cuanto llegues allí”.

Me encogí.

—¿Qué tal si te olvidas de ello y yo olvido que leíste mi carta?

—Trato hecho.
Haría falta un tiempo para que el contenido de nuestra conversación
realmente se sellara, pero estaba bastante segura de que una porción
colmada de gratitud ya brotaba dentro de mi pecho mientras miraba a
Noah simplemente descansando en el sofá y viendo la televisión. No
estábamos haciendo nada extravagante o incluso tan diferente de lo que
normalmente hacíamos juntos, excepto por supuesto el hecho de que
ahora en realidad estábamos juntos y eso en sí mismo hacía que todo
fuera diferente. Me había negado mis sentimientos durante el tiempo
suficiente. Después de la noche anterior estaba bastante segura de que
nunca sería capaz de negarlos de nuevo. Estaba enamorada de Noah. No
sólo era la lujuria, a pesar de que obviamente también había mucho de eso
dando vueltas. No era embelesamiento, o atracción o realmente, realmente
gustar, no. Yo realmente estaba locamente—sin dudas – e
irreversiblemente – enamorada de él.

Sabiendo que mi deuda con Gabe cada vez era más grande, me di vuelta
en dirección a Noah y le dije:

—Probablemente tengas que pedir un préstamo para pagarle a Gabe.

Los ojos de Noah brillaron cuando me miró y guiñó un ojo.

—Lo tengo cubierto.

Giré mi silla hacia atrás en la dirección opuesta a Noah para que no viera
cuan genuinamente encantada estaba en ese momento. Solo estaba
disgustado un poco conmigo misma. Hablar maravillas sobre él delante de
él, me habría empujado sobre el borde por completo.

—Así que... dime Gabe la nena: ¿qué hay de nuevo contigo?

—¿Quieres decir aparte de romper con mi novia y quedarme sin hogar?

—Sí, aparte de eso...


Gabe se echó a reír.

—En realidad, he estado bastante bien. Quiero decir, invadir a Jason no


ha sido perfecto, pero, sorprendentemente, fue más agradable que vivir
con Psicopatota.

Apoyé mis pies sobre el borde de la mesa y me eché a reír.

—¿Psicopatota?

Podía oír la diversión en la voz de Gabe cuando lo confirmó.

—Sí, así la llamamos ahora. Bueno, eso o perrota, pero me gusta la forma
en que Psicopatota se desliza por mi lengua.

Oh, totalmente — murmuré. Esa fue la primera conversación real que


habíamos tenido en mucho tiempo. Claro, ha habido mensajes de texto,
aquí y allá, y llamadas rápidas para decir "hola", pero intentar de
mantener la relación mientras vivíamos juntos había sido casi imposible
entre los diferentes horarios y la vida que nos llevaba en direcciones
opuestas. Ni siquiera me había dado cuenta de lo mucho que echaba de
menos Gabe hasta ese momento.

Pasó casi una hora mientras charlábamos, hasta que la conversación llegó
a su final, no podía creer que alguna vez hubiera considerado una vida sin
todas las personas que amaba. Pensarlo era una cosa... alejarse era algo
totalmente diferente. Me lo pensaría dos veces antes de irme tan lejos
como para escapar de mi propia felicidad de nuevo.

Veinte minutos después de colgar, llamé de nuevo a Gabe. Finalmente


había tenido suerte y ha encontrado una manera de convertir en poco
tiempo, mi un boleto en dos sin que ello me costase una fortuna.
Teníamos una hora de partida, siete de la mañana siguiente y
necesitábamos un taxi. Gabe aceptó de inmediato. Esta vez nuestra
conversación terminó luego de unos minutos. Como nos habíamos puesto
al día más temprano, no quedaba mucho por decir.

Cuando colgué el teléfono por segunda vez, me levanté de la mesa y


acerqué hacia Noah. Él todavía estaba tumbado en el sofá completamente
cautivado por lo que estaba viendo en la pantalla delante de él. Le di un
suave golpe en un costado con mi rodilla para que me hiciera lugar.
Finalmente quitando sus ojos de la TV, se hizo a un lado y estiró una
mano para agarrarme por las caderas y tirar de mí hacia él. Se sentía
increíble estar envuelta en sus brazos de nuevo y me pregunté cuánto
tiempo pasaría antes de que la novedad de que la experiencia se disipara.
Tenía un poco de esperanza en que nunca lo hiciera.

—Entonces, ¿Gabe y tú tuvieron una buena charla? — preguntó con la


cara casi completamente enterrada en mi cuello.

—Sip. Él va a llevarnos al aeropuerto por la mañana. Tenemos que salir de


aquí antes de las 5:30.

Noah se quejó.

—¿En la mañana? Entonces es como que si siquiera iremos a la cama.

Sonreí coqueta y dije:

—Eso está bien para mí.

Noah no se perdió nada. En un rápido movimiento me tenía atrapada bajo


él en el sofá y salpicando mi cara con suaves y lentos besos.

Estaba perdiéndome cuando recordé.

—Ah, antes de que me olvide, le dije a Gabe que puede mudarse de nuevo
aquí con nosotros.
Con los ojos todavía cerrados para disfrutar de la felicidad que de que
estaba besando a Noah, levanté la cabeza con los labios fruncidos
esperando que me besara, solo para que me dejara colgando. Confundida,
abrí los ojos para encontrarlo mirándome directamente.

¿Qué quieres decir con que Gabe se está mudando de nuevo a la casa? ¿La
casa de Pearl? Ya que el momento de pasión había pasado, me contorneé
para sentarme de la mejor manera posible con Noah todavía encima mío.

—Bueno, sí, la casa de Pearl. ¿De qué otra casa iba a estar hablando?

Tenía el ceño fruncido y su boca se inclinó desaprobadoramente.

—¿Por qué hiciste eso?

—¿Por qué no habría de hacerlo? Su habitación sólo está allí vacía de


todos modos y que no puede seguir viviendo en el sofá de Jason. Además,
no quiero vivir sola.

Noah se había retirado por completo fuera de mí a estas alturas y estaba


sentado en el extremo opuesto del sofá mirándome con una expresión que
me dijo que estaba tratando muy duramente no decirme lo que realmente
pensaba de mí en ese momento. Lo que sólo me hizo querer empujarlo más
duro, pero también me abstuve. Frustrado, se pasó los dedos por el pelo y
hacia abajo sobre la cara. Incluso todo distorsionado y agravado todavía
era ridículamente sexy. Ya estaba lista para dejar el tema de lado y
simplemente subirme encima de él, plantar mis labios firmemente en
donde tan desesperadamente querían estar y claramente pertenecían.

El sonido de su voz me sacó del lugar donde yo estaba ocupada


atacándolo, y me trajo de vuelta al presente, donde todavía estaba sentado
demasiado lejos de mí y obviamente molesto por algo que había hecho.

—Pero Lucky, pensé que tú y yo viviríamos juntos aquí.


—Oh. — Ahora que lo mencionaba tenía más sentido—. Pero tú tienes
aquel lugar... No sé, supuse que mantendrías tu contrato.

—¿Por qué habría de hacerlo?

Como respuesta me encogí de hombros.

—No lo sé. Quiero decir, ¿de verdad crees que estamos listos para vivir
juntos?

Noah inclinó la cabeza hacia un lado y me miró inquisitivamente.

—¿Es una broma verdad? Lucky, hemos vivido juntos durante años.

—Sí, ¡pero no como una pareja!

—¡Te pedí que te casaras conmigo hace menos de cinco horas! Obviamente
creo que estamos listos a vivir juntos.

Una sonrisa había regresado por fin a su atractivo rostro. Y aunque estaba
bastante segura de que era sólo por el hecho de que se sentía como
riéndose de mí en ese momento y había logrado cortésmente limitarla a
esta leve expresión en su rostro, amablemente le devolví el gesto.

—Bueno, si piensas que estamos listos, entonces debemos estar


preparados — le dije mientras me movía hacia adelante y comencé a
desabrocharle la camisa. Se inclinó hacia mí y me empezó a bajar hasta
los cojines de nuevo mientras murmuraba:

—Oh, definitivamente estamos listos.

Él estaba trazando su camino hasta mi cuello con su boca, cuando me


arriesgué a traer el tema a colación.

—Pero ¿qué pasa con Gabe?


Noah no se distrajo tan fácilmente esta vez. Simplemente siguió su rumbo
mientras decía:

—No te preocupes por Gabe. Yo me ocuparé de él.

Eso fue suficiente para mí.


Reclamo de equipaje.
Traducido por Lore

L
as 5 a.m. no tardó en llegar. Noah y yo nos parecíamos a un par de
zombis mientras nos movíamos alrededor de su apartamento
tratando de vestirnos y recoger lo último de nuestras pertenencias
necesarias para el viaje. Afortunadamente, no había desempacado mucho
en primer lugar. Eran las 5:27 a. m. cuando sentí que alguien tocaba mi
hombro. Me había quedado dormida sentado en el sofá esperando a que
Gabe apareciera. Ahora que estaba allí, agitaba lentamente una taza
caliente de café humeante y un lado a otro delante de mi nariz.

—¿Macchiato de Avellana?—Me preguntó esperanzada.

—Por supuesto — dijo entregándome el vaso de papel.

—Eres increíble —, suspiré mientras inhalaba el delicioso aroma dulce.

— No leas demasiado en eso, ella está lanzando esa palabra como si fuera
calderilla en estos días. Ella debe haberme dicho que era increíble por lo
menos diez veces anoche— Noah sonrió cuando lo dijo.

Él estaba ocupado acunando su propia taza caliente, sin duda llena de


café negro y solo y no una onza de crema y azúcar. El pensamiento solo
me dio ganas de vomitar... por no mencionar el hecho de que estaba claro
que no había logrado bajar el tono de su ego enorme, mientras yo no
estaba.

— Sí, sí, eres un semental. ¿Podemos irnos ahora? Yo no quiero perder


nuestro vuelo.

Gabe ayudó a Noah a subir las maletas al auto, mientras trotaba detrás
de ellos, felizmente bebiendo mi café y fingiendo no darme cuenta de que
todavía estaba completamente oscuro. Sólo había algo fundamentalmente
erróneo en levantarse antes que el sol lo hiciera.

El trayecto hasta el aeropuerto pasó en silencio, todos nosotros todavía


demasiados cansados para formar múltiples frases coherentes y esperando
que cafeína hiciera su efecto. No pasó mucho tiempo antes de que el auto
de Gabe se detuviera en la zona de descarga y él y Noah estaban ocupados
con las maletas del maletero. Me las arreglé para conseguir un carro de
una pareja que acababa de transferir su equipaje en la parte trasera de un
taxi en frente de nosotros. Sintiéndome realizada, me enrollé con los
muchachos y procedieron a cargarla.

Cuando terminaron, Gabe me dio un abrazo de despedida y se dirigió a


Noah. Él a su vez tenía en la mano un juego de llaves para que Gabe
tomar.

—¿Qué es esto? — Gabe tomó las llaves y los miró como si la respuesta
estuviera grabada en el metal.

—Son las llaves del apartamento. Es tuyo si lo quieres.

Gabe se volvió para mirarme antes de mirar a Noah.

— ¿Hablas en serio?

—Por supuesto. Voy a subarrendarte el lugar. Podemos averiguar renta y


esas cosas cuando volvamos. Mientras tanto, ¡saca tu culo fuera de sofá de
Jason!— Noah se rió mientras palmeaba a Gabe en el hombro. Él se limitó
a asentir con la cabeza, sonriendo.

—Gracias.

Los dos se abrazaron brevemente, el intercambio de uno de esos abrazos


de chicos que se componen de un abrazo, apretón de manos y palmadita
en la espalda. Nunca tuve esos, pero calientan mi corazón, no obstante.

Poco después, Noah y yo estábamos caminando por el aeropuerto como las


vacas detrás de la manada, en busca de nuestro mostrador de boletos.
Cuando finalmente lo encontramos, los dos estábamos aliviados al ver que
no había al lado a ninguna fila. Nos registramos en cuestión de minutos y
luego volvimos a salir para unirnos a la manada y encontrar nuestra
puerta.

Tuvimos que esperar media hora para el momento en que la encontramos,


y la gente ya estaba haciendo cola para embarcar.

Dado que los dos estábamos perfectamente contentos con ser las dos
últimas personas a bordo del avión, siempre y cuando nos subiéramos,
Noah y yo optamos por dos asientos cerca de la ventana y somnolientos
miramos los aviones mientras esperábamos a que la fila se achicara para
que pudiéramos subir a bordo y tomar los dos últimos asientos.

Una vez en el avión, Noah tuvo que negociar con varias personas sólo para
que nosotros tuviéramos asientos juntos. No fue hasta que encantó a la
azafata que finalmente salió con la suya, junto con algo de zumo de
naranja y un bollo.

Mordisqueé el queso danés y la crema de manzana que nos había dado y


observo por la ventanilla mientras el avión se prepara para el despegue.
Tener a Noah alrededor iba a venir muy bien en más de un sentido.
EL despegue fue hermoso. El avión se elevó suavemente en el aire como si
nos quedáramos en el camino para saludar al sol, que había decidido
amablemente a hacer acto de presencia por fin. Nos deslizábamos sin peso
sobre las nubes blancas y mullidas cuando acerqué mi mano a la de Noah
y entrelacé los dedos con los suyos. Se sentía bien. Había algo tan simple y
bonito como tomarse de las manos con alguien. La forma en que sus
dedos se ajustan alrededor de la míos, moldeando nuestras dos manos en
uno y encerrarlos de forma natural, como si siempre hubieran sido
destinados a ser de esa manera. Como dos piezas de un rompecabezas que
finalmente había encontrado su pareja.

— Eso fue realmente bastante lindo lo que hiciste por Gabe allí.

Noah estiró la espalda un poco y gimió,

— En realidad no. Si él se muda al apartamento me ahorra el problema de


tener que romper mi contrato de arrendamiento. Más importante aún,
significa que no voy a tener que vivir en el pasillo de un tipo que te ha visto
desnuda.

Yo en broma le di un puñetazo en el brazo con la mano libre.

—Imagínate si yo estuviera tan preocupada por estar cerca de personas


que te han visto desnudo. ¡Nosotros nunca seríamos capaces de salir de la
casa!

Noah se rió.

—Tendríamos que mudarnos.

—Ya lo he intentado, no resultó tan bien, ¿recuerdas?

Noah me miró con una sonrisa de oreja a oreja mientras sentía su apretón
de manos. Luego se inclinó y me susurró:

—Oye, ¿sabes a donde nunca he estado desnudo? En un avión.


—¿En serio? Hm, eso es sorprendente. Yo lo he estado.

Noah retiró la cabeza tan lejos y tan rápido como pudo.

—¿Estás diciendo, lo que creo que estás diciendo?

Levanté mis cejas con inocencia y digo:

—No sé. ¿Qué te parece que estoy diciendo?

Se acercó rápidamente otra vez y susurró,

—¿Has tenido sexo en un avión?

Me golpeé la rodilla de manera espectacular,

—¡Oh, eso es de lo que estás hablando! No, me refería a antes, cuando mi


madre me llevaba de vuelta a casa a ver a sus padres. Incluso cuando era
un bebé, yo estaba volando un par de veces al año. Así que, sí, estoy
bastante segura de que mi culo desnudo fue expuesto en un avión más de
una vez.

Noah no estaba tan divertido como yo, pero no me importaba. Sobre todo
yo estaba contenta de que se había olvidado de querer hacerme socia en el
Mile High Club. Yo no quiero parecer una mojigata, pero tratar de tener
sexo en un lugar del tamaño de una caja de zapatos no parecía práctico
para mí en absoluto.

El resto del vuelo transcurrió bastante tranquilo. Finalmente nos las


arreglamos para ponernos al día con el sueño que tanto necesitábamos,
aunque no fue suficiente para hacernos sentir todo despabilados y
enérgicos cuando llegamos a Texas tres horas despues. ¿Cómo diablos se
sentían que pasar por allí era una ruta eficiente para llegar a Idaho, yo
nunca voy a entenderlo. Sin embargo, allí estábamos, sintiéndonos
ligeramente menos grogui que antes de nuestra siesta simplemente porque
habíamos dormido demasiado profundamente por mu tiempo muy
brevemente.

Para tratar de pasar el tiempo, examinamos las innumerables tiendas de


regalos que se alineaban en las salas del aeropuerto y terminamos con
varias bolsas de la compra llenos de nada en particular. Sólo cosas que me
pareció una gran idea en el momento, pero probablemente serviría de poco
para ningún propósito más adelante, aparte de proporcionar una prueba
dimensional de que habíamos tomado este viaje juntos.

Cuando nos quedamos sin tiendas que revolver, nos dirigimos a uno de los
muchos patios de comida y nos acomodamos para el almuerzo. Ni siquiera
me había dado cuenta del hambre que tenía hasta que yo estaba sentada
cara a cara con la hamburguesa de pavo más jugosa que he comido en mi
vida. Devoré completamente toda la cosa en cuestión de minutos y luego
terminé hasta la última de mis patatas fritas. Yo estaba ocupado
chupando el último de la mezcla de la salsa de tomate y mayonesa de mis
dedos cuando tuve un breve momento de pánico imaginando lo que debe
haber parecido desde la perspectiva de Noah. Si hubiera sido cualquier
otro chico, yo habría hecho lo que toda chica sensata en una misión para
bloquear un hombre hubiera hecho y ordenaría una pequeña ensalada con
aderezo a un lado, la mayoría de los cuales me habría ido en mi plato a
marchitarse, sólo para demostrar que necesitaba casi nada de sustento
para sobrevivir. ¿Por qué exactamente las mujeres se habían convencido
de que los hombres encontraban que esto es un rasgo atractivo, sin
embargo, todavía no lo entendía, pero como con la mayoría de normas
relativas a los hombres, había optado por sólo tienes que seguir adelante
en lugar de cuestionarla. Si funcionó para las Tara del mundo, tenía que
usarla mi favor y ponerlo en práctica para mí. Hasta ahora. Ahora estaba
sentada con un chico con el que había compartido Nachos. Nachos,
grasientos que dieron lugar a manchas de salsa en mi camisa y rayas de
crema agria en la mejilla mientras trataba de obtener la mayor cantidad en
mi boca como sea humanamente posible cada vez en un intento de comer
siempre la porción de nacho perfecta. Después de eso, ¿que era una
hamburguesa de pavo en comparación?

— Yo no tenía necesidad de comer todo eso, — Suspiré mientras arrojé la


servilleta en mi plato de espuma de poliestireno.

Noah arrugó el envoltorio de su mega burrito y lo añadió a mi pila.

—¿En serio? Estoy pensando conseguir un batido o algo así —, dijo


mientras se reclinó en su silla y estiró el cuello para tratar de obtener una
mejor visión de las opciones de comida de los alrededores.

En realidad, helado no sonaba nada mal. ¿A quién estaba engañando? Esa


cosa estúpida de la ensalada nunca habría funcionado con Noah de todos
modos.

—Yo podría ir a por algo dulce—, le dije mientras me animé en mi asiento


y empecé a escanear las señales a lo largo de él. No fue hasta que nuestros
ojos viajaron hasta el final, que finalmente vimos el stand de helados de
yogurt.

Unos minutos más tarde estábamos dirigimos de nuevo a nuestra puerta


mientras chupábamos gruesos y deliciosos batidos satisfaciendo nuestros
antojos de azúcar y crema. No pasó mucho tiempo después y estábamos
en un avión, esta vez rumbo a nuestro destino final de Boise, Idaho.

Era tarde cuando llegamos. Después de que el último aeropuerto que


habíamos visto, Boise se parecía a una versión en miniatura de la oferta
real. Fue un cambio agradable ser capaz de moverse sin ser
completamente abrumado y demasiado estimulado por el entorno de uno y
las meras masas de personas que viajan a tu lado. Con todo, mudarme no
había sido una mala experiencia. Claro, el tiempo dejaba lugar a mejoras,
y si no estabas particularmente impresionado por la ladera de la montaña
era fácil conseguir sentir nostalgia de la playa. Por supuesto, estar
enamorada de algún imbécil tres mil kilómetros era, con mucho, la mayor
caída de Boise y casi no podía poner eso en contra de la ciudad de los
árboles.

Vi como Noah miró a su nuevo entorno con una curiosidad vacilante, como
si él encontrara la tranquilidad apacible del aeropuerto ub poco
desconcertante en lugar de calma.

—¿Qué estabas pensando al mudarte aquí?—, Murmuró, con miedo de que


alguien más pudiera oírle.

— ¿Qué quieres decir?—, Le pregunté, guiándolo suavemente hacia las


escaleras mecánicas. Yo sólo había estado allí en otra ocasión, pero
incluso yo sería capaz de encontrar su primera y única estación de
recogida de equipajes de nuevo.

—Quiero decir, ¡mira el tamaño de este aeropuerto! ¡Es evidente que no


reciben una gran cantidad de visitantes aquí!

—Bueno, no. Yo definitivamente no llamaría a esto un lugar turístico, pero


eso no tiene por qué ser algo malo. Sólo tienes que darle una oportunidad.
—Miré hacia él donde estaba dos pasos detrás de mí en la escalera
mecánica.

Tenía los brazos cruzados sobre el pecho tenazmente cuando él dijo,

—Eso realmente no va a ser un problema, ¿verdad? Quiero decir, sólo


vamos a estar aquí por un par de días. ¿Cuánto voy a ser capaz de ver que
no sea el aeropuerto?

Me eché a reír.

—Oh, confía en mí, en dos días, voy a ser capaz de mostrarte todo lo que
hay para ver y nos sobrará tiempo.
El viaje en la escalera mecánica estaba terminando y yo no quería perder
mi salida. Y no es que uno podía " perder su salida" en una escalera
mecánica, pero alguien me había dicho una vez que podrías conseguir que
tu pie sea aspirado por la rejilla que se tragaba los escalones, ya que viaja
el cinturón alrededor del convertidor y por eso, desde entonces, yo había
hecho un punto en saltar fuera de dos escalones antes de llegar a mi
destino. En retrospectiva, me di cuenta de que era un escenario muy poco
probable, pero era una de esas semillas que consiguió plantarse y
continuó creciendo sin importar la frecuencia con que pasé y arranque de
mi cerebro las hierbas silvestres que crecían allí haciendo que mi mente
un desorden con los miedos y la información inútil.

Noah me vió hacer mi salto de la planta baja, pero no dijo nada. Él había
pasado por esto conmigo más de una vez, varias veces tratando de
convencerme de que era totalmente posible pisar simplemente sobre la
repisa donde las escaleras y el suelo se encontraban, al igual que
cualquier adulto razonable haría, pero no había ninguna discusión con las
teorías de una mujer loca, por lo que finalmente se había rendido.

Ahora, una leve sonrisa sólo se apoderó de su boca cada vez que tomamos
una escalera mecánica juntos. Yo estaba bastante acostumbrado a que él
se riera de mí, aunque ahora me esperaba que fuera menos de un reír de
“ella es una idiota” y más de un “oh, mira, ella es tan adorable con sus
excentricidades” especie de risa. Estaba a punto de preguntar cuál era
cuando señaló hacia el círculo de reclamo de equipaje y de la red móvil que
lo rodeaba.

— Mira, las maletas están ya. — Él amplió su zancada y aceleró, llegando


a alcanzar nuestros artículos de equipaje justo antes de que estuvieran a
punto de desaparecer de nuevo en el misterioso agujero en la pared.

Con sus dos manos llenas, me miró y dijo:


—Entonces, ¿a dónde vamos ahora?

—Mi coche. Está aparcado en el estacionamiento a largo plazo. — Si Noah


no se dejó impresionar con el interior del aeropuerto estuvo un poco más
horrorizado cuando llegó el exterior y se dio cuenta de que tomó treinta
segundos para cruzar la calle y llegar a mi coche, donde estaba
estacionado entre los pocos rezagados que utilizan el lote mientras
viajaban por negocios. Esta vez, en lugar de verbalizar sus pensamientos,
él simplemente soltó un largo suspiro audible a través de sus dientes. Fue
suficiente para transmitirme sus pensamientos ya que yo tenía fluidez en '
Noah ' hace mucho tiempo y raramente requería traducción en este punto.

El viaje de regreso a mi lugar tomó cerca de treinta minutos mientras


pasamos por Boise y la bonita localidad de Eagle antes de finalmente llegar
a Star, mi ciudad natal temporal. Hace unos meses cuando estaba a la
caza de una casa, Star había sido la opción más obvia. La escuela en la
que enseño a se encuentra en el pueblo de al lado llamado Meridian, pero
el dinero extra en coche había valido la pena para mí desde el principio. En
mi búsqueda de hacer cambios, éste era más fácil ya que había sido lo más
opuesto a lo que jamás había experimentado obviamente. Todo el pueblo
estaba formado por una calle principal, una tienda de gasolinera /
ferretería, un comedor, un lote de autos pequeños y un veterinario. Aparte
de eso, realmente no había mucho más que ver. Pero las vistas no eran lo
que me había influido a favor de Star de todos modos, era el olor. Después
de haber pasado todo el día dando vueltas y mirando casas pequeñas y
apartamentos, ya había sido de noche cuando llegué a Star. Si no hubiera
habido mucho que ver en la luz del día, no lo había aún menos en el negro
de la noche. A pesar de que la falta de luces artificiales no había sido una
mala cosa. De hecho, hizo que el cielo nocturno se iluminara en todo su
esplendor galáctico. Era un hermoso espectáculo para la vista y se sumó a
la atmósfera ya presente en el paisaje de los alrededores en general del
país. Lo que realmente se llevó las cosas al siguiente nivel, sin embargo,
era el olor de los caballos y el heno que se desplazaba por el aire fresco de
la noche. Yo no había olido nada igual desde que había sido una niña. Fue
un regreso a casa mientras estaba allí respirando el aroma celestial y
recordé lo que había sentido al estar en el granero de mi tía Linda. Había
vendido el lugar y se trasladó a la ciudad en el momento en que me gradué
de la escuela secundaria y yo nunca había estado allí de nuevo. Hasta ese
momento nunca me había dado cuenta de lo mucho que había lo echado
de menos. No es que fuera probable que me transformara en una vaquera
en el corto plazo, pero sólo saber que estaba lo suficientemente cerca para
ver a un caballo si así lo elegía, era lo suficientemente bueno.

Mi apartamento se encuentra en un complejo nuevo en la calle principal


hacia el borde de la ciudad. Era considerablemente más pequeño que la
casa de la abuela Pearl, pero entonces yo no había tenido realmente una
necesidad de espacio adicional en el momento.

Mientras que Noah había permanecido cortésmente en silencio la mayor


parte, finalmente dio su visto bueno y aprobación cuando aparcamos y
salimos.

—No está mal, no está mal en absoluto—, dijo de pie delante de mi edificio
y mirando para arriba.

—Gracias. Espera hasta que veas el interior. Es lindo, conseguí un loft y


todo—, le dije mientras me deslizaba junto a él y empecé a caminar hacia
las escaleras que conducían a la puerta de mi casa.

Mantuve la puerta abierta mientras Noah luchó para pasar el y nuestro


equipaje a través del estrecho marco. Una vez dentro, apenas dio dos
pasos antes de dejar caer de todo lo que llevaba en el suelo y luego
caminar sin la carga que le había estado pesando. Él acababa de hacer en
la sala de estar cuando le oí reír.

—¡No puedo creer que hayas guardado este sofá!


Caminé detrás de él y le dije:

—¡ No puedo creer que arruinaste mi otro sofá!

Hubo un momento de silencio mientras los dos nos miramos el uno al


otro, mentalmente contemplando hasta dónde nos llevaría esto y si valdría
la pena. Al parecer, Noah se dio cuenta muy rápidamente de que sería a su
favor no continuar con el asunto porque él comenzó a moverse de nuevo
hacia delante, golpeando suavemente el brazo al pasar y hablar entre
dientes,

—Disfrútalo mientras puedas, sus días están contados.

Sonreí, pero lo dejé así. Si Noah quería comprar un sofá nuevo, ¿quién era
yo para disuadirlo? Y si él tenía éxito en la búsqueda de otro sofá tan
perfecto como el viejo, mejor que mejor. Después de todo, de aquí en
adelante la única persona con la que tendría sexo en cualquier sofá sería
yo. O, por lo menos eso es lo que pasara si él sabe lo que es bueno para él.

Noah no perdió mucho tiempo de gira por la cocina o el comedor, pero se


dirigió directamente a la buhardilla, que se duplicó como mi dormitorio. Yo
estaba en la cocina para conseguir una bebida cuando lo oí.

—¿Vas a venir hasta aquí o qué?

Me tragué el trago de agua que acababa de sorber y contesto,

— ¿Qué necesitas?

—A ti —, respondió simplemente. Puse la botella de agua de nuevo en la


nevera, una sonrisa se extendió hasta tal punto que mi cara me dolía.
¿Quién habría pensado alguna vez que el sonido de una palabra podría
haberme hecho tan ridículamente feliz? Ahora que lo pienso,
probablemente sería la misma persona que podría haber predicho que
Noah sería el primero en decirlo. Y esa persona tenía que ser uno en un
millón, si es que existían en absoluto.

Tire la ligera la puerta del refrigerador para cerrarla mientras me


apresuraba de la cocina y de vuelta a la sala hacia las escaleras. Por
desgracia, yo estaba demasiado distraído para tomar nota las bolsas que
Noah había descuidadamente dejado caer al suelo al entrar en el
apartamento. Mi pie quedo atrapado en una de las asas y antes de que
pudiera dejar de hacer lo que estaba pasando, me caí de bruces en el
pasillo, aterrizando sin ceremonias en mis pisos de madera con un ruido
sordo .

—Hijo de puta—, lo maldigo en voz baja mientras Noah salió volando por
las escaleras para ver qué había pasado.

—¿Estás bien?—, Me preguntó, tratando de alcanzar mi brazo y ayudarme


a levantarme. Él ya se había despojado de sus calzoncillos boxer, una
distracción muy agradable del dolor punzante en las palmas de mis manos
de donde yo había tratado de parar mi caída.

—Estoy bien, — Asentí con la cabeza, sintiéndome una mezcla de tonta y


halagada. Sin embargo, sentirme como una tonta se desvaneció cuando
Noah deslizó el otro brazo por debajo de la parte posterior de los muslos y
me levantó. Luego procedió a llevarme todo el camino hasta las escaleras y
a mi cama, donde atendió cuidadosamente a mis heridas ... y digamos que
atendía a algunas otras cosas también y dejémoslo así. El punto es, que el
estar con Noah ya estaba excediendo todas las expectativas que podría
haber tenido, y si eso significaba tropezar con un poco de equipaje de vez
en cuando, así, valdría la pena.
Haciendo la Mudanza.
Traducido por Lore

A
primera hora de la mañana siguiente, Noah y yo salimos en busca
de unas cajas de mudanza. Por desgracia, el lugar de U— Haul se
había quedado sin el tamaño que estábamos buscando. Tenían
varias cajas de menor tamaño en stock, así como, envases para colchón,
pero Noah y yo decidimos que no sería adecuado para nuestras
necesidades. Habiendo pasado por esto no hace mucho tiempo, todavía
tenía una muy buena idea de la cantidad de cosas que tenía y cuántas
cajas había necesitado para contener todo. Las más pequeñas habrían
requerido más del doble de nuestros esfuerzos para embalar y las
perspectivas de eso no nos gustó a ninguno de los dos. Así, fuimos en
busca de otro lugar U— Haul o algo similar que tendría una mejor
selección respecto a nuestras necesidades de mudanza. Recorrimos
durante casi una hora y nada apareció antes de recordar que en Lowe
venden cajas. No sólo eran las suyas más baratas que en cualquier otro
lado, sino que también se encuentran más cerca de mi departamento muy
distinto al lugar de U— Haul más cercano. No es que yo señalara ninguna
de esas cosas a Noah que ya tenía suficiente como para decir ya que
estaba empezando a reconocer ciertos puntos de referencia después de
una sola mañana de conducir alrededor.
—Oh hey hay otro Albertson... ¿o es que el que pasamos antes? ¡Espera
un minuto! ¡Estamos justo en la calle de tu casa! ¿Hemos estado
conduciendo en círculos todo este tiempo?

Me reí y le dije:

—¡No! Quiero decir, sí, ese es lo mismo Albertson pero no, no hemos
estado conduciendo en círculos. Sólo parece así porque hemos recorrido
las dos calles principales casi por todo nuestro recorrido.

—¿Estás jodiendo conmigo? Hemos estado en cinco lugares diferentes.


Teníamos que haber recorrido un poco más—, insistió empujando la punta
de su nariz contra la ventana mientras miraba afuera actuando como si
fuera un loco mirando desde su celda acolchada.

—Recorrimos un montón, créeme. Pero por aquí en Eagle Road y Fairview


Avenue, básicamente, te llevará en cualquier lugar que necesites ir ... así
que , ya sabes, que no terminas viendo mucho más. Por ahora de todos
modos. Tan pronto como terminemos de empacar toda mi vida otra vez, yo
te llevaré a un lugar más fuera de lo común para que pueda obtener una
mejor sensación para el lugar.

Una vez que tuvimos un plan sólido, conseguimos las cajas y las trajimos a
casa nos llevó unos quince minutos. Naturalmente para entonces
estábamos listos para un descanso. Después de caminar por el
apartamento y estratégicamente dejar a varias cajas en cada habitación,
encontramos nuestro camino de regreso a la cocina. Yo no tenía mucho allí
ya que había planeado estar fuera de la ciudad durante varios días y lo
más importante no esperaba ninguna compañía a mi regreso. Tomó un
poco de improvisación, pero finalmente logré juntar un desayuno bastante
decente mediante la mezcla para pastel amarillo para hacer waffles, que
rematamos con un poco de mantequilla, canela y azúcar, en lugar de
jarabe, que yo no tenía. La leche había estado en su última etapa y estaba
más allá del consumo en este punto, que no me habría molestado si no la
hubiera necesitado para mi café. Gracias a Dios, Noah tuvo la genial idea
de mezclar en un poco de chocolate caliente instantáneo que resultó ser
sorprendentemente delicioso y completamente eliminado la necesidad de
azúcar, que como después sucedió, yo me había quedado sin después de
usarla como un adorno para mis waffles.

Un poco más tarde y completamente llenos de azúcar y cafeína, Noah y yo


decidimos que estábamos listos para hacer frente a la bestia de la
mudanza. Dividir el trabajo tenía sentido, así que me dirigí escaleras
arriba para empacar mi dormitorio mientras Noah comenzó en la sala de
estar. Se las había arreglado para llenar la mitad de una caja con nada
más que mi colección de CD (¡sí sigo escuchando esos!) Cuando él echó
una mirada al viejo armario de vajillas de la abuela Perla lleno hasta el
tope con abalorios totalmente inútiles e increíblemente frágiles que había
recogido durante el viaje en mis primeros veinte años, y dijo:

—¡Al diablo con esto!

Miré hacia abajo sobre la barandilla cuando lo oí. Llegué justo a tiempo
para verlo tirarse hacia atrás en mi sofá, y gritar en voz alta, expresando
su insatisfacción. Después de girarse hacia atrás para darle al sofá una
mirada sucia, Noah sacó el teléfono del bolsillo y comenzó tecleando en la
pantalla. Un momento después, vi cómo se puso el teléfono en la oreja
para hacer una llamada.

—¡Hola! ¿Ustedes hacen mudanzas fuera del estado? Florida. Genial.


Entonces estoy llamando para obtener un presupuesto de parte de
ustedes. Sí... Es sólo una habitación básica, con sala y comedor. No, no
desayunador o implementos de oficina ni nada de eso... Uh, déjame ver.
Lucky, no has adquirido ningún mueble del patio desde que te mudaste,
¿verdad?
Yo había empezado a caminar por las escaleras ya para ver lo que estaba
haciendo cuando me detuve y me apoyé en la barandilla de contestarle,

—No... ¿Qué estás haciendo? ¿Con quién estás hablando?

Noah apenas levantó la mano, en el fondo me decía amablemente que me


callara un minuto. Luego continuó su conversación en el teléfono,

—Eso es un no para lo del patio. Okay. Vestidor. Eso es todo. ¡Sí, vamos a
hacerlo! Genial. Tan pronto como sea posible. Miércoles a las 08 a.m. está
bien. Muy bien, lo haré, ¡gracias!

Colgó.

—¿Te importaría explicarme lo que acaba de pasar?—, Le pregunté, ahora


de pie en el centro de mi sala de estar.

Noah se levantó y dio una palmada en una forma de celebración.

—¡Acabo de hacer nuestra vida cien veces más fácil! Una empresa de
mudanzas estará aquí pasado mañana para hacerse cargo de todo! —,
Anunció con orgullo.

—Noah, ¿no crees que si me podía permitir a una compañía de mudanzas


no la habría empleado una hace meses, cuando lo hice la primera vez? —
No es que no me gustó el gesto, o el sentimiento con que lo hizo.

—No te preocupes, yo voy a pagar por ello. Y antes de que te vuelves loco
dándome las gracias, o como sería más tu estilo, negándote a aceptar, lo
hice por mí más que por ti de todos modos. No hay manera de que pueda
pasar por el proceso de adormecer mi mente envolviendo todos tus
pequeños artilugios en incontables capas de periódicos de nuevo. Una vez
fue suficiente. — Él extendió la mano y suavemente acarició mis brazos
con ambas manos para tratar de calmar la tensión que se estaba
construyendo con rapidez en mis hombros.
— ¿Cómo vas a pagar por eso? No tienes esa cantidad de dinero tampoco.
— Era difícil mantenerse seria cuando la parte superior de mi cuerpo ya
se estaba convirtiendo en gelatina en sus manos. Para hacer las cosas aún
más duras, se inclinó y besó la parte superior de mi cabeza.

— Deja que yo me preocupe por eso, ¿vale? Puede que tenga más dinero de
lo que piensas—. Entonces él me guiñó un ojo y se deslizó su mano
izquierda por mi brazo hasta que llegó a mi mano y puso en la suya—.
Ahora, ¿qué te parece si encontramos algo un poco más agradable que
hacer?

Ni siquiera tuve la oportunidad de responder antes de que él me condujera


por las escaleras y a la cama, todavía un lío de sábanas y mantas
desordenadas de la noche anterior. Eché un vistazo a ellos brevemente
mientras Noah empezó a tirar de mí hacia abajo, hacia el colchón y me
pregunté si alguna vez tendrían la oportunidad arreglar mi cama formal y
correctamente sobre de nuevo. Al paso que íbamos, no era probable. No es
que me estuviera quejando.

Era casi de noche al momento en que finalmente decidimos salir y saludar


al mundo de nuevo. Ya que Noah había sido nada más que escéptico sobre
el lugar, pensé que era momento de mostrarle algunos de los mejores
lugares de mi residencia temporal. Había un lugar de fondue sobre el que
yo había oído hablar mucho a algunos de mis compañeros de trabajo, pero
teniendo en cuenta que tenía un cierto tono romántico, aún no me había
aventurado a salir a degustar su deliciosa comida. Ahora parecía el
momento perfecto para hacerlo. Cuanto más pensaba en ello, más
emocionada me ponía. No sólo porque me habían dicho que la fondue de
chocolate de postre era para morirse (aunque no voy a negar que eso jugó
su papel), sino porque esto marcaría la primera cita oficial entre Noah y yo.
Bueno, siempre y cuando uno no contaron nuestra salida del desayuno en
el comedor... o las innumerables otras comidas que habíamos compartido
como amigos, que no conté.

En honor de la celebración, me lo tomé todo bien en serio. Empezando por


el hecho de que yo envié a Noah a esperarme en la sala de estar al
momento en que estuvo vestido y listo para salir. Una tarea que le llevó
quince minutos mientras yo esperaba dedicar al menos una hora y media
a mis preparativos.

Contrariado por ser arrancado de la habitación y dejado a su suerte y


posible aburrimiento, Noah arrastró sus pies por las escaleras. Lo vi
durante todo el camino y luego escuché al televisor encenderse antes de
seguir adelante, sólo para asegurarme de que él no tratara de colarse de
nuevo. No es que yo sería pescada en la realización de cualquier tipo de
actividades secretas, pero la idea de caminar completamente transformada
para él y verlo decir ooh y ah realmente me atrajo en el momento. Sabía
que este escenario particular, sería algo difícil de lograr teniendo en cuenta
lo mucho que habíamos vivido juntos anteriormente y las muchas
ocasiones diferentes y cambios de vestuario y peinado que Noah había
presenciado en los últimos años, pero que iba a dar lo mejor de mí de
todos modos. Tal vez las cosas habían cambiado lo suficiente entre
nosotros para que me vea en una luz completamente nueva. ¿Cómo era
esa canción va de nuevo? ¿Cada vez es como la primera vez? Era forzado,
pero entonces la mayoría de las fantasías lo son. Eso es lo que hace tan
atractivo.

La buena noticia era que, sin amigos y sin mucho que hacer, había pasado
gran parte de mi tiempo en las primeras semanas después de mudarme
aquí deambulando por los pasillos del centro comercial. Había habido algo
reconfortante sobre la experiencia. Tal vez porque no importa a donde vaya
o qué tan grande o pequeño sea el centro comercial, la sensación es la
misma cuando entras. El ajetreo y el bullicio de las masas de gente que se
mueven más allá de ti a medida que tratan de seguir el flujo de tráfico. El
olor distintivo de la zona de comida que lleva a través de los espacios
abiertos y ser recibido por las mismas banderas del escaparate te recuerda
que todo puede ser familiar si se mira lo suficientemente cerca.

De todos modos, mientras que hacia mis innumerables viajes a caminar y


observar a la gente mientras que todavía me sentía en la comodidad de la
única cosa que me recordó a casa, hice una gran cantidad de compras,
también. Parecía una inutilidad no comprar nada cuando pasé por delante
de los escaparates y encontré toneladas y toneladas de cosas nuevas
increíbles. Me di cuenta un poco tarde de que estaba realmente tratando
de llenar el espacio vacío en mi corazón con las cosas que carecían de la
profundidad necesaria para llenarlo, pero mientras tanto, he conseguido
algo de ropa nueva magnífica, algunos de los cuales sería muy útil en
estos momentos.

Elegí un vestido fucsia sin tirantes con un corte imperio. Su estructura


encantadora se prestaba muy bien para mostrar mi nuevo y mejorado
cuerpo. El ejercicio había sido otra manera de pasar el tiempo. Para añadir
un poco de brillo, até una cinta plateada alrededor de mi cintura y
combinado con unos tacones boca de pescado en color plateado. Yo había
comprado los zapatos específicamente para este vestido sólo porque la
suela consistía en un color rosa oscuro que hacía juego con el color del
vestido por completo.

Una vez vestida, pasé a hacer mi maquillaje, que todavía era una lucha
como siempre lo había sido. Decidida a hacer que todo combinara, hice
todo lo posible para crear un trabajo de ojos ahumados que había visto
hacer en una revista y añadí un bálsamo rosa para los labios, sobre todo
porque nada más había sobrevivido la mudanza y era eso o sólo manteca
de cacao.
Para mi pelo me decidí a por algo un poco más creativo. Yo había visto
algunos de mis estudiantes usar diferentes variaciones de las colas de
caballo y había estado tentada por algún tiempo a probar una yo misma.
Mi favorito había supuesto una trenza francesa en la parte superior en
lugar de la tradicional, y yo estaba bastante segura de que sería capaz de
hacer que eso suceda. Y tenía razón. No podía sentir mis brazos para
cuando terminé porque los había tenido por encima de mi cabeza durante
un período tan largo de tiempo, pero el resultado había sido más que digno
de él. Mi cabello se veía, bueno, ¡impresionante! Con mis orejas expuestas
y hombros al descubierto, cogí los aretes más largos y brillantes que
poseía y los puse en mis lóbulos. Sintiéndome todavía ligeramente
inacabada me coloqué una pulsera de plata en la muñeca izquierda y
añadí un anillo de plata simple en mi dedo índice derecho. Cerré los ojos y
contuve mi aliento caminé los pocos pasos otra vez hasta que yo estaba de
pie frente a mi espejo de cuerpo entero. Ahora no había nada que hacer
sino mirar.

Exhale y miré mi propio reflejo. Entonces sonreí. Todo había quedado


exactamente como lo había imaginado. ¡En todos los años que había
planeado el conjunto perfecto en mi cabeza y luego trató de aplicarlo a la
realidad que nunca había sucedido!

Después de mirarme varias veces más a mí misma en el espejo y examinar


los diversos ángulos desde los que Noah probablemente me vería durante
toda la noche, al final me tomé un momento y miré el reloj. Me había
pasado un poco sobre mi hora y media ya juzgar por los sonidos que
provenientes de mi propio estómago, era probable que Noah estaba
muriéndose de hambre también. Estaba igual de bien realmente. De esta
manera tendría dos razones para estar excitado de verme.
Agarré mi bolso (un sobre negro de lujo que había comprado antes de
recibir mi primera declaración de la tarjeta de crédito y me diera cuenta de
mi problema) e hice mi entrada elegantemente tarde por las escaleras.

En el momento en mis tacones golpearon los escalones creando un sonido


haciendo sonar un tranquilo eco mientras me movía por las escaleras.
Estaba a sólo unos pasos cuando escuché la TV apagarse y el chirrido del
sofá que me hizo saber que Noah había puesto de pie.

Él estaba saliendo a mi encuentro cuando él me vio y se detuvo en seco.


Su rostro parecía transformarse en cámara lenta, ya que pasó de
inesperado a aturdido a la sonrisa más grande que le había visto tener en
su vida. Él me miraba de la forma en que siempre había soñado que un
hombre me mirara algún día y se sentía mejor de lo que jamás hubiera
imaginado. Noah me adoraba. Y si alguna vez tuve un momento de duda,
de nuevo todo lo que tendría que hacer era mirar en sus ojos. Todo estaba
allí. No podía creer que yo nunca lo había visto antes.

—Wow,— dijo mientras me tendió la mano para que yo la tome. En el


momento en mi palma aterrizó en la suya, sentí una presión suave en la
mano mientras me agarraba con una fuerza tierna y me llevó directamente
a él hasta que mi pecho se apretó contra el suyo. Nuestras piernas
entrelazadas entre sí y nuestros labios se encontraron en un beso
profundo que me parecía llegar a mi núcleo, trayendo a la vida emociones
que había descartado hace tanto tiempo que había olvidado que aún
existían. Nunca me había sentido tan vulnerable como lo hice en ese
momento. Y nunca me había sentido tan segura al mismo tiempo. Contra
todo pronóstico y a pesar de todo voto que había hecho para mantener el
control de mí misma y mi corazón siempre, yo había hecho lo impensable y
se lo había dado a Noah. Él tenía todo el poder en sus manos. Con toda mi
esencia en sus manos para hacer lo que quisiera, me aferré a él con
fuerza, sabiendo que iba a proteger lo que yo le había dado con todo lo que
tenía.
Primera Vez.
Traducido por Lore

L
legamos a la Mona Lisa justo cuando la gente de la cena temprana
ya estaba limpiando. Me llevaron de inmediato por el lugar y la
anfitriona encantadora que iba a la cabeza nos guió hasta un
balcón cubierto con vistas a la planta baja, donde un pianista tocaba
música en vivo para marcar el estado de ánimo.

Cuando llegamos a nuestra mesa, estaba encantada de descubrir que era


una pequeña cabina acogedora decorada con enredaderas y pequeñas
luces blancas brillantes que te hacían sentir como si estuvieras a un
millón de millas de distancia, en un pequeño pueblo en Europa. Me di
cuenta por los repetidos movimientos de cabeza de Noah de su aprobación
y que estaba igualmente impresionado con el lugar.

A partir de ahí, las cosas sólo se pusieron mejor como nos agasajamos con
lo que muy bien podría haber sido una de los más mejores comidas de mi
vida. A lo largo de la cena, el nivel de conversación era bastante bajo ya
que nuestro enfoque se mantuvo principalmente en la comida. Había un
montón de sorprenderse y maravillarse con cada plato, seguido de un
montón de tienes—que –probar—esto, y oh—mi—Dios—esto—es—tan—
buenos. No fue hasta que llegamos alpostre de la cena que la conversación
tomó un giro interesante.
—Así que,— Noah comenzó cuando metió lentamente una gran fresa en el
chocolate derretido. —¿Te acuerdas de nuestro primer beso?

Yo estaba justo en el medio de decidir si se debía comenzar con el brownie


o el malvavisco gigante cuando tuve que poner el debate en espera para
mirarlo.

—¿En serio? Fuera de nosotros dos, estoy bastante seguro de que no soy
la única que pretendía olvidarse de él. —Sacudí mi cabeza para
avergonzarlo más y luego apuñalado el brownie con mi tenedor.

Chocolate sobre el chocolate no podía estar equivocado.

—Entonces no lo recuerdas,— Noah respondió con calma, los signos


reveladores de una sonrisa en su cara.

Yo estaba a punto de tomar mi primer bocado cuando tuve que parar otra
vez.

—¿Discúlpame?

—El beso al que te refieres no fue nuestro primer beso.

Para mi decepción, sentí que mi propia bajarse hacia la mesa mientras


colocaba temporalmente mi brownie perfectamente sumergido sobre un
plato.

—¿De qué estás hablando? Nunca nos besamos antes de eso.

Mientras tanto, Noah no estaba tomando ningún descanso al terminar su


fresa y pasó a mojar un pedazo grande de piña.

—La primera vez que nos besamos fue hace siete años. Sólo nos habíamos
conocido durante unas semanas, cuando un grupo de gente del trabajo se
reunió en el centro para ir juntos a los bares. Recuerdo que yo ya estaba
con el grupo cuando apareciste con Kylie, la camarera con la que solías
pasar el tiempo—. Noah tomó un momento para tomar un bocado antes de
continuar,— Por supuesto que fuiste directo a la pista de baile.
Naturalmente, te seguí. Me tomó tres horas, pero al final terminamos en
una mesa solos. Y ahí fue entonces cuando me besaste.

—¡No lo hice!— Mi mente estaba corriendo a través de los viejos recuerdos,


como si fueran tarjetas de memoria apiladas en uno de esos pequeños
teatros.

—¿Me estás llamando mentiroso?—, Preguntó, con una sonrisa de oreja a


oreja ahora mientras chupaba el exceso de chocolate de su piña antes de
que tuviera oportunidad de gotear. Fue entonces cuando me di cuenta. La
tarjeta de memoria con la memoria perdida, quiero decir. Vino volando
directamente a la cubierta y aterrizó justo encima. No había duda de ello.
Noah tenía razón. Bueno, algo así.

—¡Quieres decir la noche que me engañaste para besarte!

—Oh, por favor. Como si hubieras caído en eso sino hubieras querido
realmente besarme,—respondió él.

—¡Yo ciertamente no quería besarte! De hecho, besarte no podría haber


estado más lejos de mi mente. Recuerdo todo. Estabas hablando de lo mal
comprendido que eras por las mujeres. Entonces me contaste una historia
triste sobre no conseguir suficiente atención cuando eras niño y cómo
necesitabas cuidado y ENTONCES terminó tu pequeña charla dándome el
puchero más patético que he visto y pidiéndome un beso en la mejilla.
¿Cómo lo llamaste? Ah, sí, un acto al azar de caridad. Yo ya sabía que eras
un problema, pero me sentí tan mal por ti después de eso, ¡así que te di un
beso justo cuando volviste la cabeza!

—Te gustó y lo sabes— Noah susurró mientras se estiró sobre la mesa


para acercarse a mí. Me incliné a su encuentro. Esta vez el beso no fue
ninguna sorpresa.
—No podría haberme gustado mucho. No me molesté en besarte de nuevo
por un largo tiempo —, le dije sonriendo. Noah solo lo descartó.

—Te gustó. Sólo necesitabas un poco de tiempo para aceptarlo.

Por fin había llegado en torno a mi malvavisco. Yo tenía un montón de


tiempo para contemplar mi próximo movimiento mientras masticaba la
dulzura pegajosa.

—Bien entonces. ¿Qué tal la primera vez que pasamos tiempo juntos? ¿Te
acuerdas de eso? —, Le pregunté, completamente anticipando ver caer de
bruces a Noah.

—¿En el trabajo o fuera?

—Fuera.

—Bueno, eso es fácil. La pizzería a una cuadra del bar. Estuvimos allí
durante tanto tiempo que cerramos el lugar. Ni nos dimos cuenta hasta
que nuestro camarero nos dijo que teníamos que salir y vimos todas las
sillas sobre las mesas. Después de eso, nos dirigimos al IHOP4 . Nos
quedamos allí hasta que tenías que estar lista para tu clase de Astronomía
de la mañana.

Maldita sea. Él era bueno. Ni siquiera me molesté en responder.

—¿Es mi turno de nuevo?—, Me preguntó mientras observaba meterme un


chocolate cubierto de galletas graham en mi boca. —Tengo una buena.
Primera vez que peleamos. ¿Recuerdas eso?

—¿Qué? ¡Esa no es una buena! Además, hemos peleado en cualquier


momento en que tuvimos una conversación que duró más de cinco
minutos.

4
IHOP: International House of Pancakes, por su siglas en inglés, en español seria La Casa Internacional del
Panqueque
—Yo no estoy hablando de nuestra disputa perfectamente sana o
intercambio de insultos, yo estoy hablando de la primera vez que estabas
realmente enojada conmigo.— Vi como Noah se decidió por las bananas.
Estaba empezando a preguntarme si estaba comiendo deliberadamente
toda la fruta y dejándome las opciones más decadentes de todas. Al igual
que los pequeños bocados de pastel de queso por los que iba luego.

—Está bien, entonces. La primera vez que realmente peleamos estábamos


en el trabajo. Yo estaba reemplazando a uno de los servidores de cóctel y
estabas trabajando en el bar. Estábamos jodidos cuando te fui con un
pedido de una bebida que no sabías cómo hacer. Te dije exactamente qué
poner en ella, pero no me creíste. Insististe en localizar a D. y conseguir la
receta de él. Esperé por la bebida durante casi diez minutos. En el
momento en que finalmente lo hiciste, yo estaba tan atrasadas en todos
mis pedidos que me tomó dos horas para ponerme al día y encontrar mi
ritmo.

—Sí. Tú no hablaste conmigo durante casi una semana—, dijo Noah, con
aspecto ligeramente herido por haber recordado el evento.

—Un poco estúpido, realmente. Ni siquiera sé por qué me quedé tan


enojada por tanto tiempo. Creo que pensé que estabas enojado conmigo
también. No fue sino hasta que entraste en tu día libre y me dijiste un
hola tranquilo ya que me di cuenta que era yo la que nos impedía superar
lo pasó.

Las cosas se pusieron en silencio por un rato, ya que ambos nos


concentramos en lo que quedaba en el plato de postre. Fue Noah quien
finalmente rompió el silencio.

—Está bien, tienes razón, eso era estúpido. Vamos a cambiarlo un poco.
La primera vez que pensó en mí como un amigo…
—Oh, me gusta esa. Muy bien. La primera vez que supe que éramos
amigos fue cuando me buscaste en la parte trasera del bar mientras
estábamos trabajando para decirme que tu novia del instituto estaba en el
bar.

Me contaste todo acerca de cómo ustedes dos habían sido serios y cómo
pensabas que estabas enamorado de ella hasta que te enteraste de que
estaba engañándote. Supe entonces que pensabas en mí como algo más
que otro la vagina andante.—Dejé mi tenedor, rindiéndome a mi vientre
glotón. —Tu turno. La primera vez que pensó en mí como algo más que
una amiga.

El tenedor de Noah aún se movía sobre el último trozo de tarta cuando se


lo pensó mejor y decidió que estaría bien perder un pequeño bocado.
Lentamente coloca el tenedor en la servilleta doblada junto a su copa.
Entonces él me miró y sonrió.

—La primera vez que pensé en ti como algo más que una amiga fue el día
que entraste en el bar buscando un empleo. Pero, supongo que eso no es
lo que estás preguntando. ¿Quieres saber cuándo pensé en ti como algo
más que una amiga después de que éramos amigos?¿Cuando ya no se
trataba sólo sexo?

Asentí con la cabeza.

—Sí. Ese momento ha llegado, ¿verdad?

—Sí, ya llegó. Probablemente mucho antes de lo que piensas. Yo estaba en


el trabajo. No habíamos abierto todavía y yo estaba en la parte de atrás
ayudando a D. con el inventario, cuando lo olí. Tu perfume. Incluso se
suponía que no debías estar allí ese día, fuiste a conseguir tu horario. Sin
siquiera pensarlo, dejé lo que estaba haciendo y me dirigí derecho a la
fuente de la dulce fragancia. Cuanto más me acercaba a ti, más cerca que
quería llegar. Entonces, cuando yo estuve de pie junto a ti, respirando, yo
sabía que nunca sería suficiente. Siempre querría más.

Yo no lo podía creer.

—Me acuerdo de ese día,— dije en voz baja, sorprendida al sentirme


repentinamente tan abrumada con emociones.

—¿Sí?— Noah me miró con una intensa curiosidad en sus ojos.

—Si. Yo nunca lo olvidaré. La forma en que me sentía tan querida. Me


lanzaste algunas lamentables líneas, pero ni siquiera me importaba. Había
algo diferente en ti ese día, como si estuvieras bajo algún tipo de hechizo.
Yo nunca había atraído a un hombre de esa manera antes. No de esa
forma. —Me detuve y baje la mirada, hacia la mesa. Recordaba
vívidamente ese momento. Era uno que había jugado de nuevo en mi
mente cientos de veces a lo largo de los años. —Y, sin embargo, sabía que
no eras realmente mío... no, entonces de todas formas.— Logré una débil
sonrisa cuando levanté mis ojos para encontrarme con su mirada de
nuevo.

Noah extendió la mano para sostener la mía mientras él decía,

—Te equivocas. He sido tuyo desde la primera vez que te vi. Y de todas las
memorias de la "primera vez" que tengo de ti y de mí esa siempre será mi
favorita.
Considerarlo.
Traducido por Ivi04

L
os días siguientes arecieron pasar en cámara lenta. Un tipo de
contradicción, doy cuenta, pero por mucho que lo intento, no
encuentro otra forma de describir cómo se sentía. Noah y yo
fuimos en nuestra propia pequeña aventura y me puse a mostrarle todas
las cosas que sentía que eran como tesoros especiales e inesperados, que
solo las verías en caso de saber dónde buscar. Si bien intentamos
aprovechar de cada minuto de nuestro tiempo en este viaje, cada momento
parecía grabarse en mi mente de forma permanente. Yacía despierta en la
noche reviviendo cada mágico recuerdo del día mientras Noha dormía a mi
lado, con la mano izquierda siempre descansando en la mía como si
hubiera encontrado finalmente a donde pertenecía después de andar sin
rumbo por una eternidad.

Antes de darme cuenta, o sentirme remotamente preparada para ello, la


realidad volvió en forma de dos chicos en movimiento y un camión gigante
en marcha a primera hora de la mañana del miércoles. Me sentía
extrañamente ansiosa mientras veía a los dos hombres marchando a mi
casa, uno con un sujetapapeles en la mano y tomando notas, mientras que
el otro abría y cerraba los armarios y cajones y levantaba de varios objetos,
presumiblemente para tener una idea de su peso y dureza.
Noah me estudió mientras me cernía sobre los hombres como un halcón a
punto de saltar sobre su presa. Con una sonrisa burlona descansando
demasiado cómodamente en sus labios, puso sus manos sobre mis
hombros y me empezó a llevar de la habitación.

—Espera, ¿a dónde vamos? — pregunté cuando lo vi acercarse a por mis


llaves.

—Estamos llevándonos tu monstruosa necesidad de controlarlo todo de


aquí, para que estos hombres puedan hacer su trabajo en paz — dijo y me
empujó a través de la puerta principal antes de que pudiera luchar.

—¿Qué si rompen algo? ¡Por lo menos necesito decirles que no toque a la


abuela Pearl! — le dije, y extendí los brazos para bloquear la salida contra
la puerta. Noah enroscó su brazo alrededor de mi cintura mientras yo
todavía apuntaba en la dirección opuesta y me trasladó con cuidado hacia
adelante, haciéndome caminar hacia atrás a medida que avanzaba y
viendo como la distancia entre mi persona y mis cosas aumentaba con
cada paso que daba.

—Es una urna, Lucky. No muchas personas necesitan ser advertidas de


no tocar una de esas— dijo mientras finalmente me di la vuelta, dispuesta
a caminar de buena gana, si no feliz.

—Será mejor que tengas razón— me quejé. Quiero decir, lo que decía tenía
sentido. Si fuera cualquier otra persona, yo no abriría la caja para ver los
restos de su cuerpo chamuscados. Sin soltar las llaves, Noah abrió la
puerta del lado del pasajero para mí antes de caminar hacia el lado del
conductor y entrar.

—Así que, ¿a dónde me llevas? — le pregunté. No podía evitar sentirme


curiosa sobre si encontraría su lugar aquí o solo pasaría uno días. En su
mayor parte, Boise había demostrado ser fácil de navegar. La mayoría de
los caminos corrían a través de manzanas y por cada calle que viajaras
para llegar a algún lugar, había al menos otras diez que discurrían en
paralelo a la misma. Excepto, por supuesto, en aquellas pocas calles que
al parecer habían sido construidas a último momento en torno a cosas que
ya estaban allí. En vez rodearlas, o por debajo, o por encima... ellos
simplemente se detenían en un lugar y luego volvían a subir unas cuadras
abajo.

Si no sabías sobre pequeño contratiempo en la hoja de ruta, podrías


enloquecer con ellas. Recuerdo la primera vez que intenté visitar a mi
amiga, Sharon, por mi cuenta. Ya había estado en su casa un par de veces
antes y me sentí bastante segura acerca de dónde estaba, pero después de
haber sido siempre un pasajero en su auto, en realidad no estaba en
condiciones de conducir por mi cuenta. Bueno, cuando finalmente lo logré,
resultó un viaje de quince minutos en la hora más desesperante de mi vida
mientras seguía dando vueltas en círculos, desconcertada por el hecho de
que el camino en que ella vivía muriera antes de que yo fuera capaz de
llegar a su casa. Repetí varias veces el mismo recorrido por el mismo
camino, buscando el camino de entrada que había perdido en algún lugar,
sólo para descubrir — demasiado tarde — que mientras estaba en el
camino correcto, necesitaba tomar varios caminos más antes de encontrar
donde comenzaba.

Con la experiencia todavía fresca en mi memoria, estaba ansiosa por ver


donde pretendía llevarnos Noah, y qué tan eficiente sería en hacerlo.

—No te preocupes, sé dónde voy — dijo Noah como si fuera una señal.

—Lo que tú digas — contesté, ahora esperando positivamente que se


perdiera sólo para poder reírme de él. Él se había divertido en mi nombre
durante montón de tiempo; ahora era mi momento de tener una buena
risa a su costa.
Cuando salió del camino de nuevo treinta segundos más tarde y aparcó el
auto en el estacionamiento de Diner 's, sólo a unos metros más abajo de
donde yo vivía, suspiré con decepción.

Noah me miró divertido.

—¿Qué? De repente sientes tienes una aversión a los panqueques?

Negué con la cabeza y sonrió lentamente.

—No, los panqueques son buenos.

—Bien entonces.

Noah asintió, confirmando por sí mismo que había tomado la decisión


correcta en traerme allí.

Luego procedió a salir. Nos encontramos en el la parte trasera del auto y


juntamos las manos mientras caminábamos hacia la puerta principal,
juntos.

Después del desayuno, Noah llevó de vuelta al apartamento sólo para


insistir que lo dejara de nuevo, totalmente decidido a mantenerme lejos de
mi propia casa a toda costa. Me aseguró innumerables veces que mis
pertenencias estaban en buenas manos y no volveríamos hasta que lo
llamaran por teléfono para avisar que la mudanza estaba lista.

Sin nada que hacer ni nadie con quien hablar, me arrastré hacia el asiento
del conductor de mi auto y me salí de la zona de estacionamiento a sólo
diez kilómetros por hora, dando a Noah una amplia cantidad de tiempo
para cambiar de opinión, ¡pero no lo hizo!

Conduje por un rato, dando vueltas a la manzana y no puede renunciar


realmente todo el control de la situación a tres hombres hasta que llegué a
la conclusión de que había mejores maneras de desperdiciar mi
combustible. Como ya había dimitido oficialmente de mi trabajo a través
del teléfono, así como a través de una carta de renuncia, lo único que
quedaba por hacer con respecto a esa situación era limpiar mi salón de
clases. Había planeado reservar esa tarea hasta el último minuto posible,
haciendo todo posible para evitar las bromas de despedidas una vez más.
Sin embargo, dada la apertura inesperada en mi agenda, ahora parecía un
momento tan bueno como cualquier otro para simplemente hacer frente a
las cosas que detestaba hacer.

La clase aún estaba en sesión, pero se acercaba el recreo y eso me


permitiría el tiempo que necesitaba para entrar y salir sin demasiado
alboroto. No es como si tuviera mucho que empacar realmente. Mi
escritorio contenía un puñado de artículos personales, y aunque la
mayoría de la decoración educativa que había colocado alrededor de mi
salón de clase habían sido pagados por su servidora, no tenía ningún uso
para ello más allá de la escuela y ciertamente no necesitaba arrastrar todo
a campo traviesa cuando ni siquiera tenía un salón esperándome en algún
otro lado.

Me senté afuera en el estacionamiento y observé cuidadosamente el


edificio. En el segundo en que vi abrirse las puertas y los estudiantes
saliendo de las aulas hacia el patio abierto, hice mi movimiento. Con la
cabeza gacha y el aspecto general de una persona que tontamente creyó
que podría seguir siendo invisible con solo agachar la cabeza, corrí hacia el
edificio principal y desaparecí en el interior. En algunas ocasiones escuché
que gritaban mi nombre, pero no tuve reparos en hacerme la confundida y
seguir corriendo hacia adelante, como si no hubiera oído. Cuando llegué a
mi destino, rápidamente abrí la puerta y me escabullí en el interior.

Una mujer mayor con el pelo castaño y corto estaba ocupada limpiando la
pizarra cuando entré. Ella levantó la vista de su tarea, sorprendido por mi
repentina aparición y algo frenética.
—¿Puedo ayudarle? — preguntó, sonando menos amable de lo que cabría
esperar dado el contenido amigable de sus palabras.

—Lo siento... este solía ser mi salón de clases... Sólo estoy aquí para
recoger algunas de mis cosas.

Las palabras, básicamente, sólo salieron de mi boca sin ninguna


estructura real, que podrían haber estado bien para otra persona, pero no
ideal, y, francamente, un poco vergonzoso, de una profesora de Inglés a
otra.

La mujer no lo ocultó cuando ella frunció el ceño y me miró por sobre la


punta de su nariz — una hazaña considerable, puedo añadir, ya que ella
era varios centímetros más baja que yo.

—¿Así que tú eres la que corrió a campo traviesa para estar con un
hombre luego de haber pasado un fin de semana con él? Sí, he oído hablar
mucho acerca de ti en los últimos tres días — dijo sarcásticamente
mientras se alejaba y terminaba de limpiar el pizarrón.

Ya tenía los codos apoyados en el escritorio cuando me quedé inmóvil por


un segundo, antes de alzarme violentamente, en una posición más
vertical, un segundo después.

—Sí, esa soy yo! Y no es que sea asunto tuyo, pero él no es sólo un tipo y
no corrí tras él. Da la casualidad que fue mi decisión y me iré a casa. —
Entonces empujé el resto de mis pertenencias en mi bolso y cerré la
gaveta. Antes de asalto fuera de la habitación, me di la vuelta y le dije—: Y
si hubieras visto el tamaño de su pene, sabrías que cualquier mujer en su
sano juicio con gusto lo seguiría a la luna de ida y vuelta.
Fue un poco exagerado, pero a quién le importaba. No era como que me la
volviera a encontrar en alguna parte, de todos modos.

Tomó un poco de improvisación y rapidez de pensamientos de mi parte,


pero me las arreglé para retroceder de los terrenos de la escuela antes que
nadie me viera.

Después de eso, hice todo lo posible para pasar mí tiempo esperando a que
Noah me llame, que me hiciera saber que era seguro volver a casa, pero no
fue fácil. En primer lugar, tomé cada desvío que se me ocurrió en el
camino de regreso de la escuela, pero sólo agregué otros diez minutos más
o menos al recorrido. Luego, cuando estaba a punto de hacer la vuelta
final en Star, decidí parar y deambular por la tienda de comestibles.
Estaba hambrienta vez por lo que no había forma de saber lo que llevaría
en el auto.

Para cuando finalmente Noah llamó yo había estado en la tienda de más


de una hora y mi carrito de la compra representaba claramente este
hecho. Mientras que había intentado inicialmente se recoger los artículos
que podríamos necesitar para una noche más aquí, abandoné rápidamente
mis planes y decidí que bien podría llenar los tentempiés que
necesitaríamos para el viaje de regreso. Incluso sin tener que
preocuparnos por el camión de mudanza, todavía tenía mi auto para volver
a casa. Además, amaba conducir, así que no había manera en que dejara
que Noah hiciera trampa con los chicos de la mudanza que podrían
habernos influenciado para que regresáramos a casa en un avión.

Cuando entré en mi departamento, me sorprendió encontrarlo


completamente vacío. Por alguna razón estúpida había esperado encontrar
cajas y piezas al azar de los muebles aún repartidos por todo el
apartamento. No con estos chicos. Al parecer, habían sido mucho más
eficientes en empacar mis pertenencias de lo que había sido yo. Mi orgullo
alzó momentáneamente la cabeza, cuando sentí el aguijón en algún lugar
profundo en mi alma por haber sido superada. No es que no supiera que
estaba siendo infantil, lo sabía, pero todavía duele un poco.

—¿En qué piensas? — Noah me llamó desde el desván cuando me vio.

—Creo que los chicos deben haber llamado a por ayuda en el momento
que me fui — le dije en broma, pero con la secreta esperanza de que fuera
una posibilidad.

Noah se rió de mi tonta fantasía tonta. Unos segundos más tarde estaba
de pie a mi lado y tomando las bolsas de la compra. Caminó y los colocó en
el mostrador de la cocina, dijo:

—Esto no es tan malo. Por la forma en que estabas hablando por teléfono,
esperaba verte aparecer con un camión entero o algo.

—Oh, lo hice. Simplemente no podía llevar más. El resto aún está en el


auto.

Noah hizo una pausa.

—¿En serio?

Yo ya estaba desempacando las maletas y ni siquiera me molesté en mirar


al contestar:

—Ohhh siiiiiiiiii.

Oí a Noah suspirar ruidosamente mientras ponía la caja de cereales que


estaba sosteniendo en el mostrador y se dirigió hacia el coche para traer
los víveres restantes. Le tomó dos viajes antes de que el baúl estuviera
vacío.

—¿Cómo diablos se supone que vamos a comer toda esta comida? —


preguntó, mirando las tres bolsas de mini donuts en sus manos.
—Mira, tenía hambre, ¿de acuerdo? Y no me permitiste volver a casa, así
que encontré una manera de ocuparme de la mejor manera posible.

—¿Prepararte para un desastre natural?

—No seas ridículo, habría comprado más agua y pilas si ese era el caso –
lo dije de una manera casual, ignorando por completo que se estaba
burlando de mí.

Noah sólo se rió y negó con la cabeza. Luego me ayudó a trasladar los
víveres a la izquierda sobre las cajas sin hacer cualquier comentario
adicional.

Para la cena pedimos pizza. Parecía lógico ya que no había ollas o


utensilios para cocinar nada, ni había platos donde comer. Y lo más
importante, porque de repente no tenía apetito por ninguna de las cosas
que acababa de comprar.

Nos sentamos en la barandilla de mi balcón mientras comíamos, colgando


nuestras piernas a un lado del edificio y disfrutando de la tranquilidad de
la noche que nos rodeaba. El olor a caballo que tanto amé de vivir allí
estaba empezando a moverse por el aire frío y tomé una respiración
profunda, sabiendo que mañana no estaría allí para hacerlo de nuevo.

—¿Hueles eso? — le pregunté soñadora.

—Sí, pero estoy intentando no hacerlo — Noah respondió secamente.

—¿Por qué no? ¿No crees que huela bien?

—No con la pizza — dijo Noah, haciendo una mueca.

Supongo que tenía razón. Los sabores no se mezclaban con exactitud, pero
no es como que quisiera comer heno, estaba simplemente disfrutando de
su aroma rústico.
Noah lanzó la última pieza de su corteza entre los arbustos, para las aves y
sacó las piernas por encima del al balcón. Lo observé hasta que él entró en
la casa y luego volví mi atención hacia el cielo.

No pasó mucho tiempo hasta que estaba sentándose en la saliente y me


entregó un pequeño paquete. Una vez que tuve una mejor visión, tuve la
oportunidad de ver que en realidad era un mapa. No cualquier mapa, sino
un mapa de todo el país. Noha se había tomado el tiempo para resaltar
toda nuestra ruta, haciendo pequeñas notas en el camino.

—Pensé que sería divertido hacer algo más que conducir sin parar. Este
viaje debe ser más, ¡debe ser épico! — dijo, la emoción destellaba en sus
ojos. Era contagiosa y podía sentir las mariposas en mi estómago.

—¿Pero no hay que volver a trabajar? Quiero decir, al menos uno de


nosotros debe tener un trabajo.

—Está todo bien. Ya he hablado con D — me aseguró. Hizo una pausa—.


Supongo que ahora es un buen momento para decirte esto.

Me quedé helada. ¿Qué demonios me había estado escondiendo?

Noah vio la mirada a mi cara y se echó a reír.

—¿Te relajarás? Es una buena cosa, te lo prometo.

Poco a poco me dejé escapar el aire que había estado conteniendo.

—Si tú lo dices.

Él asintió.

—Sí. Te lo habría dicho antes, pero con todo lo que ha pasado, supongo
que lo olvidé un poco. Mientras no estabas, he comprado el bar.
—¿Qué quieres decir con que compraste en el bar? — Había oído las
palabras dos veces, una vez de Noah, una vez de mí y sin embargo, todavía
no las registraba.

—Quiero decir que D. me vendió la mitad del negocio. Lo que significa que
soy copropietario... lo cual es importante porque eso significa que podemos
convertir este viaje por carretera en un paréntesis de tres meses si
queremos y no puedo ser despedido — Noah sonrió.

Mientras tanto, yo estaba tan fuera de mí que casi me caigo de la cornisa


en la que estaba sentada.

—¿Qué? ¿Cómo? ¿De dónde sacaste el dinero para hacer eso? — Tenía un
millón de preguntas más justo como esas.

—Um, está bien ... puede que te enojes un poco con esa parte.

Las palabras que ninguna chica quiere oir.

—Adelante.

—¿Recuerdaaaaaaaaaas el día en que esa chica me echó y tuve que


regresar e ir a vivir contigo?

Levanté las cejas y rodé los ojos.

—Obviamente.

—Bueno, esa cosa es... algo que nunca sucedió. — Noah cerró los ojos y se
preparó por si acaso sentía el repentino impulso de empujarlo por el
balcón.

—¿Qué quieres decir que nunca sucedió?

—Quiero decir, nunca conviví con alguna chica. E incluso si lo hubiera


hecho, no podría haberme echado porque era mi lugar. Mira, compré esa
casa un rato antes de conocerte. La guardé todos estos años como un
alquiler así que el lugar básicamente se ha pagado por sí mismo.
Entonces, después de mudarme, estaba totalmente confundido y tratando
de averiguar mi mierda. Sabía que era el momento de hacer algunos
cambios así que cuando D. vino a mí con la oferta fue pan comido. Vendí
la casa y usé el dinero para comprar n el negocio. Bueno, una parte del
dinero. Tengo una porción bastante fuerte que permanece en mi cuenta
bancaria. Por lo tanto, el presupuesto de la mudanza.

Para el momento en que Noah se calló, no sabía si reír o gritar. Por un lado
estaba ridículamente emocionada y orgullosa escuchar acerca de sus más
recientes logros y ambiciones. Por otro, estaba enojada de que me hubiera
engañado, incluso si hubiera sido hace seis años. La sensación molesta
estaba desvaneciéndose rápidamente hacia el alago, cuando me puse a
pensar en las dimensiones de las cosas que había hecho con tal de estar
cerca mío.

—Voy a seguir adelante y dejar todo esto por un rato. Por el momento, sólo
voy a decirte felicitaciones por convertirte en propietario de un negocio.
Pero me gustaría reservarme el derecho de enojarme de nuevo
próximamente, parece que debería considerar necesario examinar luego la
situación.

Noah soltó una risita.

—Eso está bien para mí.

—Bien entonces, ¡vamos a tener una aventura! Así que, ¿en qué estabas
pensando?

Noah se estiró para ver el mapa y lo abrió en Idaho, nuestro punto de


partida. Con su dedo, comenzó a trazar la ruta seleccionada.

—Estaba pensando que deberíamos ir al sur. Quiero detenerme aquí y ver


las cataratas y luego pasar a través de Jackpot. Dependiendo de la hora
que sea, podríamos permanecer allí durante la noche y jugar un poco o
llegar a Las Vegas, donde podíamos jugar con nuestras vidas... que sería la
mayor apuesta. Alto riesgo, pero con la posibilidad de recompensas aún
mayores... ¿Qué te parece? — Noah me miraba esperanzado, pero no
menos asustado que cuando me propuso matrimonio la primera vez.

—Noah — comencé, pero él me detuvo antes de que pudiera decir nada


más.

—No pasa nada si no estás lista. Y no me importa si sigues diciendo que


no, pero no va a impedirme que te lo pregunte.

Luego levantó el mapa de su regazo de nuevo y siguió adelante con sus


planes para el viaje. Habia puesto mucho de sí al pensarlo todo, tomando
pequeños desvíos aquí y allá cada vez que sabía que nos llevaría a algún
lugar o algo que había mencionado con ganas de ver en un momento u
otro. Me quedé impresionada de lo mucho que recordaba de todo lo que
había estado escuchando durante todos estos años, especialmente cuando
pensaba que no lo hacía. Cuando su dedo volvió a aterrizar en nuestra
ciudad natal, él sonrió y dobló el mapa hacia arriba.

—Será mejor entre esto y lo guarde en mi mochila. No querría estar en el


camino sin él.

Saltó desde donde estábamos sentados y se apresuró a entrar. El aire de la


noche se había vuelto frío, algo de lo que ahora era muy consciente porque
Noah se habia ido y llevado el calor de su cuerpo consigo. Con cuidado,
torcí el cuerpo hacia atrás alrededor hasta que mis pies tocaron suelo
firme de nuevo. Entonces me deslicé hacia abajo, después seguí a Noah
al interior....
Pude ver la luz en el desván y me dirigí hacia las escaleras. Él sólo estaba
abrochando el bolsillo lateral de la bolsa. Cuando me vio, sonrió y se
acercó hacia la salida en la esquina donde había conectado su teléfono
antes. Me quedé allí por un momento mirando el espacio casi vacío. No lo
había hecho desde que llegué a casa con las bolsas de comestibles. Aparte
de las maletas, la única otra cosa que queda en la habitación estaba mi
cama, que estaba bien doblada y apilado a lo largo de la pared del fondo.
Automáticamente mis ojos viajaron a la repisa en la que permanecía la
urna. Había algo pegado en la parte frontal de la misma. Estaba muy
molesta y lista para atacar mientras Irrumpí hacia donde estaba,
preparada para hacer la guerra con el que había profanado los restos de
mi abuela. Cuando finalmente me puse de pie frente a ella, me encontré
totalmente sin habla. Era una nota que decía "MUY FRÁGIL — POR
FAVOR NO TOCAR – EMPACADO POR EL PROPIETARIO”. Poco a poco mi
mano se movió para recuperar el pequeño trozo de papel que había sido
colocada allí con tanto cuidado para proteger a mi abuela de los peligros
que acechaban en realidad sólo dentro de mi propia mente. Las lágrimas
saltaron a mis ojos más rápido de lo que podría obligarlas a retroceder, y
cuando finalmente hablé, mi voz se quebró.

—¿Todavía quieres apostar conmigo? Porque creo que acabo de


considerarlo.

Sin soltar su teléfono de sus manos, Noah se quedó allí como si le hubiera
hablado en una lengua extranjera que no sólo no entendía, sino que ni
siquiera parecía reconocer como ser humano. De repente, aterrorizada de
que él no pensara que no me tomaba la propuesta de matrimonio en serio,
me puse a buscar frenéticamente en mi mente por alguna manera
divertida de retractarme del curso discurso de aceptación que acababa de
hacer. Antes de que pudiera llegar a nada ni remotamente creíble, oí un
ruido sordo cuando el teléfono de Noah cayó al suelo. Para cuando mis
ojos llegaron a donde había caído el teléfono, Noah ya me había alcanzado.
Toda su cara estaba radiante. La única cosa más chocante para mí de ver
tanta alegría en el rostro del chico después de acabar de enterarse que sólo
se acostaría con una mujer por el resto de su vida, fue el hecho de que sus
ojos rebosantes de emoción, en realidad estaban brillando. No hubo
lágrimas, pero las emociones sin duda le habían picado de una manera
física, de una manera que no había visto en él antes.

—¿Estás segura? ¿Quieres hacer esto conmigo? — preguntó, y una


carcajada no deseada de nervios sacudió su voz. Reconociendo el mismo
miedo que había sentido segundos antes, asentí, finalmente rompiendo en
una sonrisa y lanzando mis brazos alrededor de su cuello.

—¡Estoy locamente segura! ¡ni te lo imaginas! — chillé. Entonces, mientras


me abrazaba tan fuerte como podía, le susurré—: Nunca he estado más
segura de nada.
Viva Las Vegas, nena.
Traducido por Ivi04

L
os dos habíamos estado demasiado emocionados como para
considerar incluso dormir la noche anterior. Decidimos no había
tiempo como el presente para hacer la mayor apuesta de nuestras
vidas. Así, empacamos el resto de nuestras cosas, junto con las comparas
que había hecho el día anterior y cargamos todo en mi auto. Bueno,
hicimos todo esto después de que nos pasamos por lo menos media hora
haciendo el más ridículo baile feliz que había hecho con otro ser humano
alrededor de mi dormitorio. Para cuando salimos a la carretera, era al
menos la una de la madrugada. Con sólo los brillantes faros del auto
guiándonos a través de la oscuridad de la noche, salimos en nuestra
aventura más grande. Dado el estrecho interior de mi SUV, decidimos que
sería mejor que Noah condujera, ya que el espacio en el piso del lado del
pasajero ya había sido llenado con una heladera portátil y varias bolsas de
alimentos, lo que eliminaba por completo cualquier y todo espacio para las
piernas. No fue un gran problema para mí ya que me gustaba sentarme
acurrucada con las piernas hacia la barbilla de todos modos, pero no tan
amplio como para Noah, que tenía las extremidades tan largas como trocos
de árboles.

Dependiendo de cómo conducía, esperábamos poder llegar a nuestro


destino en algún lugar dentro de las próximas nueve a doce horas. No era
la primera vez que viajaba con él, así que no me sorprendió cuando era
cerca de las nueve y llegamos en Las Vegas justo después de las diez de la
mañana.

Nuestra primera misión era localizar un hotel. Casados o no, íbamos a


tener, al menos, una especie de luna de miel, incluso si era tan apresurada
y no planificada como la boda misma. Después de conducir por un rato,
nos decidimos por el MGM Grand, por la única razón de que los dos lo
señalamos al mismo tiempo diciendo 'ooh' mientras conducíamos por allí.
Parecía un buen signo si íbamos a empezar por ahí.

Después de registrarnos, fuimos directamente a nuestra habitación.


Habíamos decidido durante el viaje, que realmente había una sola manera
de hacer todo esto y era estando con la gente que más nos importaba.

Así que mientras Noah se puso al teléfono con D. yo estaba apretando la


tecla marcación rápida para Tara.

Apenas había contestado cuando espeté:

—¿Qué tan rápido puedes llegar a Las Vegas?

—¿Discúlpame? ¿Por qué Las Vegas? ¿Estás en Las Vegas?

—Sí. Estoy aquí con Noah y necesito desesperadamente una dama de


honor.

Después de que dejé caer esa bomba, la línea se quedó en silencio durante
tanto tiempo que pensé que se había desconectado. Eso fue hasta que oí a
Tara gritando en el fondo. Al parecer, había abandonado el teléfono
mientras iba corriendo hacia Jason. Aun así, podía oír todo lo que decía
sin ningún problema, lo que hizo que de repente agradeciera el que
hubiera puesto un poco de distancia entre ella y el receptor.
—¡Lo sabía! ¿Quién dijo que el destino de Noah sería acabar juntos? ¡Eso
es! ¡Yo! ¡Y ahora se casarán! Sí, ella dijo casamiento! Apresúrate y ponte en
la computadora — tenemos que reservar algunos vuelos lo antes posible.
— Hubo una breve respuesta de Jason que se tradujo en un sonido
profundo para cuando me llegó. Luego, el sonido de los tacones de Tara a
través de sus pisos de baldosas mientras corría para recuperar su teléfono.

—Te llamaré desde el aeropuerto. ¡No hagas nada hasta que lleguemos allí!
— Hubo un clic y la línea murió. Podía imaginar a Tara haciendo una línea
recta hacia el armario donde era probable que estuviera eligiendo un
vestuario apropiado para Las Vegas y metiéndolo en sus maletas
inmediatamente.

El siguiente fue Gabe. Ya que habíamos decidido que fuera el padrino,


Noah hizo los honores. La llamada duró tres minutos y cuando finalizó
Noah simplemente dijo:

—Creo que todavía quiere dinero después de esto.

Le golpeé en el hombro y me volví antes de que pudiera verme sonreír. Ya


que teníamos que matar el tiempo hasta que todos llegaran, nos dirigimos
a la planta baja y paseamos alrededor del casino hasta que encontramos
un lugar para comer. Cuando terminamos, nos aventuramos de nuevo
hacia el mostrador de registro en busca de la conserjería del hotel.
Ninguno de los dos había estado casado antes, así que no teníamos ni idea
que hacer al respecto. Nos dimos cuenta que no podría ser demasiado
difícil teniendo en cuenta cómo muchas personas parecían hacerlo por
accidente y en estado de ebriedad. Si Noah nunca antes había estado en
Las Vegas, hubiera estada la mitad de preocupada de que él ya estuviera
casado y no lo recordara.

El conserje estuvo más que dispuesta a ayudarnos, incluso se ofreció a


preparar una pequeña ceremonia en la capilla del hotel, pero después de
hacer un rápido recorrido por el espacio, los dos lo rechazamos. No es que
no fuera hermoso, lo era. Demasiado hermoso, de hecho. De alguna
manera, fugarse a Las Vegas necesitaba de algún tipo de factor de basura.
Si comenzaba a parecer demasiado bonito o muy planeado, sería pasar de
repente de ser espontáneo a estar con medio culo al aire y no era lo que
estábamos buscando. Así, dimos las gracias profusamente a la señora y
luego le pedimos que nos señalara la capilla más cercana a Elvis. Bastante
extraño, ella parecía entenderlo todo completamente.

Sabía que no tenía sentido ir a comprar el vestido sin Tara, así que puse la
compra temporalmente en espera y nos dirigimos directamente a las
oficinas del condado para solicitar la licencia de matrimonio; todavía con
la misma ropa que llevábamos el día anterior y a ninguno de los dos nos
importó. Tan surrealista como pensaba que sería todo el asunto, se sintió
más natural que nada cuando firmé los formularios que, básicamente
legalizarían el atarme de por vida a Noah. Había llenado solicitudes de
empleo con más aprensión que la que sentí como escribí mi información en
los espacios en blanco de la forma, y le pregunté a Noah si estaba
sintiendo lo mismo.

Con nuestra licencia de matrimonio en la mano, nos pusimos en camino


otra vez en busca de la capilla más sencilla y memorable que hemos
podido encontrar. Si lo hacíamos, lo hacíamos por completo. Después de
pasar por varios lugares, incluyendo una unidad en la capilla que casi
entró como primera opción, vimos un gran cartel con las palabras "Viva
Las Vegas Wedding Chapel5" escrita en letras de color rosa brillante. Fue
perfecto y deliciosamente sencilla en todos los sentidos, hasta el imitador
de Elvis que realizaría la ceremonia. Reservamos nuestra boda para la
noche siguiente y nos dirigimos de vuelta a nuestro hotel y habitación.
Ahora que todo se había solucionado, la adrenalina comenzaba a agotarse

5
Viva Las Vegas, Wedding Chaper: Iglesia de casamientos Viva Las Vegas.
y la falta de sueño empezaba a pasarnos factura. Así que después de una
ducha muy caliente, nos deslizamos bajo las sábanas del hotel de lujo y
nos desmayamos.

Cuando finalmente me desperté de nuevo, fue el sonido de mi teléfono


anunciando una llamada de Tara. Nunca me había dado cuenta de lo
molesta que era la canción hasta ese momento, e hice una nota mental
para cambiarla tan pronto como terminara de hablar con ella.

—Hola — murmuré, todavía medio dormida.

—¡Estamos aquí! ¿En qué habitación te alojas?

Parpadeé varias veces y busqué alguna pista en la habitación sobre cuál


podría ser la respuesta correcta. Finalmente lo recordé.

—Habitación 704 — dije.

—Perfecto — respondió Tara sonando demasiado animada para mi gusto.

Colgué y deslicé mi teléfono de nuevo en la mesa de noche. Noah seguía


durmiendo, así que me acurruqué contra él y hundí la cara en el calor de
su pecho. Tuvimos unos cuantos minutos antes de Tara estuviera
golpeando a nuestra puerta.

Menos de media hora después, Noah y yo estábamos de pie en el vestíbulo


del casino con todos nuestros amigos, mientras Tara entregaba los
itinerarios. Al parecer, ella había planeado las próximas veinticuatro horas
previas a nuestra boda con gran detalle, incluyendo todo, desde ir de
compras de soltera hasta las despedidas de solteros. La única cosa que
noté ausente de su lista era dormir. Oh, bueno, era Las Vegas.

Lo primero en la agenda fue la cena de ensayo. Comenzaba en Botero, un


asador muy lujoso con un toque artístico vanguardista. Para asegurarse de
que todos llegáramos con estilo, Tara también había hecho arreglos para
que una limusina con chofer nos recogiera por la noche.

—¿Cómo diablos hiciste para arreglar todo esto tan rápido? – jadeé
mientras entramos en el restaurante y nos llevaron directamente a nuestra
mesa privada en la parte trasera.

—Soy una dama de honor mágica — dijo Tara, guiñándome un ojo


mientras corría por delante para asegurarse de que la mesa se había
preparado tal y como ella lo había deseado.

Jason se inclinó y me susurró:

—Tuvimos una escala de tres horas en Texas.

—¡Fuera de aquí! ¿Tú también? ¿Qué, los obligatorios en cualquier


momento de salir del estado de Florida y la cabeza hacia el oeste? "

"¡Fuera de aquí! ¿Tú también?

Él se echó a reír.

—Debe ser, porque no hay forma en que Tara hubiera reservado de


manera si no lo hubiéramos hecho. Estaba tan ansiosa por llegar aquí,
incluso estuvo estudiando la posibilidad de alquilar un avión privado. Tuve
que traducir el costo en pares de zapatos nuevos antes de que estuviera
dispuesta a desviar ese plan.

Gabe había escuchado el final de la conversación cuando intervino.

—¿Tú también tenías que conseguir zapatos nuevos para la fiesta? Tengo
los míos en el aeropuerto. No había tiempo para ir al centro comercial y
todo lo que tenía en mi armario eran las zapatillas de deporte, y eso no me
parece correcto.

Jason y yo nos miramos el uno al otro y luego a Gabe.


—No estábamos hablando de eso, hombre.

—No, pero creo que deberíamos. ¿Cómo es que no tienes ni un solo par de
zapatos? Solías. Recuerdo haber visto que los usabas.

Gabe suspiró.

—Tenía un par. Tenía tres en realidad. Jeanette las arrojó cuando accedí a
ir a Nueva York. Dijeron que parecía zapatos de viejo. Gracias por
mencionarlo, por cierto.

—Eh... — Estaba buscando una salida justo cuando llegamos a nuestra


mesa. Era preciosa. Había flores y velas por toda la longitud de la mesa. Al
final había dos sillas vestidas con una rica cubierta de raso y detalles
moldeados en rojos con un estilo un poco "sala de estar del novio y la
novia”, y tarjetas de presentación en la mesa. Estaba tan mareada que
apenas podía soportarlo cuando fui a tomar mi asiento al lado de Noah.

De una manera casi sobrenatural, parecía estar igual de contento con su


tarjeta de novio como yo con la mía.

Nuestra increíble cena duró más de tres horas. Se trataba de un montón


de comer y beber — sobre todo en el nombre del brindis— y riendo hasta
nuestros costados dolían y nuestros ojos estaban rojos de tanto llorar.

Fue el mejor tipo de risa, del tipo incontrolable que se adueña de uno
desde adentro hacia afuera hasta que todo lo demás deja de existir,
incluyendo el sonido. Risa silenciosa... eso es lo mejor.

Para cuando terminamos, todo el restaurante sabía que habíamos estado


allí y por qué. La mitad de los clientes nos enviaron bebidas y postres
para felicitarnos y los habíamos invitado a su vez, a cada uno de ellos a
unirse a nosotros, muchos de los cuales lo hicieron. Para colmo, Gabe
había querido pedir una fecha de bodas con nuestra mesera; una linda
chica llamada Danica. Le había gustado al segundo en que había
aparecido a tomar nuestras órdenes de bebidas, había echado un vistazo a
Gabe y dijo:

—¿Qué pasa con las zapatillas? ¿Piensas hacer una carrera cuando hayas
terminado de comer?

Todo el mundo en la mesa había estallado en risas, pero ninguno más que
Jason y yo.

Después de la cena, las próximas cosas en nuestra lista fueron las


despedidas de soltero y soltera. Para estos, Tara había decidido que los
chicos deben ir al lado de la discoteca del resort, XS, mientras que las
chicas tomamos la limusina para ir a ver el espectáculo AMOR del Cirque
du Soleil en el Mirage. No iba a discutir con eso. Había visto un solo
espectáculo del Cirque du Soleil en mi vida y había estado desesperado por
ver más desde entonces.

Así, Tara, Lisa y yo nos amontonamos en el auto y nos fuimos.

Dos horas más tarde estábamos paseando a través del Grand Canal
Shoppes’s Venetian6. Tara había enviado la limusina de vuelta al Wynn a
recoger a los chicos mientras caminábamos por las tiendas en busca de
algo fabuloso para llevar en mi gran día. No teníamos mucho tiempo
porque las tiendas cerrarían pronto, pero, naturalmente, Tara había
hecho un poco de investigación y un acuerdo previo con una de las
boutiques más pequeñas. Cuando llegamos, el gerente de la tienda nos
recibió justo cuando las puertas cerraban detrás de nosotras.

—¿Qué está pasando? — le susurré al oído de Tara.

Ella se limitó a sonreír y dijo:

—Ya lo verás.

6
Grand Canal Shoppes’s Venetian: Shopping de Las Vegas.
Seguimos al gerente, donde nos dirigió a cada una a un cubículo.

Cuando entré, me encontré con tres vestidos espectaculares esperándome.


El primero era un vestido de cóctel sin tirantes con un escote en forma de
corazón. Era de un hermoso color rubor con un corsé y falda amplia con
capas de encaje. El segundo era un vestido de una sola manga en un
elegante color champán con un corpiño ajustado y una falda que fluía con
gracia hasta el suelo. La tercera y última elección era un vestido de cóctel
de plumas blancas. La parte superior era de satén sexy, palabra de honor,
cubierto de lentejuelas plateadas. Se acentuaba con una cinta de raso
blanco en la cintura y un hermoso broche, igualando las lentejuelas, en el
centro. Era impresionante y lo único que podía hacer era esperar que se
viera la mitad de espectacular en mí como lo hacía en la percha.

—Así que, ¿qué te parece? — oí la voz de Tara desde fuera del pequeño
cuarto.

—¡Son increíbles! — solté, sosteniendo el vestido blanco en frente del


espejo.

—Sí, lo sé. Tengo un gusto fantástico — dijo Tara en su humilde manera


de costumbre.

—Ahora trae tu culito aquí fuera para que podamos ver te en ellos — Lisa
intervino desde afuera de la tienda.

—Está bien, está bien. Espera, yo todavía tengo que ponérmelos —


murmuré cuando comencé a quitarme los pantalones.

—Espera, ¿qué vestido usarás primero? — preguntó Tara.

—El blanco — le contesté. Mi voz estaba completamente ahogada por mi


camisa mientras me la quitaba por encima de la cabeza.
Tara no respondió, pero un minuto más tarde me estaba entregando
zapatos y accesorios por la parte superior de la puerta.

—Aquí, necesitarás estos si queremos obtener el efecto completo.

Los tacones de plataforma eran peep toes7en un blanco espumoso con un


tacón metálico brillante. Nunca en un millón de años hubiera querido
subir a su plataforma, pero ahí estaban en mis pies mientras miraba hacia
abajo.

Lentamente, abrí la puerta y salí. Mis ojos fueron inmediatamente atraídos


por Lisa y Tara que estaban ambas con hermosos vestidos de colores
fucsia. Cada vestido era ligeramente diferente al de la otra, pero el color de
color rosa oscuro encajaba a la perfección. Mientras tanto, mientras las
miraba, ellas estaban ocupadas mirándome a mí.

—Wow — susurró Lisa.

—Ese es el elegido — dijo Tara con lágrimas en los ojos.

Habiéndome vestido a propósito con la espalda hacia el espejo, tuve que


verme a mí misma en el vestido del que ya estaba enamorada. Después de
ver sus reacciones, mi ansiedad se había desplazado a curiosidad cuando
di varios pasos cuidadosos hacia el espejo más cercano.

Allí estaba yo. No era la típica novia, pero luego, no es que Noah y yo
hubiéramos sido tradicionales alguna vez.. Poco a poco me examiné a lo
largo, partiendo de mis atrevidos zapatos que hacían que mis piernas se
vieran más loco de largas, hasta la falda de plumas de mi vestido, que no
sólo me daba un ligero aire de princesa, sino que también se vería
maravilloso al bailar y las plumas se pusieran en movimiento.

El ajuste de la parte superior era transparente, pero lo más sorprendente


que vi cuando me miré en el espejo era mi propia sonrisa.
7
Pep toes: zapatos de tacón con punta abierta, también conocidos como boca de pez.
Me volví hacia mis amigas de nuevo.

—Mañana me caso — dije en voz baja. Tara y Lisa se acurrucaron


alrededor de mí en un abrazo grupal. Tenerlas aquí conmigo ya estaba
resultando ser la frutilla del postre.

Ni siquiera me molesté en intentar con los otros dos vestidos. Hermosos


como eran, ni siquiera podían competir con el blanco. Cuando fuimos a
pagar, me di cuenta de que había un tercer vestido de dama de honor
sobre el mostrador.

¿Para quién es el vestido extra? — pregunté.

—Danica. No puede ser que ella sea la única que no vaya a juego. No se
vería bien — dijo Tara. Entonces ella le dijo a la mujer que prosiguiera y
cobrara todo junto.

—¿Estás segura de que quieres hacer eso? – interrumpí—. ¿Tienes idea de


cuantos zapatos nuevos significa esto?

Tara se rió.

—Oh, cariño, por mucho que me encantaría llevarme todo el crédito, no


puedo. Tu marido se ha estado encargando de la cuenta durante toda la
noche.

—¿Qué?

—Bueno, por supuesto. ¿No te lo dijo?

—No. – Ciertamente no lo había hecho.

—Sí, me llamó un poco después que tú. Pregunté si podía ayudar con la
boda porque conociéndote, acabarías restándole importancia a todo el
evento, y él no quería eso. Dijo que tenía un montón de cosas por hacer, y
que iba a empezar por darte una boda para recordar. Ah, y luego usó las
palabras “sin precios” lo que me he tomado muy literalmente.

Observé en silencio como Tara entregó la tarjeta de crédito de Noah.


Estaba sin palabras como para hacer mucho más. Lisa se acercó a mí y
me apretó la mano.

—Sigue siendo el mismo chico. Solo más cómodo con eso ahora.

Ella estaba en lo cierto. El Noah que estaba viendo había estado ahí desde
mucho antes y siempre lo había sabido. Sólo que no había estado
alrededor durante tanto tiempo. En el pasado, parecía que cada vez que
me acercaba, el otro Noah, el imbécil Noah, alzaría su fea cabeza para
mostrarme que estaba equivocada con lo que veía. A veces había creído en
el imbécil y otras veces no. Ahora no pude evitar sentir un poco de miedo
de que el imbécil intentara volver y tratar de tomar todo lo que quería,
como que estaba a punto de ser mío para siempre.

Quizá Lisa tenía razón. Tal vez estaba realmente listo para mostrar al
mundo lo mejor de sí mismo, las partes que yo había visto mucho antes
de que todos los demás lo hicieran.
Lo que pasa en Las Vegas…
Traducido por Ivi04

Para el momento en que finalmente nos encontramos con los chicos, todo
el mundo tenía hambre de nuevo. Afortunadamente, Tara se había
preparado para eso, y había programado un tentempié de panqueques en
uno de los restaurantes de veinticuatro horas detrás de nuestro hotel.
Luego de que estuvimos eficientemente recargados, nos embarcamos en
una noche de apuestas. D. ganó un gran Black Jack mientras Tara obtuvo
un premio considerable jugando a las tragamonedas, pero ninguno ganó
tanto como Gabbe, quien sonreía de oreja a oreja cuando Danica apareció
para verlo.

Las horas volaron y subconcepto de tiempo, nos confiamos plenamente en


que Tara no perdería de vista nuestro horario. Fue después de las cinco de
la mañana cuando ella decidió que teniendo en cuenta el tiempo de
dormir, había sido un descuido de su parte. Nos dio a cada uno de
nosotros una ventana de cuatro horas para usarlas como quisiéramos y
nos ordenó que estar de vuelta en el vestíbulo para el desayuno antes de
las 9:30 de la mañana...

Noah y yo no necesitamos discutir nuestras opciones. Nos dirigimos


directamente a la cama y nos dormimos al instante de haber apoyado las
cabezas en las almohadas.
El desayuno consistía en un buffet enorme y ninguno de nosotros se
sorprendió al ver a Danica de pie a nuestro lado. Después de eso, los
chicos y chicas se separaron de nuevo. Tara había dispuesto para el novio
y los padrinos de boda a dar un paseo fuera del club de golf más cercano,
una elección extraña considerando que Noah no jugaba, pero como sea.
Mientras tanto, la fiesta de la novia fue a disfrutar de un día en el spa.
Mientras que inicialmente estuve aprensiva acerca de la idea de ser
pinchada y cortada y cubierta de barro por completos extraños, lo superé
rápidamente. Todavía no estaba encariñada con el barro, pero todo lo
demás compensó las molestias de menor importancia de tener arena
húmeda y granulada en lugares en que realmente nunca deberías tener
nada granulado.

E incluso tuve que admitir, mi piel se sentía ridículamente suave cuando


todo terminó.

Cuando terminamos de pulir nuestros cuerpos, nos acompañaron al salón


contiguo donde recibimos pedicuras que combinaran con nuestros
vestidos, antes de tener el cabello y maquillaje perfectos para la noche. La
mejor parte de todo, era saber que Tara no me regañaría por haber hecho
un mal trabajo a mí misma cuando caminara por el pasillo.

Eran las cuatro de la tarde cuando nos dirigimos a nuestras habitaciones


para vestirnos. Noah ya había desocupado el lugar cuando entré con el
vestido. Los había escondido en la habitación de Tara la noche anterior.
Todos los chicos habían recibido estrictas instrucciones de parte de Tara
de estar ausentes cuando regresáramos de nuestro spa y de reunirse con
nosotras en la capilla para la ceremonia. Mientras que estaríamos
utilizando la limusina, Tara había llamado a Jason el conductor de mi
coche, poniéndolo a cargo de los padrinos de la boda y su puntualidad.
Estaba por verse aun si eso había sido un buen movimiento o no.

Estaba terminando cuando oí un golpe en la puerta.


—Yoo—hoo. ¿Ya terminaste? Es hora de que te llevemos a tu boda — Tara
dijo detrás de la puerta.

Abrí la puerta y esperé la crítica de último minuto. No hubo ninguna.

—Eres la perfección total, — suspiró, entonces ella recordó el gran papel


en su mano y agregó—: Ah, lo olvidaba. Las necesitarás. — Tara alcanzó la
bolsa con su mano libre y tomó un hermoso ramo de rosas blancas. La
simplicidad le dio el equilibrio perfecto a mi apariencia.

—Wow. Ahora soy como una novia real—dije mirando las flores en mis
manos.

—Sí. Con un novio real esperando por ti, —dijo Tara, burlándose mí.

—¡Lo sé! Y es como totalmente caliente, también, —agregué—. Mejor nos


apuramos antes alguna como repugnante chica venga e un largo e intente
como robármelo.

—Como totalmente.

Conté un total de veintisiete ‘como’ y más de veintitrés 23 ‘totalmente’


para cuando el momento que la conversación llegó a su fin y subimos a la
limusina donde Lisa y Danica ya nos estaban esperando. Casi se lo digo a
Tara, pero luego decidí que no. No necesitaba saber que mis nervios
estaban de repente tan altos que debía recitar nuestra estúpida
conversación en mi cabeza buscando nuestras malas elecciones de
vocabulario ara evitar saltar del vehículo en movimiento.

Entonces, al momento en que vi a Noah, todos mis locos miedos se


desplomaron. Claro, la idea de compromiso todavía me asustaba como la
mierda, ¿pero era amar a Noah para el resto de mi vida realmente un
compromiso?
¿No lo había amado durante siete años sin siquiera elegir hacerlo? Los
próximos siete o cincuenta años no serían diferentes.

La ceremonia en sí, sucedió si ningún contratiempo. Cuando tuvimos que


intercambiar anillos, tuve un momento de ataque de pánico al darme
cuenta de que después de todos los preparativos de Tara nos habíamos
pasado por alto un paso vital. Solo nosotros no lo habíamos hecho.

Antes de que pudiera expresar mis inquietudes, observé como Gabe


entregaba una pequeña caja a Noah. Él la abrió cuidadosamente y luego
deslizó una banda incrustada de diamantes con un corte princesa sobre
mi dedo.

—No habrás pensado que pasé el día jugando golf, ¿verdad?, susurró.

Todo lo que pude dar en forma de respuesta fue presionar mis labios para
no llorar y forzar las esquinas hacia arriba en lo que fue probablemente la
sonrisa más extraña de todo el mundo. Complementé este gesto asintiendo
repetidamente antes de darme cuenta de que estaba enviando el mensaje
equivocado y cambiando el asentimiento a una sacudida de cabeza.

De alguna manera ambos logramos recitar perfectamente nuestros votos y


ninguno de los dos rompió en risas cada vez nuestro Elvis hablaba con su
extremadamente exagerado acento de 'Rey'. No fue hasta el final, después
de que nos pronunció marido y mujer y declaró que podríamos besarnos,
que ' nos agradeció mucho' y nos perdimos completamente. Entre el
desbordamiento de las emociones, la falta de sueño y las tazas adicionales
de cafeína que habíamos consumido durante todo el día para llegar a este
punto, la grandeza de Elvis fue simplemente demasiado. Nos reímos
histéricamente hasta que todos los demás fueron atrapados por el mismo
loco torbellino. Nuestras risas interminables continuaron enviando ondas
de movimientos involuntarios a través de nuestros cuerpos mientras
salíamos de la capilla. Cuando finalmente nos calmamos lo suficiente
como para recuperar el aliento estábamos fuera en el estacionamiento,
Noah me retenía contra su pecho y acariciaba mi cara con un millón besos
ligeros como pluma, ninguno de los cuales dejaron más que una huella en
mi piel, pero cada uno de ellas grabaron huellas permanentes en mis
oídos.

Justo cuando pensaba que el momento no podría ser más perfecto de lo


que lo fue, escuché el click las cerraduras cuando Noah abrió la puerta
del coche e ingresó poner la llave en el encendido. Segundos después, el
equipo de radio inundó todo el estacionamiento con zumbido de música.
Noah tomó mi mano y movió mi cuerpo dando vueltas sobre el pavimento
mientras bailamos nuestro baile oficial, sus labios pronunciaron las
palabras ‘te amo’ cada vez me hizo girar y nuestros ojos se unían. El acto
había estaba oficialmente completo... bueno, casi. Existía todavía la
cuestión del pastel.

Tara había arreglado para que festejáramos en el hotel donde Noah había
reservado una suite para la noche final. Cuando llegamos allí, la sala
había sido ornamentada con todo lo que necesitas para alcanzar el
ambiente adecuado de romance y festejo. El personal del restaurante ya
había servido la comida y bebidas para ocho personas, y en el centro de la
mesa estaba parado un pastel que me hizo saltarme todo lo demás y
zambullirme de cabeza su cobertura.

Tras una larga noche de la celebración, nuestros amigos dijeron adiós, y se


dirigieron hacia el aeropuerto mientras Noah y yo continuábamos nuestra
nueva aventura en la carretera y hacer mi viaje más memorable hasta la
fecha.

Mirando hacia atrás, lo que más recuerdo de esas veinticuatro horas en


Las Vegas no fue lo delicioso de pastel, o lo hermoso que era mi vestido o
incluso el tamaño de mi diamante que me quitó el aliento. Es la manera en
la que los que más me importaban me enseñaron lo mucho que yo les
importaba a ellos, cuando dejaron todo para compartir conmigo en ese
momento. Cómo la alegría que sentí ese día, en todo lo demás, en la risa
que sigue resonando en mi mente cada vez que lo pienso. Y, sobre todo,
recuerdo la mirada de Noah cuando dijo 'Acepto'.

No hubo ningún temor, ningún daño sin dudas. Fue solo amor. El tipo de
amor que abuela Pearl siempre había prometido que encontraría. En ese
instante, supe que ella estaba allí con nosotros.

Hoy en día, en cualquier momento que alguien menciona Las Vegas, Noah
salta, asegurándose de que todo el mundo sepa que él estuvo allí. Y no se
detiene en eso. Le encanta reciclar frases cursis de las Vegas mientras lo
hace, hablando de '¿Lo qué pasa en las Vegas' y 'ganar el gordo’. Al final
siempre se ríe y dice, —Este es el día en que tengo suerte8—. Y sonrío a mí

misma y pienso : ‘yo también’.

8
Suerte: en el original: Lucky, hace referencia que la tiene a ella y a la vez, se siente afortunado.
Traducido por Ivi04

S
iempre he amado esta casa, con su rustico atractivo y cálida
personalidad. Incluso a pesar de que ha sido re pintada muchas
veces a lo largo de los años, los bordes desgastados de las paredes
exteriores la pintura parece descascararse en los mismos lugares. Aparte
de la sala de estar que parece conseguir un cambio anual de imagen y los
dormitorios principales, la mayoría de las paredes interiores no eran muy
diferentes. De hecho, la cocina y los baños todavía estaban cubiertas con
el mismo papel de pared con las que habían sido enlucidas en algún
momento de los años sesenta. Según mi madre, que habían estado allí por
tanto tiempo que habían vuelto a ponerse de moda... dos veces, pero yo no
compartía exactamente esa opinión. Mientras que ella proclamaba con
orgullo que era vintage, yo tendía a inclinarme más hacia viejo y gastado.
No es que estuviera presionando por hacer renovaciones. Sólo estoy
diciendo… llamémoslo lo que era:- bien desgastado. Y esa pasó a ser mi
parte favorita. Eso es lo que hizo que esta casa fuera mi hogar. El desgaste
de los años fue más que sólo marcas de desgaste y pinturas desconchadas.
Eran huellas de mi pasado llenas de los recuerdos de cuatro generaciones.

Esta casa perteneció a mi bisabuela Pearl y cuando era pequeña, mi madre


debe de haberme contado un centenar de historias diferentes sobre ella.
De alguna manera, ella siempre ha estado conmigo, incluso a pesar de que
jamás la conocí.

Era difícil de creer que mañana en la mañana no estaría bajando esas


escaleras y caminando por esta sala de estar de camino a la cocina. En su
lugar estaría casi mil kilómetros de distancia en una nueva escuela,
conociendo gente y comenzando un nuevo capítulo de mi vida.

Por semanas he estado pensando en cómo me presentaría. Mi nombre


verdadero era Gabriella, pero en dieciocho años, jamás he sido llamada de
esa manera. Siempre ha sido “Vegas” Tenía siete años cuando me di
cuenta que ese no era mi verdadero nombre. Y nueve años después, me di
cuenta que era extraño.

Después de eso, siempre le dije a la gente que me llamaba así porque


aprendí a jugar Black Jack a la tierna edad de cinco (cortesía de tío D.),
pero la verdadera razón, y la razón natural - por lo tanto embarazosa - es
que Las Vegas fue el lugar donde fui concebida. Que al parecer, era de
conocimiento público porque yo había visto las tarjetas de 'felicidades por
su bebé” y en cada una de ellas se habían referido a mí como Vegas o Bebé
Vegas.

Al final probablemente simplemente me apegue a ella. Así que me preparé


para contar la historia del Black Jack una y otra vez... a menos que se me
ocurra algo más genial, pero era difícil de superar una niña apostadora.

Por supuesto todo el asunto el nombre no era un problema tan grande de


un problema como yo lo estaba haciendo ver.

Sobre todo, lo estaba usando para distraerme de las cosas que realmente
me estaban volviendo loca; como dejar a mis padres y hermana menor,
Hanna. Después de todas las veces que me había quejado sobre Hanna
robando mi ropa y metiéndose con mi maquillaje. Sabía extrañaría mucho
todas esas veces en que ingresara a mi habitación y la encontraría de
rodillas entre mis zapatos y carteras, hurgando de mi armario. Y mis
padres, bueno, habían sido mi base durante toda mi vida y temía
renunciar a las cosas con las que había crecido y dependiendo de ellas,
como panqueques a medianoche en un viernes con mi mamá, o salir con
mi papá al bar un lunes por la tarde antes de las puertas se abrieran para
el público. Y los almuerzos de los sábados. Dios, ¡los extrañaría! La
tradición había estado en vigencia desde mucho antes de que yo naciera.
Los almuerzos de sábado significaban reunirse y pasar tiempo con amigos
y familia. Nos habían reunido incluso en esos momentos en que la vida
nos alejaba. Durante los almuerzos de sábado había disfrutado de mis
primeras citas de juego con Jenna. Supongo que fue natural que
creciéramos para ser mejores amigas, dado que nuestros padres lo eran.

Hasta el día de hoy, mamá y Tara todavía enseñan en la misma escuela a


la que se conocieron todos.

Por supuesto, también estaba Nathan. Él era dos años más joven que
Jenna y yo, y él básicamente me había molestado desde la primera vez que
Gabe y Danica le trajeron (y sí, también fue en un almuerzo de sábado).
Recordé vivamente la primera vez que nos vimos porque se había estirado
con su pequeño puño y agarró un puñado de mi pelo. Supe en ese mismo
momento que él sería un problema. Y lo había sido desde entonces. De
alguna manera, sólo parecía empeorar a medida que envejecía, y
engreído... y asquerosamente encantador. En los últimos tiempos, había
comenzado a golpearme para entretenerse. ¡Como si de alguna manera
fuera a salir con él! No importa que él fuera más joven, también era un
idiota arrogante que estaba bien en su manera de crecer en un deportista
hecho y derecho, y yo no estaba a punto de ponerme en línea con todas las
tontas fulanas que esperaban que él las mirara.

Tal vez había una cosa que no extrañaría…aunque, si yo fuera


completamente honesta, parte de mí estaba preocupada de que tal vez
perdiera a Nathan sobre todo. Pero no había manera alguna de que se lo

dijera…
Aunque K.S. THOMAS ha estado escribiendo
durante casi toda su vida, nunca lo ha registrado
como algo fuera de lo normal o que valiera la
pena, porque era algo que había estado
contactado estrechamente con lo que ella era. No
fue hasta que se convirtió en un ama de casa, que
finalmente se tomó el tiempo para escribir un
libro entero de principio a fin, donde realmente
comprendió para qué eran todas aquellas ideas
que habían estado en su cabeza durante todos
esos años. Desde entonces, ha escrito varios
libros, incluyendo Country Girls, Lucky In Love y
Blood Bound.

Mientras que la escritura y la maternidad se han


convertido en su principal foco en los últimos años, también disfruta de
muchas otras actividades creativas como la pintura y la fotografía.

La mayoría de los días soleados puedes encontrarla en su patio trabajando


febrilmente en la pintura y en la restauración de muebles antiguos... que
lo hace, por supuesto, sólo si no es un día idóneo para pasar en la playa ;)

Karina reside en la soleada Florida con su familia y dos perros, y puede ser
contactada a través de Facebook (www.facebook.com /friedgatortail)
Twitter (www.twitter.com /friedgatortail) y en www.friedgatortail.wix.com/
karinagioertz
http://thefallenangels.activoforo.com/forum

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