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Subsidio Litúrgico Jornada 2024

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SUBSIDIO LITÚRGICO

IV Jornada Mundial de los Abuelos y


de los Mayores
En el domingo 28 de julio de 2024, XVII Domingo
del Tiempo Ordinario, ciclo B

Asimismo se puede utilizar en el viernes 26 de julio, san Joaquín y santa Ana, memoria, abuelos de
nuestro Señor Jesucristo. También puede ser utilizado en otro día de la semana, proclamando, si así
está permitido, las lecturas de la memoria de san Joaquín y santa Ana, según las indicaciones de la
Ordenación General del Misal Romano (cf.: 352-363).

I.- Ritos iniciales

Monición de entrada

Celebramos hoy la Cuarta Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, recordando a san
Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos maternos de nuestro Señor Jesucristo.
El Papa Francisco ha elegido como lema para este año: «En la vejez no me abandones» (Sal 71,9) y
así nos recuerda que «Dios nunca abandona a sus hijos. Ni siquiera cuando la edad avanza y las
fuerzas flaquean, cuando aparecen las canas y el estatus social decae, cuando la vida se vuelve
menos productiva y corre el peligro de parecernos inútil. Él no se fija en las apariencias (cf. 1 S 16,7)
y no desdeña elegir a aquellos que para muchos resultan irrelevantes. No descarta ninguna piedra,
al contrario, las más “viejas” son la base segura sobre las que se pueden apoyar las piedras
“nuevas” para construir todas juntas el edificio espiritual (cf. 1 P 2,5)».
Esta celebración nos hace presente la gran misión que tienen nuestros abuelos y mayores,
valorando su espiritualidad y el valor que representan para las familias, la Iglesia y la sociedad. Por
eso, vamos a tener un recuerdo muy especial por todos ellos, dando gracias a Dios por lo que nos
dan, y en especial porque transmiten a las nuevas generaciones la misericordia divina, unida a la fe
y al amor.
También vamos a pedir que este tiempo de sus vidas lo puedan recorrer con plenitud, paz y
alegría, en alabanza a Dios Padre. Por eso, para disponernos adecuadamente a esta celebración,
vamos a reconocer nuestros pecados y a perdonarnos unos a otros, como Dios nos mandó, para
que Él encuentre siempre abiertos nuestros corazones para recibir su ternura y su misericordia.
(Silencio)
Acto penitencial

Tú, que nos das el don del perdón y de la misericordia. Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
Tú, que nos diste ejemplo de gratitud y obediencia a Dios Padre. Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
Tú, que aceptas nuestra acción de gracias por todos tus dones. Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
℟. Amén.

En el domingo, se recita o canta el “Gloria”.

Oración colecta

Padre nuestro, Tú has creado todas las cosas para el disfrute de todos tus hijos y quieres que a
nadie le falte lo suficiente para vivir. Daños, Señor, tu sabiduría para que logremos construir, entre
todos -pequeños y mayores- un mundo más justo.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

O la de la Misa “Por los familiares y amigos” (cf.: Misal Romano n. 374).

Oh, Dios, que, por la gracia del Espíritu Santo, has infundido los dones de la caridad en el corazón
de tus fieles; concede a tus siervos, para quienes suplicamos tu clemencia, la salud del cuerpo y
del alma, para que te amen con todas sus fuerzas y realicen con todo amor lo que es de tu agrado.
Por nuestro Señor Jesucristo.

II.- Liturgia de la palabra

Lecturas

LECC.: vol. I (B).

- 2 Re 4, 42-44. Comerán y sobrará.


- Sal 144. R. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.
- Ef 4, 1-6. Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo.
- Jn 6, 1-15. Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.

Monición general para las tres lecturas

La liturgia del Tiempo Ordinario elige leer durante cinco domingos el capítulo 6 de san Juan, en
donde se nos narra el milagro de la multiplicación de los panes y peces más el discurso sobre el
pan de vida. Jesús multiplica sobre nosotros su misericordia, un amor gratuito que lo único que
nos pide es ser acogido y agradecido, como el de nuestros mayores. A veces pensamos que los
abuelos y los mayores son “las sobras” de la sociedad, pero con ellas podemos seguir alimentando
a nuestras familias y nuestros pueblos. Ellos nos dan su sabiduría, nos cuidan para que
permanezcamos unidos en la fe y el amor.
En la memoria de san Joaquín y santa Ana:
- Ecle 44, 1.10-15. Su nombre sobrevive a través de las generaciones.
- Sal 131, 11.13-14.17-18. ℟. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.
- Mt 13, 16-17. Muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis.

Para predicar sobre el mensaje del Santo Padre de esta IV Jornada, se puede leer como primera lectura
Rut 1, 8-17 y el Salmo 71.

Oración de los fieles

Sacerdote:
Confiando en la ternura misericordiosa de Dios, que siempre está con nosotros, le rogamos por
intercesión de san Joaquín y santa Ana, abuelos de nuestro Señor Jesucristo.
Lector:
- Por la Iglesia, que hoy celebra en todas partes la Jornada Mundial dedicada a los abuelos y a
los mayores: para que sea cada vez más un hogar acogedor para todos ellos, bajo la guía del
Santo Padre Francisco, de nuestro Arzobispo Mario y de todos los pastores de la Iglesia.
Roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
- Por nuestras autoridades: para que asistan y protejan a nuestros mayores, ayudándoles en sus
necesidades materiales y espirituales, y protegiendo su derecho a la vida y a la salud hasta el
fin natural de sus días. Roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
- Por los mayores: para que sigan transmitiendo la misericordia de Dios a las nuevas
generaciones, con el ejemplo de una vida fundada en la fe, llena de esperanza y ardiente en el
amor. Roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
- Por los jóvenes: para que salgan con alegría al encuentro de los ancianos y les devuelvan la
misericordia que un día recibieron de ellos y así el mundo se llene de la alegría desbordante de
un nuevo abrazo entre jóvenes y mayores. Roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
- Por los abuelos y abuelas: para que en la plenitud de la vida den frutos de misericordia para
nuestras familias, y transmitan el tesoro de la fe a nuestros hijos, nietos y a las nuevas
generaciones. Roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
- Por las familias: para que unidas en el amor, cuiden con afectuosa generosidad a sus mayores,
confortándolos en su ancianidad, y nunca los abandonen ni los olviden. Roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
- Por todos nosotros: para que siempre cuidemos y acompañemos a nuestros hermanos
mayores con la ternura y el cariño que ellos nos han dado primero. Roguemos al Señor.
℟. Te rogamos, óyenos.
Sacerdote:
Dios, Padre misericordioso, que suscitas en medio de tu Iglesia el testimonio y la intercesión de
San Joaquín y Santa Ana, ayuda a nuestros abuelos, y a todos nosotros, a transmitir la fe y el amor
a cuantos nos rodean. Por Jesucristo nuestro Señor. ℟. Amén.
III.- Liturgia eucarística
Oración después de la comunión

En el XVII Domingo del Tiempo Ordinario:

Gracias, Padre, por todas las cosas y las buenas personas que has puesto en nuestro camino.
Ayúdanos a compartirlas con los demás, especialmente con aquellos que carecen de ternura y
compañía.
Por Jesucristo nuestro Señor.

En la memoria obligatoria de san Joaquín y santa Ana:

Oh, Dios, tú has querido que tu Unigénito naciera de los hombres, para que los hombres
renaciesen de ti por un sacramento admirable, concédenos, por tu misericordia, que cuantos
hemos sido saciados con el pan de los hijos seamos santificados por el espíritu de adopción.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

O la de la Misa “Por los familiares y amigos”, incluso el domingo: cf.: Misal Romano n. 374.

Después de recibir los santos misterios, te rogamos, Señor, que concedas a tus siervos, a quienes
concediste que nos amaran, el perdón de sus pecados, consuelo en la vida y tu amparo constante,
para que todos nosotros, sirviéndote con un mismo corazón, merezcamos reunirnos con gozo en
tu presencia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración para esta Jornada

En algún momento de la celebración, después de la comunión o al final, se puede rezar todos juntos la
oración compuesta para la Jornada de este año:

Señor, Dios fiel,


Tú que nos has creado a Tu imagen,
Tú que nunca nos dejas solos
y nos acompañas en cada estación de la vida,
no nos abandones, cuida de nosotros
y concédenos, una vez más
descubrirnos como hijos tuyos.
Renueva nuestros corazones con tu Palabra
y no permitas que nadie sea descartado.
Que tu Espíritu de amor nos configure con tu ternura
y nos enseñe también a decir:
«¡No te abandonaré!»
a quienes encontremos en nuestro camino.
Que tu Hijo amado nos ayude
a no perder el gusto por la fraternidad y
a no aceptar el triste conformismo de la soledad.
Ayúdanos a mirar el futuro con renovada esperanza y
haz que la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores
sea un día sin soledad, primicias de tu paz. Amén.
IV.- Ritos finales

Bendición y envío
De la memoria de san Joaquín y santa Ana:

El Señor esté con vosotros.


℟. Y con tu espíritu.
Dios, gloria y felicidad de los santos,
que os ha concedido celebrar hoy
esta festividad de san Joaquín y santa Ana,
abuelos de nuestro Señor Jesucristo,
os otorgue sus bendiciones eternas.
℟. Amén.
Que por intercesión de san Joaquín y santa Ana
os veáis libres de todo mal,
y, alentados por el ejemplo de sus vidas,
perseveréis constantes en el servicio de Dios y de los hermanos.
℟. Amén.
Y que Dios os conceda reuniros con los santos
en la felicidad del reino,
donde la Iglesia contempla con gozo a sus hijos
entre los moradores de la Jerusalén celeste.
℟. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
℟. Amén.

En el tierno recuerdo de los abuelos de nuestro Señor Jesucristo, no dejamos de sentirnos también
queridos por su hija, la santísima Virgen María, Madre de Jesús y Madre nuestra; para ella es
ahora nuestro afecto y nuestra invocación. Que al separarnos permanezcamos unidos en el mismo
amor que ella y sus padres nos tienen y que refleja la misericordia eterna del amor de Dios. Id en
paz y anunciad a todos la alegría del Señor, que es nuestra fortaleza.
Podéis ir en paz.
℟. Demos gracias a Dios.

Canto a la Virgen.

Oración a María (de la anterior III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores 2023)

Virgen María,
Madre de fe y de esperanza,
modelo para esta humanidad replegada por la indiferencia,
hazme disponible como Tú
para aceptar la voluntad de Dios,
para proclamar y alabar su Misericordia.
María, Madre de fortaleza,
Tú que conoces mi corazón
no permitas que me desaliente.
Entrego confiadamente mi vida en tus manos.
Cura mis heridas,
tu ternura me acompañe en mi camino.
Tu presencia, Madre de amor
nos lleve a experimentar la alegría
de ver a nuestras familias unidas.
Ayúdame a transmitir la ternura y el Amor de Dios
a mis nietos y a los jóvenes
para que, además de rezar con ellos,
podamos rezar juntos.
Intercede por mí, María, el don del Espíritu Santo,
que me sostenga en mi debilidad;
infunda en mi corazón el consuelo
para poder dejar huellas de fe entre los jóvenes,
el testimonio de la belleza de la vida,
la certeza de que ésta tiene un límite
y que más allá nos espera el abrazo del Padre.
Amén.

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