UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
Centro Universitario Del Norte –CUNOR-
Facultad De Ciencias Jurídicas Y Sociales Abogacía Y Notariado
INVESTIGACION GRUPAL
Cobán, Alta Verapaz
16 de Febrero de 2024
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
Centro Universitario Del Norte –CUNOR-
Facultad De Ciencias Jurídicas Y Sociales Abogacía Y Notariado
EL DESPOJO
1. Definición
2. Evolución Histórica
3. Durante la Conquista
4. Periodo del Presidente Justo Rufino Barrios
5. Periodo del Conflicto Armado Interno
6. Derecho a la Restitución o Reparación
7. Garantías Internacionales
Trabajo presentado a: Lic. Elvia Margarita Cuyuch Sontay
Elaborado por:
NOMBRE CARNE
Alejandra Sara Viviana Bac Cuc 202242431
Julissa Kristabel Luc Pop 202243776
Norma Carolina Maas Calate 202244169
Índice
I. INTRODUCCIÓN .................................................................................................... 1
II. OBJETIVOS ......................................................................................................... 2
1. EL DESPOJO........................................................................................................ 3
1.1 DEFINICIÓN ........................................................................................................ 3
1.2 EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL DESPOJO ...................................................... 4
1.2.1 DURANTE LA ERA COLONIAL .................................................................... 4
1.2.1.1 Durante la Revolución Industrial ................................................................ 4
1.2.1.2 Durante el Siglo XX .................................................................................... 4
1.2.1.3 En las Últimas Décadas ............................................................................... 5
1.3 EL DESPOJO DURANTE LA CONQUISTA ..................................................... 5
1.4 PERIODO DEL PRESIDENTE JUSTO RUFINO BARRIOS ............................ 7
1.4.1 Impulso de Cultivo del Café .......................................................................... 7
1.4.2 Política Agraria Repartición de Tierras.......................................................... 8
1.4.3 Régimen de trabajo Agrícola ......................................................................... 9
1.4.4 Reglamento de Jornaleros ............................................................................ 10
1.4.5 Ley Contra la Vagancia ................................................................................ 11
1.5 PERIODO DEL CONFLICTO ARMADO ........................................................ 13
1.5.1 Constitución y primeras acciones de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR)
........................................................................................................................................... 14
1.5.2 Emergencia y expansión de las fuerzas civiles paramilitares ...................... 15
1.5.3 Los gobiernos militares de Arana Osorio y Laugerud García...................... 16
1.5.4 El movimiento indígena ............................................................................... 18
1.5.5 Agudización De La Violencia Y Militarización Del Estado (1979-1985) ... 18
1.5.6 El Gobierno Ríos Montt: tierra arrasada y segunda derrota de la guerrilla 19
1.5.7 El Gobierno de facto de Mejía Víctores ....................................................... 21
1.5.8 Finalización del enfrentamiento ................................................................... 21
1.6 DERECHO A LA RESTITUCIÓN O LA REPARACIÓN ................................ 22
1.6.1 Medidas adoptadas en Guatemala para reparar cada una de las afectaciones
........................................................................................................................................... 22
1.6.2 Algunos de los derechos de los pueblos indígenas ...................................... 23
1.7 Garantías internacionales .................................................................................... 24
III. CONCLUSIONES .......................................................................................... 26
IV. BIBLOGRAFIA .................................................................................................. 30
I. INTRODUCCIÓN
El despojo, entendido como la privación violenta o ilegal de bienes, tierras o
derechos, ha sido una constante a lo largo de la historia, manifestándose en diversas formas y
períodos cruciales de la evolución de las sociedades. Esta práctica transcurre desde tiempos
ancestrales hasta la actualidad, dejando huellas indelebles en la memoria colectiva y
configurando el tejido social.
En su definición más amplia, el despojo se refiere a la usurpación de propiedades,
territorios o recursos de individuos o comunidades, mediante acciones injustas, coercitivas o
violentas. Esta problemática, sin embargo, no es estática, sino que ha evolucionado a lo largo
de los siglos, adaptándose a las cambiantes dinámicas políticas y sociales.
Durante la Conquista, el despojo alcanzó proporciones masivas en América
Latina, con la llegada de colonizadores europeos que desplazaron y desposeyeron a las
poblaciones indígenas de sus tierras ancestrales. Este proceso marcó el inicio de una larga
historia de injusticias y desigualdades.
En el contexto guatemalteco, el despojo adquirió particular relevancia durante el
periodo del presidente Justo Rufino Barrios en el siglo XIX. Su política de modernización y
reformas agrarias generó tensiones con las élites terratenientes, exacerbando conflictos por la
tenencia de la tierra y perpetuando la problemática del despojo.
El conflicto armado interno que asoló Guatemala durante gran parte del siglo XX
también dejó secuelas de despojo, con desplazamientos forzados, confiscaciones y violaciones
sistemáticas de derechos humanos. Este período oscuro profundizó las heridas de la sociedad
guatemalteca, dejando cicatrices que perduran hasta hoy.
El derecho a la restitución o reparación se erige como un pilar fundamental en la
lucha contra el despojo. Reconocer y restituir los bienes arrebatados se presenta como una vía
crucial para sanar las heridas históricas y construir un futuro más justo e inclusivo.
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II. OBJETIVOS
• General
Crear conciencia sobre la realidad jurídica en el ámbito de derechos de los pueblos
indígenas, para facilitar a los operadores de justicia su manejo en la práctica y la comprensión
del sistema normativo propio de los pueblos indígenas en Guatemala.
• Específicos
Visibilizar los antecedentes del despojo de tierra para acercarnos a una amplia
comprensión de la problemática de las tierras comunales a partir del contexto histórico en que
se ha forjado.
Indagar las diferentes concepciones que se tienen sobre el territorio y como han
repercutido en la historia del pueblo
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1. EL DESPOJO
1.1 DEFINICIÓN
La palabra despojo proviene del latín ´´DESPOLIARE´´ que significa privar a alguien
de lo que tiene. Es la acción por medio de la cual una persona se priva árbitramente, de su
propiedad, posesión, ocupación tenencia o cualquier otro derecho que ejerza sobre un predio.
(SERJUS)
El despojo es un concepto que abarca diversas dimensiones, pero en su núcleo se refiere
a la acción de desposeer o desplazar a individuos o comunidades de sus tierras, recursos o
derechos, generalmente de manera injusta y violenta. La práctica se perpetró históricamente por
diversas razones, como la expansión territorial, el desarrollo económico o la imposición de
proyectos gubernamentales.
En un contexto histórico, el despojo ha estado vinculado a procesos de colonización,
donde poblaciones originarias fueron desplazadas de sus territorios ancestrales para dar paso a
la explotación de recursos naturales o la instalación de colonias. En la era contemporánea, el
despojo también puede manifestarse a través de políticas de desarrollo que sacrifican los
derechos de las comunidades locales en aras del progreso económico.
Este fenómeno no solo se limita a la confiscación de tierras, sino a la apropiación
indebida de recursos, la negación de derechos culturales y la marginación social y económica.
El despojo puede tener consecuencias devastadoras para las comunidades afectadas,
erosionando sus formas de vida, su identidad y su bienestar general.
Es importante destacar que el despojo no solo se manifiesta a nivel macro, como en la
expropiación de tierras a gran escala, sino también a niveles más sutiles, como en la
gentrificación de barrios urbanos, donde comunidades de bajos ingresos son desplazadas por
procesos de desarrollo inmobiliario.
En la lucha contra el despojo, se promueve la defensa de los derechos humanos, la
justicia social y la participación activa de las comunidades en las decisiones que afectan sus
vidas. La conciencia y la resistencia contra el despojo son fundamentales para construir
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sociedades más equitativas y respetuosas con la diversidad y los derechos fundamentales de
todas las personas.
1.2 EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL DESPOJO
Es un fenómeno complejo que ha atravesado diversas épocas y contextos,
manifestándose de diferentes maneras. Desde las antiguas prácticas de conquista hasta los
procesos contemporáneos de desarrollo económico, el despojo ha dejado una huella profunda
en comunidades alrededor del mundo.
1.2.1 DURANTE LA ERA COLONIAL
La expansión de imperios europeos implicó la apropiación masiva de tierras y recursos
de poblaciones indígenas en América, África, Asia y Oceanía. Este despojo, a menudo violento
y respaldado por estructuras de poder militar, económico y político, sentó las bases para la
acumulación primitiva de capital. (Said, 1978)
1.2.1.1 Durante la Revolución Industrial
El despojo se intensificó con la transformación de sistemas agrarios tradicionales en
favor de la industrialización. La privatización de tierras comunes y la expulsión de comunidades
rurales hacia centros urbanos fueron elementos clave de este proceso. Además, la Revolución
Industrial generó una creciente demanda de recursos naturales, impulsando la expropiación de
territorios para la minería, la agricultura intensiva y la infraestructura.
1.2.1.2 Durante el Siglo XX
Tomó formas variadas, desde desplazamientos forzados durante conflictos armados
hasta políticas estatales de modernización y desarrollo. Las poblaciones indígenas y
comunidades locales a menudo se encontraron marginadas por proyectos de infraestructura,
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represas, y la explotación de recursos naturales. En algunos casos, estas prácticas llevaron a la
degradación ambiental y a la pérdida de medios de subsistencia tradicionales.
1.2.1.3 En las Últimas Décadas
La globalización y el neoliberalismo han contribuido a nuevas formas de despojo. La
liberalización de la economía y la búsqueda de ganancias han llevado a la privatización de
servicios públicos, la mercantilización de tierras y la gentrificación urbana. Además, la
inversión extranjera y los megaproyectos a menudo desplazan a comunidades locales en nombre
del progreso económico.
La resistencia contra el despojo ha sido una constante a lo largo de la historia.
Movimientos sociales, activistas y comunidades han luchado por sus derechos, exigiendo
justicia y participación en las decisiones que afectan sus vidas. La evolución histórica del
despojo destaca la necesidad de abordar este fenómeno de manera integral, considerando las
dimensiones económicas, políticas, sociales y ambientales, para construir sociedades más
equitativas y sostenibles. (Mayke Kaag y Annelies Zoomers, 2014)
1.3 EL DESPOJO DURANTE LA CONQUISTA
Durante la conquista de América en el siglo XVI, el despojo fue una realidad
devastadora para las poblaciones indígenas que habitaban el continente. Este proceso estuvo
intrínsecamente vinculado a la expansión imperial europea y a la búsqueda de riquezas, como
el oro y la plata, así como a la imposición de un sistema de dominación colonial.
En esta época, las potencias europeas, principalmente España, exploraron y colonizaron
vastas regiones de América, llevando a cabo prácticas sistemáticas de despojo de tierras y
recursos que tuvieron consecuencias duraderas para las comunidades indígenas. La llegada de
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los conquistadores marcó el comienzo de un periodo de violencia, explotación y
desplazamiento.
La conquista implicó la apropiación directa de territorios indígenas, con frecuencia
mediante la fuerza militar y la imposición de tratados injustos. La corona española implementó
un sistema de encomiendas que otorgaba a los conquistadores y colonizadores derechos sobre
la tierra y las poblaciones indígenas que la habitaban, lo que llevó a una explotación extensiva
y al despojo de sus modos de vida tradicionales.
En los dos primeros siglos coloniales la encomienda reguló la fuerza de trabajo y la
distribución de la mano de obra. "La encomienda era una vieja institución de carácter feudal,
que establecía servidumbre a los señores a cambio de protección para los siervos. Se estableció
entregando una comunidad de indios a un español (benemérito) a cambio de los servicios
prestados por éste"
La codicia por las riquezas minerales llevó a la explotación masiva de minas de oro y
plata, a menudo con mano de obra indígena sometida a condiciones extremadamente precarias.
Bartolomé de las Casas, en su obra "Brevísima relación de la destrucción de las Indias" (1552),
denunció los abusos y la explotación sufrida por los indígenas a manos de los colonizadores,
describiendo el despojo sistemático de sus bienes y la destrucción de sus comunidades.
Además del despojo material, la conquista implicó un despojo cultural, ya que las
prácticas culturales y espirituales de los pueblos indígenas fueron menospreciadas y a menudo
suprimidas. La imposición de la religión católica y la desvalorización de las creencias
autóctonas contribuyeron a la pérdida de identidad y autonomía cultural.
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1.4 PERIODO DEL PRESIDENTE JUSTO RUFINO BARRIOS
Para el año de 1871 el General Justo Rufino Barrios junto al General Miguel García
Granados inician con la reforma liberal del 30 de junio de ese año, luego de vencer en diferentes
batallas a las fuerzas estatales del Mariscal de Campo Vicente Cerna. Entre esos años ocupó el
cargo militar de comandante del ejército liberal.
El 4 de junio de 1873, J. Rufino Barrios fue nombrado presidente de la república. En
una de tantas curiosidades políticas de la historia de Guatemala, Barrios asumió y ejerció el
cargo durante los seis años siguientes sin una ley fundamental que lo respaldara.
Inició un vasto programa de reformas que abarcaron: la iglesia, economía, educación,
legislación y otros órdenes de la vida del país, las comunicaciones telegráficas y telefónicas,
promoviendo la construcción de diferentes vías férreas, decretando los primeros códigos y
fomentando medios la cultura.
1.4.1 Impulso de Cultivo del Café
Al amparo de un poder dictatorial introdujo los cambios que consideró necesarios para
el progreso económico del país y que imperaron hasta mediados del siglo XX. Como era de
esperar, estos cambios estuvieron orientados hacia la expansión del cultivo del café, con todas
sus implicaciones. Barrios emprendió una agresiva política económica que afectó la propiedad
territorial, las relaciones laborales y las comunicaciones (carreteras, puertos, ferrocarriles,
telégrafo).
Como primera medida, en esa orientación proteccionista, el gobierno de García
Granados dicto el Decreto No 14, de fecha 24 de agosto de 1871, por medio del cual creaba el
Ministerio de Fomento. Se aducía en esta disposición legal que para dar al comercio, agricultura,
industria, artes y vías de comunicación todo el impulso y protección debidos, era muy
conveniente la creación de un Ministerio de Fomento; este organismo gubernativo estaría
encargado de aquellos ramos, y les prestaría la atención que demandara el interés, progreso y
mejora de la Republica.
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1.4.2 Política Agraria Repartición de Tierras
La política agraria del liberalismo se orientó especialmente hacia el reparto de grandes
extensiones de tierra y a la creación de condiciones favorables para la apropiación privada de la
misma. Para este fin, se contó con las tierras baldías, propiedad del Estado, y con las
provenientes de la desamortización de los bienes de la Iglesia Católica.
Los cambios en la propiedad territorial tenían como objetivo que la mayor cantidad de
tierra apta para el cultivo estuviera disponible para la compra/venta. Dos decretos fueron
fundamentales para que esta reforma agraria se llevara a cabo: el Decreto 104 (27 agosto 1873)
nacionalizó las propiedades de la Iglesia católica; el Decreto 170 (8 enero 1877) abolió el censo
enfitéutico.
Con fecha 27 de agosto de 1873, se dictó el Decreto No 104, relativo a la expropiación
de los bienes eclesiásticos. Se consideraba en este decreto que uno de los mayores obstáculos
para la prosperidad y engrandecimiento de la República, era la existencia de bienes de "manos
muertas" que distraían capitales considerables del comercio, de la agricultura y de la industria
sacando la propiedad territorial de la circulación y concentrándola en ciertos cuerpos y familias
que la detentaban de manera exclusiva.
El 15 de diciembre de 1873, se dictó el Decreto No 109, que estableció la llamada
"contribución territorial", de un cuartillo real por manzana, equivalente a dos pesos por
caballería; tomaba en cuenta esta ley que la propiedad territorial no se encontraba gravada, y
que resultaría beneficiada con la apertura de vías de comunicación, para las cuales se destinaria
dicho gravamen.
Esta reforma agraria también incluyó la distribución de tierras baldías, la reducción de
ejidos y el despojo de las tierras comunales de los pueblos indígenas. Argumentos como el
siguiente se utilizaron para justificar esta medida: “… si se considera el poco provecho que los
indígenas sacan de sus tierras, la costumbre que tiene de dejarlas incultas en su mayor parte, la
necesidad que la Hacienda Pública tiene de fondos y la conveniencia de que los baldíos en
cuestión pasen a manos de empresarios que los exploten, no sólo en su provecho, sino en
beneficio general de la agricultura”.
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Luego de las primeras medidas legales antes relacionadas, el gobierno del Presidente
Barrios entro a la etapa de la distribución de tierras entre los agricultores así como a dictar otras
medidas relativas al régimen agrario.
El 22 de julio de 1873 se dictó el acuerdo sobre enajenación de terrenos baldíos en la
Costa Cuca y El Palmar. Indica este acuerdo que la nación es propietaria de cerca de dos mil
caballerías de tierra en la Costa Cuca, punto que es uno de los más fértiles de la Republica.
Luego, señala que en dicho lugar se han establecido fincas, sin pagarse su valor al tesoro
público. Tales terrenos se encontraban en su mayoría incultos, siendo aprovechables para la
agricultura.
El 8 de enero de 1877 se emitió el Decreto No 70, que mandaba proceder a la redención
de los terrenos dados en censo enfitéutico, reglamentando a la vez la enajenación de terrenos
municipales.
La anterior medida fue de profundas consecuencias, ya que permitía la movilización
capitalista de grandes extensiones de tierra, las cuales se encontraban gravadas con un derecho
real, verdadera supervivencia de sistemas feudales en la explotación de la tierra.
Otra zona agrícola, la de las Verapaces, fue también favorecida con el reparto de tierras
entre vecinos de diversas localidades. Así, el Acuerdo del 2 de abril de 1880 estaba destinado a
la protección y desarrollo de la agricultura en Baja Verapaz.
Por otro lado, se ha estimado que entre 1871 y 1883 el gobierno vendió 8,839 caballerías
de tierras designadas como baldías y recibió a cambio 248,183 pesos. A la par de este cambio
de manos en la propiedad de la tierra, el gobierno promovió la formación de una matrícula fiscal
cuyo registro serviría de base para el pago de la contribución territorial.
1.4.3 Régimen de trabajo Agrícola
El trabajo forzado indígena, arranca desde la conquista en 1524, y lo lleva hasta 1880,
1881 año se considera como referencia para el primer periodo en el que la cultura indígena pudo
estabilizarse en relativa paz, a partir de 1880 se inicia un nuevo periodo que se cierra en 1945
marcado por la represión y el trabajo forzado.
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En esta época, a los pueblos se les despojó por segunda vez de sus tierras; grandes
extensiones fueron otorgadas a los criollos y terratenientes, amigos de los gobernantes,
incluyendo alemanes que empiezan a migrar hacia estas tierras dedicándose al cultivo de café a
donde fueron llevados los hombres y las mujeres de los pueblos para trabajar
El café, al contrario de la grana o cochinilla, necesitaba de gran cantidad de mano de
obra estacional para la cosecha. Aunque el trabajo forzoso no era una práctica desconocida en
Guatemala, adquirió nuevas dimensiones con la promulgación del Decreto 177 (3 abril 1877) o
Reglamento de Jornaleros, que institucionalizó el trabajo forzado a través de los
“mandamientos” de trabajadores, generalmente indígenas, a las fincas de café. En abril de 1878
se promulgó el Decreto 222, Ley contra la Vagancia, cuyo propósito era perseguir a los mozos
que no cumplieran con su obligación de trabajo a través de una medida coactiva que castigaba
la vagancia con prisión. La creación de una red de carreteras que se ajustara a los requerimientos
de la exportación del café, es decir, una en la que pudieran transitar carretas además de mozos
y mulas, dio lugar a otra forma de trabajo forzado. El Decreto 126 (26 octubre 1874) estableció
la obligación de todo vecino de 14 a 50 años a trabajar 3 días en caminos o de pagar el jornal
correspondiente (2 reales diarios).
El 3 de noviembre de 1876 se promulgaba una circular cuyo contenido revitalizaba el
viejo régimen de trabajo: Los pueblos de indígenas proporcionarían a los dueños de fincas,
que los soliciten, el número de mozos necesarios, hasta cincuenta o cien, según la importancia
de la empresa.
1.4.4 Reglamento de Jornaleros
La sección primera se refiere a los patronos: estipula que se entiende por patrón al dueño
o arrendatario de una finca rural, y para los efectos de la ley, al que a su nombre la administra
o gobierna; agente del patrón es el individuo autorizado para concertar trabajadores y
representar al propietario ante las autoridades en los contratos o reclamaciones por el mismo
motivo. Establece desde luego las obligaciones del patrón y sus agentes, de las cuales solo
destacamos las relativas a exigir al jornalero que se acomode en una finca sus datos personales,
incluyendo el nombre de la finca donde antes hubiere trabajado, así como la exhibición del
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libreto o boleto de solvencia con su anterior patrón, llevar un registro o matricula de cuentas
corrientes para anotar él debe y haber de cada jornalero, datos estos que se comunicarían al
trabajador cada semana y se anotarían en un libreto que tendría cada laborante.
La sección segunda del Reglamento se refiere a los jornaleros, de quienes hace la
siguiente clasificación: colonos, jornaleros habilitados para trabajar por tarea, por día o por mes,
y jornaleros no habilitados. Explica luego que: por colono debe entenderse al jornalero que se
compromete a residir y trabajar en una finca rural o que de hecho trabaja y reside en ella. Los
arrendantes de las fincas se considerarían como colonos y obligados a trabajar en ellas. Si no se
hubiere estipulado lo contrario en el contrato de arrendamiento.
Entre las principales obligaciones del colono, se señalan estas: deberá prestar su trabajo
en la finca por el salario convenido, siempre que hubiere ocupación en ella; estará sometido al
patrón y sus agentes en todo lo relativo al trabajo; deberá conservar el libreto de su cuenta
corriente, cuidando semanalmente de que se le asiente en el mismo su estado de cuentas; no
recibirá de otro patrón anticipo alguno por cuenta de su trabajo, sin que haya concluido su
contrato con el primero y sin que este solvente con él. El colono que extraviara su libreta deberá
aceptar como buenas las constancias que obraran en los libros del patrono.
La última categoría: de los llamados jornaleros no habilitados, comprende a los
trabajadores comprometidos a trabajar en una finca rustica sin recibir anticipación alguna; estos
laborantes estaban obliga dos a trabajar el tiempo por el cual se habían comprometido; en
ausencia de compromiso expreso, el tiempo mínimo de trabajo seria de una semana.
Los latifundistas hacían referencia a los beneficios que los indígenas obtendrían de un
mayor contacto con el grupo ladino, que los obligaría al abandono de la vida en comunidades
aisladas.
1.4.5 Ley Contra la Vagancia
Decreto No22, del 14 de setiembre de 1878. Llamada Ley de Vagancia: En la parte
considerativa del decreto, se hace referencia a la obligación fundamental de las autoridades de
combatir la vagancia, hecho que debía considerarse como punible. En su artículo establece la
calificación de las personas considera das como "vagos", las circunstancias agravantes de la
vagancia, el control de esta y las penas que debían aplicarse a quienes la ejercieran. Si bien, en
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sentido estricto, no es una ley reguladora del trabajo, si tiene relación con este, puede
considerarse como un instrumento más de los gobiernos liberales para forzar a todos los
pobladores del país al desempeño de una actividad productiva.
Siempre dentro del ramo administrativo, se dictó el Decreto No 244 o Ley Orgánica del
gobierno político de los departamentos, que lleva fecha 7 de octubre de 1879. Al igual que la
ley comentada anteriormente, aun cuando su finalidad especifica es regular otra materia,
contiene disposiciones relacionadas con el trabajo agrícola. En uno de sus preceptos se refiere
a que los jefes políticos deben cumplir y hacer cumplir, en la parte que les corresponda, la ley
o leyes de jornaleros. En otra disposición se refiere a los indígenas, indicando que también es
obligación de los mencionados funcionarios departamentales procurar que los indígenas vayan
dejando sus costumbres y salgan del estado abyecto en que se encuentran; para ello no debe
permitírseles que vaguen por los montes sin residencia fija y ha de obligárseles a habitar en
poblados.
La intención es obvia, pues estando localizada la población indígena en poblaciones, la
accesibilidad resultaba más favorable para la obtención de mano de obra en la agricultura. Una
circular muy importante vino nuevamente a reforzar las instrucciones presidenciales, sobre el
trabajo indígena. Fue girada por el Ministro de Gobernación y Justicia, Arturo Ubico, el 9 de
diciembre del mismo año de 1878, dando lineamientos a los jefes políticos sobre la forma de
elaborar bandos y reglamentos de policía.
La política cafetalera del gobierno rindió los frutos esperados pues en los años que
Barrios ocupó la presidencia el volumen de la exportación se triplicó: en 1873 se exportaron
150,506 quintales de café, mientras que en 1885 fueron 515,167 quintales. De esa manera, la
exportación de café dominó completamente la economía del país.
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1.5 PERIODO DEL CONFLICTO ARMADO
El enfrentamiento armado de las últimas cuatro décadas del siglo pasado intensificó los
conflictos sobre la tierra y el territorio, o bien modificó su fisonomía al agregarse factores
derivados de nuevas dinámicas de la confrontación política. El desarraigo, la violación de los
sitios sagrados, un espacio sembrado de cementerios clandestinos, el desplazamiento forzado
de población y la pérdida de derechos sobre la tierra de los desarraigados, constituyen
expresiones del enfrentamiento ligadas a la tierra
Se puede afirmar que con la contrarrevolución, la vieja oligarquía cafetalera y demás
terratenientes, así como los capitales extranjeros y sus subsidiarias, fueron restaurados al poder
y protegidos bajo los gobiernos militares. A pesar de que se levantaron algunas voces de
moderación, era claro que los intereses antagónicos a la revolución recuperaron el control del
Estado. Pero no pudieron suprimir toda la oposición después de 1954. El gobierno de Guatemala
frecuentemente tuvo que usar la fuerza para suprimir las manifestaciones y las huelgas contra
las políticas gubernamentales.
El 26 de febrero de 1962 los alzados del 13 de noviembre se dieron a conocer como el
Frente Rebelde Alejandro de León Aragón 13 de Noviembre (MR-13).
En noviembre de 1960, el gobierno de Ydígoras derrotó una revuelta militar encabezada
por el coronel Rafael Pereira, iniciada en el cuartel de Matamoros. La revuelta fue en fracaso,
muchas de las unidades militares que se habían comprometido con el levantamiento se
retractaron a última hora y los varios alzados tomaron rumbo a Zacapa en retirada.
El aparecimiento de las guerrillas izquierdistas en los años sesenta sobresaltaron a la
sociedad guatemalteca durante aquellos años. A pesar las primeras guerrillas nunca dominaron
mucho territorio, ellos crearon un sentido de inseguridad en el país y fueron apoyadas por
muchos sectores de las clases medias, especialmente estudiantes universitarios y sectores
jóvenes dentro del ejército. Esto condujo al aparecimiento de las organizaciones clandestinas
de derecha.
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El sucesor de Ydígoras, coronel Enrique Peralta Azurdía inmediatamente declaró el
Estado de Sitio y consolidó una dictadura militar. Tropas especialmente entrenadas bajo la
dirección de asesores de Estados Unidos fueron enviadas contra los insurgentes en las montañas
del oriente del país, pero fueron incapaces de suprimir totalmente la guerrilla, a pesar de la brutal
ofensiva dirigida especialmente contra la población civil, las fuerzas guerrilleras se mantuvieron
activas, como forma de aliviar la presión sobre las columnas guerrilleras en las montañas, la
lucha urbana se recrudeció. Los opositores políticos fueron asesinados, arrestados u obligados
al exilio.
El golpe de Estado del 30 de marzo 1963 representó la adopción del modelo
contrainsurgente que se consolidó durante el Gobierno de Julio César Méndez Montenegro
(1966-1970), a través de un pacto secreto entre el alto mando del Ejército y el nuevo Gobierno
civil. La Constitución de 1965 fue el marco de legalidad en el cual se desenvolvió la
reestructuración institucional que garantizó el poder del Ejército, bajo el espíritu de la DSN. A
partir de 1966 los militares recurrieron crecientemente a la práctica del terror como parte de la
estrategia contrainsurgente y aceleraron el proceso de profesionalización de su sección de
inteligencia y sus operaciones de combate en las que comenzaron a involucrar a civiles.
1.5.1 Constitución y primeras acciones de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR)
En 1961 y 1962, miembros del PGT y de su sección juvenil, la Juventud Patriótica del
Trabajo (JPT), viajaron a Cuba para estudiar y recibir entrenamiento militar. En septiembre de
1962 tres de los oficiales insurrectos del Frente Alejandro de León (MR-13) también viajaron a
Cuba con el propósito de recoger experiencias y buscar orientación política; ahí se entrevistaron
con el expresidente Árbenz, quien enseñaba en la Escuela de Guerra cubana, y se encontraron
con los militantes del PGT y de la JPT.
El alcance de estos objetivos lo posibilitaría la lucha armada, como Guerra
Revolucionaria del Pueblo, y estaría integrada principalmente por campesinos, obreros y capas
medias urbanas. Las FAR justificaban su lucha armada afirmando que era el único camino ante
la intolerancia política del Estado.
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En 1963 las FAR organizaron sus primeros focos guerrilleros en los departamentos de
Zacapa e Izabal: 1) El Frente Alaric Bennet,137 localizado en Izabal, al mando de Yon Sosa.
Contaba con un frente secundario llamado Moisés Quilo,138 localizado en Sinaí, Izabal, y
estaba a las órdenes del teniente Rodolfo Chacón. Sus integrantes eran miembros de la JPT
(Edgar Ibarra, Rodolfo Payeras, Francisco Macías, Carlos Ordóñez, etc.), sindicalistas y
campesinos de la región. 2) Frente Las Granadillas, que comandaba Luis Trejo.
El 4 de mayo de 1966, las FAR secuestran a tres altos funcionarios del Gobierno: el
secretario de Prensa de la Presidencia, Baltasar Morales de la Cruz, dándoles muerte a su hijo y
a su chofer durante el operativo de secuestro; el presidente de la Corte Suprema de Justicia,
Romeo Augusto de León; y el vicepresidente del Congreso Héctor Menéndez de la Riva, con el
propósito de forzar al Gobierno a un canje.
1.5.2 Emergencia y expansión de las fuerzas civiles paramilitares
Durante el Gobierno de Méndez Montenegro a la vez que creció la organización social,
se aumentó la asistencia militar de los Estados Unidos a Guatemala. El apoyo norteamericano
cubrió varios campos en la calificación de las fuerzas de seguridad del Estado guatemalteco, lo
que incrementó las violaciones de los derechos humanos que se practicaron en aquellos años,
dentro del marco de la guerra contrainsurgente.
En su ofensiva militar contra las regiones guerrilleras, como en el caso de Sierra de Las
Minas, las fuerzas militares guatemaltecas delimitaron las zonas bajo control o influencia
insurgente, las poblaciones y habitantes que los apoyaban, para luego implantar un estricto
control militar.
Las cifras de la represión entre 1966 y 1970 son variables. En noviembre de 1968 el
Comité Guatemalteco de Defensa de los Derechos Humanos, con sede en México, presentó una
lista de 550 casos —individuales y colectivos— de personas asesinadas y desaparecidas entre
julio de 1966 y octubre de 1968.
Turcios Lima redactó en septiembre de 1966 el primer plan de campaña de las FAR, en
el que preveía que “a la ofensiva política seguirá una fuerte ofensiva militar”, la cual estaría
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centrada en contra de la FGEI.184 En plena ofensiva, Turcios Lima murió en un accidente
automovilístico el 2 de octubre de 1966, hecho que profundizó la crisis de dirección y
organización del movimiento revolucionario guatemalteco. En 1967, con la publicación del
Documento de Marzo, suscrito por Ricardo Ramírez de León y César Montes, las FAR
planteaban su ruptura con el PGT y, de hecho, se dividían.
1.5.3 Los gobiernos militares de Arana Osorio y Laugerud García
Los gobiernos encabezados por el coronel Carlos Manuel Arana Osorio (1970-1974) y
el general Kjell Eugenio Laugerud García (1974- 1978) desarrollaron simultáneamente una
doble política. Por una parte aplicaron de manera sistemática planes contrainsurgentes para
acabar con cualquier forma de oposición a la que calificaban como “peligro comunista”, y por
otra impulsaron proyectos de desarrollo económico y social en los que el Estado jugaba un papel
importante.
Durante su Gobierno, Arana fue ascendido a general e impulsó el crecimiento del
Ejército. El Cuerpo de Ingenieros fue elevado a unidad de apoyo en 1971; en marzo de 1972 se
creó la Base Naval del Pacífico, en Sipacate, Escuintla; se aumentaron considerablemente los
efectivos de la Policía Militar Ambulante y creció el número de comisionados militares.
Territorialmente el país fue organizado en siete zonas militares, y el comandante de cada una
de ellas asumía funciones legales sobre las instituciones políticas de la jurisdicción bajo su cargo
durante el estado de sitio. Los gobernadores departamentales eran oficiales del Ejército en
situación de retiro y dependían directamente del Presidente.199 472. El clima de terror fue
permanente y fueron numerosas las violaciones de los derechos humanos y hechos de violencia
que se cometieron. Según registros periodísticos de la época fueron asesinados y desaparecidos
alrededor de 7,200 guatemaltecos.
Los hechos llegaron a afectar a opositores políticos que cuestionaban las políticas
económicas del Gobierno. Con ocasión de la discusión para otorgar la concesión para la
explotación de recursos de níquel a la Empresa Exploraciones y Explotaciones Mineras de
Izabal (EXMIBAL), miembros de la comisión investigadora que se formó fueron atacados en
diferentes ocasiones. El abogado Julio Camey Herrera fue ametrallado el 26 de noviembre de
16
1970, y cuatro días después el también opositor al proyecto, el abogado y profesor universitario
Alfonso Bauer Paiz, sufrió un intento de asesinato. Uno de los principales críticos del proyecto,
Adolfo Mijangos López,201 diputado y abogado prestigioso, fue asesinado el 13 de enero de
1971, días antes de la firma del contrato con EXMIBAL al abandonar su oficina en su silla de
ruedas.
Los escuadrones de la muerte continuaron actuando de manera impune como estructuras
clandestinas adjuntas de Inteligencia militar del Ejército destinadas a generar terror en la
población.
El acontecimiento más horrendo ocurrió en mayo de 1978 cuando los soldados del
destacamento militar de Panzós, Alta Verapaz, contrarrestaron una manifestación de
campesinos que demandaban tierras y expresaban su descontento por actos arbitrarios de
finqueros y autoridades locales y militares de la zona. En el incidente el Ejército masacró a 53
campesinos q’eqchi’ y 47 más resultaron heridos. Como repudio a los hechos y en
conmemoración del asesinato de López Larrave un año antes, el 1 de junio de 1978 las
organizaciones populares convocaron una manifestación en la que participaron miles de
guatemaltecos.
Conforme crecía la organización social, se incrementaban las protestas y
manifestaciones públicas en demanda de aumento salarial. En 1970 hubo una huelga de médicos
y de empleados administrativos del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y otra
de la Dirección General de Bienestar Infantil y de la Familia.
En medio de esta agitación social, el 20 de enero de 1971 fue asesinado por el Ejército
Tereso de Jesús Oliva, secretario general del Movimiento Campesino Independiente. Él fue una
de las primeras víctimas de la ola de terror y represión contra la dirigencia del movimiento social
que alcanzaría su punto culminante a finales de los setenta.
En abril de 1973 se produjo la huelga del Frente Nacional Magisterial y de la
Coordinadora Nacional de Claustros de Catedráticos de Educación Media, en demanda de
aumento salarial.
En Quiché el Ejército realizó acciones represivas, asesinando a 68 líderes de
cooperativas en Ixcán, 40 en Chajul, 28 en Cotzal y 32 en Nebaj entre febrero de 1976 y
17
noviembre de 1977, según el IGE. En la ciudad se produjo el conflicto de los trabajadores de la
Embotelladora Guatemalteca S. A., distribuidora de la Coca-Cola. A raíz del despido de 154
sindicalistas, el 24 de enero de 1976, los trabajadores decidieron ocupar la fábrica; luego fueron
expulsados violentamente.
1.5.4 El movimiento indígena
Muchos de los movimientos rurales que emergieron en los años setenta fueron
fundamentalmente del pueblo maya. Se caracterizaron por su masividad y la presencia de otros
temas y reivindicaciones que se añadieron paulatinamente a las demandas campesinas
tradicionales (tierra, crédito, apertura de mercados, mejores precios para los productos, buenos
salarios, etc.). Tales reivindicaciones prefiguraron lo que en la segunda mitad de la década de
1980 se formularía como los derechos específicos del pueblo maya.
El CUC fue la primera organización campesina de cobertura nacional que se destacó por
tener dirigencia maya. En su formación concurrieron organizaciones creadas en esos años,
logrando así unificar diversas aspiraciones y demandas con una visión política de las luchas
sociales. En el CUC confluyeron algunos activistas que habían tenido una destacada
participación en las luchas del pueblo maya de esa época.
El aumento de esta participación política, durante la década de los setenta, fue enfrentado
con una dura represión. Varios alcaldes indígenas con programas reformistas fueron asesinados
por las fuerzas del Estado, como el primer alcalde indígena de la cabecera departamental de
Chimaltenango, José Lino Xoyón.249 Con ello se cerraron importantes espacios políticos a
escala municipal, contribuyendo a intensificar el conflicto en algunas regiones.
1.5.5 Agudización De La Violencia Y Militarización Del Estado (1979-1985)
Los gobiernos de los generales Romeo Lucas García y Efraín Ríos Montt concentraron
sus esfuerzos en aniquilar al enemigo interno, limitándose no sólo a combatir a la guerrilla sino
atacando sistemáticamente al movimiento social y a la población en las áreas de fuerte presencia
guerrillera, principalmente población maya.
18
En el Gobierno de Lucas García (1978-82), la estrategia contrainsurgente se concentró
en eliminar al movimiento social tanto urbano como rural, el cual había crecido sensiblemente
durante los años previos, así como combatir a la guerrilla. Posteriormente, Efraín Ríos Montt
(1982-83) le dio continuidad a la estrategia de tierra arrasada, destruyendo cientos de aldeas,
principalmente en el Altiplano, y provocando un desplazamiento masivo de la población civil
que habitaba las áreas de conflicto. Paralelamente el Ejército implantó estructuras militarizadas,
como las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), para consolidar su control sobre la población,
buscando contrarrestar la influencia de la insurgencia y reducir las causas que generaban
malestar entre la población, organizando los denominados polos de desarrollo.
El Gobierno del general Humberto Mejía Víctores (1983-85) continuó con esta
estrategia, fortaleciendo la militarización con la expansión e institucionalización de las Patrullas
de Autodefensa Civil, y dándole un fuerte empuje a los polos de desarrollo y aldeas modelo.
La tercera elección militar fue la del ex ministro de la Defensa, general Romeo Lucas
García como presidente y la del civil Francisco Villagrán Kramer como vicepresidente. El terror
que se desató durante este Gobierno desestructuró todas las organizaciones sociales, políticas y
profesionales existentes. La administración de justicia también se vio fuertemente afectada por
ello. Jueces y abogados fueron asesinados con el objeto de paralizar completamente a la justicia
y a toda acción de protección de los derechos humanos.
Ante la negativa política de publicar noticias acerca de la represión, los campesinos
decidieron ocupar la Embajada de España el 31 de enero de 1980. Poco después, a pesar de los
intentos del Embajador de impedir la actuación indiscriminada de las fuerzas de seguridad, éstas
la incendiaron, muriendo en su interior 37 de sus ocupantes. Los únicos sobrevivientes fueron
el Embajador y un campesino; este último fue secuestrado del hospital donde se recuperaba y
luego torturado y ejecutado.
1.5.6 El Gobierno Ríos Montt: tierra arrasada y segunda derrota de la guerrilla
En la perspectiva de salir victorioso del enfrentamiento armado y al mismo tiempo
restablecer las formalidades legales, Ríos Montt, que había condenado los crímenes realizados
19
por los regímenes anteriores, dispuso la creación de los Tribunales de Fuero Especial como un
medio para juzgar y castigar supuestos subversivos.
El Plan Nacional de Seguridad y Desarrollo impulsó la reorganización estatal a partir de
una visión estratégica, con base en una proyección del Poder Nacional, considerado como la
unión del poder militar, político, económico y social. El Ejército consideraba que la
participación indígena y campesina estaba determinada por la presión y amenaza guerrillera, así
como por el resentimiento y el abandono en que se encontraban. En consecuencia, definían su
conexión con los insurgentes como potencialmente peligrosa.
El "enemigo" debía ser exterminado porque intentaba “corromper el orden establecido”.
Más de 623 aldeas fueron atacadas bajo una política llamada “tierra arrasada”, en la que las
aldeas eran devastadas; los indígenas eran torturados y brutalmente asesinados; las mujeres eran
violadas; los niños golpeados hasta la muerte o lanzados vivos a las fosas comunes, o bien,
secuestrados para servir de esclavos.
Con el fin de que ninguna persona pudiera regresar a sus lugares de origen, los militares
prendían fuego tanto a las casas como a los cultivos, envenenaban pozos, mataban animales y
destruían templos y lugares sagrados. Se calcula que más de 200 mil personas murieron o
desaparecieron durante el conflicto, de las cuales cerca de 100 mil indígenas fueron víctimas de
actos genocidas, 25 mil de los cuales eran niños.
Esta definición de la población como potencial amenaza fundamentada en la Doctrina
de Seguridad Nacional, fue el punto de partida para la aniquilación de las organizaciones
sociales así como para las masacres y el arrasamiento de centenares de comunidades a lo largo
y ancho del país. Asimismo se buscó controlar o neutralizar a la población civil mediante su
incorporación a las Patrullas de Autodefensa Civil, estructuras cuya organización fue iniciada
en 1981.
Las PAC correspondían a la organización de la población masculina en una estructura
de defensa de territorio local en apoyo a las acciones militares. Estas cumplían funciones de
vigilancia interna y externa de las poblaciones con capacidad punitiva, de apoyo al patrullaje
militar, de involucramiento en las acciones militares o hasta represivas, según se señalara en
muchas denuncias.
20
Lo sucedido en Guatemala no significó la destrucción de las fuerzas de la URNG, pero
su derrota evidente hacia 1983 la hizo retroceder militar y socialmente, todo lo cual significó
que perdieran la iniciativa, la que pasó a manos del Ejército. Mantuvieron sin embargo parte de
su fuerza política, la que lograron desplegar en el plano diplomático.
El 8 de agosto de 1983 miembros del alto mando del Ejército, comandantes de cuerpos
y de zonas militares separaron al general Efraín Ríos Montt de la Jefatura de Estado.
1.5.7 El Gobierno de facto de Mejía Víctores
Durante el Gobierno de Mejía Víctores, seguro de haber controlado en lo principal al
movimiento insurgente, el Ejército siguió avanzando en el proyecto contrainsurgente, en esta
nueva etapa buscando sentar las bases de una nueva institucionalidad política.
El 19 de enero de 1984 el Gobierno anunció por Decretos-Ley 3- 84 y 4-84 la Ley
Electoral y la convocatoria a elecciones para Asamblea Nacional Constituyente a realizarse el
1 de julio de ese mismo año. El 31 de mayo de 1985 se aprobó la Constitución y un poco más
tarde se convocó a elecciones presidenciales para realizarse en noviembre de ese mismo
año. No obstante, por condición del gobierno militar, la Constitución entró en vigencia el 14 de
enero de 1986, cuando asumió el gobernante electo.
1.5.8 Finalización del enfrentamiento
En enero de 1996, las nuevas elecciones llevaron a la Presidencia de la República a
Álvaro Arzú Irigoyen, candidato del Partido de Avanzada Nacional. Durante el primer año de
gestión de su Gobierno se dio una clara prioridad de acelerar el proceso de negociaciones. De
esa manera el Gobierno y la URNG concluyeron a finales de 1996 el largo proceso de
negociaciones que, contando con la participación de las Naciones Unidas, en calidad de
moderador y con el respaldo de la comunidad internacional, culminó en la firma el 29 de
diciembre de los Acuerdos de Paz. Los Acuerdos establecen compromisos que representan un
logro de incomparable relevancia en la historia nacional de las últimas décadas.
21
1.6 DERECHO A LA RESTITUCIÓN O LA REPARACIÓN
El proyecto inter diocesano recuperación de la memoria (REMHI) señala que los
q´eqchi´ fue el grupo étnico con mayor número de víctimas en el ámbito nacional. Los
principales hechos victimizantes documentados por la comisión de esclarecimiento histórico
para la población indígena q´eqchi´se enmarcan el desaparecimiento forzado, el desplazamiento
forzado, los homicidios, las masacres, los delitos sexuales, los secuestros y la pérdida de
independencia de sus pueblos. conflicto que ha vivido nuestro país y las afectaciones que han
vivido las victimas indígenas da la importancia de programas de reparación formulados sobre
la base culturales y sociales que están en consonancia con las particularidades de los pueblos.
1.6.1 Medidas adoptadas en Guatemala para reparar cada una de las afectaciones
El Fondo de Tierras después de haber sido creado, promovió un programa de
regularización, legalización y adquisición de tierras para las comunidades indígenas
con el objetivo que pudiesen tener certeza jurídica sobre la propiedad de la tierra y así sentar las
bases para el desarrollo rural en el país (Bolívar Jaime, 2009)
A cargo de la implementación de medidas integrales para el resarcimiento de las
víctimas estaba la Comisión Nacional de Reconciliación (CNR) quién debía operar a través del
Programa Nacional de Resarcimiento (Duque, 2005). Ésta Comisión se comprometió a
dignificar a las víctimas por medio de compensaciones, pero dos años más tarde sólo se había
realizado un pago de resarcimiento (Isaacs,2006). Sin embargo, cinco años más adelante la
Comisión mejoró su gestión y logró 8.518 resarcimientos que en dinero costaron
90.112.308,97 quetzales (Martínez Barahona, Gutiérrez Salazar, & Rincón Fonseca, 2012)
En cuanto a la reparación por la pérdida de prácticas ancestrales y la
transformación de las dinámicas sociales, mediante el Acuerdo de Identidad y Derechos de los
Pueblos Indígenas, se pactó el deber de reconocer las tierras culturales, pero no hubo voluntad
política para cumplirlo (Condore Calle, 2007). Como producto de éste acuerdo, también se creó
la ley contra la discriminación racial y, en aplicación de ella, en febrero de 2005, se llevó a cabo
22
el primer proceso, enjuiciando los insultos y amenazas recibidas por Rigoberta Menchú, premio
Nobel de la Paz, el cual concluyó con una sentencia condenatoria para los implicados (Marti i
Puig & Alcántara Sáez, 2004.
La independencia y la autonomía menoscabada, fueron temas centrales de las
recomendaciones de la CEH, se resaltó la importancia del reconocimiento de la nación como
una nación pluriétnica y multicultural con el propósito de prevenir políticas discriminatorias y
comportamientos xenófobos y así hacer más fácil el acatamiento de las recomendaciones
(Ceballos, 2009
La reparación integral es un deber del Estado y es un derecho de las víctimas afectadas
por las infracciones al derecho internacional humanitario y/o las violaciones graves y
manifiestas a los derechos humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno, que
han sufrido daños severos en sus vidas, su integridad, su patrimonio, sus proyectos de vida
personales, familiares y profesionales. Propende por reconocer el daño causado, contribuir a la
reconstrucción del proyecto de vida, devolver a la víctima su estatus y la garantía de sus
derechos, dependiendo del sufrimiento particular, de la visión del entorno y del sentido de
justicia que cada una de ellas pueda tener, pero mejorando su nivel de Goce efectivo de
Derechos
1.6.2 Algunos de los derechos de los pueblos indígenas
El derecho de los pueblos indígenas a disfrutar y ejercer sin discriminación todos los
derechos humanos reconocidos en las normas internacionales, en una doble dimensión: como
personas individuales y como pueblos.
El derecho de los pueblos indígenas a conservar y reforzar sus propias instituciones
políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales, en ejercicio del derecho a la libre
determinación, manteniendo a la vez su derecho a participar plenamente en la vida política,
económica, social y cultural del estado
23
El reconocimiento del derecho de los pueblos indígenas a poseer, utilizar, desarrollar y
controlar las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra
forma utilizado o adquirido. Esto incluye la obligación de los Estados de no desarrollar
actividades militares en tierras o territorios indígenas sin previa consulta.
La obligatoriedad de los Estados de consultar a los pueblos indígenas al tomar medidas
administrativas o legislativas susceptibles de afectarles.
La protección especial a mujeres, ancianos, jóvenes, niños, niñas y personas
indígenas con discapacidad. Estas normas, según el artículo 43 de la Declaración de la ONU
sobre los derechos de los Pueblos Indígenas: “constituyen las normas mínimas para la
supervivencia, la dignidad y el bienestar de los pueblos indígenas del mundo”
1.7 Garantías internacionales
El Convenio sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes, fue
adoptado por la conferencia general de la Organización Internacional del 51 Trabajo el 27 de
junio de 1989 está orientado a ser un instrumento jurídico que facilite el desarrollo de los
pueblos indígenas. En el año de 1991, en Guatemala se inicia un proceso de consulta para la
ratificación del Convenio, el que se organiza regionalmente, creándose la delegación
guatemalteca pro ratificación del convenio; en 1992, el Presidente Serrano Elías, envía el
convenio al Congreso para su discusión. En 1995 el Congreso pide opinión a la Corte de
Constitucionalidad, la que el 18 de mayo de 1995 opina: que el contenido de las normas del
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre Pueblos Indígenas y Tribales
en Países Independientes, no contradice la Constitución Política de la República.
24
1.7.1 Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación racial.
El Gobierno se compromete a promover ante el Congreso de la República un proyecto
de ley que incorpore las disposiciones de la convención al Código Penal.
Siendo Guatemala parte de la convención, se compromete a agotar los trámites
tendientes al reconocimiento del Comité para la eliminación de la discriminación racial tal como
lo establece el Artículo 14 de dicha Convención.
1.7.2 Convenio sobre pueblos indígenas y tribales, 1989 (Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo.
3. El Gobierno ha sometido al Congreso de la República, para su aprobación, el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y, por lo tanto, impulsará su
aprobación por el mismo. Las partes instan a los partidos políticos a que agilicen la aprobación
del convenio.
1.7.3 Proyecto de declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas.
4. El Gobierno promoverá la aprobación del proyecto de declaración sobre los derechos
de los pueblos indígenas en las instancias 53 apropiadas de la Organización de las Naciones
Unidas, en consulta con los pueblos indígenas de Guatemala.
25
III. CONCLUSIONES
ALEJANDRA SARA VIVIANA BAC CUC 202242431
El despojo en Guatemala ha tenido profundos y perjudiciales efectos en la sociedad, la
economía y el medio ambiente. La apropiación indebida de tierras, recursos naturales y
territorios indígenas ha exacerbado las desigualdades, generando conflictos sociales y violencia.
La falta de acceso a la tierra ha dejado a comunidades vulnerables en una situación de
marginalización y pobreza, afectando negativamente la seguridad alimentaria y el bienestar de
las personas. Además, la explotación descontrolada de recursos naturales ha provocado daños
ambientales irreparables, contribuyendo a la degradación del ecosistema y a la pérdida de
biodiversidad. La impunidad y la falta de medidas efectivas para abordar el despojo perpetúan
este ciclo de injusticia. Es imperativo que se implementen políticas que protejan los derechos
de las comunidades afectadas, promuevan la equidad y fomenten la sostenibilidad para construir
un futuro más justo y sostenible en Guatemala. Abordar el despojo implica reconocer su
evolución histórica, comprender sus raíces coloniales y adoptar medidas efectivas para
garantizar la restitución de derechos y la reparación de las comunidades afectadas, en
concordancia con los principios establecidos a nivel internacional.
JULISSA KRISTABEL LUC POP 202243776
El despojo dio inicio desde la llegada de los españoles a tierras americanas
principalmente por la superioridad en distintos ámbitos que estos poseían en contaste con los
nativos americanos. Para legitimar su acción de despojo, los españoles se valieron de la religión.
Utilizaban el pretexto de la evangelización para someter y explotar a los indígenas. Detrás del
sometimiento religioso se encontraba la intención de apropiarse de la fuerza laboral indígena al
punto de la esclavitud. Los conquistadores se apropiaron de todas las tierras conquistadas y con
ella, de sus habitantes iniciando así un periodo de coloniaje que se prolongó por tres siglos. Dio
26
inicio el reparto y la encomienda, que fue el asignar indígenas a los españoles conquistadores y
distribución de algunas parcialidades indígenas.
En el gobierno liberal de Justo Rufino Barrios volvió repartición después de haber sido
abolida casi 200 años, su propuesta suponía ideologías capitalistas, liberación económica pero
termino convirtiendo el país en una finca exportadora principalmente de café. La legislación
sobre trabajo agrícola, emitida por el gobierno liberal de Barrios, no se inspiró en los principios
de dicha doctrina económica y política, ya que violas postulados puros de la misma, como lo
son el de la libertad individual de contratación y la llamada ley de la oferta y la demanda, que
se supone determina el nivel de los salarios dentro de un sistema económico fundada en el
liberalismo.
Durante el conflicto armado interno duro 36 años desde 1960 a 1986 y en este periodo
los gobiernos violaron derechos humanos a los pobladores principalmente a los habitantes
indígenas, masacrándolos, violando a niñas y mujeres, enterrándolos, quemando pueblos
completos obligándolos a migrar.
La historia nos revela como los pueblos indígenas han sido marginados, despreciados y
violentados; a pasar de que han pasado 500 años desde la llegada de los conquistadores, nuestra
sociedad no es capaz de avanzar e integrar sus costumbres a nuestra legislación, haciéndolos
aún vulnerables en el ámbito político y privándolos de derechos reconocidos
constitucionalmente que satisfacen las necesidades básicas para tener un a vida digna. Una de
las soluciones que podemos aplicar individualmente es el respeto y tolerancia a culturas ajenas
y educarnos acerca de los conflictos que causa la discriminación y aprender a solucionar,
compartir conjuntamente.
NORMA CAROLINA MAAS CALATE 202244169
En Guatemala el derecho indígena tiene base legal en la Constitución Política de la
República, el Convenio 169 de la OIT y demás acuerdos relativos a la materia, pero éstos no
son suficientes, porque aún no se ha logrado implementar una administración de justicia que
27
sea igual para todos los ciudadanos y así modernizar el sistema jurídico vigente guatemalteco.
En Guatemala hay varios grupos indígenas que son representados por líderes que han surgido
entre ellos; quienes buscan el desarrollo de sus comunidades, mediante el cumplimiento de los
acuerdos y convenios que 96 regulan el derecho indígena y, a la vez, fomentando la educación
de niños, jóvenes y adultos, incentivando así a los padres de familia de sus comunidades, para
que no se opongan al desarrollo de sus hijos. A pesar de múltiples intentos por consolidar la
igualdad social en nuestro país, aún no se han sentado verdaderamente las bases para la
construcción de un Estado de derecho que cumpla con lo establecido en la Constitución Política
de la República de Guatemala, y Acuerdos de Paz. Hay presupuesto para cubrir muchas
necesidades, por lo que tienen que ser fiscalizados los fondos de inversión social, ya que éstos
administran el capital donado por la Comunidad Internacional. Si se fortalecieran también las
leyes laborales en Guatemala, se evitaría la explotación de los trabajadores agrícolas nacionales,
ya que muchos de los propietarios de fincas y terrenos que contratan personal para las tareas de
cultivo y demás, no respetan los mismos, exponiéndolos a maltrato físico y hasta
discriminativos, no sólo a los campesinos indígenas sino al campesinado en general
PERLA FLORICELDA ICAL CHUN 202146896
En las páginas precedentes hemos demostrado, primero, la íntima relación que se
establece entre los derechos humanos y la ratificación de justicia con los pueblos indígenas.
Posteriormente hemos analizado algunos casos específicos de violaciones a los derechos
humanos, presentes en las mismas legislaciones penales. Estas reflexiones obligan a considerar
que, para una plena vigencia de los derechos humanos, una Administración de Justicia
independiente y eficaz es necesaria, pero no es condición suficiente.
28
VALERIO ANTONIO COY CHEN 202146967
El proceso de ratificación del Convenio 169 de la OIT en Guatemala, marcado por
consultas, análisis constitucional y finalmente la aprobación legislativa, refleja un paso
significativo hacia el reconocimiento y la protección de los derechos de los pueblos indígenas
en el país. A través de este instrumento internacional, se establecen importantes garantías, como
el derecho a la auto identificación, la consulta previa y el derecho a participar en decisiones que
afecten su desarrollo, lo cual representa un avance en el camino hacia la igualdad y la justicia
para todas las comunidades indígenas.
29
IV. BIBLOGRAFIA
• Acuerdos De paz
• Convenio OIT 169
• El despojo. Studocu. https://www.studocu.com/nl/document/universidad-regional-
deguatemala/introduccion-al-derecho-i/el-despojo-los-pueblos-indigenas/37934553
• Medrano Edgar Escobar y Gónzales Camargo Edna, Antología Historia de la cultura
de Guatemala Tomo I
• Urízar Méndez Cesar Augusto Historia Social de Guatemala
30