Fiscalidad en Bornos bajo el I Marqués
Fiscalidad en Bornos bajo el I Marqués
Recibido: 02-03-2016
Aprobado: 08-11-2018
RESUMEN
El objeto de este trabajo es el estudio de la fiscalidad señorial de la villa de Bornos a inicios
del siglo XVI. Por esta razón, analizaremos las distintas rentas que percibía el señor, las caracte-
rísticas de las mismas, así como los métodos de recaudación y gestión de su hacienda en la villa
de Bornos. Del mismo modo, centraremos nuestra atención en los conflictos que entre la villa y su
señor se producirán en torno a una serie de derechos y tributos exigidos por el señor.
Palabras Clave: Bornos, Concordias, Fadrique Enríquez de Ribera, Ordenanzas, Rentas.
ABSTRACT
The object of this work is the study of the lordly tax system in the town of Bornos at the
beginning of the 16th century. For this reason, we are going to analyze the different taxes that were
collected by the lord in his town, the characteristics of such taxes, as well as the mechanisms of
collection and management of his taxes and property. In the same way, we are going to focus our
attention in the conflicts that took place between the town and the lord abouta number ofduties and
taxes that were demanded by him.
Keywords: Bornos,Agreements, Fadrique Enrique de Ribera, bylaw, taxes.
INTRODUCCIÓN
*
Este artículo forma parte de un proyecto de tesis doctoral titulado “Haciendas señoriales en
Andalucía:Los Estados de la Casa Ducal de Medinaceli (siglos XV-XVI)” bajo la dirección del
doctor Ángel Galán Sánchez y se inscribe dentro del grupo de investigación: Poder, fiscalidad y
sociedades fronterizas en la Corona de Castilla al sur del Tajo (HAR2014-52469-C3-1-P), que se
integra dentro de la red de investigación Arca Comunis.
**
Universidad de Málaga. [email protected]
1. Para una biografía de don Fadrique y el contexto histórico en el que se desarrolla su gobierno
del patrimonio y señoríos del linaje de Alcalá: Joaquín González Moreno, “Don Fadrique Enríquez
de Ribera, I marqués de Tarifa”. Archivo Hispalense, 122 (1963): 201-280.
2. Miguel Ángel Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla 1369-1504 (Madrid: Real Aca-
demia de la Historia, 2009), 11-17 y 401-447. Luis Salas Almela, “Recaudar en un distrito señorial:
la dualidad de sistemas de percepción tributaria en el Ducado de Medina Sidonia (siglos XVI y
XVII)”en En busca de Zaqueo. Los recaudadores de impuestos en las épocas medievales y modernas,
ed. Ángel Galán Sánchez, Ernesto García Fernández e Imanol Vítores Casado (Madrid: Ministerio
de Economía y Hacienda. Instituto de Estudios Fiscales.2012), 291-312. Isabel Beceiro Pita, “Los
estados señoriales como estructura de poder en la Castilla del siglo XV” en Realidad e imágenes
del poder. España a fines de la Edad Media, ed. Adeline Rucquoi (Valladolid: Ámbito Ediciones,
1988), 293-324.
3. Las fuentes utilizadas para este trabajo proceden del Archivo Ducal de Medinaceli (Sevilla).
Para este trabajo se han utilizado, además de Las Ordenanzas de Bornos de 1527, (ADM, sección
Alcalá, Bornos, legajo 83, nº 15), algunos otros documentos de la subseries Bornos y Espera, legajos
números 82- 84. Para la documentación sobre las concordias de Bornos se ha acudido a los legajos
83,nº 14 y 84, nº 9. Para el caso concreto de la Casa de Alcalá destaca el catálogo: Antonio Sánchez
González, El archivo de los Adelantados de Andalucía (Casa de Alcalá) (Sevilla: Secretariado de
Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2014), 127-139.
4 Miguel Ángel Ladero Quesada, “De Per Afán a Catalina de Ribera: siglo y medio en la historia
de un linaje sevillano (1371-1514)” En la España medieval 4, (1984): 447–498. Tras la conquista
castellana de la comarca del Guadalete, Bornos se constituyó como una aldea dependiente de Arcos.
En 1304 Fernando IV hace donación de la misma a Fernán Pérez Ponce, señor de Marchena, pasando
posteriormente a Alonso Fernández Marmolejo, veinticuatro de Sevilla. Juan Fernández Marmolejo,
hijo del anterior, será quien venda Bornos a Per Afán de Ribera en junio de 1398. A partir de este
momento, la villa permaneció dentro del patrimonio de la familia Ribera. Un estudio sobre el devenir
de Bornos en la Baja Edad Media hasta el gobierno de Fadrique Enríquez de Ribera se localiza en:
Alfonso Franco Silva, “la villa gaditana de Bornos en la Baja Edad Media”, en En la Baja Edad
Media. Estudios sobre señoríos y otros aspectos de la sociedad castellana entre los siglos XIV al
XVI, ed. Alfonso Franco Silva (Jaén: Universidad de Jaén, 2000), 297-332.
5 Ejemplos en reglamentación fiscal: María Concepción Quintanilla Raso, “La reglamentación de
una villa de señorío en el tránsito de la Edad Media a la Moderna. Ordenanzas de Cartaya. Huelva.
Finales del siglo XV-primera mitad del XVI”, Historia. Instituciones. Documentos, 13 (1986): 189-
260. Isabel Galán Parra, “Sector agrario y ordenanzas locales: el ejemplo del ducado de Medina
Sidonia y condado de Niebla” en Congreso de Historia rural, siglos XV al XIX, (Madrid: Casa de
Velázquez, 1984), 74-94. De la misma autora en colaboración con Miguel Ángel Ladero Quesada,
“Regímenes municipales y poder señorial: las Ordenanzas de 1504 para el Condado de Niebla y el
Ducado de Medina Sidonia”. Huelva en su Historia. Miscelánea Histórica. Huelva, (1986): 203-233.
6. Bartolomé Yun Casalilla. “Consideraciones para el estudio de la renta y la economía señoriales
en el reino de Castila. Siglos XV-XVII” en Señorío y Feudalismo en la Península Ibérica, ed. Eliseo
Serrano Martín, Esteban Sarasa Sánchez Tomo II (Zaragoza: Institución Fernando el Católico, 1993),
17. Luis Salas Almela. “La fiscalidad, el estado moderno y la historiografía nobiliaria: estados fis-
cales y nobleza castellana (siglos XVI-XVII).” Tiempos Modernos. Revista electrónica de Historia
Moderna, nº. 8, (2002) http://www.tiemposmodernos.org/tm3/index.php/tm/article/view/25/47,14-17.
Bartolomé Yun Casalilla.“Consideraciones para el estudio de la renta y la economía señoriales en el
reino de Castilla siglos XV-XVII”, 11-45.
7. Ejemplos de estudios sobre la tipología de las rentas en: Salvador de Moxo y Ortíz de Villajos,
“Los señoríos. En torno a una problemática para el estudio del régimen señorial”. Hispania, 94 (1964):
185-236 y 399-430. Así como en: Salvador de Moxo y Ortíz de Villajos, “Los señoríos, cuestiones
metodológicas que plantea su estudio”, Anuario de Historia del Derecho Español, 43 (1973): 271-
310. María Concepción Quintanilla Raso, “Haciendas señoriales nobiliarias en el reino de Castilla a
fines de la Edad Media” en Historia de la Hacienda española (épocas antigua y medieval). Homenaje
a Luis Garcia de Valdeavellano (Madrid: Ministerio de Hacienda. Instituto de Estudios Fiscales,
1982), 773. Miguel Ángel Ladero Quesada, “Rentas condales en Plasencia (1454-1488), en El siglo
XV en Castilla. Fuentes de renta y política fiscal, ed. Miguel Ángel Ladero Quesada (Barcelona:
Ariel, 1982), 169-189. José Manuel Calderón Ortega, El Ducado de Alba. La evolución histórica, el
gobierno y la hacienda de un estado señorial (siglos XIV-XV) (Madrid: Editorial Dikynson, 2005),
345-353. María del Carmen Saenz Berceo. El régimen señorial en Castilla. El estado de Baños y
Leiva (Logroño, Universidad de la Rioja, 2011), 197-220.
8. María Concepción Quintanilla Raso, “Haciendas señoriales andaluzas a fines de la Edad Media”.
Hacienda y comercio: actas del II coloquio de Historia Medieval Andaluza (Sevilla: Diputación
provincial de Sevilla, 1982), 53-61.
9 A grandes rasgos, se ha seguido el esquema clásico planteado por Quintanilla Raso y otros
que distinguen entre rentas que proceden de la propiedad de la tierra o territoriales; aquellas que
se pagan al señor en tanto que suponen un reconocimiento de su autoridad, como rentas derivadas
del gobierno o la administración del señorío, penas de cámara, monopolios, etc.; y por último, un
conjunto de rentas cedidas o usurpadas a la autoridad regia o eclesiástica, como tercias reales o
alcabalas. Quintanilla Raso, “Haciendas señoriales andaluzas a fines de la Edad Media”: 55.
10. ADM. Secc.Alcalá, leg. 83, nº 14 y 84,nº 9. Las concordias entre el señor y el concejo no
es solamente un hecho privativo de Bornos. Pues Fadrique Enríquez de Ribera realizó también
concordias en sus villas de Espera en 1528 y1535, Tarifa en 1536 y Alcalá de los Gazules en 1515
y 1536; y con un contenido similar: descripción de las rentas que pertenecen al señor, y peticiones
de los concejos para fijar las rentas señoriales y solucionar los conflictos derivados de la posesión
de las dehesas o pastos disputados por el señor y concejo. Estas concordias irán precedidas por
a) El portazgo
que tener en cuenta, que para los concejos y señores el control de la fiscalidad
sobre el tráfico de mercancías a través de la participación en impuestos como
el mencionado portazgo, era una destacada fuente de ingresos para sus respec-
tivas haciendas14. Los ingresos procedentes de los portazgos que llegaban a la
hacienda regia serán cada vez de menor importancia a lo largo de la Baja Edad
Media, puesto que los reyes cedieron la mayor parte de los mismos a favor de
los concejos y de los señores15.Estas donaciones se dieron con más frecuencia
en las zonas fronterizas con el reino de Granada, para así facilitar la llegada
de población y de riqueza; así como en aquellas áreas donde había destacadas
comunidades de mercaderes16. Los nobles vieron en la participación en los
ingresos derivados del tránsito y tráfico mercantil una manera de aumentar su
patrimonio, convirtiéndose así en uno de los elementos claves de las haciendas
señoriales a fines de la Edad Media y primera Edad Moderna17.
El portazgo de Bornos de 1527 grava el tránsito de los productos de
“portadgos e cargas e ganados e otras cosas que pasaren por esta villa e sus
términos18”.Es muy probable, por otro lado, que el portazgo fuese cobrado por
los señores desde la fundación del señorío juntamente con el almojarifazgo.
Cabe señalar que el arancel de portazgo utiliza como sistema para cuanti-
ficar los productos y así establecer el precio de los mismos,la llamada “carga”.
La referencia documental distingue entre carga mayor, media carga mayor,
a las crecientes exenciones y cesiones del mismo a las diferentes instancias concejiles o señoriales.
Cesar González Mínguez. El Portazgo en la Edad Media. Aproximación a su estudio en la Corona
de Castilla (Bilbao: Universidad del País Vasco, 1989), 97 y 146-147. José Damián González Arce
La fiscalidad del señorío de Villena en la Edad Media (Albacete: instituto de Estudios Albacetenses
"Don Juan Manuel",2002), 49 y 240-241. Miguel Ángel Ladero Quesada “Las transformaciones de
la fiscalidad regia castellano-leonesa en la segunda mitad del siglo XIII (1252-1312)”. Historia de la
Hacienda española (épocas antigua y medieval). Homenaje a Luis Garcia de Valdeavellano (Madrid,
Ministerio de Hacienda. Instituto de Estudios Fiscales, 1982), 343. Pedro Andrés Porras Arboleda,
“Portazgos en León y Castilla durante la Edad Media. Política real y circuitos comerciales”, en La
España Medieval, 15(1992): 161-21.
14. González Mínguez. El Portazgo en la Edad Media, 58-64.
15. Miguel Ángel Ladero Quesada, .La Hacienda real en Castilla en el siglo XV (La Laguna:
Universidad de la Laguna, 1973) 126, González Mínguez. El Portazgo en la Edad Media, 52.
16. Miguel Ángel Ladero Quesada, Fiscalidad y poder real en Castilla (1252-1369) (Madrid:
Universidad Complutense de Madrid, Editorial Complutense, 1993), 132.
17 Miguel Ángel Ladero Quesada “Instituciones fiscales y realidad social en el siglo XV cas-
tellano”, en El siglo XV en Castilla. Fuentes de renta y política fiscal, ed. Miguel Ángel Ladero
Quesada (Barcelona, Ariel, 1982), 58-87. González Mínguez, El Portazgo en la Edad Media, 196.
En ocasiones, el deseo de hacerse con tan suculenta renta, originará en los siglos finales de la Edad
Media, la proliferación de los portazgos ilegales, Ladero Quesada, Fiscalidad y poder real, 132.
Ladero Quesada, La Hacienda real de Castilla, 148. Juan Carlos Martín Cea, Julio Valdeón Baruque,
“Reflexiones sobre la crisis bajo medieval en Castilla”, en La España Medieval. Estudios dedicados
al profesor don Ángel Ferrari Nuñez, vol. II, 4, (1984), 1059.
18. ADM, Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f.140rº.
carga menor y media carga menor. Ahora bien, para el antiguo reino de Sevilla
y según el profesor Ladero Quesada, una carga mayor equivale a 2,5 fanegas
(138,75 kilos aproximadamente) media carga menor a 1,5 fanegas (69.375 kilos
aproximadamente) una carga menor corresponde a 2 fanegas (111 kilos aproxi-
madamente) y media carga menor a una fanega (55,5 kilos aproximadamente)19.
De esta forma, dentro de los productos gravados se pueden distinguir;
productos textiles elaborados,condimentos aromáticos, frutos o semillas, productos
cárnicos pescado,caracoles, plantas tintóreas, herramientas de metal de uso coti-
diano, aceite, miel, vino, vinagre, metales nobles, cueros, pieles, madera, aperos
de labranza productos industriales( jabón, sebo), ganado y esclavos20.
El arancel del portazgo incluye aparte de los productos, su carga y la
cantidad a pagar, una serie de disposiciones sobre el mismo. De esta manera,
se indica que no se puede pedir portazgo por “sus personas” a ningún cristiano
libre, tampoco “de los asientos de los hombre o mugeres que pasan cabalgando”,
ni tampoco de las joyas y ropajes utilizados para uso personal y no para venta.
Los caballeros, letrados y clérigos quedaban exentos del pago del mismo sobre
las vajillas de plata,y en general, cualquier producto que llevasen para su uso
personal. Tampoco por lo que los individuos llevasen en sus alforjas o bolsas,
pero sólo en el caso de que no fuesen productos destinados a la venta o no perte-
necieran a la lista de productos contenidos en el arancel. Los esclavos que no
estaban destinados a la venta en pública almoneda tampoco pagaban portazgo21.
Solamente se cobraba portazgo por lo expuesto en el arancel y en la cantidad
indicada. Los portazgueros, decir las personas dispuestas por el arrendatario
para recaudar la renta, deben mostrar el arancel del portazgo a los comerciantes
cuando fuesen a cobrarlo. Al acceder al arrendamiento,los arrendatarios deben
presentar el arancel ante un escribano que dará fe de que éste se adecua al que
se pregonó públicamente a principios del año, que a su vez se encuentra fijado
en unas tablas en poder del escribano. Si el arrendatario o el portazguero exigía
unas condiciones que no eran las establecidas en el arancel, la primera vez sería
penado con la pérdida ¼ de sus bienes, que serían destinados a la cámara señorial
y también sufriría el destierro por un año. Si volvía a reincidir,éste perdería la
mitad de sus bienes y el destierro sería de dos años. Si por tercera vez exigía
otras condiciones que no eran las del portazgo, se le confiscarían todos sus bienes
y sería desterrado para siempre del señorío22.
Por último, es necesario indicar las similitudes existentes entre los diferentes
aranceles de portazgo emitidos en Andalucía a partir del reinado de los Reyes
Católicos. Así, el arancel del portazgo otorgado por los Reyes Católicos a Juan
Téllez Girón, II Conde de Ureña (1469-1528) y al concejo de Morón y fechado
en 1490, es idéntico al plasmado en las ordenanzas de Bornos, lo mismo ocurre
con el portazgo de Santisteban del Puerto de 149123. Como señala el mismo
documento del portazgo de Morón, el origen de esta realidad se encuentra en las
protestas que mercaderes y comerciantes van a presentar ante los Reyes Católicos
por los abusos cometidos en el cobro del portazgo, puesto que los portazgueros
cobraban tasas muy altas; y muchas veces exigían el tributo sin mostrar el
arancel con la cantidades establecidas, en algunos casos extorsionando incluso
a los mercaderes. La Monarquía enviará a agentes reales a los distintos lugares
donde se cobraba el portazgo, para que los portazgueros o los arrendatarios les
muestren los títulos que tenían para cobrar el dicho arancel con el objetivo de
hacer una pesquisa y clarificar la situación. Como resultado de esta inspección,
se elaboró una serie de normativas sobre el cobro del impuesto para su aplica-
ción en los diferentes lugares, de forma que se establecieron unas condiciones
generales que legislaban su percepción, así como las cantidades fijas a pagar en
función del producto y la cantidad (la carga mayor y menor)24.
Tabla 125.
CARGA O UNIDAD DE
PRODUCTOS MRS
TRIBUTACIÓN
Carga Mayor 24,0
Joyerías, buhonerías, sedas, tocas, almai-
zares, albornoces, oro y plata (labrada), Media Carga Mayor 12,0
aljófares, piedras preciosas, azogue y
Carga Menor 12,0
bermellón.
Media Carga Menor 6,0
Paños, frisas, fustanes, sayales, lienzos, Carga Mayor 12,0
cueros,pastel, calderas, cardas, calzados, Media Carga Mayor 6,0
azúcar, almendras, pellejos, ropas vieja, Carga Menor 6,0
alfombras, mantas, algodón Media Carga Menor 3,0
23. AHN. Archivo de la Nobleza de Toledo. Sección Osuna, leg. 81, nº 7. Copia certificada en
Osuna a 11 de febrero de 1730. Del mismo modo, Quintanilla Raso también arguye las arbitra-
riedades cometidas por los portazgueros como motivo que justificó la elaboración de este arancel.
María Concepción Quintanilla Raso.“La casa de Benavides en Andalucia”. Historia,Instituciones.
Documentos, 3, (1976): 452-453.
24 González Arce, La fiscalidad del señorío de Villena, 250.
25. Rentas del portazgo de 1527. Según las cantidades de las diferentes cargas y cuantías ADM,
leg. 83, nº 15.
CARGA O UNIDAD DE
PRODUCTOS MRS
TRIBUTACIÓN
Carga Mayor 8,0
Media Carga Mayor 4,0
Miel
Carga Menor 2,0
Media Carga Menor 1,0
Rubia, cáñamo, lino lana, aves, caza, Carga Mayor 6,0
salvajina, semillas, madera labrada, herraje, Media Carga Mayor 3,0
jabón, pescados Carga Menor 3,0
Media Carga Menor 1,5
Carga Mayor 4,0
Aceite, zumaque, caracoles, madera bruta, Media Carga Mayor 2,0
vinagre, bellotas, castañas, tocino, cecina,
barro Carga Menor 2,0
Media Carga Menor 1,0
Carga Mayor 3,0
Sebo, Sardinas
Media Carga Mayor 1,5
Carga Mayor 2,0
Esparto labrado Media Carga Mayor 1,0
Carga Menor 1,0
Carga Mayor 1,0
Esparto sin labrar
Media Carga Mayor 0,5
Pellejos, fustán, lienzo, sayal, frisa,cueros Una docena 1,5
Azafrán, seda, plata una libra 1,0
Colleras Unidad 2,0
Pellejos, fustán, lienzo, sayal, frisa, cueros,
Unidad 1,0
sillas de montar, aperos de labranza, aves
Ganado Mayor Cabeza 1,5
Ganado Menor Cabeza 0,5
b) Almojarifazgo
26. Ladero Quesada, Fiscalidad y poder real, 140. Mariano L. de Castro Antolín, “Consideracio-
nes en torno al origen y concepto de almojarifazgo”. Andalucía Medieval. Actas de I Congreso de
Historia de Andalucía. Tomo I (Córdoba: Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de ahorros de
Córdoba, 1978), 435. José Damián González Arce, “Almojarifazgo y economía urbana en el reino
de Murcia, siglo XIII”. Hispania. Revista Española de Historia, 183 (1993): 6-7.
27. Ladero Quesada, Fiscalidad y poder real, 147. En el señorío de Villena, buena parte de las rentas
señoriales y concejiles tenían su origen en el antiguo almojarifazgo regio, que fueron cedidas a los
señores y los concejos. José Damián González Arce, “De conjunto de rentas a impuesto aduanero. La
transformación del almojarifazgo durante el siglo XIV en el reino de Córdoba”. Anuario de Estudios
Medievales, 42 (2012), 669-695. Un estudio de las características, similitudes y particularidades
de los almojarifazgos de Niebla, Arcos de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda en: José Damián
González Arce, “La composición de los almojarifazgos señoriales del reino de Sevilla. Siglos XIII-
XV”. Historia. Instituciones. Documentos, 41 (2014): 244-273.
28. Sobre el almojarifazgo de Arcos ver: Emma Solano Ruiz, “La hacienda de las casas de Medina
Sidonia y Arcos en la Andalucía del siglo XV”. Archivo Hispalense, nº 168 (1972): 88 y también,
José Damián González Arce, “La composición de los almojarifazgos señoriales”, 253-255. Bornos
y Espera pertenecieron a Arcos, La cual incluso durante El siglo XIV pondrá trabas a que Per Afán
cobrase El almojarifazgo de estos núcleos. De ahí por tanto las grandes similitudes en las caracte-
rísticas dicho gravámen. ADM, Alcalá, leg. 82-11.
29 Esto se observa también en las ordenanzas de Alcalá de los Gazules. Marcos Fernández Gómez,
Alcalá de los Gazules en las Ordenanzas de marques de Tarifa. Un estudio de legislación local en
el Antiguo Régimen (Alcalá de los Gazules, Cádiz: Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules, 1997),
128-131. El almojarifazgo de Bornos está recogido en: ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f.
145vº-152rº.
30. Ladero Quesada, La Hacienda Rea de Castilla, 57-85. Salvador de Moxo y Ortiz de Villajos,
La Alcabala. Sus orígenes, concepto y naturaleza (Madrid. Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, 1963). Para este primer período de la alcabala ver Ladero Quesada, Fiscalidad y poder
real, 175-189.Una síntesis de la participación de la nobleza en la renta de alcabala durante la Baja
Edad Media en: Ladero Quesada, La Hacienda Rea de Castilla, 75-93.
31. González Arce, La fiscalidad del señorío de Villena, 191-193.
a una demanda interpuesta a fines del siglo XVI por varios vecinos para que
se dejase de cobrar el almojarifazgo en la villa, se justificaba la percepción del
mismo por parte del marqués de Tarifa en tanto que éste era un derecho que el
señor percibía “por razón del domino solariego que ha tenido e tiene della y sus
términos, y sus tierras, y auerlas dado a los pobladores”32.
Los comerciantes o cualquier persona foránea que llegaban a Bornos
para vender, cambiar o comprar mercancías, antes de iniciar las operaciones,
debían llevar sus productos ante el arrendatario del almojarifazgo, el cual tenía
que registrar la mercancía y dar la licencia para llevar a cabo las transacciones
comerciales. Del mismo modo, una vez que los mercaderes hubieran acabado
con sus operaciones económicas, debían repetir el proceso33. Si no cumplían
esta normativa, eran obligados a abonar el derecho al arrendatario o al fiel, en
el caso de que se recaudase el almojarifazgo mediante el sistema de fieldad,
con el “cuatro tanto” añadido34. Se trata, por tanto, de mecanismos destinados
al control de los productos que entran y salen de Bornos, para evitar posibles
fraudes, puesto que, como señalan las ordenanzas, el mercader “podría vender
y dezir que no vendió”35.
32. La demanda está datada en 1595. No es sino la tercera de un largo proceso que pareció
concluso tras la concordia de 1536, de ahí que esta demanda no prosperase. En ella, los vecinos
argüyen que están exentos de alcabala por privilegio especial de los Reyes Católicos, identificando
a esta con el gravámen que sobre las compraventas percibía el marqués. Efectivamente, Parece ser
que los vecinos de Bornos y Espera eran francos de almojarifazgos, rodas, portazgos y alcabalas
“para el proueimiento e mantenimiento de las dichas villas” en tanto que tierra de Frontera. Con
estas palabras lo señala una provisión dada por el concejo de Sevilla en 1480 para que se guarden
ciertos privilegios que tenía la ciudad de Tarifa. Ahora bien, la respuesta desde la Chancillería fue
que la alcabala no debía confundirse en modo alguno con el almojarifazgo que el señor cobraba, del
que no estaban exentos, y que era cobrado por el señor en virtud de su labor repobladora, en tanto
que se le había otorgado una fortaleza en la Frontera para su defensa y ellos habían incentivado la
llegada de vecinos y creado un núcleo en torno a la fortaleza. La Provisión de la ciudad de Sevilla
en ADM. Secc. Alcalá, leg. 82. nº 9. Respuesta y memorial de la Chancillería sobre la demanda
de los vecinos. ADM. Secc. Alcalá, leg. 41. nº 13. Este documento es evidencia de las distintas
fases en el proceso repoblador llevado a cabo por los señores con el apoyo de la monarquía para
fortalecer las zonas fronterizas. Manuel García Fernández. La campiña sevillana y la frontera de
Granada (siglos XIII-XV). Estudios sobre poblaciones de la Banda Morisca (Sevilla: Fundación
Consta, 2005), 51-65.
33. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 150 vº y 151rº.
34. En el caso que no se arrendasen las rentas, se designaban a unos oficiales (fieles) pertenecientes
al ámbito de confianza del señor, que las recaudaban sin llevar nada a cambio, excepto un salario por
sus servicios y que se extraía del montante recaudado (generalmente un 3%) ADM, Alcalá (Bornos),
leg. 83, nº 15, f. 135rº. Para una visión sobre la fieldad, en el ámbito de la fiscalidad regia ver:
Agatha Ortega Cera, “La recaudación de las rentas regias en la Castilla del siglo XV a través de la
fieldad. Algunas notas para su estudio” Baética: Estudios de Arte, Geografía e Historia, 34 (2012),
297-314.
35. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 150vº.
36. Se excluye el pan o cereal empleado para dar de comer al ganado, que sí gravaba el 5%. La
razón que aducen las ordenanzas es que se trata de “granjería no de labranza”. ADM. Alcalá (Bor-
nos), leg. 83, nº 15, f. 146vº.
37 ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 150rº-150vº. Las ordenanzas señoriales solamente
entienden la franqueza de los vecinos en relación con los productos “de su labranza e crianza”, no
del resto de transacciones comerciales que se realiza los vecinos en la villa. En el pleito de 1536
presentado en la Chancillería parece ser que los vecinos mostrarán su disconformidad con la pre-
sencia de este gravamen, ya que ellos consideraban que estaban exentos de todo pago del mismo,
no solamente de lo que producía, y que este almojarifazgo había sido introducido en tiempos de
Pedro Enríquez, muerto en 1492. Sin embargo, al retirarse del pleito, el concejo de Bornos aceptó
el cobro del almojarifazgo por parte del señor. En Tarifa se vive la misma situación, Fadrique En-
ríquez aduce en el pleito contra el concejo de Tarifa que la franqueza no afecta a los bienes que no
se produzcan en la villa. Este suceso está ligado a los acontecimientos narrados en la nota 33, en
tanto que los vecinos van a identificar como un mismo gravamen a la alcabala y al almojarifazgo
señorial. ADM. Secc. Alcalá, leg. 84, nº 9 (concordia entre la villa de Bornos y Fadrique Enríquez)
y leg.90, nº 15(concordia de Tarifa) En Alcalá de los Gazules parece ser que regía el mismo sistema
que en Bornos, lo pagaban tantos lo que compraren como los vendieren, sean vecinos o forasteros.
Fernández Gómez, Alcalá de los Gazules, 130. En Chinchilla, perteneciente también a la misma
jurisdicción del marqués de Villena, regía el mismo sistema que en Bornos. EnVillena o em Morón
de la Frontera de La Frontera, estaban francos de su pago los vecinos. González Arce, La fiscalidad
del señorío de Villena, 192. García Fernández. La campiña sevillana y la frontera de Granada, 33,
58-59.
38. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 148rº.
39. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 147rº 148rº.
40. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 145vº. Gracias al padrón de 1536, que recoge el
número de pecheros de Bornos, señalando em algunos casos el oficio que ejercitaban se conoce que
de los 142 pecheros había 3 arrieros, 3 molineros, 2 tejedores, 2 sastres, 2 pescadores, 1 mesonero,
1 albañil, 1 carpintero, 1 zapatero, 1 herrero, 1 herrador, 1 espartero y 1 cestero. La existencia de
numerosas exenciones de oficios( herreros, carpinteros) así como de productos relacionados con la
subsistencia diaria está íntimamente relacionado con una política repobladora, de manera que estas
franquezas hagan atractiva la llegada de nuevos pobladores a una villa surgida en la frontera granadina,
que como otras localizadas en el mismo ámbito, adolecieron de una escasez de población. De esta
necesidad de poblar la villa una vez desaparecida la Frontera, dan buena muestra ambas concordias,
donde es frecuente la referencia la escasez de población y la presencia de “tierras vacías”. Otros
fenómenos en García Fernández, La campiña sevillana y la frontera de Granada, 51-65.
41. Así, los alimentos exentos del pago serán el pescado, pan cocido, queso, leche, aceite, miel,
vino, miel, tocino, la carne de monte y de caza. El trigo y la cebada, aunque pagaban almojarifazgo,
era éste muy reducido. Sobre estos dos productos se grababa el 2,5% del valor de la mercancía.
ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 150rº.
42 ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 148vº,149vº y 151rº.
43 El mayordomo era el administrador de la hacienda señorial en cada una de las villas del señorío.
Por encima de los mayordomos se encontraba la contaduría señorial. ADM, Alcalá (Bornos), leg.
83, nº 15, f. 195vº.
44. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 148vº y 150vº.
45. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 147rº.
a) Molinos
b) Hornos
299-301. Fernando Mazo Romero, El Condado de Feria: 1394-1505: contribución al estudio del
proceso señorializador en Extremadura durante la Edad Media (Badajoz: Institución cultural Pedro
de Valencia 1980), 460-464. Fernández Gómez, Alcalá de los Gazules, 170.
50. ADM. Alcalá, leg. 84, nº 1.
51. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 160rº.
52. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 163v.
53. Los molinos no rendían al mismo tiempo, sino que “para evitar que los unos resçiban mas
agravio que los otros”, es decir, que muela más unos que otros y obtenga más ganancias, el señor
c) Carnicería
En las ordenanzas se indica que a la hora de pesar las carnes para determinar
su valor se debe seguir como modelo los pesos y medidas de Sevilla, para así
establecer el precio a pagar por el uso de esta infraestructura por los vecinos.
De esta manera, el arrendatario de la carnicería se compromete a establecer el
valor de la carne tomando como referencia el precio por el cual vendía la carne
el obligado de Sevilla para el abastecimiento de la ciudad54. A partir de estos
datos, se establecía un precio de consenso55.Sobre la tasa establecida tras pesar
las libras de carne se imponen una gravamen especial, la sisa56.
Ahora bien, aparte de los tributos mencionados y remitidos anualmente, el
señor puede requerir en cualquier momento más productos cárnicos, que deben
de ser enviadas a las despensas señoriales. La población no puede vender carne
proveniente de otro lugar que no fuere la carnicería señorial, so pena de 600
maravedís de pena para el arrendatario57. Los vecinos están obligados del mismo
modo a vender su ganado al arrendatario de la carnicería. Aún más, en el caso
de que alguien foráneo se interesase por comprar alguna res a algún vecino
y el arrendatario igualmente quisiese comprarla para la carnicería, éste tenía
preferencia sobre el forastero.
El arrendatario de la carnicería gozaba de ciertas exenciones del almoja-
rifazgo. De esta forma, el sebo, la corambre y los pellejos que el arrendatario
vendiese no gravaban imposición de ningún tipo, ni para él ni para el comprador,
al igual que el ganado que comprase58.
establece que el uso de los molinos se alterne cada ocho días, es decir, por tanto, ocho días se molerá
el cereal en uno y ocho Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 136vº-137vº.
54. “El arrendador de la carnicería sea obligado a pesar las libras de la carne como pesaren los
obligados de Sevilla”. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 152rº. El obligado era el encargado
del abastecimiento de la carne, el cual tendría el monopolio de las ventas y gozaba de ciertas pre-
bendas para acceder a pastos. A cambio, se comprometía a suministrar la carne necesaria a un precio
fijo. Antonio Domínguez Ortiz. El Antiguo Régimen. Los Reyes Católicos y los Austrias. (Madrid:
Alianza 1988), 199.
55. Este sistema también se dio en otros lugares, como Carmona. Allí, los carniceros debían hacerse
con actas notariales que acreditasen los precios de tasa en las carnicerías sevillanas. Manuel González
Jiménez, El Concejo de Carmona a fines de la Edad Media (1464-1523) (Sevilla: Diputación de
Sevilla: 1973), 266.
56. La sisa sobre la carne es la única referencia que existe en las ordenanzas sobre este gravamen.
Se trata de una sobretasa establecida sobre determinados artículos, especialmente alimentos. Era una
renta concejil y se arrendaba junto al conjunto de las rentas concejiles. González Arce, La fiscalidad
del señorío de Villena, 193-202.
57. Según la concordia de 1528 así quedó establecido el valor de las reses bovinas en función del
peso: res de cuatro años 6 reales( mortecino 4), si es utrero 4 reales( mortecino 2); los terneros se
tasan en 2 reales y las vacas a 6 reales( mortecinos 4)
58. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 152rº.
a) Montaracía
59. Se entiende por tanto, que el montazgo entre dentro de la categoría de renta jurisdiccional,
puesto que la justificación legal por parte del señor para cobrarlo se encuentra en la donación gené-
rica de “pastos, prados, montes y aguas” que adquiere al entrar a la jurisdicción. Mazo Romero, El
condado de Feria, 430. González Arce, La fiscalidad del señorío de Villena, 128-140. Alcalá de los
Gazules, que presenta unas condiciones muy similares a las de Bornos, Fernández Gómez, Alcalá
de los Gazules, 132-136.
60. Condiciones para el arrendamiento de la montaracía, ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff.
172rº-177 vº.
61. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 175vº.
62. El arrendador de la montaracía está obligado también a dar otros 1000 maravedíes que fun-
cionarán como un depósito gestionado por el diputado “para que pague dellos a las personas que
vinieren acusando o denunciando qualesquier pena la parte que de las dichas penas han de auer por
lo que asy acusaren” ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 175vº -176rº Alcalá (Bornos), leg.
83, nº 15, f. 176vº.
63. Para el ganado mayor, un hato sería a partir de 10 cabezas de ganado y de menor a partir de60
cabezas.
b) Herbaje
El herbaje se puede definir como el tributo que se pagaba por el uso de los
pastos o“hierba” (de ahí su nombres) por parte de los ganados que no pertenecían
a los vecinos de Bornos66. Las cantidades apagar eran muy exiguas, estando
valoradas en 5 y 34 maravedís por cada cabeza de ganado menor y mayor,
respectivamente. En la concordia entre el señor y el concejo de 1528,a cambio
de fijar la renta que debe pagar cada nuevo vecino en función de la cantidad
de ganado que introdujese en la villa, los vecinos se comprometieron a tomar
3 arados por cada 50 vacas, 600 ovejas o 400 carneros que trajeran a la villa67.
Si la cantidad de ganado que tenía cada vecino excedía o disminuía también
sería obligatorio que tomasen tierras68.
64. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 172rº-172vº. Aunque si el ganado que llevare fuese
menor de un hato(tanto ganado mayor como menor), solo pagaría 2 maravedíes en compensación.
Lo mismo pagaban los vecinos de Espera que llevasen sus ganados a las dehesas. ADM. Alcalá
(Bornos), leg. 85, nº 1. Según la concordia de 1528 tres de las dehesas de Bornos eran señoriales,
decir, propiedad “privada” del señor, no solamente una autoridad pública en virtud de su jurisdic-
ción. Fernando Mazo se plantea que en estos casos en los que además existe un derecho territorial
del señor, se puede englobar la montaracía como renta territorial, y no jurisdiccional. ADM. Secc.
Alcalá, leg. 83-14.
65. ADM. Secc. Alcalá, leg. 199, nº 1.
66. El herbaje en las ordenanzas. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 169vº-172rº. Sin em-
bargo, en Oliva de la Frontera, perteneciente al ducado de Feria, se denomina herbaje a un impuesto
que pagaban los campesinos por el uso de la hierba que sus ganados consumía, del que en Bornos
estaban exentos. Mazo Romero, El condado de Feria, pág. 430.
67. 200 cabezas de ganado menor y 20 cabezas de ganado mayor.
68. Al igual que las exenciones del almojarifazgo, estas medidas tiene un claro sentido poblador.
De esta forma, mediante esta obligación a tomar tierras a partir de una determinada cantidad de
ganado, el señor está buscando explotar el potencial económico derivado de esa actividad, al tiempo
que refleja la importancia que la actividad pecuaria tenía en la zona gaditana-xericense. MiguelÁn-
gel Ladero Quesada, “Los señoríos medievales en el ámbito de Cádiz y Jerez de la Frontera” En
la España Medieval, nº 2 (1982): 543-572. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 100rº. ADM.
Alcalá (Bornos), leg. 85, nº 1. Sobre la compra de tierras en Bornos ADM. Alcalá (Bornos), leg.
84, nº 12-19.
69. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 171vº. Sin embargo,en el folio 5 perteneciente al
título 30,que habla de las condiciones para ser recibido como nuevo vecino, se señala en una grafía
añadida al texto de las ordenanzas, que las penas del herbaje las cobraba el concejo, por lo que
parece ser que éste finalmente se hizo con el cobro de esta renta. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83,
nº 15, f. 50rº. El herbaje en las ordenanzas. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 169vº-172r.
70. Así, el Adelantado de Andalucía tenía la potestad en tanto que señor jurisdiccional de llevar
a los baldíos de la villa, mil ovejas y mil carneros, 30 yeguas de vientre con sus crías y también
400 vacas. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 171vº.
71 En la concordia se aceptan como rentas señoriales las tierras de pan, el almojarifazgo, las
montaracías, los 3 hornos, los 10 molinos y dehesas.
72. En el pleito entre la villa y Fadrique Enríquez, el señor defiende que los términos no son del
concejo, porque fueron los predecesores del marqués quienes compraron el castillo con su término,
y fueron ellos quienes defendieron y poblaron la fortaleza, hasta transformarla en villa. Para el
marqués, este hecho justifica prácticas como introducir ganado en el término, exigir que los nuevos
vecinos tomen tierras en arrendamiento, o exigir rentas a los nuevo pobladores,como se vio en el
almojarifazgo, en tanto que fueron sus antecesores quienes poblaron el núcleo otorgando tierras a
los campesinos; ADM. Secc. Alcalá, leg. 84-9. La respuesta de don Fadrique Enríquez de Ribera es
la constatación del proceso de repoblación fronterizo equiparable a otras villas como Los Molares,
el Coronil, Cote, etc; caracterizada por: un proceso de concentración de la propiedad de la tierra en
manos de un miembro de la oligarquía sevillana (como los Ribera), tenencia de una fortaleza a la
que los reyes dotarán de término (en este caso, los castillos de Bornos y Espera fueron desgajados de
Arcos y entregados para su defensa a élites nobiliarias, para posteriormente pasar al linaje Ribera),
proceso de instalación de pobladores atraídos por privilegios de franquicias y exenciones a los cuales
los señores entregaban tierras de labor u otro tipo de instalaciones para su explotación a cambio de
la entrega de percepciones( como los terrazgos en Bornos). García Fernández, La campiña sevillana
y la frontera de Granada, 58-59, 334-342 y 61-62.
73. El concejo de Bornos solamente tenía una dehesa, la llamada “de la villa”. De ahí que éste
reclamara las dehesas en la demanda puesta en la chancillería. El peso económico de la ganadería era
muy importante y por tanto, una actividad generadora de ingresos, así como la actividad cinégética.
Son frecuentes las referencias en las ordenanzas de Bornos o Alcalá de los Gazules a la explotación
de montes y dehesas. Sin embargo, el desequilibrio es más que evidente, el señor no solamente co-
bra la montaracía, sino que, de las dehesas en la que pastaban los vecinos y moradores de Bornos,
2/3 son del señor, de ahí que el concejo reclame las rentas y señale que tienen grandes dificultades
económicas y no tienen propios. Un caso que guarda similitudes es Tarifa, allí el señor, después de
la celebración de las concordias, de 10 dehesas, poseerá 8, aunque renunciado a las tierras de cereal
de la villa, que serían del concejo o de los vecinos. En Bornos y Espera en cambio, el señor posee
también las tierras de pan que eran arrendadas a particulares de la villa. Emilio Martin Gutiérrez,
“Estructura económica y grupos de campesinado en la villa de Tarifa a fines de la Edad Media”, en
XII Congreso de Historia agraria. Acta Historica et arqueológica medievalia, (2010), 338.
74. En estas se incluye un testimonio de un modelo documental a seguir para hacer las escrituras
de los arrendamientos de las dehesas. Gracias a la conservación del mencionado contrato de arren-
damiento y el estudio del mismo por Fernández Gómez, se pueden vislumbrar las condiciones del
mismo, que serán muy similares en Bornos. Fernández Gómez, Alcalá de los Gazules, 165.
75. Así consta el cuaderno de rentas de 1543. ADM. Alcalá, leg. 83, nº 6. Normalmente se arren-
daban entre uno o diez años.
76. No siempre se entregaba la renta en esa fecha, en otras ocasiones el arrendamiento empezaba,
y se entregaba la renta el día de Santiago, el 25 de julio.
77. Para ver la administración de las dehesas señoriales en otras casas señoriles, ver Cabrera Muñoz,
El condado de Belalcázar, 277-288.
Las dehesas fueron otra de las rentas disputadas entre el señor y el concejo78.
De esta forma, en el pleito de 1535 el concejo va a defender que las dehesas
habían sido arrebatadas injustificadamente por el señor79. Sin embargo, en la
concordia final se conformará con el traspaso al concejo de una serie de arados
en las dehesas, que pasarían a ser explotadas por el concejo. Asimismo, la dehesa
de Picar sería transformada en tierras de cereal para arrendarla a los vecinos80.
78. Según señala Yun Casalilla, siguiendo a Mata Olmo, la confusión jurídica existente sobre
la propiedad y dominio de la tierra facilitó la usurpación de la tierra por parte de los señores, en
lugares de poblamiento concentrado y con élites rurales en muchas ocasiones clientes y favorables
a las medidas del señor. Bartolomé Yun Casalilla, “Consideraciones para el estudio de la renta y
economías señoriales en la Corona de Castilla(siglos XV-XVIII)”, en Bartolomé Yun Casalilla: La
gestión del poder. Corona y economías aristocráticas en Castilla (siglos XVI-XVIII) (Madrid: Akal,
2002), 19. Rafael Mata Olmo, Pequeña y gran propiedad agraria en la depresión del Guadalquivir
(Madrid: Secretaría General Técnica, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1987, t. I),
125.
79. Por parte de los concejos se aduce que esta posesión de términos por los señores responde a
una serie de usurpaciones iniciadas en el gobierno de Pedro Enríquez, hacia finales del siglo XV.
Pese a la demanda presentada por el concejo en Bornos, no se produjo ninguna sentencia firme
por parte de la Chancillería a favor de la villa como sí sucedió en cambio en Tarifa, pues en el
caso de Bornos el pleito fue interrumpido por la celebración de la concordia en que se reconoce la
señor la posesión de la mayor parte de las dehesas. El señor usara siempre el mismo argumentario,
recurriendo a la repoblación. ADM. Secc. Alcalá, leg. 84, nº 9 y 86, nº 22. Otros casos de conflicto
entre señores y vasallos en: Emilio Cabrera Muñoz, “Usurpaciones de tierras y abusos señoriales
en la sierra cordobesa durante los siglo XIV y XV”. Actas del I Congreso de Historia Medieval de
Andalucía, 33-84.
80. Dos arados en la dehesa de la Manchuela, dos en la llamada del Ercho o Picar (estas dehesas
eran del señor) y otros cuatro arados que el señor había mandado hacer en la “dehesa de la villa”.
Las dehesas se encontraban entre los términos de Espera y Bornos, así estas disposiciones afectan
a ambas villas. ADM. Secc. Alcalá, leg. 84, nº 9.
81. Alfonso María Guilarte, El Régimen Señorial en el siglo XVI (Madrid: Instituto de Estudios
Políticos, 1962), 144. Mazo Romero, El condado de Feria, 436.
82. Salvador de Moxo y Ortiz de Villajos, “Los señoríos, cuestiones metodológicas que plantea su
estudio”, 282 y 301-303. Cabrera Muñoz, “Señores y vasallos”, 145. Quintanilla Raso, sin embargo,
no ve una diferente radical entre ambos tipos de renta, en tanto que, la propiedad de las tierras, por
parte del señor, se fundamenta en última instancia en la autoridad, valga la redundancia, señorial.
Quintanilla Raso, “Haciendas señoriales andaluzas”, 774. A este respecto, cabe citar el trabajo que
sobre el pecho agrario realizará Mario Bedena Bravo “Análisis de la fiscalidad señorial. El pecho
agrario”, Análisis de estudios económicos y empresariales, 3 (1988): 91-124.
83. Mazo Romero, El condado de Feria, 448-451. La información que se dispone para las carac-
terísticas del arrendamiento de las tierras de cereal en las villas gobernadas por Fadrique Enríquez
de Ribera, proceden del modelo documental de arrendamiento firmado por el mayordomo y el
arrendatario que, conserva actualmente en las ordenanzas de Bornos. ADM. Alcalá (Bornos), leg.
83, nº 15, ff. 191rº-195rº.
84. En el cuaderno de rentas de 1543, aparece sólo la duración del arrendamiento en algunos
casos. Es por otro lado, una duración similar al arrendamiento de las dehesas. Parece ser que nunca
se excedía de 9 o 10 años según indica el arrendamiento de tierras de 1543.
85. Una de las condiciones de la concordia de 1536 pretende establecer también un control sobre
los terrazgo, de este modo, y tal y como reza; se señala que las tierras de pan sembrar que hay en
el término son del señor, “de la manera que oy día las tiene que son a treinta e çinco fanegas cada
asiento con sus pujasen los asientos que son de pujas puesto que cada arado no tenga tanta tierra
como a de tener”. ADM. Secc. Alcalá, leg. 84, nº 9. La caracterización de la cesión de tierras a
renta revisable y sus diferencias respecto al norte peninsular ha sido esbozada por Yun Casalilla,
“Consideraciones para el estudio de la renta”, 20.
86. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 118rº y 191rº. Condiciones muy similares se encuen-
tran en las ordenanzas de Alcalá de los Gazules. Fernández Gomez, Alcalá de los Gazules, 161-164.
En Alcalá de los Gazules se puede observar a través de sus ordenanzas la estructura económica
marcada por una realidad tripartida. Baldíos, dehesas concejiles y prados que eran explotados por
el concejo; viñas, huertas y olivares y tierras de labor explotadas por los vecinos; y por último,
dehesas y tierras de labor de cereal explotadas por el señor. En Bornos parece que se da el mismo
esquema, exceptuando las tierras de cereal, que serían casi todas del señor (y las que no son, las
muchas comprará).
centrales del señor87. El mayordomo debía asegurarse que todos los labradores
paguen sus rentas en el tiempo establecido, pues si llegado el mes de octubre
no estaban todos los terrazgos recogidos, el mayordomo tenía responder con
sus propios bienes88.
Al igual que en el resto de los arrendamientos, el arrendatario se compro-
metía a pagar anualmente la renta acordada y no pedir descuento o reducción de
la misma de ninguna manera. En el contrato de arrendamiento de los asientos
se expresan las condiciones establecidas en el caso de llevarse a cabo ejecución
de bienes por impago89. Los bienes embargados eran subastados públicamente,
pudiendo disponer los embargados tres días para pagar la deuda y recuperar sus
bienes. Los embargos eran ejecutados por el mayordomo, siguiendo una jerarquía
de bienes a embargar para suplir las pérdidas ante el impago. Primero el ganado,
luego los esclavos y por último los bienes muebles y raíces90.
Ante la necesidad de hacer reposar las tierras de sembraduras, en nume-
rosas ocasiones, los señores van a idear un sistema que combinará tanto la
explotación agrícola como ganadera. Así,se arrendaba la tierra para el cultivo de
cereal durante un tiempo (uno o varios años), y luego, el señor podía arrendar
la rastrojera a un ganadero, reservándose la tierra durante un año o dos para
explotarla en régimen de pastizales91.Sin embargo, este sistema de arriendo de las
tierras de cereal a ganaderos por parte del señor en Bornos va a experimentar un
cambio a partir del 1536, como consecuencia de las decisiones tomadas tras la
concordia92. A condición de que estas tierras de sembradura no fueran arrendadas
posteriormente para la explotación de los rastrojos, los arrendadores llegaron a
un acuerdo con el señor. De esta forma, a la cantidad exigida anualmente por
el arrendamiento, se sumaría nueve maravedíes más en concepto de uso de
los rastrojos por los ganados de los labradores, y así se aseguraban que estos
arados no sean arrendados a terceras personas y que sus ganados se beneficien
del consumo de la rastrojera93.
87. Almacenes que estaban en Sevilla. ADM, Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 195vº.
88. ADM, Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 134rº y 190vº.
89. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 193rº.
90. Las mismas condiciones en Alcalá de los Gazules. Fernández Gomez, Alcalá de los Gazules,
161-164.
91 Cabrera Muñoz, El condado de Belalcázar, 286-287. También Juan Manuel Valencia,Señoresde
la tierra. Patrimonio y rentas de la casa de Feria (siglos XVI y XVII) (Mérida: Editorial regional de
Extremadura, 2000), 125-129. Fernández Gómez, Alcalá de los Gazules, 133-134 y 161-164.
92. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, f. 118rº.
93. ADM. Alcalá (Bornos), leg. 83, nº 15, ff. 117vº-118rº.
Tabla 294.
RENTAS MARAVEDÍS 1509 1510 1511 TOTAL PORCENTAJE
almojarifazgo,
100.000 204.102 100.000 404.102 55%
carnicería, montaracía
Rastrojos 66.250 41.410 62.000 169.660 23%
Hornos 27.667 37.259 10.000 74.926 10%
Herbaje 10.185 11.000 62.000 83.185 11%
Total 204.102 293.771 234.000 731.873 100%
RENTAS FANEGAS 1509 1510 1511 TOTAL PORCENTAJE
Arados 2.265,33 1.854,83 1.741,16 5.861,32 69%
Molinos 840 876 972 2.688 31%
Total 3.105,33 2.730,83 2.713,16 8.540,32 100%
Tabla 395
CONCEPTO MARAVEDIES PORCENTAJE
Molinos 284.182 57,71%
Almojarifazgo 111.020 22,54%
Carniceria 35.470 7,20%
Horno del Arrabal 18.300 3,72%
Horno de Arriba 17.290 3,51%
Horno de Abajo 14.260 2,90%
Montaracía 11.000 2,23%
casa arrendada 816 0,17%
Huerta del Romero 204 0,04%
Total 492.442 100,00%
CONCEPTO NUMERO CUANTÍA FANEGAS
Arados 77 3.317,75
94. Rentas arrendadas por el señor en Bornos en los años 1509, 1510 y 1511. ADM. Alcalá (Bor-
nos), leg. 83, nº 26, ff. 140rº-145rº.
95. Rentas arrendadas por el señor en Bornos en 1543, Archivo General de Andalucia. Marquesado
de Tarifa, rollo 239/394-485, microfilm nº 457.
96. Según el padrón fiscal estudiado por Domínguez Ortiz, solo un tercio de los vecinos eran
labradores, el resto meros jornaleros. Muchos vecinos son propietarios de ganado, sobre todo va-
cuno y caballar. La mayor parte de las tierras eran del marqués, aunque los vecinos tenían huertas
donde cultivaban vides. Antonio Domínguez Ortiz. “La Población del Reino de Sevilla en 1534”.
Cuadernos de Historia. Anexos de la revista Hispania, 7 (1977): 342.
Del mismo modo, cabe hacer unas consideraciones sobre los pleitos y
concordias. El desarrollo económico de la villa a lo largo de Baja Edad Media,
llevó a la consolidación de unas élites agrícolas formada por labradores, que
coparán los cargos de poder y gobierno. Serán por tanto estas élites quienes
impulsan los pleitos en la Chancillería de Granada a principios del siglo XVI, y
quienes finalmente establecieron juntamente con el señor, mediante las concordias,
el grado de participación de ambos poderes en la explotación socioeconómica
del núcleo. Por encima de ellos, se encuentra el papel de la Monarquía, garante
del orden social97.
Por tanto, mediante el estudio de las ordenanzas así como de las concordias
realizadas en tiempos de I marqués de Tarifa, es posible analizar cómo lo señores
buscan nuevas fuentes de ingresos en aquellas actividades que verdaderamente
proporcionan rentas lucrativas, produciéndose de este modo una diversificación
del hecho fiscal señorial y el desarrollo de un modelo de composición del ingreso
que se consolidará de forma definitiva en el tránsito a la Edad Moderna, esto
es, durante los siglos XV y XVI. En definitiva, y para concluir, retomando lo
expuesto en la introducción de este trabajo, es durante el gobierno de Fadrique
Enríquez de Ribera, esto es, hacia la primera mitad del siglo XVI, cuando queda
configurado el dominio de los Enríquez de Ribera, y por tanto de Bornos, como
un señorío plenamente moderno.
FUENTES DOCUMENTALES
BIBLIOGRAFÍA
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