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ENEMIGOS DE DIOS Y ENEMIGOS DEL ALMA

Por Ovidio Barrios


También está escrito: “Cuando Jehová tu Dios te hubiere introducido en la
tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y hubiere echado de
delante de ti muchas gentes, al Hetheo, al Gergeseo, y al Amorrheo, y al
Cananeo, y al Pherezeo, y al Heveo, y al Jebuseo, siete naciones mayores y
más fuertes que tú;” -Deuteronomio 7:1 (Lea: Genesis 15:20-21). — Aquí
es donde se definen las siete naciones y los reyes que Israel tenía que
conquistar para establecer su territorio. En el proceso de posesión de la
tierra, Josué como General en jefe del ejército de Israel, conquistó y
derrotó a 31 Reyes (Josué 12:24). Ahora veamos en algunos detalles en el
significado de esos pueblos nativos de Canaán.
1- EL HETHEO
Canaán es uno de los hijos de Cam, hijo de Noé; y Het, es uno de los hijos
de Canaán, de todos los que engendró (Génesis 10:15). Al habitante de
esta nación Cananea se le conocía con el nombre: “Hitita”. Los
significados del nombre “Hetheo” o “Heteo”, pueden variar; pero, su
significado principal es “terror”. De este nombre en su raíz, aplicamos las
siguientes acepciones: Atemorizar, aterrorizar, desalentar, amedrentar,
asustar, espantar. El temor es una herencia interior, y la recibimos en
nuestros genes. Hay temores naturales y muy razonables, con los cuales
enfrentamos el día a día. Hay temores infundados por asuntos del futuro en
el destino que nos depara las circunstancias de la vida. Pero, hay temores
crónicos y aterradores que impiden un desarrollo sustancial y normal
como individuos, en familia, y en sociedad. Vivir con “terror” en el alma
puede cambiar el destino de cualquiera. Además, los aspectos
incontrolables del terror no les permiten a los humanos enfrentar
situaciones, circunstancias, y problemas para someterlos bajo su dominio.
Del temor se aprovechan otros humanos y los espíritus, para someter a los
miedosos bajo su control de autoridad. Dios le habló a Josué para la
conquista de Canaán, así: “Yo os he entregado, como lo había dicho a
Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y
el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el
gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá
hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré
contigo; no te dejaré, ni te desampararé.” -Josué 1:3-5. — Todo creyente
en Jesucristo está llamado a conquistar y desechar el temor. El Señor
promete la victoria en una posición de lucha y valentía. Cuando somos
valientes para conquistar y poseer la tierra, estaremos en el camino
asegurado para la victoria, tomados de las promesas del Señor. Los
enemigos del alma siempre querrán sembrar terroríficamente un carácter
de incertidumbre y zozobra en la vida del creyente.
La Biblia dice que Pedro tuvo temor y miedo, a pesar de que logró andar
sobre las aguas. La Biblia dice: “Entonces le respondió Pedro, y dijo:
Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y
descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio
voces, diciendo: !!Señor, ¡sálvame!” – Mateo 1428-30. — Pedro tuvo
miedo antes del llamado de Jesús hacia Él, antes de caminar sobre las
aguas, y aún caminando sobre las aguas. La diferencia en cada etapa del
miedo de Pedro, fueron las siguientes: Las características de no tener a
Jesús presente, miedo de obedecer o no al llamado de Jesús, miedo de
caminar sobre las aguas con Jesús, miedo de experimentar ahogarse aun
cuando había seguido a Jesús; y finalmente, miedo de experimentar la
conquista del mismo miedo de la mano rescatadora de Jesús, y seguir el
camino sobrenatural en compañía de Jesús. — El camino del creyente es
sobrenatural, y va rumbo a su destino para el encuentro con Jesús. Sin
embargo, cada cristiano tiene que atravesar circunstancias de adversidad
para llegar a su destino final. La Biblia dice: “Desde los días de Juan el
Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos
lo arrebatan.” -Mateo 11:12. — La otra versión dice valientes, en vez de
violentos; y es que la palabra griega que se usa, significa: Esforzado,
energético, y valiente. Los miedosos y cobardes no quieren enfrentar el
desafío de una vida sobrenatural con Jesús. Por lo tanto, el destino de los
que no quieran conquistar; sino de huir, por causa del miedo, será la
muerte (Apocalipsis 21:8). Si como cristianos fallamos, en Jesús siempre
tendremos nuevas oportunidades. Si tenemos algunos problemas
personales o fraternales, hay que enfrentarlos con valentía, y no ser
cobardes para la conquista con soluciones.
2- GERGESEO
No hay referencias ajustadas a la interpretación del nombre “Gergeseo”,
como una de las naciones que Israel tenía que conquistar en Canaán.
Aunque se desconozca la interpretación del nombre “Gergeseo”; eso sí,
podemos asegurar, que al igual que las otras seis naciones, ésta también
estaba unida en la identidad ancestral de Cam. Tanto el “Gergeseo”, como
las otras seis naciones, estaban bajo las mismas maldiciones de su
ascendiente patriarcal. También el nombre “Gergeseo” aparece junto a
los otros que eran considerados enemigos de Dios (Génesis 15:21 y Josué
24:11). La gran lección es, que Israel peleó contra enemigos sin mayor
significado y los derrotó. Dios los entregó en sus manos, y así cumplió la
promesa de su palabra (Lea: Josué 24:11 y Nehemías 9:8). Por las
referencias anteriores, cada uno debe pelear contra aquellas cosas que no
se identifican como malas. Aunque algunas situaciones parecieran
insignificantes e inofensivas, pueden ser dañinas en nuestro propio
territorio del alma, y deben ser vencidas. Muchas veces sucede lo que
expuso el Rey Salomón: “Hiciéronme guarda de viñas; y mi viña, que era
mía, no guardé.” -Cantares 1:6b. — Vivir preocupados por cuidar por las
cosas de otros, puede distraernos del cuidado de lo que es propio. Todo ser
humano corre los mismos peligros de perder el enfoque real del porqué de
su existencia.
Salomón también dijo: “Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que
echan a perder las viñas; pues que nuestras viñas están en cierne.” -
Cantares 2:15. — Hay cosas muy pequeñas que pueden hacer un daño
mayor, que aquellas cosas que se reconocen como mayores y perjudiciales.
Estar alertas de cualquier ataque directo del enemigo; aún en pequeñas
situaciones, impedirá muchas situaciones dificultosas en la vida espiritual.
Hay que considerar, que el enemigo puede manipular muchas cosas que
afecten el estado de ánimo de cualquiera; y con ello, querrá cambiar el
rumbo de una vida. Además, la misma idea se da en el siguiente texto
bíblico: “Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor el perfume del
perfumista: así una pequeña locura, al estimado por sabiduría y honra.” -
Eclesiastés 10:1. — Un solo momento fuera de lugar, y éste pudiera
cambiar el destino de cualquier persona. En ocasiones, pareciera más fácil
la toma de decisiones, sin considerar la dirección de Dios a través de la
Biblia. Toda determinación personal debe ser sopesada por medio de la
Palabra de Dios, y alcanzar una confirmación de los líderes que presiden.
Siempre será aconsejable no tomar decisiones bajo presiones de ninguna
especie, ni mucho menos con premura. Las cosas más importantes de una
asignación divina en el liderazgo, no deben tomarse a la ligera.
3- AMORREO
El nombre “Amorreo”, probablemente sea patronímico, porque proviene
de los moradores de las montañas. El significado es “Montañez”; ya sea
porque está en la montaña, o porque represente una posición prominente.
A un habitante de esa nación “Cananita” o “Cananea” se le llamaba:
“Amorita”. Cuando Dios le habló a Abraham, la Biblia dice: “En la
cuarta generación volverán acá, pues hasta ahora no ha llegado al colmo
la maldad de los amorreos.” -Génesis 15:16. — Los amorreos eran
personas malvadas para el tiempo de Abraham; sin embargo, Dios esperó
más de cuatrocientos años (el tiempo que los israelitas estuvieron en
Egipto), para juzgar a los habitantes de Canaán, y para darle por promesa
a base de conquista a los descendientes del patriarca Abraham, la Tierra
Prometida. Según este pasaje bíblico, Canaán está representada por los
“Amorreos”; quienes, al parecer, eran los que poblaban el territorio de
forma numerosa. Aunque no era fácil la conquista de los “Amorreos”;
puesto que ellos dominaban en áreas prominentes o de altura, Israel tenía
que conquistar a esta clase de enemigos. Uno de los Reyes de los
“Amorreos” fue “Sehón”, y este rey fue destruido por Moisés (Lea:
Números 32:33; Deuteronomio 2:24-34 y Salmo 135:11). En los tiempos
de los Jueces, los descendientes del pueblo “Amorreo” quisieron dominar
a Israel; pero, ellos los hicieron tributarios (Jueces 1:35). Israel
experimentó que dejar al enemigo sin desalojos es darle la oportunidad
para que intente dominar con el tiempo.
En “los lugares altos” fue donde hacían adoración profana a los dioses
Cananeos. “Los espíritus de idolatría”, y todo tipo de espíritus inmundos,
habitan en lugares profanos. La egolatría, el narcisismo, y la auto
exaltación, son referentes de la carne en plena acción de dominio y control
del alma. Por lo general, el ser humano no se doblega ante nadie. La
altivez, la soberbia, el orgullo, llegan fácilmente a dominar el corazón y a
controlar la carne de los seres humanos. Jesús dijo: “El que es el mayor de
vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se ensalzare, será humillado; y
el que se humillare, será ensalzado.” -Mateo 23:11-12. — Cuando el ser
humano es alcanzado por Dios experimenta humildad y sumisión a la
majestad de Dios. En el territorio del alma puede estar dominando el
“Amorreo”, con sus ínfulas de grandeza y prepotencia; las cuales deben
ser sometidas al camino de la humildad y la sumisión a la voluntad de
Dios. Como un ejemplo alegórico: El animal que debe ser pastoreado es la
oveja, y es el pastor quien mueve a las ovejas por los terrenos y pastizales
en las llanuras para pastorearlas. Las cabras son animales difíciles de
pastorear, porque ellas se mueven en las montañas y su naturaleza es más
rebelde a las condiciones bajas. El ser humano tiene dos tipos de
características que dominan su alma; y solo en una, puede ser dominada
por el Señor como “El Buen Pastor”. Las características de dependencia
en la oveja, son las que determinan su necesidad de tener un pastor. Las
características de independencia de una cabra, dificultan el cuidado y la
relación con otros animales de su especie.
4- CANANEO
Canaán fue el padre de todas las naciones que se declaran como las
enemigas de Israel. El nombre Canaán se origina en su raíz del nombre
“Kâna”, que significa: “Doblar rodillas”; y, por consiguiente, tiene
relación con las palabras humillar, sumiso, debajo, súbdito, etc. “Canaán”
es el nombre que se le da a todo el territorio de la región declarada como
la herencia de los descendientes de Abraham, Isaac, y Jacob (Éxodo
16:35). “Canaán” también fue el nombre específico de una nación
establecida en la región, con un rey y un ejército (Números 13:3 y Jueces
4). Un habitante de “Canaán” era llamado: “Cananita”. El nombre
“Canaán” en sí mismo, significa: “Comerciante” o “mercader”. Por lo
tanto, “Canaán” representa una parte del territorio por conquistar que no
está dispuesto a ceder; pero, si está dispuesto a negociar, si el alma se lo
permite. En una parte de la Biblia se utiliza el término vender con
referencia a “Canaán”: “Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de
Canaán, el cual reinó en Asor: y el capitán de su ejército se llamaba
Sísara, y él habitaba en Haroseth de las Gentes.” -Jueces 4:2. — Cuando
Israel se mezcló con la gente de “Canaán”, dejaron a Dios, y adoraron
ídolos. Dios se molestó con Israel, y permitió que, en su abandono, los
hebreos se pervirtieran como las naciones malvadas. El origen de Canaán
como el patriarca sobre sus descendientes, está claramente descrito desde
Génesis capítulo nueve, en adelante.
Como descendiente de Noé, e hijo de Cam, Canaán fue quien recibió
directamente una maldición divina; y fue declarado servil, él y su
descendencia. Dios determinó que serían siervos de Sem y de sus
descendientes (Génesis 9:18-29). Debido a que la promesa de Dios a
Abraham fue darle una heredad, Abraham recorrió todo el camino del
territorio de Canaán, hasta marcar su herencia terrenal, como su
propiedad (Génesis 12:5 y Josué 24:3). Isaac le pidió a Jacob después de
darle su bendición paternal, que no podía tomar por mujer a una
descendiente de Canaán (Génesis 28:6). Jacob fue bendecido por Dios con
promesas específicas; y emparentó con Labán hermano de su Madre, de
quienes tuvo su descendencia (Génesis capítulos 29 al 31). Muy distinto fue
el camino que tomó Esaú hijo de Isaac, y hermano de Jacob, porque él sí
emparentó con los descendientes de Canaán (Génesis 36:2). Con los
Cananeos es un mal negocio vivir y compartir, porque su perversión
contamina el alma. La Biblia dice: “Por tanto así dijo Jehová: Si te
convirtieres, yo te repondré, y delante de mí estarás; y si sacares lo
precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te
conviertas a ellos.” -Jeremías 15:19. — Esta verdad aplica exactamente en
relación con la mezcla híbrida, y con las cosas que están declaradas
opuestas a la voluntad de Dios. Solamente Dios repone o restituye lo
perdido, y restaura la relación espiritual con Él, cuando sus hijos deciden
volver a Él.
5- PHEREZEO
El nombre de esta nación es puesto también como “Ferezeo”, así es como
se encuentra escrito en algunas versiones en español. Al habitante de esa
nación Cananea se le conoce también como “Pherizita” o “Ferizita”. El
nombre “Pherezeo” o “Ferezeo”, significa: “Sin murallas”, o “Ciudad
abierta”. Hay que apuntalar, que Dios aseguró la compañía permanente
de “su Angel” en la conquista de Canaán (Éxodo 23:23). Lo que Dios
esperaba de Israel era la obediencia, y que guardaran en sus corazones
sus promesas dichas a través de sus antecesores. Si Israel permitía la
alianza con esos pueblos, tendrían por siempre “una piedra en el zapato”.
Además, junto con la conquista y desalojo de esas naciones, ellos eran
responsables de destruir sus altares, de quebrar sus ídolos, y hasta talar
los árboles de sus bosques. Dios no quería la contaminación de Israel, ni
que ellos fueran tras la idolatría (Éxodo 34:10-16). Cuando se dan
referencias de las batallas de Israel contra las naciones Cananeas, la
Biblia refiere la intervención sobrenatural de Dios, y su decisión soberana
de entregar a sus enemigos en sus manos (Jueces 1:4). Israel derrotó a los
“Pherezeos” en la conquista de Canaán, tal y como Dios lo había
prometido (Nehemías 9:8).
Un alma sin preparación para la lucha y la conquista es vulnerable. Talvez
era difícil pelear y ganar la batalla contra los “Pherezeos”, porque
estaban sin murallas y a campo abierto. Lo difícil podría ser desalojarlos,
y cumplir las demandas de Dios para no caer en la contaminación de sus
costumbres. Dios fue drástico e intolerante con Canaán, porque sus
mandamientos fueron claros, y porque conocía los peligros espirituales
que implicaba dejar sin murallas el territorio después de su conquista.
Después de vencer a los enemigos del territorio del alma, es necesario
poner muros de protección. Es “protección” lo que significan los
mandamientos y las demandas divinas después de cada victoria en la tierra
de la promesa. Las batallas del alma son similares contra los enemigos
reales en el mundo espiritual. Hay un orden jerárquico en las regiones
celestes que quieren evitar a toda costa la conquista del territorio que les
pertenece a los hijos De Dios (Efesios 6:12). Además, los enemigos
internos del alma fácilmente hacen alianzas con los enemigos de afuera.
La naturaleza humana fácilmente se acomoda a vivir sin límites o murallas
de protección. El alma humana no quiere definir la fe, permitiendo el
acceso de toda creencia sin importarle las consecuencias. Hay que poner
orden y disciplina al alma liberal por medio de la palabra de Dios. Si te
rodeas por medio de la palabra divina, ella misma será tus muros de
protección.
6- HEVEO
El nombre de este pueblo de Canaán, se escribe “Heveo”, y su nombre se
deriva de la palabra “Chivvite”, que traducido significa: “Pueblerino”. El
nombre “Heveo “significa: “Campesino”, o “quien vive en el campo”. Al
habitante de ese pequeño pueblo de Canaán se le conocía también como
“Hivita”. El pueblo “Heveo” se considera un pueblo pequeño y habitando
en carpas. Según el libro de Josué, el pueblo “Heveo” estaba al pie del
monte Hermón en las llanuras de Mizpa (Josué 11:3). En la conquista de
Canaán, Josué con todo su ejército destruyó y arrasó con muchos pueblos,
incluyendo el pueblo “Heveo” (Josué 11:7-17). — ¿Por qué razón Dios
manda destruir a los pueblos que nada malo le hacían a Israel? — Esa es
una pregunta del millón, como se dice; y es válida, porque hay dudas
sinceras y honestas. Cuando se quiere sembrar duda, y oponerse a la
voluntad de Dios; entonces, la pregunta es escéptica y traicionera. La
Biblia dice: “Por muchos días tuvo guerra Josué con estos reyes. No hubo
ciudad que hiciese paz con los hijos de Israel, sacados los Heveos, que
moraban en Gabaón: todo lo tomaron por guerra. Porque esto vino de
Jehová, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra
a Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha misericordia, antes
fuesen desarraigados, como Jehová lo había mandado a Moisés. “-Josué
11:18-20. — Dios conocía y sabía la oposición que pondrían esos pueblos,
y sabía que el daño espiritual que causarían dentro de Israel, sería
irreparable. Dios es sabio, y aún hasta en su enojo hay propósitos de
Misericordia.
En el alma hay asentados sentimientos y emociones que parecen normales
e indefensos. Algunas características del hombre viejo se asemejan a los
pueblos que como el “Heveo”; habitan seguros, a campo abierto,
disfrutando las llanuras, y sin luchar contra nada, o contra nadie, porque
no hay quien los moleste. Un ejemplo es el “enojo”; es parte de la
naturaleza humana, y característica de una vida normal. Sin embargo, si el
enojo se pone incontrolable, puede llegar a ser una “ira”, con
consecuencias desastrosas. La Biblia dice: “Déjate de la ira, y depón el
enojo. No te excites en manera alguna a hacer lo malo.” -Salmo 37:8. —
El enojo es normal hasta en Dios, y la ira es parte de su atributo en la
santidad. El enojo y la ira en Dios obedece a su desagrado por la
desobediencia y la contradicción a su buena voluntad. La Biblia dice:
“Empero él misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; y
abundó para apartar su ira, y no despertó todo su enojo.” -Salmo 78:38.
— Dios antes de aplicar su castigo a causa de su ira, anticipa su
Misericordia (Habacuc 3:2). Además, Dios se tarda en airarse, y con ello
engrandece su misericordia (Salmos 86:15 y 103:8). La Biblia tiene más
detalles característicos de la Misericordia de Dios, más que de su enojo e
ira sobre sus criaturas. El ser humano, sin embargo, cae en la trampa de
sus emociones y sentimientos por causa de su naturaleza de maldad, y
porque es dominado fácilmente por ellos. La Biblia dice: “Airaos, y no
pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;” -Efesios 4:26. — El
significado se define por el tiempo que pueda durar el enojo dentro de la
persona. Hasta Dios (dice la Biblia), que no permite su furor por siempre.
“No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo.” -Salmo
103:9. — Hay algunas intenciones sentimentales como el enojo; que, si no
pueden ser eliminadas, deben ser sometidas y controladas por el poder del
Espíritu de Dios.
7- JEBUSEO
El pueblo “Jebuseo” habitaba en las partes más altas (Números 13:29). Al
habitante de esa nación Cananea se le conoce como “Jebuseo”, y también
como “Jebusita”. Cuando Josué inicia la conquista, avanzando con
victorias para poseer la tierra, se concertaron sus enemigos Cananitas
para pelear contra Israel. La Biblia dice: “Cuando oyeron estas cosas
todos los reyes que estaban a este lado del Jordán, así en las montañas
como en los llanos, y en toda la costa del Mar Grande delante del Líbano,
los heteos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, se
concertaron para pelear contra Josué e Israel.” -Josué 9:1-2. — Casi cada
vez que se menciona a los Cananeos, se les coloca agrupados. Además, por
ser de la misma familia ancestral, los Cananeos siempre estaban unidos en
su propia identidad como un solo pueblo. La historia dice: “Mas a los
Jebuseos que habitaban en Jerusalem, los hijos de Judá no los pudieron
desarraigar; antes quedó el Jebuseo en Jerusalem con los hijos de Judá,
hasta hoy.” -Josué 15:63. — Casi siempre que se menciona al pueblo
“Jebuseo”, se le relaciona con el cambio de nombre que tuvo como
Jerusalem. Además, Judá (quienes poseyeron esas tierras), no pudieron
echar del todo al “Jebuseo” en los tiempos de la conquista de Josué. Y,
por último, en el tiempo de los Jueces de Israel, Benjamín tampoco pudo
desalojarlos de Jerusalem (Jueces 1:21). Los “Jebuseos” establecieron su
ciudad llamada “Jebus”, (que es Jerusalem), dentro del territorio de
Israel.
Una historia de Jueces capítulo 19, ilustra mejor lo malo que había en la
ciudad de “Jebus”. Solamente David se atrevió a desalojarlos, y con la
fuerza de Dios pudo conquistar lo que llamaban: “La Fortaleza de Sión”.
David estableció ahí la capital de su reino, y la llamó: “La Ciudad de
David” (Compare: 2 Samuel 5:6-7; Josué 18:28 y 1 Crónicas 11:4-5).
“Jebuseo”, es el nombre común entre los habitantes del pueblo de
“Jebus”. Tal nombre tiene su derivado de varias palabras que significan
“Pisar o pisotear”. Además, tiene relación con la manera de caminar o de
pisar con los pies, haciendo algún sonido distintivo. Hay algunos
predicadores que le dan el significado de “contaminación” a la palabra
“Jebuseo”. Lo que sí puedo asegurar, es que estos enemigos de Israel
fueron insistentes en permanecer, contaminar, y pisotear de alguna manera
el territorio conquistado por Israel con sus costumbres. Fue pasó a paso,
que los “Jebuseos” se mezclaron entre los hebreos para manchar a las
familias con su maldad. — La carne, o la naturaleza humana está
contaminada, y no se puede echar por sí misma. Todo lo que es el hombre
en sí mismo; desde su interior en sus intenciones, hasta el exterior en sus
acciones, está contaminado. El propósito de Dios es hacer una nueva
criatura sin mancha y sin contaminación; desde adentro, hacia afuera. La
Biblia dice: “Y el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro
espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida
de nuestro Señor Jesucristo.” -1 Tesalonicenses 5:23. — El creyente no
puede echar fuera su propia naturaleza, lo que sí debe permitir, es que la
palabra de Dios aniquile cortando como espada afilada, las
contaminaciones internas del corazón (Hebreos 4:12).
CONCLUSIONES
Quien no lucha, pierde; y quien pierde, cae en esclavitud de aquello a
quien le ceda su territorio. El llamado de Dios es para conquistar, para
vencer, para alcanzar el cumplimiento de sus propósitos. Alcanzar y
conquistar la tierra prometida, es llegar a la meta de la vida abundante.
Al ceder el espíritu, alma, y cuerpo, al Santo Espíritu de Dios; es un paso
a la victoria en la fe. El Señor establecerá y defenderá el territorio de
quien se rinde de todo corazón a su voluntad. La Biblia dice: “Porque así
dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el
Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde
de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el
corazón de los quebrantados.” -Isaías 57:15. — Dios tiene el plan y el
poder para guiar a un destino de bendición y gloria. El propósito divino
está diseñado para ti desde antes de la fundación del mundo. No permitas
fisuras que el enemigo pueda usar para derrotarte. Que los enemigos
huyan de ti, y no tú de los enemigos, esa debe ser la consigna de tu lucha.
La Biblia dice: “Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de
su presencia los que le aborrecen.” -Salmo 68:1. — Mientras más te
rindas, busques, y obedezcas a Dios; mejor y mayor será tu conquista
dentro de tu alma y corazón. — ¡Que Dios nos ayude!

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