Amparo Luz y Fuerza Del Centro
Amparo Luz y Fuerza Del Centro
PROLOGO
Ese amparo lo consideramos un patrimonio en favor de los trabajadores y por ello, los
abogados que hemos integrado este equipo no estamos de acuerdo que se lucre con este
trabajo.
Atentamente
P R E S E N T E.
Los suscritos (INICIAR CON EL NOMBRE COMPLETO DEL REPRESENTANTE
COMÚN Y CONTINUAR CON LOS NOMBRES COMPLETOS DE LOS DEMÁS
QUEJOSOS), en nuestro carácter de trabajadores del Organismo Descentralizado
denominado Luz y Fuerza del Centro, afiliados al Sindicato Mexicano de Electricistas, lo
que manifestamos bajo protesta de decir verdad, (hecho que acreditamos con los originales
de uno de los últimos recibos de pago de salario de cada trabajador, ahora quejoso que
acompañamos a esta demanda), designando como nuestro Representante Común al
primero de los mencionados, esto es a (EXPRESAR DE NUEVA CUENTA EL
NOMBRE COMPLETO DEL REPRESENTANTE COMÚN), de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 20 de la Ley Reglamentaria de los artículos 103 y 107
Constitucionales, señalando como domicilio para oír y recibir toda clase de notificaciones
el ubicado en: (EXPRESAR DOMICILIO UBICADO EN ESTA CIUDAD DE
MÉXICO, DISTRITO FEDERAL); y autorizando para los mismos efectos, en los
términos amplios de la primera parte del segundo párrafo del diverso 27 de la citada Ley,
(ABOGADOS DEL FRENTE AMPLIO EN APOYO AL SME AGREGAR LOS
APODERADOS QUE SEAN NECESARIOS) indistintamente, con el debido respeto
comparecemos para exponer lo siguiente:
Con fundamento en lo dispuesto por los artículos 103 fracción I, y 107 fracciones I, II, VII
y X, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y 1°, 4º, 114, fracción
I, 116 y demás relativos y aplicables de la Ley de Amparo, venimos en tiempo y forma a
interponer demanda de garantías, en contra de los actos reclamados que más adelante
precisamos, en virtud de que las disposiciones en que se funda resultan ser
notoriamente violatorias de garantías individuales y sociales consagradas en nuestra
Carta Magna, en sus artículos 1º, 14, 16, 17, 123, 133, y demás artículos que se
mencionan, por las razones que se exponen en el capítulo de conceptos de violación de
la presente demanda de amparo.
ACLARACIÓN PREVIA:
I.- De los juicios de amparo que se promuevan en materia de trabajo, contra actos de
autoridad distinta de la judicial…”
Volúmenes 181-186, página 13. competencia 104/83.- Suscitada entre el Juez Octavo de
Distrito en Materia de Trabajo en el Distrito Federal y el Juez Primero de Distrito en
Materia de Trabajo del Distrito Federal.- 26 de junio de 1984.- Unanimidad de diecinueve
votos en cuanto a los resolutivos y mayoría de diecisiete votos en cuanto a los
considerativos.- Disidentes: Atanasio González Martínez y Mariano Azuela Güitrón.-
Ponente: Raúl Cuevas Mantecón.
Informe 1986, página 657. competencia 137/81.- Suscitada entre el Juez Primero de
Distrito en Materia de Trabajo y el Juez de Distrito en Materia Administrativa en el
Distrito Federal.- 7 de diciembre de 1982.- Unanimidad de veinte votos.- Ponente:
Francisco H. Pavón Vasconcelos.
Novena Epoca
Página: 447
Séptima Epoca
Página: 176
Volumen 85, página 79. Amparo en revisión 602/75. José Cohen Dabbah y coagraviados. 8
de enero de 1976. Unanimidad de votos. Ponente: Jesús Toral Moreno.
Volumen 85, página 79. Amparo en revisión 608/75. José Cohen Dabbah y coagraviados. 8
de enero de 1976. Unanimidad de votos. Ponente: Manuel Castro Reyes.
Volumen 85, página 79. Amparo en revisión 612/75. José Cohen Dabbah y coagraviados. 8
de enero de 1976. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Gómez Díaz.
Volumen 87, página 81. Amparo en revisión 745/75. Moisés Michan Zonnana y
copropietarios. 11 de marzo de 1976. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Gómez Díaz.
Volumen 87, página 81. Amparo en revisión 605/75. Moisés Michan Zonnana y
copropietarios. 11 de marzo de 1976. Unanimidad de votos. Ponente:Manuel Castro Reyes.
Volumen 90, página 126. Amparo en revisión 145/76. Calzado Saeta, S.A. 6 de mayo de
1976. Unanimidad de votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
Nota: En el Informe de 1976, la tesis aparece bajo el rubro “RECURSOS O MEDIOS
ORDINARIOS DE DEFENSA. NO ES NECESARIO AGOTARLOS CUANDO SE
ALEGA LA VIOLACION DIRECTA DE LA CONSTITUCION.”.
Por la razones hechas valer, se interpone la presente demanda de garantías ante su Señoría,
reiterándole asuma la competencia para su substanciación, conforme la distribución de
competencias que se establecen tanto en la Ley Fundamental del país, como en la Ley de
Amparo y la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
I.- NOMBRES Y DOMICILIOS DE LOS QUEJOSOS: Los que han quedado indicados
en el proemio del presente escrito, quienes promovemos la presente demanda por nuestro
propio derecho.
1. 2. Secretario de Gobernación.
1. 6. Secretario de Energía.
1. 7. Secretario de Economía.
Gobernación.
1.- De todas y cada una de las autoridades señaladas como responsables, señalamos como
actos reclamados la expedición, promulgación, refrendo y publicación del DECRETO
publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 11 de octubre de 2009, el Decreto
mismo, Y SU EJECUCION correspondiente, por el que se ORDENA extinguir el
organismo público descentralizado denominado Luz y Fuerza del Centro, a partir de la
entrada en vigor el mismo día de su publicación, y asimismo señala la expedición y
ejecución de las Bases para el proceso de desincorporación y Liquidación del organismo
descentralizado Luz y Fuerza del Centro, y en el que además se ordena, indebidamente, la
indemnización de los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro y por ende, la terminación
colectiva de las relaciones de trabajo entre los trabajadores, fundamentándose dicho
Decreto, inexactamente, en los artículos 89, fracción I Constitucional; en los artículos 27,
31, 32, 32 bis, 33, 34, 35, 36, 37 y 40 de la Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal, en los artículos 15 y 16 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales; 1º, 2º, 4º, 6º,
7º, 8º y 9º de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica; 1º, 76, y 78 de la Ley
Federal para la Administración y Enajenación de Bienes del Sector Público; 4º, fracción II
del Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2009; en
virtud de que DECRETO Y SU EJECUCION, resultan ser violatorios, notoriamente, de
diversas garantías individuales y sociales consagradas en nuestra Carta Magna, en sus
artículos 1º, párrafo primero y tercero, 5º., párrafo primero, 9º. Párrafo primero, 14,
16, 17, 25, 26, 27, párrafo sexto, 72, inciso f), 73, fracciones X y XI, 123 y 133, por las
razones que se exponen en el capítulo de conceptos de violación correspondiente de la
presente demanda de amparo.
VI.- Bajo protesta de decir verdad manifestamos que los hechos que constituyen los
antecedentes de los actos reclamados y fundamentan los conceptos de violación, son los
siguientes:
A N T E C E D E N T E S:
1.- Los suscritos ingresamos a prestar nuestros servicios a Luz y Fuerza del Centro en
diferentes fechas, laborando siempre bajo las instrucciones y supervisión directa de
nuestros jefes, y realizando nuestro trabajo con la eficiencia, esmero, honestidad, lealtad y
responsabilidad debidos; además de cumplir estrictamente y en todo momento con nuestras
obligaciones legales.
2.- Para nuestra sorpresa, el 11 de octubre de 2009, en un día considerado como inhábil,
fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Decreto Presidencial por el que se
ordena la extinción y liquidación del organismo público descentralizado Luz y Fuerza del
Centro, en vigor el mismo día, fundamentándose, dicho decreto, indebidamente (por
inexacta aplicación), en los artículos 15 y 16 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales;
1º, 2º, 4º, 6º, 7º, 8º y 9º de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica; 1º, 76, y 78 de
la Ley Federal para la Administración y Enajenación de Bienes del Sector Público; y 4º del
Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2009. Los
artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 6º y 7º substantivos, y primero segundo y tercero, transitorios, de
dicho Decreto, resultan ser notoriamente violatorios de diversas garantías individuales y
sociales consagradas en nuestra Carta Magna, en sus artículos 1º, 14, 16, 17, 123 y 133.
También se reclaman las Bases para el proceso de desincorporación y Liquidación del
organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro, las que de igual forma infringen los
invocados mandatos constitucionales, como pasamos a demostrar con los razonamientos
técnicos jurídicos que se exponen a continuación, en los siguientes:
CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
PRIMERO.- Lo causa la expedición, promulgación, publicación y ejecución del Decreto
(Presidencial) impugnado (el que a su vez constituye el primer acto de aplicación en
perjuicio de los suscritos, de los artículos 15 y 16 de la Ley Federal de Entidades
Paraestatales; 1º, 2º, 4º, 6º, 7º, 8º y 9º de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica;
1º, 76, y 78 de la Ley Federal para la Administración y Enajenación de Bienes del Sector
Público; y 4º del Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio
Fiscal de 2009); cuyos artículos 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 6º y 7º substantivos, y primero segundo y
tercero, transitorios, resultan ser notoriamente violatorios de diversas garantías individuales
y sociales consagradas en nuestra Carta Magna, de manera especial (de lo instruido en sus
artículos 1º, 14, 16, 17, 123 y 133), y de manera especial lo establecido en su numeral
“Artículo 4.- Se respetarán los derechos laborales de los trabajadores de Luz y Fuerza
del Centro y las indemnizaciones correspondientes se harán conforme a lo dispuesto
en el Contrato Colectivo de Trabajo, la Ley Federal del Trabajo y demás
ordenamientos aplicables.
Las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, de Energía y del Trabajo y Previsión Social
se coordinarán en el ámbito de sus respectivas competencias con el Servicio de
Administración y Enajenación de Bienes, a efecto de que las indemnizaciones señaladas en
el párrafo anterior sean pagadas en el menor tiempo posible conforme a las disposiciones
aplicables.”
Así también las reclamadas Bases para el proceso de desincorporación del organismo
descentralizado Luz y Fuerza del Centro, igualmente infringen los invocados
mandamientos constitucionales, en especial lo dispuesto por la base tercera, en su inciso 5.
que es del contenido literal siguiente:
“5.- Proceder a la liquidación de todos los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro.
Asimismo, podrá elaborar y presentar a la Subsecretaría de Electricidad, para su
aprobación, el esquema de indemnización laboral voluntario que deberá implementar.
Para efecto de lo anterior, solicitará la participación que corresponda a la Junta Federal de
Conciliación y Arbitraje. Lo establecido en este numeral estará sujeto a lo dispuesto en la
Fracción II del artículo 4 del Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el
Ejercicio Fiscal 2009 y sus correlativos en los ejercicios fiscales subsecuentes.
Lo anterior, toda vez que el hecho de instruir la liquidación masiva y forzosa (dado que a
pesar de que las aludidas Bases para el proceso de desincorporación del organismo
descentralizado Luz y Fuerza del Centro, señalen que supuestamente el esquema de
indemnización laboral es voluntario, en realidad son obligatorias para los suscritos, al
no establecer alguna otra alternativa), de todos los trabajadores de la empresa cuya
extinción se establece en el Decreto en cuestión (so pretexto de que la empresa se extingue)
sin duda alguna constituye un acto ilegal que no se encuentra regulado de la forma forzosa
en que se implementó en el Decreto impugnado, en el artículo 123 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo que en ese sentido existe un evidente
abuso y/o interpretación indebida en función de los intereses de las autoridades señaladas
como responsables.
En efecto, se estima que las responsables se exceden, propiciando con su actuación una
notoria arbitrariedad e ilegalidad, dado que infringen nuestro derecho instruido por la
fracción XXII del Apartado A del Artículo 123 Constitucional, cuya parte conducente
se trascribe:
“XXII. El patrono que despida a un obrero sin causa justificada o por haber ingresado
a una asociación o sindicato, o por haber tomado parte en una huelga lícita, estará
obligado, a elección del trabajador, a cumplir el contrato o a indemnizarlo con el
importe de tres meses de salario. La Ley determinara los casos en que el patrono podrá
ser eximido de la obligación de cumplir el contrato, mediante el pago de una
indemnización…”
Haciéndose notar que ni en lo dispuesto por el artículo 49 de la Ley Federal del Trabajo (ni
en ninguna otra parte de su articulado de esta Ley), se encuentra regulado como caso de
excepción, el supuesto de que el Estado como patrono se encuentre eximido de la
obligación de cumplir el contrato, mediante el pago de una indemnización, como ocurre
con el Decreto que hoy impugnamos, a través del cual el Jefe del Ejecutivo Federal decide
terminar con las relaciones laborales que mantenía con los trabajadores de Luz y Fuerza del
Centro, mediante el pago de una indemnización, como podrá apreciar de lo que se dispone
en su artículo 49, que a la letra señala:
II. Si comprueba ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, que el trabajador, por razón del
trabajo que desempeña o por las características de sus labores, está en contacto directo y
permanente con él y la Junta estima, tomando en consideración las circunstancias del caso,
que no es posible el desarrollo normal de la relación de trabajo;
III. En los casos de trabajadores de confianza;
Por lo que en tal virtud, sin duda alguna es manifiesta la trasgresión a nuestros derechos,
toda vez que no se respetó nuestro derecho de elección, para que nuestro contrato de
trabajo se cumpliera, en vez de que se nos indemnizara. No es obstáculo para lo
anterior, el hecho de que nuestro Centro de Trabajo se haya extinguido por efectos del
Decreto reclamado, en razón de que la prestación del servicio público que brindaba Luz y
Fuerza del Centro, continuará prestándose por la Comisión Federal de Electricidad, en
términos de lo dispuesto por los artículos 1º, 6º y 7º de la Ley del Servicio Público de
Energía Eléctrica, cuyo contenido literal señala:
“ARTICULO 6o.- Para los efectos del artículo anterior, la Secretaría de Energía, Minas e
Industria Paraestatal autorizará, en su caso, los programas que someta a su consideración la
Comisión Federal de Electricidad, en relación con los actos previstos en el Artículo 4o.
Todos los aspectos técnicos relacionados con la generación, transmisión y distribución
de energía eléctrica serán responsabilidad exclusiva de la Comisión Federal de
Electricidad.”
“Que, por su parte, la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, reglamentaria de la
adición constitucional señalada, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 22 de
diciembre de 1975, reiteró la formula constitucional y estableció expresamente que la
prestación del servicio público de energía eléctrica que corresponde a la Nación,
estaría a cargo de la Comisión Federal de Electricidad;
Que el mismo ordenamiento, mediante su régimen transitorio, dejó sin efectos las
concesiones y también ordenó la disolución y liquidación de las concesiones existentes,
bajo la lógica de que la Comisión Federal de Electricidad asumiera los servicios
prestados por tales concesiones y estuviera en posibilidad de cumplir con su objeto
legal de consolidar la prestación del servicio a nivel nacional;
Que a pesar de lo anterior, en detrimento de lo dispuesto por la Ley del Servicio Público de
Energía Eléctrica, la prestación de los servicios por parte de la Comisión Federal de
Electricidad a nivel nacional no pudo ser consumada en virtud de diversas causas
extrajurídicas y de las dificultades que implicaba terminar la liquidación de las empresas
concesionarias, lo que motivó que en 1989 se reformara el artículo cuarto transitorio de la
citada ley para establecer que el Ejecutivo Federal dispondrá la constitución de un
organismo descentralizado encargado de prestar el servicio público que venían prestando
las concesionarias en disolución y liquidación, por lo que mediante decreto presidencial del
9 de febrero de 1994, se creó el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro;…”
Por lo que en esa virtud, en la especie se colige que efectivamente existe un patrón
substituto, y este es la Comisión Federal de Electricidad a nivel nacional, y en ese
sentido, conforme a lo dispuesto en el artículo 41 de la Ley Federal del Trabajo, de ninguna
forma se deben afectar nuestras relaciones de trabajo, que teníamos con Luz y Fuerza del
Centro, por lo tanto debió el Jefe del Ejecutivo Federal en pleno respeto de nuestros
derechos laborales instruir en el Decreto reclamado, que pasábamos a formar parte
de la plantilla de trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad; numeral que a
la letra dice:
El término de seis meses a que se refiere el párrafo anterior, se contará a partir de la fecha
en que se hubiese dado aviso de la substitución al sindicato o a los trabajadores.”
Empero como se podrá apreciar fácilmente de la simple lectura del Decreto impugnado,
esto no aconteció por la sencilla razón de que no se observó ni lo dispuesto en el la
fracción XXII del Apartado a del artículo 123 Constitucional, y menos lo instruido
por los artículos 41 y 49 de la Ley Federal del Trabajo, es decir la autoridad emisora
de tan arbitrario Decreto, obró totalmente al margen de nuestras garantías
individuales y derechos sociales, y al parecer su intención solamente se encaminó a
despojarnos de nuestro supremo derecho al trabajo, para con ello satisfacer las necesidades
normales de nuestras familias, haciendo con ello letra muerta lo instruido por el artículo
123 Constitucional, cupara parte relativa se trascribe:
“Artículo 123.- Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al
efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo,
conforme a la Ley…”
XXX. Para expedir todas las leyes que sean necesarias, a objeto de hacer efectivas las
facultades anteriores y todas las otras concedidas por esta Constitución a los Poderes de la
Unión”
“Artículo 123.- Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se
promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la
Ley.
El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes deberá expedir leyes
sobre el trabajo, las cuales regirán: …”
Luego entonces se confirma que la facultad de legislar en materia del trabajo en toda la
República, es exclusiva del Congreso de la Unión, máxime que de lo establecido en el
artículo 123 Constitucional, no se desprende que exista alguna disposición que autorice al
Presidente de la República que, en casos como el que nos ocupa, despida y liquide forzosa
y masivamente a todos los trabajadores, aunque fuera con motivo de la extinción de la
propia empresa; en virtud de que sin duda alguna estas actuaciones son de naturaleza
laboral y por ende se encuentra impedido para hacerlo.
En ese sentido si los bienes del organismo que se extingue que están afectos a la
prestación del servicio público de energía eléctrica por la Comisión Federal de
Electricidad, quien ahora es la encargada de prestar el servicio público de energía
eléctrica en los lugares donde lo hacía Luz y Fuerza del Centro, por lo que en tales
circunstancias subiste la materia de trabajo, luego entonces en pleno respeto a nuestros
derechos laborales, debió reconocérsenos en el Decreto impugnado el carácter de
trabajadores de la nueva empresa prestadora del servicio, esto es de la Comisión Federal de
Electricidad, toda vez que ésta sustituye a Luz y Fuerza del Centro en la prestación del
servicio, y como tal conforme a derecho tiene el carácter de patrón substituto.
“Artículo 10. Patrón es la persona física o moral que utiliza los servicios de uno o
varios trabajadores…”
Por lo que en esa virtud, el Jefe del Ejecutivo Federal al no ser nuestro patrón (dado que él
no contrató ni utilizó directamente nuestros servicios como trabajadores), es por ello que
carecía de facultades para efectuar el despido masivo y forzoso ilegalmente llevó a cabo.
Cabe mencionar que las relaciones de trabajo de los trabajadores de Luz y Fuerza del
Centro, conforme a derecho se regulan por lo dispuesto en al Apartado A del Artículo 123
Constitucional, y su ley reglamentaria, la Ley Federal del Trabajo, razón por la cual la
relación de trabajo se generó entre la empresa Luz y Fuerza del Centro y los suscritos en su
carácter de trabajadores; empero en el supuesto no concedido de que las relaciones de
trabajo se hubiesen regulado por lo dispuesto en el Apartado B del citado dispositivo
Constitucional, en tales circunstancias, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 2º de la Ley
Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, tampoco en dicho supuesto el Jefe del
Ejecutivo Federal habría resultado competente para despedir a todos los trabajadores de
Luz y Fuerza del Centro, en virtud de que la relación jurídica de trabajo se entiende
establecida entre los titulares de las dependencias e instituciones citadas y los
trabajadores de base a su servicio, como de su tenor literal se advierte:
“Artículo 2o.- Para los efectos de esta ley, la relación jurídica de trabajo se entiende
establecida entre los titulares de las dependencias e instituciones citadas y los
trabajadores de base a su servicio. En el Poder Legislativo los órganos competentes de
cada Cámara asumirán dicha relación.”
Por lo que en ese sentido el Titular del Ejecutivo, en el caso de que las relaciones de trabajo
se hubiesen regulado por lo dispuesto en el apartado B del citado dispositivo
Constitucional, tampoco tendría facultades para despedir de manera forzosa y masivamente
a los trabajadores cuyas relaciones de trabajo se regulan en dicha Ley Federal de los
Trabajadores al Servicio del Estado.
Así también cabe hacer énfasis en que el Jefe del Ejecutivo Federal, salvo los casos de
excepción establecidos en los artículos 29 y 131 Constitucionales, carece de facultades
extraordinarias para legislar, los cuales se trascriben textualmente para una mejor
comprensión del tema planteado:
“Artículo 131. Es facultad privativa de la Federación gravar las mercancías que se importen
o exporten, o que pasen de tránsito por el territorio nacional, así como reglamentar en todo
tiempo y aún prohibir, por motivos de seguridad o de policía, la circulación en el interior de
la República de toda clase de efectos, cualquiera que sea su procedencia; pero sin que la
misma Federación pueda establecer, ni dictar, en el Distrito Federal, los impuestos y leyes
que expresan las fracciones VI y VII del artículo 117.
Por lo que en esa virtud, no se concibe la grave afectación del orden jurídico y a los
derechos de los trabajadores (como lo es el caso de los suscritos) que llevó a cabo la
autoridad emisora del nefasto Decreto, el que emitió de manera unilateral y contraria a
derecho, .lo que solamente se puede explicar, cuando el personalismo utiliza el poder del
Estado y no encuentra freno en las instituciones (por lo que en tal virtud, estimamos
que están en riesgo las garantías individuales, no solo de los suscritos, sino de todos los
demás trabajadores del país), razón por la cual se solicita a su Señoría nos otorgue el
amparo y protección de la Justicia Federal, en contra de tal adefesio de Decreto.
TERCERO.- Lo causan los actos reclamados, toda vez que se violenta lo instruido por las
garantías individuales de legalidad, seguridad y certidumbre jurídicas contenidas en los
artículos 14 y 16 Constitucionales, ya que en la Ley Federal del Trabajo se establece un
procedimiento para, en su caso, modificar las condiciones de trabajo, atendiendo a las
necesidades de los trabajadores y a las posibilidades de los patrones, el que se regula en el
denominado “CONFLICTO COLECTIVO DE NATURALEZA ECONÓMICA”
(artículos 900, 901, 903 a 919), el que en el supuesto que nos ocupa, resulta evidente que
jamás se instauró por nuestro patrón, mismo que de haberse instaurado y tramitado en
todas sus instancias, y de resultar procedente conforme a derecho, en el laudo o sentencia
colectiva que se dictara por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, podrían haberse
modificado o implantado nuevas condiciones de trabajo. Haciéndose evidente que en dicho
procedimiento (el que se reitera nunca se instauró por nuestro patrón) debieron
satisfacerse las garantías de audiencia y legalidad, procurando de manera preferente que las
partes llegaran a un convenio, lo que pudo ocurrir en cualquier estado del procedimiento; y
en todo caso, la modificación al alza o a la baja de las condiciones de trabajo, debieron
fundarse en el estudio de la situación económica de la empresa o establecimiento, con
intervención de peritos de las partes y del tercero en discordia nombrado por la Junta
Federal de Conciliación y Arbitraje; como se podrá apreciar del contenido de la parte
conducente de las disposiciones concernientes que se trascribe para mayor información:
““Artículo 900.- Los conflictos colectivos de naturaleza económica, son aquellos cuyo
planteamiento tiene por objeto la modificación o implantación de nuevas condiciones
de trabajo, o bien, la suspensión o terminación de las relaciones colectivas de trabajo,
salvo que la presente Ley señale otro procedimiento.”
“Artículo 901.- En la tramitación de los conflictos a que se refiere este Capítulo, las Juntas
deberán procurar, ante todo, que las partes lleguen a un convenio. A este fin, podrán
intentar la conciliación en cualquier estado del procedimiento, siempre que no se haya
dictado la resolución que ponga fin al conflicto.”
“Artículo 905.- La Junta, inmediatamente después de recibir la demanda, citará a las partes
a una audiencia que deberá efectuarse dentro de los cinco días siguientes.”
“Artículo 907.- Los peritos designados por la Junta deberán satisfacer los requisitos
siguientes:
I. Ser mexicanos y estar en pleno ejercicio de sus derechos;
II. Estar legalmente autorizados y capacitados para ejercer la técnica, ciencia o arte sobre el
que verse el peritaje, salvo los casos en que no se requiera autorización, pero deberán tener
los conocimientos de la materia de que se trate; y
“Artículo 908.- Las partes, dentro de los primeros diez días del término a que se refiere la
fracción VII del artículo 906, podrán presentar directamente a los peritos, o por conducto de
la Junta o a través de la Comisión, las observaciones, informes, estudios y demás elementos
que puedan contribuir a la determinación de las causas que dieron origen al conflicto, para
que sean tomados en cuenta por los peritos, en sus dictámenes.”
“Artículo 909.- Los peritos nombrados por la Junta, realizarán las investigaciones y
estudios que juzguen conveniente, y podrán actuar con la mayor amplitud, teniendo,
además de las inherentes a su desempeño, las facultades siguientes:
II. Practicar toda clase de inspecciones en la empresa o establecimiento y revisar sus libros
y documentos; y
III. Examinar a las partes y a las personas relacionadas con los trabajadores o con la
empresa, que juzguen conveniente.”
II. La relación entre el costo de la vida por familia y los salarios que perciban los
trabajadores;
III. Los salarios medios que se paguen en empresa o establecimientos de la misma rama de
la industria y las condiciones generales de trabajo que rijan en ellos;
El Secretario asentará razón en autos del día y hora en que hizo entrega de las copias a las
partes, o de la negativa de éstas para recibirlas.”
“Artículo 912.- Las partes, dentro de las setenta y dos horas de haber recibido copia del
dictamen de los peritos, podrán formular las observaciones que juzguen convenientes en
relación con los hechos, consideraciones y conclusiones del mismo dictamen.
“Artículo 913.- La Junta tiene las más amplias facultades para practicar las diligencias que
juzgue convenientes, a fin de completar, aclarar o precisar las cuestiones analizadas por los
peritos, así como para solicitar nuevos informes a las autoridades, instituciones y
particulares a que se refiere el artículo 909, fracción I de este Capítulo, interrogar a los
peritos o pedirles algún dictamen complementario o designar comisiones para que
practiquen o realicen investigaciones o estudios especiales.”
“Artículo 914.- Las autoridades, las instituciones y los particulares a que se refieren los
artículos que anteceden, están obligadas a proporcionar los informes, contestar los
cuestionarios y rendir las declaraciones que se les soliciten.”
“Artículo 915.- Desahogadas las pruebas, la Junta concederá a las partes un término de
setenta y dos horas para que formulen sus alegatos, por escrito, apercibidas que en caso de
no hacerlo, se les tendrá por perdido su derecho.”
II. Un extracto del dictamen de los peritos y de las observaciones que hubiesen hecho las
partes;
III. Una enumeración y apreciación de las pruebas y de las diligencias practicadas por la
Junta;
IV. Un extracto de los alegatos; y
V. Señalará los motivos y fundamentos que puedan servir para la solución del conflicto.”
“Artículo 917.- El dictamen se agregará al expediente y se entregará una copia a cada uno
de los representantes de los trabajadores y de los patrones, ante la Junta. El Secretario
asentará razón en autos del día y hora en que se hizo entrega de las copias o su negativa
para recibirlos.”
Por otra parte, resulta conveniente manifestar a su Señoría que tampoco tomaron en cuenta
las autoridades señaladas como responsables, que los Contratos Colectivos de Trabajo son
revisables cada año, por lo que se refiere a los salarios y cada dos años, por lo que se refiere
a las condiciones de trabajo, en general; derecho que pudo ser ejercido por ambas partes de
la relación laboral, de acuerdo con lo instruido por los artículos 397, 398, 399, 399 bis y
400 de la Ley Federal del Trabajo, que a la letra señalan en su parte relativa:
“Artículo 398.- En la revisión del contrato colectivo se observarán las normas siguientes:
I. Si se celebró por un solo sindicato de trabajadores o por un solo patrón, cualquiera de las
partes podrá solicitar su revisión;
II. Si se celebró por varios sindicatos de trabajadores, la revisión se hará siempre que los
solicitantes representen el cincuenta y uno por ciento de la totalidad de los miembros de los
sindicatos, por lo menos; y
III. Si se celebró por varios patrones, la revisión se hará siempre que los solicitantes tengan
el cincuenta y uno por ciento de la totalidad de los trabajadores afectados por el contrato,
por lo menos.”
“Artículo 399.- La solicitud de revisión deberá hacerse, por lo menos, sesenta días
antes:
I. Del vencimiento del contrato colectivo por tiempo determinado, si éste no es mayor de
dos años;
II. Del transcurso de dos años, si el contrato por tiempo determinado tiene una duración
mayor; y
III. Del transcurso de dos años, en los casos de contrato por tiempo indeterminado o por
obra determinada.
“Artículo 399 Bis.- Sin perjuicio de lo que establece el Artículo 399, los contratos
colectivos serán revisables cada año en lo que se refiere a los salarios en efectivo por
cuota diaria.
La solicitud de esta revisión deberá hacerse por lo menos treinta días antes del
cumplimiento de un año transcurrido desde la celebración, revisión o prórroga del contrato
colectivo.”
“Artículo 400.- Si ninguna de las partes solicitó la revisión en los términos del artículo
399 o no se ejercitó el derecho de huelga, el contrato colectivo se prorrogará por un
período igual al de su duración o continuará por tiempo indeterminado.”
Así las cosas, en el caso que nos ocupa notoriamente se advierte que se violentan en nuestro
perjuicio las garantías de legalidad, seguridad y certidumbre jurídicas, impartición de la
justicia y supremacía constitucional, establecidas en los artículos 1º, 14, 16, 17 y 133
Constitucionales, toda vez que como se podrá apreciar del contenido del aludido Decreto,
éste no se encuentra debidamente fundado y motivado, en cuanto a las
consideraciones que supuestamente lo generaron, situaciones que la autoridad emisora
del Decreto nada más no comprueba de ninguna forma, dejándonos con ello en notorio
estado de indefensión, al no habernos acreditado conforme a derecho las causas que
propiciaron la extinción de la empresa, y con ello la desaparición de nuestra fuente de
trabajo, con la documentación legal fehaciente que lo demuestre, y a través de la cual
efectivamente nos acredite que tales situaciones acontecieron, a pesar de tener dicha
autoridad emisora la obligación constitucional de acreditarlas, no importando que se trate
del Jefe del Ejecutivo Federal, puesto que la Constitución General de la República,
instruye que toda autoridad tiene obligación de fundar y motivar sus actuaciones,
para que éstas se encuentren en posibilidad de surtir los efectos jurídicos deseados, y
además acreditar las causas legales del procedimiento tendiente a extinguir a la
empresa, y con ello la afectación de sus derechos, razón por la cual se reitera, nos deja en
notorio estado de indefensión, al no permitirnos conocer si efectivamente son verídicas y
razonables las causas que originan dicha afectación.
En efecto, de la argumentación contenida en la parte considerativa del Decreto de extinción que se reclama, se desprende que el mismo
carece del debido sustento legal que debiera conforme a derecho contener, puesto que las supuestas irregularidades que en su tenor se
refieren no se acreditan con ningún medio de convicción legal; y es por ello que tal argumentación, queda en meras manifestaciones de
carácter subjetivo de quien las realiza, como fácilmente se aprecia de su contenido, en el que se dice que supuestamente:
Que los costos de Luz y Fuerza del Centro casi duplican a sus ingresos por ventas, de 2003
a 2008 registró ingresos por ventas de 235,738 millones de pesos, mientras que sus costos
fueron de $433, 290 millones de pesos (incluyendo energía comprada a la Comisión
Federal de Electricidad);
Que el organismo registra un pasivo laboral de 240 mil millones de pesos, de los cuales
solamente 80 mil millones corresponden a trabajadores en activo y 160 mil millones a
personal jubilado.
Que los resultados que ha reportado Luz y Fuerza del Centro son notablemente inferiores
respecto de empresas u organismos que prestan el mismo servicio a nivel nacional,
inclusive respecto de los que ha reportado la Comisión Federal de Electricidad, ya que,
entre otras razones:
b) En 2008 Luz y Fuerza del Centro perdió 32.5% de la energía que compra y genera para
vender. El valor estimado de estas pérdidas totales ascendió a casi 25 mil millones de
pesos, lo que representa el 52% de los ingresos totales por ventas del organismo, y
c) En el mejor de los casos, los costos unitarios de las obras que ejecuta Luz y Fuerza del
Centro son 176% superiores respecto de los costos de la Comisión Federal de Electricidad.
Que a diciembre de 2008, Luz y Fuerza del Centro no atendió diversas solicitudes de
prestación de servicio que, en su conjunto, representan el doble de la demanda en
Acapulco. La falta o insuficiencia de suministro de energía eléctrica es un factor importante
que puede inhibir la decisión para realizar inversiones por lo que esta situación no es
sostenible.
Que por todo lo expuesto se puede concluir que no sólo no se ha logrado alcanzar la
autosuficiencia financiera de Luz y Fuerza del Centro, sino que el organismo
descentralizado subsiste por las transferencias que hace el Gobierno Federal para
mantenerlo y que lejos de alcanzar los índices equivalentes respecto del sector nacional, el
funcionamiento de Luz y Fuerza del Centro hoy en día representa un costo tan elevado que
no resulta conveniente para la economía nacional ni para el interés público;
Que lo anterior, aunado a las circunstancias económicas derivadas del entorno de crisis
mundial, han hecho imperativa la adopción de medidas que permitan apuntalar la viabilidad
económica del país mediante el uso más productivo de recursos públicos, eliminando
ineficiencias que dilapidan el erario público;
Empero sin que se acrediten de ninguna forma tales manifestaciones unilaterales que se
exponen en el Decreto de referencia, quedando por consecuencia en meras apreciaciones,
carentes de todo valor probatorio, mismas que jamás se comprobaron a los suscritos en su
carácter de trabajadores, a través del debido proceso, mismo que jamás se instauró
conforme a la ley, como se adujo en líneas anteriores, razón por la cual, se considera que el
Decreto en cuestión carece de la debida motivación y fundamentación, al no acreditarnos de
ninguna forma que efectivamente las supuestas causas que, según se dice originaron su
emisión, son reales y se encuentran debidamente sustentadas en derecho, dejándolos por
ende en notorio estado de indefensión, por lo que en tal virtud, dicho Decreto violenta en
nuestro perjuicio las garantías de legalidad, seguridad y certidumbre jurídicas, además de
las de supremacía constitucional e impartición de la justicia, establecidas en los artículos 1º,
14, 16, 17 y 133 Constitucionales, que a la letra dicen en su parte relativa:
“Artículo 1º.- En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que
otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los
casos y con las condiciones que ella misma establece”.
“Artículo 14.- A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.
Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o
derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el
que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho…
En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra, o a la
interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del
derecho.”
“Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio papeles o
posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde
y motive la causa legal del procedimiento…”.
“Artículo 17.- Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por
tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las
leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial…”.
“Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella
y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el
Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la
Unión. Los jueces de cada estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a
pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes
de los Estados.”
Lo anterior en virtud de que para dar por terminadas las relaciones laborales de los
trabajadores, y obligarnos de manera forzosa a recibir las indemnizaciones que en el mismo
se instruyen, a través de una vía de derecho público que resulta ajena a la materia laboral,
se violentan en nuestro perjuicio las garantías antes invocadas, afectándonos en nuestros
derechos adquiridos producto de nuestras conquistas laborales de muchos años atrás, esto
pese al principio de Supremacía Constitucional previsto en nuestra Carta Magna.
Tampoco se omite manifestar a su Señoría que si la supuesta causa por la cual en el Decreto
de extinción reclamado, se determinó la terminación de las relaciones de trabajo de los
suscritos en su calidad de trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, fue supuestamente por
la incosteabilidad notoria de la explotación de la energía eléctrica, supuesto regulado en el
artículo 434 de la Ley Federal del Trabajo, que se trascribe a continuación:
“Artículo 435.- En los casos señalados en el artículo anterior, se observarán las normas
siguientes:
Lo anterior resulta más grave aún, al no existir como excepción en la propia Constitución
General de la República, que en casos como el que nos ocupa, no deban respetarse las
garantías ampliamente invocadas, luego entonces, por ello se hace patente, que existe una
evidente violación de nuestros derechos fundamentales por parte de las autoridades que
emitieron, refrendaron, publicaron y pretenden ejecutar tanto el Decreto como las Bases
para el proceso de desincorporación del organismo descentralizado Luz y Fuerza del
Centro, que los hace estar notoriamente fuera del marco constitucional.
I. Ser expedido por órgano competente, a través de servidor público, y en caso de que
dicho órgano fuere colegiado, reúna las formalidades de la ley o decreto para emitirlo;
II. Tener objeto que pueda ser materia del mismo; determinado o determinable; preciso
en cuanto a las circunstancias de tiempo y lugar, y previsto por la ley;
III. Cumplir con la finalidad de interés público regulado por las normas en que se concreta,
sin que puedan perseguirse otros fines distintos;
Es por ello que dicho acto de autoridad no resulta legal y, por ende, de ninguna forma
puede afectar nuestra esfera jurídica, en razón de que el mismo no se encuentra
debidamente fundado y motivado, y de manera especial porque no se acredita
fehacientemente, todas las supuestas irregularidades, que según se dice en su contenido,
ocasionó la extinción de Luz y Fuerza del Centro, y con ello la afectación de nuestros
derechos adquiridos.
CUARTO.- También con los actos reclamados, y en especial con el Decreto impugnado se
infringe lo dispuesto por el artículo 126 Constitucional, en el sentido de que no podrá
hacerse pago alguno que no esté comprendido en el Presupuesto o determinado por la
ley posterior, por lo que en esa virtud, si para el presente ejercicio no se encontraban
autorizados los dineros públicos suficientes para hacer frente a la obligación de indemnizar
a los trabajadores, luego entonces se suscita la siguiente pregunta: ¿de donde tomarán los
dineros necesarios para llevar a cabo la liquidación de los trabajadores?; numeral que se
trascribe para mejor proveer:
En ese sentido, partiendo del hecho de que es público y notorio que al Gobierno le faltan
recursos para satisfacer los objetivos a cumplir en el ejercicio fiscal del año en curso (en
virtud de que es bien sabido de los recortes efectuados al presupuesto autorizado para el
presente ejercicio), y si en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio
fiscal en curso, no se encontraban autorizados los suficientes recursos económicos para
hacer frente a las liquidaciones correspondientes de todos los trabajadores de Luz y Fuerza
del Centro, ya que el artículo 4º fracción II, del Decreto de Presupuesto de Egresos de la
Federación para el Ejercicio Fiscal de 2009 (disposición que se invoca en el Decreto
impugnado pretendiendo con ello sustentar tan ilegal disposición), solamente nos indica
que:
II. El capítulo específico que incorpora las erogaciones correspondientes a los gastos
obligatorio se incluye en el Anexo 2 de este Decreto;…”
..
Por lo que a pesar de que en el propio Decreto impugnado pretenda sustentarse (como se
podrá apreciar de su proemio) entre otros numerales, en lo dispuesto en el artículo 4º
fracción II, del Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal
de 2009 (para con ello pretender dar sustento legal al mismo), el que a la letra dice:
“Artículo 4.- …
Las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, de Energía y del Trabajo y Previsión Social
se coordinarán en el ámbito de sus respectivas competencias con el Servicio de
Administración y Enajenación de Bienes, a efecto de que las indemnizaciones señaladas en
el párrafo anterior sean pagadas en el menor tiempo posible conforme a las disposiciones
aplicables.”
Por lo que bajo tales circunstancias se solicita a su Señoría nos otorgue el amparo y
protección de la Justicia Federal, ya que es de explorado derecho y así lo ha reconocido la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (en múltiples ejecutorias que ha sostenido al
respecto), que la Constitución tiene la supremacía absoluta sobre toda legislación
secundaria, y por tal razón la sociedad y el Estado tienen interés en que se apliquen desde
luego los preceptos de aquélla y no los textos contrarios a la misma.
En efecto, no existe duda que nuestra Carta Magna debe prevalecer sobre todas las demás
leyes (incluyendo obviamente en el caso que nos ocupa, a la Ley impugnada) y es por ello
que los Jueces de cada Estado deben ajustarse a los mandatos contenidos en la
Constitución, a pesar de las disposiciones que en contrario puedan existir en las leyes de los
Estados, de acuerdo a lo dispuesto por su artículo 133, el que establece el principio de
Supremacía Constitucional; que a la letra dice textualmente:
“Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella
y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el
Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la
Unión. Los jueces de cada estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a
pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes
de los Estados.”
Por lo que en tal virtud, resulta evidente que siempre prevalecerá el imperio de la Carta
Magna, a cuantas leyes secundarias se le opongan (y/o Decretos ilegales que se emitan,
como el de la especie), las que en este supuesto, nuestros Tribunales de Amparo han
establecido que no deben ser obedecidas por autoridad alguna, toda vez que se reitera la
Ley de Leyes está por encima de todos los mandamientos y rige cualesquiera que sean las
autoridades que en éstos intervengan, no importando que se trate del Jefe del Ejecutivo
Federal.
Se invocan con el fin de apoyar los razonamientos legales hechos valer, las tesis sostenidas
en la Quinta Época, tanto por el Pleno, como por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, respectivamente, publicadas en el Semanario Judicial de la
Federación, cuyos datos de identificación, rubros y contenidos, literalmente se transcriben
para mayor información:
Tesis aislada
Materia(s): Constitucional
Quinta Época
Tomo: LXXIII
Tesis:
Página: 7848
Tesis aislada
Materia(s): Constitucional
Quinta Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: IX
Tesis:
Página: 567
“CONSTITUCION FEDERAL. Debe prevalecer sobre todas las demás leyes y los
Jueces de cada Estado se arreglarán a lo mandado por dicha Constitución, a pesar de
las disposiciones en contrario que pueda haber en las leyes de los Estados.”
Amparo penal directo. Ceja José A. 28 de octubre de 1921. Unanimidad de nueve votos.
Ausentes: Agustín Urdapilleta y Benito Flores. La publicación no menciona el nombre del
ponente.
Tesis aislada
Materia(s): Constitucional
Quinta Época
Instancia: Pleno
Tomo: IV
Tesis:
Página: 878
“CONSTITUCION, IMPERIO DE LA. Sobre todas las leyes y sobre todas las circulares,
debe prevalecer siempre el imperio de la Carta Magna, y cuantas leyes secundarias se
opongan a lo dispuesto en ella, no deben ser obedecidas por autoridad alguna.”
Tesis aislada
Materia(s): Constitucional
Quinta Época
Instancia: Pleno
Tomo: III
Tesis:
Página: 664
QUINTO.- Lo causa los actos reclamados, porque infringen lo dispuesto por el artículo 73
fracción XI, Constitucional, por el cual se instruye que es facultad exclusiva del Congreso
de la Unión crear y suprimir empleos públicos de la federación y señalar, aumentar o
disminuir sus dotaciones, como se aprecia de su tenor literal:
Artículo 73. El Congreso tiene facultad:
En razón de todo lo anterior, es indudable que la autoridad emisora del decreto reclamado,
por el que se extingue el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro, de ninguna
forma se apega al invocado mandamiento constitucional, por lo que en tal virtud, además de
carecer del fundamento legal idóneo, invade de manera arbitraria esferas que única y
exclusivamente competen al Congreso de la Unión, violentando así mismo el principio
general del derecho que señala que “la autoridad solamente puede hacer lo que la ley le
permite”, por lo que el despido masivo y forzoso de los aproximadamente 42,000
trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, entre los que nos encontramos los suscritos,
resulta ser notoriamente arbitrario, y debe declararse insubsistente por su Señoría.
SEXTO: Lo causan los actos reclamados, en virtud de que pugna con los principios
fundamentales mínimos establecidos en los artículos 41, 72 inciso F, 73 fracción X, 89
fracción I de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, violentando en
perjuicio de los suscritos las garantías individuales que ya han quedado precisadas con
antelación, como a continuación pasamos a demostrar:
Los preceptos señalados en el párrafo que antecede, establecen una norma general de
interpretación y aplicación obligatoria tanto a los juzgadores como a las autoridades
inmersas en los tres Poderes de la Unión, pues estas siempre lo deben tomar en
consideración al desplegar sus facultades de imperio, es decir al realizar sus respectivas
funciones para las cuales fueron creadas.
De esta manera, para desplegar cualquier función de los distintos Poderes de la Unión;
como son la jurisdiccional reservada al Poder Judicial de la Federación, la legislativa
desplegada por el Congreso de la Unión y en el caso que nos ocupa, la ejecutiva
representada por el Presidente de la Republica, en las cuales siempre se deben tomar en
cuenta los principios rectores enmarcados en las normas constitucionales, como lo son, las
invocadas como violatorias dentro del presente concepto de violación, para poderlas ajustar
a su actividad de imperio.
Así la función de cada uno de los Poderes de la Unión se encuentra limitado bajo el
Principio de la División de Poderes, mismo que el artículo 49 de la Constitución Federal
señala como estructura fundamental del pacto federal, en el que se impone la prohibición
expresa de no reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona o corporación.
La armonía Jurídica que existe en nuestra carta magna, ordena que todos los actos dictados
por las autoridades del país, en lo particular la ejecutiva representada por el Presidente de
la República, se emita dentro de los catálogos de atribuciones o facultades expresamente
establecidos por la Constitución y las leyes que de la misma derivan.
Es bien sabido que las autoridades solamente pueden hacer lo que expresamente les está
permitido por la Constitución y demás ordenamientos, por lo que si actúan fuera de sus
atribuciones, estarán realizando actos viciados de incompetencia que confronta a los
principios de la Constitución y que son violatorios de garantías.
Por otra parte, la Constitución Federal y especialmente las garantías individuales del
gobernado son preceptos de orden público por excelencia, que constituyen la cima del
sistema jurídico mexicano, razón por la cual, los derechos consignados a favor de los
gobernados son irrenunciables, y los actos de autoridad que se dicten en contravención a
tales garantías no son convalidables bajo ningún supuesto.
En esa virtud, si un acto del Ejecutivo fuese dictado fuera de las atribuciones que han sido
otorgadas a la autoridad emisora, es decir por el constituyente, y dentro de la propia
Constitución; el mismo estaría viciado de inconstitucionalidad y será violatorio de
garantías.
“Artículo 89.- Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes:
I.- Promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la
esfera administrativa a su exacta observancia…”
”Artículo 92.- Todos los reglamentos, decretos, acuerdos y órdenes del Presidente deberán
estar firmados por el Secretario de Estado o Jefe de Departamento Administrativo a que el
asunto corresponda, y sin este requisito no serán obedecidos.”
Es válido colegir que con ello el Congreso Constituyente sujetó al Ejecutivo, determinadas
bases para expedir decretos, y dicho Ejecutivo, en cumplimiento del deber que le impuso el
Constituyente para expedir esos decretos, necesariamente debe sujetar su voluntad a lo
estrictamente facultado, pues en todo caso, como ya se dijo antes, chocaría con un mandato
Constitucional originando violación de garantías. Situación que acontece en la especie con
el Decreto que se reclama.
Es de explorado derecho que los Servidores Públicos, los Órganos de Gobierno, las
distintas autoridades y de manera general Los tres Poderes de la Unión, como es en el
presente asunto; el EJECUTIVO FEDERAL; se encuentran limitados en su actuar, solo a
las funciones que en el catalogo de puestos o normas Generales se los permite, pues ya que
solamente pueden hacer lo que expresamente les está permitido por la Constitución y
demás ordenamientos, por lo que si actúan fuera de sus atribuciones, estarán realizando
actos viciados de incompetencia y violatorios del artículo 16 constitucional. Así lo han
señalado nuestros Tribunales de Amparo, en los criterios que se transcriben a continuación:
Amparo penal directo 939/52. Por acuerdo de la Primera Sala, de fecha 8 de junio de 1953,
no se menciona el nombre del promovente. 22 de julio de 1954. Mayoría de tres votos.
Disidentes: Agustín Mercado Alarcón y Luis G. Corona. La publicación no menciona el
nombre del ponente.
En este orden de ideas, tal y como lo disponen los artículos Constitucionales indicados
dentro del presente concepto de violación, única y exclusivamente el Ejecutivo Federal
puede emitir Decretos sin contravenir las bases señaladas en los artículos constitucionales
antes transcritos; es decir, solo en uso de las facultades extraordinarias que le otorga la
constitución, por ejemplo el artículo 73 fracción XVI; o en uso de la facultad que le
transmite el Congreso de la Unión, como por ejemplo lo previsto en los artículos 29, 49 y
131 párrafo segundo de la constitución. Conociéndose al primero doctrinariamente como
DECRETO LEY siendo cuando se autoriza al ejecutivo para expedir leyes sin necesidad de
delegación en el Congreso. Conociéndose el segundo como DECRETO DELEGADO el
cual supone que el congreso de la Unión transmite facultades al ejecutivo que le
corresponde.
Sin embargo dentro del Decreto cuestionado de inconstitucional, se tiene que el Ejecutivo
invadió esferas competenciales que no le correspondían, porque dentro del mismo, ejerció
de manera autónoma una facultad no autorizada por la constitución y ni mucho menos por
la norma secundaria toda vez que, ni se encontraba ejerciendo una facultad extraordinaria
señalada por la constitución como la hipótesis señalada en el artículo 73 fracción XVI, y ni
mucho menos se le delegó facultades para poderlo emitir.
Efectivamente el artículo 72 inciso F, Constitucional, indica que para la derogación de los
decretos se observarán los mismos trámites para su creación; en este sentido, la emisión del
decreto por el que se extingue el Organismo Público Descentralizado Luz y Fuerza del
Centro, publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 11 de octubre de 2009; nunca
siguió el mismo trámite que se realizó para la emisión del Decreto por el cual se creó el
mencionado Organismo Público Descentralizado Luz y Fuerza del Centro del 9 de febrero
de 1994, para poder legalmente extinguir al mismo.
Por lo tanto, el Decreto aquí impugnado, al haber sido emitido por un Poder del Estado,
como lo es el Ejecutivo Federal, carente de facultades en los términos en que lo realizó, es
evidente que dicho Decreto se encuentra afectado de inconstitucionalidad, por haber sido
emitido por un órgano carente de competencia en sus funciones para emitirlo; pues como se
dijo, solo puede emitir decretos de acuerdo a las facultades que la propia Constitución le
otorga.
Por tal motivo el Decreto de extinción reclamado, viola los artículos 14 y 16
constitucionales, en virtud de que a los hoy quejosos, los coloca automáticamente dentro de
la hipótesis espacial y temporal de aplicación de la norma; afectando el interés jurídico de
los suscritos, al extinguir de manera radical e inmediata nuestra fuente de trabajo, en los
términos indicados dentro de la presente demanda, generando perjuicio a los suscritos
desde el inicio de su vigencia, en virtud de que ha creado, transformado y extinguido
situaciones concretas de derecho, que hace procedente el presente la promoción del juicio
de garantías que se interpone.
b) Toda vez que en el aludido artículo 4 transitorio se prescribe que las funciones a
cargo de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, S. A., serán desarrolladas por el
Organismo Descentralizado ad hoc que al efecto se establezca, es claro que sólo Luz y
Fuerza DEL Centro, está investido de atribuciones jurídicas para llevar a cabo en su
esfera territorial la interfase de distribución y venta del servicio público de energía
eléctrica, por lo que su extinción es contraria a las disposiciones relativas al área
estratégica de la electricidad emanadas de los artículos 25, 27 y 28 Constitucionales.
c) El Decreto deviene conculcatorio del artículo 73, fracción XI, constitucional, según el
cual el Órgano Congresional detenta la potestad exclusiva de crear y suprimir empleos
públicos de la Federación.
– Al abrogarse el Decreto de Luz y Fuerza, y toda vez que a través suyo se venían
ejerciendo las funciones inherentes al área estratégica de la electricidad, evidentemente se
alteraron o afectaron tanto el Sistema de Planeación Democrática del Desarrollo como
el Plan Nacional de Desarrollo, el Programa Sectorial de Energía y el Programa
Institucional del propio Organismo.
f) En esa misma línea de análisis jurídico-constitucional, ya que Luz y Fuerza del Centro
está sujeta a control presupuestal, se trastocó el Decreto del Presupuesto de Egresos de
la Federación aprobado por la Cámara de Diputados para el año 2009, lo que también
acarreó el violentamiento de la estructura programática-presupuestal derivada de ese
acto legislativo.
g) Por todo ello, es dable subrayar que el Ejecutivo Federal incumplió el artículo 128
Constitucional, en el que se consagra la obligación primordial de guardar la
Constitución y las leyes que de ella emanen.
Cabe afirmar, que los preceptos legales que el Ejecutivo invoca para tratar de fundamentar
la emisión de su Decreto, ninguno de ellos lo faculta para decretar por sí solo, la extinción
del Organismo Descentralizado, denominado Luz y Fuerza del Centro, que proporciona el
servicio público de energía eléctrica, y de paso, tácitamente, la terminación colectiva de
las relaciones de trabajo entre el citado Organismo y sus trabajadores. Por lo tanto, dicho
acto jurídico administrativo es nulo, a la luz del principio administrativo, que establece que
las autoridades públicas, solo pueden hacer todo aquello que la Ley les autorice. Lo
que no les esté autorizado por la Ley es nulo. Luego entonces, el Ejecutivo viola las
garantías de legalidad y seguridad jurídica establecidas en el artículo 14 y 16
Constitucional, al invocar disposiciones constitucionales y ordinarias que no le
facultaban para emitir el Decreto, señalado como Acto reclamado y por ende, violó
también la fracción X del Artículo 73, de la Carta Magna, que señala que es facultad
del Congreso de la Unión legislar lo relativo a la Energía Eléctrica, invadiendo con
ello una esfera competencial que no le es propia.
Ahora bien, toda vez que el organismo descentralizado LFC fue creado de acuerdo a
los imperativos legales antes mencionados, es decir, por orden del Congreso de la
Unión, y tomando en cuenta que a este último le compete legislar en materia de Servicio
Eléctrico; de conformidad con el Artículo 15 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales,
antes citado, era y es facultad del Legislativo únicamente decretar la extinción del
citado organismo descentralizado, conjuntamente con el Ejecutivo, y no únicamente el
Ejecutivo Federal. En consecuencia, si el Ejecutivo Federal, no tenía facultades para
legislar en materia de energía eléctrica y, si el Organismo Descentralizado LFC fue creado
por el Ejecutivo por órdenes del Legislativo o Congreso de la Unión, a éste último le
correspondía, en todo caso, legislar al respecto, (Mediante un Decreto del Congreso). Por
lo tanto, el Decreto del día domingo 11 de octubre de 2009, emitido por el Ejecutivo es
inconstitucional por un lado (al no tener fundamento alguno en la Constitución y en
las demás leyes ordinarias invocadas en el mismo), y por otro lado, es violatorio de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, específicamente de los
artículos 14, 16 y 17. Por lo mismo adolece de nulidad y carece de toda validez
jurídica.
En el supuesto caso, sin conceder, que el Ejecutivo por sí solo pudiese decretar la extinción
del multicitado Organismo Descentralizado, éste jamás demostró, que se actualizaran
las causas de extinción previstas en la Ley Federal de Entidades Paraestatales, en los
términos del Artículo 16, que el organismo descentralizado, de referencia, hubiese dejado
de cumplir sus fines u objeto o que su funcionamiento no resultase ya conveniente
“desde el punto de vista de la Economía Nacional o del Interés Público”, toda vez que
el objeto para el cual fue creado el citado organismo descentralizado todavía seguía
existiendo y no se había consumado, como es lógico de desprenderse, y la apreciación
del Ejecutivo, de la “inconveniencia de su funcionamiento desde el punto de vista de la
Economía Nacional o del Interés Público”, propuesta por la Secretaría de Energía, solo son
de carácter subjetivo, ya que el Decreto no señala en que hechos y pruebas se
fundamentó la Secretaría de Energía para considerar que el multicitado organismo ya no
era conveniente para la Economía Nacional o del Interés Público, situaciones que en su
oportunidad, y con anterioridad, debieron haber sido hechas del conocimiento del SME
para que éste manifestara lo que a su derecho conviniese, ya que la extinción del organismo
afectaría también sus intereses y podría haber coadyuvado en la eliminación de la
supuestas causas económicas de su extinción y, siendo de enorme trascendencia para la
nación la extinción de un organismo de tal naturaleza, el Presidente de la República debió
haber informado a la Nación del estado financiero que guardaba el susodicho Organismo, si
es que su funcionamiento afectaba realmente a la Economía Nacional, pero, es del público
conocimiento, que no informó nada al respecto. Dicha decisión fue tomada de la noche a la
mañana, subrepticiamente, entre el 1º de Septiembre al 11 de octubre del 2009, en un día
domingo, inhábil por cierto, durante la noche, y aprovechándose de la euforia desbordada
creada por el triunfo de la Selección Nacional de Fútbol, que llevó al Pueblo a que saliera a
las calles a su celebración. Lo mismo puede decirse con respecto a la fulminante
terminación colectiva de las relaciones de trabajo entre los trabajadores sindicalizados y
empleados de confianza y LFC, que requería de la existencia de un juicio previo,
tramitado ante la autoridad competente, ya mencionada, con base en las leyes expedidas
con anterioridad al acto reclamado, en cuyo juicio se hayan seguido las formalidades
esenciales del procedimiento, en el cual tuviera que haberse dictado el laudo o la
resolución definitiva correspondiente; en cuyo juicio, también, se hubiesen demostrado
las causas de la terminación colectiva de las relaciones de trabajo para decretar la extinción
del organismo descentralizado de que se trata, al tenor de lo dispuesto por los artículos 433
y 434, fracciones I, III y V de la Ley Federal del Trabajo, hipótesis que nunca se actualizó,
violándose además, de esta forma, la fracción XI del artículo 73 de la Carta Magna,
que dispone que es facultad del Congreso crear y suprimir empleos públicos de la
Federación.
DÉCIMO PRIMERO.- El Decreto Presidencial de que se trata, publicado el Domingo
11 de octubre del 2009, y que empezó a surtir efectos, según el mismo Decreto, ese
mismo día; es nulo en sí mismo, en virtud de que su entrada en vigor coincidió en un día
inhábil, violando con ello el principio de seguridad jurídica, de legalidad y debido
proceso, consagradas en los artículos 14, 16 y 17 Constitucionales; independientemente
de que la ejecución del mismo se empezó a realizar horas antes de la “entrada en vigor” de
ese mismo Decreto, ocupando las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro con el uso de
la Fuerza Pública, desalojando a los trabajadores sindicalizados de las instalaciones del
mencionado Organismo donde se encontraban laborando en esos momentos, dejándonos, de
esta manera, en total estado de indefensión, toda vez que hemos sido privados de nuestros
derechos sin previo juicio seguido ante los tribunales previamente establecidas en las que se
cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas
con anterioridad al hecho.
Finalmente, cabe concluir que el Decreto impugnado, viola las garantías individuales,
principalmente las garantías de legalidad y seguridad jurídica establecidas en los artículos
14 y 16 constitucionales, Y LAS GARANTÍAS INDIVIDUALES CONSISTENTES
EN EL DERECHO AL EMPLEO Y A SU ESTABILIDAD, LIBERTAD SINDICAL,
CONTRATACIÓN COLECTIVA, consagrados en el artículo 123 Constitucional, así
como los DERECHOS HUMANOS RELATIVOS A LA DIGNIDAD DE LO
TRABAJADORES, EL DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL Y EL DERECHO
HUMANO A UN PROYECTO DE VIDA.
OFRECIMIENTO DE PRUEBAS
Con fundamento en los artículos 150 y 151 de la Ley de Amparo, se ofrecen como pruebas
de nuestra parte, las siguientes:
En estas condiciones se solicita la suspensión para que se siga conservando para los
quejosos y sus beneficiarios los beneficios de seguridad social relativos a la asistencia
médica y de maternidad, quirúrgica, farmacéutica y hospitalaria que sea necesaria hasta en
tanto se resuelva en definitiva el amparo solicitado y de forma específica para que ya no
seamos objeto de imposición de otras actuaciones ilegales e inconstitucionales por parte de
las autoridades responsables.
“SUSPENSION CONTRA UNA LEY.- Es procedente la que se pide contra una Ley
cuyos preceptos, al promulgarse, adquieren el carácter de inmediatamente obligatorios, que
se ejecutarán sin ningún trámite y serán el punto de partida para que se consumen,
posteriormente, otras violaciones de garantías.
Quinta Época:
Novena Época
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Tesis de Jurisprudencia 39/95. Aprobada por la Segunda Sala de este alto Tribunal, en
sesión pública de dos de agosto de mil novecientos noventa y cinco, por cinco votos de los
Ministros: Presidente: Juan Díaz Romero, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Mariano
Azuela Güitrón, Genaro David Góngora Pimentel y Guillermo I. Ortiz Mayagoitia.