PASTA
Aunque se atribuye a Marco Polo el mérito de traer la pasta de China, los historiadores afirman
que fue un invento de los etruscos. Los catalanes reivindican la invención de los fideos y los
chinos afirman que se les ocurrió a ellos amasar con agua la harina procedente de los granos
de distintas semillas. Lo cierto es que la pasta lleva ingredientes tan sencillos que pudo
haberse inventado en distintos lugares y épocas. Lo que no se puede negar, es que fueron los
italianos quienes se preocuparon con gran determinación de explotar todas las posibilidades de
la pasta y darla a conocer en todo el mundo.
Variedades
Macarrones
Pasta tubular estriada o lisa. Los cortos con las puntas en diagonal se
llaman plumas (1). Los estriados rigatoni o penne rigati y los curvos
con bordes ondulados crestas (7).
"Ruote" Primavera y Lirios
Ruedas en múltiples colores gracias a la incorporación de remolacha,
tinta de sepia, pimiento del piquillo, calabaza... (2) Los mismos colores
adornan a los lirios (11), pasta con forma de flor y amarillo intenso -
debido al limón- que recuerda a las calas.
Tallarines o "Linguini"
Los espaguetis (6) son como los tallarines, cuya única diferencia con ellos es que éstos son
finos y redondos. Los spaguettoni tienen un tamaño ligeramente más grueso que los
espaguetis. Los tallarines o "Linguini", son tiras de pasta finas y planas. (3)
"Fetuccini al Nero di Sepia" y "Lingua"
Los "fetuccini al Nero di Sepia", son Las "linguas" (4) son de tamaño
de un negro riguroso, color insólito medio y rizadas. Pueden estar
para la pasta, y de un sabor aromatizadas con salmón o con tinta
extraordinario. de sepia.
"Fusillini" y "Campagnole"
Los "fusillini" (19) son espaguetis finos y huecos con
forma de sacacorchos. Pueden ser cortos y con los bordes
retorcidos, en este caso se denominan "campagnole" (5).
Fideos
Los "fideos" (8) son pasta de diversos grosores, generalmente empleada para
sopa, a excepción de una variedad muy gruesa y con un fino agujero en el
centro que se utiliza en la fideuà.
"Fetuccini" o Cintas
Los "Fetuccini" (9) son tiras planas y largas de pasta que, según la
anchura, reciben distintos nombres. Pueden presentarse en forma de nidos
(24) con distintos colores, con los bordes rizados (22) (25) ...
Lazos o "Farfalle"
Los lazos o "farfalle" (10) es una pasta plana cortada en picos y
rizada, doblada en el centro, de distintos tamaños y sabores. Por
su forma se conocen como mariposas. Los (23) son más
pequeños y se utilizan para sopa.
Láminas
Los láminas (12) son planchas finas de pasta, cuadradas
si se utilizan para la confección de (16) canelones o
rectangulares si se destinan para lasaña.
Rueditas
Las rueditas (14) son pequeños tubos de pasta que se utilizan en
las sopas de verdura italianas junto con las ruedas pequeñas.
También se emplean en la escudella catalana, además de los
gallets, una pasta parecida al tiburón. En general, las pastas de
sopa más habituales son las conchitas pequeñas, letras,
estrellitas, (13) melón, maravilla, cuscus y fideos, desde el
cabellín al fideo grueso.
Las más originales
Su presencia en el mercado español es relativamente reciente. Resaltan por
sus formas caprichosas y colores insólitos gracias a la adición de distintos
purés de diferentes ingredientes. Entre ellas destacan "las virutas del
Montseny" (15) de color marrón, ideales para los amantes de las setas.
"Tortellini" y Plumas Gigantes
Los "tortellini" (17) son pasta rellena en forma de
tortel. Cuando es de tamaño pequeño se llama
capelletti, y la más grande se conoce como tortelloni.
Las plumas gigantes (18) son del tamaño de un
canelón y distintos colores y resultan perfectas para
rellenar.
Conchas
Las conchas (20), tiburones, margaritas, caracolas y ballenas. Pueden ser
grandes, medianos o pequeños, lisos o rayados. Los pequeños se conocen
como coditos o lumache.
"Raviolis"
Los "raviolis" son otra variedad de pasta rellena que se moldea en forma
de pequeñas empanadillas cuadradas. Los "tortelli" (21), son iguales pero
con forma redonda.
Espirales y "Tagliardi" con espinacas
Las espirales son cordones de pasta corta y retorcida conocidos como tortiglioni. Si la pasta
es plana se llama cinta rizada.
Los "Tagliardi" con espinacas son finas láminas de pasta verde, parecidas a una lasaña en
miniatura.
Tipos
Pasta Seca:
Está elaborada a base de sémola de trigo duro que una vez moldeada se seca, lo que
permite almacenarla hasta 1 año.
Pasta Integral:
Elaborada con sémola de trigo duro completo, puede ser fresca o seca. Desde el punto
de vista nutritivo es más rica en fibra, vitaminas y minerales que la pasta elaborada con
harinas refinadas.
Pasta Enriquecida:
A la fórmula tradicional se incorporan huevos, espinacas, tomate, incluso tinta de
calamar que, además de aromatizar, tiñen la pasta con diversos colores.
Pasta Rellena:
Es una masa laminada a la que se incorporan distintos rellenos como queso, carne,
espinacas, setas... Sus máximos representantes son los raviolis, tortellinis y capeletti.
Este tipo de pasta suele adquirirse fresca, aunque existen en el mercado algunas
variedades secas.
Pasta Fresca:
Es la que se prepara en casa o en obradores especializados. Debe consumirse recién
hecha o en un plazo máximo de 1 semana, siempre que se conserve en el frigorífico
sin sacarla del envase, ya que se reseca rápidamente. Las pastas frescas industriales
que se encuentran en el mercado son de conservación breve o larga, según el proceso
térmico empleado en su elaboración y el sistema de envasado. Su textura es blanda y
necesitan menos tiempo de cocción.
Técnicas
La Pasta Casera:
Es una masa hecha a base de harina, agua y sal que se puede enriquecer con huevos
u otros ingredientes. La técnica del amasado es muy sencilla. La harina, tamizada con
la sal, se pone en un cuenco, se hace un hoyo en el centro y en él se echa el agua, los
huevos batidos, el aceite o los ingredientes que indique la receta. Se va mezclando y
se añade poco a poco el agua necesaria para obtener una masa compacta y seca. En
ese momento, se forma una bola y se pone sobre la superficie de trabajo enharinada.
Se amasa hasta que quede lisa, brillante y fácil de manejar. Si está algo pegajosa, se
espolvorea con un poco de harina y se deja reposar unos 10 minutos dentro del
frigorífico.
Pasado este tiempo es necesario estirar mucho la masa, hasta dejarla fina como el
papel. Para ello se divide en varias porciones que se van extendiendo por turnos -las
porciones que deben esperar se reservan envueltas en plástico de cocina para que no
se resequen-. Se estiran con el rodillo hasta dejarlas de 3 mm. de grosor, se les da la
vuelta y se estiran en sentido contrario hasta dejarlas tan finas como el papel y tan
flexibles que se puedan colgar sin que se rompan. Este trabajo se simplifica muchísimo
si se dispone de la máquina especial para pasta.
Moldear:
Para moldear raviolis se pone sobre la superficie de trabajo un rectángulo muy fino de
masa y se colocan sobre él pequeñas bolitas de relleno, convenientemente separadas
entre sí. Se cubre con otra lámina de pasta del mismo tamaño y se va pegando la
masa con los dedos en torno a los montículos que forma el relleno. Luego se cortan los
raviolis con la ruedecilla, formando pequeños cuadrados con las puntas dentadas. Si se
utiliza el molde de ravioli se cubre con una lámina de pasta, se hunde ligeramente en
los huecos, se pone en ellos el relleno, se cubre con otra lámina de pasta y se recorta.
Cortar:
Se espolvorea la masa con un poco de harina, se enrolla y con ayuda de un cuchillo
afilado se corta en tiras del grosor deseado. La pasta no debe enrollarse para hacer
lasaña y canelones, sino que se deja plana y se corta del tamaño que se desee. Si se
van a preparar tortellini, se cortan círculos de unos 4 cm. de diámetro con ayuda de un
cortapastas.
Secar:
Las tiras de pasta se colocan como ropa tendida, durante varias horas, sobre un palo o
una cuerda bien tensa para que se seque.
Rellenar:
La pasta rellena es la más difícil de preparar en casa. El relleno debe ser homogéneo y
estar muy seco. Si tiene trozos grandes se rasgará la pasta, pero también tiene que ser
lo bastante maleable para darle forma de bola. Para rellenar tortellini se humedecen los
bordes con un pincel, se coloca en el centro el relleno y se cierran como empanadillas
que luego se pliegan juntando ambos extremos.
Los "Gnocci":
Tan italianos como la pasta, estas pequeñas bolitas o dados pueden ser de sémola o
de patata. Los primeros consisten en una pasta hecha con leche hirviendo y semolina -
en la proporción de 1/2 litro de leche por 50 gr. de semolina-, que debe tener el espesor
suficiente para que, al introducir la cuchara en la masa, ésta se mantenga de pie. EN
ese momento se añaden huevos batidos, queso y condimentos en la proporción
indicada en la receta. Se pasa la masa a una bandeja y se deja enfriar antes de
cortarla en dados.
Si se van a hacer de patata hay que elegirlas harinosas, ya que son las que ofrecen
mejores resultados. Una vez cocidas y reducidas a puré se mezclan con harina en la
proporción de 200 gr. de harina por 500 gr. de patata. Se sazona la mezcla y se
incorpora huevo y puré de espinacas, de remolacha o de calabaza, si así lo indica la
receta. Si debido a la calidad de las patatas la masa de los gnocci resultase blanda, se
debe espesar con más puré de patata y no con harina porque resultarían duros. Para
darles forma se enharinan las manos y se van haciendo bolitas lo más rápidamente
posible, que luego se aplastan ligeramente con los dientes de un tenedor.
Un caso especial: La "Fideuá":
Es una preparación típicamente levantina que utiliza la fórmula de la paella, pero
sustituyendo el arroz por fideos. El resultado es un plato muy sabroso.
Pastel:
Es una aplicación de la pasta poco habitual en la gastronomía española. Sin embargo,
existen recetas muy buenas y son una manera estupenda de aprovechar restos cuando
se ha cocido pasta en mayor cantidad de la necesaria. La pasta escurrida se mezcla
con huevos batidos, queso, nata o los ingredientes que indique la receta. Después, se
vierte en un molde engrasado y se cuaja en el horno a 200 ºC durante el tiempo
indicado en la receta, o hasta que al introducir una aguja en el molde ésta salga limpia.
Se desmolda y se sirve con la salsa elegida.
Cocción:
Es la técnica más importante a la hora de preparar un buen plato de pasta. Una regla
de oro: por cada 100 gr. de pasta seca se necesita 1 litro de agua y 6 gr. de sal. Si la
salsa que va a acompañar la pasta es muy suave, se puede aumentar ligeramente la
cantidad de sal en el agua de cocción.
En una olla grande se pone el agua en la proporción indicada y, cuando esté hirviendo,
se agrega la sal y la pasta, poco a poco para que no se rompa el hervor. Se mueve con
un tenedor de madera y se deja cocer. Para comprobar el punto hay que probarla unos
2 minutos antes del tiempo indicado en el envase; debe estar al dente, es decir, cocida
pero firme. La pasta fresca suele estar entre 2 y 4 minutos. Una vez cocida, se echa en
un colador para que escurra y se mezcla inmediatamente con la salsa elegida.
En el caso de la lasaña y los canelones, una vez escurridos, se pasan uno a uno por
agua fría y se ponen a secar sobre un paño de cocina limpio. Luego se procede al
relleno según la receta. Los gnocci, al igual que la pasta, se cuecen en un recipiente
amplio y con abundante agua salada hirviendo. En el momento en que suban a la
superficie se retiran con la espumadera y se reservan al calor, momento en el que se
condimentan con la salsa elegida y queso rallado, ya listos para servir.
Ensalada:
Se cuece la pasta como se ha indicado, se escurre, se pasa bajo el grifo de agua fría
para cortar la cocción y se deja de nuevo escurrir bien. Se pasa a una fuente, se
mezcla con unas cucharadas de aceite de oliva para que no se pegue y se deja enfriar.
Sea aliña según la receta o se mezcla con los ingredientes que intervengan en la
ensalada. Se cubre el recipiente con plástico de cocina y se guarda en el frigorífico
hasta el momento de servir.
Sopa:
Es una de las aplicaciones más comunes n la cocina española, ya que prácticamente
todos los cocidos las incorporan a sus caldos. Finas, gruesas, redondas o con formas
caprichosas es una cuestión de gusto y de tradición. La pasta se cuece en caldo o bien
en agua y se incorpora luego a la sopa, dejándola cocer unos minutos con la sopa para
que tome sabor. Entre las variedades italianas la más famosa es la minestrone, una
mezcla de verduras, y en ocasiones legumbres frescas, que se rehogan en aceite a la
que se añade jamón, tocino u otro tipo de embutido. Una vez cocidos todos los
ingredientes se incorpora la pasta cocida en agua y escurrida, que cuece unos minutos
con la sopa para tomar sabor. Se sirve espolvoreada con queso rallado.