Nacido en el seno de una familia judía, fue el primogénito del matrimonio formado por Judah
Asimov y Anna Rachel Berman. Algunos biógrafos fijan erróneamente su nacimiento el día 4
de octubre de 1919, sin reparar en el hecho de que su madre modificó esta fecha con el
propósito de que el pequeño Isaac pudiese ingresar en la enseñanza pública un año antes
del que le correspondía por su edad.
A comienzos de 1923, la familia Asimov abandonó la recién creada Unión Soviética para
trasladarse a los Estados Unidos de América. Instalados, en un principio, en el barrio
neoyorquino de Brooklyn (habitado en su mayor parte por ciudadanos hebreos), los Asimov
salieron adelante en su nuevo país merced a la tienda de dulces regentada por el cabeza de
familia, negocio que poco a poco fue prosperando y mudando de ubicación.
En dicho establecimiento se ponían a la venta una serie de publicaciones de ciencia ficción
que el jovencísimo Isaac comenzó a devorar con verdadera curiosidad tan pronto como
hubo aprendido a leer, sin sospechar que, con el paso de los años, algunas de esas revistas
habrían de salir a la calle llevando en sus portadas su propio nombre.
Esta precocidad intelectual animó a sus progenitores a facilitarle una temprana formación
escolar, por lo que su madre falsificó su fecha de nacimiento para hacer posible su ingreso,
en 1925, en una escuela pública de Nueva York. Cursó luego su formación secundaria en la
East New York Junior High School, donde se graduó en 1930; pasó luego a la Boys High
School, en la que permaneció hasta 1935, año en el que, una vez completados con
brillantez sus estudios de bachillerato, se halló preparado para emprender su formación
superior con tan sólo quince años de edad.
Matriculado en la universidad neoyorquina de Columbia en 1935, al cabo de cuatro años
Isaac Asimov ya había conseguido el título de Licenciado en Químicas; posteriormente,
nuevos estudios superiores le permitieron licenciarse en Ciencias y Artes y doctorarse en
Filosofía. En contra del deseo de sus padres, que esperaban que se dedicara al ejercicio de
la Medicina, Asimov decidió que su futuro profesional pasaba necesariamente por el cultivo
de la literatura.
Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para la Marina estadounidense en unos
laboratorios de Filadelfia. En 1942 contrajo matrimonio con Gertrudis Blugerman, con la que
tendría dos hijos. Acabada la contienda, Asimov abandonó su puesto en la Navy y siguió
estudios de Bioquímica en la Universidad de Columbia, en la que se doctoró 1948. Al año
siguiente ingresó en el claustro de la Medical School de la Universidad de Boston, para
ejercer la docencia en calidad de profesor ayudante de Bioquímica, materia que continuó
explicando en dichas aulas durante casi un decenio (1949-1958).
En 1970, Isaac Asimov se separó de su esposa Gertrude para casarse, tres años después,
con Janet Opal Jeppson, con la que no tuvo descendencia. A comienzos de la década de
los noventa, a raíz de una intervención quirúrgica motivada por una grave afección
prostática, Isaac Asimov se vio obligado a reducir su intensa actividad creativa e
investigadora. La muerte le sobrevino en la ciudad de Nueva York a comienzos de la
primavera de 1992, como consecuencia de un fallo cardíaco y una insuficiencia renal; diez
años después, su segunda esposa reveló que el escritor había contraído el sida en 1983, al
recibir una transfusión de sangre infectada en el transcurso de una operación.
La obra de Isaac Asimov
Escritor prolífico (más de quinientos títulos publicados) y gran divulgador, la obra futurista de
Asimov ha gozado de gran popularidad por el sabio equilibro que consigue entre el estilo, la
imaginación literaria y el mundo tecnológico y científico. En 1939 empezó a publicar cuentos
de ciencia ficción en las revistas especializadas, imponiéndose en pocos años como el
principal representante de la rama "tecnológica" de este género, en la que la visión del
mundo futuro y de nuevas formas de organización social se basa siempre en premisas de
carácter científico (aunque más o menos futuristas) y los avances tecnológicos
correspondientes.
Yo, Robot se basó en la obra de Asimov
En sus relatos de robots, recogidos en Yo, Robot (1950) y El segundo libro de robots (1964),
Asimov fijó las tres leyes de la robótica, que ponen al robot al servicio total del hombre y,
aunque algunas veces parecen violarlas, se acaba descubriendo que esto sucede en aras
de un interés superior de la Humanidad. Pero mientras los robots evolucionan hacia un
modelo androide de inteligencia y lucidez moral superiores a las de los hombres, éstos,
movidos por sus impulsos egoístas, incuban una profunda hostilidad hacia ellos.
Entre 1942 y 1949 Asimov publica en Astounding Science Fiction los relatos que después
constituirán su Trilogía de las Fundaciones, compuesta de Fundación (1951), Fundación e
Imperio (1952) y La segunda Fundación (1953). Este desigual pero poderoso corpus de
historias se centra en la decadencia de un enorme Imperio galáctico de origen terrestre y
sobre el intento del psicólogo Hari Seldon para limitar a sólo mil años el período de barbarie
que ya ha comenzado, objetivo que se propone gracias a las dos fundaciones de científicos
y psicólogos que él ha creado para este fin y a la "psicohistoria", nueva ciencia para
predecir los comportamientos futuros de las masas.
En 1983 publicó una continuación de la Trilogía, Los límites de la Fundación, novela
bastante prolija, llena de intrigas por el poder e interrogantes que resolver. Entre sus varias
novelas de los años cincuenta, a menudo sólo parcialmente logradas, destacan Abismos de
acero (1953) y El sol desnudo (1957), en donde Asimov asocia con éxito la ciencia ficción
con la investigación policíaca, creando el personaje del detective Elijah Baley, auxiliado en
su trabajo por un robot.
En esta última novela es especialmente afortunada la descripción de la sociedad terrestre
que vive bajo bóvedas de acero subterráneas y en condiciones prácticamente de miseria,
en comparación con los planetas supercivilizados de los cuales depende. De 1972 es Los
propios dioses, con sus memorables habitantes de un "universo paralelo", de consistencia
fluida y que conviven formando tríadas.
Las novelas de Asimov, generalmente más satisfactorias que sus numerosísimos cuentos,
tienen un estilo a menudo sin relieve, basado casi exclusivamente en los diálogos, y
dedicado poco más que a servir de vehículo a las tesis del autor. Pero en este tejido de
ideas está también su fuerza, y el buen ritmo de su redacción consigue casi siempre
implicar al lector en un crescendo excitante, proponiendo, con una argumentación
infatigable, infinitas preguntas sobre el hombre y sobre el intrincado camino con el que
intenta programar su propio futuro.
Con sus decenas de libros de divulgación científica, Asimov afirmó siempre su fe optimista
en un progreso basado en un uso racional de la ciencia y la tecnología. En el terreno de la
divulgación, también abordó otros campos del saber, como la historia, las matemáticas, la
psicología y la sociología, y llegó a hablar de una nueva disciplina humanística, la
psicolohistoria, que, según su propuesta, sería una suma de las aportaciones de las cuatro
ramas del conocimiento humano recién mencionadas. Llevado de su afán didáctico, escribió
también algunas obras destinadas al público infantil y juvenil, en las que combinaba la
ficción con una serie de rudimentos científicos e históricos.