Tema 1 y 2
Tema 1 y 2
Tema 1
Artritis
Reumatoide
ESQUEMA INICIAL DEL TEMA Profesor: Dr. Linares
1. Caso clínico Comisionistas:
2. Introducción
- Antonio Pardo
3. Cuadro clínico
- Raquel Pina
4. Datos de laboratorio
- Alex Meca
5. Diagnóstico - Fernando Sánchez
6. Tratamiento.
Revisión 22/23: Alberto Ruiz y María Menárguez
1. Caso clínico
Mujer de 54 años que trabaja como dependienta, con antecedentes personales de
hipercolesterolemia, presenta dolores osteomusculares que han coincidido con la menopausia. En marzo
de 2018 consulta por tumefacción en los carpos y algunas articulares en metacarpofalángicas (MCF) e
interfalángicas proximales de ambas manos, así como inflamación en la rodilla derecha, dolor en los pies,
rigidez matutina de duración >1 hora, cada vez mayor rigidez a la hora de abrir y cerrar las mano, astenia y
febrícula. Los síntomas empeoran por la noche, incluso con el reposo es cuando más síntomas tiene. T
Falta de
energía
Todo esto le lleva a no poder permanecer de pie y a perder destreza manual. La impotencia
funcional le obliga a coger la baja laboral. Consulta a su MAP que le manda tratamiento con ibuprofeno,
obteniendo una mejoría parcial del dolor, pero mantiene la misma inflamación y continúa con una
limitación funcionalimportante.
A la exploración visual de la mano si se ve cierto grado de tumefacción sobre todo a nivel de algunas
IDP. Hay algunos criterios de artritis:
Por lo que la envían para valoración en reumatología. En reuma se le hacen unas pruebas para
confirmar el diagnóstico de sospecha de la artritis y otra para evaluar el grado de actividad inflamatoria
paraver el tratamiento que hay que iniciar.
• Utilidad diagnóstica:
- En cuanto a métodos de imagen, se hace una ecografía, con la que vemos los
extremos de una articulación MCF y MTF, donde hay un poco de hipertrofia. La
ecografía es útil para observar el engrosamiento de la membrana sinovial, la
existencia de líquido sinovial libre… La ecografía Doppler es útil para detectar
inflamación de la articulación, puesto que a mayor inflamación mayor vascularización
de la sinovial. Grado normal: 0. Hasta 4 que sería el grado de máxima vascularización.
- Se pide una RM a veces, pero es más costosa y requiere gadolinio, tarda más en
-
2. Introducción
2.1. DEFINICIÓN: la Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria sistémica,
crónica, de origen autoinmune y de etiología poco aclarada, que se caracteriza por producir una sinovitis
crónica, simétrica y erosiva de las articulares periféricas (desde el hombro hasta la mano o desde la cadera
al pie) y de pequeño tamaño (como manos y pies), mientras que las articulaciones sacroilíacas o de la
columna rara vez se van a afectar (a excepción de C1 Y C2). También puede presentar manifestaciones
extraarticulares. Su curso es crónico, con reagudizaciones variables que ocasionan destrucción y
deformidades articulares que puede ocasionar una incapacidad funcional importante.
2.3. ETIOLOGÍA
Su etiología desconocida. Es probable que la conjunción de un factor desencadenante
(probablemente de origen infeccioso) en un sujeto con factores predisponentes (genéticos y hormonales),
desencadene las alteraciones autoinmunes que causan la inflamación articulación crónica y las
manifestaciones sistémicas características de esta enfermedad. También influyen los factores ambientales
como el tabaco, que harán que, junto con la susceptibilidad genética, sea más probable desarrollar la
enfermedad. Los factores moduladores (genéticos y hormonales) determinan la predisposición y,
sobretodo, la gravedad. Por ejemplo, los DR4 van a tener una versión más grave y más afectación
extravascular. Un ejemplo de la influencia hormonal se ve cuando durante la gestación se controla mejor
la enfermedad, pero después hay una exacerbación.
a) Factores infecciosos: las AR se pueden desencadenar en diferentes sitios (pulmón, oral, intestino,
etc.). Por la interacción entre los genes y los factores ambientales, se inicia una citrulinización
autoproteica (cambio de una arginina cargada positivamente a una citrulina polar pero neutra), que
favorece la producción de autoanticuerpos contra estos péptidos citrulinados (ACPA). La exposición
pulmonar a agentes infecciosos (Porphyromonas gingivalis, Aggregatibacter
actinomycetemcomitans, virus de Epstein Barr), microbioma intestinal y factores dietéticos pueden
inducir la citrulinización y maduración de ACPA por parte de la propia proteína. Estos neoantígenos
citrulinados activan los linfocitos T y a su vez estos favorecen la activación de linfocitos B que
producen más ACPA.
b) Factores Genéticos. Los estudios genéticos demuestran una cierta agregación familiar y una mayor
frecuencia de AR concordante en gemelos monocigotos que dicigotos. Esta susceptibilidad genética
•
está relacionada con el sistema HLA y en concreto con el antígeno HLA-DR4, es característico en la
población anglosajona y se asocia a una mayor gravedad de la enfermedad. En algunos países de la
cuenca mediterránea incluida España los pacientes con AR presentan una mayor recurrencia del
antígeno HLA-DR1.
CURSO 2021/2022 Tema 1 Artritis Reumatoide 3
REUMATOLOGÍA / ALERGOLOGÍA
Estas moléculas HLA presentan secuencias de aminoácidos comunes en las zonas de unión al
antígeno y probablemente favorecen la presentación selectiva de ciertos antígenos artritógenosa los
linfocitos T cooperadores (CD4), que desencadenarían la respuesta autoinmune. Como lo corrobora el
hecho de que los pacientes con AR que son HLA-DR4+ presentan una artritis más destructiva y en la que
son más frecuentes las complicaciones sistémicas.
c) Factores Hormonales. Además del aumento de la prevalencia en las mujeres, el embarazo está
asociado a remisiones de la AR y las exacerbaciones son frecuentes en el periodo de postparto. Los
anticonceptivos orales disminuyen el riesgo el riesgo de AR y la nuliparidad o la menopausia lo
aumentan. Por tanto, aunque las hormonas no intervengan directamente en la etiología parece que
si modularían la susceptibilidad y la gravedad de la AR.
Por lo tanto, junto a la susceptibilidad genética y a esos factores predisponentes, en algunos casos,
incluso antes de aparecer manifestaciones clínicas, podemos ver la aparición de FR o depéptidos
citrulinados en los análisis.
Entonces, dependiendo de cada paciente, con mayor o menor rapidez, comenzarán los síntomas,
empezando generalmente por dolores, y posteriormente inflamación, que puede ser de golpe
poliarticular, o puede ser de una manera continuada, apareciendo primero en dos o tres articulaciones y en
unas semanas o meses se va haciendo poliarticular, hablamos de poliarticular cuando se inflaman a más de
4 articulaciones. Además, la AR tiene tendencia a la simetría, aunque no tiene porqué ser exacto.
Estos péptidos modificados, serán presentados por células presentadoras de antígenos, con un
HLA compatible, el DR4 o DR1, que producirá una activación de los linfocitos T, que activará una cascada
inflamatoria, con la consecuente activación de los linfocitos B, que producirán autoanticuerpos, entre
ellos, el FR y ACPA, y una serie de IL que producirán alteraciones inflamatorias, que activarán a otras células,
comolos sinoviocitos, a los fibroblastos, osteoclastos, que producirá un daño articular.
• Sinoviocitos TIPO I con características de fibroblastos, son los reparadores del tejido sinovial.
A. Fase inflamatoria.
La alteración más precoz es la activación y/o lesión de las células endoteliales de los capilares
sinoviales, lo que sugiere que el agente etiológico desencadenante de la enfermedad es transportado
hacia la sinovial mediante el torrente sanguíneo.
Por lo tanto, se producirá un gran acúmulo de células, que también liberarán interleuquinas, que
favorecerán un aumento de la vascularización sinovial, que aumentará el acceso a las células circulantes.
B. Fase granulomatosa.
intraóseos degenerativos
i
4. Erosiones articulares. Se localizan en la unión
osteocondral, que es el lugar donde asienta el pannus.
Aunque no son patognomónicas, son el signo
radiológico más importante de la AR y aparecen de
forma más precoz en las MTF, MCF y en IFP. Tenemos
que intentar controlar la enfermedad de forma precoz
para que no lleguen a aparecer. Aparecen cuando la
enfermedad tiene cierto grado de evolución, el objetivo
- Destrucción articular.
- Grandes deformidades.
- Desviación en ráfaga.
Hasta el punto de tener una artritis mutilante (poco frecuente) que afecta a los 10 dedos de la
mano, que produce una osteolisis, llamada dedo en catalejo .
Lo que se pretende con el tratamiento actual de la AR es evitar que se produzca ese daño articular,
por lo que sea precoz.
3. Cuadro clínico
Aunque la AR es una enfermedad sistémica, las manifestaciones articulares son las que destacan en
el cuadro clínico.
Presentación Inicial : El modo más frecuente de comienzo (75%) es el de una poliartritis aditiva, de
desarrollo insidioso en el curso de varias semanas. La presentación inicial suele carecer de la simetría
observada en estadios más crónicos.
Otros patrones de presentación son: Poliartritis aguda, oligoartritis, monoartritis (de preferencia en
la rodilla), como una tenosinovitis (extensores o flexores de la mano o síndrome del túnel del carpo) o en
forma de reumatismo palindrómico, que se caracteriza por brotes aislados de monoartritis de 3 a 5 días
de duración, con períodos de remisión completa durante los ataques.
Independiente de la forma de inicio, en esta fase son frecuentes las manifestaciones generales
inespecíficas como, astenia, anorexia, febrícula vespertina o manifestaciones locales de disfunción
vascular en manos.
III) La sinovitis se caracteriza por dolor y sensibilidad de la articulación afecta, este dolor presenta un
ritmo inflamatorio, persistiendo con el reposo y empeorando con el movimiento. A la exploración las
articulaciones aparecen calientes, con discreto rubor, tumefactas e inflamadas. En las articulaciones
profundas, como la cadera, los signos inflamatorios son poco patentes y solo se objetiva dolor y
limitación al intentar movilizarla.
Radiológicamente, el borde radial de las cabezas metatarsianas es uno de los lugares de elección de
las erosiones óseas; en fases avanzadas las cabezas metacarpianas pueden destruirse y sufrir un
afilamiento que se denomina imagen de Lápiz en Copa. Rara vez, la 4 destrucción de los metacarpianos y
las falanges es tan importante que los dedos se acortan y ocasionan una deformidad de Mano en anteojo
de teatro. La afectación de los carpos se acompaña con frecuencia de una hinchazón dorsal En un estadio
avanzado, el carpo se deforma por subluxación posterior de la cabeza cubital que provoca en el dorso de
la mano una salida excesiva y móvil en Tecla de Piano.
- Codos. Los codos se afectan con frecuencia. Su inflamación causa rigidez dolorosa con hinchazón
posterior. La limitación de la extensión hace doloroso transportar cargas y la de la flexión rara vez es tan
marcada como para alterar llevar la mano a la boca, salvo que tengan a la vez una afectación importante
del hombro. A veces, la artritis del codo se acompaña de una irritación del nervio cubital en la corredera
epitrócleo- olecraniana, y excepcionalmente de una parálisis de los extensores de la mano y los dedos por
compresión de la rama posterior del radial. Hombros. La artritis de los hombros provoca una rigidez
dolorosa que impide vestirse y la higiene personal. En un estadio avanzado, las radiografías muestran
signos de alteración de la articulación glenohumeral: pinzamiento de la interlínea, erosión de la porción
superior de la cabeza humeral, y con frecuencia degeneración del manguito de los rotadores.
- Pies: Las articulaciones de los pies con frecuencia se afectan precozmente, al mismo tiempo que las
manos. La AR tiene predilección por las metatarsofalángicas (MTF). En fases avanzadas se produce
deformidades típicas que son muy invalidantes para calzarse y andar. Las radiografías muestran erosiones
óseas, que suelen iniciarse en la 5º MTF. En las formas muy destructivas (osteolisis), la cabeza de los
metatarsianos se afila mientras que la base de las primeras falanges se hunde y alarga (imagen de lápiz en
copa). Al afectarse las articulaciones del pie, se van a perder las curvas del pie y se va a quedar un pie
plano triangular, pierde el arco anteroposterior y transverso y pueden aparecer callosidades. Como
consecuencia se puede producir una limitación del movimiento. También se produce una imagen en
ráfaga.
Puede afectar a las caderas, tobillos, hombros y rodillas, pero las alteraciones más caracteristicas
son de las manos y de los pies. Afecta sobre todo a articulaciones sinoviales, pero puede tener
manifestaciones sistémicas.
1. Nódulos Reumatoides.
reumatoide positivo. Los nódulos tienden a desarrollarse en grupos, y son más frecuentes sobre puntos
de presión como el olécranon, la superficie de extensión del antebrazo y dorso de los dedos, tendón de
Aquiles y más rara vez en vísceras como el ojo o el pulmón. Su histología es característica: centro con
necrosis fibrinoide, empalizada de macrófagos y células linfoplasmociatarias en la periferia. La cirugía
solo está indicada en los nódulos infectados o aquellos que interfieren mecánicamente con las
actividades habituales, aunque suele reaparecer tras su
extirpación. El metotrexato a veces provocar un aumento de la
cantidad de nódulos. Aunque suelen ser subcutáneos pero
pueden aparecer a nivel de la pleura o meninges, en estos casos
hay que distinguirlos de un nódulo tumoral mediante punción y
biopsia. Histológicamente es una necrosis fibrinoide, rodeado de
fibroblastos y células. linfoplasmocitarias . No causan
complicaciones a no ser que se encuentren en una zona de roce,
se erosiones y sean puerta de entrada a infecciones.
2. Síndrome de Sjögren.
3. Manifestaciones Oculares.
El derrame pleural es la complicación pulmonar más frecuente. Suele ser asintomático, de escasa
cuantía y algo más frecuente en el lado derecho, aunque puede ser bilateral. El líquido pleural tiene
características de exudado con aumento de proteínas y LDH.
La enfermedad intersticial difusa está presente en el 40% de los pacientes en series necropsicas. La
presentación clínica es similar a las de otras fibrosis pulmonares. La radiografía de tórax muestra un
patrón reticular o reticulonódular en las bases. El test de difusión está alterado y el TAC torácico de alta
resolución y el lavado bronquioalveolar son de gran utilidad para establecer el diagnóstico precoz y
valorar su tratamiento (esteroides, ciclofosfamida). La neumonitis intersticial a veces es también
secundaria a fármacos (sales de oro, D-penicilamina, metotrexato)
Los nódulos reumatoides pulmonares únicos o múltiples son poco frecuentes. Cuando aparecen
suelen ser bilaterales y más frecuentes en lóbulos superiores con localización subpleural. El síndrome de
Caplan es una rara asociación de AR con neumoconiosis, siendo característico la existencia de uno o
múltiples nódulos pulmonares que alcanzan los 5 cm de diámetro.
5. Manifestaciones cardiacas
6. Manifestaciones neurológicas
Suelen afectar al S.N. Periférico. Se presentan de forma sutil, por lo que a veces es difícil distinguir
entre lesiones articulares y neuropáticas. La complicación más frecuente es la neuropatía compresiva por
atrapamiento del mediano en el túnel del carpo y menos frecuente del tarso. Esto se debe al pannus
sinovial típico de la RR, pues cuando crece en determinadas localizaciones ejerce presión sobre algunos
nervios, especialmente a nivel del túnel del carpo. Otras complicaciones son: Mononeuritis múltiple
(causada por vasculitis), polineuritis sensitivo-motora o una mielopatía causada por subluxación
atloaxoidea importante. La afección del SNC es rara, aunque se han descritos vasculitis y nódulos
reumatoides en las meninges. La AR no suele producir miositis. Las manifestaciones musculares más
frecuentes son la atrofia secundaria a la inmovilización prolongada y la miopatía esteroidea por la toma
de fármacos esteroideos.
7. Vasculitis
evolución tórpida, mononeuritis múltiple (a veces debutan con un pie o mano caída), gangrena e infartos
digitales y en ocasiones infarto intestinal. Su diagnóstico es clínico, aunque el electromiograma y la
arteriografía pueden ser útiles. El estudio histológico muestra una vasculitis necrotizante y su tratamiento
se realiza con pulsos de ciclofosfamida y esteroides.
9. Amiloidosis.
La AR es en la actualidad la enfermedad que causa con más frecuencia una amiloidosis secundaria (
tipo AA). Aparece en AR de larga evolución y la proteinuria suele ser la presentación Otras manifestaciones
son: dolor abdominal y diarrea, síndrome nefrótico e hipertensión. El diagnóstico se realiza por biopsia de
la grasa abdominal o rectal (rara vez es precisa la biopsia renal). Para su tratamiento se utilizan
inmunosupresores, preferentemente el clorambucil. (No mencionado en 22/23)
OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO. El objetivo principal sería conseguir la curación, y aunque antes se veía como
imposible, ahora se ve más posible. Existe una ventana de oportunidad, pero para esta son pocos los elegidos.
La ventana de oportunidad consiste en ponerle un tratamiento al paciente, le quitamos el tratamiento y la
enfermedad ha desaparecido. Hablamos de remisión precoz cuando controlamos la enfermedad con el
tratamiento pero no podemos quitarle el tratamiento porque presenta recaídas. En casos muy iniciales
semanas o menos de 3 o 4 meses de aparición, si tratamos y neutralizamos la enfermedad, en algunos casos
podemos controlar la enfermedad y al suspender la medicación no vuelve a aparecer (ventana de oportunidad).
Esto es la EXCEPCIÓN.
En la mayoría de los casos conseguimos una remisión permanente (el objetivo es neutralizar los síntomas):
rigidez matutina ausente o no mayor de 15 minutos, ausencia de cansancio, de dolor articular, de dolor articular
a la exploración y que no haya inflamación, normalizar los reactantes de fase aguda. Cuanto antes se inicie el
tratamiento más probabilidades de respuesta al tratamiento tenemos. A veces nos conformamos con una
remisión más o menos importante.
CURSO 2021/2022 Tema 1 Artritis Reumatoide 12
REUMATOLOGÍA / ALERGOLOGÍA
En diagnósticos más tardíos, el objetivo del tratamiento es mejorar los síntomas y evitar la progresión de la
enfermedad pues la curación es imposible y la remisión completa de los síntomas no suele alcanzarse.
Los anticuerpos antipéptido citrulinado (ACPA), son más específicos que el FR (96% frente al 91%) aunque
ligeramente menos sensibles. Son útiles para el diagnostico de AR, especialmente en pacientes en los que el
FR es negativo y se asocian con una AR mas grave y erosiva. Su positividad es mas frecuente en los pacientes
fumadores. Se ha observado que pueden estar presentes incluso años antes de que se inicien los sintomas
articulares de la enfermedad.
ANAMNESIS Y EXPLORACIÓN
(Constatación de poliartritis y dd de otras a) Valorar el grado de actividad de la enfermedad y la
patologías) respuesta al tratamiento: Nº articulaciones dolorosas
Nº articulaciones inflamadas
Rigidez matutina (duración)
b) Descartar efectos adversos tratamiento
CUESTIONARIOS
DAS 28
DAS 28 *(valoración actividad de la
enfermedad) HAQ **(valoración
capacidad funcional)
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
PRUEBAS DE IMAGEN
RX TÓRAX
RX ARTICULAR (especialmente manos y pies) Lo estudios rx se harán cada 1-2 años o si cambia situación clínica
En caso necesario: Para constatación de la actividad inflamatoria es de mayor utilidad
• Ecografía articular la ecografía articular y para constatar remisión de la enfermedad
• RMN
Aunque se pueden tener más de 28 articulaciones afectadas, 28 son las que normalmente se van a explorar.
Las más implicadas para valorar tanto dolor como inflamación son las de hombros, carpos, codos,
metacarpofalángicas, interfalángicas proximales (las distales son raras que se afecten) y en el miembro
inferior se exploran las rodillas. No quiere decir que no se afecten otras de MMII pero, contando esas 28
articulaciones no habría diferencia significativa explorando otras, aunque sí la hay en el tiempo necesario
para la exploración.
El cálculo del DAS se realiza según la fórmula siguiente: DAS= 0,54(NAD28) + 0,065 (NAT 28) + 0,33 (ln VSG)
+ 0,0072 (EVA). Por tal motivo se utilizan unas calculadoras específicas para evaluar este índice. De este
índice se obtiene un valor entre 0 y 10. Según el valor obtenido se considera: *Nota del comisionista: dijo en
clase que esta fórmula no había que sabérsela.
Es importante excluir muchas otras enfermedades antes de realizar el diagnóstico de AR, básicamente el
diagnóstico diferencial debe realizarse con otras enfermedades articulares, especialmente con aquellas que
cursan con sinovitis:
a) Enfermedades articulares inflamatorias: espondiloartritis, artritis microcristalinas (gota, artritis por
pirofosfato cálcico), enfermedades del tejido conectivo, polimialgia reumática.
b) Otras enfermedades musculoesqueléticas: artrosis, fibromialgia, artritis infecciosas (especialmente
las de etiología viral)
c) Otras enfermedades: enfermedad de Parkinson, neoplasias (mieloma), sarcoidosis, infecciosas (fiebre
reumática, endocarditis infecciosa, enfermedad de Lyme), fiebre mediterránea familiar, osteoartropatía
hipertrófica, enfermedades endocrinas (hipotiroidismo).
agresividad y gravedad. Aunque por este motivo el pronóstico es incierto, después de 10 años de evolución
un 65% de pacientes se encuentran con algún grado de limitación funcional.
El pronóstico de la AR es muy variable, por lo que la evaluación inicial y posterior de estos enfermos debe
incluir una estimación del pronóstico, con el fin de decidir sobre la utilización 11 de tratamientos agresivos
de forma precoz. Los factores predictivos de enfermedad grave son:
1. Factores dependientes de la enfermedad:
a. FR positivo se asocia a desarrollo de erosiones.
b. Número elevado de articulaciones tumefactas, más de 20 al inicio de la enfermedad se asocia
a la persistencia de alta actividad y aumento de la mortalidad; y la inflamación acumulativa
se asocia a progresión de daño radiológico.
c. Elevación de reactantes de fase aguda o HAQ elevado en la visita inicial (1 sobre 3) se asocia
a incapacidad a 4 años.
d. Afectación precoz de grandes articulaciones (=2) se asocia a la presencia de erosiones a 1 año.
e. Rapidez de aparición de erosiones se asocia a peor pronóstico o Manifestaciones
extrarticulares (nódulos, vasculitis...) se asocia a aumento de mortalidad.
Factores dependientes del tratamiento.
a. Mayor tiempo de tratamiento con fármacos inductores de remisión y el inicio de estos precozmente
se asocia a un mejor pronóstico funcional.
Se ha demostrado un aumento en los índices de mortalidad, especialmente en los pacientes con formas
graves con afectación sistémica. Las causas más frecuentes de muerte son: infecciones, enfermedad
pulmonar y renal, hemorragia gastrointestinal y amiloidosis secundaria .
6. Tratamiento.
El esquema terapéutico comprende varios apartados: el programa básico, el tratamiento farmacológico de
fondo y el tratamiento de las complicaciones articulares y viscerales.
La finalidad de la terapia actual es aliviar el dolor, disminuir la inflamación articular, y lo más importante,
mantener o restablecer la función articular y prevenir la destrucción ósea y del cartílago. El enfoque actual
del tratamiento consiste en hacer un diagnóstico precoz e iniciar el tratamiento lo antes posible una vez
confirmado el diagnóstico para evitar el daño articular y disminuir el deterioro en la calidad de vida. Para
lograr esto, el objetivo del tratamiento debe ser alcanzar rápidamente la remisión clínica de la enfermedad
y cuando esto no es posible, lograr la mínima actividad inflamatoria.
Las medicaciones sintomáticas comprenden los AINE y los glucocorticoides. Generalmente, estos agentes
se prescriben como terapia básica a todos los pacientes con un diagnóstico reciente de AR. En dosis
apropiadas, estos agentes pueden disminuir el dolor y la tumefacción, pero no pueden evitar la destrucción
del cartílago o la erosión ósea y por tanto no modifican el curso de la enfermedad.
El principal mecanismo de acción de los AINE es a través de la inhibición del enzima ciclooxigenasa (COX),
que cataliza la conversión de ácido araquidónico en prostaglandinas, que son sustancias mediadoras de la
inflamación.
Aspirina y otros AINE. La Aspirina (Ac. acetilsalicílico) fue el primer AINE que se desarrolló y hasta hace poco
años ha sido el agente de primera elección en el tratamiento de la AR. Es una medicación barata y es
antiinflamatoria a dosis terapéuticas que oscilan entre los 4.000 y los 6.000 mg/día divididos en 3 o 4 tomas.
Sin embargo, a estas dosis los efectos indeseables son frecuentes especialmente acúfenos, gastropatía y en
menor grado reacciones de hipersensibilidad. Posteriormente se han ido desarrollando nuevos AINE en un
intento de disminuir la frecuencia y la gravedad de los efectos indeseables.
En la actualidad se sabe que existen dos tipos de COX. La primera denominada COX-1 es constitutiva y está
presente en todas las células y participaría en los mecanismos de regulación facilitando la protección gástrica
y manteniendo el flujo renal. La COX-2 es inducible por estímulos inflamatorios y media en el dolor, la fiebre
y los fenómenos inflamatorios. La mayoría de los AINE actúan inhibiendo ambas isoformas explicando la
existencia de efectos indeseables, entre ellos:
b) HEPÁTICA. Es frecuente la elevación de las transaminasas que suele ser reversible tras
disminuir o suspender el tratamiento.
c) RENALES. Los AINE pueden desarrollar o agudizar una insuficiencia renal previa, especialmente
en pacientes ancianos o con mala perfusión renal previa (cardiópatas, nefropatías, existencia de
terceros espacios...). Otros efectos indeseables son : reducción de la eficacia de los fármacos
antihipertensivos y la necrosis papilar, La nefritis intersticial es una reacción de idiosincrasia y no una
reacción de tipo alérgico, es reversible y se ha descrito con mayor frecuencia con el fenoprofén.
g) RESPIRATORIA. Es más frecuente por la Aspirina que por otros AINE: Poliposis nasal, rinitis o
brocoespasmo. Aparecen en el 2-20% de los asmáticos tratados.
h) SOBREDOSIS. Es muy rara en otros AINE distintos de la aspirina. Suele aparecer en niños o por
intento de suicidio en adultos.
Los inhibidores selectivos de la COX-2 (Celecoxib, Etoricoxib) se caracterizan por presentar una eficacia
antiinflamatoria similar al del resto de AINE pero con una incidencia mucho menor de efectos secundarios
gastrointestinales. Este grupo de fármacos no produce inhibición de la agregación plaquetaria y es posible
que a dosis altas o en determinados pacientes puedan tener un efecto proagregante, que podría incrementar
las complicaciones trombóticas cerebrales y cardiacas.
Con todo en los pacientes con AR no existe ningún AINE que sea superior en cuanto a su eficacia respecto a
los demás y la respuesta a un fármaco determinado variará de paciente a paciente. Para valorar la eficacia
de un AINE debe utilizarse a la dosis máxima y al menos durante dos semanas, antes de cambiar a otro AINE.
El cumplimiento del tratamiento es mayor cuando la dosificación es de una a dos veces al día. Deben evitarse
las combinaciones de varios AINE ya que se incrementan notablemente sus efectos indeseables sin una
notable mejoría en cuanto a su eficacia. La dosis habitual de los AINE más utilizados son:
Glucocorticoides. Los más utilizados por vía oral o parenteral son la prednisona, la metilprednisolona y
el deflazacort. Los corticoides poseen efectos antiinflamatorios e inmunosupresores que explican el
importante alivio sintomático que experimentan muchos de los pacientes con su utilización. Sin
embargo, no parecen modificar de forma significativa el curso de la destrucción articular y además sus
efectos adversos son muy frecuentes y algunos de ellos graves por lo que no se deben emplear de forma
indiscriminada en todos los pacientes con AR y cuando se indiquen es necesario un control médico
riguroso.
Los efectos tóxicos de los corticosteroides son más frecuentes y graves cuando se emplean a dosis altas,
durante tiempo prolongado o se reportan en varias dosis al día. Por tal motivo en los pacientes con AR
no complicada se debe evitar su uso o emplearlos a dosis inferiores a 7,5-10 mg/día de prednisona (o
dosis equivalente de otro corticoide).
Tiene acción a nivel del endotelio, que participan en la AR, son células presentadoras de antígenos, como
son los macrófagos, células efectoras como linfocitos… prácticamente cualquier célula del sistema
inmune puede modularse por los corticoides. También inhiben la producción de ILs actuando en la ruta
de síntesis de prostaglandinas y leucotrienos
Un poco de historia: al principio, los corticoides fueron el tratamiento de la AR, a falta de nada mejor y
funcionaban bien a corto plazo por su potencia inflamatoria, pero luego la AR continuaba su curso a
pesar de ellos. Esto se trató de compensar subiendo la dosis, pero solo aumentaron los efectos
secundarios. A dosis altas y durante mucho tiempo aparecían efectos secundarios como: osteoporosis,
afectaciones cutáneas con hemorragias y equimosis cutáneas, patrón cushingoide, joroba de Búfalo,
cataratas, obesidad y mal control de la hipertensión.
Luego, se prohibió el uso de corticoides y se empezó a usar metotrexato. Sin embargo, este tarda varias
semanas en hacer efecto y, en ese tiempo, se permitía la administración de un pulso de glucocorticoides
(se prohibían dar mg y se permitían dar gramos pero en pulsos, lo cual resulta contradictorio), lo cual
daba lugar a complicaciones como la necrosis aséptica a dosis muy altas.
Actualmente, se usa de terapia puente y en crisis puntuales, con dosis lo más bajas posibles y el
mínimo tiempo posible, a ser posible con solo una toma al día y por la mañana para no alterar los
ritmos hormonales.
Las dosis bajas utilizadas en el tratamiento de la AR, pueden seguir produciendo síntomas como
adelgazamiento de la piel y equímosis, así como una apariencia cushingoide, pero el efecto adverso
más importante es la osteopenia inducida por los esteroides que se superpone a la osteoporosis
inherente a la AR. En la tabla siguiente se presenta parte de los numerosos efectos tóxicos
relacionados con los corticoides:
1. Cushing secundario
2. Osteoporosis
3. HTA
4. Hiperglucemia
5. Cataratas
6. Obesidad
7. Arteriosclerosis
8. Necrosis ósea aséptica
9. Alteraciones psiquiátricas
10. Infecciones
11. Lesiones cutáneas
12. Hipertricosis
13. Miopatía
14. Amenorrea
Los esteroides intraarticulares pueden ser útiles cuando una o dos articulaciones empeoran de forma
desproporcionada respecto a la enfermedad general. Es importante que se excluya una infección articular
antes de realizar la infiltración.
También se denominan fármacos antirreumáticos de acción lenta (FARAL) o terapias de fondo. Este grupo
heterogéneo de fármacos se caracteriza por su capacidad potencial de reducir o prevenir el daño articular,
preservando la capacidad funcional y mejorando el pronóstico de la enfermedad.
Por tal motivo deben administrarse en aquellos pacientes en los que se ha establecido el diagnóstico de AR
y en los que persiste la actividad inflamatoria articular. Generalmente, estas medicaciones son de acción
lenta y se requieren varios meses (1-6 meses) de uso antes de poder observar una respuesta.
No existe consenso respecto a qué FAME debe utilizarse y en qué orden, la mayoría de los reumatólogos
están de acuerdo en que el tratamiento tiene que ser individualizado y que el tratamiento debe ser precoz e
incluso agresivo (con combinación de varios FAME) para evitar la inflamación mantenida y el daño anatómico
y funcional que esta puede causar. Algunos estudios han mostrado que los pacientes con AR activa agresiva
presentan una probabilidad superior al 70% de desarrollar daño articular durante los dos primeros años de
iniciarse la enfermedad.
En la actualidad el FAME más utilizado es el metotrexato solo o combinado con otros fármacos y en casos
refractarios o en pacientes que presentan efectos tóxicos que contraindican su utilización se emplean
leflunomida, salazopirina, sales de oro parenterales, o ciclosporina.
a) Metotrexato. Más del 50% responde parcial o totalmente al tratamiento. Es un antagonista del ácido
fólico. En la actualidad es el FAME más utilizado debido a la rapidez de acción y a su eficacia. Se puede
administrar por vía oral o mediante inyección subcutánea o intramuscular, la dosis inicial es de 7,5
mg/semana, en una toma única o administrada en tres dosis separadas cada 12 horas. Cuando
necesitamos dosis más altas, usamos la vía parenteral generalmente en un pinchazo subcutáneo a la
semana, porque la biodisponibilidad es mayor. La respuesta clínica generalmente se aprecia al cabo de
cuatro a ocho semanas. La dosis puede aumentarse de forma paulatina a dosis de 2,5 mg/ semana hasta
una dosis máxima de 15-25 mg/semana. La terapia concomitante con antibióticos que contienen
sulfamidas o la presencia de infección por VIH son contraindicaciones para el uso del metotrexato. En
mujeres en edad fértil hay que evitar el embarazo, con la utilización de algún método anticonceptivo
seguro, debido a su posible poder teratogénico (si la paciente quiere quedarse embarazada se
suspenderá el tratamiento durante 3 meses para que sea seguro). Entre los efectos secundarios se
encuentran la aparición de estomatitis, náuseas, dispepsia, diarrea y alopecia que pueden mejorar con
la administración concomitante de ácido fólico o folínico una vez a la semana cualquier día que no
coincida con el de la toma de metrotexato, para reducir parte de sus efectos adversos pero sin afectar a
su eficacia.
El riesgo de toxicidad hepática es pequeño, pero las elevaciones persistentes de las transaminasas o una
hipoalbuminemia obligan en caso de que no mejoren al disminuir o interrumpir el tratamiento. Debido
a este riesgo, se hacen analíticas de control cada 3-4 meses (hemograma y bioquímica). Con menos
frecuencia se han descritos la aparición de tos e insuficiencia respiratoria por neumonitis y trastornos
linfoproliferativos. Por tal motivo deben realizarse controles que incluyan un hemograma completo y
estudios de las enzimas hepáticas cada dos o tres meses.
c) Sulfasalacina (Salazopyrina, comp 500 mg).Se utiliza sobre todo en el Reino Unido (en España es
infrecuente por sus efectos GI) y su eficacia es comparable al oro parenteral, con menos toxicidad (no
es teratógeno). Generalmente, se utilizan dosis de 2-3 g/día y los beneficios se aprecian al cabo de unos
tres meses. Los efectos secundarios más frecuentes son erupciones e intolerancia digestiva,
excepcionalmente puede producir mielosupresión por lo que deben practicarse hemogramas cada 1-3
meses para su control.
d) HidroxiCloroquina (Dolquine, comp de 200 mg). Es un antipalúdico. Sus efectos aparecen tras varios meses
de tratamiento y su eficacia es inferior a las de los anteriores tratamientos. Por tal motivo solo se emplea
como monoterapia en pacientes con AR con actividad inflamatoria moderada o leve, o bien asociados a otros
FAME (generalmente con metotrexato). Los efectos adversos más frecuentes son erupciones, diarrea y el más
específico es la toxicidad retiniana. Es necesario un examen inicial oftalmológico y después exploraciones
seriadas a intervalos de 6-12 meses para detectar cambios retinianos precoces y minimizar la posibilidad de
deterioro visual permanente.
e) Otros tratamientos utilizados como FAME son Auranofin (sales de oro orales), Azatioprina y Ciclosporina
A. Los agentes alquilantes como Ciclofosfamida y Clorambucilo solo se utilizaban para el tratamiento de las
complicaciones de la AR que suponían una amenaza para la vida, como la vasculitis sistémica, o de una
enfermedad refractaria a todos los demás tratamientos. Hasta la introducción de las terapias biológicas el
Clorambucilo fue útil en el tratamiento de la amiloidosis secundaria a la AR. Debido a la elevada toxicidad de
los agentes alquilantes es preciso monitorizar el tratamiento de ambos fármacos mediante un hemograma
completo y un análisis de orina al menos una vez al mes. Hay que alertar a los pacientes para que mantengan
una buena diuresis mediante hidratación adecuada, porque la ciclofosfamida puede provocar una cistitis
hemorrágica y fibrosis de la vejiga.
Son un nuevo grupo de fármacos aprobados recientemente en España (2017) que pueden administrarse
por vía oral a diferencia de las terapias biológicas. Otra diferencia es que, a diferencia de las terapias
biológicas, no son proteínas, sino moléculas pequeñas que pueden pasar al organismo vía digestiva sin
perder sus propiedades.
Actúan en el interior de la célula y 17 tienen una eficacia y efectos adversos semejantes o incluso superiores
a los de los FAME biológicos. Los dos fármacos de este grupo aprobados para el tratamiento de la artritis
reumatoide son: Tofacitinib Y Baricitinib, añadiéndose
recientemente el Upadacitinib.
El profesor, además, menciona el proceso por el cual una
interleucina tiene un receptor y ese receptor al unirse al receptor
produce una activación y que, según el receptor, las señales son
diferentes. Menciona el grupo de las JAK quinasas, que producen
una fosforilación que activa genes y la producción de sustancias
proinflamatorias. A este nivel actuarán estos fármacos. Además, un
inhibidor JAK puede actuar contra varias interleucinas por la
similitud entre ellas.
El inconveniente de estos tratamiento es que, al ser muy recientes, no existen biosimilares y, por tanto, son
muy caros.
Desde el inicio del presente siglo se han desarrollado tratamientos biológicos (anticuerpos monoclonales)
dirigidos contra determinadas citoquinas que median la inflamación. Los más utilizados son los dirigidos a
bloquear el factor de necrosis tumoral alfa (TNF alfa), que es la citoquina más importante en la mediación
de la inflamación y el daño articular en la artritis reumatoide y también en otras artropatías.
Estos fármacos se caracterizan por un inicio de acción muy rápido con un porcentaje de eficacia superior al
de los FAME anteriores, frenan el daño estructural y la progresión de las alteraciones radiológicas y mejoran
notablemente de una forma rápida y mantenida la calidad de vida de los pacientes.
En la escalera terapéutica del tratamiento de la AR, los FAME biológicos (o de diana conocida) son el
escalón superior a los FAME tradicionales, como el metotrexato. Estos no se usan de primeras por su
elevado coste y porque el efecto del tratamiento suele durar 9 meses, tras lo cual la enfermedad continúa
su curso, aunque se han dado casos de recuperaciones.
Entre los efectos adversos más destacables se encuentran anafilaxia, reacciones cutáneas, lesiones en el sitio
de la inyección, mayor prevalencia de infecciones y en especial granulomatosas como la reactivación
tuberculosa. Por el elevado riesgo de reactivación de una tuberculosis latente se debe realizar antes de su
utilización una RX de tórax y la prueba de Mantoux o un quantiferón repetida para descartar esta posibilidad.
Si sale positivo se le da antituberculostáticos durante 3-6 meses y después de ello ya se le puede dar el
antiTNF. En el caso de otra infección se suspende el tratamiento hasta que pase la infección. No dar en casos
de neumonitis intersticial ni en insuficiencia cardiaca.
Un poco más de historia: los primeros en desarrollarse fueron los anti-TNF, a los que les siguieron los anti-
linf B, anti-IL-1, IL-6 y CTL-4. Cuando se desarrollaron y se inició su uso, en Canadá, uno de los países donde
primero se implantó, no notaron ningún aumento de casos de tuberculosis porque la prevalencia ahí es muy
baja, pero en España sí, esto es debido a una mayor inmigración de portadores silentes, que al
inmunosuprimirlos tienen una reactivación de la enfermedad.
Es el fármaco con mayor potencia antiinflamatoria. Puede haber TNFs en las células diana, en plasma o en
las células que lo producen y ahí actuarán los anticuerpos para bloquear. Actúan fuera de la célula, evitando
que se produzcan señales internas. Existen comercializados tres fármacos bloqueantes del TNF y dos
pendientes de comercializar a lo largo de este año :
aunque a estas siempre hay que darles la menor medicación posible, aunque en caso de un brote
donde es necesario, se dan.
Pueden reactivar a pacientes con esclerosis múltiple, por eso un paciente que venga con terapia biológica
y con síntomas de esclerosis múltiple, como cefalea, se le debe suspender el tratamiento y hacerle una RM
cerebral para el diagnóstico. También está contraindicada en pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva
y pueden agravar fenómenos de neumonitis intersticial. La mayoría pueden utilizarse durante el embarazo
y la lactancia, aunque no es lo recomendado.
Ya no hay preocupación por su asociación con neoplasias, no se ha visto incidencia de tumores sólidos en
pacientes con terapia biológica. Solo se ha visto asociación con tumores cutáneos no melanomas. También
ha habido relación entre la artritis reumatoide y linfomas, hay una probabilidad 3 veces mayor de linfoma al
padecer artritis reumatoide y, con las terapias biológicas, la probabilidad desciende a 1,5-2 veces. En los
últimos años se fabrican fármacos biosimilares que sin ser idénticos tienen efectos similares a Infliximab,
etanercept y adalimumab, están pendientes de aprobación otros fármacos biosimilares de los otros anti TNF.
Y están en fase de investigación varios anticuerpos bloqueantes de diferentes interleukinas. Otras terapias
experimentales son: la irradiación linfoide total, la linfaféresis y el trasplante de médula ósea y se utilizan de
forma excepcional ante la eficacia y variedad de terapias biológicas disponibles.
Son productos biosintéticos copias de los anteriores (Ej: Infliximab, Etanercept) pero por sus características
no son copias idénticas al 100% aunque en la actualidad los distintos ensayos clínicos y experiencia clínica
les otorgan una eficacia y seguridad similares a las copias originales y el proceso de fabricación es menos
costoso, por lo que supone un abaratamiento del alto coste de estos fármacos, que siempre ha sido una de
sus mayores limitaciones.
En las mujeres en edad fértil suele ser preciso realizar un tratamiento contraceptivo durante el tratamiento
con algunos FAME (especialmente con el metotrexato, leflunomida y los agentes alquilantes). La
persistencia de actividad inflamatoria después de la utilización de dos o más FAME solos o en combinación,
es una indicación para el empleo de las terapias biológicas. Aunque dado su eficacia y la comprobación de
que los efectos adversos son incluso más tolerables que los FAME convencionales las terapias biológicas (y
en concreto los fármaco bloqueadores del TNF) cada vez se indican en estadios más precoces de la
enfermedad y es posible que en pocos años sean el tratamiento de primera elección.
Estos fármacos son solo de uso hospitalario y de gran coste, por lo que su accesibilidad en otros países es
limitada
CIRUGÍA. Cuando a pesar de un tratamiento adecuado el paciente continúa con dolor o limitación
funcional importante causado por la lesión estructural de una articulación, se debe considerar la cirugía.
Los procedimientos quirúrgicos más frecuentes son la liberación del túnel del carpo, la resección de las
cabezas de los metatarsianos, las sinovectomías y las prótesis totales de caderas y rodillas.
utilidad para que el médico de atención primaria pueda derivar al Reumatólogo a los pacientes con artritis
de inicio, con una alta posibilidad para desarrollar una artritis crónica. Ya que un control y un inicio más
rápido de tratamiento son muy importantes para cambiar el pronóstico de esta enfermedad.