GENERALIDADES DE MECÁNICA DE SUELOS
1. Relaciones volumétricas y gravimétricas: En mecánica de suelos, las relaciones
volumétricas se refieren a la relación entre los volúmenes de los diferentes
componentes presentes en una muestra de suelo, como los sólidos, el agua y el aire.
Por otro lado, las relaciones gravimétricas se refieren a la relación entre las masas de
los diferentes componentes. Estas relaciones son importantes para determinar
propiedades como el contenido de agua, la densidad del suelo, etc.
Tanto el análisis gravimétrico como el volumétrico, hacen parte del análisis
cuantitativo. El primero determina la cantidad proporcionada de un elemento, adical o
compuesto presente en una muestra, eliminando todas las sustancias que interfieren y
convirtiendo el constituyente o componente deseado en un compuesto de
composición definida, que sea susceptible de pesarse. El segundo, determina el
volumen de una disolución de concentración conocida (disolución valorante) que se
necesita para reaccionar con todo el analito, y en base a este volumen se calcula la
concentración del analito en la muestra.
Un ejemplo de un analisis gravimetrico experimental seria suiguiendo los siguientes
pasos:
1. Usted realizará la determinación de humedad en una muestra de NaOH. Para ello
seguirá el siguiente procedimiento:
2. Pesar con exactitud 2 g de muestra en un platillo de aluminio perfectamente seco,
extendiendo la muestra en una capa lo más fina posible sobre la base del platillo.
3. Colocar el platillo con su contenido en estufa a 105 ºC por 30 minutos.
4. Retirar el platillo, enfriar en desecador y pesar.
5. Volver a colocar el platillo en la estufa y desecar nuevamente durante otros 5
minutos. Retirar, enfriar y pesar.
6. Continuar la desecación hasta alcanzar peso constante.
7. Calcular el contenido de humedad a partir de la pérdida de peso de la muestra.
8. Realizar el procedimiento de pesada.
2. Sistema Unificado de Clasificación de Suelos (SUCS): ¿Qué es el Sistema Unificado
de Clasificación de Suelos (SUCS)?
El SUCS, también conocido como el Unified Soil Classification System (USCS), es
ampliamente utilizado en ingeniería geotécnica para clasificar los suelos. Esta
clasificación organiza los suelos en cinco tipos principales:
Los suelos deben ser clasificados inicialmente mediante un proceso de tamizado en el
análisis granulométrico, donde serán clasificados como:
Suelo Grueso: Retenido en el tamiz #200, incluye gravas y arenas.
Suelo Fino: Pasa a través del tamiz #200, compuesto por arcillas, limos y materia
orgánica.
Gravas (G)
Arenas (S)
Arcillas (C)
Limos (M)
Orgánicos (O)
Aquí, se debe tener en consideración el porcentaje retenido por todos los tamices
superiores al #200. Si este porcentaje es mayor al 50%, el suelo puede ser clasificado
como suelo grueso y de lo contrario será clasificado como un suelo fino:
¿Cómo se clasifica el suelo fino por el SUCS?
Para clasificar los suelos finos utilizando el SUCS, observamos el porcentaje que pasa a
través del tamiz #200. Si este porcentaje supera el 50%, se considera un suelo fino.
Luego, se emplean los límites de consistencia del suelo (límite plástico y límite líquido)
para determinar el Índice de Plasticidad (IP) y trabajar con la Carta de Plasticidad. Esto
nos lleva a cuatro categorías:
CL: Arcillas de baja compresibilidad
ML: Limos de baja compresibilidad
CH: Arcillas de alta compresibilidad
MH: Limos de alta compresibilidad
¿Cómo se clasifica el suelo grueso por el SUCS?
La clasificación de suelos gruesos sigue un enfoque similar. Observamos el tamiz #200,
y si retiene más del 50% del suelo, es clasificado como grueso. Aquí, el tamiz #4 cobra
relevancia, dividiendo gravas y arenas según el tamaño de partículas. Si la mayoría del
suelo se retiene en el tamiz #4, es una grava (G); de lo contrario, es una arena (S).
Además, el porcentaje de finos obtenido en el análisis granulométrico es clave:
Porcentaje de finos menor al 5%.
Porcentaje de finos mayor o igual al 12%.
Porcentaje de finos mayor o igual al 5% y menor al 12%.
Suelo grueso con %F<5%
Se debe tener especial atención a la graduación del suelo en el análisis granulométrico
con el coeficiente de uniformidad (Cu) propuesto por Allen Hazen y el coeficiente de
curvatura (Cc).
Para que los suelos gruesos sean considerados como bien graduados depende del tipo
de suelo:
Gravas: Cu>6 ; 1≤Cc≤3
Arenas: Cu>4 ; 1≤Cc≤3
GW: Gravas bien graduadas.
GP: Gravas mal graduadas.
SW: Arenas bien graduadas.
SP: Arenas mal graduadas.
Esto permite clasificar el suelo en 4 tipos diferentes:
Suelo grueso con %F≥12%
Cuando el porcentaje de fino es mayor o igual a un 12%, este suelo fino debe ser
clasificado a través de la carta de plasticidad. Generando 4 tipos de suelos diferentes:
GC: Gravas arcillosas.
GM: Gravas limosas.
SC: Arenas arcillosas.
SL: Arenas limosas.
Suelo grueso con 5%≤%F<12%
Esta clasificación se realiza a través de una combinación de las 2 anteriores, debido a
que hay que tener en consideración la graduación del suelo y la clasificación del suelo
fino.
Esto Hace que el suelo pueda ser clasificado en 8 categorías:
GW-GC: Gravas bien graduadas arcillosa.
GP-GC: Gravas mal graduadas arcillosa.
GW-GM: Gravas bien graduadas limosa.
GP-GM: Gravas mal graduadas limosa.
SW-SC: Arenas bien graduadas arcillosa.
SP-SC: Arenas mal graduadas arcillosa.
SW-SM: Arenas bien graduadas limosa.
SP-SM: Arenas mal graduadas limosa.
El Sistema Unificado de Clasificación de Suelos (SUCS) es una herramienta esencial en
la ingeniería geotécnica, permitiéndonos entender la diversidad de los suelos y
clasificarlos de manera efectiva. Mediante análisis granulométricos y límites de
consistencia, el SUCS nos brinda una visión detallada de las propiedades y
comportamientos de los suelos.
El Sistema Unificado de Clasificación de Suelos es un sistema utilizado para clasificar
los suelos en base a sus propiedades y características. Este sistema clasifica los suelos
en grupos como gravas, arenas, limos, arcillas, entre otros, utilizando criterios de
granulometría y plasticidad.
3. Resistencia al esfuerzo cortante en suelos:
La resistencia al esfuerzo cortante en suelos es una propiedad importante para
entender cómo los suelos responden a cargas aplicadas sobre ellos. Este concepto es
fundamental en la ingeniería geotécnica y la mecánica de suelos.
La resistencia al esfuerzo cortante de un suelo se refiere a la capacidad del suelo para
resistir fuerzas que tienden a deformarlo por corte. Esta resistencia se puede
caracterizar a través de diferentes parámetros, siendo los más comunes el ángulo de
rozamiento interno y la cohesión.
1. Ángulo de rozamiento interno: Es la inclinación máxima que puede alcanzar una
superficie de falla dentro del suelo antes de que se produzca el corte. Este parámetro
depende del tipo de suelo y de su estado de compactación. Los suelos cohesivos, como
arcillas, tienden a tener ángulos de rozamiento interno más bajos que los suelos
granulares.
2. Cohesión: Es una propiedad de los suelos cohesivos que representa la fuerza de
unión entre las partículas del suelo. La cohesión es cero en suelos granulares y puede
ser significativa en suelos arcillosos. La cohesión contribuye a la resistencia del suelo al
corte, especialmente en situaciones donde no hay presión efectiva sobre el suelo.
La resistencia al esfuerzo cortante es crucial en el diseño de cimentaciones, muros de
contención, taludes, entre otras estructuras. Los ingenieros geotécnicos realizan
pruebas de laboratorio y de campo para determinar los parámetros de resistencia al
esfuerzo cortante de los suelos y así garantizar la estabilidad y seguridad de las
estructuras sobre ellos.
Además del ángulo de rozamiento interno y la cohesión, existen otros factores que
influyen en la resistencia al esfuerzo cortante de los suelos. Algunos de estos factores
incluyen:
1. Tipo de suelo: Los suelos pueden clasificarse en suelos cohesivos (como arcillas) y
suelos granulares (como arenas y gravas). Los suelos cohesivos tienden a tener una
mayor cohesión, pero un menor ángulo de rozamiento interno en comparación con los
suelos granulares.
2. Estado de esfuerzos: La resistencia al esfuerzo cortante de un suelo puede variar
dependiendo de las tensiones a las que está sometido. Los suelos pueden comportarse
de manera diferente bajo cargas estáticas y dinámicas, y es importante considerar este
factor en el diseño de estructuras.
3. Contenido de agua: El contenido de agua en un suelo tiene un impacto significativo
en su resistencia al esfuerzo cortante. Los suelos saturados tienden a tener una menor
resistencia al corte que los suelos parcialmente saturados o secos debido a la
reducción de la presión efectiva.
4. Historia de carga: La historia de carga a la que ha sido sometido un suelo puede
afectar su resistencia al esfuerzo cortante. Por ejemplo, los suelos pueden
experimentar consolidación por cargas previas que afectan su comportamiento
posterior.
5. Estructura de la matriz del suelo: La estructura y la composición de las partículas del
suelo también influyen en su resistencia al esfuerzo cortante. Por ejemplo, la forma,
tamaño y distribución de las partículas pueden afectar la capacidad del suelo para
resistir fuerzas de corte.
En la práctica de la ingeniería geotécnica, es fundamental comprender estos factores y
realizar pruebas adecuadas para determinar la resistencia al esfuerzo cortante de los
suelos en diferentes condiciones. Esto permite diseñar estructuras seguras y estables
que puedan soportar las cargas aplicadas sobre ellas sin sufrir fallas por corte.
La resistencia al esfuerzo cortante en suelos es la capacidad de un suelo para resistir la
deformación causada por esfuerzos cortantes. Esta propiedad es crucial en ingeniería
geotécnica para el diseño de cimentaciones, muros de contención, taludes, entre
otros.
4. Capacidad de carga en suelos: La capacidad de carga de un suelo se refiere a la
capacidad que tiene el suelo de soportar cargas sin sufrir un asentamiento excesivo o
fallas. La capacidad de carga de un suelo puede variar dependiendo de varios factores,
incluyendo la composición del suelo, la compactación, la humedad, la profundidad, la
presencia de agua subterránea, entre otros.
Existen diferentes métodos para determinar la capacidad de carga de un suelo, siendo
uno de los más comunes el método de cálculo basado en la teoría de consolidación de
suelos. Este método considera la compresión del suelo debido a la aplicación de una
carga y la velocidad a la que se produce esta compresión.
Otro método común es el uso de ensayos de laboratorio, como el ensayo de
consolidación unidimensional o el ensayo de corte directo, para determinar las
propiedades del suelo y su capacidad de carga.
Es importante evaluar la capacidad de carga de un suelo de manera adecuada antes de
realizar cualquier construcción o proyecto para garantizar la estabilidad de la
estructura y prevenir posibles fallas o asentamientos excesivos.
Además de los métodos mencionados anteriormente, existen otras formas de evaluar
la capacidad de carga de un suelo, como, por ejemplo:
1. Ensayos de penetración estándar (SPT): Este ensayo consiste en la penetración de
una varilla en el suelo mediante golpes de un martillo estándar. La resistencia que
ofrece el suelo a la penetración de la varilla se utiliza para estimar la capacidad de
carga del suelo.
2. Ensayos de placa de carga: En este ensayo se aplica una carga controlada sobre una
placa de dimensiones conocidas colocada en la superficie del suelo. Se mide el
asentamiento producido por la carga y se utiliza para determinar la capacidad de carga
del suelo.
3. Ensayos de presión de poros: Estos ensayos se utilizan para determinar la presión
intersticial del agua en el suelo, lo cual es importante para evaluar la capacidad de
carga en suelos saturados.
4. Ensayos de laboratorio: Además de los ensayos mencionados previamente, existen
otros ensayos de laboratorio que pueden proporcionar información sobre las
propiedades del suelo y su capacidad de carga, como por ejemplo el ensayo de
compactación, el ensayo de compresión triaxial, entre otros.
Es importante contar con la asesoría de ingenieros geotécnicos especializados para
realizar una evaluación adecuada de la capacidad de carga de un suelo, ya que estos
profesionales cuentan con los conocimientos y herramientas necesarios para llevar a
cabo dicha evaluación de manera precisa y segura. La información obtenida a través de
estos estudios es fundamental para el diseño y la construcción de estructuras seguras y
duraderas.
5. Asentamientos de estructuras (construcciones): Los asentamientos en estructuras
de construcción se refieren al hundimiento vertical que experimenta una estructura
debido a la carga aplicada sobre el suelo. Estos asentamientos pueden ser causados
por diversas razones, como la compresión del suelo, la consolidación, la presencia de
agua, la carga aplicada por la estructura, entre otros factores.
Los asentamientos pueden ser de dos tipos principales:
1. Asentamientos elásticos: Estos asentamientos ocurren inmediatamente después de
aplicar una carga sobre el suelo y suelen ser temporales. Cuando se retira la carga, el
suelo puede recuperar parte de su forma original.
2. Asentamientos consolidación: Estos asentamientos son más prolongados en el
tiempo y generalmente ocurren en suelos saturados. Cuando se aplica una carga sobre
un suelo saturado, el agua presente en los poros del suelo es expulsada y el suelo se
comprime gradualmente. A medida que el agua se drena, se produce la consolidación
del suelo y un asentamiento adicional puede ocurrir a lo largo del tiempo.
Los asentamientos excesivos pueden ser perjudiciales para las estructuras de
construcción, ya que pueden causar daños estructurales, grietas en muros y pisos,
deformaciones no deseadas, entre otros problemas. Por lo tanto, es importante tener
en cuenta la capacidad de carga del suelo y prever los asentamientos esperados
durante la etapa de diseño de una estructura.
Los ingenieros geotécnicos utilizan diferentes métodos de análisis y cálculo para
estimar los asentamientos esperados en una estructura en función de las
características del suelo, la carga aplicada y otros factores relevantes. Estos cálculos
son fundamentales para garantizar la seguridad y estabilidad de las estructuras de
construcción a lo largo del tiempo.
Para prevenir y controlar los asentamientos en las estructuras de construcción, se
pueden considerar las siguientes medidas:
1. Estudios geotécnicos: Realizar estudios geotécnicos detallados, incluyendo pruebas
de suelo y análisis de capacidad de carga, es fundamental para comprender las
características del suelo en el sitio de construcción y prever los posibles
asentamientos.
2. Diseño adecuado de cimentaciones: Utilizar cimentaciones adecuadas y
dimensionadas correctamente es crucial para distribuir la carga de la estructura de
manera uniforme sobre el suelo y minimizar los asentamientos diferenciales, que
pueden causar daños a la estructura.
3. Control de la humedad: Mantener un control adecuado de la humedad del suelo
puede ayudar a prevenir asentamientos no deseados. Por ejemplo, en suelos
expansivos que se contraen y expanden con los cambios en la humedad, es importante
tener un sistema de drenaje eficiente.
4. Refuerzo del suelo: En algunos casos, se pueden utilizar técnicas de refuerzo del
suelo, como inyecciones de material estabilizante o pilotes, para mejorar la capacidad
de carga del suelo y reducir los asentamientos.
5. Monitoreo de asentamientos: Realizar un monitoreo continuo de los asentamientos
de la estructura durante y después de la construcción puede ayudar a detectar
problemas potenciales a tiempo y tomar medidas correctivas si es necesario.