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Historia de la Promoción de Salud en América

1.1. Y 1.2 PROMOCION Y EDUCACION PARA LA SALUD
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1.1. Y 1.2 PROMOCION Y EDUCACION PARA LA SALUD
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UNIVERSIDAD DEL BIENESTAR BENITO JUAREZ GARCIA

MEDICINA INTEGRAL Y SALUD COMUNITARIA

ASIGNATURA: PROMOCION Y EDUCACION PARA LA SALUD

CICLO 2022-1

MIERCOLES, 10 DE FEBRERO DE 2022

1.1. ANTECEDENTES DE LA PROMOCION DE LA SALUD


1.1.1. Antecedentes de la promoción de la salud en las Américas y su
evaluación.
La OPS/OMS ha promovido y apoyado diversas publicaciones, reuniones de
consulta y talleres de capacitación con el fin de apoyar y contribuir a fortalecer la
capacidad de los Estados Miembros en América Latina y el Caribe para
implementar y evaluar sus programas y experiencias de educación para la salud
desde su creación en 1902. En la última década, se ha dedicado un mayor
esfuerzo a desarrollar y validar metodologías y guías para crear, implementar y
evaluar la estrategia de promoción de la salud y fortalecer la capacidad de los
países en este campo, especialmente en la creación de los entornos saludables,
cuyo marco incluyen las cinco acciones estratégicas para promover la salud. En
1992 y 1993 se realizaron las Conferencias de Bogotá y del Caribe sobre
promoción de la salud, adoptándose las Cartas de Bogotá y del Caribe. A partir
de estas Conferencias, se desarrolló un plan regional de promoción de la salud
(OPS, 1994-1998), enfatizando la implementación de los Municipios Saludables
y las Escuelas Promotoras de la Salud. A mediados de los años 1990, la
OPS/OMS apoyó una serie de estudios para identificar los componentes críticos
en el desarrollo local y el fortalecimiento de los municipios y comunidades
saludables. Uno de los aspectos más importantes fue el de la participación
social (OPS, 1995). Las conclusiones más sobresalientes de este estudio
señalan la importancia de la participación social en las experiencias que
articularon la salud con aspectos más amplios del desarrollo local. Se observó
mayor conocimiento del concepto de empoderamiento a través de la
participación social y su relación con la construcción del capital social,
identificando las potencialidades locales y construyendo capacidades. Para ello,
fomentar la participación de los actores sociales en la promoción de la salud
contribuye a establecer un escenario para lograr la construcción social de la
salud. En especial, se observó que la promoción de la salud contribuyó a
ampliar la definición del concepto de sanidad, a construir una cultura de la salud
y a lograr mayor inversión en la producción social de la salud. Se identificaron
los retos para avanzar más allá del énfasis en los estilos de vida e incluir una
dimensión social y política más amplia tomando en cuenta la equidad y la
inclusión social como requisitos fundamentales.
A partir de un análisis de la Educación para la Salud en las Escuelas, y durante
una serie de reuniones de consulta con diversos países se desarrolló el marco
conceptual y la guía para las Escuelas Promotoras de la Salud (OMS, 1996;
OPS, 1997; OPS, 1998). En 1996 se formó la Red
Latinoamericana de Escuelas Promotoras de la Salud y en 2001 se formó la Red
Caribeña de Escuelas Promotoras de la Salud (OPS, 2002-2005). Igualmente, a
partir de la búsqueda de una estrategia más integrada para impulsar el
desarrollo local, un grupo de países iniciaron la imple-
mentación de los Municipios y Comunidades Saludables (MCS), y la Red
Latinoamericana de Municipios y Comunidades Saludables, se constituyó en
1998 durante la III Reunión de la Red de Municipios, Ciudades y Comunidades
Saludables de las Américas incluyendo las experiencias de Canadá y Estados
Unidos de Norteamérica (OPS, 1998). Las experiencias de municipios, ciudades
y comunidades saludables en la última década muestran un profundo
compromiso con el desarrollo local y el fortalecimiento de las capacidades de la
gestión pública y el buen gobierno local, especialmente en la planificación y
evaluación de los procesos de creación de espacios saludables en la región
latinoamericana. Este trabajo con los actores locales fortalece su liderazgo y la
participación de sus organizaciones, así como la interacción de éstas con
organizaciones regionales y nacionales.
En 1996, la OPS junto con ORLA/UIPES fundaron el Consorcio Interamericano
de Universidades interesadas en mejorar la formación en promoción de la salud,
y junto con la Escuela Andaluza de Salud Pública, la Junta de Andalucía en
España y la Universidad Javeriana en Bogotá, Colombia, crearon REDEPS, la
Red de Experiencias en Promoción de la Salud (1998). Esta Red tuvo como
función recopilar y difundir las experiencias latinoamericanas sobre promoción
de la salud en la región (REDEPS, 1998). Los objetivos de la REDEPS fueron
precisamente el
de identificar experiencias, difundirlas y contribuir a la investigación en
promoción de la salud. Participaron diversas instituciones y se documentaron
alrededor de 200 experiencias. La mayoría de dichas experiencias se refirieron
a la educación para la salud, la comunicación social, concertación social y
prevención de enfermedades.
La cooperación técnica de la OPS/OMS ha apoyado a los países para fortalecer
su capacidad de implementar esta estrategia, partiendo de que las acciones
estratégicas son fundamentales para mejorar los determinantes de la salud y la
equidad, y por ende que esta contribución de la promoción de la salud la
convierte en la estrategia central de la nueva salud pública. En las dos décadas
de desarrollo del campo de la promoción de la salud a partir de la Carta de
Ottawa, se han implementado
diversas experiencias para mejorar los determinantes de la salud,
transformando las condiciones de
vida con equidad. Es precisamente, gracias a la sinergia generada por la
implementación de las cinco acciones estratégicas de manera complementaria,
lo que ha permitido observar y documentar la evidencia de efectividad de esta
estrategia y sobre la cual se busca sistematizar y documentar un impacto
significativo en el mejoramiento de los determinantes de la salud y el logro de
mayor equidad.
En la IV Conferencia Global de Promoción de la Salud (Yakarta, 1997) se dieron
una serie de discusiones sobre la importancia de la evaluación. Entre los
resultados más importantes se logró consolidar los documentos básicos para el
marco de evaluación de la promoción de la salud (Rootman et al, 1997) y el
informe del proyecto internacional sobre los indicadores para la evaluación de la
promoción de la salud (Jackson et al, 1997). A partir de estos estudios, también
se inicia la creación de un grupo técnico para lograr consenso de un modelo de
evaluación de la iniciativa de municipios y comunidades saludables. En la
primera reunión de consulta se definieron cinco dimensiones críticas para la
evaluación: las políticas públicas saludables, el trabajo intersectorial, la
participación ciudadana, y la contribución de los municipios saludables al
desarrollo local sostenible (OPS/OMS, 1999). A través de algunas
investigaciones realizadas se logró una compilación de observaciones locales
de dichas experiencias y se sistematizó el proceso de las diferentes etapas de
trabajo y/o momentos críticos que permitieron el avance del desarrollo social y
buen gobierno. Entre los aspectos comunes a la mayoría de las experiencias se
notó la generación de un pacto social donde las autoridades locales, los
representantes de la sociedad civil y de los sectores más invo-
lucrados en el desarrollo se comprometen a la implementación de un plan de
acción para lograr que su municipio o ciudad iniciara el proceso de producción
social de la salud y el desarrollo de los espacios saludables. Se evidenció
también la necesidad de un plan estratégico y de objetivos
claros y posibles de evaluar, así como la importancia de definir un plan de
evaluación como parte del proceso de planificación. Se desarrollaron guías de
acción basadas en estas observaciones, especialmente la Planificación Local
Participativa (OPS, PALTEX No. 41, 1999) y se elaboró la
Guía de los Alcaldes para Promover Calidad de Vida (OPS, 2002).
Durante la Quinta Conferencia Mundial de Promoción de la Salud, realizada en
México (2000), se adoptó la Declaración de México, incluyendo el compromiso
de implementar planes nacionales de promoción de la salud y se dieron varias
sesiones de discusión sobre la búsqueda de la evidencia de efectividad de la
promoción de la salud. Miembros del grupo técnico convocado por OPS/OMS
también participaron en dichas discusiones sobre el enfoque y la metodología
que debería utilizarse para evaluar las estrategias de promoción de la salud
llegando al consenso

que ésta debería ser participativa, con métodos mixtos, cualicuantitativos, y que
era necesario desarrollar una guía metodológica específica para orientar la
evaluación y la búsqueda de evidencia de efectividad de la promoción de la
salud, incluyéndola en la iniciativa de MCS.
La promoción de la salud parte del concepto de la salud como un proceso de
producción social y por ello se hace apremiante fortalecer la capacidad de todos
los actores e instituciones involucradas en la estrategia. A nivel nacional, la
política y plan Vida Chile es un ejemplo de buena práctica por su comité
intersectorial que viene desarrollando e implementando un pacto social por la
salud entre sectores claves en ese país. Esta experiencia es un ejemplo de
buenas prácticas y refleja el cumplimiento de la Declaración de México (2000),
en el que los Estados Miembros
a partir de la V Conferencia Global se comprometieron a posicionar la
promoción de la salud en la agenda pública y a implementar planes de acción. A
nivel local la iniciativa de municipios
saludables implementa planes locales de acción, involucrando a la autoridades
municipales y locales, los líderes y a la sociedad civil y los sectores público y
privado en acciones de desarrollo local y de la comunidad. Es así como la
promoción de la salud está influyendo en el desarrollo
1.1.2. Antecedentes históricos de la promoción de la salud.
Para evaluar las iniciativas de la promoción de la salud, se necesita tener claro
qué significa ésta.
Intentamos explicar el significado del concepto promoción de la salud de tres
maneras, examinando: sus orígenes recientes, incluyendo las circunstancias y
los temas a los cuales ésta responde; una variedad de definiciones propuestas;
y lo que parece constituir su práctica.
Aunque la idea de promoción de la salud no es nueva y se realizaron diversos
intentos en la primera mitad de este siglo para darle importancia (1,2), su
surgimiento como área organizada puede remontarse a 1974 cuando el ministro
de salud canadiense de entonces, Marc Lalonde, dio a cono cer un documento
titulado Una nueva perspectiva sobre la salud de los canadienses (3). Este fue el
primer documento de la política de gobierno nacional que identificó la promoción
de la salud
como una estrategia clave. Posteriormente, se utilizó como base para documentos
de políticas similares en otros países, incluyendo Suécia y los Estados Unidos, y
contribuyó a un creciente entusiasmo internacional para y por la aceptación de la
promoción de la salud tanto como concepto,

como enfoque que pudiera utilizarse por parte de los gobiernos, las
organizaciones, las comunidades y las personas. En 1986, la primera Conferencia
Internacional sobre Promoción de la Salud capturó este interés creciente y apoyó
la Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud (4), que
a su vez ha reforzado el desarrollo de la promoción de la salud a través de todo el
mundo. La base para el interés reciente en la promoción de la salud puede
remontarse a la confluencia de un número de fuerzas diversas. Anderson (5)
consideró éstas bajo cinco encabezados:

1. Un énfasis creciente en salud positiva y una mejora en la calidad de vida;


2. el mayor deseo de la gente de ejercer control sobre sus vidas, relacionado con
tendencias al consumismo;
3. la efectividad limitada de las estrategias didácticas tradicionales a menudo
asociadas con educación de la salud;
4. el reconocimiento de que muchos problemas de salud se relacionan con los
estilos de vida individuales; y
5. el aumento de las evidencias de la débil relación entre la atención en salud y el
estado de salud, especialmente la baja rentabilidad en los, cada día, más costosos
recursos invertidos en salud.
Green y Raebum (6) identificaron influencias adicionales, algunas veces
relacionadas, que incluyen:
6. el desarrollo comunitario y los movimientos de comunicaciones, que promueven
iniciativas populares, en contraste con iniciativas dictadas de arriba-abajo;
7. la influencia de los movimientos de la mujer y del auto-cuidado, que requieren
un cambio en la distribución del poder para los individuos y las comunidades;
8. la presión aplicada sobre los programas sociales y el cuidado médico de alta
tecnología por el deterioro de las condiciones económicas alrededor del mundo;
9. mejor investigación social, de conducta y educativa sobre asuntos de salud; y
10. mayor reconocimiento de la naturaleza holística de la salud; es decir, las
cualidades "sociales, mentales y espirituales de la vida".
(Green y Kreuter [7] y Macdonald & Bunton [8] también debaten sobre tales
influencias).

Finalmente, los argumentos desafiantes para reorientar la salud pública han


surgido de la investigación epidemiológica, la cual documenta claramente la
poderosa influencia de todos los determinantes de salud. Estos son factores más
allá de las características genéticas y del comportamiento individual,
y con frecuencia se relacionan más fuertemente con condiciones
socioeconómicas, temas de equidady acceso, riqueza nacional, apoyo social y
otros factores estructurales o sistémicos. (9-16).
Este historial mixto ha dado como resultado un entendimiento de la promoción de
la salud,denominado algunas veces como la nueva salud pública (8,11), que se
extiende más allá de la protección de la salud para incluir:
1. el fortalecimiento de la salud;
2. la redistribución del poder y el control sobre temas de salud individuales y
colectivos;
3. la reducción del impacto negativo de una amplia gama de determinantes de la
salud relacionados con entornos sociales, políticos y económicos;
4. el cambio de la distribución de los recursos a contracorriente, hacia la
prevención de problemas antes de que ocurran;
5. la atención a todos los aspectos de la salud más allá de las dimensiones físicas,
incluyendo las mentales, sociales y, posiblemente, las espirituales;
6. la adopción de un enfoque ecológico (17,18); y
7. el reconocimiento del desarrollo comunitario y la participación como estrategias
legítimas y efectivas.
Algunas de estas caractensticas se preocupan más por las metas de la nueva
salud pública (1 y 5), mientras que otras dirigen los medios para lograr estas
metas (2-6 y 7). No debe sorprender que las diversas definiciones de promoción
de la salud que han sido propuestas reflejen estas características.

BIBLIOGRAFIA
ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD
Oficina Sanitaria Panamericana, Oficina Regional de la
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
525 Twenty-third Street, N.W.
Washington, D.C. 20037

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