0% encontró este documento útil (0 votos)
23 vistas17 páginas

La Discontinuidad Embrionaria y La Unida

aborto embrion

Cargado por

david duque
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
23 vistas17 páginas

La Discontinuidad Embrionaria y La Unida

aborto embrion

Cargado por

david duque
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 17

M.

Badr

La discontinuidad embrionaria
y la unidad de la persona
en el pensamiento de santo Tomás
de Aquino. Algunos impactos
en la bioética actual

The embryonic discontinuity


and the unity of the person
in the thought of Saint
Thomas Aquinas. Some impacts
on current bioethics

Maroun Badr*5
Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Facoltà di Bioetica,
Roma, Italia

https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02

Resumen

El embrión humano en la legislación no tiene un estatus definido. En lo


referente a su condición en los debates éticos, no se ha logrado un
consenso entre la pluralidad de contiendas de las distintas corrientes
bioéticas. Lo cierto es que, en la mayoría de las legislaciones y para

* Doctorante en bioética. Correo electrónico: [email protected]


https://orcid.org/0000-0001-9378-6273
Recepción: 3/08/2022 Aceptación: 16/10/2022

350 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
La discontinuidad embrionaria y la unidad de la persona en el pensamiento...

eludir los debates éticos, los argumentos se basan sobre todo en datos
científicos. Como resultado, la ética se limita al aspecto científico, aun-
que es importante recordar que la bioética no solo se detiene en este
aspecto o en el sociológico. En particular, el enfoque de la bioética
personalista invita a considerar al ser humano, incluido el embrión, en
su aspecto metaontológico. La visión personalista se basa en la noción
de “persona” descrita por santo Tomás de Aquino. ¿Podría este enfo-
que dar respuestas a los dilemas éticos de nuestros días? Este artícu-
lo pretende responder a esta pregunta analizando el tema de la dis-
continuidad embrionaria y la unidad de la persona desde una reflexión
meta-ontológica.

Palabras clave: metafísica, ontología, aborto, racionalidad, mellizos.

1. Introducción

El estatus jurídico del embrión es siempre un tema crucial en las di-


versas leyes bioéticas. Los avances científicos, así como las dilucida-
ciones que ofrece la genética, han suscitado y lo siguen haciendo
“debates dinámicos sobre el estado del embrión, al tiempo que pro-
vocan reiteradas iniciativas para regular estas técnicas a nivel legal”
(1, p. 1). Dichos debates toman en cuenta las siguientes situaciones:
las nociones de filiación y paternidad se ponen en entredicho al faci-
litar el acceso a las Tecnologías de Reproducción Asistida (TRA) por
parte de las parejas de mujeres que privarán a un hijo de su padre y
tendrán la posibilidad de acceder a la gestación subrogada; se fomen-
ta la eugenesia a través de la extensión del Diagnóstico Genético
Preimplantacional (DGP) a enfermedades no hereditarias y la exten-
sión del aborto —posiblemente hasta los nueve meses— mediante
el aborto médico; la creación de embriones quiméricos eliminaría la
frontera entre el hombre y el animal.
Para tener una visión clara de estos desafíos y evaluar sus conse-
cuencias, es necesaria una reflexión bioética que combine los datos
científicos con el pensamiento metaontológico. La bioética persona-

Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2 351


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
M. Badr

lista1 de Elio Sgreccia (2), conocida como “personalismo ontológi-


co” y adoptada por la Iglesia católica, nos ofrece una vuelta al pensa-
miento de Tomás de Aquino. ¿Puede este último arrojar algo de luz
sobre los debates de este siglo? ¿Su pensamiento no plantea el pro-
blema de la discontinuidad embrionaria a través de la animación me-
diata al desestabilizar la unidad de la persona? ¿Cuáles son los impac-
tos en la bioética actual? Estas pocas páginas ofrecen una línea de
razonamiento en tres partes. La primera está dedicada a la noción
de “persona” que está en el centro de la bioética personalista. La
segunda parte analiza la cuestión de la animación mediata que plan-
tea el problema de la unidad en la discontinuidad y la tercera parte
desarrolla, a la luz de las dos primeras, algunos impactos en la bioé-
tica contemporánea.

2. El concepto de persona

Debemos a santo Tomás de Aquino la concepción plenamente filo-


sófica de la noción de persona sin negar su fundamento teológico ya
discutido por San Agustín. Tomás de Aquino aborda esta noción en
las preguntas 29-38 de la Prima pars2 de la Summa Theologica (ST I), que
están dedicadas a la trinidad (3). Gilles Emery (4, p. 129-156), Em-
manuel Housset (5, p. 195-225) y Marie de l’Assomption (6, p. 36-66)
analizan estos cuestionamientos formulados por Aquino. Este último
define “persona”3 como “relación subsistente”. Al usar la expresión
1
El enfoque de la bioética personalista va más allá de la perspectiva religiosa. Se
construye sobre la razón para reflexionar sobre el valor objetivo y la dignidad de la
persona humana, incluido el embrión como ser humano.
2
La Summa Theologica (ST) de santo Tomás se divide en tres partes en cuatro volú-
menes: a) Prima pars (ST I), b) Prima secundae (ST I-II), c) Secunda secundae (ST
II-II) y d) Tercia pars (ST III).
3
El artículo sobre una pregunta en las obras de Aquino cuenta, generalmente, con 4
partes: objeción (ad.), sentido contrario (sed ad.), respuesta (resp.) y solución
(sol.). De ahora en adelante utilizaré referencias a Tomás de Aquino según la me-
todología habitual: ST seguido de la pregunta (q.), artículo (a.), luego —si es nece-
sario— de una de las partes del artículo. Primero, Tomás de Aquino aplica a las

352 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
La discontinuidad embrionaria y la unidad de la persona en el pensamiento...

“relación subsistente”, se modifica la definición de Boecio [2.1] ya


que se persevera en la unidad del alma y el cuerpo para defender la
unidad de la persona humana [2.2].

2.1.Una sustancia individual de naturaleza racional

En el primer artículo de ST I, q. 29, Aquino retoma la definición de


“persona” atribuida a Boecio, “la persona es una sustancia individual
de naturaleza racional” (3) al excluir tres órdenes de realidades (6, p.
24) incompatibles con ella: accidentes,4 géneros y especies en el gé-
nero de la sustancia y los cuerpos inanimados, refiriéndose a plantas
y animales.
Reformulando a Aristóteles, Aquino indica que la palabra “sus-
tancia” puede tener dos significados: si bien expresa la quididad de la
cosa cuya definición es: ousia, essentia, naturaleza, a la que llama sus-
tancia segunda, o bien, expresa el sujeto mismo, el secuaz individual
que subsiste en el género sustancia, que es designado por la primera
sustancia. Al afirmar que la persona es una sustancia “tomada en un
sentido general que domina las subdivisiones (sustancia primera y
sustancia segunda)” (3), excluye los accidentes porque la sustancia
“se individualiza por sus propios principios y no por ninguna otra
cosa externa”, como lo afirma en el artículo 2 de la pregunta 9 de su
tratado De potentia (7). Analizando las subdivisiones de la sustancia
(8), Tomás de Aquino afirma que la persona es la sustancia individual
primaria que lleva en sí tres características (6, p. 29-35) referidas al
sujeto (3): subsistentia (existe por sí misma y no en otro), res naturae
(sujeto de naturaleza común) e hypostasis (sujeto de accidentes). Por
lo tanto, la persona como sustancia primera designa una individua-
ción de un ser que existe en sí mismo y no en otro ni por medio de
personas divinas —Padre, Hijo y Espíritu Santo— la noción de “persona”; luego, lo
transpone para aplicarlo a la persona humana.
4
En metafísica, accidente significa lo que pertenece a una sustancia de manera no
necesaria; no existe la sustancia en sí misma, sino que necesita de otra para existir.
Por ejemplo, un caballo es una sustancia por sí misma y el color blanco de este
caballo es un accidente ya que la blancura no puede existir en sí misma.

Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2 353


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
M. Badr

otro. Ella “posee su propio ser de manera completa, en sí y por sí


misma, ejerciendo así el acto de existir” (4, p. 31).
En cuanto al término “naturaleza”, Aquino lo considera un prin-
cipio intrínseco de todo movimiento. Ahora bien, como el principio
puede ser formal o material y, como dice Boecio, “la naturaleza es lo
que informa a cada cosa dotándola de su diferencia específica”, la
palabra “naturaleza” puede entenderse como un principio formal
que da forma o esencia a la sustancia primera como su causa formal,
tal como lo expresa Christian Erk (9).
En cuanto a la “racionalidad”, este término implica voluntad y
libertad. Es una tendencia ya que este “apetito intelectual” significa
que los seres dotados de inteligencia no sólo se dirigen a un fin, sino
que “tienen la capacidad de inclinarse, por su voluntad, hacia el fin”
(4, p. 132) aprehendido por la inteligencia mientras controlan sus
acciones. ¿Cómo se manifiesta esta sustancia en los humanos?

2.2. La unidad sustancial del alma y el cuerpo

Para definir la sustancia del hombre, Aquino comienza por el funda-


mento: según ST I, q. 75, a. 1, el primer principio de la vida (3) es el
alma como una realidad subsistente tal como la definió en la primera
pregunta de su tratado De anima (10). Fabrizio Amerini (11, p. 50-51)
lo explica así: a) Siendo inmaterial la operación del intelecto, esto
supone que la sustancia, el alma, dotada de tal poder, es inmaterial. b)
Puesto que por la inteligencia el alma puede conocer la naturaleza de
todos los cuerpos, esto supone que nada posee en sí de su naturaleza,
según explica Aquino en ST I, q. 75 y en la pregunta 14 de De anima
(3,10). Por lo tanto, el alma es una realidad subsistente por su opera-
ción intelectual inmaterial en la que el cuerpo no participa intrínseca-
mente. ¿Podemos decir que la persona se identifica con el alma?
Tomás de Aquino no está a favor de esta opinión sostenida por
otros autores (6, p. 88-97). Para él, la subsistencia de la sustancia in-
dividual de naturaleza racional es perfecta sólo en Dios, ya que en Él
no hay división. Mientras que, en el hombre como criatura corporal,

354 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
La discontinuidad embrionaria y la unidad de la persona en el pensamiento...

el alma no se confunde con la persona. El cuerpo es “necesario para


que haya persona humana” (6, p. 99-100). Ahora bien, ¿cómo enten-
der el alma como una realidad subsistente si el cuerpo es necesario
para que haya persona?
Emmanuel Housset da respuesta a esta pregunta afirmando que:
La fuerza de santo Tomás aquí es cuestionar a la persona humana en
su conjunto y no desde uno de sus elementos […]. Es a partir de la
persona en su conjunto que es posible dilucidar su propia forma de
existencia sin convertirla en un simple ser dotado de sustrato (5, p.
158-159).

De hecho, santo Tomás de Aquino no inventó un nuevo aspecto de


la persona, sino que lo abordó y lo aprehendió de otra manera al
precisar que la persona no es sólo un ser dotado de un sustrato, no
es sólo un cuerpo animado por un alma, sino que la esencia de la
persona es este compuesto alma-cuerpo. El alma es la forma sustan-
cial del cuerpo y la unión de los dos no es una unión accidental sino
sustancial por tres razones:
a) Si la característica de la persona humana es la operación inte-
lectual que la diferencia de las plantas y los animales (11, p.
73-75), esta racionalidad —según ST I, q. 85, a. 1— “no es el
acto de un órgano, sino una potencia del alma que es la forma
del cuerpo” (3) lo que determina la especie.
b) El alma sólo se individua por el cuerpo cuando se une a él. Es
el principio formal del cuerpo; el cuerpo es el principio mate-
rial de la individuación del alma.
c) Dado que el alma es individuada por el cuerpo, éste debe es-
tar dispuesto a recibir su forma. Su organización es un requi-
sito previo para estar informado/animado, según ST I q. 75,
a. 6 y q. 91, a. 1 (3). En cuanto a la operación de la intelección,
aunque sea inmaterial, nunca se hace sin el cuerpo.
Así, la sustancia de la persona reside en la unión del alma con el cuer-
po que “no puede ser accidental. […] La persona deja entonces de

Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2 355


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
M. Badr

ser considerada simplemente como un espíritu que se encarna en


una materia particular” (5, p. 156). La unión sustancial es una nece-
sidad ontológica que, según Elio Sgreccia, establece la dignidad de la
persona humana desde la concepción. Sin embargo, esta fundación
se enfrenta al problema de la animación mediata del embrión.

3. La animación mediata

Después de una larga reflexión en varios de sus textos [3,7,12-14],5


Tomás de Aquino comienza afirmando que el alma humana no en-
cuentra su origen en la simiente paterna ni se transmite de padres a
hijos. Al hacerlo, descarta principalmente dos teorías (1, p. 1-9; 6, p.
195-209; 11, p. 8-104; 15, p. 7-9; 16, p. 469-478) expuestas en su
tiempo: el traducianismo6 y la preexistencia del alma. En el capítulo
87 de la Summa contra Gentiles (SCG), afirma que el alma se origina en
Dios (14) y “por ser parte de la naturaleza humana, el alma sólo tiene
su perfección natural en cuanto está unida al cuerpo” (3). Ahora
bien, si el cuerpo debe estar dispuesto para recibir el alma, ¿qué pasa
con la animación en su relación con el desarrollo embrionario [3.1]?
¿Cómo concebirla en relación con una discontinuidad formal? ¿Po-
demos hablar así de una unidad del sujeto [3.2]?

3.1. Discontinuidad formal

Tomás de Aquino está entre los que apoyan la animación mediata


con una sucesión de formas sustanciales en el embrión. Tomando
como base las concepciones biológicas de Aristóteles y Alberto
5
Commentary on the Sentences, Book II. (II Sent.), distinción (dist). 18, q. 2, a. 1;
Compendium theologiae I, ch. 93; Sum against the Gentiles, Book II, chap. 86-87;
QDP, q. 3, a. 9; ST I, q. 90, a. 2; q. 118, a. 2.
6
Esta es una doctrina debida a Tertuliano según la cual el alma de los niños es crea-
da por sus padres. Como resultado, esta doctrina se opone al creacionismo según
el cual el alma es creada por Dios. El traducianismo es considerado una herejía por
la Iglesia católica.

356 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
La discontinuidad embrionaria y la unidad de la persona en el pensamiento...

Magno (San Alberto Magno), Aquino explica —en el artículo 9 de la


pregunta 3 De potentia— que el proceso de generación es una serie de
corrupción en cuatro fases (7):
a) Después del coito, la simiente paterna comienza a actuar ac-
tivamente sobre la materia femenina, de ahí el surgimiento de
la primera forma sustancial (14); sin embargo, los dos temas
siguen siendo distintos. Al no contener el alma, la simiente
paterna tiene un papel exclusivamente material (1, p. 34)
como potencia, virtud formativa, virtus formativa, que dispone
la materia materna y la forma para recibir el alma racional.
b) y c) Cuando la primera forma sustancial es rechazada por la
corrupción de las dos entidades paternas, surge el alma vege-
tativa y surge el embrión/feto. Sin embargo, las entidades pa-
ternas permanecen de manera virtual (7) y la virtud activa del
espermatozoide —según ST I, q. 118, a. 1— continúa ejer-
ciendo su papel en la organización de la materia (3). Luego,
cuando el embrión alcanza cierto desarrollo orgánico —como
la aparición del corazón (12) según el II Sent. dist. 12, q. 1, a.
2, resp. 6— emerge el alma sensitiva. Con el surgimiento de
esta alma, existe una nueva entidad indivisible cuya forma
asegura —además de las funciones nutritivas— las funciones
sensoriales y motrices.
d) Según el III Sent. dist. 3, q. 5, a. 2, resp. 3, cuando el embrión
alcanza una etapa superior de desarrollo (17) con la aparición
del corazón y el cerebro (11, p. 103), ocurre la infusión del
alma racional.
Está claro que Aquino no puede aceptar la animación inmediata (18).
Esta teoría de las etapas o de la gradualidad según Elio Sgreccia (2,
p. 460-461), es retomada por ciertos autores contemporáneos como
Claudio Antonio Testi (19, p. 8), Aline Lizotte y Ernst Haeckel cita-
dos por Pascal Ide (20, p. 30-31). Sin embargo, desde un punto de
vista metafísico, tal proceso de generaciones, corrupciones y suce-
sión de almas plantea el problema de la aparición de nuevas especies
(11, p. 99-101) y la identidad y unidad embrionaria del sujeto.

Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2 357


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
M. Badr

3.2. Unidad del sujeto

Para poder resolver este dilema, Tomás de Aquino ofrece dos so-
luciones:
a) La sucesión de formas no debe entenderse como si una plan-
ta, un animal y después un hombre precedieran. En las pri-
meras fases del desarrollo, el embrión posee de manera in-
completa la forma del alma vegetativa (13) y sensitiva, por lo
tanto, no representa a la especie de manera perfecta. Además,
la forma no sólo reemplaza a la que la precede, sino que tam-
bién asume sus funciones, como una especie de reabsorción
cada vez que la materia logra estar suficientemente organiza-
da. El alma racional sustituye al alma vegetativa y al alma sen-
sitiva, asegurando tres funciones: la vegetativa, la sensitiva y la
racional. Esta diferenciación entre almas sólo sería posible
mediante un acto de abstracción mental (3,12), como explica
en ST I, q. 77, a. 4 y II Sent. dist. 18, q. 2, a. 3, ad. 2 y ad. 4.
b) El embrión conserva su unidad a pesar de “la sucesión de las
almas, por el desarrollo de la misma materia de los padres” (6,
p. 217) lo que asegura la continuidad del mismo sujeto. Por un
lado, naturalmente y según el orden teleológico (7), el embrión
humano forma parte del proceso de generación humana y su
fin último es convertirse en hombre. Por otra parte, aunque
el embrión modifique continuamente su materia, sigue siendo
uno y formalmente el mismo (21) como la comunidad que
sigue siendo una y formalmente la misma a pesar del cambio
de sus individuos. La imagen de la comunidad que da Aquino
en IV Sent. dist. 44, q. 1, a. 2, y a. 4, nos permite comprender
que la unidad comunitaria permanece a pesar de los cambios
de los individuos. Por eso, afirma en su tratado Super Boetium
De Trinitate q. 4, a. 2 respectivamente, que la materia embrio-
naria tiene una dimensión indeterminada (22) y asegura una
continuidad formal y una identidad numérica sin interrupción
alguna de su historia existencial (11, p. 185-191).

358 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
La discontinuidad embrionaria y la unidad de la persona en el pensamiento...

4. Impactos en la bioética

Sin embargo, la animación mediata presentada por Aquino parece


crear un problema bioético en la actualidad, particularmente en lo que
se refiere al aborto [4.1], la racionalidad [4.2] y el hermanamiento [4.3].

4.1. Aborto
Partiendo de la cuestión de la animación racional mediata, podría-
mos estar a favor del aborto antes de este período porque no consi-
deramos al embrión como ser humano. Tomás parece ir en esta di-
rección limitándose a dos explicaciones. En el plano teológico Tomás
de Aquino afirma que antes de la animación racional, los embriones
están excluidos de la resurrección final (21), de la protección de los
ángeles custodios (3,12) y de la posibilidad de santificación (23). Le-
galmente, aunque el aborto es considerado un pecado grave, Aquino
lo considera menos que un homicidio (11,21, p. 212-213, 218; 24).
Incluso con animación mediata, pensadores modernos como Fa-
brizio Amerini (11, p. 211-212) y Bruno Saintôt (25, p. 19) conside-
ran al aborto como un acto contra natura porque los embriones no
son el final de un proceso generativo; no son creados para quedar
como “embriones” sino para generar un ser humano. Otros como
Gianfranco Basti (26, pp. 356 ss.), Noël Simard (27), Tommaso Scan-
droglio (28, p. 3) y John Meyer (29, p. 18-19) —que rechazan el abor-
to— consideran que, a la luz de los descubrimientos científicos y
genéticos, es posible afirmar la existencia de una animación inmedia-
ta. Consideran que, en el momento de la fusión de los gametos mas-
culino y femenino durante la fecundación, emerge una nueva célula
que lleva en sí toda la información (en referencia a los 46 cromoso-
mas) necesaria para generar un ser humano.

4.2. Racionalidad
¿Qué pasa con la racionalidad en el embrión? Maurizio Mori lo re-
chaza categóricamente. Para él, no hay racionalidad sin la presencia

Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2 359


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
M. Badr

de una corteza cerebral adecuadamente formada (30, p. 71-72) y


alguna actividad neurológica (29, p. 24-25). Jacques Maritain está de
acuerdo con esta idea al identificar la presencia del alma con el
desarrollo del sistema nervioso y la psique sensoriomotora avanza-
da (31, p. 115).
Sin embargo, Tomás de Aquino en ST I, q. 76, a. 8, respectiva-
mente afirma que el alma racional no se localiza en una parte deter-
minada del cuerpo, sino que, como forma sustancial, se encuentra
en el cuerpo entero como en cada una de sus partes (3). Identificar
el alma con la capacidad de desarrollar una acción, muestra la in-
comprensión de dos principios explicados en ST I q. 77, a. 6, res-
pectivamente y en su obra Quodlibets cap. IX, q. 2, a. 3, ad. 2. Estos
son los principios de la operación y las potencias del alma que son
accidentes y que no entran en la constitución de la sustancia del in-
dividuo (3,32).
Además, en el tránsito de la potencia al acto en el embrión, hay
que distinguir entre el primer y el segundo acto según la metafísica
aristotélica. En De anima q. 12, argumento 14 y en el libro IX de la
Sententia libri Metaphysica, Tomás de Aquino afirma que, para que haya
un ser humano en acto, basta que exista el alma racional; esto se con-
sidera como el primer acto. El ejercicio de las operaciones se consi-
dera como un acto secundario (10,33). Decir que el embrión es una
persona potencial (11, p. 204) es afirmar que el paso del embrión al
hombre, de la potencia al acto, no significa el paso del no ejercicio
al ejercicio de la racionalidad. Este último no es el hecho de tener
la posibilidad de poseer la capacidad de razonar, ni la posesión de la
capacidad de razonar en la acción, sino la posesión de la capacidad
de poder razonar. En ST I, q. 77, a. 1, Tomás de Aquino afirma que
ser hombre no depende del uso sino de la posesión de la capacidad
de poder razonar (3) realizada ya sea de manera más o menos perfec-
ta, o no realizada (23) según ST III, q. 68, a. 12. En este sentido,
Christian Erk afirma que una “persona sólo puede actuar racional-
mente porque fue un ser racional desde el principio. […] No hay
persona potencial sino personas con un potencial […] para conver-

360 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
La discontinuidad embrionaria y la unidad de la persona en el pensamiento...

tirse en los seres racionales que ya son” (9, p. 108) mientras que
Meyer no parece estar de acuerdo con este enfoque (29, p. 27-31).

4.3. Hermanamiento

Biológicamente, los gemelos pueden suceder después de la fecunda-


ción y durante las dos primeras semanas de desarrollo embrionario.
Según Pascal Ide y Angelo Serra (20, p. 165; 34, p. 593), podrían ser
el resultado de un error genético, pero también pueden considerarse
“una excepción” (20, p. 164). La posibilidad de tal evento se reduce
igualmente a la potencialidad de las células totipotentes, las blastó-
meras, para convertirse en seres independientes al separarse “del ma-
terial extracelular que los mantiene unidos” (20, p. 165).
Desde el punto de vista metafísico y ontológico, el problema se
plantea en el plano de la animación. Para quienes apoyan la anima-
ción mediata, el argumento de la preservación de la individualidad
embrionaria y la imposibilidad de la división del alma racional (14) se
adelanta en el capítulo 86 del SCG II. Si la persona es una “sustancia
individual de naturaleza racional”, el embrión animado es individual
e indiviso en sí mismo. El hermanamiento sólo es posible antes de la
animación racional del embrión. Pascale Ide (20, p. 21), apoyándose
en Xavier Thévenot y Bertrand de Margerie (35, p. 129) son partida-
rios de este concepto.
Los que defienden la animación inmediata admiten la individua-
lidad del embrión desde la fecundación, aunque se produzcan geme-
los. Para ellos, el alma está presente en el todo como en cada parte
del cuerpo como afirma Tomás de Aquino (10). Durante el herma-
namiento prefieren hablar de un fenómeno de pérdida o separación
—y no de división— del material embrionario que está formado por
células totipotentes. Según Jason Eberl, poco tiempo después de la
separación de las células totipotentes, estas últimas son inmediata-
mente informadas por el alma racional (36, p. 39). Para Pascal Ide,
“captar la apariencia del gemelo requiere razonar ya no en metafísica
sino en filosofía de la naturaleza”. Para él, “el cuerpo viviente no

Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2 361


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
M. Badr

puede estar desprovisto de alma” (20, p. 167). Los gemelos monoci-


góticos son ontológicamente idénticos. La única diferencia radica en
cómo aparecen (20, p. 169).
Es difícil decidirse entre estas dos corrientes que esgrimen argu-
mentos fundados, pero también cuestionables.

5. Conclusiones

Ciertamente, Tomás de Aquino no puede ofrecer todas las respues-


tas a las preguntas actuales, pero sus ideologías siguen siendo una
base para una sólida reflexión bioética. A la luz de las páginas ante-
riores, se presentan a continuación los siete puntos finales:
1) El concepto de “la persona” presentado por Tomás de Aqui-
no, como unidad alma-cuerpo, constituye la base fundamen-
tal de la bioética personalista donde el ser humano debe ser
abordado y tratado como un todo. La corporeidad y la di-
mensión espiritual están íntimamente ligadas; separar uno de
otra socava la identidad existencial de la persona desde la
concepción.
2) La embriología en las obras de Tomás de Aquino constituye
una explicación filosófica más que biológica del fenómeno de
la generación. Su conocimiento científico y su embriología se
basaron en particular en la biología aristotélica que ya no se
acepta hoy (11, p. 283). Su preocupación era conciliar tanto
las “teorías de la biología aristotélica, los requisitos metafísi-
cos de la unidad de forma y la coherencia de los grandes
dogmas cristianos” (37, p. 303).
3) Cabe señalar, como señala Claudio Testi (19, p. 1-2), que el
pensamiento científico —que quiere recuperar la dignidad
del verdadero conocimiento— debe tener en cuenta la re-
flexión metacientífica de los primeros principios, en particu-
lar metafísica. En cuanto al pensamiento metafísico, debe
tener en cuenta los nuevos descubrimientos científicos.

362 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
La discontinuidad embrionaria y la unidad de la persona en el pensamiento...

4) En cuanto a la animación del embrión, ni la ciencia ni la me-


tafísica pueden probar el momento en que el embrión está
animado. Siempre es una cuestión de preferencia basada en
tal o cual argumento, científico o metafísico. Lo cierto es que
el alma no es detectable en su sustancia, pero se puede cono-
cer su existencia a través de sus operaciones, no sólo raciona-
les sino también vegetativas y sensitivas.
5) Ni la filosofía ni la embriología actual pueden ayudarnos a
“decidir si el embrión puede ser calificado como persona” (25,
p. 19). Asimismo, la Iglesia católica aún no ha decidido defini-
tivamente sobre el estatus del embrión. Sin embargo, en la
instrucción Donum Vitae, se recomienda que “el ser humano
debe ser respetado y tratado —como persona— desde el mo-
mento de la concepción” (38, I-1). Así, el embrión “debe ser
defendido en su integridad” desde el primer instante de su
existencia y tiene derecho a la vida como todo ser humano.
6) La unidad en la discontinuidad embrionaria sólo puede en-
contrarse siendo parte de un proceso continuo, cuyo fin es el
ser humano (18). Si el embrión humano no puede ser consi-
derado como una persona, sigue siendo una entidad humana
individual cuyo propósito natural es convertirse en un ser hu-
mano a través del proceso de su desarrollo (11, p. 169).
7) Finalmente, como señala Robert Pasnau (39), aunque no po-
damos explicarlo todo, no hay excusa para abusar del embrión.
Su potencial no es un obstáculo para su actualidad. Observado
desde un punto de vista científico y meditado desde un punto
de vista filosófico, el embrión —desde el primer momento de
su existencia— merece respeto al igual que la persona huma-
na, y su dignidad permanece ontológicamente fundada.

Referencias

1. Van Der Lugt M. L’animation de l’embryon humain et le statut de l’enfant à naître


dans la pensée médiévale [Internet]. 2005 [citado 10 de julio de 2020]; 22. Dispo-
nible en: https://halshs.archives-ouvertes.fr/halshs-00175587/document

Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2 363


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
M. Badr

2. Sgreccia E. Manuel de bioéthique: Les fondements et l’éthique biomédicale. Pa-


rís: Mame-Edifa; 2004.
3. D’Aquin T. Somme théologique I. París: Le Cerf; 1984.
4. Emery G. La théologie trinitaire de saint Thomas d’Aquin. París: Le Cerf; 2005.
5. Housset E. La vocation de la personne. L’histoire du concept de personne de sa
naissance augustinienne à sa redécouverte phénoménologique. París: Presses
Universitaires de France-PUF; 2007.
6. De l’Assomption M. L’homme, personne corporelle. La spécificité de la personne
humaine chez saint Thomas d’Aquin. París: Parole et Silence; 2014.
7. D’Aquin T. Questions disputées, De potentia [Internet]. 2020 [citado 20 de julio de
2020]. Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/questionsdispu-
tees/questionsdiputeessurlapuissancedieu.htm
8 Mansion S. La première doctrine de la substance : la substance selon Aristote.
Revue Philosophique de Louvain [Internet]. 1946 [citado 20 de julio de 2020];
44(3):349-69. Disponible en: https://www.persee.fr/doc/phlou_0035-3841_1946_
num_44_3_4064
9. Erk C. Potential Persons or Persons with Potential? A Thomistic Perspective.
SGBE [Internet]. 2012 [citado 10 de julio de 2020]; 5(3):105-11. Disponible en:
http://www.bioethica-forum.ch/docs/12_3/07_Erk.pdf
10. D’Aquin T. Questions disputées, De anima [Internet]. 2020 [citado 20 de julio de
2020]. Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/questionsdispu-
tees/21questionsdisputeessurame.htm
11. Amerini F. Tommaso d’Aquino. Origine e fine della vita umana. Italia: ETS; 2009.
12 D’Aquin T. Commentaire des Sentences, Livre II [Internet]. 2020 [citado 28 de
marzo de 2020]. Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/som-
mes/SENTENCES2.htm
13. D’Aquin T. Compendium theologiae [Internet]. 2020 [citado 23 de julio de 2020].
Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/opuscules/02compen-
dium.htm
14. D’Aquin T. Somme contre les gentils, Livre II [Internet]. 2020 [citado 20 de julio de
2020]. Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/sommes/contra-
gentiles.htm
15. Ottaviani D. Le paradigme de l’embryon à la fin du Moyen Âge. Astérion Philoso-
phie, histoire des idées, pensée politique [Internet]. 2003 [citado 17 de julio de
2020]; (1). Disponible en: http://journals.openedition.org/asterion/25
16. Selner-Wright SC. Thomistic Personalism and Creation Metaphysics: Personhood
vs. Humanity and Ontological vs. Ethical Dignity. Studia Gilsoniana [Internet].
2018 [citado 17 de julio de 2020]; (3). Disponible en: https://www.academia.edu/
38121218/Thomistic_Personalism_and_Creation_Metaphysics_Personhood_
vs._Humanity_and_Ontological_vs._Ethical_Dignity
17. D’Aquin T. Commentaire des sentences, Livre III [Internet]. 2020 [citado 23 de julio
de 2020]. Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/sommes/
SENTENCES3.htm

364 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
La discontinuidad embrionaria y la unidad de la persona en el pensamiento...

18. D’Aquin T. Somme contre les gentils, Livre III [Internet]. 2020 [citado 29 de julio de
2020]. Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/sommes/contra-
gentiles.htm
19. Testi CA. L’embriologia di Tommaso d’Aquino e suoi riflessi nella ricerca bioetica
contemporanea. 2020 [citado 17 de julio de 2020]. Disponible en: https://www.
academia.edu/34916229/LEMBRIOLOGIA_DI_TOMMASO_DAQUINO_E_
SUOI_RIFLESSI_NELLA_RICERCA_BIOETICA_CONTEMPORANEA
20 Ide P. Le zygote est-il une personne humaine ? París: Pierre Téqui; 2005.
21. D’Aquin T. Commentaire des sentences, Livre IV [Internet]. 2020 [citado 24 de
julio de 2020]. Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/som-
mes/SENTENCES4.htm
22. D’Aquin T. Super Boetium De Trinitate [Internet]. 2020 [citado 24 de julio de 2020].
Disponible en: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/opuscules/69latrinite-
deBoece.htm
23. D’Aquin T. Somme théologique II-II. París: Le Cerf; 1985.
24. Kaplan F. L’avortement, un homicide?, par Francis Kaplan (Site Francis Kaplan)
[Internet]. 2020 [citado 26 de julio de 2020]. Disponible en: http://francis-kaplan.
com/avortement_homicide.html
25. Saintôt B. L’embryon, provocateur de notre humanité. Laennec [Internet]. 2005
[citado 17 de julio de 2020]; Tome 53(2):14-27. Disponible en: https://www.cairn.
info/revue-laennec-2005-2-page-14.htm
26. Basti G. Filosofia dell’uomo. Bologna: ESD; 1995.
27. Simard N. Le statut théologique de l’embryon [Internet]. 2002 [citado 17 de julio
de 2020]. Disponible en: https://www.colf.ca/fr/eglise-au-canada/item/171-le-sta-
tut-theologique-de-l-embryon
28. Scandroglio T. Tommaso D’Aquino e l’animazione dell’embrione [Internet]. 2012
[citado 18 de julio de 2020]. Disponible en: http://blog.centrodietica.it/?p=2750
29. Meyer J. The Ontological Status of Pre-implantation Embryos. In: Contemporary
Controversies in Catholic Bioethics. Jason Eber ed. Nueva York: Springer; 2017.
https://doi.org/10.1007/978-3-319-55766-3
30. Mori M. La fecondazione artificiale. Roma; Bari: Laterza; 1995.
31. Maritain J. Vers une idée thomiste de l’évolution. Première approche. París: NV.
1967; 2(42):87-136.
32. D’Aquin T. Quodlibets [Internet]. 2020 [citado 27 de julio de 2020]. Available from:
http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/questionsdisputees/Quodlibet.htm
33. D’Aquin T. Sententia libri Metaphysicae [Internet]. 2020 [citado 28 de julio de
2020]. Available from: http://docteurangelique.free.fr/bibliotheque/philosophie/
commentairemetaphysique.htm
34. Serra A. Lo statuto biologico dell’embrione umani. In: Commento interdisciplinare
alla “Evangelium vitae.” R. Lucas Lucas. Vaticano: Libreria Editrice Vaticana;
1997.
35. De Margerie B. L’homme, être de relations chez saint Thomas. París: Pierre Té-
qui; 1999.

Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2 365


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02
M. Badr

36. Eberl JT. Thomistic Principles and Bioethics. Londres; Nueva York: Routledge;
2013.
37. Caspar P. La saisie du zygote humain par l’esprit. París; Namur: Pierre Zech;
1987.
38. Congrégation pour la Doctrine de la Foi. Donum Vitae. París: Pierre Téqui; 1987.
39. Pasnau R. Thomas Aquinas on Human Nature: A Philosophical Study of Summa
Theologiae, 1a 75-89. Cambridge University Press; 2005.

Esta obra está bajo licencia internacional Creative Commons Reconocimiento-No-


Comercial-CompartirIgual 4.0.

366 Medicina y Ética - Abril-Junio 2023 - Vol. 34 - Núm. 2


https://doi.org/10.36105/mye.2023v34n2.02

También podría gustarte