DD328 – NEUROPSICOLOGÍA
CASO PRÁCTICO
Oliver Sacks fue un neurólogo y escritor británico, aficionado a la Química y divulgador de
la ciencia, sobre todo de lo relativo a su especialidad, la neurología. Entre sus obras está
“El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”. Uno de sus capítulos es el
reflejado en el texto de abajo.
TEXTO:
La señora S., una mujer inteligente de sesenta años, ha sufrido un grave ataque que
afecta a las partes posteriores y más profundas del hemisferio cerebral derecho. Conserva
plenamente la inteligencia... y el humor. A veces se queja a las enfermeras de que no le
han puesto el postre o el café en la bandeja. Cuando las enfermeras le explican: «Pero,
señora S., lo tiene ahí, a la izquierda», parece no entender lo que le dicen, y no mira a la
izquierda. Si tiene la cabeza ligeramente girada, de manera que resulte visible el postre
para la mitad derecha intacta del campo visual, dice: «Vaya, pero si está ahí... pues antes
no estaba». La señora S. ha perdido totalmente la noción de «izquierda», tanto por lo que
se refiere al mundo como a su propio cuerpo. Se queja a veces de que las raciones son
demasiado pequeñas, pero esto se debe a que sólo come de la mitad derecha del plato...
no cae en la cuenta de que pueda haber también una mitad izquierda. A veces se pinta los
labios y se maquilla la mitad derecha de la cara, olvidándose por completo de la izquierda:
es casi imposible tratar estos problemas porque no hay modo de atraer su atención hacia
ellos («Hemidesatención», ver Battersby 1956) y no tiene ni idea de que existan. Lo sabe
intelectualmente, y puede comprenderlo, y reírse; pero le es imposible saberlo de una
forma directa. Al saberlo intelectualmente, al saberlo por deducción, ha elaborado
estrategias para resolverlo. No puede mirar a la izquierda, directamente, no puede girar a
la izquierda, así que lo que hace es girar a la derecha... y hacer un círculo completo. Por
eso solicitó, y se le facilitó, una silla de ruedas giratoria. Y ahora, si no puede encontrar
algo que sabe que debería estar, gira a la derecha, haciendo un círculo, hasta que lo ve.
Este procedimiento le parece notablemente práctico si no puede hallar el café o el postre.
Si la ración le parece demasiado pequeña, se gira a la derecha, mirando en esa misma
dirección, hasta que se hace visible la mitad que faltaba, entonces se la come, o se come
más bien la mitad, y siente menos hambre que antes. Pero si aún tiene hambre, o piensa
en el asunto y se da cuenta de que quizás haya visto sólo la mitad de la mitad perdida,
realiza una segunda rotación hasta que ve el cuarto restante, y lo bisecciona de nuevo
también. Suele bastar con esto (si echamos cuentas, se habrá comido ya las siete octavas
partes de su ración) pero si lo considera necesario, si se siente particularmente
hambrienta u obsesionada, da una tercera vuelta y se asegura otra dieciseisava parte de
la ración (dejando en el plato, desde luego, el dieciseisavo restante, el de la izquierda). —
Es absurdo —dice—. Es como la flecha de Zenón... nunca acabó de llegar.
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CASO PRÁCTICO
Puede parecer raro, pero ¿qué otra cosa puedo hacer, dadas las circunstancias? En
principio da la impresión de que le sería muchísimo más fácil girar el plato que girarse ella.
La señora S. está de acuerdo en eso, y lo ha intentado... o intentó intentarlo, por lo menos.
Pero le resulta absurdamente difícil, no es algo que se produzca de modo natural,
mientras que girar en la silla lo es, porque su mirada, la atención, los impulsos y
movimientos espontáneos, están así dirigidos todos, exclusiva e instintivamente, hacia la
derecha. A la señora S. le resultaban particularmente desagradables las burlas de que la
hacían objeto cuando aparecía con sólo la mitad de la cara maquillada, el lado izquierdo
absurdamente vacío de carmín y de colorete. — Yo miro en el espejo —decía— y pinto
todo lo que veo. ¿No sería posible, nos preguntamos, que tuviese un «espejo» con el que
pudiese ver el lado izquierdo de la cara por la derecha? Es decir, tal como la vería otra
persona situada delante de ella. Probamos un sistema de video, con la cámara y el
monitor enfocados hacia ella y los resultados fueron chocantes y extraños. Utilizando
como «espejo» la pantalla de video, veía el lado izquierdo de la cara a la derecha, una
experiencia desconcertante hasta para una persona normal (como muy bien sabe todo el
que haya intentado afeitarse utilizando una pantalla de video), y doblemente
desconcertante, inquietante, para ella, porque para la señora S. el lado izquierdo de su
rostro y de su cuerpo, el que veía ahora, no le transmitía ninguna sensación, no tenía
para ella existencia, debido al ataque. — ¡Quítenme eso de ahí! —gritó, muy alterada y
desconcertada, así que no investigamos más por esa vía. Es una lástima porque, como
plantea también R. L. Gregory, esas formas de retroacción videográfica podrían ser muy
fructíferas para estos pacientes con hemidesatención y extinción del hemicampo
izquierdo. El asunto es tan desconcertante físicamente, metafísicamente incluso, que sólo
la experimentación nos puede guiar.
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CASO PRÁCTICO
Instrucciones para el desarrollo de la actividad
Luego de leer el texto anterior, resume e identifica los síndromes
neuropsicológicos.
El caso de la señora S. presenta varios síndromes neuropsicológicos que pueden ser
identificados a partir de su descripción:
1. Heminegligencia o Hemidesatención: La señora S. muestra una clara incapacidad
para atender o percibir estímulos presentados en el lado izquierdo de su campo visual.
Este síndrome se manifiesta en su dificultad para reconocer objetos o alimentos
situados en su lado izquierdo, así como en su incapacidad para maquillar la mitad
izquierda de su rostro (Cadena Yánez, 2021).
2. Extinción del hemicampo izquierdo: La paciente presenta una forma extrema de
heminegligencia, donde ignora completamente la mitad izquierda de su entorno y su
propio cuerpo (Pacheco Martín, 2022). Esto se evidencia en su comportamiento de
comer solo la mitad derecha de los alimentos y maquillar solo la mitad derecha de su
rostro.
3. Anosognosia espacial del tipo trastorno en la manipulación espacial
(heminegligencia): Aunque la señora S. comprende intelectualmente su condición y
puede reírse de ello, muestra una falta de conciencia o negación de su déficit
neuropsicológico. A pesar de ser consciente de su incapacidad para percibir el lado
izquierdo, no puede reconocerlo de manera directa y no toma medidas para corregirlo
de manera efectiva (Tagai et al., 2020).
4. Distorsión de la imagen corporal: La paciente experimenta una alteración en la
percepción de su propio cuerpo, especialmente en relación con el lado izquierdo. Esta
distorsión se refleja en su dificultad para reconocerse en el espejo y en su reacción
negativa ante los intentos de utilizar la retroalimentación videográfica para ver el lado
izquierdo de su rostro (Sarabia Cobo, 2012); Vaquero-Cristóbal et al. 2013).
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CASO PRÁCTICO
Caso 2
Lea con atención la siguiente conversación:
T: ¿Qué edad tiene?
M: ¿Qué quiere saber de mí?
T: ¿Qué edad tiene usted?
M: Es que cuando voy así… ¡Venga dígame que quiere!
T: ¿Cuántos años tiene?
M: ¿El año que tengo yo?, ¿yo?
T: Sí.
M: Tengo 69, los cumplí a primero de años de noviembre del último que entra, ¡del
penúltimo! Sí, sí, sí. Es que yo… y le voy a decir más si quiere usted. Mire usted
yo….para que usted lo sepa… la calle del Carmen, en la calle del Carmen,
si lo conocen ustedes…
T: (el examinador interrumpe al paciente sutilmente).
Instrucciones para el desarrollo de la actividad
Teniendo en cuenta la conversación presentada anteriormente, contesta a
las siguientes preguntas:
a) Tipo de Afasia que presenta.
El paciente presenta una afasia de tipo Wernicke (Ardila, 2006).
b) Teniendo en cuenta el tipo de afasia que presenta señala el área del
cerebro afectada.
La afasia de Wernicke está asociada con una lesión en el área de Wernicke, ubicada
en el lóbulo temporal izquierdo del cerebro (Santana Pérez, 2022).
c) Perfil neuropsicológico característico de la afasia de Wernicke.
Según las investigaciones de Parra Bolaños et al. (20217) y del Dr. Huang (2023) el perfil es el
siguiente:
Fluidez verbal preservada.
Comprensión del lenguaje afectada.
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CASO PRÁCTICO
Producción de lenguaje verbal incoherente y con parafasias.
Uso de palabras inapropiadas.
Dificultad para repetir palabras o frases.
d) Instrumentos relevantes utilizados para determinar la lesión.
1. Entrevista clínica: Se realizaría una entrevista exhaustiva con el paciente y con los
familiares para obtener información sobre su historial médico, antecedentes familiares,
síntomas actuales y cualquier evento traumático reciente que pudiera haber
desencadenado la lesión.
2. Evaluación neuropsicológica: Se podrían utilizar pruebas neuropsicológicas
estandarizadas para evaluar diversas funciones cognitivas, como la memoria, la
atención, el lenguaje y la función ejecutiva. Estas pruebas podrían incluir el Mini-Mental
State Examination (MMSE), la batería neuropsicológica de Luria, entre otras
(FUNIBER, s.f.).
3. Evaluación médica y neurológica: Se llevaría a cabo una evaluación médica
completa para descartar otras posibles causas de los síntomas del paciente. Esto
podría incluir pruebas de imagen cerebral, como resonancia magnética o tomografía
computarizada, para detectar posibles lesiones o anomalías estructurales en el
cerebro.
4. Evaluación del habla y el lenguaje: Dado que el paciente parece tener dificultades
para comprender y responder preguntas simples, se podría realizar una evaluación del
habla y el lenguaje para identificar posibles déficits en estas áreas.
e) Descripción de un programa específico de rehabilitación.
1. Terapia del habla y el lenguaje: Se centraría en mejorar la comprensión del lenguaje
y la capacidad de expresión del paciente. Esto podría incluir ejercicios de comprensión
auditiva, entrenamiento en la formulación de respuestas claras y concisas, y práctica
en la expresión oral.
2. Rehabilitación neuropsicológica: Se diseñaría un programa individualizado para
abordar las áreas cognitivas afectadas, como la memoria, la atención y la función
ejecutiva. Esto podría incluir ejercicios de memoria, técnicas de atención plena y
estrategias para mejorar la organización y la planificación.
3. Entrenamiento en habilidades sociales: Dado que el paciente parece tener
dificultades para mantener una conversación coherente, se podrían incluir sesiones de
entrenamiento en habilidades sociales para mejorar su capacidad para comunicarse de
manera efectiva y comprender las señales sociales.
4. Apoyo psicológico: Se proporcionaría apoyo emocional y psicológico para ayudar al
paciente a hacer frente a los desafíos asociados con su lesión y los cambios en su
capacidad cognitiva y funcional. Esto podría incluir terapia cognitivo-conductual para
abordar los pensamientos negativos y la ansiedad relacionada con la lesión.
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CASO PRÁCTICO
Caso 3
Lea con atención el siguiente texto:
Hoy la tía de Pedro ha venido a visitarlo. Pedro quiere mucho a su tía pero hoy lleva un
nuevo peinado que Pedro encuentra feo. Pedro cree que su tía está horrorosa con ese
pelo y que le quedaba mucho mejor el que llevaba antes. Pero cuando su tía le pregunta
“¿Qué te parece mi nuevo peinado?”, Pedro dice “Oh! Estás muy guapa.
Instrucciones para el desarrollo de la actividad
Luego de leído el texto, imagina la respuesta de un paciente con daño
orbitofrontal ante la anterior historia. Escribe lo que se podría decir cuando
se le preguntara: “¿Por qué el personaje de la historia ha dicho eso?”
Explica por qué responde de esa manera.
Además, señala el tipo de evaluación y rehabilitación que se llevaría a cabo.
El paciente podría explicar que el personaje de la historia ha dicho que la tía está muy guapa
con su nuevo peinado, a pesar de pensar lo contrario, debido a la incapacidad para percibir
adecuadamente las emociones y expresiones faciales de los demás, así como para entender
y responder adecuadamente a las normas sociales y las expectativas sociales. Cabe destacar
que el daño orbitofrontal puede afectar la capacidad de procesamiento emocional (Garrido
Sánchez, 2021) y la toma de decisiones sociales (Cardona Cañaveral y Tamayo Lopera,
2015), lo que lleva a respuestas sociales inapropiadas o desinhibidas.
En términos de evaluación, se realizaría una evaluación neuropsicológica exhaustiva para
identificar los déficits específicos asociados con el daño orbitofrontal, incluida la evaluación de
la función ejecutiva, la toma de decisiones sociales, la empatía y la percepción emocional.
También se podría llevar a cabo una evaluación psicológica y social para comprender mejor el
impacto del daño en las relaciones interpersonales y la adaptación social del paciente.
En cuanto a la rehabilitación, se podrían implementar intervenciones que incluyan terapia
cognitivo-conductual para mejorar la conciencia emocional y las habilidades sociales, así
como el entrenamiento en estrategias de resolución de problemas y toma de decisiones.
Asimismo, se podrían emplear técnicas de rehabilitación neuropsicológica (Garrido Sánchez,
2021), como el entrenamiento de la memoria y la atención, para ayudar al paciente a
compensar las deficiencias cognitivas asociadas con el daño orbitofrontal. El objetivo sería
mejorar la capacidad del paciente para funcionar de manera más efectiva en situaciones
sociales y mejorar su calidad de vida en general.
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CASO PRÁCTICO
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ardila, A. (2006). Orígenes del lenguaje: un análisis desde la perspectiva de las
afasias. Revista de neurología, 43(11), 690-698.
https://www.researchgate.net/publication/291100802
Cadena Yánez, M. (2021). Sistema de detección de obstáculos en silla de ruedas para
pacientes con heminegligencia. https://academica-e.unavarra.es/handle/2454/39570
Cardona Cañaveral, C. y Tamayo Lopera, D. (2015). Efectos de la disfunción ejecutiva en la
toma de decisiones en pacientes con daño cerebral frontal. Revista Psicoespacios, Vol.
9(14), pp. 93-128. http://revistas.iue.edu.co/index.php/Psicoespacios
FUNIBER (s.f.). Neuropsicología. Campus2.Funiber.org.
https://campus2.funiber.org/mod/scorm/player.php?a=6726¤torg=ORG-
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Garrido Sánchez, E. (2021). Rehabilitación neuropsicológica en el síndrome disejecutivo orbitofrontal: Estudio
clínico de caso único. http://hdl.handle.net/10234/195354
Huang, J. (2023). Afasia. Manual MSD Versión Para Profesionales; Manuales MSD.
https://www.msdmanuals.com/es-do/professional/trastornos-
neurol%C3%B3gicos/funci%C3%B3n-y-disfunci%C3%B3n-de-los-l%C3%B3bulos-
cerebrales/afasia#Tipos_v21855270_es
Pacheco Martín, S. (2022). Propuesta de evaluación e intervención en un caso de ICTUS
hemorrágico en hemisferio derecho. http://hdl.handle.net/10609/139487
Parra Bolaños, N.; Benjumea Garcés, J. y Gallego Tavera, S. (20217). Características
neuropsicológicas y neurofisiológicas de los distintos tipos de Afasias Revista Chilena
de Neuropsicología, 12(2), 38-42 Universidad del Desarrollo Santiago, Chile.
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Sarabia Cobo, C. M. (2012). La imagen corporal en los ancianos: Estudio
descriptivo. Gerokomos, 23(1), 15-18. https://dx.doi.org/10.4321/S1134-
928X2012000100003
Santana Pérez, M. T. (2022). La inclusión de personas mayores con afasia.
https://hdl.handle.net/11441/138418
Tagai, K., Nagata, T., Shinagawa, S., & Shigeta, M. (2020). Anosognosia in patients with
Alzheimer's disease: current perspectives. Psychogeriatrics, 20(3), 345-352.
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Vaquero-Cristóbal, R., Alacid, F., Muyor, J. M. y López-Miñarro, P. Á. (2013). Imagen corporal:
revisión bibliográfica. Nutrición hospitalaria, 28(1), 27-35.
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