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Manual de Casos Prácticos de Derecho Civil-1 - Nodrm

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UNIDAD: DERECHO CIVIL PARTE

GENERAL Y SUJETOS DEL DERECHO

Caso 1: Autonomía de la voluntad


Patricio Moreno, jubilado, era dueño de un único inmueble ubicado en la ciu-
dad de Talca (en el que residía), pero que quiso vender para dedicarse a viajar.
El 17 de noviembre del 2019, Patricio firmó un contrato de compraventa con
Andrés Villegas por el que vendió dicho inmueble por el monto de $40.000.000.
En el contrato se estableció que Andrés pagaría $10.000.000 de inmediato y en
efectivo y que el resto lo pagaría dentro del plazo de un año.
Además, ambos pactaron que el incumplimiento del pago por parte del com-
prador solo dará derecho al vendedor para exigir la cantidad adeudada.
A la actualidad, Andrés aún no ha pagado los $30.000.000 pendientes y Pa-
tricio —que hace poco volvió a Chile debido al fallecimiento de su exesposa—
quiere recuperar su casa pues deberá hacerse cargo de su único hijo de 14 años,
requiriendo de un lugar donde poder vivir juntos. Así, consciente de que la ley lo
faculta para ello, Patricio decide demandar la resolución de la venta por no pago
del precio.

Instituciones relacionadas:
Principio de autonomía de la voluntad
Renuncia de derechos
Contratos sinalagmáticos
Condición resolutoria tácita

Comentarios18:
La controversia de este conflicto radica en la posibilidad y validez de renunciar
a la cláusula resolutoria tácita que se entiende envuelta en todos los contratos bi-

18
Comentario basado en sentencia de la Excma. Corte Suprema, Rol Nº 3407-2013, de 27 de
mayo de 2014.
44 Ruperto Pinochet Olave

laterales, en virtud de la cual, ante el incumplimiento de una de las partes, la otra


podrá exigir el cumplimiento de lo pactado, o bien, la resolución del contrato más
la indemnización de perjuicios, tal como lo establece el artículo 1489 del Código
Civil. Para esto, resulta esencial realizar la correcta interpretación de la cláusula
del contrato en que se decidió excluir la acción de resolución, dejando sólo la
opción de exigir el cumplimiento de lo debido.
Así, de lo dispuesto por el artículo 1444 del Código Civil, se ha determina-
do que la condición resolutoria tácita del artículo 1489 constituye un elemento
de la naturaleza de los contratos bilaterales, de forma que —sin ser esencial en
ellos— se entiende pertenecerles sin necesidad de una cláusula especial. Teniendo
este carácter, es perfectamente posible y válido que las partes —de mutuo acuer-
do— decidan excluirla del contrato, tal y como es posible renunciar a la acción
redhibitoria en el contrato de compraventa. De tal manera, bien pueden las partes
prescindir y abstraerse de sus efectos.
Todo lo anterior, se encuentra en perfecta sintonía con uno de los más im-
portantes principios que informan al Derecho civil y al derecho de contratos: la
autonomía de la voluntad. En virtud de este principio, las partes son libres de obli-
garse de la forma en que deseen, siempre que dichas formas no contraríen la ley,
las buenas costumbres y el orden público. Adicionalmente, en virtud del principio
de libertad contractual, las partes pueden libremente decidir el contenido de los
contratos que celebran, siéndoles válido excluir de aquellos los elementos que no
sean de su esencia. Así, el artículo 12 del Código Civil, autoriza la renuncia de los
derechos conferidos por las leyes, con tal que solo miren el interés individual del
renunciante, y que no esté prohibida su renuncia. Dichos presupuestos concurren
en el caso que se comenta.
Por lo anterior, el actor está impedido de ejercer la acción de resolución de
contrato, quedando restringido a demandar el cumplimiento forzoso del mismo,
junto a la indemnización de los perjuicios moratorios.
Todo lo anterior, salvo que se pudiera determinar que la cláusula fue impuesta
por una parte a la otra en un contrato de adhesión, caso en el cual sería posible
la revisión judicial del mismo, bajo el prisma de la falta de libertad de una de las
partes, así como el desequilibrio resultante en las obligaciones impuestas a predis-
ponente y adherente.

Caso 2: Abuso del derecho


Mauricio Navarro es psicólogo y periodista. Tiene un espacio en un programa
de televisión en el que trata los problemas que influyen en la personalidad de los
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 45

adolescentes y los problemas que generan en la convivencia y relaciones con sus


padres y entorno. Dicho espacio otorga el mayor rating a este programa de tele-
visión, todo esto dado por la credibilidad y aceptación que Mauricio goza entre
los televidentes.
Por otro lado, Mauricio es padre de un menor de 7 años y siempre se ha pre-
ocupado de cubrir todos sus gastos. Incluso lo acompaña al doctor y lo lleva de
vacaciones todos los años. Tiene comprobantes de pago de diversa índole, fotos y
videos que dan cuenta del tiempo que dedica y pasa junto a su hijo.
Luisa Balboa, la madre de su hijo y ex colega, lo demanda por alimentos y di-
vulga dicha información con diversos periodistas. La noticia causa revuelo entre
los medios de comunicación que la invitan a declarar sobre su expareja y su rol
como padre.
La imagen pública de Mauricio se ve fuertemente afectada, los televidentes de-
jan de seguir el espacio que tenía en el programa de televisión y finalmente pierde
dicho trabajo.
Luisa obtiene importantes ingresos a raíz de las declaraciones y opiniones que
vierte en contra de Mauricio en los distintos programas a los que ha sido invitada
e incluso consigue un espacio en un programa televisivo que competía con el del
padre de su hijo.
Los ingresos de Mauricio se reducen drásticamente a los que obtenía en su
consulta como psicólogo.

Instituciones relacionadas:
Abuso del derecho
Derecho de expresión y de accionar judicialmente
Relación directa y regular (Derecho de visitas)
Indemnización de perjuicios

Comentarios19:
El origen del llamado “abuso del derecho”, sin perjuicio de antecedentes más
remotos, es ubicado en la jurisprudencia francesa, la que —mediante dos senten-
cias— una del Tribunal de Colmar de 1855 y otra del Tribunal de Lyon de 1856,
reconoció esta figura en derecho20.

19
Comentario basado en sentencia de la Ilma. Corte de Apelaciones de Santiago, Rol Nº 3377-
2008, de 2 de septiembre de 2010.
20
Fallos citados y comentados por Rodríguez Grez (2004), pp. 128-131.
46 Ruperto Pinochet Olave

Así las cosas, vistos en la necesidad de definir este concepto, cuyo nombre —se-
gún se verá— mueve a equívocos, Rodríguez Grez señala que “el abuso del dere-
cho consiste, entonces, en exceder el interés jurídicamente protegido por el dere-
cho positivo al instituirse la norma que lo consagra. Este es el único límite jurídico
en su ejercicio. Más allá del interés o fuera del interés que se permite realizar, se
actúa al margen del derecho, de hecho, infringiendo el ordenamiento positivo. Por
consiguiente, no se abusa del derecho, sino de una apariencia, de un espejismo, de
una sombra que no corresponde a una realidad concreta”21. Luego, “quien ejerce
un derecho para perjudicar a otro, pero dentro de los límites del interés tutelado
por la norma y para satisfacer ese interés, actúa legítimamente, porque el ejercicio
del derecho subjetivo no requiere una determinada intención, sino de la concre-
ción objetiva del interés protegido por la norma positiva”22, razón por la cual no
tiene relevancia ejercer el derecho de buena o de mala fe, pues la legitimidad del
ejercicio no se sustenta en la intención sino en el interés que se procura satisfacer.
Por lo mismo, cabe concluir que no se abusa del derecho propiamente tal, sino
que se abusa del interés tutelado por el derecho positivo, sea desviándolo o ex-
cediéndolo. Así, al decir de Planiol, Ripert y Esmein “cuando yo hago uso de mi
derecho mi acto es lícito y cuando no lo es, es porque he sobrepasado mi derecho
y actúo sin derecho”23.
Alessandri, en cambio, entiende el abuso del derecho como el ejercicio malicio-
so del mismo (doloso o culposo), con el propósito de dañar a otro, o sin que su
titular reporte utilidad alguna, como en el caso del artículo 945 del Código Civil,
sosteniendo que el abuso del derecho es la aplicación a una materia determinada
de los principios que rigen la responsabilidad delictual y cuasi delictual civil y que
“ese abuso no es sino una especie de acto ilícito” y debe resolverse con arreglo
al criterio aplicable a cualquier hecho ilícito y habrá abuso del derecho cuando
su titular lo ejerza dolosa o culposamente, es decir, con intención de dañar o sin
la diligencia o cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus actos o
negocios propios. Afirma Alessandri que “Así como el hombre debe hacer un uso
juicioso y prudente de las cosas y comete delito o cuasidelito si las utiliza con la
mira de perjudicar a otro o sin la prudencia necesaria y con ello causa un daño,
del mismo modo los derechos que la ley le otorga debe ejercerlos sin malicia y
con la diligencia y el cuidado debidos. Al no hacerlo incurre en dolo o culpa. Los
conceptos de dolo y culpa son amplios, aplicables a todos los actos humanos, sean
materiales o jurídicos. No se ve entonces por qué unos y otros actos no han de ser

21
Rodríguez Grez (2004), pp. 137-138.
22
Rodríguez Grez (2004), p. 141.
23
Pasaje citado por Rodríguez Grez (2004), p. 148.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 47

regidos por idénticos principios”24. La demandante ha sostenido esta concepción


del abuso del derecho.

Caso 3: Principio de buena fe


Fernando Carreño es dueño de dos restaurantes cuyas cartas ofrecen princi-
palmente platos marinos, ambos ubicados dentro de una pequeña localidad de
la sexta región. Semanalmente viaja en su camión hasta la región de Valparaíso,
donde compra los productos marinos que ofrece en sus locales. A un día de rea-
lizar el viaje destinado a buscar la mercadería y habiéndose descompuesto su ca-
mión, Fernando decide contratar con una famosa sociedad de camiones dedicada
a las mudanzas que opera dentro de su pueblo y alrededores, encomendándoles el
transporte de los productos marinos desde la región de Valparaíso y comprome-
tiéndose la sociedad a realizar el encargo en el plazo de 16 horas.
Zomesur S.A. cumple con el traslado de la mercadería en el tiempo estipulado.
Sin embargo, Fernando observa que el camión en que fue transportada no cuenta
con las condiciones frigoríficas adecuadas para la conservación de los productos
marinos en el viaje, lo cual ha producido la descomposición de éstos.
Fernando pretende que la sociedad responda por los $4 millones de pesos que
ha perdido en mercadería, mientras que la sociedad considera que ha cumplido
satisfactoriamente con el servicio que tradicionalmente presta a sus clientes.

Instituciones relacionadas:
Principio de buena fe
Interpretación de los contratos
Indemnización de perjuicios

Comentarios:
El artículo 1546 del Código Civil dispone, “Los contratos deben ejecutarse de
buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a
todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que
por la ley o la costumbre pertenecen a ella”. En el ámbito contractual, la buena
fe se materializa como la conciencia de negociar, contratar y ejecutar los contra-

24
Alessandri Rodríguez (1983), p. 261.
48 Ruperto Pinochet Olave

tos de una manera correcta. En la misma línea, el artículo 1560 del Código Civil
señala, “conocida claramente la intención de los contratantes, debe estarse a ella
más que a lo literal de las palabras”.
También puede tenerse en cuenta los elementos de interpretación contenidos
en el artículo 1563, que dispone “En aquellos casos en que no apareciere voluntad
contraria deberá estarse a la interpretación que mejor cuadre con la naturaleza del
contrato.
Las cláusulas de uso común se presumen aunque no se expresen”.
Por tanto, los dichos de Zomesur S.A de haber cumplido satisfactoriamente
el servicio prestado resultan completamente debatibles, ya que estaba dentro de
la naturaleza de la obligación y de la costumbre, así como también puede consi-
derarse cláusula de uso común en dicha clase de transporte, el que los productos
marinos sean trasladados con refrigeración para conservar su utilidad.
Zomesur S.A. al contratar con Fernando Carreño, sabía que la mercadería
que iba a trasladar eran productos marinos y que siendo tales, estos necesitarían
mecanismos especiales de refrigeración para su traslado, pues se entiende de la
ciencia, la práctica, y el común saber de las personas, que este tipo de productos
son susceptibles a la descomposición, si no se conserva adecuadamente la cadena
de frío.
Fernando, debería proceder conforme a lo que dispone el artículo 1489 inciso
2º del Código Civil, que en el caso de no cumplirse por uno de los contratantes lo
pactado, “podrá el otro contratante pedir a su arbitrio o la resolución o el cum-
plimiento del contrato, con indemnización de perjuicios”.
Conforme a la indemnización de perjuicios por responsabilidad contractual,
ésta tiene lugar cuando se infringe una obligación preexistente entre las partes25,
la cual consistía en entregar en buen estado, los productos marinos en el plazo de
16 horas desde Valparaíso al restaurant. Por tanto, guardando conformidad con
el inciso primero del artículo 1556 del Código Civil, “La indemnización de per-
juicios comprende el daño emergente y lucro cesante, ya provengan de no haberse
cumplido la obligación, o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse
retardado el cumplimiento”. En el presente caso, la obligación no se llevó a ca-
bo de forma íntegra, puesto que una de las principales obligaciones, era que los
productos llegaran en buen estado. Por consiguiente, Fernando podría demandar
a Zomesur S.A. al pago de los $4.000.000 por concepto de daño emergente, en-
tendido este como, el empobrecimiento real y efectivo que sufrió el patrimonio de
Fernando y además podría eventualmente, pedir una suma por concepto de lucro

25
Comentario basado en sentencia del 3º Juzgado de Letras de Santiago, Rol Nº 19384-2017, de
22 de octubre de 2019.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 49

cesante luego de analizar el impacto que le produjo la utilidad que perdió por no
tener los productos en sus locales, a tiempo para su venta.

Caso 4: Principio de buena fe y enriquecimiento sin causa


Entre el actor y el demandado Pacheco se celebró, con fecha 14 de mayo de
2015, un contrato de arrendamiento del predio rústico ubicado en Parcela Nº 2,
El Durazno Nº 2, Los Aromos, comuna de Paine, el primero como arrendatario y
el segundo como arrendador, por una renta anual de $1.800.000 y cuya fecha de
término fue fijada para el 30 de abril de 2016.
El actor sembró betarragas en el predio arrendado, las que —debido al cum-
plimiento del plazo que las partes fijaron para el término del contrato— no alcan-
zaron a ser cosechadas.
El predio fue adquirido por compraventa por las otras demandadas, señora
Soto Villegas y sociedad Wilfredo Lobos y Cía. Ltda.
El informe pericial concluyó que el valor de la cosecha de betarragas en una
extensión de 3,5 hectáreas, en el mes de mayo de 2010, ascendió a la suma de
$8.610.000.
A la época de celebración del contrato de arrendamiento, el arrendador no
tenía la calidad de propietario del predio que declaró tener en dicho contrato,
pues junto a otras personas que formaban parte de una comunidad hereditaria,
era titular de la mitad de los derechos del inmueble.
La acción entablada por el demandante fue dirigida en contra de quien le
arrendó un predio rústico, en el cual sembró tres hectáreas de betarragas, que
debió restituir antes de la cosecha por el vencimiento del plazo del contrato y, en
contra de otras dos personas (una natural y otra jurídica), a quienes el arrendador
vendió el predio, vigente el contrato de arrendamiento, y que tomaron posesión
de él luego de exigida la restitución al demandante. Este último reclama indem-
nización de perjuicios a todos los demandados, por el valor de la cosecha de
betarragas que no percibió y que habría beneficiado a los nuevos adquirentes. La
demanda fue acogida solo respecto de los nuevos adquirentes del predio.

Instituciones relacionadas:
Arrendamiento de predios rústicos, medierías y aparcerías
Renta de arrendamiento, agricultura y ganadería
Actos y declaraciones de voluntad
Incumplimiento contractual
50 Ruperto Pinochet Olave

Enriquecimiento sin causa


Buena fe

Comentarios26:
El enriquecimiento sin causa es un principio general del derecho ampliamente
reconocido en doctrina y jurisprudencia. Este consiste en que el Derecho repudia
el enriquecimiento a expensas de otro sin una causa que lo justifique y, entendido
como una fuente de obligaciones, puede conceptualizarse como una atribución
patrimonial sin una justificación que la explique, de manera que, constatada, se
impone la obligación de restituir. Su fundamento radica en la equidad, que pone
de manifiesto la necesidad de evitar que alguien se enriquezca indebidamente a
costa de otro. De acuerdo a la tesis tradicional, los requisitos del enriquecimiento
son: a) la existencia de un enriquecimiento de un sujeto —entendido como toda
ventaja patrimonial, beneficio o provecho adquirido, ya sea por aumento del pa-
trimonio o por evitarse una disminución del gasto—, b) el empobrecimiento co-
rrelativo de otro —entendido como la pérdida de una cosa, derecho o ventaja— y
c) la ausencia de una causa que justifique el enriquecimiento —es el elemento que
produce la iniquidad que hay que corregir y la que justifica la pretensión de reem-
bolso—. Los promotores de una tesis más moderna, en tanto, sostienen que no es
indispensable el elemento del empobrecimiento, ya que la institución más que es-
tar dirigida a cubrir esa situación, aspira a que restituya aquel que no tiene causa
para retener, ya que la atribución patrimonial debe tener siempre una causa que
la justifique. Así, como el enriquecimiento siempre es consecuencia de un hecho,
será ese hecho el que vincule a otro sujeto con la situación producida y determine
la titularidad del derecho al reembolso o restitución27.
En este caso podría aplicarse el principio general del derecho en virtud del cual
debe evitarse o repudiarse el enriquecimiento sin causa. Cualesquiera sean los
errores de derecho que pudieran haberse cometido al resolver el pleito, no ten-
drían influencia en lo dispositivo del fallo, en la medida que el recurrente no ha
atacado este punto decisivo para los jueces del fondo y, en consecuencia, no cabe
en esta sede emitir pronunciamiento sobre el mismo. Sin perjuicio de lo anterior,
se pasará revista a los yerros denunciados.
Sobre la infracción del artículo 1545 del Código Civil, se ha hecho aplicable
a los demandados —terceros adquirentes del predio arrendado— un contrato
del que no fueron parte y respecto del cual no opera ninguna de las hipótesis del

26
Comentario basado en sentencia de la Excma. Corte Suprema, Rol Nº 204-2008, de 7 de mar-
zo de 2016.
27
Peñailillo (1996), pp. 7-40.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 51

artículo 1962 del Código Civil, vulnerando de esa forma el efecto relativo de los
contratos. Sobre este punto, es menester señalar que la sentencia invoca el artículo
10 del DL 993, conforme al cual, si el arrendador vendiere o transfiriere a cual-
quier título el predio arrendado, el nuevo propietario estará obligado a mantener
los términos del contrato, entendiendo que eso habría obligado a los nuevos ad-
quirentes a permitir la cosecha de los productos pendientes.
En cuanto a la infracción del artículo 1546 del Código Civil, de parte del
demandante, que a sabiendas de la fecha de expiración del contrato de arrenda-
miento, persistió en realizar cultivos que excedían el plazo, vulnerando la buena
fe, lo cierto es que ello no resulta suficiente para atribuir mala fe al demandante,
siendo admitido, por otra parte, por la doctrina que ha estudiado el principio del
enriquecimiento sin causa, algún grado de error o descuido de parte del sujeto
empobrecido, amén de que dicha institución se basa en elementos objetivos como
lo es el enriquecimiento de un patrimonio, a costa de otro, sin una causa lícita que
lo justifique.

Caso 5: Lesión enorme y promesa de compraventa


Florencia Hidalgo es propietaria de una cabaña ubicada en una playa que no
tiene mayor atracción turística. De tal manera, considerando que se trata de una
playa demasiado tranquila para su gusto, se propone vender su cabaña y comprar
otra en Pichilemu. El propietario de una cabaña contigua le ofrece $17.000.000
por ella, mientras su sobrino le ofrece $20.000.000, pero le señala que necesita
tiempo para reunir dicha cantidad.
Florencia, por su parte, necesita tiempo para reunir más dinero y así poder
comprar la cabaña en Pichilemu, por lo que decide celebrar un contrato de pro-
mesa con su sobrino Mateo Pinto, comprometiéndose a venderle la cabaña por
el monto de $20.000.000 al cabo de tres años. Todo esto considerando que su
hermana acaba de vender una cabaña contigua y de iguales características por el
monto de $18.000.000.
Florencia se traslada a vivir a Europa, al cabo de los tres años otorga poder
a su hija para que, en su representación, cumpla con la prometida compraventa.
Sin embargo, meses después de celebrada la compraventa, Florencia vuelve a
Chile y descubre que el valor comercial de la cabaña había aumentado conside-
rablemente al momento de venderla, pues se habían llevado a cabo numerosas
mejoras en las obras públicas por parte de la nueva administración municipal y
un inversionista originario de dicha localidad había invertido su fortuna en ella,
transformándola en un emergente centro turístico.
52 Ruperto Pinochet Olave

Se entera de que su sobrino tenía numerosas ofertas de compra por la cabaña


que le acababa de vender, ofertas que oscilaban entre $55.000.000 y $60.000.000.
En la cabaña hay un anuncio que ofrece la compraventa de la cabaña por un mon-
to de $65.000.000. Florencia ha muerto y sus hijos, en conocimiento de la injus-
ticia de la que habría sido víctima su madre, quieren anular la venta de la cabaña.

Instituciones relacionadas:
Lesión enorme
Acción de rescisión
Legitimidad de los herederos
Promesa de compraventa
Contrato de compraventa
Momento en que se determina el justo precio
Comunicabilidad del vicio
Revisión del contrato

Comentarios28:
Hay lesión enorme en contrato de compraventa de bienes raíces cuando el
precio que recibe el vendedor es inferior a la mitad del justo precio de la cosa o
cuando éste es inferior a la mitad del precio que paga por ella el comprador. Así
se desprende de lo dispuesto por el artículo 1889 del Código Civil.
Para que una venta sea rescindible por lesión enorme deben reunirse un con-
junto de requisitos, sin los cuales esta acción no tiene cabida, a saber: 1º . Que el
vendedor o comprador sufran lesión enorme en los términos del artículo 1889;
2º . Que la venta en que ésta incida sea de aquellas que pueden rescindirse por
lesión enorme (artículo 1891); 3º Que la cosa vendida no haya sido enajenada
por el comprador (artículo 1893); 4º . Que la cosa vendida no haya perecido for-
tuitamente en poder del comprador (artículo 1893); y 5º Que la acción se entable
dentro del plazo legal que contempla el artículo 189629.
Así, el vendedor que demanda la recisión del contrato de compraventa de un
inmueble por lesión enorme debe acreditar dos hechos sustanciales: a) el justo
precio del bien raíz vendido al tiempo del contrato; y b) que el precio que ha reci-
bido es inferior a la mitad del mismo.

28
Comentario basado en sentencia de la Excma. Corte Suprema, Rol Nº 5549-2011, de 15 de
marzo de 2012.
29
Alessandri Rodríguez (1994), p. 1061.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 53

Dado que el legislador no ha señalado una definición del “justo precio”, la


determinación de este concepto normativo ha quedado entregada a las circuns-
tancias particulares de cada asunto en que sea menester su determinación, para lo
cual habrá de estarse al valor normal, común y corriente o de mercado de la cosa
al tiempo de celebración del contrato; esto, pues la lesión emerge “de la diferencia
existente entre el valor monetario que tiene lo que se ha dado, en comparación
del que tiene lo que ha recibido”30. La fijación del “justo precio” es inherente a
la acción de lesión enorme, prevista en el artículo 1889 del Código sustantivo,
constituyendo uno de sus elementos indispensables, ya que una vez determinado
aquél el tribunal está en condiciones de comparar ese precio con el que se haya
convenido por las partes, y luego decidir si hubo o no lesión enorme.
Además del vendedor o del comprador, la acción de lesión enorme pueden ejer-
citarla sus herederos, a quienes se transmiten todos sus derechos y acciones trans-
misibles, en los términos del artículo 1097 del Código de Bello31. En la situación
de autos, el tribunal de segunda instancia desestimó las argumentaciones desarro-
lladas por la demandada —sólo en la apelación— señalando: “Que en cuanto a la
falta de legitimidad activa de la demandante, se rechazará esta alegación por no
haber sido materia de la defensa del recurrente en la instancia, en consecuencia,
no fue cuestión resuelta por la sentencia apelada y carece de competencia este
tribunal para pronunciarse sobre ella”.
En la acción por lesión enorme, y ahora, en lo que interesa a la controversia
introducida por el recurso de nulidad, el bien de que se trata debe ser considerado
como un todo, no por parcialidades, según los derechos de los herederos en la
universalidad de la herencia. Lo anterior se produce por ser una acción declara-
tiva, en que el justo precio se pondera respecto del bien en su conjunto. Una vez
obtenida la rescisión, las obligaciones restitutorias se ejecutarán individualmente,
puesto que es posible aseverar que entre los herederos existe —aunque el punto
se discute— un mandato tácito y recíproco en el accionar, que sólo es posible
considerar hasta la declaración, luego cada heredero deberá instar por la singula-
rización a su respecto de los derechos que se derivan de la nulidad.
Explicando lo anterior —en un caso diverso— Pothier señala: “Si a consecuen-
cia de la demanda presentada sobre realización de toda la cosa, que uno de mis
herederos hubiese dado contra el deudor, a ese deudor, por no cumplir con su obli-
gación, se la condena a pagar daños y perjuicios; al heredero no podrá exigírselo
sino para aquella parte de que él es heredero”32.

30
Oscar Luis Infante, Estudio Crítico de la Jurisprudencia del Párrafo 13º del Título XXIII del
Libro Cuarto del Código Civil.
31
Alessandri Rodríguez (1994), p. 1113.
32
Traducción de la obra Traité des Obligations, publicada por la Editorial Helioste, p. 189.
54 Ruperto Pinochet Olave

Uno de los resultados del ejercicio de la acción intentada, por uno de los here-
deros, es la restitución del inmueble materia de la compraventa a la comunidad de
la cual forman parte y, en tal virtud, es dable concluir que la formulación de dicha
acción corresponde a un acto dirigido a la conservación de la cosa común y que,
por lo mismo, en su condición de comuneros están facultados para interponerla
conforme se infiere de lo dispuesto en el artículo 2305, en relación con lo preveni-
do en los artículos 2078 y 2081, todos del Código Civil. En efecto, lo expresado
es pertinente y aplicable, dado que la acción interpuesta debe ser deducida en
tiempo, y antes de que se pierda definitivamente la posibilidad de invocarla, por
lo que indefectiblemente es un acto de conservación del objeto común, según la
interpretación armónica de los preceptos antes aludidos. No se trata de un acto
de disposición, sino de conservación del patrimonio. El antes expresado artículo
2305 consagra respecto de cada uno de los comuneros sobre la cosa común, el
denominado mandato tácito y recíproco.
En cuanto a la promesa de compraventa cabe considerar la opción de revisión
judicial del contrato, en la que se aplica la llamada Teoría de la Imprevisión. La
Teoría de la Imprevisión para ser aplicada en este juicio, corresponde determinar
las normas jurídicas que avalan dicha posición. En efecto, a juicio de estos sen-
tenciadores, la interpretación armónica de los artículos 1545, 1546, 1547, 1558,
1560, 1568, más el artículo 1444, todos del Código Civil, permiten la aplicación
de la citada teoría en nuestro ordenamiento jurídico.
En efecto, atendido que el artículo 1545 que como ya se dijo consagra el prin-
cipio pacta sunt servanda, el cual —si se entiende en su real sentido— obliga a
los contratantes a cumplir la obligación estipulada, por lo que, toma importancia
determinar exactamente cuál fue la obligación asumida.
Es dable señalar que según lo dispone el artículo 1568 del ya citado código,
el pago, verdadera forma de cumplir la obligación asumida, es la prestación de
lo que se debe. Cabe preguntarse entonces, que es lo debido, pregunta que debe
ser resuelta analizando la voluntad contractual. Para el efecto cabe tener presen-
te, que por ser todo contrato un acto jurídico bilateral sólo surge a la vida del
Derecho cuando las partes se ponen de acuerdo, es decir, cuando se produce el
consentimiento, el concurso de voluntades de ambas partes33.
De esta manera, resulta evidente que la voluntad es el principal elemento del
acto jurídico y ésta, al decir de Avelino León en la obra antes citada, recae nece-
sariamente sobre un objeto; la causa, sea que se entienda por tal, el motivo psico-
lógico o jurídico que induce a contratar, está en la manifestación de voluntad; y
las solemnidades se exigen como medios especiales de manifestar la voluntad. La

33
León Hurtado (1963), p. 67.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 55

capacidad es requisito de validez porque sin ella no puede haber voluntad eficaz.
En definitiva, encontramos pues, dice el autor comentado, en la voluntad todos
los elementos del acto jurídico.
La voluntad definida por Demogue como “la coordinación jerárquica de nues-
tros deseos”; o por León Hurtado como “la facultad que nos permite hacer o
no hacer lo que deseamos”, requiere según la doctrina y la jurisprudencia, estar
revestida de seriedad, es decir, el individuo debe perseguir con su declaración de
voluntad un fin práctico que viene a ser un fin jurídico en cuanto el derecho san-
ciona34.
Siendo de la esencia de la voluntad, elemento generador de consecuencias ju-
rídicas, —la seriedad— es dable considerar como fue forjada dicha voluntad. En
efecto, para que la voluntad persiga un fin específico como es la obligación, es ne-
cesario que el proceso cognitivo del futuro contratante se desarrolle en un plano
real e informado. Real en cuanto es posible alcanzar lo querido e informado en
cuanto conoce el alcance de su decisión, elemento que siempre debe estar infor-
mado con el principio de la buena fe establecido por el artículo 1546 del Código
Civil.
De esta manera, acreditándose que se produjo una alteración de la base del
negocio, se está frente a un caso concreto en que resulta aplicable la doctrina
llamada del riesgo imprevisible, teoría que, como ya se dijo, no constituye una
excepción a la autonomía de la voluntad privada, es a juicio de los tratadistas
colombianos, Barbosa Verano y Neyva Morales, un instituto jurídico creado por
el derecho cuyo objetivo fundamental es regular situaciones no previstas por las
partes, que escapan a la voluntad de las mismas, que sin lugar a dudas afectan en
materia grave los acuerdos privados.
No pudiendo calificarse jurídicamente el contrato celebrado entre las partes
sino como oneroso y conmutativo, la equivalencia en las prestaciones resulta fun-
damental por cuanto dicha característica es un elemento de la naturaleza de ese
tipo de contrato, esto es, según lo dispone el artículo 1.444 del Código Civil,
“aquellas cosas que no siendo esenciales en él se entienden pertenecerle, sin ne-
cesidad de una cláusula especial”. De manera que, al alterarse la equivalencia en
las prestaciones, se lesiona el contrato mismo, situación que permite consecuen-
temente su revisión.

34
León Hurtado (1963), p. 243.
56 Ruperto Pinochet Olave

Caso 6: Principio y fin de la existencia


de las personas naturales
Mario y Sofía acaban de divorciarse. Durante la tramitación de la separación,
intentaron salvar su matrimonio visitándose en algunas ocasiones. A la fecha del
divorcio, Sofía tenía un embarazo de siete meses.
Sofía sufre un accidente vehicular al que sobrevive por unos minutos y produc-
to del fuerte shock emocional se adelanta su parto. El conductor del vehículo con
el que colisionó trata de asistirla mientras espera la llegada de una ambulancia.
Sofía logra dar a luz y pierde la vida. El recién nacido sobrevive unos minutos a la
madre, pero muere antes de que llegue la ambulancia. Los paramédicos observan
que aún no había sido cortado el cordón umbilical.
Elena, madre de Sofía y único pariente, reclama ser la única heredera de su hi-
ja, la que se encontraba divorciada al momento de fallecer y desconoce la calidad
de heredero de Mario.
Mario reclama parte de la herencia, como padre del difunto recién nacido,
quien habría alcanzado a ser heredero de su madre.

Instituciones relacionadas:
Principio y fin de la existencia legal de las personas naturales
Presunción de paternidad
Reglas de sucesión intestada
Acción de petición de herencia

Comentarios:
El artículo 74 del Código Civil dispone que la existencia legal de toda persona
principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre. La criatura
que perece en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente
separada de la madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento
siquiera, se reputará no haber existido jamás. Por lo que, aplicando la norma al
caso concreto y además siguiendo la línea jurisprudencial, el recién nacido gozó
de existencia legal, aunque haya sido unos breves minutos, debido a que se efec-
tuó una separación en la cual el recién nacido vivió “un momento si quiera” por
si solo y con su propia fuerza vital, ya que la madre había fallecido en el proceso
de parto.
El artículo 74 del Código Civil dispone que la existencia legal de toda persona
principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre. La criatura
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 57

que perece en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente


separada de la madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento
siquiera, se reputará no haber existido jamás. Por lo que, aplicando la norma al
caso concreto y además siguiendo la línea jurisprudencial actual, el recién nacido
gozó de existencia legal, aunque haya sido unos breves minutos, debido a que la
circunstancia de que el cordón umbilical no haya sido cortado no obsta a que la
separación haya sido completa, constando —de tal modo— que la criatura logró
sobrevivir por un momento siquiera por sí solo, con su propia fuerza vital. De
aquello se sigue que el recién nacido existió al momento de la apertura de la suce-
sión de Sofía, revistiendo —consecuentemente— la calidad de heredero.
Respecto a la presunción de paternidad, el recién nacido gozaría de tal pre-
sunción pues según dispone el artículo 184 inciso primero del Código Civil “Se
presumen hijos del marido los nacidos después de la celebración del matrimonio
y dentro de los trescientos días siguientes a su disolución o a la separación judicial
de los cónyuges”. Contando como antecedente, que al momento del divorcio la
mujer tenía siete meses de embarazo, con reanudación de vida en común durante
el proceso de separación.
Siguiendo las reglas de la sucesión intestada y, en particular, las reglas del pri-
mer orden de sucesión, los hijos excluyen a todos los otros herederos, a menos
que hubiere también cónyuge, caso en el cual éste concurrirá con aquellos. No
obstante, debido a que el divorcio precedió al deceso de Sofía, no existe cónyuge
sobreviviente en su sucesión, razón por la que la totalidad de la herencia le corres-
pondía al hijo fallecido. Así, debido a que el recién nacido murió sin haber tenido
oportunidad de aceptar o repudiar la herencia que le fue deferida, operaría el
derecho de transmisión en favor de Mario, al tenor de lo dispuesto por el artículo
957 del Código Civil.
Por último, en lo que respecta a Elena —madre de Sofía— no cabe sino con-
cluir que a ella no le corresponde derecho alguno en la sucesión, pues habiendo
principiado la existencia legal de su nieto, el segundo y demás órdenes de sucesión
son excluidos. Por tales consideraciones, Mario debe ejercer la acción de petición
de herencia en contra de Elena, antes que esta llegue a adquirir por prescripción
adquisitiva en el plazo de 10 o 5 años, según corresponda (art. 1269).

Caso 7: Redes sociales


Jorge Cáceres tiene una pequeña fábrica familiar de muebles de madera. En
enero del 2019, César Villanueva le encargó la fabricación de un escritorio, y le
especificó las medidas que debería tener, pues quería que su computador encajara
58 Ruperto Pinochet Olave

perfectamente en una parte del mismo. Después de un tiempo, Jorge hizo entrega
a César de dicho escritorio, quien aceptó conforme.
Semanas después, César vuelve a contactar a Jorge para manifestarle que debía
hacer de nuevo su escritorio pues hace unos días se había comprado un nuevo
computador y éste no entraba en el espacio hecho para éste. Jorge se negó a esta
petición, pues César no quería pagar por un nuevo escritorio alegando que ya
había pagado por uno que no cumplía sus expectativas.
En abril del 2019, las ventas y los encargos del negocio de Jorge bajaron drás-
ticamente. Al intentar descubrir la razón, se enteró por un amigo que en redes
sociales circulaba una imagen con su foto de perfil de Facebook junto a un texto
que advertía de la “pésima calidad de su trabajo, pues no cumplía lo que prome-
tía”, entre otros dichos. Dicha imagen fue publicada por César.
Hasta la fecha la imagen sigue circulando en redes sociales y la clientela del
negocio de Jorge ha seguido bajando produciéndole enormes pérdidas.

Instituciones relacionadas:
Derechos de la Personalidad
Derecho a la Propia Imagen
Derecho a la Honra
Redes Sociales

Comentarios35:
Dentro de los atributos de la personalidad, algunos autores han estudiado los
derechos de la personalidad, entre los que se encuentran el derecho a la honra y a
la propia imagen. Siendo tal el contexto, en el presente caso se debe determinar si
se han vulnerado o no estos derechos al publicar comentarios utilizando las fotos
que los propios afectados han hecho públicas en redes sociales.
Para esto, es necesario recordar que el derecho a la propia imagen no tiene una
protección constitucional directa, sin embargo, se ha entendido que está compren-
dido dentro del artículo 19 Nº 4 de la Constitución Política de la República, por
ser un atributo de la privacidad de las personas. Así, la Ley Nº 19.628 en su artí-
culo 4 dispone expresamente: “El tratamiento de los datos personales sólo puede
efectuarse cuando esta ley u otras disposiciones legales lo autoricen o el titular
consienta expresamente en ello. / La persona que autoriza debe ser debidamente

35
Comentario basado en sentencia de la Excma. Corte Suprema, Rol Nº 2536-2016, de 5 de
mayo de 2016.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 59

informada respecto del propósito del almacenamiento de sus datos personales y


su posible comunicación al público. / La autorización debe constar por escrito. /
La autorización puede ser revocada, aunque sin efecto retroactivo, lo que también
deberá hacerse por escrito. / No requiere autorización el tratamiento de datos per-
sonales que provengan o que se recolecten de fuentes accesibles al público, cuan-
do sean de carácter económico, financiero, bancario o comercial, se contengan en
listados relativos a una categoría de personas que se limiten a indicar antecedentes
tales como la pertenencia del individuo a ese grupo, su profesión o actividad, sus
títulos educativos, dirección o fecha de nacimiento, o sean necesarios para comu-
nicaciones comerciales de respuesta directa o comercialización o venta directa
de bienes o servicios. / Tampoco requerirá de esta autorización el tratamiento de
datos personales que realicen personas jurídicas privadas para el uso exclusivo su-
yo, de sus asociados y de las entidades a que están afiliadas, con fines estadísticos,
de tarificación u otros de beneficio general de aquéllos”. En concordancia con lo
anterior, al crear una cuenta para utilizar una red social, se obliga a los usuarios
a aceptar los términos y condiciones del uso de la misma, en que se suele destinar
un capítulo relativo a la utilización y publicación de datos personales. Además, las
mismas redes ofrecen configuraciones de privacidad para que los usuarios puedan
regular quienes acceden a sus datos personales.
Por otro lado, en este caso también se hallan en conflicto el derecho a la honra
de la persona con el derecho de libre expresión. Sobre el particular, conviene tener
presente que dentro del derecho a la honra se encuentra consagrado también el
derecho al buen nombre, consistente en el concepto que del individuo tienen los
demás miembros de la sociedad en relación con su comportamiento, honestidad,
decoro, calidades, condiciones humanas y profesionales; derecho personalísimo
que puede verse afectado cuando se publican en una red social afirmaciones des-
honrosas a su respecto, que distorsionan el concepto público que se tiene del indi-
viduo y que, por lo tanto, tienden a menoscabar el prestigio y la confianza de los
que disfruta en el entorno social en cuyo medio actúa. Así, la libertad de expresión
no tiene un carácter absoluto y, por cierto, se encuentra limitada por el derecho al
buen nombre que le asiste al afectado por las expresiones deshonrosas que se han
vertido en una red social abierta al público.

Caso 8: Derechos del paciente


Rosa Roa sufre de insuficiencia renal crónica desde el año 2017, lo que la ha
llevado a seguir un largo tratamiento que incluye diálisis cada cierto tiempo. Sin
embargo, desde abril de este año decidió rechazar y dejar de seguir su tratamiento
de diálisis.
60 Ruperto Pinochet Olave

Los especialistas de la Clínica Las Cuentas, donde se atiende la Sra. Rosa, creen
que ella debe seguir con el tratamiento, pues de lo contrario se podría perjudicar
más su salud, poniendo en riesgo su vida, ya que es una persona de edad avanza-
da. Además, argumentan que ella no tiene la capacidad para tomar una decisión
de esa entidad, pues sufre de una mala condición mental.
La Sra. Rosa se mantiene firme en su decisión y asegura que tiene un dominio
completo de sus facultades mentales, por lo que quiere que le den el alta volunta-
ria, pero la Clínica se niega a aceptar su petición.

Instituciones relacionadas:
Derechos de la Personalidad
Derechos del Paciente
Derecho a la Vida e Integridad Física y Psíquica

Comentarios36:
Nos encontramos dentro del mismo contexto del caso relativo a redes sociales,
es decir, dentro de los derechos de la personalidad, solo que —en esta ocasión—
los derechos en conflicto son el de la vida e integridad física y psíquica de la
persona en oposición al derecho de negarse a someterse a un tratamiento médico
regulado, por la ley de Derechos del Paciente.
En este sentido, se debe recordar que la garantía del derecho a la vida e integri-
dad física y psíquica se encuentra establecida en el artículo 19 Nº 1 de la Consti-
tución Política de la República, de forma que está protegido constitucionalmente
por la acción de protección.
Por otro lado, el artículo 14 de la Ley Nº 20.584 señala: “Toda persona tiene
derecho a otorgar o denegar su voluntad para someterse a cualquier procedimien-
to o tratamiento vinculado a su atención de salud, con las limitaciones estable-
cidas en el artículo 16”. Mientras que el artículo 15 establece las excepciones a
este derecho: “a) En el caso de que la falta de aplicación de los procedimientos,
tratamientos o intervenciones señalados en el artículo anterior supongan un ries-
go para la salud pública, de conformidad con lo dispuesto en la ley, debiendo
dejarse constancia de ello en la ficha clínica de la persona; b) En aquellos casos en
que la condición de salud o cuadro clínico de la persona implique riesgo vital o

36
Comentario basado en sentencia de la Ilma. Corte Apelaciones de Rancagua, Rol Nº 1221-
2014, de 4 de julio de 2014 y en sentencia de la Ilma. Corte Apelaciones de Rancagua, Rol Nº
880-2016, de 23 de junio de 2016.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 61

secuela funcional grave de no mediar atención médica inmediata e impostergable


y el paciente no se encuentre en condiciones de expresar su voluntad ni sea posi-
ble obtener el consentimiento de su representante legal, de su apoderado o de la
persona a cuyo cuidado se encuentre, según corresponda; c) Cuando la persona
se encuentra en incapacidad de manifestar su voluntad y no es posible obtenerla
de su representante legal, por no existir o por no ser habido. En estos casos se
adoptarán las medidas apropiadas en orden a garantizar la protección de la vida”.
Siendo de relevancia para este caso, la última letra.
Es necesario tener presente que la regla general es que toda persona tiene de-
recho a otorgar o denegar su voluntad para someterse a un procedimiento o tra-
tamiento vinculado a su atención de salud, por lo que solo al acreditar una de las
excepciones del artículo 15 mencionado, en este caso, la incapacidad mental del
paciente para manifestar su voluntad, es que se prescindirá de su voluntad para
hacer predominar su derecho a la vida e integridad física o psíquica, de lo con-
trario no hay razón para ir en contra de la voluntad expresada por una persona
legalmente capaz.

Caso 9: Derecho de imagen de los niños, niñas y adolescentes


En noviembre del año pasado, Mauricio y Pamela Martínez, ambos mellizos de
siete años e hijos de Lucía Peñaloza, fueron de paseo organizado por el colegio al
que asisten, a una plaza de juegos cercana, durante el que dos sujetos se les acerca-
ron y les ofrecieron dulces a cambio de que posaran para unas fotos, lo que ellos
aceptaron, grabando —además— un vídeo junto a otros compañeros.
Semanas después, la empresa Didácticos S.A., representada por José Garrido,
lanzó un nuevo producto infantil para cuya publicidad se utilizaron las imágenes
tomadas a ambos niños en el paseo escolar. Las imágenes se usaron por aproxima-
damente tres meses, y durante ese tiempo la empresa vio aumentada en un 60%
sus ganancias debido a las ventas del nuevo producto. Durante ese mismo periodo
de tiempo, los niños sufrieron acoso debido a la popularidad del producto y de
su imagen por lo que vieron afectadas sus rutinas diarias, notando sus profesores
cambios en su personalidad y desenvolvimiento con sus demás compañeros.
La empresa ya ha retirado todas las imágenes de los niños del mercado, sin em-
bargo, Lucía quiere que la empresa se haga cargo de los gastos económicos en los
cuales ha incurrido debido al impacto que la difusión de esas imágenes, tomadas
sin ningún consentimiento por parte de ella, considerando además que la empresa
vio aumentado sus ingresos gracias a la publicidad y a la imagen de sus hijos.
62 Ruperto Pinochet Olave

La empresa alega que los niños estaban en un espacio público, en el que no está
prohibido tomar fotos, además de que no se obligó a los niños los que incluso se
divirtieron al hacerlo.

Instituciones relacionadas:
Derechos de la Personalidad
Derecho a la propia imagen

Comentarios37:
Al igual que en los dos casos anteriores, relativos a las redes sociales y a los
derechos del paciente, nos encontramos, nuevamente, dentro del marco de los
derechos de la personalidad. Esta vez profundizaremos en el derecho a la propia
imagen y en su utilización por terceros, cuando los afectados son niños, niñas o
adolescentes.
Como ya habíamos señalado, el derecho a la propia imagen, si bien no tiene
un tratamiento normativo determinado, tanto la doctrina, como la jurisprudencia
coinciden en que su protección deviene procedente y encuadra en el artículo 19 Nº
4 de la Constitución, por encontrarse implícitamente comprendida en el atributo
de privacidad de la persona, que esa norma se encarga de tutelar. Se debe destacar
que este derecho constituye uno de los atributos más característicos y propios de
la persona que, por configurar su exterioridad física visible, obra como signo de
identidad natural de la misma, y en cuya virtud cada persona dispone de la facul-
tad exclusiva de determinar cuándo, cómo, por quién y en qué forma se capten,
reproduzcan o publiquen sus rasgos fisonómicos, controlando el uso de dicha
imagen por terceros, impidiendo así su captación, reproducción y publicación por
cualquier procedimiento mecánico o tecnológico, sin su consentimiento expreso.
Es así, como se ha podido distinguir en el derecho a la propia imagen dos
aspectos o dimensiones: uno, de orden positivo, en virtud del cual, su titular se
encuentra facultado para obtener, reproducir y publicar su propia imagen, adscri-
biéndola a cualquier objeto lícito; y otro, de carácter negativo, expresado en su
derecho a impedir que terceros, sin su debida autorización, capten, reproduzcan o
difundan esa imagen, cualquiera sea la finalidad tenida en consideración para ello.
Por lo anterior, la circunstancia de encontrarse en un espacio público donde
de cualquiera puede tomar fotografías, así como la circunstancia de que la pro-

37
Comentario basado en sentencia de la Excma. Corte Suprema, Rol Nº 2506-2009, de 9 de
junio de 2009.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 63

pia persona suba una fotografía suya a la red, no pueden entenderse como una
renuncia de la disponibilidad sobre la misma por parte de su titular, traducida en
una autorización tácita para su utilización por parte de terceros, máxime cuando
ello se realiza con una finalidad lucrativa, así, el uso no autorizado de la imagen
propia, en condiciones como la que se viene de señalar conduce necesariamente
a abordar el tema de la protección jurídica del derecho correspondiente, cuando
con su vulneración resulta agraviado el titular del mismo en su interés patrimo-
nial, derecho que igualmente puede estar resguardado en el marco del artículo 19
Nº 24 de la Constitución Política de la República, donde se establece el derecho de
propiedad tanto sobre bienes corporales como incorporales, siendo a ésta última
categoría a la que pertenece el derecho a la propia imagen.
Son aspectos a considerar también, el hecho de que a quienes se les afectó este
derechos son niños, quienes no tienen la capacidad para consentir en el uso de su
propia imagen en la forma empleada en el caso, esto sumado a que la empresa ha
obtenido ganancias debido a las imágenes obtenidas sin el consentimiento de los
representantes legales de los niños, y que a la vez, ha ahorrado dinero por cuanto
obtuvo el material para su publicidad de forma gratuita —solo a cambio de dul-
ces—, siendo que de otra forma habría tenido que pagarle a modelos, en este caso,
infantiles, constituyendo así, posiblemente, un enriquecimiento sin causa.
Por último, también debe acreditarse el perjuicio que los niños han sufrido
con la exposición indiscriminada de su imagen, lo que también es susceptible de
ser reparado y de que se ordenen tomar las providencias necesarias para que se
termine esta vulneración a sus derechos.

Caso 10: Derecho de intimidad


Claudio Morales vive en el quinto piso de un edificio residencial. Desde hace
unas semanas se ha sentido incomodado por la presencia de cámaras que instaló
su vecino, Juan Albornoz, quien vive en el segundo piso del mismo edificio, justo
debajo de su departamento.
Dichas cámaras están ubicadas en el balcón de Juan, de forma que apuntan
hacia arriba, justo a la cocina y baño de Claudio. Esto impide que Claudio haga
su rutina con normalidad, pues se siente observado e invadido en su privacidad y
la de su familia.
Por otro lado, Juan dice que instaló las cámaras solamente como un elemento
disuasivo, que no funcionan, pues tienen varios desperfectos técnicos, además de
que no están conectadas a ningún equipo de grabación, y que se instalaron miran-
64 Ruperto Pinochet Olave

do hacia arriba porque desde hace unos meses caían colillas de cigarro a su balcón
y quería evitar que esto siguiera sucediendo.

Instituciones relacionadas:
Derechos de la Personalidad
Derecho a la intimidad

Comentarios38:
Volvemos a encontrarnos dentro del marco de los derechos de la personalidad,
esta vez, en lo relativo al derecho a la intimidad y a la privacidad consagrado en
el artículo 19 Nº 4 de la Constitución Política de la República, y al derecho de
la inviolabilidad del hogar consagrado en el artículo 19 Nº 5 del mismo cuerpo
normativo, derechos que entran en colisión con el de propiedad de las personas
que instalaron dichas cámaras.
En este contexto, podemos entender el derecho a la privacidad como un dere-
cho personalísimo que permite sustraer a la persona de la publicidad o de otras
turbaciones a la vida privada, y que está limitado por las necesidades sociales y
los intereses públicos. A su tiempo, el derecho a la intimidad es una emanación de
la dignidad natural, intrínseca de todo ser humano, de forma que se ha sostenido
que debe entenderse como parte de la vida privada o intimidad, a lo menos, a la
vida sexual, la vida y los hábitos domésticos, las opiniones y las creencias políticas
y religiosas, y los estados de salud físicos o psíquicos.
Ahora, para dilucidar el presente caso, cobra importancia determinar si la ins-
talación de cámaras que no captan ni registran imagen alguna constituye una
vulneración al derecho de intimidad, a la vida privada y a la inviolabilidad del
hogar, para lo que, primeramente, se debe acreditar el estado real de las cámaras.
Así, en el supuesto de que las cámaras se encuentren en mal estado, es nece-
sario tener presente que el hecho de que las cámaras no filman ni graban imagen
alguna es desconocido para el afectado, y solo se entera de lo mismo al reclamar
contra su vecino, es así, que podemos presumir que durante ese periodo, se sintió
al menos perturbado en su intimidad personal y familiar, desde que razonable-
mente entendió que su vida hogareña era vigilada y grabada por las cámaras de
los recurridos, máxime si el ángulo de inclinación de las mismas podría haber po-
sibilitado la observación de la cocina y baño de su departamento, siendo, además,

38
Comentario basado en sentencia de la Ilma. Corte de Apelaciones de Concepción, Rol Nº 753-
2013 de 5 de agosto de 2013.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 65

precisamente ese efecto el que pretendía lograr quien instaló las cámaras, ya que
esperaba que actuaran como un poderoso disuasivo hacia quien o quienes arrojan
basura desde pisos superiores a su departamento.
Por lo anterior, el hecho de que los dispositivos de vigilancia no funcionen ni
graben imagen alguna, no implica eliminar la amenaza de ser observado o filma-
do, puesto que la reparación, cambio o activación de las mismas dependen del
mero arbitrio de quien las instaló, y, evidentemente no puede considerarse normal
la existencia de cámaras que apunten directamente hacia las dependencias de un
vecino, aunque no filmen ni graben, pues todos tenemos el derecho a estar solos
y a no ser perturbados en nuestra intimidad, como acontece en la especie, de esta
forma, podemos concluir que la instalación de dichas cámaras es un uso despro-
porcionado del derecho de propiedad frente al derecho a la vida privada, ya que
termina afectando la tranquilidad de quienes viven en el lugar.

Caso 11: Donación de órganos


Rodolfo González sufre una enfermedad renal crónica desde mediados del
2017, y ha empeorado a tal punto que los médicos señalaron que su única opción
es un trasplante de riñón. Luego que sus parientes se realizaran los exámenes de
rigor, ninguno resultó compatible con Rodolfo.
Francisco Pinto, se entera, por un amigo que trabaja en el hospital de la situa-
ción crítica de Rodolfo, por lo que se contacta con su padre, Servando González,
y le ofrece donar su riñón para su hijo a cambio de $20.000.000 asegurándole
que tiene contactos gracias a los cuales se podrá efectuar el trasplante sin ningún
inconveniente.
Servando, a pesar de las dudas que le provocaba la situación, termina aceptan-
do el trato, pues la lista de espera no avanza, su hijo sigue empeorando y, además,
el examen de compatibilidad resultó positivo entre Francisco y Rodolfo. El 1 de
junio del presente año, Servando y Francisco firmaron un contrato en donde el
primero se obliga a pagarle al segundo $10.000.000 antes de la operación fiján-
dose el día 16 de junio para dicho pago. La cantidad restante se pagará dos sema-
nas después de que se haya realizado la operación.
Mónica Villalobos, tía de Rodolfo, llegó hace dos semanas a Chile, pues vive
hace cinco años en Francia. Al enterarse de la situación de su sobrino, decide to-
mar cartas en el asunto, intenta convencer a Servando de que se retracte del con-
trato ya que lo encuentra injusto e incorrecto. Ella se realizó hace poco el examen
de compatibilidad con Rodolfo y resultó compatible, sin embargo, Servando no le
cree pues piensa que lo dice sólo para evitar que el contrato se lleve a cabo alegan-
66 Ruperto Pinochet Olave

do que ella no puede comprender la situación actual de Rodolfo por haber estado
mucho tiempo fuera del país y lejos de la familia. Mónica, al no lograr su pro-
pósito, decide judicializar el asunto para que dicho contrato no se lleve a efecto.

Instituciones relacionadas:
Derechos de la personalidad
Derecho a la vida e integridad física y psíquica
Inicio y término de la Persona
Muerte clínica
Donación de órganos
Objeto ilícito

Comentarios:
Los derechos de la personalidad consisten en un conjunto de derechos inhe-
rentes a la calidad humana, por lo que le corresponden por el sólo hecho de ser
tal, adquiriéndolos todas las personas en igual manera y medida. Dentro de los
derechos relativos a la individualidad de la persona, encontramos el derecho a
la integridad física. Esta comprende tanto la protección a la vida y la integridad
corporal. El artículo 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República, garan-
tiza a todas las personas “el derecho a la vida y a la integridad física y psíquica”.
Su ubicación nos permite concluir, que es uno de los valores más significativos y
protegidos por la sociedad. Es importante destacar que estos derechos no poseen
un interés pecuniario, por lo que pertenecen a los denominados derechos extra-
patrimoniales.
Guardando relación con lo anterior, es que el artículo 74 del Código Civil
dispone que “La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al se-
pararse completamente de su madre”. En la misma línea, el artículo 78 del Código
Civil agrega que “la persona termina en la muerte natural”. Sin embargo, sobre
este último punto cabe realizar una precisión que atiende al caso. En la actuali-
dad, se ha aceptado otro tipo de muerte por nuestra legislación, correspondiente a
la muerte clínica. Se entiende por tal, un estado en que se conservan algunas fun-
ciones vitales, especialmente vegetativas, que se mantienen, por lo general, en for-
ma artificial, careciendo el individuo de toda conciencia o proceso intelectual39.
La donación de órganos en Chile está especialmente regulada en la ley Nº
19.451 sobre trasplantes y donación de órganos, con sus modificaciones estable-

39
Ducci (2005), p. 113.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos del Derecho 67

cidas en la ley Nº 20.413 y Nº 20.673 sobre quienes pueden ser donantes y la ley
Nº 21.145 para precisar la voluntad del donante fallecido.
Así, el artículo 3º de la ley ya señalada establece que, “La donación de órganos
sólo podrá realizarse a título gratuito. Se prohíbe, será nulo y sin ningún valor el
acto o contrato que, a título oneroso, contenga la promesa o entrega de un órgano
para efectuar un trasplante”, dejando fuera del comercio a los órganos vitales.
Por tanto, el acto realizado entre Francisco Pinto y Servando González, adolece
de objeto ilícito, al contravenir lo dispuesto en el artículo 1464 del Código Civil
“hay un objeto ilícito en la enajenación”, inc. 1º , “de las cosas que no están en
el comercio”. Por consiguiente, Mónica Villalobos, se encuentra en lo correcto
al prevenir a su hermano de abstenerse de realizar dicho acto, ya que —de cele-
brarse— este adolecerá de un vicio de nulidad absoluta. Además, el artículo 1º de
la ley sobre trasplantes y donación de órganos dispone que “Los trasplantes de
órganos sólo podrán realizarse con fines terapéuticos”, excluyendo el lucro como
fin perseguido.
Por tanto, Mónica Villalobos para evitar que el contrato se lleve a cabo en su
totalidad, deberá solicitar al juez que declare la nulidad absoluta del acto suscrito,
entre su hermano Servando González y Francisco Pinto, pues como se mencionó
anteriormente, este adolece de objeto ilícito, estando Mónica plenamente facul-
tada para ello, ya que el artículo 1683 del Código Civil dispone que la nulidad
absoluta “puede alegarse por todo el que tenga interés en ello”.
ISSAC

UNIDAD: DERECHO CIVIL PARTE


GENERAL Y SUJETOS DE DERECHO

Caso 1: Atributos de la personalidad


Piero, embajador de Italia en Santiago de Chile, acaba de ser padre. Su mujer,
Laura, de nacionalidad también italiana, acaba de dar a luz una preciosa niña,
Luna, en la Clínica Alemana de la capital chilena. La pareja se encuentra casada
en régimen de sociedad conyugal, cuestión que siempre les ha generado cierta
curiosidad, especialmente en lo relativo al tipo de patrimonio que dicho régimen
les genera.
Saliendo de la clínica, Laura se muestra intranquila y preocupada por Roberto,
hijo de un primer matrimonio de su marido (Piero), que acaba de cumplir los 14
años, pues este insiste y reclama poder crearse y gestionar un perfil de Facebook.
Sin embargo, la pareja considera que es demasiado joven para eso y que debería
esperar, al menos, un par de años más.

Instituciones relacionadas:
Nacionalidad
Domicilio
Capacidad de goce y ejercicio

Comentarios:
De acuerdo con lo establecido por el artículo 10.1 de la Constitución Política
de la República “son chilenos (de origen) los nacidos en el territorio de Chile, con
excepción de los hijos de extranjeros que se encuentren en Chile en servicio de su
Gobierno, y de los hijos de extranjeros transeúntes, todos los que, sin embargo,
podrán optar por la nacionalidad chilena”. Por ende, se entiende que la recién na-
cida no adquirirá la nacionalidad chilena por la vía del “ius solis”, si no que por
el contrario, siguiendo el criterio del “ius sanguinis”, adquiriría la nacionalidad
italiana.
Asimismo, señalar que el artículo 10.1 de la Constitución política chilena deja
abierta la posibilidad “a los hijos de extranjeros que se encuentren en Chile en
136 Isaac Ravetllat Ballesté

servicio de su Gobierno”, como acaece en el presente supuesto de hecho, para que


puedan optar por la nacionalidad chilena. En este sentido, es el Decreto Nº 5142
(Ministerio del Interior), de 13 de octubre de 1960, que reglamenta el proceso
de opción entre la nacionalidad chilena y una extranjera. Este derecho de opción
debe realizarse mediante una declaración de voluntad en la que la persona inte-
resada manifieste que opta por la nacionalidad chilena, teniendo el plazo fatal de
un año para manifestarla, contado desde la fecha en que el interesado cumpla 21
años de edad.
Ahora, en cuanto al régimen de sociedad conyugal, nos estamos refiriendo a
un claro ejemplo de patrimonio especial, más concretamente, a un patrimonio
separado. Se trata de una masa o núcleo patrimonial que la ley crea —y no los
particulares— para someterlo a un régimen jurídico propio que esa misma norma
juzga como el adecuado. En el caso particular del régimen de sociedad conyugal,
nos encontramos con tres patrimonios separados, distintos y autónomos entre sí:
el patrimonio privativo del marido, el de la mujer; y el patrimonio común gene-
rado por el matrimonio.
Finalmente, para resolver la posibilidad de que un adolescente de 14 años re-
cién cumplidos pueda crear y gestionar una cuenta en Facebook, al encontrarnos
ante el ejercicio de un derecho de la personalidad (protección de datos de carácter
personal), es decir, en un ámbito extrapatrimonial, debemos acudir a lo previsto
por el artículo 16.3 de la Ley Nº 19.968, que crea los Tribunales de Familia, de
2004.
Al tenor de lo establecido en este precepto, debemos diferenciar entre las ca-
tegorías de niño y niña, que identifica a las personas menores de 14 años; y los
adolescentes, mayores de 14 años. Además, se presume que los adolescentes ya
ostentan madurez, raciocinio, o capacidad intelectiva y volitiva suficientes para
ejercer este tipo de derechos (los de la personalidad) de forma autónoma.

Caso 2: Persona jurídica


Un grupo de estudiantes de la Universidad de Talca han decidido crear una
asociación para mejorar las condiciones de vida de una comunidad vulnerable
que habita cerca del Campus Lircay. Con ese objetivo se reúnen, doce de ellos, en
el domicilio de Juan y, tras un par de horas de discusión, acuerdan emprender los
trámites necesarios para su constitución.
Uno de los acuerdos alcanzados es el de identificar a la asociación con el nom-
bre de un profesor que murió hace ya, aproximadamente, unos tres años en un
accidente de circulación, para así rendirle su más sincero homenaje. Otro pacto
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos de Derecho 137

al que han llegado es que el Directorio ejerza su mandato por un período de seis
años ininterrumpidos, con la idea de dotarlo de una mayor estabilidad, a la par
que los socios que lo integren sean remunerados con un sueldo de 1 millón de
pesos mensuales.
Una vez válidamente constituida la asociación, sus directores (integrantes del
Directorio) deciden por unanimidad invertir los pocos fondos con los que cuenta
la entidad en unos productos financieros de alto riesgo. Sin embargo, como con-
secuencia de esa actuación poco meditada, la asociación pierde todo su capital.

Instituciones relacionadas:
Asociación
Responsabilidad
Persona jurídica

Comentarios:
De conformidad a lo prescrito por el artículo 548 del Código Civil, los requi-
sitos imprescindibles para la válida constitución de la asociación corresponden a:
– Que el acto constitutivo conste en escritura pública o privada otorgada ante
notario y que en él —además de individualizarse a quienes comparezcan otor-
gándolo— se exprese la voluntad de constituir una persona jurídica, se aprueben
sus estatutos y se designen las autoridades inicialmente encargadas de dirigirla,
de conformidad a las reglas del título XXXIII del libro primero del Código Civil.
– Que se proceda al depósito del acto constitutivo ante el secretario municipal
del domicilio de la persona jurídica que se pretende constituir, dentro del plazo de
30 días contados desde su otorgamiento.
– Inscripción de los antecedentes de la asociación en el Registro Nacional de
Personas Jurídicas sin Fines de Lucro ante el Servicio de Registro Civil e Identifi-
cación.
En lo que respecta a la denominación social de la asociación, el artículo 548
del Código Civil señala que esta no puede coincidir con el nombre de una perso-
na natural, sino por su consentimiento o el de sus sucesores, a menos que hayan
transcurrido 20 años desde su muerte. Por tal razón, los miembros de la asocia-
ción necesariamente habrán de requerir del consentimiento de los sucesores de su
difunto profesor.
Por otro lado, el acuerdo en torno a que el mandato del directorio se extienda
por 6 años ininterrumpidamente se opone a lo prescrito por el artículo 551 del
138 Isaac Ravetllat Ballesté

Código Civil, disposición que es categórica al señalar que el mandato del directo-
rio no podrá exceder de 5 años.
Otra irregularidad se avista en la remuneración que recibirán los miembros del
directorio, pues de conformidad a lo señalado por el artículo 551-1 del Código
Civil, los directores ejercerán su cargo gratuitamente, a menos que presten a la
organización servicios distintos de sus funciones como directores, caso en el que
se podrá fijar una retribución adecuada en su favor. Sin embargo, debido a que tal
requisito no concurre en la especie, la remuneración de $1.000.000 estipulada en
favor de los socios que integren el directorio no se ajusta a la ley.
Si los vicios precisados en los párrafos que anteceden no fueren subsanados
antes de procederse al depósito del acto constitutivo, el secretario municipal —sin
duda alguna— formulará objeciones al mismo, las que deberán ser subsanadas en
el plazo de 30 días desde su notificación.
Por último, en lo relativo a la pérdida de capital sufrida por la mala decisión
tomada por el directorio, debe precisarse que los miembros de éste responderán
solidariamente por los perjuicios ocasionados. Sin embargo —como excepción
a tal regla— el inciso segundo del artículo 551-2 del Código Civil dispone que
el director que quiera salvar su responsabilidad por algún acto o acuerdo del
directorio, deberá hacer constar su oposición, debiendo dar cuenta de ello en la
próxima asamblea.

Caso 3: Muerte presunta


Óscar, rico empresario talquino, casado y con dos hijos de 10 y 21 años, sufrió
un accidente de circulación en su trayecto a Santiago el día 12 de agosto de 2010.
El autobús en el que viajaba invadió, por causas aún desconocidas, el sentido con-
trario de la carretera, sufriendo un choque frontal con otro vehículo.
Consecuencia del mentado accidente, y con una gran carga de misterio, el cuer-
po de Óscar desapareció. Desde la fecha del fatídico evento no se ha tenido no-
ticia alguna del paradero del mismo. Los Carabineros buscaron incansablemente
cualquier pista que pudiera conducirles a resolver el caso, pero nunca encontra-
ron nada.
Dos días antes del accidente Óscar había roto relaciones con el representante
general de sus empresas y estaba a la espera de encontrar a otra persona de su
confianza.
Cansados de la espera, un grupo de acreedores de Óscar, su mujer e incluso, su
hijo mayor, se plantean iniciar los trámites para declarar al desaparecido presun-
tamente muerto.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos de Derecho 139

Instituciones relacionadas:
Muerte presunta
Posesión provisoria
Sucesión mortis causa

Comentarios:
De acuerdo con lo previsto por el artículo 81 del Código Civil, cualquiera
persona que tenga interés en ello estará legitimada para instar la declaración de
muerte presunta de Óscar. Sobre este punto, se debe precisar que por “interés” el
legislador alude necesariamente a un interés de carácter pecuniario subordinado
a la muerte del desaparecido, tales como el que poseen sus herederos y legatarios
presuntivos o el nudo propietario de un bien que el desaparecido constituyó en
usufructo. Conforme a ello, mientras los hijos y la mujer de Óscar sí se encuentran
legitimados para provocar la declaración de su muerte presunta, no ocurre lo mis-
mo con sus acreedores, pues sus derechos no dependen ni se hallan subordinados
a la muerte del desaparecido.
En lo que respecta a la competencia, los artículos 81 Nº 1 y 151 del Código
Civil y el Código Orgánico de Tribunales, respectivamente, señalan que el juez
ante el cual deberá solicitarse la declaración de muerte presunta corresponde al
del último domicilio que el desaparecido haya tenido en Chile.
Por otro lado, cabe hacer mención que una forma de proteger los bienes de
Óscar inmediatamente tras su desaparición está señalada por el artículo 473 del
Código Civil. Así, este precepto legal estatuye que tendrá lugar el nombramiento
de curador de los bienes de una persona ausente cuando se ignore su paradero o
haya dejado de estar en comunicación con los suyos, y de la falta de comunicación
se originen perjuicios graves al mismo ausente o a terceros.
Por último, en lo que se refiere al otorgamiento de la posesión provisoria de
los bienes de Óscar, hemos de señalar que ésta ha de ser concedida en favor de
sus herederos presuntivos (herederos testamentarios y asignatarios forzosos a la
fecha de la muerte presunta), correspondientes —según la información entregada
por el caso— a su mujer y sus hijos. De acuerdo al artículo 81 Nº 6 del Código
Civil, la posesión provisoria se otorga luego de transcurridos 5 años desde el día
presuntivo de la muerte del desaparecido y ésta produce los efectos señalados en
los artículos 84 y 270 Nº 2. Adicionalmente, desde la fecha en que se otorga la po-
sesión provisoria de los bienes del desaparecido se comienza a computar el plazo
de 180 días o 1 año para impugnar la paternidad o maternidad de un hijo que le
haya sido atribuido al desaparecido o desaparecida (art. 212 y ss.)
140 Isaac Ravetllat Ballesté

Caso 4: Comurientes
Alejandra, afincada en Linares, casada y con tres hijas de 9, 15 y 18 años,
sufrió un accidente de circulación en su trayecto a Santiago el 08 de agosto de
2016 cuando se dirigía a visitar a unos amigos. El auto en el que viajaba Alejan-
dra, junto a dos de sus hijas, se estrelló contra un muro protector, por causas aún
desconocidas.
Consecuencia del mentado accidente, Alejandra y una de sus hijas, Andrea, de
9 años, murieron en el acto, mientras que el cuerpo de María, de 15 años de edad,
se esfumó del lugar de los hechos como por arte de magia, sin que nadie pudiera
ofrecer ninguna explicación al respecto
Seis meses antes del accidente, Alejandra había acudido al Notario y había
redactado el siguiente testamento: “Instituyo como herederas (atribución a título
universal) a mis hijas y además nombro como legataria (atribución a título parti-
cular) del departamento situado en Valparaíso a mi hija mayor, Nerea, para que
ésta a su vez lo transmita a sus descendientes en caso de tenerlos”.

Instituciones relacionadas:
Comurientes
Muerte presunta
Sustitución fideicomisaria
Testamento

Comentarios:
Atendiendo a lo dispuesto por el testamento de Alejandra, sus hijas María y
Nerea sí podrían heredarla. Sin embargo, tal consideración varía respecto de su
hija menor, pues presentándose un caso de comurientes, se entiende que ambas
(Alejandra y su hija menor) fallecieron en el mismo momento, sin que una haya
sobrevivido a la otra (art. 79 Código Civil).
Cuestionándose cómo resolver jurídicamente la situación, mientras María no
dé señales de vida, habría que principiar por el nombramiento de un curador de
bienes (art. 473 Nº 1), para que éste proceda a aceptar la herencia a la que tiene
derecho María en la sucesión de su madre y se encargue de la administración de
sus bienes mientras se extienda el periodo de mera ausencia. Luego, si transcurri-
dos cinco años desde su desaparición, María continúa sin dar señales de vida, se
podrá proceder a solicitar una declaración de muerte presunta, de conformidad a
las reglas reproducidas por los artículos 80 y siguientes del Código Civil.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos de Derecho 141

Por último, cabe señalar que tras el legado atribuido por Alejandra a su hija
mayor, Nerea, se esconde una sustitución fideicomisaria. Por medio de esta figura
legal, el causante instruye en su testamento a un primer heredero o legatario, con
cargo de que éste conserve la o las cosas comprendidas en la asignación y a su
muerte las transmita a un segundo heredero o legatario designado para tal efecto.
El primer heredero o legatario se dice fiduciario, mientras que el segundo, fidei-
comisario.

Caso 5: Capacidad de ejercicio


Sofía, de 6 años de edad, decidió adquirir el último juguete de Star Wars, un
ave marina llamada “Porg”. Para ello, se dirigió al Mall Portal Centro de su co-
muna y, tras pagar los 22.300 pesos del precio, recibió la tan ansiada figurita,
imprescindible para completar su colección.
Iniciado el regreso a su domicilio, pasó por delante del Parque de las Camelias,
donde se encontraban jugando al balón un grupo de amigas. Una vez allí, tras pa-
tear al arco rival situado frente a una enorme cristalera, la pelota golpeó el vidrio
y lo dejó reducido a pedacitos.
Un par de horas después, Sofía, ya en su casa, se encontró con su hermano ma-
yor, Mario, de 16 años de edad, quién desde siempre ha querido portar en su pier-
na un tatuaje de su animal favorito: un gran pavo real con sus alas bien abiertas.
Sin embargo, cuando Mario llegó a la tattoo shop, el propietario de la tienda se
negó a realizarle al chico tatuaje alguno, pues el adolescente no iba acompañado
de sus representantes legales.

Instituciones relacionadas:
Capacidad de ejercicio
Responsabilidad civil extracontractual
Ineficacia del acto jurídico

Comentarios:
El acto jurídico celebrado por Sofía en el Mall Portal Centro es nulo de nuli-
dad absoluta, pues de conformidad a lo prescrito por el artículo 1447 del Código
Civil, Sofía es considerada como incapaz absoluta en orden a su edad (impúber).
Conforme a ello, Sofía no puede actuar por sí misma en la vida jurídica, razón por
la que sus padres bien pueden alegar la nulidad del acto.
142 Isaac Ravetllat Ballesté

En lo que respecta al quiebre de la cristalera, estamos en presencia de un cua-


sidelito civil del que surge el deber de resarcir el daño. Sin perjuicio de ello —en
materia de responsabilidad extracontractual— Sofía nuevamente aparece como
incapaz absoluta, tal y como lo señala el artículo 2319 del Código Civil al pres-
cribir “No son capaces de delito o cuasidelito los menores de siete años ni los
dementes (…)”. Con todo, el citado artículo dispone que serán responsables de los
daños causados por ellos las personas a cuyo cargo estén, si pudiere imputárseles
negligencia. Así las cosas, las personas que —en principio— se encuentran a cargo
de Sofía son sus padres, razón por la que se puede perseguir en ellos la reparación
del daño causado por su hija, al haberla descuidado y perdido de vista.
Finalmente, en lo que respecta a la situación de Mario, por ser incapaz relativo
en los términos del artículo 1447 del Código Civil, siendo menor de 18 años pue-
de actuar por sí mismo bajo el ministerio o autorización de sus padres. Es por ello
que la circunstancia de que Mario no fuera acompañado de sus padres no obstaba
a que el propietario de la tienda le realizara el tatuaje, pues bien podía acompañar
un permiso de sus padres que lo habilitara al efecto.

Caso 6: Domicilio
Ángela, de 14 años de edad, ha vivido toda su vida en Rancagua. Debido a que
este año comenzará sus estudios de enseñanza media, sus padres han decidido que
lo mejor para ella es irse a estudiar a un internado en la ciudad de Santiago, pues
consideran que aprenderá todo lo necesario para obtener un buen puntaje PSU y
así logrará ingresar a una universidad tradicional en la misma ciudad.
Ya iniciado el año escolar, Ángela viaja cada fin de semana a la ciudad de Ran-
cagua, lugar donde sus padres continúan teniendo fijado su domicilio. Además,
un fin de semana al mes, con ocasión de su viaje, va junto a sus padres a visitar a
sus tíos que viven a pasos de la playa de Pelluhue.
Así, una vez cumplida la mayoría de edad, Ángela ingresa a la Universidad de
Chile a estudiar Derecho, tal como estaba planificado. Cuando cursaba su segun-
do año de carrera, la joven recibió una invitación para asistir a un prestigioso Se-
minario en la ciudad de Valparaíso, cuya duración sería de 3 días, por lo cual ella
decide quedarse en un hotel cercano al lugar donde se desarrollaría dicho evento.
Durante la tarde del primer día del Seminario, mientras Ángela asistía al pri-
mer bloque de ponencias, un grupo de Carabineros llevó a cabo un registro en las
habitaciones de todo el hotel, sin ningún permiso de los huéspedes, y sin autori-
zación judicial, pues tenían la convicción de que en dicho hotel se hospedaba una
banda internacional de ladrones de obras de arte. En este caso, los uniformados
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos de Derecho 143

consideraron que la habitación de un hotel no puede entenderse como domicilio


de un huésped y, por lo tanto, su actuar no se entendería comprendido dentro
de la “inviolabilidad del hogar” según lo establece el artículo 19 número 5 de la
Constitución Política de la República.

Instituciones relacionadas:
Domicilio
Residencia
Morada o Habitación

Comentarios:
A pesar de que Ángela dejó su ciudad natal (Rancagua) para finalizar su en-
señanza media y comenzar su etapa universitaria en Santiago, su domicilio —en-
tendido como la residencia acompañada, real o presuntivamente, del ánimo de
permanecer en ella— no ha mutado durante toda su etapa estudiantil. Ello se debe
a que no existe un ánimo de permanencia en la ciudad de Santiago, sino que éste
—más bien— ha permanecido incólume en la ciudad de Rancagua.
Con todo, entendiendo la residencia como el lugar en el que habitualmente se
encuentra una persona, es posible afirmar que Ángela sí mudo su residencia a San-
tiago, ciudad en la que se encuentra de forma habitual y estable de lunes a viernes.
Por su parte, en relación a las visitas de Ángela a sus tíos un fin de semana por
mes junto a sus padres, es preciso señalar que, durante éstas, Ángela sólo pernocta
o aloja en casa de sus tíos, razón por la que ésta constituye su morada o habita-
ción (lugar en el que accidentalmente está una persona).
Por último, la irrupción policial en la habitación de hotel de Ángela constituye
un acto vulneratorio de derechos fundamentales, tales como el derecho a la vida
privada, como también el derecho a la inviolabilidad del hogar (art. 19 Nº 4 y 5
CPR). Ahora, si bien la morada no posee la misma vinculación jurídica respecto
de una persona como la tiene el domicilio, la primera —al comprenderse den-
tro del concepto “hogar”— también se halla protegida constitucionalmente. En
tal sentido, explica Evans de la Cuadra que —en derecho constitucional chile-
no— la expresión “hogar”, equivale a “recinto privado” y se extiende, por tanto,
mucho más allá del domicilio o vivienda de la familia, comprendiendo también
las oficinas, habitaciones de hoteles, y todo espacio que no sea de libre acceso al
público o tenga carácter de bien nacional de uso público82.

82
Evans de la Cuadra (2004), p. 223.
144 Isaac Ravetllat Ballesté

Por las consideraciones anteriormente expuestas, la habitación de hotel —en su


calidad de morada o habitación— también se encuentra amparada por la garantía
fundamental de inviolabilidad del hogar, cuyo ejercicio legítimo se encuentra am-
parado por la acción constitucional de protección. De tal forma, Ángela tendría
un plazo de 30 días desde que la policía irrumpió ilegalmente en su habitación
de hotel para interponer un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones
correspondiente. Sumado a ello, la violación de morada constituye un delito tipi-
ficado y sancionado por el Código Penal (art. 144), pudiendo también perseguirse
una eventual responsabilidad penal de los agentes policiales que perpetraron el
hecho.

Caso 7: Nasciturus
David, padre de tres hijos que tuvo con un primer matrimonio y casado en
segundas nupcias con Elena, murió cuando su actual esposa estaba embarazada
de seis meses.
Una vez fallecido David, y debido a la falta de acuerdo entre sus diversos here-
deros, se entablaron múltiples acciones judiciales que trajeron como consecuencia
la paralización y ralentización de la partición hereditaria.
La muerte de David tuvo lugar en Molina mientras éste, en compañía de su hi-
ja Sofía, conducía su coche a toda velocidad por la Avenida Libertad, falleciendo
ambos en el acto.

Instituciones relacionadas:
Nasciturus
Conmoriencia
Sucesión mortis causa

Comentarios:
En lo que respecta a la sucesión de David, hemos de señalar que Elena —en su
calidad de cónyuge sobreviviente— es legitimaria y, por tanto, asignataria forzosa
del difunto. Lo mismo ocurre con su hijo póstumo, quien tendrá derecho sobre
la herencia de su padre, si nace vivo y sobrevive a la completa separación de su
madre, aunque sea por un solo momento. De lo contrario, tal y como lo señala el
artículo 74 del Código Civil, se reputará que la criatura nunca ha existido y no
tendrá derecho a herencia por carecer de la calidad de sujeto de derecho.
Unidad: Derecho Civil Parte General y Sujetos de Derecho 145

Por otro lado, Sofía no tendría acceso a la herencia de su padre, pues el caso
plantea un supuesto de conmoriencia. De tal manera que, ignorándose el orden en
que se produjeron sus fallecimientos a raíz del fatídico accidente, se entiende que
ambos perecieron en el mismo momento sin que alguno de ellos haya sobrevivido
al otro (art. 79 Código Civil).

Caso 8: Modificación registral de sexo y nombre


Ángela, nacida en Osorno, de dieciséis años de edad, ha decidido hacer valer
su derecho a la identidad (de género) y acude a usted para que la asesore acerca
de cómo proceder para modificar la mención registral a su sexo y nombre. No
en vano, en el carné de identidad de Ángela su nombre oficial es Óscar y su sexo,
masculino.
Además, Ángela también le consulta acerca de la posibilidad de recibir trata-
miento hormonal y, de paso, sobre si puede realizarse un tatuaje en su hombro
izquierdo.

Instituciones relacionadas:
Registro Civil
Modificación de inscripción registral
Derecho a la identidad
Capacidad de ejercicio

Comentarios:
Bajo la normativa de la nueva Ley Nº 21.120 que reconoce y da protección al
derecho a la identidad de género (vigente desde diciembre de 2019), la solicitud de
rectificación de sexo y nombre registral de Ángela —por ser menor de edad— de-
be ser presentada ante tribunales por sus representantes legales o alguno de ellos,
a su elección, si tuviere más de uno (art. 14). La solicitud deberá ser fundada, ex-
poniendo los fundamentos de hecho y de derecho en los que se apoya, tal y como
lo dispone el artículo 15 de la mentada ley.
En lo que respecta al tratamiento hormonal al que desea someterse Ángela,
cabe hacer presente que la Ley Nº 21.120 no lo exige como requisito para acceder
al cambio de sexo y nombre registral. Sin embargo, siendo ésta la voluntad de Án-
gela, nuevamente deberá contar con la autorización de sus representantes legales,
pues al no ser mayor de edad, carece de capacidad plena para actuar por sí misma
146 Isaac Ravetllat Ballesté

sin la autorización o bajo el ministerio de ellos. Lo mismo ocurre con el tatuaje


que Ángela desea realizarse, pues en tal caso, también requerirá la autorización
de sus representantes.
Con todo, cabe hacer presente la existencia de una orden de la Superinten-
dencia de Educación (Nº 0768 de 27 de abril de 2017) atingente a los derechos
de los niñas, niños y estudiantes trans en el ámbito de la educación. Conforme a
esta orden, existe un procedimiento mediante el cual es posible exigir el recono-
cimiento de la identidad de género y medidas de apoyo en el ámbito educacional,
a través de la presentación de una solicitud ante el establecimiento educacional
correspondiente.
Sin embargo, por ser Ángela menor de edad, la solicitud debe ser presentada
por su padre, madre, tutor legal y/o apoderados ante el respectivo establecimiento
educacional al que Ángela asista como alumna. Una vez formalizada la solicitud,
el establecimiento tendrá el deber de adoptar las medidas de apoyo y de adecua-
ción necesarias, figurando entre ellas, el respeto y uso del nombre social en todos
los espacios educativos. Por el contrario, si Ángela fuese mayor de edad, la solici-
tud podría ser presentada por sí misma, sin requerirse intervención alguna de sus
representantes.

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