INMUNOLOGIA
Introducción .
El término de inmunidad proviene del Latín “Inmunitas” que se refería a la protección de los senadores
de aquella época frente a los procesos legales.
Desde mucho tiempo atrás se conoce de inmunidad, como detalla la antigua cultura china en hacer
resistentes a los niños de la viruela mediante la exposición directa a las lesiones de las personas que
habían padecido de la enfermedad y ya no presentaban secuelas sintomáticas.
El médico británico Edward Jenner en el siglo XVII mediante sus observaciones se dio cuenta que los
ordeñadores se recuperaban de la viruela vacuna sin tener que contraer la sepa más grave. Llevándolo
a Jenner a inocular el material de lesiones virales en los brazos de un niño observando que el paciente
no había contraído la enfermedad al inocular el virus vivo.
Consiguiente a Jenner, Louis Pasteur llevó a la práctica los estudios de su antecesor y en honor a este
denominó a esta técnica “vacuna”, derivado de la palabra latina vacca, debido a las observaciones de
Jenner en los ordeñadores vacunos.
Poco a poco se fueron dando otros acontecimientos que serían importantes para el desarrollo de
nuevas técnicas que se irían perfeccionando con el progreso de las investigaciones y de los avances
tecnológicos.
El sistema inmunitario defiende al organismo de un sin número de agentes causales activando
mecanismos con el fin de erradicar el estímulo que se encuentra alterando el estado de homeóstasis.
El sistema inmunitario brinda dos tipos de defensas, una Innata que cuenta con los macrófagos, células
de complemento, células dendríticas, entre otras y la Inmunidad adaptativa que consta con
componentes propios como los linfocitos B y T, ambas inmunidades y componentes actúan en conjunto
para obtener una función en común que es eliminar agente agresor o cualquier estímulo
desencadenante de una respuesta inmunitaria.
Actualmente la inmunología se ha destacado como una ciencia con avances asombrosos con la
capacidad de no solamente desarrollar vacunas sino también realizar nuevos hallazgos que permitan
diagnosticar las distintas patologías que pueden afectar a este sistema, son avances especialmente
importantes, que permite ampliar la colaboración con otras especialidades médicas como la biología,
neurología, oncología, etc.
Tratándose de una especialidad tan compleja, se la suele clasificar en varias ramas, tales como la
inmunología clásica, clínica, diagnóstica, inmunoterapia e inmunología evolutiva. Interactuando
conjuntamente en la práctica clínica y no independientemente una de otra.
La inmunología clínica y su estudio, aporta importantes avances en el manejo de las enfermedades de
base inmunológica, desarrollando diversos tratamientos con fines terapéuticos o profilácticos.
Históricamente, la palabra inmunidad se refiere a la protección del organismo frente a las
enfermedades infecciosa.
El sistema inmunitario está constituido por células y moléculas encargadas del sistema inmune y su
respuesta frente al ingreso de microorganismos que logran traspasar las barreras de protección,
alterando por completo el sistema inmunitario reaccionando ante cualquier estímulo causado por algún
agente patógeno.
Se conoce a la inmunología como el estudio de respuestas inmunitarias al nivel celular y molecular
frente a microorganismos patógenos que alteran el sistema homeostático del organismo.
La inmunología está definida por la OMS como una ciencia que se encarga del estudio, diagnóstico y
tratamiento de las enfermedades del sistema inmunológico.
Como una ciencia es de suma importancia para la medicina, desarrollando diagnósticos de patologías
y realizando estudios para comprender el mecanismo de las mismas y lograr un tratamiento eficaz.
El sistema inmunitario está constituido por la médula ósea como precursora de la mayoría de las
células protectoras del organismo, también está formado por órganos linfoides, como lo son el timo,
bazo, ganglios linfáticos, y tejido linfoide asociados a mucosas, órganos dónde residen las células
inmunocompetentes
Historia de la inmunología.
La ciencia inmunológica ha avanzado conforme pasa el tiempo, los primeros hallazgos de su
coexistencia fueron desarrollados por Tucídides en las Guerras Del Peloponeso (431 a.C.), recalcando
que los únicos que ya habían padecido del cuadro clínico no volvían a obtener la enfermedad. La peste
negra causó un gran impacto en el cambio genético de los europeos y ha sido fundamental en la
historia de la humanidad, además de la respuesta a infecciones.
Consecutivo a esto en el siglo XVI, ingleses conocen que turcos y chinos evitaban la aparición de la
viruela al realizar injertos pequeños de cicatrices pulverizadas en la piel de los pobladores.
La viruela era provocada por el virus variola que se manifestó en la población aproximadamente en el
año 10.000 a.C. Desde esos tiempos rendían respeto a la diosa de la viruela Shitalá (la Fría), debido
a que cuando alguna persona llegase enferma acudían a rendirle adoración y devoción.
La viruela fue la enfermedad catastrófica en la Europa del siglo XVIII, que se difundió en forma de
epidemia ocasionando la muerte de aquellas comunidades, ocasionando que la tasa de mortalidad
incrementara de manera incontrolada, propagándose así la enfermedad.
En consecuencia, a estos sucesos en 1796 el médico británico Edward Jenner conocido como el
“padre de la inmunología” mediante análisis notó que las ordeñadoras que se recuperaban de la viruela
vacuna nunca presentaban la forma de viruela más grave, lo que lo llevó a inocular material procedente
de lesiones virales en los brazos de los niños, posteriormente que tuvieran la sintomatología, inoculó
el virus vivo y hubo prueba de que no había vuelto a surgir la enfermedad.
Louis Pasteur en 1880 puso en práctica los trabajos investigativos de Jenner y concluyó que aplicar
viejos cultivos no enfermaban, si no se inoculaba virus nuevos y muy virulentos, hecho que Pasteur
denominó “vacuna”, debido a que Jenner hizo su invención a partir de un modelo de viruela que sufrían
las vacas.
Ya en 1900, un científico austríaco, Karl Landsteiner resolvió el problema de las muertes por
transfusiones sanguíneas a personas, provenientes de muestras sanguíneas de animales como
perros, ratas y gatos. Landsteiner reveló que las personas tenían diferentes tipos de sangre y que las
transfusiones no eran concordantes entre personas de diferente tipo. En 1901, describe el sistema de
grupos sanguíneos ABO y, en 1940, el sistema Rh.
En la década de 1902 Paul Portier y Charles Richet observaron reacciones no deseadas en la
respuesta inmunitaria con la administración de actiniaria en perros, ya que a los pocos segundos de
su administración presentaban síntomas como asfixia, parálisis, diarrea y hematemesis, llegando a la
muerte, ellos llamaron a este proceso anafilaxis.
En 1903, otro inglés, Almroth Wright médico de profesión demostró que en el suero de los animales
inmunes había sustancias que optimizaban el proceso de la fagocitosis, motivo por el cual estos
elementos se les llamó opsoninas. se reconocieron a las opsoninas como anticuerpos y al proceso
que realizaban ellas se lo denomino opsonización.
en 1908 se lanzó la teoría llamada ¨teoría de la cadena lateral¨ por el médico alemán Paul Ehrlich,
quien tuvo otras aportaciones a la ciencia médica, como el descubrimiento del traspaso de inmunidad
mediante los anticuerpos desde la madre al hijo en periodo de gestación.
En 1960 Good y Mille pusieron de manifiesto la existencia de unos órganos centrales inmunitarios,
señalando el papel fundamental del timo de la respuesta inmune, y Glick y colaboradores en 1956 el
de la bolsa de Fabricio en las aves.
Otra de las grandes aplicaciones prácticas de la Inmunología fue el descubrimiento por Köhler y
Milstein en 1975 de los anticuerpos monoclonales cuya aplicación en la actualidad está revolucionando
campos tan distintos como el diagnóstico y la terapéutica de las enfermedades infecciosas o tumorales.
Las primeras reseñas registradas sobre el cáncer datan del año 1600 antes de Cristo, y se escribieron
en Egipto.
A finales de 1960, los esposos Hellström crearon el método de inhibición de colonias, y con ellas
demostraron que los animales que decian de algún tumor eran capaz de destruir las células de su
propio tumor.
En 1974, Zinkernagel y Doherty revelaron el fenómeno al que denominaron restricción antigénica, y
que es mediada por los antígenos del Antígeno leucocitario Humano. (HLA) (MHC humano), en la
actualidad posibilitando a los inmunólogos sobre esos planteamientos en las enfermedades
autoinmunes.
Con el paso del tiempo la inmunología ha seguido avanzando hasta llegar a ser una ciencia, sigue
realizando investigaciones para lograr nuevos descubrimientos y tratar de crear diferentes tratamientos
como fármacos inmunoterapeuticos, y teniendo otros avances importantes.
La inmunología ofrece importantes aportaciones en todos los campos abarcados por la ciencia
biológica, incorporándose con otras ramas como la neurología y la endocrinología, que en enlazados
han dado cabida a la nueva disciplina denominada neuro-endocrino-inmunología, asimismo existe
relación con la oncología, existiendo así muchas más contribuciones entres distintas especialidades
que permite expandirse a otros campos de las distintas ramas de la medicina moderna.