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Simón Bolívar

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Simón Bolívar

Perteneciente a una familia acaudalada, oriunda de España y


asentada en Venezuela desde épocas de la colonia, Simón Bolívar
nace en Caracas el 24 de julio de 1783, siendo el último de los hijos
del coronel de milicias Don Juan Vicente Bolívar y de la distinguida
dama María Concepción Palacios y Blanco, ambos muertos siendo aún
niño el Libertador.

A partir de 1806 a su regreso de Europa, mientras administra los


negocios familiares, suma esfuerzos a la causa revolucionaria que
estallará en Caracas en 1810, de la cual recibe el nombramiento de
Coronel de Infantería por la Junta Suprema de Gobierno, siendo
enviado en misión consular a Londres, de donde retornará en 1811
después de ser declarada la independencia absoluta de Venezuela.

Don Simón Rodríguez le enseñó las primeras letras y el célebre Don


Andrés Bello, que ya se distinguía en la juventud caraqueña, lo inició
en el conocimiento de la física. Simón Bolívar pronto seguiría los
pasos de su padre en la milicia, la cual lo llevará a realizar estudios
en Europa, donde contrae matrimonio con Doña María Teresa
Rodríguez del Toro. Luego regresa a Venezuela para dedicarse al
trabajo agrícola en su hacienda San Mateo, pero infortunadamente en
enero de 1803, su esposa muere de fiebre amarilla. En este mismo
año decide emprender su segundo viaje a Europa rumbo a París, en
ese entonces centro político y cultural de la vida de occidente, debido
a la carrera portentosa de Napoleón Bonaparte; allí se consagra junto
a su antiguo maestro Simón Rodríguez a la lectura de los clásicos y a
ilustrarse en diversos campos del saber universal. Viajará luego por
Italia en compañía de Rodríguez y en Roma desde el Monte Sacro jura
en 1805 libertar a su patria oprimida.

En noviembre de 1812 lanzó su primer manifiesto político en


Cartagena y tras una brillante campaña, cruza los Andes para arribar
a Caracas en agosto 6 de 1813, donde recibió el título de Libertador.

De regreso a la Nueva Granada, se presentó ante el Congreso reunido


en Tunja que le confirmó su confianza, pero ante la imposibilidad de
hacer frente a los 15.000 veteranos traídos de España por Morillo
optó por refugiarse en Jamaica, donde escribió su célebre Carta de
Jamaica el 6 de septiembre de 1815; pasa entonces a Haití y con la
ayuda del presidente Petión organizó una expedición de 350 hombres
que desembarcó en Margarita y de allí a tierra firme.

No siendo factible tomar a Caracas se dirigió al Orinoco (1817-1818)


para batirse con los realistas y liberar la mayor parte del país.
Atravesó luego los Andes con un ejército semidesnudo y hambriento y
rindió a los españoles en el Puente de Boyacá (agosto 7 de 1819).

Luego, en Venezuela obtuvo la segunda victoria de Carabobo (junio


24 de 1821), e incorporó la providencia a la Gran Colombia.

Con la victoria de Pichincha (mayo 24 de 1822), Junín (agosto 6 de


1824) y Ayacucho (diciembre 9 de 1824), nada pudo detener al
general victorioso. El Congreso peruano decretó entonces honores y
recompensas extraordinarias a los vencedores, por un decreto en
febrero de 1825 dispuso entre otras cosas que se acuñase una
medalla en honor de Bolívar y que su estatua ecuestre debía hacer
parte del monumento que se erigiría en la plaza principal de Lima;
que el Libertador en todo tiempo disfrutase de los honores de
presidente del Perú, que se le donara un millón de pesos (que rehusó)
y otro para que lo distribuyese a su juicio entre el ejército libertador;
y que el general Sucre llevase el título de Gran Mariscal de Ayacucho.

En el alto Perú ordena a Sucre convocar a una Asamblea para


determinar el futuro de esa provincia; en febrero de 1825 declara la
independencia de Bolivia, quedando como presidente el Mariscal
Sucre.

El 25 de septiembre de 1828 escapó del último atentado contra su


vida.

En 1830 Bolívar, ya enfermo entregó el mando interinamente al


general Caicedo el 1 de Marzo. Y parte con rumbo a Europa.

Bolívar atravesó la sabana hasta Facatativá y a la altura de Honda


será la última vez que monte a caballo; al llegar allí se embarca por el
río Magdalena rumbo a Mompox, donde continúa su viaje por el canal
del Dique hasta arribar a Cartagena a fines del mes de junio. Resuelto
a seguir a Europa, permaneció en Cartagena tres meses veintidós
días esperando un buen barco. No obstante su salud deteriora, lo cual
obliga a que postergue su viaje por unos días, mientras decide viajar
a Turbaco para recibir baños termales.

A Turbaco llega un primo lejano del Libertador, Don Pedro Juan de


Visbal que vivía en la villa de Soledad, quien lo invita a pernoctar allí
por el tiempo que desee. Bolívar aceptó la invitación y permanece en
Soledad 26 días, pero las brisas y la humedad afectan su condición
física; se traslada entonces a Barranquilla y se hospeda en la casa de
Bartolomé Molinares, donde permaneció desde finales del mes de
octubre y principios de noviembre. Estando el Libertador en
Barranquilla recibe la invitación escrita y oral para venir a Santa
Marta.

El 6 de diciembre una vez en Santa Marta, es trasladado a la Casa


Quinta de San Pedro Alejandrino, donde tuvo algunos instantes de
reposo y alegría, pero el 10 de diciembre comenzará a desfallecer.

A la edad de 47 años, El Libertador muere el 17 de diciembre de 1830


en las horas de la tarde, debido a una tuberculosis pulmonar, según la
opinión del médico Alejandro Próspero Reverend, que lo atendió en
sus últimos días.

El cuerpo del Libertador ya embalsamado es velado durante tres días


en la Casa del consulado español, es enterrado en la Catedral de
Santa Marta el 20 de diciembre a las 5 de la tarde. Doce años más
tarde sus restos son trasladados a Caracas por voluntad
testamentaria.

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