LIBERTAD, AUTONOMÍA Y RESPONSABILIDAD
Constantemente nos vemos obligados a tomar decisiones que afectan nuestra forma de vida y la de los
demás. Nuestra libertad como seres humanos consiste precisamente en la posibilidad de decidir qué
hacer frente a distintos tipos de situaciones. Sin embargo, nosotros no tomamos decisiones
arbitrariamente, sino que estas son afectadas por determinados principios Morales que rigen nuestra
propia conciencia. A su vez, esos principios, que son particulares en cada persona, son condicionados por
múltiples factores: el lugar en el que vivimos, la sociedad a la que pertenecemos, la educación que
tuvimos y el momento histórico en el que nacimos, lo que nos hace pensar hasta qué punto son libres
las decisiones que tomamos.
Aunque nuestras decisiones sean afectadas por diversos aspectos socioeconómicos, contamos con cierta
libertad para elegir entre diversas opciones, lo que nos dota de una capacidad bastante única. La facultad
que tenemos para tomar decisiones, esto es, la libertad, nos obliga a dar razón de lo que elegimos y a
considerar las consecuencias de nuestras acciones, capacidad con la que no cuentan los demás seres
vivos. A esto lo llamamos responsabilidad y es lo que nos permite explicar por qué actuamos de una
manera y no de otra.
La libertad ha sido, y sigue siendo, un concepto problemático para la filosofía moral. Interrogantes en
torno a sus límites, su origen y sus causas han enriquecido notoriamente el debate sobre la libertad. Para
entender mejor vamos a ver las dos formas:
Libertad Externa: se entiende como el derecho que tiene el hombre para actuar y moverse según su
propio juicio y consideración siempre y cuando no atente contra las leyes del país del que hace parte.
Los límites de la libertad externa son impuesto por leyes y el Estado es el único que puede privar a los
individuos de este derecho mediante el castigo de la prisión.
Libertad Interna: puede entenderse como el derecho que tiene el hombre de decidir en torno a
cuestiones que le afectan como persona. Directamente relacionada con la voluntad, la libertad interna
le permite al hombre irse construyendo una esencia, un ser, con su vida, con sus decisiones y con sus
actos
¿Somos realmente libres?
Desde que nacemos, estamos sometidos a las normas que la sociedad y el Estado nos imponen, y a lo
que mandan nuestros padres y profesores, no es cierto que nacemos ya con unas características físicas
y psicológicas que nos determinan en últimas ¿realmente somos libres?
Es claro que las circunstancias sociales, económicas, políticas y culturales influencian nuestra manera de
actuar y que, además, no nos podemos desprender de ellas. Sin embargo, también es evidente que
tenemos un cierto grado de control sobre nuestros actos. Como respuesta ante esta problemática, se
han defendido dos actitudes contrarias:
La posición determinista que convencida de que nada acontece sin causa, afirma que, aunque nosotros
tenemos una voluntad propia, no somos realmente libres porque nuestras elecciones están
determinadas por algo externo.
La posición que defiende que las acciones humanas sólo tienen como causa la voluntad y, por lo tanto,
aunque estemos condicionados a obrar en un sentido o en otro, podemos considerarnos libres.
LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD
Según lo que hemos visto nuestra libertad está condicionada por muchos factores y ha de elegir,
mediante la inteligencia, entre un mundo de posibilidades que se le presentan constantemente. Tiene
que deliberar entre los medios más oportunos que se propone y aunque condicionada su voluntad es
libre de elegir. Ahora bien, es vital la importancia de concebir la noción de libertad siempre en relación
con la de responsabilidad. Porque somos libres, asumimos una cierta responsabilidad.
En términos generales la responsabilidad es la capacidad de dar razón de nuestras acciones.
Precisamente como escogemos entre una gran variedad de opciones antes de actuar, debemos ser
capaces de responder a la pregunta sobre por qué hemos elegido una u otra posibilidad.
La noción de responsabilidad no puede entenderse sólo en una dimensión personal sino también en una
colectiva. El hombre, al poder actuar libremente en el mundo y, por lo tanto, al poder transformarlo,
debe hacerse cargo de sus acciones. Esto significa que, al gozar de una libertad, adquiere un compromiso
pues cada decisión que toma implica al resto de la humanidad.
sin embargo, nuestra responsabilidad no se reduce solo a esto, sino que se extiende también a la
capacidad de responder de las personas con las que nos relacionamos y de las que se encuentran en
situación de necesidad, puesto que nos es posible ponernos en su lugar. No nos podemos desentender
de los demás porque, como vivimos en sociedad, solo con ellos es posible realizar plenamente nuestra
vida.
No podemos huir de nuestras responsabilidades personales puesto que puede perjudicar no solo nuestra
vida sino también la de los demás. No debemos abandonar nuestras responsabilidades porque eso
significa renunciar a vivir una vida auténticamente personal por no mencionar los daños que ello nos
acarrearía. De hecho, ya lo vivimos en gran medida porque es bastante frecuente en nuestra sociedad
intentar descargar las responsabilidades personales en otras con tal de no asumirlas nosotros mismos.
Finalmente, la responsabilidad, como factor implícito de nuestra Libertad, es la que nos permite diseñar
leyes comunes para poder vivir en sociedad sin perjudicarnos. Las personas somos capaces de darnos
nuestros propios fines y leyes, capaces de diseñar ideales humanizadores que brotan de una experiencia
histórica: la del sufrimiento causado por la esclavitud, la opresión, la explotación de unos seres humanos
por parte de otros y por la sumisión a las leyes naturales.
La libertad realmente humana se consigue a través de proyectos de humanización, siempre abiertos,
tanto personales como compartidos. Realmente, solo contemplando la noción de responsabilidad es que
la libertad humana adquiere una dimensión colectiva.
CONCEPTO DE AUTONOMIA
La capacidad que tiene el hombre de dictarse sus propias leyes; las personas podemos
elegir no solo los medios, sino también los fines, lo que indica que somos autónomos. Así,
por ejemplo, vemos que los seres humanos siempre hemos mentido, matado y sin
embargo, afirmamos que no es digno del hombre realizar esta clase de actos. Esta
sabiduría la hemos extraído de nosotros mismo y de nuestras leyes, y no de la experiencia,
lo que se llama ley de libertad o ley moral y el hecho que tengamos conciencia de ella
prueba que nos damos nuestras propias leyes y que, por lo tanto, somos libres.
Desde este punto de vista, la libertad es la propiedad de la voluntad de ser una ley para si
misma. No podemos explicarla científicamente, pero si podemos afirmar que existe. Por
eso, que al contemplar el universo conviene asumir al menos dos perspectivas:
Leyes Naturales: Son acontecimientos externos a la voluntad de las personas y que la
ciencia puede intentar explicar como efectos causados como fenómenos que les preceden
en el tiempo. Por ejemplo, la ley de gravedad.
Leyes de la Libertad: Se originan en la voluntad humana y son dictadas por seres racionales.
Nos permiten organizar nuestras vidas y nuestra convivencia de modos humanizadores.
Permiten, por ejemplo, que la sociedad nos preste ayuda para mitigar las consecuencias
de una tragedia.
LA RESPONSABILIDAD
Dentro del campo de la justicia, la palabra responsabilidad, significaba, en principio, la
justificación de una acción, ahora el termino se utiliza para justificar que cuando alguien
ocasiona un prejuicio a otra persona, debe asumir la reparación del daño determinado por
las leyes y el juez.
En el campo de la moral, cuya diferencia con la jurídica es que se trata de un fenómeno
subjetivo de la conciencia. Esto significa que es el sujeto que actúa quien se siente
responsable de su acción, sin que pueda haber ningún tribunal que lo declare responsable,
excepto su propia conciencia. En consecuencia, la sanción que puede recibir la persona
que sabe que ha actuado moralmente mal no proviene del exterior (juez, policía etc.) sino
de ella misma mediante unos sentimientos de reprobación llamados comúnmente
remordimiento.
De esta manera, ser moralmente responsable significa:
✓ Que quien actúa lo ha hecho con libertad. Esto nos lleva asumir que la acción podría
haberse realizado de una manera diferente.
✓ Que quien actúa puede responder por la acción realizada, explicando los motivos
que le impulsaron actuar de esa forma.
✓ Asumir las consecuencias que se deriven de la acción realizada
Lo anterior nos hace pensar que la responsabilidad es como la otra cara de la moneda de
la libertad: solo somos responsables de lo que hacemos libremente.
ACTIVIDAD
Reflexionemos y Expresemos…
1) ¿Consideras que el ser humano actúa libremente o que sus acciones están
determinadas por algo? Justifica tu respuesta
2) ¿Crees que todos los seres vivos son libres o que es una facultad propia del
hombre? Justifica tu respuesta
3) ¿Crees que la conciencia moral es propia de la naturaleza humana? ¿por qué?
4) ¿La Responsabilidad es una consecuencia de la libertad humana?
5) Mediante un ejemplo demuestra la relación entre Libertad y Responsabilidad