Clase 22 de Octubre
La ciencia ficción debates actuales
1) Lee el siguiente texto
IDEES
EL IMAGINARIO SIMBÓLICO DE LA IA
Ciencia-ficción: un espejo para el futuro de la
humanidad
El interesante debate sobre IA y ética que propicia la
ciencia-ficción
Carme Torras
Araya Peralta
05. 05. 2020
LECTURA 13 MIN.
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Las tecnologías digitales se han convertido en parte de nuestras vidas cotidianas y cada vez
más actúan como intermediarias en nuestros lugares de trabajo y en las relaciones
personales, incluso sustituyéndolas. El internet de las cosas, las redes sociales, los
programas capaces de aprender interactuando con humanos, los asistentes artificiales y los
robots de compañía, los juegos de ordenador, los juegos con impacto social, los asesores
financieros semiautomatizados, las páginas web que ofrecen la inmortalidad digital,
etcétera. Estas herramientas pueden, en un breve lapso de tiempo, modificar el mercado de
trabajo, acabar con la reputación de cualquiera, transformar un barrio urbano, cambiar
nuestras relaciones personales –no sólo en el trabajo, también dentro de la familia y en
nuestras relaciones más íntimas– o magnificar lo que uno deja atrás cuando se muere, que
ahora incluye lo que se conoce como huella digital.
La creciente interacción con máquinas inteligentes no es sólo un paso más allá en la
transformación social que arrancó con la revolución industrial. Aunque estas nuevas
tecnologías de la información también liberan los humanos de tareas repetitivas y les
proporcionan más tiempo para invertirlo de forma creativa y divertida, la diferencia es que
ahora se adentran en ámbitos que siempre se han considerado exclusivos de los humanos,
como la toma de decisiones, las emociones y las relaciones sociales, y esto puede
comprometer los valores humanos al mismo tiempo que claramente da forma a la sociedad
y a nuestra manera de vivir.
El estado de cosas actual, sobre el que no tenemos experiencia previa, genera una serie de
preguntas éticas que no fueron pertinentes para otros tipos de máquinas del pasado;
tampoco podemos predecir con fiabilidad como acabará influyendo este nuevo marco en la
evolución de la humanidad. Esto ha llevado a la confluencia de la inteligencia artificial (IA)
con las Humanidades, en un debate ético que está empezando a dar sus primeros frutos, no
sólo con el establecimiento de regulaciones y estándares, sino también con iniciativas en
ámbitos como la docencia universitaria, la mejora profesional y la conformación de la
opinión pública. Curiosamente, la ciencia ficción a menudo tiene una función predictiva
notable, destacando los pros y los contras de los posibles escenarios del futuro. En palabras
del famoso escritor Neal Stephenson [1]: «la buena ciencia ficción ofrece una descripción
plausible y bien estudiada de una realidad alternativa donde irrumpe una atrayente
innovación tecnológica. El universo de la buena ciencia ficción se caracteriza por una
coherencia y una lógica internas que resultan convincentes para científicos e ingenieros».
Confluencia entre la IA y las Humanidades
La comunidad de investigación en IA ha visto la necesidad de trabajar conjuntamente con
científicos sociales, psicólogos, abogados, filósofos y antropólogos para analizar las
implicaciones sociales y éticas de las tecnologías que se están desarrollando y la forma
como se están desplegando. Se han creado equipos multidisciplinares y se ha dado luz
verde a proyectos conjuntos de investigación. Las administraciones e instituciones han
querido tomar el pulso a la opinión pública y se han establecido comités con el objetivo de
que contengan la situación y generen directrices legales y estándares comunes.
Considerando este último punto, varias organizaciones y sociedades profesionales están
desarrollando regulaciones para los programadores en IA, diseñadores en robótica,
empresas y usuarios. En abril de 2019, el Grupo de Expertos de Alto Nivel sobre IA de la
Comisión Europea presentó el informe Directrices éticas para una IA fiable y, ese mismo
año, la Asociación de Estándares IEEE publicó el informe Diseño alineado éticamente:
priorizar el bienestar humano con sistemas autónomos e inteligentes, que había sido
sometido a debate público desde diciembre de 2017. El resultado de la consulta fueron unas
trescientas páginas con contenidos muy relevantes que posteriormente revisaron un millar
de expertos de ámbitos muy diversos, desde los negocios, pasando por la universidad hasta
las aseguradoras. Anteriormente, había habido otras iniciativas pioneras más modestas,
como la Declaración de Barcelona para el desarrollo y el uso adecuados de la IA en
Europa y la Declaración de Montréal para un Desarrollo Responsable de la Inteligencia
Artificial, ambas durante el 2017.
La regulación legal es necesaria para desarrollar una IA ética, pero aún es más importante
la educación a todos los niveles, a fin de desarrollar concienciación crítica y formar la
opinión pública. Un objetivo crucial es el colectivo de diseñadores de widgets de IA. No es
sorprendente que en el ámbito universitario, voces conocidas como la de la de profesora
Barbara J. Grosz defiendan integrar la ética en el plan de estudios de informática. «Hacer
del razonamiento ético un elemento central de los estudios hará que el alumnado no sólo
aprenda a pensar sobre la tecnología que puede diseñar, sino a plantearse si debería
diseñarla» [2]. En este sentido, asociaciones prestigiosas como la ACM y el IEEE incluyen
18 áreas del saber en sus curriculums de informática, entre los que hay Aspectos sociales y
práctica profesional para que «el alumnado desarrolle el hábito de pensar sobre los
aspectos sociales, éticos, legales y profesionales pertinentes».
En Europa, la Universidad de Oxford incluso ha ido más allá en la confluencia con las
Humanidades, y ofrece un título en Informática y Filosofía, centrado en los intereses
comunes entre la inteligencia artificial, la lógica, la robótica, la realidad virtual y la ética.
Este tipo de grados mixtos pronto proliferarán en todo el mundo; en concreto, en Catalunya
varias universidades ya tienen iniciativas que van en esta dirección.
La función de la ciencia ficción
La ciencia ficción ha sido una fuente de inspiración para los científicos y tecnólogos desde
su nacimiento. Trabajos clásicos como los de Shelley, Verne y Huxley, entre muchos otros,
ya concebían experimentos, investigaciones, descubrimientos e innovaciones que más tarde
han hecho realidad, como la exploración espacial, las réplicas humanas y la ingeniería
genética. Hoy, la ciencia ficción se ha ganado la atención pública a raíz de las tecnologías
digitales; en especial la IA y la robótica. En los últimos años han sido habituales los
contactos entre escritores y directores de cine de ciencia ficción, por un lado, y científicos y
desarrolladores de tecnología, por otro lado.
Como ejemplo, en 2012 se estableció el Centro para la Ciencia y la Imaginación en la
Universidad Estatal de Arizona. La idea surgió a raíz del provocador discurso que el
escritor Neal Stephenson [3] hizo en presencia del rector, en el que afirmaba que hoy los
científicos han perdido la capacidad de pensar y hacer «cosas grandes», como las que en el
pasado habían inspirado el programa espacial Apolo o el microprocesador. El rector
respondió que quizás los responsables de la situación eran los escritores de ciencia ficción,
que habían dejado de sugerir futuros estimulantes que llevaran a los científicos a querer
hacerlos realidad. El resultado fue el nacimiento del Centro, que incluye equipos de
investigadores en Ciencias y Humanidades que trabajan conjuntamente en proyectos que
moldearán nuestro futuro.
Uno de los proyectos del Centro es la continuación de una iniciativa de la compañía Intel,
el proyecto Tomorrow, en el que se encargó a cuatro escritores que escribieran relatos de
ciencia ficción sobre los posibles usos que en el futuro se podrían dar a los productos de la
compañía en fotónica, robótica, telemática y sensores inteligentes. El libro es de acceso
abierto [4]. Desde entonces, y fruto del trabajo del Centro, han aparecido varios volúmenes
con propuestas de solución para los mayores retos a los que la humanidad se enfrenta hoy,
explorados a través de la escritura y las artes visuales.
Son innumerables las iniciativas surgidas en esta dirección: talleres, simposios,
exposiciones, performances…; incluso revistas científicas de gran impacto han publicado
dossiers especiales dedicados a la producción en ciencia ficción. Una pionera fue la
prestigiosa revista Nature, que para conmemorar el cincuenta aniversario de la hipótesis de
Hugh Everett III sobre los universos paralelos fue publicado un volumen titulado Many
Worlds [5], con artículos tanto de investigadores en mecánica cuántica como de escritores
de ciencia ficción. La introducción ya decía muy claramente qué función puede tener la
ciencia ficción enumerando las ventajas y los inconvenientes del desarrollo científico. «La
ciencia ficción seria se toma la ciencia en serio. […] La ciencia ficción no nos dice lo que
nos llevará el futuro, pero sí que nos ayuda a hacernos una idea y nos plantea como
podríamos sentirnos cuando el modo habitual que tenemos de mirar el mundo sea sustituido
por otro».
Enseñar y fomentar el debate ético a través de los relatos de ciencia ficción
Enseñar ética en IA dista considerablemente de enseñar otras materias en Ciencias de la
Información e Ingeniería. No es cuestión de que el alumnado aprenda unos contenidos
concretos, sino de hacer que sean conscientes de las implicaciones sociales y éticas de su
futuro trabajo y de entrenarlos a analizar y debatir sobre estas cuestiones. A menudo, los
alumnos ya tienen múltiples valores que son discrepantes, y el objetivo no es que acaben
pensando todos lo mismo, sino concienciarlos para que cultiven la capacidad de reflexionar
y debatir. Además, los alumnos en el ámbito de la tecnología no son filósofos. Aunque hay
teorías éticas de las que deberían tener nociones básicas, los textos filosóficos son a
menudo demasiado abstractos, y da mejor resultado adoptar una vía pragmática.
Según Sullins [6], las teorías éticas pertinentes para la IA y la interacción robot – humano
son: consecuencialismo o utilitarismo (maximizar el número de personas que disfrutan de
los máximos beneficios), deontologismo (actuar sólo según máximas que podrían
convertirse en leyes universales), ética de la virtud (confiar en el carácter moral de
individuos virtuosos), justicia social (todos los seres humanos merecen ser tratados como
iguales; debe haber una justificación sólida para el trato diferencial), el bien común (vivir
en comunidad implica ciertas restricciones para el individuo), ética religiosa (las normas
derivan de una autoridad espiritual) y ética de la información (reglamentos y códigos que
rigen la creación, la organización, la divulgación y el uso de la información).
Como ninguna teoría por sí misma puede dar respuesta a todos los aspectos éticos que se
derivan del diseño y el uso de las innovaciones técnicas, la opción más pragmática es
adoptar una aproximación híbrida. Esta ética híbrida es defendida por Wallach y
Allen [7] como combinación de teorías que van de arriba a abajo (esto es, las que usan
principios racionales para derivar las normas éticas) y las que van de abajo hacia arriba (es
decir, las que infieren las normas generales a partir de situaciones concretas).
Ahora bien, ¿dónde encontramos estas situaciones concretas? Stephenson [8] afirma que
«lo que las narraciones de ciencia ficción hacen mejor que ninguna otra cosa es dar no sólo
una idea de innovación tecnológica concreta, sino también ofrecer un marco coherente de
cómo aquella innovación será integrada en la sociedad, la economía y la vida de la gente».
Así, algunos cursos sobre ética y tecnología recurren a los relatos de ciencia ficción para
ejemplificar situaciones concretas que permitan visualizar el conflicto ético. Los temas
explorados en las obras clásicas de Asimov, Dick, Bradbury, Orwell, Huxley, Hoffman,
Shelley, Capek, Wells, Sturgeon, Silverberg o Keyes, como las tres leyes de la robótica, las
niñeras robóticas, el debate sobre seguridad versus libertad, la pérdida de la privacidad, el
totalitarismo tecnológico, los sustitutos emocionales, las réplicas humanas, la incidencia en
el mercado laboral, la responsabilidad moral, la pérdida de control por parte de los
humanos, los sesgos de la alta tecnología, la distancia entre la manipulación y la
automatizacióno el mejoramiento humano y el posthumanismo son de gran relevancia a raíz
del desarrollo de la IA.
Dada esta relevancia, es natural que los docentes de ética en los grados tecnológicos
recurran a este tipo de relatos para ejemplificar situaciones a las que el alumnado pueda ser
sensible o a las que tendrán que hacer frente en la práctica profesional, a fin que reflexionen
o debatan. Tras cinco ediciones del curso Ciencia ficción y ética computacional en la
Universidad de Kentucky y dos en la Universidad de Illinois, Chicago, Burton et
al. [9] afirman que, en su experiencia, «recurrir a la ficción para enseñar ética permite al
alumnado hablar y razonar con seguridad sobre cuestiones difíciles y emocionalmente
connotadas sin llevar el debate al terreno personal». Además, destacan que los relatos son
alentadores para los estudiantes, y dan cuenta de descubrimientos muy interesantes hechos
a lo largo de los años que merecen una atenta lectura.
La ciencia ficción contemporánea hace referencia a muchas de las cuestiones éticas de las
novelas clásicas, pero enfocadas desde una perspectiva actual: por ejemplo, las
preocupaciones de hoy en día a raíz de las tecnologías digitales, el uso intensivo de los
teléfonos móviles, el extendido uso de las redes sociales, la toma automática de decisiones
guiada por artilugios de inteligencia artificial, los juegos de inmersión en realidades
virtuales, los algoritmos que hacen uso del Big Data… Es por todo esto que se generan
debates interesantes [10]. La figura 1 muestra algunas series y películas centradas en estas
cuestiones. La serie Black Mirror es una obra maestra que, en cada capítulo, lleva una
tecnología particular a sus consecuencias extremas, y la película Her retrata a un hombre
que se enamora del sistema operativo de su ordenador, trasladando el título The
Sandman de Hoffmann a un paradigma digital contemporáneo. En cuanto a robótica,
destacaría la serie Real Humans, donde robots casi-humanos coexisten con humanos y a
menudo compiten con ellos, y la película Surrogates, donde cada ciudadano tiene un avatar
controlado desde casa que puede mover por la ciudad y que interactúa con humanos. La
película Robot and Frank muestra la relación entre un Frank envejecido y su cuidador
artificial, y merece especial mención por su realismo y valor educativo: fue la base para un
curso en línea sobre ética y robótica a través de la plataforma ‘Teach with Movies’ [11],
entre otros.
Figura 1. Series y películas de ciencia ficción que tratan cuestiones éticas generadas por las
tecnologías digitales, especialmente la IA y la robótica.
En cuanto a libros pensados para la enseñanza de cursos de ética en grados tecnológicos a
través de la ciencia ficción, resaltaría los de Murphy [12], Nourbakhsh [13] y Torras [14];
ver en la figura 2. El editado por Murphy cuenta los principios clave de la IA; los relatos
que incluye –de Asimov, Vinge, Aldiss i Dick– tratan sobre las cuestiones de la
telepresencia, la robótica especializada en la imitación del comportamiento, la deliberación,
la validación, la interacción robot-humano, el valle inquietante, el procesamiento de
lenguas naturales, el aprendizaje automático y la ética. Cada narración es precedida por una
nota introductoria, ‘Mientras lees’, y va seguida de una discusión sobre las posibles
derivadas, ‘Después de la lectura’.
Figura 2. Tres libros publicados por MIT Press especialmente pensados para estudiantes
tecnológicos y basados en relatos de ciencia ficción.
Los otros dos libros a los que me referiré difieren del primero en dos aspectos: por un lado,
los autores son también autores de los relatos de ciencia ficción utilizados como ilustración
y, por otro lado, los libros no incluyen explicaciones sobre principios técnicos, pero buscan
explícitamente fomentar el debate sobre las implicaciones sociales y éticas de las
tecnologías de la información y la comunicación.
Con la descripción de posibles escenarios de futuro, Nourbakhsh genera preguntas sobre
hacia dónde estamos avanzando, y lo hace sin adoptar ni un punto de vista regulador ni un
tono marcadamente pedagógico. Como famoso investigador en robótica, el autor hace
comentarios muy lúcidos sobre temas como las estrategias de marketing en la red;
consecuencias del diseño no efímero; juguetes robóticos voladores que operan siguiendo la
mirada; telepresencia multimodal y multicontinental habilitada mediante un robot e incluso
la posibilidad de adoptar diferentes formas físicas gracias a los nanorobots. Nourbakhsh
examina la tecnología en que se basa cada widget y describe las consecuencias sociales de
cada escenario. Pero también ofrece una réplica: una robótica diseñada para fortalecer los
lazos cívicos y comunitarios.
En virtud de mi investigación en asistentes artificiales [15], me interesé progresivamente
por las implicaciones sociales y éticas de las tecnologías que estamos desarrollando,
concretamente con el objetivo de encontrar maneras de enseñar ética a los estudiantes con
perfiles tecnológicos. Esto me llevó a probar mi habilidad para escribir ficción: en la
novela La mutación sentimental (Torras, 2018) exploré como el hecho de ser criado por
niñeras artificiales, o de tener maestros robóticos y de compartir trabajo y ocio con
programas de IA, afectaría los hábitos intelectuales, emocionales y sociales de las
generaciones futuras. El leitmotiv de la novela es una cita del filósofo Robert C. Solomon
(1977): «son las relaciones que hemos construido las que a su vez nos modelan» [16]. Él se
refería a las relaciones humanas con nuestros padres, maestros y amigos, pero la frase se
puede aplicar también a los asistentes artificiales y a todo tipo de dispositivos interactivos,
si es que tienen que estar tan presentes en nuestras vidas.
La trama de la novela es la siguiente: Celia, una chica de trece años congelada a quien
criogenizaron porque sufría una enfermedad terminal, es curada y llevada de nuevo a la
vida en pleno siglo XXII para ser adoptada. A parte de los recuerdos, acarrea algo más del
pasado: sensaciones y emociones que ya no existen en el nuevo mundo. Esto es lo que más
atrae a Silvana, una mujer de mediana edad que trabaja como masajista emocional tratando
de recuperar las sensaciones que los humanos han perdido. Los sentimientos de Celia son
también un preciado material de investigación para Leo, un bioingeniero que está
diseñando una prótesis de creatividad para el misterioso Dr. Craft, propietario de la
importante compañía de robótica CraftER.
Siguiendo una sugerencia de la editora de MIT Press Marie L. Lee, incluí en el libro un
apartado final con 24 preguntas de contenido ético y apuntes para generar debate sobre las
situaciones que aparecen en la novela. Se publicó conjuntamente con una guía en línea para
el profesor y una presentación de 100 diapositivas para impartir un curso sobre ética en
robótica social e inteligencia artificial. El libro cubre seis temas: cómo diseñar el
«asistente» perfecto; la importancia del aspecto y de la simulación de emociones en los
robots para ser aceptados; la función de los programas de IA en el lugar de trabajo y en el
entorno educativo; el dilema entre la toma de decisiones automáticas y la libertad y
dignidad humanas, y la responsabilidad implícita de alojar cierto sentido moral en los
programas informáticos y los robots.
Cada capítulo de la guía del profesor sigue la misma estructura: arranca con alguna sección
destacada de la novela para pasar a introducir después el marco ético de la situación
conflictiva, seguida de cuatro preguntas y puntos para estimular el debate. El capítulo se
cierra con algunas cuestiones ya tratadas en capítulos anteriores. En la figura 3 aparecen
algunas diapositivas de muestra de la estructura de estos materiales docentes.
Figura 3. Muestra de diapositivas de los materiales docentes asociados con el libro La
mutación sentimental: en la parte superior, correspondencia entre las secciones en que se
distribuye el contenido ético y los capítulos de la novela, y estructura de cada sección; en la
parte inferior, algunas de las preguntas planteadas.
El libro y los materiales de apoyo docente han sido utilizados no sólo en los grados de
Ciencias de la Información e Ingeniería, sino también en los estudios de Filosofía y
Administración de empresas de varias universidades del mundo; de momento,
principalmente en España y EEUU, pero algunas universidades europeas ya han mostrado
interés para poder contar con ellos en los próximos cursos. Además, hay una versión en
catalán de los materiales adaptada a la educación secundaria y disponible en la web de
Pagès Editors, que también puede servir para generar debate en grupos de lectura, paneles,
mesas redondas y otros foros similares de discusión.
A modo de conclusión
La creciente interacción de los humanos con programas de IA en todo tipo de contextos
cotidianos genera importantes retos sociales y éticos que muy probablemente modificarán
nuestro futuro. Esto exige que los grados técnicos se acerquen a las Humanidades, por lo
que alumnos y profesionales tienen que ser conscientes de los posibles aspectos con los que
tendrán que lidiar a lo largo de su carrera y es necesario que aprendan a definirlos y a
debatir sobre ellos.
Hemos descrito tres propuestas recientes de investigadores en el ámbito de la IA y la
robótica: un libro que utiliza relatos clásicos para explicar los principios computacionales y
dos libros que confían en la ciencia ficción contemporánea para transmitir a los alumnos el
conocimiento de la tecnoética, con la característica singular que las ficciones que contienen
son también obra de los mismos investigadores. Así, los relatos ilustran exactamente los
aspectos que los autores quieren tratar, y el material es pedagógicamente motivador tanto
para lectores con perfil tecnológico como para los docentes y probablemente también para
cualquier lector aficionado a leer sobre alternativas de futuro.
Concluiré diciendo que la mayoría de la literatura de ciencia ficción es respetuosa con la
ciencia e intenta proyectar los hitos científicos hacia el futuro. Parece que la ciencia
empieza ahora a respetar también esta literatura visionaria y a encontrar en ella cierto
objeto de inspiración. La confluencia entre los dos ámbitos podría ser sumamente
productiva y es una muy buena noticia, dado que abre perspectivas interesantes para el
futuro inmediato.
1) RECONOCIMIENTOS
Este trabajo ha sido parcialmente posible gracias al apoyo del
Consejo de Investigación Europeo, bajo el programa de investigación
e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea, a través del
proyecto CLOTHILDE – CLOTH manIpulation Learning from
DEmonstrations (acuerdo de concesión núm. 741930), y la Agencia de
Investigación Española, a través del Sello de Excelencia María de
Maeztu concedido al IRI (MDM-2016 hasta 0656).
Actividades
2) ¿Qué debate se presenta en el texto anterior?
3) ¿ Cuál es el papel de la IA según este texto?
4) ¿ Cuál es la postura del Autores? Justifica con ejemplos.
5) ¿ Cuál es tu opinión al respecto del tema que se plantea en el
texto?