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Crítica de la Sexualidad y Represión

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PRÁCTICOS

Prácticos 10 a 12, IV. Crítica de la etiología: sexualidad y represión.

“TRES ENSAYOS DE TEORÍA SEXUAL” (1905)


En este texto se formaliza una teoría acerca de la sexualidad y hay un pasaje de la noción
de genitalidad al concepto de sexualidad pulsional.

1. Primer ensayo: Las aberraciones sexuales


La PULSIÓN SEXUAL: la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos
intrasomática en continuo fluir (A diferencia del estímulo, que es producido por excitaciones
singulares provenientes de fuera). Así, pulsión es uno de los conceptos del deslinde de lo
anímico respecto de lo corporal. Las pulsiones no son algo primario, no conforman una
totalidad, son parciales; en sí no poseen cualidad alguna, sino que han de considerarse
sólo como una medida de exigencia de trabajo para la vida anímica.
Lo que distingue a las pulsiones unas de otras y las dota de propiedades específicas es su
relación con sus fuentes somáticas y con sus metas, por eso actúan con independencia
unas de otras.
La fuente de la pulsión es un proceso excitador en el interior de un órgano, y su meta
inmediata consiste en cancelar ese estímulo de órgano.

La pulsión sexual, además, se comporta como la única fuerza energética constante de las
neurosis, en ella van a estar sostenidos los síntomas. Los síntomas neuróticos se van a
basar, por una parte, en la exigencia de las pulsiones libidinales y, por otra, en el veto del yo
en la reacción contra aquellas.
El psicoanálisis elimina los síntomas de los histéricos bajo la premisa de que son el sustituto
de una serie de procesos anímicos investidos de afecto, deseos y aspiraciones, a los que
en virtud de un particular proceso psíquico (La represión) se les ha denegado el acceso a su
tramitación en una actividad psíquica susceptible de conciencia. Estas formaciones de
pensamiento que han quedado relegadas al estado de lo inconsciente aspiran a una
descarga, y en el caso de la histeria la encuentran en el proceso de la conversión en los
síntomas.
- Un nuevo estatuto para los síntomas: no sólo son el sustituto de lo reprimido sino
que son un sustituto de aspiraciones que toman su fuerza de la fuente de la pulsión.
- Se resitúa el conflicto: entre el esfuerzo de la pulsión y la desautorización sexual. Así
las aspiraciones libidinosas se mudan en síntomas.

● Primer factor constitucional de la histeria: El carácter histérico permite


individualizar una cuota de represión sexual que rebasa la medida normal; un
aumento de las resistencias a la pulsión sexual (vergüenza, asco y moral); una
especie de huida instintiva frente a todo examen intelectual del problema sexual,
hasta llegar a una total ignorancia sexual aun después de alcanzada la madurez.
● Segundo carácter constitucional de la histeria: El despliegue hiperpotente de la
pulsión sexual. Se comprueba la existencia de un par de opuestos: Una necesidad
sexual hipertrófica y una desautorización de lo sexual llevada demasiado lejos.

La parcialidad de la pulsión: las pulsiones no son algo primario, es decir que no son
innatas, exceden lo biológico y nacen por apuntalamiento (de las pulsiones Yoicas-alimento
y luego se apuntalan hacia pulsiones sexuales).
La pulsión es parcial porque:
1. El cuerpo está recortado en múltiples partes/zonas erógenas, no es una totalidad, se
recorta por lo libidinal por la erogeneización que produce el otro en los primeros
cuidados.
2. Genitalidad: intervienen otras partes del cuerpo que no son los genitales.
3. Necesidad: nace a partir del apuntalamiento en la necesidad (pulsiones yoicas)
4. Objeto: de la satisfacción está perdido, entonces la satisfacción es parcial.

2. Segundo ensayo: La sexualidad infantil


Estímulos:
1. Externos: fisiológicos, se permite la huida y descarga mediante respuesta motriz,
colabora con el arco reflejo.
2. Internos: concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, la huída motriz es
ineficaz y son pulsionales.

Elementos de la pulsión
1. Esfuerzo/empuje: factor motor, es la suma de fuerza o la medida de exigencia de
trabajo que ella representa. Es una propiedad universal de las pulsiones, toda
pulsión es un fragmento de actividad.

2. Objeto: entre pulsión sexual y objeto no hay sino una “soldadura” donde la pulsión
parece traer consigo al objeto. Tiene un valor instrumental, es aquello por lo cual la
pulsión puede alcanzar su meta; es decir que la pulsión no se satisface en el objeto,
si no vía él. El objeto no está predeterminado, es lo más variable en la pulsión; y no
está enlazado originariamente con ella, sino que lo hace en el punto donde se
posibilita la satisfacción de la necesidad. Tiene valor de condición para la pulsión,
lleva a que esta se sostenga en el movimiento circular; la pulsión rodea al objeto, no
se satisface en él. Un lazo particularmente íntimo de la pulsión con el objeto se
acusa como fijación de aquella.
No necesariamente es un objeto ajeno; también puede ser una parte del cuerpo
propio. Puede ocurrir que el mismo objeto sirva simultáneamente a la satisfacción de
varias pulsiones.

3. Fuente: proceso semántico de excitación que se produce en una parte del


cuerpo/órgano. La fuente es entonces una zona erógena, un órgano erógeno
libidinal correspondiente a la pulsión, el cual no es anatómico meramente, si no que
parte la estimulación privilegiada a partir del intercambio con el otro primordial que
vía esos cuidados necesarios por la indefensión del cachorro humano se erogeiniza
el cuerpo del niño y ciertas zonas adquieren particular relevancia. En este punto el
cuerpo es recortado a partir de una geografía libidinal que parten de las marcas de
recorrido pulsional (por el intercambio con el otro de los primeros cuidados).

4. Meta: consiste en producir la satisfacción mediante la estimulación apropiada de la


zona erógena que se ha escogido. Para que se cree una necesidad de repetirla, esta
satisfacción tiene que haberse vivenciado antes. La necesidad de repetir la
satisfacción se trasluce por dos cosas:
- Un peculiar sentimiento de tensión, que posee más bien el carácter del displacer.
Parcialidad de la satisfacción: la satisfacción se engendra al mismo tiempo que la
tensión.
- Una sensación de estímulo o de picazón condicionada centralmente y proyectada a
la zona erógena periférica.
La meta sexual procurará sustituir la sensación de estímulo proyectada sobre la
zona erógena, por aquel estímulo externo que la cancela al provocar la sensación de
satisfacción..
Ocurre una satisfacción paradójica, ya que para cancelar el estado de estimulación que
parte de la zona erógena se requiere de un segundo estímulo exterior aplicado en la misma
zona, y ocurre un acrecentamiento de excitación.
Se obtiene un placer previo a la descarga, llamado placer preliminar; esto rompe con la idea
que tenemos un único placer asociado a la descarga ya que hay tensiones que son
placenteras. La meta permanece invariable para toda pulsión, pero los caminos que llevan a
ella pueden ser diversos.

Fases del desarrollo de la organización sexual: la vida sexual del adulto es el punto
cúlmine del desarrollo sexual, se produjo la unificación de las pulsiones sexuales, en una
primación de la pulsión genital. La meta es la reproducción, el acto sexual.
Una fase no supera a la otra, y en determinados momentos hay una zona erógena puntual.

1.Organizaciones pregenitales: Previas al primado genital


a. Fase oral/canibálica (Primera fase de masturbación infantil). Hay pasividad, la
nutrición y lo sexual comparten el objeto (pecho) y aparece el chupeteo como
“resto”; producto de la acción placentera del mamar, se independiza el chupetear del
mamar.
● “el chupeteo”: succión con la boca repetido rítmicamente, que no tiene como
fin la nutrición. El quehacer sexual se apuntala primero en una de las
funciones que sirven para la conservación de la vida, y sólo más tarde se
independiza de ella.
A partir del “chupeteo” como modelo de las exteriorizaciones sexuales
infantiles, se extraen tres caracteres esenciales de la pulsión: Autoerotismo,
Apuntalamiento, Zona erógena.

Exteriorizaciones de la sexualidad infantil: En el niño, la pulsión sexual se despierta


mediante los cuidados provistos por el otro. La exigencia pulsional y la respuesta frente a
ella van recortando un cuerpo erógeno. (El lugar del Otro como condición necesaria para la
pulsión.)
- Autoerotismo: esta práctica sexual es autoerótica, la pulsión no está dirigida a otra
persona, sino que se satisface en el cuerpo propio. Se busca un placer vivenciado y
ahora recordado.
- Apuntalamiento: las primeras mociones de la sexualidad aparecen en el lactante
apuntaladas en otras funciones importantes para la vida. El mamar del pecho
materno pasa a ser el punto de partida de toda la vida sexual. El pecho materno es
el primer objeto de la pulsión sexual. Luego, es resignado por el lactante en la
actividad del chupeteo, y sustituido por una parte del cuerpo propio. Esto le permite
independizarse del mundo exterior en cuanto a la ganancia de placer, y además le
suma excitación a una segunda zona del cuerpo.
- Zona erógena: es un sector de piel o de mucosa en el que estimulaciones de cierta
clase provocan una sensación placentera de determinada cualidad. La propiedad
erógena puede adherir prominentemente a ciertas partes del cuerpo. Existen
zonas erógenas predestinadas, pero además, tal como ocurre en el caso del
chupeteo, cualquier otro sector del cuerpo puede ser dotado de la excitabilidad de
los genitales y elevarse a la condición de zona erógena. Por tanto, para la
producción de una sensación placentera, la cualidad del estímulo es más importante
que la complexión de las partes del cuerpo

b. Fase anal (Primera fase de masturbación infantil): por medio del apuntalamiento, la
zona anal se vuelve la privilegiada en esta fase.
- Pulsión de apoderamiento: busca satisfacción mediante la retención de las
heces por el control de esfínteres.
- Polaridad sexual entre lo activo (función de retención y apoderamiento) y lo
pasivo (expulsión de las heces)
- Inauguración del “no”, posibilidad de autonomía frente a la demanda del otro.

2.Etapa genital (todavía no hay primado genital)


c. Fase fálica (Segunda fase de masturbación infantil): Se produce una insatisfacción
pulsional en relación a lo genital.
- Primeras teorías sexuales infantiles: son un reflejo de la constitución sexual
del niño, son una respuesta a su pulsión. Estas son actividades
investigadoras de interés práctico y se sostienen en la pulsión del
saber/investigar.
- Coincide con el complejo de Edipo.
- Se produce una primera elección de objeto erótico e incestuoso (padres).
Disposición perversa polimorfa: El niño es un perverso polimorfo porque presenta
múltiples manifestaciones sexuales y hace uso de zonas erógenas (placer autoerótico) sin
posesión de los diques psíquicos.

d. Período de latencia (Pausa de las fases, no pertenece a las de masturbación


infantil): Se da la represión de la sexualidad infantil, dando lugar a la amnesia
infantil. Esta represión empieza a adquirir carácter estructural y constitutivo.

Amnesia Infantil: Alude a la particular amnesia que en la mayoría de los seres humanos
cubre los primeros años de su infancia. Esas impresiones que hemos olvidado dejaron las
más profundas huellas en nuestra vida anímica y pasaron a ser determinantes para todo
nuestro desarrollo posterior. Es una amnesia semejante a la que se observa en los
neuróticos, dada por la represión.
Esta amnesia infantil, que oculta los comienzos de la vida sexual del individuo, es la
culpable de que no se haya otorgado valor al período infantil en el desarrollo de la vida
sexual. (Relación entre represión y sexualidad. La amnesia infantil oculta los
comienzos de la propia práctica sexual.)

- Se constituyen los diques psíquicos: asco, vergüenza, moral. Contienen la


pulsión sexual, como una barrera.
- Sublimación: en el inicio de la primaria, los niños desvían la energía pulsional
sexual hacia metas culturalmente aceptadas no sexuales.
- Formaciones reactivas: fuerzas anímicas contrarias a lo que vale como
pulsional reprimido. Son un esfuerzo de la actitud opuesta a lo reprimido.
Fortalecimiento de aquella actitud opuesta (corriente tierna) a lo que vale
como moción pulsional reprimida (actitud hostil y erótica hacia los padres)

e. Pubertad (Tercera fase de masturbación infantil): Se producen cambios en la vida


sexual, que van a llevar a la adultez. Hay una maduración de los órganos sexuales
primarios y secundarios.
- Meta de reproducción.
- Las pulsiones parciales se subordinan al primado de la zona erógena genital,
aunque siempre haya un resto de satisfacción autoerótica.
- Segundo tiempo de elección de objeto sexual, que implica renunciar a los
objetos eróticos infantiles e incestuosos, se elige uno exogámico. (si se
parecen a los de la infancia, se elige “por apuntalamiento”. Si tiene rasgos
similares a uno mismo, se denomina “narcisista”.). Desde el “lado psíquico”
se consuma el hallazgo de objeto (de amor). El objeto de amor que se
encuentra es por la vía de la búsqueda del objeto perdido de la pulsión.
- Unificación de la corriente tierna y sexual.

d. Adulto

3. Tercer ensayo: La metamorfosis de la pubertad.


La elección de objeto se realiza en dos tiempos. La primera se inicia entre los dos y los
cinco años, y el periodo de latencia la detiene o la hace retroceder; se caracteriza por la
naturaleza infantil de sus metas sexuales. La segunda sobreviene con la pubertad y
determina la conformación definitiva de la vida sexual.
Los resultados de la elección infantil del objeto son inaplicables para la pubertad, debido a
la
represión que se sitúa en ambas fases. Las metas sexuales se han atemperado y solo
pueden figurar en lo que se llama la corriente tierna de la vida sexual. La elección del objeto
de la pubertad tiene que renunciar a los objetos infantiles y empezar de nuevo como
corriente sensual. La no confluencia de las dos corrientes hace que no se puedan unificar
todos los anhelos en un objeto (Siendo esta uno de los ideales de la vida sexual).

Durante los procesos de la pubertad se afirma el primado de las zonas genitales. Al mismo
tiempo, desde el lado psíquico, se consuma el hallazgo de objeto, preparado desde la más
temprana infancia. Cuando la primerísima satisfacción sexual estaba todavía conectada con
la nutrición, la pulsión sexual tenía un objeto fuera del cuerpo propio: El pecho materno. Lo
perdió sólo más tarde, quizá justo en la época en que el niño pudo formarse la
representación global de la persona a quien pertenecía el órgano que le dispensaba
satisfacción. Después la pulsión sexual pasa a ser, regularmente, autoerótica, y sólo luego
de superado el período de latencia se restablece la relación originaria. El hallazgo de
objeto es propiamente un reencuentro.

La barrera del incesto: Cuando la ternura que los padres vuelcan sobre el niño ha evitado
despertar la pulsión sexual prematuramente, aquella pulsión puede lograr su cometido:
Conducir al niño, llegado a la madurez, hasta la elección del objeto sexual. Lo más
inmediato para el niño sería escoger como objetos sexuales justamente a las personas a
quienes desde su infancia ama. Pero, en virtud del diferimiento de la maduración sexual, se
ha ganado tiempo para erigir la barrera del incesto, y para implantar en él los preceptos
morales que excluyen expresamente de la elección de objeto, por su calidad de parientes
consanguíneos, a las personas amadas de la niñez.
Pero la elección de objeto se consuma primero en la representación; y es difícil que la vida
sexual del joven que madura pueda desplegarse en otro espacio de juego que el de las
fantasías, o sea, representaciones no destinadas a ejecutarse. A raíz de estas fantasías
vuelven a emerger las inclinaciones infantiles, sólo que ahora con un refuerzo somático. Y
entre éstas, en primer lugar, la moción sexual del niño hacia sus progenitores, casi siempre
ya diferenciada por la atracción del sexo opuesto: La del varón hacia su madre y la de la
niña hacia su padre.
Contemporáneo al doblegamiento y la desestimación de estas fantasías claramente
incestuosas, se consuma uno de los logros psíquicos más importantes, pero también más
dolorosos, del período de la pubertad: El desasimiento respecto de la autoridad de los
progenitores.

“MIS TESIS SOBRE EL PAPEL DE LA SEXUALIDAD EN LA ETIOLOGÍA DE LAS


NEUROSIS” (1906)
En este texto se marca un momento de ruptura y quiebre, se trata de un giro conceptual que
introduce y formaliza el concepto de pulsión. Con ello, se busca formalizar una teoría de la
sexualidad (momento inaugural de la teoría de la sexualidad).

Hasta ahora, Freud veía a los síntomas histéricos como efectos persistentes de traumas
psíquicos (“factor accidental”), cuyo afecto no pudo ser abreaccionado, facilitándose una
vía anormal en la inervación corporal. Por la aplicación del método catártico, se rastrean
cada vez más lejos estos traumas psíquicos, y al final se llegaba a vivencias que
pertenecían a la infancia del enfermo y guardaban relación con su vida sexual. Sin tomar en
cuenta estos traumas sexuales de la infancia no era posible esclarecer los síntomas, ni
prevenir su reaparición.
● La histeria es la expresión de un comportamiento particular de la función sexual del
individuo, este comportamiento está marcado por las influencias y vivencias
recibidas en la infancia.

En esta época, nota que el material todavía limitado de entonces le había proporcionado un
número desproporcionadamente grande de casos en que la seducción por adultos u otros
niños desempeñaba el papel principal en la historia infantil, sobreestimando la frecuencia de
estos sucesos.
Introduce un cambio en la teoría planteando que los síntomas ya no aparecían más
como retoños directos de los recuerdos reprimidos de vivencias sexuales infantiles,
sino que entre los síntomas y las impresiones infantiles se intercalaban las fantasías
de los enfermos producidas en los años de la pubertad. Éstas se van a construir a partir de
los recuerdos infantiles, rebasándolos.
● Fantasías: Freud no puede distinguir entre los “espejismos mnémicos” de los
histéricos acerca de su infancia y las huellas de los hechos reales. Se toma a la
fantasía como un intento de defenderse del recuerdo de la propia práctica sexual.
Esta práctica sexual infantil marca la dirección que seguirá la vida sexual tras la
madurez.
La fantasía tiene un valor de verdad, se construye a partir de recuerdos infantiles y
se traducen directamente en los síntomas (Síntoma: figuración de una fantasía de
contenido sexual). Es una satisfacción sexual pulsional sustitutiva.

Tras esta modificación:


- Los traumas sexuales infantiles fueron sustituidos por el infantilismo de la
sexualidad: se deja de lado el “factor accidental” (teoría de seducción) para
pasar a lo “constitucional” (infantilismo de la sexualidad), aquello dado por la
composición de la pulsión.
- Nueva conceptualización de Defensa: La defensa en términos patológicos pasa a
llamarse ahora Represión, en términos estructurales. La represión se define
entonces como un mecanismo de defensa ante lo pulsional en la práctica sexual de
todos los niños. La enfermedad corresponde a un fracaso de la defensa.

Concepto de Pulsión: Estímulo que proviene del interior del cuerpo (somático) pero que se
resuelve, regula o tramita en lo psíquico. Comprende lo genital pero lo excede. Este
concepto da cuenta del término de “trauma”, permite una revisión del concepto de “síntoma”
y también del de “represión”. La sexualidad pulsional se imprime más allá de cualquier
acontecimiento, es estructural.

En personas “normales” se encuentran las mismas escenas infantiles que en los


neuróticos, la seducción juega en ellas idéntico papel. Entonces, no importan las
excitaciones sexuales que un individuo hubiera experimentado en su infancia, sino su
reacción frente a estas vivencias, si había respondido o no con la represión a estas
impresiones.
El individuo neurótico genéticamente maduro trae desde su infancia una cuota de
represión sexual, que se exterioriza ante los reclamos de la vida real. La enfermedad se
contrae por el conflicto entre la libido (pulsión sexual) y la represión sexual, el síntoma
es una formación de compromiso entre ellas.
● Normal: represión de ciertas pulsiones parciales y ciertos componentes de las
disposiciones constitucionales infantiles (Represión adecuada), y subordinación de
los restantes bajo el
primado genital (reproducción).
● Perversión:desarrollo hiperpotente de alguna de estas pulsiones parciales, la
represión es nula o insuficiente.
● Neurosis: represión excesiva de las aspiraciones libidinosas, es el negativo de la
perversión.

AXIOMAS:
“Los síntomas son la práctica sexual de los enfermos”: los síntomas son figuraciones
convertidas de fantasías que tienen por contenido una situación sexual. La pulsión sexual
reprimida se satisface en los síntomas, es decir que el síntoma conlleva una satisfacción
sexual sustitutiva.
“La neurosis es el negativo de la perversión”: la neurosis implica un pasaje por la
represión, lo que el neurótico fantasea es lo que el perverso lleva a cabo.

FRAGMENTO DE UN ANÁLISIS DE UN CASO DE HISTERIA (“DORA”)


Dora era una joven de 18 años. Su familia estaba conformada por sus padres y un hermano
mayor que ella.
A los 8 años, Dora sufría de disnea, que había aparecido por primera vez durante una
excursión por las montañas, siendo atribuido a un surmenage (síndrome de fatiga crónica).
Esta disnea, luego de unos meses de reposo, había desaparecido.
A los 12 años, Dora sufría de migraña y ataques de tos nerviosa; al principio se presentaban
siempre juntos, hasta que los dos síntomas se separaron y experimentaron un desarrollo
diferente. Las migrañas se hicieron cada vez más raras y a los 16 años habían
desaparecido. Los ataques de tos nerviosa perduraron durante varias semanas, y en una
ocasión varios meses.
Cuando entra en tratamiento con Freud, a los 16 años, estaba aquejada de tos y afonía.
Desde tiempo atrás el diagnóstico era siempre nerviosismo. Luego de instalarse con su
familia en Viena, Dora había crecido floreciente e inteligente, pero causaba a sus padres
serios cuidados. Los signos principales de su enfermedad ahora eran desazón y alteración
del carácter. Dora no estaba satisfecha consigo misma ni con los suyos, enfrentaba
hostilmente a su padre y no entendía a su madre, que a toda costa quería atraerla a las
tareas domésticas y ella quería evitar el trato social.
Un día sus padres se horrorizaron al encontrar en el escritorio de Dora una carta en la que
se despedía, porque ya no podía soportar más la vida. Si bien el padre, no consideró que la
amenaza de Dora de suicidarse fuera seria, determina que debía ponerse bajo el
tratamiento de Freud.
Para Freud, desde un comienzo, tenía todas las características de una histeria, con los
síntomas somáticos y psíquicos más comunes: disnea, tos nerviosa, afonía, migrañas,
depresión de ánimo.
La familia de Dora tenía una amistad con un matrimonio, la familia K. La señora K había
cuidado al padre de Dora durante su periodo de enfermedad. El señor K había sido siempre
muy amable con Dora; en un momento ella le cuenta a su madre, que durante un paseo con
el señor K, éste le había hecho una insinuación amorosa. El padre de Dora al enterarse, le
pide explicaciones al señor K, quien desmiente la situación y la inculpa, ya que la señora K
le había dicho que Dora se interesaba en asuntos sexuales y leía libros sobre tópicos
relacionados, y debido a esto había imaginado esa escena.
En la vivencia de Dora y el señor K, Freud encontraba el trauma psíquico como condición
previa para la génesis de una histeria; pero Dora ya había tenido síntomas antes de escena,
tenía que haber alguna otra vivencia traumática. Luego de superadas las primeras
dificultades, Dora le comunica a Freud una vivencia anterior con el señor K: cuando Dora
tenía 14 años, el señor K se las había ingeniado para quedarse a solas con ella, la abrazó
fuerte y la besó en la boca. Freud opina que esa situación le debió haber causado
excitación a una joven virgen de 14 años, pero en aquel momento a Dora le produjo
repugnancia y salió corriendo; ambos lo mantuvieron en secreto.
Según Freud, la conducta de Dora ya era totalmente histérica. Dora no perdonaba al padre
por continuar su amistad con el matrimonio K, y decía que era obvio que entre su padre y la
señora K había una relación amorosa. A Dora le molestaba que su padre no le creyera y se
le imponía la idea de que su padre la entregaba al señor K, como compensación de su
tolerancia a las relaciones con su mujer.
Freud opina que si bien Dora tenía razón, también es cierto que Dora había actuado igual
que su padre; permitió que su padre se viera con la señora K, así ella podía ver al señor K.
Freud aseguraba que ella estaba enamorada del señor K, ella lo rechazaba; aunque luego
admite que tal vez hubiera estado enamorada del señor K durante una época, pero que
luego cambio tras sus insinuaciones.
Los ataques de tos y afonía solían durar de tres a cinco semanas, el mismo tiempo que el
señor K se ausentaba. Para Freud, la interpretación simbólica era que, cuando el señor K
se iba de viaje, ella renunciaba a hablar; el hacerlo había perdido valor, dado que no podía
hablar con él; la afonía expresaba a través de su conversión su amor por el señor K.
PRIMER ESCLARECIMIENTO SOBRE LA AFONÍA.
Las quejas de Dora contra su padre se repetían y al hacerlas Dora tosía continuamente, ella
insistía con que la señora K solo amaba a su padre porque era un hombre de recursos,
acaudalado, y Freud resalta que en “hombre acaudalado de recursos” se oculta su
contraria, que el padre era un hombre sin recursos en términos sexuales, que era
impotente; Freud señala esta contradicción y dora le responde diciendo que sabía que
había más de una manera de satisfacción sexual haciendo referencia a aquellas partes del
cuerpo que en ella se encontraba en estado de irritación (Garganta, cavidad bucal). Se
produce un esclarecimiento de la fantasía icc, en la tos se figura una fantasía sexual que
pone en juego la satisfacción sexual oral.
Para Freud entonces la interpretación del síntoma en la garganta de Dora tenía una
sobredeterminación: por un lado figuraba la fantasía sexual, de sexo oral en las
relaciones entre su padre y la señora K; y por otro, hacía referencia a las ausencias del
señor K, expresando su amor por él; al menos uno de los significados del síntoma
corresponde a la figuración de una fantasía sexual.

Para Freud, todo síntoma histérico requiere de la contribución de dos partes:


1. Solicitación somática: proceso de excitación en el interior de un órgano del cuerpo, o
relativo a este – zona erógena-. es el proceso de excitación de la ZE determinada, se
produce una vez a no ser que se le suelde un sentido -significado psíquico del síntoma-.

2. El sentido del síntoma, un significado psíquico que está dado por las fantasías-
pensamientos icc; el síntoma histérico no trae consigo este sentido, le es prestado, es
soldado con él, y en cada caso puede ser distinto depende de la naturaleza de los
pensamientos sofocados que pugnan por expresarse. La ZE se ofrece a las fantasías icc
como lugar y medio de expresión.

Luego la paciente trae un recuerdo que confirma la interpretación, sucedió en sus años de
infancia donde estaba sentada en el suelo chupándose el pulgar de la mano izquierda,
mientras con la derecha daba tironcitos al lóbulo de la oreja de su hermano, que estaba ahí
quieto, sentado. Esto produce una INTENSA ACTIVACIÓN DE LA ZE ORAL, (mucosa de
los labios y de la boca) a temprana edad que es la condición para la posterior solicitación
somática

● La PRE CONDICIÓN SOMÁTICA (intensa activación de ZE oral a temprana edad),


esta es condición necesaria para que una zona erógena se ofrezca como medio de
expresión para una fantasía icc. En este caso es la escena de su infancia con su
hermano.
Ponemos el acento en la fuente que entrama un circuito pulsional privilegiado para
este sujeto (Dora), es decir, la pulsión adquiere un recorrido que se intenta repetir
una y otra vez (hay una fijación)
La fantasía tapa y por otro lado revela la propia práctica sexual infantil como intento
de defenderse de ésta.
● SOLICITACIÓN SOMÁTICA En Dora sería el cosquilleo en la garganta y tos.
● SENTIDO, está dado por la fantasía, el síntoma de la tos esta sostenido por una
fantasía icc y sexual: succión del miembro viril; fantasía que sostiene el síntoma
junto con el factor cuantitativo de lo pulsional.

Prácticos 12 a 16, V. Segundo ordenamiento metapsicológico.

“NOTA SOBRE EL CONCEPTO DE LO INCONCIENTE EN PSICOANÁLISIS” (1912)


La metapsicología permite abordar un fenómeno psíquico desde 3 aspectos:
● Tópico: en qué instancias/sistemas ocurre cada fenómeno. supone una
diferenciación del aparato psíquico en cierto número de sistemas dotados de
características o funciones diferentes y dispuestos en un determinado orden entre sí,
lo que permite considerarlos metafóricamente como lugares psíquicos de los que es
posible dar una representación espacial figurada. La primer tópica divide al aparato
psíquico en sistemas: Icc - Prcc - Cc
● Dinámico: qué fuerzas intervienen en los procesos (atracción-repulsión).
● Económico: factor cuantitativo, es el qué ocurre a nivel de investiduras energéticas.
Se relaciona con la hipótesis según la cual los procesos psíquicos consisten en la
circulación y distribución de una energía cuantificable (energía pulsional), es decir,
susceptible de aumento, de disminución y de equivalencias.

Las representaciones: pueden estar presentes en la conciencia, desaparecer y reaflorar


desde el recuerdo. En el intervalo, la representación estuvo presente, pero latente en cuanto
a conciencia.
Se designa consciente a las representaciones que están presentes en nuestra consciencia y
de las que nos percatamos, en cambio las latentes se denotan con el término inconsciente,
son representaciones de las que no nos percatamos.

Tras la formulación de los conceptos de pulsión y represión, Freud busca rigurosidad


conceptual y teórica acerca del ICC examinando las ambigüedades del este y clasificandolo
de la siguiente manera:
1. ICC descriptivo (ICC LATENTE --- MEMORIA / ASOCIACIÓN): Una Representación
puede ser ICC por el momento, es decir, encontrarse latente, debido a su debilidad
(se denomina débil a una R cuando no hay conflicto y puede acceder a la cc). El
ICC tiene que ver con el PCC ya que con un poco de esfuerzo se puede recordar, no
se encuentra reprimido.

2. ICC dinámico (ICC EFICIENTE --- HIPNOSIS / SÍNTOMAS): Aquellas R que a pesar
de su intensidad y su acción eficiente se mantienen alejadas de la consciencia. Al
producto de lo inconsciente eficaz le es imposible penetrar en la conciencia, es
excluido de la conciencia por unas fuerzas vivas que se contraponen a su
aceptación, mientras que no estorban a otros pensamientos, los preconscientes.
Ejemplo: a una persona en estado de hipnosis, el médico le impone la orden de
ejecutar una acción. Cuando despierta a la hora indicada por el médico, efectúa la
acción requerida. La idea de la acción devino objeto de la conciencia en un momento
determinado, de manera eficiente, y fue transferida a la acción tan pronto como la
conciencia se percató de su presencia. El estímulo real era la orden del médico, la
cual devino eficiente a pesar de no ser acogida en la conciencia, por lo que fue a la
vez eficiente e inconsciente.

La vida anímica del paciente histérico rebosa de pensamientos eficientes, pero


inconscientes; de ellos provienen todos los síntomas. Es el carácter más llamativo
de las neurosis el estar gobernada por representaciones inconscientes. Por ej. En el
caso del vómito, la idea icc de estar embarazado no se representa en la conciencia,
solamente puede hacerse presente por medio del procedimiento psicoanalítico.

3. ICC sistemático (ESTUDIO DE LOS SUEÑOS): Pensar al Icc como un sistema,


implica que es un sistema con procesos y reglas específicas de funcionamiento
[Ausencia de contradicción, proceso primario (movilidad de las investiduras),
carácter atemporal y sustitución de la realidad exterior por la psíquica. Leyes de
condensación y desplazamiento).

Un pensamiento latente o inconsciente no necesariamente es débil, su presencia en la


vida anímica admite pruebas indirectas de la mayor fuerza. Freud designa con el término
preconsciente a aquellos pensamientos latentes que por su debilidad no se encuentran en
la consciencia, pero que devienen conscientes tan pronto recobran su fuerza y reserva con
el nombre de inconsciente a aquel grupo que no sólo designa pensamientos latentes en
general, sino, en particular, pensamientos con un cierto carácter dinámico, es decir,
aquellos que a pesar de su intensidad y su acción eficiente se mantienen alejados de la
conciencia.

Lo inconsciente es una fase regular e inevitable en los procesos que fundan nuestra
actividad psíquica; todo acto psíquico comienza como inconsciente, y puede permanecer tal
o bien avanzar desarrollándose hasta la conciencia, según que tropiece o no con una
resistencia. El distingo entre actividad preconsciente e inconsciente no es primario, sino que
sólo se establece después que ha entrado en juego la defensa.

“LA REPRESIÓN” (1915).


La represión es el destino que encuentra una moción pulsional al chocar con resistencias
que quieren hacerla inoperante. Si se tratase del efecto de un estímulo exterior, la huida
sería el medio apropiado. En el caso de la pulsión, de nada vale la huida, pues el Yo no
puede escapar de sí mismo.
La satisfacción de la pulsión sometida a la represión es siempre placentera en sí misma,
pero sería inconciliable con otras exigencias y designios. Por tanto, produciría placer en un
lugar y displacer en otro. La condición para la represión es que el motivo de displacer
cobre un poder mayor que el placer de la satisfacción.

La represión no es un mecanismo de defensa presente desde el origen; no puede


engendrarse antes que se haya establecido una separación nítida entre actividad
consciente y actividad inconsciente, y su esencia consiste en rechazar algo de la
conciencia y mantenerlo alejado de ella. Represión e inconsciente aparecen así como
términos correlativos, la represión funda el inconsciente.

Fases de la represión
1) Represión primordial/Primaria: Consiste en que al representante psíquico de la pulsión
se le deniega la admisión en lo consciente. Así se establece una fijación; a partir de ese
momento el representante psíquico en cuestión persiste inmutable y la pulsión sigue ligada
a ella.
2) Represión propiamente dicha: Recae sobre los retoños psíquicos de la agencia
representante reprimida o sobre pensamientos que han entrado en un vínculo asociativo
con él. A causa de ese vínculo, tales representaciones experimentan el mismo destino que
lo reprimido primordial. La represión propiamente dicha es entonces un esfuerzo por dar
caza, la repulsión que se ejerce desde lo consciente sobre lo que ha de reprimirse; pero por
otro lado, la atracción que lo reprimido primordial ejerce sobre todo aquello con lo cual
puede ponerse en conexión.
3) Retorno de lo reprimido: Proceso en virtud del cual los elementos reprimidos, al no
quedar nunca abolidos por la represión, tienden a reaparecer y lo hacen de un modo
deformado, en forma de transacción. La represión no impide al representante de la pulsión
seguir existiendo en lo inconsciente, continuar organizándose, formar retoños y anudar
conexiones. Prolifera desde las sombras y encuentra formas extremas de expresión.

La represión sólo perturba el vínculo con un sistema psíquico, el de lo consciente. Ni


siquiera es cierto que la represión mantenga apartados de lo consciente a todos los retoños
de lo reprimido primordial. Si estos se han distanciado lo suficiente del representante
reprimido, sea por las desfiguraciones que adoptaron o por el número de eslabones
intermedios que se intercalaron, tienen el acceso a lo consciente. Es como si la resistencia
que lo consciente les opone fuese una función de su distanciamiento respecto de lo
originariamente reprimido.

Características de la Represión:
La represión trabaja, entonces, de manera en alto grado individual; cada uno de los
retoños de lo reprimido puede tener su destino particular.
Otra característica de la represión es su movilidad. El proceso de la represión no es un
acontecer que se consumará de una sola vez y tendría un resultado perdurable, sino que
exige un gasto de fuerza constante; si cediera, peligraría su resultado haciéndose necesario
un nuevo acto represivo.
Lo reprimido ejerce una presión continua en dirección a lo consciente, a raíz de lo cual el
equilibrio tiene que mantenerse por medio de una contrapresión incesante. El
mantenimiento de una represión supone, por tanto, un dispendio continuo de fuerza, y
en términos económicos su cancelación implicaría un ahorro.

Una moción pulsional puede encontrarse en diversos estados:


Puede estar inactiva, es decir, escasamente investida con energía psíquica, o investida en
grados variables y así habilitada para la actividad. Su activación no tendrá la consecuencia
de cancelar directamente la represión. La medida de la activación o investidura suele decidir
el destino de cada representación singular.
Un retoño representante de energía baja permanece no reprimido, aunque su contenido
sería idóneo para provocar un conflicto con lo que impera en lo consciente. El factor
cuantitativo resulta decisivo para el conflicto; tan pronto como esa representación en el
fondo chocante se refuerza por encima de cierto grado, el conflicto deviene actual y
precisamente la activación conlleva la represión.
Por tanto, en materia de represión, un aumento de la investidura energética actúa en el
mismo sentido que el acercamiento a lo inconsciente, y una disminución, en el mismo
que el distanciamiento respecto de lo inconsciente o que una desfiguración.

Las tendencias represoras pueden encontrar en el debilitamiento de lo desagradable un


sustituto de su represión. Un representante de pulsión es una representación o un grupo
de representaciones investidas desde la pulsión con un determinado monto de energía
psíquica (libido, interés). Junto a la representación se encuentra el monto de afecto, que
puede experimentar un destino de represión totalmente diferente del de la representación.
Freud separa entonces en cuanto a represión, representación por un lado, y la energía
pulsional que se adhiere a esta, por el otro.

El destino general de la representación representante de la pulsión es desaparecer de lo


consciente si antes fue consciente, o seguir coartada de la conciencia si estaba en vías de
devenir consciente.
El factor cuantitativo de la agencia representante de pulsión tiene tres destinos posibles:
- La pulsión es sofocada por completo, de suerte que nada se descubre de ella (Histeria de
conversión).
- Sale a la luz como un afecto coloreado cualitativamente de algún modo (Neurosis
obsesiva).
- Se muda en angustia (Fobia).

La represión no tenía otro motivo ni propósito que evitar el displacer. De ahí se sigue que el
destino del monto de afecto de la representación importa mucho más que el destino de la
representación en sí. Si una represión no consigue impedir que nazcan sensaciones de
displacer o de angustia, la misma ha fracasado, aunque haya alcanzado su meta en el otro
componente, la representación.
La represión deja síntomas como secuelas, pero no es la represión en sí misma la que crea
formaciones sustitutivas y síntomas, sino que estos últimos, en cuanto indicios de un retorno
de lo reprimido, deben su génesis a procesos por entero diversos, aunque convergen. Los
mecanismos de la represión tienen en común la sustracción de investidura enérgica (o
libido, si tratamos de pulsiones sexuales).

En la fobia la representación fue sustituida vía desplazamiento por otro objeto, y el monto
de afecto se ha transpuesto en angustia. Una represión como la del caso de la fobia puede
definirse como radicalmente fracasada. La obra de la represión consistió solamente en
eliminar y sustituir la representación, pero el ahorro de displacer no se consiguió en modo
alguno.
En la histeria de conversión se consigue hacer desaparecer completamente el monto de
afecto. El contenido de la representación se ha sustraído radicalmente de la consciencia y
como formación sustitutiva se encuentra una inervación hiperintensa ─ generalmente
somática─ ya sea como inhibición o excitación, sensorial o motriz. El lugar hiper inervado se
revela como una porción de la representación que ha atraído hacia sí la investidura integra.
La represión de la histeria puede juzgarse totalmente fracasada en la medida en que sólo se
ha vuelto posible mediante unas extensas formaciones sustitutivas; pero con respecto a la
finiquitación del monto de afecto, que es la genuina tarea de la represión, por regla general
constituye un éxito completo.
La neurosis obsesiva descansa en la premisa de una regresión por la cual una aspiración
sádica reemplaza a una aspiración tierna. Este impulso hostil hacia una persona amada es
el que cae bajo la represión. Primero alcanza un éxito pleno, el contenido de representación
es rechazado y se hace desaparecer el afecto. Como formación sustitutiva hallamos una
alteración del Yo en la forma de unos escrúpulos de conciencia extremos, lo cual no puede
llamarse propiamente un síntoma.
Esa represión inicialmente buena no resiste. El afecto desaparecido retorna mudándose en
angustia social, en angustia de la conciencia moral, en reproches sin medida; la
representación rechazada se reemplaza mediante un sustituto por desplazamiento, a
menudo por desplazamiento a lo ínfimo, a lo indiferente (falso enlace).

“TÓTEM Y TABÚ” (1913)


Este texto busca responder la pregunta de cómo se originó la sociedad humana, y el por
qué de sus características y organización. Para esto, Freud parte de las religiones más
antiguas, utilizando la totémica.
- Un tótem es un objeto o animal sagrado y venerado. En la religión totémica se
practicaba un ritual en el que una vez al año se sacrificaba al tótem, se lo comían y
se festejaba. Ese día también se levantaban ciertas normas.
La hipótesis de Freud es que el tótem representa a la figura paterna.
1. La horda primitiva: Darwin sostenía que la primera forma de organización fue la
horda primitiva.
- Orden de la naturaleza
- Padre (Padre primordial) tirano, despótico y violento que se impone por la
fuerza, envidiado y odiado por sus hijos. Acceso a todas las hembras. Mata a
sus hijos cuando crecen o los expulsa para no ser cuestionado.

2. Asesinato del padre: En algún momento los hijos expulsados forman una alianza y lo
matan, también lo comen como acto de incorporación de su fuerza e identificación
con él.
● Este es un referente mítico de la primera represión, el padre muerto es
homólogo de lo que vale como reprimido primordial.

3. Así se crea el clan de hermanos y el totemismo. Establecen 2 prohibiciones (pasaje


del mundo salvaje a la cultura porque hay normas):
- Nadie puede tener acceso a todas las hembras, al menos una está
imposibilitada, la madre. (Exogamia)
- No matarás a tu hermano.

● En este clan de hermanos, se produce una obediencia retrospectiva, el padre está


muerto pero se obedecen las mismas reglas.
● Hay un amor-odio por el padre que también era protector y admiraban, afloran los
sentimientos de culpa. El banquete totémico es un ritual que reproduce lo sucedido
con el padre primordial, en el que se intenta expiar la culpa por su asesinato
● El padre muerto cumple una efectividad simbólica, remite a algo que está perdido, es
símbolo de la imposibilidad de satisfacción total. La represión primaria supone que
no podemos tener acceso a lo reprimido (punto de imposibilidad). No puede haber
satisfacción plena, es mítica.
“LO ICC” (1915)
CAPÍTULO II:
● “Todo acto psíquico comienza siendo ICC”: La condición de inconsciente es sólo
una marca de lo psíquico. Abarca, por un lado, actos que son apenas latentes,
inconscientes por algún tiempo y, por otro lado, procesos como los reprimidos que
de devenir conscientes contrastarían conflictivamente con lo consciente.
Un acto psíquico atraviesa por dos fases entre las cuales se encuentra la censura.
En la primera fase él es inconsciente y pertenece al sistema Icc; si es rechazado por
la censura se le deniega el pasaje a la segunda fase; y si pasa pertenece al sistema
Cc. Pero no es consciente sino susceptible de conciencia (preconsciente). Este
último sistema participa de las propiedades del sistema Cc.

Freud retoma la multivocidad del ICC (el icc descriptivo, dinámico y sistemático que explica
en “Nota..”). El eje de este capítulo es la búsqueda de respuesta a la siguiente pregunta:
¿Cómo una R ICC pasa al sistema PCC?. Para desarrollarla, Freud formula distintas
hipótesis.

1. Hipótesis tópica: sugiere que hay una doble inscripción de una R en el aparato
psíquico. El pasaje se produce mediante la retranscripción de una R originaria en
una nueva localidad psíquica, manteniéndose la originaria inconsciente. En este
sentido, es tópica dado que se encuentran en 2 lugares psíquicos (topos). Hay 2 R
de idéntico contenido en dos sistemas, una en el Icc y otra en el Prcc. En este
momento, Freud dice que este proceso sucede como una fotocopia de R.
Supone:
- La existencia del divorcio entre sistemas ICC, PCC Y CC.
- Que es posible que haya una misma R en 2 lugares psíquicos.
Freud desestima esta hipótesis ya que no le sirve para intervenir en la clínica. Si un analista
le comunicara al paciente que tiene una R reprimida, esto no modificaría nada en su estado
psíquico, pues la R se mantiene reprimida. Esta comunicación en cambio, puede generar
más resistencia del paciente.
En este caso, el paciente tendría 2 R: la R reprimida inicial, y la R CC de lo comunicado por
el analista (La misma R en 2 lugares psíquicos distintos). Sin embargo, Freud ubica una
diferencia en lo oído y en la vivencia, no valen como fotocopias, y no son iguales (son
identidades aparentes, pero no lo son en realidad) . Por ello desestima esta hipótesis.

CAPÍTULO IV: Establece una segunda hipótesis


2. Hipótesis funcional: Freud responde a la pregunta del pasaje “por oposición”: ¿Cómo
una R deviene ICC desde la CC o PCC?. Para esto, retoma el mecanismo de la
represión.
● Represión secundaria: Si todo acto psíquico es ICC, la investidura ICC también se
encuentra en las R PCC. La represión secundaria es un proceso que ocurre entre el
ICC y el PCC, y consiste en la sustracción de la investidura PCC de una R. El
pasaje entonces consiste en una mudanza de investidura.
Esta hipótesis no explica por qué lo reprimido se mantiene reprimido.

● Represión primaria: No hay investidura PCC en lo reprimido primordial, por lo tanto


no puede haber sustracción.

Contrainvestidura: Se necesita un proceso que asegure la permanencia de lo reprimido


primordial y que permita que lo reprimido secundariamente se mantenga reprimido.
● Volviendo a la represión secundaria, la investidura PCC sustraída se desplaza en
otra R PCC (por nexos asociativos) que ya tenía sobre sí sus propias investiduras
(su propia investidura ICC y PCC). Esta R adquiere mucha intensidad. En este
punto, la R sustitutiva opera como una fuerza que se opone al devenir CC de lo
reprimido. La R sustitutiva funciona como contrainvestidura.

(ej Signorelli: la represión primaria (primordial) son muerte y sexualidad, y la secundaria es


el nombre Signorelli reprimido al que se le sustrae la investidura pcc, la cual se desplaza a
los nombres Boticcelli y Boltraffio. Estos nombres funcionan como contrainvestiduras)

● En la represión primaria, la contrainvestidura es lo que hace a la fijación y


permanencia del representante psíquico de la pulsión.

3 Neurosis de transferencia:
1. Histeria de conversión
2. Neurosis obsesiva

3. Histeria de angustia (fobia): ejemplificada con el caso Juanito.


Tiene 3 tiempos:
1.Angustia indeterminada: En el niño, existió una moción libidinosa, incestuosa y edípica
dirigida al padre, que demandaba trasponerse a la CC pero fue reprimida.

Es decir, se reprimió la moción libidinosa→ “R padre” a la que se le sustrae su


investidura PCC, y su investidura ICC se descarga como angustia. En este momento es una
angustia indeterminada, no asociada a R. Al reprimirse esa R, asegura que el padre ya no
se representa como objeto de libido ya que la represión es un mecanismo destinado a evitar
el displacer; ya que la R padre estaría en contradicción con la dimensión yoica cultural.

2. Esta fase tiene como objetivo controlar ese desagradable desarrollo de angustia.
Esa investidura PCC que había sido sustraída de la R padre, se vuelca a una R sustitutiva
de lo reprimido: “R caballo” la cual,
- se enlaza con la R reprimida ya que Juanito solía jugar mucho con su papa y los
caballos (R padre y R caballo se enlazan por asociación)
- Es desde donde parte la angustia que ya no es indeterminada.
Se trata de localizar la angustia en un objeto, caballo es sustitutivo de padre
R caballo→ contrainvestidura que opera como fuerza contraria al devenir CC de eso
reprimido secundariamente: padre. Pero, el trabajo de la represión no está terminado ya que
aún Juanito siente displacer, angustia. La represión sigue trabajando.

3. En esta fase, el objetivo es inhibir el desarrollo de angustia que parte del sustituto.
Todo el entorno de la R caballo es investido con gran intensidad, de manera que este
mostrará una elevada sensibilidad a la excitación y se de un pequeño desarrollo de
angustia. Se conforma el parapeto fóbico, el cual protege a la R reprimida; cualquier
excitación de este parapeto produce un pequeño desprendimiento de angustia,→
angustia señal, que tiene como objetivo inhibir el posterior desarrollo de angustia mucho
más masivo.
El armado del parapeto fóbico implica la conformación final de la fobia. Los espacios del
sujeto comienzan a limitarse, construyéndose él, prohibiciones o inhibiciones respecto a la
R sustitutiva y alrededor de ella para evitar el encuentro con el objeto fobígeno.
Este “investir el entorno” de la R sustitutiva funciona como ubicar contrainvestiduras.

Entonces, así como en el segundo tiempo lo PCC/CC se había asegurado contra la


emergencia de la R reprimida mediante el investir la R sustitutiva, ahora, en el tercer tiempo
se asegura la no emergencia de la R sustitutiva por medio del investir el entorno de la
misma; se redobla el trabajo.

CAPÍTULO V: propiedades particulares del sistema ICC

El núcleo del ICC se compone por representantes de pulsión que quieren descargar su
investidura (mociones de deseo). Estas mociones están coordinadas entre sí.
✓ Dentro de éste sistema no existe negación, duda, ni certeza (introducido por el
trabajo de la censura)
✓ Está regulado por el proceso primario que se caracteriza por la movilidad de
investiduras, E móvil y libre
✓ Existen contenidos investidos con mayor y menor intensidad, hay movilidad de
la investidura por condensación y desplazamiento.
✓ Sus procesos son atemporales, no están arreglados de acuerdo al tiempo ni se
modifican por el transcurso de éste.
✓ No existe miramiento por la realidad, (se sustituye la realidad exterior por la
realidad psíquica) los procesos ICC se sostienen mediante el principio del placer.
Su destino depende de la fuerza que posean y de que cumplan los requisitos de
la regulación placer-displacer.
✓ Los procesos inconscientes sólo son observables bajo las condiciones del soñar
y del análisis, momento en que los procesos PCC son llevados hacia atrás, a un
estadio anterior, por obra de la regresión. Por si solos, son no son susceptibles
de conciencia, ya que el PCC está superpuesto al ICC, quien posee el acceso a la
conciencia y a la motilidad; solo retoños de lo reprimido pueden acceder a la CC
de forma desfigurada.

En el caso del PCC:


Está regulado por el proceso secundario, es decir que la E es equiescente, ligada, tónica;
consiste en la tendencia a la descarga de investidura.
Posee un ordenamiento temporal diacrónico-cronológico entre R ya que tiene como
funcionalidad la memoria y ésta es CC. También, este sistema posee un miramiento por la
realidad exterior, es decir, que está regulado por el principio de realidad.
La negación, la certeza y la duda son introducidos por el trabajo de la censura y ésta corre
por cuenta del PCC. La negación es un sustituto de la represión pero de un nivel más
sofisticado lo cual es obra del PCC y un modo en que lo reprimido accede a la CC.

CAPÍTULO VII: el discernimiento de lo ICC


Freud retoma la pregunta eje, y plantea la HIPÓTESIS “R DE OBJETO”.
Se denomina R de objeto a la articulación entre R-cosa y R-palabra (poniendo atención en
ello).
Esta hipótesis de algún modo es una “complejización” de la hipótesis funcional, ya que hay
una sustracción pero no de investidura energética, sino de posibilidad de conexión con la R-
palabra. Cuando opera la represión en la R-cosa se le está denegando su traducción en
palabras y deviene ICC reprimida. También se retoma una lectura significativa, ya que se
basa en la dimensión simbólica y el lenguaje.

Consideramos una R a la unión de dos subestructuras: R-cosa y R-palabra, las cuales son
cualidades representacionales que existen en el aparato, diferentes marcas o inscripciones
a medida que se complejiza el aparato.

La R-cosa es ICC y consiste en la investidura de la HM de la cosa, es decir, que funciona


como marca que se relaciona con otras y no tiene contenido, es un puro sinsentido, da
cuenta de la materialidad fónica de la palabra pero adquiere cualidad cuando se enlaza con
la R-palabra. No tiene un enlace conceptual ésta R sola.
La R-cosa es solidaria a la polisemia del lenguaje, no hay un significado único articulable al
significante del proceso primario (R icc); se presta al deslizamiento de sentido.

La R-palabra es PCC (susceptible de CC siempre que haya atención) a partir del enlace
conceptual con R-cosa donde adquieren sentido. Ésta es la traducción de R-cosa en
palabras, la palabra en su sonoridad se articula a un sentido determinado; produciéndose
una asociación conceptual intrínseca.
Ésta R, conlleva un enlace conceptual, propio del proceso secundario e intenta detener el
deslizamiento de sentido el cual admite ser dialectizable. También implica la posibilidad de
que haya un código compartido, ésta R es el plano del discurso habitual PCC/CC, reflexivo,
coherente y corriente.

Lo que llamamos R de objeto, CC, se descompone entre R-cosa y R-palabra.


Es la palabra “dicha” en términos CC, un soporte de lazo social, un código compartido.

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