Goce-cuerpo
“El miedo deja marcas “ F. L. (analizante 9 años)
Voy a abordar la cuestiòn del goce desde el enunciado “Gozar es gozar de un
cuerpo” , de haber enunciado “ Todo goce es del cuerpo” , se supondría un
universal , acotando los interrogantes , según la función normativa del “Todo”.
De allì que el tema de trabajo adopte una forma interrogativa que recae sobre
el prodiorismo : ¿ Todo goce es sexual?. Partir del todo afirmado solo hace
lugar a razones justificatorias para sostener su consistencia. La pregunta en
cambio habilita una serie de razones no definitivas.
El cuerpo como todo es precisamente una de las primeras formulaciones sobre
el cuerpo que se encuentra en la teoría psicoanalitica.
Lacan agrega que si aparece como todo es en tanto imagen , entonces , solo
en tanto imagen y solo ahì el cuerpo puede advenir a una totalidad.
Ahora, el goce del cuerpo correspondiente a esta imagen, ¿es por la totalidad ;
por alguna plenitud y la efusión narcisista correspondiente? , ¿ o es por su
disposición , por disponer de èl? , lo cual no serìa posible- la totalidad – sin el
elemento que lo simbólico aporta a esa unidad ( nombre del padre , falo) , y
cuya operancia el sujeto desconoce.
Se trata de “tener un cuerpo” , desde que el falo introduce el ser en falta ( el
ser serà reclamado , sobre el marco de la falta , al nivel del fantasma) es
posible tener un cuerpo . ( en la psicosis este un cuerpo està dificultado ).
¿ Pero tener es equivalente a disponer? Este tener es siempre conflictivo , ya
que lo que permite ilusionar de esa propiedad – el corte del falo entre cuerpo e
imagen del cuerpo- , es a su vez lo que establece una discordancia , una
dimensión alienante que hace del cuerpo “propio “ siempre otro.
Un joven analizante habla de su cuerpo maltratado , injuriado por las drogas , el
alcohol , etc , en un grado de exceso – incluso presumiblemente respecto de su
cuerpo biológico “ pulmones estragados por el humo” -, y lo hace en un tono
beatìfico que denuncia – ratificado por la racionalizaciòn del suicidio como
máximo dominio sobre sì -, que ese cuerpo a maltratar es un soberano bien
ante la casi absoluta desorientación de su vida.
Lacan dice que el ser parlante a diferencia del animal “se cree dos “ y dando
una nueva vuelta de tuerca a la dialéctica del amo y el esclavo propone que en
ese creerse dos , en ese desdoblamiento el sujeto intenta ser amo de su propia
imagen. Pero sabemos que està en la esencia del esclavo – lo haga o no –
rebelarse.
Tener un cuerpo – disponer de él - , nos acerca a una de las vertientes del
goce : gozar es disponer de..... Solo què ¿ es por virtud de la imagen , de su
atrapante sortilegio que disponemos de ella?.
En ese caso – más bien – la imagen dispondría de nosotros y es conocido
como esa captura a sido equiparada a un poder mortífero , representable en la
ficción del Umheilich ( vg fenómeno del doble , mito de narciso etc).
La imagen del cuerpo se sostiene en una escena , en el correlato del mundo ,
no separadamente .Aún en la contemplación hay elisión de la mirada.
En la referencia clínica mencionada el cuerpo haciéndose objeto revela la
cooptación de la imagen del cuerpo por el fantasma.
La vìa al goce del cuerpo no es por la imagen , si no por un goce en otro lado .
en otro lado que la imagen. El significante fálico separa el cuerpo- la imagen
especular – del goce, remitiéndolo a otro lado, goce fálico fuera del cuerpo.
El falo es ese significante tan singular . no como los otros , llamado por eso
impar , aunque también porque no hace “pareja “ significante.
Su función – luego Lacan lo hará función lógica- , es la del órgano tomado en
función significante, anudando lo real del sexo a lo real del lenguaje.
Lo real del sexo es que hay dos sexos , aunque ya es un forzamiento introducir
un número, que hay dos sexos no puede ser tomado por lo simbólico , ya que
la condición sexuada excede al ser parlante , que solo puede abordarlo vía
significante : hombre , mujer..
Lo real del lenguaje se funda en la distancia del símbolo a la cosa , desde
donde para el ser parlante el lugar del referente estará simpre más o menos en
cuestión.
El falo entre sus múltiples funciones anudará estos dos niveles del sexo y el
lenguaje.
En este sentido fungirá de ordenador de la serie significante a partir delas
marcas del Otro en el cuerpo. Cita del S XIV “ El cuerpo mismo es
originalmente este lugar del Otro , puesto que ahí desde el origen se inscribe la
marca en tanto significante..”
Cierta ambigüedad de la frase , desliza al Otro como cuerpo , en coincidencia
con otras afirmaciones de Lacan , ambigüedad que en su estilo contribuye a
mantener en suspenso una pregunta sin responderla , en este caso : ¿ El Otro
goza? , de hacerlo solo sería desde un sesgo corporal.
La otra alternativa en la ambigüedad leería que el cuerpo es donde el Otro se
inscribe , dado que no podría hacerlo en otro lugar , “ ...solo en ese lugar el
cuerpo , cabría al Otro inscribirse”.
En la cita aparece dos veces la referencia al origen , tiempo de inscripción ,
tiempo mìtico , aunque necesario a la lógica del significante y que encontrará
una nominación : lalangue.
Es que si el falo es el ordenador de la serie , en ese tiempo mìtico es dable
conjeturar que la inscripción de esas marcas , no constituiría ni serie ni orden
de ninguna especie : representantes de la pulsión cuya lectura requiere de un
montaje.
La marca activa la pulsión como equívocamente sexual en la captura del Otro,
por este equívoco es que según el decir de Freud, la pulsión carece de la
determinación de su objeto y asimismo va a representar todo orden de
satisfacción .La satisfacción pulsional es equivalente a la defensa contra la
pulsión y fuerza un recorrido que se aparece entonces bajo la forma de un
retorno, a lo que Freud no encontró otra denominación que retorno a lo
inanimado.(7)
Esta torsión , que el lenguaje solo puede reproducir en el molde de la
gramática, resulta de la operatoria del falo , que siendo significante de la falta lo
es también del goce.
“El falo designa el goce sexual como radicalmente forcluído” , afirma Lacan y
no es azaroso el empleo del tèrmino forclusión , la represión solo afecta
significante. El goce sexual así ubicado – forclusivamente-. Participa de lo real
al modo de lo imposible.
No hay sentido del goce sexual, sino significación sexual a partir del
ordenamiento del falo , restará un goce sobre el sentido del cual el analista
deberá precaverse , para no obturar la vía de la repetición.
El falo cumple esta al menos doble función , de situar un goce sexual en la
significación y un goce imposible que será examinado posteriormente como
Goce del Otro.
Si el falo forcluye el goce sexual , el goce pasará a la palabra , hablando se
goza, se goza por esta exclusión del goce sexual y a ese goce se lo llama fálico
, porque es el falo quien lo promueve.
Se goza hablando , pero por otra satisfacción localizada en la copulación
significante del saber inconciente (saber , medio de goce).
¿Se puede llamar Goce del Otro – genitivo subjetivo- a esa otra satisfacción? .
Hacer consistente ese Goce del Otro es el trabajo que se dá la perversión – el
perverso sabe de la falla de lo simbólico , lo sabe de una forma que le impide
no proponerse a remediarla- De allí que el aparente desprecio por el
semejante en la perversión , es porque su mira está en restituir el goce al Otro ,
siendo el cuerpo del otro el instrumento.
En la política de goce de Sade , hacer del cuerpo del otro el objeto ilimitado de
goce , perfila otro sin barrar que queda impotente en el procedimiento, la
disyunción cuerpo-goce solo permite gozar del cuerpo por partes.
Este límite es el que limita el acceso al goce del cuerpo del otro salvo mediante
el fantasma de fusión en el uno, señalizado por el punto de emergencia de la
angustia ( gozne entre D (A) y G(A) ).
El goce del Otro , si gozar es gozar de un cuerpo, encuentra su límite en
acoplar cuerpo y goce por fuera del lenguaje.
La transgresión
Salvo cuando se figura como transgresión , imaginando lo que es la función
lógica del goce, lo necesario de su inexistencia , como una posibilidad de
franqueamiento .Más allá solo es el tope de la repetición , la repetición de una
inexistencia.
El punto donde a la marca en el cuerpo se plegó un objeto corporal no
integrable a lo especular. Este objeto es el soporte no integrable del goce del
cuerpo.
La idea de transgresión promovida por la infinitud de lo simbólico desconoce la
diferencia entre ese goce inexistente y el objeto que en el acto analítico dará la
prueba de esa inexistencia .Si hay acto , no hay relación sexual.
El síntoma anuda el saber para suplementar esa inexistencia, eso es lo real del
síntoma, lo sexual del síntoma es que crece en el lugar del “ no hay relación
sexual” , su desciframiento semblantea lo sexual.
De allí que el síntoma se sostenga no de que el saber es inconciente sino de
que ese saber se produce del rechazo al no saber sobre el sexo.
La satisfacción de la pulsión es una satisfacción suspendida , suspendida del
retorno a un goce en el cuerpo y el objeto en el que se la obtendría por estar
separado del cuerpo deja reducida a una satisfacción de borde.
Aludir a alguna sustancia de goce , solo cabe, para el objeto de referencia
corporal , caído de la incidencia del Otro sobre el cuerpo.
La lógica de la pulsión , implica simultáneamente la instauración de una marca
y un resto donde se localizaría la sustancia de goce .Los mal llamados objetos
parciales , conviene recordar que preceden al sujeto pero no al significante.
La pulsión , no es solo como dice Freud , que sabemos de ella por el
representante , el representante la constituye. De allí que la marca esté en el
origen de la erotización y reconocible en la condición fetichista que inicia y
sostiene la relación amorosa.
En la marca queda retenido el goce del trauma , su borradura , efecto de la
función fálica, produce significación, que no logra sin embargo eliminar el
malentendido que produce la ausencia de sentido de la marca traumática
.Trauma , por la falta de respuesta del Otro : Deseo del Otro.
Si bien lo real del trauma insiste , se conserva en el síntoma , el descifrado , su
interpretación no sería eficaz si no reduplica el goce retenido en la marca.
La insistencia de Lacan en la equivocidad no es mero recurso técnico , apunta
a que la interpretación opere en el mismo punto de anudamiento del
malentendido , es la forma de incidir en el cuerpo.
“El goce no es abordable , interpelable sino en términos de semblante “ S XX
“El analista da “cuerpo” a lo que ese sujeto deviene bajo la forma de objeto
pequeño “a” , para que de él pueda “descargarse” “. S XV.
Que no hay goce más que del cuerpo implica que del cuerpo que hablamos es
de un cuerpo intervenido por la acción significante y a su vez que no hay goce
por fuera de lo corporal .
Es en la tensión entre los goces derivados del hecho del discurso y un goce
irreductible como inexistente que lo sexual y el goce se anudan.
Llamar a ambos sexual – lo que propone el discurso analítico – es sostener
desde el lenguaje una paradoja que no se resuelve desde la escritura , en el
mejor de los casos se lo localiza – lo que no es poco.
Julio Fernandez
Octubre 2009 .