Para Hacer
Para Hacer
Rating: Explicit
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Category: M/M
Fandoms: 魔道祖师 - 墨香铜臭 | Módào Zǔshī - Mòxiāng Tóngxiù, 陈情令 | The Untamed
(TV), 魔道祖师 | Módào Zǔshī (Cartoon)
Relationship: Lan Zhan | Lan Wangji/Wei Ying | Wei Wuxian
Characters: Luo "Mian Mian" Qingyang, Lan Huan | Lan Xichen, Lan Qiren, Lan Yuan | Lan
Sizhui, Lan Jingyi, Wen Ruohan, Wen Chao (Modao Zushi), Wang Lingjiao, Nie
Huaisang, Jin Zixuan, Jiang Family (Modao Zushi), Wen Qing (Modao Zushi)
Additional Tags: Alternate Universe - Modern Setting, Top Lan Zhan | Lan Wangji/Bottom Wei Ying |
Wei Wuxian, Feminization, Crossdressing, Consensual, Marriage Proposal,
Romance, Drama, Romantic Comedy, Meet the Family, Homophobia, Cultural
Differences, Discrimination, Clothing Porn, Wealth kink, Potentially Unhealthy
Beauty Standards, Crazy Rich Lans, Rich Lan Zhan | Lan Wangji, Friendship, Power
Bottom Wei Ying | Wei Wuxian, Alternate Universe - Corporate, Extended Lan
Family, Sugar Daddy Lan Zhan | Lan Wangji, Plot With Porn, Mild Kink, Bullying,
Alcohol Abuse/Alcoholism, Lan Xichen/Meng Yao flirting in the back, Coming Out,
Implied Canon-Typical Child Abuse, Phone Sex in Public, Sexual Harassment,
competent wwx, Financial Domination, Sexual Roleplay, Light BDSM, Caught,
WWX's dog phobia, Submissive Lan Zhan | Lan Wangji, Blood, Smoking, Mental
Health Issues, Panic Attacks, WWX's dissociative panic attacks in later chapters,
Gay Lan Zhan | Lan Wangji, Protective Lan Zhan | Lan Wangji, Weddings, Wedding
Planning, Secret Relationship, Genderqueer Wei Ying | Wei Wuxian, BAMF Nie
Huaisang, Gay Wei Ying | Wei Wuxian, Lan Zhan | Lan Wangji and Wei Ying | Wei
Wuxian Have a Breeding Kink, fem!Wei Ying is A-Jingyi's and A-Yuan's sexual
awakening, Office Sex, Airplane Sex, Happy Ending, Class Differences, Alternate
Universe - Crazy Rich Asians Fusion
Language: Español
Stats: Published: 2023-04-22 Updated: 2024-08-09 Words: 96,205 Chapters: 13/18
Para Hacer De Él una Novia Perfecta By Hinu
by VicoMejia73 (VicoMejia733)
Summary
🌟
By Hinu🌟
To Make Him a Perfect Bride
Lan Wangji es el heredero del negocio familiar de mil millones de yuanes y debe casarse
apropiadamente, para dar lugar al próximo heredero de la dinastía. Sin embargo, durante su estancia en
Nueva York, el reprimido joven profesional se enamora de Wei Ying, un estudiante de medicina que
parece un petardo y que tenia su vida en orden; un hombre.
Para convencer a los tradicionales Lan de que deben bendecir su matrimonio, Lan Wangji y Wei Ying
deciden llevar a cabo un audaz plan: hacer pasar a Wei Ying por mujer ante la élite de Shanghai.
Ayudado por su amiga Luo 'Mianmian' QingYang, Wei Ying se engalana para afrontar el reto y se
encuentra cara a cara con la despiadada familia Wen, que va detrás de la empresa de su novio.
A medida que aumenta lo que está en juego, ¿podrá Wei Ying no sólo convencer a todos de que es una
mujer casadera, sino también de que tiene lo que hace falta para formar parte de la alta sociedad china?
¿Y hasta qué punto puede Lan WangJi pedirle a Wei Ying que cambie para poder casarse con el hombre
que ama...?
TRADUCCIÓN AUTORIZADA
Notes
✨
Esta obra no me pertenece, la historia original fue escrita por Hinu, quien fue tan amable de permitirme
realizar la traducción en español.
Prólogo
El teléfono privado de Lan WangJi no dejaba de sonar con mensajes entrantes. ¿Era Wei Ying? Tenía que
serlo; nadie más le enviaba spam de ese modo. Pero WangJi seguía conduciendo; no podía levantar el
teléfono. Iba contra las normas de tránsito. No importaba que estuviera atrapado en la hora pico de Nueva
York y que no fuera a moverse a ninguna parte en breve. Mirando a izquierda y derecha, otras personas
revisaban sus teléfonos detrás del volante. ¿Y si era algo importante? WangJi miró su teléfono, limpió
rápidamente la pantalla y marcó su PIN. Se limitaría a comprobar que no se trataba de una emergencia:
<Si no contestas será ternera hunan> Wei Ying. La aplicación de mensajería de WangJi mostraba que
había otro mensaje, pero no indicaba de quién.
Ya hemos comido ternera dos veces esta semana. pensó WangJi. Rápidamente escribió y envió un simple
<no> como respuesta. No pasó mucho tiempo antes de que Wei Ying respondiera: <eres imposible —
¿mapo tofu?> WangJi le dio un pulgar hacia arriba.
Un fuerte bocinazo del auto que venía detrás sobresaltó a WangJi, que rápidamente agarró el volante de
su Bentley blanco y pisó el acelerador. Esta es la razón por la que no se envía un mensaje de texto
mientras se conduce, pensó.
—Estoy en casa. —WangJi colgó su saco azul marino hecho a medida en el armario y se quitó sus
lustrosos zapatos Oxford color camel. Podía oler el tofu mapo.
—¡Bienvenido a casa! ¡Ven a darme un beso!—. Se oyó la voz de Wei Ying desde la cocina.
WangJi cruzó el pasillo y entró en la espaciosa cocina abierta, donde se encontró con las nalgas desnudas
de Wei Ying ante la estufa. El hombre sólo llevaba puesto un delantal. No estaba mal para recibirte
después de un día de reuniones miserablemente importantes. WangJi se acercó por detrás, envolviendo
sus brazos alrededor de su cintura y plantó un beso debajo de la desordenada coleta de Wei Ying.
—¿Qué obtiene Gege?— WangJi empujó su ingle para tocar el trasero de Wei Ying.
—¿Qué?— Wei Ying soltó una risita. —¡Su boca alimentada! Sabes, hoy era tu turno para cocinar.
Igual que el día anterior. Tienes suerte de que sea tan buena esposa.
—¿Gege está estresado?— Wei Ying subió una mano para enterrarla en el cabello de WangJi.
—Bien. Ve a sentarte.
Wei Ying terminó de cocinar mientras WangJi permanecía sentado con sus pensamientos durante un rato.
Su teléfono de trabajo vibró, así que lo apagó por completo. Por suerte, Wei Ying no lo había escuchado
con el ruido de los platos. Entonces WangJi recordó: había otro mensaje en su teléfono privado.
WangJi se levantó para ayudar, y entonces Wei Ying les sirvió la cena.
—Sabes, yo también estoy ocupado—. dijo Wei Ying mientras se sentaba y comía.
—Comamos primero.
Entonces comieron en silencio. Después de dejar los cubiertos, Wei Ying habló primero:
—Respeto que sea cosa de tu familia comer en silencio, pero los dos estamos muy ocupados y no
podemos hablarnos la mayor parte del día. Creo que es tiempo perdido que podríamos aprovechar
para unirnos.
—¡No, no es lo que dije, Lan Zhan!—. Wei Ying se inclinó sobre la mesa y agarró las manos de
WangJi. —Te extraño.
—Estoy aquí. Ahora podemos hablar—. Dijo WangJi suavemente y volvió a apretar las manos de Wei
Ying. —¿Cómo van tus estudios?
—Hmmh.— Wei Ying hizo un puchero, apoyando la barbilla en la mesa, pero procedió a responder: —
He empezado a buscar dónde podría hacer mis rotaciones optativas el año que viene.
—Sé que no he sido el mejor estudiante antes, pero ¿qué otra cosa tengo aparte de trabajar duro
para mi doctorado cuando mi novio ni siquiera está aquí para distraerme adecuadamente?
—¿Quieres que te distraiga?— En la comisura de los labios de WangJi se escondía la más pequeña de
las sonrisas burlonas.
Wei Ying sonrió, contoneándose en su silla. —¿Sip?— Miró inocentemente a WangJi. Lo siguiente que
supo fue que WangJi había rodeado la mesa y lo había levantado entre sus
brazos, casi impresionándolo completamente¹, y lo había besado. Wei Ying le rodeó la cintura con las
piernas y se dejó llevar a la cama. Allí WangJi le arrancó el delantal y procedió a distraerlo contra el
colchón durante un buen rato.
—Como que odio este lugar—. Dijo Wei Ying, asomado a la ventana, desnudo, fumando. Por la ventana
se escuchaba el sonido incesante del tráfico y las sirenas. Las luces de la ciudad se reflejaban en la forma
pálida y desnuda de Wei Ying. —¿Cuándo nos fugaremos y nos mudaremos al campo?
—¿Esto es técnicamente afuera?— Wei Ying se dió la vuelta hacia WangJi, con la mano que sostenía el
cigarrillo extendida hacia fuera de la ventana. WangJi se limitó a fulminarlo con la mirada, así que dio
una última buena calada y guardó el pitillo en una caja de fósforos vacía. Wei Ying volvió a meterse bajo
las sábanas y se acurrucó contra su novio.
—¿De verdad serías más feliz en el campo?—. preguntó WangJi, abrazando a Wei Ying contra sí.
—Bueno... no podría trabajar en el campo que quería, pero un sueño por otro, supongo...
—Hmm.
WangJi miró a Wei Ying, quien lo miraba con una pequeña sonrisa y los ojos más adorables. —¿Y qué
haría yo?— preguntó WangJi.
Wei Ying suspiró. —Pero no, mi esposo tiene que trabajar—. Besó la clavícula de WangJi. —Por
cierto, llevamos juntos casi un año y medio. ¿Cuándo seremos el Señor y la Señora Lan?
WangJi besó la frente de Wei Ying y no dijo nada, volviendo a apoyar la cabeza en la almohada para
dormir.
—¡Oye! ¡Y ya te he llevado a conocer a mi familia! Por muy familia adoptiva que sea, los Jiang
siguen siendo mi única familia. ¿Cuándo conoceré a tu tío, a tu hermano y al resto?—. Wei Ying
rodó sobre WangJi, manoseando su tonificado pecho.
—Habría que planear algo para ir a Shanghai. Además, tú nos presentaste a los Jiang como
compañeros de cuarto.
—Yo... no creí que estuvieran listos para las verdaderas noticias todavía. ¡Pero! ¡Los has conocido!
— Wei Ying golpeó suavemente el pecho de WangJi. —¿Por qué no planeamos un viaje a Shanghai
durante las vacaciones de Navidad? Sabes que nunca he estado en la patria de mis padres, los Jiang
tampoco me llevaron cuando visitaban a su familia, Madam Yu no lo permitiría. Sería importante
para mí.
Wei Ying lo miró con ojos como si acabara de recibir un golpe. Se quitó de encima de WangJi y se
acurrucó con la manta en el borde más alejado de la cama matrimonial.
—Wei Ying...— WangJi fue tras él, poniendo la mano en el suave rollo que era su novio. El rollo se
tensó;
—Podríamos tener eso. ¡Y no tenemos que avergonzarnos! ¡No deberíamos avergonzarnos ante
nuestras familias!
—¡No me avergüenzo, Wei Ying!— WangJi agarró la manta que cubría a Wei Ying y tiró de él hacia sus
brazos. —Te amo. No me avergüenzo de ello.
—¡Entonces hagámoslo!— Wei Ying abrazó fuerte a WangJi. —¡Pidamos sus bendiciones!
—Hay más cosas que considerar. Tu familia es inmigrante; quizá puedan aceptarnos, pero la mía
nunca salió de China; son muy tradicionales y temo que te hagan daño. No necesitas más dolor.
—No decidas eso por mí. Y no decidas que ya me han rechazado porque soy un hombre. Pero si lo
hacen, que lo hagan: mientras estés ahí para mí, estaré bien. ...A menos—, vaciló Wei Ying, —que
tú no...
—Siempre estaré ahí para ti—. WangJi dijo con firmeza y besó a Wei Ying. —Pero hay... Aún más
que considerar.
Wangji miró a Wei Ying, sosteniendo cerca su querido y precioso rostro. ¿Cómo decirlo... Básicamente
soy el heredero ultra rico de la mitad del imperio empresarial de mi padre, y no sólo me distanciaría de
toda la familia, sino que además abandonaría el legado de mi padre si no me casara apropiadamente y
produjera un heredero?
Su Wei Ying no se había criado en la pobreza: los Jiang tenían una buena posición económica aquí, en
Estados Unidos, con un negocio de tecnología de seguridad, pero no eran de dinero viejo², y Wei Ying ni
siquiera era suyo: simplemente había sido adoptado por la amabilidad de Jiang FengMian, cuya madre de
Wei Ying había sido su amor universitario y un viejo amigo de su padre. Con la ayuda de los Jiang —y
no menos de su propio ingenio— Wei Ying estaba en camino de hacer algo por sí mismo a partir de
circunstancias improbables después de que sus padres murieran como espectadores de la violencia
armada, pero incluso con un doctorado, Wei Ying nunca sería un rico-Lan. Él nunca sería status-Lan. Y
lo que es más, era un hombre; esas hermosas caderas nunca darían un fruto Lan. Esta cruel verdad le
dolía enormemente a Lan WangJi que sólo deseaba, más que nada, poder hacerlo de alguna manera. Si
Wei Ying hubiera nacido mujer... WangJi estrechó su hermoso cuerpo, aún perfectísimo para él, y esperó
que Wei Ying pudiera sentir cuánto lo amaba.
—Te lo explicaré en un momento mejor. Sólo tienes que saber...— WangJi tiró de Wei Ying para darle
un beso suave y profundo. —...Que te amo más de lo que puedo expresar.
Wei Ying no pudo evitar sonreír, con los dientes perlados brillando y mordiéndose el labio rojo y
carnoso. —Anotado—. Wei Ying besó a su vez a WangJi y lo abrazó con fuerza, acurrucándose con sus
brazos y piernas alrededor de él, y así era como les gustaba dormirse desde hace casi un año y medio.
Cierto... WangJi estaba a punto de dormirse, Wei Ying ya respiraba plácidamente en su pecho, cuando de
repente recordó el otro mensaje en su teléfono. Lo tomó de la mesita de noche, intentando no moverse
demasiado para no perturbar el sueño de su amado. Recorrió la pantalla y abrió el mensaje. Era Lan
XiChen, su hermano:
<El tío quiere saber cuándo podrías llamarlo. Quiere hablar de tu traslado a la oficina central de
Shanghai.>
Wei Ying remató su sutura con una ágil serie de nudos simples. —¡Ya está! Pienso que este tipo de
niñas tan valientes se merecen elegir una bonita tirita, toma...— Wei Ying ofreció a la niña la
posibilidad de elegir entre dos tipos de tiritas infantiles —azul claro y rosa— del costado de su brazo no
lesionado para que no mirara la herida recién suturada de su izquierda antes de que fuera cubierta por
gatitos rosas y caricaturescos. Su elección fue fácil:
—El rosa.
—Sí.
Wei Ying le había estado hablando sin parar durante todo el desagradable procedimiento con una voz
tierna y aguda, y no sólo había dejado de llorar después de que la inyección de lidocaína se hubiera
asentado, quitándole el dolor, ¡ahora incluso conseguía sonreír un poco! Wei Ying se sintió plenamente
realizado. Aplicó el vendaje y lo alisó suavemente sobre la laceración.
La niña miró insegura a su madre, que la sostenía en el regazo mientras Wei Ying trabajaba.
—Hey, no pasa nada, todo el mundo se cae alguna vez, sólo hay que levantarse después, ¿sí? Ve a
enseñarle a esa bici quién manda mañana, ¿Okay?—. Wei Ying le dio unas palmaditas en la parte
superior del brazo y se levantó. Se despidió de la madre y su hija y cerró la puerta tras ellos.
—Eres bastante bueno con los niños, Wei Ying—, dijo el médico responsable que había estado sentado
frente a la computadora. —¿Has pensado en dedicarte a la pediatría?
El médico levantó la vista del monitor y miró a Wei Ying por encima de sus gafas. —Parece un
desperdicio de tu talento. En patología son un puñado de bichos raros.
Wei Ying memorizó cada detalle del cadáver, recordando lo mejor que pudo los nombres en latín de cada
cosa. Al difunto ya le habían abierto el cráneo hasta el tórax y el abdomen, y ahora que habían
explorado a fondo el cerebro y los órganos vitales, estaban echando un vistazo a los brazos y las manos.
El tiempo pasó volando y Wei Ying pensó que la disección había terminado demasiado pronto.
"Lo curioso es que realmente dejas de pensar en él como persona una vez que lo abren así. Se vuelve
como una máquina con todas las tuercas y tornillos expuestos, ¿sabes?"
"¿En serio?" se preguntó en voz alta la amiga de Wei Ying. "No podía dejar de pensar quién podría
haber sido, si tenía una familia que ahora lo echa de menos... Cómo reaccionarían al verlo así".
Ella se encogió de hombros: "Es que no he podido evitarlo. Supongo que todavía soy demasiado
empática".
"¿Todavía? Chica, ¿qué? No es que se suponga que nos volvemos menos empáticos cuando nos
convertimos en médicos, ¿verdad?"
"Puedes ser empática, quiero decir que creo que deberías serlo, pero guárdate eso para los vivos, ¿sí?
Ya no es como si sufriera, creo que estaría contento de saber que incluso muerto su cuerpo pudo servir a
la ciencia".
"¡Sí, yo también! Ya escribí en mi testamento que quiero que los estudiantes universitarios pongan sus
manitas curiosas en mis entrañas cuando muera".
Usted no me conoce, señor. Tal vez sea un bicho raro. Wei Ying sonrió al senior: —Me llevo bien con
todo tipo de personas.
—Es más rápido—. Wei Ying se encogió de hombros. Luego se apresuró a añadir: —Pero igual de
seguro, si sabes cómo atarlo. Y he practicado mucho en el laboratorio.
—Correcto. Yo mismo los uso. Eres el primer alumno de tercero que veo hacerlos con tanta
seguridad. Bueno, ya ha pasado tu hora así que deberías irte. Hasta mañana.
Wei Ying salió del edificio del hospital y encendió un cigarrillo mientras caminaba hacia su bicicleta,
consultando su teléfono. Ya estaba anocheciendo. Una semana más de su rotación en urgencias y tenía
que admitir que era un entorno interesante y de alta intensidad, pero estaba completamente decidido en el
campo que había elegido. Le gustaba trabajar con muertos. Se subió a la bicicleta y terminó de fumar por
el camino. Hoy le tocaba cocinar a WangJi, pero Wei Ying pensó que era mejor comprobarlo para aclarar,
también porque hoy él mismo llegaba tarde:
<Acabo de salir del trabajo — ¿Ya comiste? > Cruzó la calle mientras WangJi tecleaba.
Siempre sopa... ¿Está intentando decirme algo? Le envió un corazón a WangJi. Mientras iba en bicicleta,
Wei Ying vio un ramo de peonías de color rosa brillante fuera de una floristería que estaba a punto de
cerrar. Las flores habían pasado su mejor momento de floración, pero seguían siendo hermosas,
sostenidas en un cubo de plástico verde con un letrero: '-50%'.
—¡Hey, linda dama!— Wei Ying llamó a la florista, y pronto estaba pedaleando hacia adelante con un
ramo de peonías con un 20% de descuento extra. Por fin llegó al lujoso condominio al que se había
mudado con WangJi hace más de un año. Era el tipo de condominios de lujo con un mostrador abierto las
24 horas del día, un gimnasio y un almacén para bicicletas, donde dejó la suya antes de subir. Tenía su
propia llave y todo. Wei Ying se alegraba cada día de llegar a una casa que compartiría sólo con su novio.
¡Su novio! Definitivamente, la vida estaba mejorando para Wei Ying, teniendo en cuenta que se había
mudado directamente de la residencia Jiang de Brooklyn, donde hasta entonces había vivido con sus
padres adoptivos. El tiempo ya corría antes de que la caridad de Madam Yu se agotara y lo echara de allí,
por mucho que su marido intentara defender a su hijo adoptivo. No ayudaba el hecho de que Wei Ying
hubiera luchado por retomar sus estudios después del instituto, trabajando en pequeños empleos y
saliendo de fiesta antes de ingresar en una de las mejores facultades de medicina —una sorpresa para
cualquiera que conociera las calificaciones anteriores de Wei Ying, pero para nadie que conociera su
intelecto. Este cambio de rumbo le había valido la clemencia de Madam Yu durante un precioso año
más... ¡Tiempo suficiente para encontrar al amor de su vida! Wei Ying seguía contando con el apoyo de
su familia adoptiva, pero como estudiante nunca habría podido permitirse ese piso él solo —en realidad,
ni aunque sólo cubriera la mitad justa del alquiler mensual, pero al parecer el tío de WangJi le había
comprado la casa, así que... WangJi había considerado justo que Wei Ying pagara su parte de los gastos
de manutención restantes. Wei Ying había jurado que una vez que fuera médico daría un paso adelante.
Sin embargo, estaba agradecido de que Wangji nunca pareció esperar eso, ni siquiera sacara el tema de
las finanzas —a pesar de su apariencia despreocupada, no era fácil para Wei Ying depender
económicamente de otros, ya que Madam Yu siempre le recordaba en qué casa vivía y quién le ponía el
arroz en el plato. A Wei Ying le habían enseñado desde niño que tenía que ganarse todo eso, así que,
como único miembro de la casa de los Jiang, había hecho las tareas domésticas entre las visitas
semanales de las sirvientas. Excepto a la abuela, la madre de FengMian, a la que le encantaba cocinar, y a
los tres niños —Ying, Cheng y su hermana mayor YanLi— les gustaba cocinar con ella. Así había
aprendido Wei Ying. Y ahora WangJi había aprendido de él.
—Estoy en casa.
Wei Ying tiró su chaqueta de cuero de imitación sobre una silla y se quitó los Converses antes de correr y
saltar hacia WangJi justo cuando se levantaba del sofá, casi haciéndolo caer de nuevo.
—Te he dejado la sopa caliente, deberias... ¿Comer?— WangJi se fijó en las peonías de la mano de
Wei Ying.
WangJi sonrió. —Gracias—, besó a Wei Ying y le quitó el exuberante ramo rosa. —Sírvete sopa de
remolacha, yo pondré éstas en agua.
—Lan Zhan, el agua. Quiero decir, ya que sólo me das de comer sopas, me pregunto si esta dieta
exclusivamente líquida tendrá alguna razón.— Wei Ying estaba sonriendo, pero WangJi sólo le
frunció el ceño. —¡Vamos, sólo estaba bromeando! Tus sopas están bien!
—Hmh.— WangJi se giró para poner las peonías en el jarrón, y lo colocó con cuidado en el alféizar de la
ventana.
—En serio, no era un golpe a tu cocina, ¡te has vuelto realmente bueno! Esta sopa de remolacha
está deliciosa—. Para dejar claro su punto, Wei Ying se atiborró de más remolachas y coles agridulces.
Tenía que reconocérselo a WangJi, había aprendido mucho durante el año que habían vivido juntos. Wei
Ying no podía creer que WangJi nunca hubiera cocinado antes de que se mudaran juntos, pero suponía
que siempre había tenido a alguien que le preparara la comida mientras crecía.
"¿Tu tío cocina?" preguntó Wei Ying, sabiendo que había crecido con su hermano en casa de su tío.
"...No".
Supongo que no, al fin y al cabo era un hombre de negocios como WangJi, capaz de comprarle una casa a
su sobrino en Manhattan y todo eso. Probablemente no tenía tiempo para cocinar, igual que Jiang
FengMian y Madam Yu, que a lo mucho hervían arroz para ayudar a la abuela, siendo Madam Yu una
mujer de negocios por derecho propio y no un ama de casa tradicional. Wei Ying supuso que también era
la abuela de los Lan, ya que WangJi había mencionado una vez a la madre de su difunto padre, pero
nunca a su propia madre. WangJi se había negado a hablar de ello cuando Wei Ying le había preguntado,
así que no había insistido más en el asunto. Y el padre de WangJi: Wei Ying había tenido la impresión de
que a menudo estaba ausente y que WangJi y él no eran muy cercanos. Debía de ser un hombre aún más
ocupado que su hermano pequeño, que ni siquiera tenía tiempo para sus hijos, pero WangJi tampoco
había querido hacer más comentarios al respecto.
"¡Pero comer fuera todos los días es caro!" Wei Ying había continuado: "¡Te enseñaré a cocinar y luego
nos turnaremos!" Y Wei Ying había cumplido su promesa: llevó a Wangji a una tienda de comestibles
asiáticos cercana y le enseñó lo que tenía que comprar —vaya, ¿nunca había tenido que ir corriendo a la
tienda por su familia?— y luego cocinarían juntos. WangJi era un estudiante aplicado, meticuloso, pero
lento.
"Sólo corta las verduras, no te preocupes si salen de tamaños desiguales por ahora. Ya aprenderás con
la práctica".
"Una pizca".
"¿Cuántos decilitros?"
Wei Ying había intentado no reírse ante la silenciosa frustración de WangJi cuando sus primeros platos no
resultaron muy presentables, pero el sabor estaba bien. Sin embargo, WangJi se mantuvo firme y, después
de cocinar juntos durante unas semanas, empezó a buscar recetas de comidas que conocía y a prepararlas
él mismo.
Wei Ying terminó su sopa de remolacha y repitió, ya que se le había abierto el apetito en la sala de
urgencias.
—¿Qué tal tu día? —volvió a preguntar Wei Ying al terminar, ya que WangJi le había dicho que
comiera tranquilamente.
—¿Oh? ¿Cómo está?— Wei Ying se animó. WangJi hablaba tan poco de su familia que Wei Ying
esperaba que las noticias fueran muy buenas o muy malas. Puso los platos en el lavavajillas y se unió a
Wangji en el sofá, levantando las rodillas.
WangJi lo miró con rostro solemne: —Mi comisión de servicio en Nueva York terminará en
diciembre.
—...Oh—. Wei Ying sabía que Wangji había estado trabajando temporalmente para la filial de su
empresa en Nueva York a instancias de su jefe, pero no había pensado... Bueno, había pensado, pero
resolvió esperar; —¿No puedes quedarte? ¿Pedir un puesto fijo aquí?
—No es posible.
—Tengo que volver. Al menos por ahora. ¿No querías visitar Shanghai?
—¡Sí, pero no me consuela mucho si sólo puedo tenerte en Navidad! ¿Qué significa 'por ahora'?
¿Cuándo volverías?—. De repente, el mundo de Wei Ying amenazaba con desmoronarse. Se aferraba a
una solución: —Ya sé: Podría matricularme en una facultad de medicina en Shanghai. ¡Después de
todo, sé hablar mandarín!
—Hey—, Wei Ying se balanceó hacia WangJi y se subió a su regazo, sentándose a horcajadas sobre sus
muslos y hundiendo las manos en su cabello, mirándolo a los ojos, —No voy a dejar que te vayas sin
mí. No quiero tener una relación a distancia, nunca funcionan.
Los pulgares de WangJi acariciaron ligeramente los huesos de la cadera de Wei Ying bajo su camiseta. —
¿No me esperarías?—. Preguntó en voz baja.
Wei Ying dio un golpe en el hombro de WangJi, siseando: —¡Claro que lo haría!—, lo besó
desesperadamente, —¡Pero me sentiría solo! ¿Y si te olvidaras de mí?
—Nunca podría olvidarte—. La voz de WangJi no era más que un susurro, pero firme, y sus ojos no
mentían al mirar firmemente los de Wei Ying.
—Wei Ying...— WangJi parecía incómodo, un ligero ceño fruncido volvía a su fina frente.
—Ni siquiera puedo dormirme sin ti, Lan Zhan, no puedo... Dejar que te vayas y me dejes atrás. Ya
se me ocurrirá algo.
—¿Crees que puedes cambiar de escuela?
Wei Ying se encogió de hombros. —No lo sé, ¿tal vez?— Parecía que WangJi tenía ganas de encontrar
una solución con él, así que al menos no se oponía a que Wei Ying lo acompañara. Eso era tranquilizador,
que no fuera una forma de WangJi de dejarlo convenientemente.
—Como ya estás en tu tercer año, sería un desperdicio que tuvieras que volver a solicitar plaza
desde el primer año.
—Hey, cariño, desperdicié tres años yendo de fiesta y pensando que podría convertirme en
promotor bebiendo y ligando con modelos de poca monta, no me importa si tengo que volver a
cursar tres años de medicina.
—Sólo prométeme que no tomarás esa decisión antes de que termine el periodo. Tal vez pueda
negociar más tiempo para mí, tal vez lo suficiente para que te gradúes. E incluso si no, sólo sería un
año más...
—Uno y medio.
—Lo sé.— WangJi seguía frotando sus pulgares contra la entrepierna de Wei Ying, su voz siempre
calmada mientras la de Wei Ying seguía elevándose. —Pero debes pensar a largo plazo: sólo uno y
medio para que te gradúes en la mejor facultad de medicina de Estados Unidos, eso sería visto con
buenos ojos si luego quisieras empezar tu carrera en Shanghai. Y yo te visitaría tan a menudo
como pudiera mientras terminaras tus estudios.
Wei Ying buscó desesperadamente un fallo en la lógica de WangJi, pero el hombre tenía toda la razón:
tirar por la borda tres años de estudios cuando se estaba casi en la línea de meta sería una locura, y podría
ser el último hilo incluso para el amable Jiang FengMian, si su pupilo tiraba por la borda todos esos
gastos de matrícula. No, Wei Ying no podía hacerles eso a los Jiang. Ya habían hecho mucho por él y
había puesto a prueba su paciencia lo suficiente, ¿no?
—Deja de hablar con tanta lógica, WangJi...— Wei Ying cayó contra él y contuvo las lágrimas. —
Tienes razón, debería terminar mis estudios y luego seguirte.
—Tienes que visitarme al menos... Cada dos fines de semana...—. Wei Ying sollozó. ¡Se sentía tan
deficiente! De repente, apreciaba mucho más todos esos pequeños momentos entre ellos, incluso los que
pasaban en silencio.
Wei Ying volvió a sollozar. WangJi lo abrazó hasta que derramó sus lágrimas.
—Podemos hacerlo, ¿verdad?—. Wei Ying se secó los ojos y sollozó, mirando a WangJi de una forma
que hizo que al hombre le doliera el corazón. —Porque Lan Zhan, yo nunca... Tú fuiste mi
primer todo. Y quiero que seas el último. ¿Mm?— Wei Ying se aferró tímidamente a la camisa de
WangJi y acercó su rostro. Podía sentir el cálido aliento de WangJi sobre él.
—Wei Ying...— WangJi suspiró, rodeó el rostro de Wei Ying con sus grandes manos y lo acercó aún
más, hasta que sus labios se tocaron cuando habló a continuación: —Tú eres mi único.
Juntaron sus labios en un suave beso que ya sabía a anhelo. Cuando se separaron brevemente, Wangji
habló, agarrando con más fuerza el cabello de Wei Ying:
—Quizá esos fines de semana no sean nada para un año... Pero qué es un año para 'para
siempre'—. WangJi sacó algo de su bolsillo... Su teléfono. A Wei Ying se le había subido el corazón a la
garganta en la fracción de segundo que transcurrió entre que entendió las palabras de WangJi y vio que en
la mano del hombre no estaba lo que entonces esperaba, pero ahora sólo estaba confundido.
—¿Lan Zhan...?
Wangji abrió su pantalla y estaba a punto de mostrarle algo a Wei Ying, pero Wei Ying cubrió
rápidamente la pantalla con la mano.
—¡No me enseñes eso! Lan Zhan, ¡eso no es romántico! Así no es como tú...
Wei Ying empujó el teléfono hacia abajo, sonriendo de oreja a oreja: —Entonces espera. Hazlo
apropiadamente.
WangJi parecía un poco nervioso, —...Mm.— Bajó el teléfono. —Quiero que Wei Ying sepa que no lo
dejaré atrás.
Wei Ying tiró de él para darle otro beso, más apasionado esta vez, ofreciéndole y consiguiendo que
aceptara su lengua en la boca de WangJi, donde la chupó con avidez. Las manos de WangJi empezaron a
subir la camisa de Wei Ying, y pronto habían dejado un rastro de ropa que conducía al dormitorio.
—Mm.— WangJi inmovilizó a Wei Ying por las manos, entrelazando los dedos y lo besó, bajando por la
barbilla, bajando por el cuello...
—Ah...— Wei Ying arqueó su cuerpo hacia WangJi, gritando su nombre, más fuerte cuando los dientes
de Wangji se cerraron alrededor de su pezón. Y aún más fuerte cuando WangJi entró en él.
Se acostaron abrazados, su dulce resplandor desapareciendo lentamente y dejando atrás pensamientos tan
mundanos como 'deberíamos poner la lavadora hoy', y 'debería darme una ducha', y para Lan WangJi,
pensamientos más pesados también.
—Voy a darme una ducha. ¿Me acompañas?— preguntó Wei Ying y estaba a punto de deslizarse fuera
de la cama cuando WangJi le agarró del brazo.
—No digas eso—. Wei Ying gimió al ver la cara seria de WangJi. ¿Cómo podía oscurecer el ambiente
ahora, después de lo de hace un momento? Aun así, Wei Ying volvió a sentarse en la cama. WangJi se
sentó con la espalda apoyada en el cabecero y miró a Wei Ying con la misma seriedad de antes.
—Ya conoces mis intenciones hacia ti. Pero hay algo que deberías saber.
—Te ayudaré a esconder el cadáver—. La sonrisa de Wei Ying se apagó cuando WangJi no pareció
divertido.
—Mi familia es tradicional. Se espera que me case con una mujer y tenga un heredero.
Wei Ying estaba decepcionado hasta la médula, pero dio un largo suspiro antes de abrir la boca: —
¿Entonces?
—Nuestra...— las orejas de WangJi se sonrojaron un poco, —La unión será secreta entre nosotros, y
puede que tenga que tomar una esposa para...— WangJi hizo una pausa: —...Un hijo.
Wei Ying miró a WangJi con firmeza; —No seré un... ¡Un amante! Eso... ¡Eso es tan injusto para los
dos!
—Puedo... ¡Podemos tener un hijo sin problemas! ¡Subrogación! Quiero decir que todos los putos
ricos hacen vientres de alquiler sólo porque no quieren que se hundan sus traseros, ¡he visto reality
shows y lo he visto! ¿Por qué nosotros no podemos?
WangJi parecía estar sufriendo daños mentales por las palabras de Wei Ying.
WangJi le frunció el ceño, pero como Wei Ying no retrocedió, mirándolo obstinadamente, WangJi dijo:
—No puedo decirles que 'lo superen'. No lo harán. Y yo...— WangJi hizo una brusca pausa y cerró los
ojos para serenarse. Wei Ying nunca había visto a WangJi tan confundido. —Voy a heredar el legado de
mi padre de más de trescientos años. Te amo, Wei Ying, pero no puedo tirarlo todo por la borda tan
fácilmente, porque no se trata sólo de mí. Lo que debes entender es que allí nunca se trata sólo de
ti, siempre se trata de la familia.
—Sí... Eso no me suena tan extraño, la verdad. Sabes, puede que sea chino-americano, pero he
aprendido mi parte de valores familiares.
—Entonces debes entender que debo agotar todas las demás opciones antes de elegir que me
repudien—. Wangji volvió a encarar a Wei Ying con mirada firme. —Y no pretendía desestimar tus
experiencias—, añadió.
Wei Ying también se suavizó, acercándose a WangJi y abrazándolo. —No digo que quiera que me elijas
a mí antes que a tu familia, ni siquiera digo que esa sea la última elección que haya que hacer aquí.
No podría pedirte eso Lan Zhan, sé que la familia es muy importante porque yo sólo tomo prestada
la de otra persona.
—Llevo un rato intentando pensar en algo, pero...—. WangJi se movió, con expresión extraña.
—Bueno, al menos escuchémoslo—. Wei Ying los meció suavemente de un lado a otro mientras seguía
abrazado a WangJi.
Wei Ying hizo algo entre una burla y una risita: —Pues no lo soy. ¿O qué, quieres que vaya a
Shanghai vestido de mujer? Sabes que una vez estuve en una carrera de drags en un club gay,
¡tengo experiencia!
WangJi se limitó a mirar a Wei Ying, cuya risita silenciosa pronto se apagó;
—No, así no. Pero Wei Ying es bonito, podría...— WangJi parpadeó: —Algunos hombres se ven
convincentes cuando llevan el cabello largo y maquillaje. Wei Ying también tiene una voz muy
suave, sobre todo cuando habla con niños.
Wei Ying se quedó mirando. No podía tomarse esto en serio, ¿verdad? —¿Estás diciendo que soy
femenino?
Las orejas de WangJi se sonrojaron más y miró a Wei Ying con expresión de disculpa, quien se limitó a
soltar una carcajada.
—Wei Ying es alto y tiene unos hombros hermosos—. WangJi habló, pero sus palabras quedaron
ahogadas bajo los aullidos cada vez más intensos de Wei Ying. Wei Ying golpeaba su mano contra el
hombro de WangJi, histérico, pero al final se calmó;
—¡Ay, mi vientre! Me he reído demasiado. ...¿O es la regla?—. Miró a WangJi y soltó otra carcajada.
WangJi suspiró pacientemente.
—¡No, espera!— Wei Ying se incorporó y agarró la mano de WangJi. —Eso podría funcionar, pero lo
creeré cuando lo vea. Vayamos mañana al centro comercial.
clean off his feet: modismo que tiene como significado: abrumar a alguien emocionalmente;
enamorar a alguien; causar una impresión muy favorable en alguien .
Dinero viejo², en los Estados Unidos, se refiere a familias ricas que han existido durante varias
generaciones .
La Consejera
Chapter Notes
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En realidad no tuvieron tiempo de ir al centro comercial antes del sábado siguiente, casi una semana
después, pero allí estaban ahora: en las tiendas de Columbus Circle, actualmente en H&M. Wei Ying
había llevado consigo a su mejor amiga, Mianmian, a la que había preparado para ir de compras con la
siguiente excusa: "¡Lan Zhan realmente se excita mucho cuando me visto como una chica!". Se había
asegurado de decirlo mientras WangJi estaba presente, ya que disfrutaba enormemente con el
consiguiente nerviosismo.
Wei Ying conocía a Mianmian desde el instituto, cuando él había coqueteado con ella y ella le había
dicho que se callara. Sin embargo, Wei Ying la había defendido frente a los alumnos de cursos superiores,
y entre ellos había permanecido una tímida confianza hasta que se reencontraron durante los años
pródigos de Wei Ying y conectaron de verdad. Sin saberlo, Wei Ying había sido el mejor amigo gay de
Mianmian desde entonces, y ella no se había sorprendido en absoluto al enterarse de que Wei Ying le
había dicho que tenía novio. Por suerte para Wei Ying, ella también se había licenciado en un importante
instituto de moda y estaba empezando su carrera como estilista, así que era perfecta para la tarea.
— ¡ No, espera, en realidad no lo hizo! —. Wei Ying se asomó: — Pero me reveló que había
encargado el anillo.
— ¡Pero ahora no va a ser una sorpresa! ¿Siempre es tan malo guardando secretos?
— No, en realidad es muy bueno, pero yo estaba haciendo un drama y él quería tranquilizarme, así
que estuvo a punto de enseñarme una foto del anillo, pero le dije que no lo hiciera, en el último
momento. Así que al menos el anillo seguirá siendo una sorpresa.
— Mianmian, niña tonta, ¿sabes lo que son los 'diamantes de sangre'? Espero que no. —Wei Ying
finalmente abrió la cortina y reveló su primer look, —¡Boom! Entonces... ¿Qué te parece? — Era un
vestido negro de lentejuelas holgado con cuello en V, largo hasta la mitad del muslo, y Wei Ying pensó
que habría quedado bastante matador si fuera más ajustado. — ¿Por qué todo es tan holgado? ¿Es
realmente de mi talla?
— El look oversize está de moda. En realidad no es muy favorecedor en todos los cuerpos, pero en
ti queda como en las revistas. En realidad tienes cuerpo de modelo, estoy celosa.
Wei Ying se ajustó el vestido apretando los costados y se miró al espejo, por detrás y por delante. — Sí,
excepto que no tengo tetas como las tuyas.
— Entonces, este tipo de vestido iría bien en cualquier evento de cóctel... —. Mianmian puso su voz
profesional e ignoró cómo el coqueteo de Wei Ying —si es que era eso— hacía que sus mejillas se
sonrojaran, aunque fuera de forma amistosa y bromista. — ...Es 'el pequeño vestido negro' pero con
más glamour. Además, si quieres te lo puedo hacer —Mianmian dibujó con los dedos la silueta del
vestido de Wei Ying —, pero más entallado, de mejor tela y con... Mira, ¡las costuras ya se están
deshaciendo y ni siquiera ha salido de la estantería! —. Mianmian se inclinó para tocar algo en el
dobladillo. — Puedo coserte un vestido de mejor calidad en un fin de semana.
Wei Ying miró a su amiga como si hubiera encontrado una pepita de oro. —Mianmian... Tú sí que
sabes de estas cosas.
Ella hizo un puchero y cruzó los brazos sobre el pecho. — Tengo un título asociado en moda, ¿sabes?
Y me gano la vida con esto.
Wei Ying sabía que estaba siendo sarcástico¹. — No intento aprovecharme de ti, es que... Eres la única
a la que podía recurrir. Realmente no quiero explicarle a mi hermana lo que hago en el dormitorio.
Los Jiang aún no saben que tengo novio.
— ¿Por qué una novia no querría ver a su chico guapo con un vestido y algo de maquillaje?
WangJi estaba haciendo meditación de pie fuera del probador, llevando una bolsa de Sephora.
— ¿Te estás proyectando astralmente fuera de aquí o algo así? Amigo, ojalá pudiera hacer eso, han
pasado treinta malditos minutos... — Un chico que estaba cerca le habló. WangJi abrió los ojos por
completo y lo saludó con una inclinación de cabeza. — ¿Cuánto tiempo lleva ahí tu chica?
WangJi giró la muñeca para revisar su Vacheron Constantin —Patrimony con correa azul marino. —
Veintiséis.
No poco después Wei Ying y Mianmian regresaron con la mitad de la ropa con la que habían entrado.
— ¡Lan Zhan! — Wei Ying chasqueó los dedos al pasar junto a él, y WangJi se dispuso a seguirlos en
silencio hasta el cajero.
Mientras tomaban asiento para comer sushi en el centro comercial, Wei Ying le propuso algo a
Mianmian:
Ella lo miró con su habitual suspicacia cada vez que empezaba su frase de esta manera tan alocada.
— Okay... — Wei Ying dejó solemnemente sus palillos, — Como sabes, Lan Zhan quiere ponerme un
anillo. Pero la familia de Lan Zhan allá en China son unos fósiles y no nos bendecirían, así que...
¿Me sigues?
Mianmian asintió mientras WangJi sorbía su agua mineral, con las orejas ligeramente rosadas.
— El plan es hacerme pasar por mujer ante su familia para que podamos casarnos como es debido
y mantener la fachada de una pareja heterosexual. Así Lan Zhan podrá casarse con quien quiera
sin que su familia lo repudie, su dinastía familiar tendrá un heredero por subrogación —tú eres
una opción, por cierto— y yo me quedo con Lan Zhan. Todo el mundo gana.
— ¡Ah! — Wei Ying sonrió y la señaló, — ¡Ahí es donde entras tú! ¡Voy a tener que aprender a
vestirme, maquillarme y peinarme como una buena chica casadera en de cuatro meses, cuando
viajemos a Shanghái por Navidad y conozca a la familia política!
— Pues claro que no. Por suerte, hoy en día se puede solicitar el cambio de sexo en los pasaportes
estadounidenses sin tener que aportar documentación alguna, así que ese ya es el mayor obstáculo
fuera del camino. Aunque una vez conocí a un tipo en una fiesta que conocía a alguien que hacía
identificaciones falsas...
Mianmian asintió con la cabeza, fascinada por saber cómo iba a resultar aquel descabellado plan, así que
Wei Ying continuó:
—De todos modos, el mayor problema podría ser adquirir el certificado de salud matrimonial. Es
obligatorio adquirirlo en un hospital local que designe la oficina de registro de matrimonios, y al
parecer allí te tantean bastante íntimamente, así que ahí es donde podríamos quedar atrapados.
Pero—, Wei Ying puso la mano en el brazo de WangJi y sonrió, —Lan Zhan dijo que no nos
preocupáramos por eso.
WangJi miró a Mianmian con una intensidad a la que la pobre muchacha no estaba acostumbrada, y
sintió un escalofrío recorrerle la espalda. El tono de WangJi era tranquilo pero insistente:
— Lan Zhan... Definitivamente acabas de hacer que suene como si fuera a ser algo ilegal.
— Y qué si sobornas al médico para que diga que tengo el útero más fértil para tener hijos de toda
China, apuesto a que ocurre y seguro que tienes el dinero del soborno para ello —. Wei Ying bebió
su refresco y observó cómo las orejas de WangJi adquirían un tono rosa más intenso.
Mianmian fue a su condominio para darle a Wei Ying un curso intensivo de maquillaje artístico.
Consideró que aún les quedaba mucho por hacer hasta que Wei Ying fuera capaz de un 'look natural' para
todos los días y su look de noche, de forma que acentuara los rasgos femeninos de su rostro, así que le
propuso que fuera para ayudarle todas las semanas antes de su partida en diciembre.
— Te pondré tareas mientras tanto, así que practica haciendo tus looks y los peinados que te enseñe
y mándame fotos.
— ¿Los calificarás?
— Sí.
— ¡Cielos²!
— Presta atención al delineador de ojos; lo que las chicas se pasan años perfeccionando tú tendrás
que aprenderlo pasablemente en cuatro meses —. Mianmian guiaba mientras rizaba el cabello de Wei
Ying, despeinándolo en el medio para crear una voluminosa cola de caballo alta. — Tienes suerte de
haberte dejado crecer el cabello todos estos años, sólo tienes que recortarte el flequillo. Puedo
recomendarte un estilista, me aseguraré de que sepa lo que necesitas. También hay que depilarte
las cejas. Y tienes que depilarte justo antes de irte, las piernas, los brazos, las axilas... En cualquier
otro lugar que lo necesites.
WangJi estaba bebiendo té en la cocina y mirando a lo lejos. No se había dado cuenta de lo mucho que le
había pedido a Wei Ying cuando le propuso este plan, pero su novio parecía ansioso por aceptar el reto.
— Entendido, jefa. Hey Lan Zhan, ¿quieres que me haga una brasileña? ¿Quieres que me ponga
suave como una niña?
— No es necesario.
— Ah, y una buena manicura —. Mianmian añadió: — Una amiga mía tiene un salón, puede hacerte
las clásicas uñas francesas. Es un look muy 'casadero'.
— No sabía que mis uñas se iban a casar... Oye, todo esto costará un dineral, ¿de verdad es tan caro
ser una chica?
Mianmian sonrió dulcemente, — Oh Wei Ying... — Terminó su peinado con un toque de spray. — Ya
estás listo. Ahora pruébate la ropa.
Wei Ying fue a cambiarse al dormitorio mientras Mianmian se sentaba en el sofá a esperar.
— Luo QingYang —, dijo WangJi, acercándose a ella y ofreciéndole su tarjeta, — por favor, envíame
una factura y te compensaré justamente por todo tu tiempo de hoy, y por cualquier tiempo que
dediques a asesorar a Wei Ying en el futuro. Considéranos tus clientes.
Mianmian aceptó la tarjeta desconcertada, pero no podía rechazar una oferta tan formal, ni siquiera por
educación. WangJi se sentó a su lado, esperando a que empezara el desfile. Por fin se abrió la puerta de la
habitación y Wei Ying salió pavoneándose con el primer look: un vestido blanco de punto medio de
manga larga a la mitad del muslo con cuello de tortuga. Se ceñía más al cuerpo y la cintura de Wei Ying
se acentuaba aún más con el fino cinturón de cuero negro de Tom Ford que había tomado prestado del
armario de WangJi por capricho.
— ¡Ooh! — Mianmian se inclinó hacia delante y aplaudió: — ¡Me gusta el cinturón! Quedaría muy
bien con unas botas hasta la rodilla... ¡Definitivamente un look de día para el otoño!
— ¿Tú crees? — Wei Ying giró sobre sí mismo, radiante. Con el cabello peinado de esa manera y en su
experimentado look de noche con el contorno de rostro completo y rubor, ojos ahumados, máscara de
pestañas y lápiz labial nude, realmente podría haber pasado por una mujer alta y de complexión atlética
—aunque era delgado, con extremidades largas y esbeltas y cintura bastante estrecha, pero también
caderas estrechas, lo que acentuaba aún más la anchura de sus hombros, y por supuesto su pecho era
plano como una tabla.
— Lan Zhan, ¿te gusta? — Wei Ying seguía girándose para que WangJi pudiera verlo por todos lados.
El hombre no dijo nada, pero observó en silencio.
— Hmm... — Mianmian miró a Wei Ying críticamente. — Te conseguiremos ropa moldeadora para
darte una cadera más femenina, eso debería arreglar muchas cosas. Con ese tipo de vestido
también podrías ponerte un sujetador con relleno para dar la apariencia de pechos pequeños...
Veamos el escote en V.
De alguna manera, Wei Ying se sintió como si acabaran de criticarlo, y volvió al dormitorio un poco
confundido.
— No por mucho tiempo, todavía no, pero creo que con un poco de trabajo adicional nadie podrá
decir que es un hombre.
WangJi asintió. Wei Ying volvió con el vestido negro de lentejuelas, jugueteando con el dobladillo.
Mianmian se le acercó;
— Discúlpame, por favor —. Mianmian agarró el pecho de Wei Ying y empujó el esbelto músculo y la
piel de sus pectorales hacia arriba y el uno hacia el otro, creando el más delicado y pequeño escote.
— ¡Ah Mianmian! ¡No me toques así los pechos! —. exclamó Wei Ying y consiguió sonar como una
jovencita escandalizada, haciendo que tanto Mianmian como WangJi se sonrojaran.
— Cállate, Wei Ying... Mira, si te ponemos relleno y usamos cinta para los pechos aquí para
resaltar lo poco que tienes y contornearlo, parecerá que tienes unos pechos proporcionados a tu
estatura y se veran bastante naturales. Incluso podrías ponerte vestidos de tirantes, pero no creo
que eso te hiciera favores con tus hombros.
Hicieron una revisión de Wei Ying con varios looks, de cóctel a informal, y Mianmian empezó a tomar
notas y fotos como referencia. Iniciaría un expediente para Wei Ying ahora que era una clienta en toda
regla.
Cuando terminaron por hoy, WangJi insistió en pedirle un taxi y en que le enviara el recibo. Mianmian
empezaba a tener la sensación de que WangJi no era un niño cualquiera con un fondo fiduciario. Su traje
también era de Armani. En la parte trasera del taxi, Mianmian sacó su teléfono y la tarjeta de visita de
WangJi.
— ...¡¿Qué?!
— ¿Se encuentra bien, señorita? —, le preguntó el taxista, mirándola por el retrovisor y viéndola
taparse la boca en estado de shock, con los ojos del tamaño de platos.
¹La palabra que usa la autora es roasted: cuyo significado literal sería "asado", pero es un modismo
que tiene diferentes significados dependiendo del contexto en que lo uses, una de sus definiciones es
ser sarcástico.
Cielos²: la palabra que utiliza la autora es sheesh: es una jerga de la lengua inglesa que básicamente
significa estar impresionado o expresar incredulidad o exasperación. En español podría ser el
equivalente a: ¡Caramba! ¡Cielos! ¡Demonios! ¡Dios!
La depilación brasileña para mujeres consiste básicamente en eliminar el vello de la zona del pubis.
El efecto deseado es que, al llevar un bikini o bañador, parezca que no hay ningún vello en la zona
íntima. Además, es común no aplicarla en la zona central de los labios.
El Fabulosamente Rico Señor Lan
Chapter Notes
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A pesar de lo ocupado que estaba con su rotación en urgencias, Wei Ying dedicaba todo el tiempo que
podía a prepararse para convencer a sus futuros suegros de que era casadero y apto para la crianza.
Practicó maquillándose y peinándose según los tutoriales que le enviaba Mianmian. Otro punto
importante era el entrenamiento de la voz: Wei Ying se apuntó a un curso de canto para aprender a usar
mejor y con más constancia su voz femenina, se reunía semanalmente con el profesor y practicaba todos
los días. Ya sabía hablar nasalmente como una niña mimada y utilizar algunos patrones femeninos en
mandarín porque lo había aprendido jugando con su hermana y sus amigas de pequeño, y había utilizado
esta habilidad durante toda su vida para bromear. Y cuando coqueteaba con WangJi. Cualquier
desviación del habla de las chicas locales podía explicarse porque él era un chino-americano bilingüe;
por supuesto que hablaría un poco diferente, ¡era de esperar! Nunca se había planteado la idea de ser un
marimacho, pero ya lo habían llamado afeminado antes, así que ¿por qué no podía ser una mujer
masculina? La idea le sentó bien. Aunque supuso que la novia ideal para un chino tradicional sería del
tipo linda y dócil... Debería moderarse un poco, ¿no? Se preocupó brevemente por conocer las
costumbres generales y la etiqueta, pero se apresuró a desechar tales preocupaciones; se había criado en
un hogar chino, ¡sabía lo que hacía! Mianmian también le dio la orden —no parecía una sugerencia— de
ir a una cosmetóloga específica. La cosmetóloga era una mujer de mediana edad que sabía que lo
esperaba, y aunque Wei Ying no sabía lo que Mianmian le había dicho, no necesitó plantearle muchas
preguntas. Sólo una:
— ¿Fumas?
— Sí...
— Cariño, detente, a menos que quieras pagarnos mucho más negocio en el futuro.
— ...¡Sí Madam! — Wei Ying había querido dejar el hábito por un tiempo, pero realmente no había
hecho un esfuerzo hasta ahora. Suponía que ésta era la señal.
— Tengo que detenerla ahí mismo; ¿cuál sería el precio de todo esto?
— Por supuesto para usted querida, todo está ya cubierto, incluido el análisis.
— ...¿Por quién?
— ¿Me han dicho que tu novio lo está cubriendo? Espero no haber estropeado la sorpresa.
Wei Ying se quedó mirando. ¿WangJi estaba pagando por todo esto? Parecía un poco frívolo, así que Wei
Ying se esforzó por concretar de qué tratamientos se beneficiaría más y se conformó con reservar un
simple tratamiento facial, para gran decepción de la cosmetóloga. Aunque no por lástima, sino porque
creía que todo tenía que tener un propósito, compró todos los productos que la dama le propuso. Debía
usar algunos a diario, otros cada tres días... ¿Por qué tan complicado? Wei Ying había pensado que su
piel estaba bien hasta ahora... Pero empezó a usar los productos y se dio cuenta de que ahora pasaba más
tiempo en el baño que antes. Tanto como WangJi, de hecho, que siempre había seguido su propia rutina
para la piel. Wei Ying había pensado que era sólo la obsesión de WangJi por la limpieza, pero tal vez era
parte del secreto de su criminal buen aspecto. Sincronizaron sus rutinas y, por fin, Wei Ying comprendió
el concepto de la doble vanidad.
La próxima vez que Wei Ying vio a Mianmian le había dicho que se reuniera con ella en su oficina del
centro de Brooklyn.
— ¡Es como si realmente tuviera una verdadera estilista personal! —. se entusiasmó Wei Ying
mientras hacía un uso liberal de la cafetera Nespresso de la pequeña pero elegante oficina.
— Soy una verdadera estilista personal... —. Mianmian refunfuñó y se sentó en la otra silla Panton
roja frente a Wei Ying.
— Lo sé, pero ya sabes que sólo te estaba pidiendo un favor amistoso... Un favor enorme , lo sé,
pero ¿no te estoy pagando?
— En realidad, no.
— ...¡Mierda! Lo siento, quise mencionarlo el sábado pasado: Por supuesto que te compensaría por
tu tiempo, pero sabes que tengo un presupuesto así que podrías considerar hacerme un descuento...
— Wei Ying, eres tan engreído. Siéntate, por favor. — Una vez que Wei Ying estuvo sentado con su
macchiato de caramelo, Mianmian continuó: — Lan xiānsheng está pagando por todo. ¿Y no estás
viviendo en su casa? Una casa muy bonita...
— Mianmian... — Wei Ying habló de repente en un tono tranquilo y engañosamente dulce: — ¿Qué
estás insinuando?
Ella se puso nerviosa y se apresuró a asegurarle: — ¡Nada! Pero, ¿quieres decirme que vives con ese
hombre y no lo sabes?
— ¿Saber qué? Si me estás acusando de tener un sugaring¹ con él, no lo aprecio. Ni siquiera sabía
que te pagaba, por eso me ofrecí.
— ¡No te estoy acusando de eso! Simplemente no puedo entender el nivel de despiste que hay aquí.
¿Sabes quién es tu novio?
Mianmian suspiró y se frotó el puente de la nariz. — Me dio su tarjeta e hice una búsqueda sobre él.
Okay, al menos sabes dónde trabaja, ¿no?
— ¿Que es una empresa filial de...? —. Mianmian continuó, mirando la cara de Wei Ying. Nada. Sólo
una mirada vacía y un inocente parpadeo.
— ¿No lo sé? Lan Zhan no habla mucho de su trabajo. Suena un poco aburrido, honestamente,
pero obviamente paga.
Wei Ying tardó un segundo en asimilarlo. Sus ojos se abrieron de par en par. — ¿Lan...?
— Y ellos... — Mianmian abrió su teléfono y le mostró a Wei Ying una página de noticias financieras
chinas con una foto familiar formal con dos niños pequeños: el más pequeño seguramente no tenía más
de siete años, pero el niño serio tenía un parecido tan claro con WangJi que no había error. El niño mayor
se parecía a él, así que debía de ser su hermano, y detrás de ellos había dos hombres; uno parecía algo
mayor, o quizá sólo cansado, muy cansado, y el otro parecía muy severo. Había un titular:
y un titular:
"La junta elige a su hermano, el antiguo CEO de la empresa Lan QiRen, presidente de la multimillonaria
empresa familiar. Los hijos de mi hermano llevarán adelante el futuro de la empresa cuando yo me
retire'. comenta Lan QiRen".
— ...¡Es una de las empresas farmacéuticas con mayores ingresos de China! ¿Has leído bien? ¡
Multimillonaria ! Wei Ying, ¡tu esposo es el heredero de un imperio!
A Wei Ying le costó procesarlo; — Huh —, exclamó despreocupado y dio un sorbo a su café, —
Curioso, nunca lo había mencionado.
— Oh Dios mío... ¡¿Y me dejaste llevarlo a H&M?! — Mianmian enrolló un número de Vogue de la
mesita de café que había entre ellas y medio golpeó a Wei Ying en la cabeza con él.
— ¡Lo siento, Mianmian, no lo sabía! Maldita sea, ¡desde cuándo eres tan feroz! Ten cuidado con
mi cara, ¡no puedo casarme si arruinas mi hermosa cara!
— Bien, por favor, síguela. Ahora, debido a que acabo de conseguir como cliente a una persona con
un patrimonio ultra-alto...
— De nada. — Wei Ying sonrió, pero tuvo que esquivar otro ataque de Vogue.
— Como iba diciendo: Estoy comprometida con mi tarea y me he pasado toda la semana
encontrando ropa que realmente podrías ponerte cuando vayas a Shanghái a conocer a los Lan sin
que se rían de ti. También está en juego mi futuro profesional, ya sabes, y no voy a desaprovechar
esta oportunidad. ¡Y tampoco dejaré que tú la desperdicies, así que será mejor que hagas todo
exactamente como yo te diga o ambos estaremos jodidos!
— Wei Ying —, habló Mianmian, ahora con suavidad, — quieres casarte con Lan WangJi, ¿verdad?
— ¡Sí! — Wei Ying levantó la vista y juntó las manos: — ¡Por favor, Mianmian, amable, bella y sabia
Mianmian, agita tu varita mágica y haz que pueda casarme con mi príncipe!
Wei Ying tenía ojos de ensueño y sonreía como un tonto mientras asentía con entusiasmo.
— Bueno, olvídate de las zapatillas de cristal, vas a llevar Louboutin. Y tenemos que conseguir que
te subas a esas cuatro pulgadas y media caminando como un lindo gatito antes de diciembre.
Déjame llevarte a la parte de atrás.
La hora siguiente Wei Ying se probó ropa, zapatos y bolsos a juego. Las marcas que pasaban ante sus
ojos eran todas de alta gama, aunque de algunas ni siquiera había oído hablar. Mianmian zumbaba a su
alrededor tomando fotos, tomando notas y sacando de vez en cuando la cinta métrica de los hombros para
medir esto o aquello.
— Devolveré lo que no queremos y facturaré a Lan xiānsheng lo que nos quedemos. Sólo pude
conseguir una cantidad limitada en una semana, pero no te preocupes: he dejado todo lo demás en
un segundo plano y me estoy centrando en construir mi red para conseguirte todo lo que necesites
en los próximos meses. — Mianmian miró a Wei Ying entre su toma de notas; — Me sentí muy bien al
poder entrar en todas las tiendas de la Quinta Avenida y decir que estoy comprando para un
cliente exclusivo.
— ¿Parecías tan presumida entonces como ahora? —. Wei Ying sonrió y Mianmian se sonrojó y se
burló, volviendo a sus notas, pero era evidente que estaba complacida.
Por la noche, Wei Ying se sentó en el sofá de casa, escuchando la televisión e intentando leer un artículo
médico mientras practicaba este moño con trenza francesa para una ocasión formal. Le habían dicho que
dejara siempre algo de flequillo colgando a los lados de la cara para cubrirle la mandíbula, que aunque no
era supermasculina tampoco era superdelicada, y tuvieron que utilizar todos los trucos disponibles.
WangJi volvió a casa del gimnasio y fue a darse una ducha. Al regresar con solo una toalla alrededor de
sus ingles, Wei Ying observó con aprecio sus abdominales sutilmente tonificados. El hombre no estaba
musculoso, pero seguía religiosamente su programa de fisioterapia y practicaba tai chi en el parque
cercano todas las mañanas —cuando Wei Ying no lo mantenía en la cama— además de una cantidad no
pequeña de partidas de tenis y golf con compañeros de trabajo y afiliados. Por no hablar de que comía
como un monje, o eso creía Wei Ying, de modo que era bastante delgado con una saludable cantidad de
volumen. Wei Ying no quería pensar que era superficial, pero no podía evitar sentirse un chico
afortunado, sabiendo que muchas chicas estarían celosas —y lo estaban, porque Wei Ying le había
tomado una foto sin rostro al cuerpo de WangJi mientras dormía y había presumido con ella ante sus
amigas y ellas lo habían odiado sólo un poco por ello.
Wei Ying le gruñó en voz baja a WangJi, haciendo que el hombre lo mirara con esa cara tranquila de 'lo
vas a conseguir'².
— U-huh. — Wei Ying se miró desde un pequeño espejo de mesa y se arregló el flequillo para terminar
el peinado. — Lan Zhan, ¿podemos hablar?
— Espera.
— No, no hace falta que te vistas... Hmph.
WangJi ya se había ido al dormitorio y pronto regresó con una bata de baño, y haciéndose el cinturón se
acercó y se sentó junto a Wei Ying. Lo miró, esperando a que hablara.
— Entonces... — Wei Ying se mordió el labio inferior. — Mianmian hoy me había comprado ropa
bastante cara para probarme y me dijo que tú pagarías todo. ¿Es eso cierto?
— Mm.
— ¿Es eso realmente necesario? Como, ¿realmente necesito ese tipo de cosas para Shanghai?
— Yo también confío en ella, pero no debería necesitar ropa de diseñador para convencer a tu
familia de que deberíamos casarnos. Eso no es lo importante .
— Claro que no lo es. — WangJi rodeó a Wei Ying con el brazo y tiró de él. El hombre se acurrucó
contra él. — Pero las apariencias lo son todo de dónde vengo. Una cosa es convencerlos de que eres
una mujer y otra convencerlos de que eres el tipo de mujer adecuada.
— Que es... ¿Rica? Lan Zhan, no soy rico. Soy huérfano de padres de clase trabajadora. Tuve
suerte de que mi padre y mi madre conocieran a Jian FengMian, quien tuvo la amabilidad de
criarme en la clase media, pero nunca me hice ilusiones de haber nacido en ella. Madam Yu se
aseguró de eso.
— No importa. El estatus es importante, pero no lo es todo. Confío en que mi tío te vea por tu
carácter y te apruebe.
Una sombra de melancolía invadió el rostro de WangJi. — No se ha involucrado mucho con nosotros
desde... —. Wei Ying esperó pacientemente hasta que WangJi terminó: — ...Desde que tuvo que
jubilarse. Esto no es de dominio público, pero desde entonces vive recluido siguiendo un estilo de
vida monástico. Dejó que QiRen nos criara desde que yo tenía seis años, y seguramente se referirá
a él para cualquier asunto relacionado con nosotros, incluidas las decisiones sobre mi matrimonio.
— Nuestra familia siempre ha sido devota de los ideales taoístas, muchos de nuestros antepasados
se han hecho monjes.
Wei Ying pensó en que no sabía nada de la madre de WangJi. Era una pieza que le faltaba, pero este
rompecabezas no le correspondía armarlo hasta que WangJi estuviera dispuesto a ayudarle a hacerlo. Wei
Ying acarició la mejilla de WangJi.
— Gracias por decírmelo. También me ayuda a evitar hacer preguntas irreflexivas cuando conozca
a tu familia.
WangJi asintió. Tras un momento de silencio, dijo: — No te preocupes, Wei Ying. Tú eres con quien
quiero casarme, y creo que el tío entrará en razón —. Besó la sien de Wei Ying.
— Lan Zhan... Mianmian me dijo que tu familia es la dueña del negocio en el que trabajas y que
es... bastante grande.
— Lan solía fabricar medicina tradicional china desde el siglo XVIII, y Lan Pharma fue fundada a
principios del siglo XX por mi bisabuelo, que quería desarrollar junto a ella la medicina occidental.
Voy a continuar al frente de la empresa con mi hermano, y es imperativo que cualquiera de
nosotros continúe la línea.
— ¿Por qué tu hermano no se ha casado todavía, entonces? ¿Siendo mayor y todo eso?
Una vez más, WangJi sopesó bien sus palabras antes de hablar. — Temo que sea incapaz de cumplir
con ese deber. Yo también temía serlo, por las mismas razones, pero ahora que veo a Wei Ying
trabajar tan duro por el plan, creo que todos podemos estar satisfechos.
— Mmh, estoy trabajando tan duro... — Wei Ying maulló con su voz nasal y sonrió, subiéndose al
regazo de WangJi y deslizando las manos por debajo de su bata para sentir sus pectorales tensos,
acurrucándose contra su cuello y mordisqueándolo, con sus cuerpos presionados juntos. WangJi suspiró
en voz baja.
— Sólo dime una cosa —. Wei Ying siguió besando el cuello de WangJi, lamiéndolo burlonamente con
la punta de la lengua. Disfrutaba sintiendo cómo el cuerpo de WangJi se tensaba, cómo su corazón latía
más deprisa bajo su palma.
— ¿Hm? — Las manos de WangJi subieron hasta las nalgas semidesnudas de Wei Ying, que asomaban
por debajo de sus calzoncillos negros, y las agarró con suavidad. Arqueó el cuello para recibir los besos
de Wei Ying en él.
— No estoy molesto, pero ¿ por qué no me habías hablado del negocio de tu familia? Me parece una
gran omisión, teniendo en cuenta que llevamos tanto tiempo juntos.
WangJi siguió jadeando mientras Wei Ying dejaba de provocarlo por un segundo. Wei Ying observó
cómo su manzana de Adán subía y bajaba mientras tragaba.
— ¿Qué? —Wei Ying canturreó: — ¿No querías que dejara de molestarte? —. Wei Ying mordisqueó
con más fuerza.
— Lan Zhan, con gusto me mudaría contigo a esa sencilla casa de campo si eso significara que
podemos estar juntos. No me importa tu dinero, ya sé que no compra el amor —. Las manos de Wei
Ying sujetaron la cabeza de WangJi, enterrando los dedos en su cabello aún húmedo mientras besaba un
camino hasta la mandíbula, luego hasta la barbilla, bordeando sus labios que ya estaban entreabiertos
para él...
— Bien. — WangJi reclamó ese beso antes de que pudiera hacerlo, sus manos se aferraron a él donde
estaban y lo llevaron a la cama. El moño pulcramente trenzado de Wei Ying no duró mucho hasta que fue
objeto de burlas y despeinado.
Después se abrazaron. Wei Ying buscó su tabaco en el cajón de la mesita de noche cuando se dio cuenta
de que se había deshecho de él.
— Mierda...
— Estoy intentando dejarlo. Fumar, quiero decir. Va bien, supongo, pero me pongo un poco
nervioso por las noches.
— Pensé que lo apreciarías —. Wei Ying volvió a acurrucarse contra WangJi, preparándose para
dormir, pero no pudo. Tal vez era el síndrome de abstinencia que lo ponía ansioso, pero no podía dejar de
pensar...
— ¿Lan Zhan...?
— ¿Mm?
— Así que tu familia es como, muy, muy rica, ¿verdad? ¿Como de sociedad? ¿Yates y jets
privados?
— La mayoría de las cosas de esa naturaleza están a nombre de nuestros primos. Tenemos lo
necesario para vivir cómodamente.
— ¡Es que me preocupa no encajar con ellos! ¡Que parezca un trepador social, un arribista!
¿Cómo aceptaría tu tío a alguien así?
— Escucha —. dijo WangJi, sin moverse pero acostado perfectamente sobre su espalda como siempre
que se iba a dormir, — Mis primos segundos son mayores y ya se han casado y han tenido hijos que
pronto serán mayores de edad. Son accionistas minoritarios y están detrás de la empresa. El tío los
ha mantenido fuera del consejo para limitar su influencia, pero si Xichen o yo no continuamos la
línea familiar, intentarán disputarse el control.
— Tonterías. Cumpliré treinta el año que viene, XiChen ya tiene treinta y dos. El tío no tendrá
mucho margen para negociar si te presento como la persona con la que quiero casarme.
— Las rechazaste a todas, ¿eh? —. Wei Ying sonrió, mordiéndose el labio inferior, pasando el dedo por
el pecho de WangJi. — Qué suerte tengo.
— El tío no tendrá más remedio que aceptar. Nuestros primos; la otra línea son Lan descendientes
de mi tío abuelo, hermano del abuelo, y hasta que el abuelo compró a su hermano tenían el mismo
poder. Pero la nueva generación es más ambiciosa y puede que quiera volver a subirse a bordo.
Serían una opción viable para dirigir la empresa, ya que llevan el apellido, pero mi tío teme que la
dirección que tomen pueda arruinar la empresa.
Wei Ying hizo un silencioso 'wow' con la boca. — ¿Y los otros primos?
— Él es peligroso; un hombre de negocios tan despiadado e inteligente como lo fue su padre, pero
más carismático, y parece que su objetivo tampoco es sólo sobrevivir. Pero tanto si llevara a Lan
Pharma a una nueva era de crecimiento como si intentara una adquisición y destruyera nuestro
legado para alimentar el suyo propio, el tío haría cualquier cosa para evitar que consiguiera
demasiado poder dentro de la empresa . Wen RuoHan tiene dos hijos, mis primos segundos Wen
Xu y Wen Chao, de los cuales Wen Xu ha tenido un hijo que cumplirá dieciocho años el año que
viene. Si el tío quiere mantener a raya a estos dos primos, bendecirá nuestro matrimonio y
esperará que…
— ¿Sí? — ronroneó Wei Ying, frotando su pierna contra los muslos de WangJi. Las orejas de WangJi
podían verse sonrojadas incluso en la oscuridad;
— ¡Hagamos bebés! — Wei Ying chilló y tomó su turno encima. WangJi no se opuso.
*-Laozi
sugaring¹: Sugar dating o sugaring se define como una relación en la que una persona mayor y más
rica asegura una relación íntima con una persona más joven y con dificultades financieras a través
de dinero, citas lujosas, vacaciones y otros obsequios.
'lo vas a conseguir'²: expresión idiomática (también recibe lo que te corresponde) para ser castigado
por algo que hiciste.
Regalos
Chapter Notes
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El tiempo hacia diciembre pasó volando para Wei Ying. Apenas tenía tiempo para respirar entre el
terminar sus rotaciones y el estudio para los exámenes, pero dedicaba mucho de su tiempo libre a
prepararse para Shanghái: se reunía con su entrenador vocal cada semana y entrenaba su voz. Sólo tenía
que meter la pata una vez y la gente se daría cuenta. Cuando Wei Ying compró su primer par de tacones,
Mianmian le dijo que practicara con ellos. Era Nueva York: a nadie le importaba que Wei Ying fuera al
supermercado con sus Louboutins, una sudadera con capucha y unos joggers. Sólo estuvo a punto de
torcerse el tobillo tres veces, pero las llagas de sus pies eran terribles después de llevar sus zapatos
nuevos para una salida más larga.
<Consigue cinta atlética, te enviaré vídeos sobre cómo vendarte los pies.>
Wei Ying también hizo todo lo posible por comer más para engordar un poco y que se le redondearan un
poco los bordes, pero su estómago no tenía fondo y no parecía capaz de ganar mucho.
—¡Lan Zhan, me has estado matando de hambre!— se lamentó Wei Ying mientras devoraba su
tercera ración de fideos fritos, sintiéndose por fin algo así como lleno. —¡No hemos comido suficiente
carne en esta casa!
—¡Tu familia pensará que soy una huérfana hambrienta, que la pobre Wei Ying nunca ha visto un
filete! Nunca aprobarán a la desdichada huérfana Wei Ying...
—No gracias, ya estoy lleno. Ven a sentir...— Wei Ying agarró la mano de WangJi y se la puso sobre su
abdomen, —¡Un bebé de comida!
—...Aburrido.
Aunque Wei Ying no podía hincharse la cadera ni el pecho sólo comiendo, Mianmian le hizo probar
varios tipos de prendas moldeadoras y sujetadores para encontrar lo que le daba las curvas más naturales.
—El sujetador plunge con relleno es la base de nuestra técnica—. le explicó Mianmian mientras le
hacía la atadura de la espalda. El sujetador que le estaban ajustando era un elegante sujetador negro con
encaje, además de otros sencillos de color nude para llevar debajo de ropa de colores claros, y algunos de
escote profundo para usar con tops y vestidos que tuvieran un escote más pronunciado. —Mira, el
sujetador por si solo no crea la forma completa aquí —Mianmian pasó los dedos por la parte superior
del pecho de Wei Ying —y por eso tendremos que usar cinta para el pecho. Deja que te lo enseñe.
Los delgados pectorales de Wei Ying y el escaso tejido de la parte superior fueron levantados y unidos
con la cinta, después de lo cual se volvió a poner el sujetador, y de repente...
—Ahora las chicas han salido a jugar...— Wei Ying se maravilló, mirando su escote recién creado. —
Esto es una locura—. Se sentía indiferente hacia su nueva forma más allá del puro asombro ante lo que
era posible con un poco de relleno de gel y cinta adhesiva. Para él no era más que un truco cool, pero que
lo hacía consciente una vez más de que tenía un cuerpo, un cuerpo que algunos consideraban sexual.
Aparte de Lan WangJi, por supuesto, a quien Wei Ying consideraba que este cuerpo realmente pertenecía.
Claro que le habían dicho que era muy apuesto, y no sólo las tías, sino que de hecho recibía mucha
atención de mujeres y hombres por igual, pero de alguna manera nunca había considerado su cuerpo
verdaderamente sexual antes de que WangJi lo hubiera inmovilizado contra una pared por primera vez.
Claro que sabía cómo coquetear y hacer alarde de su cuerpo para llamar la atención, porque a Wei Ying
le encantaba llamar la atención, pero de algún modo se había dado cuenta bastante tarde de que eso podía
conducir a algo, de que el sexo era algo real que la gente hacía de verdad. Claro que lo sabía, pero no
lo entendía, porque siempre había sido algo que le pasaba a otra persona. Por supuesto, se había
masturbado más o menos desde que todos los chicos de su edad empezaron a hacerlo, y entonces sus
fantasías giraban en gran medida en torno a hombres calientes haciendo algo encima de él, como había
visto que hacían los hombres a las mujeres en las 'fotos de adultos', que le fascinaban totalmente y en las
que pasó mucho tiempo buscando, hasta que acabó descubriendo el porno gay. Mediante un estudio
cuidadoso y meticuloso de este material visual —no tanto gracias a la educación sexual que recibió en la
escuela, y mucho menos en casa— pronto descubrió lo que se suponía que ocurría entre hombres y
mujeres, y hombres y hombres. Pero sólo a los veinte años, cuando empezó a salir de fiesta y descubrió el
ambiente de las discotecas gays, sintió que se hacía visible, y lo que habían sido simples fantasías de
adolescente empezaron a parecer posibles. Por primera vez fue percibido por el sexo de su preferencia
como deseable a cambio, y aunque Wei Ying coqueteaba mucho y tuvo roces íntimos, en el fondo era un
romántico: había conseguido evitar acabar con su virginidad antes de que WangJi la reclamara. ¡Ah, Lan
WangJi! Con él, todo le parecía bien a Wei Ying. Sentía que podía ser él mismo, porque tenía la
sensación de que aquel hombre no sólo veía su cuerpo, sino que lo veía a él, y aunque Wei Ying aún
estaba conmocionado por el hecho de que su mente sexual habitara un cuerpo sexual propio, se sintió
muy bien que WangJi lo abrazó como un todo, cuerpo y alma. Tenía que casarse con ese hombre, costara
lo que costara. Si el costo era fingir que tenía tetas, eso no era nada para él. En todo caso podría ser
divertido, excepto por el estrés de que todo esto funcione y las ampollas. Además, últimamente Wei Ying
se divertía maquillándose y haciéndose una chica tan bonita como podría ser. Si haces algo tienes que
hacerlo bien, ¿no?
—Y luego tendrás que aprender a contornear aquí para potenciar el efecto de tener un escote,
ahora te lo enseño—. Mianmian sacó a Wei Ying de sus pensamientos. Procedió a maquillarle el pecho
de forma que se acentuara la tridimensionalidad de su escote creado, lo que realmente mejoraba mucho el
aspecto general.
—¡¿En serio?! ¿No una A?— Wei Ying se sintió extrañamente orgulloso por ello, pero Mianmian no se
detuvo a felicitarlo por sus tetas, sino que procedió a ponerle el siguiente par.
—Por cierto—, Wei Ying observó las bragas sobre la mesa, —¿qué hay de mi desecho¹? No soy
enorme, pero... Mianmian, deberíamos hablar de esto, ¿verdad?
—Sí...— Mianmian se sonrojó ligeramente, pero mantenía su voz profesional y una firme cara de póquer
mientras evitaba mirar a Wei Ying a los ojos. —Sobre eso, lo he investigado. Desgraciadamente no
puedes llevar ropa interior linda a juego con el sujetador todo el tiempo.
—Awwh...— Wei Ying sonaba decepcionado.
—Pero tengo estos calzoncillos de control para ti, ellos—. Mianmian le mostró un par de bragas
negras de cintura alta. Al menos tenían un bonito encaje en la cadera. —Son elásticos, e ir una talla
menor debería permitirte meterlo un poco y mantenerlo en su lugar. También son muy buenos
para poner almohadillas en la cadera. Podemos enrollar la cintura hacia abajo ya que en realidad
no necesitas aplanar tu abdomen, y queremos lucirlo después de todo.
—¿Queremos?
—Eres muy delgado y tienes una cintura tan fina que sinceramente es injusto. Deberíamos sacar
provecho de eso y mostrar algo de abdomen donde podamos.
—A Lan Zhan le gusta sujetarme ahí—, dijo Wei Ying y rodeó con las manos su aparentemente
envidiable cintura, —para tener un buen agarre, ¿sabes?
Mianmian cerró los ojos brevemente en una experta muestra de paciencia. —Cuando lleves faldas o
pantalones más ajustados, es posible que quieras añadir cinta adhesiva a tu 'pequeño hermanito'
para acomodarlo aún más—. Mianmian le dio a Wei Ying un pequeño y ordenado folleto dirigido a las
mujeres transexuales en el que se explicaban técnicas seguras de tucking². —Esto debería ayudar.
—Gracias. —Wei Ying hojeó el folleto. —...¡¿Puedes empujarlos hacia el canal inguinal?!
A medida que noviembre se acercaba a su fin, Mianmian sugirió a Wei Ying que salieran con Wei Ying
completamente travestido.
—Para que te acostumbres, porque te tratarán diferente como mujer. Y deberíamos medir las
reacciones de la gente, a ver si se lo creen.
—Sí, definitivamente deberíamos hacer algunas pruebas—. Wei Ying estuvo de acuerdo. Si resultaba
un desastre, aún habría tiempo de cancelar el plan, ya que WangJi aún no había hecho saber a su familia
que llevaría compañía. Quería esperar a que Wei Ying estuviera seguro de que estaba preparado para ello,
y aún no le había tomado la palabra.
Así que Wei Ying se maquilló para un día informal, lo que para él incluía el contorno completo, pero se
peinó igual que de costumbre: un cepillado rápido y una coleta a media altura, pero ahora con un
flequillo ondulado que enmarcaba su rostro y le daba un aspecto juvenil. Se ató y se puso el sujetador
como le había enseñado Mianmian, y como se sentía seguro de sí mismo y un poco coqueto, se contorneó
el pecho y optó por un top halter negro de escote pronunciado con un bonito lazo en el cuello. Para poner
a prueba los límites de su presentación, se lo ajusto firmemente y lo combinó con unos jeans skinny que
en realidad eran restos de su primera compra en H&M.
¡Maldita sea mi trasero se ve genial en estos! Wei Ying se miró por encima del hombro en el espejo del
pasillo para mirarse el trasero; se veía perfectamente redondo con los jeans ajustados, no demasiado
grande pero sí firme. Tomó una foto para WangJi;
<Saliendo de esta manera con Mianmian, ¡apuesto a que los chicos coquetearan conmigo!> Wei Ying
sabía lo que hacía. No se olvidó de ponerse unas almohadillas en las caderas para darle un poco más de
curvatura femenina allí donde las miradas de la gente se posaban inevitablemente en la calle. Para los
zapatos escogió un par que Mianmian había elegido para su armario: alpargatas negras de charol de
Jimmy Choo. Por supuesto, estas alpargatas venían con tacón de 4 pulgadas de triple valor cada una.
Gracias a los incansables esfuerzos de Mianmian y a la cartera de WangJi, su colección de accesorios por
fin empezaba a estar completa, así que Wei Ying se puso una fina gargantilla de terciopelo negro con un
pequeño lazo de metal dorado y pedrería colgante en la parte delantera, de Miu Miu. Era glamuroso y
bonito a la vez, un pequeño lazo de brillantes alrededor del cuello. Wei Ying se sonrojó, pensando en algo
travieso. Debería ponérselo, y sólo para WangJi. ¿Le gustaría? Resistiendo el impulso de seguir posando
y tomándose fotos para su hombre, Wei Ying se apartó del espejo y agarró su vieja chaqueta negra de
imitación al salir. La verdad es que iba bien con su look informal. No podía montar en bicicleta con los
tacones, todavía, y desde luego no le apetecía practicar al mismo tiempo que el tucking, así que tomó el
metro para encontrarse con Mianmian en una cafetería más exclusiva que había abierto hace poco en
Park Avenue. No estaba muy lejos, pero como se le había hecho tarde, Wei Ying no tenía ganas de correr
con los tacones. Fue consciente de sí mismo sólo durante unos minutos, hasta que se dio cuenta de que
nadie le prestaba atención en la calle como de costumbre... No, espera, ¡algunos de los hombres que no
estaban mirando sus teléfonos sí que lo miraban! Algunos incluso levantaron la vista de sus teléfonos
como por instinto cuando él se acercó, ¿sería que oyeron el golpeteo de un tacón o algo les llamó la
atención en su visión periférica? Esas miradas eran... ¿Curiosas? ¿Buscadoras? Esas miradas se
demoraron, algunas sonrieron...
¡Joder, no debería estar mirándolos! ¡No pensarán que quiero hablar con ellos! Wei Ying intentó fijar la
mirada hacia delante e ignorar a los curiosos, pero ahora era definitivamente consciente de las miradas
que estaba recibiendo. Quería detener a alguien y preguntarle: '¡¿Crees que soy una mujer?!', pero eso
podría no ser buena idea. Bajó al metro, preguntándose si lo iban a manosear en el tren.
Bueno, les rompería las muñecas. ¡Su cuerpo era sólo para que WangJi lo tocara de esa manera!
Por suerte nadie lo tocó de forma inapropiada, y mientras Wei Ying bajaba en su parada se preguntó si
¿realmente la gente lo miraba tanto como él pensaba, o si se lo estaba imaginando o simplemente se
había vuelto hiperconsciente de las miradas que siempre estaban ahí, pero a las que nunca había prestado
atención? Además, la gente de Nueva York no solía preocuparse por los asuntos de los demás en la calle;
aquí había cosas más locas que los hombres vestidos de mujer, por no hablar de las mujeres transexuales
que hacían su vida cotidiana. Era una suerte que no lo molestaran, porque eso habría tenido
consecuencias terribles para todas esas personas, pero Wei Ying tampoco tenía ninguna información
confiable sobre si pasaba o no cuando a la gente le daba igual. Vio la cafetería y entró, donde Mianmian
ya estaba esperando con un matcha latte.
—Voz.
—Sí, así es. Deberías acordarte de tomarte el tiempo suficiente para prepararte. Significa que a
veces también tendrás que levantarte temprano—. Mianmian levantó una ceja detrás de su taza
mientras daba un sorbo a su bebida: —¿Has mejorado en eso desde el instituto?
—Bueno, he tenido que hacerlo, después de todo estoy aprendiendo a hacer un trabajo de adulto—.
Wei Ying utilizó ahora su voz femenina. Ya era fácil hacerlo consistentemente una vez que lo recordaba.
—Voy a buscarme un café-... ¡Oh hola!
—¡Hola, bienvenida! ¿Qué tal?—, saludó un joven y apuesto camarero. Por supuesto era servicio de
mesa, el lugar era bastante agradable. —¿Qué puedo servirle hoy señorita?
—Um, me puedes dar un americano y un pan tostado con aguacate, por favor.
—Claro, enseguida señorita, gracias.
Cuando el camarero se hubo ido, Wei Ying miró a Mianmian sonriendo, y mientras ella le devolvía la
sonrisa, ambos soltaron una risita.
—¿Eh, yo? ¡Bien! Creo que algunos chicos me miraban por el camino.
—¿Cómo te miraban?
Wei Ying se encogió de hombros, —¿Cómo miran los hombres a las chicas, yo qué sé? ...No de forma
súper espeluznante ni nada, sólo como si quisieran hablar conmigo, ¿supongo?
—Creo que eso está bien. Esa gargantilla queda muy bien con ese conjunto, por cierto, buena
elección.
—¡Gracias chica!
—Parece que no tengo que preocuparme demasiado por dejarte salir por tu cuenta.
Wei Ying se quedó callado un momento, golpeando la mesa con la uña y deseando tener esas uñas tan
largas para hacerlo, parecían muy buenas para golpear.
—¿Vamos? Te di el nombre del lugar, solo reserva una cita tu mismo, les he hecho saber que eres
mi cliente y a quien facturar.
Mianmian se quedó callada un momento, jugueteando con su cuchara. El camarero le trajo a Wei Ying su
café y su pan tostado, dedicándole su mejor sonrisa de atención al cliente, pero Wei Ying le sonrió
cálidamente, y algo cambió en los ojos del hombre.
—Gracias. —Wei Ying habló, aún con su voz femenina, pero un poco más grave, con un ronroneo
aterciopelado.
Mianmian se quedó mirando. Una vez que el camarero se hubo retirado, dijo: —No has cambiado nada,
Wei Ying. Has sufrido una transformación completa, pero por dentro sigues siendo el mismo
coqueto desvergonzado. Ahora sólo has añadido más armas a tu arsenal.
Wei Ying le guiñó un ojo y le dio un sorbo a su café. —Ya nadie está a salvo.
Mianmian suspiró. Removía su café con leche. —Wei Ying, ahora eres mi cliente, pero ¿crees que
también seguimos siendo amigos? Nos conocemos desde hace mucho tiempo...
—¡No seas tonta Mianmian, claro que somos amigos! Y voy a invitarte como a una amiga a algunas
cosas de uñas si quieres.
Terminaron sus cafés y el almuerzo, y cuando llegó el momento de pedir la cuenta el camarero había
dejado su número en la cuenta de Wei Ying.
—Parece que funcionó—. Dijo Mianmian.
—Claro que funcionó—. Wei Ying se sacudió su coleta. No tomó el número, por supuesto, pero dejó
una buena propina como consuelo. ¡Parece que su primera prueba fue un éxito!
—Hola WangJi, espero que no sea un mal momento para ti. Deberían ser las seis de la tarde allí.
—Mm. No es mal momento.— WangJi se levantó de la mesa del comedor donde había estado
trabajando desde su laptop.
—...Sí.
—Mm. Es chino-americana...
—¿Cuánto tiempo...?
Otro silencio.
—Te vas a América y en un año por fin has encontrado una chica que te gusta.
WangJi no podía decir si Quieren pensaba que era algo bueno o malo. De momento no dijo nada.
El agarre de WangJi se apretó con fuerza alrededor del teléfono. Su voz seguía siendo tranquila y
vehemente: —Si te fijas en las fechas de estas transacciones en concreto, verás que sólo han
empezado hace unos meses. Como he dicho, llevamos saliendo casi dos años.
—Tío—, habló WangJi muy cortésmente; —Voy a llevarla a Shanghai conmigo el día veintidós, sus
vacaciones de Navidad empiezan el día veintiuno. Me gustaría que el tío, el hermano XiChen y la
abuela la conocieran.
Silencio. Finalmente se oyó a QiRen suspirar al otro lado. —Si vas tan en serio con ella, organizaré la
hora del té.
QiRen sopesó sus palabras con cuidado: —WangJi, me alegro de que hayas encontrado a alguien que
te gusta. Ojalá hubieras elegido a una mujer china, pero si por lo demás es adecuada, estoy
deseando conocerla. ¿Cómo se llama?
—...Wei Ying.
Lan QiRen podría intentar hacer una búsqueda sobre el nombre 'Wei Ying', pero no conocía los caracteres
exactos y aunque lo hiciera, no encontraría nada, WangJi lo había comprobado; había varias personas en
internet con ese nombre, tanto hombres como mujeres. Las cuentas de Wei Ying en las redes sociales
eran privadas, las fotos eran solo para amigos y, por lo demás, su huella digital era lo bastante pequeña
como para que WangJi no encontrara absolutamente nada. Por otra parte, no era un experto cibernético y
sabía que todo el mundo dejaba rastro, y que los Lan tenían acceso a enormes recursos de inteligencia.
Aun así, WangJi confiaba en que Jiang FengMian, siendo el fundador de una empresa de ciberseguridad,
hubiera guardado bien la información de su familia. Pero Wei Ying no podía ser un fantasma, no; estaban
en el proceso de decidir qué debían decirles a los Lan sobre su pasado y qué omitir. No podían mencionar
a los Jiang en absoluto o corrían el riesgo de que Lan QiRen se pusiera en contacto con ellos y
descubriera la verdad. Una vez más, las desafortunadas circunstancias de Wei Ying suponían una
bendición disfrazada: como los Jiang nunca habían adoptado a Wei Ying, podían decir que su familia
adoptiva simplemente no se involucraba en sus asuntos personales ahora que era un adulto legal. Wei
Ying se había sentido muy deprimido como resultado de aquella discusión, pero había estado de acuerdo
en que era la excusa perfecta para mantener a los Jiang fuera de su camino. Si alguna vez podrían hacer
saber a los Jiang que estaba casado, sin mencionar con quién estaba casado, estaba por ver. Sin embargo,
primero deberían casarse.
—¡Estoy en casa!
—Bienvenido a casa—. La frialdad que parecía haberse filtrado por los rincones desapareció al instante
cuando Wei Ying entró en la habitación, llenándola con su vivaz y cálida presencia. WangJi sonrió.
Entonces vio a Wei Ying salir del pasillo...
—Hey... Oh, hola—. Wei Ying, con su atuendo completo, hizo una pose cuando vio a WangJi allí de pie,
con la mano en la cadera y las alcaparras en la otra. Hablaba con su voz normal; —¿Adivina qué?—. Se
colgó las alcaparras al hombro y se echó el cabello hacia atrás, muy satisfecho de sí mismo. —Me fue
muy bien. Un camarero me dejó su número.
Los ojos de WangJi se ensombrecieron de una forma que a Wei Ying le gustaba.
WangJi se quedó mirando, con la voz hosca de Lan QiRen casi olvidada. Wei Ying se pavoneó hacia él,
caminando así, y se quedó a una pulgada de tocarlo, mirándolo hacia arriba — ahora que no llevaba
puestos sus locos tacones era más bajo en lugar de casi de su misma estatura-. El corazón de WangJi se
aceleró en su pecho.
—Me estoy haciendo popular en la ciudad, ¿qué va a hacer Gege...? ¡Mm!— Wei Ying dejó caer los
Choos.
WangJi tenía sus manos sobre Wei Ying, agarrando primero su cintura y dejando que sus manos vagaran
desde allí; por encima, por debajo de sus jeans, agarrando carne y haciendo que Wei Ying gimiera en su
boca.
— Didi también se ve bien así—. WangJi siseó con los dientes en los labios de Wei Ying y luego
mordió, haciendo que el otro hombre gritara de dolor y placer. Las manos de Wei Ying arañaban la
espalda de WangJi, intentando arrancarle la camisa.
—¡Aah, gege-... !
—Cama.— WangJi lo agarró del brazo y tiró de él hacia allí. Se quitaron la ropa, pero WangJi fue más
rápido, con todas las cosas de Wei Ying. Pero WangJi no permitió que eso le retrasara, sino que empujó a
Wei Ying sobre la cama después de que éste sólo hubiera conseguido quitarse los jeans. Los ojos febriles
de WangJi se posaron en la gargantilla brillante con el lazo.
—Hmh.— Un gruñido ronco e impaciente. WangJi empezó a quitarle las bragas a Wei Ying. Dudó al ver
todo lo que había debajo; —...Demasiadas cosas.
—Ah, sí, déjame...— Wei Ying quitó con cuidado la cinta tukink y liberó su desecho del tiempo fuera.
—Uff... Al menos no tengo que hacerlo así todos los días.
—¿Eh...?— Wei Ying se ruborizó algo ferozmente, mirando a WangJi, quien se cernía sobre él con ojos
parpadeantes. WangJi lo giró lentamente sobre su abdomen, cerniéndose sobre el lazo negro que ataba el
halter top alrededor del cuello de Wei Ying.
—Un regalo para gege...— WangJi agarró lenta y deliberadamente otra de las cintas de tela con la
delicada punta de los dedos y tiró lentamente... Hasta que el lazo se soltó, abriendo la parte superior.
— Ge-gege... Ah...— Wei Ying sintió que WangJi le daba un beso en el cuello y luego se dejó caer de
espaldas otra vez. El halter abierto se desprendio de su cuerpo y revelo su sujetador beige sin tirantes
debajo. Wangji se detuvo un momento para mirar con curiosidad sus pechos postizos. Wei Ying sintió
una nueva timidez ante su pecho, aunque ¿de qué había que avergonzarse? Tonto... pensó Wei Ying para
sus adentros.
—Aquí...— susurró Wei Ying, llevándose las manos a la espalda y desabrochando los broches de la
espalda. Se quitó el sujetador, dejando al descubierto las cintas de los pechos. ¡Seguro que llevaba
suficientes lazos y cintas como para ser un pequeño paquete listo para ser enviado a Shanghai por
Navidad! WangJi retiró con cuidado la cinta adhesiva de los pechos, y la sensación de que lo hiciera por
él excitó a Wei Ying, haciéndole juguetear con las sábanas y doblar los dedos de los pies. ¡Por fin, por fin
estaba desnudo! Excepto por la gargantilla, y eso se quedó mientras Wangji procedió a estampar su
trasero para enviarlo dos veces alrededor del mundo.
La semana siguiente estaban en el salón de la amiga de Mianmian, haciéndose la manicura y la pedicura.
Wei Ying había venido como siempre, pero planeaban hacer algunas salidas más de un día entero en las
dos semanas previas a la partida de Wei Ying y WangJi a Shanghai. En ese momento estaban
remojándose los pies en pediluvios para preparar todo el proceso, que Wei Ying esperaba con
impaciencia; recordaba a Madam Yu llevando a su hermana YanLi a esos salones. Las había visto
arreglarse las uñas desde la ventana mientras esperaban afuera con Jiang FengMian y su hermano
adoptivo Cheng, comiendo helado. Había deseado que Madam Yu también pasara tiempo con él de esa
manera, pero al menos FengMian siempre había estado ahí para él. No es que Wei Ying hubiera querido
ir necesariamente a un salón con Madam Yu, sino simplemente participar en algo que ella hacía. En
cuanto a lo de las uñas, Wei Ying había descubierto que el esmalte de uñas de Madam Yu era excelente
para pintar las viejas muñecas Barbie de YanLi y convertirlas en zombis ensangrentados. Había sido la
hora del bastón para el pequeño Wei Ying después de eso.
—Mianmian—, habló Wei Ying por encima del silencioso burbujeo de los pediluvios, —¿Conociste
alguna vez a Madam Yu, mi madre adoptiva?
Mianmian tuvo que pensar; —...¡Sí! Mi madre juega regularmente al Mahjong con ella y con otras
mujeres. Mi madre me ha llevado varias veces.
—¿Qué esperas que te diga? Viste muy bien y parece estricta, pero eso se aplica para todas las
mujeres con las que juega. Ah, me han dicho que tiene una empresa de préstamos para pequeños
negocios que atiende sobre todo a mujeres inmigrantes, creo que es muy admirable por su parte.
—Eso es sólo su negocio secundario. También es la CEO del negocio tecnológico de Jiang
FengMian.
—...Sí.
—Tú lo has dicho: estricta. Entonces, ¿cuáles son tus planes para Navidad?
—Pasarla con la familia, como siempre. Para nosotros no es tan importante como el año nuevo,
pero nos reunimos con la familia más cercana y comemos y nos hacemos regalos. ¿Qué hacen los
Jiangs por Navidad?
—Más o menos lo mismo. La abuela cocinaba y nosotros la ayudábamos, luego íbamos a patinar al
Rockefeller Center o algo así. Un año estuvimos en Disney World por Navidad.
—Más o menos. Recuerdo que me gustaban los espectáculos, pero había filas muy largas para
todas las atracciones. También me perdí... No, espera, son los padres los que se pierden en Disney,
pero una amable tía me cuidó hasta que me encontraron. Madam Yu estaba muy enfadada
conmigo, como si me hubiera escapado a propósito—. El recuerdo no era agradable, pero sí bastante
lejano; debía de tener ya siete años, pero había entrado en pánico al darse cuenta de que no encontraba a
sus tutores y había llorado muy fuerte y llamado al tío FengMian. —De todos modos—, continuó Wei
Ying, —entiendo que las Navidades con la familia son más importantes, así que siéntete libre de
rechazar esto, pero ¿qué te parecería venir a Shanghai con nosotros?
—De trabajo. Lo he hablado con Lan Zhan. Me sentiría más seguro teniendo conmigo a alguien
que esté al tanto, para que me ayude, porque no puedo... Mianmian, no puedo estropear esto, okay,
y necesito tu ayuda—. Wei Ying se levantó del sillón de masaje y tomó la mano de Mianmian. —Te lo
pido como amigo, pero WangJi te pagará lo que nosotros dos acordemos, incluyendo alojamiento,
comidas... Y volarías con nosotros en un jet privado—. Wei Ying no podía creer que dijera algo así tan
a la ligera, ¡como si fuera su vida normal! Porque no lo era, ¿verdad? —Rechacé la oferta de WangJi
de mandarnos también en un jet, así que volveríamos en United en clase preferente.
No era la primera ni la segunda vez que Mianmian tenía esa expresión de estupefacción en la cara
durante estos últimos meses. —¿Está todo... arreglado?
—Está arreglado. Lan Zhan tuvo una llamada telefónica con su tío la semana pasada y le habló de
mí y de que me llevaría, y al parecer su tío estaba como 'de acuerdo'—, Wei Ying imitó lo que él
pensaba que sonaría un viejo rígido, —así que al menos el tío no se opone totalmente a toda la idea de
una nuera chino-americana.
Mianmian lo pensó, mordiéndose el labio, dejando que Wei Ying le agarrara la mano. Después de un
momento de cuidadosa consideración, respondió: —Creo que mi familia entenderá que no esté en casa
por Navidad. Creo que se alegrarían de que su hija tuviera la oportunidad de perseguir sus sueños
y aceptar una oferta de trabajo así; de ir a Shanghai con su cliente exclusivo.
Mianmian lo miró insultada: —¡Claro que no! La discreción es la clave. Además, sólo sonará más
impresionante si digo que no puedo revelar quién es mi empleador—. La sonrisa de Mianmian creció
de oreja a oreja cuando Wei Ying le respondió con la misma sonrisa, y no tardaron en reírse a carcajadas.
—Realmente quiero ser estilista y ayudar a la gente. Se trata de ayudar a las personas también, de
encontrar su voz y ayudarles a expresarse.
—¿Y entrar pavoneándote en las tiendas más elegantes como si tuvieras una misión divina?
¹La autora utiliza la palabra "junk" que tiene muchos significado literales (basura, chatarra,
pedacitos, pieza, sobra, resto, desecho) y es una jerga estadounidenses para referirse a los genitales
masculinos.
Se conoce como tucking² a la técnica usada para 'esconder' los genitales masculinos. Esto se
consigue moviendo el pene y el escroto entre las nalgas o dentro de los canales inguinales. Dicha
cavidad es donde se alojan los testículos antes de nacer. La práctica es muy popular en el mundo del
drag.
La Jet Set
Chapter Notes
*Jet Set*: Una clase social de personas ricas que viajan por placer.
De alguna manera, Wei Ying había completado sus rotaciones y aprobado sus exámenes con éxito en
medio de todo lo demás para las vacaciones de Navidad. Sin embargo, el próximo viaje a Shanghái no le
parecía exactamente unas vacaciones, sino más bien otra prueba. Aun así, estaba encantado y
entusiasmado por ir, al igual que Mianmian, que recogió toda la ropa y los accesorios de casa de Wei
Ying y WangJi, diciendo que se encargaría de todo su vestuario y de hacer las maletas.
—¿A qué hora es tu vuelo? ¿Necesitas que te lleve al aeropuerto?—. le ofreció Jiang FengMian
mientras se sentaban en la sala de estar a tomar el té. La casa de los Jiang era una típica casa adosada de
Brooklyn Heights con fachada de piedra rojiza e interiores modernos de estilo clásico europeo.
—Sí.
—Eventualmente. Es... uhm, un poco caro para mí, pero dijo que es posible que me quede un mes
más o menos para que pueda encontrar un nuevo lugar.— Wei Ying se sintió mal por contarle incluso
una pequeña mentira piadosa a FengMian. De hecho, aún tenían que hablar sobre el condominio con
WangJi, quien obviamente podía permitirse el lujo de dejarlo vivir en él todo el tiempo que quisiera, pero
Wei Ying no podía aceptarlo. Por ahora parecía que Wei Ying se conformaría con vivir separados y
manteniendo una relación a distancia hasta que se graduara. No le hacía mucha ilusión, pero él también
sentía que le debía algo a su familia, al menos terminar la carrera que ellos habían pagado.
—¿No deberías estar buscando casa entonces —comentó Madam Yu desde la cocina, donde había
estado preparando café— y no viajando? Deberías saber cómo es el mercado inmobiliario de Nueva
York—. Ella dió un sorbo a su café mientras miraba fijamente a Wei Ying.
—Lo sé, pero pensé que debía aprovechar para visitar la madre patria durante las vacaciones de
Navidad, ya que WangJi me ofreció quedarme en su casa y todo eso.
—Podrías haberte permitido alojarte en un hotel en lugar de hacer couchsurfing en casas ajenas.
—Wei Ying—, YanLi se giró hacia él, rompiendo el silencio, —espero que te diviertas en Shanghai.
Por favor, tráenos recuerdos.
Wei Ying le devolvió la sonrisa: —¡Les traeré unos bonitos regalos de Navidad atrasados!
—No te sientas demasiado presionado—, dijo Cheng, —lo que cuenta es la intención. Pero, ¿la
familia de Lan Wangji celebra la Navidad? ¿Son cristianos?
—No, son taoístas, pero imagino que la celebran como nosotros. A todo el mundo le gusta la
Navidad, ¿verdad? En fin, debería irme, aún tengo algo que hacer hoy—. Wei Ying tenía cita para
depilarse y arreglarse las cejas y las uñas antes del gran día.
—Déjanos acompañarte a la estación del metro—. YanLi se levantó con Wei Ying e instó a Cheng a
acompañarlos con la mirada, y se fueron enseguida.
—¿Sigues suponiendo que su amigo podría ser el Lan Wangji de Lan Pharma? Lo dudo; imaginar
a alguien como él teniendo un compañero de piso , ridículo. ¿O has averiguado algo?
—La verdad es que no. La única foto que me ha enviado Wei Ying en la que aparecían los dos tenía
a su amigo en una vista de tres cuartos, y la única foto públicamente disponible de Lan WangJi de
Lan Pharma es en ángulo directo de cuando era niño; la IA no puede reconocer de forma confiable
la similitud o disimilitud entre los rostros a partir de ahí, aunque pensé que había un parecido
después de que Lan WangJi nos visitara y lo viera personalmente. Pero tienes razón.
En la mañana del día veintiuno, su taxi vino a buscarlos como habían acordado, llevando ya a Mianmian,
a quien habían recogido antes en su casa de Brooklyn.
—Deja que te ayude con eso—. dijo Wei Ying a WangJi y agarró el asa de su gran equipaje Rimowa
mientras abría el maletero. El conductor se apresuró a ir a la parte de atrás, horrorizado de que su cliente
tuviera que ocuparse de su propio equipaje, pero Wei Ying se quedó mirando el contenido del maletero;
—Mianmian, ¿has escondido aquí un cuerpo entero descuartizado o qué?
—Bueno, Santa Mierda—. Wei Ying no había dejado de usar su voz femenina, pues ya estaba
completamente disfrazado, pero su sentido del humor seguía siendo el mismo. Mianmian había
transportado tres piezas de equipaje sólo para las cosas de Wei Ying, y éste podía visualizar cómo cabía
un cuerpo en ellas con un poco de arreglo. El propio Wei Ying sólo había tenido que empaquetar sus
productos de higiene personal y sus cosas de maquillaje y peluquería, ya que Mianmian se ocupaba del
resto, y todo cabía en su nuevo bolso Chanel —el más grande— así que había pensado en ayudar a
WangJi con sus cosas, pero en lugar de eso su novio lo acompañó suavemente al interior del coche,
dirigiéndole una mirada firme que Wei Ying no supo reconocer en su emoción.
Su vuelo chárter¹ partió de un aeropuerto privado situado a sólo media hora en coche del condominio. No
tuvieron que pasar por el control de seguridad, sólo facturar su equipaje sin filas, y ya los estaban
acompañando por la pista hasta su jet privado. Wei Ying sólo había volado internacionalmente cuando
había viajado con los Jiang a Europa —Roma, Venecia y París— durante un par de semanas antes de que
Cheng empezara el instituto, un año después que él, pero recordaba que ni siquiera volar en clase
preferencial había sido tan fácil. Se sintió absurdo al subir las escaleras hasta el avión y que los tres
tripulantes lo saludaran como si se supusiera que tenía que estar allí;
No, espere, él tenía... Sentado en los lujosos y confortables asientos tapizados en cuero color crema, Wei
Ying y Mianmian se miraron con una sonrisa estúpida e intentaron no resultar desagradables, pero les
resultaba más difícil cuanto más tiempo se miraban, hasta que empezaron a reírse a carcajadas. La
comisura de los labios de WangJi se curvó ligeramente al abrir el número proporcionado del Diario de
China. Había flores frescas en las mesas. Después del despegue, descorcharon champán y ofrecieron
agua mineral a WangJi, que probablemente costaba tanto como los vinos más baratos. Wei Ying y
Mianmian no se molestaron en fingir que era su tarifa diaria, así que le pidieron a la azafata que les
hiciera una visita guiada y se quedaron boquiabiertos; había una cocina completa donde se preparaban las
comidas, un camarote en la parte trasera con una cama matrimonial y una sala de entretenimiento con un
gran televisor y equipo de sonido. Mianmian se tomó montones de selfies, pero Wei Ying sabía que no
podía presumirle a nadie, así que no se molestó, y tampoco se dejaba ver en las fotos con Mianmian. Sin
embargo, estaba contento por ella y la ayudó a tomarse fotos para enviárselas a su familia y amigos, que
la felicitaron por el trabajo. Con Mianmian pegada a las redes sociales —por supuesto, el avión tenía un
buen wifi— Wei Ying fue a echar un vistazo a la cabina con WangJi. Para Wei Ying aquello era lo más
cool que había visto hasta ahora, aunque probablemente era muy parecida a la de cualquier otro avión,
pero aun así, nunca la había visto antes. Así que escuchó con interés cómo el capitán, un señor mayor, se
lo explicaba todo... A WangJi, asumiendo que el de los pantalones era también el interesado en todas las
cosas técnicas.
—¿Puedo sentarme en la silla y sujetar el yugo? Está en piloto automático, ¿no?—. le preguntó Wei
Ying al capitán, quien lo miró sorprendido durante una fracción de segundo, hasta que su profesionalidad
lo alcanzó, y luego sonrió con cierta diversión. A Wei Ying le pareció una sonrisa extraña, algo
condescendiente.
—Eso iría en contra de las reglas, señorita, pero si todos estamos de acuerdo en que no empujará ni
tirará de nada, supongo que podemos dejar que 'navegue' un poco—. El capitán miró a WangJi como
pidiéndole permiso para ello, y Wei Ying no pudo evitar sentirse como una niña mientras le hablaban así.
WangJi asintió.
—Muy bien, señorita, tome.— El capitán se levantó para dejarlo sentarse en el asiento. Wei Ying se
olvidó de que estaba extrañamente enfadado y se sentó con entusiasmo... Olvidó alisarse la falda de
tweed negro al hacerlo y se le arrugó a la altura de la cadera, dejando ver más muslos de lo previsto. Wei
Ying se dio cuenta de su error de novato cuando sintió que la tela del asiento rozaba su trasero casi
desnudo, pero sabía que no se vería nada crítico, así que fingió no haberse dado cuenta. Se agarró con
cuidado a las asas, y al ver cómo sus dedos con las uñas recién pintadas con manicura francesa —esmalte
rosa nude con extensiones de gel blancas y redondeadas en las puntas— se agarraban alrededor de
aquellas dos varillas negras, Wei Ying no pudo evitar que le asaltaran pensamientos intrusivos... Fue muy
consciente de que había otros tres hombres en la sala que lo estaban mirando, y puede que se sonrojara.
Soltó una risita, aún más aguda al hacerlo nerviosamente, y pronunció el nombre que más seguridad le
daba:
—¡A Shanghái! ...O—, Wei Ying lo miró por encima del hombro, —¿Adónde quiere ir Lan Zhan?
Wei Ying se sonrojó. El capitán y el piloto probablemente no entendían mandarín, pero que WangJi dijera
eso delante de ellos...
—Gracias—. Wei Ying le dijo al capitán y se incorporó, teniendo en cuenta su dobladillo y cuidando de
alisarlo mientras se levantaba torpemente del estrecho espacio y cedía el asiento. WangJi lo tomó de la
mano y lo acompañó fuera de la cabina, y Wei Ying supo lo que ocurriría a continuación...
—¡Mianmian, tardaremos un rato!—, la llamó cuando pasaron junto a ella en la sección de asientos.
Al llegar al camarote de la parte trasera del avión, WangJi cerró la puerta y agarró a Wei Ying por las
caderas, atrayéndolo contra sí y dándole un beso.
—La-Lan Zhan...— Wei Ying se rió entre sus besos de reclamo: —¿Qué es esto?
—Wei Ying...— La voz de WangJi era desesperada, cachonda, —Demasiado sexy—. Wangji se movió
para besarle el cuello y empezó a abrirle la blusa.
—¿Me estaban mirando?— Wei Ying, a su vez, abrió el cinturón negro Tom Tailor de WangJi.
¡Supongo que se puso celoso otra vez! —...¡Ah!— Wei Ying jadeó cuando WangJi le mordió el cuello de
repente. —¡Lan Zhan, no! Se supone que pronto conoceré a tu familia, ¡no puedes dejarme marcas!
—Mh.— WangJi se limitó a lamer un centímetro antes de continuar besando, chupando y mordiendo. No
ayudaba a su lujuria que Wei Ying le dijera que parara con su quejumbrosa voz nasal. Le encantaba que
Wei Ying le dijera que parara, sobre todo con esa voz... Y Wei Ying lo sabía;
—¿Qué? ¡¿Didi es traviesa?! ¡No! ¡Gege es el que está siendo travieso! Didi es una buena chica!—
Wei Ying pensó que era un poco cachondo decir eso, aunque lo hubiera dicho en broma. Pero Wei Ying
realmente no podía tener chupetones cuando conociera a la familia de Wangji, ¡al menos no como
primera impresión! Para escapar de los dientes de WangJi, Wei Ying se arrodilló, con la blusa abierta y el
sujetador de encaje negro a la vista. Wei Ying se mordió el labio inferior y abrió los pantalones de
WangJi, sonriendo mientras miraba a WangJi, que estaba sorprendido por el repentino giro de los
acontecimientos, pero obviamente no disgustado;
La cara de Wei Ying se puso roja. Tiró de los pantalones de WangJi hacia abajo y vio que su 'pequeño
hermanito' estaba listo para salir y jugar desde sus bóxers blancos, presionando contra la tela con su color
hale brillando a través de ella, creando ya una pequeña mancha húmeda alrededor de la punta. Wei Ying
también se bajó los bóxers.
—Prepáralo así—. WangJi sujetó suavemente el costado de la cara de Wei Ying, guiándolo mientras se
sentaba en la cama. Wei Ying siguió amablemente las indicaciones de WangJi y se acomodó entre sus
rodillas, con las manos sobre los muslos. Mantuvo el contacto visual, disfrutando de la expresión de
abrumadora excitación en el rostro de WangJi cuando éste se inclinó hacia delante y se lo llevó a la boca.
—Mmh...— Wei Ying gimió alrededor de su polla, moviendo la cabeza y dejando que su alta cola de
caballo se agitara, chupando la caliente y venosa longitud de WangJi hasta que el tronco quedó
resbaladizo por su saliva. La mano de WangJi le acarició el cabello, y vio que el hombre cerraba los ojos
y suspiraba de placer mientras seguía mirándolo desde entre la extensión de sus pestañas. Luego se
levantó, se subió la falda y se bajó las bragas —esta vez sin cinta de por medio— WangJi lo sujetó de las
caderas y tiró de él hacia su regazo, colocándose correctamente sobre la cama con Wei Ying a horcajadas
sobre él. Habiendo tenido la previsión de colocar tácticamente el lubricante cerca poco después de subir a
bordo, WangJi preparó a Wei Ying y le hizo cabalgar su polla de esta manera. El propio miembro de Wei
Ying se asomaba por debajo del dobladillo de la falda, balanceándose mientras su trasero se tragaba a
WangJi una y otra vez. Los dedos de WangJi se clavaban en la suave carne de sus muslos y empujaba con
más fuerza y rapidez, haciendo que Wei Ying gimiera y saltara sobre él.
— ¡Gege! ¡Ah! ¡Y si nos escuchan...!— Pero Wei Ying no contuvo sus gemidos, pues mientras pudiera
controlarlo y mantener su voz femenina no había riesgo aunque alguien los escuchara.
Pero el motor rugía y ellos estaban el la parte trasera, además Mianmian estaba de guardia; nadie
escucharía. Probablemente.
—¡¿Ah-a-...?!
Se produjo un descenso que Wei Ying sintió hasta el fondo de su vientre, una repentina sensación de
ingravidez, y WangJi se deslizó casi fuera de él hasta que igual de repentinamente... —¡Oh!—. Todo
saltó por los aires, y Wangji fue arrojado de nuevo dentro de él con una fuerza que casi hizo volar a Wei
Ying, pero WangJi le agarró con fuerza las caderas y lo sujetó con firmeza sobre su polla. Wei Ying sintió
aquello en sus entrañas de la mejor manera posible, y justo cuando volvió a suceder de inmediato, tuvo
un orgasmo con un aullido de placer, casi sintiendo que se desmayaba de la dicha. Mientras se corría con
sus paredes internas apretándose deliciosamente alrededor de la polla de WangJi, el avión seguía teniendo
ligeras turbulencias, haciendo que WangJi entrara y saliera de él sin ningún esfuerzo de su parte. Incapaz
de controlarse en absoluto en tales circunstancias, WangJi se corrió también.
—¡Ah...! Nn-nh!— Wei Ying seguía gimiendo mientras sentía cómo el semen de WangJi inundaba sus
profundidades, llenándolo de calidez. Finalmente las turbulencias parecieron calmarse, y se quedaron
jadeando.
—¡Qué manera de unirse al Mile High Club³!—. Wei Ying suspiró: —Pero, es como hacer trampa,
hacerlo en un jet privado con cama y todo...—. Pero pensar que me acaban de follar salvajemente a
kilómetros del suelo, ¡Tal vez encima de la casa de alguien, o de una autopista!
—¿Qué es el Mile High Club?
—Oh Lan Zhan...— Wei Ying se inclinó para besarlo. A veces todavía descubría maneras en las que
Lan Zhan era tan inocente. —¿Crees que la azafata tendría un uniforme extra en alguna parte?
Podríamos hacer un juego de roles...
—Ridículo.— No es que WangJi no quisiera jugar, pero tampoco quería ser una molestia evidente para la
tripulación.
—Hmph, okay, que sea así.— Wei Ying se bajó de WangJi, su polla resbaló, y sintió un rastro pegajoso
correr por su muslo mientras el esperma de WangJi se escapaba. —...Tengo que arreglarme. ¿Nos
vemos para comer?
Les sirvieron la comida, o una cena temprana, y luego Wei Ying y Mianmian vieron una película con
palomitas mientras WangJi hacía algo de trabajo.
—Lan Zhan—, llamó Wei Ying desde la sala de televisión, —Ven y únete a nosotras.
Wei Ying se levantó del sofá y se apoyó en la puerta. Ya se había puesto sus pantalones cortos de pijama
de seda rosa claro y su camisa de manga larga, ya que tenían intención de tomarse una siesta para llegar
bien descansados —el aterrizaje era al mediodía en Shangai, menos de trece horas desde ahora, así que
perderían una noche de sueño.
—Lan Zhan...— Wei Ying llamó suavemente, —casi es Navidad, ¿tienes que trabajar tanto?
—Estoy asesorando a la nueva directora de Recursos Humanos que asume mi antiguo puesto
en Measumed y tengo una videollamada con ella en breve, por favor cierra la puerta.
—¿Todavía te pagan por hacer eso? ¿No ha terminado tu contrato con la empresa?
—Eso es muy amable por tu parte, pero deberían pagarte por consultoría o algo así. No es culpa
tuya que la empresa no cubriera el puesto a tiempo, tuvieron meses para encontrar a una persona
para el puesto. No dejes que se aprovechen de ti.
—Es culpa mía—. WangJi se giró para mirar a Wei Ying, —Yo era el director de Recursos Humanos,
era el responsable de toda la contratación.
Wei Ying parpadeó. —Ah, claro. Pero no es propio de Lan Zhan dejar las cosas tan a última hora.
—Me estremezco sólo de pensar en tener que ser entrevistado por ti...
—La puerta. Por favor.— Había una solicitud de videollamada entrante en la pantalla de la laptop de
WangJi.
—Sí, sí.— Wei Ying le lanzó un beso a Wangji antes de cerrar la mampara.
Wei Ying todavía se quedó despierto más tiempo que WangJi; mientras Mianmian se ponía a dormir en
uno de los sillones totalmente reclinables, Wei Ying paseaba despreocupadamente descalzo hasta la
cocina de la parte delantera y se preparaba una taza de chocolate caliente, insistiendo a la azafata en que
podía hacerlo él mismo, pero aceptó su ayuda utilizando el hervidor de agua. Charló con ella sobre su
trabajo, dónde había estudiado y cómo había llegado a ser azafata de una compañía de vuelos chárter
privados, cómo era. La naturaleza de sus preguntas, su acento neoyorquino de clase obrera y su actitud
relajada en general le hicieron adivinar que no era uno de ellos, de la clase alta real, sino alguien más
parecido a ella. Finalmente, Wei Ying admitió, riendo, que era la primera vez que viajaba en un jet y que
todo el asunto era nuevo para él. Como él esperaba, bajó un poco más la guardia, y entonces Wei Ying le
preguntó cuáles eran algunas de las cosas más locas que los clientes le habían pedido durante los vuelos,
cómo eran los ricos cuando estaban solos, si eran amables con la tripulación... Intentaba obtener consejos
sobre cómo comportarse delante del personal, como si siempre hubiera tenido a alguien que atendiera sus
caprichos. Por supuesto, no dijo nada que hubiera comprometido su posición como empleada, pero
sonaba genuina cuando dijo que variaba, pero que en realidad la mayoría de la gente era cortés y amable,
pero siempre consciente de su diferencia de estatus y mantenía cierta distancia. Contento con lo que
había aprendido, Wei Ying también preguntó por el uniforme, pero ella evitó
profesionalmente negarse directamente a que lo usara, pero el sentimiento estaba claro. De vuelta a la
intimidad del camarote, Wei Ying se quitó por fin el sujetador y la cinta. La seda natural de su pijama se
sentía celestial contra su piel, que había estado limitada todo el día, y se olvidó de frotarse suavemente
los pezones a través de la camisa. Se sentía tan bien. Su polla se agitó en los pantalones cortos, formando
una pequeña tienda de campaña contra ellos. Wei Ying abrió los ojos y volvió a mirar a WangJi, que
dormía en su posición habitual, boca arriba, metido debajo de las sábanas. Con las luces apagadas y las
persianas bajadas, el camarote estaba cómodamente oscuro para dormir y parecía que WangJi estaba
profundamente dormido, respirando tranquilamente. Wei Ying tenía ganas de hacerle cosas, pero no
quería perturbar su descanso; él también había trabajado mucho hasta el momento de su partida y no
quería que tuviera jet lag cuando por fin llegara a casa. Así que Wei Ying se quedó allí de pie, deslizando
sus manicuradas manos dentro de sus pantalones cortos y se masturbó en silencio, mirando el rostro fino
y sereno de su Lan Zhan. ¡Era tan perfecto! No fue sólo el rostro de WangJi, sino el hecho de que Wei
Ying se masturbara furtivamente al verlo mientras el propio hombre era ajeno a ello, lo que hizo que Wei
Ying se corriera; cuidadosamente atrapó su derrame en la palma de su mano para no mancharse la
pijama. Se lavó las manos, la cara y los dientes en el cuarto de baño y luego se deslizó junto a WangJi
para acurrucarse a dormir la siesta.
Al despertarse, se turnaron en la ducha, que era demasiado pequeña para divertirse cómodamente, y los
dos estaban un poco atontados porque su reloj interno tenía que empezar a ajustarse. Wei Ying se tomó su
tiempo para volver a maquillarse, ponerse los pechos y colocar todo lo demás en su sitio. Mianmian lo
controlaba y ayudaba, asegurándose de que todo estuviera lo más perfecto posible. Aterrizarían en el
aeropuerto de Shanghái Pudong dentro de unas horas y luego sería la hora del espectáculo durante más de
una semana.
—¿Cómo te sientes?— le preguntó Mianmian mientras terminaba de peinar a Wei Ying con su nueva
coleta preppy.
—Para ser honesto, no creía que pensé que estaría tan nervioso—. Wei Ying estaba realmente
ansioso. No porque tuviera problemas para conocer gente nueva y socializar con cualquiera, sino por lo
mucho que estaba en juego: ¡se trataba de la familia de Lan Zhan! Y pensar lo que estaban a punto de
intentar... —Mianmian... Esto funcionará, ¿verdad?
—Wei Ying...— Mianmian le puso las manos sobre los hombros y lo miró a través del espejo. —Tú eres
una joven neoyorquina muy hermosa y asertiva que, perdóname, tiene un impecable sentido del
estilo. No hay más que mirarla...
Wei Ying sonrió y puso su mano sobre la de ella, mirándose a sí mismo, a esa persona que Mianmian
estaba describiendo; en parte teatro, humo y espejos, pero en el fondo era a él a quien se refería.
—...Llegó a la mejor facultad de medicina y sabe lo que hace falta para conseguir lo que quiere.
Pero también es muy buena de corazón, generosa y honesta, y haría que cualquier tío político se
sintiera muy afortunado de que su sobrino se casara con ella.
Wei Ying arrancó un trozo de pañuelo y levantó la vista para parpadear las lágrimas, golpeándose con
cuidado el rabillo del ojo.
—Hemos hecho un buen trabajo con todo esto—, dijo Mianmian, —no tienes que preocuparte por
tu desempeño, simplemente haz lo que has estado haciendo hasta ahora. El resto depende de que
seas... Bueno, no demasiado tú mismo.
—Bueno, ¿podrías dejar las bromas raras y morbosas? No es muy lindo ni sexy.
Wei Ying aterrizó en suelo de Shanghái con aquella falda tweed negra y una blusa negra anudada,
balanceándose con cuidado por las escaleras con sus botas de color marrón hasta la rodilla, con algo de
ayuda de WangJi, sosteniendo su mano mientras el hombre caminaba delante de él, mirando hacia atrás
para asegurarse de que su novio bajaba bien.
Bueno, ¿No soy una maldita princesa? ¡¿Por qué, por qué tengo que usar estos ridículos tacones?! ¡Son
peligrosos, deberían ser ilegales! maldijo Wei Ying en su mente, y de algún modo eso le ayudó a
concentrarse mientras bajaba ligeramente de lado, mirando sin disculparse a sus pies para asegurarse de
que no daba un paso en falso y sujetándose al pasamanos con la otra mano. ¡Joder, lo conseguí!. Pensó
una vez en tierra firme. Al menos había logrado salir con vida del avión.
Un coche negro los esperaba para llevarlos de la pista a la terminal. Allí, en la entrada, había tres
hombres, dos de ellos con trajes bastante ordinarios, que no hacían juego, no eran tipos grandes ni nada
por el estilo y tampoco llevaban gafas de sol, pero sí auriculares. Discretamente empezaron a seguir al
trío mientras procedían a seguir al tercer hombre que los había saludado, este llevaba un traje más formal
y una placa de identificación, una especie de concierge.
—Wei nǚshì ...— Mianmian se dirigió cortésmente a Wei Ying por su apellido y llamándole "senorita",
como habían hablado que haría mientras actuara públicamente como su estilista-cliente-asistente
personal. Miraba a los guardaespaldas pensativa mientras le entregaba a Wei Ying sus gafas de sol Gucci
de montura grande; —...será mejor que te las pongas.
En ese momento, Wei Ying haría cualquier cosa que Mianmian le dijera, así que tomó las gafas y se las
puso justo antes de cruzar el siguiente par de puertas para aterrizar. Al salir de la terminal VIP y llegar al
vestíbulo principal, de repente había gente por todas partes, yendo de un lado a otro. De algún lugar de la
multitud surgió un flash, otro... Wei Ying se fijó en un par de personas con grandes cámaras profesionales
apuntándoles. Una periodista intentó acercarse a ellos, pero el guardaespaldas levantó sutilmente una
mano hacia ella, negando con la cabeza.
—Sigue caminando—. WangJi habló suavemente en voz baja, caminando cerca de Wei Ying, que
dirigió la mirada al frente y se aseguró de seguir el ritmo de WangJi como un patito. Cruzaron el
vestíbulo y siguieron al de traje hasta la zona de recogida en el exterior. No habían recogido su equipaje,
pero a estas alturas Wei Ying habría sido un idiota si no hubiera pensado que se encargarían de todo. El
cielo estaba nublado y empezaba a caer una ligera llovizna.
Pero no tuvieron que ir muy lejos hasta que escucharon que alguien les gritaba:
—¡WangJi!
—...XiChen.— WangJi respondió en reconocimiento, de hecho sorprendido. —No era necesario que
vinieras por nosotros—. Sin embargo, Wei Ying pudo notar que WangJi estaba feliz de ver a su
hermano.
—Quería darte una sorpresa—. XiChen sonrió. Era extraño; se parecía tanto a WangJi pero toda su
forma de ser era distinta; estaba apoyado despreocupadamente en el BMW Gran Coupé blanco con otra
mano en el bolsillo, y su sonrisa era absolutamente encantadora. A Wei Ying le pareció que tenía unos
ojos amables, mientras que WangJi a menudo parecía distante, incluso frío. No podían ser más diferentes,
aunque casi parecían gemelos.
—XiChen, ella es Wei Ying—, WangJi miró a Wei Ying con ojos suaves mientras se quitaba las gafas de
sol y sonreía al hermano mayor, —mi novia. Wei Ying, este es Lan XiChen, mi hermano mayor.
—¡Ajaja! Lo sé!— Wei Ying procedió a presentar a Mianmian —por su nombre real— como su
ayudante, y ella y XiChen también se dieron la mano.
—Subamos al coche, te llevaré a donde necesites—. XiChen hizo un gesto hacia el coche y todos
subieron, Mianmian ayudada por el hombre trajeado mientras WangJi ayudaba a Wei Ying a sentarse a su
lado en la parte de atrás.
—Wei Ying y yo iremos a mi casa. QingYang nǚshì se hospedará en este hotel cercano—. WangJi
mostró a XiChen la dirección desde su teléfono y XiChen arrancó el auto. Introdujo la dirección en su
GPS mientras se dirigía a la autopista, preguntando:
Charlaron por el camino y, como Wei Ying no rehuía la conversación, fue WangJi quien acabó callándose
y dejó que XiChen y él continuaran la conversación. Parecían llevarse bien.
Después de todo, ambos son del tipo de personas que se llevan bien con cualquiera. pensó WangJi,
aliviado. Por primera vez en casi un año, miraba por la ventana el paisaje urbano que le era familiar.
Sentía algún tipo de nostalgia, pero ¿por qué? Estaba en casa, ¿no? Y sus seres queridos estaban allí
sentados. Tal vez sólo estaba cansado después del vuelo.
—Así que, el tío ha organizado el té de la tarde de mañana en el hotel La Península. — XiChen dijo:
—Seremos nosotros, él y la abuela.
—Muy bien.— WangJi reconoció como si hubiera recibido un informe de la misión.
Té. Era otra de las cosas que Madam Yu hacía con otras mujeres de clase media-alta y nunca incluía a
Wei Ying, sobre todo a YanLi y Cheng cuando era más joven. Wei Ying recordó el juego de té de
porcelana que tenían en su vitrina de porcelana fina y dedujo que ese té era, en efecto, de la variedad
británica. La imagen mental que evocó de gente elegante bebiendo con el meñique levantado no le
pareció en absoluto fuera de lugar para la talla de Lan, así que se preparó para leer sobre la etiqueta del
té.
—Es bueno que pienses eso, porque va a ser tu vecindario durante la semana.
Mi nuevo barrio...
Finalmente aminoraron la marcha y giraron para atravesar las puertas de un edificio de departamentos de
estilo neoclásico, y allí los dejó XiChen. Un discreto auto negro se estacionó cerca y Wei Ying se dio
cuenta de que debía de haberlos estado siguiendo todo el camino desde el aeropuerto, pero ninguno de los
dos Lan le prestó atención. Se recolocó las gafas de sol y echó un vistazo a las ventanas polarizadas con
el rabillo del ojo, pero no había ninguna cámara furtiva asomándose; debían de ser sus hombres.
—Luo nǚshì , tu hotel está a sólo diez minutos a pie de aquí, pero yo te llevaré.
—Gracias Lan XiChen.— Mianmian entonces se dirigió a Wei Ying; —Deberíamos recibir nuestro
equipaje pronto, lo arreglaré todo para ti entonces. Llámame si necesitas algo, estaré cerca.
—Gracias, Mianmian—. Wei Ying sonrió, feliz de no tener que fingir que la trataba con rudeza, la
azafata le había hecho saber que la gente rica también podía permitirse cortesías.
Wei Ying siguió a WangJi al vestíbulo, que, con sus suelos de mármol y la opulencia de sus candelabros,
podría haber sido la recepción de un hotel de lujo.
WangJi vivía en uno de los pisos superiores. El interior de su departamento era bastante moderno y
minimalista, pero no frío; los cálidos tonos grises y marrón y la iluminación por capas creaban un
ambiente acogedor. Había obras de arte abstracto en tranquilos tonos terrosos, y el servicio de limpieza
había traído un arreglo fresco de orquídeas. Una sutil fuente burbujeaba en la mesa auxiliar del pasillo,
junto a ellos.
—¡Wow, Lan Zhan, tu feng shui es impecable!—. bromeó Wei Ying, pero sabía que el hombre se lo
tomaba en serio y tuvo que admitirlo: aunque el dinero podía comprar el diseño y el profesional para
poner todo en su lugar con buen gusto, el sitio de WangJi desprendía una calidez especial, algo que Wei
Ying sólo podía llamar buena energía —o 'vibras'— y enseguida se sintió como en casa, aunque fuera la
casa privada más lujosa en la que había estado alguna vez. Se sentía seguro, como si fuera su fortaleza
contra todo lo que había fuera.
—Bienvenido. —Dijo Wangji, cerrando la puerta tras ellos y besó la sien de Wei Ying. —¿Tienes
hambre?
—¡Sí!
—Cocinemos juntos.
Habían llenado la despensa con lo esencial y prepararon una sopa de dumplings de verduras. Era la
primera vez que cocinaban juntos en mucho tiempo, y como WangJi no había utilizado mucho su propia
cocina antes, los dos andaban a tientas buscando cosas, pero se estaban divirtiendo. Decidieron no ir a
ningún lado ese día, así que Wei Ying fue a quitarse la cinta de los pechos y se desabrochó, pero como
ahora era lo único que tenía se dejó puesta la falda. Mientras se sentaba en el pequeño comedor separado
de la cocina por paneles corredizos de cristal, Wei Ying se fijó en algo que había en las estanterías
iluminadas del otro lado: había filas y filas de vajilla china para el té, diferentes tipos de tazas y ollas de
arcilla y porcelana, bandejas y cucharas y pinzas para el té... Y extrañas figuritas de arcilla, algunas
parecidas a personajes como Buda pero también a criaturas míticas, y un montón de conejos de todo tipo.
—¿Té-qué?
—Mientras preparas el té, les viertes un poco y traen suerte. Están hechas de una arcilla especial y
con el tiempo acumulan la fragancia del té.
—...Oh, ahora lo entiendo; ¡el animal del zodiaco de Lan Zhan es el conejo!— Wei Ying tomó dos de
los conejos, una pareja a juego; pequeños y redondos conejitos estilizados, uno en blanco y otro en negro.
—Qué lindos—. Hizo que se besaran. —¿A éste le gusta éste?— preguntó, levantándolos. WangJi se
quedó mirando, sin saber qué decir.
—¡Wei Ying!
Wei Ying había puesto el conejo blanco encima del negro y chocaba suavemente las puntas de sus colas,
y por alguna razón esto descolocó por completo a WangJi; el hombre dejó caer el cucharón de sopa y se
dirigió hacia Wei Ying, quien esquivó la mesa ovalada, riéndose a carcajadas y sin dejar de hacer chocar
a los conejitos de arcilla.
—¡Sí que lo hacen! Son conejos, ¡lo hacen todo el tiempo!— Wei Ying seguía huyendo de WangJi
mientras se perseguían alrededor de la mesa, hasta que WangJi realmente se apresuró y Wei Ying
finalmente se dejó capturar. Se reía histéricamente mientras WangJi le agarraba las manos y separaba los
conejitos de arcilla. WangJi resoplaba, sonrojado desde las orejas hasta las mejillas.
—Wei Ying...— Ver a su primer par de mascotas de té que había dotado de un alma cuidadosamente con
ceremonias respetuosas y solemnes desde que las había recibido de su abuela en su décimo cumpleaños,
como queridos juguetes de la infancia, ¡haciendo eso...!
Wei Ying no entendió el alboroto; —Lan Zhan, ¿por qué te avergüenzas? Sabes bien lo que pasa
cuando a un conejito le gusta mucho otro conejito y le da un abrazo especial.
Esto... Sabe como nuestro primer beso... Pensó Wei Ying y lentamente cerró los ojos y abrió la boca,
gimiendo débilmente mientras los dientes de WangJi se hundían suavemente en su labio inferior...
Sonó el teléfono de casa. WangJi terminó el beso con un húmedo sonido de besuqueo y dejó a Wei Ying
y a los conejitos de té de pie en un dulce estupor mientras descolgaba.
—¿Sí?
—Que suban.
Después de cenar Wei Ying tuvo una llamada con Mianmian, acordando que vendría mañana a primera
hora de la tarde para arreglar el vestuario de Wei Ying y ayudarle a prepararse para el té. WangJi se limitó
a sentarse y observar a Wei Ying mientras se paseaba ante las ventanas del suelo al techo, contemplando
el horizonte de Shanghái y jugaba con sus uñas mientras charlaba con Mianmian.
—No, no, puedes ir—, dijo Wei Ying cuando Mianmian le preguntó si quería acompañarla a echar un
vistazo a las tiendas cercanas. —Hoy no voy a ir a ningún lado—. Le guiñó un ojo a WangJi.
WangJi sonrió. Ahora empezaba a sentirse como en casa. Wei Ying se había traído a casa con él.
Los vuelos chárter¹ son vuelos privados que se reservan para un grupo específico de personas, en
lugar de volar con una aerolínea comercial.
La expresión hacer surf o surfear en el sofá de otra persona es una forma poética y divertida de decir
estar, quedarse o dormir en el hogar de otro mientras viajas.
El Mile High Club³ es un club no oficial en el que todos sus integrantes han mantenido, al menos en
una ocasión, relaciones sexuales mientras estaban a bordo de un avión.
Conoce a los Lan
Chapter Notes
Pánico.
Aún estaba oscuro afuera; no se filtraba ninguna luz por el hueco de las cortinas. Wei Ying revisó el reloj
de su teléfono; eran más de las seis de la mañana. Probablemente WangJi estaba en el parque haciendo su
rutina diaria de tai chi. Nada de pánico. Y Wei Ying no llegaba tarde a nada, probablemente sólo se había
despertado temprano debido a la diferencia horaria. Sin pánico, sin pánico... Sin embargo, no podía
pensar en volver a dormirse, bien porque su cerebro aún le decía que era temprano por la noche, o bien
por. El. Pánico. Tenía muchas ganas de fumarse un cigarrillo y tal vez hubiera cedido si no tuviera que
hacer toda su rutina antes de poder ir a una tienda a comprarlo. Aunque probablemente podría conseguir
que el concierge le trajera cigarrillos y, de paso, que le trajeran una pizza de pepperoni recién hecha y
caliente de Nueva York si les llamaba.
Wei Ying se quitó la manta de encima y se levantó. Deambular por la casa vacía y oscura podría haberlo
hecho sentirse solo, pero era la casa de Lan Zhan; Wei Ying sentía como si su presencia estuviera allí, a
su alrededor, reconfortándolo incluso cuando el hombre no estaba. Nunca se había sentido tan bienvenido
en ningún lugar. Fue al cuarto de baño y se preparó un baño caliente. La bañera estaba junto a una
ventana con vistas a la ciudad, y desde allí arriba Wei Ying se sentía como si estuviera a salvo en un
cálido nido, mirando al mundo de abajo. Todavía estaba nervioso por el día de hoy, por conocer por fin al
resto de la familia de WangJi, aunque ya había conseguido reducir uno cuando el hermano de WangJi
había aparecido para recogerlos en el aeropuerto. XiChen parecía muy simpático y Wei Ying consideraba
que su aprobación ya estaba en el saco, puesto que se habían llevado muy bien. Pero era Lan QiRen, el
tío de WangJi, quien realmente le preocupaba a Wei Ying. WangJi no había hablado mucho de su tío,
pero por lo que le dijo, Wei Ying había tenido la impresión de que se trataba de un hombre muy
tradicional, ambicioso por la empresa familiar y sus sobrinos, y muy estricto. Por otro lado, según las
historias de WangJi, su abuela sonaba agradable, y Wei Ying esperaba que fuera como la madre de Jiang
FengMian, a la que Wei Ying consideraba su abuela no oficial: sólo se encargaba de los niños y deseaba
su felicidad. Aunque también podía decir las cosas más mordaces, como cuando señaló que YanLi había
engordado demasiado o que Cheng no era el más inteligente de ellos, o que Wei Ying probablemente
nunca encontraría esposa si no crecía más. Wei Ying había pegado un buen estirón aquel verano, pero
también había descubierto que le gustaban los hombres. Qué ironía. Si la abuela de WangJi tenía la
lengua tan afilada, sería mejor que Wei Ying tuviera cuidado. A Wei Ying le pareció escuchar la puerta y
luego, sin duda, unos pasos fuera del cuarto de baño. Un golpe.
WangJi lo hizo y, claramente complacido con la visión, empezó a quitarse la ropa. Se unió a Wei Ying en
la bañera y se tomaron su tiempo.
Mianmian llegó alrededor del mediodía y desempaquetó la ropa de Wei Ying por él —ella rechazó
firmemente su ayuda— y la colgó en el armario de WangJi, que tenía mucho espacio, y lo planchó y
vaporizó todo. Ayudó a Wei Ying a ponerse el atuendo, lo peinó y maquilló, siempre atenta a la hora,
mientras ambos miraban nerviosamente el reloj, pero no había prisa. Finalmente, Mianmian sacó el traje
que se supone Wei Ying usaría para el té de la tarde;
—Así que la idea era dar un poco de 'chica de al lado', una especie de aire inocente para complacer
a los suegros, pero sin dejar de ser chic porque todos los demás también te van a ver y tienen que
pensar que estás a la moda—. explicó Mianmian mientras le presentaba a Wei Ying una falda a cuadros
por encima de la rodilla de lana marrón, vintage, combinada con una sencilla blusa blanca abotonada,
ambas de Yves Saint Laurent. Iba a usarla con unos mocasines Prada negros de tacón —y Wei Ying
agradeció que los tacones fueran más bajos y gruesos— y unos pendientes vintage de perlas. Su cabello
estaba peinado de la manera habitual, con una coleta a media altura y flequillo para enmarcar la cara.
Llevaba un maquillaje de ojos sencillo con un lápiz labial rojo cereza degradado como el de las estrellas
de K-pop. Un pequeño bolso de cuero negro. Wei Ying se miró en el espejo, girando las caderas y viendo
cómo la falda se arremolinaba sobre sus rodillas. Claro que era lindo, pero...
—¿Soy yo o más bien da 'colegiala'?— Al menos eso gritaba 'inocencia', ¿no? O no.
Mianmian se quedó callada un segundo, mirándolo críticamente. —Está bien. Actúa como si tuvieras
tu edad y parecerá que coqueteas un poco.
Wei Ying le sacó la lengua, le guiñó un ojo y levantó el pie. WangJi acababa de pasar por delante del
dormitorio camino del estudio y se detuvo a mirar.
—¡Lan-er-gege!— gritó Wei Ying con su voz nasal más aguda y actuó de la manera linda, haciendo que
WangJi girara sobre sus talones y huyera al estudio con las orejas rojas y brillantes. Casi cerró la puerta
de un portazo.
—¡Y así es exactamente como no hay que actuar hoy!— Mianmian golpeó a Wei Ying en la parte
posterior de los muslos con un cepillo.
WangJi hizo que le entregaran un auto de alquiler hasta que su preciado Bentley lograra cruzar el océano,
y los condujo al hotel Península, a sólo veinte minutos en auto, en la zona ribereña del Bund. De nuevo
los acompañó un discreto coche negro. Mianmian se bajó en una pequeña cafetería cercana al hotel, y allí
estaría de guardia con un 'kit de emergencia'; cinta adhesiva extra para los pechos, ropa interior,
maquillaje, cualquier cosa que pudieran necesitar en un desastre mayor. WangJi tenía a sus
guardaespaldas, pero Wei Ying tenía a Mianmian, así que se sintió seguro. Estaba todo lo nervioso que
cabía esperar antes de una reunión importante, pero no dudaba de que podrían conseguirlo. WangJi le
entregó las llaves de su coche a un valet y caminó codo con codo con Wei Ying hasta el gran vestíbulo
donde se servía el té. Los candelabros art déco, los pisos de mármol y los grandes pilares daban al
espacio un aire muy sofisticado que a Wei Ying ya le estaba entumeciendo demasiado como para
maravillarse demasiado. Había música de piano en vivo y gente hablando, cucharas de plata y vajilla
tintineando. WangJi se dirigió a la recepcionista y dio su apellido, y enseguida les indicaron una mesa...
Y allí estaban;
—WangJi, me alegro de verte—, dijo un hombre que aparentaba unos sesenta años y que había
conservado bien su belleza, excepto por su frente, que tenía muchos surcos. Llevaba un bigote corto y
una barba cuidadosamente recortada y vestía un traje gris claro que no era lujoso en su diseño, pero que
hablaba de riqueza por la calidad de los materiales y la perfecta confección. Sutiles gemelos de plata. Wei
Ying no sabía qué había esperado, pero se sintió aliviado al ver que el tío era efectivamente un hombre y
no un dragón.
—WangJi, ¿ya comiste?— le preguntó a WangJi una dama anciana bastante delgada, sonriéndole con
una perfecta hilera de dentaduras blancas cegadoras. Su cabello plateado estaba corto y llevaba un
vestido verde esmeralda y un chal de Burberry y joyas de oro —Wei Ying pensó que era la abuela mejor
vestida que había visto en su vida.
—Hola WangJi. Me alegro de verte de nuevo, Wei nǚshì . —XiChen sonrió a Wei Ying y éste le
devolvió la sonrisa, manteniendo los brazos frente a él de forma recatada porque no sabía qué otra cosa
hacer con ellos.
—Tío, abuela — Wangji habló con énfasis, — ella es Wei Ying, mi novia. Wei Ying, ella es...—
procedió a presentarlos formalmente a todos, haciendo notar que efectivamente XiChen y Wei Ying ya se
habían conocido ayer.
—¡Hola! — Yin saludó y estrechó las manos de Lan QiRen y de la abuela, cuyo apellido era
efectivamente Wen. Como ella no se levantó para saludarlo por su antigüedad, Wei Ying se inclinó para
saludarla. — Efectivamente, Lan XiChen fue tan amable de recogernos en el aeropuerto—. Wei
Ying le dió la cara al hermano mayor de Lan.
—No fue ningún inconveniente. Deberíamos tomar el té—. XiChen parecía ser el más adaptable
socialmente del grupo en cuanto a su estatus, edad y personalidad, notó Wei Ying, y mantenía la
conversación en una dirección favorable para el beneficio de todos. Wei Ying pensó que podría
relacionarse fácilmente con XiChen para maximizar su propia cara. Pero primero...
—Les he traído un pequeño regalo a cada uno desde mi ciudad natal—. Wei Ying dijo, y procedió a
dar a cada Lan un paquete de regalo de ocho galletas de la famosa panadería Levain en Nueva York. Una
buena galleta con chispas de chocolate era un regalo muy bueno, totalmente americano, y una elección
segura. Los regalos fueron recibidos amablemente y luego todos se sentaron. Como afuera hacía bastante
frío, Wei Ying llevaba puesto un largo abrigo de lana negra, que WangJi, caballerosamente, le ayudó a
quitarse.
—Entonces, Wei nǚshì , WangJi ha mencionado que estás estudiando para convertirte en una
doctora?— XiChen llevó la conversación por delante de Lan QiRen.
—Impresionante. Escuché que es muy difícil ingresas en las escuelas de medicina estadounidenses.
¡Gracias Lan XiChen, te quiero! — Es cierto; mi escuela tiene una tasa de aceptación de sólo el dos
coma uno por ciento, pero trabajé duro y por suerte logré entrar en mi primer intento —. No tuvo
nada que ver con la suerte, pasé el examen de ingreso y ni siquiera trabajé tanto como otros. ¡Sólo soy
una galleta inteligente como esa!
—Ooh, ¡Wei nǚshì debe ser muy inteligente!— dijo la Abuela Wen.
—Pero es el trabajo duro el que paga mejor, ¿no?— Wei Ying trató de sonar humilde, pero no estaba
seguro de lo bien que lo consiguió. Más bien parecía un humilde fanfarrón.
Un camarero elegantemente vestido tomó sus opciones de té, y todos los Lan tomaron oolong —Da Hong
Pao para hoy— mientras que la abuela Wen se decantó por el té amarillo. Wei Ying optó por lo seguro y
pidió té negro. WangJi siempre había preparado buen té en casa, aunque a Wei Ying le daba rabia que no
le hubiera hablado antes de las mascotas del té, pero Wei Ying estaba acostumbrado a tomar café en casa
o té negro como mucho y no soportaba el verde, así que mejor seguir con lo que conocía.
La abuela Wen hizo le preguntas a WangJi sobre su estancia en Estados Unidos y se aseguró de que
supiera que lo habían echado de menos, y WangJi respondió a sus preguntas con su estilo habitual, de
forma sucinta pero educada. Pero parecía que toda la familia estaba acostumbrada a ello; suponiendo que
WangJi siempre había sido de los callados. El té llegó junto con una bandeja de plata de tres pisos con
pequeños sándwiches y macarons, bollos y otros pastelitos. Wei Ying trató de recordar lo que había leído
sobre la etiqueta y revolvió su té de arriba abajo, no en círculos, y desde luego no bebió con la cuchara en
la taza, desde luego no colocó la cuchara en la mesa sino en el plato... Dónde más se suponía que debía
estar o no estar la cuchara... Wei Ying miró sutilmente lo que hacía la gente de las otras mesas, viendo
que a los Lan y a la abuela Wen les servían té chino y sus tazas no tenían asas ni cuchara. En
retrospectiva, ¡podría haber sido una ejecución técnicamente más fácil pedir té chino! Dudó entre
levantar o bajar el meñique, pero como nadie más lo levantaba como en las parodias británicas, también
lo bajó. Wei Ying pensó que lo había logrado.
Wei Ying se sobresaltó cuando Lan QiRen se dirigió a él justo cuando se había metido un pequeño
bocadillo entero en la boca de un bocado. Intentó masticar y tragar lo más rápido posible, tapándose
delicadamente la boca con la mano, mientras Lan QiRen terminaba de preguntarle:
—...¿Qué pensó tu familia acerca de que vinieras a China?— preguntó Lan QiRen, tomando la
ofensiva para presionar a Wei Ying con las preguntas difíciles; Wei Ying adivinó por dónde iba a ir la
conversación a continuación, pero estaba preparado.
—Se alegraron por mí. Ellos mismos son inmigrantes de primera generación y recuerdan con
cariño la madre patria desde su infancia.
—¿Adoptada? ¿Y tus verdaderos padres?—, preguntó la abuela Wen, con las cejas fruncidas, pero su
pregunta parecía sincera.
Wei Ying se recompuso interiormente, mantuvo una pequeña sonrisa y contestó: —Por desgracia, mis
honorables padres fallecieron cuando yo era niña, pero me acogió mi padre adoptivo, que los
conoció en la universidad. Me crió como a una de los suyos, y tengo un hermano y una hermana a
los que quiero mucho.
—Tía es muy amable, pero fue hace mucho tiempo y no recuerdo a mis padres—. De hecho sí
recordaba algunas cosas, pero bien podrían haber sido hilos de un sueño.
—Wei ChangZe, mi padre, nació en Estados Unidos como inmigrante de segunda generación y
CangSe SanRen, mi madre, había ido allí a estudiar en su juventud y se quedó cuando se casó con
mi padre, según me han contado—. Wei Ying confiaba en que Lan QiRen no averiguara mucho sobre
ellos, ya que ninguno de los dos era gente de renombre, especialmente su padre, que había nacido y
crecido en Nueva York en el seno de una familia que regentaba un servicio de limpieza y trabajaba duro
para enviar a su hijo a la universidad. Eso era todo lo que Wei Ying sabía por lo que Jiang FengMian le
había contado después de que le preguntara a qué se refería Madam Yu cuando llamaba a Wei Ying 'hijo
de un sirviente'. La madre de Wei Ying era de primera generación, ya que había nacido en China, pero
incluso ella procedía de una familia de clase media baja y probablemente no había dejado mucha huella
antes de su inmigración.
—En absoluto —. Wei Ying negó simplemente, sin inmutarse. En serio viejo, ¡me estás poniendo a
prueba! — Mi infancia y juventud fueron bastante comunes asistiendo al Packer Collegiate
Institute hasta la universidad, jugando con otros niños en nuestro barrio de Brooklyn Heights y
tocando la flauta en la orquesta de viento del colegio —. Te estoy devolviendo el golpe con toda mi
mano Lan Qiren; esto es lo que tengo. Esto es lo que eligió tu hijo. ¿Qué vas a hacer?
—Ooh, ¿tocas la flauta? ¿Qué tipo de flauta?— la abuela Wen parecía encantada y Wei Ying
aprovechó la oportunidad para dirigirse directamente a la matriarca;
—Por desgracia no he traído mi flauta. ¿Quizá la próxima vez ?— Por favor, abuela Wen ...
¡Maldita sea! No parecía dispuesta a aprobar que Wei Ying se quedara para una 'próxima vez'. Todavía.
—Una flauta xiao —, confirmó Xichen, — es una flauta soplada de extremo, mientras que la flauta
de concierto occidental es una flauta transversal.
Hablaron de música durante un rato. Se hizo evidente que WangJi también tenía formación musical, pero
claro que la tenía: era muy propio de la clase alta que sus hijos aprendieran un instrumento desde tiempos
inmemoriales, y parecía que los Lan eran ávidos mecenas y practicantes de las artes musicales.
—¡No sabía que tocaras el guqin!— exclamó Wei Ying.
—Pero solía tocar en una orquesta juvenil tradicional china, igual que XiChen.
—¿Puedes tocar para mí?— preguntó Wei Ying, juntando las manos y mirando a WangJi con una cara
a la que no se podía decir que no;
—Mm. Lo haré—, dijo suavemente con ojos más gentiles. Wei Ying le sonrió.
Lan QiRen trasladó la conversación a los negocios entre él, WangJi y XiChen. Ni siquiera parecía
interesado en preguntar por la familia adoptiva de Wei Ying, lo que al principio pareció una ventaja, ya
que Wei Ying no tenía que empezar a soltar medias verdades sobre cómo no querían involucrarse en sus
perspectivas matrimoniales, pero pronto preocupó a Wei Ying: ¿por qué no le interesaba? Pronto se acabó
el té y también el tiempo de Wei Ying para hacer sus movimientos. Pasaron de la bandeja de tres pisos a
los pasteles dulces. Wei Ying trató de comerse con delicadeza el profiterole de crema para no mancharse
su lápiz labial, pero de todos modos se le quedó un poco de crema pastelera en la comisura de los labios y
se la limpió cuidadosamente con una servilleta. La abuela Wen elogió al pastelero y se lamentó de que
esas delicias fueran difíciles de reproducir en casa;
—Yo soy más de cocina casera tradicional, y me temo que es demasiado tarde para que aprenda a
hacer repostería francesa.
—¿La tía cocina?— Wei Ying trató de reincorporarse a la conversación al ver su apertura.
—Solía cocinar más para mis hijos... — miró suavemente a Lan QiRen, cuyo rostro seguía siendo
severo y apasionado, o como a Wei Ying le gustaba llamarlo, su cara de perra en reposo —y Wei Ying
sinceramente ahora veía de dónde la había sacado WangJi. — ...Y mis nietos, pero ahora que cada uno
vive en su casa y estoy tan ocupada, casi siempre cocino para mí.
—¿Qué suele cocinar la tía?— continuó Wei Ying, y pronto empezaron a hablar de comida y cocina.
Wei Ying contó cómo él y sus hermanos cocinaban con su abuela.
—Mi abuela —siempre la llamé abuela aunque, por supuesto, no somos parientes consanguíneos—
nació aquí, y nos enseñó todas las recetas tradicionales que conocía. Mi favorita era su sopa de raíz
de loto y costillas de cerdo, pero mi hermana era la que mejor la preparaba.
—¡Sí! ¡Cuanto más picante mejor! Aunque Lan Zhan nunca podría soportar mi cocina, así que la
bajé de tono por su bien—. Wei Ying se rió.
Wangji se había puesto tenso. Wei Ying lo había llamado Lan Zhan tan a la ligera delante de todos. Pero,
¿por qué no? Después de todo, habían estado saliendo y viviendo juntos. Los lóbulos de las orejas de
WangJi habían adquirido un tono ligeramente rosado mientras terminaba su té en silencio.
—Ah, ya sé. Los Lan prefieren sabores más suaves, pero yo aprendí a cocinar al estilo Sichuan de
mi madre. Deberías venir a mi casa algún día y podríamos cocinar juntos.
¡Sí! Una oportunidad de conquistar a la abuela Wen. Yin se regocijó.
Lan QiRen bajó su taza de té como si fuera una interjección. —Ser inteligente [ 乖巧* ] —, dijo,
tomando un pastelito consistente en una pequeña corteza de galleta de mantequilla rellena de crema
pastelera y trozos de fruta fresca. — ¿Sabe Wei xiǎojiě cómo se llama en inglés?— Lan Qiren lo
miraba con extraña intensidad.
Wei Ying parpadeó; —Um... — ¿Por qué me mira así? — ... ¿' Tarta '?
—Hm.— Lan Qiren mordió el pastelito afrutado, sin dejar de mirar a Wei Ying.
...¡Oh, oh! ¡Señor! Wei Ying quería reír a carcajadas. ¡Me tienes! Bravo, bastardo... Wei Ying le sonrió,
mirándolo a los ojos. Nadie más parecía entenderlo, así que se limitaron a mirarse fijamente hasta que
Wei Ying se vio obligado a romper el contacto visual cuando XiChen le hizo una pregunta, tal vez
percibiendo la tensión y queriendo intervenir.
Terminaron su té, Lan QiRen dejó que su tarjeta negra entrara y saliera en un plato de plata, y luego se
levantaron para marcharse.
—Ha sido un placer conocerte, Wei Ying—, la abuela Wen se dirigió a él casualmente.
—¡También fue un placer conocerte, tía Wen! Hagamos tiempo para cocinar juntas.
—Adiós Wei nǚshì , fue agradable verte de nuevo.— XiChen dijo y compartieron una sonrisa.
Todo lo que Lan QiRen dijo fue —Adiós—, pero Wei Ying no tendría eso;
Se separaron, Lan QiRen llevó a su madre a su coche para llevarla a casa y XiChen y WangJi se quedaron
esperando sus propios autos.
—Gracias por la apertura, Lan XiChen, cuando me preguntaste por la facultad de medicina.
XiChen sonrió: —El tío QiRen puede ser severo, pero espero que hayas pasado un rato agradable.
—Es la primera vez que oigo describir al tío como 'divertidísimo'. Parece que le agradaste a la
abuela Wen. Creo que deberían cocinar juntas. Bueno, nos vemos WangJi, Wei nǚshì .
Alejándose del hotel, WangJi miró a Wei Ying con leve preocupación; —¿Cómo te sientes?
Wei Ying le sonrió. —Creo que ha salido bastante bien, teniendo en cuenta que tu tío es una pe...
Quiero decir, QiRen xiānshēng aún no me ha aceptado del todo, pero por ahora Lan XiChen y tu
abuela lo superan en número.
—Mm .— Wangji ahora mantuvo sus ojos en la carretera. — No llames a Lan QiRen con nombres
irrespetuosos. Sigue siendo mi tío.
—Lo siento.
—¿Y bien?— Ella miró ansiosamente a Wei Ying desde el asiento trasero.
—Todo bien, aunque el tío político necesitará un poco más de convencimiento al menos.
—No lo sé, la verdad—. Wei Ying miró a WangJi, pero el hombre estaba callado e inexpresivo como
una estatua.
Wei Ying sacó su teléfono y envió un mensaje a Mianmian: <Básicamente me ha llamado mujerzuela>
<¡¿Qué?!>
< No con esa palabra exacta y no directamente, pero insinuó fuertemente que soy una seductora. ¿Qué
piensas?>
<¿Wtf, Wei Ying? ¡Tienes que decirme qué dijo exactamente para que podamos hacer un plan!
—Lan Zhan, déjanos aquí, vamos de compras con Mianmian. Volveré a casa más tarde.
—...Nada. — WangJi se estacionó en el siguiente lugar posible y Wei Ying y Mianmian salieron del auto.
Antes de que Wei Ying cerrara la puerta, WangJi se inclinó para decir: — Cuídate, llámame si lo
necesitas.
—¡Soy una niña grande Lan Zhan! — Wei Ying dijo: — Hasta luego—. Le sonrió a WangJi antes de
cerrar la puerta y darse la vuelta para marcharse con Mianmian. Llegaron al extremo este de la famosa
calle Nanjing, repleta de tiendas, grandes almacenes y restaurantes. En el crepúsculo que se acercaba
lentamente, las numerosas luces de neón, así como los árboles de Navidad y otros adornos que había a lo
largo de las tiendas y los puestos de comida y recuerdos al estilo del mercado de Navidad, creaban un
colorido océano de luz, y la gente entraba y salía en masa. Se limitaron a pasear mirando a su alrededor,
sin entrar en ningún sitio, y Wei Ying describió a Mianmian lo que Lan QiRen había dicho.
—No se lo digas a Lan Zhan, ¿okay? Ni él ni nadie pareció entenderlo y no quiero causar drama.
—Esto no es bueno... Parece que se opone bastante a la idea de que WangJi xiānshēng se case
contigo. No creo que pueda hacer mucho simplemente alargando los dobladillos de tus faldas...
—No te preocupes Mianmian, de hecho no creo que sea algo en lo que realmente puedas influir, así
que no te preocupes por ello. Has hecho más que suficiente por nosotros y como dijiste: el resto
depende de mí.
Wei Ying sonrió con confianza. —El hermano de Lan Zhan parece estar realmente de nuestro lado y
la abuela Wen me invitó a su casa y parecía favorable en general. Es grandioso ser invitado a la
casa de alguien, cierto, y siendo esta la propia madre de Lan xiānshēng, yo diría que la invitación es
una gran victoria táctica para nosotros; ella podría ser vital para persuadir a su hijo a cambiar su
actitud hacia mí.—
—¡Por supuesto!
Siguieron caminando hacia el Oeste, mirando escaparates y tomando fotos de Mianmian. Al darse la
vuelta para tomar una foto de ella en la dirección contraria a la que habían venido, Wei Ying se dio
cuenta de que una cara que le resultaba familiar estaba de pie no muy lejos, fingiendo consultar su
teléfono pero sin perderlos de vista: el otro guardaespaldas de WangJi. ¿WangJi le había encargado que
los siguiera? Wei Ying se sintió incómodo al pensar que podría correr suficiente peligro como para
justificar semejante protección, pero tal vez WangJi sólo quería asegurarse de que la prensa no los
molestara.
Aunque también tenemos que tener cuidado con esos tipos, podrían escuchar nuestras conversaciones .
pensó Wei Ying y tomó la foto, pero antes de devolvérsela a Mianian, se puso a editar y marcó con un
círculo al tipo que aparecía al fondo de la foto. Luego envió un mensaje a Mianmian:
Siguieron caminando y, al ver una tienda especializada en té, Wei Ying pensó en la colección de cerámica
de WangJi y entró por capricho. Cuando salió con su compra en una bolsa de papel, se dio cuenta de que
estaba nevando ligeramente. Pequeñas motas de blanco danzaban sobre la gente, que permanecía atónita,
señalando al cielo y exclamando de alegría. Wei Ying levantó la vista, miró a Mianmian y sonrió. De
algún modo, estaba lleno de esperanza.
WangJi contemplaba esa misma nevada desde las altas ventanas de su sala de estar. Había puesto fuego
en la chimenea eléctrica y se había preparado té. El conejito de té blanco y el negro estaban sentados uno
al lado del otro en la bandeja. Siempre estaban juntos. Le preocupaba si Wei Ying tendría frío, sus piernas
habían estado tan desnudas con aquella falda. También le preocupaban muchas otras cosas, y estaba lleno
de dudas. Quería llamar a su tío e instarle a que bendijera el matrimonio, pero sabía que de esa manera no
lograría su objetivo. Finalmente, volvió a sentarse, abrió un ejemplar del Daodejing y se quedó pensativo.
—No te preocupes por eso—. dijo Wei Ying guiñándole un ojo y escondió la bolsa a sus espaldas
mientras entraba.
WangJi lo dejo guardar sus secretos y esconder la bolsa y su contenido mientras se sentaba en la sala de
estar. Pronto se le unió Wei Ying, que se había quitado el maquillaje y el sujetador para mayor
comodidad. Tomó un pequeño impulso y saltó sobre él en el sofá, derribándolo.
Wangji gruñó al caer de espaldas; —¿Wei Ying...?
Wei Ying le sonrió astutamente, presionándolo por los hombros y, a pesar de su mayor fuerza, WangJi se
dejó hacer, sintiéndose nervioso por la agresiva muestra de afecto de Wei Ying.
—Lan Zhan... — Wei Ying ronroneó, inclinándose más hacia él y abriendo más las piernas a ambos
lados de sus ingles; sus nalgas, ahora ligeramente elevadas, se balanceaban de izquierda a derecha bajo la
falda y captaron la atención de Wangji antes de que pudiera arrancar su mirada errante de nuevo a los
ojos centelleantes de Wei Ying. A Wei Ying no pareció importarle lo más mínimo su distracción. — El
precioso e impecable jade del tío... — Wei Ying se inclinó para murmurar al oído de WangJi: — Esta
pequeña mujerzuela va a hacerlo suyo—. Lamió el cuello de WangJi, haciendo que el hombre bajo él
se estremeciera de placer.
—¡Y voy a hacer que se lo crea!— Wei Ying se movió para besar los labios de WangJi y éstos se
mostraron suaves y flexibles bajo los suyos, recibiendo su beso agradecido como si fuera un antídoto
para su enconada duda. Los dedos de Wei Ying abrieron ágilmente los botones de la camisa de WangJi,
bajaron hasta su cinturón y tiraron de él energéticamente, haciendo que WangJi jadeara mientras miraba
sus ojos decididos con las mejillas sonrojadas y los ojos abiertos delineados con largas y finas pestañas.
—Wei Ying... Lamento que tengas que lidiar con todo esto.
Pero Wei Ying se limitó a sonreír; —Lan QiRen descubrirá que no me rendiré hasta haber
convertido a Lan WangJi en mi esposo. Después de todo...— Wei Ying bajó los pantalones de WangJi
y lo tomó en sus manos, acariciándolo suave pero firmemente y el cuerpo de WangJi obedeció a su tacto,
poniéndose duro en su hábil mano. WangJi era consciente de los dos conejitos de té en la bandeja,
observando, perdiendo su inocencia.
Hubo varias formas en las que Lan QiRen menosprecio astutamente a Wei Ying en este capítulo. No
estoy 100% seguro de que todo esto sea exacto ya que no soy nativa, así que si hay alguna persona
que hable mandarín que pueda confirmar si lo siguiente es cierto:
En primer lugar, en lugar de dirigirse a Ying como Wei nǚshì; 'Señorita Wei' como los demás LQR
se dirigió a ella como Wei xiǎojiě; 'Señorita Wei'. Hay una diferencia: cuando se utiliza de manera
informal, no después del apellido (como llamar a alguien simplemente 'xiǎojiě'), esta forma de
dirigirse podría interpretarse modernamente como bastante despectiva hacia las mujeres, incluso
dando a entender que se trata de una prostituta. Aunque utilizado como lo hizo aquí LQR, junto con
el apellido de Ying, aparentemente es perfectamente acorde con la buena etiqueta.
En segundo lugar, y aquí es donde estoy más insegura: usar *乖巧 para referirme a Wei Ying como
inteligente. Por lo visto, esta palabra puede significar "listo; inteligente (normalmente de un niño)" y
"lindo; adorable; encantador" (bastante acertado, teniendo en cuenta que Ying lucía esa inocente
mirada de colegiala), pero el carácter 乖 por sí solo tiene significados bastante peculiares: He visto
que 乖 se utiliza en frases que denotan un comportamiento bueno y educado, pero también me ha
llegado el significado de "pervertido; anormal, astuto". No estoy seguro de si esta elección particular
de una palabra lo convertiría en una indirecta sutil en mandarín o sería completamente inapropiada
para la situación. Si usted domina el mandarín, por favor, ¡hágamelo saber!
Y en tercer lugar, por supuesto, la astucia con la que LQR redactó la pregunta de la tarta y llevó a
Wei Ying a una trampa de juego de palabras. Para los que no hablan inglés: "tart" es el nombre de un
tipo de pastel, pero también una palabra del argot británico para referirse a una chica coqueta que se
viste de forma provocativa (pero no necesariamente promiscua). ¡LQR descarado furtivo¡
Lleva a tu novia al trabajo -Día
Chapter Notes
WangJi tuvo que regresar al trabajo al día siguiente, para sorpresa de Wei Ying; ¡¿Navidad no era un día
festivo en China?!
—¿Qué voy a hacer todo el día, pasar la Nochebuena solo?— se quejó Wei Ying, todavía en la cama,
aferrándose a los boxers de WangJi y casi tirando de ellos hacia abajo mientras el hombre intentaba
levantarse.
—Podemos ir a comprar regalos juntos después del trabajo—. Dijo WangJi con medio trasero afuera.
—M-hm, mejor...
—Suéltame ahora.
—Ridículo.— WangJi miró con ternura al hombre en su cama. —Wei Ying, ¿te gustaría un recorrido
por la oficina?
Wei Ying levantó la vista. Oficina, centro comercial, sonaba como las vacaciones más aburridas de la
historia, pero Wei Ying estaba realmente emocionado por ver dónde trabajaba Lan Zhan. —¡Sí! Pero de
ninguna manera me voy a levantar todavía.
—Voy a hacer arreglos para que alguien te muestre los alrededores. Envíame un mensaje cuando
estés listo para que te recoja y enviaré un auto de la compañía.
—Beso.
WangJi se inclinó para darle un buen beso y sólo entonces fue liberado.
Wei Ying dormitó un par de horas más antes de levantarse a prepararse café. Llevaba puesta una de las
camisetas de gimnasia de WangJi y los pantalones cortos de su pijama rosa, lo más parecido a unos
boxers que llevaba consigo; con lo que había estado durmiendo. Llamó a Mianmian para consultarle el
plan del día:
—¡Buenos días preciosa! Oye, hoy voy a visitar la oficina de Lan Zhan y necesito un outfit, ¿puedes
venir?
Wei Ying se quedó helado con la taza en los labios antes de bajarla lentamente y tragar. —¿Qué
periódicos?
—Un periódico local. No te preocupes, no es nada malo, pero pensé que deberías saberlo. Espera,
voy en un momento y te lo mostraré.
El concierge envío arriba a Mianmian, quien entró con un periódico doblado y una revista;
Las noticias locales se habían abierto a una página en la sección de noticias financieras con un título: "El
heredero de Lan Pharma regresa de Estados Unidos" . Adjunta había una foto ampliada de WangJi de la
cintura para arriba, con un aspecto absolutamente matador en traje, y pegado a su brazo había otra joven
sexualmente atractiva, aunque la mayor parte de su rostro estaba cubierto por unas grandes gafas de sol
de Gucci.
—Mira, aquí...— Mianmian señaló un fragmento de texto que había rodeado y subrayado con bolígrafo:
Pero Mianmian sacó la revista y la colocó encima; estaban en primera plana, con una foto de cuerpo
entero de ellos caminando por el aeropuerto. Wei Ying fue capturado a medio paso y sus piernas parecían
no tener fin. Parecía un modelo, una estrella, y era extraño verse así mientras recordaba cómo se había
sentido como una cría de jirafa sobre aquellos tacones, acosado por hienas con cámaras.
A Wei Ying le hizo gracia y le horrorizó el título a partes iguales, así que su primera reacción fue reírse.
—¡No, no, no, no puedo esperar a ver adónde va esto! Leámoslo juntos.
Se sentaron y leyeron el artículo de dos páginas, la mayor parte del cual era la misma foto de la portada y
luego otra de Wei Ying, mientras WangJi lo ayudaba a subir al BMW y que había sido recortado de la
imagen. Ésta mostraba un tentador corte de sus muslos entre el dobladillo de la falda y sus botas hasta la
rodilla, mientras Wei Ying se sentaba delicadamente en el borde del asiento antes de introducir las
piernas en el interior como le había enseñado Mianmian; las rodillas siempre juntas para evitar mostrar
algo inapropiado. Ahora Wei Ying comprendía de verdad la importancia de esta lección, al darse cuenta
de que a aquellas voraces cámaras les habría encantado meterse bajo su falda y vender a las masas
voyeuristas la vista de sus bragas. Wei Ying se sintió fatal por haber contemplado alguna vez a famosos
que habían acabado en semejante prensa. La historia en sí se basaba en especular sobre la identidad de la
'mujer misteriosa' y en darle promoción a WangJi. Al fin y al cabo, ¿por qué iba a importarle al lector?
Pues porque WangJi era rico y, junto con su hermano, estaba destinado a ser aún más rico como heredero
de Lan Pharma, extremadamente apuesto y presuntamente soltero desde hace mucho tiempo, que hasta
entonces había mantenido su vida en la más absoluta intimidad, ¡como Wei Ying sabía que seguramente
habría preferido! Después de presentar a WangJi como un hombre de ensueño, la historia mencionaba
brevemente su estancia en Estados Unidos y destacaba que había regresado el sábado en un jet privado
con una 'mujer desconocida y muy hermosa'. "No conocemos la nacionalidad de esta mujer ... hasta
ahora sólo podemos especular sobre la naturaleza de su relación ... ¿podría tratarse de la novia de Lan
WangJi? ... Lo que todo el mundo debe estar pensando es cuál es la relación de esta misteriosa mujer
con el futuro presidente de Lan Pharma."
—Bueno—, Wei Ying dobló la revista, —podría haber sido peor, aunque hubiera preferido no ser
noticia sólo por llegar... ¡Puedo hacer cosas mucho más escandalosas sobre las que escribir!
—Es que no pensé que fuera a ser para tanto, WangJi no me parece del tipo famoso.
—A la prensa amarillista le encanta hacer un gran escándalo de la nada si se trata de gente con
dinero y poder.
—Al menos sales bien en las fotos. No puedo creer que haya salido en primera plana...
—Aunque me alegro de que tu carrera prospere, ¡aún te queda trabajo por hacer!
—Y yo soy ejecutivo.
—¡Wei Ying!
Volvió a recogerse el cabello en una coleta media alta y se maquilló de color nude con un poco de brillo
de labios ligeramente tintado. Cuando estuvo listo, antes del mediodía, y Mianmian había salido a hacer
turismo, le envió a WangJi una foto de su amplio escote y le hizo saber que estaba listo para que lo
recogieran. WangJi respondió y le hizo saber que ya estaban en camino. Después de un rato le envió una
foto suya, y Wei Ying casi no podía creer lo que veían sus ojos: era una foto de su entrepierna,
aparentemente tomada a escondidas debajo de un escritorio, aunque estaba completamente vestida y no
se le veía nada.
<Reunión.>
Wei Ying se sonrojó. ¡WangJi estaba siendo travieso en el trabajo! Wei Ying podía imaginarse fácilmente
arrodillándose bajo la mesa de reuniones ante aquel espectáculo y...
Maldita sea, acabo de hacer el tucked... Pero la polla de Wei Ying en este momento estaba luchando
contra la cinta. ... Y yo estaría usando esto. La pequeña y traviesa secretaria de WangJi... Wei Ying se
rindió, se quitó las bragas y la cinta y se sentó en el sofá para correrse rápidamente antes de que llegara
su transporte. ¡Y todos se sentarían alrededor de la mesa y no sabrían nada mientras yo...! ¡Qué
adrenalina! Wei Ying no tardó en llegar, se arregló y se apresuró a volver a hacer el tucked. Mientras que
él todavía estaba en el tuck el concierge llamó.
—¡Sólo un momento!
Finalmente bajó al vestíbulo con su largo abrigo negro de lana contra el frío, ya que por lo demás
enseñaba mucha piel. Allí lo esperaba un chico guapo, o más bien un joven, pero no parecía mayor de,
¿cuántos? ¿Dieciocho? No obstante, llevaba un traje elegante y parecía un adorable mini-trabajador.
—Hola, ¿te hice esperar? —Wei Ying se acercó a él y con sus tacones era ligeramente más alto que el
joven. Se dio cuenta de que el chico estaba impresionado por su aspecto, le costaba mirarlo a los ojos y
parpadeó furiosamente, sonrojándose un poco.
—¡No! ¡En absoluto! Hola Wei nǚshì, mi nombre es Lan JingYi, soy un interno en Lan Pharma.
Lan WangJi me ha pedido que te muestre el lugar hoy—. Le ofreció la mano rápidamente y Wei Ying
se la estrechó, notando que estaba ligeramente sudada.
—¡Encantado de conocerte, JingYi!— ¡Ay, qué lindo! Sonrió amablemente al joven, con la esperanza
de que se sintiera a gusto. —¿Así que eres un Lan? ¿Cuál es tu relación con Lan Zhan?— le preguntó
mientras empezaban a caminar hacia una camioneta BMW negra y reluciente estacionada frente a la
entrada.
JingYi parpadeó, estupefacto de que alguien llamara a WangJi 'Lan Zhan'. —Lan WangJi es mi primo
segundo, una generación menor.
Así que éste es el bisnieto del hermano que el abuelo de Lan Zhan compró a la empresa. Wei Ying
recordó.
—Hola—, saludó otro dron bebé-corporativo desde el asiento del copiloto, —soy Wen Yuan.
—¡Wow, no sabía que Lan Zhan envío un séquito completo! Hola, soy Wei Ying—. Wei Ying le
tendió la mano y Yuan se giró para estrechársela. También era un joven de aspecto muy agradable y
parecía más sereno que el pobre JingYi, pero incluso él se puso nervioso al ver a Wei Ying.
Un momento... ¿Wen? ¿El otro lado de la familia? ¿Los que intentan tomar el control de la empresa?
JingYi se sentó en el asiento del conductor y encendió el motor. —¿Viene alguien por ese lado?—, le
preguntó a Yuan mientras conducía lentamente por la pequeña rampa que atravesaba la puerta de la
propiedad.
—No, sigue adelante—. dijo Yuan sin perder de vista su lado del vehículo.
Wei Ying enarcó una ceja, pero sonrió: —Tómate tu tiempo, de todas formas estoy de vacaciones.
¿Cuántos años tienen ustedes dos?
—Yo cumplo dieciocho en enero—, dijo Yuan. —Todavía no sé conducir, pero le pregunté a JingYi
si podía observarlo para aprender antes de mis clases, ¿Espero que no le importe?
—¡Sí!
—¿Y no tienen vacaciones de Navidad, verdad? ¡Eso es una locura!— Wei Ying siguió charlando con
ellos, sobre cómo era la escuela para ellos en China, cuánto tiempo llevaban de prácticas en la empresa y
qué querían hacer cuando fueran mayores. Por supuesto, los dos querían trabajar en el mundo de los
negocios y las finanzas, como sus padres, que también habían organizado las prácticas de ambos en la
empresa. Seguro que también les compraron los trajes finos y los mocasines negros pulidos.
Los chicos condujeron hasta el distrito financiero de Pudong y se detuvieron frente a un altísimo edificio
de oficinas.
—¿Puedes llevar a Wei nǚshì adentro mientras estacionó el coche?— JingYi le preguntó a Yuan.
—Entendido. Por favor, sígame Wei nǚshì —. Yuan salió del vehículo y mantuvo la puerta abierta para
Wei Ying, quien sacó las piernas con las rodillas bien juntas, consciente de su corta falda y de que los
ojos del joven podían estar desviándose, y efectivamente; cuando Wei Ying levantó la vista, vio que Yuan
se limitaba a darse la vuelta, sonrojándose visiblemente.
No provoques al bebé, no provoques al bebé, no... Wei Ying le sonrió a Yuan, inclinando los hombros de
forma atractiva: —¡Gracias A-Yuan!—. Okay, ¡provoca un poco al bebé! Wei Ying estaba ebrio de su
nuevo poder para hacer que los adolescentes cachondos se volvieran locos. Yuan se puso colorado y
tartamudeó:
—¡P-Por favor, por aquí! —Condujo a Wei Ying a través de unas grandes puertas giratorias hasta un
espacioso vestíbulo donde había un amplio mostrador con dos recepcionistas elegantemente vestidos y un
guardia junto a la puerta. Había una zona de asientos en la que gente con atuendos de negocios hablaba
por teléfono y miraba el reloj. Las superficies de granito estaban pulidas y brillantes.
—Empecemos por los pisos superiores—. Yuan guió a Wei Ying hacia la fila de ascensores.
Caminando por el amplio vestíbulo abierto, los tacones de Wei Ying resonaban rítmicamente con su bien
practicado pavoneo, atrayendo miradas, se dio cuenta.
No las mires como si te importara, déjalos que miren. ¡Sé una perra jefa! Ciertamente se sentía como un
jefe, anunciando su presencia a cada paso. ¡Estos tacones son la jodida energía alfa! Ya no era una cría
de jirafa, sino una elegante y poderosa leona consorte que venía a reunirse con su rey en su territorio, y
de hecho se sentía preparada para pisar el reino de los Lan; por lo que todos sabían, él era la mujer de
WangJi, y Wangji era el jefe. Al menos mientras Lan QiRen no estuviera cerca... Si me lo encuentro seré
perfectamente agradable y cortés, le daré otra oportunidad de ser más amable conmigo.
—Hablas inglés, ¿verdad? Tal vez podríamos hablar en inglés para que pueda practicar...—. Justo
cuando las puertas estaban a punto de cerrarse, oyeron un par de pasos y, de repente, un periódico local
enrollado se interpuso entre ellos.
—Lo siento. No te había visto... ¡Abuelo!— exclamó Yuan cuando las puertas que volvían a abrirse
revelaron a un hombre alto de imponente presencia. Quien no estaba usando un buen traje aquí era como
si hubiera acudido a un campo de batalla sin armadura, y el abuelo Wen, Wen RuoHan, primo hermano
de WangJi, estaba bien equipado para la batalla con su traje Tom Ford burdeos oscuro hecho a medida y
zapatos monk strap de un color exactamente a juego. Camisa blanca, corbata negra, alfiler de corbata y
gemelos dorados. Pensando en cómo vestía Lan QiRen, con una elegancia discreta, Wei Ying tuvo que
admitir que Wen RuoHan vestía mucho más parecido a cómo esperaba que vistiera un jefe, ya que el
aspecto del hombre desprendía una autoridad casi agresiva. No parecía en absoluto de la edad de un
'abuelo' y, aunque debía de tener más o menos la misma edad que Lan QiRen, parecía más bien un
cuarentón. Era más alto que WangJi y, por tanto, más alto que Wei Ying incluso con tacones, y cuando
entró en el ascensor su aura parecía apoderarse de todo el espacio. Pero Wei Ying había visto su ración de
grandes egos en su época y se mantuvo imperturbable, a diferencia de Yuan, que parecía encogerse ante
la presencia de su abuelo.
—Entonces presta más atención—. Dijo Wen RuoHan y Yuan bajó la mirada. Wen RuoHan miró
entonces a Wei Ying y éste se sintió atravesado por aquella mirada penetrante. Wei Ying ignoró el
escalofrío y sonrió amablemente.
—Hola,— Wei Ying ofreció su mano, encontrándose con los ojos de Wen RuoHan, —Wei Ying, estoy
aquí como invitado de Lan WangJi. Su nieto ha sido muy amable al mostrarme los alrededores.
Una vena de la sien de Wen RuoHan se tensó pero su boca sonrió. Tomó la mano de Wei Ying entre las
suyas; era fría y grande, la evidente fuerza de su agarre contenida. El aroma de su colonia masculina y
áspera envolvía lentamente a Wei Ying. El pulgar de Wen RuoHan acarició lentamente los nudillos de
Wei Ying una, dos veces. Una sonrisa torcida se dibujó en sus finos labios.
Antes de que Wei Ying pudiera imaginar cómo reaccionar, todo había terminado.
¿Qué fue eso? Wei Ying seguía sonriendo y esperaba que el miedo que por fin se había instalado en su
abdomen no hubiera llegado a sus ojos.
Wen RuoHan retrocedió hasta estar junto a su nieto y golpeó el periódico contra su pecho. Yuan tomó el
periódico —se había abierto en esa página— y le dijo sin dejar de mirar a Wei Ying:
—Recuerda que estás aquí para aprender a hacer negocios, no para ser chaperón de la
'acompañante' de Lan WangJi.
Wei Ying esperaba que su sonrisa no parecía tan muerta como se sentía. No dijo nada, porque si hubiera
abierto la boca no habría salido nada agradable: habría dicho lo que pensaba. Wen RuoHan salió del
ascensor y, por suerte, Yuan acompañó a Wei Ying en dirección contraria.
—Lo siento, ¿te he puesto en un mal aprieto?— le preguntó Wei Ying a Yuan una vez que estuvieron
fuera del alcance de sus oídos.
—¿Sobre WangJi y yo? Puedes decir que soy su novia si alguien pregunta—. Wei Ying sonrió.
WangJi caminaba hacia la oficina de Lan QiRen cuando vio entrar a Wen RuoHan. WangJi estaba de pie
cerca de la puerta y casi podía escucharlos:
—Lan zǒng. Según mi último correo electrónico, tengo aquí nuevos inversores potenciales. Han
expresado ciertas expectativas sobre la dirección de la empresa antes de estar dispuestos a subir a
bordo, sin embargo, no estamos hablando de pequeñas sumas y por lo que instaría al presidente a
echar un vistazo a las propuestas que he hecho para hacer frente a sus preocupaciones.
—Le aconsejo al presidente que no espere demasiado con su decisión; sé que los inversionistas
también están buscando activamente a sus competidores. No dude en ponerse en contacto conmigo;
estaré encantado de concertar una reunión.
—Lo tendré en cuenta. Gracias, Wen RuoHan.— Lan QiRen lo despidió. WangJi retrocedió
suavemente justo antes de que Wen RuoHan abriera la puerta. Intercambiaron un gesto de asentimiento.
—Ah, WangJi, entra.— Lan QiRen llamó. WangJi entró en la oficina y cerró la puerta tras de sí. Vio a
Lan QiRen guardar una carpeta oscura en el cajón de su escritorio. WangJi se inclinó ante Lan QiRen
desde la cintura, como era costumbre en los antiguos Lan cuando un senior recibía a un junior en un
entorno oficial.
—¿Deseaba verme, tío?
—Cuando hayas tenido tiempo de asentarte, espero que empieces a asumir más responsabilidades,
aplicando lo que has aprendido durante tu estancia en Estados Unidos—. Lan QiRen dijo y sorbió su
té. —He acordado con el jefe de recursos humanos que asumas más de sus funciones y ocupes el
puesto a finales del año que viene.
—Se ha resuelto con una generosa indemnización y estará encantado de jubilarse anticipadamente.
WangJi asintió.
WangJi lo consideró por un momento, echó un vistazo a su té antes de encontrarse de nuevo con la
mirada de su tío y responder con seguridad: —Sí. Sin embargo, quería proponer la contratación de un
psicólogo laboral para complementar el equipo de recursos humanos. Por muy bueno que sea,
ningún individuo es infalible en su juicio y como jefe sería mi primera prioridad rodearme de un
equipo altamente profesional que me apoye en la toma de decisiones. Las personas siguen siendo el
recurso más valioso de cualquier empresa, y para contratar buenas personas, necesitamos buenas
personas contratando.
—Hmm—. Lan QiRen se acarició la barba: —Tienes mi aprobación silenciosa por plantear esto al
presidente.
—Tu hermano tiene un buen sentido para los negocios y es muy querido, pero es demasiado
confiado con la gente. Tú eres más prudente. La empresa dependerá de que ustedes dos se
equilibren entre sí y se mantengan fuertes en el futuro.— Lan QiRen colocó su taza vacía sobre el
escritorio. —Debes cubrirle las espaldas cuando nuestros enemigos se muevan para explotar
nuestras debilidades.
WangJi asintió. Sabía lo que Lan QiRen quería decir: 'cuando tenga que retirarme', pero no estaba
preparado para decirlo.
—Y cualquiera de ustedes debe asegurar el futuro. Mira: Aún no soy viejo, pero estoy
envejeciendo; ni siquiera yo siento que tenga demasiado tiempo para asegurarme de que estás
preparado para el día en que debas dirigir la empresa. ¡No te pongas en la situación de tener que
preocuparte por si tienes tiempo suficiente! Si XiChen y tú hubieran nacido con menor mentalidad,
temería dejar la empresa en sus manos en los próximos diez años.
WangJi se sentó en silencio, aún escuchando el significado de las palabras de Lan QiRen más que las
palabras en sí, y respondió con calma:
—He llegado a desear mucho tener hijos, tío, y estoy dispuesto a casarme.
Lan Qiren pareció erizarse como un dragón; —¿Recuerdas lo que dije sobre 'haber nacido con
mentalidad'?
—Wei Ying es la persona más inteligente que he conocido. Lan se beneficiaría de que ella se uniera
a nuestra línea.
—¿Ella es Mensa¹?
—No. Tiene la puntuación para ello pero dijo que no estaba interesada.
—Hablas como si fueran razones viables, pero WangJi, me temo que aquí es donde falla tu juicio
de carácter: ella te gusta, así que no puedes pensar en esto con lógica.
—La verdad es que Wei Ying es incorregiblemente de clase media. El hecho de que sea un poco
más lista que el promedio y que estudie medicina no la salva, teniendo en cuenta su dudoso origen.
No es lo bastante buena para un Lan. No importa lo bien que la vistas.
—Ella no es mejor que esas chicas que pagan para que las entrenen para ser esposas de famosos y
comprarse una cara nueva y una entrada en la sociedad para encontrar a un hombre rico. WangJi,
ella va detrás de tu dinero.
—No es verdad.
—¿No? Aunque no le importara ascender socialmente como al resto de su clase, seguiría sin
aportar nada: ni inversiones, ni relaciones familiares, ¡por todos los cielos, ni siquiera tiene una
familia real!
La taza se hizo añicos en el agarre de WangJi. Apretaba los dientes, respiraba entrecortadamente y
luchaba contra la opresión de su garganta, la piedra sobre su corazón.
—WangJi,— la voz de Lan QiRen adquirió un tono más suave, pero su empatía llegó demasiado tarde,
—No sólo quiero lo mejor para la familia y la empresa, sino también para ti. No quiero que acabes
como tu padre.
WangJi se sentó como una estatua, un hilo de sangre corría por la palma de su mano. Lan QiRen suspiró,
sacó su pañuelo y se lo entregó,
WangJi tomó el paño y lo presionó contra el corte mientras se levantaba y salía a grandes zancadas de la
oficina. Lan QiRen se quedó mirando los pedazos destrozados que había dejado atrás.
Wei Ying recorría la oficina, admirando las vistas del distrito financiero desde el suelo hasta el techo
desde todas las ventanas y apreciando la espaciosa distribución y las agradables máquinas de café y
aperitivos gratuitos. Los trabajadores tenían incluso acceso a un gimnasio y había un spa en la propiedad.
Parecía un lugar agradable para trabajar. Los interiores de las oficinas eran modernos, totalmente blancos
y azul cielo, aunque parecían bastante estériles e impersonales, pero para un espacio de oficina era de
esperar.
—En nuestra fábrica principal y en el laboratorio hay un museo que describe la historia de la
empresa desde...—. JingYi miró a Yuan, que seguía con él.
—Siglo XVIII.
—¡Sí! Podría llevarla allí cuando acabemos aquí, la oficina principal es un poco aburrida, la
verdad. Quiero que vea la fábrica con todas las cintas transportadoras y esas cosas, ¡y podrá
ponerse una bata de laboratorio!
—Pero tienes que concertar una visita al laboratorio con antelación—. Yuan señaló.
—Está bien, ¡seguro que Lan WangJi lo organizará todo!— JingYi parecía emocionado.
Aunque llevar una bata de laboratorio no era precisamente algo nuevo para Wei Ying, entendía el
entusiasmo de los niños; ¿a quién no le gusta ver robots de fabricación hacer lo suyo y las píldoras en una
cinta transportadora en marcha?
—¡Sería genial ver la fábrica! Saben, si a ustedes les gusta la ciencia, puedo enseñarles algunas
cosas que no les enseñaron en las clases de ciencias del colegio—. Wei Ying guiñó un ojo.
—Estudié bioquímica en la licenciatura, se podría decir que sé cocinar más que las recetas de la
abuela.
—¡Por favor, Wei nǚshì, muéstranos!— Los ojos de JingYi brillaron y Yuan también parecía
emocionado.
—¡Muy bien!
Wei Ying pidió que lo llevaran a la oficina de WangJi para terminar su recorrido.
—Puede llamarme a este número cuando esté lista para ir al recorrido de la fábrica—. JingYi dijo y
le dio a Wei Ying su número personal.
JingYi se sonrojó ante la provocación de Wei Ying. Wei Ying llamó a la puerta de la oficina de WangJi,
quien lo hizo pasar, y los chicos se fueron a comer juntos. Mientras entraban en el ascensor, JingYi se
inclinó para hablar con Yuan en voz baja:
—Y también es simpática.
—Como si pudiera...—. Los ojos de JingYi se abrieron de par en par y miró a Yuan: —¿De verdad
podría casarme con una mujer mayor?
—Estaba bromeando.
—¿Qué? ¿Estás diciendo que no soy lo bastante bueno para ella? ¡Me han dicho que soy muy
guapo!
—JingYi, no cuenta si lo dice tu madre—. Yuan se burló suavemente y desvió el puñetazo juguetón de
JingYi.
—¡Hey WangJi! Qué tal... ¿Qué te pasó en la mano?— Wei Ying había entrado en la oficina de
WangJi y vio que se estaba presionando la palma de la mano con un pañuelo, de pie junto a su escritorio.
—Me la corté.
—No es propio de ti ser tan torpe. Muéstrame...— Wei Ying echó un vistazo a su alrededor, se marchó
y en breve regresó con algunos suministros de primeros auxilios.
WangJi le tendió la mano a Wei Ying, quien secó la herida con desinfectante —WangJi no se movió, pero
Wei Ying notó que hacía una ligera mueca— y la inspeccionó. La herida seguía sangrando.
—No está tan mal, las heridas en las manos suelen sangrar mucho. Esto sólo debería necesitar un
vendaje para mejorar en unos días—. Wei Ying vendó la mano de WangJi con algunos hisopos y un
poco de gasa. —Lan Zhan está siendo muy buen paciente.
—¡Ya está! ¡Todo mejor!— Wei Ying se llevó suavemente la mano de WangJi a los labios y le dio un
beso en los nudillos. A diferencia de la colonia asfixiante y agresiva de Wen RuoHan, la fragancia de
sándalo y cedro característica de WangJi era reconfortante, como entrar en un templo de madera; madera
resinosa y cálida y apenas un toque de dulce incienso.
—Oh, no me lo agradezcas todavía, en realidad he venido a causarte problemas—. Wei Ying lamió
la mano de WangJi e hizo que el hombre la retirara rápidamente —la oficina tenía todas las paredes de
cristal— Wei Ying soltó una risita. —Es cristal insonorizado, ¿verdad?
—Bien.— Wei Ying se inclinó para pulsar un botón del escritorio que hizo que las paredes de cristal se
volvieran opacas, bloqueando la vista del resto de la oficina. Aún quedaban los enormes ventanales que
daban al exterior; con otra torre de cristal en el lado opuesto de la calle apenas se podía distinguir a la
gente en sus oficinas.
—Lan jīnglǐ debe de estar muy estresado, puedo ayudarlo a relajarse...—. Wei Ying tomó y pasó
lentamente la corbata azul de WangJi por su mano.
—En la oficina no—. dijo WangJi, pero a Wei Ying no le pareció muy convincente su resistencia. Le
sonrió y agarró la corbata, acercándolo más. WangJi lo miró fijamente a los ojos, a los labios, tragando
con dificultad. Wei Ying soltó una risita pícara y lo besó. WangJi lo dejó, con los labios ligeramente
entreabiertos para darle la bienvenida, y Wei Ying le lamió la boca. Las manos de Wei Ying bajaron...
Pronto había desabrochado el cinturón de WangJi y sacado su herramienta, cayendo de rodillas. WangJi
estaba recostado contra su escritorio, mirando hacia las ventanas exteriores, cuando se dio cuenta de que
la gente del edificio de enfrente podía verlos sin obstáculos si se detenían a mirar.
Wei Ying le había estado dando una buena lamida al glande de WangJi. —¿Qué?
—La ventana...
—¿Y?— Wei Ying besó una gota de líquido preseminal de la punta. —Hazles saber que Wangji de
Lan Pharma puede conseguirlo.
—¡Desvergonzado!
El hombre era muy lindo cuando estaba tan impotentemente excitado, ruborizado y luchando por
mantener la cara seria. Wei Ying se lo llevó a la boca y disfrutó de cada movimiento de sus cejas, de cada
pequeño gruñido mientras intentaba no gemir demasiado alto. Wei Ying hizo todos los trucos que sabía
que le gustaban a WangJi, arremolinando la lengua alrededor de la punta, haciéndole cosquillas en la
hendidura... Los reprimidos gemidos de placer de WangJi eran cada vez más desesperados. Después de
chupársela durante unos segundos, Wei Ying se detuvo y dejó que el eje erecto saliera de su boca.
—...¿Hm?— WangJi lo miró y vio que Wei Ying se relamía, sonriéndole con suficiencia. —...No te
detengas—. Susurró, mirando la cara roja de Wei Ying.
—Gege está siendo egoísta—. Wei Ying acarició perezosamente su eje, que palpitaba desesperadamente
en su mano, goteando semen. —¿Qué va a hacer Gege por Didi?
Wei Ying se levantó lentamente... Antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, lo
giraron y lo inmovilizaron boca abajo contra el escritorio, y la dura polla de Wangji estaba presionada
contra su trasero.
—Lo pediste...— WangJi gruñó y tiró bruscamente de la falda de Wei Ying hacia arriba y de sus
pantimedias y bragas hacia abajo, lo justo para dejar al descubierto su agujero, pero no más, y empujó su
glande contra él y lo hizo rodar hasta allí, manchando el agujero con su líquido preseminal.
El dedo de Wangji lo había penetrado, empezando a extenderlo y a deslizarlo con su líquido preseminal
hasta que sacó el lubricante de la bolsa de Wei Ying. En poco tiempo, WangJi se había metido hasta los
testículos en Wei Ying, golpeándolo contra su escritorio y haciendo que el hombre se mordiera el labio
para no hacer demasiado ruido y romper el cristal acústico.
—Silencio.— WangJi lo agarraba del cuello, manteniéndolo abajo mientras sus caderas se sacudían sin
piedad de un lado a otro, follando a Wei Ying contra su escritorio.
—¡Ah...! La-Lan Zhan, ah, ¿soy una buena zorra?— gimoteó Wei Ying.
Wei Ying jadeó. La polla de WangJi le estaba haciendo un trabajo rápido y estaba a punto de llegar al
orgasmo. Efectivamente, había venido preparado, habiéndose aflojado el tuck mientras iba al baño y
metido papel dentro de las bragas para atrapar su eyaculación, y estaba listo.
—¡Buena zorra para gege...!— A través del cristal opaco, WangJi vio las vagas formas de la gente que
pasaba por delante de su oficina. No podía creer lo excitante que era hacerlo justo así, delante de las
narices de todos. En las narices del tío QiRen. Toma eso. WangJi se corrió con un gruñido, sin dejar de
empujar mientras eyaculaba dentro del culo de Wei Ying, empujando su semilla hasta el fondo. Su
vigoroso movimiento llevó a Wei Ying al orgasmo y apenas pudo evitar gemir demasiado fuerte mientras
se corría.
Por suerte, la oficina disponía de aseos individuales que podían cerrarse con llave, así que Wei Ying pudo
tomarse su tiempo para asearse en paz. Después de arreglarse, Wei Ying envió un mensaje a JingYi y
volvió a la oficina de WangJi, quien de nuevo estaba detrás de un cristal totalmente transparente y
parecía como si allí no hubiera pasado nada poco profesional.
—Lan Zhan, ¿podrías organizar una visita a la fábrica hoy? Iré con los pasantes. Por cierto, tus
primos pequeños son súper lindos.
WangJi suspiró, pero tenía una sonrisa en los labios mientras tomaba el teléfono de su oficina. —Les
llamaré. Habrá alguien que te muestre las instalaciones. Ve también a ver el museo, es historia de la
familia. Desearía poder mostrártelo yo mismo, pero tengo que reunirme con mi gerente principal a
las cuatro.
—Tenemos una reservación en un restaurante a las ocho, pero pídele a JingYi que te lleve primero
al centro comercial Plaza 66 cuando termines y me reuniré allí contigo y con Mianmian.
—Okay. ¡Beso!— exigió Wei Ying antes de irse. WangJi se levantó y lo abrazó, dándole un beso que se
prolongó. Sus manos querían vagar, pero mientras estaban detrás de un cristal transparente sólo se
permitió acariciar la espalda de Wei Ying y la curva de su cintura. Wei Ying le chupó la lengua.
Besuquearse de esa forma en la oficina era poco profesional, pero WangJi lo permitió por última vez.
—Te veré más tarde—. WangJi se separó por fin de los labios de Wei Ying. Simplemente adoraba esa
cara de besado-tontantemente. Pero algo más llamó su atención... Wei Ying siguió su mirada y vio a los
dos internos, JingYi y Yuan, de pie justo detrás del cristal, mirándolos con las mejillas enrojecidas. Wei
Ying les guiñó un ojo y los chicos se dieron la vuelta rápidamente, como si aún pudieran fingir que no
habían visto nada.
Mensa¹ es la asociación de personas con alto coeficiente intelectual más antigua y extensa del
mundo.
Familia
Chapter Notes
Lan JingYi y Wen Yuan acompañaron a Wei Ying a la planta de fabricación de Lan Pharma, más alejada
de la ciudad, con JingYi conduciendo el coche de la empresa. El museo de historia familiar era bastante
impresionante, ya que detallaba la historia de los antepasados de WangJi hasta el siglo XVIII, cuando los
Lan fabricaban y vendían medicina tradicional china, que seguía siendo un subsector menor del negocio
de la empresa en la actualidad. Había fotografías antiguas y una colección de curiosidades antiguas
relevantes de la colección original de la familia: frascos antiguos con hierbas y plantas tradicionales
secas, balanzas y pesas, morteros y pilones, libros de contabilidad antiguos... Sin embargo, el museo
estaba claramente hecho para impresionar a los accionistas y los carteles eran mínimamente informativos,
más bien evocadores de ideas románticas de una antigua botica familiar. Todo estaba elegantemente
presentado y espectacularmente iluminado como si fueran objetos de arte. Al final de la visita se ofreció
un té de hierbas, 'según una receta familiar original'. Wei Ying tuvo que reconocer que el equipo de
relaciones públicas de la empresa había hecho un buen trabajo. Partiendo del polvo de la historia a la
modernidad: el trío recibió sus batas de laboratorio y los chicos apenas pudieron contener la emoción
cuando los llevaron a conocer los laboratorios. En realidad, no entraron en ningún laboratorio, pero
pudieron observar desde detrás de un cristal. Estaba claro que las batas eran sólo para aparentar, pero Wei
Ying pensó que no debía arruinar la diversión de los internos diciéndoselos. Por último, los llevaron a
una de las enormes salas de fabricación, con todos sus robots envolviendo y sellando píldoras, algo que a
Wei Ying no le interesaba demasiado desde el punto de vista profesional, pero sabía que las cosas
realmente interesantes ocurrían en algún lugar al que el público simplemente no tenía acceso. No
obstante, era una forma de pasar la tarde, y después le dijo a JingYi que le llevara a casa de WangJi para
cambiarse de ropa; Mianmian había dejado claro que las cenas requerían un vestimenta distinta.
—Chicos, ustedes vayan a buscar algo de comer, yo tardaré un rato—. Wei Ying había pensado en
invitarlos a pasar, pero decidió no hacerlo; no necesitaba que los chicos se pusieran entrometidos en el
momento menos oportuno. Les dio algo de dinero, que al principio rechazaron, pero él insistió: —Hey,
ya han pasado las horas de oficina y sin embargo aquí están llevándome a todos lados, y como
internos ni siquiera les pagan, ¿verdad? Les ofrezco esto en lugar de Lan WangJi como sus
beneficios para empleados.
—Si realmente está bien...— JingYi aceptó, pero Yuan aún dudaba;
—En realidad ni siquiera se supone que esté aquí, sólo he venido con JingYi porque si estoy en la
oficina sólo me hacen archivar papeles. Realmente no me dan cosas significativas que hacer...
—Soy la novia de Lan Zhan, recuerda, y tú también eres familia de Lan Zhan, A-Yuan, así que
puedo ofrecerme a invitarte de comer—. El tono de Wei Ying dejó claro que esto no era una pregunta.
Yuan parecía bastante conmovido. Finalmente aceptó el dinero de Wei Ying con ambas manos y le dio las
gracias.
En casa de WangJi, Wei Ying tuvo una videollamada con Mianmian para consultarle sobre el traje de
noche. Le dijo que se pintara los labios para darle un toque más nocturno y que optara por una opción
segura: un vestidito negro, sin espalda, con cuello halter y un amplio escote en V. Wei Ying se cambió de
sujetador y se aseguró de retocar el contorno del pecho. Pero había algo con lo que Wei Ying no estaba de
acuerdo:
—Mianmian, ¡mis pies han terminado! ¡Llevo todo el día con tacones y no pienso ponérmelos si
aún tenemos que ir de compras! ¡Diablos, no voy a llevar tacones ni aunque me llevaras tú
personalmente! ¿Por qué me empacaste sneakers si no podía usarlos?
—¡Por si querías ir a hacer ejercicio! Jugar al tenis o algo así... ¡Wei Ying no llevas sneakers con
ese vestido!
—¿Y qué vas a hacer para impedírmelo?— Wei Ying se puso los nuevos Nikes negros con suela
blanca y se las enseñó a Mianmian, burlándose: —¡A-ja! ¡¿Y ahora qué?!
—Tch... No. Más o menos funciona, ¡pero no creas que esto funcionaría donde normalmente te
exigirían llevar zapatos de vestir! Le pregunté a WangJi qué restaurante había reservado y es un
sitio agradable pero no formal, así que al menos no te darán la espalda en la puerta.
Una vez superada la catástrofe de los zapatos, Wei Ying accedió a reunirse con Mianmian en el centro
comercial. Mianmian llevaba ya un rato allí y dijo que había encontrado ropa nueva para que Wei Ying se
la probara. Wei Ying llamó a JingYi y los chicos llegaron. Yuan se levantó para abrirle la puerta a Wei
Ying y pareció divertirse haciendo de chófer y mayordomo personal. Wei Ying pensó en su encuentro con
Wen RuoHan y se imaginó que a éste no le haría ninguna gracia ver a su nieto pasearse de esa manera por
encima de él, pero para Wei Ying hacer enojar a alguien como Wen RuoHan sería un placer. A Wei Ying
no le había gustado nada el porte de aquel hombre, ni la extraña forma en que lo había mirado. Wei Ying
se frotó los nudillos contra el asiento del vehículo como si quisiera limpiarse la suciedad.
Llegaron al centro comercial de la carretera occidental de Nanjing y empezaron a buscar un lugar donde
dejar el vehículo, pero el estacionamiento estaba absolutamente lleno. Había un enorme árbol iluminado
en la fachada del centro comercial y Wei Ying recordó de pronto que era Nochebuena, aunque no parecía
Navidad en absoluto y se sintió extrañamente solo.
Deja de estar tan triste, se dijo a sí mismo, ¡pronto verás a Lan Zhan y entonces tendremos una linda
cita! Aquel pensamiento lo animó un poco. ¿Y los chicos? Los pobres internos no sólo estaban teniendo
un lunes completamente normal en el trabajo, ¡sino que incluso estaban haciendo horas extras por su
culpa!
—Gracias chicos, han sido de gran ayuda hoy pero creo que tengo que dejarlos ir a casa en este
momento. Déjenme aquí.
—¿Estás segura, Wei nǚshì?— JingYi volvió a mirarlo: —Podríamos acompañarte a las tiendas,
ayudarte a llevar las bolsas.
—...¡Sí!—, respondieron los chicos como una sola boca y Wei Ying se echó a reír.
—¿De verdad? En realidad es que es bastante aburrido. Supongo que ninguno de ustedes ha tenido
una novia que los haya obligado a ir a un centro comercial con ella, ya que no saben tanto.
Wei Ying se rió: —¡Bien! Pero no digan que no se los advertí. Hey, ¡hay un sitio libre!— Wei Ying
señaló un coche que estaba dando marcha atrás.
—O-kay...— JingYi esperó a que el otro coche se hubiera marchado y empezó a mover el vehículo
despacio, muy despacio, entre los otros dos. —Yuan ¿puedes comprobar que no golpeo el coche de ese
lado? Maldita sea, yo... ¡Ah, lo siento! Odio estacionar...
—Sal y da la vuelta—. Wei Ying dijo, imperturbable, —Querrás estacionarte de reversa, también
será más fácil salir.
—Uh, okay…— JingYi salió, se dio la vuelta y empezó a retroceder lentamente, mirando frenéticamente
a izquierda y derecha. Ahora había otro coche esperando para pasar junto a ellos, tocando el claxon.
Wei Ying se desabrochó el cinturón y se inclinó entre los asientos para agarrar el volante;
—Te enseñaré. Conduce un poco hacia delante y volvamos a empezar—. El otro coche volvió a tocar
el claxon. —¡Oh, jódete!
Los internos se sobresaltaron, impresionados. Wei Ying guió a JingYi y juntos se estacionaron con éxito.
JingYi estaba satisfecho de sí mismo. Al mirar hacia atrás para dar las gracias a Wei Ying, se encontró
frente a frente con su pequeño escote que le quedaba casi a la altura de la cara, y sonrojándose
furiosamente volvió a mirar hacia delante.
—¡Okay chicos, vamos!
Se reunieron con Mianmian dentro del centro comercial. Mientras Wei Ying había recorrido las
instalaciones de Lan Pharma, ella había estado ocupada en el trabajo, haciendo compras para su cliente
más importante y estableciendo contactos.
—Lan Zhan me envió un mensaje; está en camino, pero continuemos, ¿sí?— Wei Ying dejó que
Mianmian los guiara a través de los cinco pisos de tiendas de marca. Había decoraciones de temporada,
un grupo de Papás Noel con ayudantes femeninas escasamente vestidas y mucha gente cuya idea de la
Navidad parecía ser una terapia de compras sin remordimientos. Mianmian había visitado tiendas selectas
con anterioridad y había reservado prendas para probarlas, y ahora que Wei Ying había desarrollado un
poco su propio sentido del estilo, podía entusiasmarse más con todo el proceso e incluso hacer algunos
hallazgos por su cuenta:
—¡Mianmian!— Wei Ying soltó un grito de alegría y señaló un par de zapatos de tacón Alexander
McQueen de cuero negro con puntera metálica y correa en el tobillo. —¡Son tan metálicos! Mira, la
punta es realmente... ¡Podría matar a una zorra a patadas con estos!— Wei Ying se entusiasmó
mientras acunaba el tacón convertido en arma en sus manos e imaginaba la cara de Wen RuoHan en
particular cuando le hundiera esta chica mala en la entrepierna si volvía a tocarlo de esa manera.
Mianmian no le veía la gracia a sus payasadas y era dolorosamente consciente de que la dependienta
rondaba cerca y lo escuchaba todo. Los internos estaban a su lado y pensaban que la señorita Wei era más
fría por momentos. Ambos se quedaron mirando mientras Wei Ying se quitaba las zapatillas y se sentaba
para probarse los tacones. Los internos no necesitaron mirarse, el silencio que compartieron fue de
comprensión de que se trataba de un momento decisivo mientras observaban cómo los dedos
perfectamente cuidados de Wei Ying, visibles a través de sus medias nude transparentes, se deslizaban
dentro de los McQueen.
—¡Ah!—, exclamaron los internos y se tiñeron de un rojo más intenso, girando en redondo para encarar
a su gerente y primo mayor. WangJi enarcó una ceja.
—¡Ah, Lan Zhan! Mira esto—. Wei Ying levantó la pierna para mostrar los tacones, dando un destello
de sus bragas negras en el proceso y haciendo que Lan WangJi también se pusiera rojo. Los internos casi
sangraban por la nariz. —¿Me las compras?
Mianmian le agarró la pierna y la empujó hacia abajo, como si fuera a asesinarlo en el acto. Wei Ying
consideró que la talla era buena y se colgó del brazo de WangJi, empujándolo sin cesar mientras el
hombre lo llevaba a él y a su tarjeta de crédito al cajero.
—Señorita—, la dependienta se acercó a Mianmian, —las tallas que pedía antes, es posible
conseguirlas en nuestro local hermano con un par de días de retraso.
—Oh estupendo—. Así que ahora estás dispuesta a esforzarte por mí al ver quién es mi cliente.
—¿Podría dejarnos su información de contacto y nos pondremos en contacto con usted cuando
tengamos stock?
—¡Mianmian, vamos!— Wei Ying la llamó, con los zapatos nuevos en una bolsa colgados del hombro y
el brazo alrededor del de WangJi.
Los cinco visitaron más tiendas durante las dos horas siguientes. Mianmian sintió una innegable
satisfacción cuando algunas de las Líderes de Ventas más altaneras mostraron un cambio de actitud
cuando ella apareció con Lan WangJi y su 'mujer misteriosa' como cliente. Los internos no tardaron en
comprender la situación en la que se habían metido, ya que tenían que esperar mientras las 'chicas' hacían
sus compras y la cosa se alargaba. Se sentaron aburridos, cuidando el creciente número de bolsas de Wei
Ying, revisando sus teléfonos. WangJi se sentó con ellos, esperando pacientemente. Cuando Wei Ying se
acercaba para preguntarle a WangJi su opinión sobre esto o aquello, los chicos se animaban y seguían sus
interacciones con bastante interés; cómo WangJi miraba suavemente a Wei Ying mientras daba vueltas
para él con cualquier vestido diminuto que se estuviera probando y tarareaba su aprobación a todo:
—Sí, pero Lan Zhan, es estúpidamente caro, no lo compremos—. Wei Ying había dicho al principio.
—Me gusta, pero Gege ya me compró un regalo—. Wei Ying había sido sincero al rechazar el vestido,
estaba acostumbrado a no conseguir siempre lo que quería, pero WangJi no lo estaba consintiendo:
—Lan Zhan... ¡Ai!— Wei Ying había querido detenerlo, pero Mianmian le había pellizcado el brazo,
negando con la cabeza.
—¿Qué? —Wei Ying le susurró: —¿Mal? ¿Quieres decir que no podríamos pagarlo? No necesito
tantos aunque me gusten, ¡y no puedo dejar que se gaste todo su dinero!
Mianmian frunció el ceño: —¿Crees que estás haciendo mella en su cartera? Deja que te mime.
Y WangJi no se detuvo ahí, sino que alentaba a Wei Ying cada vez que mostraba el más mínimo interés
por un artículo:
—Le queda bien a Wei Ying; ¿lo quiere? —Incluso empezó a señalar ropa, zapatos y joyas una vez
tuvo una idea de lo que le gustaba a Wei Ying: —¿Para Wei Ying?; ¿Te gusta esto?; ¿qué te parece
aquello?
—Lan Zhan...— Wei Ying miró lentamente al hombre: —¿Te divierte esto o algo así?
Está sacando algo de provecho. Fenómeno. pensó Wei Ying con cariño. Bueno, si eso hacía feliz a Lan
Zhan, Wei Ying no tenía escrúpulos en darse un capricho, aunque pronto dejó de contar la suma que
WangJi se llevaba para no sentirse demasiado culpable.
Mientras estaba en otra caja, Wei Ying vio que Mianmian giraba una bolsa en sus manos, comprobaba la
etiqueta del precio y la devolvía a regañadientes al estante.
—¿Es esa?
—Wei Ying...
Wei Ying le quitó la bolsa y la puso sobre el mostrador. —Y por favor, envuélvame esta para regalo.
WangJi no lo cuestionó, pero Wei Ying le prometió que se lo devolvería. Una vez que recibió la bolsa
bien envuelta, se la entregó a Mianmian.
—¡Feliz Navidad! Ábrelo mañana por la mañana, okay, para que sea un buen regalo de Navidad.
Mianmian parecía que podría haber llorado, pero se recompuso y simplemente dijo:
—Gracias. También tengo algo para ustedes dos, se los daré cuando nos sentemos.
—¿Con tus primos, te refieres? Sí. Son unos chicos tan amables, A-JingYi es un chico estupendo de
carácter muy enérgico y A-Yuan es tan dulce, muy observador e inteligente. Aunque puede que
hayan tenido un pequeño crush por mí, ¡jaja!
—¡Cuidado Lan Zhan, tienes competencia!— Wei Ying bromeó, y obtuvo la reacción deseada cuando
WangJi frunció un poco el ceño.
—¡Vamos, no puedes estar celoso de ellos! Deberías saber que me gustan los hombres mayores.
Mientras Wei Ying se reía a carcajadas, WangJi murmuró: —Sólo soy mayor que Wei Ying por seis
años.
—Sí, eso fue tonto, lo siento. Como sea, sobre A-Yuan; sé que es del lado de la familia que no es
exactamente la gente favorita de tus tíos, y por una buena razón, creo.
—Tuve el disgusto de rozarme con Wen RuoHan en la oficina y era un imbécil pomposo—. Wei
Ying explicó: —Pero como iba diciendo, A-Yuan es un buen chico, pero me dio la impresión de que
quizá se le impidiera deliberadamente hacer unas prácticas en condiciones, dándole tareas sin
sentido hasta el punto de que prefirió acompañarnos a quedarse hoy en la oficina. Puede que sea
una buena hermana mayor Wei pero no puedo serlo tanto. De todos modos, dijiste que tu tío ha
estado trabajando para mantener a los Wen fuera de los puestos clave dentro de la empresa, pero
no creo que sea justo sabotear el futuro potencial de un joven sólo porque resulta que ha nacido de
los padres 'equivocados'.
—Lo siento por el chico. No sé cómo son sus padres, pero entre tu tío y su abuelo Wen RuoHan
parece estar preparado para el fracaso, y eso apesta. ¿Podrías hacer algo al respecto? A-Yuan
también sigue siendo tu primo, Wen o no.
Los internos se habían alejado, intentando pasar el tiempo visitando otras tiendas que no fueran de ropa
de mujer, cada uno con su parte de las compras de Wei Ying. Yuan estaba delante de una relojería de lujo,
mirando los relojes de hombre a través del escaparate. Pensó en el Rolex de su abuelo y en el que le había
comprado a su hijo, Wen Xu, el padre de Yuan, cuando cumplió dieciocho años. Yuan cumpliría
dieciocho el mes que viene. No podía imaginarse, en caso de recibir el mismo regalo, cómo se lo daría su
padre y lo que significaría. No eran cercanos. Cualquier escenario que Yuan pudiera imaginar le parecía
extraño, incluso incómodo. En realidad ni siquiera quería un reloj, quería una sola palabra amable. Sólo
una mirada de aprobación. Yuan levantó la vista y se dio cuenta de que un par de ojos ilegibles y
distantes lo miraban desde el deslumbrante reflejo del escaparate.
—No es necesario.
Yuan siempre había tenido un poco de miedo de su primo mayor. Los hijos y nietos del tío bisabuelo Lan
no eran mencionados con cariño entre los Wen, y siempre que había visto a Lan WangJi en actos
familiares, su primo se había mostrado callado, de algún modo distante, frío. Siempre fruncía el ceño ante
el menor alboroto de los miembros más jóvenes de la familia, lo que provocaba escalofríos en Yuan.
Había pensado que WangJi era incluso más tenebroso que el abuelo, pero una vez que habían empezado
sus prácticas en Lan Pharma junto con JingYi, éste le había asegurado a Yuan que, aunque WangJi era
realmente estricto, no era tan malo. Pero claro, JingYi era un Lan. Yuan se fijó en que el reloj de la
muñeca de WangJi era el mismo que aparecía en el escaparate, el mismo que él había estado mirando:
una pieza elegante con correa de cuero azul marino.
—¡Oh, es el reloj de Lan WangJi!— Yuan señaló el escaparate. —Es muy cool.
—Bueno, es bonito, pero uh… Huh— Yuan se quedó mirando al hombre que ahora se dirigía al interior
de la tienda. De ninguna manera... Yuan entró tras él. Le estaba mostrando el reloj al dependiente;
—Para el joven.
—La-Lan WangJi, no puedo...— Yuan se congeló bajo la mirada inexpresiva de su primo. ¡Seguía
dando mucho miedo incluso cuando hacía algo como comprar un regalo!
—¡Por favor, es mucho más de lo que puedo aceptar, es demasiado!— Yuan siguió negándose con
determinación, aunque a estas alturas ya sabía que no había forma de decirle que no a Lan WangJi.
—No es demasiado. A-Yuan es familia de los Lan, puede presentarse en consecuencia.
Yuan se quedó callado. Derrotado, se inclinó desde la cintura ante Lan WangJi, que recibió su gesto con
gracia, imperturbable. El reloj estaba envuelto para regalo y WangJi se lo entregó a Yuan, quien lo aceptó
con ambas manos.
—Es un regalo de Navidad, así que ábrelo mañana por la mañana como Wei Ying ha dicho que es
costumbre.
—Sí.
Salieron de la tienda. Mientras tanto Wei Ying y Mianmian habían encontrado a JingYi y esperaban
afuera. Wei Ying los había estado observando desde detrás de la ventana. Sonrió a WangJi y le dio un
beso en la mejilla.
—¡Realmente no es necesario, Wei dàjiě!— JingYi se negó educadamente, pero estaba mucho más
dispuesto a aceptar un regalo que Yuan, así que fueron a comprarle un par de kicks nuevos.
Después de ir de compras, se dirigieron al bar de cócteles del hotel Waldorf-Astoria, en el Bund, por
sugerencia de WangJi. Mianmian acompañó a los internos con todas las compras de Wei Ying, ya que los
chicos acordaron llevarla después a casa de WangJi para que dejarlo todo con el concierge. Se sentaron
en el elegante bar y Wei Ying y Mianmian pidieron aperitivos mientras WangJi disfrutaba de un mocktail
artesanal, y como JingYi era el conductor y Yuan aún no podía beber hasta dentro de unas semanas,
tomaron lo mismo que WangJi. A Wei Ying le pareció muy linda la forma en que miraban a WangJi y
trataron de imitar su postura impecable, sus movimientos medidos mientras sorbía su bebida. Luego,
Mianmian le regaló chocolates belgas de lujo tanto a Wei Ying como a WangJi, y Wei Ying rechazó sus
disculpas por tratarse de un regalo demasiado humilde. Al cabo de un rato, un hombre trajeado se acercó
a su mesa. Llevaba una etiqueta con un título: gerente hotelero.
—¿Sí?
—Me complace comunicarle que acaba de quedar libre una mesa para dos en el Pelham. ¿Le hago
una reservación enseguida, como me había solicitado anteriormente?
—¿No tenías reservación?— preguntó Wei Ying cuando el encargado se hubo marchado.
WangJi había sacado su teléfono y estaba marcando. —Lo había intentado aquí al principio, pero
tenían todo reservado. Ahora cancelaré la otra reservación.
—¿Así que te presentas de todos modos y ellos se apresuran a hacer los preparativos para ti?— Wei
Ying sonrió.
—Tonterías.
—¡Persona muy importante Lan Zhan!— Wei Ying bromeó y pinchó a WangJi mientras se atendía su
llamada. Le frunció el ceño a Wei Ying, pero habló con toda tranquilidad por teléfono. Los internos no
dejaban de maravillarse de cómo Wei Ying podía seguir burlándose tan descaradamente de su gélido
primo, aunque ya se habían dado cuenta de que Wei dàjiē no era una novia cualquiera y que ella misma
era super cool; ella podía hacer eso.
Mianmian miró a Wei Ying con firmeza: —Esos sneakers ya están descartados. Wei Ying, ¿qué par te
traigo del coche?
—Por supuesto Mianmia-... Uh, Luo nǚshì —. JingYi se levantó con Mianmian y se fueron. JingYi le
abrió la puerta del coche y Mianmian rebuscó entre la docena de bolsos para los McQueen y un bolso de
mano más pequeño que se ajustaba mejor a la ocasión de una cena, cortando las etiquetas de precio con
las tijeras de emergencia que llevaba en el bolso. También sacó de su cómoda caja la compra más
preciada del día: una gargantilla con cinco hileras de diamantes finamente tallados que sumaban más de
veintitrés quilates.
Me pregunto... ¿Wangji va a añadirle un diamante más esta noche? Después de todo, la Navidad era un
día popular para el romance en China, y ahora que el restaurante elegido por WangJi había resultado ser
mucho más elegante de lo que se pensaba en un principio, Mianmian tenía un presentimiento. Se sintió
aliviada de que Wei Ying no tuviera que usar los sneakers, pero tenía otras opciones recién sacadas de la
estantería. Volvió y le dio a Wei Ying los tacones para que se los cambiara, y él cambió sutilmente el par
por debajo de la mesa. Era doloroso, pero Mianmian tenía razón y a Wei Ying le gustaban mucho, mucho
estos nuevos tacones. Entonces Mianmian se inclinó para susurrarle que la acompañara al baño de damas.
Wei Ying parpadeó sorprendido, pero la siguió. Dentro de las instalaciones sanitarias, Mianmian se
aseguró de que estaban solas antes de sacar la gargantilla y apresurarse a ponérsela a Wei Ying.
—¿Mian...?
—¿Sabes lo que esto puede significar?— Por encima de su hombro pudo ver cómo Wei Ying
parpadeaba confundido a través del espejo del tocador. Mianmian suspiró; —Wangji podría proponerte
matrimonio esta noche.
Wei Ying abrió los ojos de par en par y soltó una risita nerviosa, a punto de perder la voz, pero la arregló
rápidamente. Después de aclararse la garganta, dijo: —¿Qué te hace pensar eso?
—No puede ser. Lo reservó por capricho porque yo estaba haciendo un escándalo por no tener
nada especial en Navidad.
—Okay, puede ser, pero las señales están en el aire. No te asustes si se arrodilla.
Wei Ying resopló entre risas: —Lan Zhan... Hacer eso en público... ¡No me lo creeré hasta que lo
vea!—. ¿de verdad él lo haría...?
Volvieron, Wei Ying ya estaba todo glamoroso y WangJi estaba obviamente encantado de verlo con los
diamantes que le había comprado. Entonces llegó el momento de separarse: Wei Ying insistió en abrazar
también a Yuan y JingYi mientras les deseaba feliz Navidad, y ellos recibieron sus abrazos con las
mejillas coloradas. Mientras abrazaba a Mianmian ella le susurró:
—Buena suerte.
—...Sí. Para ser sincero, me habría bastado con un poco de hotpot—. Se rió en voz baja, cruzando los
tobillos bajo la mesa y haciendo rebotar el pie sin descanso, sorbiendo champán.
—No. Te has tomado tantas molestias para conseguirnos una mesa aquí y ya nos hemos sentado.
¿No sería raro que nos fuéramos ahora sin comer?
—Mm, está bien.— La voz de WangJi era suave, tranquilizadora. —¿Pido por ti?—, preguntó al ver
que se acercaba la camarera.
—De ninguna manera, me pedirás comida de conejo—. Wei Ying pidió la sopa y un filete a termino
medio, mientras que WangJi optó por bacalao. Por supuesto, todo estaba excelente, y Wei Ying se sintió
mejor después de hincarle el diente a un buen entrecot junto con una copa de tinto bien maridado. No
había ningún anillo en la copa de champán ni había ninguno escondido en su comida, aunque Wei Ying
no esperaba en absoluto que ese tipo de trucos fueran del estilo de WangJi. Wei Ying esperaba que
WangJi hubiera captado la idea, si es que había hecho planes de ese tipo: esta noche no, aquí no. El
propio WangJi parecía tranquilo y contento.
—Se ve incluso mejor en ti ahora—, dijo en voz baja y miró la gargantilla de Wei Ying. Wei Ying se
sonrojó y pasó con cuidado los dedos por encima de lo que sabía que eran piedras valoradas en cientos de
miles de dólares sobre su tráquea.
WangJi lo miró en silencio y Wei Ying sintió que le debía una explicación;
—Es precioso, no me malinterpretes, sólo que no... Quiero decir, ¿quién se merece esto?
—Hmm. Son sólo piedras. Wei Ying...— Las yemas de los dedos de WangJi tocaron la mano de Wei
Ying y sintió como si estuviera ardiendo, —Wei Ying se merece mucho más.
Lan Zhan...
—Pero quiero que los tenga de todos modos.— WangJi dijo en voz baja.
—Mm.— WangJi atrapó a la camarera con la mirada y ella le trajo la cuenta en una bandeja. WangJi
revisó la cuenta, siempre lo hacía, y puso su tarjeta en la bandeja para que se la llevaran e hicieran el
cobro.
—Perdona que esté siendo un poco tonto, sé que fui yo quien te incitó a reservar en un buen
restaurante, pero es que ha sido un día muy ajetreado, ya sabes...
—Está bien—. dijo Wangji cuando Wei Ying se interrumpió y volvió a acariciarle la mano con la punta
de los dedos. Un toque tan ligero, ¡pero que hacía que Wei Ying ardiera y lo anhelara tanto! No habían
podido estar en privado desde esta tarde. Habían pasado seis horas enteras. ¡Increíble! La camarera
regresó después de un rato, con aspecto algo incómodo mientras se inclinaba para decirle a WangJi:
A Wei Ying se le hundió el estómago y se quedó helado; ¿WangJi se había gastado todo su dinero? Pero
WangJi abrió tranquilamente su cartera y Wei Ying vio dentro toda una hilera de tarjetas negras, doradas
y platino. El hombre simplemente sacó la siguiente y se la entregó a la camarera;
—Toma.
—Gracias.
Condujeron a casa y Wei Ying se quitó los tacones ya en el vestíbulo, llevándolos hasta el ascensor
mientras WangJi tomaba sus bolsas de compras del consierge. No hablaron durante el trayecto, pero una
vez que la puerta de la casa de WangJi se cerró tras ellos, WangJi dejó caer las bolsas y estrechó a Wei
Ying en su abrazo, besándole el cabello.
—Bésame, gege...— Wei Ying habló, por fin capaz de soltar su voz femenina y se aferró a WangJi, quien
lo obedeció. Besándole los labios y abriéndole suavemente la boca —no es que se resistiera— WangJi
deslizó su lengua dentro de la boca de Wei Ying y fue recompensado con pequeños gemidos silenciosos.
Sus suaves manos acariciaron el cuello enjoyado de Wei Ying, rodeándolo con suavidad y palpando la
hilera de diamantes. Wei Ying se tensó, se estremeció de excitación y le devolvió el beso con más fuerza.
El pequeño sonido que escapó de sus labios hizo que WangJi gruñera en celo y le mordiera suavemente el
labio para obtener más, más sonidos...
La otra mano de WangJi se cerró completamente alrededor de su cuello, por encima de la gargantilla, y la
otra sujetó la nuca de Wei Ying, manteniéndolo inmóvil. Wei Ying podía sentir los veintitrés quilates
presionando lentamente contra la piel de su cuello. Confiaba plenamente en WangJi y le dejaba hacer lo
que quería. Fue algo apresurado, inesperado pero no inoportuno. Terminó casi demasiado pronto, cuando
WangJi aflojó el agarre y se inclinó aún más para mordisquear con sus dientes el cuello de Wei Ying,
chupando, mordiendo...
—¡Ah! Mmnh...!
—Nuevo collar para Wei Ying...— WangJi murmuró sombríamente y siguió chupando y mordiendo
alrededor de su cuello.
—Lan Zhan, llévame a la cama. No puedo soportar...— Wei Ying gimoteó. Wangji lo tomó en brazos
al estilo princesa y casi corriendo hasta el dormitorio, lo arrojó sobre la cama y se abalanzó sobre él como
una fiera, subiéndole el dobladillo y bajándole las medias mientras proseguía con su boca en el cuello de
Wei Ying. Wei Ying se retorcía y gemía débilmente, intentando empujar sus caderas contra WangJi, su
cuerpo suplicante. Finalmente, WangJi introdujo sus largos y delgados dedos en su interior,
encontrándolo casi listo desde antes.
Wangji lo provocó hasta que estuvo a punto de gritar de desesperación antes de quitarle por fin el resto de
la ropa, toda menos la gargantilla de diamantes, y penetrarlo. Wei Ying no duró mucho contra las caderas
de WangJi, estaba tan preparado, y se corrió con la polla frotándose entre su vientre y el de WangJi. Pero
WangJi lo mantuvo despierto hasta medianoche, haciéndole el amor una y otra vez como si nunca se
cansara, y Wei Ying siguió corriéndose hasta que estuvo hipersensible y se corrió en seco.
—Piedad, piedad Lan gege...— Pero pronto Wei Ying estaba demasiado cansado para suplicar.
Finalmente se acomodaron, acurrucados, y el último pensamiento coherente de Wei Ying fue que debía
desmaquillarse.
Wei Ying se despertó y sintió a WangJi cálido y sólido a sus espaldas, aún acurrucado contra él.
¡WangJi siempre dormía en la misma posición! ¡¿No había dormido entonces?! Wei Ying se preocupó y
se dio la vuelta con cuidado, pero encontró a su hombre durmiendo pacíficamente. Parecía tan...
contento. Sus pestañas eran como las pinceladas más delicadas contra su piel de jade y sus labios, finos
pero de forma romántica, tenían el tenue rosa de una peonía. Su cabello negro y sedoso caía por todas
partes, y a Wei Ying le dolía lo hermoso que era.
Mío. pensó Wei Ying. Tú también eres mío, Lan Zhan. Wei Ying se dio cuenta de que WangJi debía de
haberle quitado la gargantilla durante la noche, ya que descansaba sobre la mesita de noche. Wei Ying se
palpó el cuello pero no había nada, ninguna marca dolorosa. Lo comprobó desde la pantalla de su
teléfono...
Puaj. Tenía el maquillaje corrido, lo que le daba un aspecto desaliñado, y su cabello, con la coleta
deshecha, no estaba mejor. Alrededor de su cuello había una corona de chupetones oscuros, rojos y
azules como ciruelas.
¡Joder, Lan Zhan! ¡Cómo se supone que voy a ir a algún lugar de esta manera! Wei Ying intentó
levantarse de la cama, pero lo agarraron el brazo.
—¡Lan Zhan!— Wei Ying dijo con severidad, —¡Mira lo que hiciste! ¡Cómo voy a ir a algún lugar!
Tengo un aspecto horrible, tengo que ir a lavarme la cara.
WangJi parecía descontento, pero lo soltó. Wei Ying fue a lavarse e hidratarse la cara y se preocupó por
los evidentes chupetones. Tendría que preguntarle a Mianmian qué hacer. Dejó de peinarse por el
momento, ya lo arreglaría más tarde, así que solo se hizo un moño desordenado y volvió al dormitorio.
—¡No me digas que vas a volver a hacérmelo así! ¡Mi cuerpo no puede soportar otro de tus
ataques!— Wei Ying a pesar de todo se acercó a WangJi, aferrándose a él como una bardana. Estuvieron
callados un momento hasta que Wei Ying se dió cuenta de algo.
—¡Lan Zhan! Qué hora es, estás...— Wei Ying tomó su teléfono y lo comprobó: ¡casi las nueve de la
mañana! —¡¿Se supone que debes estar en el trabajo?!— Wei Ying también se dio cuenta de que era
25 de diciembre. WangJi no dijo nada mientras Wei Ying le miraba fijamente. —...¿Lan Zhan...?
—Más tarde.
—Más tarde, claro. ¡Oh, Feliz Navidad!— Wei Ying besó a WangJi junto a sus labios. —¡Le toca a
Didi hacerle un regalo a Gege!— Wei Ying saltó de la cama y fue al armario donde había escondido lo
que había comprado el otro día. Volvió de un salto y le entregó la bolsa a WangJi, y de allí sacó un
paquete duro de tamaño mediano, sutilmente envuelto con papel de seda rojo. WangJi sintió que era algo
pesado.
—¡Mm-m! Adelante.— Wei Ying se sentó de rodillas en la cama con las manos juntas, emocionado,
mientras WangJi retiraba con cuidado el envoltorio para revelar una caja roja... Las manos de WangJi se
detuvieron, luego se movieron para levantar la tapa; era un juego de té completo en porcelana roja,
pintado con los símbolos de la doble felicidad. Un juego de té de boda. WangJi se quedó mirando,
inmóvil a excepción por el movimiento de su nuez de Adán.
—No creo que la familia de tu novia nos compre esto, así que lo compró él mismo.
WangJi miró a Wei Ying, y éste lo miró a él. No hubo necesidad de decir nada hasta que WangJi rompió
el silencio:
Lentamente, WangJi bajó la mano hacia donde yacía su ropa desechada en el suelo desde la noche
anterior. Sacó algo pequeño del bolsillo de su saco y Wei Ying se quedó helado. Casi no se lo creía, ni
siquiera cuando WangJi abrió la cajita de terciopelo negro y se lo presentó: un diamante de dos quilates
en un anillo de oro blanco. Era precioso, no demasiado llamativo, pero sí digno de admiración. WangJi
no perdió el tiempo y tomó la mano derecha de Wei Ying, y estaba a punto de ponerle el anillo, pero Wei
Ying lo detuvo.
—No.
—...Oh, okay. ¿Y la pregunta?— ¡Wei Ying no podía creer que tuviera que guiar a WangJi en esto!
Pero WangJi parecía luchar. Sujetó con fuerza la muñeca de Wei Ying y miró desde el anillo y el dedo
hasta los ojos de Wei Ying. Parecía... ¿Asustado?
—Lan Zhan...— Wei Ying habló en voz baja y puso su mano izquierda sobre la de WangJi: —¿Quieres
casarte conmigo?
Su cálida sonrisa y sus ojos centelleantes... WangJi casi se olvidó de respirar. —...Sí. ¿Wei Ying... se
casará conmigo?
—¡Sí! ¡Sí, sí Lan Zhan, sí!— Wei Ying se lanzó sobre WangJi y lo besó desordenadamente, con una
alegría desbordante. WangJi le devolvió el beso, pero rápidamente desvió la mirada hacia sus manos y
con decisión deslizó el anillo en el dedo anular derecho de Wei Ying. Ambos lo miraron durante un
segundo antes de dejarse caer sobre la cama besándose. Wei Ying apenas se acordó de rescatar el juego
de té y dejarlo a un lado antes de que WangJi reclamara toda su atención. Se enredaron entre sí y
siguieron besándose y tocándose, sin saciarse nunca el uno del otro. El teléfono de WangJi sonó, pero lo
apagó.
—¿Gege se va a trabajar?
—Hoy no.
A última hora de la tarde, Wei Ying recordó por segunda vez qué día era. ¡Además del día de sus
compromiso, por supuesto!
—Debería ser temprano en la mañana en Estados Unidos, debería llamar a casa—. Wei Ying se
dejó caer en el sofá sin más ropa que una bata de baño. WangJi estaba igual, viniendo de la cocina con té.
—Llámalos—. Se sentó junto a Wei Ying, quien sacó su teléfono y le marcó a Jiang FengMian. Su padre
adoptivo contestó rápidamente:
—Resulta que aquí la Navidad no es para tanto, pero ayer hice algunas compras. Para los
regalos. — Mierda, todavía tengo que comprarle algo a los Jiang. —Hoy, eh, sólo he estado
relajándome. ¿Ya abriste los regalos?— Wei Ying extendió la mano y la giró, dejando que el diamante
captara la luz y brillara maravillosamente. Charlaron un rato sobre cómo habían ido las vacaciones en
casa de los Jiang y, aunque Wei Ying mantenía un tono alegre, empezaba a parecer un poco triste. —Sí, sí
a WangJi le va bien, aunque ha tenido que trabajar—. Dijo Wei Ying cuando FengMian le preguntó
cómo había estado su amigo.
—No. Yo...— Wei Ying miró a WangJi, que podía leer la tristeza en sus ojos, —Quiero decir, estoy
tan, tan contento de haber venido aquí. Ha sido realmente...— Wei Ying volvió a mirar el anillo de
compromiso que llevaba en el dedo: —...Increíble. Pero los echo de menos a todos y desearía estar
allí con ustedes también, ya saben, pasando unas Navidades como Dios manda.
—Nosotros también te echamos de menos, Wei Ying. Es un poco menos animado sin ti aquí, pero
me alegro de que te estés divirtiendo. Disfrútalo. Nos veremos pronto y entonces podrás contarnos
todo sobre Shanghai.
—Sí, no puedo esperar a contárselos...— Wei Ying de repente tuvo que respirar con dificultad mientras
se le hacía un nudo en la garganta, —...Todo sobre ello...
—¿Wei Ying? ¿Todo está bien?— FengMian sonaba tan amable que Wei Ying no pudo soportarlo.
Rompió a sollozar, a pesar de lo cual siguió adelante:
—Estoy un poco nostálgico, tío, eso es todo. Realmente te echo mucho de menos...
WangJi miró a Wei Ying con simpatía, poniéndole una mano en el brazo y Wei Ying puso la suya sobre la
de él.
—Sí—, Wei Ying resopló, —Gracias. Gee, no sabía que era tan sentimental, je...
—No te preocupes.
Wei Ying soltó una risita, sollozó y se secó los ojos, tragándose las lágrimas.
—Oh, okay...
—Hola Wei Ying, ¿Todo está bien?— YanLi sonaba muy preocupada.
—¡Hola YanLi! Sí, no lo sé, de repente me dio mucha nostalgia y lloré como un bebé estúpido,
¡jaja!—. Wei Ying intercambió unas palabras con YanLi y eso pareció animarlo.
—Cheng también te manda saludos—. dijo YanLi, y Wei Ying le dijo que le devolviera el saludo, y
luego ellos se engancharon con más 'Felices Navidades'.
Wei Ying colgó el teléfono. —Ojalá pudiera decirles... Que acabo de prometerme con el amor de mi
vida—. Volvía a ahogarse y WangJi lo abrazó. —Pero no creo que podamos decírselo nunca. No
porque sepan que soy gay, ¿qué más les da? No importa tanto porque no soy un Jiang. Pero...
—Pero soy el hijo de un sirviente y el hijo de alguien que no está afiliado al nombre de la familia. Y
sabes, eso podría haber sido una ventaja; no me enfrento a las mismas expectativas que Cheng. O
tú.
—Pero si supieran quién eres podrían averiguar, ya sabes, quién eres, y si se pusieran en contacto
con tu familia se acabaría todo.
—No se acabaría.
—¿Me pregunto si podría decirles que he encontrado a alguien y simplemente no decirles quién es?
No quiero que piensen que es alguien raro como, no sé, un asesino, o hacerles sentir que no confío
en ellos lo suficiente como para contarles mi vida, pero tal vez podría hacerles entender que es un
secreto que debo guardar.
—Oh Lan Zhan, creo que les simpatizarías. Bueno, les simpatizaste: YanLi pensó que eres
agradable y guapo y el tío FengMian dijo que eres un 'joven muy educado'—. Wei Ying se acurrucó
contra WangJi, sonriendo débilmente al recordar la vez que había invitado a cenar a su 'amigo'.
—Sí.— WangJi besó su frente. —Y los Jiang también lo son. Tu tío, tu hermana y tu hermano
claramente te aprecian. No te excluyas.
Wei Ying se quedó callado, pero las palabras de WangJi lo reconfortaron. Quería que los Jiang fueran su
familia, pero no poder compartir con ellos un momento importante de su vida no ayudaba a Wei Ying a
acercarlos, y eso le entristecía.
Quiero encontrar una manera... Para que Lan Zhan y yo seamos felices, juntos y con nuestras familias.
—¿Hola?
—Oh, bueno, uhm, verá, yo no soy de aquí, en realidad, y nunca he oído hablar de tal publicación.
¿Podría decirme cómo se llama?— Mianmian habló despacio, con la esperanza de entretener a la
periodista mientras buscaba rápidamente el nombre de la persona y del periódico al que representaba;
prensa amarillista. Noticias de celebridades. Basura.
Mianmian intentó pensar de dónde podía haber sacado la periodista su nombre, su número y su profesión.
Entonces recordó que había dado su tarjeta a aquella dependienta engreída. Había visto a WangJi entrar
en la tienda y probablemente se había dado cuenta de quién era la clienta de Mianmian.
Esa perra astuta... Qué poco profesional.
✨Notas de la autora✨
El otro look totalmente inocente de Wei Ying para visitar a sus familiares políticos:
https://imgur.com/a/ZZIA6My
—WangJi—, la voz de QiRen era grave y su rostro como una tormenta que se avecinaba, —¿Por qué tu
cuenta discrecional está vacía, tu tarjeta al límite?
—Esos son mis fondos personales, tío, soy libre de usarlos como quiera.
QiRen se burló, luciendo como si su sobrino acababa de escupirle en el té. —Si no sospechara otra
cosa, pensaría que te han estafado. Tal vez te estén estafando.
—No.— WangJi dijo con calma: —Yo autoricé esas transacciones. Por iniciativa propia.
—Lo dudo.
—No puedo cambiar tu opinión, así que la aceptaré—. Pero la voz de WangJi era como agua tranquila
y fría, y su rostro seguía inexpresivo.
Lan QiRen respiró profundamente. —Y lo más importante, ¿Por qué no viniste a trabajar ayer?
—Pido disculpas por descuidar mis obligaciones, no hay excusa—. WangJi se inclinó desde la cintura
y Lan QiRen lo dejó quedarse allí un rato hasta que:
—Levántate. Que no se repita—. Después de que WangJi se pusiera erguido, aún en silencio, Lan
QiRen suspiró: —Cuándo te volviste tan rebelde... No debí enviarte a América.
WangJi seguía sin decir nada. Finalmente, con un porte severo, Lan QiRen lo despidió:
—Vuelve al trabajo. Y deja de dejar que esa gallina picotee tus bienes, estás haciendo el ridículo.
—¿Qué...?— Wei Ying parpadeó, —...¡Ah, claro!— Wei Ying mostró su piedra. —¡Ha sucedido!
Mianmian lo tomó totalmente por sorpresa con un abrazo. —¡Felicidades! Tienes que contármelo todo
—, le dijo mientras se sentaban en una agradable cafetería de la antigua concesión francesa.
—¡Bueno, tenías razón; Lan Zhan iba a proponerme matrimonio en ese restaurante! Pero...— Wei
Ying hizo una pausa dramática, dejándola preguntar:
—¿Qué has hecho...?— Mianmian parecía horrorizada y entonces Wei Ying se apresuró a disipar sus
peores temores:
—Nada vergonzoso, sólo sentí... Ya sabes—, Wei Ying se inclinó más sobre la mesa de café y bajó la
voz, —me di cuenta de que no quería que ocurriera de ese modo, mientras tenía que fingir
esencialmente algunas partes de mí mismo porque estábamos en público.
—Insinué sutilmente que estaba cansada —lo cual no era mentira— así que nos fuimos a casa y...
—. Wei Ying respiró hondo y cerró los ojos, juntando las manos como si rezara. —No paró de darme
duro hasta dejarme sin sentido en toda la noche.
Mianmian se movió incómoda y miró a su alrededor, preocupada por si alguien más había oído el exceso
de información de Wei Ying y, efectivamente, desde la mesa de al lado un grupo de chicas las miraba de
forma extraña.
—¡Ab-so-lu-te-mente sin sentido como no te imaginas! No entiendo como ese hombre puede seguir
así una y otra vez...
— Lo entiendo. — Mianmian siseó, inclinándose más cerca de nuevo y tratando de ocultar su rostro de
los demás. —¿A pesar de que dijo que estaba cansado? ¿No es un poco egoísta?
—¡No! Reconozco que mi deber como esposa es satisfacer a mi marido—. Wei Ying movió el anillo
delante de la cara de Mianmian. Las chicas de la mesa de al lado se quedaron mirando. Empezaron a
susurrar entre ellas.
—Y entonces—, continuó Wei Ying, —¡por la mañana había faltado al trabajo para abrazarme y
luego me lo pidió! O, bueno...—. Wei Ying se rió suavemente: —Tuve que ayudarle un poco, porque
estaba totalmente asustado. Probablemente se sintió tan aliviado como yo de no tener que hacerlo
en público, no creo que hubiera podido hacerlo. Estaba tan nervioso, pobrecito, no pensé que
tuviera las agallas.
—Sí, WangJi no me parece alguien tímido... Tal vez detrás de su exterior frío sea una persona
sensible, ¿no crees?
—Es verdad. De todas formas, en realidad yo se lo pedí primero y luego a él le pareció bien hacerlo
también. Qué lindo, ¡Correcto! No era para nada lo que esperaba, supongo, pero no me sentí
incómodo, estaba tan feliz de que finalmente estuviera sucediendo.
Las chicas que estaban a su lado se levantaron, extrañamente silenciosas, y se marcharon mientras una de
ellas metía un boletín en el bolso. Mianmian reconoció el título de la publicación.
—...Espera—, dijo y se levantó, caminando hacia el revistero que tenía periódicos diarios gratuitos para
los clientes. Volvió con el boletín y no respondió a las preguntas de Wei Ying: '¿Qué es eso?', '¿Hay algo
más sobre mí?', hasta que hubo hojeado el periódico y encontró lo que buscaba;
—No iba a decírtelo si no salía nada, pero ayer me llamó un periodista. De este periódico—.
Mianmian se lo mostró a Wei Ying. —Creo que una vendedora del centro comercial les informó, le
había dado mi tarjeta.
—¿Pero qué...? Ella es muy valiente, ¿eh? Eso podría meterla en problemas.
—Quiero decir, sí, no fue muy amable de su parte, pero ¿cuánto crees que gana? Esa propina
probablemente le dio un buen bono de Navidad, y teniendo en cuenta que ella no me conoce y
probablemente piensa que soy sólo otra perra rica a la que se le puede bajar los humos, realmente
no puedo culparla por ser oportunista.
—Bueno, yo sí puedo, y si fuera por mí no ganaría nada después de esta temporada, ¡así que mejor
que disfrute de su 'bono'! También ha comprometido mi integridad profesional, no va a conseguir
ninguna camaradería de mi parte.
—Mianmian es aterradora.
Mianmian le arrojó el boletín a Wei Ying y se cruzó de brazos. —No es lo suficientemente aterrador;
aunque no le dije nada al reportero, se las arreglaron para hacer una pequeña historia de ello, pero
no es nada para ponerse nervioso. Velo tú mismo, página veinte.
Wei Ying tomó el periódico y abrió la página, leyendo el breve encabezamiento: 'El joven
multimillonario Lan WangJi visto de compras navideñas con su acompañante femenina en el centro
comercial Plaza 66'.
'...El personal del centro comercial dijo que el joven coheredero del exitoso negocio de su familia (Lan
Pharma) debió de gastarse una 'extraorbitante' suma de dinero para comprar regalos de Navidad,
aparentemente para su misteriosa acompañante. ¡Chica afortunada! Se ha especulado mucho sobre el
nombre, la identidad e incluso la nacionalidad de la joven belleza desde que llegó a Shanghai el sábado
pasado con Lan WangJi, mientras éste regresaba de un viaje de negocios a Estados Unidos'. Adjunta
había una foto de ellos, Wei Ying, WangJi y al fondo Mianmian y los pasantes, paseando por un centro
comercial con sus bolsas. Parecía una foto tomada con el teléfono. Realmente no estabas a salvo en
ningún lugar cuando eras una persona de interés... y ahora el rostro de Wei Ying estaba a la vista de
todos.
—Es la misma mierda—. Wei Ying dijo, pero se sintió un poco vulnerable al ver su rostro revelado a
todos en un periódico.
—No insinué que no lo estuviera, sólo decía; nunca se sabe quién está mirando.
—¡No puedo creer que estés interponiendo una zapatilla entre nuestra amistad!— Wei Ying se llevó
la mano al corazón dramáticamente.
Mianmian suspiró.
Wei Ying no consideró necesario mencionarle algo tan estúpido a WangJi. Wei Ying regresó a casa y
encontró a su prometido — ¡su prometido! — esperándolo allí. WangJi había preparado la cena y tenía un
aspecto maravillosamente doméstico con un cárdigan azul marino, pantalones chinos y un delantal.
—...Bienvenido a casa—. Dijo WangJi tras darse cuenta de que Wei Ying se había quedado mirándolo
silenciosamente desde el pasillo. La vista siempre era un pequeño sueño hecho realidad para Wei Ying.
—Hola esposa—. Dijo Wei Ying y abrazó a WangJi por detrás. La cintura de WangJi se veía bien con el
delantal ceñido y Wei Ying rozó con sus manos su curva.
Desde detrás de él, Wei Ying vio que las orejas de WangJi se estaban poniendo rosadas.
Se sentaron a comer y Wei Ying respetó el silencio que los Lan practicaban cuando comían con los suyos
en casa. Wei Ying acabó interiorizando que eso significaba que WangJi realmente lo consideraba como
parte de la familia, ya que la costumbre no se aplicaba si en la mesa había personas que no eran Lan y
querían conversar, como los Wen. Después de cenar, Wei Ying tuvo que eligiar la cocina de WangJi:
—¡Esta carne de cerdo estaba tan dulce que era como comer un caramelo! Gege realmente se
superó a sí mismo esta vez, ¡estoy tan orgulloso de él!
—¡Sí, por favor! Mima a tu mujer—. Wei Ying empezó a ayudar a WangJi a levantar los platos cuando
WangJi dijo:
—Ha llamado la abuela Wen. Me ha preguntado si estarías disponible el viernes; nos ha invitado a
mis tías abuelas, a mí y a XiChen a comer en casa de ella y del tío QiRen y quiere que vayas
temprano para ayudarla a cocinar.
—Esto es bueno—, se entusiasmó Wei Ying mientras seleccionaba el número de la abuela de WangJi, —
Puedo impresionar a tu familia con mi cocina, incluso el tío QiRen... ¡Oh hola tía Wen! ¡Soy Wei
Ying!— Wei Ying charló un rato con la abuela de WangJi y acordaron que iría a su casa el viernes por la
tarde para cocinar con ella. Así, Wei Ying conocería a más familia: las tías abuelas, matriarcas de la otra
línea Lan y las Wen, bisabuelas de Lan JingYi y Wen Yuan. Wei Ying debería comportarse lo mejor
posible, también para ganarse el favor de la madre de Lan QiRen. Será mejor que baje el dobladillo.
Lan Zhan lo miró con calma, —Si Wei Ying está listo.
Al día siguiente, Wei Ying y Mianmian fueron a Shanghai Disneyland. No habían hecho más compras, a
excepción de recuerdos:
—¿No es YanLi demasiado mayor para Minnie?— preguntó Mianmian mientras Wei Ying llevaba
hacia la caja un peluche de Minnie Mouse exclusivo del Shanghai Disney Resort.
—Tal vez lo hacía cuando tenía seis años, ¿no le comprarás algo que querría una mujer adulta?
—¡Le compré esa fragancia, pero esto es algo especial!— Wei Ying abrazó a la Minnie contra su
pecho y mantuvo su elección. —Además—, Wei Ying miró lo que llevaba Mianmian, —¿qué hay de ti
y Daisy?
Mianmian se sonrojó y trató de ocultar su colección de artículos de la Pata Daisy. Ambos salieron de la
tienda con orejas de Minnie en la cabeza y más mercancía costosa de lo que pretendían.
—¡Hey, vamos a tomarnos una linda foto para Lan Zhan! ¡Vamos, chicos! ¡A-JingYi también!
¡Foto de grupo!
—Soy demasiado mayor para esto...— protestó JingYi mientras Wei Ying le ponía las orejas de Mickey
que había comprado para los chicos. Ambos pasantes estaban allí, JingYi había recibido el encargo de
WangJi de seguir siendo el chófer y guía de las 'chicas' durante el tiempo que permanecieran en
Shanghai, aunque a estas alturas también estaban acostumbrados a ser perseguidas por un guardaespaldas
cada vez que salían. Sin embargo, el hombre era excepcionalmente discreto y olvidaban fácilmente su
presencia. Yuan los había acompañado después de su horario de oficina, después de decirles felizmente
que su supervisor por fin le había asignado hoy tareas de mayor responsabilidad, haciéndolo trabajar
como parte de un equipo de ventas. Wei Ying no había dicho nada más que felicitaciones, pero sonrió y
pensó en WangJi: debía de haber hablado con el supervisor de Yuan el día anterior. Yuan llevaba el reloj
que WangJi le había comprado como regalo de Navidad y se lo ajustaba o tocaba a menudo.
—¡Muy bien todo el mundo, pongan una cara linda! Buen señor detrás de nosotros, por favor,
¡danos una V de victoria!— dijo Wei Ying una vez que tuvo a todos en la foto y llamó a su sombra
silenciosa antes de que él hubiera conseguido irse. El guardaespaldas pareció ligeramente sorprendido de
que Wei Ying lo hubiera captado descaradamente con la cámara, pero después de ponerse las gafas de sol
formó una V con los dedos en el fondo. Wei Ying le envió la foto a WangJi, que al cabo de un rato
respondió simplemente con un corazón. Wei Ying chilló y se puso a dar saltitos en la fila de la atracción.
Wei Ying tomó muchas fotos ese día porque le encantaba Disneylandia, estaba contento con su aspecto y
quería tener recuerdos de él y Mianmian juntos allí. Guardaría esas fotos sólo para él, como recuerdo.
Obviamente, la noticia del compromiso de Wei Ying con WangJi no había pasado desapercibida para los
pasantes; el anillo era lo bastante grande como para llamar la atención incluso del distraído JingYi.
Ambos se emocionaron a su vez y lo felicitaron.
—Eh... Sólo llámame hermana mayor por ahora—. ¡Quiero ser 'hermana mayor', por un poco más!
—Estaría feliz de tener a Wei dàjiē como familia.— Yuan había dicho: —Ella parece perfecta para
Lan WangJi. Estoy seguro de que serán muy felices juntos.
—¡Oh, cariño...!— Wei Ying no pudo evitarlo, ¡tuvo que darle un abrazo al dulce A-Yuan por eso! Los
pasantes empezaban a sentirse cómodos con la fisicalidad de su tía americana.
Mianmian no había estado ociosa y cuando se enteró de la cena de la abuela Wen tenía un plan:
—¿Qué pasó con todo lo 'sexy'?— se preguntó Wei Ying en voz alta ante un espejo. —Parezco una...
no sé, ¿un ama de casa de los cincuenta que se encuentra con una niña victoriana?
—¿Quieres verte 'sexy' para las tías? Además, el vestido es de Miu Miu, y es lindo.
Era un vestido de dobladillo recto hasta la rodilla con estampado de cuadros rosa-marrón y manga corta y
cuello plano blanco con un pequeño lazo negro. Como calzado llevaba unas bailarinas negras de conejito
de Minna Parikka, que le encantaban con sus orejitas de conejo en la parte delantera, y además eran
cómodas, ¡sin tacón! Llevaba el cabello recogido en un moño alto con pequeñas trenzas francesas a los
lados, pero el flequillo le enmarcaba el rostro como de costumbre. Maquillaje nude con brillo de labios
rosa claro. Tenía un aspecto adorable. No era sexy —sexy, pero Wei Ying seguía retorciéndose ante el
espejo pensando que WangJi lo vería así, todo lindo e inocente... Wei Ying se movió, diciéndole a su
erección que desapareciera porque estaba cómodamente arropada.
Gege... ¿Qué le harías a Didi así? ...¡No, basta! ¡Pero no podía dejar de pensar en cosas traviesas!
Finalmente Wei Ying llamó a JingYi y le pidió que fuera a recogerlo. JingYi lo llevó en coche a un
tranquilo y verde vecindario residencial de los suburbios de Shanghai, donde vivía la abuela Wen con
Lan QiRen en su casa.
—¿La tía Wen da mucho miedo como su sobrino?— preguntó JingYi, refiriéndose por supuesto a Wen
RuoHan.
Wei Ying asintió, guiñando un ojo y enseñando el anillo. —Él tiene ojos en la cabeza, ¿verdad?
JingYi estaba desconcertado por la falta de respeto de Wei Ying hacia el presidente, esencialmente el
líder del clan de la familia debido a su estatus. JingYi sabía desde que la hermana mayor apareció en
Shanghai que todo cambiaría para los Lan. ¡Qué emocionante!
JingYi condujo hasta una puerta vigilada, bajó la ventanilla para indicar sus asuntos y le entregó al
guardia sus pasaportes. Por supuesto, el director de Lan Pharma viviría en una comunidad cerrada, pensó
Wei Ying. Después de un breve control de seguridad, los dejaron pasar. La zona estaba llena de
mansiones de piedra de estilo colonial francés con amplios jardines y piscinas, y las calles y bulevares
estaban ajardinados artificialmente, pacíficas pero carentes de la vivacidad de la ciudad exterior. JingYi
condujo hasta el patio de una de esas grandes mansiones. El patio tenía un jardín de estilo chino
tradicional con un estanque y un pequeño pabellón. Parecía mucho más acogedor que algunos de los
céspedes estériles por los que habían pasado, pero aún así no dejaba de ser desalentador. Wei Ying había
visitado una casa como esta una vez, cuando FengMian los había llevado a él y a sus hermanos a una
barbacoa en casa de un socio, pero, aparte de como invitado, Wei Ying sabía que no tenía nada que hacer
en una residencia como esta. Los Jiang vivían cómodamente en una buena zona, pero su casa adosada no
era así.
¿Podría vivir en un lugar así con Lan Zhan? pensó, pero en última instancia no le importaba si su casa
era grande o pequeña mientras vivieran juntos en ella. Aunque no le gustaría vivir detrás de un portón,
Wei Ying quería sentir que formaba parte de una comunidad viva, que respiraba. Casi echaba de menos el
caos, el filo, la acogedora suciedad urbana del centro de Nueva York. ¿Dónde estaba el simpático
vagabundo local? ¿Los puestos callejeros de comida de dudosa higiene? ¿La siempre cambiante galería
de grafitis? ¿Los músicos callejeros? Desde hacía unos años ése había sido su hogar, y antes los
suburbios de Brooklyn, que también eran bastante animados, y aunque Wei Ying preferiría vivir en un
lugar donde la gente tuviera tiempo de saludarse, sentía un poco de nostalgia al contemplar esas casas
solitarias y grandes.
Una casita en un pequeño pueblo del campo sería el sueño... ¡Amigo, me estoy haciendo viejo! Estoy
listo para sentar cabeza. Con una familia...
Wei Ying abrió la puerta del coche y se preparó para luchar por el sueño.
—¡Buena suerte, hermana mayor, y gracias de nuevo por los consejos de conducción!— Dijo JingYi.
—¡No hay de qué! A-JingYi, ¡pórtate bien! Saluda a A-Yuan si lo ves en la oficina.
—¡Lo haré!
Wei Ying se dirigió a la gran entrada mientras JingYi se alejaba. Tocó el timbre cuando de repente
escuchó un sonido espeluznante... Una sirvienta le abrió y le dio la bienvenida al interior, pero detrás de
ella había dos pequeños perros malteses blancos, ladrando y moviendo la cola. El primer instinto de Wei
Ying fue gritar y salir corriendo, pero su riguroso entrenamiento de la voz había calado lo suficiente en su
subconsciente como para que, incluso a través del horror, su cerebro le dijera que no lo hiciera, porque no
podría mantener su voz femenina si lo hacía. Así que simplemente se dio la vuelta y huyó, corriendo
escaleras abajo. Pero los perros, que probablemente pensaban que era un juego, dieron unos golpecitos
con sus patitas por el porche de baldosas, lo alcanzaron y empezaron a saltar sobre él mientras ladraban.
Wei Ying se quedó paralizado en su lugar, cubriéndose la cara e hiperventilando, presa del pánico. Sus
pequeñas garras le arañaban las espinillas desnudas, sus estridentes ladridos le taladraban los oídos...
—¡Lo siento mucho, señorita! Vuelve aquí, tú...—, la sirvienta agarró a los perros por los collares y los
apartó de Wei Ying.
—¿Qué demonios está pasando aquí?—, exclamó una profunda voz femenina que Wei Ying no
reconoció. —¿Estás bien?
Una vez que se llevaron a los perros, Wei Ying pudo empezar a serenarse, pero sólo el miedo a perder su
tapadera, por encima del miedo a los perros, que pudo reunir suficiente control para producir su voz
femenina:
—Lo siento, simplemente me dan miedo los perros, cualquier tipo de perro...— La voz de Wei Ying
era aún más aguda y femenina, delicada y frágil mientras su garganta se contraía por el miedo. Miró con
cuidado por entre sus dedos y vio a una madame robusta que se agachaba para recoger a una de las
bestias.
¡No me importa si son amenazadores o no! Wei Ying se obligó a caminar de vuelta a la puerta,
agradecido de que la señora empujara a los perros hacia la sirvienta y le dijera que los metiera en alguna
habitación. Sentía las piernas temblorosas y débiles, pero volvió a subir los escalones y forzó una sonrisa
de disculpa.
—Lo siento, me sorprendió...— Sueno como una niñita patética... Wei Ying seguía sin poder relajar la
voz para volver a la 'normalidad'.
—¡Está bien, está bien!— La madam tenía una voz fuerte y alta acorde con su gran estatura. Se presentó
como Madam Wen. Así que ella era la madre de Wen Ruohan, viuda del hermano de la abuela de WangJi;
el tío abuelo Wen, que había ayudado a Lan Pharma durante la difícil economía del siglo pasado con sus
consejos e inversiones. Wei Ying tuvo que volver a poner rápidamente la cabeza en su sitio: La madam
parecía estar bien, pero ¿de qué lado estaba en la política de la empresa y cómo afectaría eso a su
posición hacia Wei Ying?
Los ojos de Madam Wen se clavaron en el gran diamante del dedo anular de Wei Ying,
—La tía Wen tampoco lo sabe todavía, en realidad. Esto es una novedad.
—¡¿Por todos los cielos, de verdad?! ¡Entonces debemos entrar y decírselo de inmediato! ¡Vamos,
vamos ahora!— Condujo a Wei Ying desde el vestíbulo hasta la sala de estar, aunque el término
'recibidor' le vino más bien a la mente: el techo era alto y las ventanas de paneles arqueadas, con
elegantes y pesadas cortinas de color azul claro; había uno moderno pero grandioso candelabro y un
enorme espejo de plata sobre la repisa de la chimenea de mármol blanco. Un par de enormes jarrones
blancos y azules de la dinastía Qing. Y en el centro, en un sofá, estaban sentadas otras dos damas
mayores: la delgada y elegante abuela Wen y una anciana pequeña, de la que Wei Ying podía deducir que
había sido una auténtica belleza en su juventud, pero que ahora parecía más bien frágil.
—La pobre niña se asustó de los perros—. Madam Wen volvió a sentarse a la izquierda de la anfitriona
y recogió su té. Ahora, sentadas una al lado de la otra, las tres matriarcas miraban a Wei Ying como si
fueran el jurado de un concurso de talentos, cada una sorbiendo su té. A Wei Ying aún no le habían dicho
que se sentara, así que se limitó a quedarse allí de pie como si fuera a ser juzgado. De repente,
hiperconsciente de sus manos ociosas, se las llevó a la espalda para ponerlas en algún sitio.
—Oh querida—, la abuela Wen miró a Wei Ying con cierta preocupación, —¡Pero si son unos perros
tan pequeños!— Sus ojos se habían posado en el anillo antes de que desapareciera detrás de la espalda
de Wei Ying.
—No es culpa de ellos— gracias a Dios que su voz había regresado —Sólo tuve una mala experiencia
con un perro cuando era niña. Lamento haber causado una escena—. Con el debido respeto: ¡que se
jodan esos estúpidos perros!
—Oh, pobrecita, no pasa nada—, sonrió la abuela Wen. Procedió a presentar a las otras dos damas y
efectivamente eran las tías abuelas de WangJi.
—Oh, ya nos conocemos—. Dijo Madam Wen, riendo entre dientes —parecía una mujer bastante
escandalosa. —¿Así que tú eres Wei Ying? ¿La prometida de Lan WangJi?
—Así que mis viejos ojos no me engañaron— dijo la abuela Wen, —¿Podemos ver el anillo?
Wei Ying dio un paso adelante y extendió la mano para que las tres pudieran ver bien su diamante.
—Creo que es acorde con el estilo de Lan WangJi, y de hecho con el estilo Lan; no son conocidos
por su exuberancia, sino más bien por su sutil elegancia—, dijo Madam Lan.
—¿Cuándo ocurrió esto?—, preguntó la abuela Wen, tomando la mano de Wei Ying con suavidad para
tocar con el pulgar el anillo.
—Ese chico sí que es un Lan; ¡sin sentido de la valentía!—, dijo Madam Wen.
—Bueno, felicidades Wei Ying—, dijo tranquilamente la abuela Lan, soltándole la mano, y Wei Ying no
pudo leer entre líneas.
—Ahora que sabemos que Lan WangJi por fin ha encontrado una mujer, ¡Vamos a echarle un
buen vistazo!— Hizo girar el dedo para indicar a Wei Ying que se diera la vuelta. Sin saber qué más
debía hacer, Wei Ying giró lentamente hacia las tías, sintiéndose como una vaca en un mercado de
ganado.
—¡Ella es muy alta, verdad! ¿Cómo se dice, 'todo es más grande en América'?
Es usted muy habladora, madam. pensó Wei Ying, aunque probablemente sólo se refería a su altura —o a
sus anchos hombros. Wei Ying era bastante larguirucho a pesar de sus esfuerzos.
—Efectivamente, pero querida—, Madam Wen se inclinó para dirigirse a Wei Ying, —no estaría de
más ganar algo de peso antes de pensar en tener hijos.
—Me gustan mucho los zapatos de Wei Ying—, dijo suavemente la pequeña Madam Lan y sonrió a
Wei Ying, cambiando felizmente de tema.
—¡Gracias tía!— Wei Ying se aferró a sus palabras amistosas, devolviéndole una sonrisa radiante.
—Bueno—, dijo autoritariamente la abuela Wen, —Wei Ying, como puedes ver las tres somos como
hermanas, y por eso nos apreciamos mutuamente, y a la prosperidad de toda la familia.
Así que tengo que conseguir que tres de tres, todas ustedes, me aprueben, lo tengo.
—Disfrutamos cocinando juntas para la familia, ¿te unirías a nosotros en la cocina hoy?
—¡Sería un honor cocinar con las tías!— Wei Ying estaba siendo todo lo agradable que podía, pero por
suerte el encanto le salía de forma natural. —Por favor, enséñame para que pueda contárselo a mi
abuela en casa: ¡He aprendido de los mejores de Shanghai!—, e hizo una reverencia como ante un
maestro.
Madam Wen dejo escapar una risita con sinceridad: —¡No es tan encantadora!
Wei Ying se sentó y sació la curiosidad de las tías, asegurándose de elogiar su ciudad natal en todo
momento, aunque Madam Wen era del Norte, como lo había sido su difunto marido antes de trasladarse
al Sur por motivos de trabajo. De hecho, Wei Ying reconoció que hablaba con el mismo acento de
mandarín que su hijo Wen RuoHan, un acento más estándar de Beijing al que el propio acento de Wei
Ying se acercaba más, a diferencia del suave acento sureño de los Lan y de la mayoría de los demás
nativos de Shanghái. Madam Wen no ocultó su curiosidad y no tardó en preguntarle cómo había conocido
Wei Ying a WangJi, así que Wei Ying le dio la bien—practicada familiar—versión amigable, en la que él
definitivamente no estaba cagado de miedo en una cena patrocinada por una gran farmacéutica para
estudiantes de medicina a la que WangJi también había sido invitado. Wei Ying sólo había ido a la cena
del patrocinador por la comida y la bebida gratis, por supuesto, y su buen rato había ofendido
personalmente a WangJi por alguna razón. Wei Ying coqueteó descaradamente con él y le preguntó si
quería su número. WangJi se convenció en el acto de que se trataba de un asunto de negocios e
intercambiaron los números. WangJi le había llamado dos semanas después, sin poder quitarse a Wei
Ying de la cabeza, y Wei Ying, sin recordar bien su nombre ni su voz, había dicho 'no, gracias', pensando
que el hombre intentaba venderle algo. Wei Ying se enteraría mucho más tarde de que esto había
disgustado a WangJi más de lo que debería haberlo hecho una llamada de negocios rechazada; ¡Él ya
había estado profundamente interesado! Podría haber sido el final, pero el trabajo de WangJi lo había
llevado a pasar bastante tiempo en la escuela de Wei Ying, así que se encontraron allí repetidamente.
Finalmente, Wei Ying se acordó del 'guapo gege' de la cena y WangJi se enteró de que Wei Ying no era
más que un estudiante y que, desde luego, no estaba en condiciones de hacer negocios con él en ningún
momento... De todas formas, WangJi no era quien para hacer negocios, ¡pero hizo una excepción!
Después de meses de molestarlo, Wei Ying había invitado a salir a WangJi 'como una broma' y, para
sorpresa de ambos, WangJi había dicho que sí. Wei Ying había vuelto a comprobar que WangJi no
pensaba que se trataba de un asunto de negocios cuando salían del bar: 'No'. Bueno, WangJi realmente no
debería beber, porque el hombre había empezado a arrastrar a Wei Ying a un taxi con él, 'para que
volviera a casa con él'. Wei Ying se había asustado totalmente y se había negado, haciendo que los
transeúntes le preguntaran si el hombre lo estaba acosando. Incómodo. Así que Wei Ying no había
seguido a WangJi a casa después de la primera cita y, al parecer, WangJi ni siquiera recordaba habérselo
pedido a la mañana siguiente, pero tuvieron una segunda cita, luego una tercera…Wei Ying había tenido
miedo de dar el primer paso, ya que WangJi realmente, realmente le gustaba, pero siguió bromeando y
coqueteando hasta que WangJi no pudo aguantar más y lo inmovilizó contra un árbol en Central Park,
besándolo tontamente. WangJi podría haberlo tomado allí mismo si hubiera estado cerca, pero Wei Ying
no quería tener astillas en su primera vez, así que le suplicó que fuera más despacio, declarando su
virginidad. Resultó que WangJi lo había considerado la bicicleta del pueblo por todo su coqueteo y
juerga, lo que explicaba todos los celos. Así que WangJi lo había llevado a casa y lo había tomado con
delicadeza, lo había tomado bien y apropiadamente y lo había tomado con rudeza. Y eso era todo, en
realidad: eran pareja. Pero esa no fue la versión de las tías.
—¿Así que estudias medicina? ¿Qué clase de doctora serás?—, preguntó Madam Lan.
—Una buena—. Wei Ying soltó una risita, pero en vez de decirles la verdad dijo: —Me han dicho que
me iría bien en pediatría, y es verdad que me gusta trabajar con niños—. Pero me gusta más
trabajar con los muertos. Sin embargo, no les dijo a las tías que quería ser patólogo, pero tampoco fue
una mentira lo que dijo.
Terminaron el té y se dirigieron a la cocina. Era grande y estaba bien equipada, pero Wei Ying era una
persona autodeterminada y pronto supo dónde estaba cada cosa y tomó la iniciativa en la preparación una
vez que la abuela Wen hubo dicho lo que iban a preparar: sopa de remolacha, cangrejo al vapor, sopa con
dumplings, fideos dan dan, pato, y luego servirían jalea de hierba de postre —una de las favoritas de Lan.
Wei Ying se encargó de los fideos Dan Dan, ya que antes había presumido de que eran su especialidad,
pero no se preocupó demasiado por ello — lo lograría.
—¿Has hecho alguna vez sopa con dumplings?—, preguntó la abuela Wen.
A ella le gustó su actitud. Hicieron los dumplings todos juntos, sentados alrededor de la mesa de la
cocina para rellenar las cáscaras con la sopa gelatinizada, y Wei Ying los escuchó chismeorrear sobre
otras familias:
—Los Jin han adquirido recientemente otra marca de moda en su gama, ¿te has enterado?—, dijo
la abuela Wen.
—Por todos los cielos, pronto será imposible vestir cualquier marca nacional sin que ese engreído
de Jin GuangShan te mire y te diga: '¡ah, gracias por tu apoyo!' —se quejó Madam Wen.
—Pero Jin Guangshan es un vendedor extremadamente bueno, y su arduo trabajo puede verse
recompensado todavía. Mientras tanto, la familia Nie parece hacer crecer su negocio año tras año
sin esfuerzo alguno. Es un buen momento para que el joven Nie MingJue empiece a dar un paso
adelante.
—Es la creciente clase media, querida—, explicó la abuela Wen a Madam Lan, —Cada vez más
consumidores nacionales pueden permitirse comer carne por lo que la demanda sigue aumentando,
todo lo que Nie MingJue tendrá que hacer es lo que sus antepasados han hecho siempre.
—Incluso si aún no ha ascendido a un puesto de alto nivel dentro del negocio, dudo que Nie
MingJue maneje personalmente el cuchillo de carnicero tampoco...
—¡Yo no estaría tan segura!— exclamó Madam Wen, —¿Has visto su físico? ¡Parece como si él
personalmente luchara con el ganado todo el camino hasta meterlo en la lata!
—Si tan solo estos líderes empresariales de hoy en día fueran tan prácticos en lugar de limitarse a
sentarse detrás de sus escritorios. Lo que diferencia a cada una de estas familias, y a la nuestra, es
lo involucrados que están los líderes, gracias a que sus familias han construido sus empresas a lo
largo de generaciones; no han perdido la visión de sus antepasados, y esa es la clave de nuestros
éxitos continuos.
—¿No es cierto?—, coincidió Madam Lan. —Todos los Lan han estudiado también algún nivel de
medicina tradicional china, además de comercio.
—¿Es suficiente si uno se casa con una doctora?— preguntó astutamente Madam Wen y miró a Wei
Ying.
—WangJi tiene mucho conocimiento sobre la medicina tradicional—. Dijo Wei Ying mientras se
esforzaba por hacer unos dumplings bonitos y presentables. —Me ha ayudado a curar la tos con té de
crisantemo, por ejemplo. Es muy bueno.
—¿Y Wei Ying, como doctora en medicina occidental, aprecia la medicina tradicional china?—,
preguntó Madam Lan.
—Creo que vale la pena poner en práctica todas las teorías y ver qué da mejores resultados; así es
la ciencia. Si funciona, la utilizaré. Adoptar posturas ideológicas en estos asuntos es simplemente
una tontería.
—No es sólo una cara bonita; ¡Xiǎo mèimei tiene un cerebro en esa cabeza suya!
¿Por qué Madam Wen tiene que sonar tan sorprendida al respecto ...?
Una vez preparados los dumplings, se ocuparon de sus respectivas tareas en la cocina, pero antes de
empezar con los fideos, Wei Ying fue a ver a la abuela Wen para que empezara a preparar la sopa de
remolacha;
—Lan Zhan...— Wei Ying empezó pero se acordó de sí mismo, sin embargo la abuela Wen lo miró con
neutralidad, no parecía importarle que llamara a su nieto por su nombre de nacimiento, así que Wei Ying
continuó: —A él le gusta este platillo, lo hace a menudo.
—Sí. Él creció con esto, igual que tú creciste con la sopa de costilla de cerdo y raíz de loto de tu
abuela. Solía ser un capricho para los chicos, porque los Lan no suelen comer carne roja, pero éste
era el único platillo con el que comían ternera cuando su abuela Wen se lo preparaba.
—Si Lan Zhan creció con la receta de su abuela, me gustaría aprender a hacerla de ella. Así
siempre podré hacer feliz a Lan Zhan y recordar a su abuela con ella.
La abuela Wen sonrió cálidamente y accedió a enseñarle los secretos de la sopa de remolacha al estilo de
Shanghai. Wei Ying no era una persona calculadora y su deseo era sincero, pero tenía que admitir que
probablemente acababa de ganar muchos puntos con la abuela Wen.
Cuando todos los platillos empezaban a estar listos fueron llegando uno a uno el resto de los Lan: El
primero fue XiChen, quien se acercó a saludar a su abuela, a sus tías y a Wei Ying antes de que lo
echaran de la cocina, no sin antes darle a Wei Ying su más sincera felicitación por su compromiso. Sin
embargo, él ya lo sabía; WangJi se lo había dicho antes en el trabajo. Mientras lo echaban de la cocina,
Wei Ying le sacó un trozo de pato del plato con un guiño y XiChen lo aceptó con una sonrisita,
llevándoselo a la boca, pero Madam Wen lo atrapó y lo golpeó juguetonamente con un paño de cocina;
—¡Qué travieso!
Wei Ying se tapó la boca para ocultar su sonrisa. ¡Ahora incluso estaba metiendo a Lan XiChen en
problemas! Después llegó Lan QiRen, que regresaba a casa del trabajo. Los saludó brevemente desde la
puerta y fue a cambiarse la ropa de oficina. No sé había dado cuenta del anillo en el dedo de Wei Ying.
—Wei Ying—, la abuela Wen le tendió una bandeja con un pequeño tazón de caldo de la sopa de
remolacha. —Sube las escaleras y dale una muestra a QiRen, pregúntale si le gusta. Segunda puerta
a la izquierda.
Wei Ying aceptó la bandeja y la misión. —Sí, tía—. Se dirigió al vestíbulo y subió por la escalera de
caracol y se dirigió a la puerta de Lan QiRen. Dio un golpe;
—¿Lan xiānsheng?
Al cabo de un rato, Lan QiRen fue a abrir la puerta. Se había cambiado el traje por un polo blanco más
informal y una americana azul, luciendo todavía elegante, como si fuera a comer a un restaurante y no a
su propia casa, pero claro, tenían invitados.
—¿Sí?
¡Qué severo, tío! Wei Ying sonrió con absoluta dulzura y le presentó el tazón de caldo: —Hemos hecho
sopa de remolacha, ¿quiere probarla el tío para ver si está buena?
—...Sí, Lan xiānsheng.— ¡Viejo! ¡¿No nos conocemos ya, por qué tengo que ser todo 'señor sí señor'
contigo?! Pero Wei Ying mantuvo un porte humilde mientras Lan QiRen le quitaba la bandeja con un
cortante agradecimiento y cerraba la puerta en las narices de Wei Ying. ¡Se había dado cuenta del anillo,
sus ojos se habían posado en él, pero no lo había reconocido de ninguna manera! Wei Ying volvió abajo,
preocupado, pero entonces vio a WangJi entrar en el vestíbulo y a la sirvienta apresurarse a ayudarle a
quitarse el saco.
—¡Lan Zhan!— Wei Ying chilló y bajó corriendo los últimos escalones y cruzó el vestíbulo. Tomó a
WangJi por sorpresa y se lanzó a su cuello, abrazándolo. —¿Qué tal estuvo tu día? ¿Estuviste muy
ocupado? ¿Cómo les va a los pequeños internos?
WangJi sólo había procesado a medias el lindo atuendo de Wei Ying y sus zapatitos de conejito cuando el
encantador joven ya estaba encima de él, como si no se hubieran visto hacía apenas diez horas. WangJi le
devolvió el abrazo con dulzura y miró a las tías que llevaban los platos a la mesa, pero se detuvieron para
observarlos. Las orejas de WangJi se pusieron ligeramente rosadas, pero presionó suavemente la mejilla
contra el cabello de Wei Ying. Le habría gustado acurrucarse con él a solas en algún lugar, pero esta cena
era importante.
—He oído la noticia, WangJi—, dijo la abuela Wen y se acercó a la entrada de la cocina, secándose las
manos en una toalla. —Felicidades por tu compromiso—. Aunque su porte era tranquilo y sereno,
sonrió cálidamente.
—Gracias, abuela.
—Oh, WangJi, ¿por qué no le enseñas tu antigua habitación a Wei Ying y luego bajas a comer?
WangJi llevó a Wei Ying de vuelta al piso de arriba y a la otra ala del edificio.
—Las tías se están tomando la noticia bastante bien, pero Lan QiRen ni siquiera ha dicho nada—.
le dijo Wei Ying a WangJi en voz baja mientras se marchaban. WangJi frunció ligeramente el ceño,
preocupado.
—...¿Así que creciste en esta casa?— Preguntó Wei Ying, queriendo cambiar de tema -—de nada servía
preocuparse por el viejo ahora.
—Es un vecindario muy limpio y tranquilo—. La zona tiene incluso su propia escuela y centro
comercial. Me pregunto si Lan Zhan incluso fue más allá de estas puertas mucho antes de empezar la
universidad... —¿Gege extraña la paz y la tranquilidad?
WangJi abrió la puerta de su antigua habitación, que parecía haber sido parcialmente convertida en un
dormitorio de invitados, pero aún conservaba algunas cosas que debieron pertenecer a WangJi: un guqin
en su estuche y un teclado para uno.
—Mm.
También había un escritorio donde debía haber hecho sus tareas. Wei Ying pasó la mano por la superficie
de madera clara e imaginó al pequeño Lan Zhan sentado allí, diligentemente encorvado sobre un libro de
texto. En las paredes no había casi nada, ni carteles, sólo un pergamino tradicional que mostraba
montañas nubladas y un reloj. Wei Ying solía colgar todo tipo de cosas en las paredes, sobre todo carteles
de películas de terror y de grupos de música, fotos divertidas que imprimía de Internet y algunos dibujos
propios de los que se sentía especialmente orgulloso. Obviamente, su habitación había estado en un
perpetuo estado de caos creativo, llena de libros de texto, cómics y cuadernos con dibujos por los que
cualquier psicólogo infantil habría pedido una intervención. Tenía su propio televisor y un reproductor de
DVD con el que solía ver películas de terror a altas horas de la noche entre semana, comiendo bocadillos
de su escondite secreto y sin lavarse los dientes después, un hábito que había corregido después de
hacerse sus primeros empastes de adolescente. Descargaba las películas ilegalmente en la computadora
familiar y luego las quemaba, por supuesto, sin importarle la ley de propiedad creativa ni las restricciones
de edad. En la misma computadora familiar había visto también todo su porno, habiendo sido muy astuto
y sigiloso a la hora de ocultar sus actividades al resto de la familia. Al recordar todo esto y mirar a su
alrededor, Wei Ying no podía imaginarse que WangJi hubiera tenido una juventud similar. Lo único de
carácter personal que había en la habitación era...
—Lan Zhan, ¿eso es tuyo?— preguntó Wei Ying y señaló hacia lo alto de una pequeña estantería; allí,
casi fuera de la vista, había un entrañable peluche de conejo. Las orejas de WangJi se pusieron rojas.
—¡Por supuesto que es tuyo! ¡Veo que a Lan Zhan realmente le encantan los conejitos!— Wei Ying
se paró encima de la cama y tomó el peluche. WangJi se sacudió como para detenerlo, pero no lo hizo.
—No te preocupes, seré amable con él, parece muy viejo. ¿Cómo se llama?— preguntó Wei Ying
mientras se bajaba de la cama y sostenía la cosa de orejas largas.
—...Bunny.
—...¡Tchh!— Wei Ying contuvo una risita y WangJi frunció el ceño sin dejar de sonrojarse.
—¡Quiero decir, es bueno! ¡Hola, Bunny!— Wei Ying se frotó contra la naricita del peluche. WangJi se
movió en su lugar, poniéndose cada vez más rojo.
—Perdona, ¿he ocupado tu lugar en la cama de WangJi? Ha dormido contigo, ¿verdad? ¿Cuánto
tiempo, me pregunto?— Wei Ying abrazó suavemente al juguete y miró a WangJi, quien no respondió.
—¿Eh? ¿Vio Bunny tu primera erección matutina?
—¡Wei Ying!— WangJi saltó, pero Wei Ying esquivó como antes;
Efectivamente, los conejitos de la inocencia de WangJi seguían siendo objeto de burla por parte de Wei
Ying y éste era una reliquia aún más delicada de lo que eran los conejitos de té, algo que había tenido
desde que tenía uso de razón, antes de ser lo suficientemente mayor como para empezar a apreciar las
mascotas de té, que eran un 'juguete' aceptable para que lo tuviera un adulto mientras que un joven
aferrado a su peluche habría sido extraño, ¿no? Pero aún así, WangJi se había negado a tirar a Bunny por
sugerencia de Lan QiRen cuando habían empezado a deshacerse de los objetos de la infancia de los
chicos. No es que WangJi hubiera tenido muchos juguetes, pues de niño prefería leer, estudiar y tocar
música. Pero Bunny era el único que había tenido desde antes de eso...
—¡Uwah!— Wei Ying se había arrojado de nuevo sobre la antigua cama de WangJi y el otro hombre se
lanzó tras él, aterrizando encima de él y mirándolo fijamente, con las fosas nasales dilatadas como las de
un joven dragón.
—¿Aquí es donde dormía el pequeño Lan Zhan?— Wei Ying se movió: —¿No sería pervertido que
hiciéramos algo en la cam...? ¿Nh?— Wei Ying fue silenciado por un beso. WangJi presionaba su
cuerpo contra el suyo, lo empujaba contra el colchón y le metía la lengua en la boca. Sus besos y caricias
se intensificaron rápidamente en contra de su buen juicio, pero pronto Wei Ying tuvo que empezar a
empujar a WangJi para que se apartara porque no podía ponerse duro ahora. Sin embargo, como siempre,
su resistencia no hizo sino estimular a WangJi, que agarró el brazo de Wei Ying y lo inmovilizó.
Lan Zhan, ¿de verdad vas a follarme en la habitación de tu infancia mientras tu familia está abajo? A
juzgar por lo increíblemente dura que estaba la polla de WangJi palpitando contra su pierna, Wei Ying
estaba seguro de que lo haría... Pero entonces llamaron suavemente a la puerta y la sirvienta los llamó;
WangJi separó los labios y contestó con una voz un poco más tensa de lo habitual: —Gracias—. Se
levantó y exhaló un largo suspiro, cerrando los ojos y mostrándose profundamente frustrado por tener
que ignorar su erección.
—Lan Zhan...— Wei Ying habló en voz baja, por si la sirvienta seguía lo bastante cerca como para
escucharlos: —Estás empalmado, ¿puedes...?
—Sí.— WangJi gruñó entre dientes, con los ojos aún cerrados.
¡Maldita sea, es tan lindo cuando intenta no excitarse! Wei Ying tenía tantas ganas de provocarlo, pero
sabía que no era el momento adecuado para tener relaciones; WangJi lo tomaría si lo presionaba, pero
entonces les descubrirían. Para empezar, no deberían haberse puesto tan juguetones, ¡no en esta
situación!
—WangJi viene pronto—, dijo al llegar al comedor. La mesa cuadrada había sido bellamente dispuesta
para un banquete con Lan QiRen sentado junto a su madre, más cerca de la puerta como los anfitriones, y
para Wei Ying el asiento de honor había sido reservado en medio de los hermanos Lan. Wei Ying ocupó
su asiento y esperó no parecer todo besuqueado. Pronto se les unió WangJi. Parecía bastante tranquilo,
pero su hermano lo miró y enarcó una ceja con una sonrisa de complicidad cuando WangJi se sentó.
—¡Ahí está! Ahora deberíamos empezar a comer antes de que se enfríen los alimentos, ¡Buen
provecho!—, dijo la abuela Wen, pero antes de que todos se dispusieran a llenar sus tazones XiChen
levantó su copa:
—¡Pero primero un brindis por el feliz compromiso de mi hermano y Wei Ying! ¡Ganbei!
—¡Ganbei!—, dijeron todos menos Lan QiRen, quien bebió sin levantar la copa.
Esto no es bueno, el tío QiRen no está nada contento... se estresó Wei Ying, y pudo ver que WangJi
también estaba tenso.
Con más comensales no Lan en la mesa, la cena no fue del todo silenciosa, pero los hombres Lan
hablaban principalmente cuando se les hablaba, respetando a sus invitados pero también adhiriéndose a
su propia tradición de comidas silenciosas cuando están en casa, en la medida de lo posible sin ser
groseros. Madam Wen sentía mucha curiosidad por la estancia de WangJi en América y por cómo se
habían conocido él y Wei Ying, y quería escuchar su versión de la historia. Para el lacónico WangJi era
fácil ceñirse a la versión amigable de las tías que Wei Ying les había contado antes. Los Lan, reacios al
picante, estaban bien advertidos sobre los característicos fideos Dan Dan de Wei Ying y, de hecho, sólo
probar un poco hacía sudar incluso a Lan QiRen, pero XiChen aún encontraba fuerzas para ser educado
mientras su boca libraba una ardiente batalla con ellos.
—Tiene una verdadera profundidad de sabor—. XiChen alabó, pero después se bebió un vaso entero
de agua.
—La gastronomía de Wei Ying es muy buena, como siempre—. WangJi dijo e hizo lo mismo.
—Wei Ying realmente sigue demostrando sus muchos talentos.— Dijo Madam Lan.
—Cocinar es una habilidad conveniente para quien quiera ahorrar gastos o tiempo—, dijo Lan
QiRen, la primera vez que hablaba desde que se sentó, rompiendo el silencio de los Lan.
—'Cuidado con los pequeños gastos; una pequeña fuga hundirá un gran barco'. —Wei Ying le sonrió
tímidamente.
—Tío, ¿no es eso más o menos lo que nos has enseñado sobre la prudencia?— XiChen miró a Lan
QiRen, atreviéndose a entablar la conversación como lo había hecho su tío.
—¿Y qué, me pregunto, entiende Wei xiǎojiě por 'pequeños' gastos y 'grandes' gastos?— Lan
QiRen miró ahora directamente a Wei Ying.
—Todo es relativo, por supuesto. En cuanto a mí, creo que para alcanzar el verdadero deseo de uno
ningún gasto es demasiado grande, pero también que las cosas más valiosas de la vida no se pueden
comprar con dinero.— Wei Ying continuó en un tono igualmente ligero mientras un silencio cargado se
cernía sobre la mesa: —Como esta comida que estamos compartiendo aquí: el dinero puede
comprar los mejores ingredientes y la mejor vajilla, pero es el amor que las tías y yo ponemos en
hacer la comida, no los gastos gastados o escatimados, lo que hace que compartirla con la familia
sea especial. ¿Qué más podríamos hacer por nuestros seres queridos, que dedicarles nuestro tiempo
para esforzarnos en algo que hacemos para ellos?
La dulce y diminuta Madam Lan fue la primera en romper el silencio: —¡Qué sabiamente dicho!
—En efecto, Wei nǚshì parece tener un corazón sabio y bondadoso—. Dijo XiChen y la abuela Wen
sonrió a su lado. Una vena en la sien de Lan QiRen se tensó y tomó un sorbo de su té en silencio. Los
ojos de WangJi y Wei Ying se encontraron y también compartieron una pequeña sonrisa.
De repente, Wei Ying oyó un sonido que lo alarmó: unas pequeñas garras arañando el parquet.
—¡Ah!— Wei Ying se giró y vio a los pequeños perros de Madam Wen entrar corriendo en el comedor.
Había conseguido mantener su voz femenina mientras gritaba, y saltó de la silla y se lanzó sobre WangJi,
trepando hasta su regazo.
—¡Oh cielos!— Exclamó Madam Wen y miró hacia la entrada, donde la sirvienta venía corriendo detrás
de los perros.
—¡Pues atrápalos y vuelve a meterlos! ¡No ves que la pobre está aterrorizada!
—¡Sí, Madam!— La sirvienta persiguió en vano a los perros alrededor de la mesa mientras jadeaban y
se meneaban con entusiasmo, entrando y saliendo de debajo de la mesa mientras corrían alrededor de sus
pies.
—¡Lan Zhan, Lan Zhan, Lan Zhan...!— Wei Ying seguía gimoteando con su voz más aguda porque
era de nuevo todo lo que podía producir, habiendo levantado las piernas del suelo y sentándose de
rodillas sobre los muslos de WangJi, con los brazos alrededor de él y la cabeza enterrada en su cuello. —
¡Ayúdame Lan Zhan!
Los ojos de WangJi se encontraron con los de su tío; Lan QiRen parecía a punto de combustionar de la
molestia, pero WangJi rodeó a Wei Ying con sus brazos y le acarició suavemente la espalda para
consolarlo hasta que la sirvienta, a la que ahora se había unido Madam Wen, que era rápida para una
mujer de su edad y estatura, había capturado y contenido de nuevo las rebeldes bolas de algodón.
Después de cenar, WangJi y Wei Ying y las otras dos tías se estaban despidiendo entre sí y de Lan QiRen
cuando XiChen le dijo a su hermano:
—Por cierto, WangJi, mañana hay una fiesta con los ex alumnos del colegio Antai. Sé que no te
interesan las discotecas, pero como puedes llevar un acompañante, me preguntaba si te gustaría
venir con Wei nǚshì. Yo voy; he oído que Meng Yao ha vuelto de París y viene también.
Wei Ying miró a WangJi con unos ojos esperanzados que parecían decirlo todo: '¿Podemos ir por
favor gege?'
—Entonces vamos.
—¡Yay! Me adelanto, para llamar a Mianmian.— Wei Ying pensó que le gustaría diseñar su propio
outfit para este, con la orientación de Mianmian, por supuesto. ¡Ahora sí que podría dejar huella en la
juventud de la alta sociedad de Shanghai! —¡Adiós por ahora tías, gracias por todo!
Una vez que se fue, Lan QiRen suspiró, sacudió la cabeza y salió del salón después de despedirse
brevemente de sus tías. La abuela Wen lo siguió con la mirada mientras desaparecía escaleras arriba. Se
giró para mirar a su nieto;
—Lo sé. Por eso le dije a QiRen que no lo tirara mientras no estabas.
—Gracias, abuela.
—Puede ser tan duro, pero creo que WangJi merece tener algo que le haga feliz.
WangJi comprendió. Se inclinó desde la cintura, pero su abuela le puso la mano en el hombro: —No
hace falta que me hagas una reverencia tan formal, WangJi, no soy un Lan de tradiciones tan
estrictas.
La abuela Wen arregló un cabello detrás de la oreja de WangJi, o fingió hacerlo ya que WangJi estaba
impecable como siempre. —Tu tío también lo verá, sólo necesita tiempo. Vete ahora, y diviértete en
la fiesta de mañana.
—Te veré allí, WangJi—, dijo XiChen y se asintieron el uno al otro con la cabeza antes de que WangJi
siguiera a Wei Ying al exterior.
Pollo
Chapter Notes
Notas de la autora:
Advertencia de contenido: en este capítulo hay una única escena, brevemente descrita, de vómito
autoinducido relacionado con el intento de mitigar el consumo excesivo de alcohol.
El día siguiente era su último en Shanghai antes de que volaran de regreso al día siguiente para el año
nuevo solar. Wei Ying se sintió abatido durante toda la mañana, lamentando su partida y su inevitable
separación de WangJi, pero como era sábado y WangJi no tenía que ir a la oficina pudo quedarse y
abrazarlo.
—¿Por qué no vuelves para el Año Nuevo Lunar en febrero?— sugirió WangJi, pasando sus largos
dedos por el cabello de Wei Ying mientras éste se aferraba a él.
—Todavía falta un mes y medio...— murmuró Wei Ying, mordisqueando el cabello de WangJi.
—...No.— Wei Ying murmuró y siguió mordisqueando suavemente los mechones de WangJi.
—Concéntrate en tus estudios y se te pasará rápido, y el mes que viene podré ir de visita a Nueva
York.
—Ni siquiera puedo dormir sin ti, ¿cómo se supone que voy a estar sin ti un mes, una semana o
incluso un día?
—Nuestra separación es temporal...— Dijo WangJi y tomó la mano derecha de Wei Ying, tocando con
el pulgar el anillo de diamantes y rozándolo. —Pero ésta es una promesa que es para siempre. Sólo...
resiste.
A Wei Ying se le llenaron los ojos de lágrimas y enterró su rostro en el cuello de WangJi. Cada momento
en que la calidez de WangJi lo rodeaba, cada momento en que podía oler el limpio aroma a sándalo de su
piel era más precioso ahora que se deslizaban entre sus dedos. Una vez que estuvo tranquilo, Wei Ying
habló en voz baja:
—¿Pero cuándo se cumplirá esa promesa, Lan Zhan? ¿Cuándo nos casaremos?
—Creo que deberíamos esperar hasta que te gradúes y puedas mudarte aquí, pero ya podemos
empezar a buscar fechas propicias; si queremos reservar un buen lugar para una buena fecha,
debemos actuar pronto.
—...¿De verdad tenemos que esperar más de un año? ¿Y si tu tío no nos da su bendición?
Wei Ying hizo un puchero. —¡Lan Zhan! ¡Quiero casarme contigo el próximo verano! ¿No es el año
que viene tan propicio como el siguiente? ¿Por qué no nos casamos en junio durante mis vacaciones
de verano y empezamos a planear una luna de miel retrasada cuando me gradúe? ¿Cuáles son las
fechas propicias para el próximo mes de junio?
—¿El próximo... junio? Será muy difícil encontrar un lugar tan pronto...
—¡No me importa! No quiero una gran boda, nadie de mi lado vendrá de todos modos...— Wei
Ying se mordió el labio para que no le temblara de nuevo.
—Wei Ying, no habrá una boda pequeña para un Lan. Será un evento social de la década—.
WangJi acarició el cabello de Wei Ying para reconfortarlo. —A mí no me importa todo eso, pero a mi
familia y a la sociedad de Shanghai sí, y yo...—. WangJi hizo una pausa, sumiéndose en un silencio
pensativo antes de continuar: —Quiero hacer esto bien, por todos. Por el tío QiRen y la familia Lan,
por todas las buenas costumbres y tradiciones, y por Wei Ying. Él también se merece una boda
adecuada porque...— WangJi tomó suavemente la cabeza de Wei Ying entre sus manos y volvió a
levantar su rostro para encontrarse con su mirada, —...No es sólo un amante. Es mi esposa-marido.
—Lan Zhan...— La voz de Wei Ying no era más que un susurro tembloroso.
WangJi lo besó suavemente. —Por eso le pido que espere hasta que podamos celebrar una boda
como es debido en el más auspicioso de los días, mientras todo Shangai acude a ser testigo de cómo
Wei Ying se convierte en mío ante el cielo y la tierra—. WangJi tiró de él para darle otro beso, esta vez
más profundo, y permanecieron en él hasta que se unieron por completo y WangJi le hizo el amor a Wei
Ying de una forma que esperaba que el hombre recordara vívidamente hasta la próxima vez que se
vieran.
Hacia el atardecer, Wei Ying empezó a recuperar el ánimo. Le costaría esperar y sabía que habría muchas
noches en las que lloraría hasta quedarse dormido, echando de menos a WangJi a su lado, pero confiaba
en su prometido: se casarían como es debido, en el momento adecuado, y entonces nada podría volver
a separarlos. Wei Ying seguía preocupado por Lan QiRen, pero WangJi parecía confiado, así que tal vez
sabía algo que Wei Ying ignoraba. Quizás algo que lo hacía albergar esperanzas, pero aún no estaba
dispuesto a decir nada por si esas esperanzas resultaban falsas, así que Wei Ying se mantendría firme y
esperaría a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos.
Mianmian llegó, como habían acordado, para ayudar a Wei Ying a crear un look para la noche. Wei Ying
se había estado enviando mensajes con ella ayer y le había contado lo que había estado pensando:
<¿Recuerdas ese vestido de piel que me metiste en la maleta? ¿No quedaría genial con los
zapatos AMQ?>
<¿De verdad quieres ir de punk? O metal, no lo sé, no escucho tu musica rara lol>
<¡Claro que sí!> Wei Ying envío spam con algunos emojis de manos metálicas.
< No se me ocurre una oportunidad mejor, de verdad, así que adelante. — ¿Tienes también el bolso
McQueen, el de piel negra con un asa que parece un plumero de nudillos de oro, con presillas para los
dedos con calaveras y esas cosas?
<Si tomas eso, necesitas complementarlo con joyas de oro, para que haga juego con el bolso, que en
realidad funciona como anillos cuando lo llevas.>
<Ahora me arrepiento de no haber comprado ninguna joya de McQueen, había unas que habrían
combinado tan bien con los motivos de calaveras... ¡Maldita sea no pensé que tendría un diseñador
favorito, soy tan gay lmao!>
Wei Ying se había inquietado y miró a WangJi. Sabía que WangJi le había pagado la tarjeta de crédito a
principios de semana, aunque Wei Ying no había pedido la mayoría de las cosas que habían comprado,
pero WangJi lo había presionado a comprar por alguna razón. Había sido muy estúpido, ya que ahora,
cuando Wei Ying podía pensar en algo que realmente quería, se sentía mal pidiéndolo. Seguro que
cualquier otra joya serviría. Pero Wei Ying volvió a pensar en las impresionantes calaveras doradas y en
lo bien que combinarían con su atuendo... ¡Tenía una visión y exigía que se cumpliera! ¡Las usaría
siempre! WangJi se había dado cuenta de que miraba en su dirección, pero lo ignoró hasta que el hombre
pudo abrir la boca:
—Lan Zhan...— Wei Ying tarareó: —¿Puede Mianmian ir a comprarle a Didi más accesorios para
mañana?
WangJi se quedó callado un momento, mirando a Wei Ying con una expresión ilegible. WangJi le había
expresado su punto al tío QiRen, pero en realidad estaba de acuerdo con él en lo de la prudencia. No es
que no pudiera permitírselo, pero WangJi pensaba que el despilfarro era un gran vicio y Lan WangJi
realmente se esforzaba por ser un hombre de virtud en esta época de decadencia.
—O, bueno, en realidad no es necesario, ¡quiero decir que ya recibí tantas cosas de Gege!
Encontraré algo adecuado entre lo que tengo, yo sólo... Bueno, había algunas cosas que habrían ido
muy bien juntas, pero estaba abrumado por la elección cuando estábamos de compras y no sé por
qué no las compré en lugar de... ¡Eh, ya sé! ¡Podemos devolver algunas cosas y comprar lo que
realmente quiero más!
WangJi vio que Wei Ying estaba entrando en pánico, quizás temiendo que WangJi pensara que era un
frívolo. Wei Ying era muchas cosas y entre ellas era frívolo, sí, pero también era más virtuoso que
cualquier hombre que WangJi hubiera conocido; nunca fue ciego ante la difícil situación de los demás y
su frivolidad nunca le habría impedido abrir su generosa mano a cualquiera que lo necesitara. Habría
dado la ropa que llevaba puesta aunque fuera la última. Este hombre se lo merecía todo.
—Okay—. Dijo WangJi sonriendo amablemente y se giró a su laptop donde estaba terminando de enviar
unos cuantos correos electrónicos.
—No es necesario.
—...De acuerdo. Gracias, Lan Zhan.— Wei Ying se inclinó para besar su mejilla y le envió un mensaje
a Mianmian:
Así que Wei Ying se puso el minivestido de piel con los accesorios de Alexander McQueen: los zapatos
con la correa de hebilla en el tobillo y la punta metálica y el bolso que hacía las veces de nudilleras, así
que Wei Ying se sintió armado y listo para matar. Además, Mianmian le había regalado un par de lujosos
pendientes colgantes con piedras negras similares al ónice y perlas engarzadas en oro, así como una
pulsera con perlas y calaveras doradas. Wei Ying también optó por ponerse una gargantilla de cuero
negro con una hebilla de brillantes, que parecía un elegante collar. Su maquillaje también fue más
dramático, Mianmian lo ayudó a delinearse los ojos, pero para los labios se limitaron a un poco de brillo
de labios sombreado para que el look no resultara demasiado recargado, aunque Wei Ying esperaba un
pintalabios negro, pero Mianmian le dijo que no. Wei Ying se perfumó con un 'Mmmm...' deliciosamente
dulce y un poco oscuro de Juliette Has a Gun, una femenina, o más bien girly, nota afrutada de frambuesa
que lleva a un gourmand caramelo de vainilla con un toque de almizcle empolvado, un aroma
paradójicamente inocente pero sensual que era como un dulce, dulce veneno.
—Mianmian—, preguntó Wei Ying, posando ante un espejo y amándolo todo, pero preguntándose; —
¿crees que parezco inaccesible?
—No puedo verte así, pero eso es porque sé lo bobalicón que eres en realidad. Te ves genial y sexy,
pero creo que es la señal que queremos enviar: no eres de los que se dejan intimidar. Porque Wei
Ying...—. Mianmian tomó sus manos entre las suyas: —Habrá mujeres de tu edad, mujeres que
formen parte de la élite, mujeres que piensen que serían mejor partido para alguien como Lan
WangJi. Y tú estás entrando en su territorio. Tienes que elevarte por encima de cualquier
desprecio insignificante, pero sin dejar de mantenerte firme.
Wei Ying sonrió con satisfacción: —Lan Zhan es mío, no tengo competencia.
—¡Así es! Sólo tienes que hacérserlos saber también de una manera que te salve la cara.
Wei Ying sonrió con confianza, —¡Que vengan, supongo, sólo quiero conocer a los amigos de Lan
Zhan y divertirme esta noche!
—Hablando de diversión, ¡he traído algo de bebida! ¿Quieres beber unos cócteles conmigo antes de
irnos? Realmente no deberías ser visto pasando el rato con tu asistente, así que estaré a la espera
en un salón cerca del club si me necesitas, pero quería divertirme contigo un poco también.
Mezclaron Moscow Mules con generosos tragos de vodka y tocaron algunos éxitos mientras bailaban en
la cocina.
—Siempre has bailado más sexy que las chicas de las discotecas, no tengo que enseñarte ningún
movimiento para esta noche, ¿verdad?— dijo Mianmian mientras balanceaba sus caderas con un vaso
en la mano.
—¿Enseñar? ¿A mí? ¡Ja! ¿Y si yo te enseño algo?— Wei Ying se rió, dio un sorbo a su bebida y sólo
se lamentó de sus tacones y su vestido ajustado por lo cómo limitaban su repertorio. Por otra parte, tener
los pies en la tierra le aseguraría que no se lanzaría a bailar estilo libre, lo que sería un poco menos propio
de una dama. Así que balanceó aún más sus caderas para dar rienda suelta a su energía salvaje. Al darse
la vuelta, vio a WangJi observándolos desde el pasillo, apoyado contra la pared. Su mirada era intensa.
Estaba colocándose un reloj en la muñeca. El estómago de Wei Ying se hundió; ¡WangJi se veía tan sexy!
WangJi parecía confundido. Wei Ying se rió y se acercó a él, bailando juguetonamente contra él mientras
se sonrojaba porque WangJi se veía especialmente sexy en su comportamiento insolente: llevaba una
camisa abotonada de manga larga de satén de seda blanco y se había arremangado las mangas por encima
de los codos para que su reloj quedara bien a la vista; WangJi mostraba fidelidad a la marca llevando
Vacheron-Constantin, pero éste tenía una pulsera de acero más grande que su reloj de diario. Sus
pantalones negros eran de corte cónico y la pernera del pantalón se recortaba por encima del tobillo. Con
unos mocasines negros sin calcetines, ¡WangJi enseñaba bastante piel! Cinturón con hebilla plateada.
Todo era de diseño, pero no había logotipos a la vista. Aun así, resultaba extrañamente elegante
y casual para WangJi, que solía apegarse a los cortes clásicos y pecar de formal.
—¡Lan Zhan! ¡Qué estás haciendo, mostrando tanto tobillo! ¡Zorra!— Wei Ying se inclinó y golpeó
juguetonamente el tobillo desnudo de WangJi. Se rió, pero WangJi se puso nervioso y miró a Mianmian
suplicante;
Pero Wei Ying gritó: —¡A Lan Zhan se le ven los tobillos de zorra! ¡¿Qué pensará la gente?! Jaja!
—¡No, cállate! ¡No molestes!— Mianmian le hizo cosquillas a Wei Ying y forcejearon por la cocina
mientras Wei Ying intentaba zafarse de ella a medias mientras se reía;
—¡Mianmian no! ¡Lloraré, se me correrá el delineador y tendrás que hacerlo otra vez!
—¡Todavía es a prueba de agua, huevo estúpido², así que llora todo lo que quieras!
—¡Te lo mereces!
WangJi se mantuvo al margen. Una vez que se habían asentado, Wei Ying dijo:
—¡Es un look realmente bueno, Lan Zhan se ve tan sexy! ¡Buen trabajo Mianmian!
—¿Pero sabes lo que creo que necesita?— Wei Ying trotó hasta el dormitorio y sacó los pendientes de
diamantes que había usado en Nochebuena. —¡Son de clip!—, declaró, sosteniéndolos mientras
regresaba, —¡Más estilo para gege!
WangJi dejó de escapar y dejó que Wei Ying le colocará los pendientes en los lóbulos de las orejas,
sonrojándose. Wei Ying dio un paso atrás para verlo bien;
—...Wow.
—Se ve bien. Espera...— Mianmian fue a buscar un espejo de mano y dejó que WangJi se viera en él. —
¿Qué piensa Xiānsheng?
WangJi giró la cabeza, mirándose con los pendientes brillando en cada oreja. —...Ostentoso.
—¡Hey!— exclamó Wei Ying, —¡Creo que te ves muy bien, Lan Zhan! Te gusta verme todo bonito y
presumir de mí ante todo el mundo, ¿verdad? Pues a mí también me gusta presumir de ti, porque
eres el hombre más guapo y elegante del mundo, ¡y eres mío!
El rubor de WangJi se acentuó, bajando hasta sus mejillas. Asintió, inclinando un poco la cabeza para
mirar al suelo porque estaba siendo muy tímido; —Bien. Me los pondré para Wei Ying—. Levantó una
elegante mano para juguetear ligeramente con el pendiente de diamantes.
Wei Ying lo abrazó y se presionó contra él, inclinándose y sonriendo al mismo tiempo, acercó los labios a
la oreja de WangJi, profundamente enrojecida, y susurró:
—Buen chico Lan Zhan. A Didi también le gusta ver guapo a Gege—. Le dio al lóbulo de la oreja de
WangJi un ligero golpecito con la lengua, haciendo que el hombre se estremeciera.
Tomaron un taxi más hacia el centro. WangJi sujetó la puerta para Wei Ying y admiró con qué elegancia
doblaba sus largas, pálidas y suaves piernas dentro del coche, intentando que su tratando de no dejar que
su imaginación volara demasiado a lo largo de ellas, hasta donde sabía que Wei Ying había escondido su
pequeño secreto. No pudo apartar los ojos de él durante el trayecto, ni siquiera cuando se sentó delante y
Wei Ying detrás, bajando y ajustando el espejo de cortesía sólo para espiarlo a través de él: para verlo
sacar un pequeño espejo de bolsillo y retocarse el brillo de labios. El aplicador presionaba sus suaves
labios y WangJi sabía lo dulces que eran sus besos. Wei Ying le echó un vistazo al azar y vio los
penetrantes ojos de WangJi mirándolo así a través del espejo. Se sintió presa de la más maravillosa de las
maneras, sintiendo una cálida palpitación en su miembro escondido y se frotó ligeramente los muslos
para darse un poco de estimulación, aunque sabía que sería mejor ignorar la polla mientras tuviera que
pasar.
¿Qué tal si damos la cara y volvemos a casa para hacerlo toda la noche? pensó Wei Ying, y estaba
seguro de que WangJi compartía el sentimiento. El taxi los dejó cerca del lugar, y allí se separaron de
Mianmian, que fue a ocupar su puesto en un salón de la acera de enfrente. Le hizo a Wei Ying el gesto de
"llámame" y le dijo:
—Ya casi estoy listo para irme a casa, ¿y tú?— La voz risueña de Wei Ying estaba tensa por la
excitación y los nervios, deseando que WangJi simplemente lo inmovilizara —nunca lo habían hecho en
un ascensor—, pero sabía que no sería prudente.
—Mm.— WangJi asintió y, a pesar de la lujuria que se enroscaba en su interior, como un tigre listo para
abalanzarse, sólo tocó ligeramente la cintura de Wei Ying mientras lo rodeaba con el brazo. —No
tardemos mucho.
Las puertas del ascensor se abrieron a un espacio que albergaba el guardarropa, algunos sofás acolchados
y la entrada a los sanitarios. En el pasillo que conducía al club se escuchaba una música house lejana.
Había algunas personas esperando a sus grupos, mirando sus teléfonos y mujeres arreglándose el
maquillaje. WangJi llevó a Wei Ying al guardarropa, con la mano alrededor de la cintura, de forma
protectora o posesiva, o ambas cosas, consciente de los ojos que estaban sobre ellos. Después de dejar sus
abrigos, alguien llamó a WangJi:
Al darse la vuelta, vieron a un hombre que más bien era la personificación de lo ostentoso: no era feo
pero tampoco particularmente guapo, con demasiado gel en el cabello que le daba un aspecto grasiento.
Su llamativa camisa de satén rojo era demasiado ajustada y, aunque dejaba ver su recortado cuerpo,
exageraba al dejar que los tres botones superiores colgaran abiertos, dejando ver una cadena de oro
demasiado grande para su complexión. También llevaba muchos anillos y un Rolex dorado. Aferrada a su
lado había una mujer joven que seguramente habría sido hermosa incluso sin el pesado maquillaje y las
cirugías plásticas, que eran sutiles y estaban bastante bien hechas, pero no pasaron desapercibidas para
Wei Ying; nadie tenía una nariz tan delgada, y el relleno de sus labios había empezado a migrar hacia
arriba. Ella era de talla delgada, por lo que su aumento de pecho también era desproporcionado. Iba
vestida de pies a cabeza de Gucci y Louis Vuitton, con los logos bien a la vista. Hacían una buena pareja.
—Hola, Wen Chao.— WangJi saludó con su habitual tono vehemente. Sin embargo, Wei Ying creyó
percibir que el aura de WangJi se enfriaba, por lo que él también se puso alerta mentalmente.
Wen Chao... ¿El primo segundo, tío de A-Yuan? recordó Wei Ying, pensando que su tío no podía ser más
diferente del humilde Yuan. Chao parecía más bien una imitación barata de su padre, que también había
parecido alguien terriblemente arrogante, pero al menos su arrogancia se había basado en algo: al menos
había sido elegante.
—¿Es cierto que te has buscado una novia americana?— Chao miró a Wei Ying de arriba abajo y
viceversa, sonriéndole de una forma que Wei Ying supuso que era encantadora.
—Primo, ella es Wei Wei Ying—. WangJi lo presentó y ahora su reticencia le pareció obvia a Wei Ying
aunque su tono apenas cambió: —Wei Ying, mi primo segundo Wen Chao.
—Hola, Wen Chao.— Wei Ying se sobrepuso a su pobre primera mala impresión y le tendió la mano
con rapidez, sonriendo cortésmente.
Chao le tomó la mano y su apretón fue flojo, débil. —¡Hola, Wei Ying měinǚ!
—...Deberíamos irnos.— WangJi dijo bruscamente, rodeó con su brazo el hombro de Wei Ying y lo
llevó lejos.
—Ah, está bien... ¿Nos vemos en la fiesta?— Wei Ying todavía intentaba ser cortés con Chao y la
mujer a pesar de que WangJi se lo estaba llevando rápidamente.
—¡Realmente te has encontrado una bonita, Lan WangJi!— Chao llamó tras ellos. Wei Ying notó que
la chica al lado de Chao parecía enfadada.
—Qué persona más rara es tu primo, ni siquiera ha presentado a su acompañante—. Wei Ying
habló en voz baja mientras caminaban hacia el club. —¿La conocías?
WangJi parecía contento con eso. Guió a Wei Ying a través del pasillo, arquitectónicamente interesante,
formado con pizarras de metal oscuro para ser asimétrico, inundado de luz azul. Al otro lado de este
elemento futurista se abría un amplio espacio con una barra redonda en el centro donde camareros
vestidos formalmente agitaban elaborados cócteles que resplandecían, hacían espuma y emitían humo, y
enviaban el champán por cubos. Había muchas mesas y reservados con elegantes sillones de cuero.
Grandes ventanales daban a la ciudad y a lo lejos se veían los emblemáticos monumentos de Pudong,
iluminados por la noche. Sólo había una pequeña pista de baile y el DJ de la casa tocaba a un volumen
bastante modesto. Sólo había unos pocos extranjeros bailando.
Tal vez la fiesta llegara más tarde... esperaba Wei Ying. De momento siguió a WangJi mientras miraba a
su alrededor...
—¡WangJi! ¡Aquí!— XiChen se había levantado y les hizo señas con la mano, y se unieron a él y a un
montón de personas en un grupo de mesas reservadas junto a las ventanas.
—¡Todos, denle la bienvenida a mi hermano, que ha regresado de América!— dijo XiChen con una
mano en el hombro de WangJi y muchos vitorearon y se apresuraron a saludar a WangJi. Todos eran
viejos conocidos de la universidad, aunque todos estaban siendo bastante educados con WangJi; parecía
que incluso entre amigos sólo estaba verdaderamente unido a su hermano. Los amigos sentían curiosidad
por Ying, algunos con más educación y otros con más ganas:
—¡Así es! Brooklyn, Nueva York—. Conocían Nueva York al menos, reconocimiento en sus
expresiones y subrayado entusiasmo en sus asentimientos, para señalar que estaban en lo conocido; —
¡cierto, cierto!
—¿Eres entonces la 'mujer misteriosa' de Lan WangJi?—, preguntó un joven de cara bonita,
probablemente de la edad de Wei Ying. Wei Ying se había sentado a su lado izquierdo en uno de los
sillones que rodeaban una larga mesa. Era la persona más vanguardista y a la moda de la fiesta, llevaba el
cabello inusualmente largo por encima de los hombros y la mitad de el recogido en un moño. Estaba
usando gafas de gran tamaño al estilo de los años 80, obviamente sólo por la apariencia, y un traje de
sarga gris con camisa rosa pálido. Un pañuelo de bolsillo con un colorido diseño abstracto y zapatos
Oxford color canela. Parecía un hipster u otro tipo de persona creativa, por lo que se distinguía de todos
los estudiantes de empresariales.
—Realmente no has estado leyendo esos artículos que llaman la atención, ¿verdad, Nie HuaiSang?
—, criticó un hombre extremadamente atractivo y de complexión delicada que hablaba con altanería, con
un acento mandarín sureño extremadamente suave, y que vestía de la forma más lujosa, con buen gusto
pero exagerando con todo el brillo, con un chaleco de seda color champán sobre una camisa blanca
abotonada y una corbata de seda a juego sujeta con un alfiler de corbata con diamantes incrustados que
representaba una peonía. A pesar de sus críticas, era evidente que entendía a qué se refería. La pregunta
de HuaiSang era probablemente lo que todos tenían en mente y, a pesar de sus exageradas expresiones de
desdén, miraban ansiosos a Ying en busca de su respuesta. Pero no parecía que HuaiSang hubiera
intentado ser antipático con su comentario; tal vez sólo era un poco torpe socialmente, y Wei Ying
instintivamente quiso salvar la cara del desvalido;
—Jaja, ¡supongo que ésa soy yo! ¡Pero en realidad no soy tan interesante!— Wei Ying le guiñó un
ojo y esbozó una sonrisa. Su fuerza de seducción de en-realidad-no-soy-tan-interesante atrajo a una
bandada de curiosos que entablaron conversación con él. Alguien le ofreció una copa de champán, que
fue bien recibida, mientras que WangJi la rechazó cortésmente.
—¿Eso es...?— Alguien se fijó en el anillo que Wei Ying llevaba en el dedo mientras tomaba la copa y
miró entre él y WangJi. —¿Lan WangJi se ha comprometido?
Muchas cabezas se dirigieron hacia ellos y hubo una pausa en toda la conversación. Wei Ying le sonrió a
WangJi y le frotó el brazo. —¡Lan Zhan me propuso matrimonio el día de Navidad! No
lo adivinarías, ¡pero es todo un romántico!
—¡Felicidades! ¡A los dos!— Mucha gente les felicitó y alguien propuso un brindis. A pesar de todo, a
WangJi le sirvieron una copa de champán y, por supuesto, tuvo que participar en el brindis por su propio
compromiso, así que tomó con cuidado un sorbo mientras los demás vaciaban sus copas. Se sirvió otra
ronda. Un camarero no tardó en traer dos nuevas botellas en cubos llenos de hielo y a continuación se
sirvieron nuevos cuencos para aperitivos. Wei Ying observó que no todo el mundo, sobre todo algunas de
las damas, había sonreído ni vaciado sus copas, sino que las miraban agriamente o con incredulidad. Wei
Ying las ignoró.
—Entonces, ¿tu nombre era Nie HuaiSang?— Wei Ying estaba más interesado en él. Además, el
nombre Nie le sonaba. Qué era... —¡Oh!—, exclamó Wei Ying, —¿Eres el Nie de la empresa cárnica?
HuaiSang sacó un abanico de mano del bolsillo, lo abrió y se abanicó ociosamente, con cara de
aburrimiento. —Supongo que eso sería todo por lo que Wei nǚshì me conoce...—, se lamentó.
—Nie gongzi también es también un ávido promotor de las artes y un artista por derecho propio.
Este joven señor Meng era un hombre más bajo y también tenía un rostro agradable, pero a diferencia de
algunos de los caballeros que se sentaban con ellos —incluidos los ridículamente hermosos hermanos
Lan y aquel tipo— no podía haber sido tomado por un modelo. Esto era especialmente obvio cuando se
sentó justo al lado de XiChen.
—Pero tus diseños son muy buenos—, insistió el señor Meng, —si decidieras dedicarte plenamente a
tu pasión, podría proponerte una colaboración de diseño con una de las marcas que ha adquirido
Jin xiānsheng.
HuaiSang suspiró detrás de su abanico: —Si al menos tuviera tiempo para mis estudios... Mi familia,
y sobre todo mi hermano, insisten en que debo continuar mi formación empresarial en Antai.
El hombre altivo y guapo que antes había estado criticando a HuaiSang habló: —No vayas por ahí
haciendo tales promesas, Meng Yao; mi padre no es una organización benéfica.
—Claro que no lo es, Jin gongzi—. dijo Meng Yao con una inquebrantable sonrisa cortés.
Jin... Wei Ying había reconocido otro nombre. ¡Los exportadores de seda y aspirantes a magnates de la
moda! Pero tanto Nie HuaiSang como el joven maestro Jin parecen demasiado jóvenes para ser
ejecutivos, así que deben de ser los herederos u otros parientes. Meng Yao también parece estar
relacionado con el negocio de la moda Jin, ¿no dijo XiChen que acababa de regresar de París?
XiChen sirvió más champán para Yao, sus brazos rozaron los de él. —Sigues siendo muy amable, A-
Yao.
' Temo que sea incapaz de cumplir con ese deber. Yo también temía serlo, por las mismas razones...'
'Por las mismas razones'... Wei Ying recordó las palabras de WangJi. ¿Ellos son...?
—Wei Ying—, WangJi le tocó ligeramente el muslo, —Voy a conseguir té—. Se levantó y miró a Wei
Ying para que asintiera con la cabeza antes de marcharse —no quería dejarlo solo bruscamente en una
situación potencialmente agobiante, pero, claro, Wei Ying se movía como pez en el agua entre multitudes
sociables.
—Veo que Lan WangJi no se ha desviado de las costumbres Lan durante su estancia en América.
¡Sólo ellos beberían té en una fiesta!
XiChen se rió y levantó su taza de té. En cuanto la bajó, Yao se apresuró a servirle a su vez, inclinándose
cerca mientras llenaba su taza.
¡Ustedes dos consigan una habitación! pensó Wei Ying con benevolencia. ¿O tal vez sólo son amigos
muy cercanos...?
—Sí, cuéntanos acerca de ti cariño.— Fue Wen Chao. Se apoyó en el sofá justo detrás de Wei Ying,
cerniéndose sobre él. Wei Ying no quería girarse para mirar, no quería verle la cara en realidad, pero le
entraron escalofríos y sintió deseos de cubrirse el escote que, aunque pequeño, estaba muy expuesto en el
diminuto vestido de cuero. Estaba seguro de que el canalla estaba mirando. Mientras tanto, su compañera
estaba sentada junto a Wei Ying, sonriéndole pero con ojos fríos.
—Ya veo, ¿a qué universidad vas? ¿Estás a punto de graduarte?— Siguió HuaiSang.
Wei Ying no habría querido exponer demasiados detalles en caso de que alguien se pusiera entrometido y
empezaba a indagar información sobre él, pero no se saltó ni una respuesta, ya que evitar preguntas tan
sencillas habría sido más sospechoso y las mentiras habrían quedado al descubierto con demasiada
facilidad —XiChen sabía la verdad, y aunque seguramente habría encubierto a Ying en el acto éste no
quiso correr el riesgo.
—Ah, ¿así que vas a ser doctora?—, preguntó la mujer sentada junto a Wei Ying. Su forma coqueta de
hablar resultaba bastante irritante al oído, pero Wei Ying le sonrió, pensando que podría haber sido una
buena persona atrapada en una mala cita; ¡él debería ser amable con ella!
Wei Ying tardó un momento en comprender lo que quería decir. Seguro que sólo quería decir 'sector'.
¿Especialidad, tal vez? ¿Estaba tratando de confundir a Wei Ying a propósito para que pareciera tonto?
Sin embargo, de reojo, Wei Ying pudo ver que otros se miraban confundidos, así que no era sólo él. ¿Tal
vez la señorita LingJiao no era muy culta y carecía de vocabulario? Wei Ying le sonrió y asintió como si
no hubiera habido confusión, queriendo salvarle la cara a la pobre chica aunque empezaba a sentir que no
estaba siendo muy amistosa;
—Sí, lo es, y la cirugía plástica también es un campo muy interesante, más en el lado de la cirugía
reconstructiva; ¡es increíble lo que la medicina moderna puede hacer para arreglar incluso algunas
desfiguraciones horribles!— No empieces a hacer cosas de nerd con los reemplazos faciales completos,
definitivamente no saques las fotos, no asquees a la gente, no a todo el mundo piensan que es
jodidamente genial... Cheng casi había vomitado una vez cuando le había enseñado una foto del antes y
el después de una reconstrucción de una quemadura química grave de la nada, pero bueno, Cheng podía
ser un enclenque.
—Así que...— LingJiao miró lentamente a Wei Ying de arriba abajo, deteniéndose en su pecho. —Veo
que Wei Ying no tiene mucho interés en la cirugía estética.
Wei Ying pensó que aquello podría haber sido un intento de insulto, pero qué otra cosa podía hacer sino
reírse de ello, así que lo hizo, acordándose apenas de cubrirse la boca para hacerlo al menos con
delicadeza.
—¡Pero claro que lo tengo! ¿Has visto 'Botched'? ¡Es un gran programa!
Wei Ying no había querido decir nada, pero LingJiao parecía completamente insultada. ¡No, ella
estaba extremadamente furiosa! HuaiSang deslizó lentamente su abanico hacia arriba para ocultar su
boca.
Otras dos chicas salieron del grupo, también con logotipos evidentes y con la cara y las tetas arregladas.
—Ven, Jiao-jiao, vámonos—, dijo la otra chica y juntas se marcharon, murmurando entre ellas con
silenciosa indignación.
HuaiSang se inclinó hacia Wei Ying, acogiéndolo bajo la protección de su abanico y susurró dentro de su
intimidad en inglés: — Savage.
—¿Eh?— Wei Ying lo miró, batiendo las pestañas en —genuina— confusión. ...Oh. Ying se dio cuenta.
HuaiSang cerró lentamente el abanico, su sonrisa desapareció de sus labios pero no de sus ojos hasta que
se giró hacia el resto del grupo; —¿Alguien sabe quiénes eran?— Ahora parecía casi preocupado.
Nadie decía conocer a las chicas. Muchos miraron a Chao pero éste decididamente no dijo nada aunque
hubiera llegado con una de ellas. Ying reprimió el impulso de tirarse de los pelos, —no me jodas— y se
limitó a quedarse sentado, imperturbable, sonriendo como si efectivamente hubiera sido a propósito pero
también como si se hiciera el inocente.
—No todo el mundo aquí es lo que parece: algunas chicas alquilan Gucci y pagan su entrada aquí
con la esperanza de atrapar a un hombre rico mientras no tienen conexiones reales.
Wei Ying lo miró de reojo, sonriendo con astucia. —Todo es teatro, ¿no? No me importa que alguien
haya alquilado su traje, pero si no puede disimular una personalidad sexualmente promiscua,
¿puede esperar conquistar algún corazón?—, habló en voz baja.
—¿Seguro que no corazones como el de Lan WangJi?— Una sonrisa tímida oculta por el abanico.
—Seguro que no. Después de todo Wei Ying es azúcar, especias y todo lo bueno³, y ella no está aquí
para pelear, no lo necesita; pregúntale a Lan Zhan qué llevaba puesto cuando lo 'atrapé'—. Wei
Ying guiñó un ojo y bebió un sorbo de champán. HuaiSang soltó una risita silenciosa contra su abanico.
Sólo los escuchaban los que estaban sentados más cerca, entre ellos algunas de las chicas que antes
habían mirado de reojo a Wei Ying. Se inclinaron para cuchichear entre ellas y sus hombres parecían
molestos.
—Ten cuidado—. susurró por último HuaiSang, que seguía sonriendo y cerró el abanico. Wei Ying le
devolvió la sonrisa. El mensaje que recibió de Nie HuaiSang fue: 'eres interesante; te estoy observando'.
—Es de mala educación susurrar mientras hay otros, Nie HuaiSang—, dijo Chao y dio la vuelta al
sofá para sentarse al lado izquierdo de Wei Ying. A Wei Ying se le erizó la piel de nuevo y resistió el
impulso de apartarse.
—Todo el mundo quiere conocerte mejor, cariño, ¡cuéntanos más cosas sobre ti!— dijo Chao y
sonrió de un modo que hizo que Wei Ying no quisiera mirarlo a la cara en absoluto, así que lo evitó,
mirando en su lugar justo enfrente de él, donde estaba sentado el lujoso joven maestro Jin. O bien acudía
en ayuda de Wei Ying, o bien aprovechaba la oportunidad para preguntar por él sin que pareciera que le
interesaba demasiado personalmente:
—Entonces, ¿Tu familia también son médicos? ¿Cuánto ganan?—, preguntó y dio un sorbo a su
bebida, y todos miraron de nuevo a Wei Ying, ansiosos por conocer su patrimonio neto estimado. A pesar
de su tono perezoso, como si sólo preguntara por cortesía, Wei Ying se dio cuenta de que el joven
maestro Jin lo miraba con bastante interés por encima de su copa, a pesar de tener a su lado a una
hermosa joven —no era necesario decir que la hermosa joven era una de las mujeres que miraban a Wei
Ying como si las hubiera ofendido por el simple hecho de haber aparecido.
¡No estoy detrás de tu hombre, carajo! ¿Qué puedo hacer si le gusta lo que ve? Al principio, Wei Ying se
sorprendió por una pregunta tan directa, pero sabía que en la cultura china no era insensible preguntar por
los ingresos de uno, así que contestó una vez más sin perder el ritmo, aunque sólo las partes de la
pregunta que le permitían guardarse más cartas:
—No, mi familia se dedica a la informática y las finanzas, pero yo decidí seguir mi pasión—. Miró a
HuaiSang y le dedicó una sonrisa. Quería a este hombre de su lado, aunque no proyectara la misma
autoridad que los yuppies⁴. Parecía tener el tipo de inteligencia que un desvalido necesitaba para seguir
siendo relevante en esos círculos. HuaiSang respondió con neutralidad:
—Un médico puede ganarse la vida decentemente con su trabajo, pero si Nie HuaiSang, con
inclinaciones artísticas, quisiera seguir su pasión, debería buscarse un patrocinador—, dijo el joven
maestro Jin.
—Uno no necesita un patrocinador si proviene de una familia que puede apoyar sus decisiones—,
dijo la mujer de su compañía, y Wei Ying captó las insinuaciones de sus comentarios.
Colega, ¿me miras como si desearas alguno, y luego sugieres que soy una mujer mantenida? —El único
patrocinio que necesita un verdadero profesional es el buen boca a boca que naturalmente sigue al
talento y al trabajo duro—. dijo Ying.
—¿Está diciendo Wei Ying que el trabajo duro es todo lo que se necesita para triunfar?—, preguntó
astutamente el joven maestro Jin, sonriendo detrás de su vaso, y su dama sonrió con schadenfreude.
—'Sólo hace falta trabajar duro para convertir un mortero de hierro en una aguja'. —Ying mantuvo su
tono indiferente.
—¡Qué pintoresco y qué americano! Pero 'nadie puede lograr nada sin los medios necesarios'.
Este maldito tipo... Wei Ying seguía sonriendo descaradamente, encontrándose de frente con la mirada
del joven maestro Jin.
—¡No dejes que Jin ZiXuan se burle de ti, cariño!—, dijo Chao.
No necesito eso de alguien como tú, ugh... Los hombros de Wei Ying se tensaron inevitablemente cuando
Chao pasó el brazo por el respaldo detrás de él. El propio Jin ZiXuan miraba la exhibición bastante
conflictuado, aparentemente indeciso sobre si Wei Ying merecía ser acosado por el inmoral Wen, si le
divertía, o si quería salvarlo, ganarse su favor a pesar de sólo burlarse de él.
—Estás en mi asiento—, dijo un tono tranquilo pero firme, gélido, desde detrás de Wei Ying y Chao.
—¡Lan Zhan!— Wei Ying suspiró agradecido. Se giró y vio al hombre de pie, inmóvil, mirando a Chao
con una frialdad tal que parecía despojarlos del calor que los rodeaba.
—Eh...— Chao se tensó pero no se movió. —Nie HuaiSang muévete, haz espacio para Lan WangJi.
—No.— WangJi sonaba y parecía que sólo esa fina capa de hielo le impedía, ¿qué? Lan WangJi, ¿golpear
a alguien? ¡Imposible! Sin embargo... —Tú deberías moverte.— No parecía en absoluto imposible justo
en ese momento que WangJi se pusiera violento a continuación. La gente a su alrededor se estaba
poniendo nerviosa.
—Sólo muévete, Wen Chao, era el asiento de Lan WangJi— dijo ZiXuan en su siempre perezoso tono
altivo, pero él también miró a WangJi con cautela.
—¡Tch!— Chao se levantó lentamente. —No es que los asientos estén asignados, pero bueno—. Se
apartó hacia un asiento libre bien alejado de ellos. WangJi volvió a sentarse junto a Wei Ying, dejando su
taza y una jarra de oolong recién hecho. Wei Ying se apresuró a servirle una taza, inclinándose hacia él en
busca de consuelo y lo consiguió cuando WangJi le puso la mano en la parte baja de la espalda y se
inclinó para olerle suavemente el cabello. Wei Ying sintió su aliento contra su oreja y sintió y escuchó
cómo temblaba levemente, como si WangJi estuviera conteniendo a duras penas una emoción.
Por supuesto, las demostraciones públicas de afecto como esta ya no eran un tabú entre la generación más
joven, pero viniendo de un Lan, conocido por su decoro anticuado, seguía siendo inesperado. Sin
embargo, una vez resuelta la tensión, la conversación se reanudó. Ying habló con HuaiSang y le pidió
que le mostrara algunos de sus diseños desde su teléfono.
—Sabes, mi estilista, que también es mi buena amiga, Luo QingYang, estudió en una aclamada
escuela de moda de Nueva York, maldita sea, he olvidado el nombre... En fin, ella probablemente
también conozca a algunas personas, ¿podría preguntarle si conoce a alguien a quien pudieras
enseñarle tus diseños...? ¡Es decir que creo que tienen potencial!— Wei Ying no sabía si eso llevaría a
algo, pero quería animar al joven. Estaba claro que que él no tuvo tanta incomodidad en el cara a cara
como lo había estado antes, pero Wei Ying seguía sintiendo simpatía por él.
—Bueno, eso sería muy amable de tu parte. Si no es mucha molestia, no veo por qué no podrías
preguntar—. HuaiSang tampoco tenía ninguna expectativa al respecto, sólo eran palabras de cortesía de
ida y vuelta para consolidar la amistad que había empezado a brotar entre ellos. HuaiSang elogió el
atuendo de Wei Ying y hablaron más de moda, tema sobre el que Wei Ying dijo astutamente que estaba
acostumbrado a que su estilista lo vistiera y que en realidad no sabía mucho más allá de los diseñadores
más convencionales, y que realmente les venía bien a ambos que HuaiSang lo educara en sus
experiencias del mundo de la moda; HuaiSang sintió que por fin alguien apreciaba su conocimientos, y
Wei Ying pudo absorber todos los conocimientos generales y las curiosidades más oscuras, lo que le
ayudaría a parecer un gurú de la moda en alguna conversación posterior en la que tuviera que
impresionar a otras personas. Otras, en su mayoría chicas que aún no habían decidido que él era una
amenaza, buscaban la atención de Wei Ying y él hablaba jovialmente con ellas, sobre maquillaje y uñas y
clases de spinning y power yoga —Wei Ying había ido a yoga una vez, así que le dio importancia a eso—
y sobre lo que sus hombres habían estado haciendo. Nada especialmente profundo. También sobre cómo
era vivir en Estados Unidos, y ahí Wei Ying trató de ser lo más vago posible para evitar revelar lo de
clase media que era en realidad, pero nunca dijo una mentira descarada. Tampoco empezó a ignorar a
HuaiSang; era demasiado fácil hablar con él, aunque tampoco parecía querer ser el centro de atención,
pero al menos Wei Ying se aseguraba de que pudiera terminar sus oraciones. WangJi mantuvo su mano
sobre Wei Ying en todo momento, y dejaba que su ojo vigilante escrutara a la multitud, mirando
fijamente a cualquiera que mirara a Wei Ying de una forma que no le gustara. Al principio, Wei Ying no
se percató de su vigilancia, pero se dio cuenta de que la mano de WangJi había empezado a frotarle
suavemente la espalda de arriba abajo. Wei Ying prestaba toda su atención a sus compañeros de
conversación, pero era perceptivo y consciente de las miradas que recibía. Pero claro, su forma de hablar
y su voz eran vivas, al igual que su lenguaje corporal, la forma en que hablaban sus manos y cómo se
movía, muy emotivo, así que, por supuesto, ¡atraía miradas! Cuando estaba pensando, tendía a jugar con
su coleta y fruncir los labios, tal vez hacer un pequeño 'umm', sus ojos moviéndose rápidamente aquí y
allá como si las respuestas se escondieran en los bordes de su visión —aprovechando este momento para
observar también más su entorno— mostrando sus tonos blancos bajo sus pestañas extendidas, y luego
esos ojos se iluminaban cuando volvía a levantar la vista, con la coleta agitándose, y podía juntar las
manos mientras hablaba, volviendo a recuperar la atención de los que quizá ya habían desviado la
mirada, y luego olvidarse de sí mismo jugando con las uñas mientras escuchaba activamente, asintiendo;
¡u-huh, u-huh!', reír y sonreír ante algo encantador que alguien decía, inclinándose ligeramente hacia
delante para que su espalda se arqueara mientras dejaba que la emoción recorriera vivamente todo su
cuerpo... ¡En efecto, era cautivador seguirlo! Un pajarito perfecto revoloteando y gorjeando en la mano
de su estoico cuidador, donde se sentaba como si estuviera atado alrededor de su dedo meñique, pero
WangJi no lo toleraba: cualquiera que se atreviera a mirar durante demasiado tiempo recibía la mirada de
muerte. Wei Ying miraba a WangJi de vez en cuando con adoración: —¿Correcto, verdad Lan Zhan?
—Mm.
—¿Sí? ¡El yoga mantiene el cuerpo muy flexible! ¡Tee-hee!— Ya estaba bastante achispado y se había
vuelto más atrevido, pero seguía estando nervioso de coquetear con Lan Zhan delante de todos, así que
movió las piernas, la energía nerviosa de su cuerpo necesitaba una salida: cambió la posición de los
tobillos cruzados y frotó ligeramente las piernas. ZiXuan estaba mirando de nuevo, y también Chao y
algunos más, aquellas piernas de alabastro imposiblemente largas, y las gruesas hebillas de cuero
cerradas alrededor de sus tobillos despertaban la imaginación... Cuanto más frustradas se sentían algunas
de las chicas, más Wei Ying estaba siendo... Bueno, Wei Ying. A WangJi no le importaban sus miradas
celosas, pero sí las de los demás. Lentamente llevó su mano al cuello de Wei Ying, frotando suavemente
unas cuantas veces y luego dándole un leve tirón de los cabellos del cuello.
—¿Mh?— Wei Ying sintió escalofríos de los buenos y a duras penas evitó que sus ojos se entrecerraran
al llegar a la parte superior de su cabeza. —¡Lan Zhan!—, siseó en voz baja, sonrojándose, con ganas de
reprender al hombre por haberse puesto demasiado travieso, pero cuando miró vio los ojos acerados de
WangJi clavados en otra cosa. Siguió su mirada y sólo atrapó a ZiXuan apartando la vista lentamente,
sorbiendo su bebida. Wei Ying tenía que reconocerlo, su póquer se mantenía mejor que el de Chao, que
había girado la cabeza rápidamente como si no quisiera que lo volvieran a atrapar mirando, pero
demasiado tarde. Esta vez, WangJi le clavó los ojos durante más tiempo, sabiendo que el Wen
seguramente podía sentir su mirada penetrante, aunque sólo fuera eso, y siguió frotando el cuello de Wei
Ying, justo debajo de la gargantilla de cuero. WangJi miró a Wei Ying y lo vio tragar saliva, la continua
estimulación ponía otro tipo de tensión en su cuerpo. WangJi deslizó el dedo bajo la gargantilla, la agarró
y tiró de ella un poco más fuerte. El rostro de Wei Ying se sonrojó al sentir el suave apretón contra su
garganta, y dejó que WangJi tirara de él lentamente hacia sí, no más de un centímetro. WangJi se inclinó
para besarle suavemente el cabello, y sus ojos se alzaron de nuevo hacia la multitud para ver si... Sí:
atrapó a algunos de los hombres observando su exhibición posesiva, y cuando WangJi clavó los ojos en
uno de ellos, el hombre no pudo apartar la mirada hasta que todo terminó, WangJi soltó a Wei Ying y se
recostó en el sofá, con la mano volviendo a posarse ligeramente en el hombro de Wei Ying. Wei Ying
soltó una risita nerviosa y volvió a prestar atención a las chicas con las que había estado hablando. Se
habían girado graciosamente para discutir entre ellas, fingiendo que no se habían dado cuenta de nada.
Wei Ying se alegró de estar demasiado nervioso para excitarse, aunque aquello había sido jodidamente
caliente, o habría estado en problemas.
¿Estamos siendo totalmente repugnantes con el coqueteo? ¡Para ser un Lan seguro que te gusta
presumir, WangJi!
El volumen seguía subiendo a medida que la gente bebía más, y finalmente alguien propuso un juego de
beber: —¡Juguemos a Dos Abejitas!
—¡Yo quiero jugar, yo quiero jugar!— Wei Ying levantó la mano, con las mejillas ya sonrojadas tanto
por la bebida como por el coqueteo, pero no había hecho más que empezar. —¿Cómo se juega?
—¿Conoces el juego 'piedra, papel o tijera'?—. le preguntó HuaiSang y luego le explicó: —Hay una
rima al principio; 'dos abejitas vuelan hasta una flor y vuelan...', y al final juegas a 'piedra, papel o
tijera'. Si ganas finges darle una bofetada al otro jugador, si empatas ambos deben fingir que se
besan, y si te equivocas tienes que beber.
—Sin embargo, ¡me gustaría proponer una regla de la casa!— HuaiSang se levantó y alzó su abanico
cerrado.
—¡Escuchemos todos la nueva regla de Nie HuaiSang!— ZiXuan declaró y todos se giraron para
mirarlo.
HuaiSang golpeó el abanico contra su palma. —¡Para hacer las cosas más interesantes, que quien
pierda el 'piedra, papel o tijera' se tome también un trago después de haber sido 'abofeteado'!
Todos estuvieron de acuerdo en que era una buena regla, ya que así se beberían más copas. Se designó a
una persona para que sirviera las copas, de modo que los tragos se hicieran con rapidez y se mantuviera
el rápido ritmo de juego que se pretendía que llevara a los errores que desencadenaban los shots. De este
modo, los jugadores se sentaban en el centro de la mesa y todo el mundo se reunía a su alrededor para
observarlos y animarlos.
—Dejemos que Nie HuaiSang vaya primero ya que propuso una nueva regla, ¿y quién se ofrece
como voluntario para empezar contra él?— ZiXuan parecía asumir con naturalidad una posición de
autoridad aunque no era el mayor del grupo —parecía más joven que los hermanos Lan, más cercano a
Wei Ying y HuaiSang en edad— y Wei Ying dedujo que la familia Jin de comerciantes de seda debía ser
muy respetada. Además, no parecía ser propio de los Lan asumir el liderazgo directo en situaciones de
grupo, así que tal vez Jin ZiXuan era visto como el líder simplemente por la gracia de la modestia Lan.
¿Sabes, Jin ZiXuan, que eres capaz de adoptar una postura gracias a la providencia de tus
superiores? Por supuesto, Wei Ying podía estar leyendo la dinámica de poder en juego completamente
mal, pero vamos, ¡los Lan habían sido jugadores desde el siglo XVIII! Por otra parte, desconocía la
antigüedad de los negocios de la familia Jin y, a juzgar por el aspecto del pequeño príncipe del comercio,
eran extremadamente ricos, y nada humildes al respecto, a diferencia de los modestos Lan. Aunque su
Lan Zhan se veía extremadamente genial hoy, gracias a que Wei Ying y Mianmian lo empujaron a
arreglarse, y Wei Ying pensó que el hermano menor de los Lan podría con el pavo real —ya lo había
hecho—. Wei Ying seguiría observando, pero primero...
—¡Yo, iré contra Nie HuaiSang!— levantó de nuevo la mano y fue a tomar asiento frente a HuaiSang
mientras la multitud vitoreaba.
—¡Mírame!— Wei Ying se sentó con las rodillas ligeramente separadas, asumiendo naturalmente una
posición dominante mientras apoyaba el codo en la mesa y le sonreía a HuaiSang. —Por favor,
enséñame primero la rima, Nie laoshi, ¡luego prepárate para beber!
WangJi se reclinó, con la pierna cruzada sobre la rodilla y observó atentamente, sorbiendo su té.
HuaiSang no se desanimó, se tomó con buen humor el alarde de Wei Ying y le enseñó la rima, así como
el pequeño baile que se debía de hacer con las manos antes de lanzar piedra, papel o tijeras para
determinar el resultado de la ronda. Luego jugaron...
—¡Dos abejitas vuelan hasta una flor y vuelan, fei ya! —cantaron los dos y finalmente estiraron las
manos... Los dos lanzaron tijeras.
—¡Mwah mwah!— HuaiSang predicó con el ejemplo e hizo dos sonidos de beso mientras chasqueaba
los labios en fingidos besos hacia Wei Ying. Lo hizo lo suficientemente despacio como para que Wei
Ying lo siguiera, ya que era su primera vez;
— ¡Fei ya! — Ambos lanzaron piedras y volvieron a hacer el beso-beso. Los ojos de WangJi se habían
entrecerrado a espaldas de HuaiSang, pero lo toleró.
— ¡Fei ya! — ¡Ambos volvieron a lanzar tijeras! El juego había empezado con una nota interesante y la
gente silbaba y gritaba. —¡Fei ya! — Ambos lanzaron papel; ¡'beso beso'!
— ¡Fei ya! — HuaiSang volvió a lanzar papel, Wei Ying lanzó... ¡Tijeras! Wei Ying fingió darle dos
bofetadas a HuaiSang mientras la multitud lo ayudaba gritando: —¡Pya, pya! — y HuaiSang le siguió el
juego, moviendo la cabeza de un lado a otro como si le hubieran dado una bofetada, exclamando "¡ah,
ah!" y a la segunda 'bofetada' agarró un vaso de shot y lo vació.
—¡Fue una buena idea, HuaiSang!—, gritó alguien, pero todo por diversión. Inmediatamente siguió la
siguiente ronda:
— ¡Fei ya! Wei Ying lanzaba piedras, HuaiSang lanzaba papeles, y ahora le tocaba a HuaiSang abofetear
a Wei Ying; '¡pya, pya!'; '¡ah, ah!', y Wei Ying sonreía ampliamente, divirtiéndose como nunca mientras
tomaba un vaso de shot y lo vaciaba. Continuó durante unas cuantas rondas más, otro shot para
HuaiSang, tres empates a 'besos', y entonces, cuando las tijeras de Wei Ying habrían perdido ante las
rocas de HuaiSang, HuaiSang se equivocó, inclinándose para darle un beso:
—Mua-... ¡Oh!
—¡Bebe y sal, Nie HuaiSang!— alguien gritó, —¿Quién sigue contra Wei Ying?
HuaiSang levantó su vaso en un brindis por Wei Ying y lo vació, diciendo que tal vez no tendría
estómago para la segunda ronda y fue a sentarse. Wei Ying tenía una habilidad asombrosa en el juego
para ser un novato, pero era a la vez bueno en piedra, papel o tijera - psicológicamente y rápido de
ingenio, sin equivocarse ni una sola vez. Ayudaba el hecho de que sólo perdiera unas pocas rondas y
tuviera que recibir menos shots, pero cuanto más tiempo siguiera siendo el campeón reinante, más shots
acumularía y más difícil le resultaría concentrarse, lo que facilitaría que cometiera errores y, por lo tanto,
que su oponente se impusiera... O eso creían, pero Wei Ying también tenía una tolerancia al alcohol
especialmente buena, y llegó un momento en su borrachera en el que entró en un estado de flujo mental
en el que estaba aún más concentrado.
—Esto es imposible...
—¡Ja! No soy de las que se rinden; ¡si quieres destronarme tendrás que ganarme limpiamente!
¡Próximo oponente!— Wei Ying golpeó con fuerza la mesa ante el asiento vacío que tenía delante.
Hasta ese momento había competido contra HuaiSang y dos mujeres —sus anteriores compañeras de
debate— pero ahora ante él se sentaba un hombre, uno de los antiguos compañeros de escuela de WangJi.
—¡Lo siento, pero tampoco voy a ser amable contigo!—. Wei Ying sonrió y estrechó la mano que el
hombre le había ofrecido, como si estuvieran a punto de entablar una partida formal de ajedrez o algo así.
—¡No espero menos que un juego limpio!—, dijo el hombre y extendió las manos e hicieron el
pequeño baile y la rima mientras los que miraban cantaban a la par, y finalmente extendieron las manos;
—¡Fei ya!—. Fue un empate por piedra, y se inclinaron ligeramente sobre la mesa hacia el otro para
darse besos en el aire: '¡mwah, mwah!'. WangJi frunció el ceño y sus ojos se oscurecieron. Miró a la
gente que hacía fila para jugar: una chica que ya estaba bastante borracha y no duraría mucho, otro de sus
compañeros de colegio y su joven esposa... Y luego Wen Chao. Wei Ying tenía que perder antes de eso;
¡WangJi no soportaría que el perro Wen le soplara ni siquiera besos simulados a su Wei Ying! Era sólo un
juego estúpido, pero apenas podía ver a sus amigos, a los que sabía que eran hombres honorables, soplar
besos hacia Wei Ying. Presenciarlo hizo que una serpiente se enroscara en el pecho de WangJi,
apretándolo y mordiéndolo con el amargo, amargo veneno de los celos... ¡Él podría no soportar que Chao
lo hiciera! Por desgracia, Wei Wei Ying era una bestia...
—¡Bebe todo!— Dijo Wei Ying mientras se adjudicaba otra victoria. El partido contra la chica borracha
terminó rápidamente, pero Wei Ying se ofreció a beber su shot por ella y le pidió a alguien del público
que le consiguiera un taxi porque, obviamente, había terminado por esa noche. Luego jugó contra el otro
licenciado en empresariales, un amigo de WangJi, y parecía confiado hasta que Wei Ying lo aplastó
también después de muchos shots más. Wei Ying estaba empezando a sentirlo, pero probablemente éste
era el juego de beber más estimulante al que había jugado —y había jugado a muchos— ¡y no había
terminado! Además... Chao se acercaba, y Wei Ying disfrutaría especialmente humillándolo. La joven
esposa era bastante astuta en sus tácticas e hizo beber a Wei Ying muchas veces, y sólo después de una
prolongada batalla empezó a alterarse... Y a equivocarse, levantando la mano en una bofetada a pesar de
que era su papel contra las tijeras de Wei Ying.
—¡No tan rápido hermana! Tú pierdes, ¡hasta el fondo! —Wei Ying se alegró y, aunque parecía
decepcionada, se bebió su shot con elegancia y se levantó del asiento. Caminó a toda velocidad hacia los
baños —probablemente para vomitar— y pasó junto a LingJiao y sus dos amigas que regresaban,
reincorporándose al grupo. Ahora Chao dió un paso adelante...
—Mi turno—. WangJi se había levantado rápidamente del sofá y se deslizó como una ráfaga de viento
ante el asiento del aspirante, cortando el paso a Chao.
—¡¿Estos son los famosos modales de Lan, eh?!— Chao se quejó, —¡¿Metiéndose en la fila?!
Pero WangJi no le hizo caso y se sentó lentamente, mirando a Wei Ying a los ojos. Wei Ying lo miró con
incredulidad;
WangJi no dijo nada, sólo extendió las manos en posición de partida para la rima inicial.
—¿Qué tiene de malo que un Lan se suelte de vez en cuando? Déjale jugar, digo yo—. Meng Yao
habló desde su lado, y XiChen no dijo nada más.
—Lan Zhan, sabes que te supero y te haré caer en dos shots como máximo, ¿verdad?
—Parece que sus años en América cambiaron al impecable último Lan después de todo—. Jin
ZiXuan pensó en voz alta, él mismo sólo observando el juego desde su asiento sin ninguna intención de
participar.
—Juega—, fue todo lo que dijo WangJi, mirando fijamente a Wei Ying a los ojos.
Wei Ying le devolvió la mirada, pero reconoció esa expresión obstinada; WangJi no cedería. —¡Bien,
bien, pero esta vez no me eches la culpa a mí!—. Levantó las manos y la gente vitoreó, todos
esperaban ansiosos cómo podría salir esto.
—¡Dos abejitas vuelan hasta una flor y vuelan, fei ya...! — Wei Ying lanzó piedra, WangJi lanzó...
Tijeras.
— ¡Pya, pya! —Wei Ying fingió abofetear a WangJi, sin bajar el dramatismo sólo porque se trataba de
Lan Zhan, y el hombre, en silencio, con movimientos apagados, giró la cabeza de derecha a izquierda, y
luego tomó un vaso y se lo bebió de un trago mientras la multitud enloquecía, vitoreando y gritando.
—¡Tu prometida te está humillando, Lan WangJi! ¡Tienes que dar un paso al frente!
WangJi hizo una mueca visible al sentir el sabor del licor mientras bajaba de golpe el vaso, pero pronto
volvió al juego y a su estado inexpresivo, y volvieron a lanzar:
—Pya, pya.
—...¡Ah!—, exclamó Wei Ying tras recuperarse de la impresión, pero, por supuesto, ¡también debía
esperar que WangJi ganara alguna ronda! Wei Ying tomó su shot.
¡Maldita sea Lan Zhan, eres bueno! ¡Pero tus orejas ya se están poniendo rojas!
Era cierto, las orejas de WangJi se habían enrojecido aunque sus ojos seguían agudos. Pero no por mucho
tiempo... No empataron durante un rato, su forma de enfocar el juego era totalmente distinta y, como eran
adversarios el uno del otro en todo momento, ambos tuvieron que seguir tomando shots. Pronto WangJi
tuvo esa mirada distante en sus ojos, luchando por enfocarlos, aunque no se equivocó y siguió la
psicología del juego sorprendentemente bien. O tal vez simplemente conocía demasiado bien a Wei Ying.
El propio Wei Ying empezaba a estar en un punto en el que habría considerado perder a propósito para
salir, ¡pero no podía perder ahora! Si perdía, dejaría a WangJi como vigente campeón, y viendo lo bien
que jugaba incluso estando borracho, Wei Ying temía que nadie pudiera ganarle y que WangJi tuviera que
seguir bebiendo y bebiendo hasta que...
Por favor, Lan Zhan, ¡tienes que equivocarte ahora! — ¡Fei ya! — Wei Ying lanzó papel... ¡Al papel de
WangJi! Wei Ying se inclinó hacia adelante, —Mwa-... ¡¿Mh?!
En lugar de fingir que lo besaba, WangJi agarró la cara de Wei Ying por encima de la mesa y lo besó, lo
besó húmedo y lo besó descuidadamente, y la desprevenida y vulnerable boca de Wei Ying se llenó de su
lengua. Wei Ying abrió mucho los ojos, impresionado, y oyó silbar y gritar a los hombres más bulliciosos
que los rodeaban, pero también jadeos de pura sorpresa y algunas burlas.
Oh Lan Zhan, no deberías beber... Wei Ying sintió que WangJi se volvía pesado contra él. Su rostro se
relajó y cayó completamente flácido, y Wei Ying se esforzó por recostarlo con cuidado boca abajo sobre
la mesa.
—Supongo que eso significa que Wei Ying gana este también.— HuaiSang dijo y se abanicó
lentamente.
—¡Me ayudan a recostarlo!— Wei Ying llamó y los compañeros de WangJi vinieron a arrastrarlo por
los brazos y lo colocaron con cuidado en el sofá. Dormía tan plácidamente, con los ojos cerrados y sus
finas y largas pestañas rozaban suavemente sus esculpidas mejillas pálidas que ahora lucían un delicado
rubor rojo, sus labios húmedos, besados. Wei Ying cruzó las manos sobre su vientre con pulcritud y le
apartó un mechón de cabello de la cara, dándole el aspecto más elegante que podía tener un borracho
desmayado. Al incorporarse de nuevo, Wei Ying se dio cuenta de lo jodidamente borracho que estaba,
todo le salía a pedir de boca.
—¿Wei Ying seguirá defendiendo su título?
—¡Vamos, cariño!— Chao desafío burlonamente ahora que WangJi estaba fuera del juego, —¡Ven a
jugar, no me ganarás!
—¡Ajaja, tengo que rendirme!— Wei Ying levantó las manos, —¡Realmente necesito ir a
empolvarme la nariz, como, ahora mismo!
Eso le valió unas cuantas risas, pero ninguna chica se ofreció a ir a sujetarle el cabello cuando corrió a los
baños. No importaba, Wei Ying podía sujetarlo por sí mismo. En los baños, se metió en una cabina vacía,
sin molestarse en cerrar la puerta.
—Wow, me encanta tu vestido... Hey, ¿estás bien hermana?—, preguntó otra chica borracha desde lo
más profundo de su ser.
—Gracias hermana, sí, espera...— Con la otra mano Wei Ying se apartó el flequillo y la coleta de la
cara y con la otra se metió los dedos en la garganta y purgó lo que pudo antes de que entrara en sus
entrañas y en su torrente sanguíneo.
—¡Está bien hermana, está bien, déjalo salir!— La chica borracha torpemente le dió unas palmaditas
en la espalda.
Finalmente Wei Ying escupió, se sonrojó y se levantó. La chica esperó a que se lavara las manos y luego
le ofreció una botella de agua. Wei Ying, agradecido, la tomó, se la vertió en la boca y se enjuagó bien.
Mierda, Lan Zhan, ¡mira lo que me has hecho hacer! Pero a Wei Ying estaba más preocupado por el
bienestar de WangJi, al fin y al cabo él mismo era un veterano bebedor compulsivo.
Esta chica está tan perdida. Wei Ying le devolvió el abrazo mientras comprobaba su propio estado de
bienestar: el suelo no estaba del todo firme, pero se las arreglaría. Tal vez. Se acabó para Wei Ying. Dejó
marchar a la chica y fue a mirarse al espejo, asegurándose de que no se encontraba en ninguna situación
del tipo de las de llamar a Mianmian, pero sólo necesitaba retocarse el brillo de labios, porque WangJi se
lo había comido todo.
Mientras tanto, en su mesa, WangJi seguía durmiendo profundamente y Wen Chao penso que tenia algo
inteligente que decir al respecto:
—Tch, incluso su mujer podía aguantar el licor mejor que él. Patético.
—En su defensa: esa Wei Ying parecía ser mejor bebedora que cualquiera de nosotros—, dijo Meng
Yao.
—¿Qué hay de ti entonces? Fuiste demasiado cobarde incluso para enfrentarte al desafío.
—Hmh.— ZiXuan tampoco lo negó, y viendo que no daba un paso al frente para defender a WangJi,
Chao se envalentonó aún más:
—Lan WangJi parece estar resultando ser el típico 'hombrecillo de Shanghai' después de todo;
¡azotado y dominado!
El hombre, que no era del continente, se encogió ante Chao y, como Chao confundió el incómodo
silencio de todos los demás con respeto, prosiguió:
—Mi familia es originaria de la parte del país donde los hombres todavía lideran y las mujeres
siguen, y hablan un mandarín correcto; no este ceceo afeminado, del que los Lan son realmente los
mayores culpables. ¡Es verdaderamente obvio con sólo escucharlos a todos que soy el único que al
menos ha estudiado en Beijing!
—Realmente es... Obvio. — dijo ZiXuan perezosamente, haciendo girar su vaso y algunos de sus
compañeros shanghaineses se atrevieron a reír.
—¿Acaso el hecho de que los Lan hablen del 'tierno habla de Wu' y su acento no prueban
únicamente que su familia tiene una larga historia en esta región?—, ofreció amablemente Meng
Yao. XiChen no hizo ningún comentario, sentado y sereno como un estanque frío, con la espalda recta
como un bambú —un Lan no necesitaba levantar la voz para ganarse el respeto.
—En efecto—, el joven heredero Jin habló finalmente en contra de su superior para defender a los Lan,
siendo testigo de la madurez y la gracia de XiChen y no deseando parecer un hombre inferior en
comparación; —...A diferencia de algunos trabajadores inmigrantes que tuvieron que venir aquí a
rascar el fondo después de perder todas sus tierras—. Sin embargo, las palabras de ZiXuan
profundizaron demasiado en la tragedia de los Wen, que lo habían perdido todo a medida que cambiaban
los tiempos.
—¡Sólo ignóralo mi cielo, qué importa!— gimoteó LingJiao que había llegado a aferrarse al brazo de
Chao.
— ¿Yo? ¡Y tú qué! — ZiXuan se dio cuenta de que ya había ido demasiado lejos, pero por muy
orgulloso que fuera tampoco se daría un paso atrás; —¿Acaso no fue tu abuelo en persona a los Lan
para comprometerse a sí mismo y lo poco que le quedaba a su servicio, por una mera oportunidad
de aferrarse a una fracción de su ruinoso estatus? Y ahora su nieto tiene la cara para insultar no
sólo a la familia Lan, ¡sino a todas las familias de Shanghai que alguna vez les han dado una
oportunidad a los forasteros! ¿No tienes vergüenza?
—¡¿Qué estás diciendo?! Fueron los Wens quienes salvaron a los Lan de caer en la ruina en aquel
entonces, ¡y aún así posan arrogantemente como si fueran mejores que nosotros!
—Y mientras insistes en separar tu linaje de los linajes de Shangai, tu lenguaje grosero del nuestro,
¡recuerda en qué tierra estás, Wen Chao!
—¡La nuestra! ¡La tierra de Wen! ¡Mi padre les ha comprado la mitad de sus propiedades! ¡Todos
ustedes le pagan a mi padre un alquiler!
—Basta, por favor.— Dijo XiChen finalmente, sin levantar la voz pero llamando la atención de todos a
pesar de todo. —La familia Lan no considerará importante lo que se ha dicho esta noche si esto
termina ahora.
—¡Ahí estás otra vez, haciéndote el poderoso y creyendo que puedes dar órdenes a los demás
cuando por fin te molestas en hablar!— Chao siguió atacando, sin darse cuenta de que todo el mundo
empezaba a estar harto de él. LingJiao al menos tuvo la percepción de darse cuenta de que las
probabilidades no estaban a su favor y trató en vano de calmar a su hombre, pero era exactamente el tipo
de mujer que los hombres como Wen Chao mantenían: carente de fuerza para enfrentarlo de verdad.
—Aww, ¿es que Lan xuézhǎng no se fija en ti? Siéntate Wen Chao, tu privilegio me está dando
vergüenza.
La gente se giró y se encontró con que Wei Ying había regresado, erguido como un jefe _en realidad sólo
para mantenerse de pie sobre los tacones mientras el suelo no dejaba de tambalearse— con la mano en la
cadera y la otra armada con el bolso McQueen, chupando un caramelo de menta.
—¡¿Quién eres tú para hablar aquí?! Si alguien aquí es un forastero, ¡eres tú!— A diferencia de
Chao, ella había conseguido asegurarse aliados; las otras dos chicas que tenía con ella se unieron,
confiando en que Wei Ying no tuviera ningún apoyo porque era nueva y su novio estaba desmayado:
—Sí, ¿quién eres tú para venir aquí, pollo*, a robar hombres y luego hablar como si algo te
preocupara?
—¡M-hm, pollo!
Todos los hombres parecían incómodos, pero ninguno encontró la cara para defender a Wei Ying frente a
esas mujeres al azar. Por lo que habían percibido, Wei Ying sí que había estado actuando coquetamente
toda la noche; ¡Tal vez estas chicas tenían razón al acusarlo de promiscuo! Y como todas esas chicas con
Wei Ying incluído eran tan buenas como extrañas para ellos, ¿qué interés tenían los hombres en las riñas
de algunas mujeres? Sólo XiChen quiso defenderlo, pero vio que Wei Ying permanecía imperturbable, de
hecho sonriendo a pesar de todo, y no quiso sobrepasar el derecho de Wei Ying a defenderse cuando
parecía perfectamente capaz de hacerlo. Pero Wei Ying no dijo nada, y las chicas siguieron adelante. Sólo
las que observaban desde la barrera se percataron de la inquietante sonrisa de Wei Ying y del extraño
brillo de sus ojos, y pensaron que preferirían no enfrentarse a él aunque fuera tres contra uno.
—Oh, ¿me las arreglé para incluso robarte a tu novio imaginario?— Wei Ying se burló.
—Si lo he hecho, bueno...—. Wei Ying se revolvió el cabello, —...ni siquiera lo estaba intentando, así
que, ¿qué dice eso?
—¿Barata? ¿Cuánto pagas de alquiler por esa bolsa?— Wei Ying ladeó la cabeza, sonriendo todavía.
Podía seguir así toda la noche.
—¡Cállate, polluela barata, sólo estás provocando una escena innecesaria!— LingJiao intentó
retroceder al comprobar que sus perros de presa eran ineficaces y que nadie la apoyaba tampoco, pero
Wei Ying no iba a dejarla marchar tan fácilmente:
—No soy yo quien se puso a llorar como un bebé por no recibir suficiente atención de los Lan o lo
que sea. Wang LingJiao, ¿no crees que podrías hacerlo mejor, teniendo en cuenta lo mucho que has
invertido?
La voz de LingJiao temblaba de rabia, pero hizo lo posible por mantener la calma: —¿Quieres decir
como Lan WangJi? ¿Qué has hecho para que un Lan te mirara, pollo?
—¿Lan mirando al pollo? Puede que sí.— La otra chica sonrió con suficiencia ante su propio destello
de genialidad.
Chica lista. A Wei Ying se le congeló la sonrisa en los labios cuando la oyó arrancar unas risas ahogadas
con aquello. ¿Debía retroceder? Para él no era más que un juego, pero para todos los demás era una lucha
de mujeres por los derechos de cortejo, y mientras él participara en ella no parecería mejor que esas
cazafortunas profesionales; una dama con clase estaría por encima de eso, ¿no? Wei Ying sabía que ya
había ganado el premio gordo y se había puesto un anillo en el dedo para demostrarlo, pero ¿estaba
empezando a hacer quedar mal a WangJi? ¿Pensarían los demás que el pobre heredero Lan había sido
engañado por semejante artista del ligue? ¡Él no quería que pensaran eso! No le importaba lo que la gente
pensara de él tanto como le importaba lo que pensaran de su Lan Zhan, pero la forma en que la gente
viera a Wei Ying se reflejaría inevitablemente en Wangi ahora que se había vinculado con él.
Chao era el que más se reía: —¡Esto demuestra la clase de hombre que es Lan WangJi! Qué ingenuo,
dejándose engañar por una mujer así.
La sonrisa de Wei Ying finalmente murió; —¡Cierra la puta boca Wen Chao!
— Cállate tú barata, mestiza poll...— Un puño golpeó el costado del rostro de Wen Chao. Lan WangJi
primero había levantado el puño del sofá sin previo aviso.
—¡Guau!—, exclamó la gente y las chicas se apartaron de las mesas agarrando sus bebidas y sus bolsos.
WangJi agarró a Chao por el cuello antes de que el hombre más bajo pudiera desplomarse por la fuerza
de su puñetazo y acercó su rostro para mirarlo fijamente. Los ojos oscurecidos de WangJi estaban
absolutamente desquiciados, era obvio que estaba muy enfadado y muy, muy borracho.
—¡Lan WangJi, por favor, no pelees!—, gritaron sus amigos, pero WangJi levantó a Chao de sus pies
mientras el otro hombre gemía, con la cara rápidamente hinchada y pasando del rojo al azul.
—¡Lan Zhan!— Wei Ying intentó correr hacia él, pero LingJiao no le dejó pasar; ella lo agarró del
cabello.
Wei Ying sintió las afiladas uñas de ella arañarle y clavarse en su cuero cabelludo, casi le falló la voz
mientras chillaba de dolor. —¡Suéltame o te haré una nueva rinoplastia con mi puño!
Eso no le gustó a ella. Intentó tirarlo al suelo, pero Wei Ying consiguió mantenerse en pie, dándose la
vuelta y agarrándole la muñeca justo a tiempo antes de que sus uñas llegaran a arañarle la cara. LingJiao
se detuvo allí, descubriendo que los brazos de esta chica eran sorprendentemente fuertes y que ella era
incapaz de mover los suyos mientras Wei Ying los sostuviera.
—Tengo por principio no pegarle a las chicas—, dijo Wei Ying con su voz femenina más encantadora,
—pero por ti haré una excepción si no retrocedes, ahora.
Las amigos de LingJiao acudieron a la orden y agarraron los brazos de Wei Ying uno cada una y aún
tuvieron que forcejear para recuperarlos, retorciéndole las muñecas para hacerle perder el agarre de los de
LingJiao.
—¡Ya basta!— dijo ZiXuan con más autoridad pero sin más éxito.
Mientras tanto, WangJi había lanzado a Chao y el hombre había volado unos cuantos metros hacia atrás,
aterrizando de espaldas sobre la mesa y derribando un cubo de champán.
—¡WangJi, cálmate!— XiChen se levantó de un salto y fue a agarrarlo, ayudado por uno de los amigos
de WangJi, pero WangJi ya no intentaba moverse, sólo miraba al golpeado Wen en su terrible silencio,
con los ojos clavados en el suelo con desprecio aunque todavía había una neblina de borrachera sobre
ellos.
Wei Ying luchaba, pero aunque era más alto y fuerte que cualquiera de las chicas por sí solo no era una
rata de gimnasio, y eran tres contra uno.
—¡Suéltenme!—, intentó conservar su voz femenina, pero se le hacía difícil mientras forcejeaba y se
agitaba.
Wei Ying se quedó helada cuando LingJiao le agarró la parte delantera del vestido por detrás. Temía que
si forcejeaba ahora el cuello, ya bajo, y tal vez incluso el sujetador, se le bajarían y revelarían lo plana
que era. ¿Sospecharía algo la gente si viera eso? ¿Si vieran toda la cinta?
Joder...
—Apuesto a que incluso lo poco que tiene es sólo calcetines enrollados en su sujetador o algo así—,
se burló la otra chica.
—¡Vamos a echar un vistazo!— LingJiao empezó a tirar del vestido hacia abajo, pero sólo consiguió
descubrir el borde de encaje del sujetador negro sin tirantes de Wei Ying antes de detenerse, gritando de
dolor; un tacón McQueen le había apuñalado el dedo del pie, pues Wei Ying había pisado el suyo con
toda su fuerza.
¡Espero que se haya roto! Wei Ying retorció el talón para que al menos le doliera, y se preparó para
hacerlo de nuevo... Pero entonces sus brazos quedaron libres cuando las otras dos chicas lo soltaron y se
dispersaron ante Lan WangJi, quien embistió y empujó a LingJiao. Había fijado el objetivo y la había
dirigido a los brazos de ZiXuan, que también se había lanzado a rescatar a Wei Ying, pero el más rápido
WangJi se le había adelantado. LingJiao gemía y se aferraba a él con la pierna inerte.
—¡Cluck cluck, zorra!— Pero pronto lo sacaron del alcance del oído, WangJi lo conducía fuera del club
y hacia los ascensores.
WangJi giró 180 sobre sus talones tan rápido que Wei Ying se sintió mareado al verse arrastrado, y fueron
a buscar sus abrigos antes de dirigirse a los ascensores. Una vez que las puertas se cerraron y se quedaron
solos, Wei Ying empezó a reírse maníacamente, con la voz entrecortada:
—¡Mierda! ¡Le has dado una buena paliza a ese perro Wen! ¡Ajajaja!
WangJi lo agarró de los hombros y acercó su rostro al suyo, mirándolo con el ceño fruncido por la
preocupación, aunque sus ojos no lograron enfocar nada durante un buen rato:
—Sí, sí, está bien Lan Zhan, ¡me salvaste!— Wei Ying le agarró la cara y le besó la mejilla y WangJi se
sonrojó aún más; a estas alturas sus orejas estaban permanentemente rojas de todos modos. —¡¿Pero por
qué?!— exclamó Wei Ying dramáticamente, —¿Por qué te uniste al juego de beber? Sabes que no
puedes con la bebida, ¡y menos contra mí!
—Nadie...— WangJi balbuceó, levantando las manos hacia las mejillas de Wei Ying, —...'Mwah
mwah' mi Wei Wei Ying.
Wei Ying parpadeó, se ruborizó y volvió a reírse, hablándole como un bebé: —Lan Zhan, ¡eres un
melón tan tonto⁵!—. Wei Ying le pellizcó las mejillas. WangJi no dijo nada al respecto.
Como WangJi no reaccionó, sino que se limitó a mirar a Wei Ying con desgana, Wei Ying sacó su
teléfono del bolsillo y revisó el mensaje por él; por supuesto, conocía el pin de WangJi;
—Es XiChen: '¿están bien ustedes dos?' ¡Claro que lo estamos! ¿Verdad, Lan Zhan?
—Mm.
— '¡Somos fantásticos, gracias gege! Preocúpate de esa otra zorra' , emoji de pintarse las uñas,
llorando de risa, llorando de risa... 'Me llevo a Wei Ying a casa' , emoji de guiño, 'porque soy un
melón tonto y lindo' , enviar.
WangJi no protestó. Wei Ying sacó su propio teléfono con la otra mano y empezó a llamar a Mianmian
mientras introducía una aplicación de taxi en el de WangJi. De alguna manera seguía siendo agudo, e
incluso más rápido en sus movimientos cuando estaba la cantidad adecuada de borracho, como si su
cerebro estuviera en aceleración. —Hey zorra, nos iremos, nos vemos aquí afuera. ¡Sí, sí, fue genial!
Cero muertos, dos heridos, creo. No, nosotros no, ¡¿quién te crees que soy?! Te lo contaré en el
camino.
XiChen había respondido: <Muy bien, es bueno saberlo. Buenas noches Wei Ying.> y un emoji de
sonrisa normal.
—Los dos escriben como cincuentones.
Sin comentarios. Salieron a esperar su transporte, y pronto Mianmian cruzó la calle corriendo a su
encuentro.
—Apenas es medianoche, pensé que llegarías más tarde... ¡¿Lan WangJi está borracho?!
WangJi tenía la mirada perdida y se balanceaba ligeramente donde estaba. Llegó el taxi y esta vez Wei
Ying le sujetó la puerta y se aseguró de que subía sin problemas. Una vez en el asiento trasero con
Mianmian, Wei Ying empezó a darle el té. También le dijo al taxista que los llevara hasta un local de
pollo frito para comprar algo de comida para llevar. Se le había antojado... Mianmian aún subió al
departamento de WangJi para escuchar el resto, y Wei Ying se tomó unos cuantos Moscow Mules más
con ella mientras comían sus cubos de pollo grasiento y salsa picante, chismeorreando sobre las personas
de la fiesta mientras Mianmian los buscaba en las redes sociales.
—Ese tal Meng Yao no aparece nada... ¡Oh wow, tengo que seguir a ese tal Nie HuaiSang! ¿Dices
que es diseñador?
—¡Enséñamelo!— Wei Ying miró por encima del hombro de Mianmian; HuaiSang tenía elegantes fotos
suyas de nivel profesional, bocetos de sus diseños e imágenes de eventos de moda, inauguraciones de
galerías y demás a los que había asistido y patrocinado, estrechando algunas manos y posando con las
modelos. Wei Ying recordaba haberle prometido algo;
— Sí, es un diseñador aficionado, pero probablemente intentaría hacerse profesional si tuviera una
oportunidad. Le hablé de ti, de que podrías tener contactos. Pero no le prometí nada.
—U-huh. Bueno, lo seguiré, le haré un comentario y averiguaré si llegaron a algo. ¿Cuál era el
nombre del tipo Jin?
—Jin ZiXuan.
—Hmm... ¿Es este él?— Mianmian mostraba la imagen de un imbécil de aspecto pomposo, posando
con un Ferrari amarillo y una serie de otros coches deportivos, siempre con un traje o una camisa
elegantes y a menudo llevando gafas de sol y luciendo bonitos relojes, a menudo en compañía de mujeres
idénticas, parecidas a muñecas, como con la que había estado hoy.
—¿Y la zorra?
—Wang LingJiao. ...Nu-uh, ¡no para Lan Zhan!— Wei Ying le dio un manotazo a la mano de WangJi
cuando estaba alcanzando la copa de Wei Ying.
—Eso no te ayudará—. Wei Ying le dio a WangJi su vaso de plástico de agua mineral ya vacío; —Ve
por agua del grifo.
Mianmian seguía buscando en su teléfono. —...Mira esto—. Mianmian le enseñó a Wei Ying unas fotos
muy perfectamente editadas de LingJiao y luego de las otras dos chicas: todas casi idénticas, las mismas
poses, los mismos fondos en hoteles caros y bares famosos... —Sé lo que es esto: estas chicas van a un
supuesto campo de entrenamiento donde les enseñan cómo encontrar y casarse con hombres ricos y
cómo ser sus 'esposas famosas'. Estas agencias les alquilan la ropa, les toman fotografías para las
redes sociales y les dan acceso a clubes exclusivos donde pueden conocer a hombres ricos y
famosos.
—¡Wow!
—¡No puedo creer que alguien así tuviera el descaro de llamarte esencialmente cazafortunas!
—Tch, sí... Probablemente me tomó por presa fácil porque soy extranjero.
—¿Y ese tipo Wen Chao con el que estaba? Ugh, qué imbécil... ¿Pero qué pasa si tienes
que encontrártelo en alguna futura función familiar? Al fin y al cabo será familia por matrimonio,
aunque lejano.
Wei Ying se encogió de hombros: —Puedo lidiar con él. Aunque no estoy seguro de que él pueda
lidiar conmigo o con Lan Zhan, ¡jaja! — Wei Ying miró a WangJi, que seguía en la cocina abriendo el
grifo. —Nene, ¿qué estás haciendo?
WangJi lo miró impotente por encima del hombro. Wei Ying suspiró y se acercó a él.
—¡Oh, baby! La tapa sigue puesta!— dijo Wei Ying y le quitó la tapa al vaso, en ese momento empezó
a llenarse de verdad. —¡Qué debo hacer contigo!— Wei Ying abrazó a WangJi por detrás mientras éste
bebía un poco de agua, con la mirada fija en la alacena.
—Mianmian, creo que ahora tengo que llevar a mi hombre a la cama. ¿Estarás bien caminando a
casa, o debería llevarte?
—Son poco más de diez minutos caminando hasta el hotel y esta parte de la ciudad es muy segura;
estaré bien. ¡Vendré temprano para ayudarte a hacer la maleta!
Mianmian se fue y Wei Ying llevó a WangJi al dormitorio, lo sentó y le quitó la ropa y los pendientes.
Una vez que WangJi estuvo desnudo, Wei Ying se dio la vuelta, se apartó la coleta y le dijo que le
ayudara con la cremallera del vestido. Una vez que WangJi lo abrió, Wei Ying se sacó el vestido y se
quitó el resto, y dejó a WangJi en la cama. El hombre era tan obediente como un muñeco.
—Mi tonto Lan Zhan... ¿No es así?— Wei Ying pasó la pierna por encima de las caderas de WangJi y
pasó sus manos por su vientre, por su pecho. —¿Hm?— Wei Ying tarareó, sonriendo tan dulce y
descaradamente y movió sus caderas ligeramente contra la anatomía de WangJi. —¿Lo eres? ¿Mi
pequeño y tonto Lan Zhan?
—Mm.— WangJi lo miró ansiosamente pero se quedó quieto, a excepción de su hermano pequeño, que
se levantó de inmediato ante el roce de la flexible carne de Wei Ying.
—Mm...— WangJi dio a sus caderas el más leve y perezoso empujón, su empapado glande picoteando
un húmedo beso contra el esponjoso trasero de Wei Ying.
—Hambriento... De la enorme polla de Lan Zhan dentro de mí... ¡Mmh!— Wei Ying arqueó la
espalda y frotó su grieta contra la longitud venosa. ¡Estaba tan caliente! —¡Tonto gege polla grande!
Gege ¿polla en didi ahora por favor, mmh?— Wei Ying balbuceó infantilmente con su voz nasal,
haciendo que la polla de WangJi palpitara y se mojara y que el hombre frunciera el ceño y gruñera, lo que
volvió a Wei Ying tan loco como estaba volviendo a WangJi con sus traviesas tonterías. Se rió entre
dientes, sonriendo a WangJi mientras tomaba el lubricante y empezaba a prepararlos a ambos lenta y
burlonamente: deslizando la mano entre la polla de WangJi con la presión justa y necesaria para extender
el lubricante sobre ella. WangJi seguía gruñendo, gimiendo y suspirando a partes iguales de placer y
frustración, pero estaba siendo paciente, también posiblemente demasiado borracho y a punto de
desmayarse para hacer algo por sí mismo. Entonces Wei Ying se lubricó e hizo lo que pudo antes de que
se le acabara la paciencia: ¡ya quería esa polla!
—¡Gege tan grande, hace que didi quiera jugar toda la noche!— Wei Ying se la metió despacio y
luego les dio a los dos lo que querían: cabalgó la polla de WangJi, que no vaciló ni siquiera cuando el
propio WangJi parecía estar casi entrando y saliendo de la consciencia a ratos mientras Wei Ying se lo
hacía despacio al principio. Wangi gemía y jadeaba deliberadamente y simplemente se quedó acostado
para Wei Ying, dejando que el hombre utilizara su cuerpo como un juguete. Se agitó más cuando Wei
Ying por fin se movió a un ritmo más rápido, y finalmente golpeó su trasero contra el regazo de WangJi
con sonoras palmadas carnosas mientras le follaba con fuerza la polla, haciendo ruidos de lo más
obscenos.
—¡Gege es tan sexy...! ¡Ah! J-joder...!— Wei Ying se frotaba, hacía rodar sus caderas, tomando a
WangJi hasta las partes más profundas de él y ¡disfrutaba de estar tan lleno! Finalmente se corrió así, y su
trasero ordeñó a WangJi hasta lograr un orgasmo junto con él, con espasmos y aplastándose alrededor de
esa herramienta mientras lo llenaba. Wei Ying cayó exhausto sobre WangJi y lo abrazó.
—Mmh... Te extrañaré tanto mientras no esté...— Dijo Wei Ying, pero al mirar el angelical rostro
dormido de WangJi descubrió que el hombre ya se había desmayado felizmente.
✨Notas de la autora✨
*Pollo; 鸡 (jī) es una palabra del argot chino para prostituta.
**Este es un juego de palabras, también presente en el canon, sobre cómo suena el nombre de Lan
WangJi como 狼看鸡 (láng kàn jī); 'el lobo mira al pollo'. La frase completa aquí es una rima
descarada: —兰看鸡?也许他是。;
💙Notas de traducción❤️
El girly¹ se apropia de todo lo que se vea delicado, y en cierto modo conservador con el rol de mujer
perfecta.
(También puede traducirse como afeminado)
傻蛋 (shǎ dàn) también es un insulto hilarante común y discreto en mandarín. 傻蛋 significa "huevo
estúpido²". Dependiendo de la situación, puede ser un insulto inofensivo y divertido cuando un
amigo hace algo tonto.
La frase "azúcar, especias y todo lo bueno³" se deriva de la canción infantil del siglo XIX "¿De qué
están hechos los niños pequeños?", que dice que las niñas están hechas de "azúcar, especias y todo
lo bueno": ahora es un modismo que simboliza todo lo agradable y delicioso, y se usa a menudo
para describir las cualidades positivas o los aspectos atractivos de una persona . Frecuentemente se
asocia con atributos dulces o agradables, especialmente cuando se describen personalidades,
actitudes o comportamientos.
yuppies⁴: El término yuppie describe el comportamiento típico según el estereotipo del joven
ejecutivo común en Estados Unidos. Básicamente son personas entre 20 y 39 años, recién graduados
en la universidad, que ejercen sus profesiones y tienen ingresos medio-altos.
Notas de la autora:
Este capítulo es bastante emotivo; hay añoranza y lidiar con la separación, la soledad, el matrimonio
infeliz (no LWJ / WY), pero también puntos de alegría y esperanza. ...Y obscenidades, presentando
sutilmente a LWJ sumiso y LWJ que descubre que le encanta que lo avergüencen. Advertencia por
algún abuso infantil leve en la forma de la educación sexual represiva de los Lan, también
advertencia por abuso infantil verbal implícito debido a Madam Yu en general supongo :D
Wei Ying despertó más allá del espacio y el tiempo, sólo sabía que tenía conciencia pero no hacía nada
con ella. Su cuerpo se sentía como una carga demasiado pesada para levantarla. Lentamente las cosas
vinieron a él y pensó:
No quiero levantarme... Porque si lo hacía, sabría exactamente lo mal que lo iba a pasar. Escuchó la
puerta abrirse y cerrarse, las voces lejanas de Mianmian y WangJi, y luego Mianmian abrió la puerta del
dormitorio.
—¿Todavía en la cama? Será mejor que te levantes, te duches y empieces a ponerte presentable,
nos vamos al aeropuerto dentro de unas horas.
—Así de mal, ¿eh?— Mianmian sacó su equipaje y comenzó a empacar. —Dejaremos la mayoría de
las cosas aquí en casa de WangJi, de todas formas no usarás esta ropa en casa, así que cuando
regreses te esperarán aquí.
—Sí—. Podría. Ser una chica a veces era divertido y podría hacerlo de vez en cuando. Finalmente, Wei
Ying decidió dejar de postergarlo y se levantó lentamente de la cama; le dolía la cabeza, pero no
demasiado. Necesitaría un ibuprofeno, un gran vaso de agua y algo de comida, y por la noche se le
pasaría. Dejó que Mianmian hiciera las maletas y se arrastró hasta la cocina, de donde salía un delicioso
olor a sopa de pollo con fideos. WangJi estaba allí con un gran tazón. Aunque se sentaba erguido y se
llevaba la sopa a la boca con movimientos lentos y pausados, Wei Ying notó que le temblaba la mano de
vez en cuando.
—Buenos días, ¿cómo te sientes?
—Mm.
—Sí.— Wei Ying se tomó una pastilla para el dolor de cabeza y bebió directamente del grifo, se llenó un
tazón y se unió a WangJi.
— 'Pya pya' .
—Así que básicamente te desmayaste en el sofá y tomaste una pequeña siesta, luego te despertaste
y te estiraste muy bien de forma que tu puño golpeó a Wen Chao tan fuerte que salió volando por
la habitación. Luego me quitaste a su perra de encima porque estábamos discutiendo y después te
escapaste llevándome en brazos antes de que llegara el personal de seguridad. Y tuvimos sexo
bastante bueno en el que por una vez me dejaste marcar el ritmo, pero sólo porque estabas medio
desmayado.
WangJi miró fijamente a Wei Ying durante un segundo en silencio, dejando que aquello se asimilara.
Entonces suspiró pesadamente y procedió a llevarse el caldo a la boca con calma.
—En general, creo que ha sido una noche bastante buena—. Concluyó Wei Ying y se puso a comer
fideos. Después de la comida se sintió mucho mejor aunque no al cien por ciento, fue a darse una ducha y
se puso un poco de maquillaje básico. Se puso algo de ropa deportiva para viajar con mayor comodidad:
unos joggers grises, una sudadera con capucha a juego y unas balerinas con forma de conejito, una gorra
negra y el cabello recogido en un moño bajo y desordenado, y se aseguraría de ponerse las grandes gafas
de sol de Gucci al pasar por el aeropuerto, no quería que la prensa viera sus ojos cansados, aunque podía
estar seguro de que las travesuras de anoche terminarían en el periódico de alguna manera. Cuando se
acercaba el momento de partir, Wei Ying se dirigió a WangJi, que seguía especialmente callado, sentado
en el sofá y aparentemente intentando meditar para que se le pasara la resaca.
WangJi lo miró y se dio cuenta de que Wei Ying ocultaba algo detrás de su espalda. Wei Ying sonrió y se
acurrucó a su lado en el sofá.
—Voy a ser un completo desastre cuando tenga que volver a casa sin ti. No estoy seguro de que siga
sintiéndose como un hogar cuando tú no estés allí—. Wei Ying apoyó la cabeza en el hombro de
WangJi y el hombre se giró para abrazarlo, besarlo y acariciar su cabello.
—Volverás pronto, Wei Ying—. Sonaba como si se estuviera tranquilizando a sí mismo tanto como a
Wei Ying.
—Sí—. WangJi respondió en un tierno susurro que era como el último delicado pétalo que cae de un
árbol, rindiéndose con hermosa tristeza. Atravesó el corazón de Wei Ying. WangJi siempre se mostraba
tan tranquilo y paciente, pero Wei Ying se dio cuenta de que él también estaría destrozado. WangJi
sonreiría y lo soportaría en silencio mientras cumplía con sus deberes profesionales tan diligentemente
como siempre, y Wei Ying rezaba para poder obtener una fracción de su firmeza, porque él también sólo
podía llorar sus lágrimas en soledad esta vez. Sólo Mianmian conocería la causa de su dolor, y sin duda
ella estaría a su lado durante los largos meses separados, pero de lo contrario Wei Ying tendría que llevar
la carga de la separación en silencio en su corazón, y pesaría aún más por ello. Por supuesto que Wei
Ying ya había llevado cargas antes, pero siempre podía contárselas a alguien, si no a Jiang Fengmian —
porque ¿quién se lo contaba todo a sus figuras paternas?— entonces a sus hermanos. Podía llorar, podía
despotricar y, cuando todo eso fallaba, podía dibujar o perderse en la música, que eran las dos formas que
tenía Wei Ying de apoderarse de la oscuridad que llevaba dentro y convertirla en expresiones de
creatividad, su perturbador arte pero curativo. En otras palabras: podía expresar sus sentimientos y eso
siempre le había ayudado antes. ¿Pero ahora...? ¿Podría llevar este nuevo tipo de tristeza dentro de sí,
mayoritariamente solo? ¿Podría encontrar una salida para ella, o lo aplastaría? Wei Ying le tenía miedo
al mes y medio que faltaba para el Año Nuevo Lunar, pero sólo podía aferrarse a la esperanza de volver a
ver pronto a WangJi e intentar centrarse en su trabajo mientras tanto. Sin embargo, Wei Ying le había
conseguido a WangJi algo que esperaba que aliviara al menos su soledad:
—Te traje algo más de la tienda de té.— Wei Ying dijo: —Cierra los ojos.
WangJi los cerró y Wei Ying sacó el regalo de detrás de su espalda, dejándolo reposar sobre las palmas de
sus manos. —¡Ábrelos!
WangJi lo hizo, y vio un pequeño gallo de arcilla en las manos de Wei Ying —una mascota de té. Era
estilizado, lindo y redondo, y su pequeño pico estaba levantado como para beber el té que se vertería
sobre él durante la ceremonia del té. Los ojos de WangJi se suavizaron y una pequeña sonrisa se dibujó
en sus labios. Tomó con suavidad el pequeño gallo de té entre sus manos e inspeccionó cuidadosamente
su artesanía en señal de agradecimiento.
—Como mi signo del zodiaco es un gallo, ahora el gallo de Wei Ying puede sentarse junto a los
conejos de Lan Zhan en la estantería y acompañarlo a tomar el té. Piensa en mí cuando le sirvas té
a este pequeñín y quizá mi espíritu te acompañe.
WangJi se llevó la mascota del té al corazón con una mano, y con la otra tiró de Wei Ying en un fuerte
abrazo. WangJi hundió su rostro en su cuello, presionándolo con fuerza, y Wei Ying sintió que temblaba
ligeramente. WangJi no dijo nada, no pudo. Wei Ying le devolvió el abrazo y lo abrazo, y como WangJi
parecía estar llorando, Wei Ying lloró también, sollozando en silencio. Estuvieron así mucho tiempo.
Finalmente WangJi dejó de temblar, y después de relajarse dijo:
—¿Chicos?— Mianmian llamó suavemente desde el pasillo, no había querido perturbar su momento,
pero ahora que parecía que habían terminado, necesitaba instarlos a irse, porque su vuelo saldría en dos
horas.
WangJi no confiaba en llevarlos al aeropuerto mientras seguía con resaca, así que les pidió un taxi, pero
aun así los acompañó. Se sentó atrás con Wei Ying, dejándolo apoyar la cabeza en sus hombros y
acariciándole la mano con los dedos, como si quisieran cargarse de la energía del otro hasta el último
momento. Cuando por fin llegaron al punto de descenso, WangJi salió con Wei Ying y lo abrazó y besó
mientras el conductor descargaba el equipaje. Wei Ying se aferró al cuello de WangJi, besándolo
desesperadamente, sin querer soltarlo, sin querer existir en otro momento o lugar que no fuera éste, pero
el tiempo nunca se detiene y el mundo seguía girando, y finalmente se separaron el uno del otro.
—Wei Ying pórtate bien ahora—. WangJi le dio un beso más en la frente. En ese momento Wei Ying
sollozaba desconsoladamente.
Joder... ¡Contrólate Wei Ying! Intentó decirse a sí mismo pero las lágrimas no se detenían, su cuerpo
reaccionaba a pesar de lo que le decía su mente. ¿Por qué? ¿Por qué siento que me abandonan cuando
no es eso? ¡Sólo tengo que volver a la escuela y WangJi tiene trabajo que hacer! Deja de llorar, ¡eres un
adulto viviendo en un mundo de adultos! —L-lo siento…
WangJi lo abrazó contra sí una vez más. No le importaba que el taxista estuviera esperando, no le
importaba que hubiera fila, nada de eso importaba. WangJi también odiaba separarse, por supuesto que sí,
pero se dio cuenta de que debía de ser más difícil para Wei Ying por varias razones. No era un adiós
definitivo y ni siquiera lo sería por mucho tiempo, pero a diferencia de WangJi, que podía racionalizar
estas cosas hasta cierto punto, Wei Ying sólo vivía aquí y ahora. Y ahora, justo en este momento todo lo
que Wei Ying conocía era su separación, y lo vivía sintiéndolo todo, en carne viva.
¿Soy una persona fría? se preguntó WangJi. Pero había un océano de emociones en su interior, y las
corrientes profundas de su corazón fluían hacia ese final inevitable en el que sabía que se casaría con Wei
Ying y lo haría feliz todos los días, y si había una tormenta en la superficie, pasaría. Era temporal. Su
separación era temporal. Pronto volverían a encontrarse, y llegaría un día en que no tendrían que
separarse nunca más, WangJi lo sabía, y por eso no se desesperó.
Wei Ying sollozaba pero más tranquilo ahora, su tormenta se calmaba. —¿Mm?
—Prométeme sonreír al menos una vez al día. Quiero saber que Wei Ying aún encuentra motivos
para sonreír aunque estemos separados.
—¿Quieres hacerme llorar otra vez?— Wei Ying murmuró, sollozó y se secó los ojos.
WangJi lo miró hasta que Wei Ying se encontró con su mirada. Los ojos de WangJi parecían
decir: Prométemelo.
Wei Ying forzó una sonrisa, para demostrarle a WangJi que podía hacerlo, y que tal vez muy pronto
volvería a sonreír como es debido. Sí, empezaba a creer en ello, en la esperanza. WangJi había sido fuerte
para él, tal vez era su turno de ser fuerte para WangJi, de demostrarle que podía ser un niño grande en
esto: —Prometo que sonreiré para Lan Zhan todos los días.
—Bien.— WangJi limpió una lágrima de la mejilla de Wei Ying y usó toda su fuerza de voluntad para
soltarlo, dar un paso atrás, y saber que no tocaría a Wei Ying durante más de un mes le aplastó, como una
montaña que se asienta en su corazón, pero WangJi se mantuvo firme. Ya pasaría.
Mianmian dió un paso adelante: —Gracias por todo, Lan WangJi. Tal vez nos veamos cuando vengas
a Nueva York.
—Gracias Mianmian, y hasta que nos volvamos a ver—. WangJi le hizo una reverencia y ella,
desconcertada por el gesto, se la devolvió. Luego se acercó a tomar la mano de Wei Ying y empezó a
alejarlo suavemente. —Muy bien, es hora de irnos.
Wei Ying dejó que Mianmian lo llevara, mirando por encima del hombro a WangJi, que también lo
miraba, hasta que entraron en el edificio de la terminal y las puertas corredizas se cerraron entre ellos.
Todos los procedimientos del aeropuerto habían transcurrido borrosamente para Wei Ying, aunque el
proceso había sido bastante sencillo porque viajaban en clase ejecutiva, cortesía de Lan WangJi. Wei
Ying ocultó sus ojos llorosos y cansados bajo las gafas de sol y, cuando la azafata se acercó a preguntarle
si quería vino espumoso, dijo: —No, gracias señorita, en realidad me apetece una cerveza de
jengibre y una bolsa de pretzels, ¿Si sabe a qué me refiero?— Wei Ying se bajó las gafas de sol lo
justo para que ella viera sus ojos enrojecidos y hasta consiguió sonreír un poco en ese momento. Ella
entendió perfectamente el encargo y regreso con las bebidas, dos bolsas de pretzels y artículos extra,
incluida una crema hidratante. Fue un vuelo largo y en ninguna parte tan cómodo como en un jet privado.
Wei Ying pensó que ya se había vuelto mimado y que debía acostumbrarse de nuevo a la vida 'normal'.
Volar de regreso en clase ejecutiva debería haberle servido de aterrizaje suave, por así decirlo. Wei Ying
echó un vistazo a la selección de películas de la unidad de entretenimiento y evitó decididamente
cualquier cosa romántica.
Me he vuelto loco. pensó al ver 'Titanic'. Lo que necesito ahora es un buen slasher¹, ¿no hay nada con
sangre y gore? En la selección no había nada de eso, pero se decidió por un thriller con misterio y
asesinato. Consiguió distraerse con eso y con la comida y los aperitivos hasta que sintió que podía
intentar dormir.
'Bienvenido a casa'. Wei Ying se imaginó a WangJi respondiendo. WangJi le había enviado un mensaje
diciéndole que le llamara cuando llegara a casa, así que Wei Ying marcó el número de WangJi. WangJi
contestó inmediatamente.
—Hola, bebé—. ¡Wei Ying sonrió ampliamente al saber que WangJi podía volver a escuchar su voz!
—Me siento tan bien al escuchar tu voz, aunque hayan pasado, ¿qué, menos de veinticuatro horas?
Hablaron, Wei Ying deambulaba por la casa buscando algo, sin saber qué hasta que se dio cuenta de que
buscaba sus cigarrillos por costumbre. Dejó de dar vueltas y, en su lugar, abrió la laptop porque WangJi y
él habían empezado a hablar sobre el futuro alojamiento de Wei Ying.
—Me refiero a que no necesito todo este espacio, y me siento mal viviendo en una casa que ha
pagado tu tío, ¿sabes?— Wei Ying estaba sentado en completa oscuridad, excepto por la fría luz de la
pantalla de la laptop que le iluminaba la cara. Le había sentado bien no encender las luces y estar a
oscuras. De todos modos, pronto saldría el sol.
—Llamé a la correduría a través de la cual se compró la casa y pregunté por las opciones—. Dijo
WangJi.
—¿Qué, cuándo? ¡Gege ha estado ocupado!— Wei Ying buscó en los anuncios de pisos de alquiler que
se ajustaran a su presupuesto, y nada se acercaba a lo ideal: demasiado pequeños o demasiado lejos, que
exigían casi dos horas de viaje de ida, pisos que honestamente las autoridades sanitarias deberían
derribar, pisos compartidos... Wei Ying empezaba a considerar las residencias universitarias como la
opción más viable cuando WangJi dijo:
—Dijeron que probablemente le interesaría a un comprador que buscara propiedades para
invertir si un residente actual se quedara como inquilino. Podrías quedarte y yo podría ayudarte a
pagar el alquiler.
—No tiene sentido pagar tanto por todo este espacio extra, no me importa mudarme ya que de
todas formas no tengo tantas cosas.
—¡WangJi! Esto no se trata de cuánto dinero perderemos exactamente cada uno de nosotros, ¡se
trata de ser inteligente!
Wei Ying suspiró, —Oh Lan Zhan... ¿Qué pasa si no quiero quedarme aquí?— Como WangJi no dijo
nada, Wei Ying explicó: —Todo aquí me recuerda a ti. Este era el hogar que compartíamos y ahora
no estás aquí. Quiero empezar de nuevo esta parte de larga distancia en otro lugar donde no me
recuerden constantemente que sólo espero comenzar adecuadamente mi vida junto a ti.
—...Entiendo.
—Mm, probablemente me aloje en una de las residencias universitarias, sólo tengo que averiguar
el proceso de solicitud.
—¿Para hacer qué? Lan Zhan, te prohíbo comprar algo, como mucho alquilar, y luego nada
demasiado grande. A estas alturas sólo agradecería que estuviera a una hora del campus y no fuera
una maldita ratonera.
Hablaron un rato y Wei Ying se sintió mejor, mirando por la ventana cómo el sol pintaba con su oro
pálido las cimas de los rascacielos. A Wei Ying le pareció una esperanza.
Temiendo la soledad, Wei Ying llamó a YanLi justo después, para hablar con su hermana adoptiva y
saber cómo le había ido, por supuesto, pero también para no tener que instalarse a solas con sus
pensamientos todavía. Wei Ying habló con ella un buen rato y acordaron que iría a visitarla mañana, día
de Año Nuevo. Era algo reconfortante que esperar, aunque Wei Ying también tendría que prepararse para
esquivar y eludir algunas preguntas que los Jiang inevitablemente le harían. Hablando de esquivar
preguntas... Wei Ying se quitó de mala gana el anillo de su dedo y lo guardó con cuidado en el cajón de
su mesita de noche.
Por la noche, Wei Ying se sintió lo bastante bien como para decir que sí a una invitación para salir a
celebrar el Año Nuevo solar con algunos de sus viejos amigos. Para ser sincero, fue otra distracción
bienvenida. También invitó a Mianmian, pero ella dijo que aún tenía demasiado jet-lag después del vuelo
para ir a la fiesta. Parece justo. Wei Ying fue de todos modos, y se sintió raro salir sin estar vestido con
tetas postizas, relleno en las caderas y una capa de maquillaje, y con la polla descansando libre en la
pernera izquierda del pantalón, pero también obviamente cómodo y liberador. Aun así, Wei Ying echaba
de menos la ropa sexy, pero le sentaba igual de bien un par de jeans negros ajustados y una camiseta del
grupo con su vieja chaqueta de cuero encima. Al fin y al cabo, iban a ir a un bar informal, así que eso
sería suficiente. Efectivo, se divirtió muchísimo bebiendo, bailando y siguiendo la cuenta atrás hasta
medianoche y la caída de la bola de Times Square desde un proyector gigante con los demás juerguistas,
y al llegar tarde a casa después del cambio de año estaba demasiado borracho para preocuparse de que
había empezado el año durmiendo solo por primera vez en más de dos años.
Al despertarse, Wei Ying estaba una vez más con demasiada resaca para comprender su soledad al
principio, sólo la vaga sensación de fatalidad cuando empezó a ser consciente. Sólo cuando se obligó a
levantarse para orinar, el vacío y el silencio de la casa empezaron a oprimirlo, junto con un nuevo dolor
de cabeza. Quería llamar a alguien, ir a algún sitio, cualquier lugar con gente, ruido, distracción, pero
también se sentía demasiado enfermo para hacer otra cosa que no fuera pedir una pizza y comérsela con
manos temblorosas acurrucado en el sofá viendo la tele. Se sentía como una mierda. Sonó su teléfono:
YanLi.
...Claro. Wei Ying casi había olvidado que habían concertado una cita para hoy. —Por supuesto. Uh,
sólo un aviso: Hoy me siento un poco mal.
—¿Te divertiste anoche?— YanLi sonaba divertida. Era clásico de Wei Ying, ¿no?
—La cocina de la abuela te sentará bien, la ayudaré a hacer la sopa de costillas de cerdo y raíz de
loto, ¿te parece bien?
Jiang Cheng fue a recoger a Wei Ying en su coche, un BMW serie 4 de color azul oscuro.
—Que hay—. Wei Ying se subió al asiento del copiloto después de tirar sus bolsas de regalos y
souvenirs en la parte trasera. —¿Coche nuevo?
—Bien, pero para ser sincero las Navidades chinas fueron una mierda. Volveré para el Año Nuevo
Lunar, probablemente será mejor.
—¿Qué, en serio?— Jiang Cheng miró brevemente a Wei Ying antes de mirar a izquierda y derecha al
volver a la carretera. —¿No pasarlo con tu familia?
—¿Has probado la buena vida y te olvidas de nosotros?— El tono de Jiang Cheng era tal que
resultaba difícil decir si hablaba en serio o en broma, pero Wei Ying conocía a su hermano adoptivo:
siempre había un significado oculto en sus indirectas.
—Jiang Cheng, esto es la gran vida, y este es un coche condenadamente bonito. Pero Lan Zhan se
ofreció a hospedarme de nuevo y, como me sentí un poco defraudado por las
Navidades hipercomerciales, pensé que me gustaría volver y ver qué más podía ofrecer China, ya
sabes, en términos de cultura real.
—Hmm, cierto.
—Es decir, entiendo que Jiang FengMian y la abuela y YanLi probablemente se molesten porque
no estoy en casa para... Sí, para la celebración familiar más importante del año, de acuerdo, lo
entiendo completamente, pero ya sabes, no es como... Quiero decir, soy un poco ambivalentemente
parte de la familia, ¿verdad? ¿Y qué si me lo pierdo una vez?
Jiang Cheng no dijo nada al principio, pero Wei Ying pudo ver que no estaba contento. Finalmente se
limitó a decir: —De acuerdo.
Wei Ying se quedó callado a su vez hasta que preguntó con cuidado: —¿Quieres que esté allí?
—Haz lo que quieras—. Jiang Cheng dijo sin rodeos. —Sólo considera que Lan WangJi puede
haberse ofrecido a hospedarte de nuevo por cortesía. No te conviertas en una carga para él sólo
porque quieras fiestas más elegantes.
—¡Hey!— Eso dolió. —¿Cuándo he preferido una fiesta elegante a una buena rave?
Jiang Cheng se limitó a encogerse de hombros. Después de un rato preguntó: —¿Qué tan elegantes son
los Lan? Conduciendo un coche así yo diría que su familia es bastante acomodada, y ese
departamento en el que sigues viviendo tampoco es barato.
—Son... acomodados. Pero ya sabes, también lo son los Jiang. Y no es que salga con Lan Zhan por
su dinero—. Wei Ying frunció una ceja hacia Jiang Cheng.
—Hmm, no, no lo dijiste—. Pero lo pensaste. Sin embargo, Wei Ying no quería discutir con Jiang
Cheng, normalmente sólo los llevaba a pelearse y ahora estaba demasiado cansado para hacerlo.
Llegaron a la casa adosada de los Jiang en Brooklyn Heights, y YanLi debió de esperar junto a las
ventanas de la cocina que daban a la calle, porque cuando Wei Ying llegó al vestíbulo estaba allí
esperando, corriendo a abrazarlo;
—¡Bienvenido a casa!
...Ahí está. Wei Ying sintió que podría haber llorado de nuevo, pero estaba demasiado deshidratado. —
¡Es bueno estar de vuelta! Hey, les he traído algunos souvenirs y regalos de Navidad, ¿Quieren
abrirlos?
—Claro, claro, pero vamos a instalarte primero, ¿quieres té, cola?— YanLi le quitó la chaqueta a
Wei Ying y la puso en una percha.
—YanLi—, llamó Madam Yu cuando pasaba por el pasillo de camino a la sala de estar, —ven aquí, los
chicos pueden servirse, no es que sean extraños. Hola, Wei Ying.
—¡Hola Madam Yu!— Wei Ying le sonrió, pero ella no dijo nada más y siguió su camino.
Yanli no fue a ninguna parte, pero dejo de involucrarse y juntos los tres se unieron a Jiang FengMian,
Madam Yu y la abuela en el salón.
—¡Hola a todos!— Wei Ying se alegró aún más de verlos de lo que pensaba.
—¡Bienvenido a casa Wei Ying!— dijo la abuela, —¡Oh, te ves tan cansado! Debe haber sido un
vuelo agotador...
—No sólo eso; lo primero que decidió hacer Wei Ying después de regresar fue ir a emborracharse
—. Comentó Jiang Cheng.
—¡Hey, era Nochevieja!— Wei Ying le devolvió el golpe y fue a abrazar a la abuela, entonces fue Jiang
FengMian quien lo abrazó durante un rato, sujetándolo con firmeza y Wei Ying le devolvió el abrazo
muy, muy fuerte.
—¡Sí, se los contaré todo! Pero antes, ¿qué tal las vacaciones? Y tienen que abrir estos regalos—.
Wei Ying recogió las bolsas que había traído y, por capricho, las metió debajo de la Navidad que todavía
estaba en la esquina cerca de la chimenea. Había algunos regalos allí.
—¡Esos son para ti!— dijo YanLi, y juntos empezaron a descargar todos los presentes y Wei Ying
sopesó con curiosidad su tardío botín en las manos, temblando suavemente, adivinando...
Se sentaron alrededor de la larga mesa del comedor donde YanLi y la abuela habían puesto la mesa, y
Wei Ying empezó a contar lo que había premeditado que podría contarles a los Jiang sobre Shanghai: se
centró en contar qué lugares de interés habían visitado él y Mianmian, describiendo la ciudad y el
Disneyland de Shanghai largo y tendido;
—Fuimos allí con unos primos de Lan Zhan, ¡eran unos chicos realmente agradables! También nos
ayudaron a movilizarnos.
—Sí. Aunque no para la cena de Navidad, estaban todos en el trabajo, ¿lo puedes creer? Estuvimos
en un centro comercial toda la Navidad, ¡un centro comercial! En ese momento deseé haber estado
aquí con ustedes, pero ya saben, fue una experiencia.
—Wei Ying va a volver para el Año Nuevo Lunar.— Jiang Cheng dijo.
—Sí... Lan Zhan se ofreció y pensé por qué no. Apuesto a que el Año Nuevo es algo impresionante
en la madre patria y me gustaría verlo—. Wei Ying podía decir que toda su familia estaba sorprendida
por eso.
—¿Vas a asistir a la cena de reunión de los Lan también?— Madam Yu preguntó, —Realmente no se
ve bien, ir a la cena de la familia de otra persona en un día especial como ese. Deberías estar con los
tuyos.
¿Por qué de repente soy "de los tuyos" para ti? —Pensé que habría sido descortés negarme.
—Bueno, ya dije que voy y no voy a faltar a mi palabra—. Wei Ying dijo con firmeza.
—Wei Ying parece haber decidido ir, y si Lan WangJi lo invitó entonces no debería ser un
problema—. FengMian intervino a su manera gentil pero firme.
—Tal vez algún día podamos ir todos juntos a China—. Dijo YanLi esperanzada, —¿quizá a donde
es la abuela?
Hablaron durante un rato de la antigua ciudad natal de la abuela, dejándola recordar mientras YanLi y
Wei Ying le hacían preguntas sobre ella. Después FengMian le preguntó a Wei Ying:
Wei Ying se llevó la mano a la boca y tuvo que contener la risa porque tenía la boca llena de sopa y no
quería vomitar por todas partes. —¿Qué? Tío, ¡sólo somos amigos! ...Si eso es lo que preguntabas.
—¿No me crees? ¡Pregúntale y ella te lo dirá! ¡No hay nada de eso entre nosotros!
—Te creo, te creo—. Aseguró FengMian con una suave sonrisa. Madam Yu había dejado de comer y se
quedó mirando al frente durante un segundo antes de reanudar la conversación. Entonces YanLi empezó a
hablar de la escuela y del próximo semestre de primavera, y el tema se mantuvo seguro durante el resto
de la cena.
Después de comer volvieron a la sala de estar y a los regalos, y se divirtieron mucho abriéndolos. Wei
Ying recibió dinero en un sobre de Jiang FengMian y la abuela, Madam Yu le había comprado una tarjeta
de regalo para Banana Republic y YanLi le había regalado chocolate, y junto con Jiang Cheng le habían
comprado entradas para un concierto de un grupo de metal del que era fan desde hace mucho tiempo. Wei
Ying estaba especialmente contento por lo último, que sin duda había sido idea de YanLi, y los abrazó
mientras les daba las gracias efusivamente. Los Jiang también estaban contentos con sus recuerdos, y
YanLi estaba muy contenta con el peluche de Minnie. Después Madam Yu se excusó, y YanLi exigió ver
fotos de Shanghai. Jiang Cheng también se unió, pero Jiang FengMian se limitó a sentarse en su silla y a
disfrutar de que sus hijos siguieran jugando a sus pies bajo el árbol de Navidad, aunque ahora parecían
tan mayores... Aun así, siempre fueron sus bebés, pensó sonriendo.
Wei Ying se había preparado para ello y sacó su carpeta de fotos, sobre todo de monumentos y otros
lugares de interés. Había un par de ellas con Mianmian posando ante un grupo de Santas del centro
comercial o en un Starbucks; también se veía la mano de Wei Ying mostrando su fotogénica taza de café
con su nombre escrito en Hanzi, pero había girado la mano para que no se vieran sus uñas arregladas.
Sólo había una foto con el rostro de Wei Ying; una selfie que se había tomado sin maquillaje frente a las
vistas de la sala de estar de WangJi.
—¿Con una vista así? Bonita... ¿Por qué no hay fotos de ustedes juntos?
—Ella tiene algunas, sí, debería acordarme de pedirle que me las envíe, supongo—. Realmente se
sentía mal mintiendo a sus hermanos aunque fuera un poco, pero Wei Ying tenía que hacerlo.
—Eh... ¡Sí! Las tengo en otra carpeta, espera...— Le enseñaré las que tomé de los personajes, las
atracciones y los bocadillos. Wei Ying se acercó su teléfono y navegó hasta la carpeta donde había puesto
las fotos de Disneylandia por separado. Había una fila de fotos en las que no aparecía él. —Mira: ¡son
los primos de Lan Zhan! ¿No son lindos? ... Quiero decir, ¿parecíamos tan bebés cuando teníamos
dieciocho años?
—Se parecen a tus chicos idol femeninos—. Comentó Jiang Cheng y YanLi soltó una risita.
—Deberías invitarlos...— YanLi tiró juguetonamente de la manga de Wei Ying y ambos soltaron una
risita.
Wei Ying siguió pasando las fotos. Había una en la que sostenía un cupcake de Mickey en la mano, pero
se le veían las uñas. Oops... ¿Quizá no se habían dado cuenta? Simplemente le enseñaré a YanLi el vídeo
del desfile de personajes y diré que eso es todo antes... Se había deslizado a su selfie de grupo. Allí
estaban: él, Mianmian y los primos, todos con sus orejas de Mickey y Minnie haciendo caras bonitas, y al
fondo estaba el señor guardaespaldas, que parecía un photobomber al azar. Wei Ying estaba, por
supuesto, con su atuendo completo, diferente pero no irreconocible. A Wei Ying se le hundió el estómago
y rápidamente retrocedió, retrocedió, retrocedió... ¡Mierda, mierda, mierda!
Jiang Cheng se había congelado. Después de un segundo que pareció eterno se levantó y dijo: —Bueno,
eso estuvo bien. Iré al baño.
Wei Ying se quedó sentado otro segundo antes de declarar: —¡Bueno, eso fue todo! ¿No te hace sentir
nostalgia de cuando fuimos juntos a Disneylandia?
—Sí.— Dijo YanLi, mirando a Wei Ying, y él no podía entender lo que ella debía estar pensando. —Oye,
me llevaré esto a mi habitación, ¿quieres subir?— YanLi recogió su Minnie y su nuevo frasco de Miss
Dior, y Wei Ying la siguió hasta su habitación. Ella era la única que seguía viviendo en casa, aunque era
la mayor, con veintiséis años, pero no tenía ni el impulso interno ni la presión externa para mudarse antes
de haber encontrado un cónyuge. Llevaba un tiempo saliendo en serio con un estudiante de último año de
la universidad, pero el chico había resultado ser un infiel y desde entonces había tenido mucho cuidado.
Últimamente, Madam Yu había empezado a concertarle citas con hijos de mujeres adineradas que
conocía, y había empezado a empujarla muy suavemente hacia el matrimonio. Aunque YanLi trabajaba a
tiempo completo como agente de seguros y ya podría haberse valido por sí misma, desde luego no
necesitaba marido para ser independiente. Sin embargo, era lista y ahorraba e invertía mucho, pues había
decidido que nunca dependería de un hombre, aunque decidiera ser ama de casa durante un tiempo. Pero
si alguna vez quería divorciarse de un mal hombre, en caso de terminar con uno, quería poder hacerlo sin
arruinarse económicamente y sin tener que recurrir a sus padres, asegurando al mismo tiempo el futuro
de los hijos que quería tener, a su debido tiempo. Se lo había explicado todo a Wei Ying cuando éste le
preguntó por qué todavía seguía en su antigua habitación. Aquí aún tenía algunos recuerdos de su
infancia, sobre todo peluches de valor sentimental, pero por lo demás la había redecorado para
convertirla en el espacio de una mujer joven y adulta, aunque seguía amando el color rosa y todo lo
femenino, pero ahora el princesscore había cambiado a un ambiente académico romántico más sutil, del
rosa chicle al rosa empolvado. Wei Ying conocía y realmente comprendía sus sueños de matrimonio feliz
e hijos, y aunque una parte de él temía que su cautela tras aquella mala experiencia la llevara a
convertirse en una solterona, atrapada por su propio idealismo romántico, prefería verla sola que con un
hombre que la lastimara. Pero YanLi sólo tenía veintiséis años y era una moderna mujer de carrera, hija
nada menos que de Madam Yu; no tenía prisa, aún le quedaba mucho tiempo para encontrar al amor de su
vida, alguien que fuera bueno con ella, y formar una familia. Wei Ying rezó para que todos sus sueños se
hicieran realidad.
YanLi dàjiē es mi princesa Disney favorita. Pensó Wei Ying. Y él era ese candelabro, y Jiang Cheng era
el reloj. Así se lo había dicho Wei Ying antes a YanLi y ella se había reído. ¿Qué pensaría ella de él
ahora...?
—Wei Ying, ¿eras tú la de la foto?—, preguntó YanLi con neutralidad mientras colocaba su nueva
Minnie en la estantería con otros peluches.
—¿Por qué? ¿No puedo verlo otra vez? Creo que te veías muy bien.
—Um... Sí. Sí, a veces me gusta vestirme de chica, para divertirme. Sé que es raro.
—Supongo.
Wei Ying se sentó tentativamente a su lado en la cama y volvió a sacar la foto, dejando que YanLi la
viera.
—Mianmian me ayudó.
—Eh, bueno... ¿Les pareció bien? Al fin y al cabo no me conocían, sólo era un americano raro,
¿no?
—Deja de decir que es raro—. YanLi reprendió suavemente y le devolvió el teléfono. —¿Lo hacías
mucho mientras estabas allí?
—Sí. Por eso no hay muchas fotos mías, ya sabes, estaba aprovechando la oportunidad... Para
disfrazarme, ya sabes, donde nadie me conociera, sin posibilidad de cruzarme con gente de la
universidad o cosas así.
—Mm, lo entiendo. Pero no es por eso que regresas, ¿verdad? ¿Sabes que no tienes que volar a
través del Pacífico sólo para encontrar un espacio seguro donde expresarte?
—Lo sé, eso no es todo. Es que tengo muchas ganas de volver a ir—. Wei Ying y YanLi se sentaron
juntos en silencio durante un momento. —YanLi, por favor, no se lo digas a nadie.
—No lo haré. Creo que Jiang Cheng lo vio, pero le haré jurar que tampoco dirá nada.
Ella le devolvió el abrazo, acariciándole el cabello. —Si quieres que lo hagamos juntos alguna vez,
podemos. Te prestaría mi ropa, pero me temo que eres demasiado alto para ella.
Wei Ying se rió entre dientes: —Sí, pero ¿Tal vez podrías prestarme tus joyas?
—¡Por supuesto! Y podemos ir juntas a comprar ropa y otras cosas si quieres. Pero supongo que
irás con Mianmian...
—¡Sí, pero puedes venir con nosotros!— Wei Ying le tomó las manos. —¡Sería divertido! Con mi
mejor amiga y mi hermana.
YanLi sonrió, entusiasmada con la idea, y rebotaron en la cama tomados de la mano. Volvieron a dejarse
caer en la cama y hablaron un poco más, sobre maquillaje y los dulces peligros de los zapatos de tacón, y
Wei Ying dejó que YanLi mirara el resto de las fotos de su teléfono e incluso se aseguró de que se
detuviera a admirar adecuadamente su manicura francesa.
—Wei Ying...— Preguntó YanLi al producirse una pausa en la conversación: —¿Tienes a alguien que
te guste?
—...Sí.
Wei Ying sintió que le ardían las mejillas y estaba seguro de que estaba rojo como una remolacha, y tuvo
que cubrirse la cara con las manos y rodar hacia un lado para esconderse. Sentía mariposas por todo su
interior. —¡Sí!
—No, pero sí que es un hombre, muy guapo y... ¡Eek!— Wei Ying pataleó y chilló.
YanLi sonrió. —Me alegro por ti, espero... Quiero decir, ¡parece que este hombre te hace muy feliz!
Pero Wei Ying, sabes que somos tu familia y puedes confiar en que te querremos pase lo que pase.
Lo siento YanLi, pero hay algunas cosas que no puedo decirte. Aún así, incluso con algunas cosas que
debían permanecer en secreto por el bien de su futura felicidad y la de WangJi, el corazón de Wei Ying se
sintió más ligero después de que al menos hubiera podido decirle a Yanli que estaba enamorado. De un
hombre.
—¿Cómo se conocieron?— YanLi empezó a hacer preguntas que Wei Ying temía responder, y entonces
dijo:
YanLi asintió: —Okay, ¿pero hay algo más que quieras decir?
—Hmm...— Wei Ying se frotó las mejillas, pensando: —Es un amante muy apasionado...
Wei Ying se rió entre dientes. Estuvieron dando vueltas un rato más y, a medida que se hacía tarde, Wei
Ying pensó que realmente no quería ir solo a su solitario apartamento.
—Le preguntaré al tío FengMian si puedo quedarme en mi antigua habitación, no tengo ganas de
volver a casa—. Fue a preguntar y le dijeron: —¡Por supuesto que puedes quedarte! Sólo tienes que
sacar las sábanas del armario y hacerte la cama'.
—No dejarás que vuelva a vivir con nosotros ahora que su benefactor lo ha abandonado, ¿verdad?
— preguntó Madam Yu mientras Wei Ying aún estaba al alcance del oído.
—¿Qué tiene de malo quedarse una o dos noches? Jiang Cheng también se queda a veces.
—Y Wei Ying es mi hijo adoptivo—. Jiang FengMian dijo con más firmeza.
En ese momento Wei Ying había salido de la habitación, pero se detuvo en la escalera, donde aún podía
escucharlos;
—Tampoco le estás haciendo ningún favor a ese chico dejándolo vivir como un parásito, ya es hora
de que sea independiente.
—¿Cómo puedes decir eso?— el tío FengMian bajó la voz, pero Wei Ying aún podía escucharlo bien;
—No le compramos una casa como a Jiang Cheng, ¿y no sigue YanLi viviendo en casa y no dices
nada de eso?
—¡Oh, ya veo! ¿Estás sugiriendo echar a tu propia hija ahora, para que sea justo?
—Una vez más, Jiang Cheng es tu propio hijo. Ni siquiera teníamos obligación de pagar la
educación de Wei Ying, pero lo hicimos. Él ya está mucho mejor que la mayoría de los chicos con
sus antecedentes, no puede esperar poder ir y venir de nuestra casa como desee además de todo lo
que hemos hecho por él.
Debería ordenar estas cosas para que puedan sacar lo que no quiero conservar. pensó Wei Ying
mientras miraba uno de los muñecos, al que le había cortado un trozo del estómago de plástico y en cuyo
interior había fabricado órganos con arcilla polimérica y los había pintado con pinturas acrílicas. Había
ido a una de esas tiendas de Warhammer por el set de pintura de figuras, que también seguía aquí entre el
resto de cosas, pero probablemente todas las pinturas se habían secado. Eran cosas horripilantes y Wei
Ying no se imaginaba que WangJi quisiera exponerlas en su futuro hogar, pero Wei Ying pensó que tal
vez quisiera conservarlas, al igual que sus viejos dibujos, porque eran algo que había hecho él mismo y
tal vez quisiera mirarlas de vez en cuando. Los dibujos estaban cuidadosamente ordenados en carpetas.
Wei Ying se preguntó quién lo había hecho: ¿YanLi, el tío FengMian, la abuela? Sonrió al darse cuenta
de que alguien había pensado que valía la pena conservarlos. Miró todas estas cosas hasta que sintió que
había recordado lo suficiente, luego hizo su cama y se preparó para dormir.
Jiang FengMian y Madam Yu no habían dormido en una cama compartida desde que Jiang Cheng se
mudó y habían remodelado su habitación como 'dormitorio de invitados' —el dormitorio de FengMian.
Este había sido el deseo de Madam Yu. Sin embargo, ahora los tres jóvenes se quedaban a dormir, así que
tuvo que tolerar que su marido durmiera a su lado. Ella lo observó quitarse la bata, su suave luz de lectura
resaltaba bien los contornos de su musculoso cuerpo. El hombre seguía haciendo ejercicio. Seguía siendo
muy guapo. Yu ZiYuan aún lo deseaba, descubrió para su propia decepción y volvió a mirar su libro antes
de que el hombre se diera la vuelta. Sintió su peso sobre la cama y sintió repulsión y atracción al mismo
tiempo. No se permitiría semejante debilidad.
—¿Qué te hace decir eso?— preguntó FengMian con neutralidad, deslizándose bajo su manta y
mirando el perfil majestuoso y cruel de ZiYuan. Su corazón estaba desolado, pero aún la amaba. Sólo que
no sabía cómo arreglar las cosas. Llevaban demasiado tiempo rotas.
—Es obvio, y deberíamos habernos dado cuenta antes. Puede que esté saliendo con esa Lan
WangJi.
FengMian se quedó mirando fijamente su regazo por un momento en silencio. No le había parecido obvio
en absoluto, pero ahora que ZiYuan lo había dicho, cobraba todo el sentido. —Bueno... ¿No
nos alegraríamos por ellos?
—¿Te das cuenta del escándalo que supondría que Lan WangJi saliera con un hombre? ¡Y con un
huérfano don nadie! Su familia no lo permitiría, y nosotros tampoco saldríamos bien parados
cuando supieran quién crió a Wei Ying.
—¿No somos personas modernas que viven y dejan vivir? Si ambos se gustaban, y creo que puedes
estar equivocada, ¿quién más puede opinar al respecto?
—¡Tch! No intentes hacerme quedar como la mala persona aquí, ¡sabes que tengo amigos
homosexuales! ¡Pero lo que pareces olvidar constantemente es que tu opinión no es la única que
importa! No me importa si Wei Ying tiene novio o incluso muchos novios, pero como tú elegiste
criarlo y lo estás tratando como si fuera tuyo, lo habrías adoptado si te importara
menos mi dignidad, si lo relacionan con nosotros en relación con semejante escándalo nuestra
reputación se verá afectada. Y eso afectará a tus esperanzas de expandir tu negocio en China.
Parece que has olvidado lo importante que es mantener tu prestigio dentro de la comunidad; sólo
piensas en ti mismo; ¡estás tan bien integrado!
FengMian cerró los ojos y respiró profundamente antes de responder con calma: —He llevado y llevaré
mis negocios de forma profesional, y eso significa que están separados de los asuntos personales de
mi familia.
—¡Eres tan ingenuo! Los Lans sabotearán tus intentos si intentas entrar en el mercado después de
que se haga público que su hijo está sodomizando con tu hijo adoptivo.
—Hablas como si lo supieras con certeza. Si me sabotearan, entonces no podría hacer nada al
respecto. Pero no asumiría lo peor de ellos, ya que los conozco tan bien como tú: en absoluto.
—Habla con el chico, pregúntale si está saliendo con Lan WangJi y si ese hombre es quien creemos
que es, y si ese fuera el caso, dile que salga con los de su clase.
Jiang FengMian respondió de inmediato y con firmeza: —No le diré a Wei Ying, ni a nadie, con quién
salir, a quién amar... O con quién casarse.
FengMian se levantó y volvió a ponerse la bata, sin prisas, respetando los deseos de su esposa pero
negándose a que le dieran órdenes como a un perro en su propia casa, y se fue a dormir al sofá.
Después de dormir una noche en casa de los Jiang, Wei Ying pensó que la soledad de su antigua casa y la
de WangJi seguía siendo mejor que el ambiente atormentado de su casa de la infancia, donde sabía que
no todo el mundo lo recibía sin reservas, así que durmió en casa desde entonces hasta que WangJi le
llamó con noticias: había hablado de visitar unos cuantos departamentos en Manhattan, instando a Wei
Ying a que se pusiera en contacto con el agente para concertar una hora para revisar los lugares, y ver si
alguno de ellos era bueno. Por supuesto que eran buenos: todos los estudios estaban bien situados, no
eran estrechos pero tampoco parecían demasiado grandes, tenían cocinas bonitas con electrodomésticos
nuevos y se podían alquilar amueblados con buen gusto. Wei Ying se decidió más que felizmente por un
estudio situado cerca de la esquina noreste del Central Park, y tras decirle a la agente que se lo quedaría,
ella le dijo que lo arreglaría todo con el señor Lan, y que Wei Ying sólo tendría que recoger las llaves al
final de la semana. Wei Ying nunca vio una sola factura de ese departamento. A los Jiang les mintió
diciendo que se iba a vivir a una residencia y se negó rotundamente a que lo ayudaran con la mudanza.
La escuela se reanudó para Wei Ying muy pronto. Por supuesto, Wei Ying estaba muy ocupado entre el
inicio de una nueva rotación clínica y los diversos exámenes, y aunque uno podría pensar que los días
pasarían volando más rápido con algo que hacer, simplemente no pasaban lo bastante rápido. Y aunque
Wei Ying y WangJi se llamaban todos los días sólo para escuchar la voz del otro, empezaba a parecerles
una eternidad desde que habían estado juntos, y otra eternidad hasta que pudieran volver a verse. Por las
noches, Wei Ying se sentía muy solo en la cama, abrazado a una almohada, y a veces, sobre todo al
principio, lloraba un poco. Una noche simplemente no podía dormir y llamó a WangJi:
—¿Puedes guardarme en tu bolsillo?— WangJi estaba callado así que Wei Ying explicó: —Por
ejemplo, sólo mantén la línea abierta, puedes silenciarme si quieres, sólo quiero... ¿Sabes?
—¿Eh?
—Mm...
—Me tocas...— Wei Ying se imaginó a WangJi acariciando el lindo gallo de cerámica en su bolsillo en
medio de una reunión, pensando en él. Eso hizo que Wei Ying se sintiera mejor y menos solo. —...Okay,
creo que puedo dormir entonces. ¿Prometes seguir acariciándome?
Wei Ying se mordió el labio. —...¿Cómo me tocarías si fuera un pequeño Wei Ying de verdad el que
tuvieras en tu bolsillo?
Otro rato de silencio. ¿Lo había entendido? Wei Ying podía imaginarse a WangJi ruborizándose al
pensarlo, mirando discretamente a su alrededor para ver si alguno de sus compañeros se daba cuenta. Wei
Ying no se había tocado ni una sola vez desde su despedida, pero ahora sintió una cálida excitación
recorrer sus entrañas y se llevó la mano con naturalidad alrededor de su miembro.
—Lan Zhan... El pequeño Wei Ying de tu bolsillo se está tocando. Está desnudo. Y super-duper
cachondo...— Wei Ying se echó la manta sobre la cabeza y se imaginó estar en el bolsillo de Lan Zhan
en el trabajo.
—Yo-... Sólo un segundo.— WangJi le dijo a alguien. —Wei Ying, tengo que irme...
Pero Wei Ying gimió suavemente en el teléfono. WangJi debía de estar sonrojado... Y así estaba, con las
orejas enrojecidas y muy, muy pocas ganas de ir a esa reunión que debería haber sido un correo
electrónico. WangJi soltó el pequeño gallo de arcilla que llevaba en el bolsillo para sacar los auriculares
inalámbricos de la maleta y conectarlos al teléfono mientras se ponía uno en la otra oreja.
—Ahora estás en mi auricular, yo no puedo hablar pero tú sí... Puedes hablar conmigo.
—¿Sí? ¿Vamos a una reunión muy importante?— Wei Ying maulló con su voz nasal, masturbándose
lentamente.
—Mm.
—Lan Zhan es tan travieso... Delante de todos, escuchando a Wei Ying gemir mientras se toca...
¡Ah...! Mmh, quiero que WangJi me toque.
WangJi no respondió. Ahora debía de estar en la sala de reuniones; Wei Ying podía escuchar una que otra
voz por aquí y por allá cuando alguien decía algo cerca de donde debía de estar sentado WangJi, hasta
que se hizo más silencioso con alguien hablando muy al fondo.
—Ah, ah-... ¡Lan Zhan está tocando mi polla! ¡Oh, pobre Wei Ying está tan duro! Se está mojando,
Lan Zhan...— Wei Ying no obtuvo respuesta, pero sabía que WangJi debía de estar excitándose,
escuchando a su novio gemir por el auricular mientras intentaba sentarse en una reunión como si no
pasara nada.
—¿Lan Zhan se está poniendo duro para mí? ¡Oh, travieso, travieso! ¿Qué pasa si alguien lo ve?
La polla dura de Gege sobresaliendo de sus pantalones en medio de una reunión... Es tan grande
también... ¡Hombre desvergonzado!—. Wei Ying se acarició más rápido, ¡la idea de que WangJi hiciera
algo así en público, en el trabajo, lo volvía loco! Cada caricia de su mano enviaba una ola peligrosamente
placentera a través de sus entrañas, amenazando con llevarlo al límite demasiado pronto.
<Dedo dentro>
—¿Lan Zhan está poniendo su...? Espera.— Wei Ying puso su teléfono en altavoz encima de la
almohada junto a su cabeza y buscó bajo las sábanas el lubricante y se humedeció el dedo con él,
moviéndolo dentro de sí mismo mientras mantenía la mano en su polla, acariciándola a un ritmo
constante mientras empezaba a follarse con su propio dedo, moviendo las caderas arriba y abajo. —
¡Gege, qué estás haciendo, tocando a Wei Ying de forma tan inapropiada! ¡E-Ese es mi trasero,
gege!.
WangJi seguía con la mirada fija en la pantalla del proyector, sin registrar nada de los gráficos, y su polla
palpitaba con fuerza en sus pantalones debajo de la mesa. Intentó mantener la respiración uniforme y la
calma, pero empezaba a darse cuenta de que había sido un error: tendría que excusarse.
—Ah, gege tiene unos dedos tan largos, que llegan tan dentro de mí...— Wei Ying se estaba
acercando ya, había pasado demasiado tiempo... —Mm-mh, ahh... Se-se siente tan bien gege...— Los
gemidos de Wei Ying eran agudos, jadeantes, cada vez más agitados, y seguía empujando sus caderas
contra su dedo, dejando que golpeara ese punto dulce de su interior y enviara pulsaciones de felicidad
cada vez más intensas a su polla, que parecía que iba a estallar en cualquier momento... —¡Oh, oh, a-...!
Voy a... ¡Ah!— El cuerpo de Wei Ying estalló en un orgasmo increíble y se manchó a sí mismo y las
sábanas con su eyaculación mientras gemía lascivamente en el teléfono, haciendo saber a WangJi lo bien
que se sentía.
WangJi se levanto despacio, tomó su portafolio y lo colocó discretamente frente a su entrepierna, porque
el bulto de sus pantalones era ya muy evidente. Tomó el telefono como si tuviera que atender una llamada
y se disculpo breve pero educadamente antes de marcharse. Wei Ying respiraba agitadamente en su oído
a través de la línea.
WangJi irrumpió en un cuarto de baño individual vacío y cerró la puerta antes de desabrocharse el
cinturón y sacarse la polla, que ya estaba empapada de semen, suplicando ser saciada y liberada de esta
necesidad. WangJi se llevó el teléfono a la boca mientras con la otra mano se agarraba la polla y
empezaba a masturbarla furiosamente, deslizando el prepucio arriba y abajo sobre el glande, dando un
buen apretón allí en cada golpe sólo para acabar antes de volverse loco de lujuria.
—J-Joder— WangJi gruñó. Wei Ying podía escuchar su respiración agitada, sabiendo que ahora se había
ido a algún lugar privado a masturbarse.
—Oh Dios...— Wei Ying tarareó juguetonamente: —Lan Zhan no pudo mantenerlo en sus
pantalones, ¿verdad? Niño travieso.
Qué voz tan dulce y burlona... WangJi gimió al teléfono mientras intentaba no gemir abiertamente, por
miedo a que alguien que pasara por el cubículo lo escuchara. Seguía acariciándose, necesitaba que
saliera...
—¡Qué chico más cachondo, tan cachondo que tiene que ir en medio de una reunión a masturbarse
a escondidas! ¿Estás en el baño? ¿En un almacén?
—¡Mmh...!— El rostro de WangJi ardía de vergüenza mientras Wei Ying lo provocaba, pero era
bueno, muy bueno, mejor de lo que podría haber imaginado. ¡Quería que Wei Ying dijera más cosas
terribles!
—¡Te corriste tan pronto! ¡Lan Zhan realmente está tan cachondo! Jeje...
—...¿Lan Zhan?
—...Estoy aquí.
—¿Estabas cachondo?
—...Mm. Mucho.
—¿Sí?— La voz de Wei Ying era alegre y burlona y WangJi pudo escuchar su sonrisa. —Yo también
me corrí muy fuerte. ¡Deberíamos repetirlo! Sabes que preferiría tenerte en mis brazos, pero
podríamos divertirnos de esta manera mientras esperamos a volver a vernos. ¿Te gustaría, Lan
Zhan?
—...Sí.— WangJi estaba sonrojado, sintiendo tanta calidez y esponjosidad en su interior cuando Wei
Ying le propuso eso tan fácilmente, como si no fuera nada de lo que avergonzarse sino como si estuviera
bien desear algo así. —...Lo quiero, Wei Ying.
—¡Aww, Lan Zhan! ¡Jeje! Como sea, es tarde, probablemente debería irme a dormir... Pero sé que
mañana estaré pensando en esto todo el día.
—Besos.
Tuvieron muchas más sesiones como esta por teléfono y por videollamada durante las siguientes
semanas, aunque no mientras WangJi estaba en el trabajo. ¡Por fin el tiempo pasaba volando cuando se
divertían! Y pronto el Año del Gallo se acercó a su fin, y llegó el momento de reservar nuevos vuelos a
Shanghai...
—Hola, WangJi.
—...
—Beber, pelear en público... ¡Realmente es demasiado vergonzoso para soportarlo! ¡Mira lo que te
ha hecho esa Wei Ying!
—Wei Ying no me hizo beber. O golpear a Wen Chao.— Tal vez lo hizo. Wei Ying estaba liberando a
Lan WangJi para que fuera él mismo. Así que tal vez lo hizo. ¿Y qué?
—No.
—Admito mi error en que debería haberme abstenido del alcohol, tanto por autocultivo como por
mi escasa tolerancia, pero eso no es algo por lo que deba una explicación o disculpa. Pero Wen
Chao insultó a mi prometida, y por eso le habría pegado independientemente de si estaba borracho
o no, estoy convencido, y tampoco voy a disculparme por eso, porque lo volvería a hacer.
—Wei Ying vendrá a la cena de reunión, por favor añade una persona más a la reservación.
—Sí. Y para decirte...— No necesito disculparme. —...Que espero que no te preocupes tanto, no es
saludable.
—¿Cómo?
—...Detén esta tontería,— Lan QiRen sonaba más como si estuviera suplicando que otra cosa, —
¡encuentra a alguien más!
Tontito²: la autora utiliza la palabra dork : Se utiliza como un término cariñoso para llamar a una
persona que es socialmente torpe, puede usarse más comúnmente como un cumplido para comunicar
afecto, aprecio y amor por la tontería, la autoexpresión y la belleza única de una persona.
Año del Perro
Chapter Notes
—Y el siguiente look es el que te pondrás para la cena de reunión—. Mianmian sacó de un hangar un
qipao negro de sarga negra con un ribete rojo. El corte era bastante clásico, con mangas cortas y largo
hasta la mitad del muslo, pero en la parte trasera había una generosa abertura que dejaba ver la espalda.
—Quiero decir, ¡mira lo ceñido que está! ¡No puedo comer un dumpling y caber en eso!
—Está hecho a tu medida y confía en mí: te quedará bien. Pero no te atiborres como de costumbre.
—¿Verte lindo?
Wei Ying gimió. Pero era precioso. —¿Puedo probármelo?— Wei Ying se levantó y empezó a
desvestirse. Estaban en la parte trasera de la oficina de Mianmian y hacía tiempo que habían pasado el
punto en el que a cualquiera le importaba si Wei Ying se desnudaba hasta quedar en ropa interior.
—No soy sólo una estilista. En la escuela aprendí tanto a diseñar como a coser ropa, aunque este es
diseño de Nie HuaiSang.
—Intercambiamos algunos mensajes, y como quería tener un qipao único para ti para el Año
Nuevo pero me faltaba un diseño le pregunté si tenía algo para mi clienta Wei Ying.
<Tal vez la recuerdes de la fiesta de ex alumnos de Antai> Mianmian le había enviado un mensaje a
HuaiSang,
<Sí, fue realmente una dama inolvidable y todo el mundo en Shanghai sigue hablando de ella. Sería un
honor diseñar algo para ella para la cena de reunión de la familia Lan.> había contestado.
—Por supuesto, estábamos trabajando con una agenda apretada con el Año Nuevo Lunar a la
vuelta de la esquina, pero él tenía algo en su portafolio que podía ajustar de acuerdo a mis deseos, y
luego trabajé a partir de su diseño.
—Por supuesto, y en última instancia es Lan WangJi quien le paga, porque él todavía me paga por
vestirte .
—¡Es increíble! ¡Estoy realmente emocionado de usar algo hecho por mis dos mejores amigos!—
Puede que Wei Ying exagerara, pero era cierto que HuaiSang había sido la persona más interesante de la
fiesta para Wei Ying, y no le importaría conocerlo mejor. Se probó el qipao y Mianmian escrutó su
trabajo por todas partes, colocando algunos alfileres aquí y allá para marcar dónde le faltaba reducirlo.
—Lo tendré bien hecho antes de que te vayas, no te preocupes. Pero voy a querer que me lo
devuelvas, porque Nie HuaiSang y yo hicimos un trato por el que presentaría esto en un evento de
moda, junto con algunos otros de sus diseños que voy a hacer, en su nombre.
—Parece que está dispuesto a intentarlo. Todo está sólo en su fase conceptual, pero él tiene los
diseños, yo la ejecución y una clientela incipiente...
—¡Realmente espero que los dos tengan éxito! ¡Le daré a su trabajo el mejor debut posible en
Shanghai! Y ya sabes, Madam Yu está tramitando esos préstamos para pequeños negocios, ella
podría ayudarlos a empezar.
—Pensé en eso, pero como dije, todo está en las primeras etapas, apenas más que un sueño.
Además, Nie HuaiSang pidió que te tomara fotos con esto, así que vamos a hacer una pequeña
sesión de fotos para él una vez que esté terminado.
Mianmian no iba a acompañar a Wei Ying esta vez, pues confiaba en que ya se había ganado sus alas y se
las arreglaría solo. Aun así, le dijo que podía llamarla cuando quisiera, y le entregó una enorme hoja de
cálculo con fotos y bocetos que ilustraban cada uno de los looks que debía usar para determinados tipos
de eventos, no sólo qué ponerse sino cómo complementarlo, qué tipo de maquillaje y peinado... Había
varias opciones para almuerzos informales y de día, cenas elegantes, cócteles y, por supuesto, este look
para la importantísima cena de reunión de Lan. Mianmian insistió en que seguiría haciéndole la maleta,
aunque no confiaba en él para ser sincera, y le envió algunos artículos nuevos que le había conseguido a
lo largo del mes y medio. Aunque evidentemente seguía en buenas manos, incluso si Mianmian se
quedaba en Nueva York, Wei Ying echaría de menos su compañía.
Wei Ying había tenido que trabajar largos turnos en el hospital para cubrir sus horas mientras se tomaba
toda una semana libre con la excusa de "visitar a la familia por el Año Nuevo chino". Como tal, no le
entusiasmaba la idea de pasar hasta veinticuatro horas en tránsito de ida y vuelta cuando sabía que un jet
podía hacerlo en quince, así que no rechazó la oferta de WangJi de enviar un jet para recogerlo.
Acabo de destruir personalmente al planeta... Pensó durante el despegue. Pero esto es mucho más
cómodo... ¡Lo siento!
Esta vez se había vestido para estar cómodo durante el vuelo, con una camiseta universitaria de gran
tamaño, unos joggers y sus zapatillas negras con orejas de conejo. Aunque a partir de esta mañana iba a
convertirse de nuevo en una chica a tiempo completo, así que llevaba un maquillaje ligero y el cabello
recogido en un moño desordenado con una cinta de terciopelo negro. También se había puesto el anillo
de compromiso en el dedo. Se sentía tan lindo que había hecho esperar al taxista mientras le hacía
muecas al espejo. También se tomó selfies asquerosamente cursis para WangJi y Mianmian, a lo que
WangJi respondió con dos corazones enteros; ¡ese hombre estaba totalmente fuera de control! Lo cierto
es que Wei Ying no había perdido la práctica, ya que había salido con Mianmian y Yanli varias veces con
el atuendo completo y se habían divertido mucho, así que aún sabía cómo ser una chica. Antes de
aterrizar, se ducharía y se maquillaría por completo, porque si Mianmian lo veía en un periódico con un
aspecto que no fuera el de una celebridad, seguramente tomaría un vuelo solo para abofetearlo y luego
tomaría el control.
Wei Ying siguió la rutina de vuelo establecida por él y Mianmian, una comida de tres platos seguida de
una película y luego chocolate caliente y a dormir. !Extrañaba el sexo loco del avión!, pero vería a
WangJi muy pronto y entonces no lo dejaría salir de la cama en todo el día. Wei Ying estaba tan contento
de que sólo faltaban unas horas para el reencuentro, después de haber contado semanas, luego días...
Estaba tan emocionado que casi no pudo quedarse dormido en el baño de la parte trasera del avión, pero
al final lo consiguió. Volvió a despertarse aturdido, con una mancha de baba en la almohada y el antifaz
de seda torcido. La azafata le preparó un café cargado y con su ayuda Wei Ying se puso presentable.
Tras aterrizar, Wei Ying fue llevado en un coche negro a la terminal, y allí ya vio a alguien conocido:
Wei Ying charló con el hombre mientras salían, pero en el momento en que las puertas de la sala de
llegadas se abrieron y Wei Ying lo vio...
—¡Lan Zhan!
Estaba allí esperando con sus dos guardaespaldas cerca, vestido con un jersey negro de cuello alto y una
americana gris. Wei Ying corrió a sus brazos abiertos y se lanzó sobre él descuidadamente y WangJi lo
atrapó, encerrándolo en su fuerte abrazo.
—Wei Ying.
Wei Ying le agarró la cara y lo besó despreocupadamente y WangJi respondió en voz baja. Fueron
distantemente conscientes del chasquido de una cámara y sus guardaespaldas se acercaron para pedir a
los reporteros que, por favor, retrocedieran. No les importó. WangJi separó primero sus labios, hablando
en voz baja contra ellos:
—Vámonos a casa.
—¡Mm!— Wei Ying asintió con la cabeza, conteniendo las lágrimas porque él estaba tan feliz. —Dios...
— Se limpió con cuidado el rabillo del ojo y se recolocó las anchas gafas de sol, no quería que la prensa
se aprovechara de sus lágrimas. Wei Ying se pegó a WangJi mientras él le pasaba el brazo por el hombro
y lo conducía hacia el estacionamiento.
—Me gustaría tenerte para mí solo, pero estoy emocionado por la cena, por supuesto.
Ahí estaba su Bentley blanco. Del asiento del pasajero saltó Wen Yuan.
—...¡A-Yuan! ¡Hola!
Wen Yuan se apresuró a abrirle la puerta trasera a Wei Ying, pero se alegró tanto de ver al chico que, en
lugar de entrar en el coche, le dio primero un abrazo. Wen Yuan le devolvió el abrazo torpemente, sin
saber aún cómo debería haber respondido al gesto, ¡pero estaba muy contento de que Wei Ying hubiera
vuelto! Todavía llevaba puesto el reloj que le regaló Lan WangJi.
—¡Yo también quiero un abrazo de la hermana mayor!— Lan JingYi salió disparado del asiento del
conductor y corrió alrededor del coche. Riendo, Wei Ying lo abrazó a su vez y Jingyi se atrevió a
devolverle el abrazo con fuerza.
—¡Hola A-JingYi, yo también me alegro de verte! ¿Los dos se han portado bien?— Wei Ying sonrió
y miró de un chico de ojos brillantes al otro.
—Sí, aunque ahora hemos vuelto al colegio y ha sido tan aburrido...— JingYi empezó a balbucear,
pero Wen Yuan le interrumpió suavemente:
—Eh, sí. ¡Ven, hermana mayor! Lan WangJi me dejo conducir su coche para recogerte, es un coche
super agradable, te lo enseñaré...
Wei Ying no le arruinó la diversión diciéndole que ya conocía muy bien este Bentley y se subió sin más.
En la parte de atrás se sentó en el asiento del medio para poder estar en contacto con WangJi tanto como
fuera posible. Se marcharon y Wei Ying le preguntó a JingYi y Wen Yuan por la escuela y ellos le dijeron
lo que habían estado haciendo el último mes.
—¡Pues mira quién ya es un niño grande! ¿Ya has empezado la escuela de manejo?
—Hey, hey...— Wei Ying se inclinó más allá de los asientos delanteros para hablar conspiradoramente
con Wen Yuan: —Puedo darte algunas clases particulares por la noche en algún estacionamiento
vacío, ¿qué te parece?
—Hmph, anticuado...— Wei Ying arrugó la cara ante WangJi y los chicos soltaron una risita; ¡era tan
divertido que alguien se atreviera a burlarse del indomable Lan WangJi! WangJi parecía estar tanto o más
hambriento de caricias que Wei Ying, ya que lo había rodeado con el brazo todo el tiempo y ahora le
agarraba el muslo, levantando sobre su regazo mientras conducían hacia la autopista.
—¡No somos niños!— exclamaron los niños con una sola boca.
—No son niños—. Dijo WangJi y se acercó a besar el cuello de Wei Ying.
Wei Ying se sonrojó furiosamente. ¡¿No puedes esperar hasta que estemos en casa?! —¡Lan Zhan
travieso!—, lo regañó en un tono nasal sin dejar de intentar parecer enfadado, lo que no hizo más que
incitar a WangJi a chuparle la piel, haciendo que Wei Ying se tragara sus gemidos porque no quería ser
lascivo delante de los chicos. Está bien, A-Yuan también tenía dieciocho años ahora, ¡pero vamos!
—¡A-JingYi! Los ojos en la carretera!—, ordenó Wei Ying mientras WangJi le acariciaba el muslo y
seguía chupándole el cuello —¡la piel de Wei Ying estaba criminalmente sin marcas después de que
WangJi no le hubiera puesto el diente en más de un mes!
JingYi apartó la mirada de la ventanilla del retrovisor, sonrojado. Wen Yuan también giró
vergonzosamente la cabeza, y siguieron escuchando torpemente —y con bastante inspiración— a los
pasajeros de atrás durante todo el trayecto por Shanghai:
—Lan Zhan no... No pongas la mano ahí... No, no te atrevas, pequeño... ¡¿Oh?! Nnh... ...¡Ay! ¡Lan
Zhan!
Después de una larga sesión de besos en el asiento trasero, Wei Ying, marcado por los mordiscos, besado
y con el cabello revuelto, apenas pudo decirle a los chicos —¡Nos vemos en la cena de la reunión!—
antes de que WangJi casi lo arrastrara por el vestíbulo hasta el ascensor, donde inmediatamente lo levantó
contra la pared y le metió las manos por debajo de la falda, esta vez hasta el fondo, y le manoseó el
trasero con ambas manos de tal manera que Wei Ying estaba seguro de que le había hecho moretones.
—¡Aaoh...!— Wei Ying gimió con libertad, dejando que su voz femenina fallara sólo un poco mientras
estaban solos. WangJi ya se estaba arrancando la camisa en el pasillo, y para cuando consiguieron cruzar
la puerta eran un amasijo de dientes y lenguas, uñas y manos agarradas llenas de cabello. De alguna
manera llegaron a la cama, para entonces ya desnudos, habiendo dejado un rastro de ropa tras ellos.
—¡Fóllame, fóllame Lan Zhan...!— Wei Ying suplicaba desesperado, con las uñas arañando la espalda
de WangJi y haciendo que el hombre soltara siseos y gruñidos animales, y mucho más que eso WangJi ni
siquiera podía pronunciar en su celo.
—Más fuerte, más fuerte, más fu-... ¡Ah...!— Wei Ying seguía diciéndoselo aunque ya estaba siendo
demasiado rudo.
Su desenfreno cachondo duró todo el mediodía, luego la tarde, y sólo pararon para comer la comida que
habían pedido. Es posible que a primera hora de la noche se habrían quedado dormidos. Luego se
ducharon juntos, lavándose sensualmente el cuerpo el uno al otro mientras no hacían nada, excepto
adorarlos mientras por fin podían dar un paso atrás de tanto devorar y ver realmente dónde sus manos y
bocas habían dejado amorosos moretones.
—La piel de Wei Ying no debe estar sin—. Dijo WangJi mientras acariciaba las amoratadas marcas de
mordeduras justo alrededor de los pezones de Wei Ying.
—Siempre quiero llevar tu marca en mí, amor—. dijo Wei Ying mientras mantenía sus manos sobre
las de WangJi, sin resistirse a su movimiento sino alentándolo. Al anochecer estaban doloridos y
satisfechos, pero aún querían más, así que hicieron el amor lenta y dulcemente hasta que se durmieron
con WangJi aún dentro de Wei Ying.
—¡Tienes suerte de que este qipao tenga un cuello largo o te daría una paliza, Lan WangJi!— Wei
Ying maldijo mientras comprobaba que el cuello cubría realmente todas sus mordidas. Sólo si giraba la
cabeza así se le vería la que tenía debajo de la oreja. Pero no era sólo allí... También allí; si el dobladillo
de Wei Ying se levantaba lo más mínimo —como solía ocurrir cuando se sentaba— y por casualidad
alguien captaba la parte interna de los muslos en un ángulo, había un moretón evidente en cada uno de
ellos. A Wei Ying le encantaba, le encantaba que le marcaran moretones como pequeñas frutas y flores de
ciruelo, pero ¿y si alguien lo veía...?
—Así que los Wen también van a estar allí, ¿eh?—, preguntó Wei Ying mientras se ponía los
pendientes; grandes perlas redondas de imitación que colgaban de cadenas doradas.
—Espero que tu tía abuela— -esa era Madam Wen- —no traiga a sus perros malhumorados...
— Maldición, habrá muchas más madams para escudriñarme, pero da igual... Sus opiniones
probablemente serían intrascendentes para la decisión de Lan QiRen respecto a su bendición, pero Wei
Ying aún no quería hacer que WangJi perdiera la cara por él. Espero que sean tan dulces como la viejita
Madam Lan.
—Te protegeré.
—¿Lo prometes?
—Prometido.— WangJi terminó de atarse la corbata y palmeó el trasero de Wei Ying al salir del
dormitorio. WangJi estaba usando un esmoquin clásico.
WangJi lo miró con el ceño fruncido, confundido; ¿De qué estaba hablando ahora? Wei Ying hizo una
pistola con las manos y apuntó a WangJi, adoptando una postura más amplia e inclinando las caderas, con
unas piernas que parecían eternas, acentuadas por el dobladillo corto y los Louboutin de tacón de aguja
con suela roja que hacían juego con el qipao negro con detalles en rojo;
—¡Bang!
Otros accesorios de Wei Ying incluían una pulsera de perlas, y en su característica coleta a media altura
se anudó una pequeña cinta de color rojo oscuro. Mianmian había concertado una cita con la manicura
para hoy, para que le pintaran las uñas de gel. —Pide el rojo clásico—, le había dicho, pero Wei Ying
había visto fotos en el estudio en las que las puntas eran de un color distinto al de la base y, sin Mianmian
allí para supervisarlo, le había pedido a la manicurista que le pusiera las puntas negras con el rojo. Era
bastante gótico, le gustaba. Le había enviado una foto a Mianmian;
<Está bien, pero por favor deja de desviarte del plan.> La aguafiestas había respondido.
Wei Ying también se maquilló los ojos de forma más dramática para esta noche, con un delineado de ojos
alado, practicando hasta que lo consiguió, se delineó su como de costumbre y se sonrojó las mejillas para
que tuvieran un saludable color rojo manzana, pero en contra de las sugerencias de Mianmian de pintarse
los labios de un rojo intenso mate, fue más ligero, sólo con un poco de bálsamo labial teñido de cereza.
No quería preocuparse de mancharlo mientras comía y bebía, y además necesitaría poner sus labios sobre
una pequeña sorpresa en el banquete de esta noche: una vez que terminó de arreglarse, Wei Ying tomó un
pequeño estuche negro, más largo que alto, y lo colocó junto a su bolso rojo de charol Carolina Herrera
para que no se le olvidara llevarlo consigo. Después de prepararse para salir a afrontar su próximo
desafío, Wei Ying se sintió muy sexy y elegante.
¡Soy la chica Bond de Lan WangJi! Siguió posando con su pistola de dedo frente al espejo y se imaginó
discretamente a Wen RuoHan y a su hijo Chao a punta de pistola.
—Pow.
—El taxi está aquí.— WangJi regresó, poniéndose sus gemelos de plata. Era hora de partir para la cena
de reunión del Año Nuevo Lunar. Era el mayor acontecimiento familiar del año, y Wei Ying se alegró de
haberse hecho amigo de las matriarcas antes de que lo arrojaran delante de todos los demás. También
pensaba que sabía qué esperar de Lan QiRen, pero le preocupaba un poco que los Wen causaran
problemas. Por otro lado, ¡A-Yuan también estaría allí! Aún hacía frío en el exterior e incluso nevaba
ligeramente, y Mianmian había decidido que Wei Ying se abrigara con estilo: le había metido en la
maleta un abrigo corto vintage de piel blanca, superesponjoso y calentito. WangJi ayudó a Wei Ying a
ponerse el abrigo y Wei Ying se sintió muy elegante con él puesto. Después de ponerse su propia
gabardina negra, WangJi le sostuvo la puerta y le tendió el brazo a Wei Ying. Wei Ying lo tomó del brazo,
el bolso colgado del hombro y el pequeño estuche negro en la otra mano, y así la pareja, muy elegante,
fue a abordar su taxi. Se sentaron atrás y se tomaron de la mano. Sólo tomados de la mano. Cruzaron el
río Huangpu hasta la zona de Pudong, donde los Lan habían reservado un gabinete de un restaurante
panorámico en la planta 53 del Ritz Carlton. Los dejaron frente al imponente hotel, justo al lado de la
famosa Torre de la Perla Oriental, y en el patio había incluso dos leones danzantes como atracción. Wei
Ying se tomó una selfie con WangJi y él junto al león, nuevamente solo para guardar un recuerdo.
Cuando supo que no podía publicar nada y mostrárselo sólo a unos pocos elegidos, recordó por qué
solían tomarse fotos cuando él era niño. Entraron en el vestíbulo y allí vieron a la pequeña Madam Lan y
a una pareja de ancianos bien vestidos, y reconocieron a WangJi.
—¡Feliz año nuevo!— WangJi presentó a Wei Ying y a la pareja; éste era su primo hermano por parte de
la familia Lan, hijo de la pequeña Madam Lan, y su esposa, y eran los abuelos de Lan JingYi. Madam
Lan reconoció a Wei Ying, por supuesto, y le sonrió:
—¡Usted también se ve muy hermosa tía! ¡Me encanta su vestido!— Wei Ying hizo un cumplido y se
ganó una sonrisa aún más brillante. Realmente era fácil llevarse bien con ella. Tras las presentaciones y
unos breves cumplidos, el primo hermano Lan condujo a su esposa y a su anciana madre a los ascensores,
seguidas por WangJi y Wei Ying. Subieron al piso 53 y entraron en el elegante vestíbulo del restaurante.
Los suelos de madera oscura, las paredes de mármol negro y la iluminación tenue daban al espacio un
oscuro encanto; el suelo estaba cubierto con una alfombra roja y en el mostrador de recepción había un
enorme arreglo de orquídeas rosas. Sin embargo, en la recepción Wei Ying vio algo menos agradable: la
figura alta y ancha de hombros de Wen RuoHan, con una mujer vestida con un conservador vestido rojo
vino sosteniendo su brazo, Wen Chao —ugh— y otro caballero más joven que debía de ser su hermano
mayor, Wen Xu, con él una mujer esbelta con un reluciente vestido rojo y junto a ella estaba Wen Yuan.
El chico se giró y sus ojos se iluminaron al ver acercarse a los Lan y a Wei Ying. Sonrió sin decir nada,
pero su padre se dio cuenta y siguió su mirada;
Después de terminar de hablar con la recepcionista, Wen RuoHan se giró también hacia ellos. Wei Ying
le echó un vistazo a su esposa, quien sonreía tranquilamente y parecía totalmente subyugada al brazo de
su marido. No había nada demasiado memorable en ella, aunque, por supuesto, era una dama de mediana
edad convencionalmente bella. Wei Ying pensó que podría aprender mucho del carácter de Wen RuoHan
observando a su esposa, y le pareció que ya podía decir que era una mujer totalmente sometida a la
voluntad de su marido.
Wen RuoHan se dirigió a la persona mayor de su grupo: —Feliz año nuevo. Hace tiempo que no nos
vemos, Madam Lan. ¿Espero que su salud haya sido buena?
—Feliz año nuevo, Wen RuoHan. Sí, he estado bien, gracias por preguntar—. Respondió Madam
Lan, ofreciendo su mano en un apretón que Wen RuoHan aceptó. La diferencia de estatura era
asombrosa, y Madame Lan parecía especialmente pequeña y frágil ante el imponente hombre. El
intercambio fue silencioso, cortés. Wen RuoHan también saludó breve pero cortésmente a los demás. Sus
modales eran suaves y, si compartía la antipatía de sus hijos por los Lan, no lo dejaba traslucir, sino que
se comportaba de forma perfectamente civilizada. Para Wei Ying, eso lo hacía aún más amenazador.
También estaba usando esmoquin, la chaqueta de terciopelo color burdeos oscuro con cuello chal negro.
La familia Wen siguió su ejemplo, todos dándose un apretón de manos y un "feliz año nuevo" con todos.
—Wei nǚshì, feliz año nuevo. Me alegro de verte de nuevo—. Dijo Wen RuoHan en el mismo tono
comercial con el que se dirigía a todos los demás, pero sonriendo demasiado agradablemente y mirando a
Wei Ying con demasiada intensidad mientras le tomaba la mano que le había dado de mala gana; Wei
Ying realmente no quería dejar que lo tocara, recordando la extraña sensación que tuvo cuando lo
conoció, como si el hombre viera a través de él de alguna manera. Sin embargo, Wei Ying consiguió
devolverle la sonrisa y le dio un apretón de manos tan bueno como pudo, y quizá su aprensión sólo era
visible en sus ojos.
—...¿Eh?
—¡Aa, quizás pronto estarás bajo la protección de Lan WangJi!— Ella le guiñó un ojo.
¡¿Qué sabes tú que yo no sepa, tía?!, se preguntó Wei Ying mientras se reía ligeramente avergonzado.
Por supuesto, su anillo se había hecho notar y la noticia había recorrido el árbol genealógico de arriba
abajo, y él y WangJi se habían ganado las felicitaciones de todo el mundo por su compromiso. A Wei
Ying no le apetecía nada agarrar el fideo blando y húmedo que era la mano de Wen Chao, y él también
parecía reacio a agarrar la suya, pero lo hicieron de todos modos. Wei Ying esbozó una amplia sonrisa,
concretamente, sólo para fastidiarlo.
Espero que recuerdes cómo te golpearon el trasero la última vez y te comportes. —¡Feliz año nuevo
Wen Chao!
—Feliz año nuevo...— Chao se negó rotundamente a reconocer a WangJi, lo que pareció sentarle bien al
segundo heredero Lan. Todos ignoraron su frialdad si se dieron cuenta. Wen Xu al menos estrechó la
mano de WangJi, pero Wei Ying no pudo evitar darse cuenta de que ninguno de los dos se molestaba ni
siquiera en sonreír cortésmente, y sus saludos eran bruscos y sin alegría, mientras que entre Wen RuoHan
y WangJi al menos había habido un decoro cortés; parecía que WangJi sólo se molestaba en ser cortés si
le mostraban la misma cortesía. Los primos no se llevaban bien, y Wei Ying se preguntó si siempre había
sido así o si se debía al reciente incidente del club. Pero Wei Ying tenía que respetar la honestidad de
WangJi y su cara de perra en reposo, cómo hacía evidente que no estaba aquí para jugar.
—Están con nuestro grupo—. Wen RuoHan se giró para decirle a la recepcionista y le dio todos sus
nombres para que los tachara del libro de contabilidad. Wen Yuan sonrió tímidamente a WangJi mientras
le tendía la mano. WangJi la tomó, su escarcha se derritió y sonrió cálidamente, pero en cuanto
terminaron de desearse feliz año nuevo, Xu puso la mano en el hombro de su hijo;
—Vamos Wen Yuan.— Xu lo condujo enérgicamente detrás del resto de los Wen, que ahora seguían a la
camarera hasta su gabinete privado. El gabinete tenía unas vistas impresionantes de la ciudad y estaba a
la altura de la parte superior de la Torre de la Perla Oriental, que estaba allí mismo; el monumento
brillaba con muchas luces de colores en la noche. Ya sentados alrededor de la otra de las dos mesas
redondas del banquete estaban Lan QiRen, su madre y Lan XiChen. Lan QiRen estaba en el asiento de
los anfitriones con su abuela en el asiento de la misión de honor, ya que era la persona de más edad en la
sala. Después de que los recién llegados se hubieran sentado e intercambiado más saludos y deseos de
feliz año nuevo, los últimos en llegar fueron Lan JingYi y sus padres. JingYi se veía muy elegante con su
esmoquin blanco y su chaleco bígaro, mucho más juguetón que el resto, y sus padres también parecían
personas agradables —siendo un Lan, su padre, por supuesto, parecía que estaba asistiendo a un funeral
en lugar de a un banquete, pero al menos su esposa sonreía con facilidad y Wei Ying podía ver la
personalidad enérgica de JingYi siendo alimentada por ellos, a diferencia de Wen Yuan, que era una
versión mucho más tranquila de sí mismo en presencia de su familia, pareciendo tan oprimido como su
abuela. También su madre, la esposa de Wen Xu, era una mujer hermosa y esbelta cuyo rostro estaba
literalmente esculpido a imagen y semejanza de la mujer "perfecta", que aparentaba años menos de los
que debía tener —teniendo en cuenta que Wen Yuan ya tenía dieciocho— y daba la inquietante
apariencia de una muñeca. O no era muy inteligente o lo estaba escondiendo, al igual que la esposa de
Wen RuoHan, limitándose a sonreír y asentir cortésmente, pero dedicaba a Wen Yuan miradas amables y
le arreglaba tiernamente la corbata. Wen Yuan le sonrió a su madre y Wei Ying pudo darse cuenta de que,
al menos, ambos mantenían una estrecha relación. Sin embargo, Xu los miraba como si desaprobara un
gesto tan suave;
El corazón de Wei Ying se compadeció de la pobre A-Yuan, cuya expresión abatida lo decía todo.
Creo que sé cómo te sientes, chico... pensó Wei Ying. ¿Acaso Jiang FengMian no le había arreglado la
corbata de forma similar antes del baile de graduación, sólo para que Madam Yu le dijera a su marido que
Wei Ying debía aprender a estar presentable, porque FengMian ¿'no siempre puede estar ahí para
arreglarle las cosas más sencillas'? Wei Ying también se dio cuenta de que Wen Yuan no llevaba el
elegante Vacheron-Constantin que WangJi le había regalado por Navidad, sino un Rolex dorado que
parecía demasiado grande para su delgada muñeca. WangJi también se había dado cuenta, y de lo rápido
que Wen Xu había querido alejar a Wen Yuan de él.
La disposición de los asientos era mixta, con los miembros más jóvenes de los Lan y los Wen, es decir,
Wen Yuan y JingYi, sus padres así como Wen Chao, WangJi y Wei Ying sentados en una mesa, y los
mayores de las familias así como XiChen en la otra. Wei Ying se sentó entre WangJi y el primo segundo
Lan, afortunadamente. Los chicos se sentaron uno junto al otro y empezaron a hablar en cuanto JingYi se
sentó junto a Wen Yuan. Xu observó su interacción con desaprobación desde dos asientos más allá y
envió a su hermano, sentado junto a Wen Yuan, una mirada que parecía decir 'haz algo al respecto'. O
Chao no recibió el memorándum o no pensó que cuidar del hijo de la familia era su trabajo, y no hizo
nada. Wei Ying observaba todo esto en silencio mientras sorbía su champán; el camarero estaba sirviendo
una ronda para todos como aperitivo, excepto para los Lan, que tomaron espumoso sin alcohol como de
costumbre. Las observaciones de Wei Ying se vieron interrumpidas por una charla más cortés, ya que las
dos esposas se interesaron por él:
—¿Así que eres una mujer de carrera?—, preguntó la madre de JingYi cuando Wei Ying le dijo que
estudiaba para ser doctora.
—Pediría un permiso para quedarme en casa hasta que el niño tuviera edad suficiente para
empezar el preescolar. Nos gustaría mucho tener hijos, por supuesto—. Wei Ying se entusiasmó y
frotó el brazo de WangJi, quien asintió en silencio, mirando con cariño a su prometida.
Las puntas de las orejas de WangJi podrían haber adquirido un ligero tono rojo. Desde la otra mesa Lan
QiRen los estaba escuchando. WangJi le dirigió una sutil mirada y sus ojos se encontraron. Desviaron la
mirada, tanto el tío como el sobrino parecían ilegibles. Ahora que todos estaban presentes y sentados y se
habían servido las bebidas, se sirvió la comida: cuatro camareros trajeron muchos platos de dumplings,
ostras frescas, pescado entero frito, cuatro patos asados enteros y dos cochinillos, fideos, arroz frito...
¡Wei Ying estaba en el paraíso de la comida! Excepto que todavía tenía que caber en su qipao, ¡maldita
sea! Oh bueno...
Lo siento no lo siento Mianmian, ¡más vale que me acostumbre a parecer embarazada! Wei Ying llenó
su plato con lo que quiso y tanto como quiso, porque a la mierda. Los Lan conversaban en voz muy baja,
aunque en un banquete fuera de casa su tradición no los obligaba a comer en completo silencio, por lo
que el ambiente durante la cena era demasiado sombrío para el gusto de Wei Ying, haciéndole pensar de
hecho en un funeral. Una vez más, deseó haber estado en casa de los Jiang, pero aún quedaba esperanza
para el fiestero que Wei Ying llevaba dentro: en la mesa auxiliar de WangJi había otra invitación para un
cóctel de Año Nuevo que se celebraría dentro de dos días. El sobre púrpura oscuro y la tarjeta de
invitación eran de papel grueso de calidad, impresos con adornos y letras doradas de estilo art déco,
declarando un rugiente tema de los años veinte. Wei Ying tendría que consultarlo con Mianmian.
También se percibía cierta tensión entre los Wen y los Lan, pero en general el ambiente era familiar. Los
Lan también se mantenían sobrios y sus esposas lo respetaban en gran medida, bebiendo con moderación
o no bebiendo en absoluto. Pero Madam Wen bebió mucho baijiu y se puso aún más ruidosa de lo
habitual, contando a todo el mundo cómo Wei Ying "casi se había desmayado en la puerta de los Lan por
miedo a sus perros". Esto provocó algunas risas comprensivas de los demás, excepto de Chao, que
también había bebido bastante y se rió demasiado alto y durante demasiado tiempo:
—¿Wei Ying le tiene miedo a los perros? ¿No se suponía que eras la chica americana dura?
—Todo el mundo tiene miedo de algo—. Wei Ying decidió que hoy no iba a dejarse provocar. —Y
gracias.
Wei Ying se rió encantadoramente, tapándose la boca y haciéndose el tímido, —¡Wen Chao es
demasiado modesto! Seguramente no se limita a repetir las palabras de otros, después de todo, no
es propio de un hombre escuchar rumores ociosos.
A Chao se le cayó la sonrisa y parecía que había mordido accidentalmente la vesícula biliar del cerdo.
—¡Chao-Chao es un buen chico!—, declaró Madam Wen desde la otra mesa. —¡Sin duda no está
escuchando ningún rumor!
Chao estaba visiblemente avergonzado y Xu cerró los ojos como si odiara sufrir la existencia de su
hermano pequeño en ese momento.
—¿A Wei Ying le gustan otros animales, quizás?— Interceptó la madre de JingYi.
—¡Por supuesto, me gustan muchos tipos de animales! Gallinas, patos...— Wei Ying extendió la
mano para tomar otro trozo de pato de la bandeja de servir. —¡Cerditos, y todo tipo de animales que
sean buenos para comer!— Se ganó un par de risitas sensatas de los hombres Lan de segunda línea y
carcajadas de los chicos, con lo que la conversación giró con seguridad hacia la comida. WangJi volvió a
mirar a su tío y lo sorprendió mirando fijamente a Wei Ying, acariciándose la barba. Lan QiRen se
percató de la mirada de su hijo, sólo lo miró brevemente antes de volver a mirar al frente, bajando la
mano sobre el pie de su copa.
La cena pasó a los postres y se sirvió un surtido estilo petit fours de bolas de arroz glutinoso y taro,
galletas de almendra y tartas de huevo con un poco de coñac, que parecía ser cosa de Wen, ya que Wen
RuoHan pidió ver primero la botella y la valoró antes de dar su aprobación. El camarero procedió a servir
el vino para los Wen.
—Sí, por favor—. Wei Ying no diría que no a la bebida, aunque él era más de whisky, pero lo que Wen
RuoHan prefería beber era probablemente de primera categoría, ¡y en qué otro lugar iba a probarlo Wei
Ying!
—Sírvele también al joven—. Wen RuoHan le dijo al camarero al pasar junto a Wen Yuan. —Ya es
hora de que aprendas a beber, Wen Yuan.
Wen Yuan parecía nervioso pero también entusiasmado, y JingYi observó algo celoso cómo se llenaba el
vaso de su amigo. JingYi incluso miró suplicante a su padre por encima de su vaso de baijiu de baja
graduación, pero antes de que pudiera siquiera preguntarle, el hombre negó con la cabeza con firmeza;
eran Lan, ¡no bebían así! Al parecer, Wen RuoHan había comprado la botella, porque después de servir
un vaso a cada uno, el camarero lo dejó en la mesa junto a él.
—Un brindis entonces, por la prosperidad—. Lan QiRen propuso y los Lan levantaron sus copas de
baijiu —la primera y la última de la noche, ya que siempre sólo bebían para brindar como correspondía—
y los Wen y Wei Ying levantaron sus coñacs;
—¡Ganbei!
El coñac era suave como el terciopelo líquido en la boca, con un sabor profundo y calentaba a Wei Ying
por toda la garganta mientras vaciaba su copa.
—¡Puaj...!— El rostro de Wen Yuan se arrugó con una expresión como si acabara de obligarse a tragar
veneno, y su padre y su tío se rieron de él, pero también lo hizo Wei Ying, con benevolencia. A JingYi no
le había ido mucho mejor con su baijiu, haciendo muecas mientras la bebida ardía al bajar por su
inexperta garganta.
Un miembro del personal regresó trayendo algo sorprendente: un atril. Lo trajo y lo montó rápida y
discretamente ante las dos mesas. Cuando terminó su trabajo, WangJi le hizo un gesto de agradecimiento
con la cabeza, y el hombre le devolvió el gesto con una sonrisa y se marchó, dejando a todos
preguntándose de qué se trataba.
—Todos—, dijo entonces WangJi, pidiendo su atención, —Wei Ying tiene algo que le gustaría realizar
para nuestro placer, por favor, presten su atención un momento.
—Oh, Wei Ying, ¿lo has traído...?— La abuela Wen vio que Wei Ying le sonreía mientras se levantaba,
se alisaba el vestido y sacaba el pequeño estuche negro que había traído. Lo colocó sobre su asiento y lo
abrió, y dentro estaba su vieja flauta de concierto, aunque todavía en tres partes antes de ser ensamblada.
—¡Sí, tía! ¡He traído mi flauta para poder tocar para ti como te prometí!
—¡Qué adorable!
—En efecto—, coincidió XiChen, —¡me hace mucha ilusión escucharte tocar!
—Sí, recuerdo que la hermana mayor mencionó que tienes inclinaciones musicales—, dijo la
pequeña Madam Lan. —Los Lan siempre han apreciado la música y las artes, ¿No es así?— Sonrió.
—Bueno, ¡Esta Wei Ying está cumpliendo con todos los requisitos!—, dijo Madam Wen mientras
buscaba nuevamente la botella de coñac, pero su hijo la tomó y amablemente le sirvió otra copa. —
Gracias, RuoHan.
—Lo sé, lo sé, ¡no sermonees a tu madre!— Madam Wen hizo un gesto desdeñoso a su hijo, que ya
había vuelto a centrar su atención en Wei Ying, que había terminado de ensamblar su flauta y se colocaba
detrás del atril, colocando sobre él sus partituras. Estaba de espaldas a la ventana, con la ciudad
iluminada como telón de fondo.
Huh, ¡estoy un poco nervioso! Wei Ying lo notó, pero eso nunca le disuadió. —Tocaré 'Tres variaciones
sobre flores de ciruelo', adaptadas a la flauta de concierto—. Se llevó la flauta a los labios, pulida y
plateada a la luz del gran candelabro de gotas de lluvia que estaba arriba, y puso el otro pie ligeramente
de lado para adoptar una postura más amplia de apoyo. Debería haberme saltado menos lecciones. Oh,
bueno, aquí vamos... Wei Ying empezó a tocar un tono tranquilo, con notas suaves y persistentes,
ondulantes, altas y bajas, que arrullaban a la sala de juerguistas saciados con una sensación de
tranquilidad. Hacía años que Wei Ying no tocaba y había estado muy falto de práctica, pero todo había
vuelto a él sorprendentemente rápido una vez que había desempolvado la vieja flauta. Aún así, sólo había
tenido un mes y medio para practicar una nueva canción, por lo que se equivocó un par de veces, pero la
retomó con calma a partir de la siguiente nota, sin lamentarse por ello. Dejó vibrar un rato la última nota,
demostrando su capacidad pulmonar. Cerró los ojos y se limitó a disfrutar de la música. Siempre había
pensado que sus clases de música eran aburridas y que hubiera preferido jugar al aire libre o ir al centro
comercial con sus amigos, pero ahora estaba agradecido de que Jiang FengMian hubiera insistido en que
fuera a sus clases cada semana.
Nuestros hijos también tocarán música. decidió Wei Ying, abriendo los ojos con una sonrisa y bajando la
flauta mientras la gente le aplaudía. Sus ojos se encontraron con los de WangJi: el hombre lo miraba
encantado, con un brillo tan suave en los ojos como si se hubiera vuelto a enamorar. Wei Ying le sonrió,
ruborizado, sintiéndose tan adorado.
—¡Eso fue muy lindo, Wei Ying, gracias!—, dijo la abuela Wen, y muchos se unieron al sentimiento.
—¡Me falta un poco de práctica, pero gracias a todos!— Wei Ying hizo una reverencia instintiva.
Tomó las partituras y se las entregó a WangJi mientras empezaba a desmontar y guardar su flauta.
—Todos—, dijo Lan QiRen, —tenemos el gabinete para nosotros solos durante media hora más,
después de lo cual pueden pasar al salón para seguir disfrutando de las vistas y quedarse para
recibir el año nuevo a medianoche. En cuanto a mí y a mi madre, les deseamos a todos una vez más
un feliz año nuevo, pero debemos irnos en breve, ya que ella necesita descansar. Primero sin
embargo: JingYi, Wen Yuan, vengan aquí.
Los chicos sabían lo que vendría y se levantaron, caminando hacia la mesa de los ancianos para recibir
sus sobres rojos, que contenían dinero de la suerte. Los jóvenes solteros los recibían como regalo de
todas las parejas casadas, pero los hermanos Lan eran considerados demasiado mayores para recibir tales
regalos a pesar de su condición de solteros, y como WangJi y Wei Ying aún no estaban casados tampoco
les correspondía dárselos, así que se limitaron a observar las caras de felicidad de los chicos mientras
recibían sus sobres con reverencias y agradecimientos. Una vez entregados los sobres, las damas y los
caballeros empezaron a excusarse por turnos para irse a casa. Wei Ying hubiera preferido evitar usar los
baños públicos siempre que podía, pero ahora no quería esperar a que llegaran a casa porque había estado
bebiendo abundantemente y empezaba a sentirse incómodo, así que se escabulló para ir al baño. El
pasillo estaba mal iluminado, silencioso, sólo se oían conversaciones lejanas y música tradicional china
en la dirección del restaurante, y el sonido de los tacones de Wei Ying se silenciaba contra la alfombra
roja de felpa. Vio abrirse la puerta del baño de hombres. Wen RuoHan. Wei Ying vio sus ojos brillar, su
sonrisa calculadamente educada. Vio que los ojos de Wen RuoHan recorrían el pasillo vacío por el que
había llegado Wei Ying y luego volvían a él. Wei Ying hizo caso omiso de su instinto de apartarse y
esquivar mientras caminaban uno junto al otro, y en lugar de eso lo miró con valentía;
Wen RuoHan no apartó los ojos de los de Wei Ying, con la comisura de la boca levantada. Pasó junto a
Wei Ying con sólo rozar sus hombros. Wei Ying contuvo su suspiro de alivio; no dejaría que el hombre lo
oyera. Por fin, Wei Ying aflojó la presión de su pecho, pero el aliento liberado salió en un jadeo cuando
sintió que le agarraban los brazos y los obligaban dolorosamente a ponerse detrás de la espalda, y de
pronto se encontró de cara a la pared, presionado contra ella. El cuerpo de Wen RuoHan estaba contra su
espalda y su aliento le llegaba al cuello. Wei Ying se quedó paralizado, con el corazón latiéndole deprisa,
pero se obligó a respirar despacio, con los pensamientos cristalinos:
Veamos qué piensas hacer a continuación, Wen RuoHan. Seguramente el patriarca Wen podía leer el frío
desafío de Wei Ying en sus ojos, los suyos brillando peligrosamente.
—Ya lo he descubierto—. Wen RuoHan habló en voz baja y se inclinó para oler el cuello de Wei Ying.
Wei Ying no pudo evitar temblar, lo que provocó una profunda carcajada de Wen RuoHan. —Oh, sí—.
Su cara no estaba ni a centímetros de la de Wei Ying, que involuntariamente apartó el rostro con
repugnancia y se retorció.
—Veo que te ha marcado aquí—. Wen RuoHan miró dentro del cuello de Wei Ying, donde estaba el
chupetón de WangJi. —¿Crees que eso te hace intocable?
—¡Detente!— Wei Ying jadeó cuando la otra mano de Wen RuoHan se posó en su muslo y deslizó el
pulgar bajo el dobladillo y rozó su piel allí. No puedo dejar que me toque allí...
—¿Y aquí también?— le tarareó Wen RuoHan al oído, mirando por encima de su hombro, encontrando
ahora el chupetón que estaba justo por encima del dobladillo de Wei Ying. —Vaya, vaya—. Wen
RuoHan pellizcó la piel sobre la marca oscura.
—¡Horr...!— Wei Ying levantó el pie para pisar el de Wen RuoHan, darle una patada en la espinilla,
cualquier cosa, pero el hombre presionó su rodilla contra el hueco de la suya, clavándola contra la pared
y juntando más sus caderas contra las de él en el proceso. ¡Era tan fuerte! La mano de Wen RuoHan
seguía subiendo por la falda de Wei Ying, arriba, más arriba, deteniéndose para pellizcar de nuevo...
—Algo que le gusta tanto a Lan WangJi que está dispuesto a entregar a Lan Pharma por ello.
—N-no, ¡él me ama...!— Wei Ying tenía la esperanza de distraerlo. ¿Quizá no lo sabe...?
Wen RuoHan se rió entre dientes. —Espero que lo sepa de verdad, o te despreciará cuando se dé
cuenta de que lo ha perdido todo por tu culpa.
—Sí. Y tú me estás ayudando a hacerlo—. Aquella mano cruel acariciaba ahora muy por encima del
vestido de Wei Ying, rozando el borde de la ropa interior de Wei Ying mientras subía por la piel sedosa
de la parte interna de su muslo.
—¡No haré nada por ti!— Wei Ying se esforzó para que no le fallara la voz, para que no temblara.
—Pero lo estás haciendo, siendo tan servicial conmigo... Debería agradecértelo—. Wen RuoHan le
ronroneó al oído, sus labios lo rozaron y sus dedos volvieron a apretar la sensible piel del muslo interno
de Wei Ying, haciendo que el hombre más pequeño se estremeciera.
—Adelante—, dijo Wen RuoHan sin vacilar, —a ver cómo termina esto—. Su voz era demasiado
suave, sus dedos eran demasiado crueles cuando pellizcaban, retorcían y amasaban, haciendo que Wei
Ying siseara y gimiera en voz baja, y que sus gruñidos bajaran peligrosamente de tono. Wen RuoHan
soltó una carcajada burlona y sus dedos se detuvieron: —No te preocupes, no te haré nada—. Retiró la
mano lentamente, dejando que su dedo acariciara la piel de la parte interna del muslo de Wei Ying en su
descenso. —No quiero una ciruela magullada a la que Lan WangJi ya le haya dado un mordisco—.
De repente, Wen RuoHan lo soltó, retrocediendo sabiamente aunque Wei Ying no intentó nada, y se
marchó con sus pasos silenciosos sobre la alfombra como una bestia al acecho.
Por eso no lo había oído girarse... Wei Ying entró en el lavabo con piernas temblorosas, se encerró
rápidamente en un retrete y se sentó en él. Los latidos de su corazón y su respiración se aceleraban, pero
se obligó a respirar lenta y profundamente para calmarse. Se abrazó a sí mismo e hizo una mueca. Se
sentía sucio. Se llevó las manos a los lugares donde habían estado las manos de Wen RuoHan, como si
pudiera borrar el persistente recuerdo de sus caricias.
¡Maldito imbécil! Pero había un asunto más urgente que considerar: ¿Él lo sabe...? ¡Pero nadie más ha
sospechado nada! ¡¿Cómo podría saberlo?! Por otra parte, lo que Wen RuoHan había dicho había sido
muy vago, no podía tomarse como una confirmación segura de que supiera que Wei Ying era un hombre.
Tal vez era sólo la sensación de incomodidad que aquel hombre le producía a Wei Ying cada vez que lo
miraba, haciéndolo sentir desnudo y vulnerable, lo que casi había hecho que Wei Ying entrara en pánico,
pero quizá Wen RuoHan había dicho lo que había dicho sólo para que Wei Ying se sintiera sin valor.
¿Es porque humillé a tu hijo delante de todos? Wei Ying sonrió con malicia. Bueno, ¡no has ganado
nada demostrando que eres la misma clase de escoria que él! Pero, ¿qué había querido decir Wen
RuoHan con lo de 'está dispuesto a entregar Lan Pharma sin más... Me estás ayudando a hacerlo... Estás
siendo tan servicial conmigo...'? ¿Crees que el matrimonio de WangJi conmigo, un don nadie de clase
media, dejaría a los Lan mucho más débiles y abiertos a tus hazañas? ¿Podría ser cierto? Parecía una
exageración por parte de Wen RuoHan creer de verdad que su unión sería la perdición de los Lan, aunque
eso explicaría las dudas de Lan QiRen a la hora de aceptar su matrimonio; tal vez temía que Wen
RuoHan pudiera usar un matrimonio poco ventajoso contra ellos para hacerle daño a la compañía.
Wei Ying terminó sus asuntos y regresó al gabinete como si nada hubiera pasado. Wen RuoHan seguía
allí, pero Wei Ying lo ignoró. Fue directo hacia WangJi y le puso una mano en el hombro, diciéndole en
voz baja:
—Lan Zhan, todavía estoy cansado después del vuelo, ¿nos vamos directamente a casa?
WangJi se dio cuenta de que algo estaba mal, con la preocupación brillando en sus ojos, pero se hizo el
tranquilo delante de los demás y se limitó a asentir. Se levantó y dejó que Wei Ying se agarrara a su brazo
y así se despidieron de todos antes de tiempo.
—Nos vemos mañana WangJi, Wei nǚshì.— XiChen dijo. Visitarían a los mayores de la familia el
primer día del nuevo año, como era tradición.
—Mm, hasta mañana.— WangJi envolvió a Wei Ying en su cálido pelaje y lo condujo afuera, fuera del
restaurante y hacia los ascensores, con el brazo firmemente alrededor de él todo el camino hasta el
vestíbulo, y Wei Ying agradeció la cercanía afirmadora. Volvió a recordar cuánto más consuelo le daba
WangJi en un solo gesto que el que solía recibir de niño cuando lo habían lastimado.
—¿Podemos esperar fuera?— Wei Ying quería aire. WangJi lo acompañó a la fresca noche. Seguía
nevando suavemente.
—Estoy bien—. Wei Ying le aseguró a WangJi en voz baja: —Sólo quiero ir a casa contigo y decirte
algo—. Wei Ying miró y vio que WangJi estaba aún más preocupada ahora. Wei Ying logró esbozar una
sonrisa, aunque tensa. —Está bien, Lan Zhan.
WangJi parecía incómodo. ¿Debía ser Wei Ying quien lo consolara en este momento? Wei Ying no perdía
de vista la entrada del hotel, pero, para su alivio, no vio a los Wen antes de que llegara su coche. WangJi
se sentó con Wei Ying en el asiento de atrás y lo abrazó durante todo el trayecto, sin soltarlo ni una sola
vez. Finalmente, en la intimidad, la comodidad y la seguridad del hogar, WangJi ayudó a Wei Ying a
quitarse el pelaje de la espalda y le preguntó si quería té.
—Sí, podríamos tomar un poco de té—. Wei Ying fue a sentarse en el pequeño comedor, mirando
mientras WangJi ponía la tetera en la cocina. Wei Ying tomó las mascotas para el té _el conejito y el gallo
de cerámica— de la estantería, y jugueteó con ellas hasta que WangJi dejó la bandeja del té entre los dos.
—¿Así que estos chicos van por aquí en alguna parte?— Wei Ying acercó el gallo a la taza de WangJi
e hizo que se asomara a la taza, como buscando té allí.
—Encima de la bandeja.
Wei Ying paseó a las mascotas en su lugar y vio cómo WangJi les servía un poco de té, la cerámica se
volvía oscura al mojarse, y les llenaba la taza.
—¿Ha pasado algo?— preguntó WangJi cuando ya habían bebido los primeros sorbos.
Wei Ying respiró hondo y salió con él: —Wen RuoHan me acosó—. Wei Ying vio primero incredulidad
y luego una rabia aterradora iluminarse en los ojos de WangJi, aunque el hombre no dijo nada y se quedó
inmóvil, como si se hubiera convertido en hielo.
—Creo que quería asustarme por hacer quedar a su hijo como un payaso, aunque Wen Chao no
necesita mi ayuda en eso. O quería llegar a ti acosándome, por pegarle al idiota, quién sabe.
Los nudillos de WangJi se estaban poniendo blancos alrededor de su taza, así que Wei Ying puso su mano
sobre la suya.
—Lan Zhan.— habló suavemente, y el agarre de WangJi se aflojó. —De cualquier modo, no le demos
la satisfacción de rebajarnos a su nivel.
—...¿Eso importa?
No hubo respuesta. WangJi sólo lo miraba fijamente, o a través de él, con los ojos aún encendidos por la
ira.
—Lan Zhan...— Wei Ying dijo tímidamente, moviéndose incómodo. —¿Podrías consolarme?
WangJi se sobresaltó y miró sorprendido a Wei Ying. —Yo... ¿Estás bien, Wei Ying?— Parecía
avergonzado de su reacción.
—Sí, estoy bien, sólo me tocó las... Piernas. Los muslos. Me pellizcó, eso es todo. Temía que fuera
más allá, pero dijo... No importa lo que dijo, sólo estaba tratando de hacerme sentir barata.
WangJi vaciló, pero se levantó y rodeó la mesa para arrodillarse ante Wei Ying, apoyando las manos en
las rodillas. Wei Ying parpadeó confundido por lo que pretendía aquel hombre, pero se limitó a preguntar
con gentileza:
—¡Por favor, por favor, tócame!— Wei Ying abrió las piernas y se subió el dobladillo. ¡Quiero que
borres su toque con el tuyo!
WangJi pasó sus manos con mucho cuidado por la piel de los muslos de Wei Ying. Un toque tan ligero
hizo estremecerse a Wei Ying.
—¡Lo siento...!— empezó a decir WangJi, pero Wei Ying lo hizo callar:
—Shh, amor, tranquilo, sólo me hizo un poco de cosquillas. Aquí...— Wei Ying abrió más las piernas
y tocó el moretón que WangJi le había dejado la noche anterior. —Tu marca, me protegió—. Wei Ying
sonrió, pero WangJi lo miraba fijamente. Wei Ying volvió a mirar y vio que había un leve moretón
extraño donde Wen RuoHan lo había pellizcado, debajo de la marca de WangJi. Wei Ying lo odió. De
repente, la cabeza de WangJi estaba entre aquellos suntuosos y esbeltos muslos y sus dientes estaban
sobre su piel, mordiendo, chupando furiosamente...
—¡Ah! La-Lan Zha-... ¡Ah-ow!— Wei Ying enterró los dedos en el cabello de WangJi pero no intentó
apartarlo. Sentía como con cada doloroso mordisco WangJi exorcizaba el mal que Wen RuoHan había
dejado en su piel. Lo deseaba, lo necesitaba. Dejó que WangJi lo desnudara, ayudándolo a desvestirse y
finalmente WangJi lo llevaba desnudo a la cama. El moretón que Wen RuoHan le había dejado estaba
ahora cubierto por otro más grande y oscuro, uno que Wei Ying apreciaba. WangJi acostó a Wei Ying y se
acercó a él, besándolo y tocándolo, y Wei Ying se sintió tan bien, pero algo seguía molestándole...
—Lan Zhan...— Dijo Wei Ying mientras conseguía separar sus labios.
—¿Hm?— WangJi tarareó contra su sien y la besó. —¿Wei Ying está bien?
—Sí, pero había algo más... Lan Zhan, Wen RuoHan dijo algo que me hizo temer que pudiera
saber de mí, de que soy un hombre, pero no estoy seguro.
—Que 'sabe lo que escondo ahí' mientras me manoseaba por debajo del vestido. No sé, ¿cómo
podría saberlo? No me tocó la entrepierna, no pudo ver nada... Creo que sólo
quería humillarme como mujer. Cada vez que me mira, tengo la sensación de que ve a través de mí,
pero probablemente me asusté por nada, por las palabras que usó—. Ahora que Wei Ying lo había
dicho en voz alta, empezaba a creer cada vez más que había reaccionado exageradamente.
Wei Ying lo pensó una vez más: —Es que... ¿Cómo iba a saberlo? Realmente no creo que lo sepa,
sólo se metió en mi cabeza un segundo sin siquiera saberlo él mismo—. Wei Ying cambió de tema y
habló de esa otra cosa que le había quedado rondando la cabeza después de su desafortunado encuentro:
—Además, dijo que por mi culpa básicamente le estás entregando Lan Pharma.
WangJi no dijo nada, el ceño fruncido en su frente permaneció igual que antes.
—Suena tan estúpido. ¡Como si la empresa fuera a caer en sus manos sólo porque te casaste de una
manera poco convencional! No puede ser así, ¿verdad?
—¡Eso es lo que me imaginaba! Realmente tendrías que tener un cónyuge bastante escandaloso si
realmente tuvieran tal impacto en los negocios de la empresa!
—...Como un hombre.— WangJi parecía serio. —¿Estás seguro de que Wen RuoHan no sabe de ti?
¿Sospechas? Su confianza debe surgir de que sabe algo, o cree que sabe.
—Debe de haber intentado aplicarme algún tipo de psicología inversa, sabes; tal vez tiene miedo de
que finalmente te cases y produzcas un heredero para asegurarse de que los vástagos de Wen sigan
sin poder conseguir más votos en la junta mientras haya un nuevo Lan que herede el puesto
ejecutivo. Tal vez quería asustarme, asustarte para que me echaras, fingiendo que casarte conmigo
sería de alguna manera una gran victoria para él.
WangJi pensó en ello: —Wen RuoHan es astuto, no es imposible que intente jugar ese tipo de juegos
mentales, creo, pero no podemos estar seguros de lo que piensa.
Wei Ying se encogió de hombros. Supongamos que sí. —Bueno, eso fue todo, todo lo que dijo.
—Hmm—. WangJi presionó pesadamente besos en la frente y el cabello de Wei Ying. —Lo vigilaré.
Wei Ying se conformó con eso. Rodeó con más fuerza a WangJi con los brazos y le miró los labios hasta
que el hombre comprendió que debía volver a besarlo. Wei Ying lo alentó, exigiéndole más y más hasta
que quedó completamente purificado por el toque de WangJi. Mientras hacían el amor, la noche exterior
se encendió de repente con fuegos artificiales, luces de colores que llenaban el cielo sobre el río Huangpu
y los lejanos estampidos se sucedían con retraso. Wei Ying y WangJi contemplaron el espectáculo
durante un segundo antes de que Wei Ying agarrara el rostro de WangJi y la girara hacia él;
WangJi obedeció, y Wei Ying se lo tomó como una promesa de buenas cosas para el próximo año... y
más allá.
El silencio de los Lan
Chapter Notes
✨ Notas de la autora✨
(SPOILERS!) Advertencia: breve descripción de cadáveres y partes del cuerpo de animales que
pretenden escandalizar a los personajes dentro de la historia, no son gráficos.
Wen RuoHan hacía gimnasia todas las mañanas como parte de su estricto régimen. No importaba lo que
pasara, no importaba si era el primer día del nuevo año, que marcaba el comienzo del Festival de
Primavera. No había excusa. Estaba perpetuamente decepcionado con sus dos hijos por carecer de su
nivel de disciplina, pero la continua mediocridad de Wen Chao en particular había sido una deshonra para
el nombre de su padre últimamente; ¿dejarse humillar dos veces por el mismo elemento extranjero? ¿Ser
visto públicamente con prostitutas advenedizas? ¿Golpeado por Lan WangJi? ¡Los hacía parecer débiles
a todos! RuoHan estaba acostado en el banco, levantando una pesada barra con un gruñido, su ira le daba
fuerza. Sus anchos músculos del pecho y los brazos se tensaban mientras se esforzaba. El sudor
manchaba su camiseta de tirantes donde se acumulaba en su plexo solar. Tendría que seguir esforzándose.
Entonces recibió una llamada. Lentamente volvió a colocar la barra en los ganchos y se agachó, sacando
su teléfono; era su seguridad.
—Sí, señor.— Después de un breve silencio, RuoHan escuchó al hombre decir a otras personas en la
habitación: —Ustedes dos, váyanse.
Wen RuoHan esperó otro rato más hasta que el hombre volvió a hablarle: —Señor, le estoy describiendo
lo que veo: en la caja hay una bolsa de plástico, y en ella hay una cabeza fresca de cerdo y dos
lechones descuartizados.
—No toques nada, ya voy—. Wen RuoHan colgó y se levantó. Se duchó antes de ir al puesto de control.
Una vez en la oficina de seguridad vio una gran caja de cartón sobre la mesa junto a un pequeño escáner
de rayos X para equipajes. La caja no tenía ninguna marca, a excepción de su nombre y dirección escritos
a mano. Sin detenerse, se dirigió a la caja y miró dentro. Era tal como el hombre lo había descrito: una
cabeza entera de cerdo y dos lechones. Parecían profesionalmente descuartizados, frescos y sin olor. Sus
ojos muertos y sombríos parecían burlarse de él. Sin previo aviso, Wen RuoHan agarró el hocico del
cerdo y metió la mano desnuda en su boca, tanteando a su alrededor.
—¡¿Wen xiānsheng?!
Nada. RuoHan agarró a cada lechón, les dio la vuelta y palpó sus entrañas destripadas. Nada. Ningún otro
mensaje. Pero él lo sabía:
Lan.
—¿Sería descortés que no entráramos?—. Preguntó Wei Ying, escondiéndose detrás de WangJi
mientras estaban en la puerta.
—Está bien Wei nǚshì, no tenemos que tardar mucho, podemos rechazar educadamente el té ya
que pronto almorzaremos en casa de la abuela—. Dijo XiChen y llamó al timbre. Wei Ying oyó
ladridos desde el interior y se le heló la sangre, a pesar de que ya sabía lo que le esperaba. Se aferró con
más fuerza al abrigo de WangJi.
El que fue a abrir la puerta... Wen RuoHan. Era extraño verlo vestido de manera tan informal y doméstico
con un cárdigan negro, pero lo que capturó toda la atención de Wei Ying fue la peluda bola de pelo
blanco de un perro que llevaba en sus brazos. La bestia resoplaba con molestia y olfalteaba hacia los
invitados y Wei Ying sintió que lo empapaba un sudor frío.
—Ah, Lan WangJi, Lan XiChen. Wei Ying—. Wen RuoHan sonrió torcidamente. —Qué lástima que
no hayan venido antes, estaba a punto de irme.
—Efectivamente, madre. No te levantes, los haré pasar—. Wen RuoHan se hizo a un lado, —Por
favor—, pero mientras estaba cerca de la puerta con el perro en brazos, acariciándolo perezosamente, la
entrada era demasiado estrecha para Wei Ying. Sabía que no podía entrar porque se acercaría demasiado
al perro. Su cuerpo se negaba rotundamente a moverse mientras estaba allí. Wei Ying odiaba que Wen
RuoHan viera su debilidad de esa manera, cómo se aprovechaba de ella; ¡bien había escuchado ayer de
boca de su propia madre lo mucho que Wei Ying le tenía miedo a los perros! ¡Debía estar haciendo esto a
propósito! Pero los hermanos Lan eran conscientes de la debilidad de Wei Ying y no se dejaron intimidar;
—Wei nǚshì se siente incómoda con los perros, ¿podría llevarlos a alguna habitación separada?—
XiChen le preguntó a la sirvienta que estaba en el pasillo dispuesta a recibirlos. Ella se acercó para
quitarle el perro a Wen RuoHan y él se lo dio sin protestar, sin hacer de esto una escena mayor. Una vez
que el perro se fue, entraron por fin y Wei Ying, negándose a dejar que los acontecimientos de ayer se
apoderaran de él, negándose a mostrar debilidad, le sonrió a Wen RuoHan. Demasiado ampliamente y la
sonrisa no le llegó a los ojos, pero al fin y al cabo no era su intención hacerle creer al jefe de la familia
Wen que realmente estaba siendo amable con él.
—Por favor, diríjase a mí como Wei nǚshì o por mi nombre completo.— Dijo Wei Ying, y no era una
pregunta.
Wen RuoHan lo miró divertido, pero Wei Ying le devolvió la mirada, sin pestañear.
—De acuerdo, Wei nǚshì—. Dijo Wen RuoHan, asintiendo a WangJi, quien le devolvió el gesto con
rigidez. Ninguno de los dos dijo una palabra. Luego Wen RuoHan se marchó. En el salón, Madam Wen
no se encontraba muy bien, obviamente con resaca y medicándose con un poco de pelo de perro: había
una botella de brandy sobre la mesita. Wei Ying sintió pena por ella, y no sólo por hoy. Se preguntó si
llevaba mucho tiempo con ese problema, si Wen RuoHan había crecido con una madre alcohólica.
Dejaré de beber tanto cuando tengamos hijos. Se juró Wei Ying. Sabía que él mismo había vivido una
juventud demasiado húmeda.
Con los perros —y Wen RuoHan— fuera, Wei Ying estaba bien. Pero iban a almorzar muy pronto en
casa de la abuela Wen y era evidente que Madam Wen no se encontraba muy bien, aunque trató de
recibirlos como si no pasara nada, así que su visita fue breve. La dejaron con sus mandarinas y su brandy
y se dirigieron a casa de Lan QiRen y la abuela Wen.
—¡Feliz año nuevo, tía!— Wei Ying le deseó y luego se giró hacia Lan QiRen; —¡Feliz año nuevo
tío...! ¡Lan xiānsheng!
El tío QiRen puede llamarme señorita todo lo que quiera. —¡Gracias por la maravillosa cena de
anoche, todo estuvo estupendo!
¿Se trata solo de una ilusión o el tío suena un poco menos hostil hoy? Era difícil de decir, era un Lan;
uno tenía que determinar mucho a partir de cambios microscópicos en su tono. Se sentaron a tomar un
ligero almuerzo vegetariano —tradicionalmente no se comía carne en Año Nuevo y los Lan eran, por
supuesto, fieles a la tradición— y hablaron de cosas agradables.
—Gracias por tocar la flauta ayer, Wei Ying, fue muy lindo. WangJi…
—¿Por qué no afinas tu viejo guqin ahí arriba? Hace mucho que no tocas, ¡a todos nos gustaría
oírte tocar!
—¡Sí!— Wei Ying aplaudió con entusiasmo y le sonrió a WangJi. —¡Por favor, toca para mí Lan
Zhan! ¡Quiero oírte tocar el guqin!
—¡Sí!
Cuando terminaron de comer todos se trasladaron al salón y XiChen preparó té a petición de Lan QiRen.
A diferencia del té al estilo inglés que Wei Ying había tomado con las matriarcas, los Lan practicaban la
forma tradicional china de tomar el té. WangJi siempre preparaba el té así, y a Wei Ying le resultaban
familiares las distintas tazas y utensilios, así como los movimientos que XiChen realizaba ahora. Sin
embargo, Wei Ying seguía sin entenderlo, todo le parecía innecesariamente complicado cuando bastaba
con hervir agua y echar una bolsita de té, ¿no? Wei Ying sabía que no debía decir eso en voz alta en
presencia de Lan QiRen, pues ya había recibido una mirada crítica de WangJi por ese mismo comentario
al principio de su relación. WangJi se había ido por una tangente que Wei Ying ni siquiera recordaba;
blablabla té algo-algo armonía... Pero habiendo seguido a WangJi mientras preparaba su té a lo largo de
su relación, siempre de la misma manera, Wei Ying se había familiarizado tanto con el proceso que le
reconfortaba seguir este ritual. Lo hacía pensar en su amado. Wei Ying se dio cuenta de que tanto él como
XiChen debían de haberlo aprendido de su tío. XiChen le sirvió té a Wei Ying y éste lo aceptó con
agradecimiento. Al cabo de un rato, WangJi se reunió con ellos, con un hermoso guqin de madera oscura
en las manos.
Wei Ying sonrió, preguntándose si la canción que él mismo había elegido para interpretar para los Lan
habría sido algo que el propio WangJi había tocado mucho antes. Debía de serlo, ya que se dispuso a
tocarla sin notas, de memoria. Los finos y largos dedos de WangJi descendieron sobre las cuerdas
suavemente como pétalos de crisantemo blanco cayendo y empezaron a hacer algo parecido a magia. Su
movimiento era tan seductor, la ligera inclinación de sus muñecas tan elegante. Sus dedos revoloteaban
como una bandada de golondrinas sumergiéndose en las cuerdas, haciéndolas ondular como el agua
mientras buscaban notas. Wei Ying se sintió como transportado atrás en el tiempo, la fragancia del té fino
y las notas del guqin lo envolvían en un fluido brocado de seda, y pudo imaginarse a sí mismo en una
noble corte de alguna antigua dinastía. Así era la elegancia de Lan. No todos los coches caros, ni la ropa,
ni las casas, sino la educación, los modales y la cultura. De repente, Wei Ying se sintió humillado de un
modo en que ningún logotipo de marca cara podría humillarlo, y por primera vez se preguntó si era digno
de todo esto. Miró a Lan QiRen, descubriendo que el patriarca Lan lo miraba con ojos ilegibles. Se
encontró con su mirada y luego la bajó respetuosamente.
Una vez que la última nota oscilante del guqin se desvaneció, XiChen le ofreció té a WangJi, y la abuela
Wen alabó a sus nietos hasta el cielo. Después del té, los nietos y Wei Ying se despidieron. WangJi
guardó el guqin en su estuche y se lo echó al hombro.
—Mm.
—¡Podríamos tocar a dúo alguna vez!—, Wei Ying se entusiasmó. WangJi no dijo nada, pero sonrió.
Se despidieron de los mayores y XiChen sugirió que fueran a ver las festividades ahora que ya se habían
cumplido las formalidades del día. Pasaron el día en la ciudad y cenaron juntos fuera.
—¿Por qué dejaste de tocar?—, le preguntó Wei Ying a WangJi mientras comían. WangJi no respondió
durante un momento. Tuvo que tomarse su tiempo para expresarlo con palabras:
—Durante mucho tiempo no sentí que lo hiciera porque quería.
WangJi sonrió, sacudiendo suavemente la cabeza: —No. Cuando Wei Ying tocó ayer la flauta, recordé
que solía disfrutar tocando música. Y quería tocar hoy, para ella.
—¡Jejeje!— Wei Ying sonrió a WangJi, apoyando la cabeza en sus manos mientras apoyaba los codos en
la mesa. —¡Puedes tocar más para mí!
—Mmm.
XiChen le sonrió con cariño a su hermano pequeño. —Parece que últimamente eres más feliz, didi—.
Luego, XiChen dirigió esa sonrisa a Wei Ying: —Y creo que Wei Ying tiene mucho que ver con ello.
Wei Ying se sintió a gusto. —A veces ayuda estar lejos un tiempo, para recordar lo que te hace feliz,
creo. Lan Zhan sólo pasó a recogerme en el camino.
—No.— WangJi dijo y tomó su mano donde ahora descansaba sobre la mesa. —Es Wei Ying.
Wei Ying tragó con fuerza el nudo que tenía en la garganta. —Basta, melón tonto...— Wei Ying golpeó
ligeramente el brazo de WangJi con los palillos.
—Compórtate—. WangJi lo reprendió suavemente y Wei Ying se sonrojó, ocultando su rostro detrás de
su mano. XiChen se rió entre dientes de su juguetona discusión.
—Por cierto—, dijo XiChen, —hay mucha especulación sobre si ustedes dos vendrán mañana al
cóctel.
—Entonces, ¿Qué hay de eso, eh, Lan Zhan? No dijiste nada de una fiesta pero vi la invitación.
—Sabes, una chica necesitaría un poco más de tiempo para preparar una fiesta temática, así que
aunque me lo hubieras pedido ayer habría sido demasiado tarde. Ahora tendré que sobrecargar de
trabajo a Mianmian. Oh bueno, al menos eres tú quien le paga las horas.
Wei Ying parpadeó y se giró hacia WangJi: —¿Te estoy regañando? No te estoy regañando, ¿verdad?
—...Mm.— WangJi bajó la mirada y se ruborizó aún más. Tal vez era un azotado hombrecillo de
Shanghai, y tal vez le gustaba. XiChen se rió.
Al día siguiente era el día de la fiesta, y tradicionalmente también un día en el que las hijas casadas iban a
visitar a sus padres. Modernamente, los maridos también iban ese día a visitar a sus suegros. Pero Wei
Ying y WangJi volvían a ser hogareños; Wei Ying se había levantado de la cama cuando WangJi regresó
de su sesión matinal de tai chi en el parque. No es que Wei Ying se hubiera logrado vestirse
elegantemente, sino que se había quedado en calzoncillos y su manta en la cocina, comiendo pudín y
negociando su vestimenta con Mianmian por teléfono:
—No te preocupes demasiado por el tema, no es una fiesta de disfraces—. Mianmian aconsejó
cuando Wei Ying le preguntó por el tema de los años veinte: —Es suficiente con que estés un poco
inspirado. Deberías volver a ponerte el qipao, sigue siendo un cóctel de Año Nuevo y podemos
rendir homenaje al Shangai de los años veinte en lugar de ponernos en plan Hollywood. Subvertir
las expectativas de la gente, ya sabes.
—Claro, ¿porque nadie más excepto los Lan y los Wen me lo han visto?
—Exacto, así que no es como si el gran público te viera con el mismo vestido en reuniones
consecutivas, lo que por supuesto sería un no-no. Además, es la oportunidad perfecta para mostrar
mi primera colaboración con HuaiSang a los que supongo que serán los que más gastan en moda
de Shanghai. Si te interesa.
—¡Por supuesto que me interesa! Le diré a todo el mundo quién lo hizo y diseñó y les haré muchos
futuros clientes.
Wei Ying se estaba distrayendo, mirando a WangJi que estaba preparando un batido de proteínas en la
cocina. Parecía que había ido al gimnasio privado del complejo de departamentos después de practicar tai
chi: sus impecables músculos estaban tensos y brillaban un poco por el sudor. Vestía una camiseta gris
ajustada, una toalla pequeña para el sudor colgada sobre los hombros y pantalones de chándal azul
marino, y se veía espectacular.
—¿Wei Ying?
WangJi le envió una mirada como si fuera a decir "aburrido". Wei Ying le envió unos besitos y él puso
los ojos en blanco y se bebió su batido.
—Gracias hermana—. Wei Ying colgó y se acercó a WangJi, abrazándolo y envolviéndolo también
dentro su manta.
Así lo hicieron, y un poco de algo más también, y después se quedaron en el sofá en batas de baño, sin
ver ninguna razón para vestirse antes de que tuvieran que prepararse para la noche. Así era más fácil
sacarse la polla mutuamente y jugar con ella. Ni siquiera llegaron al orgasmo, pero no podían saciarse del
cuerpo del otro ahora que sólo estaban ellos dos por el momento.
—Sabes, creo que podríamos decirle a Yanli lo nuestro—. expuso Wei Ying mientras descansaba
sobre WangJi como un colchón, deslizando su dedo por sus clavículas y frotando sus pies juntos.
—Puede ser. Es decir, me preguntó si tenía a alguien justo después de preguntarte si sabías que me
vestía como una chica. Ella tenía algún tipo de proceso de pensamiento allí, ella es inteligente.
—Ni aunque su vida dependiera de ello—. Wei Ying confiaba plenamente en su hermana adoptiva. —
Pero no sería lo mismo que poder contárselo a toda mi familia, sabes, y llevarte a conocerlos como
mi marido en un día como hoy, cuando todas las demás parejas están visitando a los suegros.
Wei Ying apoyó la cabeza en su pecho. —Sigo soñando despierto con ello, ¿qué tan gracioso es eso?
Solo estoy imaginando escenarios en mi cabeza sobre cómo podría ser. Compláceme: ¿qué harías si
Madam Yu me llamara maricón?
— ¿Cómo se lo dirías?
—...Cortésmente.
—¿Pero con esa mirada en tu cara de 'no te lo voy a pedir dos veces'?
WangJi no sabía qué decir a eso, y entonces sonó el teléfono de Wei Ying; Mianmian.
—¿Alo?
— Bonjour, tengo un plan para ti. ¿Tienes algo con lo que tomar notas?
—No.
—¡Escucha con atención entonces!— dijo Mianmian. —Un representante de una tienda Chanel
local te entregará en breve un largo collar de perlas negras. Todavía estaban cerrados por las
fiestas de Año Nuevo, pero hice algunas llamadas...
—Como usted diga, jefa—. Wei Ying sonrió, al oír lo contenta que sonaba Mianmian aunque hubiera
tenido que mover hilos en plena noche, hora de Nueva York.
—Como sea—, continuó Mianmian, —combínalo con los pendientes de borlas rojas.
Los empaqué para ti aunque terminamos no usándolos para tu look de Año Nuevo, pero aquí la
borla funcionará perfectamente para el tema.
—U-huh.
—También contraté a un comprador para que te buscara unos guantes de vestir, cortos, no vamos
a hacer lo de los guantes largos de ópera. Le dije que preferíamos unos transparentes, quizá con
lunares, pero vamos a ver qué nos trae. Pruébatelos, tómate fotos y pásemelas primero antes de
aceptar quedártelos.
—U-huh...
—También le dije que consiguiera un bolso negro o rojo con algún tipo de fleco si lo encontraba, ya
sabes, para darle un toque años veinte sin ponerte uno de esos vestidos 'Gatsby'. No le dije al
comprador para quién trabajo porque ya no confío en nadie —aunque se dará cuenta en cuanto
haga la entrega— pero le hice saber para qué evento son y pareció entender la gravedad de la
situación... Y yo también.
—No. En este momento me estoy tomando una gran taza de café, y estoy intentando ponerme en
contacto con alguien de Shanghai... ¿Sabes que normalmente para eventos de este calibre los
estilistas intentamos coordinarnos entre nosotros para que ningún cliente termine llevando lo
mismo? Normalmente tardamos semanas, y ahora me llamas el mismo día y nos pones a los dos en
un aprieto. ¿No sabías lo de esta fiesta?
Wei Ying le dió un golpe a WangJi justo en la teta. Se oyó un sonoro bofetón y un pequeño y firme
movimiento mientras su tonificado pectoral recibía el castigo. WangJi se estremeció, gruñó en voz baja y
sus orejas se pusieron rojas.
—¿Qué fue eso?— preguntó Mianmian desde entre los pectorales de WangJi.
—¡Le estoy azotando las tetas al pésimo de mi marido porque no me dijo nada de la fiesta! ¡Debe
haberlo sabido desde hace semanas!
—...Sabes qué, dale otro de mi parte.— Mianmian no sabía que estaba en el altavoz.
Wei Ying aceptó felizmente, dándole a WangJi una palmada en el otro pecho, ya que los dos estaban al
alcance de la mano porque tenía la bata de baño abierta. WangJi lo tomó con un jadeo ahogado, su rubor
se hizo más intenso y bajó hasta su pecho liso, donde sus dos pezones estaban ahora erectos.
—Pero estamos bien, porque tu qipao es único, así que nadie llevará exactamente el mismo vestido.
Supongo que estarás mucho tiempo de pie, así que opta por los tacones Jimmy Choo de ante negro
de tres pulgadas.
—Mis pies y yo te lo agradecemos—. Wei Ying tomó el teléfono, deslizó su pierna sobre la cadera de
WangJi y se sentó encima de él, otra mano aterrizando en el pecho enrojecido de WangJi. WangJi tragó
saliva y lo miró con una expresión adorable...
—Hmm... Se necesita un chal de piel—. Mianmian estaba en casa, se había despertado a la llamada de
Wei Ying y también estaba en camisón, sentada en la cocina con una taza de café y la laptop abierta,
dibujando el look en papel sobre la marcha para ver qué le faltaba. —Hará la silueta. Llamaré al
comprador y le diré que lo añada a la lista, el alquiler también está bien.
Wei Ying hizo rodar suavemente el pezón de WangJi entre sus dedos. —Qué elegante.
WangJi apretaba los labios con fuerza, el rubor seguía aumentando en sus mejillas.
—Te reservaré un estilista a domicilio para que te peine y te maquille, queremos hacerlo bien.
Dejaré en manos del profesional qué hacer contigo, haz lo que te digan.
—Y pásame todo lo referente a ropa y accesorios y no te desvíes del plan; ¡este es el más grande
hasta ahora y tenemos que hacerlo bien! Y por el amor de Dios, Wei Ying, no te metas en otra
pelea, ¿por favor? Entrarás con una reputación tal y como está y tendrás que trabajar duro para
dejar una impresión decente en tu futuro círculo social, ¿entiendes?
—Si las perras se comportan, no necesitaré corregirlas—. Wei Ying pasó el dedo por el pezón erecto
de WangJi, haciéndolo sobresaltarse y jadear. Wei Ying sonrió incontroladamente ante las jugosas
reacciones que le provocaba a WangJi. —En fin, tengo que volver a castigar a mi marido por su
descuido. Te haré una videollamada cuando llegue el pedido.
—¿Ves lo que has hecho? ¿Hm?— Wei Ying tiró el teléfono y puso sus dos manos en los pectorales de
WangJi, frotándolos. —¡Hacer correr a la gente como pollos sin cabeza! Por suerte puedes pagarles
por ello, ¿eh?— Wei Ying observó atentamente la expresión de WangJi, para ver si al hombre le
molestaba el regaño: en absoluto; de hecho, WangJi tenía una mirada cachonda en sus ojos, mordiéndose
los labios todavía, y ahora estaba completamente rojo en la cara y el pecho, parecía que disfrutaba con la
humillación. Igual que por teléfono semanas atrás... —¡Eres un tonto!— Wei Ying dio otra sonora
bofetada al pectoral de WangJi, haciendo que se sacudiera y que el hombre gruñera en silencio tras los
labios apretados, cerrando los ojos con el ceño fruncido en una hermosa mueca atormentada. Wei Ying
hizo una pausa para frotar el pecho de WangJi, amasando sus pulgares sobre sus pezones, ahora extra
sensibles, antes de asestarle otra bofetada en el otro pecho, esta vez un poco más fuerte. —¡Qué marido
más pésimo!
—¡Mh...!— WangJi consiguió reprimir también el siguiente gemido, pero tuvo que abrir la boca para
jadear justo después. Wei Ying sintió la erección del hombre clavándose en sus nalgas desde donde se
asomaba por debajo de su bata de baño. Estaba respondiendo tan bien...
—Lo sé, hombrecito tonto—. Wei Ying le dio otra fuerte palmada en la teta y el grito ahogado escapó
esta vez de los labios de WangJi, cuyos ojos se cerraron brevemente antes de volver a abrirlos, con sus
largas pestañas revoloteando.
—...Sí.— La voz de WangJi, apenas más que un susurro, temblaba ligeramente de lujuria.
—Bien—. Wei Ying volvió a abofetear, haciendo que la polla de WangJi babeara líquido preseminal
sobre él mientras jadeaba e incluso gemía un poco. Wei Ying se levantó su propia bata de baño para
poner su agujero sobre el glande de WangJi, que aún estaba suelto y resbaladizo de lubricante y semen de
su juego anterior, listo para recibirlo... —Un hombre tan hermoso, pero no siempre con pensamientos
en esa linda cabeza suya, ¿eh?—, se burló Wei Ying, haciendo rodar su cálido, sedoso y húmedo
agujero alrededor de la empapada punta de WangJi. La sintió palpitar contra su entrada y vio cómo los
ojos de WangJi se iluminaban de lujuria mientras se esforzaba desesperadamente por evitar que sus
caderas se sacudieran, temblando de necesidad. —Guapo y con tanto dinero... ¡Y con una polla tan
buena, puede permitirse ser un poco tonto a veces!— Wei Ying empezó a bajar sobre la polla de
WangJi lentamente, el llenado de su trasero era tan dichoso que tuvo que cerrar los ojos cuando
amenazaban con ponerse en blanco, mordiéndose el labio para no gemir tan fuerte —¡estaba tratando de
tener el control!
—Es todo tuyo...— WangJi siseó de felicidad mientras su polla volvía a hundirse lentamente en el
cómodo calor de Wei Ying.
—¿Qué pasa, Lan Zhan?— Wei Ying se detuvo a medio camino para hacer rodar sus caderas, sintiendo
cómo la vara de WangJi se movía suavemente justo ahí... —¿Qué es mío?
—¿A-ajá?— Ya veo... —Sí...— Wei Ying se preparó; —¡Tu polla es mía!— Se sentó de repente y tocó
fondo sobre la polla de WangJi, disfrutando de la sensación de estar de repente tan lleno y sus entrañas
siendo empujadas por la gran longitud de WangJi mientras la tomaba hasta el final. —¡Ah...!
WangJi ya no podía contener sus jadeos y gemidos, y la forma en que palpitaba en su interior le hizo
pensar a Wei Ying que ya debía de estar a punto de correrse. ¡Realmente excitaba a WangJi que lo
intimiden de esa manera! La idea de que su prometido fuera un bicho raro hacía que a Wei Ying se le
subieran los humos a la cabeza.
—¡Y tu dinero es mío, hombrecito Lan, todo de él...!— ¡¿Realmente le gusta pretender que lo estoy
usando financieramente?! Lan Zhan es tan raro, ¡me encanta! Wei Ying empezó a follarse la polla de
WangJi, moviendo las caderas para tenerla como él quería, haciendo que se frotara en ese punto dulce
que le producía más placer. —¡A-ah...! ¡Qué marido tan pésimo! D-dame polla!— Wei Ying volvió a
abofetear desordenadamente el pectoral de WangJi.
—¡Sí...!— WangJi agarró los muslos de Wei Ying y empezó a mover sus caderas hacia arriba para
encontrarse con las de él, haciendo que sus cuerpos se unieran repetidamente con violentos y placenteros
golpes de carne. —¡Cualquier cosa que Wei Ying quiera!
—¡Ah-ah-ah...!— Wei Ying estaba siendo follado profundamente ahora y tenía que luchar para sacar una
palabra entre sus gemidos obscenos; —¡No me importa si te equivocaste, tonto, lo pagas de todos
modos...! ¡Ah!
WangJi lo follaba cada vez más fuerte, decidido y dispuesto a correrse pronto.
—¡Hnnh! ¡M-mi hombre tonto paga por todo! M-mi... Lan Zhan ¡Te amo...! ¡Ah!— Wei Ying aún se
corrió primero, la polla de WangJi era demasiado buena para soportarla, y gimió con la boca abierta y la
saliva escapando por la comisura de sus labios. Wei Ying casi se desmaya por la potencia de su orgasmo,
pero WangJi no dejó de follárselo mientras la propia polla del hombre disparaba otra cremosa carga
dentro de Wei Ying. Cuando WangJi terminó de eyacular, Wei Ying estaba hipersensible y se desplomó
sobre sus tetas. WangJi lo abrazó y lo besó, aún recuperando el aliento.
—...Wow.— Wei Ying finalmente logró decir, —No pensé que todavía podría correrme tan fuerte
hoy ... Lan Zhan es un fenómeno.
—Es sólo un juego, ¿de acuerdo?— WangJi dijo suavemente, —No creo que Wei Ying realmente
piense eso de Gege.
—Sí, sí... Pero en realidad pagas por todo, ¿sabes? Y en realidad eres un poco tonto a veces, jeje.
Pero de todas formas te amo, y te amaría incluso si estuvieras en la ruina . Eso sigue sin
importarme.
—Mm. Gege lo sabe. Ama a Didi—. WangJi siguió besando su rostro. Parecía muy contento. —Seguiré
dándole a didi todo lo que didi quiera.
—Si hace feliz a Gege y lo excita tanto, no diré que no entonces. Por lo tanto...— Wei Ying levantó la
cabeza y miró a WangJi a los ojos, sonriendo juguetonamente: —¡Gege, dáselo todo a Didi!
El concierge les avisó cuando llegó el comprador. Wei Ying se había arreglado para recibirlo,
maquillándose ligeramente sólo para feminizar su rostro lo suficiente como para pasar y escondido sus
genitales masculinos y se aseguro de tener algo para los pechos. Qué problema... El comprador, tras
recuperarse del shock inicial al darse cuenta de para quién estaba trabajando, resultó ser un hombre
divertido, agradable y evidentemente gay que se había hecho todo lo posible por ellos y se había
asegurado de que lo supieran. WangJi le prometió una ‘justa compensación por sus esfuerzos’, lo que
significaba que más tarde le daría una buena propina en nombre de Mianmian. Y era bien merecida,
porque había encontrado para Wei Ying exactamente el tipo de guantes de vestir negros transparentes con
lunares que Mianmian había imaginado.
—Muy bien—, comentó Mianmian a través de la videollamada en un viaje de poder total mientras Wei
Ying se los enseñaba y el comprador permanecía de pie ansioso por ver si la gran estilista Luo Qingyang
y su clienta estaban satisfechas. Asimismo, el bolso de flecos que había pedido Mianmian era perfecto:
un bolso Jimmy Choo de satén negro con unos llamativos flecos largos que se balanceaban muy bien
cuando Wei Ying caminaba con el. Los pendientes de borlas rojas, tan largas que casi le hacían cosquillas
en los hombros, tenían el mismo efecto, añadían un movimiento llamativo a su pavoneo y a su ya
animado porte, y Wei Ying se divertía moviendo la cabeza de un lado a otro para que las borlas se
balancearan alrededor de su rostro.
—Por favor, concéntrate, Wei nǚshì.— Mianmian estuvo a punto de acordarse de dirigirse cortésmente
a él en presencia del comprador, pero su voz decía: ‘deja de jugar, idiota’.
El comprador también había alquilado para Wei Ying un lujoso chal de piel de zorro blanco, que
Mianmian le aconsejó que se dejara caer del hombro de vez en cuando para lucir el detalle de la abertura
de la parte trasera de su qipao — ‘Después de todo, no queremos tapar el diseño y la artesanía’. Un
representante dejó también el collar de perlas negras en la recepción, y Mianmian se sintió satisfecha
cuando Wei Ying empezó por fin a armar todo el look. WangJi levantó el teléfono para que Mianmian lo
viera bien mientras Wei Ying desfilaba para ella. Sólo estaba tonteando, pero seguía siendo tan
encantador, coqueto, juguetón, sexy... Practicó dejándose caer el chal de piel de los hombros para dejar al
descubierto la abertura de la parte trasera del vestido, miró por encima del hombro a WangJi y le guiñó
un ojo, moviendo su lengua en la punta del canino.
Huli jing. pensó WangJi con cariño. Realmente no le importaría que su prometido se llevara su alma. Wei
Ying prometía ser una verdadera amenaza esta noche y ni siquiera lo estaba intentando.
He creado un monstruo. pensó Mianmian con orgullo. —Añade el fino brazalete de oro, con los
diamantes colgantes, y será un look completo una vez que la estilista haya terminado contigo.
Debería llegar en unas horas, así que ve a lavarte el cabello.
—¡Sí, hermana mayor!— Wei Ying seguía proyectando poses para el espejo y haciendo caras
exageradas.
—Luo nǚshì,— WangJi apartó el teléfono del idiota de su marido para dirigirse cara a cara a Mianmian,
—Me disculpo por las molestias, debería haber avisado antes de lo del cóctel. Te compensaré.
Mianmian puso cara de negocios y aceptó educadamente. —Lan WangJi—, dijo antes de colgar, —por
favor, no se metan en problemas esta noche. Estoy rezando por su éxito.
Mianmian soltó una risita cansada, —Quizás lo intente, todavía puedo conseguir dormir algunas
horas si me duermo ahora. Pero no dudes en llamarme si necesitas cualquier cosa. Tengo el
principio de una red sobre el terreno que puedo movilizar en cuanto me avisen, y siempre estoy
aquí para aconsejar. Buenas noches.
WangJi colgó. Miró a Wei Ying, que cantaba canciones de Rihanna y perreaba frente al espejo mejor de
lo que debería hacerlo:
—“He said me have to work, work, work, work, work…”— Wei Ying bailó hasta el baño.
La estilista lo visitó más tarde y, después de que terminó de hacer lo suyo, Wei Ying lucía ese maquillaje
de flapper con ojos ahumados, los ojos delineados y los labios pintados de rojo intenso, y el cabello
suavemente rizado y cuidadosamente moldeado en esculturales ondas recogidas en un rollo vertical en la
nuca. Después de que la estilista terminó, Wei Ying tiró de un rizo y lo dejó colgando a un lado de su
rostro. Le gustaba cómo le quedaba y ahora podía enrollarlo coquetamente con el dedo. WangJi vestía un
traje blanco con camisa y corbata negras debajo, cinturón negro y mocasines blancos con puntas
plateadas. Era bastante llamativo. Wei Ying observó que sus pantalones eran más altos de lo habitual y
que no llevaba calcetines para cubrirse los tobillos; parecía que WangJi había adaptado permanentemente
el look, quizá recordando que antes le había gustado especialmente a Wei Ying. También había adquirido
sus propios pendientes: pequeños y sutiles diamantes que se sujetaban con un imán.
—¿Deberíamos perforarte las orejas también?—, preguntó Wei Ying y acarició suavemente el cabello
de WangJi mientras el hombre se los colocaba.
Llamó el concierge. Wei Ying contestó mientras WangJi todavía estaba se estaba arreglando sus puños y
asegurándose de que estuviera impecable ;
—¿Hola, residencia Lan?— Wei Ying hizo girar el cable del teléfono alrededor de su dedo y le sonrió a
WangJi, observando cómo terminaba de arreglarse para verse atractivo. El concierge le informó que su
transporte había llegado.
—Gracias—. Wei Ying colgó. —¡Muy bien, esposa, vamos, no me hagas esperarte siempre!— Wei
Ying bromeó y vio que las orejas decoradas de WangJi se sonrojaban levemente.
—Ya voy—, dijo en voz baja y se arregló las solapas. ¡Qué guapo!
Mi dominado marido de Shanghai, ¡tee-hee! Pero ¿Le estoy hablando como Madam Yu le habla al tío
Fengmian? Puede que sí, pero era diferente; aunque no lo digo con esa intención, sólo lo estoy
molestando porque lo amo y parece que a él le gusta. Tal vez esté cansado de que todo el mundo lo alabe
todo el tiempo porque es Lan WangJi, y por eso le gusta que se burlen de él para cambiar...
WangJi se acercó a ofrecerle el brazo y Wei Ying lo tomó, resistiendo el impulso de subirse a él como a
un árbol porque se veía muy bien. Al bajar al vestíbulo y salir al exterior, Wei Ying vio una limusina
blanca que esperaba allí. ¿Era para ellos...?
—...¡Lan Zhan estúpido!— Wei Ying le golpeó suavemente el brazo y lo miró fijamente: —¡¿Qué
hace eso aquí?!
—Todo por la esposa—. WangJi dijo con mucha gentileza, mirándolo, claramente satisfecho de sí
mismo.
Wei Ying se ruborizó, abriendo y cerrando la boca y haciendo pucheros hasta que se dio la vuelta,
demasiado tímido y sin saber qué decir. Finalmente murmuró:
Wei Ying volvió a mirar a WangJi, con su rostro inexpresivo, y estalló en carcajadas. —¡Sí, sí que lo
eres!
El conductor tomó el nombre de WangJi, les abrió la puerta y se deslizaron dentro. Allí podían sentarse
en el asiento largo, parecido a un sofá, y había luces de fiesta que cambiaban de color y un pequeño bar
con champán en una cubeta de hielo, recién descorchado. Wei Ying se deslizó hasta el final del sofá y se
tomó un selfie para Mianmian contra la pared de la limusina, haciendo una cara tonta de sorpresa con
WangJi muy lejos en el fondo:
<Mataré a este hombre, lo juro> Se giró ligeramente y se tomó otra foto sin WangJi, poniendo otra cara
tonta y se la envió a YanLi con un mensaje diferente: <¡estaremos inhalando cocaína de stripper [emoji
de berenjena] la próxima vez!>Wei Ying se tomó otra más, sólo del interior del vehículo, y se la envió
también a YanLi con el siguiente mensaje: <Muéstrale esta a A-Cheng y dile que estoy presumiendo ante
él. Si pregunta: no, no sé de qué modelo se trata.>
—Wei Ying, abróchate el cinturón de seguridad.— WangJi dijo mientras la limusina estaba saliendo
del camino de entrada.
—¿En serio?
—Mm. En serio.— WangJi se puso el suyo. Wei Ying se deslizó a su lado y obedeció o WangJi
seguramente lo habría hecho por él. Wei Ying conectó su teléfono al sistema de sonido bluetooth de la
limusina y puso su propia lista de reproducción de fiesta.
—Vamos a recoger a XiChen a su casa y luego iremos al hotel Península—. Este era el lugar donde se
celebraría la fiesta, el mismo famoso hotel donde habían tomado el té de la tarde en la primera visita de
Wei Ying. Wei Ying se sirvió una copa de champán.
—Entonces haré esto rápido.— Wei Ying volvió a abrirse el cinturón de seguridad en ese momento,
guardó su copa vacía y se deslizó fuera de su asiento. Se metió entre las piernas de WangJi, abriéndolas
de un empujón. Sonaba Katchi, de Ofenbach y Nick Waterhouse.
—¡¿Wei Ying...?!
—Te la chuparé.
—¿Por qué...?— WangJi no se resistió mientras Wei Ying le desabrochaba rápidamente el cinturón y
sacaba su polla aún flácida.
Eso no parecía responder a la esencia de la pregunta de WangJi, pero lo único que hizo fue quedarse
mirando mientras Wei Ying mordía su guante en la punta del dedo medio y se lo arrancaba con los
dientes, tirándolo a un lado antes de agarrar la polla de WangJi y empezar a acariciársela mientras hacía
lo mismo con el otro guante. WangJi jadeó ante la visión de semejante erotismo sucediendo de repente
entre sus piernas. Wei Ying engulló el miembro de WangJi, que se ponía rígido con rapidez, y lo sorbió
descuidadamente, rozando con la lengua en círculos el borde del glande y chupando con más fuerza la
punta, provocando expertamente para que el pequeño hermanito se pusiera al corriente de la situación.
Muy pronto, el enorme eje de WangJi se puso completamente erecto y Wei Ying tuvo que trabajar la
cabeza y realmente chuparlo para tratar de hacer que su hombre se corriera antes de que llegaran. Los
pendientes de borlas de Wei Ying se balanceaban mientras su cabeza subía y bajaba por la polla, su
lengua se deslizaba por la parte hinchada, sintiendo sus venas. Disfrutaba enormemente complaciendo a
su hombre, su sabor y cómo parecía crecer un poco más de grosor y longitud en su boca, la sensación de
que se deslizara hacia arriba y hacia abajo por su garganta, su grosor estirándola y su longitud casi
provocándole náuseas, pero Wei Ying había tenido mucha práctica y se las arreglaba. Y los gemidos y
jadeos de WangJi, que trataba desesperadamente de contener, ¡qué sonido tan excitante! Los dedos de
WangJi se clavaron en el cuero del asiento y, sin darse cuenta, levantó las caderas, introduciendo la polla
más profundamente en la garganta hambrienta de Wei Ying y provocándole un poco de ganas de vomitar,
pero eso no lo disuadió en lo más mínimo. Wei Ying estaba excitado, ¡era una emoción tan grande! Pero
consiguió mantener la cabeza y las entrañas frías, sabiendo que ahora no podía sacarse la suya, pero la
pura excitación del placer de WangJi le bastaba por ahora. WangJi trató desesperadamente de correrse
rápido, lo hizo, pero ya se había corrido varias veces hoy y tenía algo de pánico, ¡simplemente no podía!
Pero no quería parar, estaba tan empalmado... ¡Seguro que la liberación estaba a la vuelta de la esquina!
Wei Ying era un espectáculo, sus labios rojos se cerraban en una 'o' alrededor de su polla y se deslizaban
a lo largo de ella, dejando manchas rojas de carmín, sus ojos llenos de pura alegría lo miraban desde entre
sus piernas. ¡Aquel hombre simplemente adoraba su polla! Sus dedos con las uñas pintadas de negro y
rojo se cerraron alrededor de su base. WangJi no sintió que el coche disminuía la velocidad hasta que
frenó y se detuvo. Levantó la cabeza y sus ojos asustados se dirigieron a la puerta justo cuando se abría...
—Hola... ¡Ups!— XiChen se quedó mirando: la señorita Wei acababa de sacarse la polla de su hermano
de la boca y vislumbró una impresionante herramienta antes de que el sonrojado y mortificado WangJi la
metiera a la fuerza de nuevo en sus pantalones — no es que pudiera ocultarse fácilmente en su estado
actual.
—¡Lo siento!— exclamó WangJi, con la cara toda roja, los ojos muy abiertos por el horror y sin saber
donde enfocar y la boca en una línea apretada.
—¡Oh, mierda, lo siento!— Wei Ying ayudó a WangJi a guardársela, intentando cerrarle los pantalones
pero la enorme polla no entraba. —¡Hola XiChen! Lo siento mucho, ¡ajaja! Un momento, por favor...
XiChen finalmente decidió apartar la mirada. —¿Les gustaría terminar? ¿Puedo esperar?— Se
sorprendió, pero entonces sólo recurrió a su manera de hablar extremadamente educada de Lan y en su
tono más suave, más educado también, que era hilarante teniendo en cuenta la situación.
—Sí. Cierra la puerta. Por favor.— Dijo WangJi temblorosamente, ahora con los ojos cerrados y la
cabeza hundida por la vergüenza, ¡y Wei Ying nunca lo había visto tan rojo! XiChen cerró la puerta y fue
a pedirle al conductor que esperara un momento con la excusa de que había olvidado algo en su
departamento.
WangJi había agarrado el cubo de champán, lleno de hielo, y lo empujó contra su ingle con un gemido
que sonó a algo entre dolor y placer. Lo mantuvo allí un momento hasta que no pudo más y apartó el
cubo.
—¡No hagas eso! Además, no ayuda...— Wei Ying cantó y le dió un golpecito a la polla, aún
inhumanamente crecida. La polla respondió con una fuerte sacudida.
—Maldita sea...— WangJi gruñó en voz baja. —Ahora está aún más dura...— La sensación helada le
había encogido un poco la polla, pero sólo temporalmente, ¡y ahora la estimulación añadida había hecho
que la sintiera aún peor que antes!
—El Doctor Wei prescribe más sexo oral—. Dijo Wei Ying y volvió a agarrarla, empezando a
acariciarla suavemente. No debían hacer esperar a XiChen y a su chófer, necesitaban resolver esto
rápidamente. —¿De qué otra forma puedo ayudarte Lan Zhan?— preguntó Wei Ying mientras
masturbaba a WangJi de la forma que sabía que más le gustaba al hombre. —¿Qué te excitaría?
WangJi miraba al frente con ojos que parecían furiosos. Sus labios seguían en una línea apretada, pero su
pecho se agitaba y pronto las caricias aceleradas de Wei Ying sobre su polla quebraron su resistencia y su
expresión vaciló: los ojos se le abrieron y cerraron, sus labios se separaron para tomar aliento y luego
suspirar por el placer que empezaba a acumularse de nuevo en su ingle, mayor que antes... Sus labios
estaban enrojecidos y húmedos de tanto morderlos, tan seductores...
—¿Qué cosas?— Wei Ying tenía una corazonada, pero ¿cuál de las muchas cosas terribles que a WangJi
le había gustado escuchado últimamente?
—No, no Lan Zhan—... Oh.— ¡Bien! Tengo que darle una buena lección ahora, se nos hace tarde... —
¡Ooh, así que lo eres! Mírate, con la polla afuera y toda gruesa en la parte trasera de un coche...—
Wei Ying regañó suavemente y golpeó ligeramente la polla de WangJi, haciéndolo jadear y abrir los ojos
de golpe. La polla arrojó más líquido preseminal, que goteó sobre la cintura de WangJi al rebotar por el
impacto. La polla palpitaba como una loca en la mano de Wei Ying, que volvió a sujetarla, riéndose por
lo bajo. —...¡Haciendo que todo el mundo te espere mientras tu esposa te satisface! ¿No tienes
vergüenza?— Esto es ridículo, ¡yo empecé! Pero le está encantando... Wei Ying procedió a masturbar
furiosamente a WangJi. —¡Desvergonzado, absolutamente desvergonzado, Lan Zhan, no puedes
mantenerla en tus pantalones!— Wei Ying pudo ver que WangJi se estaba excitando por sus palabras.
Hizo una pausa para golpear de nuevo su polla, un poco más fuerte... —¡No te da vergüenza!— Esto
sólo pareció darle más y más placer al hombre y sus gemidos siguieron subiendo hasta que se acordó de
sí mismo, cubriéndose la boca con una mano.
—Gimiendo como una zorra para su esposa...— Wei Ying susurró, —Mm, a didi le gusta cuando
gege lleva los pantalones de zorra con los zapatos de zorra...— La otra mano de Wei Ying dio una
palmada en el tobillo desnudo de WangJi, tomándolo por sorpresa y excitándolo aún más aunque no le
proporcionara por sí misma ninguna estimulación sexual directa, —¿Pensabas que no me daría cuenta?
¿Te vistes como un hombre promiscuo tan desvergonzado para mí?
—¡Ah...!— WangJi empujó hacia adelante su región púbica, sintiendo su liberación tan cerca de nuevo,
tan caliente, tan desesperado...
—¡Mmh...!
—Lan-er-gege...— Wei Ying cantó burlonamente, —Dime: ¿te gusta que didi te hable con dirty talk?
Wei Ying se rió suavemente, y su voz juguetona y burlona pareció llevar a WangJi al límite. —¡A Lan
WangJi le gusta que le digan cosas insultantes y lo humillen! ¿No es eso muy vergonzoso para el
futuro CEO de los negocios Lan?
—¡A-ah...!— WangJi se corrió con un gemido y una expresión de vulnerabilidad tan desnuda que Wei
Ying casi se pierde su corrida por su embelesamiento: apenas logró poner su boca en la punta que brotaba
de semen para bebérselo casi todo, habiéndose perdido sólo unas gotas que por desgracia cayeron en los
propios pantalones de WangJi — ¡menos mal que eran blancos! Cuando estuvo seguro de que se había
bebido el resto, Wei Ying se sacó la polla de la boca y ayudó a WangJi a guardársela, ahora que estaba
más blanda y dispuesta a bajar.
—Lan Zhan, tus pantalones, aquí...— Wei Ying le entregó a WangJi una toallita de su bolso y el
hombre se limpió cuidadosamente lo que pudo.
—No, tonto, sólo son unas minúsculas gotas alrededor de la rodilla, ¡nadie lo notará en la tela
blanca!— Wei Ying se levantó del suelo y se sentó, sacó su espejo de bolsillo y se encontró un poco de
semen en la mejilla de cuando se había zambullido en el premio, y su lápiz labial estaba ligeramente
manchado.
Es un look, pero definitivamente se desvía del plan, ¡jaja! Será mejor que lo arregle rápido. Sacó otra
toallita para limpiarse la cara a golpecitos, y una vez que no fue indecente, WangJi envió un mensaje a
XiChen:
XiChen regresó, abriendo la puerta del coche mientras ambos se sentaban y arreglaban, Wei Ying todavía
arreglándose el lápiz labial. XiChen sonrió, algo torpe pero no parecía incómodo, como si haber visto a
su hermano y a su novia divirtiéndose lo hubiera traumatizado de por vida.
—Estaba preabierto para nosotros. Supongo que no les gusta que los clientes ensucien el coche,
¿eh?— Wei Ying le guiñó un ojo y le dio un codazo a WangJi, que apretó la cabeza y se frotó el puente
de la nariz, sonrojándose de nuevo. Pero tanto Wei Ying como XiChen se rieron y Wei Ying les sirvió a
todos copas pequeñas de champán y brindaron:
—¡Ganbei!
Wen Chao estaba posando con su nueva novia junto a la entrada del establecimiento. La chica no era tan
guapa como Wang LingJiao, pero Chao no podía relacionarse con aquella mujer después de que la
seguridad la hubiera expulsado del club. Había sido vergonzoso. Sin mencionar que el mismo Chao no
pudo mostrar su rostro morado e hinchado durante semanas después de que Lan WangJi lo golpeara.
Chao había querido presentar cargos por agresión, pero su padre le había prohibido "montar una escena
aún mayor". Para empezar, no habría habido ninguna escena, Chao estaba convencido, si Lingjiao no
hubiera jodido a la perra de WangJi. Pero no, la estúpida zorra sólo tenía que ponerse sarcástica con Wei
Ying y darle a la altanera americana un incentivo para empezar a enfadar también a Chao, y Wen Chao
no iba a dejar que una mujer se metiera con él, así que la había reprendido. ¡Y entonces Lan WangJi lo
agredió! ¿De quién era la culpa, en realidad? ¡No de Wen Chao! Wang LingJiao tampoco tenía la menor
culpa, y por eso Chao había cortado todos los lazos con ella. Ella ya no tenía nada que hacer en su
círculo. Por eso, cuando Chao vio a Lingjiao acercarse al portero y presentarle una invitación, no podía
creer lo que veían sus ojos.
LingJiao estaba usando un diminuto vestido magenta con estampado de leopardo y tacones rosas, ya que
se había equivocado de tema por un amplio margen, y llevaba un bolso de mano demasiado grande para
un cóctel. Miró a Chao furiosa, pero una sonrisa de suficiencia se dibujó en su rostro. Se echó el cabello
hacia atrás y dijo:
—No.— Su rostro petulante era insoportable. —Me llamó, verás, para disculparse en tu nombre por
cómo me trataste, y prometió compensarme.
—...Mentirosa.— ¡¿Su padre, Wen RuoHan, desviviéndose por alguien como LingJiao?!
—Pregúntale, si no me crees—. LingJiao miró con enojo a la mujer que estaba del brazo de Wen Chao.
Luego apartó la mirada. —Aún así te habría aceptado de nuevo, sabes, porque cuando tu padre me
explicó que no podías defenderme por mantener las apariencias lo entendí, y como él dijo: todos
sabemos exactamente de quién es la culpa de lo que pasó en el club. ¡Pero veo que ya tienes otra
mujer!
Chao se movió torpemente sobre sus pies y tragó saliva. —¿Me habrías aceptado de nuevo? ¿No estás
siendo un poco presuntuosa, Jiaojiao?— Chao forzó una risita.
—Chao, ¿por qué hablas con ella?—, le preguntó su acompañante con el ceño fruncido. Chao la
ignoró;
—Te habría aceptado de nuevo si hubieras admitido que te comportaste estúpidamente esa noche,
pero si vas a ser así de difícil, ¡no estoy seguro de querer seguir haciéndolo!
—¿Qué? ¡Ni siquiera me devolviste las llamadas después de aquella noche!— LingJiao sonaba muy
dolida. —Aún así me disculparé, si tú te disculpas primero.
Wen Chao se rió: —¡No digas locuras! ¿Por qué tengo que disculparme contigo? Y no soy yo quien
ha venido solo a la fiesta; apuesto a que has venido aquí sólo para rogarme que te acepte de nuevo,
así que ¿por qué te haces la difícil?
Los ojos de LingJiao se entrecerraron. Se decidió: —¡No estoy aquí por ti!
—Venganza.— Y con eso LingJiao entró, dejando atrás a un confundido Wen Chao.
Ciertamente Wen RuoHan se lo compensaría. Y con creces. Podría empezar de nuevo en otro lugar,
porque el pequeño favor que Wen RuoHan le había pedido a cambio podría quemar el último de los
estrechos puentes de LingJiao en Shanghai. Pero valdría la pena; al fin y al cabo, había sido culpa de Wei
Ying que ella perdiera su oportunidad con Wen Chao —Wei Ying tenía que pagar.
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