0% encontró este documento útil (0 votos)
33 vistas26 páginas

Desercion Escolar

Cargado por

valdezdany838
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
33 vistas26 páginas

Desercion Escolar

Cargado por

valdezdany838
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 26

UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE

GUATEMALAFACULTAD DE
HUMANIDADES
CHIQUIMULA, PLAN SÁBADO
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA Y ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA

MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
LICDA. ROSA LILIAN ESPAÑA ALARCÓN

DESERCIÓN ESCOLAR

NOMBRE Y APELLIDO CARNÉ

SANDOVAL SOSA, KATHERIN ALILÍ 202250478

CHIQUMULA, NOVIEMBRE DE 2024.


UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE
GUATEMALAFACULTAD DE
HUMANIDADES
CHIQUIMULA, PLAN SÁBADO
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA Y ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA

MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
LICDA. ROSA LILIAN ESPAÑA ALARCÓN

DESERCIÓN ESCOLAR

CHIQUMULA, NOVIEMBRE DE 2024.


INTRODUCCIÓN

Deserción escolar es un término común utilizado en Latinoamérica para referirse al


abandono de la escuela o dropout en inglés. Se trata de aquella situación en la que
el estudiante después de un proceso acumulativo de separación o retiro, finalmente,
comienza a retirarse antes de la edad establecida por el sistema educativo sin
obtener un certificado. La deserción escolar es un problema que afecta el desarrollo
de la sociedad y se da principalmente por falta de recursos económicos y por una
desintegración familiar.

La deserción escolar representa uno de los principales retos en materia educativa;


conforme al reconocimiento del presidente de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), en Centroamérica más del 40 por ciento de los jóvenes que ingresan
al ciclo básico no concluye sus estudios, y Guatemala no escapa de esta situación.
Con uno de cada d cuatro estudiantes que no termina secundaria, la deserción
escolar afecta a jóvenes de todos los sectores de la sociedad.

La deserción escolar es un fenómeno presente tanto en los sistemas educativos de


países poco industrializados, como en vías de desarrollo. En Latinoamérica las
estadísticas más alarmantes de deserción escolar se concentran en la educación
media, tanto en la secundaria básica, como en la secundaria superior. Guatemala
ha tenido históricamente un nivel muy desfavorable en el campo de la educación.
El nivel de escolaridad de nuestro país es sumamente bajo según lo plantea el
Instituto Nacional de Estadística (INE). Las oportunidades de acceso y permanencia
en el sistema educativo no se hayan al alcance de la mayoría de la población
guatemalteca; desigualdades económicas, sociales y otros factores políticos,
lingüísticos y geográficos influyen en el acceso de jóvenes a la educación; esta
deficiencia es muy preocupante si se toma en cuenta que la educación no sólo es
un factor de crecimiento económico, sino también un ingrediente fundamental para
el desarrollo social, incluida la formación de buenos ciudadanos.
CONCEPTUALIZACIÓN SOBRE LA DESERCIÓN ESCOLAR

La palabra deserción se deriva


del vocablo desertar, que a su vez
etimológicamente, proviene del
latín "desertare", que significa
abandonar, dejar o alejarse.

En términos generales, puede


aseverarse que la deserción
escolar se relaciona con la fuga
de los alumnos de la escuela, después de haber asistido algún tiempo a ella. Esto
quiere decir, que el estudiante abandona sus estudios, renunciando a las clases y
por ende, no regresa. Como se puede apreciar, la deserción escolar implica
abandono en forma definitiva del Centro Educativo, después de haberse
matriculado y por lo tanto, no se puede concluir el grado o nivel de estudio
respectivo.

En otro orden de ideas, vale la pena destacar que en el plano educativo, se utiliza
el término “deserción” para hacer referencia a aquellos alumnos que abandonan sus
estudios por diferentes causas; entendiéndose por estudios a toda educación que
se encuentra dentro del sistema educativo establecido precisamente, por el
gobierno que administra el país (primaria, secundaria, universidad, etc.). Aquellas
personas que dejan de estudiar, se convierten entonces en los denominados:
desertores escolares. Inclusive, puede definirse como desertor a aquella persona
que abandona, desiste o renuncia a una causa, meta u objetivo que lo mantenía
incorporado a una institución o grupo social; con la cual se había comprometido a
realizar funciones en pro de la institución y de él mismo, como individuo.

Por lo general, suele suceder que la deserción escolar sucede después de que se
han presentado evidencias como retraso escolar, provocando que el alumno
paulatinamente vaya perdiendo interés por todas aquellas actividades académicas
relacionadas con la institución educativa. Cuando el alumno presenta cuadros de
ausentismo, reprobación de exámenes, repetición de cursos, desinterés por las
clases etc. Estos pueden ser indicadores de que el estudiante corre riesgo de
abandonar sus estudios.

Es muy común que la sociedad y la misma institución, perciban a la deserción como


un fracaso para el adolescente; sin embargo, para algunos desertores, el hecho de
abandonar sus estudios lo consideran como una oportunidad para realizar otros
propósitos ya establecidos, como trabajar o dedicarse a algo específico dentro de
su hogar.

Los estudiantes pueden interpretar su abandono como un paso positivo hacia la


consecución de una meta, sus interpretaciones de un determinado abandono son
distintas porque sus metas e intereses difieren de los funcionarios o agentes de la
educación.

Por medio de las opiniones de varios autores sobre el tema, se comprende entonces
que la deserción escolar es un problema educativo que afecta al desarrollo de
cualquier sociedad, no quedando exenta de esta problemática, la sociedad
guatemalteca, especialmente en lo que atañe a los sectores del área rural, donde
sin duda alguna, no sólo existen menos posibilidades para que los adolescentes
asistan a un centro educativo, sino que también suelen ser lo más vulnerables en lo
que respecta a la problemática de la cual se viene haciendo alusión.

TIPOLOGÍA EN TORNO AL PROBLEMA DE LA DESERCIÓN ESCOLAR

Indiscutiblemente, existen diversas situaciones


que influyen en la deserción escolar y en este
sentido, puede destacarse que la misma puede
tipificarse de acuerdo a diversos enfoques o
perspectivas. En este orden de ideas, cabe
inferir que en lo que respecta a la tipología que
se está manejando en el presente informe, se
hace uso de conceptos como: rechazo escolar,
deserción como producto del individuo y
deserción como producto institucional, mismos que se detallan a continuación.
Rechazo Escolar:

Se entiende como Rechazo Escolar a la dificultad para asistir a la institución


educativa, asociado con la angustia emocional, especialmente ansiedad y
depresión. En otro orden de ideas, el Rechazo Escolar hace referencia a la negativa
a asistir a la escuela o a la dificultad para permanecer en la misma, basada en
perturbaciones inclusive de carácter emocional en los estudiantes.

El rechazo escolar debe considerarse un problema serio, porque normalmente


conlleva consecuencias significativas y adversas. Se asocia a pobre rendimiento
escolar, dificultades familiares y problemas de relación con los compañeros de
estudio, docentes o autoridades del centro educativo. Puede aseverarse que, según
diversos estudios, se considera que, aproximadamente, la mitad de los que
rechazan la escuela, suelen fracasar académicamente.

Sin duda alguna, el rechazo escolar interfiere con el desarrollo social y educativo
del adolescente. Las consecuencias a largo plazo incluyen: menores oportunidades
de acceso a una educación superior, problemas laborales, dificultades sociales y
mayor riesgo de enfermedades mentales en el futuro.

En muchos casos, suele suceder que los estudiantes están inclinados por
actividades diferentes a las académicas, lo cual puede justificase en varias formas;
por ejemplo, que las aspiraciones del individuo aún no están definidas, es decir, no
cuentan con un respaldo basado en propósitos y metas que le sirvan al alumno para
culminar sus estudios; otra justificante puede ser que la institución escolar no
cumple con las expectativas esperadas por el adolescente, en cuanto a los servicios
que ofrece o, tal vez, que el medio social del alumno no incluye valores académicos.

Vale la pena recalcar que, cuando existe rechazo escolar, es común la inasistencia
al centro educativo, lo que suele provocar en los estudiantes: bajo rendimiento
académico, aislamiento, deterioro en las relaciones personales con docentes,
alumnos y, sobre todo, un aumento de actitudes negativas hacia la escuela y hacia
el propio aprendizaje. En este sentido, puede considerarse al rechazo escolar como
la antesala a la deserción escolar.
La deserción como producto del individuo:

Ésta supone que los estudiantes pueden interpretar su abandono como un paso
positivo hacia la consecución de una meta, lo cual indica que existirán ocasiones en
que los estudiantes desertores serán quienes darán la mejor interpretación cuando
en un abandono de estudios existe o no, el fracaso escolar, pues son ellos quienes
dicen la última palabra.

En este tipo de deserción, la institución cumple con los deseos del estudiante, pero
ya no puede hacer nada para poder retenerlos.

El estudiante en este proceso se toma como un receso o lapso de tiempo para poder
decidir sobre su futuro, ya sea de tipo académico o laboral. Cabe mencionar que en
muchas ocasiones, los estudiantes se inclinan por experimentar en la rama laboral,
lo cual les impide seguir sus estudios, dejando la institución educativa y por ende,
dejando inconcluso su proceso de formación académica.

La deserción escolar como producto institucional:

Es aquella en donde las causas que originan el abandono de estudios son


propiciadas por el mismo centro educativo, cuyo funcionamiento institucional tiene
la misión de brindarle al estudiante, el mayor número posible de espacios
(académicos, deportivos, recreativos) para que se desarrolle al máximo y pueda
generar compromisos con la institución escolar, que a largo plazo aseguren por
supuesto, la culminación de sus estudios. En este sentido, no puede obviarse el
hecho que los servicios que ofrecen los establecimientos educativos deben ser
reales, de calidad y en óptimas condiciones, para asegurar la permanencia del
estudiante.

Con base a lo expuesto, puede señalarse entonces que, sin lugar a dudas, las
condiciones de los establecimientos educativos deben de ser adecuadas a las
necesidades y expectativas de los estudiantes, de tal forma que se les pueda brindar
un ambiente agradable donde puedan desarrollar al máximo, sus capacidades y
habilidades. Muchos de los establecimientos no cumplen con los requerimientos
necesarios para crear el ambiente que se precisa para que exista un proceso
educativo con estándares de calidad, es por ello que los estudiantes desertan al no
tener una motivación a nivel institucional.

Desafortunadamente, para la institución educativa resulta difícil y hasta frustrante,


identificar qué tipo de abandono se puede clasificar en deserción como producto del
individuo y cuál es la deserción como producto institucional, pero cuando la
institución educativa está consciente de que los servicios ofrecidos son de calidad
así como la eficiencia de su personal, difícilmente va a percibir culpa alguna, si
llegan a presentarse casos de deserción escolar.

No puede soslayarse que, muchas veces, el abandono de estudios es básicamente


un reflejo de las acciones entre el alumno y la institución educativa. Aunque existirán
ocasiones en que factores externos al ámbito escolar (familia, economía, contexto)
interfieran, será un asunto de dos y finalmente va a depender solo de ellos, la
decisión de que exista o no, una baja en la matrícula escolar.

CAUSAS EXTERNAS QUE INCIDEN EN LA DESERCIÓN ESCOLAR

De manera indiscutible, puede


sostenerse que suelen ser
muchas, las causas asociadas
con la problemática de la
Deserción Escolar. Tanto es
así, que algunos autores suelen
hacer la clasificación de Causas
Externas e Internas en
referencia a dicha problemática.

En lo que respecta a las causas de carácter externo, vale la pena mencionar, que
los más influyentes en el tema de la deserción escolar son: el factor familiar, el factor
económico y el factor sociocultural; estos son catalogados como factores externos,
por cuanto no forman parte de la institución educativa, ni ésta puede establecer
mecanismos de retención, ni las medidas de prevención con dichos factores, pues
no se encuentran dentro del aula. Sin embargo, no cabe la menor duda que pueden
incidir de manera significativa para que ocurra la deserción escolar.

▪ La Familia:

Para nadie es un secreto que la familia constituye justamente, la principal institución


social, pues representa un área de desenvolvimiento fundamental en la sociedad,
siendo el primer grupo social de referencia del que disponemos los seres humanos.

Por otra parte, las relaciones familias son consideradas como elemento fundamental
en el proceso de desarrollo de la personalidad, por cuanto desde temprana edad,
constituye un marco de referencia de actitudes y valores que pueden incidir de
manera sustancial en el desarrollo escolar del adolescente.

El entorno familiar es el de mayor influencia para los estudiantes, pues es el hogar


el sitio donde se vive la mayor parte del tiempo durante los años escolares, siendo
sin duda alguna este ambiente, donde se forma todo un sistema de actitudes,
hábitos, conductas y expectativas; de igual forma puede sostenerse que es el círculo
social más privado, donde los seres humanos asimilan y refuerzan modelos de
identificación, llevándose a cabo una serie de procesos donde cada integrante
adquiere hábitos, costumbres, posturas, conductas, entre otras, las cuales, en la
mayoría de casos, son trasladadas al ámbito escolar.

La familia bien puede catalogarse como la comunidad natural más importante, pues
educa sin intención propiamente dicha de hacerlo. Todos los aprendizajes que se
desarrollan en el seno familiar dan lugar a una conducta o hábito que difícilmente
pueden cambiar los miembros que constituyen una familia. Generalmente, los
estudiantes adoptan conductas y formas de expresión que en muchas
circunstancias, son extraídos del propio ambiente familiar; pero cuando dichas
actitudes o conductas son reprobables, la institución escolar se ve en dificultades
por no poder cumplir con sus funciones, ya que el adolescente se ve imposibilitado
al tratar de cambiar patrones de conducta que diariamente suelen ser reforzados
cuando regresa a casa.
Con base a lo antes detallado, vale la pena indicar que el proceso familiar es mutuo,
esto lleva a pensar entonces que cada miembro aporta hábitos y conductas
extraídos del exterior. Por lo tanto, los alumnos pueden aportar y recibir al mismo
tiempo, normas de conducta, ya que la educación ejercida se manifiesta a cada
momento. No hay que obviar también el hecho que es en la familia donde se pueden
llegar a formar las bases del conocimiento, la religión, la moral, derechos, deberes
y obligaciones. Así también, la educación familiar llega a constituir la base esencial
para vivir en la sociedad.

Por el mismo hecho que la familia es considerada la base fundamental de la


sociedad, no puede omitirse que está llamada a cumplir varias funciones básicas,
tales como: la función económica, biológica, educativa, cultural y espiritual. Estos
suelen ser los indicadores que se utilizan para valorar el funcionamiento familiar, es
decir, que la familia debe ser capaz de satisfacer las necesidades básicas,
materiales y espirituales de sus miembros, actuando como sistema de apoyo para
evitar la deserción escolar.

Por otro lado, no puede negarse que el ambiente social en que se desarrolla el ser
humano también influye, pero es la familia, la de mayor influencia, debido
precisamente al hecho que la interacción es constante y repetida. En este sentido,
puede aseverarse que, cuando existen dentro del seno familiar problemas como:
desintegración, falta de comunicación, roces, entre otros, los integrantes se van a
ver involucrados física y emocionalmente, lo cual puede provocar distracción,
depresión, impotencia, afectando de alguna manera las actividades académicas de
los adolescentes.

De hecho, cuando la familia desvaloriza el trabajo escolar, sosteniendo que ir a


clases equivale a perder el tiempo; sugiriendo que existen actividades más
importantes; exaltando el ejemplo de las personas que triunfan en la vida sin haber
asistido a la escuela, inducen al alumno a fijarse otras metas u objetivos, quien
pueda ser que continúe asistiendo a clases, pero esperando el momento en que la
escuela tome las medidas necesarias para procesar su deserción, sin que la familia
le dé importancia a tal suceso.
De lo antes planteado, es que se deriva el hecho que Pilar Gutiez, doctora en
filosofía y ciencias de la educación considera que la deserción escolar “es un
problema que tiene origen en la familia por lo que se sostiene que la adaptación o
inadaptación escolar de los adolescentes, suele estar en relación directa con el
clima familiar en que viven”.

Con base a lo expuesto, puede sostenerse la idea que la influencia de la familia


para el desempeño del alumno en sus actividades académicas es fundamental,
pues el adolescente interactúa la mayor parte del día en los espacios escuela/hogar
y los relaciona para ir formándose en cuanto a conducta, criterio y hábitos; del
mismo modo la familia coincide o inconscientemente podría inducir a que el alumno
persista en la escuela o decida abandonar sus estudios.

▪ Factor Económico:

No se puede soslayar que, para la época que estamos viviendo, el factor económico
resulta determinante en el propio destino de los seres humanos. Tal es su influencia
e importancia, que en diversas partes del mundo, las personas incluso pueden morir
por falta de liquidez para comprar alimentos, medicamentos, vestido, etc. Del mismo
modo, la falta o carencia de recursos económicos en la familia, la sociedad, y el
país, provoca serios problemas de retraso social, cultural, educativo y político.

Indiscutiblemente, cuando las personas cuentan con respaldo de tipo financiero,


pueden adquirir diversos servicios para cubrir necesidades fisiológicas (hambre,
sed); necesidades de seguridad (casa, atención médica); de esparcimiento
(deportes, televisión, uso de internet, auto) y de autorrealización (educación). Con
base a lo anterior, resulta comprensible el hecho que, si un estudiante cuenta con
capital o recursos económicos suficientes para cubrir gastos por concepto de
servicios académicos, le es más atractivo y productivo el asistir a clases ya que
cuenta con todas las facilidades para acceder a la educación, y lo contrario sucede
con alumnos, cuya falta de liquidez financiera para la adquisición de material
didáctico, suele incidir negativamente, provocando por ende, que paulatinamente se
vaya ausentando de la institución escolar, hasta dar paso a la problemática de la
deserción escolar.
Es más, cuando el capital del que dispone el estudiante no es suficiente para cubrir
gastos escolares, esto puede afectar significativamente en lo concerniente a la
continuidad de su proceso de formación académica. Sin embargo, si el alumno tiene
serias aspiraciones, surge una lucha indiscutible entre la retención y la deserción y
solamente la convicción del estudiante, más las circunstancias económicas podrán
decidir si se da o no, el abandono escolar.

Con lo antes planteado, no puede omitirse que las diferencias económicas de los
estudiantes siempre van a ser notorias dentro de los centros educativos, por cuanto
la forma de vestir, los útiles escolares, gastos de recreación, compra de material
didáctico, entre otros, van a poner en evidencia a los alumnos de escasos recursos,
generando lamentablemente en ellos, algunos complejos de inferioridad. Es más,
puede aseverarse que, en términos generales, los estudiantes que suelen afrontar
carencias económicas, tienden a ser más pasivos dentro del aula, más inadvertidos,
quizá por el temor a evidenciar las limitaciones que los caracterizan.

La falta de capital, tanto en alumnos como en instituciones educativas, limitan el


proceso de educación, generando en ocasiones situaciones críticas que
desencadenan en el abandono de los estudios. Se asevera lo anterior, puesto que
la falta de recursos económicos no solamente suele perjudicar al estudiante como
tal, sino también a la propia institución escolar, ya que se dan situaciones en que la
carencia o insuficiencia de fondos económicos dentro del centro educativo puede
coadyuvar a la deserción escolar, por cuanto al haber escasez de mobiliario,
material didáctico, personal, falta de lugares de recreación, entre otros, puede crear
en los estudiantes, una sensación de desencanto o rechazo hacia aquella institución
que no está llenando sus requerimientos o expectativas.

▪ Factor Sociocultural:

Como es bien sabido, la sociedad constituye el grupo de personas que rodean al


individuo con las cuales sostiene relaciones de orden ideológico, cultural, religioso,
intelectual, entre otros. Por otro lado, es preciso indicar que la Cultura puede ser
definida como un conglomerado de símbolos, normas, creencias, ideales,
costumbres, los cuales se transmiten de generación en generación, otorgando
identidad a los miembros de las comunidades, que orienta, guía y da significados a
sus diferentes quehaceres dentro de la sociedad.

Con base a lo que se ha explicado anteriormente, sobre los conceptos de sociedad


y cultura, es preciso mencionar en este sentido, que el factor Sociocultural es aquel
que se encuentra ligado directamente con el medio ambiente que rodea al individuo.
Cuando una persona interactúa con una sociedad que concibe a la educación como
la forma ideal de acceder a la cultura y a un mejor estatus social, sin duda alguna,
esa persona buscará la manera de matricularse en una institución educativa para
seguir con las normas enmarcadas en dicha sociedad. Y por el contrario, cuando el
entorno social de un adolescente no está regido a costumbres académicas, suele
impedir que éste se desarrolle en un ambiente socio profesional que le garantice
una mejor calidad de vida.

Con todo lo planteado hasta ahora, es comprensible que los contextos sociocultural
y familiar van condicionando al adolescente en sus primeros aprendizajes,
imponiéndoles hábitos y conductas que para él son de lo más normales, pero al
ingresar a una institución educativa y compararlo con sus compañeros alumnos de
otros entornos, perciben las diferencia en cuanto a conductas y formas de expresión
o lenguaje etc. Es más, si dichos hábitos y conductas no encuadran dentro del
entorno educativo, es probable que los alumnos encuentren dificultados en su
proceso de formación escolar.

CAUSAS INTERNAS QUE TIENEN UNA FUERTE INJERENCIA EN LA


DESERCIÓN ESCOLAR

Ya en apartados anteriores se hizo referencia a las causas externas que suelen


incidir en la problemática de la Deserción Escolar. Ahora bien, en los párrafos que
siguen, se hará alusión específica a aquellas causas que influyen en la deserción
escolar, pero que se encuentran dentro del aula, esto es, el alumno y la propia
institución educativa.

▪ El estudiante o alumno
En primera instancia, resulta necesario señalar que el concepto “alumno”, bien
puede definirse como “un ser educable y sujeto a educación, que asiste a la escuela
y lo significaremos a muchas más exactitud cuanto más nos referimos a la
educación integral que recibe en la escuela y en la vida escolar”.

Al referirnos a la deserción escolar, se piensa inmediatamente en un estudiante que


abandona sus estudios, es decir, en un alumno que fracasa en la escuela, en una
persona que deserta. Por lo tanto, puede afirmarse que la deserción escolar siempre
va a involucrar al alumno.

En este mismo orden de ideas, vale la pena destacar que un alumno, al matricularse
o inscribirse en una institución educativa, automáticamente, crea ciertos
compromisos, los cuales pueden ir acompañados muchas veces, de metas y
objetivos; no puede negarse entonces, que dichos compromisos van a ser
precisamente, consigo mismo y con la institución educativa a la que pertenece, es
decir, los denominados: “Compromiso Individual” e “Institucional”.

▪ Compromiso individual:

Cabe destacar que la deserción escolar tiene un origen interno, es decir, que gran
parte de las causas que originan que los alumnos abandonen sus estudios son
gestionados por ellos mismos, puesto que, cuando un estudiante evidencia poco o
nulo interés hacia su proceso de formación académica, es muy probable que éste
disminuya paulatinamente en su nivel de rendimiento académico y que después
opte por desertar.

Para Vincet Tinto, el compromiso individual que asume el estudiante con sus metas
y aspiraciones, suelen ser fundamentales para que éste logre su permanencia hasta
la culminación de sus estudios. Este mismo autor indica que los compromisos
individuales pueden inclusive adoptar dos modalidades sustanciales: con la meta y
con la institución. El primero se refiere al compromiso de una persona con los
objetivos educativos y ocupacionales que se ha fijado; significa que esa persona
aplicará su voluntad para trabajar en la consecución y logro de sus metas. Ahora
bien, el segundo consiste en el compromiso personal con la institución en la que el
alumno se ha inscrito.

Existen dos formas de abandono estudiantil, vistas desde el compromiso individual.


La primera es: la exclusión por razones académicas, ésta ocurre cuando el alumno
va perdiendo interés por las materias, enfocando su atención en otras actividades y
esto podría suceder cuando las instituciones educativas no tienen bien estructurado
un programa sobre sus labores académicas.

La segunda forma de abandono es: La deserción voluntaria, que sucede


regularmente cuando el alumno no tiene dentro de sus metas o aspiraciones
terminar sus estudios y solo asistirá a clases como una forma de perder el tiempo,
satisfacer a la familia, curiosidad, diversión, etc.

Es importante mencionar que existen alumnos cuyos problemas de tipo económico,


familiar o sociocultural, amenazan con obligarlo a que abandone sus estudios; esto
puede deberse a que el nivel de compromiso adquirido con la institución y con sus
metas o aspiraciones no cuenta con el respaldo suficiente para poder superar
adversidades; no obstante, existen otros casos cuya adversidad es demasiada y
aun así, el alumno tiene la convicción de continuar con su proceso de formación
escolar, hasta culminarlo.

▪ Compromiso institucional:

No puede soslayarse que, al momento que un adolescente solicita educación a una


institución escolar, genera diversos compromisos, ya sea de carácter individual,
familiar o social, pero el compromiso mayor lo realiza con el centro educativo donde
se inscribe, ya que dicho contrato lo compromete a cumplir con ciertos
requerimientos de parte del mismo, tales como: un horario, portar uniforme,
conseguir o comprar material didáctico, poner atención en clases, entregar tareas,
respetar a los docentes, entre otros.

Existirán algunos casos en que el abandono de los estudios es resultado de los


compromisos individuales e institucionales, ya que al comprometerse con la
institución se dan interacciones con docentes, autoridades escolares, alumnos etc.
y son estos roces precisamente, los que pueden en cierta forma, condicionar la
permanencia de los estudiantes en el aula.

Cabe advertir además, que el compromiso institucional que asume el adolescente


va a depender de las interacciones que surjan con la comunidad estudiantil y son
éstas las que condicionarán la permanencia del estudiante hasta la culminación de
los estudios.

La Institución Educativa:

De manera indiscutible, puede aseverarse que la institución educativa desempeña


un papel muy importante en lo que concierne a la educación de los estudiantes ya
que constituye una base primordial para que se desarrolle el proceso de enseñanza
y aprendizaje. En este sentido, no puede obviarse el hecho que los maestros como
formadores de cada estudiante son los responsables de retenerlos en sus clases.
Es bien sabido por ejemplo, que un buen maestro es aquel que sabe cómo dar sus
clases, para que se logre una educación con estándares de calidad y por ende, los
educandos sientan el deseo de regresar a las clases todos los días.

Por otro lado, es importante mencionar que las instituciones educativas ocupan una
gran parte del tiempo, y de la vida cotidiana de los seres humanos. La falta de
integración social e intelectual a un sistema educativo podría conducir a los alumnos
a establecer niveles nulos o bajos de compromiso con la institución educativa,
aumentando la probabilidad de que el adolescente decida abandonar sus estudios
para integrarse a otros grupos sociales ajenos a los educativos en los cuales se
pueda sentir aceptado.

Con base a lo antes expuesto, puede mencionarse que la institución educativa es


la encargada de crear las condiciones y así también, los escenarios adecuados que
permitan la idónea integración social del estudiante en su entorno académico, pues
una vez que el adolescente se sienta integrado en la comunidad estudiantil, el
acceso a los contenidos y actividades le resultará más atractivo y significativo.
RELACIÓN ENTRE LAS CAUSAS EXTERNAS E INTERNAS DE LA
DESERCIÓN ESCOLAR

Al hablar de las causas externas e internas de la deserción escolar, se hace


referencia a una serie de características que influyen mucho en dicha problemática;
y se asevera entonces que este problema se da debido a que tanto las familias
como los estudiantes y la misma institución, suelen ser los responsables de dicho
fenómeno, o también la pobreza, falta de empleo de los padres, o por el mismo
desinterés del alumno.

En este orden de ideas, puede sostenerse que existe una significativa correlación
entre las causas internas (alumno, institución educativa) y externas (familia,
sociedad y factor económico) de la deserción escolar, puesto que, cuando el
estudiante abandona sus estudios por falta de recursos económicos o bien, por la
influencia de su familia o el contexto sociocultural, se justifica la intervención de
dicho problema. Sin embargo, no puede negarse que existen alumnos que, a pesar
de las adversidades, sobresalen, lo que hace pensar que tienen carácter y decisión
que tal vez no adquirieron en la familia, a pesar de convivir con ella.

A pesar de lo ya mencionado, hay muchos expertos en la materia que infieren que


es conveniente centrarse en el alumno y en la institución educativa, como los
agentes principales de la deserción escolar, pues para los docentes y los directivos
de los centros escolares, resulta más accesible crear posibilidades reales de
intervención, por cuanto el alumno y los servicios que ofrecen dichos centros
pueden trabajarse, moldearse, precisamente por el hecho que se encuentran o
ubican dentro del mismo establecimiento.

Se debe recordar también, que los maestros juegan un rol preponderante y decisivo
en la formación de los educandos y por ello, hay que tomar en cuenta que los
actuales y futuros docentes deben de ser mejores a las generaciones pasadas de
profesionales de la educación, para coadyuvar a la correcta preparación y formación
académica de los jóvenes y señoritas.
Por otra parte, por ejemplo, que hay muchos casos de padres de familia que a los
niños de 8 a 12 años los inducen al trabajo duro, no importando qué clase de trabajo
sea, ellos solo lo ven como un negocio que les deja dinero y no les importa el
sacrificio de sus hijos y esto se convierte en un círculo vicioso. Son pocos los padres
de familia que consideran que educar a sus hijos y mandarlos a las instituciones
escolares, les ayudará a salir de la ignorancia y que posteriormente, esto les
brindará mejores oportunidades de trabajo y una mejor calidad de vida.

LA PROBLEMÁTICA DE LA DESERCIÓN ESCOLAR EN EL CONTEXTO


EDUCATIVO GUATEMALTECO

Al abordar la problemática de la deserción escolar hacemos referencia a todas


aquellas dificultades que sufren algunos estudiantes y que los lleva precisamente a
abandonar sus estudios y por ende, a estancar por completo, su proceso de
formación académica.

Nadie puede soslayar que, en lo que respecta al ámbito educativo guatemalteco, la


deserción escolar representa una seria problemática, puesto que en cada ciclo
escolar que transcurre, siempre se evidencian múltiples casos de estudiantes que
abandonan sus estudios por diversidad de causas, mismas que como ya se ha
venido explicando en apartados anteriores, pueden ser de naturaleza externa o
interna.

Cabe destacar que en lo concerniente a la problemática de la deserción escolar, se


ha podido constatar, en el ámbito escolar guatemalteco, que son las niñas las que
resultan más afectadas por el problema, principalmente las mujeres mayas. Muchas
de ellas no pueden finalizar la escuela primaria, debido a la pobreza, la carga de
trabajo doméstico y las barreras culturales que lamentablemente, se siguen
imponiendo en la sociedad.

A pesar que el acceso a los niveles de educación preprimaria, primaria y


diversificado en nuestro país se ha incrementado en los últimos años, no puede
negarse que los índices de finalización de la escuela primaria y secundaria, así
como el analfabetismo continúan entre los más altos de Latinoamérica.
Históricamente, la deserción escolar es un fenómeno relativamente reciente, dado
a que aparece después de implantarse en la mayoría de los países una escolaridad
obligatoria, y se acentúa precisamente, con el proceso de democratización de la
educación.

Según lo revela un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la


Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), las tasas de
deserción antes de concluir la educación secundaria oscilan en un 66% en el caso
del sistema educativo guatemalteco, lo cual resulta alarmante. A ello hay que sumar
el hecho que según dicho informe, en el contexto social guatemalteco, muchos
menores, desde los siete años, comienzan a asumir roles de trabajo adulto, según
el género y, en el caso de las niñas, a partir de que cumplen 12 años, en muchas
comunidades rurales, optan por conseguir esposo y tener hijos a temprana edad, lo
que agudiza sin lugar a dudas, la problemática antes expuesta.

Con el afán de adquirir una noción clara respecto a la magnitud del problema de la
deserción escolar en Guatemala, puede inferirse que, de acuerdo con un análisis
realizado por Walter Menchú, del área de Educación, del Centro de Investigaciones
Económicas Nacionales (CIEN), del 2010 al 2012, en promedio, 215 mil niños
desertaron de las escuelas. Si se toma en cuenta cuántos alumnos ingresan al nivel
primario y cuántos de ellos llegan a diversificado, sólo el 14.23% lo ha logrado en el
período 2010-2012.

El estudio señala también que en dicho período, los departamentos donde más se
concentra el problema de la deserción escolar en los tres niveles –primaria,
secundaria y diversificada son Guatemala, Huehuetenango, Alta Verapaz, San
Marcos y Petén.

Con lo que se ha venido exponiendo, claramente se evidencia que la situación de


la deserción escolar en nuestro país, es bastante compleja, puesto que un buen
segmento de la población estudia, pero debe abandonar la escuela por razones
económicas; otros trabajan para procurar el bienestar económico propio o de su
núcleo familiar y ante la falta de oportunidades, muchos son cooptados por
delincuentes o terminan recluidos en un centro correccional.
Aunado a lo ya expuesto, es fácil comprender lo que señala el profesor Daniel
Nelson, docente de filosofía, religión y ética, “la deserción escolar es consecuencia
de la implementación de una política educativa que no está acorde a las
necesidades del pueblo porque cientos de estudiantes a nivel nacional hacen
esfuerzos faraónicos para participar en el proceso de enseñanza y aprendizaje”.

De lo anteriormente planteado, emerge la necesidad que el Estado implemente y


más aún, haga realmente operativas y concretas, las políticas a favor de la niñez y
la juventud, garantizando que estos sectores de la población sean considerados el
centro del desarrollo del país, es decir, deben ser catalogados como una población
prioritaria en todos los pactos de Gobierno, con una mirada estratégica y proyectiva,
que asegure para las próximas décadas, la tenencia a nivel de la sociedad, de
personas preparadas profesionalmente y capaces por ende, de dar respuesta a las
múltiples demandas y retos que impone la sociedad globalizada en la que nos
encontramos inmersos.

COSTOS SOCIALES DE LA DESERCIÓN ESCOLAR

Tal como se ha venido sosteniendo, la deserción escolar constituye un serio


problema educativo que suele afectar en demasía, el desarrollo de cualquier
sociedad. Es además, un fenómeno social ocasionado por diversas causas, ya sean
políticas, económicas, familiares, institucionales, entre otras, lo cual debe ser
estudiado detenidamente, para determinar las posibles soluciones, así como
también, su prevención.

En este orden de ideas, no puede negarse que, cuando una población experimenta
limitaciones en el acceso a la educación o tiene serias dificultades en lo
concerniente a la permanencia en el proceso de enseñanza y aprendizaje, su
crecimiento económico se ve limitado, ya que, cuando no se finalizan los ciclos
educativos, existen menos posibilidades de acceder a empleos bien remunerados y
se perpetúa el círculo de la pobreza.

Además, esto impide que la sociedad logre las metas que piensa como ideales en
otros aspectos diferentes al económico, pues se está negando el saber y
conocimiento que genera su sociedad, y empieza a ser marginado en lo político,
social, afectivo, etc. Del mismo modo, tiene menos posibilidades de interactuar, de
entender por ejemplo, las normas de convivencia, la toma de decisiones en grupo,
auto estima, entre otros.

Asimismo, el abandono o deserción escolar significa una gran pérdida para el


Estado, pues se desaprovechan los recursos invertidos, la inversión no se traduce
en mejor calidad de vida y se le quita la oportunidad de educarse a otras personas.
Además, el desertor al querer reingresar limita los recursos de otros estudiantes o
le significa posteriores gastos al Estado al llegar a establecimientos públicos o
demandar ayudas sociales.

Con base a lo ya planteado, puede aseverarse entonces que, además de las


repercusiones académicas y económicas como resultado de la deserción escolar,
hay otras causas y consecuencias de índole social que representan una tragedia
anticipada, y sin duda, un duro golpe para el desarrollo económico y social de
Guatemala

Dichos costos sociales son los que se detallan a continuación:

Los derivados de disponer de una fuerza de trabajo menos calificada y menos


«calificable», cuando las personas no han alcanzado ciertos niveles mínimos de
educación necesarios para aprovechar los beneficios de programas de
entrenamiento ofrecidos por el Estado o por las empresas. El caso extremo es el
costo social producido por la deserción escolar muy temprana, que se traduce en
analfabetismo.

La baja productividad del trabajo y su efecto en el (menor) crecimiento de las


economías.

Los mayores gastos en que es necesario incurrir para financiar programas sociales
y de transferencias a los sectores que no logran generar recursos propios.

La reproducción intergeneracional de las desigualdades sociales y su impacto


negativo en la integración social, lo que dificulta el fortalecimiento y la profundización
de la democracia.
¿CÓMO EVITAR LA DESERCIÓN ESCOLAR EN GUATEMALA?

En lo que atañe a esta temática, cabe destacar en primera instancia que, todas las
investigaciones que se han llevado a cabo sobre la realidad social y económica
guatemalteca apuntan a que las deficiencias en educación, constituyen el principal
obstáculo para elevar sustancialmente, la tasa de crecimiento económico y por
ende, el nivel de productividad nacional.

Está comprobado que una mayor inversión en educación (rentable o redituable) se


refleja positivamente en el crecimiento económico y la productividad. La experiencia
en otros países ha sido que cada año adicional de escolaridad de la fuerza de
trabajo ha redundado positivamente, tanto en el crecimiento económico como en la
elevación del índice de desarrollo humano.

El lento crecimiento de la educación en Guatemala no solamente ha generado una


mayor desigualdad educativa, sino que ha provocado que la fuerza de trabajo tenga
actualmente 3 años menos de educación de lo que correspondería a los patrones
mundiales, dados los niveles de desarrollo de la región.

Todos los indicadores educativos en Guatemala son verdaderamente


preocupantes: Las tasas de matrícula son bajas, la inversión en capacitación y
actualización del magisterio es mínima, muy pocos terminan la primaria y los que lo
logran toman mucho tiempo y, en general, la inversión en educación es muy
reducida.

Definitivamente, el potencial de crecimiento de la economía nacional podría ser


bastante superior al actual si, finalmente, se hiciera un esfuerzo educativo que
elevara, por encima de la tendencia actual, la escolaridad promedio de la fuerza de
trabajo.

El esfuerzo educativo adicional impulsaría el crecimiento económico a través de dos


vertientes: 1) aceleraría el ritmo de crecimiento educativo que ha sufrido una
desaceleración importante con respecto a los ritmos del pasado; y 2) aceleraría las
mejoras de productividad, ya que no solo se mejoraría el rendimiento laboral de los
individuos, sino que potenciaría los otros factores del desarrollo.
En consecuencia, la combinación de una reforma política e institucional del Estado
junto a un esfuerzo educativo titánico, es la clave para que Guatemala pueda elevar
significativamente su tasa de crecimiento económico, así como la productividad.

En este mismo orden de ideas y haciendo referencia específica a la problemática


de la deserción escolar en Guatemala, puede aseverarse que existen varias
acciones estratégicas que pueden coadyuvar a combatir o evitar el abandono
escolar en el país, siendo algunas de ellas, las que se enuncian a continuación:

• El aumento de la cobertura de la matrícula escolar, que según diversos estudios,


tiende a mejorar el rendimiento de los educandos en los primeros años de primaria,
a la vez que reduce significativamente la repetición, uno de los factores que sin
duda, más suele incidir en el abandono temprano de la escuela.

• El cambio hacia sistemas de promoción automática durante la enseñanza primaria


o en los primeros años de ésta, que reduce la extra edad, factor fuertemente
asociado a la deserción escolar.

• La introducción, ampliación y, en algunos casos, mayor focalización de los


programas y subsidios orientados a mejorar la retención escolar, tales como: becas,
entrega gratuita de materiales escolares, programas de alimentación escolar y otros,
sobre todo en las zonas rurales, donde la problemática de la deserción escolar suele
agudizarse.

• El mejoramiento de la infraestructura escolar y la disponibilidad de escuelas en


zonas rurales apartadas, ya que una de las razones frecuentes de inasistencia
escolar en dichas zonas es la dificultad de acceso a los establecimientos. En
consonancia con esta acción estratégica, el investigador Millán indica que “el
mejoramiento de la infraestructura escolar y la disponibilidad de escuelas en zonas
rurales apartadas, es muy importante porque dependiendo del buen estado de los
establecimientos, los estudiantes se sentirán cómodos estando dentro y por ende,
querrán asistir y culminar sus estudios”.
• El mayor involucramiento de los padres y la introducción de incentivos para su
participación en actividades de la escuela y en el seguimiento de la situación escolar
de los niños y de su rendimiento.

• Las acciones estratégicas ya mencionadas, no cabe la menor duda que el tema


de la calidad de la educación que se brinda en las instituciones escolares
guatemaltecas también juega un rol sustancial, puesto que la deserción escolar se
relaciona en muchos sentidos con dicha calidad en la educación, pues es difícil que
habiendo estándares de calidad en la enseñanza, haya alumnos que deserten.

Cuando no hay una verdadera calidad en la educación escolar, el alumno no le


encuentra el sabor a la educación, ni le encuentra el sentido de la asistencia al
centro educativo; se vuelve tedioso, aburrido y monótono; hay una relación fría entre
maestro y alumno. No hay una motivación de parte del maestro para que el alumno
aprenda, no hay una preparación en el sentido de entender que él es un profesional
de la educación y que de él depende muchísimo el nivel educativo que ese niño
vaya a conseguir. Los esfuerzos que el alumno hace lo llevan a una frustración, a
no encontrarle sentido o motivo por el cual estar acudiendo a un lugar en donde se
aburre, donde hay una relación fría y distante con el maestro. Todo esto puede ser
un motivo bastante real del por qué la deserción escolar es una realidad grande,
presente, que no se ha podido disminuir y que incluso en ocasiones se ha
incrementado.

Por lo expuesto, es que resulta indiscutible que la calidad educativa en Guatemala


implica el entendimiento que el maestro tiene como profesional de la educación y
asimismo, implica la satisfacción de las necesidades propias del alumno, es decir,
hacer que el educando descubra para qué tiene potencial en su vida académica, en
qué áreas tiene facilidades, dónde puede ejercitar sus habilidades, etc.

En el ámbito educativo guatemalteco, debe darse énfasis a las acciones


estratégicas mencionadas y más aún, debe adquirirse una plena conciencia que la
educación es importante porque genera y potencia capacidades en las personas,
ayuda a mejorar los indicadores sociales al disminuir tasas de desnutrición y
fortalecer condiciones de salud. Asimismo, la educación reduce la pobreza, mejora
la inclusión social y condiciones para una mejor gobernabilidad y participación
democrática. Aparte de ello, mejora los ingresos en las familias porque permite optar
a mejores salarios.
CONCLUSIONES

1. La deserción escolar es un problema que es implicada por muchas causas,


como el poco apoyo económico, falta de interés personal y motivación de los
padres, influencia del entorno social y cultural al que se ve expuesto los
estudiantes al salir de la escuela. Además de las consecuencias son desde
problema psicológicos, biológicos, sociales y educativos.

2. Cabe destacar que el presente trabajo de investigación nos ha permitido


comprender que existen diversas causas que suelen provocar la
problemática de la deserción escolar y que de hecho, algunos autores han
optado por clasificar dichas causas desde dos perspectivas, una de orden
externo, donde se incluyen: el factor familiar, el factor económico y el factor
sociocultural y son catalogados precisamente de esa forma, por cuanto no
dependen de la institución educativa y la segunda clasificación que se hace
en torno a las causas de la deserción escolar hace referencia justamente, a
causas de orden interno, donde se incluyen: el propio estudiante, esto es, su
nivel de compromiso individual y así también se incluye la misma institución
escolar.

3. Con respecto a los factores principalmente los factores sociales,


pedagógicos y económicos se encuentras en muchos casos de problemas,
en el caso de la deserción se manifiesta en el estudiante en la falta de
motivación, mala alimentación, bajos recursos para adquirir los materiales de
estudio y bajo rendimiento que cimientas las bases para que en la proximidad
se den los casos de deserción escolar.

También podría gustarte