Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
Centro Regional Santa Fe
Estación Experimental Agropecuaria Oliveros
CONTROL DE MALEZAS EN GARBANZO
Juan Carlos Papa
Las malezas son una de las peores adversidades bióticas con las que debe enfrentarse el cultivo
de garbanzo, ya que es un muy pobre competidor, por su lenta emergencia, escasa altura, baja
tasa de crecimientos, escaso follaje y tardío cierre del entresurco. El período crítico de
interferencia con las malezas puede extenderse desde 2 hasta 6 semanas luego de la emergencia y
las pérdidas pueden oscilar entre un 13 y un 94 %; cualquier medida de control eficaz durante este
período, redundará en incrementos en el rendimiento; además, pérdidas adicionales pueden
producirse por interferencia en la cosecha y disminución en la calidad del producto.
Por su ciclo, las principales malezas que pueden afectar al cultivo de garbanzo son especies de
ciclo otoño-inverno-primaveral tales como Urtica urens, Brassica campestris, Capsella bursa-
pastoris, Lamium amplexicaule, Bowlesia incana, Polygonum aviculae, Carduus spp., Conyza spp.,
Lolium multiflorum, Bromus unioloides, Avena spp., etc.; la competencia ejercida por estas malezas
va a depender del ambiente así como de la composición de la comunidad y de la abundancia
relativa de cada una de ellas; las latifoliadas son más agresivas que las gramíneas por su patrón de
crecimiento similar al cultivo. Las malezas que emergen temprano con el cultivo pueden afectar el
rendimiento general y las emergencias tardías pueden generar efectos negativos sobre el tamaño
de los granos y la calidad de la producción.
El manejo de las malezas en el cultivo de garbanzo debe encararse desde un punto de vista
integral, donde los métodos preventivos, culturales y químicos han de armonizarse en función de
la problemática conocida, y que en general afecta a la rotación imperante más que al propio
cultivo. La prevención constituye la manera más efectiva y económica de controlar malezas, como
por ejemplo: la siembra de semilla libre de malezas, evitar el ingreso al lote de propágulos de
malezas a través de maquinarias, animales, corridas de agua, etc. es un primer paso no menor. Los
métodos culturales tienen como objetivo manejar el sistema de cultivos para así maximizar la
competencia de éstos sobre las malezas y las herramientas con las que contamos. En este sentido,
dichas herramientas son la rotación de cultivos, la implementación de cultivos de cobertura y
arreglos espaciales competitivos, como así también la optimización de las prácticas de manejo
general; desafortunadamente, el garbanzo es un débil competidor dentro de la secuencia en la
que participa. Típicamente, el control cultural mantiene bajo el tamaño de las poblaciones de
malezas, mejorando así el rendimiento y la calidad del producto.
En planteos sin labranza, las prácticas mecánicas de control que impliquen remoción del suelo no
son factibles y son sustituidas por el control químico. Desafortunadamente, en Argentina, el S-
Metolaclor es el único herbicida con registro para su empleo en garbanzo por lo que el empleo de
otros principios activos no cuenta con amparo legal y torna imposible el reclamo resarcitorio
frente a daños al cultivo o fallas de control. No obstante, se han realizado, y se siguen realizando,
experiencias en ese sentido en nuestro país y en el exterior. En diversos experimentos, se ha
detectado que el garbanzo presenta una gran sensibilidad a numerosos herbicidas, resultando, en
general, más tolerante a los herbicidas aplicados al suelo (pre-siembra o pre-emergencia) que a los
herbicidas pos-emergentes, en especial, a los destinados al control de malezas latifoliadas. Dentro
de los herbicidas residuales, la bibliografía cita entre otros a las dinitroanilinas (trifluralina,
pendimetalina); a triazinas (metribuzín, prometrina, terbutrina); urea (linurón); isoxasoles
(isoxaflutole); aril-triazinonas (sulfentrazone); imidazolinonas (imazetapir). Dentro de los
herbicidas postemergentes, el panorama es limitado en extremo; así, la bibliografía cita a los
graminicidas selectivos pos-temertentes y al piridato como latifolicida. Dadas las limitaciones en
cuanto al empleo de herbicidas de post-emergencia, en los planteos sin remoción del suelo, es
imprescindible el control de las malezas previo a la siembra, para lo cual el empleo de herbicidas
de acción total (no selectivos) como el glifosato o el paraquat sería apropiado.
El objetivo primario de este experimento, fue evaluar la selectividad hacia el cultivo de varios
herbicidas aplicados en pre-emergencia y, de resultar estos suficientemente selectivos,
secundariamente, evaluar la eficacia sobre las malezas presentes. Esto es así dada la escasa
información disponible sobre control químico de malezas en ese cultivo.
Tratamiento de pre-siembra: 01 de julio de 2012; glifosato premium 540 g.e.a./l a 2,0 l.p.f./ha
Fecha de siembra: 11 de julio de 2012
Emergencia: 13 de agosto de 2012
Aplicación Pre-emergentes: 13 de julio de 2012
Variedad: Blanco Sinaloa
Emergencia: 13 de agosto de 2012
Tratamientos de Pre-emergencia
1) Clorimurón etil: 50 g/ha
2) Clorimuron etil: 80 g/ha
3) Clorimurón etil: 110 g/ha
4) Imazetapir (Pivot 10%): 500 ml/ha
5) Imazaquín (Scepter 70%): 150 g/ha
6) Diclosulam (Spider 84%): 25 g/ha
7) Flumetsulam: (Preside 80%) 70 g/ha
8) Metribuzin: (Tribune 70%) 400 g/ha
9) Prometrina: (Gesagard 50%) 2000 ml/ha
10) Diflufenican: (Brodal 50%) 200 ml/ha
11) Flumioxazin: (Sumisoya 48%) 100 ml/ha
12) Sulfentrazone: (Authority 50 %) 300 ml/ha
13) Saflufenacil: (Heat 70%) 100 g/ha
14) S-Metolaclor: (Dual Gold 96%) 800 ml/ha
15) Clomazone: (Mommand 48%) 2000 ml/ha
16) Testigo
En todos, glifosato Premium (Touch Down Hi Tech, 2 l/ha).