Derrame de petróleo en Perú: una negligencia que se cobró la fauna y seguirá
afectando vidas
Medio Ambiente
La limpieza de playas en una zona del país continúa tras casi 20 días de
reportada la catástrofe ambiental. Mientras Repsol, la empresa española
causante del daño, afronta investigaciones por responsabilidad administrativa y
penal, el 40% de animales rescatados no sobrevive a la contaminación de sus
cuerpos, y la paralización de la cadena económica alrededor de la pesca local
afecta a cientos de familias.
Ya las autoridades de Perú lo han catalogado como “el peor desastre ecológico
ocurrido en Lima en los últimos tiempos”. A la fecha, las cifras oficiales del
Ministerio de Ambiente señalan que el petróleo vertido en las costas se
extiende por más de siete millones de metros cuadrados de mar. El agua tóxica
ha perjudicado también orillas y franjas de 24 playas por un conjunto de casi
dos millones de metros cuadrados.
La desgracia tiene como punto de partida el 15 de enero último, cuando un
buque descargaba crudo en uno de los terminales de la refinería La Pampilla,
de dominio de la compañía Repsol. Desde entonces, la corporación española
ha insistido en que un oleaje anómalo por la erupción del volcán submarino de
Tonga rompió conexiones de la embarcación y que sí aplicó correctamente su
plan de contingencia, aprobado por el Estado peruano en el 2015.
No obstante, con el pasar de los días, lo comunicado por la empresa ha
devenido en inconsistente. El viernes pasado, el gobierno peruano informó a la
ciudadanía que el derrame fue de unos 11.900 barriles de petróleo y no solo de
6.000, como había dicho Repsol anteriormente. Además, el capitán del buque
italiano contratado para la descarga relató que la compañía no había
respondido a tiempo ante la emergencia.
Trabajadores con ropa protectora limpian playas en la provincia de Callao,
cerca de la capital de Perú, Lima.
Trabajadores con ropa protectora limpian playas en la provincia de Callao,
cerca de la capital de Perú, Lima. Carlos MANDUJANO AFP
“Ahí hay diversas responsabilidades legales por las que Repsol va a tener que
responder; todas igual de importantes. Hay responsabilidad administrativa por
incumplir medidas preventivas, pero también hay otras infracciones por dar
información imprecisa o falsa sobre la cantidad de barriles derramados y
porque se ha demostrado que no tuvo la capacidad de contingencia que afirma
haber tenido. De otro lado, también habría responsabilidad penal, por delito de
contaminación ambiental”, explicó a France 24 la directora de Política y
Gobernanza de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), Carol
Mora Paniagua.
Como señala Mora, a raíz del desastre, el Organismo de Evaluación y
Fiscalización Ambiental (OEFA) de Perú abrió un proceso sancionador contra
la compañía y ya dispuso una primera multa de 18.400.000 soles, equivalente a
más de 4.800.000 dólares. Además, el Poder Judicial dictó impedimento de
salida del país por 18 meses a cuatro representantes de la multinacional,
incluyendo a Jaime Fernández-Cuesta, su gerente general. Esto, tras acoger el
pedido de la Fiscalía en medio de las indagaciones penales. Adicionalmente, el
OEFA, adscrito al Ministerio de Ambiente, dispuso que las operaciones de
carga y descarga de hidrocarburos por parte de Repsol queden paralizadas
temporalmente.
Equipos de limpieza trabajan para retirar petróleo de una playa anexa al
balneario de verano de Ancón, en el norte de Lima, el 20 de enero de 2022,
luego de un derrame ocurrido durante el proceso de descarga de un buque
tanque en la refinería La Pampilla, a cargo de la multinacional Repsol.
Equipos de limpieza trabajan para retirar petróleo de una playa anexa al
balneario de verano de Ancón, en el norte de Lima, el 20 de enero de 2022,
luego de un derrame ocurrido durante el proceso de descarga de un buque
tanque en la refinería La Pampilla, a cargo de la multinacional Repsol. AFP -
CRIS BOURONCLE
Pérdida de especies en el corto y largo plazo
El vertido de crudo ha matado decenas de especies marinas y a aves que
solían aterrizar en las playas para alimentarse. Cadáveres de pingüinos de
Humboldt, pelícanos, zarcillos, piqueros y golondrinas han varado en las orillas
o se siguen divisando en las aguas. Además, expertos han alertado sobre la
pérdida de rastro de lontras felinas, una especie de nutria que ya se encontraba
amenazada y en peligro de extinción local. Cabe destacar que la contaminación
también se detectó en islas consideradas como áreas naturales protegidas.
France 24 entrevistó a Guillermo Ramos Bardalez, biólogo y administrador
técnico en Lima del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). De
acuerdo con el funcionario, la entidad ha logrado rescatar desde el 17 de enero
a más de 140 especies afectadas por el petróleo. Sin embargo, el 40%, es
decir, una cantidad superior a 50, no sobrevivió a la intoxicación.
“Nosotros hemos estado patrullando y recolectando especies dentro y fuera de
áreas protegidas para llevarlas al Parque Zoológico Las Leyendas, donde se
les da la atención veterinaria. Nuestra labor es ubicar, transportar, acondicionar
y estabilizar a los animales afectados. Recordemos que son especies
silvestres, que no suelen tener contacto directo con humanos, y que en primer
lugar, están en shock y crisis de estrés. La sobrevivencia de los rescatados es
de un 60% porque, en muchos de los casos, los animales no solo están
bañados en crudo, sino que se han alimentado de peces o crustáceos
contaminados. Salvarlos de esa ingesta usualmente es imposible y han muerto
a los pocos días”, explicó Ramos.
El Serfor, que es una entidad dependiente del Ministerio de Desarrollo Agrario y
Riego, ha abierto lugares de acopio de animales en cuatro playas. Algunos
ciudadanos también han reportado hallazgos o llevado ellos mismos a especies
que encontraron. Para Ramos, el daño no se termina con la fauna que ya
sucumbió.
“Mientras siga circulando el petróleo en el agua, seguiremos teniendo animales
afectados. Si bien tenemos una estrategia de rescate ya más organizada que
en los primeros días y un apoyo ciudadano también constante, el efecto de
todo esto no se va a acabar tan pronto. Hemos enviado brigadas a zonas
incluso más alejadas del centro del desastre, en Áncash, de donde también
hemos trasladado especies. Ya hablando estrictamente como biólogo, el daño
ecológico es tremendo. Hay toda una cadena rota: no solamente de fauna
grande, sino también de plancton, crustáceos, moluscos. Hay invertebrados
varados totalmente negros por el petróleo, y eso dice mucho de lo que habrá
dentro del mar ahora mismo”, expresó.
Aves marinas afectadas por derrame en Perú
Aves marinas afectadas por derrame en Perú Tatiana MAGARINOS AFP
En diálogo con este medio, el especialista en biodiversidad marina, Yuri Hooker
Mantilla, refirió que, si bien el derrame en Lima ha sido de gran magnitud, otras
regiones de Perú han tenido casos similares que no han concitado la suficiente
y debida atención.
“En la Amazonía son bastante frecuentes los derrames, pero muchas veces
pasan desapercibidos por esta ruptura cultural que tenemos en el país
(centralizado en la capital). Es importante advertirlo porque no es algo nuevo.
Hay un daño en el ecosistema acuático que poco se está atendiendo. Por otro
lado, ya comentando sobre lo ocurrido en Lima, es importante mencionar que el
derrame se ha dado donde la corriente marina de Perú, conocida como
corriente de Humboldt, es densa y donde muy rápidamente gran parte de este
combustible ha sido llevado hacia el norte, depositándose en otras partes
costeras”, dijo.
Hooker señaló que, con el tiempo, se irán observando especies que aparentan
buena condición de salud, pero que mueren por consumo de otros animales
marinos infectados. El especialista recalcó que, en el país, no ha habido
suficiente compromiso por parte de los gobiernos para implementar políticas
ambientales que protejan mejor la naturaleza peruana y endurezcan los
requerimientos para las empresas extractivas.
“Lo más representativo de este problema ha sido la entrevista que dio el
gerente general de Repsol hace unos días. Aparte de decir que esto se podía
limpiar en poco tiempo —cuando el petróleo ya está disperso— también dijo
otras cosas absolutamente falsas como que ‘el petróleo flota’ —cuando en
verdad tiene elementos pesados que sí lo hacen caer al fondo del mar. Esto es
representativo porque lo que demuestra es la poca importancia que muchas de
estas empresas le dan a la biodiversidad y que además se sienten intocables
cuando tienen que asumir responsabilidades. Este es un tema de raíz que el
actual gobierno y los que vengan deben tomar muy en serio”, indicó.
Fallas del Estado y poca importancia hacia lo ambiental
La última semana, el gobierno peruano anunció la entrega de subsidios para
las personas afectadas económicamente por la paralización de la pesca local.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, esta entrega
extraordinaria sería de 1.000 soles (unos 260 dólares) y beneficiaría, por
cadena familiar, a cerca de 100.000 personas.
Lissette Vásquez Noblecilla, adjunta de Medio Ambiente en la Defensoría del
Pueblo, señaló a France 24 que las reacciones del Estado no han sido las más
efectivas en algunas materias. Por ejemplo, advirtió que su institución insiste en
mayor transparencia informativa y actualización diaria por parte del gobierno
sobre las medidas que adopta.
Vásquez explicó que se desconocen los avances de un empadronamiento de
pescadores, comerciantes y otros ciudadanos perjudicados por el derrame. La
funcionaria también destacó que, si bien el sistema de limpieza ha mejorado
con las semanas, la acción estatal no fue inicialmente la que ameritaba un
desastre de tales magnitudes. En ciertos casos, sigue siendo limitada.
“Debemos informar que, cuando el derrame se produjo, la Defensoría supervisó
y registró poca cantidad de personal e incluso sin la protección necesaria para
esas labores. Por otro lado, el jueves estuvimos en la playa Puerto Chancay
(en Huaral, Lima) y ahí reportamos que 500 pescadores habían quedado
afectados por la suspensión de sus actividades como producto de la
contaminación. Ellos, básicamente, están subsistiendo con el apoyo de ollas
comunes (colectas para la preparación de alimentos entre la comunidad).
Entonces, la ayuda es insuficiente o no está llegando con la rapidez que se
requiere”, declaró.
De otro lado, Carol Mora, directora de Política y Gobernanza de la Sociedad
Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), recalcó que, en Perú, “lo ambiental no
ha tenido el peso político que merece”, pues desde el Estado existen pocas
garantías de sanciones administrativas reales para empresas infractoras.
“Además de la responsabilidad de la empresa, sí debemos decir que ha habido
una respuesta tardía del Estado, que demoró casi una semana en emitir la
declaratoria de emergencia ambiental. No hubo un protocolo de actuación del
propio Estado frente a un escenario como este. Además, hay un sistema de
cierta impunidad en el que las multas administrativas que reciben las empresas
por infracciones ambientales se pueden impugnar casi ilimitadamente. Las
multas, ciertamente, no devuelven lo perdido, pero pueden ser emblemáticas
para que se internalice la seriedad del asunto”, refirió.
Hace unas semanas, el portal Salud con Lupa informó que Repsol ya
registraba hasta 32 infracciones por prácticas similares a las que se denuncian
actualmente: daño ambiental, información inexacta, almacenamiento
inadecuado de residuos sólidos y falta de monitoreo. Cabe recordar que el país
aún no ha ratificado su adherencia al Acuerdo de Escazú, un tratado entre
países de América Latina y el Caribe para fortalecer el acceso a la información
y la justicia en temas ambientales. La aprobación del proyecto no se ha
agendado entre las prioridades del actual Parlamento.