TEORIA DEL CONOCIMIENTO
(IDEALISMO Y RACIONALISMO)
NOMBRE:
GOMEZ VARO GUADALUPE
MATERIA:
TEORIA DEL CONOCIMIENTO
TEMA:
IDEALISMO Y RACIONALISMO
(INVESTIGACION)
CARRERA:
LIC.CRIMINALISTICA Y CRIMINOLOGIA
IDEALISMO
¿Qué es el idealismo?
El idealismo es una teoría filosófica que defiende que las ideas existen más allá de quien
las piense. Además, sostiene que es la mejor forma de adquirir conocimiento.Llamamos
idealismo a toda doctrina filosófica que afirme que las ideas son el punto de partida de todo
conocimiento posible sobre el mundo. No nos adecuamos a las cosas, sino que las cosas
se adecuan a las ideas que tenemos de ellas.
El idealismo es una de las corrientes filosóficas más importantes de los últimos siglos.
Muchos pensadores, como Platón, Leibniz, Kant o Hegel, adhirieron a esta corriente.Más
allá de sus particularidades, los filósofos idealistas creen que las ideas son más
verdaderas que la materia.
Al igual que los racionalistas, los idealistas afirman que las ideas nos permiten conocer el
mundo de una manera más completa y perfecta que los sentidos. Para Immanuel Kant
(1724-1804), el idealismo, como idealismo trascendental, era una forma de conocimiento
perfecta.
CORRIENTES IDEALISTAS
Idealismo platónico. Es una forma de realismo. Platón creía que las ideas forman un
mundo independiente (el mundo de las ideas), al que se accede a través del intelecto y no
a través de los sentidos. El mundo material o sensible no es más que una copia degradada
de este.
Idealismo objetivo o lógico-trascendental. Entiende a la conciencia como un sistema de
estructuras lógicas, apoyadas en las ideas, que permite conocer la realidad material.
Dentro del idealismo objetivo existen subclasificaciones:
Idealismo trascendental. Fundado por Kant, sostiene que los objetos son el resultado del
trabajo conjunto de la sensibilidad y la razón. Estos objetos se conocen como fenómenos y
son la contracara de los noúmenos, que son los objetos en sí, independiente de cómo se
los perciba.
Idealismo alemán. Se desarrolló en Alemania y sus principales representantes fueron
Kant, Fichte (1762-1814), Schelling (1775-1854) y Hegel (1770-1831). El idealismo alemán
se construyó sobre el pensamiento kantiano y sostiene que el mundo es el resultado de
una idea absoluta, infinita, universal y a la vez histórica, cuyo despliegue es lo que
llamamos mundo
Idealismo absoluto.También conocido como idealismo hegeliano, se considera como una
forma de idealismo propia. Hegel sostuvo la necesidad de una identidad entre pensamiento
y ser, sin la cual no habría acceso al conocimiento del mundo.
Subjetividad trascendental. Desarrollada por Edmund Husserl (1859-1938), es una forma
de idealismo subjetivo. No plantea una primacía de las ideas por sobre lo material, pero
sostiene que la subjetividad funda la objetividad del mundo.
Idealismo subjetivo. Piensa a la conciencia como algo real e individual. Sostiene que las
ideas existen en la mente del sujeto y no en un mundo exterior e independiente, de modo
tal que el mundo solo existe en tanto percibido. Algunos de sus representantes fueron G.
Berkeley (1685-1753) y W. Schuppe (1836-1913).
Características del idealismo
El idealismo es una posición filosófica cuyo significado puede variar según de qué escuela
se hable, como los idealismos subjetivo, objetivo y absoluto. Todas estas formas de
idealismo comparten ciertas características o rasgos en común:
Un idealista es alguien que no adhiere al materialismo, al dogmatismo o al empirismo.
Incluso se considera que un idealista no es realista, exceptuando a Platón.
Según un punto de vista metafísico, el idealismo se caracteriza por considerar que la
mente (o la razón o el espíritu) es el fundamento último de la realidad. El idealismo de G.
Berkeley es un ejemplo de esta postura.
Todas las formas de idealismo sostienen que las ideas, la consciencia o el
espíritu (pensados como sinónimos) están por encima del mundo material.
Todos los idealismos sostienen que la verdad se alcanza a través de la razón, ya sea de
manera intuitiva e inmediata o a través de procesos discursivos y razonamientos lógicos.
Nada conocido a través de la sensibilidad hace al conocimiento.
El idealismo formal o visto desde una posición epistemológica (de la teoría del
conocimiento) concede la posibilidad de que exista algo independiente a la mente,
pero todo lo que podemos conocer está condicionado al proceso cognoscitivo (o espiritual)
del sujeto que se enfrenta al mundo. Un ejemplo de esta posición es la filosofía kantiana,
para la cual el idealismo no habla de la existencia de las cosas sino de la forma en la que
nos las representamos.
El idealismo es la familia de teorías filosóficas que afirman la primacía de las ideas o
incluso su existencia independiente. Afirman que la realidad, o la realidad que podemos
conocer, es fundamentalmente un constructo de la mente o inmaterial. El idealismo supone
que los objetos no pueden tener existencia sin que haya una mente que esté consciente de
ellos. Para poder conocer las cosas, se debe tomar en cuenta la consciencia, las ideas, el
sujeto y el pensamiento.
El materialismo rechaza el idealismo. El idealismo no es precisamente antagónico
al realismo pues hay filosofías idealistas (idealismo objetivo) que postulan una existencia
de objetos abstractos independientes del observador.
El filósofo George Berkeley dijo que la esencia de un objeto es ser percibido. Por el
contrario, Immanuel Kant dijo que el idealismo "no se refiere a la existencia de las cosas",
sino que "nuestros modos de representación" de las cosas como el espacio y el tiempo no
son "determinaciones que pertenecen a las cosas en sí mismas", sino que son rasgos
esenciales de la mente humana. En la filosofía del "idealismo trascendental" Kant propone
que los objetos de la experiencia se basan en su existencia en la mente humana que
percibe los objetos, y que la naturaleza de la cosa-en-sí es externa a la experiencia
humana, y no puede concebirse sin la aplicación de categorías, que dan estructura a la
experiencia humana de la realidad.
Epistemológicamente, el idealismo se manifiesta como un escepticismo sobre la posibilidad
de saber cualquier cosa independiente de nuestra mente. En un sentido sociológico, el
idealismo enfatiza cómo las ideas humanas, especialmente las creencias y los valores, dan
forma a la sociedad.Como doctrina ontológica, el idealismo va más allá, afirmando que
todas las entidades están compuestas de mente o de espíritu.El idealismo rechaza así las
teorías fisicalistas y dualistas, que no atribuyen prioridad a la mente. Una versión extrema
de este idealismo puede existir en la noción filosófica del solipsismo.
En 1781, Immanuel Kant publicó su famosa Crítica de la razón pura, rechazando ambas
posturas y proponiendo una alternativa. Según Kant, si bien todo nuestro
conocimiento empieza con la experiencia, no todo se origina de ella, pues existen ciertas
estructuras del sujeto que anteceden a toda experiencia, en tanto son las condiciones que
la hacen posible. La filosofía del siglo XIX se caracterizó en gran parte por ser una reacción
a su filosofía,comenzando con el desarrollo del idealismo alemán.
El origen del Idealismo Filosófico se remonta a la Antigua Grecia, siendo Platón uno de sus
principales precursores. Sin embargo, el término “idealismo” para referirse a una postura
metafísica fue utilizado por primera vez por Christian Wolff (1679-1754), un pensador
alemán que escribió y trabajó durante los siglos XVII y XVIII. Wolff utilizó el término para
referirse a la creencia de que la realidad está hecha de ideas.
A lo largo de la historia, el Idealismo Filosófico ha evolucionado y se ha diversificado en
varias corrientes, incluyendo el Idealismo Subjetivo, el Idealismo Objetivo, el Idealismo
Trascendental y el Idealismo Absoluto. Cada una de estas corrientes ha contribuido a la
rica y compleja historia del Idealismo Filosófico, y ha influido en una amplia gama de
disciplinas, desde la filosofía y la psicología hasta la física cuántica.
Representantes del idealismo
René Descartes buscaba el método para llegar al
conocimiento y a la verdad a través de la razón.
Entre los principales representantes del idealismo se encuentran Platón, Descartes, Kant,
Hegel y Leibniz:
Platón
Atenas (Grecia), 427 – 347 a. C.
Fue discípulo de Sócrates y luego maestro de Aristóteles. Su trabajo y pensamiento
tuvieron gran influencia en la filosofía occidental y en las prácticas religiosas. En 387 a. C.
fundó la Academia, la primera escuela de filosofía de la antigua Grecia.
Entre sus muchos aportes a la filosofía, encontramos la teoría de las ideas. Si bien Platón
nunca la llamó así, sus principales argumentos aparecen en tres de sus obras de
madurez: La República, Fedón y Fedro.
En ellas Platón distingue dos realidades distintas: la realidad sensible, que corresponde al
mundo material, y la realidad inteligible, que corresponde a las ideas inmateriales, y de las
cuales el mundo es una copia degradada. Esta es la teoría que coloca a Platón como
antecesor del idealismo moderno.
René Descartes
La Haye (Touraine), 1596 – 1650
Descartes fue un filósofo, matemático y físico francés, que influyó a través de su
pensamiento en los ámbitos científico y filosófico. Su filosofía se interesa por encontrar un
camino o método alternativo al de la fe para descubrir y garantizar la verdad de las ciencias
y el conocimiento en general.
En Discurso del método, una de sus obras tempranas, propuso cuatro criterios para dar
con un conocimiento del que no se pudiera dudar: la evidencia, el análisis, la síntesis y la
enumeración. En Meditaciones metafísicas puso este método en práctica, lo que le
permitió llegar a la primera verdad evidente, clara y distinta de la metafísica: el ego cogito,
o en su versión más famosa, el cogito ergo sum (pienso, luego existo).
Este descubrimiento le valió la entrada al campo de precursores del idealismo, ya que a
través del cogito coloca a la razón y a las ideas por encima de otras formas de
conocimiento menos precisas y certeras, por ejemplo, la sensibilidad.
Immanuel Kant
Königsber (Alemania), 1724 –1804
Kant fue un filósofo prusiano, considerado uno de los grandes pensadores alemanes.
Estableció que el problema de la filosofía es “saber si la razón es capaz de conocer”. A su
posición filosófica se la conoce como “criticismo” o “idealismo trascendental”.
El idealismo trascendental sostiene que todo conocimiento posible sobre el mundo
precisa de dos elementos:
El dato material, dado a la sensibilidad del sujeto por el objeto fenoménico (el objeto que
se nos aparece)
El principio formal, puesto por el sujeto a través de las categorías del entendimiento.
Este principio formal es el que permite la unidad de toda experiencia posible, y por su
importancia a la hora de conocer es que se piensa a Kant como uno de los primeros
pensadores idealistas de la modernidad.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel
Stuttgart (Alemania) 1770 – 1931
Hegel fue un filósofo alemán que sostuvo que “lo absoluto” o la idea se manifiesta de
manera evolutiva bajo normas de la naturaleza y del espíritu.
Establece que el conocimiento tiene una estructura dialéctica: por un lado está el mundo
existente y, por el otro está la necesidad de superar los límites de lo conocido.
Gottfried Wilhelm Leibniz
Leipzig (Alemania), 1646 – 1716
Leibniz fue un filósofo alemán que se dedicó también a otras ramas del conocimiento,
como matemática, lógica, teología y política. Hizo importantes contribuciones
en metafísica, epistemología, lógica y filosofía de la religión.
Según Leibniz, el universo está compuesto de sustancias espirituales independientes, que
son las almas y a las que Leibniz denominó “mónadas”: elementos constitutivos de todas
las cosas de la vida.
Leibniz planteó una solución a los problemas de la interacción entre mente y cuerpo,
y destacó la idea de sustancia espiritual idealizada por sobre la materia.
RACIONALISMO
¿Qué es el racionalismo?
El racionalismo es un movimiento filosófico que promueve a la razón como principal
facultad de conocimiento. Surgió en la Edad Moderna, específicamente en la Europa de los
siglos XVII y XVIII, y se lo suele considerar como el movimiento contrario al empirismo,
para el que la sensibilidad primaba por sobre la razón.
El racionalismo defiende la idea de que el conocimiento humano proviene de la razón y de
nuestra capacidad para razonar. Esto constituyó en sí mismo un cambio
de pensamiento sustancial respecto a la Edad Media, tiempo en el que la fe religiosa
cumplía ese rol.
Historia del racionalismo
El racionalismo surgió a partir de ciertos cambios culturales que se dieron en
Occidente durante el Renacimiento y el fin de la Edad Media.
Estos cambios tuvieron que ver con el surgimiento de distintas interpretaciones de los
libros sagrados de las religiones monoteístas, especialmente con el cristianismo y
el judaísmo. Comenzó a cuestionarse la idea de la verdad divina como criterio de verdad
para las ciencias. Sin embargo, es posible rastrear los antecedentes del racionalismo en la
Antigua Grecia, en las teorías de pensadores como Platón y Aristóteles.
Tradicionalmente se considera a René Descartes (1596-1650) como fundador de esta
corriente. Su célebre expresión “pienso, luego existo”, conocida como el cogito cartesiano,
representa cabalmente los postulados metafísicos del racionalismo.
Filósofo, matemático y físico, Descartes fue un gran admirador de la geometría y
las matemáticas, ciencias a las que consideraba modelos a seguir para toda forma de
filosofía. Aspiraba a convertir a la filosofía en una disciplina científica, provista de
un método, dado que, a su parecer, solo mediante la razón podían hallarse
ciertas verdades universales.
Es famoso el sueño que tuvo al respecto, según podemos saber gracias a sus diarios y
anotaciones. Soñó con un diccionario y una antología poética, el Corpus Poetarum.
Cuando despertó llegó a la conclusión de que el diccionario contenía todas las ciencias
juntas, incluso la poesía, que solo era posible combinando todas las palabras habidas en el
otro libro. De allí se desprende su idea de la unidad de la ciencia, así como su
universalidad y la idea de que en la base del árbol de las ciencias está todo el
conocimiento.
En su Discurso del método (1637), propuso cuatro reglas para toda investigación filosófica:
Evidencia. Consiste en considerar como verdadero solo lo que es evidente por sí mismo.
Este será el germen de la duda hiperbólica como método para dar con la verdad.
Análisis. Consiste en dividir cada uno de los temas en tantas partes como sea posible
hasta dar con los elementos más simples. Estos elementos serán verdaderos si pueden ser
captados por medio de una intuición inmediata y evidente.
Síntesis. Consiste en encontrar las verdades complejas a partir de las verdades más
simples.
Enumeración. Consiste en revisar cada uno de los pasos realizados hasta asegurarse de
no haber omitido ninguno ni haber cometido algún error de deducción.
Las Meditaciones metafísicas, cuyo título completo es Meditaciones metafísicas en las que
se demuestran la existencia de Dios y la inmortalidad del alma (1641), son consideradas
como la explicitación y justificación metafísica del método. En este libro Descartes trató de
dar con un garante (Dios) para el conocimiento racional, primero, y para todo tipo de
conocimiento, después. Escritas originalmente en latín, en 1647 se imprimió una versión en
francés bajo la supervisión del mismo Descartes.
Otros filósofos, contemporáneos y posteriores a Descartes, son considerados también
representantes del racionalismo. Algunos de ellos fueron el neerlandés Baruch Spinoza
(1632-1677) y los alemanes Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) y Christian Wolff (1679-
1754).
Características del racionalismo
El racionalismo se caracteriza por las siguientes ideas generales:
Sostener la razón y el pensamiento como la fuente de todo conocimiento humano.
Creer en el innatismo. En la mente o el espíritu humano existen ideas preconcebidas,
nacidas con él o puestas allí por Dios.
Usar métodos lógico-deductivos para explicar los razonamientos empíricos y confirmarlos
cuando sea posible.
Jugar un papel fundamental en el advenimiento del pensamiento laico (y antirreligioso).
Sus principales defensores pensaron y vivieron en Francia, Alemania y otros países de la
Europa continental, opuestos al empirismo proveniente de Inglaterra.
Representantes del racionalismo
Baruch Spinoza es considerado un racionalista
moderno.
Los principales representantes del racionalismo fueron:
René Descartes (1596-1650). Filósofo, matemático y físico de origen francés, padre de
la geometría analítica y de la filosofía moderna, fue uno de los grandes nombres de
la Revolución científica, cuya obra rompió con la escolástica que imperaba hasta entonces.
Junto a Spinoza y Leibniz, conforma el trío de los más grandes racionalistas de la historia.
Blaise Pascal (1623-1662). Matemático, físico, teólogo, filósofo y escritor francés, no solo
contribuyó teóricamente con las ciencias naturales y la historia natural, sino prácticamente
con todas las ciencias. Es uno de los pioneros en la construcción de las calculadoras
mecánicas.
Baruch Spinoza (1632-1677). Filósofo judío neerlandés, es considerado uno de los
grandes racionalistas del siglo XVII. Su obra fue hostigada por el catolicismo y olvidada
hasta su redescubrimiento en el siglo XIX. Filósofos posteriores como Hegel y Schelling lo
proclaman como el padre del pensamiento moderno.
Gottlieb Leibniz (1646-1716). De origen alemán, este matemático, teólogo, jurista,
bibliotecario, político y filósofo fue uno de los grandes pensadores de su época, al que se le
confiere el título de “último genio universal”. Sus aportes en todas las áreas anteriormente
mencionadas son significativos, tanto que hasta sus detractores lo admiraban
profundamente.
Racionalismo y empirismo
Las dos vertientes filosóficas que siguieron al escepticismo fueron el racionalismo,
partidario de dar a la racionalidad humana un lugar central en el aprendizaje, y el
empirismo, que propuso dar ese lugar a la experiencia y al mundo de los sentidos.
Estos dos modelos se opusieron durante toda la Edad Moderna y constituyeron los polos
filosóficos de Occidente, padres de las escuelas filosóficas posteriores y elementales en el
desarrollo del pensamiento científico tal como hoy lo entendemos.
Racionalismo y humanismo
El movimiento racionalista presenta similitudes con el humanismo, al menos en su versión
secular, porque considera a la razón humana como el único camino cierto hacia la verdad
de las cosas. Así, el racionalismo desplazó la fe religiosa que había imperado en el
pensamiento occidental durante el Medioevo.
Este desplazamiento permite el surgimiento de un pensamiento filosófico ajeno a la religión,
lo cual es también central en la doctrina del humanismo, cuyo objetivo central fue colocar al
ser humano, y no a Dios, en el centro del mundo. Esto no significa que el racionalismo
haya sido necesariamente ateo, ya que no descarta ni afirma a priori la existencia de Dios.
De hecho, muchos pensadores, como Descartes o Leibniz, colocaron a Dios como garante
de la razón a la hora de adquirir conocimientos.
Por su parte, el humanismo secular propuso una visión revalorizante y digna del ser
humano, para la que es fundamental una visión racionalista, escéptica, aunque en ella
también tenga importancia la cuestión ética del ser humano. De ese modo, no todo
racionalista es, obligatoriamente, un humanista, aun cuando estas corrientes tengan
muchos puntos teóricos en común.
El racionalismo – como apelación a la razón humana para obtener conocimiento – tiene
una historia filosófica que se remonta a la Antigüedad. La analítica naturaleza de gran
parte de la investigación filosófica, la conciencia de la aparentemente a priori dominios del
conocimiento como las matemáticas, combinado con el énfasis de la obtención de
conocimiento a través del uso de las facultades racionales (comúnmente rechazando, por
ejemplo, directa revelación) han hecho racionalista temas muy frecuente en la historia de la
filosofía.
Desde la Ilustración, el racionalismo se asocia generalmente con la introducción de
métodos matemáticos en la filosofía, como se ve en las obras de Descartes, Leibniz,
y Spinoza. Esto se llama comúnmente racionalismo continental, porque era
predominante en las escuelas continentales de Europa, mientras que en Gran Bretaña
dominaba el empirismo.
Incluso entonces, la distinción entre racionalistas y empiristas se trazó en un período
posterior y no habría sido reconocida por los filósofos implicados. Además, la distinción
entre las dos filosofías no es tan clara como a veces se sugiere; por ejemplo, Descartes y
Locke tienen puntos de vista similares sobre la naturaleza de las ideas humanas.
Los defensores de algunas variedades del racionalismo sostienen que, partiendo de
principios básicos fundacionales, como los axiomas de la geometría, se podría deducir el
resto de todos los conocimientos posibles. Los filósofos que defendieron más claramente
este punto de vista fueron Baruch Spinoza y Gottfried Leibniz, cuyos intentos de lidiar con
los problemas epistemológicos y metafísicos planteados por Descartes condujeron al
desarrollo del enfoque fundamental del racionalismo. Tanto Spinoza como Leibniz
afirmaban que, en principio, todo conocimiento, incluido el científico, podía obtenerse
mediante el mero uso de la razón, aunque ambos observaban que esto no era posible en
la práctica para los seres humanos, salvo en ámbitos concretos como las matemáticas. Por
otra parte, Leibniz admitió en su libro Monadología que "todos somos meros empíricos en
tres cuartas partes de nuestras acciones".
Uso filosófico
El racionalismo suele contraponerse al empirismo. En términos muy generales, estos
puntos de vista no son mutuamente excluyentes, ya que un filósofo puede ser tanto
racionalista como empirista. Llevado al extremo, el punto de vista empirista sostiene que
todas las ideas nos llegan a posteriori, es decir, a través de la experiencia; ya sea a través
de los sentidos externos o a través de sensaciones internas como el dolor y la gratificación.
El empirista cree esencialmente que el conocimiento se basa o deriva directamente de la
experiencia. El racionalista cree que llegamos al conocimiento a priori – mediante el uso de
la lógica – y, por tanto, es independiente de la experiencia sensorial. En otras palabras,
como escribió una vez Galen Strawson, "puedes ver que es verdad simplemente tumbado
en tu sofá. No tienes que levantarte del sofá y salir a examinar cómo son las cosas en el
mundo físico. No tienes que hacer ninguna ciencia".
Entre ambas filosofías, la cuestión en cuestión es la fuente fundamental del conocimiento
humano y las técnicas adecuadas para verificar lo que creemos saber. Mientras que
ambas filosofías están bajo el paraguas de la epistemología, su argumento radica en la
comprensión de la garantía, que está bajo el paraguas epistémico más amplio de la teoría
de la justificación. Parte de la epistemología, esta teoría intenta comprender la justificación
de las proposiciones y creencias. Los epistemólogos se ocupan de varias características
epistémicas de la creencia, que incluyen las ideas de justificación,
garantía, racionalidad y probabilidad. De estos cuatro términos, el que más se ha utilizado
y discutido a principios del siglo XXI es "justificación". En términos generales, la
justificación es la razón por la que alguien (probablemente) sostiene una creencia.
Si A hace una afirmación y B la pone en duda, el siguiente paso de A será normalmente
justificarla. El método exacto que se utiliza para justificar una afirmación es el límite entre el
racionalismo y el empirismo (entre otros puntos de vista filosóficos). Gran parte del debate
en estos campos se centra en analizar la naturaleza del conocimiento y cómo se relaciona
con nociones conexas como verdad, creencia y justificación.
En su esencia, el racionalismo consiste en tres afirmaciones básicas. Para que las
personas se consideren racionalistas, deben adoptar al menos una de estas tres
afirmaciones: la tesis de la intuición/deducción, la tesis del conocimiento innato o la tesis
del concepto innato. Además, un racionalista puede optar por adoptar la afirmación de la
Indispensabilidad de la Razón y/o la afirmación de la Superioridad de la Razón, aunque se
puede ser racionalista sin adoptar ninguna de las dos tesis.
La tesis de la indispensabilidad de la razón: "El conocimiento que obtenemos en el área
temática, S, por intuición y deducción, así como las ideas e instancias de conocimiento
en S que nos son innatas, no podrían haber sido obtenidas por nosotros a través de la
experiencia sensorial.