COSTA2
COSTA2
enfrentaron a la REGENEARCIONISMO:
“En torno al regeneracionismo se han creado mitos y leyendas que hacen referencia a los
ámbitos político, social, histórico o filosófico: los regeneracionistas son prefascistas, el
regeneracionismo ha nacido al hilo del Desastre del 98, los regeneracionistas son krausistas, el
regeneracionismo es un movimiento eminentemente político, existe una identidad entre
regeneracionismo y costismo, los regeneracionistas son pesimistas, etcétera”.
Se trata de un movimiento de intelectuales, aunque también político, que entre los siglos XIX y
XX reflexionó objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como
nación.
cuestión de España como problema, los regeneracionistas adoptaron una forma objetiva,
documentada y científica.
El regeneracionismo representó una renovada conciencia nacional que aspiraba a la reforma del
país y fue portavoz de una crítica radical al sistema caciquil que había impedido la implantación
de una verdadera democracia basada en las clases medias y la modernización económica y
social del país.
Como antecedentes del Regeneracionismo, cabe referir la obra de los arbitristas del siglo XVI,
XVII e, igualmente, de la Ilustración del XVIII y del reformismo borbónico, a veces satirizado
en la figura del llamado Proyectismo que atacó José Cadalso en sus Cartas marruecas.
Joaquín Costa pasa por ser el autor más destacado de entre los regeneracionistas y, en cierto
modo, su líder. Sus dos obras más conocidas e importantes: Colectivismo agrario en España
(1898) y Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901), son
paradigmáticas del regeneracionismo.
Algunos precedentes inmediatos de Costa son los escritos de Lucas Mallada (Los males de la
patria y la futura revolución española (1890)), y de Macías Picavea (El problema español.
También pueden considerarse precursores los escritos de Francisco Giner de los Ríos y de la
Institución libre de enseñanza.
A su vez, continuador de Costa es Rafael Altamira (1866-1951) Psicología del pueblo español
(1902), autor que concibe el patriotismo como un concepto espiritual ingénito en los pueblos.
Desaprueba la obra de Lucas Mallada y menciona los defectos del Idearium español propuesto
por Ángel Ganivet.
Altamira rechaza el pesimismo que se refleja en la obra del citado Macías Picavea El problema
nacional y su proposición de una dictadura. Manifiesta su simpatía por Juan Pablo Forner y,
fundamentalmente, por Joaquín Costa.
Separa la vida nacional de la política de sus dirigentes, poco ejemplar, y resume en cinco los
males de España:
- Falta de patriotismo
- Desprecio de lo propio
- Ausencia de interés común
- Falta de concepto de independencia
- Menosprecio de la tradición.
Las ideas regeneracionistas fueron acogidas por políticos de distinto signo. Así ocurrió con
Francisco Silvela, Antonio Maura, Santiago Alba, José Canalejas, Manuel Azaña, etc.
JOAQUIN COSTA:
En el año 1899 creó la Liga Nacional de Productores que se unió, un año más tarde, con la
Asamblea de las Cámaras de Comercio, creándose la Unión Nacional, de la que fue presidente.
La Unión Nacional no logró convertirse en partido político, haciendo estériles los esfuerzos
renovadores de Costa. En 1903 ingresó en la Unión Republicana de Nicolás Salmerón, y fue
elegido diputado a Cortes, puesto que no llegó a ocupar, cansado, enfermo y bastante
desengañado de todo. Muere el 8 de febrero de 1911.
De entre todos sus libros, destaca "Reconstitución y europeización de España" (1900), donde
resumió su programa político-económico. Abogaba en este escrito por la generación de riqueza
antes de pensar en repartir la miseria común. La necesaria Por europeización entendía,
fundamentalmente, transformar el espacio físico económico de España: repoblación forestal,
canales y pantanos, regadíos; en suma, revolución de la agricultura y de toda la producción.
Desde muy temprano se puso en contacto con el mundo del liberalismo (1868). Su pensamiento
está influenciado en un primer momento por el catolicismo. Será éste el que le conduzca a
preocuparse por el pauperismo. Con posterioridad abandonará la fe cristiana.
Influido por Giner de los Ríos se hizo krausista. Recibió influencias también de la Escuela
Histórica del Derecho que le lleva a exaltar la costumbre, lo primitivo y original.
“En torno al regeneracionismo se han creado mitos y leyendas que hacen referencia a los
ámbitos político, social, histórico o filosófico: los regeneracionistas son prefascistas, el
regeneracionismo ha nacido al hilo del Desastre del 98, los regeneracionistas son krausistas, el
regeneracionismo es un movimiento eminentemente político, existe una identidad entre
regeneracionismo y costismo, los regeneracionistas son pesimistas, etcétera”.
Se trata de un movimiento de intelectuales, aunque también político, que entre los siglos XIX y
XX reflexionó objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como
nación.
cuestión de España como problema, los regeneracionistas adoptaron una forma objetiva,
documentada y científica.
El regeneracionismo representó una renovada conciencia nacional que aspiraba a la reforma del
país y fue portavoz de una crítica radical al sistema caciquil que había impedido la implantación
de una verdadera democracia basada en las clases medias y la modernización económica y
social del país.
Como antecedentes del Regeneracionismo, cabe referir la obra de los arbitristas del siglo XVI,
XVII e, igualmente, de la Ilustración del XVIII y del reformismo borbónico, a veces satirizado
en la figura del llamado Proyectismo que atacó José Cadalso en sus Cartas marruecas.
Joaquín Costa pasa por ser el autor más destacado de entre los regeneracionistas y, en cierto
modo, su líder. Sus dos obras más conocidas e importantes: Colectivismo agrario en España
(1898) y Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901), son
paradigmáticas del regeneracionismo.
Algunos precedentes inmediatos de Costa son los escritos de Lucas Mallada (Los males de la
patria y la futura revolución española (1890)), y de Macías Picavea (El problema español.
También pueden considerarse precursores los escritos de Francisco Giner de los Ríos y de la
Institución libre de enseñanza.
A su vez, continuador de Costa es Rafael Altamira (1866-1951) Psicología del pueblo español
(1902), autor que concibe el patriotismo como un concepto espiritual ingénito en los pueblos.
Desaprueba la obra de Lucas Mallada y menciona los defectos del Idearium español propuesto
por Ángel Ganivet.
Altamira rechaza el pesimismo que se refleja en la obra del citado Macías Picavea El problema
nacional y su proposición de una dictadura. Manifiesta su simpatía por Juan Pablo Forner y,
fundamentalmente, por Joaquín Costa.
Separa la vida nacional de la política de sus dirigentes, poco ejemplar, y resume en cinco los
males de España:
- Falta de patriotismo
- Desprecio de lo propio
- Ausencia de interés común
- Falta de concepto de independencia
- Menosprecio de la tradición.
Las ideas regeneracionistas fueron acogidas por políticos de distinto signo. Así ocurrió con
Francisco Silvela, Antonio Maura, Santiago Alba, José Canalejas, Manuel Azaña, etc.
JOAQUIN COSTA:
En el año 1899 creó la Liga Nacional de Productores que se unió, un año más tarde, con la
Asamblea de las Cámaras de Comercio, creándose la Unión Nacional, de la que fue presidente.
La Unión Nacional no logró convertirse en partido político, haciendo estériles los esfuerzos
renovadores de Costa. En 1903 ingresó en la Unión Republicana de Nicolás Salmerón, y fue
elegido diputado a Cortes, puesto que no llegó a ocupar, cansado, enfermo y bastante
desengañado de todo. Muere el 8 de febrero de 1911.
De entre todos sus libros, destaca "Reconstitución y europeización de España" (1900), donde
resumió su programa político-económico. Abogaba en este escrito por la generación de riqueza
antes de pensar en repartir la miseria común. La necesaria Por europeización entendía,
fundamentalmente, transformar el espacio físico económico de España: repoblación forestal,
canales y pantanos, regadíos; en suma, revolución de la agricultura y de toda la producción.
Desde muy temprano se puso en contacto con el mundo del liberalismo (1868). Su pensamiento
está influenciado en un primer momento por el catolicismo. Será éste el que le conduzca a
preocuparse por el pauperismo. Con posterioridad abandonará la fe cristiana.
Influido por Giner de los Ríos se hizo krausista. Recibió influencias también de la Escuela
Histórica del Derecho que le lleva a exaltar la costumbre, lo primitivo y original.
En este libro critica el absolutismo y se identifica con las aspiraciones de los liberales de 1820.
Igualmente, hizo una crítica a los revolucionaros franceses, por haber transformado el régimen
de la libertad en la dictadura del tercer estado, suponiendo esto serias dificultades para las
exigencias futuras del cuarto estado.
Como ha dicho Gil Novales, esta actitud refleja una añoranza feudal, unida a una reivindicación
vagamente socialista y anticapitalista. En 1897, Costa se separó definitivamente del la
Institución libre de enseñanza. Rompió con Giner. Manifestó a su maestro, en carta que nunca
envió, lo que a su parecer constituía la primacía del hecho económico de la vida social, su
solidaridad con los humildes, con los que tienen que poner la mesa todos los días en España,
sin disfrutar del presupuesto. Se califica asimismo de “trapo rojo”.
En aquella etapa se sintió también influido y atraído por la figura de Pedro Dorado Montero,
autor de El Derecho y sus sacerdotes”, personaje de vida ejemplar y abnegación socialista. Hay,
igualmente, un pensamiento africanista de Costa, en un sentido idealista y fraternal, preocupado
por la misión civilizatoria que le correspondía a España como país europeo.
Debe ser destacado, igualmente, el pensamiento agrarista de Costa. Propone una serie de
cambios técnicos que van, no obstante, mucho más allá de la técnica. Buscan la reestructuración
de la sociedad española. En su “Política Hidráulica” propone, entre otras cosas: bajar el cereal,
bajar las tarifas aduaneras, hacer obras hidráulicas promovidas y financiadas por el Estado, la
movilización de clase obrera campesina, etc.
“La mitad del problema español está en la escuela: a ella principalmente debió su salvación y
debe su grandeza presente Alemania […].
Hay que "rehacer" al español: acaso dijéramos mejor "hacerlo". Y la escuela actual no responde
ni remotamente a tal necesidad. Urge refundirla y transformarla. convirtiendo a esta obra
redentora las escasas energías sociales con que puedan aún contar los gobernantes y sus
auxiliares”.
“Lo que España necesita y debe pedir a la escuela no es precisamente hombres "que sepan leer y
escribir": lo que necesita son "hombres"; y el formarlos requiere educar el cuerpo tanto como el
espíritu, y tanto o más que el entendimiento la voluntad”.
“Y condición especial y previa por parte del legislador, ennoblecer el magisterio, elevar la
condición social del maestro al nivel de la del párroco, del magistrado y del registrador;
imponer a su carrera otras condiciones que las que en su estado actual de abatimiento pueden
exigírsele; e introducir en el programa y en la práctica de la escuela la enseñanza obligatoria de
oficios, las abluciones diarias, el aire libre, las excursiones y los campos escolares, la educación
física y moral, la guerra al intelectualismo, los métodos socráticos e intuitivos, la
compenetración con la sociedad”.
“[…] han de reducirse las Universidades a dos o tres, concentrando en ellas los profesores útiles
de las demás, y crear Colegios españoles, a estilo del de Bolonia, en los principales centros
científicos de Europa, para otras tantas colonias de estudiantes y de profesores, a fin de crear en
breve tiempo una generación de jóvenes imbuidos en el pensamiento y en las prácticas de las
naciones próceres para la investigación científica, para la administración pública, para la
industria, para la enseñanza y para el periodismo”.
“En el programa y en las prácticas de las escuelas urge dar mayor importancia que la que ahora
se da a la educación física y moral para formar el carácter y crear hábitos de cultura, honradez y
trabajo é introducir la enseñanza obligatoria de oficios, las excursiones y los campos escolares,
los métodos intuitivos, etc., tomando por modelo a las naciones más adelantadas”.
“[…] lo más urgente en este orden es mejorar por todos los medios el personal de maestros
existente y a la vez educar otro nuevo conforme a superiores ideales”.
“[…] elevar la condición social del maestro é imitar lo que han hecho en circunstancias
semejantes las demás (verbigracia, Francia. Japón, etc.), enviando gran número de profesores y
alumnos de todos los órdenes y grados a los centros de más alta cultura del extranjero”.
“Los haberes de los maestros, debidamente aumentados, deben ser satisfechos directamente por
el Estado. Suspensión de pago de sus respectivas asignaciones mensuales a todos los servidores
del Estado, militares y civiles, hasta tanto que se hallen satisfechas las atenciones de la primera
enseñanza, incurriendo en responsabilidad personal los ordenadores, interventores y cajeros que
falten a este precepto”. Frente a la perspectiva literaria, subjetiva y artística con la que los
noventayochistas se enfrentaron a la REGENEARCIONISMO:
“En torno al regeneracionismo se han creado mitos y leyendas que hacen referencia a los
ámbitos político, social, histórico o filosófico: los regeneracionistas son prefascistas, el
regeneracionismo ha nacido al hilo del Desastre del 98, los regeneracionistas son krausistas, el
regeneracionismo es un movimiento eminentemente político, existe una identidad entre
regeneracionismo y costismo, los regeneracionistas son pesimistas, etcétera”.
Se trata de un movimiento de intelectuales, aunque también político, que entre los siglos XIX y
XX reflexionó objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como
nación.
cuestión de España como problema, los regeneracionistas adoptaron una forma objetiva,
documentada y científica.
El regeneracionismo representó una renovada conciencia nacional que aspiraba a la reforma del
país y fue portavoz de una crítica radical al sistema caciquil que había impedido la implantación
de una verdadera democracia basada en las clases medias y la modernización económica y
social del país.
Como antecedentes del Regeneracionismo, cabe referir la obra de los arbitristas del siglo XVI,
XVII e, igualmente, de la Ilustración del XVIII y del reformismo borbónico, a veces satirizado
en la figura del llamado Proyectismo que atacó José Cadalso en sus Cartas marruecas.
Joaquín Costa pasa por ser el autor más destacado de entre los regeneracionistas y, en cierto
modo, su líder. Sus dos obras más conocidas e importantes: Colectivismo agrario en España
(1898) y Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901), son
paradigmáticas del regeneracionismo.
Algunos precedentes inmediatos de Costa son los escritos de Lucas Mallada (Los males de la
patria y la futura revolución española (1890)), y de Macías Picavea (El problema español.
También pueden considerarse precursores los escritos de Francisco Giner de los Ríos y de la
Institución libre de enseñanza.
A su vez, continuador de Costa es Rafael Altamira (1866-1951) Psicología del pueblo español
(1902), autor que concibe el patriotismo como un concepto espiritual ingénito en los pueblos.
Desaprueba la obra de Lucas Mallada y menciona los defectos del Idearium español propuesto
por Ángel Ganivet.
Altamira rechaza el pesimismo que se refleja en la obra del citado Macías Picavea El problema
nacional y su proposición de una dictadura. Manifiesta su simpatía por Juan Pablo Forner y,
fundamentalmente, por Joaquín Costa.
Separa la vida nacional de la política de sus dirigentes, poco ejemplar, y resume en cinco los
males de España:
- Falta de patriotismo
- Desprecio de lo propio
- Ausencia de interés común
- Falta de concepto de independencia
- Menosprecio de la tradición.
Las ideas regeneracionistas fueron acogidas por políticos de distinto signo. Así ocurrió con
Francisco Silvela, Antonio Maura, Santiago Alba, José Canalejas, Manuel Azaña, etc.
JOAQUIN COSTA:
En el año 1899 creó la Liga Nacional de Productores que se unió, un año más tarde, con la
Asamblea de las Cámaras de Comercio, creándose la Unión Nacional, de la que fue presidente.
La Unión Nacional no logró convertirse en partido político, haciendo estériles los esfuerzos
renovadores de Costa. En 1903 ingresó en la Unión Republicana de Nicolás Salmerón, y fue
elegido diputado a Cortes, puesto que no llegó a ocupar, cansado, enfermo y bastante
desengañado de todo. Muere el 8 de febrero de 1911.
De entre todos sus libros, destaca "Reconstitución y europeización de España" (1900), donde
resumió su programa político-económico. Abogaba en este escrito por la generación de riqueza
antes de pensar en repartir la miseria común. La necesaria Por europeización entendía,
fundamentalmente, transformar el espacio físico económico de España: repoblación forestal,
canales y pantanos, regadíos; en suma, revolución de la agricultura y de toda la producción.
· Pensamiento político J. Costa:
Desde muy temprano se puso en contacto con el mundo del liberalismo (1868). Su pensamiento
está influenciado en un primer momento por el catolicismo. Será éste el que le conduzca a
preocuparse por el pauperismo. Con posterioridad abandonará la fe cristiana.
Influido por Giner de los Ríos se hizo krausista. Recibió influencias también de la Escuela
Histórica del Derecho que le lleva a exaltar la costumbre, lo primitivo y original.
En este libro critica el absolutismo y se identifica con las aspiraciones de los liberales de 1820.
Igualmente, hizo una crítica a los revolucionaros franceses, por haber transformado el régimen
de la libertad en la dictadura del tercer estado, suponiendo esto serias dificultades para las
exigencias futuras del cuarto estado.
Como ha dicho Gil Novales, esta actitud refleja una añoranza feudal, unida a una reivindicación
vagamente socialista y anticapitalista. En 1897, Costa se separó definitivamente del la
Institución libre de enseñanza. Rompió con Giner. Manifestó a su maestro, en carta que nunca
envió, lo que a su parecer constituía la primacía del hecho económico de la vida social, su
solidaridad con los humildes, con los que tienen que poner la mesa todos los días en España,
sin disfrutar del presupuesto. Se califica asimismo de “trapo rojo”.
En aquella etapa se sintió también influido y atraído por la figura de Pedro Dorado Montero,
autor de El Derecho y sus sacerdotes”, personaje de vida ejemplar y abnegación socialista. Hay,
igualmente, un pensamiento africanista de Costa, en un sentido idealista y fraternal, preocupado
por la misión civilizatoria que le correspondía a España como país europeo.
Debe ser destacado, igualmente, el pensamiento agrarista de Costa. Propone una serie de
cambios técnicos que van, no obstante, mucho más allá de la técnica. Buscan la reestructuración
de la sociedad española. En su “Política Hidráulica” propone, entre otras cosas: bajar el cereal,
bajar las tarifas aduaneras, hacer obras hidráulicas promovidas y financiadas por el Estado, la
movilización de clase obrera campesina, etc.
Por europeización Costa entiende “transformación del espacio físico económico de España:
repoblación forestal, canales y pantanos, regadíos, revolución de la agricultura y de toda la
producción. Piensa en una España rica para todos antes que en el reparto de la miseria. Pero
europeización también significa parecerse a otros países en la educación, en el desarrollo
científico y técnico.
“La mitad del problema español está en la escuela: a ella principalmente debió su salvación y
debe su grandeza presente Alemania […].
Hay que "rehacer" al español: acaso dijéramos mejor "hacerlo". Y la escuela actual no responde
ni remotamente a tal necesidad. Urge refundirla y transformarla. convirtiendo a esta obra
redentora las escasas energías sociales con que puedan aún contar los gobernantes y sus
auxiliares”.
“Lo que España necesita y debe pedir a la escuela no es precisamente hombres "que sepan leer y
escribir": lo que necesita son "hombres"; y el formarlos requiere educar el cuerpo tanto como el
espíritu, y tanto o más que el entendimiento la voluntad”.
“Y condición especial y previa por parte del legislador, ennoblecer el magisterio, elevar la
condición social del maestro al nivel de la del párroco, del magistrado y del registrador;
imponer a su carrera otras condiciones que las que en su estado actual de abatimiento pueden
exigírsele; e introducir en el programa y en la práctica de la escuela la enseñanza obligatoria de
oficios, las abluciones diarias, el aire libre, las excursiones y los campos escolares, la educación
física y moral, la guerra al intelectualismo, los métodos socráticos e intuitivos, la
compenetración con la sociedad”.
“[…] han de reducirse las Universidades a dos o tres, concentrando en ellas los profesores útiles
de las demás, y crear Colegios españoles, a estilo del de Bolonia, en los principales centros
científicos de Europa, para otras tantas colonias de estudiantes y de profesores, a fin de crear en
breve tiempo una generación de jóvenes imbuidos en el pensamiento y en las prácticas de las
naciones próceres para la investigación científica, para la administración pública, para la
industria, para la enseñanza y para el periodismo”.
“[…] lo más urgente en este orden es mejorar por todos los medios el personal de maestros
existente y a la vez educar otro nuevo conforme a superiores ideales”.
“[…] elevar la condición social del maestro é imitar lo que han hecho en circunstancias
semejantes las demás (verbigracia, Francia. Japón, etc.), enviando gran número de profesores y
alumnos de todos los órdenes y grados a los centros de más alta cultura del extranjero”.
“Los haberes de los maestros, debidamente aumentados, deben ser satisfechos directamente por
el Estado. Suspensión de pago de sus respectivas asignaciones mensuales a todos los servidores
del Estado, militares y civiles, hasta tanto que se hallen satisfechas las atenciones de la primera
enseñanza, incurriendo en responsabilidad personal los ordenadores, interventores y cajeros que
falten a este precepto”. Frente a la perspectiva literaria, subjetiva y artística con la que los
noventayochistas se enfrentaron a la REGENEARCIONISMO:
“En torno al regeneracionismo se han creado mitos y leyendas que hacen referencia a los
ámbitos político, social, histórico o filosófico: los regeneracionistas son prefascistas, el
regeneracionismo ha nacido al hilo del Desastre del 98, los regeneracionistas son krausistas, el
regeneracionismo es un movimiento eminentemente político, existe una identidad entre
regeneracionismo y costismo, los regeneracionistas son pesimistas, etcétera”.
Se trata de un movimiento de intelectuales, aunque también político, que entre los siglos XIX y
XX reflexionó objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como
nación.
cuestión de España como problema, los regeneracionistas adoptaron una forma objetiva,
documentada y científica.
El regeneracionismo representó una renovada conciencia nacional que aspiraba a la reforma del
país y fue portavoz de una crítica radical al sistema caciquil que había impedido la implantación
de una verdadera democracia basada en las clases medias y la modernización económica y
social del país.
Como antecedentes del Regeneracionismo, cabe referir la obra de los arbitristas del siglo XVI,
XVII e, igualmente, de la Ilustración del XVIII y del reformismo borbónico, a veces satirizado
en la figura del llamado Proyectismo que atacó José Cadalso en sus Cartas marruecas.
Joaquín Costa pasa por ser el autor más destacado de entre los regeneracionistas y, en cierto
modo, su líder. Sus dos obras más conocidas e importantes: Colectivismo agrario en España
(1898) y Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901), son
paradigmáticas del regeneracionismo.
Algunos precedentes inmediatos de Costa son los escritos de Lucas Mallada (Los males de la
patria y la futura revolución española (1890)), y de Macías Picavea (El problema español.
También pueden considerarse precursores los escritos de Francisco Giner de los Ríos y de la
Institución libre de enseñanza.
A su vez, continuador de Costa es Rafael Altamira (1866-1951) Psicología del pueblo español
(1902), autor que concibe el patriotismo como un concepto espiritual ingénito en los pueblos.
Desaprueba la obra de Lucas Mallada y menciona los defectos del Idearium español propuesto
por Ángel Ganivet.
Altamira rechaza el pesimismo que se refleja en la obra del citado Macías Picavea El problema
nacional y su proposición de una dictadura. Manifiesta su simpatía por Juan Pablo Forner y,
fundamentalmente, por Joaquín Costa.
Separa la vida nacional de la política de sus dirigentes, poco ejemplar, y resume en cinco los
males de España:
- Falta de patriotismo
- Desprecio de lo propio
- Ausencia de interés común
- Falta de concepto de independencia
- Menosprecio de la tradición.
Las ideas regeneracionistas fueron acogidas por políticos de distinto signo. Así ocurrió con
Francisco Silvela, Antonio Maura, Santiago Alba, José Canalejas, Manuel Azaña, etc.
JOAQUIN COSTA:
En el año 1899 creó la Liga Nacional de Productores que se unió, un año más tarde, con la
Asamblea de las Cámaras de Comercio, creándose la Unión Nacional, de la que fue presidente.
La Unión Nacional no logró convertirse en partido político, haciendo estériles los esfuerzos
renovadores de Costa. En 1903 ingresó en la Unión Republicana de Nicolás Salmerón, y fue
elegido diputado a Cortes, puesto que no llegó a ocupar, cansado, enfermo y bastante
desengañado de todo. Muere el 8 de febrero de 1911.
De entre todos sus libros, destaca "Reconstitución y europeización de España" (1900), donde
resumió su programa político-económico. Abogaba en este escrito por la generación de riqueza
antes de pensar en repartir la miseria común. La necesaria Por europeización entendía,
fundamentalmente, transformar el espacio físico económico de España: repoblación forestal,
canales y pantanos, regadíos; en suma, revolución de la agricultura y de toda la producción.
Desde muy temprano se puso en contacto con el mundo del liberalismo (1868). Su pensamiento
está influenciado en un primer momento por el catolicismo. Será éste el que le conduzca a
preocuparse por el pauperismo. Con posterioridad abandonará la fe cristiana.
Influido por Giner de los Ríos se hizo krausista. Recibió influencias también de la Escuela
Histórica del Derecho que le lleva a exaltar la costumbre, lo primitivo y original.
En este libro critica el absolutismo y se identifica con las aspiraciones de los liberales de 1820.
Igualmente, hizo una crítica a los revolucionaros franceses, por haber transformado el régimen
de la libertad en la dictadura del tercer estado, suponiendo esto serias dificultades para las
exigencias futuras del cuarto estado.
Como ha dicho Gil Novales, esta actitud refleja una añoranza feudal, unida a una reivindicación
vagamente socialista y anticapitalista. En 1897, Costa se separó definitivamente del la
Institución libre de enseñanza. Rompió con Giner. Manifestó a su maestro, en carta que nunca
envió, lo que a su parecer constituía la primacía del hecho económico de la vida social, su
solidaridad con los humildes, con los que tienen que poner la mesa todos los días en España,
sin disfrutar del presupuesto. Se califica asimismo de “trapo rojo”.
En aquella etapa se sintió también influido y atraído por la figura de Pedro Dorado Montero,
autor de El Derecho y sus sacerdotes”, personaje de vida ejemplar y abnegación socialista. Hay,
igualmente, un pensamiento africanista de Costa, en un sentido idealista y fraternal, preocupado
por la misión civilizatoria que le correspondía a España como país europeo.
Debe ser destacado, igualmente, el pensamiento agrarista de Costa. Propone una serie de
cambios técnicos que van, no obstante, mucho más allá de la técnica. Buscan la reestructuración
de la sociedad española. En su “Política Hidráulica” propone, entre otras cosas: bajar el cereal,
bajar las tarifas aduaneras, hacer obras hidráulicas promovidas y financiadas por el Estado, la
movilización de clase obrera campesina, etc.
Por europeización Costa entiende “transformación del espacio físico económico de España:
repoblación forestal, canales y pantanos, regadíos, revolución de la agricultura y de toda la
producción. Piensa en una España rica para todos antes que en el reparto de la miseria. Pero
europeización también significa parecerse a otros países en la educación, en el desarrollo
científico y técnico.
“La mitad del problema español está en la escuela: a ella principalmente debió su salvación y
debe su grandeza presente Alemania […].
Hay que "rehacer" al español: acaso dijéramos mejor "hacerlo". Y la escuela actual no responde
ni remotamente a tal necesidad. Urge refundirla y transformarla. convirtiendo a esta obra
redentora las escasas energías sociales con que puedan aún contar los gobernantes y sus
auxiliares”.
“Lo que España necesita y debe pedir a la escuela no es precisamente hombres "que sepan leer y
escribir": lo que necesita son "hombres"; y el formarlos requiere educar el cuerpo tanto como el
espíritu, y tanto o más que el entendimiento la voluntad”.
“Y condición especial y previa por parte del legislador, ennoblecer el magisterio, elevar la
condición social del maestro al nivel de la del párroco, del magistrado y del registrador;
imponer a su carrera otras condiciones que las que en su estado actual de abatimiento pueden
exigírsele; e introducir en el programa y en la práctica de la escuela la enseñanza obligatoria de
oficios, las abluciones diarias, el aire libre, las excursiones y los campos escolares, la educación
física y moral, la guerra al intelectualismo, los métodos socráticos e intuitivos, la
compenetración con la sociedad”.
“[…] han de reducirse las Universidades a dos o tres, concentrando en ellas los profesores útiles
de las demás, y crear Colegios españoles, a estilo del de Bolonia, en los principales centros
científicos de Europa, para otras tantas colonias de estudiantes y de profesores, a fin de crear en
breve tiempo una generación de jóvenes imbuidos en el pensamiento y en las prácticas de las
naciones próceres para la investigación científica, para la administración pública, para la
industria, para la enseñanza y para el periodismo”.
“En el programa y en las prácticas de las escuelas urge dar mayor importancia que la que ahora
se da a la educación física y moral para formar el carácter y crear hábitos de cultura, honradez y
trabajo é introducir la enseñanza obligatoria de oficios, las excursiones y los campos escolares,
los métodos intuitivos, etc., tomando por modelo a las naciones más adelantadas”.
“[…] lo más urgente en este orden es mejorar por todos los medios el personal de maestros
existente y a la vez educar otro nuevo conforme a superiores ideales”.
“[…] elevar la condición social del maestro é imitar lo que han hecho en circunstancias
semejantes las demás (verbigracia, Francia. Japón, etc.), enviando gran número de profesores y
alumnos de todos los órdenes y grados a los centros de más alta cultura del extranjero”.
“Los haberes de los maestros, debidamente aumentados, deben ser satisfechos directamente por
el Estado. Suspensión de pago de sus respectivas asignaciones mensuales a todos los servidores
del Estado, militares y civiles, hasta tanto que se hallen satisfechas las atenciones de la primera
enseñanza, incurriendo en responsabilidad personal los ordenadores, interventores y cajeros que
falten a este precepto”.
“La primera sorpresa que nos aguarda la historia política de España es la absoluta ineficacia de
la revolución del 68, que hayan resultado defraudadas las esperanzas que hizo concebir, que
haya sobrevivido el Estado anterior a ella”. España es el gobierno y dirección de los mejores por
los peores; violación torpe de la ley natural”. “Es una selección darwiniana al revés y de origen
remoto. “En España esa revolución (la francesa) está por hacer. Mientras que quede en pie esa
forma de gobierno de los peores, no seremos ni como monarquía ni como república, una nación
libre, digna de llamarse europea”.
Costa reclama una política quirúrgica “que pueble de levitas, uniformes y togas los presidios de
África”. Esta política requiere un “cirujano de hierro”. Será quien saque “a la nación del
cautiverio en que gime y desencantar la libertad […] porque eso que toma por libertad es
cabalmente el suelo donde se rehace y cobra fuerzas el Ateneo de la oligarquía”.
“Hay que fundar improvisadamente en la península una España nueva, es decir, una España rica
y que coma, una España culta y que piensa, fuerte y que venza, una España, en fin,
contemporánea de la humanidad, que al transponer la frontera no se sienta forastera penetrando
en otro planeta o en otro siglo”.
“En torno al regeneracionismo se han creado mitos y leyendas que hacen referencia a los
ámbitos político, social, histórico o filosófico: los regeneracionistas son prefascistas, el
regeneracionismo ha nacido al hilo del Desastre del 98, los regeneracionistas son krausistas, el
regeneracionismo es un movimiento eminentemente político, existe una identidad entre
regeneracionismo y costismo, los regeneracionistas son pesimistas, etcétera”.
Se trata de un movimiento de intelectuales, aunque también político, que entre los siglos XIX y
XX reflexionó objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como
nación.
cuestión de España como problema, los regeneracionistas adoptaron una forma objetiva,
documentada y científica.
El regeneracionismo representó una renovada conciencia nacional que aspiraba a la reforma del
país y fue portavoz de una crítica radical al sistema caciquil que había impedido la implantación
de una verdadera democracia basada en las clases medias y la modernización económica y
social del país.
Como antecedentes del Regeneracionismo, cabe referir la obra de los arbitristas del siglo XVI,
XVII e, igualmente, de la Ilustración del XVIII y del reformismo borbónico, a veces satirizado
en la figura del llamado Proyectismo que atacó José Cadalso en sus Cartas marruecas.
Joaquín Costa pasa por ser el autor más destacado de entre los regeneracionistas y, en cierto
modo, su líder. Sus dos obras más conocidas e importantes: Colectivismo agrario en España
(1898) y Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901), son
paradigmáticas del regeneracionismo.
Algunos precedentes inmediatos de Costa son los escritos de Lucas Mallada (Los males de la
patria y la futura revolución española (1890)), y de Macías Picavea (El problema español.
También pueden considerarse precursores los escritos de Francisco Giner de los Ríos y de la
Institución libre de enseñanza.
A su vez, continuador de Costa es Rafael Altamira (1866-1951) Psicología del pueblo español
(1902), autor que concibe el patriotismo como un concepto espiritual ingénito en los pueblos.
Desaprueba la obra de Lucas Mallada y menciona los defectos del Idearium español propuesto
por Ángel Ganivet.
Altamira rechaza el pesimismo que se refleja en la obra del citado Macías Picavea El problema
nacional y su proposición de una dictadura. Manifiesta su simpatía por Juan Pablo Forner y,
fundamentalmente, por Joaquín Costa.
Separa la vida nacional de la política de sus dirigentes, poco ejemplar, y resume en cinco los
males de España:
- Falta de patriotismo
- Desprecio de lo propio
- Ausencia de interés común
- Falta de concepto de independencia
- Menosprecio de la tradición.
Las ideas regeneracionistas fueron acogidas por políticos de distinto signo. Así ocurrió con
Francisco Silvela, Antonio Maura, Santiago Alba, José Canalejas, Manuel Azaña, etc.
JOAQUIN COSTA:
En el año 1899 creó la Liga Nacional de Productores que se unió, un año más tarde, con la
Asamblea de las Cámaras de Comercio, creándose la Unión Nacional, de la que fue presidente.
La Unión Nacional no logró convertirse en partido político, haciendo estériles los esfuerzos
renovadores de Costa. En 1903 ingresó en la Unión Republicana de Nicolás Salmerón, y fue
elegido diputado a Cortes, puesto que no llegó a ocupar, cansado, enfermo y bastante
desengañado de todo. Muere el 8 de febrero de 1911.
De entre todos sus libros, destaca "Reconstitución y europeización de España" (1900), donde
resumió su programa político-económico. Abogaba en este escrito por la generación de riqueza
antes de pensar en repartir la miseria común. La necesaria Por europeización entendía,
fundamentalmente, transformar el espacio físico económico de España: repoblación forestal,
canales y pantanos, regadíos; en suma, revolución de la agricultura y de toda la producción.
Desde muy temprano se puso en contacto con el mundo del liberalismo (1868). Su pensamiento
está influenciado en un primer momento por el catolicismo. Será éste el que le conduzca a
preocuparse por el pauperismo. Con posterioridad abandonará la fe cristiana.
Influido por Giner de los Ríos se hizo krausista. Recibió influencias también de la Escuela
Histórica del Derecho que le lleva a exaltar la costumbre, lo primitivo y original.
En este libro critica el absolutismo y se identifica con las aspiraciones de los liberales de 1820.
Igualmente, hizo una crítica a los revolucionaros franceses, por haber transformado el régimen
de la libertad en la dictadura del tercer estado, suponiendo esto serias dificultades para las
exigencias futuras del cuarto estado.
Como ha dicho Gil Novales, esta actitud refleja una añoranza feudal, unida a una reivindicación
vagamente socialista y anticapitalista. En 1897, Costa se separó definitivamente del la
Institución libre de enseñanza. Rompió con Giner. Manifestó a su maestro, en carta que nunca
envió, lo que a su parecer constituía la primacía del hecho económico de la vida social, su
solidaridad con los humildes, con los que tienen que poner la mesa todos los días en España,
sin disfrutar del presupuesto. Se califica asimismo de “trapo rojo”.
En aquella etapa se sintió también influido y atraído por la figura de Pedro Dorado Montero,
autor de El Derecho y sus sacerdotes”, personaje de vida ejemplar y abnegación socialista. Hay,
igualmente, un pensamiento africanista de Costa, en un sentido idealista y fraternal, preocupado
por la misión civilizatoria que le correspondía a España como país europeo.
Debe ser destacado, igualmente, el pensamiento agrarista de Costa. Propone una serie de
cambios técnicos que van, no obstante, mucho más allá de la técnica. Buscan la reestructuración
de la sociedad española. En su “Política Hidráulica” propone, entre otras cosas: bajar el cereal,
bajar las tarifas aduaneras, hacer obras hidráulicas promovidas y financiadas por el Estado, la
movilización de clase obrera campesina, etc.
Por europeización Costa entiende “transformación del espacio físico económico de España:
repoblación forestal, canales y pantanos, regadíos, revolución de la agricultura y de toda la
producción. Piensa en una España rica para todos antes que en el reparto de la miseria. Pero
europeización también significa parecerse a otros países en la educación, en el desarrollo
científico y técnico.
“La mitad del problema español está en la escuela: a ella principalmente debió su salvación y
debe su grandeza presente Alemania […].
Hay que "rehacer" al español: acaso dijéramos mejor "hacerlo". Y la escuela actual no responde
ni remotamente a tal necesidad. Urge refundirla y transformarla. convirtiendo a esta obra
redentora las escasas energías sociales con que puedan aún contar los gobernantes y sus
auxiliares”.
“Lo que España necesita y debe pedir a la escuela no es precisamente hombres "que sepan leer y
escribir": lo que necesita son "hombres"; y el formarlos requiere educar el cuerpo tanto como el
espíritu, y tanto o más que el entendimiento la voluntad”.
“Y condición especial y previa por parte del legislador, ennoblecer el magisterio, elevar la
condición social del maestro al nivel de la del párroco, del magistrado y del registrador;
imponer a su carrera otras condiciones que las que en su estado actual de abatimiento pueden
exigírsele; e introducir en el programa y en la práctica de la escuela la enseñanza obligatoria de
oficios, las abluciones diarias, el aire libre, las excursiones y los campos escolares, la educación
física y moral, la guerra al intelectualismo, los métodos socráticos e intuitivos, la
compenetración con la sociedad”.
“[…] han de reducirse las Universidades a dos o tres, concentrando en ellas los profesores útiles
de las demás, y crear Colegios españoles, a estilo del de Bolonia, en los principales centros
científicos de Europa, para otras tantas colonias de estudiantes y de profesores, a fin de crear en
breve tiempo una generación de jóvenes imbuidos en el pensamiento y en las prácticas de las
naciones próceres para la investigación científica, para la administración pública, para la
industria, para la enseñanza y para el periodismo”.
“En el programa y en las prácticas de las escuelas urge dar mayor importancia que la que ahora
se da a la educación física y moral para formar el carácter y crear hábitos de cultura, honradez y
trabajo é introducir la enseñanza obligatoria de oficios, las excursiones y los campos escolares,
los métodos intuitivos, etc., tomando por modelo a las naciones más adelantadas”.
“[…] lo más urgente en este orden es mejorar por todos los medios el personal de maestros
existente y a la vez educar otro nuevo conforme a superiores ideales”.
“[…] elevar la condición social del maestro é imitar lo que han hecho en circunstancias
semejantes las demás (verbigracia, Francia. Japón, etc.), enviando gran número de profesores y
alumnos de todos los órdenes y grados a los centros de más alta cultura del extranjero”.
“Los haberes de los maestros, debidamente aumentados, deben ser satisfechos directamente por
el Estado. Suspensión de pago de sus respectivas asignaciones mensuales a todos los servidores
del Estado, militares y civiles, hasta tanto que se hallen satisfechas las atenciones de la primera
enseñanza, incurriendo en responsabilidad personal los ordenadores, interventores y cajeros que
falten a este precepto”. Frente a la perspectiva literaria, subjetiva y artística con la que los
noventayochistas se enfrentaron a la REGENEARCIONISMO:
“En torno al regeneracionismo se han creado mitos y leyendas que hacen referencia a los
ámbitos político, social, histórico o filosófico: los regeneracionistas son prefascistas, el
regeneracionismo ha nacido al hilo del Desastre del 98, los regeneracionistas son krausistas, el
regeneracionismo es un movimiento eminentemente político, existe una identidad entre
regeneracionismo y costismo, los regeneracionistas son pesimistas, etcétera”.
Se trata de un movimiento de intelectuales, aunque también político, que entre los siglos XIX y
XX reflexionó objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como
nación.
cuestión de España como problema, los regeneracionistas adoptaron una forma objetiva,
documentada y científica.
El regeneracionismo representó una renovada conciencia nacional que aspiraba a la reforma del
país y fue portavoz de una crítica radical al sistema caciquil que había impedido la implantación
de una verdadera democracia basada en las clases medias y la modernización económica y
social del país.
Como antecedentes del Regeneracionismo, cabe referir la obra de los arbitristas del siglo XVI,
XVII e, igualmente, de la Ilustración del XVIII y del reformismo borbónico, a veces satirizado
en la figura del llamado Proyectismo que atacó José Cadalso en sus Cartas marruecas.
Joaquín Costa pasa por ser el autor más destacado de entre los regeneracionistas y, en cierto
modo, su líder. Sus dos obras más conocidas e importantes: Colectivismo agrario en España
(1898) y Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España (1901), son
paradigmáticas del regeneracionismo.
Algunos precedentes inmediatos de Costa son los escritos de Lucas Mallada (Los males de la
patria y la futura revolución española (1890)), y de Macías Picavea (El problema español.
También pueden considerarse precursores los escritos de Francisco Giner de los Ríos y de la
Institución libre de enseñanza.
A su vez, continuador de Costa es Rafael Altamira (1866-1951) Psicología del pueblo español
(1902), autor que concibe el patriotismo como un concepto espiritual ingénito en los pueblos.
Desaprueba la obra de Lucas Mallada y menciona los defectos del Idearium español propuesto
por Ángel Ganivet.
Altamira rechaza el pesimismo que se refleja en la obra del citado Macías Picavea El problema
nacional y su proposición de una dictadura. Manifiesta su simpatía por Juan Pablo Forner y,
fundamentalmente, por Joaquín Costa.
Separa la vida nacional de la política de sus dirigentes, poco ejemplar, y resume en cinco los
males de España:
- Falta de patriotismo
- Desprecio de lo propio
- Ausencia de interés común
- Falta de concepto de independencia
- Menosprecio de la tradición.
Las ideas regeneracionistas fueron acogidas por políticos de distinto signo. Así ocurrió con
Francisco Silvela, Antonio Maura, Santiago Alba, José Canalejas, Manuel Azaña, etc.
JOAQUIN COSTA:
En el año 1899 creó la Liga Nacional de Productores que se unió, un año más tarde, con la
Asamblea de las Cámaras de Comercio, creándose la Unión Nacional, de la que fue presidente.
La Unión Nacional no logró convertirse en partido político, haciendo estériles los esfuerzos
renovadores de Costa. En 1903 ingresó en la Unión Republicana de Nicolás Salmerón, y fue
elegido diputado a Cortes, puesto que no llegó a ocupar, cansado, enfermo y bastante
desengañado de todo. Muere el 8 de febrero de 1911.
De entre todos sus libros, destaca "Reconstitución y europeización de España" (1900), donde
resumió su programa político-económico. Abogaba en este escrito por la generación de riqueza
antes de pensar en repartir la miseria común. La necesaria Por europeización entendía,
fundamentalmente, transformar el espacio físico económico de España: repoblación forestal,
canales y pantanos, regadíos; en suma, revolución de la agricultura y de toda la producción.
Desde muy temprano se puso en contacto con el mundo del liberalismo (1868). Su pensamiento
está influenciado en un primer momento por el catolicismo. Será éste el que le conduzca a
preocuparse por el pauperismo. Con posterioridad abandonará la fe cristiana.
Influido por Giner de los Ríos se hizo krausista. Recibió influencias también de la Escuela
Histórica del Derecho que le lleva a exaltar la costumbre, lo primitivo y original.
En este libro critica el absolutismo y se identifica con las aspiraciones de los liberales de 1820.
Igualmente, hizo una crítica a los revolucionaros franceses, por haber transformado el régimen
de la libertad en la dictadura del tercer estado, suponiendo esto serias dificultades para las
exigencias futuras del cuarto estado.
Como ha dicho Gil Novales, esta actitud refleja una añoranza feudal, unida a una reivindicación
vagamente socialista y anticapitalista. En 1897, Costa se separó definitivamente del la
Institución libre de enseñanza. Rompió con Giner. Manifestó a su maestro, en carta que nunca
envió, lo que a su parecer constituía la primacía del hecho económico de la vida social, su
solidaridad con los humildes, con los que tienen que poner la mesa todos los días en España,
sin disfrutar del presupuesto. Se califica asimismo de “trapo rojo”.
En aquella etapa se sintió también influido y atraído por la figura de Pedro Dorado Montero,
autor de El Derecho y sus sacerdotes”, personaje de vida ejemplar y abnegación socialista. Hay,
igualmente, un pensamiento africanista de Costa, en un sentido idealista y fraternal, preocupado
por la misión civilizatoria que le correspondía a España como país europeo.
Debe ser destacado, igualmente, el pensamiento agrarista de Costa. Propone una serie de
cambios técnicos que van, no obstante, mucho más allá de la técnica. Buscan la reestructuración
de la sociedad española. En su “Política Hidráulica” propone, entre otras cosas: bajar el cereal,
bajar las tarifas aduaneras, hacer obras hidráulicas promovidas y financiadas por el Estado, la
movilización de clase obrera campesina, etc.
“La mitad del problema español está en la escuela: a ella principalmente debió su salvación y
debe su grandeza presente Alemania […].
Hay que "rehacer" al español: acaso dijéramos mejor "hacerlo". Y la escuela actual no responde
ni remotamente a tal necesidad. Urge refundirla y transformarla. convirtiendo a esta obra
redentora las escasas energías sociales con que puedan aún contar los gobernantes y sus
auxiliares”.
“Lo que España necesita y debe pedir a la escuela no es precisamente hombres "que sepan leer y
escribir": lo que necesita son "hombres"; y el formarlos requiere educar el cuerpo tanto como el
espíritu, y tanto o más que el entendimiento la voluntad”.
“Y condición especial y previa por parte del legislador, ennoblecer el magisterio, elevar la
condición social del maestro al nivel de la del párroco, del magistrado y del registrador;
imponer a su carrera otras condiciones que las que en su estado actual de abatimiento pueden
exigírsele; e introducir en el programa y en la práctica de la escuela la enseñanza obligatoria de
oficios, las abluciones diarias, el aire libre, las excursiones y los campos escolares, la educación
física y moral, la guerra al intelectualismo, los métodos socráticos e intuitivos, la
compenetración con la sociedad”.
“[…] han de reducirse las Universidades a dos o tres, concentrando en ellas los profesores útiles
de las demás, y crear Colegios españoles, a estilo del de Bolonia, en los principales centros
científicos de Europa, para otras tantas colonias de estudiantes y de profesores, a fin de crear en
breve tiempo una generación de jóvenes imbuidos en el pensamiento y en las prácticas de las
naciones próceres para la investigación científica, para la administración pública, para la
industria, para la enseñanza y para el periodismo”.
“En el programa y en las prácticas de las escuelas urge dar mayor importancia que la que ahora
se da a la educación física y moral para formar el carácter y crear hábitos de cultura, honradez y
trabajo é introducir la enseñanza obligatoria de oficios, las excursiones y los campos escolares,
los métodos intuitivos, etc., tomando por modelo a las naciones más adelantadas”.
“[…] lo más urgente en este orden es mejorar por todos los medios el personal de maestros
existente y a la vez educar otro nuevo conforme a superiores ideales”.
“[…] elevar la condición social del maestro é imitar lo que han hecho en circunstancias
semejantes las demás (verbigracia, Francia. Japón, etc.), enviando gran número de profesores y
alumnos de todos los órdenes y grados a los centros de más alta cultura del extranjero”.
“Los haberes de los maestros, debidamente aumentados, deben ser satisfechos directamente por
el Estado. Suspensión de pago de sus respectivas asignaciones mensuales a todos los servidores
del Estado, militares y civiles, hasta tanto que se hallen satisfechas las atenciones de la primera
enseñanza, incurriendo en responsabilidad personal los ordenadores, interventores y cajeros que
falten a este precepto”.
“La primera sorpresa que nos aguarda la historia política de España es la absoluta ineficacia de
la revolución del 68, que hayan resultado defraudadas las esperanzas que hizo concebir, que
haya sobrevivido el Estado anterior a ella”. España es el gobierno y dirección de los mejores por
los peores; violación torpe de la ley natural”. “Es una selección darwiniana al revés y de origen
remoto. “En España esa revolución (la francesa) está por hacer. Mientras que quede en pie esa
forma de gobierno de los peores, no seremos ni como monarquía ni como república, una nación
libre, digna de llamarse europea”.
Costa reclama una política quirúrgica “que pueble de levitas, uniformes y togas los presidios de
África”. Esta política requiere un “cirujano de hierro”. Será quien saque “a la nación del
cautiverio en que gime y desencantar la libertad […] porque eso que toma por libertad es
cabalmente el suelo donde se rehace y cobra fuerzas el Ateneo de la oligarquía”.
“Hay que fundar improvisadamente en la península una España nueva, es decir, una España rica
y que coma, una España culta y que piensa, fuerte y que venza, una España, en fin,
contemporánea de la humanidad, que al transponer la frontera no se sienta forastera penetrando
en otro planeta o en otro siglo”.
“La primera sorpresa que nos aguarda la historia política de España es la absoluta ineficacia de
la revolución del 68, que hayan resultado defraudadas las esperanzas que hizo concebir, que
haya sobrevivido el Estado anterior a ella”. España es el gobierno y dirección de los mejores por
los peores; violación torpe de la ley natural”. “Es una selección darwiniana al revés y de origen
remoto. “En España esa revolución (la francesa) está por hacer. Mientras que quede en pie esa
forma de gobierno de los peores, no seremos ni como monarquía ni como república, una nación
libre, digna de llamarse europea”.
Costa reclama una política quirúrgica “que pueble de levitas, uniformes y togas los presidios de
África”. Esta política requiere un “cirujano de hierro”. Será quien saque “a la nación del
cautiverio en que gime y desencantar la libertad […] porque eso que toma por libertad es
cabalmente el suelo donde se rehace y cobra fuerzas el Ateneo de la oligarquía”.
“Hay que fundar improvisadamente en la península una España nueva, es decir, una España rica
y que coma, una España culta y que piensa, fuerte y que venza, una España, en fin,
contemporánea de la humanidad, que al transponer la frontera no se sienta forastera penetrando
en otro planeta o en otro siglo”.
“La primera sorpresa que nos aguarda la historia política de España es la absoluta ineficacia de
la revolución del 68, que hayan resultado defraudadas las esperanzas que hizo concebir, que
haya sobrevivido el Estado anterior a ella”. España es el gobierno y dirección de los mejores por
los peores; violación torpe de la ley natural”. “Es una selección darwiniana al revés y de origen
remoto. “En España esa revolución (la francesa) está por hacer. Mientras que quede en pie esa
forma de gobierno de los peores, no seremos ni como monarquía ni como república, una nación
libre, digna de llamarse europea”.
Costa reclama una política quirúrgica “que pueble de levitas, uniformes y togas los presidios de
África”. Esta política requiere un “cirujano de hierro”. Será quien saque “a la nación del
cautiverio en que gime y desencantar la libertad […] porque eso que toma por libertad es
cabalmente el suelo donde se rehace y cobra fuerzas el Ateneo de la oligarquía”.
“Hay que fundar improvisadamente en la península una España nueva, es decir, una España rica
y que coma, una España culta y que piensa, fuerte y que venza, una España, en fin,
contemporánea de la humanidad, que al transponer la frontera no se sienta forastera penetrando
en otro planeta o en otro siglo”.
“La primera sorpresa que nos aguarda la historia política de España es la absoluta ineficacia de
la revolución del 68, que hayan resultado defraudadas las esperanzas que hizo concebir, que
haya sobrevivido el Estado anterior a ella”. España es el gobierno y dirección de los mejores por
los peores; violación torpe de la ley natural”. “Es una selección darwiniana al revés y de origen
remoto. “En España esa revolución (la francesa) está por hacer. Mientras que quede en pie esa
forma de gobierno de los peores, no seremos ni como monarquía ni como república, una nación
libre, digna de llamarse europea”.
Costa reclama una política quirúrgica “que pueble de levitas, uniformes y togas los presidios de
África”. Esta política requiere un “cirujano de hierro”. Será quien saque “a la nación del
cautiverio en que gime y desencantar la libertad […] porque eso que toma por libertad es
cabalmente el suelo donde se rehace y cobra fuerzas el Ateneo de la oligarquía”.
“Hay que fundar improvisadamente en la península una España nueva, es decir, una España rica
y que coma, una España culta y que piensa, fuerte y que venza, una España, en fin,
contemporánea de la humanidad, que al transponer la frontera no se sienta forastera penetrando
en otro planeta o en otro siglo”.
o, suponiendo esto serias dificultades para las exigencias futuras del cuarto estado.
Como ha dicho Gil Novales, esta actitud refleja una añoranza feudal, unida a una reivindicación
vagamente socialista y anticapitalista. En 1897, Costa se separó definitivamente del la
Institución libre de enseñanza. Rompió con Giner. Manifestó a su maestro, en carta que nunca
envió, lo que a su parecer constituía la primacía del hecho económico de la vida social, su
solidaridad con los humildes, con los que tienen que poner la mesa todos los días en España,
sin disfrutar del presupuesto. Se califica asimismo de “trapo rojo”.
En aquella etapa se sintió también influido y atraído por la figura de Pedro Dorado Montero,
autor de El Derecho y sus sacerdotes”, personaje de vida ejemplar y abnegación socialista. Hay,
igualmente, un pensamiento africanista de Costa, en un sentido idealista y fraternal, preocupado
por la misión civilizatoria que le correspondía a España como país europeo.
Debe ser destacado, igualmente, el pensamiento agrarista de Costa. Propone una serie de
cambios técnicos que van, no obstante, mucho más allá de la técnica. Buscan la reestructuración
de la sociedad española. En su “Política Hidráulica” propone, entre otras cosas: bajar el cereal,
bajar las tarifas aduaneras, hacer obras hidráulicas promovidas y financiadas por el Estado, la
movilización de clase obrera campesina, etc.
Por europeización Costa entiende “transformación del espacio físico económico de España:
repoblación forestal, canales y pantanos, regadíos, revolución de la agricultura y de toda la
producción. Piensa en una España rica para todos antes que en el reparto de la miseria. Pero
europeización también significa parecerse a otros países en la educación, en el desarrollo
científico y técnico.
“La mitad del problema español está en la escuela: a ella principalmente debió su salvación y
debe su grandeza presente Alemania […].
Hay que "rehacer" al español: acaso dijéramos mejor "hacerlo". Y la escuela actual no responde
ni remotamente a tal necesidad. Urge refundirla y transformarla. convirtiendo a esta obra
redentora las escasas energías sociales con que puedan aún contar los gobernantes y sus
auxiliares”.
“Lo que España necesita y debe pedir a la escuela no es precisamente hombres "que sepan leer y
escribir": lo que necesita son "hombres"; y el formarlos requiere educar el cuerpo tanto como el
espíritu, y tanto o más que el entendimiento la voluntad”.
“Y condición especial y previa por parte del legislador, ennoblecer el magisterio, elevar la
condición social del maestro al nivel de la del párroco, del magistrado y del registrador;
imponer a su carrera otras condiciones que las que en su estado actual de abatimiento pueden
exigírsele; e introducir en el programa y en la práctica de la escuela la enseñanza obligatoria de
oficios, las abluciones diarias, el aire libre, las excursiones y los campos escolares, la educación
física y moral, la guerra al intelectualismo, los métodos socráticos e intuitivos, la
compenetración con la sociedad”.
“[…] han de reducirse las Universidades a dos o tres, concentrando en ellas los profesores útiles
de las demás, y crear Colegios españoles, a estilo del de Bolonia, en los principales centros
científicos de Europa, para otras tantas colonias de estudiantes y de profesores, a fin de crear en
breve tiempo una generación de jóvenes imbuidos en el pensamiento y en las prácticas de las
naciones próceres para la investigación científica, para la administración pública, para la
industria, para la enseñanza y para el periodismo”.
“En el programa y en las prácticas de las escuelas urge dar mayor importancia que la que ahora
se da a la educación física y moral para formar el carácter y crear hábitos de cultura, honradez y
trabajo é introducir la enseñanza obligatoria de oficios, las excursiones y los campos escolares,
los métodos intuitivos, etc., tomando por modelo a las naciones más adelantadas”.
“[…] lo más urgente en este orden es mejorar por todos los medios el personal de maestros
existente y a la vez educar otro nuevo conforme a superiores ideales”.
“[…] elevar la condición social del maestro é imitar lo que han hecho en circunstancias
semejantes las demás (verbigracia, Francia. Japón, etc.), enviando gran número de profesores y
alumnos de todos los órdenes y grados a los centros de más alta cultura del extranjero”.
“Los haberes de los maestros, debidamente aumentados, deben ser satisfechos directamente por
el Estado. Suspensión de pago de sus respectivas asignaciones mensuales a todos los servidores
del Estado, militares y civiles, hasta tanto que se hallen satisfechas las atenciones de la primera
enseñanza, incurriendo en responsabilidad personal los ordenadores, interventores y cajeros que
falten a este precepto”.
En Oligarquía y Caciquismo como forma actual de gobierno en España, Costa afirma:
“La primera sorpresa que nos aguarda la historia política de España es la absoluta ineficacia de
la revolución del 68, que hayan resultado defraudadas las esperanzas que hizo concebir, que
haya sobrevivido el Estado anterior a ella”. España es el gobierno y dirección de los mejores por
los peores; violación torpe de la ley natural”. “Es una selección darwiniana al revés y de origen
remoto. “En España esa revolución (la francesa) está por hacer. Mientras que quede en pie esa
forma de gobierno de los peores, no seremos ni como monarquía ni como república, una nación
libre, digna de llamarse europea”.
Costa reclama una política quirúrgica “que pueble de levitas, uniformes y togas los presidios de
África”. Esta política requiere un “cirujano de hierro”. Será quien saque “a la nación del
cautiverio en que gime y desencantar la libertad […] porque eso que toma por libertad es
cabalmente el suelo donde se rehace y cobra fuerzas el Ateneo de la oligarquía”.
“Hay que fundar improvisadamente en la península una España nueva, es decir, una España rica
y que coma, una España culta y que piensa, fuerte y que venza, una España, en fin,
contemporánea de la humanidad, que al transponer la frontera no se sienta forastera penetrando
en otro planeta o en otro siglo”.